Está en la página 1de 18

UNIVERSIDAD DE CARABOBO

FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS Y POLÍTICAS


ESCUELA DE ESTUDIOS POLÍTICOS

Administración Pública en Países en desarrollo

Integrantes:
Augusto Arvelo, 25.068.332
Elías Tovar, 26.339.933
María Escalona, 25.359.836
Nataly Sánchez, 25.542.686

Febrero, 2018
Dentro del contexto desarrollado, el término arrojado hoy en día permanece
erróneamente en uso, lo cual ignora las condiciones fácticas de un compendio de naciones que
no pueden ser encasillados en un solo bloque. Sin embargo, la profunda revisión de la
administración pública de estos Estados, permite realizar comparaciones con los cuales puede
arrojarse un paneo general sobre su situación actual en respecto de las unas con otras.

Herencia Colonial.
Principalmente, se ven fuertemente marcadas por el colonialismo, el cual estableció las
bases de lo que hoy es conocido como la organización de su estado y lo que otrora fue la
distribución de los territorios ultramarinos de un reino. Tomando las metrópolis como el inicio
de un legado centralista que caracteriza hoy en día a este conjunto de países, viéndose en el
reino, el cual enviaba sus designios a las tierras colonizadas cuyos funcionarios que allí se
encontrasen hacían cumplir por la orden del rey, creando una relación directa y de
dependencia entre las colonias y las metrópolis. Pero la centralización no correspondía solo a
un carácter despótico del reino, sino, ante la necesidad de ese entonces de establecer las
correctas reglas de juego para la sostenibilidad del inmenso y lejano territorio que había sido
añadido a las dependencias de los reyes, sus decisiones correspondían a la forma en la que
creía ideal y debía ser organizada esa nueva sociedad que era responsable de forjar.

Contrario a ello, sucedía que los designios del rey eran ignorados, o no eran cumplidos
en la manera que se estipulada, ante esta realidad, son enviados un grupo de funcionarios
públicos, además de las fuerzas militares y colonizadoras ya existentes, para vigilar y
garantizar que la palabra de los reyes se haga un hecho, lo cual fue reforzando un profundo
sistema burocrático donde se eran dirigidos distintos funcionarios públicos; como oidores,
escribamos, alguaciles, tesoreros y capitanes generales; para representar a la autoridad misma
del rey en el territorio, sin embargo, la lejanía del monarca continuaba siendo un factor
tangible y de ello eran conscientes estos funcionarios, quienes dieron uso de su poder o de su
influencia con la corona para gobernar a su conveniencia a las colonias, la corrupción de ese
entonces radicaba en ser funcionario del rey y recibir favores para hacer la vista gorda ante
situaciones que no correspondían a lo acordado con las metrópolis, junto a ello, la cantidad de
remuneración que los enviados recibían volvían aquellos cargos los más cotizados dentro de
las metrópolis; existiendo señores que renunciaban a su vida en los imperios para vivir como
reyes en las colonias. Está realidad del siglo XVII aún marca al desenvolvimiento de la
administración pública, incluso 400 años después no tienden a ser tan diferentes de cómo era
entonces.

Relación de dependencia entre ciudadanos y Estado.


Continuando con la agrupación de los valores que asemejan a la administración
pública, la concepción liberal en las naciones, a pesar de existente, es mínima en comparación
a la cantidad de países autodenominados socialistas que conforman el conjunto estudiado, el
tamaño de los Estados, en cuanto a competencias y atribuciones tomadas, tanto en materia
económica como social, se establece como una de las bases que caracteriza al tipo de
ordenamiento administrativo que es ejercido; viéndose altos niveles de intervencionismo que
se traduce directamente en el aumento de la población que trabaja para el mismo Estado y la
dependencia de los ciudadanos ante las políticas decisivas del gobierno.

Empezando por la cantidad de funcionarios públicos en relación a la población total,


uno de los casos estudiados es el de india, con la segunda población más grande a nivel
mundial, y donde se emplea al 30% de habitantes, la correlación de ambas podría parecer
lógica, pero países desarrollados como los Escandinavos y gran parte de Europa emplean a
menos del 5% de su población y se establecen dentro de los niveles más altos de eficacia y
eficiencia de la administración pública. Es preferible un número menor de empleados bien
capacitados y bien remunerados, que un grupo grande de empleados mal remunerados, con
deficiente preparación, siendo uno de los más grandes problemas de los países en vías de
desarrollo la abundante mano de obra sin ocupación real, puesto que, los gobiernos buscan
elevar la productividad de la administración pública al mismo tiempo que fomentar el empleo,
causando un embotellamiento burocrático.

Continuando así, los habitantes exigirán demandas al Estado conforme a las ofertas que
este le haga, por lo tanto cuando los gobiernos poseen múltiples atribuciones, la cantidad de
exigencias emanadas por los ciudadanos no podrán ser respondidas o serán vagamente
satisfechas, en cualquier caso, el Estado se volverá empleador de más ciudadanos, como ya
fue establecido, intentando suplir las peticiones que se le exige, donde solo se vuelve a la
administración más ineficaz. Inclusive, puede notarse como los países pertenecientes a este
cono que han reducido sus atribuciones y su tamaño gubernamental, casos como Argentina,
Etiopía y Perú, aumentaron notoriamente la eficiencia en sus funciones, simplificando los
tramites administrativos para sus ciudadanos y reduciendo el tiempo de espera ante las
demandas exigidas; lo cual demuestra como el modelo paternalista se vuelve un obstáculo
para el correcto desempeño de la administración pública a pesar de las buenas obras, que en
su concepción, piense realizar.

Desarrollo económico y administración pública.


Otro enfoque comparativo, es la relación del atraso existente dentro de la
administración pública y el impacto que esto tiene en el desarrollo económico de las naciones,
implicándose la inestabilidad política de casi todos los países en vía de desarrollo y la falta de
buenos incentivos, tantos psicológicos como monetarios a los funcionarios públicos.
Demostrado por los informes del centro de información de la naciones unidas CIUN, el cual
enfatiza el bajo nivel de salarios y los altos rasgos de conocimiento requeridos para ejercer
dichos cargos. A falta de los incentivos adecuados, la desconfianza estatal y la carencia de
escuelas de formación para la administración pública en varios de los países; la
administración pública no parece ser utilizada como un instrumento para el desarrollo
económico, si no meramente como un instrumento político.

Por consiguiente, en los países en vías de desarrollo la misma suele ser inadecuada
para la formulación y operación de planes de desarrollo, la falta de innovación en las técnicas
administrativas más baja preparación del personal son singulares características que
determinan el estancamiento de las economías a razón de su manejo burocrático, sobretodo en
Estados como los estudiados que asumen responsabilidades económicas y sociales que no
están en su deber; volviéndose la transformación de la administración publica una
consecuencia inevitable para enfrentar de cara a las nuevas responsabilidades de forma
previsora y armonioso entro los órganos que integran el aparato administrativo. Puesto que
hoy por hoy, puede observarse las fallas existentes en el planeamiento y determinación
consciente de líneas de acción para cada funcionario y la lista clara de objetivos, en vez de
ello, es una suerte de trabajos realizados por un grupo de personas donde la ejecución ocurre
sin la vigilancia necesaria para respetar a la estructura organizacional, independientemente de
la dirección en que se trabaje.

A pesar de ellos, algunos países han logrado superar esas fallas, suplidas por grandes
reformas como las sufridas por Sudáfrica, México y Chile, donde se estableció el límite de
competencias y capacidades para cada área, y se preparó a los recursos humanos necesarios
para cumplir con las tareas. Logrando así, el aumento en la actividades económica de sus
Estados puesto los gobiernos no pierden recursos en medidas sociales que pudiesen parecer
adecuadas para el fomento de la economía y procuran proponer a través de su aparato
burocrático el impulso de sus propios ciudadanos para desarrollarse propiamente en diversas
áreas que eventualmente logran la evolución deseada, como ejemplo plausible, la reducción
de trámites y mecanismos necesarios para fundar empresas y compañías anónimas, a mayor
celeridad en el tramite mayor fomento productivo obtiene la economía.

Latinoamérica: Caso Colombia

Con relación a la Administración Pública en Latinoamérica es importante destacar las


características semejantes que describe Vargas citando a Hopkins (2002), “la excesiva
centralización de la autoridad, la inestabilidad de la supervisión, el legalismo, la
comunicación inadecuada y la administración deficiente de personal”. (P.8). por ello, cuenta
con características similares como: el presidencialismo, privatizaciones e intervencionismo
federalismo y descentralización.

La Administración Pública en Latinoamérica tiene la necesidad de cambiar y


modernizarse. Un ejemplo es el caso de Chile, que emprendió reformas al aparato
administrativo burocrático en la década de los ochenta y otras al transcurrir la historia. Adoptó
técnicas de la Nueva Gerencia Pública, tales como la planeación estratégica, evaluación del
desempeño de programas y retribución conforme al rendimiento. Asimismo, Chile como
Colombia y Costa Rica, han introducido sistemas de evaluación del desempeño y de
incentivos a funcionarios.

De acuerdo con el Centro Latinoamericano de Administración para el Desarrollo


(CLAD), se han contabilizado el número de veces que han reformado la administración
pública y su gestión en los países de Latinoamérica. Tomando en cuenta la información del
CLAD se han realizado reformas administrativas en este orden: Venezuela (17), Chile (15),
Perú (14), Colombia (13), Bolivia (12), Paraguay (11) Uruguay (9), Guatemala (8), Nicaragua
(5) entre otros países de Latinoamérica con cifras muy similares.

Siguiendo la misma línea de ideas, se deben tomar en cuenta un ejemplo como: el de


México que se inició en 1995 un Programa de Modernización de la Administración Pública
con acciones enfocadas a la modernización y fortalecimiento de la capacidad administrativa y
a la eliminación de la corrupción, la descentralización de la función pública y la
reorganización de las relaciones intergubernamentales dentro del sistema federal. Por lo tanto,
el programa pretende desarrollar mecanismos para una mayor responsabilidad y rendición de
cuentas de las agencias de gobierno, en materia de administración de los servicios públicos.

En términos generales, los resultados la mayoría de las veces han sido insatisfactorios
en las reformas administrativas globales y procesales porque se plantean tecnocráticamente y
desligadas de las implicaciones políticas del entorno en el que se implementan. Tampoco
toman en cuenta las condiciones económicas, políticas, sociales y culturales para su
instrumentación a la realidad latinoamericana. Aunque de cierta forma, el cambio y reformas
que se han realizado son los que han producido ciertos avances positivos para la
Administración Pública en Latinoamérica.

Cabe destacar que Latinoamérica cuenta con grandes retos en el ámbito


administrativo, en la década de los ochenta entró en un período intenso y controvertido de
reestructuración del Estado, que involucraron diferentes ámbitos como: la reorganización
económica, reformas políticas y una modernización administrativa. De esta forma, los países
latinoamericanos han sido sorprendidos por los procesos de globalización porque no tenían
los mecanismos económico-políticos y las instituciones necesarias para asimilar los efectos en
materia de una mayor justicia social con respecto a la distribución de la riqueza. Por ende,
entre los retos planteados por los procesos de globalización a Latinoamérica, está la revisión
en gran medida de las utopías románticas de la integración regional. También está unido a esto
la exigencia de la participación democrática en los países latinoamericanos, que es una
exigencia para una gestión pública transparente.

También, uno de los retos más complicados es el de introducir el New Public


Management en Latinoamérica, que son mecanismos aplicados en países desarrollados. En
términos generales, se puede argumentar que la implantación de políticas basadas en el New
Public Management en América Latina es compleja por las características estructurales e
históricas como: los arraigados mecanismos de corrupción que se muestran como una de las
mayores limitaciones, junto con las relaciones clientelares que atraviesan la cultura
organizacional y otras diferentes limitaciones. De esta manera, en la aplicación del New
Public Management, analistas como Sheperd (1999) y Nickson (2002), sugieren que su
adaptación debería hacerse de manera más escalonada, para efectuar la reforma de la
administración pública y no plantearse como un trasplante forzado.

Por esta razón existe la necesidad de incluir a la Administración Pública a la vida


académica. Como en el caso de la Escuela Superior de Administración Pública (ESAP) en
Colombia, que es una institución de carácter universitario privado, que ofrece preparación en
pregrado con carreras como: Administración Pública, Administración Pública Territorial,
Derechos Humanos, postgrado basados siguiendo las directrices de pregrado y
especializaciones en: Alta Dirección del Estado, Alta gerencia en Economía Pública, Finanzas
Públicas y Gestión Pública. Esta institución tiene una extensión de 16 sedes en todo el país y
programas a de educación a distancias con matrículas medianamente pequeñas.

Es necesario analizar la Administración Pública de un país de Latinoamérica, en este


caso sería Colombia un país que pasa por una serie de modificaciones y reformas con el
propósito de implementar mejor y más adecuado modelo de administración. Al transcurrir la
historia colombiana ha pasado por tres diferentes modelos como:

El modelo burocrático.
La construcción de los Estados estuvo acompañada por el establecimiento de
burocracias funcionales en el cual el ejercicio de las funciones estatales estaban a cargo de
profesionales calificados, estos funcionarios permanentes formaban una organización
jerarquizada, la utilización de la normatividad como elemento de la regulación del proceso de
decisión, la estandarización de los procedimientos y la centralización de la autoridad de esta
forma el Estado se despliega como una máquina, operada por funcionarios puestos a su
servicio y compuesta por mecanismos que se articulan y se encajan de manera coherente para
su funcionamiento. En esa medida, la burocracia cumpla de manera independiente,
autónoma y eficaz con su función de prestar los servicios públicos técnica y eficientemente.
Respecto a esto, se crearon ciertas críticas hacia el modelo como: la lentitud, la rigidez
o la impersonalidad, empobrecimiento de las tareas derivadas de la estricta división del
trabajo y a la transformación de los individuos en ruedas de una máquina impersonal sobre la
cual no disponen de ningún control. De esta forma, se busca modificar para conseguir la
transformación de las relaciones internas, haciendo énfasis en la gestión de recursos humanos;
la transformación de los métodos de gestión y la transformación de las relaciones con los
administrados.
En la medida en que el modelo burocrático demanda una centralización de la
autoridad, la norma constitucional mantiene la preeminencia del Presidente de la República
como cabeza visible del aparato administrativo, en cuya virtud no solamente tiene la potestad
nominadora de los más altos empleos nacionales, sino que está habilitado de conformidad con
la ley para crear, suprimir o fusionar los empleos que demande la administración central
incluso nacional, señalar sus funciones especiales y fijar sus dotaciones y honorarios.
Cabe destacar que, en la República de Colombia se concreta con el señalamiento de
que ninguna autoridad del Estado podrá ejercer funciones distintas de las que le atribuyen la
Constitución y la ley, y que no habrá empleo público que no tenga funciones detalladas en la
ley o reglamento, cuyo ejercicio se realizará en la forma prevista por la Constitución. Incluye
a los trabajadores de elección popular, los de libre nombramiento y remoción, además, si el
sistema de nombramiento de un funcionario no ha sido determinado por la Constitución o la
ley, debe serlo por concurso público. Por lo tanto, en la constitución está establecido gran
parte de la administración pública del país.

El modelo gerencial.
En consecuencia de la crisis del modelo burocrático, que es también la del Estado
social, el intervencionismo y el servicio público clásico, lleva a un replanteamiento tanto
sobre el papel del Estado como respecto de la manera de administrarlo. Se manifiesta la
necesidad de, abrir las puertas a la participación de los agentes del mercado como prestadores
directos de los servicios económicos de interés general en un entorno de libre competencia,
donde el Estado cambia su papel de prestador a garante de la prestación a través de la
regulación, asemejarse a la gestión de una empresa privada.
El objetivo fue pasar de un modelo en el que impera el control burocrático paso de
normas y procedimientos, sin la participación de los ciudadanos, a otro en el que impera el
control a posteriori de los resultados de la acción gubernamental, y en el que la sociedad
participa en la definición de bienes y servicios públicos. Con este cambio, las políticas ya no
pueden regirse más por la concepción unilateral de los administradores, como generalmente
ocurría en la gestión burocrática clásica, sino que deben guiarse cada vez más por la
satisfacción de los ciudadanos.
En ese orden de ideas, la Constitución dispone que le compete a la autoridad nacional
de planeación el diseño y la organización de los sistemas de evaluación de gestión y
resultados de la administración pública, tanto en lo relacionado con políticas como con
proyectos de inversión. De manera particular, el control de resultados de la administración se
establece como una de las dos actividades misionales básicas a cargo de la Contraloría
General de la República, y por extensión en el nivel territorial de las contralorías
departamentales, distritales y municipales.
Pretender trasladar integralmente el modelo de gestión del sector privado a la
administración pública implica desconocer que los procedimientos del ámbito público no son
del todo similares al de las entidades privadas, pues, así las dos están sujetas por la ley. Sin
embargo, se debe considerar que el Estado no es un empresario, la administración pública no
es una empresa sujeta a las leyes del mercado y los ciudadanos no son clientes de esa
empresa, sino titulares de facultades, derechos y deberes públicos.

Modelo de gobernanza.
No obstante, la crisis de gobernabilidad condujo a promover nuevos métodos de
decisión y de acción que sustituyeran los procesos clásicos de gobierno, tomando en cuenta la
complicación de las dificultades que deben ser resueltas y de la existencia de poderes
múltiples.
Al expresarse la gobernanza en un papel mucho más activo de la ciudadanía y una
ampliación de la rendición de cuentas por parte de la administración, la legislación nacional
ha empezado a incluir mecanismos de ejercicio de funciones administrativas por particulares
o de presencia directa suya en las juntas directivas de las entidades descentralizadas, a la par
con instrumentos de participación en la formulación de las políticas públicas mediante
consultas y audiencias públicas, y en la ejecución del gasto público por medio de las
veedurías ciudadanas y las audiencias de rendición de cuentas.
Por ende, este modelo evidencia una transformación orientada a la consolidación del
principio democrático del Estado, en la medida en que ese involucramiento de la ciudadanía
en la gestión de lo público no solamente propicia una mayor legitimidad a la actividad de la
administración pública, sino que induce a una mejor destinación del gasto, detecta y previene
más fácilmente su desviación y hace que, como consecuencia, haya una mejor gestión.
Desde la perspectiva constitucional, estos elementos de la gobernanza tienen
momentos en el principio de la participación y en uno de los fines esenciales del Estado, que
es facilitar la participación de todos en las decisiones que los afectan y en la vida económica,
política, administrativa y cultural de la nación. Este modelo se base en cuatro ejes
fundamentales: la información de la administración, la consulta, la concertación y delegación.

África: Caso Nigeria

En la mayoría de los países africanos, la génesis de la Administración Pública puede


ubicarse en la colonización del continente. Por esta razón, un punto de partida sería el legado
material y humano de dicho colonialismo, que incluye aspectos como: el trabajo forzado,
exceso de impuestos, infraestructura mal repartida y descuidos en servicios de sanidad y
educación. Como se ha dicho, bajo el dominio del colonialismo se establecieron unas
estructuras burocráticas de administración para que el sistema pudiera asegurar y llevar
adelante la explotación de los recursos:

En gran medida, el colonialismo sustituyó o suprimió las diferentes organizaciones


administrativas tradicionales y, con ellas, los valores de su cultura de administración.
En la mayor parte de África, las organizaciones administrativas tradicionales fueron
eliminadas y sustituidas por organizaciones burocráticas (…). A ese respecto, la misión
civilizadora de las Potencias coloniales tenía un alcance limitado; su principal
preocupación era pacificar a los nativos con objeto de facilitar la explotación de los
recursos naturales. Por consiguiente, se invirtió poco en desarrollar una infraestructura
administrativa compleja; los sistemas administrativos consistían en organizaciones
esquemáticas, con el tamaño justo para los objetivos de extraer ingresos y garantizar
una administración ordenada. (Mutahaba, R. Baguma y M.S. Halfani 1994, p.7)

La colonización impuso instituciones y sistemas jurídicos, políticos y administrativos


ajenos a las realidades locales existentes en África. Después de la independencia, la mayoría
de los países africanos contaba con instituciones político-administrativas inestables, arreglos
constitucionales frágiles, prácticas inconstitucionales en el ejercicio del poder nacional y la
gestión de los asuntos públicos y desacato de sus disposiciones que se mantienen hasta la
actualidad. En consecuencia, las contradicciones entre una política liberalizada (por ejemplo,
el pluripartidismo después de la independencia) y unas directrices de actuación de tendencia
socialista culminaron en unos regímenes autoritarios de partido único.

De manera análoga, África ha sido singularmente proclive a los golpes militares y a la


represión, sobre todo en el África occidental, por lo que en el plano nacional como resultado
de la naturaleza neopatrimonial del Estado, la tendencia se ha reflejado en la debilidad
institucional, sin separación entre las esferas pública y privada y, sin mecanismos oficiales de
competición o participación, careciendo de instituciones que promuevan la representación, la
consulta, el interés, la gobernanza y la Administración Pública.

Si bien cada parte de África ha evolucionado de manera singular en lo que concierne a


su historia de instituciones tradicionales, siguiendo sus distintos legados históricos, sus
maneras diversas de adaptarse a las presiones internas y externas, sus relaciones con las
potencias colonizadoras y con los nuevos gobiernos después de la independencia, en términos
generales, puede decirse que los dirigentes y las instituciones tradicionales coexisten en
precario equilibrio con las instituciones modernas del Estado. No obstante, existen países que
han adaptado las instituciones tradicionales a las necesidades de la Administración Pública
moderna; verbigracia, Uganda reinsertó los reinos e instituciones de dirección tradicional,
pero asignó misiones relacionadas con el desarrollo económico y cultural. Ruanda introdujo
los tribunales gacaca para dar solución a los problemas surgidos del genocidio de 1994 y
Sudáfrica en el establecimiento de una política que oriente la integración de los dirigentes
tradicionales en la gestión pública nacional.

Ante la óptica que antecede, el informe de la Comisión para África (2005, p.134)
destaca que: “en la mayoría de los países sigue habiendo puntos débiles en la eficiencia de los
servicios públicos, el control de la corrupción, la transparencia, la responsabilidad en la
Administración Pública y la descentralización efectiva de las estructuras gubernamentales”.
De ahí, que se haga preciso fortalecer las instituciones que aseguran la coordinación entre el
gobierno central y los gobiernos locales. En este sentido, el Banco Mundial ha propuesto
reformas de los servicios públicos en la República Centroafricana, tras un golpe de Estado en
2003 que afectó la funcionalidad del Estado.

Cabe resaltar que la corrupción y la falta de capacidad estatal se definen como un


aspecto clave en los problemas de la Administración Pública: los funcionarios constituyen en
promedio solo el 1% de la población en los países africanos, un porcentaje mucho menor que
el de otras regiones en desarrollo con un 3% (Lienert y Modi, 1997, p.100). En esta misma
línea, el autor, Van de Walle (2001, p.131) explica que la Administración Pública africana se
caracteriza por un “omnipresente absentismo, corrupción endémica, politización, pérdida de
legitimidad y falta de moral”.

Siendo así, los puestos que requieren un perfil bajo de aptitudes tienden a presentar un
exceso de personal mientras que, en los niveles de capacitación altos, es habitual encontrar
carencias significativas. Por su parte, las ONG a menudo atribuyen la falta de capacidad a la
pobreza; por otro lado, expresan que muchos de los aspectos citados de la actuación de la
Administración Pública están estrechamente relacionados con la caída de los salarios. En el
período poscolonial, el tamaño de la Administración se expandió con rapidez y la respuesta a
las presiones para recortar el gasto mayoritariamente consistió en permitir la caída del valor
de los salarios en lugar de reducir el número de empleados. Verbigracia, en agosto de 2016,
los sindicatos de Nigeria participaron en una protesta nacional contra la crisis laboral por
recortes de salarios e irrespeto a la legislación laboral.
De ahí que convenga subrayar que el primer requisito para que los Estados africanos
cuenten con instituciones de Administración Pública eficaces ha quedado reconocido y
consagrado en la Carta de la Administración Pública en África. En tanto, los gobiernos y sus
asociados en el desarrollo deben procurar la actualización de dicha Carta como un recurso
para fortalecer las instituciones en el continente y formular nuevas modalidades de gestión
que se adapten a las características singulares de cada país para la materialización de los
objetivos de la sociedad en desarrollo socioeconómico sostenible y avanzar en la senda
conducente a la erradicación de la pobreza.

Un ejemplo de la Administración Pública en el continente africano se encuentra en la


República Federal de Nigeria, un país del África occidental, cuya forma de gobierno se define
como: “Estado soberano, indivisible e indisoluble”, basado en los principios de la democracia
y la justicia social, como una república federal presidencialista. En su constitución que surtió
efecto en mayo de 1999, luego de su respectiva independencia de Reino Unido en 1960, fue
preparada por el gobierno provisional del General Abubakar el Presidente es una figura
poderosa que como Jefe del Gobierno también preside el Consejo Ejecutivo (gabinete).
Asimismo, el Poder Legislativo será ejercido por una Asamblea Nacional de la Federación,
compuesta de un Senado y una Cámara de Representantes, así como Asambleas Legislativas
Estatales.

En lo que concierne a la organización territorial, el país se organiza en 36 estados,


Cada uno con su propio gobierno encabezado por un Gobernador y un parlamento estatal y un
distrito federal: la Capital Federal de Abuya. A su vez, debajo del nivel estatal, cada estado se
subdivide en 774 Áreas Locales de Gobierno o Administraciones Locales (LGAs). En el
pasado, sobre todo bajo la junta militar, la concentración creciente de Poder Legislativo y
Administrativo en el nivel central de gobierno causó un debilitamiento del sistema federal y,
estos denominados LGA substituyeron los Distritos que eran las anteriores unidades
administrativas bajo el gobierno británico.

De la misma forma, los poderes ejecutivos de los estados son atribuidos al


Gobernador, que son elegidos para un período de cuatro años y debe recibir no menos que un
cuarto de molde de votos en al menos dos tercios de toda las Áreas Locales de Gobierno en el
estado. Siendo así, el sistema de gobierno local elegirá los Consejos de Gobierno Local que
garantiza el Gobierno de cada estado asegurar su creación, estructura, composición, finanzas y
funciones de los mismos y será el deber del Consejo de Gobierno Local del estado participar
en la planificación y desarrollo económico, establecidos por una Ley promulgada por la
Asamblea Legislativa Estatal.

Por lo que se refiere a su sistema legal, éste se encuentra cimentado en el derecho


consuetudinario inglés, la ley Islámica Shariah (en estados del norte), y divisiones
tradicionales administrativas. Aún así, la composición del Gobierno de la Federación o de
cualquiera de sus organismos se llevará a cabo con el carácter federal de Nigeria y la
necesidad de promover la unidad nacional, lo que garantiza que no habrá predominio de
personas de un estado, de grupos étnicos seccionales ni de ningún otro tipo.

Dentro de este marco, cabe reseñar que el Gobierno de la Federación o de un estado no


adoptará ninguna religión como religión del estado y durante los períodos en que la
Federación esté en guerra, la Asamblea Nacional podrá hacer leyes para el gobierno de la paz,
el orden y bien de la Federación o estado. En Nigeria, la Oficina del Servicio Federal Civil es
el cuerpo encargado de proporcionar la orientación central en asuntos de desarrollo del
personal. Así, los profesionales que aspiran a cargos de directores y administradores están
preparados en formación superior en política e instituciones, en el Instituto Nacional para la
Política y Estudios Estratégicos (NIPSS). Sin embargo, el Servicio Público nigeriano en el
Servicio general y Civil, en particular, han estado atravesando reformas graduales y
sistemáticas desde mayo de 1999 después de las décadas de política militar.

Asia: Caso India

Para comprender las particularidades de la administración pública en India, bajo la


óptica particular de los países en desarrollo, es necesario considerar que India es el segundo
país con mayor población del mundo, solo superado por China, dado que según el último
censo de 2011, cuenta con un total de 1.210.193.422 habitantes; además otro elemento
importante a tomar en cuenta es que según la constitución de 1950 (creada tres años después
de su independencia frente al Reino Unido), el Estado asume una forma Republicana
“democrática, secular, soberana y socialista”, además de estructurarse de manera federal.
En India, la forma federal se constituye en un conjunto de 28 estados autónomos y 7
territorios unidos, que a excepción de Delhi, dependen administrativa y políticamente del
gobierno central. A pesar de esta división, el Instituto Indio de Administración Pública
considera “el gobierno central indio mantiene un gran poder en relación al poder de los
diferentes estados”.

El poder público en India se divide en los tres poderes tradicionales: Ejecutivo,


Legislativo y Judicial, que han sido moldeados con una importante influencia británica, pero
con elementos particulares que los diferencian. En el caso del Poder Legislativo, el mismo
está compuesto de manera bicameral: la Rajya Sabha, o Consejo de Estado, que funge como
la cámara alta o de Lores británica; y la Lok Sabha o Cámara del Pueblo, que se asemeja a la
Cámara de los Comunes de la antigua potencia colonial.

La Rajya Sabha está compuesta por un total de 250 miembros, de los cuales 238 son
representantes de los estados y territorios, mientras 12 son nombrados por el Presidente y su
composición cambia cada 6 años cuando su respectivo período de legislatura. Cabe destacar
que los miembros electos no lo son de manera directa, sino que su designación la realizan las
asambleas legislativas estadales.

De manera diferente ocurre con Lok Sabha, cuya casi totalidad de miembros son
elegidos a través del voto popular cada 5 años. La constitución permite que la cantidad
máxima de representantes llegue a 552, dividida en 530 representantes de los estados, 20 de
los territorios y 2 de la comunidad anglo-india. Sin embargo, en la actualidad solo hay 545
curules ocupados. El Parlamento Indio incluye la institución llamada “Question Hour”, en
donde los parlamentarios de esta cámara tienen una hora, al comienzo de cada jornada, para
cuestionar a los ministros del gobierno ejecutivo sobre sus funciones.

En cuanto al segundo poder público, el poder judicial, la India tiene una Corte
Suprema con tres tipos de jurisdicciones: original, relacionada con la resolución de
controversias entre el Estado central y los estados de la federación, o entre los estados
federados entre sí, así como cuestiones de derechos fundamentales; una apelativa, sobre las
decisiones de todos las cortes de carácter inferior en India; y una “asesora” en materia
constitucional.
Existen 18 Altas Cortes (que no supremas) por estados de la unión, de las cuales tres
tienen bajo su jurisdicción a más de un estado, y el territorio capital de Dheli tiene uno propio.
Los presidentes de estas cortes son nombrados por el Presidente indio en consulta con el
Presidente de la Corte Suprema y el Gobernador del estado o estados correspondientes. Para
ser elegido juez, el requisito, además de ser ciudadano indio, es haber ejercido la profesión del
derecho durante al menos 10 años como litigante.

En cuanto al poder ejecutivo se refiere, el mismo se compone de un Presidente que


adquiere las funciones de lo que sería la Corona para el Reino Unido, es decir, ceremonial,
aunque las funciones ejecutivas sean llevadas a cabo en su nombre. El presidente y
vicepresidente son elegidos indirectamente a través de un “colegio electoral” que está
compuesto por miembros del parlamento y de las asambleas legislativas, para un período de 5
años, aunque puedan o no coincidir los términos de ambos funcionarios. Además, el
vicepresidente no asume la presidencia en caso de ausencia del presidente.

En quienes recae las responsabilidades ejecutivas y administrativas reales, es en los


miembros del Consejo de Ministros, que a su vez es liderado por el Primer Ministro indio,
quien representa el líder del partido o coalición mayoritaria en el parlamento, y es nombrado,
así como los otros ministros, de manera ceremonial por el Presidente.

Sobre los gobiernos regionales, varios estados tienen una asamblea legislativa
bicameral al estilo del parlamento nacional, de allí surgen los primeros ministros de cada
estado, que ejercen una importante parte de las tareas ejecutivas en compañía con el consejo
de ministros, el cual, a imagen del nacional, es responsable ante el parlamento respectivo. De
manera paralela, cada estado tiene un gobernador designado por el gobierno central que
comparte tareas, de manera coordinada, con el primer ministro y que en ocasionas especificas
puede ampliar sus competencias, incluso por sobre el primer ministro regional.
Los gobiernos de los territorios son administrados de manera central, aunque algunos
han ganado una amplia autonomía administrando sus propias asignaciones, como el caso de
Dheli. Algunos estados y territorios están tratando de revitalizar los tradicionales “consejos de
aldeas” o panchayats, como parte de fomentar la participación ciudadana en las cuestiones
públicas, con las dificultades propias de la cultura india, como es el caso del sistema de castas.
Los gobiernos locales, por su parte, se clasifican en tres categorías: Nagar panchayat,
que se constituye en zonas de transición rural-urbana, concebida para canalizar adecuadamente
los impulsos modernizadores y de crecimiento en dichos asentamientos; gobierno municipal,
centrado en localidades urbanas pequeñas; y las corporaciones municipales, encargadas de las
grandes ciudadades. A este nivel, existen dos tipos de funciones: obligatorias y discrecionales.
Dentro de las primeras está: el suministro de agua pura y sana; construcción y mantenimiento
de calles públicas; la iluminación y limpieza de calles públicas; el mantenimiento o soporte de
hospitales públicos; y el establecimiento y mantenimiento de escuelas primarias. Dentro de las
discrecionales se cuentan proporcionar bienestar a los empleados públicos y garantizar
acceso a la música a sus ciudadanos.

En otro sentido, a nivel nacional no existe un ombudsman o defensor del pueblo, pero
sí en algunos estados de la unión, siendo el primero en Karnataka y llamado Lok Ayutka. Esta
figura, sin embargo, de acuerdo al Instituto de Administración Pública de India, presenta tres
claros problemas: el primero es que el éxito del Lok Ayutka está más relacionado con la
persona que ocupa el cargo que con las competencias inherentes a su oficina; la falta de de
una agencia de investigación independiente en muchos estados, que respondan ante la oficina
del Lok, y se ve obligado a depender de la información de terceras agencias; y por último, su
papel como consejero, o alguien que recomienda buenas costumbres, pero poco poder real.

Sobre el funcionariado público, cabe destacar dos aspectos importantes. Por un lado,
según la Biblioteca del Congreso Nacional de Chile, el tamaño de la burocracia india es muy
grande dado que “el 39,5% de los empleos que existen en la India se originan en el sector
público”; y por otro lado, el Servicio Público exige un alto estándar para sus funcionarios, por
lo que existen Instituciones como el “Indian Institute for Public Administration” para entrenar
a quienes se plantean tales oficios.

Constitucionalmente es instituido una “Comisión para el Servicio Público de la Unión”


en su artículo 315, que en compañía de la “Comisión de Selección de Personal”, son las
entidades encargadas de: la contratación de servicios y puestos en el gobierno central
mediante entrevistas; asesorar sobre la idoneidad de los oficiales para el nombramiento en la
promoción; asesorar al gobierno en sus diferentes niveles sobre todos los asuntos relacionados
con los métodos de reclutamiento para diversos servicios y puestos.
Bibliografía

• Banco Mundial. (2000). Informe sobre el desarrollo mundial: Infraestructura y


desarrollo.
• Biblioteca del Congreso Nacional de Chile. (2011). El sistema político de India: sus
principales características. Recuperado el 14 de enero de 2018, de
https://www.bcn.cl/observatorio/asiapacifico/noticias/sistema-politico-india
• Brouchoud, M. (2009). Las reformas del Estado y la administración pública en AL y
los intentosde aplicación del New Public Management.
• Commonwealth Adv. Seminar. (2003). The Case of the Nigerian Civil Service and
Federal Civil Sevice.
• Division for Public Administration and Development Management. (2005). Federal
Republic of Nigeria. Public Administration.Country profile.
• Division of Public Administration and Development Management. (2006). Republic of
India. Public Administration Country Profile. Recuperado el 12 de 12 de 2017, de
http://www.iipa.org.in/www/iipalibrary/iipa/pdf/UNPAN023311.pdf
• Illinois, U. d. Administración Publica y desarrollo económico.
• Mendez, J. El Estado y la administración pública en la dinámica de la globalización
contemporánea. UNAM.
• Mutahaba, Baguma, & Halfani. (1994). Vitalizing African Public Administration
forRecovery and Development. Kumarian Press.
• Pacheco, Y. La administración pública y el fomento del desarrollo económico.
UNAM.
• Restrepo-Medina, M. (2011). La administración pública en la constitución de 1991:
Sincretismo entre la burocracia, el gerencialismo y la gobernanza. Resvista de
estudios Socio-Jurídicos.
• Spink, P. Modernización de la administración pública en américa latina.
• Tarracena, P. Formas de administración en las sociedades precolombinas y coloniales.
UNAM.
• The Embassy of Nigeria in Netherlands. Government & Constitution of the Federal
Republic of Nigeria. Federal Foreign Office.
• Torres, R. La administración pública como instrumento del desarrollo económico.
UNAM.
• UNDESA. (2011). Public Service Ethics in Africa.
• Vargas, J. (2002). Los desafíos de la administración pública en américa latina.
Revista: Estado, Gobierno y Gestión Pública.
• Walle, V. d. (2001). The Democratization of Political Clientelism. Leipzig: European
Conference on African Studies.

También podría gustarte