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Resumen Trigo Represas 313 Pags
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Todas las relaciones pecuniarias que existen entre los hombres son
relaciones de obligaciones: todos los días creamos obligaciones. Los actos más
comunes y ordinarios de diario acontecer, como la compra de víveres, o el
transporte de pasajeros constituyen contratos que a su vez son actos de donde
nacen obligaciones. El hombre teje así a su alrededor una red de múltiples
obligaciones que le permiten subsistir y desenvolverse en el medio ambiente.
El hombre se ve obligado, pese y aun contra su voluntad, a un sinnúmero de
otras obligaciones por ejemplo las que nacen de la responsabilidad civil. La
importancia de la teoría de las obligaciones queda así revelada, ya que en el
aspecto económico, ella es la que regula los fenómenos de la circulación y
distribución de la riqueza, y al tutelar ese intercambio, protege también el interés
de la cooperación ajena para la satisfacción de las necesidades propias,
comúnmente traducida en la transformación o traslación de bienes y cosas que la
enrobustece con un profundo contenido social, y que la vida en sociedad impone de
manera ineludible, la cooperación entre los individuos para la consecución de sus
fines.-
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3- Legisla por separado las obligaciones de sujetos múltiples: por un lado el objeto
(divisible o indivisible) y por otro lado el sujeto (solidarias y simplemente
mancomunadas)
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decir, hacia la obtención de un resultado patrimonial que implica su cumplimiento.
En este orden se ha llegado a decir con evidente error que la obligación no es un
vínculo de persona a persona, sino una relación de patrimonio a patrimonio.
Las personas subsisten, pero solo como representantes de sus respectivos
patrimonios. Esta concepción objetiva ha tenido la virtud de dinamizar el concepto
de obligación y por consiguiente:
1) La obligación puede ser contraída por medio de representantes.
2) Puede estipularse a favor de 3º
3) La obligación puede transmitirse tanto en su objeto activo como pasivo.
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Punto 2: ELEMENTOS DE LAS OBLIGACIONES:
Sujeto
Esenciales Objeto
Causa (no hay obligación sin causa)
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II) OBJETO: en los regimenes jurídicos es frecuente encontrar una confusión entre
el objeto del contrato y el objeto de la obligación, dándose como objeto del
contrato a las prestaciones de dar, hacer o no hacer.
Objeto de los contratos: en realidad un contrato no tiene objeto, tiene
efectos que consisten en producir obligaciones. Son estas las que tienen un
objeto que consiste en la prestación de una cosa material un hecho o una
abstención.
Baudri, Lacantinene y Borda: el contrato tiene por objeto el derecho que las partes
han tenido por fin crear al contratar, en tanto que el objeto de la obligación es la
cosa o el hecho al cual ese derecho aplica”.
Mazeaud: el objeto del contrato es la operación jurídica que las partes pretenden
realizar. Esta operación jurídica se distingue de las prestaciones prometidas que
son el objeto de la obligación.” (Cazeaux- trigo represas coinciden).
Objeto de la obligación: la doctrina entendía inicialmente que el objeto de la
obligación consistía en la cosa o los servicios debidos. En posterior evolución se
ha comprendido que las cosas o servicios debidos son el soporte físico del
objeto de la obligación, pero no el objeto en si mismo. El objeto del nexo
obligatorio lo constituye la prestación es decir, el comportamiento, la conducta,
acción u omisión que debe cumplir el D.
Messineo y Barbero hacen una distinción entre el objeto y el contenido de la
obligación: el objeto son las cosas o servicios debidos, el contenido es la prestación.
Si la prestación fuera el objeto de la obligación no se sabría que función
asignar en el nexo obligatorio, a las cosas o a los servicios.
Betti, el objeto de la obligación es el bien debido.
Carnelutti, expreso que la acción, el comportamiento del D no constituyen el
objeto de la obligación sino que son medio de cumplimiento de la misma.
Hernández Gil, concluye asignando el carácter de objeto de la obligación a la
prestación, pero considerándola constituida por dos factores, uno invencible, que es
la conducta, el comportamiento del D que encontramos tanto en las obligaciones de
dar como en las de hacer o no hacer; otro es el factor variable y por lo tanto puede
no concurrir: las cosas.
”Cuando la obligación consiste en dar o entregar una cosa, la cosa en si,
aunque no integre ella sola el objeto, forma parte del el. En las prestaciones de dar,
pues, las cosas e incorporan al objeto. En las que no van referidas a las cosas,
como ocurre en las de hacer o no hacer, es solo la conducta del D la que integra el
objeto de la obligación”.
Finalmente otros autores distinguen en la obligación un objeto inmediato
que esta constituido por la prestaron y un objeto mediato que es la cosa, el hecho o
la abstención sobre los que recae la prestación.
Art. 495: “las obligaciones son de dar hacer o no hacer.”
En las obligaciones de fuente contractual, el dar hacer o no hacer será el que
hayan convenido las partes. En las de origen legal y en las emanadas de los actos
ilícitos, la prestación esta constituida por la reparación de daño causado. Por lo
general consiste en un dar por Ej.: el deber de restituir la cosa hurtada, puede
tratarse también de un hacer, por Ej.: restablecer la situación que existía antes de
cometerse el hecho dañoso.
Algunos autores reducen las distintas clases de prestaciones a 2: hacer y no
hacer, pues el dar (argumentan) se resuelve en un hacer, sin embargo existen
diferencias entre las obligaciones de dar y de hacer, en el dar la actividad del D es
mínima y todo el desgaste de energía se limita a la entrega de la cosa, en las
obligaciones de hacer hay un desgaste de energía humana, que como en la
coacción de servicios, por Ej. Significa frecuentemente años de vida en el
cumplimiento.
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REQUISITOS:
Los requisitos del objeto de la obligación no están determinados en la parte del C.C
que se refiere a las obligaciones. Las disposiciones se encuentran dispersas, Arts.
1167, 1168, 1169 y su nota, 1170 a 1175 en la parte general de los contratos, el
Art. 953 en la parte referente a los actos jurídicos y los Arts.1327, 1444, 1499 y
1500, 1655, 1799, 1889, etc. en la parte especial de los contratos o sea la compra-
venta, la cesión de créditos, la locación, la sociedad, la donación, el mandato, etc.
los requisitos del objeto de la obligación son:
A. Debe ser posible
B. Tiene que ser licito
C. Se exige que sea determinado o determinable
D. Asimismo debe representar interés para el A
B) Lícito: según el Art. 953 si el objeto del acto jurídico consiste en la entrega de
una cosa esta debe estar en el comercio, es decir, que su enajenación no este
expresamente prohibida o dependa de una autorización pública. Están excluidos de
ser objeto de las obligaciones:
Bienes públicos del estado, la luz, el aire y los llamados bns personalísimos
Tratándose de un hecho, no tiene que estar prohibido por la ley ni ser contrario a
las buenas costumbres, ni oponerse a la libertad de acción ni de consciencia ni
perjudicar los derechos de 3º.
La jurisprudencia nacional y extranjera han declarado la nulidad de obligaciones por
ilicitud de objeto en casos en que aparecían violados los principios enunciados, por
ejemplo en los siguientes casos:
1) Por afectar la persona del D: contratos sobre operaciones quirúrgicas peligrosas
de ensayo y sobre espectáculos circenses peligrosos, la venta o cesión de
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elementos o sustancias renovables, por el organismo, para beneficiar a 3º, no
ofrece mayores objeciones.
a) contrato de transfusión de sangre, suministro de leche de madre etc. (mayores
problemas presenta el supuesto de cesión a otras personas de órganos o partes no
renovables del organismo)
b) por ser contrarios a las buenas costumbres ej. Sociedad por prostitución.
c) por violar la ley: sociedad para el contrabando y contratos sobre herencias
putativas.
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2- Ihering, Winscheid: entre otros opinan que pueden ser objeto de las
obligaciones, los llamados por Ihering “bns ideales”. La exigencia de valor
económico en la prestación es propia de las épocas primitivas pero la época
moderna tiene exigencias de equidad que hacen que deba prestarse protección
jurídica a los valores no económicos.
Cualquier interés aunque solo sea moral, es digno de protección por el
derecho, y las circunstancia de que el incumplimiento de la prestación no sea
apreciable en dinero no es razón suficiente para dejar sin reparación al A.
En cuanto a la indemnización, sostiene Ihering que puede ser acordada en
dinero, en virtud de la triple función de este:
1º función: EQUIVALENCIA, es la que se cumple al indemnizar la ejecución de una
obligación de contenido patrimonial
2º función: PENAL, es la que se cumple en la indemnización de los daños causados
por actos ilícitos.
3º función: SATISFACTORIA, es la que permite indemnizar el incumplimiento de
una prestación no valuable económicamente.
En nuestro C.C el tema ha sido resuelto de modo dispar. Hay tres sectores
diferentes:
a) el de las obligaciones de fuente contractual: el objeto de las mismas debe ser
susceptible a la valoración pecuniaria. El objeto de los actos y de los contratos
deben ser “cosas que estén en el comercio” (Art. 953 y 1167) o “la entrega de una
cosa, el cumplimiento de un hecho positivo o negativo, susceptible de una
apreciación pecuniaria” (Art. 1169). La nota del Art. 1169, exige no solo que el
objeto sea susceptible de apreciación pecuniaria sino que represente para el A, una
ventaja apreciable en dinero (un simple interés de afección no seria suficiente para
dar una acción). Después de la reforma de la ley 17711 en su actual redacción el
Art. 522 del C.C establece que: “en los casos de indemnización por responsabilidad
contractual el juez podrá condenar al responsable a la reparación del agravio moral
que hubiere causado, de acuerdo con la índole del hecho generador de la
responsabilidad y circunstancias del caso.”
b) el de las obligaciones derivadas de los actos ilícitos: Arts. 1068, 1075, 1078 y la
nota del Art. 2312, nos demuestran que se reconoce protección jurídica en casos en
que el bien lesionado no es apreciable en dinero, sino de orden moral, afectivo o
relacionado con la seguridad de la persona, dando lugar, con ello a una reparación
pecuniaria (Art. 1083)
c) y fuera de la orbita obligacional lo que se refiere al objeto de los derechos reales:
según los Arts. 2844 y 3000 el objeto del usufructo y de las servidumbres, puede
ser “cosas de mero placer” o “aunque la utilidad sea de mero recreo”
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causa generatriz de la obligación, por ello es preferible denominarla FUENTE que
según la definición de Segovia es “el hecho acto o relación jurídica que engendra y
sirve de fundamento a la obligación”
1- En el derecho Romano: en las instituas de Gayo se consideran dos fuentes de la
obligación: ex contractu y ex delito
En el Digesto de Justiniano se propone una clasificación tripartita, agregando
a las dos fuentes citadas una más: varie causarem figurae pero se duda de la
autenticidad de este texto y se supone que media una interpolación. En las
INTITUTAS DE JUSTINIANO se hace una clasificación de cuatro especies o sea “las
que nacen de un contrato de un cuasi contrato de un delito y de un cuasi delito.”
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c- La ley: la ley es fuente de las obligaciones cuando directamente las crea. Es la
norma eminente portadora de la voluntad de legislación por Ej.: obligación del tutor
a rendir cuentas.
Además la doctrina moderna propugna las siguientes:
1- Enriquecimiento sin causa: consiste en todo aumento patrimonial experimentado
por un sujeto a expensas del patrimonio de otros, sin que exista un antecedente
legítimo que lo justifique por Ej.: el pago de lo indebido.
2- Voluntad unilateral: es el poder de la sola voluntad de las personas, de crear
obligaciones a su cargo, antes de la concurrencia de la aceptación del A por Ej.: la
primera de recompensa (no es considerada una fuente porque se convierte en
contrato)
3- Abuso del derecho: Art. 1071
4- La sentencia judicial: al respecto hay distintas opiniones:
I. Quienes consideran que en la sentencia solo se declaran derechos. La labor del
juez es subsumir la situación de hecho dentro de la obligación (por lo tanto no
seria fuente de obligaciones)
II. Otros consideran que en la sentencia judicial hay una actividad creadora de
derechos.
III. Por ultimo otros distinguen las sentencias en: declarativas y constitutivas, que
son fuente de obligaciones.
5- Relaciones contractuales de hecho: (Haupt) ciertas relaciones que
tradicionalmente han sido incluidas en la zona contractual, pero en las cuales el
mencionado autor no advierte que se den los elementos configurativos del
contrato. Ej.: el aviador deportivo que utiliza una pista publica de aterrizaje por la
cual tiene que pagar la correspondiente tarifa o el de las relaciones resultantes de
usar un servicio de transporte colectivo o de cualquier otro servicio público.
Nota: causa o fuente, contrato, cuasi contrato, o delito.
Libro III
De los derechos
Reales
Titulo preliminar: de la transmisión de los dchos. En gral.
Libro IV Secc.1º: de la trans. De los dchos. Por muerte de las psnas. A
De los dchos reales quien correspondan
Y psonales. Secc.2º: concurrencia de los dchos reales y psnales contra los
Disp. comunes. bns del D.
Secc.3º: de la adquisición y pérdida de los dchos reales y
psnales por el transcurso del tiempo.
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PRESUNCION DE LA EXISTENCIA DE CAUSA:” Por lo general en el instrumento de
la obligación consta la cusa del acto jurídico de que se trata, las prestaciones
asumidas por las partes y más excepcionalmente los motivos que las impulsaba a
contratar. En tal caso, no hay dificultad en cuanto a la expresión de causa. Por Ej.:
si en el titulo de la obligación dice: adeudo a Marcos $100.000 que me entrego en
calidad de préstamo y me comprometo a devolverlo el 30 de junio de 2009, esa
será la causa. Pero puede ocurrir que en el titulo no se exprese por que se debe.
Adeudo a Marcos $100.000 moneda nacional, que le pagare el 30/06/09, situación
prevista en el Art. 500:”aunque la causa no este expresa en la obligación, se
presume que existe, mientras el deudor no pruebe lo contrario”.
a- cuando el Art. Dice “aunque la causa no este expresada en la obligación, la
palabra obligación esta tomada en un sentido impropio, en el sentido de
instrumento probatorio de la misma. Debemos leerlo entonces “aunque la causa
no este expresada en el titulo de la obligación”
b- la doctrina difiere en cuanto al significado de la expresión causa, para unos
se trata de la CAUSA FUENTE para otros de la CAUSA EN SENTIDO FINALISTA, la
solución dada por el Art. Se justifica ampliamente por dos motivos:
I. lógicamente debe presumirse que nadie se obliga sin causa.
II. Jurídicamente coincide el Art. 500 con lo establecido por las leyes de prueba.
El actor debe probar su acción y el demandado su defensa. Al A le basta probar
la existencia de la obligación y si el D pretende que la misma no tiene causa,
debe justificar tal defensa. Todo el que intenta una modificación de una situación
jurídica dentro de un juicio debe probarla.
Medio de prueba del D: si este alega que nunca tuvo voluntad de obligarse para con
el A y que el documento que instrumentó la deuda, es de complacencia, su
pretensión lo pone en situación de negar el contenido del documento y, en
consecuencia, de acuerdo con la doctrina del Art. 1071 del C.C, debe emplear para
tal fin, la prueba escrita. En cambio si alega que la causa existió inicialmente, pero
desapareció después o que se hizo imposible, la prueba puede hacerse por
cualquier medio, pues se trata de prueba de hechos.
En la jurisprudencia encontramos soluciones antagónicas: A) para algunos
tribunales la prueba de la falta de causa o de la causa simulada puede hacerse por
cualquier clase de prueba. B) otros tribunales exigen que la prueba sea escrita
rechazando la de testigos y las presunciones.
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La simulación de la causa ha de ser:
a- relativa: si la simulación fuera absoluta, la obligación no seria valida. Art. 499:
no hay obligación sin causa.
b. lícita: si la causa verdadera que existiera detrás la causa simulada fuera ilícita la
obligación seria nula. Art. 501: simulación parcial, relativa, no total. Art. 502:
principio general de licitud en materia de la causa.
Régimen de la prueba: al A le corresponde probar la existencia de la obligación. El
D que invoque la falsedad de la causa tendrá que demostrar tal extremo. El A habrá
de probar la existencia de la causa verdadera que esta encubierta por la causa
simulada. Estas pruebas deben ajustarse al ritmo procesal del juicio de que se
trate. Los medios a utilizar por el D para la demostración de la falsedad de la causa
hay que distinguir si se trata de la prueba, por partes, por sucesores de las partes o
por terceros:
a) Si se trata de la prueba de la causa simulada entre las partes, la doctrina y
la jurisprudencia, entienden que en principio, debe exigirse
contradocumento (Art. 960 y 1193 C.C) en la reforma del Art. 960 del C.C
por el decreto ley 17711 se determina que podrá prescindirse del
contradocumento si mediaran circunstancias que hagan inequívoca la
existencia de la simulación
b) Si la cuestión se plantea con sucesores de las partes, pueden darse dos
situaciones:
1- que los sucesores hagan valer los dchos de su causante, en cuto caso se
les exige en materia probatoria el mismo rigor que a las partes y deben por
lo tanto aportar en principio contradocumento como prueba.
2- si los sucesores invocan, en cambio, derechos propios, afectados por la
obligación contraída por el causante, pueden usar todos los medios de
prueba como si se tratara de terceros.
c) Cuando los afectados por la falsedad de la causa son terceros, les esta
permitido usar toda clase de prueba.
CAUSA ILÍCITA: Art. 502: “la obligación fundada en una causa ilícita es de ningún
efecto. La causa es ilícita cuando es contraria a las leyes o al orden publico” la
causa contraria a las leyes es la que se opone al ordenamiento jurídico concreto
(leyes, decretos, etc.) Ej.: un obligación fundada en juegos ilícitos.
La doctrina considera que el Art. 502 al referirse al orden público también incluye la
moral y las buenas costumbres. La nota del Art. 530, establece que: “se entiende
por buenas costumbres al cumplimiento de los derechos y deberes impuestos por
las leyes divinas y humanas”
Salvat, opina que esta noción de causa ilícita ha sido tratada en el código de una
manera un tanto vaga e imprecisa, justamente para dejar un amplio poder de
apreciación a los magistrados.
En la jurisprudencia nacional y extranjera encontramos las siguientes aplicaciones
en las que se ha declarado la nulidad de contratos por tener causa contraria a las
leyes, al orden publico o a las buenas costumbres.
Contratos celebrados para ejercer la prostitucion, la mendicidad, etc.
Contratos de ayuda electoral, colocación y venta de bns con destino inmoral,
etc.
Prueba de la ilicitud de la causa: tratándose de hechos y no de probar en contra el
contenido del acto, se admite todo tipo de prueba
Nulidad: el acto con causa ilícita es de nulidad absoluta (Art. 1047) y será nulo o
anulable según el motivo de la nulidad aparezca o no manifiesto.
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Punto 3: DECLARACIÓN UNILATERAL DE LA VOLUNTAD:
El origen de esta teoría aparece como consecuencia de la ineficacia de la teoría
clásica del contrato para explicar ciertas situaciones de dcho en las cuales el
concurso de las voluntades, de existir, se manifestaba con poca claridad o para
sancionar algunos efectos jurídicos que el contrato no era idóneo para producir y
que sin embargo se producían. Se trata de un recurso destinado a suplir la
insuficiencia del contrato.
Definición: “la declaración unilateral de la voluntad es el poder de la sola voluntad
del D para crearse obligaciones a su cargo perfectamente validas y exigibles, antes
de la concurrencia de la voluntad del A y cuyo apartamiento le impondrá
responsabilidad civil por los perjuicios ocasionados.”
Está muy controvertido si realmente puede una persona por su sola decisión de
obligarse y sin el concurso de la voluntad de la otra, como acontece en el contrato,
engendrar un debito valedero a su cargo.
! La objeción más fundamental es la de que no basta la mera manifestación del D
para que el vínculo obligacional, sino que se requiere también la aceptación de la
promesa por parte del A. Es obvia la dificultad implicada en la circunstancia de que
si por la mera voluntad del D se puede crear un vínculo jurídico, de esta manera se
posibilita la modificación no solo de la situación patrimonial del D sino así mismo la
del A, sin cuyo consenso se lo estaría convirtiendo en titular del crédito. Así Worms
dice: “no puedo modificar la situación de otros por mi sola voluntad, seria avanzar
sobre sus dchos. Pero debo poder por mi sola voluntad modificar mi propia
situación. Puedo por una declaración unilateral obligarme hacia otro, aquel respecto
del cual pretendo obligarme resultaría mi A si no lo quiere, su aceptación será
siempre necesaria para que nazca el crédito a su favor.”
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Existe otro grupo de legislaciones que admiten solo ciertas y
determinadas soluciones inspiradas en la declaración unilateral de la voluntad, tal
como el C.C alemán
Finalmente una tercera corriente iniciada en Latinoamérica consagra
expresamente esta nueva fuente obligacional. Esto se estableció en los códigos
como el de Brasil, México, Perú.
EXAMEN CRÍTICO:
Examen de los casos particulares que pueden constituir aplicaciones del principio.
En nuestro derecho positivo existen varios supuestos que encuentran o pueden
encontrar una explicación adecuada en la teoría de la declaración unilateral de la
voluntad como fuente de las obligaciones:
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especial, con todos los antecedentes constitutivos de los contratos. Y
coincidentemente el Art. 454 del C. de comercio dispone que las ofertas
indeterminadas contenidas en un prospecto o en una circular, no obligan al que las
haya hecho.
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títulos de crédito en los cuales si bien figura la persona del D, no se indica en
cambio del A y este resultará ser quien posea el instrumento y lo presente para su
cobro al tiempo de su exigibilidad. Por ello estos títulos se trasmiten por simple
tradición manual y sin que los sucesivos traspasos dejen en el huella alguna.
Algunos autores ven en estos títulos a la orden y al portador, la consecuencia de
una manifestación unilateral de voluntad del emisor, quien se obligaría por si y ante
si, creando un derecho cabal y exigible por quien posea el titulo, que puede ser
considerado como el destinatario de aquella declaración. (Leer fotocopia)
CARACTERES:
1. Es un acto unilateral: basta para configurarlo la sola decisión del D, no es
necesaria la intervención A, pero si el A concurre y lo acepta el mismo rendirá
carácter bilateral. Puede ocurrir que el A se obligue a una contraprestación, en
cuyo supuesto el reconocimiento revestirá la calidad de un contrato
sinalagmático.
2. Es en principio irrevocable: una vez configurado el reconocimiento el otorgante
no puede dejarlo sin efecto. Hay sin embargo una excepción y es que el
reconocimiento otorgado por testamento al que se refiere el Art. 3788 según el
cual “el reconocimiento de una deuda hecho en el testamento es reputado como
un legado mientras no se pruebe lo contrario y puede ser revocado por una
disposición ulterior.”
3. Es declaratorio y no constitutivo de dchos.: es decir que se admite una
obligación que existe y tal cual existe. La obligación por tanto no nace del acto
de reconocimiento que no crea ni modifica nada, este solamente reproduce.
4. Se discute si el reconocimiento es un acto a titulo gratuito u oneroso: Borda
concluye que a pesar de que se lo haga sin contraprestación ello no lo convierte
en un acto a titulo gratuito. El reconocimiento testamentario en cambio como
por imperio del Art. 3788 se presume un legado, y debe considerarse un acto a
titulo gratuito.
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c- el reconocimiento por acto de ultima voluntad debe ajustar su forma a las
establecidas por la ley para los testamentos (Art. 3622 y sig.)
2. RECONOCIMIENTO TACITO: es el que resulta de actos de una persona que
revelan inequívocamente su voluntad de admitir que es deudora de una obligación.
Art. 721: “el reconocimiento tácito resultara de pagos hechos por el deudor”, lo que
podría interpretarse en el sentido de que el pago es el único medio de reconocer
tácitamente una deuda pero no es así: la jurisprudencia ha asignado el carácter de
tácita admisión de la existencia de una deuda a los siguientes actos del obligado:
La actitud del demandado que niega adeudar una suma que se le reclama, pero
contrademandada por un crédito que dice tener contra el actor y deducen su
importe de la cantidad reclamada.
La gestión para un arreglo extrajudicial.
La circunstancia de no oponer al D otra diferencia que la prescripción del crédito
reclamado, etc.
3. RECONOCIMIENTO DE LOS ACTOS ENTRE VIVOS: es el que para ser eficacia no
depende del fallecimiento de aquel de cuya voluntad emana (Art. 947). Su
existencia empezara a partir del momento de su otorgamiento.
4. RECONOCIMIENTO POR ACTOS DE ULTIMA VOLUTAD: produce efectos después
del fallecimiento de la persona que lo ha otorgado (Art. 947 y 952). El caso más
frecuente es el que se hace por medio de testamento, sin embargo puede hacerse
reconocimiento por actos de última voluntad que no importen testamento, tal el
que otorga una persona para después de su muerte, sin disponer de ninguno de sus
bns. Y a los efectos de que los herederos respeten ese reconocimiento.
EFECTOS:
Los efectos asignados son:
A. EFECTOS PROBATORIOS: el reconocimiento constituye ante todo, un medio de
prueba de la existencia de la obligación original. Sobre esta base el A puede exigir
el cumplimiento del crédito empleando los medios proporcionados por la ley. Entre
el titulo de reconocimiento (llamado titulo nuevo) y el titulo original (llamado titulo
primordial) de la obligación existen diferencias. En la hipótesis en que no haya
coincidencias entre el acto de reconocimiento (titulo nuevo) y el titulo originario de
la obligación (titulo primordial) las soluciones son las siguientes:
1. “si el acto de reconocimiento agrava la prestación original o la modifica en
perjuicio del D debe estarse simplemente al titulo primordial, si no hubiese una
nueva y licita causa de deber.” (Art. 723)
2. Cuando en el titulo se reconocen o se introducen modificaciones que lo tornan
gravoso para el D (por Ej. Si la deuda estaba suspendida a condición suspensiva y
el titulo nuevo la considera pura y simple) debe estarse simplemente al titulo
original”. La solución es inobjetable.
Tal cual esta legislado en nuestro C.C el reconocimiento, la medida de este tiene
que ajustarse a la medida de la obligación a que el mismo se refiere. Nuestro
reconocimiento no es constitutivo sino simplemente declarativo de dchos.
I- Excepcionalmente puede prevalecer el titulo nuevo sobre el originario cuando
existe una “nueva y licita causa de deber” (Art. 723). Busso ha examinado el punto
y ha llegado a las siguientes conclusiones:
a- si lo que las partes han querido es además de reconocer una obligación hacerla
más onerosa o modificarla en sus elementos esenciales habrá una novacion.
b- cuando a la deuda anterior se le reconoce pero se le acumula una nueva deuda,
el acto jurídico será complejo y estará integrado por dos actos simples: el de
reconocimiento de la deuda preexistente y el de la constitución de una nueva
deuda. Tanto en uno como en el otro caso predomina el titulo nuevo.
II- puede ocurrir que el acto de reconocimiento aminore la obligación original. La
doctrina no es coincidente:
a- Salvat, Llamabias y Borda: se inclinan a favor del titulo primordial salvo que el D
pruebe que ha mediado alguna causa de extinción parcial de la deuda, sin embargo
hacen una distinción: si se trata del efecto interruptico de la prescripción el titulo
nuevo solo producirá efecto por la suma reconocida y la prescripción se cumpliría
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por el excedente, esta distinción no significaría que el titulo nuevo prevalece sobre
el principal, sino que la disminución de la deuda originaria es un efecto de la
prescripción.
b- Lapaille Rezzonico: se inclinan en el sentido de dar preferencia al titulo nuevo.
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Punto 1: CLASIFICACIÓN DE LAS OBLIGACIONES
Para clasificar las obligaciones se toman en cuenta los siguientes fundamentos:
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1º. Obligaciones civiles y naturales: el Art. 515 expresa que “las obligaciones son
civiles o meramente naturales” las obligaciones CIVILES son las que dan derecho a
exigir su cumplimiento, es decir que en ellas sus titulares pueden hacer valer todos
sus efectos, o sea su ejecución.
Las obligaciones NATURALES constituyen en la vida jurídica, el caso excepcional. Su
característica es la de tener efectos muy limitados y reducidos a la legitimación de
los actos de cumplimiento que el D quiere realizar por la sola decisión de su
voluntad y sin que pueda ser ejercida contra el la coacción que es normal de las
obligaciones civiles.
OBLIGACIONES NATURALES: el código las ha definido diciendo que son “las que
fundadas solo en el derecho natural y en la equidad no confieren acción para exigir
su cumplimiento pero que cumplidas por el D autorizan para retener lo que se ha
dado por razón de ellas”
ORIGEN Y TENDENCIAS DE LAS LEGISLACIONES MODERNAS: algunos autores
sostienen que en el derecho romano primitivo no se reconocían otras obligaciones
más que las fundadas en el ius civile y amparadas por el derecho de la acción. Este
rigorismo inicial se habría atemperado en la época clásica, bajo las corrientes
filosóficas y entonces al lado de las civiles dio cabida a otras obligaciones fundadas
en la equidad y el derecho natural, desprovistas de la acción pero que daban lugar
a efectos de cierta importancia, especialmente el de que el D no podía repetir lo
pagado. Para los juristas clásicos la diferencia entre obligaciones civiles y naturales,
no radicaba en la existencia o falta de acción sino en el origen histórico de la norma
en que se fundaba el vínculo.
Se coincidió en que el efecto de las obligaciones, en Roma era más amplio que las
que se confieren en la época moderna: servían de base para un pago valido, podían
ser objeto de novacion, de pacto constituto, de garantizarse con prenda o con
hipoteca, podían dar lugar a la compensación y al derecho de retención. Muy pocos
códigos contienen un capitulo especial para este tema, pueden citarse nuestro C.C,
el chileno, el uruguayo, etc.
En otros códigos la tendencia que prevalece es dedicarle un Art. En la parte del
pago de lo indebido, en gral estableciendo que no es repetible el pago de una
obligación material.
NATURALEZA JURÍDICA: se discute si su cumplimiento importa un pago o una
liberalidad, se entiende que en el acto de cumplimiento de este tipo de
obligaciones, en nuestro régimen legal, hay un verdadero pago, en virtud de los
Art. 516 y 791 inc. 2-5 y la nota del Art. 516 en la que terminantemente se
expresa: “el pago, pues, en tal caso, no es una mera liberalidad ni el deudor de la
obligación natural puede decir que ha pagado lo que no debía”.
Es un vínculo no jurídico, sino moral, fundado en la equidad y el derecho natural.
Nuestro código ha resuelto expresamente el carácter jurídico de otras obligaciones,
fundamentándolas en el derecho natural y la equidad. Art. 515 por lo que toda
discusión doctrinaria al respecto queda al margen, al menos dentro del marco de
nuestro ordenamiento legal.
CARACTERES Y DIFERENCIAS DE LAS OBLIGACIONES NATURALES RESPECTO DE
LAS OBLIGACIONES CIVILES Y LOS DEBERES MORALES: los caracteres surgen de
los contenido en el Art. 515 y de su nota:
1. son obligaciones fundadas en el derecho natural y la equidad
2. no difieren acción para exigir su cumplimiento
3. cumplidas voluntariamente por el D este carece de derecho para repetir lo que
hubiera pagado en virtud de ellas.
Dichos caracteres permiten distinguir a estas obligaciones de las obligaciones civiles
y deberes morales:
a) Se diferencian de las obligaciones civiles en que estas confieren acción al A, es
decir que le proporciona medos de ataque, en tanto que las naturales solo otorgan
al A una excepción para impedir que el D que las hubiera cumplida obtenga la
repetición del pago.
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b) De los deberes morales se distinguen en que estos constituyen el género, y la
obligación natural es una especie.
Las consecuencias de esta diferencia entre obligaciones naturales y deberes
morales, tiene repercusión en cuanto a la naturaleza del cumplimiento de unas y
otras: el cumplimiento de una obligación natural, es un verdadero pago, el de un
deber moral es una liberalidad.
CASOS DE OBLIGACIONES NATURALES PREVISTAS EN EL C.C:
Art. 515: hace una enumeración de algunos casos de obligaciones naturales sin
llegar a ser una enumeración taxativa.
1º) en su reacción originaria se comenzaba el tratamiento de estos supuesto de
obligaciones naturales, con el concerniente a las contraídas por personas que tienen
suficiente juicio y discernimiento pero son, sin embargo, incapaces de derecho para
obligarse, y se ponía de ej. A la mujer casada, en los actos que necesitaba
autorización marital y el de los menores adultos. Este Art. Fue derogado por la ley
17711 ya que en el régimen actual la mujer cualquiera sea su estado, tiene plena
capacidad, siempre que sea mayor de edad. Respecto a los menores adultos no se
veía en sus actos obligaciones naturales, sino simplemente un acto nulo susceptible
de confirmación cuando el menor, llegado a la mayoría de edad, pagaba la deuda.
Serian naturales en cambio, las obligaciones derivadas de actos para los cuales el
C.C no le reconoce la capacidad, y que hubieran sido concertados sin la autorización
debida.
Respecto de los dementes en intervalos lucidos (declarados judicialmente), a pesar
de las discusiones doctrinarias se considera que si uno de ellos paga la deuda
reconociendo haberla contraído en un intervalo que gozaba de suficiente juicio y
discernimiento, realiza un pago que reviste todas las características de
corresponder a una obligación natural. La obligación contraída por incapaces con
discernimiento, es natural a partir de que se realice la declaración de nulidad a
través de la sentencia firme, pues de otra manera la obligación seguirá siendo civil
y por lo tanto susceptible de confirmación expresa o tacita que haga desaparecer el
vicio.
2º) Después de la reforma, los casos de obligación natural son los siguientes:
a- las obligaciones que principian por ser obligaciones civiles y que se hallan
extinguidas por la prescripción. -Art. 515 inc. 2- La extinción de las acciones por la
prescripción tiene un fundamento de preferente interés público, de orden,
tranquilidad y seguridad social. Pero a pesar de ello si el D pagara, se entiende que
su actitud se debe a que esta sometido a una obligación natural y no que es un
liberalidad. La obligación alcanzada por la prescripción, solo adquiere el carácter de
natural después de la sentencia que admitió esta defensa y no a partir del
momento en que se cumple el término de la prescripción.
b) Las que proceden de actos jurídicos a los cuales les faltan las solemnidades que
la ley exige para que produzcan efectos civiles; como en la obligación de pagar un
legado dejado en un testamento al cual le faltan las formas sustanciales- Art. 515
inc. 3-. Las formas a que alude este inc. Son las que se requieren ad solemnitatem,
pues si solo se trata de formas ad probationem no será aplicable dicho inc. Y en tal
caso la obligación seguirá siendo civil. Los actos que no reúnen las formas exigidas
ad solemnitatem son de nulidad absoluta por lo tanto es un acto que nace muerte y
en consecuencia hace que el cumplimiento del D realice responda desde el principio
a un vinculo de tipo natural.
c) las que no han sido reconocidas en juicio por falta de prueba o cuando el pleito
se ha perdido por error o malicia del juez. Art. 515 inc. 4-. El principio es que todo
pleito que se inicia debe llegar en algún momento a un término, logrando el mejor
grado de certeza posible. Esto es una exigencia de la seguridad publica y jurídica,
pero no significa que sea una garantía de infalibilidad, pues si el obligado a pesar
de ser liberado de la obligación, para la misma, se entiende que lo hace porque
existe un vinculo natural. El inc. Habla de la falta de prueba o de la malicia del juez,
esto no es necesario que se pruebe ya que el solo hecho de que el deudor pague
permite suponer que concurre alguno de los supuestos previstos en la norma.
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d) las que se derivan de una convención que reúne las condiciones generales
requeridas en materia de contratos, pero a las cuales la ley por razones de utilidad
social, les ha negado toda acción, tales las deudas de juego. Art. 515 inc. 5- la
clase de juego a los que el inc. Se refiere son los juegos prohibidos, que no están
reprimidos civil ni penalmente, pero tampoco cuentan con plena protección de la
ley. Las obligaciones que nacen de esta clase de juegos son naturales. El único
efecto que se les reconoce es el de que no puede repetirse lo que se ha pagado en
efectivo. No pueden, por lo tanto, ser documentadas, ni novadas, ni garantizadas,
etc. otros ejemplos que se pueden incluir dentro de esta norma, además de las
deudas de juego, es la promesa aceptada de hacer un empréstito gratuito de
consumo, o de uso; la promesa de esponsales futuros, etc.
Se dijo que la enumeración del Art. 515 es simplemente significativa y no taxativa,
Y por ello la doctrina ha dado otros ej. De obligaciones naturales:
El pago de alimentos a parientes a los cuales la ley no le acuerda el derecho a
exigirlos; el patrón que distribuye parte de sus beneficios entre sus empleados o de
una recompensa a un obrero por la calidad de su trabajo; el pago de alquileres
superiores a los que establezcan las leyes, etc.
EFECTOS: el principal efecto de las obligaciones naturales es que una vez cumplidas
por el deudor autorizan para retener lo pagado en razón de ellas (Art. 516: “el
efecto de las obligaciones naturales es que no puede reclamarse lo pagado, cuando
el pago de ellas se ha hecho voluntariamente por el que tenia capacidad legal para
hacerlo.”)
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naturales no habría en la obligación nueva nada distinto en cuanto a los sujetos, al
objeto, a las modalidades, y a la causa, todo lo cual se mantiene invariable.
Nota Art. 515: (…) las obligaciones naturales no son susceptibles de novacion,
cuando son contrarias a la ley o al orden público, sino únicamente en el caso que
puedan valer como obligaciones civiles.
OTORGAMIENTO DE GARANTIAS: la posibilidad de que un 3º o el propio D
garanticen el cumplimiento de una obligación natural, esta expresamente
contemplado por el C.C: “las fianzas, hipotecas, prendas y cláusulas penales
constituidas por 3º para seguridad de las obligaciones naturales, son validas
pudiendo pedirse el cumplimiento de estas obligaciones accesorias (Art. 518)/ “la
cláusula penal tendrá efecto aunque sea puesta para asegurar el cumplimiento de
una obligación que no puede exigirse judicialmente siempre que no sean
reprobadas por la ley (Art. 666)
CONFIRMANCION: Vélez en la nota al Art. 515, vislumbra la posibilidad de que
Las obligaciones naturales puedan ser confirmadas, sin embargo, esta postura
tiende a ser rechazada debido a que para que haya confirmación debe haber una
acción pendiente de nulidad y que se trate de una nulidad relativa. Y ninguno de los
supuestos contemplados en el Art. 515 coincide con alguno de estos dos requisitos.
En efecto, la confirmación en el caso que traía el inc. 1, solo podía darse antes de
dictarse la sentencia declarativa de nulidad, pero entonces, no se estaría
confirmando una obligación natural sino una civil. En los casos de los inc. 2 y 4 no
son actos sometidos a acciones de nulidad y por tanto no se puede hablar de
confirmación. Los que corresponden a los inc. 3 y 5, están afectados por nulidades
absolutas. Se concluye, en consecuencia, por sostener la inaplicabilidad de la
confirmación en las obligaciones naturales.
COMPENSACION (extinción de las obligaciones reciprocas que se pagan la una por la otra hasta
: la
la concurrencia de sus cantidades respectivamente, entre personas que son D la una con la otra)
solución de nuestro C.C ofrece al respecto es indiscutible ya que las obligaciones
naturales no pueden ser compensadas pues como lo explica el Art. 819 se requiere
que ambas obligaciones subsistan civilmente y que sean exigibles. En el derecho
moderno, la doctrina unánimemente niega a las obligaciones naturales la
posibilidad de ser opuestas en compensación “porque la compensación es de
derecho y el pago es de hecho” > nota Art. 515.
La compensación es un modo de extinción de las obligaciones que supone que hay
dos personas que reúnen recíprocamente la calidad de D y A. entonces sus
obligaciones se extinguen hasta donde alcance la menor, desde que ambas
empiezan a existir (o sea desde que son exigibles), del Art. 819 surge que para que
sean compensables deben ser exigibles y deben existir civilmente. Esto se refiere
solo a la compensación legal y judicial, pues en verdad, la compensación facultativa
es perfectamente posible: las obligaciones naturales son transmisibles, activa o
pasivamente sin alterar por ello su naturaleza y el A de una obligación natural no
goza del derecho de retención.
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OBLIGACION PRINCIPAL, mientras que la OBLIGACION ACCESORIA depende de la
existencia y legitimidad de la primera obligación (oblig. Principal)
Este fenómeno esta contemplado en el Art. 523: “de dos obligaciones una es
principal y la otra accesoria, cuando la una es la razón de la existencia de la otra”
es el caso de la fianza o de la cláusula penal.
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reserva alguna sobre estos” Art. 803: “la novacion de la obligación principal
extingue las obligaciones accesorias, salgo reserva expresa”: Art. 829: “la
compensación de la obligación principal produce la extinción de la obligación
accesoria”. Art. 852 y 2042: “la transacción realizada con respeto a la obligación
principal repercute sobre la accesoria”, etc.
Este principio general, admite, sin embargo excepciones, en las cuales la extinción
o invalidez de la obligación principal no afecta a la accesoria:
1. la cláusula penal contraída para garantizar la estipulación hecha en nombre de
un 3º, es exigible aunque la obligación principal no llegue a existir por no haber
aceptado el 3º lo que por el se ha prometido. (Art. 664)
2. la cláusula penal que garantiza una obligación no exigible judicialmente: pero
lícito, subsiste a pesar de que no pueda accionarse respecto de la obligación
principal. Art. 666
3. cuando la naturaleza de la obligación principal es distinta que la de la cláusula
penal: la divisibilidad o la indivisibilidad se rigen por la naturaleza de la prestación o
de la cláusula penal y no por la de la obligación principal Art. 661, 662 y 1993
4. las fianzas, hipotecas, cláusulas penales otorgadas en garantía de una obligación
natural, son exigibles a pesar de no serlo la obligación principal. Art. 518, 666,
1993.
5. la extinción parcial de la obligación principal, por cumplimiento, no extingue
proporcionalmente los derechos reales accesorios de hipoteca ni prenda, que
subsisten individualmente en tanto no se ejecute íntegramente la obligación
principal.
6. la prescripción aplicable a la obligación accesoria de pagar intereses es distinta
que la aplicable para exigir el cumplimiento de la obligación principal Art. 4027,
para los intereses, Art. 4023 para la obligación de capital. En cambio la extinción de
la obligación accesoria no influye la principal según la parte final de Art. 525: “…
pero la extinción de la obligación accesoria no envuelve la de la obligación
principal” lo cual es lógico por cuanto la obligación principal es la razón de ser de la
obligación accesoria, pero no la inversa. Por ej. Si la fianza se extingue por hechos
tolerancia o actos de negligencia del D la obligación principal subsiste. Sin embargo
esta regla también tiene su excepción “la novacion entre el A y los fiadores
extinguen no solo la fianza, sino también la obligación del D principal” según el Art.
811 del C.C.
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OBLIGACIONES CON PRESATACION DETERMINADA: son aquellas en la cual la
prestación esta determinada desde el principio. Estas obligaciones son las de dar
cosas ciertas, las de hacer, y las de no hacer.
OBLIGACIONES CON PRESTACION INDETERMINADA: son aquellas en que la
prestación no esta determinada desde el momento de formación de la obligación, y
queda por lo tanto su determinación para un momento posterior, por elección de
las partes o de un 3º. La indeterminación exigida es relativa, pues al menos debe
estar determinada en su especie. Esta indeterminación debe cesar al momento del
pago. Están incluidas las: obligaciones, facultativas, alternativas, de dar cosas
inciertas no fungibles, de dar cosas de genero limitado, las de dar cantidad de
cosas y las de dar sumas de dinero.
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En cuanto a los deberes del D, según el Art. 576, el D de la obligación es
responsable al A de los perjuicios o intereses por la falta de las diligencias
necesarias para la entrega de la cosa, en el lugar y tiempo estipulados, o en el
lugar y tiempo que el juez designe cuando no hubiere estipulación expresa. Cuando
habla el Art. de diligencias se refiere a las medidas de previsión y precaución para
que la entrega se haga en el momento oportuno y en el lugar debido.
Si no hubiera tiempo señalado, el juez deberá fijarlo; con respeto al lugar, a pesar
de lo establecido por la ultima parte del Art. 576, hay que atender a lo expresado
por la norma del Art. 747 2º parte, del cual se concluye que en caso de que no
hubiere lugar señalado para el cumplimiento de la obligación, la entrega de la cosa
deberá hacerse, si se trata de cosas ciertas y determinadas, en el lugar donde la
misma existía al tiempo de contraerse la obligación, sino el pago será en el
domicilio del D. Para el caso de que el D no cumpla el Art. 576 prevé que el mismo
deberá responder al A por los perjuicios que le ocasionare.
Sin embargo, el A debe exigir ante todo la entrega de la cosa y solo cuando esta no
fuera posible, podrá recurrir a la ejecución indirecta por la vía de la indemnización
de los daños y perjuicios. La sanción que impone el Art. 576 se aplica no solo en
caso de que el D actúe con culpa, sino y con más razón, en el caso de que lo hago
con dolo y también en el caso de mora del D.
El deber de entregar la cosa objeto de la obligación genera varios problemas:
1. Constitución y transferencia de los derechos reales y restitución de la cosa a su
dueño.
2. Los riesgos de la cosa a entregar (pérdida o deterioro de la cosa debida)
3. Los aumentos, mejoras y frutos de dicha cosa.
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Es el establecido en el Art. 3269: “tiene preferencia el A al cual se le haya
efectuado la tradición, siempre y cuando sea de buena fe.”
COSAS INMUEBLES
1. si el inmueble en vez de ser entregado al A, con quien se constituyo
primeramente la obligación de dar, ha sido objeto de un contrato para la
constitución o transferencia de un derecho real a favor de un 3º, al que le ha sido
hecha la transmisión correspondiente, el Art. 594 dice: “el A no tendrá dcho contra
el que hubiese ignorado la obligación precedente; pero ni contra los que sabiéndola,
hubiesen tomado posesión de la cosa.” Nuevamente se da preferencia al principio
de buena fe, pero es necesario hacer notar que las partes deben presentar títulos
de igual valor. Ya que debido a la reforma de la ley 17711 en materia de inmuebles
se necesita como requisito indispensable la inscripción en el registro para hacer
valer el dcho contra 3º.
En el caso de que el A se encuentre con 3º de buena fe, además de estar en
posesión de la cosa, presenta un titulo en el que el bien esta inscripto en el registro
inmobiliario, es evidente que aquel A no tendrá ninguna acción, contra el 3º pero si
contra el D.
2. Si bien el inmueble no ha sido entregado a ninguno de los contratantes el Art.
596 dispone: “será preferido el A cuyo instrumento publico sea de fecha anterior”.
En las hipótesis en que el A a la entrega del bien no pueda obtener su cumplimiento
porque el D lo ha transmitido a un 3º de buena fe o ha constituido sobre el otro, la
ley le acuerda al A perjudicado una acción para reclamar al D “otra cosa
equivalente y todos los perjuicios o intereses” Art. 595. La misma solución no aplica
para el caso de que no habiendo mediado entrega de la cosa quedan burlados en
sus dchos los A cuyos títulos de transmisión fueran de fecha posterior.
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otro derecho contra el poseedor de buena fe”, sino solamente cuando la cosa haya
sido robada o se hubiere perdido. En todos los casos lo tendrá en contra de los
poseedores de mala fe- Art. 597-. El propietario a la restitución, cuando la cosa ha
sido robada o perdida, tiene la acción de reivindicación y puede dirigir esa acción
contra el 3º, aunque sea de buena fe, pero deberá indemnizarlo por el valor que
hubiere pagado por la cosa. También procedería la acción reivindicatoria si se
tratara de un 3º de buena fe adquirente a titulo gratuito, aun cuando no mediara la
calidad de cosa robada o perdida.
2. Si la cosa no ha sido transferida al 3º es preferido el A a quien pertenece el
domino de ella, según el Art. 598.
COSAS INMUEBLES: según el Art. 599, si la cosa fuere inmueble, el A tendrá una
acción real contra 3º que hubieran aparentemente adquirido derechos reales o que
la tuvieran en su posesión por cualquier contrato hecho con el D. la solución
produce sea o no el 3º de buena fe, pues, el 3º ha debido exigir la escritura pública
en la que constan los derechos reales para saber las condiciones del dominio y si no
lo hizo ha incurrido en culpa. En la hipótesis de que el propietario, A de la
restitución de la cosa mueble, no tuviera acción contra el 3º por ser el mismo
adquirente de buena fe y a titulo oneroso, y no tratarse de cosas robadas ni
perdidas, la ley le acuerda a aquel la acción personal contra el obligado a la
restitución Art. 595
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Si la cosa se pierde o se deteriora con culpa del D: en este caso, el D tiene a
su cargo:
EL RIESGO DE LA COSA: lo cual lo obliga a responder por el equivalente de la cosa
o del deterioro causado.
EL RIESGO DEL CONTRATO: lo cual lo obliga a responder por los beneficios que el A
hubiera podido obtener si el contrato se hubiera cumplido.
(Culpa del D conducta dolosa, culposa o mora imputable)
1. Si la cosa se pierde por culpa del D: este debe responder su equivalente o sea
por el calor de la cosa, en el ultimo momento de la su existencia física o jurídica y
por los perjuicios e intereses (Art. 579)
2. Si la cosa se deteriora por culpa del D: el A tiene la opción de percibir una cosa
equivalente más los perjuicios e intereses o la cosa en el estado en que se
encuentre más los perjuicios e intereses. La indemnización que reciba por el hecho
de haberla aceptado a la cosa en el estado en que se hallaba, será la diferencia del
valor que existe entre la cosa no deteriorada y la el de la cosa deteriorada, más los
otros daños que haya podido sufrir el A (Art. 581)
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ésta mejora para el propietario obligado a la entrega, el tiene el derecho para exigir
al A “un mayor valor”. Pero si al A no le conviene soportar el pago de ese mayor
valor, pude optar por disolver la obligación. En cuanto a las mejoras a que se
refiere el Art. hay coincidencia de que lo hace a las mejoras naturales; las útiles no
se incluyen pues, es inadmisible que el D al momento de la entrega las introduzca.
Con respecto a las mejoras necesarias, que hacen a la conservación de la cosa, es
lógico que sea soportada por el D, salvo el caso de las mejoras cuya realización
hubiera sido impuesta por la autoridad publica, en donde puede pedir el A que se le
reintegre lo erogado.
3. Frutos: es todo lo que una cosa produce regular y periódicamente sin alterar ni
disminuir su sustancia. Estos pueden ser:
* Naturales: son las producciones espontáneas de la naturaleza, sin intervención
del hombre. Ej. Los frutos de un árbol, la leche de la vaca.
* Industriales: son los que la cosa produce, mediante la intervención del hombre,
resultantes de la industria del hombre. Ej. Las flores que obtiene el floricultor, o
una cosecha de soja.
* Civiles: son las rentas que la cosa produce. Ej. Los intereses que son el fruto civil
del dinero.
Nota: los frutos naturales e industriales no son accesorios de las cosas, pero los
civiles si.
A- OBLIGACIONES DE DAR COSAS CIERTAS PARA CONSTITUIR O TRANFERIR
DERECHOS REALES:
Los frutos percibidos, naturales, industriales o civiles corresponden al D porque es
el propietario de la cosa.
Los frutos pendientes ya sean naturales, civiles o industriales corresponden al A
porque son accesorios de la cosa y quedan comprendido en la obligación-
B- OBLIGACIONES DE DAR COSAS CIERTAS PARA RESTITUIRLAS A SU DUEÑO:
Aquí hablamos de un D tenedor de la cosa, por lo tanto, si el D es de buena fe tiene
derecho a los frutos percibidos hasta el momento de la devolución de la cosa y los
frutos pendientes corresponden al dueño.
Si el D es de mala fe, debe restituir el bien con los frutos percibidos y pendientes,
sin que tenga derecho a reclamar ninguna indemnización. Se le reconoce sin
embargo el derecho de reclamar el pago de los gastos que le hubiere demandado la
obtención de dicho frutos, ya que desconocer tal derecho, importaría un
enriquecimiento sin causa para el propietario.
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A.II) OBLIGACIONES DE DAR SUMAS DE DINERO:
Concepto y régimen legal:
Son las que tienen por objeto la entrega de una cierta cantidad de moneda. Ej. La
obligación de devolver un préstamo de $10.000; el pago del precio de una
compraventa por el importe de $200.000, etc.
En cuanto a su régimen legal el Art. 616 dispone: “es aplicable a la obligaciones de
dar sumas de dinero lo que se ha dispuesto sobre las obligaciones de dar cosas
inciertas no fungibles, sólo determinadas por su especie, y sobre las obligaciones de
dar cantidades de cosas no individualizadas.” Es decir que el objeto de la obligación
no queda individualizado hasta que el A cuenta la suma que le entrega el D
(Art. 609), y antes de ello la moneda en caso de perderse o deteriorarse, se pierde
o deteriora para el D (Art. 604). Si el A las deja en poder del D rigen las reglas del
depósito (Art. 600, 603 y 2220).
La moneda en el derecho civil aparece en varias prestaciones, como precio, como
capital, como renta, como indemnización, como interés, etc. Ha sido definida como
“aquellas cosas muebles que el comercio utiliza como medios de calor para toda
clase de bns, pudiendo por lo tanto emplearse como medio general de cambio”.
En la concepción clásica la moneda tiene o representa la medida de los valores
económicos, es un instrumento común de cambio y además tiene una función
jurídica ya que es el medio común de cancelación de créditos. Para que la moneda
cumpla estas funciones, el estado impune el “curso legal” que es el acto de
potestad del estado por el cual reconoce, respalda e impone la circulación de una
moneda determinada y constituye el fundamento legal de su valor de cambio.
La moneda puede ser de tres clases distintas: moneda metálica: se confecciona con
tales nobles (oro y plata), en cantidad equivalente al valor representativo de la
moneda. Tiene escasa circulación en le vida moderna, ya que su uso habitual no es
seguro ni practico.
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Objeto y naturaleza de las obligaciones de dar sumas de dinero: estas obligaciones
son obligaciones de cantidad. El dinero entra en los contratos en calidad de cosa
fungible, siempre que pueda sustituirse por otra de la igual especie y cantidad, es
también una cosa consumible, ya que una vez que el D la entrega desaparece para
él, y son también divisibles, ya que pueden dividirse en partes iguales sin alterar su
sustancia.
Obligaciones en moneda extranjera: Art. 617: “Si por el acto por el que se ha
constituido la obligación, se hubiere estipulado dar moneda que no sea de curso
legal en la republica, la obligación debe considerarse como de dar sumas de
dinero.” Constituye el medio ideal a través del cual las partes se prevenían de las
fluctuaciones monetarias y de las consecuencias de la aplicación al principio
nominalista. Después de la reforma por la ley 23928, se admite su validez
(Art. 617), como obligaciones dinerarias, ya no como obligaciones de mercadería y
ahora el D también se libera pagando con moneda nacional.
Reajuste monetario: el proceso inflacionario en Argentina comenzó a notarse desde
1975 y fue agudizándose durante el gob. De Alfonsín, provocando un estado de
inseguridad en cuanto a las obligaciones de dar sumas de dinero y sobre todo las
convenidas en cuotas, porque día a día el dinero perdía poder adquisitivo.
Esto trajo como consecuencia una situación de desigualdad entre A y D por eso la
jurisprudencia elaboro una teoría indexatoria, la cual actualizaba a través de índices
el valor del bien o servicio despreciado y se lo recomponía. Esto significo pasar de
un sistema nominalista que es el seguido por nuestro C.C a uno valorista.
El principio nominalista sostenía que la moneda tiene el valor que el estado le
asigne y el principio valorista sostenía que la moneda tiene el valor corriente del
momento (garantiza al A la recepción en el momento del pago de una suma del $
que independientemente de su valor nominal permite la adquisición de la igual
cantidad de servicios que se había podido adquirir al tiempo del vencimiento del
crédito). Si hay depreciación la moneda se deprecia o sea que se admite el reajuste
de valores correspondientes.
Esta situación se modifico en el año 1991 con la sanción de la ley 23.928 “ley de
convertibilidad” y se completo con la ley 24.283 dictada en el año 1993 “ley de
desindexación”, ambas leyes durante las funciones del ministerio de economía de
Cavallo, que significaron la vuelta al nominalismo de Vélez.
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1) Art. 617: el anterior Art. sostenía que las obligaciones de dar moneda extranjera
eran obligaciones de dar cantidad de cosas, con la reforma pasan a ser obligaciones
de dar sumas de dinero, siempre que se hubiere pactado, caso contrario el A puede
rechazarla validamente. Con esta modificación el D moroso de una obligación de
dar moneda extranjera debe intereses moratorios y puede consignar. Con el
anterior régimen ante el incumplimiento, el D debía indemnizar y en vez de
consignar debía intimar al A que no quería recibir el pago.
2) Art. 619: el Art. originario permitía al D de una obligación de dar moneda
nacional optar entre, entregar especia designada de moneda corriente nacional o
entregar otra especie de moneda nacional al cambio corriente del día del
vencimiento. Con la reforma, solo se libera entregando la especie designada de
moneda (se hace valer el principio de identidad del pago)
2) Art. 623: antes de la reforma estaba prohibido el anatocismo (capitalización de
intereses) salvo 2 excepciones:
a. acuerdo de partes
b. determinación judicial: el juez determina el pago de la liquidación de una deuda
de un D moroso.
Con la sanción de la ley 23.928 hay 3 excepciones:
a. acuerdo anterior o posterior al vencimiento de la obligación
b. deuda liquidada judicialmente con los intereses y el D es moroso en el
cumplimiento.
c. D y A pactan la capitalización de intereses basándose en la evolución periódica
de la tasa de intereses en plaza.
Intereses: (Busso) son aumentos que las deudas pecuniarias devengan en forma
paulatina, durante un tiempo, sea como precio por el uso de dinero ajeno
(compensatorios) o como indemnización por el retardo en el cumplimiento de una
obligación dineraria (monetarios).
Los intereses se clasifican en:
a. Lucrativos o compensatorios: por el uso del dinero ajeno.
b. Moratorios: por el incumplimiento del D
c. Retributivos: buscan restablecer el equilibrio patrimonial con prescindencia de la
mora del D por ej. Las sumas invertidas por el gestor de negocios producen
intereses.
(Anatocismo y leyes ver fotocopia)
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A.III) OBLIGACIONES DE DAR COSAS INCIERTAS NO FUNGIBLES:
Concepto: son aquellas obligaciones que tienen por objeto la entrega de una o
varias cosas a elegir dentro de la respectiva especie.
CARACTERES: estas obligaciones deben reunir, para ser tales, 3 caracteres:
1. La especie debe estar determinada: no se debe entender especie en su
significado estricto, pues aquí abarca cosas no ciertas y no fungibles, por especie se
entiende al conjunto de individuos de la misma naturaleza.
2. tiene que tratarse de cosas no fungibles, o sea que cada individuo de la especie
no debe ser equivalente a otro de la misma especie. Las cosas inmuebles en
principio no pueden ser objeto de estas obligaciones, pues salvo raras excepciones
son cosas ciertas.
3. la cantidad debe estar determinada, o ser determinable, en caso de que no se
estipule la cantidad desde el origen de la obligación las partes, al menos deberán
indicar el medio para su determinación.
En el C.C:
A. la elección corresponde al D, algunos autores opinan que es valido el sistema de
la declaración con conocimiento del a, pero la doctrina mayoritaria sostiene que la
elección se hace efectiva por el sistema de la ejecución o entrega de la cosa
(aunque no es necesaria la tradición sino la simple disposición del cumplimiento)
pues entre la formación de las obligaciones y el momento del cumplimiento corre
un plazo durante el cual ninguna de las partes puede menoscabar los derechos del
otro y por lo tanto no es lógico que solo una de las partes tenga facultad para
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cambiar una obligación indeterminada en una obligación de dar una cosa cierta,
alternado el régimen de la misma.
B. si la elección corresponde al A, es valido el sistema de la declaración,
comunicada al D. Igual sistema es valido cuando el objeto de la obligación debe ser
determinado por un tercero.
Una vez efectuada la elección no se puede volver sobre ella. O sea que el D y el A
no pueden cambiar la cosa elegida por otra.
EFECTOS:
a. antes de la elección: si la cosa antes no ha sido individualizada, en principio el D
no puede liberarse de la obligación por perdida o deterioro de la cosa por caso
fortuito o fuerza mayor (Art. 604) ya que el genero nunca perece y el vinculo
obligatorio, en definitiva, se cierra sobre el genero. Por lo tanto antes de la elección
el D tiene a su cargo el riego de la cosa y el riesgo del contrato.
Actualmente una doctrina si inclino por admitir una excepción cuando, aunque no
perezca todo el genero, la obtención del objeto se haya extremadamente difícil en
sentido económico (entonces si se extingue la obligación)
La excepción al Art. 604 del C.C, es la del Art. 893, cuando el objeto de la
prestación es una cosa incierta determinada dentro de un grupo de cosas ciertas y
perecen todas ellas, se extingue la obligación
Cuando vence el plazo de las obligaciones sin que se haya efectuado la obligación y
sin que se haya cumplido aquella, el A tiene el derecho a optar entre, exigir el
cumplimiento de la prestación más los daños e intereses o disolver la obligación,
prescribiendo todos los daños y perjuicios ocasionados.
b. después de la elección: las obligaciones podrán ser genéricas al constituirse pero
al momento del cumplimiento son siempre específicas. Una vez efectuada la
elección de la prestación, se convierte en obligación de dar cosas ciertas y producen
todos sus efectos y en lo referente a los riesgos, mejoras y frutos. Porque el D ya
no carga con el riesgo del contrato.
A.IV) OBLIGACIONES DE DAR CANTIDADES DE COSAS:
Concepto: Art. 606 C.C: “la obligación de dar cantidades de cosas es la obligación
de dar cosas que consisten de numero peso o medida”
Como el objeto de esta obligación es de dar cosas fungibles, no se las puede
considerar en su individualidad sino en su especie o calidad.
A estas obligaciones no se las debe confundir con las obligaciones de dar cosas
fungibles por conjunto pues el objeto de tales contratos no es una cosa
determinada, sino una cosa cierta. No se contrata la cantidad de algo sino que son
cosas vendidas en masa.
Tampoco se las puede confundir con las obligaciones de dar cosas inciertas no
fungibles pues si bien es cierto que en ambas el D debe algo que no esta
individualizado al momento de constituir la obligación hay una diferencia esencial.
En las obligaciones de dar cantidades de cosas, la individualización se hace entre
cosas fungibles. No hay que hacer elecciones sino contar, pesar o medir.
En las obligaciones de dar cosas inciertas, la individualización se hace entre cosas
no fungibles. Hay una elección que hacen entre cosas que son de la misma especie
pero de distinta calidad.
EFECTOS:
1. Art. 607: el D debe cumplir con la obligación en el lugar y en tiempo convenido
por las partes, si no hubiese sido convenido será en el domicilio del D y en la época
que fijo el juez.
2. El D debe dar la cantidad convenida y la calidad estipulada.
3. Ante el incumplimiento, el A, puede optar entre exigir el cumplimiento de la
prestación, o exigir la resolución de la obligación más los daños y perjuicios
causados.
4. Las cosas pueden estar indeterminadas, pero la indeterminación debe cesar al
momento del pago.
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5. Una vez que se realizo la individualización la cosa pasa a ser cierta.
6. El D debe dar la calidad convenida y la cantidad estipulada.
Nota: cumplimiento de la obligación in natura: reclamar igual cantidad de cosas de
la misma especie y calidad con daños e intereses moratorios.
Estas normas se aplican tanto a las obligaciones de dar cosas ciertas para constituir
derechos reales como a las que tienen por fin restituir cosas a su dueño, no se
aplica en cambio, a las obligaciones que tiene por finalidad transferir el uso o la
tenencia.
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acción personal respecto del D. en cuanto a las mejoras y frutos se aplican las
mimas normas referentes a las cosas ciertas.
B) OBLIGACIONES DE HACER:
Concepto: son aquellas cuyo objeto consiste en un despliegue de energía, de
trabajo, física o morales, prestadas por el D a favor del A.
Formas de cumplimiento:
Principio general: el D debe ejecutar de buena fe el hecho prometido
Art. 625 C.C: el obligado a hacer o a prestar algún servicio debe ejecutar el hecho
en un tiempo propio y del modo en que fue la intención de las partes que se
ejecutara.
La obligación tiene que se ejecutada en tiempo propio: es decir, en la oportunidad
convenida, dentro del plazo estipulado por las partes, o en su defecto en el plazo
que señale el juez. El incumplimiento en la debida oportunidad hace operar los
efectos de la mora.
La obligación debe ser cumplida del como en que fue la intención de las partes, que
el hecho se ejecutara: o sea, con los detalles y peculiaridades que las partes han
tenido en mira, por que por lo general escapan a las cláusulas del contrato. El
cumplimiento indebido esta severamente sancionado.
Art. 625cc: si de otra manera lo hiciere, se tendrá por no hecho o podrá destruirse
lo que fuese mal hecho.
Si el D cumple el hecho inoportunamente o fuera del tiempo, después de haber
caído en mora, el A puede oponerse a que el D la ejecutase, e inclusive rechazarlo
y negarle a recibir lo que hubiese ejecutado salvo que se demuestre que el
cumplimiento externo no era de esencial importancia para la formación de la
obligación, en cuyo caso solo da al A derecho a reclamar la indemnización de
daños y perjuicios.
Si el D cumple el hecho defectuosamente el A puede dar la obligación por no
cumplida, o que se destruya lo que fue mal hecho, si se tratara de cosas como una
construcción defectuosa, siempre que se tenga para ello autorización judicial.
La obligación puede ser ampliada por el D, por 3º, a menos que se este frente a
una obligación intuito personae, en la cual se tenga en mira el arte o las cualidades
personales del D han sido factor determinante para formación de la obligación.
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la de la perdida y quedara al arbitrio del juez la fijación definitiva de lo que deba
resarcirse.
En cambio si previamente recabo autorización, el D tendrá que indemnizar al A lo
que este hubiera pagado al 3º, y la facultad para modificar el importe no es tan
amplia como cuando se carece de la pertinente autorización. Cuando el A opta por
la ejecución de terceros, se le deben indemnizar los daños y perjuicios que le hayan
sido ocasionados por la demora en el cumplimiento, o sea los daños y perjuicios
moratorios.
En las obligaciones que no pueden ser realizas sino por la persona del D, imponerle
al A la aceptación del hecho por un tercero, seria obligarlo a aceptar un hecho
distinto del prometido. El Art. 730 expresa que “el A en las obligaciones de hacer,
no esta obligado a recibir el pago de un tercero, si hubiese interés en que fuera
ejecutado por el mismo deudor”. Asimismo el D no puede pretender liberarse de la
obligación de hacer ofreciendo pagar daños e intereses según el Art. 631.
C) OBLIGACIONES DE NO HACER:
Concepto: obligación de no hacer son aquellas que consisten en la omisión o
abstención de un hecho que conforme al ordenamiento jurídico común, el D tenía
facultad para realizar. Ej. Abstenerse de establecer un comercio dentro de un radio
determinado. A las obligaciones de no hacer le son aplicables las mismas reglas
generales de las obligaciones de hacer. Así las obligaciones de no hacer deben
cumplirse de buena fe, en el tiempo indicado y del modo que las partes entendieron
que debe realizarse la abstención.
En este tipo de obligación la sola ejecución del hecho a cuya abstención se ha
comprometido el D, lo constituye en mora sin necesidad de requerimiento. Esto se
debe a que la ejecución del hecho no importa el retardo sino la inejecución
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absoluta. En el supuesto de que el D incurra en el incumplimiento de la abstención,
el A tiene a su favor los siguientes medios para lograr lo prometido:
a) EJECUCION FORZADA DIRECTA. POR EL D: análogamente a la que nace de la
obligación de hacer, se reconocer al A de una obligación de no hacer la posibilidad
de requerir la ejecución forzada directa sobre la persona del D pero el limite es la
violencia que se necesitara ejercer sobre el mismo. Pero en las obligaciones de no
hacer hay mayor campo de acción, pues si la persona del D no es indispensable
para la abstención se puede recurrir a otros medios para lograr el cumplimiento de
la obligación. Si no es posible la ejecución forzada directa de la prestación, por el D,
el A tiene una opción que consiste en pedir la indemnización de los daños e
intereses. Exigir la “destrucción de lo que se hubiere hecho o que se lo autorice a
destruirlo a costa del D” (Art. 633)
IMPOSIBILIDAD DE LA OMISIÓN:
Sin culpa del D: la obligación se extingue por lo tanto no se le puede exigir el
cumplimiento ni tampoco daños y perjuicios, pero pierde el derecho a la
contraprestación, debiendo restituirla si la hubiere recibido.
Con culpa del D: debe este soportar tanto el riesgo de la prestación como los del
contrato y pagar daños y perjuicios.
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prestación se torna imposible después de formada la obligación. Si las prestaciones
son de distinta naturaleza, para saber si es divisible o indivisible habrá que esperar
a que se realice la elección, el obligado solo lo esta con respecto a una prestación
que debe cumplirla íntegramente, no puede cumplir una parte de una y otra parte
de otra.
3. Indeterminación inicial: se debe considerar el momento de formarse la obligación
para saber si es o no alternativa, pero una vez hecha la elección se considera que la
elegida es la única que se debió desde el principio.
4. Elección de la opción: hace a la esencia de la alternatividad, que la
determinación del objeto se haga por medio de una elección que puede ser
efectuada por el D, por el A o bien por un 3º.
5. Concentración: consiste en que si una de las prestaciones se hace imposible o se
elimina, la obligación se concentra sobre la otra prestación.
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2. Elección del A: la opción se produce por la captación del pago, por la demanda
judicial o extrajudicial de cumplimiento hecha por el A al D, y aun por la declaración
del A, notificada al D.
3. Elección de un 3º: la elección debe ser hecha por medio de la declaración
notificada de las partes, es preciso que el 3º realice la elección antes del
vencimiento, dando tiempo al D para adoptar las medidas tendientes al
cumplimiento de la prestación a elección.
Si hay pluralidad de sujetos, la elección solo puede tenerse por hecha por aquellas
que tienen esa facultad, si hay unanimidad, de lo contrario será efectuada por el
juez.
Realizada la elección por quien corresponda no estará permitido a ninguno de ellos
volver sobre la decisión adoptada. El derecho de elegir es transmisible a los
herederos del A o del D y puede transmitirse entre vivos, junto con la obligación.
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c) Imposibilidad de las prestaciones sin culpa del D: la obligación se extingue y el D
pierde el derecho a la contraprestación.
Hipótesis no previstas:
1. Perdida de una prestación sin culpa del D: la obligación se concentra sobre la
prestación que subsiste.
2. Imposibilidad por culpa del A: si el A culpable de la perdida elige la prestación
que se ha perdido, la obligación queda cumplida y este debe pagar la
contraprestación. Si las dos prestaciones se hubieran hecho imposibles por culpa
del A, el D tiene derecho a dar por extinguida la obligación, con la prestación que el
A indique y además del derecho de reclamar la contraprestación tiene del derecho
de exigir el pago de la indemnización de los daños y perjuicios.
C) OBLIGACIONES FACULTATIVAS:
Según el Art. 643, obligación facultativa es la que no teniendo por objeto sino una
prestación, da al D la facultad de sustituir esa prestación por otra. Ej.: la obligación
de entregar un terreno sito en la calle San Martín esquina Entre Ríos pero con la
facultad para el D de entregar en cambio la cantidad de $100.000
En estas obligaciones hay una sola prestación a la cual se llama principal. La otra
prestación esta como facultad para sustituir a la principal, y es la llamada
prestación accesoria, considerándose que la misma esta en la obligación.
Diferencia con las obligaciones alternativas:
Tanto en las obligaciones facultativas como en las alternativas el objeto esta
indeterminado hasta el momento del pago. Sin embargo se diferencian pues en la
alternativa las prestaciones están en un pie de igualdad, en condición de
equivalencia, mientras que en la facultativa hay una prestación principal y una
accesoria.
En la obligación alternativa las prestaciones son independientes unas de las otras,
en tanto que en las facultativas la prestación subsidiaria esta dependiendo de la
principal.
Mientras la naturaleza de la obligación alternativa queda en suspenso hasta que se
produce la elección, en la obligación facultativa la naturaleza se determina
únicamente por la prestación principal.
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Pto. 1: OBLIGACIONES MODALES
La existencia o inexistencia de modalidades permite distinguirlas en:
a) Obligaciones puras y/o simples: son las que no están sometidas a ninguna
modalidad. En nuestro código el concepto de obligación pura es menos estricto,
pues en el Art. 527 se la define como: “aquellas cuyo cumplimiento no depende de
condición alguna”. Respecto de este artículo Vélez hace referencia solamente a
condición, pero la doctrina entiende que al hacer mención a ella se están
englobando todas las modalidades.
Caracteres:
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1- Es un elemento accidental de los actos jurídicos: No hace a la esencia ni a la
naturaleza de los mismos, pero una vez introducida una modalidad en un
determinado acto, se tornan tan importantes como un elemento esencial. La
existencia de la condición no se presume, la prueba de la misma esta a cargo de
quien la invoca.
Forma:
Puede ser convenida de forma expresa o tacita:
Expresa: se la considera pactada expresamente cuando resulta manifestada de
manera positiva e inequívoca en el instrumento que prueba el acto.
Tacita: cuando sin estar manifestada aparece con suficiente seguridad de la
intención de las partes. Ej.: caso de gratificación prometida a un empleado que
debe entenderse tácitamente subordinada a la condición de que haya ganancias.
Art. 1248: “las donaciones prometidas o hechas a la mujer por matrimonio, o
como dote, son regidas por las disposiciones relativas a los títulos gratuitos y los
que las prometan o hagan solo están obligados como los donantes a los donatarios
a las simples donaciones. Ellas, llevan la condición implícita de si el matrimonio
se celebrare o se hubiere celebrado.”
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Actos de última voluntad (el hecho debe ocurrir después de la muerte del testador
que
es cuando el testamento cobra eficacia)
2- Incierto: (elemento esencial de la condición) Es contingente, es decir que
puede o no ocurrir. La incertidumbre exigida tiene que ser objetiva y no subjetiva.
Lo que importa no es la ignorancia de las partes acerca de que si el acontecimiento
existe o no, sino que tal acontecimiento pueda o no acaecer en la realidad. En esto
radica la diferencia entre la condición y el plazo incierto, en el plazo incierto
también hay incertidumbre, pero esta se relaciona con el momento en que ocurrirá
el suceso. No debe confundirse la incertidumbre del “SI” con la incerteza del
“cuando”.
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*En la obligación condicional, el hecho condicionante es esencialmente incierto,
mientras que en la obligación alternativa el hecho es cierto y obligatorio no hay
incertidumbre se deberá cumplir si o si.
Plazo / condición:
*La condición afecta la eficacia del acto jurídico, el plazo afecta la exigibilidad
del mismo (obligación)
*La condición es esencialmente incierta, el plazo es esencialmente cierto, aun el
plazo incierto puesto que todos los plazos vencen por ser de cumplimiento fatal.
*La condición opera siempre retroactivamente ex – tunc. Mientras que el plazo
opera hacia el futuro ex – nunc.
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*C. Causal
*C. Potestativa
*C. mixta
D) según q el hecho condicionante sea lícito o no:
*C. Lícita (permitida)
*C. Prohibida Imposibles
Ilícitas o contrarias a las buenas costumbres
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B) No figuran en el código:
*CONDICIÓN POSITIVA: consiste en la realización de un acontecimiento
determinado. Por ejemplo la obligación de entregar a Juan $ 200 si se recibe de
abogado.
*CONDICIÓN NEGATIVA: se basa en q un acontecimiento determinado no
suceda. Eje.: la obligación de dar a Juan $100 si no se recibe de abogado.
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no puede realizarse, en tanto q en las ilícitas si puede pero exponiéndose a todas
las consecuencias de orden legal que la sancionan.
- En la imposibilidad jurídica se está ante un hecho que la ley prohíbe realizar, en
cambio en las condiciones ilícitas el hecho condicional puede ser en si mismo
lícito, pero la ley no permite incluirlo como condición por razones de orden
publico para garantizar dchos. individuales o la intención perseguida por las
partes. Por ejemplo: mudar o no mudar de domicilio.
- La condición jurídicamente imposible es nula, aunque deba ser realizada por un
tercero (obligación de pagar $100 a Gómez si consigue que Alejandra, menor de
12 años se case), en cambio en la condición ilícita no se trae la nulidad de la
obligación cuando la realización de la misma provenga de un tercero (contrato de
seguro por robo).
- La condición jurídicamente imposible tiene diferentes efectos según la condición
sea suspensiva o resolutoria, positiva o negativa. En la condición suspensiva
positiva, por ejemplo la obligación sometida a la condición de que Pablo cruce el
Atlántico a nado la obligación es nula; si se tratase de una obligación negativa, no
se afectaría para nada la validez de la obligación, por ejemplo la obligación
sometida a la condición de que Pablo no cruce el Atlántico a nado. En la
condición resolutoria ocurre a la inversa, si el hecho es positivo imposible, la
obligación es valida, por ejemplo, te daré mi casa, pero la obligación quedará
resuelta si cruzas nadando el Pacífico. Si consiste en la abstención de un hecho
imposible, la obligación es nula, por ejemplo, te daré mi casa, pero si no cruzas
nadando el Pacífico me la tienes que devolver. La condición ilícita, sea positiva o
negativa, produce siempre el mismo efecto: la nulidad del acto.
CARACTER DE LA IMPOSIBILIDAD:
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El carácter con que debe juzgarse la imposibilidad debe ser objetivo, es decir que
no pueda ser ejecutada por nadie. La imposibilidad que se refiere solamente a la
persona del obligado no afecta la obligación. El tiempo que debe tenerse en cuenta
para determinar si una condición es posible o imposible, es al momento de
celebrarse el acto, ya que de nada vale que con posterioridad se torne imposible.
51
conjunción “o” x ej.: ser aprobado en los exámenes de civil o en los exámenes
comercial, de mientras q las conjuntas se enuncian con la conjunción “y” x ej.:
ser aprobado en los exámenes de civil Y comercial.
Si se trata de condiciones conjuntas es necesario que todos los hechos señalados
como condición se realicen, para que se tenga por cumplida la condición; pero si
se trata de condiciones disyuntivas basta que se cumpla uno de los hechos, para
tener por cumplida la condición.
Art. 533 “Las condiciones deben ser cumplidas de la manera en que las partes
verosímilmente quisieron y entendieron que habían de cumplirse”.
Es decir, q se debe atender en 1º lugar a la intención de las partes y
circunstancias del caso. Caso contrario será el juez.
Las condiciones q consisten en un hecho q debe ejecutar una persona
determinada, en cuanto las dudas q pueden suscitarse a cerca de si debe ser
cumplida x ella misma o x un 3º en su reemplazo, la doctrina aconseja distinguir:
Si ha tenido en cuenta la aptitud personal del obligado (industria, arte o
cualidades personales del D). la condición deberá ser cumplida
personalmente.
Si el acto puede ser ejecutado x cualquiera. El hecho puede ser cumplido x
un 3º.
El Art. 534 establece: “Las prestaciones que tienen por objeto el cumplimiento
de una condición son siempre indivisibles”.
Y el Art. 535 agrega: “El cumplimiento de las condiciones es indivisibles aunque
el objeto de la condición sea una prestación divisible. Cumplida en parte la
condición no hace nacer en parte la obligación”.
Ej.: la promesa de dar $5000 a Pedro, si para el día de nuestro cumpleaños nos
regalan $ 10.000. si solo nos regalan $8000 la condición no puede ser tenida x
cumplida.
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Habrá que distinguir según que la renuncia de la parte interesada fuera en una C.
Susp. O en una C. Resol.
C. Suspensiva: se la tiene por cumplida por lo tanto se adquiere el derecho.
Ej.: el dueño de una obra se obliga a pagar al constructor una bonificación si la
concluye antes de un determinado plazo. El dueño es el beneficiario en el
cumplimiento de la condición, puede renunciar a la condición y pagar la
bonificación en cualquier momento como si la oblig. hubiese sido pura y simple.
C. Resolutoria: se le tiene por fracasada puesto que darla por cumplida implicaría
admitir que no se ha conseguido el hecho condicionante, es por ello que se la
considera como una obligación pura y simple, el derecho queda irrevocablemente
firme. Ej.:
Por ejemplo te vendo una casa bajo la condición resolutoria de quedar sin efecto
la venta si en el plazo de dos años no me hacéis vender por un tercero otra cosa
que me interesa adquirir. Puedo renunciar en cualquier momento a la condición y
dar por firme la venta. En esta hipótesis es evidente que la renuncia a la condición
no puede tener por efecto que se la considere por cumplida porque si así fuera,
tratándose de condiciones resolutorias el resultado sería que la obligación
quedaría sin efecto. La interpretación que cabe dar al Art. 537 en cuanto a la
renuncia de la condición, es que dicha renuncia convierte al acto en puro y simple.
Si es suspensiva, la renuncia da al acto plena eficacia, en la resolutoria, al ocurrir
la renuncia a la condición, los derechos deberán tenerse como definitivamente
adquiridos.
b) Negativa de terceros: Casos en que la condición depende del acto voluntario
de un tercero. Según el Art. 537 cuando el tercero se niega o rehusa su
consentimiento debe tenerse por cumplida la condición. El argumento para
justificar esta solución legal es: el respeto a la libertad humana. La doctrina
mayoritaria, considera que el efecto que debe asignarse a tal actitud es el de que la
condición ha fracasado. Únicamente si se trata de condición mixta cuando el
otorgante ha hecho todo lo que esta a su cargo, y el tercero rehusa la parte que a el
le incumbe, de ahí que se la da por cumplida.
c) Dolo de la parte: En el caso de que la parte a quien el cumplimiento de la
condición no aprovecha, obstaculiza o impide dolosamente tal cumplimiento, la
condición se juzgará cumplida (Art. 538: “se tendrá por cumplida la condición
bajo la cual se haya obligado a una persona, si ella impidiere voluntariamente su
cumplimiento.”) Por ejemplo, se promete un precio si una obra termina en un
período determinado, pero luego se realizan gestiones para perturbar su
finalización dentro de ese tiempo.
La explicación que da la ley es que tratándose de condiciones las partes deben
actuar como meros espectadores (en cuanto a la realización del hecho
condicionante). Salvo en condiciones potestativas; en todas las demás, toda
intervención de ellos es una violación del compromiso contraído y justifica la
sanción legal. Se discute, a su vez, si la sanción se aplica solo al dolo o cabe
extenderla a la conducta culposa, la doctrina mayoritaria entiende que si. Pero
habrá que distinguir según se trate de:
*Cuando la condición es causal: no tiene incidencia.
*Cuando la condición es mixta: puede tener repercusiones en el cumplimiento
pero solo en cierta medida.
*Cuando la condición es potestativa: la conducta culposa puede ser decisiva y
siempre que influya decisivamente en el cumplimiento o incumplimiento de la
condición merece sanción legal.
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La prueba de la imputabilidad del interesado que ha interferido en el desarrollo
del proceso condicional, ya sea para que se realice o para que se frustre, esta a
cargo el acreedor.
En el supuesto de que el imputado adujera que la condición lo mismo se hubiera
realizado o frustrado, sin su intervención dolosa o culposa, la carga del a prueba
pesara sobre el.
CASOS EN QUE LAS CONDICIONES SE CONSIDEREN FRUSTRADAS:
La ley no ha previsto estos casos, pero la doctrina ha previsto dos situaciones:
a) Caso Fortuito: el hecho no se tiene por cumplido y la obligación quedará sin
efecto, si la condición es suspensiva, o adquirirá plena eficacia, si la modalidad
es resolutoria.
b) Acción ilegítima de la parte interesada en el cumplimiento: Por ejemplo
apostamos con Pablo $100 a que el caballo de Juan gana la carrera y resulta que
el caballo gana pero a raíz de que se ha influido maliciosamente sobre el estado
físico de los otros caballos.
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partes entendieron que debía cumplirse. Se tendrá por cumplida cuando fuere
indudable que el acontecimiento no sucederá.”
3 ETAPAS B) SI SE CUMPLE
Situación definitiva de la
parte.
C) SI FRACASA
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a) Mientras está pendiente la condición: la obligación tiene todos sus elementos,
el único sometido a incertidumbre es el vínculo, la cual radica en la plenitud de la
obligación. El acreedor no tiene todavía un derecho pleno. Es un derecho en
expectativa, podría decirse un derecho en suspenso.
El derecho del acreedor, aunque sometido a una incertidumbre, es un derecho
existente, hay vínculo jurídico. Como consecuencia de que existe, en esta
instancia el A podrá realizar ciertos actos:
1º- Podrá transmitir sus derechos (Art. 544 y 1446) ya sea por actos entre vivos o
mortis causa.
2º- Pedir las medidas conservatorias (actos conservatorios) permitidos por la ley
para la garantía de sus intereses y derechos (como embargos e inhibiciones
preventivas, interrumpir una prescripción, impedir que el deudor deteriore la cosa,
solicitar separación de patrimonios, etc.) (Art. 546)
3º- Se puede repetir lo pagado antes del cumplimiento de la prestación porque lo
dado condicionalmente no se debe (Art. 547 y 790)
4º- Las obligaciones condicionales pueden ser objeto de Novación, como así
también la ley admite que sean garantizados con hipoteca o prendas, y también
que sean afianzadas.
*Los actos de ejecución en esta etapa, están vedados ya que no se admiten las
medidas que tiendan a la ejecución de la obligación. Por consiguiente el acreedor
no puede exigir al deudor el cumplimiento de la prestación.
b) Si la condición no se cumple: (Art. 548) la obligación es considerada como si
nunca hubiese existido, por lo tanto no se adquiere el derecho. Ej.: venta a
satisfacción del comprador de un automóvil que queda subordinado a que este sea
del agrado del comprador caso contrario la obligación se frustra.
*Si la cosa objeto de la obligación ha sido entregada al acreedor éste debe
restituirla (con los aumentos que hubiere tenido por sí, pero no con los frutos
percibidos porque no habría causa para retener lo percibido).
*En cuanto a los derechos reales de hipoteca y anticresis constituidos por el
deudor sobre la cosa debida condicionalmente, si la condición no se cumple no
producirán efectos, y los acreedores sólo tendrán derecho contra el obligado.
*Si al acreedor le ha sido entregado la cosa al otorgarse el acto y en el período de
pendencia de la condición suspensiva otorga actos de disposición con respecto al
bien que debía restituir en virtud del fracaso de la condición, las soluciones son:
1- Tratándose de bienes muebles, si el tercero es de buena fe, el acto es válido
respecto a él; cuando es de mala fe, la parte a quien debe restituirse la cosa debido
al fracaso de la condición, tiene contra el tercero, acción reivindicatoria. La misma
solución ocurre, aunque el tercero sea de buena fe, si la enajenación le hubiera
sido hecha a título gratuito.
2- En materia de inmuebles, la parte que ante el incumplimiento del hecho
condicional tiene derecho a la restitución del bien, puede reclamarlo de terceros,
sean de buena o de mala fe, por medio de la acción reivindicatoria.
3- Los actos de administración otorgados por el acreedor condicional que debe
restituir el bien objeto de la obligación, en virtud de haber fracasado la condición,
deben respetarse, salvo la existencia de mala fe en el tercero contratante, y sin
perjuicio de las acciones indemnizatorias de la parte afectada contra el obligado a
la restitución. En caso de que la cosa no ha sido entregada cesa para el deudor la
obligación de entregarla y para el acreedor el derecho de exigirla. Los actos de
disposición, que hubiere realizado el deudor en el tiempo intermedio con respecto
a la cosa, quedan definitivamente consolidados.
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c) Condición suspensiva cumplida: se pone fin a la situación de incertidumbre
que amenazaba la existencia de la obligación y ésta adquiera plena eficacia como
si se tratara de un acto jurídico puro y simple. Los efectos de tal cumplimiento
operan retroactivamente al día de la celebración del acto; por lo tanto el acreedor
tiene derecho a reclamar el cumplimiento de la prestación; y si el deudor hubiera
anticipado el cumplimiento, el acreedor consolida la adquisición desde la fecha
del título de la misma.
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retrotraigan al día en que se celebró el acto mencionado. De acuerdo a estas
normas, tenemos dos fechas a considerar en lo que se relaciona al alcance
retroactivo del cumplimiento de la condición: a- Si nos atenemos al 551 dicho
efecto retroactivo se opera a partir de la fecha de la tradición del inmueble a
favor del acreedor condicionante. b- De acuerdo al 2505 es menester tomar como
punto de partida la inscripción en el Registro de la Propiedad, que cuando es
cumplida dentro de los 45 días de otorgado el acto, proyecta sus efectos al día de
la instrumentación del mismo.
* Actos de administración: dichos actos celebrados por el deudor pendiente de la
condición son válidas, aunque la condición se cumpla. Es decir, que el acreedor
debe respetarlos en cuanto, a terceros de buena fe respecta, pues de lo contrario
importaría congelar, prácticamente, el bien de que se trata. Pero si el tercero
conociera el hecho condicional, los efectos de la condición le serán oponibles.
c) Riesgo pérdida o deterioro: Si la cosa debida bajo condición suspensiva se
pierde sin culpa del deudor, antes de haber sido entregada, la obligación queda
disuelta, sin responsabilidad para el deudor.
Si se ha deteriorado sin culpa del deudor estando en su poder, el acreedor puede
optar por disolver la obligación o recibir la cosa como está, con disminución
proporcional del precio.
Si se ha percibido o deteriorado por culpa del deudor, el acreedor puede optar
por exigir una cosa equivalente, con indemnización de pérdida e intereses, o
recibir la cosa como está con indemnización.
d) Aumentos, mejoras y frutos; En cuanto a los frutos, hasta que la cosa fue
entregada pertenecen al deudor; después de entregada al acreedor pertenecen a
éste. En cuanto a las mejoras o aumentos naturales, recibidos por la cosa objeto
de la obligación mientras estuvo en posesión del acreedor, corresponden al
deudor, si la condición suspensiva no se cumple. Los efectos del cumplimiento e
incumplimiento de la condición suspensiva se operan de pleno derecho, en
consecuencia, producido el evento condicional, la obligación adquiere sin más,
plena eficacia. Fracasado dicho evento, los efectos de la obligación desaparecen
automáticamente.
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Por consiguiente:
1) Si la prestación ha sido cumplida, desaparece la incertidumbre que afectaba la
obligación y dicho cumplimiento queda definitivamente firme, como si esta
hubiera sido pura 0y simple.
2) Si la prestación no ha sido ejecutada, el acreedor tiene derecho a exigir el
cumplimiento con carácter definitivo.
c) Si la condición se cumple: ante el cumplimiento del evento condicionante, la
obligación pierde su eficacia, y según el Art. 555 “cumplida la condición
resolutoria deberá restituirse lo que se hubiese recibido a virtud de la obligación”
(GENERALIDADES)
De esto surge que:
1) Si la cosa ha sido entregada al acreedor, este debe restituirla al deudor.
2) Tratándose de un contrato bilateral, corresponde que se restituya, también la
contraprestación.
3) En el caso de que la prestación consista en hechos o servicios prestados
sometidos a condición resolutoria, corresponde tener por resuelta la obligación
compensándose recíprocamente el hecho cumplido con parte proporcional del
precio.
4) Si la prestación no ha sido ejecutada, el acreedor pierde, definitivamente, el
derecho a exigirla.
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*Si la cosa mejorase sin que el deudor hubiese hecho gastos en ella o empleado
su trabajo, o el de otro por el, será restituida a su dueño con el aumento o mejora;
y nada podrá exigir al deudor.
*Si hubiera mejoras o aumentos, que con su dinero o su trabajo, o con el de otros
por él, hubiere hecho el deudor que hubiese poseído la cosa de buena fe, tendrá
derecho a ser indemnizado del justo valor de las mejoras necesarias o útiles, según
la evaluación que se hiciere al tiempo de la restitución, siempre que no se le
hubiese prohibido hacer mejoras.
*Si las mejoras fueran voluntarias, el deudor aunque fuese poseedor de buena fe,
no tendrá derecho a indemnización alguna. Si el deudor fuese poseedor de mala fe
tendrá derecho a ser indemnizado de las mejoras necesarias.
*Para los frutos la doctrina aprueba la solución del 557, según el cual “Verificada
la condición resolutoria no se deberán los frutos percibidos en el tiempo
intermedio”.
60
Art. 566: “la obligación es a plazo cuando el ejercicio del derecho que a ella
corresponde estuviere subordinado a un plazo suspensivo o resolutorio”
Es el lapso o espacio de tiempo durante el cual no puede exigirse el cumplimiento
de la obligación (plazo suspensivo) o desde el cual cesa de existir esta (plazo
resolutorio o termino fatal).
Caracteres:
1- Futuro: el plazo debe ser fijado con posterioridad a la celebración del acto jco.
2- Cierto: necesariamente debe ocurrir. Todos los plazos se cumplen fatalmente, a
diferencia de la condición. Aún el plazo incierto debe necesariamente acontecer.
3- No es retroactivo: sus efectos operan ex-nunc. Cuando asume la forma
suspensiva, la exigibilidad de la obligación entra en vigor solamente a partir del
vencimiento del mismo y conservaran su validez todas las relaciones jcas. es decir
que no se ven afectadas por la expiración del plazo.
61
El Art. 569 dice “Cualquiera que sean las expresiones empleadas en la obligación,
se entenderá haber plazo y no condición, siempre que el hecho futuro fuere
necesario aunque sea incierto, y se entenderá haber condición y no plazo cuando
el hecho futuro fuere incierto”.
Incierto determinado: en dicho plazo se ha precisado la obligación, es decir el
hecho concreto que se tendrá como punto de referencia para el comienzo o fin del
término. Ej.: obligación de pagar tal cantidad cuando Pablo muera.
Incierto indeterminado: es aquel en que al constituirse el vinculo obligatorio, no
se ha concretado el momento del vencimiento sino que ha sido dejada su fijación
al resultado de ulteriores apreciaciones o diligencias Ej.: la obligación de pagar
una deuda cuando se cobre el crédito contra un 3º o cuando se cobre el crédito
cuando se mejore la fortuna.
3) Según este señalado o no de manera concreta e inequívoca será:
Expreso: cuando está señalado concreta e inequívocamente en la obligación.
Tácito: será cuando no se lo ha fijado en la celebración del acto, pero se deduce de
la naturaleza de las obligaciones que asumen las partes la necesidad de un término
para cumplirlas. Es decir que la propia índole de la prestación nos esta indicando
la necesidad de un tiempo adecuado para llevarla a cabo. Ej.: cuando se tenga que
pagar algo en lugar distinto del que se contrajo la obligación, se otorga
tácitamente el término razonable para trasladarse al lugar del pago.
4) Según la obligación pueda ser cumplida o no con posteriodad a su
vencimiento será:
Perentorio: es el que una vez vencido hace que no se pueda cumplir la obligación
sin desnaturalizar su fin, ya que el incumplimiento del plazo importa la
inejecución de la obligación. Ej.: la orquesta no concurre en el momento, ya que
no es admisible el cumplimiento de la prestación por la sencilla razón que la
misma debió ejecutarse indefectiblemente en la oportunidad indicada.
No perentorio: es el que si bien se establece para una época determinada no es
obstáculo insalvable para que la obligación se cumpla después de su vencimiento,
sin menoscabo del derecho del acreedor para reclamar los daños y perjuicios
moratorios.
5) Según quien lo establezca será:
Convencional: es el que se otorgan entre las partes intervinientes en un acto
jurídico.
Legal: es el que fija la ley misma. Por ejemplo en el Art. 296, 465, etc.
Judicial: es el que señalan los jueces en los casos en que las leyes autorizan.
6) Según fuere excepcional o no será:
Plazo de derecho: es el establecido por las partes o por la ley, los fijados para los
tribunales en los casos en que las leyes los autorizan.
Plazo de gracia: es un término excepcional que ciertas leyes permiten señalar a los
jueces después de vencido el plazo de la obligación y en consideración a la
actuación particular del deudor, acordándole un tiempo moderado para que pague
las deudas que han sido reclamadas en juicio. Los antecedentes de este instituto
los encontramos en el derecho romano. Vélez no lo acepta, y ésta parece ser la
tendencia de la legislación moderna.
62
a) Pendiente el plazo: en esta etapa los derechos y obligaciones de los sujetos
existen, pero está impedida su exigibilidad y su ejercicio. Las consecuencias son:
- El acreedor, salvo que el plazo estuviera a su favor no puede ejercitar ninguna
acción tendiente al cumplimiento de la prestación.
- La obligación no es susceptible de compensación legal. Únicamente seria
posible la compensación facultativa siempre que la parte que tuviera el derecho de
oponerse accediera a admitir ese medio extintivo (porque para que proceda ambas
partes deben ser exigibles)
- El acreedor a plazo puede ejercitar todas las acciones conservatorias que sean
necesarias para la conservación de sus derechos.
- Los derechos y obligaciones sujetos a plazo son transmisibles por actos entre
vivos y por causa de muerte.
- No corre la prescripción liberatoria, mientras está pendiente el plazo.
- El deudor que ha pagado antes de vencer el plazo, no puede repetir lo pagado
(art. 571) sea que haya pagado a sabiendas o por ignorar la concurrencia de esa
modalidad.
Computación
63
En cuanto a este punto se aplican las normas contenidas en el segundo título
preliminar del Código Civil. El vencimiento del plazo se opera:
a- En las obligaciones de plazo cierto, a la medianoche del día expresamente
fijado o del último día del plazo.
b- En las obligaciones a plazo incierto determinado, a media noche del día en que
acontezca el hecho necesario a cuyo vencimiento se subordinó la obligación.
c- En las obligaciones a plazo incierto indeterminado, a la media noche del día
indicado por el juez o del último día del plazo que el juez fije.
Caracteres:
a) Es una obligación que afecta al adquirente de un derecho, por consiguiente, el
beneficiario de tal imposición está legítimamente autorizado para reclamar su
cumplimiento.
b) Esa obligación es excepcional, es decir, que no forma parte ni de la esencia ni
de la naturaleza del acto jurídico, sino que es una obligación suplementariamente
agregada por la voluntad de los otorgantes. Por ejemplo donamos nuestra casa a
Pedro con el cargo de que costee la educación de Juan.
c) El cargo como todas las modalidades es accesorio, lo que significa que siempre
está vinculado a un acto jurídico principal, en el cual está impuesto. La nulidad
del acto principal implica la nulidad del cargo. Este carácter accesorio no impide
que una vez instituido el cargo y ejecutada la obligación principal, si el
64
beneficiario del mismo es un tercero, adquiera el derecho autónomo de requerir,
directamente, el cumplimiento al obligado.
d) Es una obligación restrictiva al adquirente de un derecho, con la cual se limita o
aminora el beneficio que se le otorga.
Naturaleza jurídica: el cargo tiene una configuración jurídica como las demás
modalidades de los actos jurídicos y constituye una declaración accesoria y
obligatoria que limita el alcance del acto principal sin afectar su eficacia
Objeto del cargo: el cargo puede constituir una obligación de dar hacer o no
hacer; tal prestación puede ser impuesta a favor del otorgante o a favor de un 3º. O
que no beneficie a nadie en particular. Ej.: la donación de un terreno a la
municipalidad. No se admite en cambio en beneficio exclusivo de quien debe
cumplirlo, tampoco puede ser puesto para que lo hagan 3º.
Tiempo forma y prueba: en cuanto al tiempo el cargo o modo debe establecerse
en el momento en que se otorgue el acto. Cualquier modificación al respecto si se
trata de actos de última voluntad, exigirá el otorgamiento de una nueva
disposición testamentaria y si el problema se presenta en un acto entre vivos,
requerirá la conformidad de ambas partes.
En cuanto a la forma exige el mismo tipo de instrumento que el acto principal al
cual accede.
Finalmente en lo que atañe a la prueba se considera que el que alega ala
existencia de esta modalidad, en un acto jurídico, tiene sobre si el peso de la
prueba.
Requisitos:
El cargo o modo tiene que ser posible y lícito, así lo exige el art. 564: “Si el hecho
que constituye el cargo fuera imposible, lícito o inmoral, no valdrá el acto en que
el cargo fue impuesto”. Pero si el hecho no fuera absolutamente imposible, o si
llegara a serlo después, sin culpa del adquirente, la adquisición subsistirá, los
bienes quedarán adquiridos sin cargo alguno expresa el art. 565. La imposibilidad
aludida por el art. 564 invalida el acto cuando es anterior o contemporáneo al
mismo. La sobreviniente imposibilidad ocurrida sin culpa ni mora del obligado
constituye cada caso fortuito o fuerza mayor, que libera de la obligación de
cumplir el modo y admite que subsista definitivamente la adquisición del derecho.
Clases de cargos:
1) Cargo simple: es el que no está impuesto como condición de la eficacia del
acto, no tiene efectos suspensivos ni resolutorios. Su cumplimiento no impide la
adquisición ni el ejercicio del derecho (art. 558), ni trae la invalidez del acto, ni la
pérdida de los derechos adquiridos (art. 560). El derecho que surja de este cargo, a
favor del beneficiario, es el de exigir judicialmente al adquirente su cumplimiento,
por las acciones que se reconocen a todo acreedor. Sin embargo hay excepciones,
en el caso de donaciones, legados, cargos inherentes a las personas y esta fallece
sin cumplirlo. Si no se cumple con estos cargos se opera la resolución del acto al
cual acceden.
65
2) Cargo condicional suspensivo: el sujeto pasivo no puede exigir el cumplimiento
de la prestación mientras no se cumpla el cargo impuesto (art. 558). Si cae en
mora en su obligación de cumplir el cargo, el beneficiario del cargo tiene derecho
a reclamar el cumplimiento del cargo o que queden sin efecto los derechos a favor
del deudor por sentencia judicial. Si el beneficiario hubiera entregado la cosa,
tiene derecho a demandar la restitución de dicha cosa. (Art. 548).
3) Cargo condicional resolutorio: consiste en la inclusión de una condición
potestativa, a cuyo cumplimiento se subordina la irrevocabilidad de un derecho
adquirido. Ante el incumplimiento del cargo y operada la mora del obligado, el
imponente tiene derecho a pedir en juicio, que se declare la pérdida del derecho
otorgado en el acto y la restitución de la cosa entregada.
4) Cargo a favor de un 3º: el 3º beneficiario tiene derecho a accionar contra el
sujeto a quien se le ha impuesto el cargo para reclamarle su cumplimiento. En
cambio no tiene derecho para pedir que quede sin efecto el acto principal.
Igualmente podrá el 3º accionar contra el imponente del cargo según lo dispone el
Art. 1851 en lo que respecta a donaciones. Si el imponente demando para dejar sin
efecto el acto del 3º no tiene acción para pedir que esto no suceda, porque el 3º
beneficiado solo tiene acción para exigir el cumplimiento.
66
En la relación jurídica podrán existir muchos casos en los que se presentan
necesariamente un A y un D así es que podrá existir casos en los que tengamos:
1) Varios A y un D: Pluralidad Activa
2) Varios D y un A: Pluralidad Pasiva
3) Varios A y varios D: Pluralidad Mixta
Solidarias
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B) Según la naturaleza del vínculo: MANCOMUNADAS
Simplemente
Mancomunadas
Cabe destacar que podrán existir casos en los que tengamos obligaciones
mancomunadas con prestación divisible e indivisible: 4 son los respectivos casos:
I) Obligaciones simplemente mancomunadas con prestación divisible: en esta
forma de establecerse el nexo obligatorio los A y los D se han vinculado
únicamente en proporción a su parte y como prestación divisible “cada A tiene
derecho a exigir o cada D esta obligado a pagar nada mas que su parte en crédito o
deuda” Ej.: si Juan y Pedro deben a Pablo $100 mil en simple mancomunación,
están obligados a pagar nada que $50 mil cada uno.
II) Obligaciones simplemente mancomunadas con prestación indivisible: no puede
ser reclamada ni pagada fraccionadamente por los respectivos interesados, sino
que debe cumplirse en su totalidad y por consiguiente “cualquiera de los A tiene
derecho a exigir o cualquiera de los D debe pagar la prestación” ej.: si Juan y
Pedro se han comprometido a entregar a Pablo y a Santiago el caballo rayo, la
exigencia de cumplimiento puede partir tanto de Pablo como de Santiago y puede
ser dirigida tanto a Juan como a Pedro.
III) Obligaciones solidarias con prestación divisible: cualquiera de los A puede
exigir y cualquiera de los D se le puede ser exigida la integridad de la prestación.
Ej.: Juan y Pedro se han obligado a pagar $1000 a Santiago y a Pablo, en forma
solidaria. Por lo tanto la exigencia de pagar puede provenir tanto de Santiago
como de Pablo, y podrán dirigirla tanto a Juan como a Pedro.
IV) Obligaciones solidarias con prestación indivisible: IDEM ANTERIOR-
Cualquier A puede reclamar y cualquier D puede serle exigido el cumplimiento
integro de la prestación-
68
CRITERIO DEL C.C: en el régimen del nuestro código las obligaciones son
divisibles o indivisibles según la naturaleza de la prestación y según la intención
de las partes. Hay entonces dos casos de indivisibilidad: la natural y la
convencional.
En la reforma de la ley 17.711 en el nuevo texto del Art. 2326 se adopta a estos
efectos el criterio económico.
Obligaciones de dar:
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a) Relaciones entre grupo de A con grupo de D o sea lo que se llama haz externo o
vertical
b) Relaciones internas existentes entro los sujetos de cada grupo, o sea lo que se
llama haz
interno u horizontal.
70
1- si uno de los A exige al D la totalidad del crédito, este tendrá derecho para
limitarse al pago de la cuota parte en relación a ese A demandante y en cuanto al
resto le asiste la defensa de falta de acción. El obligado que paga la totalidad del
crédito a un A accionante habría pagado mal y no quedara liberado en cuanto a los
demás A. En el caso de que se trate de pluralidad de D, la parte A no puede exigir a
cada uno de ellos nada más que su cuota en la deuda y si se pretendiera lo contrario
el D demandado más allá de la obligación tendrá a su favor la defensa de falta de
acción.
2- El D que paga un importe mayor del que le corresponde tiene en principio, el
derecho de reclamar la restitución de lo que hubiere pagado de más. Si el A a quien
este D hubiere pagado la totalidad de la deuda hubiere distribuido el momento entre
los demás A no habría problema, y estaríamos frente a un pago hecho a un 3º que al
final llega a manos de los verdaderos A y por consiguiente la obligación se
extingue. Pero si las cosas no sucedieran de esa manera, y los demás co-A exigieran
al D el pago de sus respectivas cuotas este tendría que volver a pagar, pero iniciaría
a su favor una acción para demandar la restitución de lo pagado de más (caso de
error esencial)
c) Excepción de la regla: asunción de deuda de uno de los D: sin y con
intervención del A: En la hipótesis de que uno de los D hubiere pagado la totalidad
de la deuda, conociendo que pagaba la parte de los demás, carecería de derecho
para reclamar la devolución de lo pagado. Su acción se limitaría a reclamar a sus
co-D el importe que hubiere desembolsado por ellos salvo el caso de excepción
contemplado en el Art. 676: “Exceptúase de la ultima parte del articulo anterior, el
caso en que uno de los deudores o uno de los coherederos tuviese a su cargo el pago
de la toda la deuda, ya en virtud del titulo de la obligación, o por haberse así
determinado en la división de la herencia, en cuyo caso el deudor podrá ser
demandando por el todo de la obligación, salvo sus derechos respecto a los otros
codeudores o coherederos.”
1- Insolvencia de uno de los D: Art. 677: “si uno o varios de los co-D fuere
insolvente los otros co-D no están obligados a satisfacer la parte de la deuda que a
aquellos corresponda” esta es una consecuencia de las obligaciones divisibles, la
parte de cada deudor se considera como distinta a la de los otros (Art. 691). Este
principio se aplica tanto a la divisibilidad originaria como a la derivada
(contemplada en el Art. 3495)
2- Prescripción, suspensión e interrupción de la prescripción:
La prescripción de la obligación operada con respecto a uno de los A o a favor de
uno de los D de la obligación divisible, no perjudica a los demás A ni beneficia a
los demás D.
La suspensión de la prescripción ocurrida con respecto a uno de los sujetos de la
obligación tiene efectos limitados a la parte del respectivo co-A o co-D, sin que
pueda ser invocada a favor de los demás A ni opuesta en contra de los demás
obligados.
Interrupción de la prescripción, los actos emanados de uno solo de los A o
dirigidos en contra de uno solo de los D, que interrumpan la prescripción, no
aprovechan ni perjudican a los otros sujetos de la obligación.
3- Culpa, dolo y mora: la imputabilidad del incumplimiento de esta clase de
obligaciones, es personal. La mora o la culpa de uno de los D no tienen efecto
respecto de los otros. Lo mismo y con mas razón se aplica al dolo.
71
4- Cosa juzgada: los efectos de la sentencia definitiva dictada se circunscriben a
las partes del litigio. (Limita efectos)
5- Transacción: ocurre lo mismo que con la cosa juzgada, con relación a los que la
han convenido. No se pueden extender, pues los efectos tanto de la una como de la
otra a los A o a los D que no han tenido intervención en ellas.
6- Novación, remisión, compensación, y confusión: el efecto de cualquiera de
estas figuras extintivas se limita a los sujetos de la obligación entre los cuales han
tenido lugar las mismas. Ninguna de estas extiende su alcance a los cointeresados
que no han sido parte en su configuración.
Novación: modo de extinción de las obligaciones, en virtud del cual se extingue una
obligación anterior y nace una obligación nueva que difiere de la anterior por algún
elemento condicional o esencial. Puede ser subjetiva, objetiva o causal.
Compensación: modo de extinción de las obligaciones en virtud del cual cada una
de las partes reviste el carácter de A o D de manera que a través de ella se
extinguirá la obligación con fuerza de pago hasta donde alcance la menor. Ej.:
Andrea le debe a Romina $10.000 mil pero resulta que por otra causa Romina le
debe $5.000 a Andrea por lo que Andrea solo le paga $5.000
Confusión: modo extintivo de las obligaciones que se da cuando concurren en una
misma persona la calidad de A y D.
72
c)- Si varios A han accionado y notificado sus demandas, el D no podría efectuar el
pago a ninguno de ellos y en tal hipótesis se impone el temperamento de pagar la
prestación en conjunto a todos los A accionantes. En caso de encontrar dificultades
para efectuar ese pago simultáneo le asiste el derecho de promover juicio de pago
por consignación. En tanto no haya mediado demanda notificada de alguno de los
A, la parte obligada mantiene el derecho de pagar a cualquiera de ellos.
Pago de la prestación: El Art. 686 nos dice que a cualquiera de los D de la
obligación indivisible puede serle exigida la ejecución integra de la misma. Nuestro
código se inclina por el sistema que permite reclamar el pago a uno solo de los D.
sin embargo este procedimiento no es de sencilla aplicación. En el régimen de las
obligaciones indivisibles se dan varias situaciones:
1- la prestación pede ser cumplida por cualquiera de los D. este caso la aplicación
del Art. 686 no ofrece dificultades.
2- la prestación solo puede ser cumplida por uno de los D. en tal supuesto, si se
demanda a ese deudor no habrá inconvenientes en que la acción se entienda
únicamente con el, pero si el demandado no es el D al cual le es posible cumplir la
prestación Ej.: se exige deudor A un caballo que esta en presesión de B, este
derecho del Art. 686 por si solo no pueden dar la solución. En tal hipótesis tampoco
se impone la precaución de demandar conjuntamente a todos los D, o en su defecto
la citación del D que esta en condiciones de cumplir. Aunque la citación no esta
especialmente prevista en el C.C no hay obstáculo para que se acuerde al D la
facultad de traer a juicio a los coobligados cuya presencia en litigio sea
indispensable.
3- la prestación exige, para su cumplimiento, la concurrencia de todos los D. es la
situación que se conoce como indivisibilidad impropia Ej.: la obligación contraída
por dos personas en el sentido de componer una canción, una pone la música y la
otra la letra. En estas obligaciones es de rigor que la demanda de cumplimiento se
dirija conjuntamente contra todos los D. En defecto de ello se impone reconocer al
D demandado el derecho de citar a sus coobligados.
2) Prescripción, interrupción y suspensión de la prescripción:
La prescripción de la deuda indivisible ocurrida entre uno de los D y uno de los A
aprovecha a todos los primeros y perjudica a todos los segundos. (Propaga efectos)
La interrupción de la prescripción operada por uno de los A contra uno de los D,
aprovecha a aquellos y perjudica a estos. (Propaga efectos)
La suspensión de la prescripción que beneficia a uno de los A propaga sus efectos
a los demás quienes puede invocarlos en su favor.
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4) Insolvencia de uno de los deudores: la insolvencia de uno de los co-D en la
obligación indivisible, no influye con relación a los demás, porque mientras quede
un D en condiciones de cumplir la prestación, puede ser dirigida contra el la acción
del A.
5) Mora, culpa y dolo: se aplica el principio de la personalidad de la situación de
culpa mora y dolo. Art. 685 “solo el autor de la violación del derecho debe soportar
la indemnización que pueda exigir el A, quedando libres de satisfacerla los otros co-
D” podrá darse el caso sin embargo de que uno de los D hubiera descargado en un
coobligado los deberes que le incumbían personalmente en cuanto a la ejecución de
la prestación, en tal caso el D que declino sus deberes, seria responsable por la
mora o la culpa incurrida por el coobligado a quien declino.
6) Cosa juzgada: el Art. 715 de C.C en materia de solidaridad, puede aplicarse por
analogía a este caso, “la cosa juzgada recaída en juicio es invocable por los co-A
pero no es oponible a los codeudores que no fueron parte en el juicio. Los co-D
pueden invocar la cosa juzgada contra el co-A que fue parte en el juicio” (no puede
ser invocada por los ajenos).
7) Transacción: la transacción entre uno de los A y uno de los D, no extiende sus
efectos al co-A o co-D que no han intervenido en la misma. (Art. 851)
8) Remisión o Quita: sus efectos se verán según sean referidos a:
Acreedores: Art. 687: “solo por el consentimiento de todos los A puede remitirse la
obligación indivisible o hacerse una quita de ella.” (Explicación de fundamento
nota Art. 668, la remisión de la deuda hecha por uno de los A tendrá el efecto de
disminuir la deuda, si la remisión individualmente hecha por uno de los titulares del
crédito no impide a los demás el reclamo integro del mismo en lo que a la parte del
A remitente atañe, corresponde restituir al D o Ds. el importe proporcional)
Deudores: puede ocurrir que el A o los As. Remitan la deuda con relación a uno
solo de los D. La doctrina se ha divido en este tema
1- Salvat y Machado: la obligación se extingue con respecto a todos los co-D
2- Llambías y Borda: el Art. 881 dice que la remisión concedida únicamente a un D
“no impide que el A pueda exigir el cumplimiento a los otros co-D.”
9) Compensación: es excepcional porque tal supuesto solo puede acontecer cuando
la prestación sea de dar cosas inciertas no fungibles, en las cuales el o los A y el o
los D tengan respectivamente el derecho de elección. (Art. 820)
10) Confusión: la confusión ocurrida entre uno de los A y uno de los D de la
obligación indivisible no tiene efecto contra los demás co-interesados. Para que la
confusión pudiera propagar sus efectos a los demás participes de la obligación seria
menester que se produjera entre el A con respecto a todos los D o todos los A y el
D, o todos los A y todos los D.
11) Muerte de un deudor o de un acreedor:
1- La muerte de uno o varios de los D de la obligación indivisible no hace cesar la
indivisibilidad y a cualquiera de sus herederos puede serle exigido el cumplimiento
integro de la prestación. (Art. 686; 3378). Este principio no es aplicable respecto de
obligaciones inherentes a la persona, en cuyo caso “la regla jurídica de la
indivisibilidad cede ante la regla de la intrasmisibilidad por ejemplo, locación (Art.
1640) y el mandato (Art. 1963 Inc. 4)”
2- En cuanto a los A se dispone en el Art. 686 que cualquiera de los A originarios o
los que sean por sucesión pueden exigir el cumplimiento integro de la obligación
indivisible. Ocurrida la muerte del A o de uno de los A cualquiera de sus herederos
puede reclamar íntegramente el pago de la prestación.
b) Efectos Internos- de la divisibilidad e indivisibilidad:
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El haz interno, Art. 689: “las relaciones de los A conjuntos entre si o de los D
conjuntos entre si después de que uno de ellos hubiese cumplido una obligación
divisible o indivisible, se reglaran de la siguiente manera:
1- Cada uno de los A conjuntos debe pagar una cuota igual o desigual designada en
los títulos de la obligación, o en los contratos que entre si hubieran celebrado ( es
evidente que se incurre en un error de la redacción del Art. Y debe entenderse como
si dijera: “cada uno de los A conjunto tiene derecho a cobrar y cada uno de los D
conjuntos debe pagar una cuota igual o desigual)
2- Si no hubiere títulos o si nada se hubiese prevenido sobre la división del crédito
o de la deuda entre A y D conjuntos se atenderá a la causa de haberse contraído las
obligaciones conjuntamente, a las relaciones de los interesados entre si y a las
circunstancias de cada uno de los casos.
3- Si no fuese posible reglar las relaciones de los A o de los D conjuntos entre si, se
entenderá que son interesados en partes iguales y que cada persona constituye un A
o un D. “
Solución de los distintos casos:
La relación de los A conjuntos entre si después de que alguno o algunos de ellos
hayan percibido la prestación y las relaciones de los D conjuntos entre si después de
que alguno o algunos de ellos hubiesen efectuado el pago tanto en las obligaciones
divisibles como en las indivisibles pueden obligar a que se haga un reajuste que es
lo que se conoce en doctrina con “cuestión de distribución o cuestión de
contribución” según se trate de A o D.
Pautas para el reajuste:
1-Cuando en los títulos de la obligación o en el co. Que dentro de cada grupo se
hubieran formalizado, se hubiera establecido el alcance de la participación de los
respectivos interesados, esta convención debe prevalecer y de acuerdo a ella deben
reglarse las relaciones internas de los distintos sujetos del respectivo grupo los
participes de cada grupo pueden estar vinculados en proporciones iguales o
desiguales y aun es posible que alguno o algunos de ellos figuren el crédito o
deuda, solo en apariencia y en realidad se hayan limitado a permitir que se incluya
su nombre para facilitar el cobro si se trata del A o garantizar el pago si trata del D.
En las obligaciones divisibles en los casos en que la proporción establecida en las
relaciones internas de las partes es igual y las fases externa o interna de la
mancomunación coinciden, si cada interesado ha cobrado o ha pagado lo que en
realidad le correspondía no hay lugar a reajustes. En el supuesto de que las
proporciones fueran desiguales o cuando algún A o D lo fuera solo en apariencia,
ningún A debe retener mas o ningún D debe sufrir una erogación mayor que su
interés en la obligación.
El Art. 689, prevé la acción recursoria para demandar los reajustes pertinentes a sus
respectivos compañeros de grupo a fin de reestablecer el equilibrio entre los
interesados.
En las obligaciones indivisibles, si en los convenios internos de los respectivos
grupos se asigna a las partes la proporción en que concurren en el crédito o en la
deuda, el A que ha cobrado la totalidad de la prestación debe dar a cada co-A su
participación correspondiente, de acuerdo al interés real que tengan en la obligación
(se aplican las normas de división de bienes en co-propiedad Art.2692, 1324 Inc. 3
y consiguientes.)
En cuanto al D que hubiere pagado la prestación tiene acción recursoria para exigir
de sus coobligados el pago de sus respectivas partes en la medida de la proporción
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en que se hubieran realmente obligado, de acuerdo a las estipulaciones internas
existentes en el grupo pasivo.
2- Para el supuesto de que en los títulos de la obligación no surgiera la proporción
en que concurren los respectivos interesados, o cuando no hubiera títulos la ley
prevé que deberá atenderse a la causa de haberse contraído la obligación, a las
relaciones internas de los interesados entre si y a las circunstancias de cada uno del
os casos.
3- si nada de esto permite descubrir en que medida concurren los A en el crédito o
los D en la deuda, se entenderá que “son interesados en partes iguales y que cada
persona constituye un A o un D”
76
lo contrario. En la pluralidad de sujetos acaecida a raíz de una sucesión hereditaria,
la proporción que haya de tenerse en cuenta en el crédito y en la deuda, es la que
corresponda a la cuota hereditaria que pertenezca a cada heredero.
2- Cada A solo tiene derecho a exigir el pago de su parte en la prestación y cada D
solo puede ser obligado a pagar su cuota en la misma.
3- El D que pague íntegramente la deuda, no queda subrogado en los derechos del A
contra los co-D.
4- La prescripción del crédito, la suspensión y la interrupción de la prescripción, la
culpa, el dolo, la mora , la cosa juzgada, la transacción, la novacion, la remisión, la
compensación y la confusión, que puedan haber ocurrido con respecto a uno solo de
los interesados, no propaga sus efectos a los demás. La insolvencia del co-D no
afecta, tampoco a los demás. El reconocimiento de la deuda hecho por un D es
exclusivamente personal
5- Los efectos concernientes a la cláusula penal, cuando no hay pluralidad de A o
D, se rigen por lo previsto en el Art. 698 “cuando en la obligación simplemente
mancomunada hubiere una cláusula penal, no incurrirá en la pena sino el D que
contraviniese a la obligación y solamente por la parte que le correspondía en la
obligación.”
Obligaciones solidarias:
CONCEPTO: Art. 699 “la obligación mancomunada es solidaria, cuando la
totalidad del objeto de ella puede, en virtud del titulo constitutivo o de una
disposición de la ley, ser demandada por cualquiera de los A o cualquiera de los D”
Antecedentes históricos:
La mayoría de la doctrina hace remontar el origen de la solidaridad al derecho
romano, donde se la conocía con el nombre de correalidad. A partir de los trabajos
de Keller se ha sostenido por algunos autores que en Roma existían dos clases de
solidaridada) el perfecto o correalidad y b) la imperfecta o in solidum. Esta
distinción ha sido vivamente criticada. En otros sectores doctrinarios hacen
remontar los antecedentes de esta institución a la mutua fideiussio del derecho
griego.
Caracteres de la solidaridad:
1- Unidad de prestación: en la obligación solidaria hay unidad de prestación, en
consecuencia todos los A y D están vinculados con respecto a una misma
prestación. El cumplimiento de la misma puede ser exigido por cualquiera de los A
y cualquiera de los D, pero solo puede serlo una vez. Pagada la prestación por un D
o a un A, la obligación se extingue para todos los sujetos de la misma.
2- Unidad de vinculo con pluralidad de situaciones subjetivas: ha existido
convergencias en la doctrina respecto de si había o no pluralidad de vínculos en las
obligaciones solidarias, por su parte la doctrina francesa entiende que existe
pluralidad de vínculos, mientras que la doctrina nacional considera que existe
unidad de vínculos con pluralidad de situaciones subjetivas, ya que todos están
obligados en virtud de una única causa, sin embargo la situación de cada uno puede
ser diferente. Ej.: dos A solidarios frente a dos D solidarios 1 A pone una condición
que solo este podría invocarla (cláusula penal, incapacidad, etc.)
3- Fuente única: en las obligaciones solidarias el titulo o fuente debe ser el mismo
para todos los sujetos de la obligación.
4- Carácter expreso: en nuestro régimen jurídico se requiere que la solidaridad sea
expresa, pues se la considera de carácter excepcional. El Art. 701 del C.C, por dos
veces exige la concurrencia de ese requisito. Sea que la solidaridad emane de la
77
voluntad de las partes de la ley, se requiere la expresión asertiva y manifiesta de la
solidaridad.
78
manera de asegurarle el cobro integro del crédito. También aquí la solidaridad debe
ser expresa, de modo que surja concluyentemente del respectivo texto lega, que a
cualquiera de los D puede serle exigido el pago integro de la prestación
Casos de solidaridad legal:
ACTOS ILICITOS, todos lo que participan de un delito responden solidariamente
ante la victima por la reparación del daño causado.
CUANDO VARIAS PERSONAS TOMAN CONJUNTAMENTE: en comodato o
préstamo de uso, las mismas cosas, responden solidariamente ante el comodante
por la restitución y los daños que causen. Fundadores de las asociaciones que no
son sujetos de derecho. Los diversos mandantes de un mismo mandatario, con
respecto a un negocio común, quedan solidariamente obligados para todos los
efectos del mandato.
79
Que perciba la totalidad del crédito: la obligación y por consiguiente los derechos
que emanan de la solidaridad, se extinguen en cuanto al accionante: Haz externo
(independientemente de que surja a favor del D que pago la contribución
correspondiente de acuerdo a los vínculos internos)
Que logre cobrar parte de el: en este caso la ley le acuerda el derecho de perseguir
el cobro del saldo contra los demás D. Pero en ese caso deberá probar que el cobro
del saldo no puedo obtenerse contra el demandado originario a causa de su
insolvencia
Que no consiga cobrar nada de la prestación: el A puede dirigir su acción contra los
demás, pero en ese caso la ley lo somete al requisito previo de probar la insolvencia
del demando, sin esa prueba la acción contra los demás co-D, no podrá prosperar.
Este requisito de la prueba de la insolvencia del demandado no se exige si el A
desiste del procedimiento iniciado para dirigir su acción contra otro co-D.
2. Novación: la novacion hecha entre el A y uno de los D extingue la obligación
(Art. 707 y 810) – propaga efectos-
3. Compensación: la compensación entre el A y uno de los co-D solidarios,
propaga sus efectos a los otros co-D (Art. 707 y 830)
4. Remisión: la remisión que el A haga a favor de uno de los D puede ser absoluta
(respecto de la totalidad del crédito) y relativa (en relación a dicha parte) la
remisión absoluta propaga sus efectos a todos los coobligados y la obligación se
extingue íntegramente. La remisión relativa opera la extinción de la parte de la
deuda del interesado.
5. Dación de pago: otorgada entre un D y aceptada por el A extingue la obligación
6. Confusión: Art. 866 (ref. por ley 17711) la confusión entre un A y con co-D o
entre un D y un co-A, no tiene efecto extintivo, sino que se limita a la parte
correspondiente de ese co-D o co-A.
b- Efectos secundarios:
1. Prescripción: interrupción, Art. 713 y 3994 cualquier acto interruptivo de la
prescripción en contra de uno de los D solidarios es oponible a los demás. La
interrupción operada por el demandando o por el compromiso hecho por escritura
publica no suscita dudas respecto de la fecha aun para 3º, ya que se entiende que el
supuesto acto interruptivo no fue la confabulación entre el A y uno de los D
concertada después de operada la contribución con fecha antedatada. No pasa lo
mismo con la interrupción de la prescripción originada en el reconocimiento de uno
de los D en un instrumento privado en el cual se exige que tenga fecha cierta. Los
principios referentes a la interrupción sufren una modificación cuando muere un co-
D solidario dejando a varios herederos. El acto interruptivo que afecte a uno de los
herederos del co-D solidario fallecido interrumpe la prescripción con respecto a la
parte de ese heredero. Pero si la prestación fuera indivisible, el acto interruptivo que
afecta a uno de los herederos del co-D propagaría sus efectos a los demás.
Suspensión de la prescripción: no propagara sus efectos a los demás salvo que la
prestación fuera indivisible.
2. Mora o culpa: si la prestación se torna imposible por culpa de uno de los
obligados o hubiera incurrido ese en mora, los co-D inclusive los que no son
pasibles de esas imputaciones, están obligados a pagar el equivalente de la
prestación y además los daños e intereses.
80
3. Demanda de intereses: entablada contra uno de los co-D hace correr los
intereses con respecto a todos (Art. 714). La solución del Art. 714, solo será
aplicable cuando la obligación hubiera sido exigida igualmente para todos. Porque
en el caso de que existiere diversidad de situaciones subjetivas, Ej.: el caso de que
un co-D se hubiere obligado bajo condición suspensiva o plazo y uno de los
coobligados cayera en mora, los efectos de la misma empezaran para los demás a
partir del momento en que se cumpla la condición suspensiva o pacto que estos
tuvieran en su favor.
4. Cosa Juzgada: respecto de la sentencia dictada en juicio tramitado entre el A y
uno de los D o entre el D y uno de los A o entre uno solo de los A y uno solo de los
D de la obligación solidaria, propaga sus efectos de la cosa juzgada a los
interesados que no habían intervenido en el proceso.
Se plantean tres posiciones:
1- un grupo de autores se pronuncia en el sentido de negar todo efecto expansivo: la
sentencia dictada en juicio referente a una obligación solidaria no es oponible al A o
D que no ha intervenido en el juicio.
2- una solución intermedia distingue que según haya sido el resultado del litigio: si
el sujeto de la obligación solidario que participo en el mismo tuvo resultado
favorable, sus compañeros en la obligación tienen derecho de invocar la sentencia a
su provecho. En cambio si el resultado no era favorable, no podría ser opuesta a los
co-interesados que no han intervenido en el juicio.
3- el temperamento que cuenta con mas adhesiones es el que se pronuncia por la
extensión de los efectos de la cosa juzgada a los co-A o co-D solidarios que no han
participado en el proceso, con las excepciones en las que la sentencia no propaga
efectos:
a) cuando el juicio ha versado sobre la existencia o inexistencia de la solidaridad
b) cuando el sujeto ha invocado defensas exclusivamente personales
c) si hubiere existido una colusión entre actor y demandado
d) si el demandado se hubiera allanado a la demanda o el fallo se hubiera dictado
sobre la base de una confesión de aquel.
Por lo que atañe a nuestra disposición legal, la reforma de la ley 17711 ha
introducido un agregado al Art. 719 “la cosa juzgada recaída en juicio es invocable
por los co-A pero no es oponible a los co-D que no fueron parte en el juicio. Los
co-D puede invocar la cosa juzgada contra el co-A que fue parte en el juicio”
Es decir que nuestro código acuerda el efecto de la cosa juzgada secundum
eventum litis. Al sujeto de la obligación solidario que no ha sido parte en el pleito
no puede serle opuesta la inmutabilidad del fallo dictado, pero dicho sujeto puede
invocar contra lo que han intervenido en la litis la autoridad de la cosa juzgada si le
ha sido favorable total o parcialmente.
5. Transacción: el Art. 853 “la transacción hecha con uno de los D solidarios
aprovecha a los otros, pero no puede serles opuesta”. Es el temperamento de la
propagación de sus efectos de la transacción en lo favorable, que Vélez ha extraído
como corolario del principio de que el D solidario puede mejorar, pero no agravar
la situación de los cointeresados (nota al Art. 853)
6. Insolvencia de uno de los D: la insolvencia de unos de los D no tiene
repercusión en cuanto al sujeto activo de la obligación puesto que la laye le
garantiza su derecho precisamente contra ese tipo de eventualidades, al acordarle la
facultad de reclamar su crédito a todos o a cualquiera de los obligados (Art. 705). Si
81
la demanda hubiera sido promovida con el D insolvente, con solo probar esta
circunstancia el A puede reclamar a los otros D solidarios el cumplimiento integro
de la prestación (Art. 705)
7. Sucesión en las obligaciones del D: en el caso de fallecimiento de alguno de los
D, si quedara más de un heredero, cada uno de ellos concurre a la obligación del
causante en proporción a su cuota hereditaria, siempre que la prestación sea
divisible. Así resulta del Art. 712, por consiguiente a cada heredero no podrá serle
reclamada nada más que el pago de la proporción de la prestación que corresponda
a su parte en la herencia. Esto es así cuando la prestación es divisible, pues en el
caso contrario el Art. 686 dispone que la prestación puede reclamarse por entero a
cualquiera de los herederos del D solidario fallecido.
Esta limitación en los efectos de la solidaridad, en la sucesión mortis causa, cuando
el co-D fallecido deja varios herederos, no significa que la solidaridad cese en
cuanto a los co-D sobrevinientes. Si el sujeto activo quiere reclamar el pago integro
de los créditos a los herederos del D fallecido, es ineludible la demanda conjunta
contra los mismos. Nada impediría la demanda de la totalidad del crédito a
cualquiera de los co-D solidarios sobrevinientes.
8. Defensas oponibles a las partes: El tema ha sido contemplado en nuestro
código en el Art. 715 que trata de las excepciones oponibles a los D solidarios a las
reclamaciones de la parte A, que son excepciones comunes a todos los D y
excepciones personales. La doctrina, ha distinguido entre estas ultimas, las
estrictamente personales, que no aprovechan a los demás co-D y las que aun
siendo personales puede repercutir y aprovechar parcialmente a los otros co-D.
Defensas y excepciones comunes: son las llamadas reales u objetivas, porque
interesan a todos los co-D por igual y por lo tanto puede ser opuestas por cualquiera
de ellos (Art. 715 1º parte), entre ellas encontramos:
a) las causas de nulidad que afectan intrínsecamente a la obligación, Ej.: la falta o
ilicitud de la causa, la ilicitud del objeto, el error, dolo o violencia que comprenden
a todos los obligados, la falta de formas solemnes, etc.
b) las causas de extinción de la obligación (pago, novacion, compensación,
remisión, etc.)
c) la imposibilidad inimputable de cumplimiento y la prescripción.
d) las modalidades (condición, plazo, etc.) que comprenden a todos los D en
conjunto.
Defensa y excepciones personales parcialmente extensivas: se trata de medios de
defensa que si bien se relacionan exclusivamente con uno de los D, sus efectos se
propagan con relación a otros en proporción a la parte de aquel. Tales son los casos
de la remisión parcial de la deuda y la confusión. Los co-D no beneficiados por la
remisión hecha a uno de los obligados o no comprendidos en la confusión, en el
caso de ser demandados por el total de la deuda, tienen derecho a oponer el
progreso de la acción, como defensa, la existencia de esas figuras extensivas, hasta
la concurrencia de la parte del D a quien benefician y a exigir que se deduzca de la
acción el importe correspondiente. Ej.: Pedro y Pablo son D solidarios por
$100.000 a Juan, este hace remisión parcial de la deuda a favor de Pedro por la
cantidad de $50.000, si luego pretendiera cobrarle a Pablo el total, o sea $100.000,
este tendría derecho a oponer la defensa de remisión de la deuda por el importe
renunciado y a exigir que la demanda se reduzca en esa proporción.
Defensas y excepciones estrictamente personales: se trata de relaciones
exclusivamente con uno de los obligados y de ningún modo pueden aprovechar a
los demás. La doctrina cita como Ej.: las causas de nulidad que afectan únicamente
82
a uno de los D, ya sea por su falta de capacidad o por la existencia de error, dolo o
violencia a su exclusivo respecto; las modalidades (plazo, condición, cargo
suspensivo y resolutorio) que atañen solamente a uno de los D; y el concordato y la
carta de pago que benefician a un solo D.
Derivada de los
actos ilícitos
a) De fuente contractual: el problema de los derechos del D que ha pagado la
deuda solidaria suscito tres posiciones (medida de la acción recursoria):
1- sostuvo que el D solidario que ha pagado la deuda, no tiene acción recursiva
contra los co-D
2- considera que el co-D que han pagado la deuda, tienen indiscutiblemente acción
recursiva para exigir a sus compañeros la contribución proporcional de cada uno de
ellos en cuanto al pago.
3- no caben en esta materia soluciones absolutas, la acción del D que efectuó el
pago contra los demás obligados, procederá o no según el interés de cada uno de los
D en la obligación. Si el D que pago la prestación era el único interesado en el
vinculo obligatorio y los demás figuraban en el contrato solo de favor, es evidente
que aquel no tiene acción alguna contra quienes han figurado nada mas que en
apariencia en la obligación. Si tanto el obligado que pago como los demás
integrantes del grupo pasivo, contrajeron la obligación en beneficio común y tenían
interés en ella, el que ha efectuado el cumplimiento tiene acción recursiva contra
los D en la medida de sus correspondientes cuotas a fin de que le hagan el
reembolso proporcional.
Esta contribución de los co-D puede no ser por partes ya que actúa en relación de la
medida del interés que cada uno de ellos y el D que satisfizo el crédito, tengan en la
obligación.
Vélez opto por esta última solución, en los Art. 708, 717 y 689 y nota del Art. 708.
En el Art. 689 expresa como se determinara el interés de cada uno en la obligación.
Insolvencia de uno de los D: en la relación interna del grupo D, es necesario hacer
la nivelación correspondiente, en lo que concierna a la insolvencia de uno de los
obligados, y el Art. 171 en su ultima parte ha previsto la siguiente regla: “si alguno
de os D resultare insolvente, la perdida se repartirla entre todos los solventes y el
que hubiese hecho el pago”. Ej.: Pedro ha pagado íntegramente el importe de
$100.000 que adeudaba solidariamente con Pablo Juan y Santiago. Promovida por
83
Pedro la acción recursoria (nivelación) contra sus compañeros de grupo, resulta que
Pablo es insolvente y por lo tanto no es posible cobrar su parte. La cuota de este
deudor insolvente debe ser soportada por todos los demás co-D.
84
Principio de prevención: la pluralidad de los A, puede complicar la sencillez de este
panorama en el caso de que varios de ellos separadamente exijan al D el
cumplimiento de la prestación. La ley ha puesto remedio a esta perspectiva por
medio del llamado principio de prevención, que consiste en la preferencia que la ley
acuerda al A que ha demandando el cobro del crédito, en el sentido de que el pago
debe serle hecho a el y no a otro A. tal preferencia ha sido consagrada en los Art.
706 y 731 inc. 2. En ambos se determina que el D debe pagar la deuda a cualquiera
de los A, si antes no hubiese sido demandado por alguno de ellos. En su parte final
el Art. 706 reitera el concepto “pero si hubiese sido demandando por alguno de los
A, el pago debe hacerse a este”. En síntesis: antes de que alguno de los A accione
reclamando el pago del crédito, todos están en pie de igualdad y cualquiera de ellos
puede percibir el creidito, pero una vez que uno cualquiera de los A demanda el
pago, el D no puede pagar validamente nada que al A que acciono. No bastan las
simples reclamaciones, se exige además que la demanda haya sido notificada a la
parte obligada y que haya sido presentada en tiempo y forma. Si todos los A han
promovido juntos la demanda, no existe prioridad respecto de ninguno. El pago, en
este caso, debe hacerse en el juicio promovido y a nombre de todos los A. en la
hipótesis de que los A hubieran demandando separadamente el cobro del crédito, el
D o Ds. Están obligados a pagar al primero que notifico la demanda. Si todos
hubiesen notificado el mismo día, tiene prioridad de acuerdo a la ahora de la
notificación, o bien debe oírse a los A y si mediara oposición de alguno de ellos, es
menester consignar el pago judicialmente.
2. Novación, compensación, remisión de deuda y confusión: el Art. 707 en su
redacción originaria, acordaba a estas cuatro figuras extintivas efectos similares al
pago. De tal manera operada cualquiera de ellas, entre cualquiera de los co-A
solidarios y el D o Ds se extinguía la obligación. La ley 17711 ha excluido del Art.
707 a la confusión, y como el Art. 866 del código asigna a esta figura extintiva, en
materia de obligaciones solidarias, nada mas que efectos con respecto a los A o D
entre los cuales ocurre, es indudable que la intención del legislador ha sido
mantener la propagación de los efectos de la novacion, la compensación y la
remisión a todos los co-A, aun cuando haya sido parte en ellas nada mas que uno de
estos. En cambio en cuanto se relaciona con la confusión, el pensamiento legal se
ha orientado en el sentido de circunscribir a sus alcances a las partes entre las
cuales ocurre. (Novacion, compensación y remisión de deuda: Propagan efectos /
Confusión: Limita efectos en virtud del Art. 866)
b) Efectos secundarios: situaciones similares a las de la solidaridad pasiva, la
imposibilidad de cumplimiento de la prestación por causas no imputables al
obligado, la interrupción de la prescripción ocasionada por la actividad de uno de
los A solidarios, la constitución en mora y los efectos de la demanda de intereses
por obra de uno de los A, la cosa juzgada producida en pleito, en que ha sido parte
uno solo de los sujetos activos, no difieren sustancialmente en cuanto a sus
consecuencias de las situaciones semejantes que se producen en la solidaridad
pasiva. Respecto a la sucesión de derechos de los A solidarios, ocurre lo mismo que
con los D, cada uno de sus herederos tendrá derecho a exigir o recibir del D o Ds,
nada mas que la cuota que le corresponda en el crédito, conforme a su participación
en la herencia, consecuentemente para tener derecho a reclamar y percibir la
totalidad del crédito solidario, los herederos del A fallecido deben actuar todos
juntos. (Similar efectos secundarios solidaridad pasiva ver Pág. 33 de la bolilla)
II) Haz interno:
85
Efectos internos de la solidaridad activa: de manera semejante a lo que ocurre
con la solidaridad pasiva, una vez que uno de los D ha efectuado el pago, en la
solidaridad activa tenemos que afrontar también las cuestiones que suscitan después
de que uno de los A ha cobrado el crédito, en lo que respecta a la distribución del
mismo entre los co-A
(nota: lo que aquí es distribución en los D son cuestiones de contribución)
a) si todos los A que figuran en la obligación son en realidad y uno de ellos ha
percibido la totalidad del crédito, debe entregar a sus compañeros de grupo la parte
que les corresponde en la medida que cada uno de ellos tenga en el mismo. Si no
procede de esa manera, sus co-A tienen acción para reclamarle sus respectivas
cuotas. Esta acción es la que surge de la causa de la solidaridad, es decir la
emergente del mandato, si existiera sociedad, entre los co-A, y de la da gestión de
negocios si mediaba una simple comunidad.
b) cuando la prestación ha sido recibida por un A solidario que solo figuraba en
apariencia en la obligación, es decir solo para facilitar el cobro, pero que en
realidad en la intima relación de su grupo no tenia interés alguno, los demás A
solidarios tiene acción para reclamarle íntegramente el pago de la prestación, en
proporción a su respectivo interés en el crédito.
Cesación de la solidaridad:
A) En cuanto a la solidaridad Pasiva: la ley ha previsto únicamente el fenómeno
de la cesación de la solidaridad en cuanto al aspecto pasivo de la figura y por la vía
unilateral de la renuncia del A a los derechos que le confiere la misma.
El A puede renunciar a la solidaridad con respecto a todos los D solidarios, en cuyo
supuesto, la renuncia es absoluta, o con relación a alguno de los obligados, en cuya
hipótesis es relativa.
La renuncia de la solidaridad, sea absoluta o relativa, no afecta al crédito ni a la
deuda en si mismos. A pesar de tan renuncia la obligación queda substancialmente
intacta, con la única variante de que al cesar la solidaridad viene a quedar en
situación de obligación simplemente mancomunada.
1- Renuncia Absoluta a la solidaridad: Art. 704 1º parte “la obligación solidaria,
perderá su carácter en el único caso de renunciar el A expresamente a la solidaridad,
consistiendo en dividid la deuda entre cada uno de los D”. Se exige así la
manifestación de la voluntad expresa, con términos precisos como para que no
quede duda sobre el particular. Para que pueda ocurrir tal situación, la prestación
debe ser susceptible de fraccionamiento. Si la misma fuera indivisible, la renuncia a
la solidaridad dejaría intactos los efectos de la indivisibilidad.
2- Renuncia Relativa a la solidaridad: es la que el A hace en beneficio de alguno de
86
los D únicamente, de manera que la solidaridad continúe con respecto a los
restantes, con deducción de la cuota del D o Ds liberados de la solidaridad. Es la
que otorga la remisión parcial de la solidaridad por parte del A, el o los D
beneficiados por esa liberación, quedan en calidad de deudores mancomunados y
por tanto obligados a nada mas que por su parte proporcional en la prestación.
B) Cesación de la solidaridad activa: para extinguirse requiere la concurrencia de
todos los interesados, tanto la de los componentes del grupo activo como la de los
del sector pasivo. La medida de la cesación de esta solidaridad resultara de los
acuerdos que las partes celebren al respecto.
87
Diferencias y semejanzas de Solidaridad Indivisibilidad
política legislativa:
88
CONFUSIÓN La confusión solo extingue la No impide el cumplimiento de l
cuota parte de los D o A en obligación indivisible, mientras
quienes se ha operado doble quede un D o un A libre de ella.
calidad.
COMPENSACION Alcanza a los demás A o D Únicamente puede darse en
situaciones excepcionales como
obligaciones de dar cosas incier
no fungibles con tal que la
elección pertenezca
respectivamente a ambas partes
cuando el numero de las cosas n
sea igual al numero de A o D o s
múltiplo.
CULPA Y MORA Hacen responsable a los demás Tienen repercusiones
coobligados exclusivamente personales y no
constituyen fuente de
responsabilidad en cuanto a los
demás.
PRESCRIPCIÓN E Prescripción e interrupción de la prescripción: Respecto a un A o aun
INTERRUPCION DE LA co-D repercuten en los otros.
PRESCRIPCION Suspensión de la prescripción: obligaciones solidaria: limita efectos
Obligaciones Indivisibles: propaga efectos
COSA JUZGADA No puede ser opuesta en contra del A o D que no han intervenido en e
juicio.
O. solidarias: puede ser invocada a su favor por el A o D que no
intervienen en el pleito, en contra de los que hubieran participado en
mismo
O. indivisibles: los efectos se limitan a las participes del juicio.
CARÁCTER DE LA Puede extinguirse por renuncia Por ser una cualidad que
OBLIGACIÓN total o parcial de la solidaridad, corresponde a la naturaleza de l
quedando como simplemente prestación, no es susceptible de
mancomunada, en proporción a la renuncia.
medida de la renuncia.
Nociones Generales: los efectos de las obligaciones son las consecuencias de las
mismas. El efecto primordial es la ejecución, es decir, que se lleve a la practica lo que las
partes se han propuesto. En otras palabras, la necesidad jurídica de que se cumpla la
obligación.
Toda obligación se constituye para ser cumplida, tiende a una realización, sea
voluntariamente por el D o por los medios que la ley proporciona al A para lograr el
cumplimiento de la obligación.
89
Este es un principio fundamental que debe regir en toda la vida de la obligación y aun más
en el momento en que la misma produce sus efectos. Este principio de buena fe fue
contemplado por varios regimenes jurídicos; en el nuestro, si bien basta hasta la reforma
de la ley 17.711 no había una regla expresa, de buena parte del articulado fluía que aquel
principio había sido seguido por el codificador y por tanto debía considerarse incluido en
nuestro código como una exigencia inevitable en todo proceso obligacional.
En la reforma que introdujo la ley 17.711, expresamente se estableció el principio de la
buena fe en el Art. 1198 que dice: “los contratos deben celebrarse, interpretarse y
ejecutarse de buena fe y de acuerdo con lo que verosímilmente las partes entendieron o
pudieron entender, obrando con cuidado y previsión (…)”
Hay que destacar que no se trata de la buena fe subjetiva sino que es la buena fe
objetiva, la que debe tener el agente para lograr un exacto conocimiento de las cosas,
obrando siempre con diligencia.
a)- Sucesores universales: Estos continúan la persona del causante y por lo tanto son
A y D de cuanto su antecesor era A o D. Sin embargo existe un tipo de derechos y
obligaciones que no se transmiten y son los llamados “derechos inherentes a la persona)
(Art. 498 y 1195). Estos derechos son:
1- Los que están íntimamente ligados a la persona misma del causante: derecho al
nombre, al honor, al domicilio, al estado, etc. Y los derechos y deberes no patrimoniales
emergentes de la patria potestad, matrimonio, etc.
2- Aquellos que no pueden ser transmitidos por una prohibición expresa de la ley: Ej.: los
que resultan de la locación de obras, del mandato, etc.
3- Los que deben ser cumplidos y ejercidos personalmente por las partes (intuito
personae)
c- Las obligaciones no tienen efectos con respecto a 3º: Las obligaciones no pueden
afectar a 3º (arts. 503, 1195 y 1199). Suele indicarse como una excepción la estipulación
a la que se refiere el Art. 504: “Si en la obligación se hubiese estipulado alguna ventaja
a favor de un 3º, este podrá exigir el cumplimiento de la obligación, si la hubiese
aceptado y hécholo saber al obligado antes de ser revocada.” (Caso de las obligaciones
con cargo). Pero en verdad no hay aquí una excepción, porque al aceptar el 3º la ventaja
convenida en su beneficio, se incorpora a la obligación. Es decir que al expresar su
voluntad se convierte en integrante del vinculo obligacional (postura de Cazeux- Trigo
Represas)
90
Punto 2: Ejecución directa de la obligación
El Art. 505 se refiere a los efectos de la obligaciones con relación al D y al A. el D que
cumple correctamente con la ejecución de la prestación tiene derecho a obtener la
liberación correspondiente por parte del A, con la devolución del instrumento de deuda, la
cancelación de los derechos accesorios, etc.
En cuanto a los efectos respecto del A consisten en darle derecho para reclamar el
cumplimiento de la prestación. Esta ejecución puede ser obtenida:
a) Mediante la ejecución voluntaria por parte del D
b) Mediante la ejecución forzada por medio de la intervención de los tribunales.
Pago: De acuerdo al Art. 725: “el paso es el cumplimiento de la prestación que hace el
objeto de la obligación, ya se trate de una obligación de hacer, ya de una obligación de
dar”. Del propio texto de esta norma se deduce que el pago no es un mero medio de
extinción de las obligaciones. El pago es el “cumplimiento” de la prestación debida como
efecto de la obligación. Es por lo tanto un efecto y el mas fundamental, de las
obligaciones ya que importa la culminación o realización del fin en miras del cual la
obligación se constituyó: la obligación se forma teniendo en vista el pago y con el se
realiza en toda su plenitud, completamente; luego, de lo cual se extingue y deja de
producir efectos, porque además es esencial en la relación obligatoria el no durar
indefinidamente en el tiempo.
91
En un sentido estricto, que es el adoptado por nuestro código, pago es el cumplimiento de
la prestación a que se esta obligado cualquiera fuera su naturaleza, ya sea de dar, hacer o
de no hacer. En forma más circunscripta, se considera que el pago solo existe en las
obligaciones de dar y en un sentido más reducido se entiende por pago el cumplimiento
de una obligación de dar sumas de dinero.
Naturaleza jurídica:
Para determinar la naturaleza jurídica se han establecido diversas posturas:
TEORIAS:
2- Teoría del Acto debido: Teoría formulada por Carnelutti, para quien existen
tres categorías de lo que el denomina “actos jurídicos” y que para nosotros
serian los “actos voluntarios”, el “negocio jurídico” que es un acto que la ley
permite realizar; el “acto ilícito” que es lo que la ley prohíbe hacer y el “acto
debido” que es obligatorio porque la ley lo ordena de forma tal que el sujeto
no es libre de dejar de hacer dicho acto.
El pago seria un acto debido pues el D no es jurídicamente libre de cumplir o
no, sino que tiene el deber de pagar. Distinto del acto jurídico, en el que
concurre la libertad psicológica y jurídica en el agente, quien obra exento de
toda coerción humana exterior. Se le ha objetado a esta postura que el
hecho de que el acto sea debido no implica que no haya libertad pues para el
derecho solo falta libertad del sujeto cuando concurre el vicio de la violencia,
es decir que un acto sea debido no implica determinar su naturaleza jurídica
ya que con aquella calificación se esta teniendo en cuenta solo una función
del pago. (para mas info. ver Cazeaux Trigo Represas Pág. 19 tomo 2)
92
adecuación objetiva de la conducta del D al contenido de la obligación, poco
importa que en algunos supuestos pueda concurrir además el animus
solvendi del D, circunstancia esta de por si indiferente y que mal puede
variar la calificación de la esencia o naturaleza jurídica del pago.
a) PAGO POR EL DEUDOR: El pago puede ser hecho por “todos los deudores” o sea por
cualquiera de los d por cuota que les corresponda si la obligación fuera simplemente
mancomunada y divisible y por los herederos del D.
Herederos: En el caso de muerte del D, desde ese mismo instante pasa a sus herederos la
obligación de aquel, la que se distribuye entre ellos en proporción de sus respectivos
haberes hereditarios, aunque la obligación sea solidaria.
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Si el objeto de la obligación fuese indivisible, al no poder fraccionarse la misma, cada
heredero estará obligado frente al A por la totalidad de lo debido.
Representantes del D: Pago por representante del D: el pago puede ser realizado por un
representante del D en cuyo caso se considera como si hubiese cumplido directamente el
D mismo. Para ello se requiere de un poder especial, salvo que se trate de pagos
ordinarios de la administración o que se hubiere acordado un poder para contraer la
obligación, entregándose asimismo al mandatario el dinero o cosas que se debiesen dar
en pago, en cuyo caso queda implícitamente acordado el mandato para cumplir con la
obligación.
Requisitos de validez del pago: Para que la obligación se cumpla es necesario que se
efectué un pago valido, pues de otro modo la obligación no se extingue, para el pago sea
valido los requisitos son:
1- Capacidad del solvens: se alude aquí a una capacidad de hecho, para ejercitar uno
mismo el derecho de pagar y a la capacidad de derecho, pues es indudable que todo D es
titular del ius solvendi. Sin embargo se admite que la exigencia de este requisito no tiene
aplicación absoluta, es decir que no es valido decir que solo paga el que tiene capacidad
de contratar o de administrar porque la gama de prestaciones es infinita. Entonces habrá
que determinar la naturaleza del acto que se paga para determinar la capacidad que se
requiere pues no hay reglas bien determinadas.
De esta manera en algunos casos, el pago se producirá sin necesidad de computar la
capacidad del D, como ocurre en las obligaciones de no hacer. Cuando la persona no es
capaz pero se abstiene por el tiempo convenido no se podrá plantear la nulidad del pago
de la obligación de no hacer alegando la incapacidad. Lo mismo ocurre con las
obligaciones de dar y de hacer.
En conclusión, la nulidad del pago por incapacidad del que paga esta siempre en
protección del incapaz, salvo cuando esta haya actuado con un dolo muy especifico que
consiste en el ocultamiento de la incapacidad y solo en ese caso la parte capaz podrá
alegar la incapacidad. Si el acto realizado por el incapaz lo beneficia no puede alegar la
nulidad del acto. Si paga bien y el las condiciones establecidas, no obstante ser incapaz el
que paga, es valido el pago ya que no hay perjuicio.
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consecuencia del mismo el D vaya a quedar sin bienes suficientes para afrontar sus otras
deudas; ni tampoco que haya complicidad del A desinteresado, por el mero hecho de que,
velando por su propio interés mas que con el deseo de perjudicar a otros A y actuando
diligentemente, se haya anticipado a estos últimos en el cobro, limitándose a hacer lo que
la ley le permite.
En consecuencia el pago será fraudulento cuando emane de un D insolvente y no revista
el carácter forzoso o necesario que pueda justificarlo. Son pagos fraudulentos:
Los de deudas aun no vencidas, pendientes de plazo suspensivo
Los de obligaciones naturales que no son exigibles
El pago de una deuda ajena
Las daciones en pago, en razón de la modificación que importan en el cumplimiento de
la obligación y en tanto y en cuanto el valor de la cosa entregada sea superior al monto
de la deuda.
El pago fraudulento es inoponible, de manera que el acto queda subsistente entre las
partes otorgantes, pero ineficaz frente al A victima del acto fraudulento de forma que la
sentencia que acoja la acción revocatoria impedirá que el mismo los perjudique al dejar
expedita la ejecución del o los bienes dados en el pago fraudulento, no ya en el
patrimonio del D, de donde salieron, sino en el del propio A satisfecho adquirente de los
bienes.
3- Que este expedito el crédito que se procura satisfacer: Para que el pago sea eficaz,
también ser requiere que el crédito que se pretenda cancelar este disponible por parte del
A. así lo establece el Art. 736 1º parte: “Si la deuda estuviese pignorada o embargada
judicialmente, el pago hecho al acreedor no será valido”
El código alude a los créditos pignorados o embargados y en ambos casos no existe
efectivamente la libre disponibilidad de los mismos por parte del A, así:
a) Créditos prendados: los créditos al igual que las cosas muebles pueden ser dados en
prenda y para su constitución requiere que el crédito conste en un titulo por escrito, que
el mismo sea entregado al A o a un 3º que actué como depositario y que se notifique al D
que el crédito esta dado en prenda.
La prenda esta constituida entre el A prendario (titular de un derecho real de garantía
sobre el crédito que su deudor tiene a su vez contra un tercero), el D prendario
(constituyente de la prenda sobre un crédito suyo, en seguridad de la deuda que tiene a
su turno con el anterior) y el tercero deudor del crédito prendario.
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prendario o a su propio A, el paso no será valido. Si a pesar de ello el D paga, dicho pago
es inoponible con relación a los A embargantes o pignoraticios del accipiens quienes
tendrán derecho a reclamar del solvens un nuevo pago (quien paga mal paga dos veces).
Salvo que se trate de una obligación de dar una cosa cierta, pues entregada esta a su A
no seria ya posible exigir al D que vuelva a pagar la misma cosa, en estos supuestos el A
embargante tendrá derecho a demandar del D la indemnización de los daños y perjuicios.
La existencia de un embargo o prenda sobre el crédito impide a cualquier modo extintivo
de la obligación la posibilidad de disposición del crédito no expedito. Así el A embargado
no podrá hacer novacion, remisión de la deuda, ni quitas, como tampoco la cesión del
crédito embargado ni la compensación legal.
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existir al momento del pago, por ello la prueba de la mala fe del A le corresponde al D a
quien se le quiere obligar a reconocer la subsistencia de la deuda.
Es requisito lógico, asimismo, la restitución de la cosa ajena recibía en pago, pues si el
accipiens pretende que el pago percibido no fue tal, por no ser el solvens dueño de la cosa
entregada, carece de derecho para retenerla. Si el accipiens de buena fue hubiese
consumido la cosa recibida, ese consumo le habría otorgado todas las ventajas de un pago
regular y además su buena fe lo protege de cualquier acción que pudiese intentar el
tercero propietario de la cosa. Si la cosa ajena entregada en pago pereció por caso
fortuito o fuerza mayor estando en poder del accipiens, igualmente esta habilitado para
accionar contra el solvens aunque no pueda restituir la cosa, sosteniéndose que el riesgo
de la pérdida queda a cargo de quien efectuó el pago ineficaz.
c) Situación del tercero propietario de la cosa:; el acto de disposición efectiva de una cosa
que no pertenecía al solvens, resulta inoponible al verdadero dueño, conservando este su
derecho de dominio sobre la cosa dada en pago y en principio puede ejercer la acción de
reivindicación de la misma. Sin embargo hay que distinguir:
Si se trata de inmuebles, la reivindicación procede siempre, salvaguardándose
de esta manera los derechos del propietario desposeído
Si son muebles no robados ni perdidos la reivindicación no procede frente a un
adquirente de buena fe y a titulo oneroso cuya posesión equivale a titulo por tanto solo
procede la acción reivindicatoria contra un accipiens de mala fe, cuando se trata de una
robada o perdida y cuando el pago hubiese importado para el accipiens una adquisición a
titulo gratuito.
El dueño de la cosa puede intentar también una acción subsidiaria por indemnización de
daño causado por la enajenación, y obtener por esa vía una completa reparación cesando
su derecho de reivindicar la cosa. La acción puede dirigirse contra el solvens o contra el
accipiens de mala fe, cuando la reivindicación no sea posible. Ej.: consumo de la cosa,
destrucción de la cosa por caso fortuito o fuerza mayor, etc.
La parte final del Art. 738 expresa que no habrá repetición “si el pago fuese de una suma
de dinero o de otra cosa que se consuma por el uso”, cuando “el acreedor (…) la haya
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consumido de buena fe”. Tres son los requisitos para la aplicación de este in fine del Art.
738:
Que se trate de cosas consumidas o de sumas de dinero, aunque estas quedan
comprendidas dentro de la mención genérica de cosa consumible, pues por no distinguirse
en su individualidad la existencia del dinero termina o se extingue para quien deja de
poseerlo.
Que haya mediado consumo, entendiéndose por tal, tanto el material que
extingue la cosa, como el consumo civil que aniquila la sustancia jurídica.
Que el consumo sea de buena fe
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REQUISITOS:
Según el Art. 729 “el acreedor esta obligado a aceptar el pago hecho por un tercero…” no
obstante ello deben darse las siguientes condiciones:
1- El pago debe consistir en la prestación debida y adecuarse a la circunstancia de tiempo
modo y lugar correspondientes.
2- El tercero pagador debe ser persona capaz, pues de lo contrario la aceptación del pago
expondría eventualmente al accipiens a futuras acciones de repetición.
3- El A tendrá derecho a dejar constancia en el documento o recibo que otorgue que el 3º
solvens paga voluntariamente y teniendo conocimiento de no estar obligado, para evitar
cualquier posible repetición, por tratar de convocarse pago por error si el tercero pagador
no admitiese tal constancia, el A podrá validamente negarse a recibir el pago.
Tampoco estará obligado el A a recibir el pago de un tercero cuando este pretendiera ser
D y aprovechar las ventajas inherentes a la calidad de tal.
El Art. 730 establece una limitación cuando dice: “si la obligación fuera de hacer, el A no
esta obligado a recibir el pago por la prestación del hecho o servicio de un tercero, si
hubiese interés que sea ejecutado por el mismo deudor”. El límite seria las obligaciones
intuito personae en las cuales la persona del D “hubiese sido elegida… por su industria,
arte o cualidades personales” (Art. 626). Aunque el código solo se refiere a las
obligaciones de hacer también el principio es aplicable a las de dar, ya que puede ser
legitima la negación del A a recibir el pago de un tercero, siempre que este no fuese
plenamente satisfactorio para el A como en el caso de productos calificados por su origen
o por la marca del proveedor. Y lo mismo sucederá en las obligaciones negativas, en las
cuales en principio resulta insustituible la persona del D.
Siendo, sin embargo el principio general la posibilidad del cumplimiento por un tercero,
corresponderá al A que pretenda rechazar la prestación la prueba de su interés jurídico en
que sea el D personalmente quien satisfaga la obligación.
El tercero que paga debe dar aviso al D, a los fines que este conozca que se ha pagado y
vuelva a hacerlo, ya que si paga, quien cargue con las consecuencias será el tercero que
no podrá solicitar el reembolso de lo pagado, aunque si le queda la posibilidad de repetir
del A.
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La diferencia solo reviste importancia para el supuesto de que el A y el D conjuntamente
se opusieren al pago ofrecido por el tercero, ya que entonces, mientras que el 3º
interesado puede pagar pese a tal rechazo, el 3º no interesado, no podrá hacerlo.
1- Pago hecho con asentimiento del D: en este caso el tercero se comporta como un
representante del D. tal situación se asimila al mandato. Aquí en las relaciones del tercero
con el D, nacen a favor del tercero dos acciones de reintegro. Una es la ACCIÓN DE
MANDATO, que nace en la propia cabeza del tercero por el pago realizado, y la otra la
ACCIÓN DE PAGO CON SUBROGACION, que transmite al pagador las acciones que
pertenecían al A desinteresado. El que hubiese hecho el pago puede pedir al D el valor de
lo que hubiese dado en pago, de modo que si se hubiesen realizado anticipos de sumas de
dinero de su propio peculio, el D (mandante) deberá reembolsárselas, comprendiendo los
intereses desde el día en que fue hecho el anticipo. Además el tercero que pague con
consentimiento (expreso o tácito) queda subrogado en los derechos del A (Art. 768 inc. 3)
2- Pago hecho en ignorancia del D: la situación del tercero que paga con desconocimiento
del D es la de un “gestor de negocios”. En virtud de ello el tercero podrá repetir del D
(dueño del negocio) todos los gastos que la gestión haya ocasionado, con los intereses
desde el día que los hizo. Si la gestión fue inútil o de dudosa ventaja para el D, este
podría oponerse al reintegro de lo pagado. Ej.: cuando la deuda estuviese prescripta al
tiempo del pago.
El tercero solvens deberá notificar al D para impedir que pague nuevamente la obligación
pues sino carecerá de acción de reintegro contra el D y solo podrá intentar una acción de
repetición contra el accipiens fundándose en el pago sin causa
También el tercero paga con ignorancia del D, se subroga en todos los derechos y
acciones del A satisfecho (Art. 768 inc. 3), aunque únicamente en la medida del importe
realmente desembolsado
Goza de dos acciones de reintegro, la que nace de la gestión de negocios y la del pago por
subrogación que son diferentes por su origen y sus efectos:
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El periodo de prescripción es de 10 años Varia según la fuente del crédito
y su curso principia el día del pago originario (Ej.: 2 años si se trata de un
hecho por el tercero hecho ilícito)
Estas acciones puede ejercitarse por separado, en cuyo caso el ejercicio de una excluye a
la otra o bien pueden acumularse ambas.
Todo esto se amplia en caso de obligación exigible, pues el Art. 727 in fine, establece que
“si (el tercero) hubiese hecho el pago antes del vencimiento de la deuda, solo tendrá
derecho a ser reembolsado desde el día del vencimiento”. Ello en virtud de que el plazo se
presume establecido para ambas partes razón para la cual el deudor no podría ser privado
del mismo a causa del pago hecho por un 3º, quien si pretendiera el reembolso, sea que
ejercite la acción de pago con subrogación o la de gestión de negocios, tendrá que esperar
a que el plazo establecido se cumpla.
3- Pago contra la voluntad del D: Según el Art. 728: “el pago puede también ser hecho
por un tercero en contra de la voluntad del deudor”, es decir que la conformidad o
disconformidad del D no influye para nada en la validez del pago efectuado por un tercero.
En cuanto al A, la oposición del D no lo inhibe en lo mas mínimo para recibir el pago
ofrecido por un 3º e incluso esta obligado a aceptarlo si el 3º es interesado, si el 3º no es
interesado, al mediar la oposición del verdadero D, el A podrá también negarse a recibir el
pago, sin que su actitud pueda hacerlo incurrir en mora accipiendi. En este ultimo
supuesto, si bien el Código Civil concede una acción de reembolso al solvens, lo hace solo
en la medida en que el pago “le hubiese sido útil” al D, conforme a la ultima parte del
Art. 728 “el que así lo hubiese verificado tendrá solo derecho a cobrar del deudor aquello
en que le hubiese sido útil el pago”.
101
consolidatorio del contrato existente entre el A y el D, que en cambio si tendría de haber
sido practicado por este ultimo, Ej.: no importaría un principio de ejecución del mismo,
que pudiera hacer peder al verdadero D su facultad de arrepentirse de existir una seña
penitencial o alguna otra cláusula similar.
Tampoco implica ese pago un reconocimiento de la deuda que puede perjudicar al
verdadero D (Ej.: el pago no seria un acto interruptivo de la prescripción que estuviese
corriendo a favor de este último).
El pago del 3º no vale como confirmación tacita de la obligación nacida de un acto viciado
de nulidad relativa, que es un efecto ordinario del pago efectuado por el propio deudor
(Art. 1063).
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conjunto deberá consignar la cosa objeto de la obligación. Es decir que le debe pagar
como si fuera simplemente mancomunada, en proporción a su cuota hereditaria. Si la
sucesión fuese a titulo singular, el pago deberá hacerse “a los cesionarios o subrogados
legal o convencionalmente”. (La cesión es una sucesión a titulo singular, es decir el
cesionario continua el derecho del A en cuanto accipiens)
Requisitos de capacidad para recibir pagos: según el Art. 734: “el pago no puede hacerse
a persona impedida de administras sus bienes” .Sin embargo este requisito de la
capacidad no se aplica a todo supuesto de pago, sino solo en los casos en que la
intervención del acreedor sea imprescindible para el perfeccionamiento del pago. Así
tenemos que en muchas obligaciones de hacer que no requieren para su cumplimiento la
participación del A, al igual que en la mayoría de las obligaciones negativas, la deuda
puede ser cumplida (pagada) no obstante la incapacidad del sujeto activo. Vale decir, que
en todos los casos en que el pago puede realizarse sin necesidad de la colaboración del A,
la incapacidad de este no afecta para nada a la validez del pago.
Pero cuando el Art. Habla de persona impedida de administrar sus bienes, es un concepto
mas amplio que el de incapacidad, pues existen personas que sin ser incapaces se
encuentran en esa situación, como ocurre con los concursados civilmente y los
comerciantes fallidos. La prohibición legal puede ser absoluta y alcanzar a todo el pago, o
relativa, es decir comprender solo ciertas clases de actos, atendiendo a dos
circunstancias: 1- que la inhabilidad del accipiens sea total o parcial con relación a
determinados actos; 2- que en el manejo del patrimonio el cobro de que se trate pueda
ser calificado de simple acto de administración o propiamente de acto de disposición.
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Cuando el pago es realizado por un incapaz es nulo, de nulidad relativa y por lo tanto
puede ser confirmado por un representante legal del incapaz, o por el mismo una vez
recuperada la capacidad. A su vez el pago efectuado por un concursado o fallido es
inoponible a la masa del concurso en tanto subsista el desapoderamiento de bienes.
Eficacia del pago hecho a un incapaz: La nulidad del pago cumplido a un incapaz admite
dos excepciones:
1- Cuando el pago hubiera redundado en beneficio del A incapaz: El fundamento de la
incapacidad es la suposición de que si el incapaz recibe por si el pago puede hacer una
mala inversión de lo cobrado, o m as aun derrocharlo. Por ello es que la nulidad no tiene
razón de ser si el pago resulta útil para el accipiens incapaz. La utilidad existe siempre
que con el pago, el A reciba un beneficio patrimonial ya sea por un incremento del activo,
sea por disminución del pasivo, tal como sucedería si invirtiese lo percibido en pagar
deudas que tuviese pendientes. La utilidad debe apreciarse al tiempo de la inversión del
cobro y su prueba cabe al D que la invoque.
2- Ignorancia por el D de la incapacidad sobreviniente del A (Art. 735): puede suceder
que al tiempo de contraerse la obligación el A fuera capaz y se haya tornado incapaz al
tiempo de percibir el pago. La aplicabilidad de esta excepción a la invalidez del pago
hecho a un incapaz exige que el solvens pague de “buena fe”, es decir creyendo que el A
es todavía capaz y que la incapacidad sea sobreviniente al nacimiento de la obligación,
pues si el A era incapaz al contratar y al tiempo de recibir el pago, este seria nulo.
Al D le corresponderá probar que el A era capaz en el momento de formarse la obligación
y que posteriormente sobrevino la incapacidad. Como la regla es la validez del pago le
corresponderá al A probar que el solvens tenia conocimiento de tal incapacidad.
4- PAGO AL REPRESENTANTE: el Art. 731 inc. 1 dispone también que el pago debe
hacerse “… a su legítimo representante (del acreedor)”. Sin embargo hay que destacar
que el pago al representante es una variante del pago al propio A, ya que a este se
habrán de imputar los actos de aquel. Existen tres clases de representación:
a- Representación legal: es la establecida por la ley para protección de quienes se hallan
imposibilitados para obrar por si mismos, o en inferioridad de condiciones por su
inmadurez o insanidad mental; consistiendo en la suplantación del inhábil por otra
persona, para que actúe en su nombre y por su cuenta, o en ciertos casos conjuntamente
con el prestándole su consentimiento para el acto de que se trate.
Los representantes legales son: padres, quienes pueden recibir el pago de los créditos de
los cuales sean acreedores sus hijos; los tutores y los curadores, quienes en caso de ser
curadores a los bienes pueden recibir solo aquellos pagos que importen actos de
administración propiamente dichos y no otros; pero en el caso de curadores de
sucesiones vacantes no pueden recibir pagos al punto que el pago que les hicieren los D
de la herencia no exime a estos de sus obligaciones a no ser que la suma pagada por ellos
se hubiese convertido en beneficio de la sucesión.
b- Representación convencional: es la que surge del contrato de mandato en cuya virtud
una persona da a otra el poder que esta acepta, para representarla al efecto de ejecutar
en su nombre y a su cuenta un acto jurídico o una serie de actos de esta naturaleza. Con
respecto a si se necesita un poder especial para recibir pagos, se puede decir que el
legitimo representante puede ser no solo quien ha sido especialmente constituido
apoderado a efectos de recibir únicamente tal o cual pago determinado, sino también
quien quiere que tenga un poder general o especial para actos distintos siempre que entre
en sus atribuciones la de recibir pagos. El mandato puede ser expreso o tácito, existiendo
este ultimo se puede inducir con certidumbre la existencia de la voluntad del A de
autorizar a otro para recibir el pago y muy especialmente de su actitud pasiva al no
impedirlo. Son mandatos tácitos: el mandatario del vendedor para celebrar una venta al
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contado quien esta implícitamente autorizado para cobrar el precio; el apoderado para
alquilar un inmueble, y quien esta tácitamente facultado para percibir aquellas cuotas que
deban pagarse al celebrar un contrato.
c- Representación judicial: se da cuando el poder para percibir el pago por otro emana
directamente de la autoridad judicial. Así es mandatario judicial el administrador
nombrado por el juez que esta habilitado para percibir los pagos correspondientes a su
cometido; el oficial de justicia que practica una diligencia de intimación de pago, quien se
encuentra facultado para percibir en ese momento la cosa o cantidad para la cual se libro
el respectivo mandamiento.
5- PAGO AL TERCERO AUTORIZADO: en el inc. 7 del Art. 731 expresa que el pago
también puede hacerse “al tercero indicado para poder hacerse el pago, aunque lo resista
el acreedor y aunque a este se le hubiese pagado una parte de la deuda”. Esta es la figura
que en el derecho romano se conocía con el nombre de adjectus solutionis gratia en virtud
de la cual se incorporaba al contrato a una tercera persona a quien se le podía pagar
como si el pago se lo hiciese al mismo A. en la actualidad con la difusión de la Teoría de la
Representación, esta institución ha ido perdiendo importancia
Se ha equiparado la figura del adjectus a un mandato, pero en realidad la designación de
aquel puede responder a muchas finalidades, por lo que hay que admitir que el
nombramiento del adjectus no constituye una convención con contenido y efectos
determinados sino que la naturaleza de la designación estará dada por la índole de las
relaciones que mantenga el mismo con las partes en la obligación.
El efecto principal de la designación del adjectus es la irrevocabilidad de la decisión
unilateral de alguna de las partes. Es decir que el D tiene deber de pagar al adjectus y el
derecho de liberarse cumpliendo en esa forma. Ni el A puede privar al D de este derecho
revocando unilateralmente tal designación, ni el propio D podría pretender dispensarse de
su deber invocando tal revocación. Cuando el adjectus ha aceptado el nombramiento, este
tiene derecho a que se le pague y tampoco puede ser despojado ni siquiera por la
voluntad concurrente de ambas partes de la obligación.
El adjectus es un mero beneficiario del pago, por lo que en principio, su derecho se
circunscribe a esa ventaja que el pago significa, quedando al A las demás prerrogativas
propias de su condición de tal (disposición del crédito, hacer novacion, transferir, etc.).
Sin embargo, el adjectus tiene acción para demandar el cumplimiento del D ya que si este
tiene el “deber” de satisfacerle el pago, consecuentemente el tercero ha de tener acción
para lograr el pago al cual tiene derecho.
En caso de muerte del adjectus, al ser titular del beneficio del pago, este derecho se
transmite a sus herederos. En cuanto a la muerte del D o A, esta es irrelevante en cuanto
a la designación del adjectus, pues ella es en principio irrevocable. En todo caso, ante la
muerte del D, los herederos de este, deberán pagar al adjectus.
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extinguida aquella obligación, o si quien recibió el pago invirtió lo percibido en cancelar
deudas que tenia el A, etc. Esta solución se funda en el principio del enriquecimiento sin
causa, pues si se admitiera que el A pudiese cobrar su crédito íntegramente, pese a la
utilidad reportada por el pago hecho al 3º, se estaría autorizando un doble beneficio sin
ninguna causa legitima para ello. La validez del pago solo opera en la medida de la
utilidad significada por el mismo al A. así, si el beneficio resultase inferior al monto de la
deuda, el pago será valido solo parcialmente, por el contrario si el provecho que logra el A
es mayor que la cuantía de la deuda, esta se extinguirá por entero y aun por el excedente
el solvens podrá tener acción de repetición. La utilidad del pago debe considerarse al
momento en que se produce el aumento del patrimonio del A, aunque no es necesario
que subsista. La prueba cabe al d que invoque la utilidad lograda por el A.
b) Pago a un tercero luego ratificado por el A: “el pago hecho a un 3º que no tuviese
poder para recibirlo, es valido… en el todo, si el acreedor lo ratificase” (Art. 733). En
realidad en tercero que recibió el pago, luego ratificado por el A, deja de ser un extraño
pues la ratificación equivale al mandato. Esa ratificación puede ser expresa o tacita,
pudiendo esta ultima realizarse bajo cualquier forma siempre que se pueda conocer con
certeza la voluntad del A en tal sentido (ej.: el A que se dirige al 3º reclamándole que le
gire lo cobrado).
c) Pago al acreedor aparente o “poseedor del crédito”: el Art. 732 contempla: “el pago
hecho al que esta en posesión del crédito es valido, aunque el poseedor sea vencido
después en juicio sobre la propiedad de la deuda”. La posesión del crédito no se refiere a
la detentación material del titulo respectivo en el momento del cobro, sino que alude a
aquellos supuestos en que durante un cierto tiempo anterior al pago alguien ha gozado
pacifica y públicamente de la calidad de A con prescindencia de que lo fuese o no
verdaderamente. Se requiere pues que el que recibe el pago se comporte ostensiblemente
como A, que esa situación esté dotada de cierta permanencia en el tiempo, que la
posesión haya sido pacifica y que haya sido publica, no oculta o subrepticia. Ejemplos de
poseedores del crédito serian: el cónyuge que después de disuelta la sociedad conyugal
percibe un crédito perteneciente a esta, el del asegurado que cobra el seguro de un
inmueble incendiado con detrimento de los derechos del A hipotecario, el heredero
aparente que cobra créditos dejados por el causante, etc.
Para que el pago hecho al poseedor del crédito será valido se requiere:
La buena fe del solvens, es decir que este haya pagado en la creencia de que el
“poseedor del crédito” era el verdadero titular del mismo. La buena fe del solvens se
presume, correspondiéndole acreditar solo que el accipiens realmente estaba en posesión
del status del A. por el contrario la mala fe del solvens deberá probarla el verdadero A que
pretenda impugnar la validez del pago realizado al “aparente”.
Error de hecho excusable padecido por el solvens. Para que el solvens haya cobrado de
“buena fe” al pagar al A aparente, va de suyo que tiene que haber incurrido en el error de
atribuir a este una calidad y titulo de A, que en realidad no tenia, pero no cualquier error
basta para convalidar el pago efectuado a un A aparente. Ante todo, debe tratarse de un
error de hecho, pues es sabido que el error de derecho no sirve de excusa. El error
padecido debe ser excusable, vale decir inducido y provocado por la existencia de razones
suficientes como para errar, pues de lo contrario si el D solo se confundió por no haber
adoptado elementales precauciones tendientes a aclarar el verdadero estado de las cosas,
por no haber obrado con la prudencia y diligencia que las circunstancias aconsejaban, mal
podría invocar el Art. 732.
En cambio no se requiere la buena fe del accipiens ni que el pago hubiera sido hecho
antes del vencimiento de la obligación, como tampoco la validez del pago se ve afectada
por el hecho de que el A aparente fuese vencido posteriormente en juicio sobre la
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propiedad del crédito.
El pago realizado al poseedor del crédito produce un doble efecto:
En la relación entre el A y el D, el pago a pesar de no ser satisfactorio para el primero
produce la liquidación del vinculo obligacional y la liberación del D, pero nace una nueva
relación entre el verdadero A y el poseedor del crédito ya que aquel adquiere contra este
ultimo una pretensión accionable cuya extensión dependerá de la buena o mala fe del
acreedor aparente: si actuó de buena fe, el verdadero A tendrá una acción de
enriquecimiento sin causa, si actuó de mala fe, cometió un hecho ilícito que lo hace
responsable de todos los daños y perjuicios que ocasiono al verdadero A.
IDENTIDAD: el Art. 740 dice: “El deudor debe entregar al acreedor la misma cosa a cuya
entrega se obligo. El acreedor no puede ser obligado a recibir una cosa por otra, aunque
sea de igual o mayor valor”
Cuando se trata de obligaciones de hacer en el Art. 741 se establece “si la obligación fuera
de hacer, el acreedor tampoco podrá ser obligado a recibir en pago la ejecución de otro
hecho, que no sea el de la obligación”. También es necesaria la identidad en las
obligaciones de no hacer. La regla de la identidad se aplica estrictamente cuando se trata
de obligaciones de dar cosas ciertas, pero en las deudas de cantidad la situación varia,
pues en lo mas esta contenido lo menos, y así el acreedor no podrá negar la existencia del
pago por la circunstancia de que el deudor le hubiese remitido una cantidad mayor a la
adeudada, aunque podría rechazar el excedente. Las deudas de género configuran un
supuesto intermedio: en algunos casos una determinada calidad hace a la sustancia del
objeto, por las ventajas o aptitudes que ella significa; y en otros no. En la primera
hipótesis, el D no podrá pretender pagar con una cosa de distinta calidad y en el segundo
si, siempre que la calidad ofrecida fuese superior a la adecuada, porque tal variante no
afectara entonces a la sustancia, sino al valor del objeto, y siendo así lo mas valioso
contiene en realidad a lo de calidad inferior, como si por ej. Por el mismo precio se
entrega un vino fino en lugar del debido que era solo de mesa.
Las obligaciones facultativas constituyen una excepción al principio ya que en ellas el D
tiene la facultad que le permite pagar con una prestación distinta de la debida. También
puede considerarse excepción el pago de una suma de dinero entregándose no la especie
pactada sino otra de moneda nacional al cambio que corra en el lugar el día del
vencimiento de la obligación.
Con relación a estas obligaciones de dar sumas de dinero existe la cuestión de si podría
efectuarse el pago de lo adecuado mediante:
CHEQUE: no cabe ninguna duda de que este es un instrumento de pago, ya que esta
legislado como tal en el código de comercio, pero el cheque no equivale al dinero, pues en
esencia no es mas que una orden de pago impartida a un Banco y presenta para el A el
peligro de la falta de fondos del girante. El rechazo del pago ofrecido mediante cheque
certificado (donde se garantiza el fondo en la cuenta del librador en el banco), en lugar de
dinero efectivo, por no mediar “identidad” en el objeto del pago, es siempre posible si de
las circunstancias del caso resulta que ello obedece a motivos serios y justificados y no a
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una mera actitud abusiva, de falta de cooperación al recibo del pago por parte del A. Si lo
que se debía era una suma de dinero en el pago mediante cheque no se cumplimenta el
requisito de identidad, y no se configura verdaderamente un pago o cumplimiento de la
obligación, por lo tanto el A no se halla en el deber jurídico de aceptarlo.
ENTREGA DE TÍTULOS DE CRÉDITO: el A tampoco esta obligado a recibir como pago
títulos de crédito o papeles de comercio tales como pagarés, letras de cambio, etc. En
lugar de la suma de dinero adecuada, pues aquellos no son dinero sino simples promesas
de cumplimiento que no tienen efecto cancelatorio hasta el efectivo pago.
DEPOSITO EN CUENTA BANCARIA: con respecto a este medio de pago tampoco confiere
al A directamente el dinero adecuado, sino que crea un nuevo crédito contra su banco, es
decir se produce una traslación de la deuda, que puede no estar en los cálculos del A. por
tanto, tampoco seria liberatorio para el deudor por falta del requisito de identidad.
INTEGRIDAD: el pago debe ser también completo y abarcar todo lo debido. Por ello ni el D
puede fracción la prestación para ir pagando la deuda por partes, ni el A podría pretender
aceptar solo una parte de la deuda y postergar el cobro de la restante, dejando así
subsistente la obligación y responsabilidades del D por el saldo impago. Si se debiese
sumas de dinero con intereses, el pago no se estimara integro sino pagándose todos los
intereses con el capital, pues aquellos son un accesorio de este e integran con este un
todo único. Esto siempre y cuando capital e intereses fuesen ambos exigibles, pues de lo
contrario el pago de uno y otro deberá hacerse separadamente al tiempo de su respectiva
exigibilidad.
El requisito de la integridad no es absoluto y las excepciones al mismo pueden surgir
tanto de:
La voluntad de las partes: es perfectamente valida la realización de pagos parciales
acordados entre las partes dentro del principio de la autonomía de la voluntad. La
convención que autorice pagos parciales puede ser expresa (Ej.: venta por mensualidades
o cuotas) o tacita, si resulta del objeto de la obligación o de las circunstancias del caso
(Ej.: pago a mejor fortuna)
Por disposición legal: es cuando la propia ley consagra las excepciones a la regla de
identidad del pago. Así el caso del “beneficio de competencia” en el que a los D el A le
debe aceptar el pago de lo que puedan, lo que verosímilmente habrá de ser solo una parte
de la deuda. Otro supuesto se de cuando resultan insuficientes los bienes del D para
cubrir la totalidad de la deuda. En el caso de la imputación legal, cuando todas las deudas
son igualmente onerosas para el obligado, en cuyo caso hay prorrateo entre todas ellas, lo
que se traduce en la imposición de un pago parcial de las mismas. También si la deuda
fuese en parte liquida y en parte ilíquida (la cantidad no se encuentra determinada ni es
determinable por medio de una operación aritmética) podrá exigirse por el A y deberá
hacerse el pago por el D de la parte liquida lo que implica un pago parcial.
También el A deberá recibir los pagos de una indemnización derivada de un hecho ilícito,
cuando el juez haya dispuesto, teniendo en cuenta la situación del D, que la misma sea
pagada en cuotas.
No habrá propiamente fraccionamiento en caso de pluralidad de deudas independientes y
distintas, por lo que el pago separado de cada obligación es perfectamente valido. Las
obligaciones que van naciendo sucesivamente con el correr del tiempo en función de
diversos periodos, al ser cada una de ellas distintas e independientes entre si dan la
posibilidad al D que pague un periodo dejando impagos otros. En las obligaciones
simplemente mancomunadas con prestación divisible las partes de los diversos A o D se
consideran como constituyendo otros tantos créditos o deudas distintas los unos de los
otros por lo tanto el D puede liberarse pagando a cada uno de los A sus respectivas
porciones del crédito. Si hubiese dos o mas fiadores en una misma deuda, que no se
108
hayan obligados solidariamente se entenderá dividida la deuda en partes iguales y el A no
podrá exigir a ninguno de ellos sino la cuota que le corresponda”.
OBLIGACIONES DE DAR UN CUERPO CIERTO: el Art. 747 2da parte establece “si no
hubiese lugar designado y se tratase de un cuerpo cierto y determinado deberá hacerse
(el pago) donde este existía al tiempo de contraerse la obligación” disposición esta que
rige sea que la obligación se hubiese contraído en el mismo lugar donde se encontraba el
cuerpo cierto objeto de la misma, o en otro diferente. Ante el silencio de las partes, la ley
presume que ellas han elegido el sitio donde se hallaba la cosa al tiempo del nacimiento
de la obligación como lugar de pago.
109
efectuarse en el domicilio del D, al tiempo del cumplimiento de la obligación. Esto es así
pues el domicilio constituye el asiento principal de los negocios y por ellos es razonable
que allí cuente el D con los recursos necesarios para el cumplimiento, la preferencia del
domicilio del obligado es por la aplicación del principio favor debitoris.
El lugar de pago y el domicilio especial: el Art. 101 dice “las personas en sus
contratos pueden elegir un domicilio especial para la ejecución de sus obligaciones”. Pero
la cuestión es si la designación de un domicilio especial indica tácitamente el lugar del
cumplimiento de la obligación.
La respuesta es negativa, pero si en la convención se establece un lugar de pago y no se
pacta expresamente otra cosa distinta, el mismo vale implícitamente como domicilio
especial de elección, a los efectos de la competencia judicial.
110
(se conoce con exactitud la fecha de vencimiento) o incierto (depende de un hecho
necesario que se ignora cuando se va a producir).
En nuestro código el plazo se presume establecido para ambas partes, por lo tanto ni el A
puede exigir el pago ni el D pretender hacerlo antes del vencimiento del termino. Pero por
el mutuo consenso las partes si pueden modificar el término del vencimiento. Si el D paga
antes de tiempo y no acordó nada con el D no existe ningún motivo para beneficiarlo con
una quita, es decir que el D que pago antes del plazo no puede repetir lo pagado, aunque
hubiese sido hecho por error.
La prorroga del vencimiento puede ser:
Convencional: dentro del principio de autonomía de la voluntad, el A puede conceder o
ambas partes convenir prorrogas para el pago sea en forma expresa o tacita, entonces ya
no se podrá exigir el cumplimiento antes del vencimiento de la ampliación del termino
acordado.
Judicial: se da a través del “plazo de gracia”. En nuestro régimen no existe tal institución
habiéndose expedido en su contra Vélez en la nota al Art. 755
Legal: es la que dispone el legislador con carácter general, frente a especiales
circunstancias económicas criticas, debiendo ser dicha prorroga circunstancial y
transitoria.
111
A falta de disposición en contrario es el D quien debe soportar las expensas del pago,
además si el A tiene derecho a un pago completo, no puede tener a su cargo los gastos
que demandare su cumplimiento y que importaran un descuento o menoscabo en la
prestación.
Con respecto al tema y a diferencia de otras legislaciones, nuestro código no contiene
ninguna norma genérica sobre gastos del pago, por lo que la solución mencionada es
creación de la doctrina en un intento por llegar el vacío legal.
Ejemplos: en materia de compraventa, los gastos de la entrega de la cosa debe
satisfacerlos el vendedor que es el D de esta obligación. Los gastos de transportes de una
cosa que se hallase en otro lugar que aquel donde debía ser entregada, son a cargo del D,
etc.
112
entregado una señal o arras “penitencial”, en cuyo supuesto cualquiera de los
contratantes puede arrepentirse o dejar de cumplir el contrato, sea perdiendo la señal el
que la entrego o devolviendo la misma doblada la parte que la recibiera (Art. 1202). Esa
facultad de arrepentimiento solo puede ejercitarse mientras no haya habido un principio
de cumplimiento y en este sentido el pago, aunque sea parcial, importa ese principio de
ejecución consolidatoria de la ejecución.
El recibo: el medio normal de prueba es el recibo, hay casos en donde el recibo es el único
medio de prueba, como por ejemplo en los juicios de desalojo por falta de pago, en los
cuales se admitirá como prueba la documental que acredite pago de los alquileres.
El recibo es una constancia escrita emanada del A sea en instrumento privado o publico de
haber recibido el pago de la misma obligación que le era debida.
Desde el punto de vista de su naturaleza jurídica, el recibo es el reconocimiento o
confesión, acto unilateral del A, de haber recibido el pago; con el cual se admiten los
efectos propios de este hecho: la extinción de la obligación satisfecha.
113
existencia de todo acto bajo forma privada. No obstante la falta de firma no destituye al
recibo de todo su valor probatorio, siempre que se supla tal deficiencia con otras
constancias apropiadas.
La firma a ruego en los recibos es en los últimos tiempos reconocida con fuerza probatoria
en tanto se acredite la existencia del mandato en cuya virtud se los firmo, así como
también los recibos con impresión digital tienen valor probatorio, siempre y cuando se
pruebe que quien la imprimió sabia leer al momento de celebrarse el acto y no pudo rimar
por algún impedimento circunstancial.
Entre el accipiens y el solvens, el recibo reconocido por su otorgante constituye una plena
prueba de la existencia del pago al que alude, en consecuencia el A que impugne la
validez del recibo le corresponderá invocar la causal invocada (error, dolo o violencia,
etc.) que explique porque el pago no tuvo lugar pese a las constancias del recibo.
Recibo por saldo: es el que cancela todas las obligaciones existentes entre las mismas
partes, a la fecha en que se lo extendió. Sin embargo, la conformidad total manifestada
en un recibo por saldo no puede ser impedimento al derecho de requerir la rectificación de
las cuentas liquidadas, si se hubiese incurrido en error en la inclusión u omisión de
partidas de créditos o de deudas, pues entonces habrá existido un vicio de la voluntad
anulatoria de la exteriorizada a través del recibo.
Posesión del recibo: la posesión del recibo presume que quien lo tiene en su poder, sea el
propio D o un 3º, ha efectuado el pago que el mismo constata, aunque dicha presunción
sin embargo es susceptible de prueba en contrario.
Si por el contrario, el recibo lo retuviese el A, esa circunstancia hace presumir que el pago
no fue realizado y que lo había emitido a la espera de que ello sucediese.
Recibo por capital el recibo del capital por el A sin reserva alguna sobre los intereses,
extingue la obligación del D respecto de ellos (Art. 624)
Concepto: la teoría de la imputación del pago procura dar solución a los problemas que
se pueden suscitar cuando, existiendo varias obligaciones de idéntica naturaleza, todas de
plazo vencido entre los mismos D y A, y el pago no alcanza para solventar todas las
deudas pendientes entre ellos. El código civil en los Art. 773 a 778 resuelve cual de esas
varias obligaciones habrá de aplicarse el pago efectuado.
Requisitos:
1º- Que existan varias obligaciones, a fin de que se suscite la posibilidad de una elección
entre todas ellas.
2º- Que esos vínculos obligacionales liguen al mismo D con el mismo A, ocupando cada
sujeto idéntica posición activa o pasiva en todas las relaciones –esto es lo que distingue la
imputación del pago con la compensación, en la cual los titulares del interés se alternan
recíprocamente en las calidades de A y D en dos o mas obligaciones –
3º- Que las prestaciones sean todas de la misma naturaleza, pues el prorrateo no es
factible entre obligaciones heterogéneas.
4º- Que el pago efectuado no alcance a cubrir todas las deudas.
114
5º- Que las deudas tengan el plazo vencido.
LIMITES A LA IMPUTACIÓN POR EL DEUDOR: surgen de los Art. 774, 776 y 777, en donde
se pueden distinguir varios supuestos distintos:
1º- Deudas liquidas y de plazo no vencido: Art. 774 “la elección del D no podrá ser sobre
deuda iliquida ni sobre la que no sea de plazo vencido”. Siendo la deuda iliquida existe
una indeterminación cuantitativa que trae como consecuencia una imposibilidad de
establecer si resuelta o no integro el pago de la deuda, y en cuanto a la deuda pendiente
de plazo suspensivo, la razón del precepto legal obedece a que dicha modalidad esta
impuesta en beneficio de ambas partes, razón por la cual “el pago no podrá hacerse antes
del plazo, sino de común acuerdo” (Art. 570).
2º- Deudas con intereses: Art. 776 “si el deudor debiese capital con intereses, no puede,
sin consentimiento del acreedor imputar el pago al principal”. Este principio es una
consecuencia del principio de integridad del objeto del pago (Art. 744), sin perjuicio de
que asimismo una tal imputación podría traer apareada eventualmente la extinción de una
deuda de intereses, por l juego del Art. 624.
En concordancia, para el supuesto de un pago hecho a cuenta de capital e intereses que
resulte insuficiente para cubrir la totalidad de la deuda, el Art. 777 resuelve que el pago
hecho por cuenta de capital e intereses, se imputara primero a los intereses. Es que el
derecho del D, de hacer libremente la imputación debe ceder ante el derecho del A a que
le paguen antes lo intereses que el capital, porque aquellos son frutos civiles y porque
tienen un termino mas corto de prescripción, a no ser que el a diese recibo por cuenta del
capital. Estos preceptos no efectúan discriminaciones y se aplican por lo tanto a intereses
compensatorios o moratorios.
3º- Pagos no coincidentes con los importes de las deudas: a pesar de que el código no
menciona este tema, se admite que si la suma ofrecida alcanzare para pagar
íntegramente una de las deudas y solo en parte otra, el D no podría imputar el pago de
esta última, por cuanto importaría imponer al A un pago parcial en contra de lo que
dispone el Art. 742.
115
deudas liquidas y vencidas para la imputación del pago, y hubiese aceptado recibo del
acreedor, imputando el pago a alguna de ellas especialmente, no puede pedir se impute
en cuenta de otra, a menos que haya mediado dolo, violencia o sorpresa por parte del
acreedor.”
VICIOS DE LA IMPUTACIÓN: según surge del Art. 775, la imputación hecha por el A no
será valida cuando hubiese mediado dolo violencia o sorpresa por parte del mismo. El dolo
y la violencia son vicios de la voluntad, el dolo consiste en un engaño mediante “aserción
de lo que es falso o disimulación de lo verdadero, cualquier artificio, astucia o
maquinación, destinado a provocar el error de la otra parte”, la violencia es la fuerza
irresistible o el temor que se infunde de sufrir un mal inminente y grave, que se traduce
en una privación sustancias de la libertad del agente.
La sorpresa, es un vicio que no existe con relación a los actos jurídicos en general, lo cual
plantea el problema de su caracterización. La sorpresa seria una suerte de dolo menor,
que al igual que este importa deslealtad o abuso de confianza por parte del A consistiendo
esencialmente en una explotación de la ignorancia o inexperiencia del D, aprovechados
con toda celeridad, brusca o inopinadamente, por el a, para imponer una imputación que
es perjudicial para aquel.
116
prenda, etc. en garantía del cumplimiento. La enumeración de la ley, es puramente
ejemplificativa, lo cual se desprende del Art. 778, que luego de mencionar varios
supuestos, agrega “o por otra razón semejante”. Así se ha considerado m as onerosa
aquella deuda que trae apareada la vía ejecutiva con relación a las que solo dan acción
ordinaria, o la que ya ha motivado la promoción de una acción judicial con relación a las
que no han sido objeto de esta, etc.
Por lo demás, la ponderación de la mayor onerosidad es una cuestión circunstancial, que
puede variar de uno a otro caso y cuya apreciación queda liberada al criterio judicial, así
por ej. una deuda quirografaria que lleve altos intereses puede ser más gravosa que otra
garantizada con hipoteca.
CRITERIO DE PRORRATEO DEL PAGO: si todas las deudas resultaran igualmente onerosas,
no habiendo razón para pronunciarse por una u otra, el código opta por prorratear el pago
realizado entre todas las obligaciones exigibles, para que todas las deudas queden
extinguidas proporcionalmente. Es decir, que se prescinde del sistema de otras
legislaciones, de hacer prevalecer a la deuda más antigua, y se establece un pago parcial
obligatorio.
Concepto: conforme al Art. 756 “pagase por consignación, haciéndose depósito judicial
de la suma que se debe”. Tal concepto es demasiado acotado para comprender que es el
pago por consignación, por ello en un sentido lato, el pago por consignación el que se
efectúa con intervención judicial para posibilitar la liberación forzada del D, cuando el A no
quiera o no pueda recibir el pago.
El fundamento de este instituto reside en el interés del legislador en facilitar el
cumplimiento de las obligaciones por medio del pago, es decir en el derecho a “liberarse”
que tiene el D.
Caracteres:
1- Excepcional: ya que lo corriente es que el pago se realice con la sola
actuación de las partes privadas, de manera que este pago solo es viable
cuando el D aparece coartado en su derecho de pagar, por la existencia de
un obstáculo que afecta el cumplimiento directo y eficaz.
2- Voluntario: es decir que el D puede recurrir a este medio de liberación pero
sin estar obligado a ello.
117
3- Contencioso: la consignación requiere un procedimiento contencioso, un
juicio que en la actualidad se ventila por el trámite “sumario”. Por ello es que
se ha sostenido que un simple depósito judicial no implica demanda de
consignación, siendo necesario instaurar una formal acción al respecto y que
menos aun la constituye un depósito hecho y comunicado particularmente.
Juez competente: el juez competente para conocer una demanda por consignación, es el
del lugar en donde debía realizarse el pago. Si el A demandado no tuviera su domicilio en
el sitio del pago, la acción tendría que serle notificada en el lugar de su domicilio real.
Requisitos:
I- Existencia de una obligación: ante todo es necesario la existencia de una obligación que
debe pagarse, pues de lo contrario ni siquiera podría pensarse en la posibilidad de un
pago por consignación. Por ello no hay propiamente consignación, en ciertas hipótesis en
que se puede ocurrir al deposito judicial, pero no para extinguir una deuda, sino para
lograr otros efectos jurídicos distintos, como sucede por ejemplo en un contrato bilateral,
cuando una de las partes para exigir la prestación de la otra deposita la suya propia: no
hay entonces consignación, pues lo que se persigue con tal deposito no es la propia
liberación sino mas bien el estar o ponerse en condiciones de poder exigir la
contraprestación.
Vinculado a esta exigencia, aparece el problema de si el D de una obligación natural
puede recurrir a la consignación: algunos autores se inclinan por la negativa, entiendo que
antes de su pago voluntario la obligación natural no implica un vínculo jurídico, razón por
la cual mal podría servir de sustento para un acto liberatorio. Otra corriente sostiene que
la obligación natural solo esta desprovista de “ejecutabilidad”, mas no del “deber de
cumplir” que es inherente a toda relación obligacional, y si al D le queda intacto su “deber
de cumplimiento” pese a que no exista acción para exigírselo, va de suyo que tiene que
contar necesariamente con los medios legales para hacerlo efectivo, o sea que debe poder
pagar por consignación (esta ultima postura es la correcta – Cazeaux- Trigo Represas –
II- Que la obligación se halle en estado de cumplimiento concurriendo todas las
circunstancias que hagan a la exactitud del pago: es decir según el Art. 758 que la
“consignación no tendrá la fuerza de pago, sino concurriendo en cuanto a las personas,
objetos, modo y tiempo, todos los requisitos sin los cuales el pago no puede ser valido. No
concurriendo estos requisitos, el acreedor no esta obligado a aceptar el ofrecimiento de
pago”. Esto es así porque la consignación esta asimilada al pago, por lo cual sin perjuicio
de aquellos requisitos que correspondan a sus propias peculiaridades, debe también llegar
aquellos exigibles genéricamente en todo pago. Según este principio es necesario para la
consignación:
1. En cuanto a las personas: tanto el sujeto activo como el pasivo deben tener capacidad
para dar y recibir el pago respectivamente.
a) SUJETO ACTIVO (D): en principio pueden consignar todas las personas que tengan un
interés jurídico en el cumplimiento de la obligación (codeudores, gerentes, fiadores, etc.).
Asimismo se acepta que un 3º puede también consignar cuando no le fuere aceptado el
pago de una deuda. Sin embargo la consignación hecha por un 3º debe serlo en el
carácter de tal y sin pretender revestir la calidad de D, ya de lo contrario posibilitaría por
la vía de la consignación, el aprovechamiento de un status jurídico que no le correspondía
y que el A habría podido rechazar con todo derecho oponiéndose al pago directo.
La mayoría de nuestra doctrina exige además que el consignante sea capaz para poner al
demandado a resguardo de cualquier eventual acción de nulidad o repetición. El incapaz
no puede invocar su sola incapacidad para retirar la suma depositada salvo que el A
hubiera aceptado el depósito perfeccionando el pago.
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b) SUJETO PASIVO (A): la consignación debe efectuarse a nombre del A a quien se
procure forzadamente imponer la recepción del pago, siendo en cambio ineficaz una
demanda por consignación seguida contra un 3º que no tenga calidad alguna para recibir
el pago. Si la consignación tiene un destinatario incapaz, debe sustanciarse el juicio con
su representante legal. A su vez el A no esta obligado a aceptar una consignación hecha
por un incapaz que lo escupiere a una posterior acción de nulidad o repetición.
3. En cuanto al tiempo: El pago por consignación debe ser hecho en tiempo propio, es
decir no ser ni prematuro ni tardío. Es prematura, si se efectúa antes del vencimiento del
plazo que como es sabido se presume establecido en interés de ambas partes. Es tardía
en los supuestos de plazo “esencial” o “perentorio”, en los cuales después de pasado el
término previsto, el cumplimiento de la prestación carece ya de utilidad e interés para el
A, como asimismo cuando el D ha perdido ya su derecho de pagar, sea por haber
incurrido en caducidades o por haberse operado la resolución en razón del no
cumplimiento en el tiempo propio.
4. En cuanto al lugar del pago: pese a que el Art. 758 no se menciona el “lugar” apropiado
como una de las condiciones de validez del pago por consignación, existe coincidencia en
que, tratándose de otro de los requisitos que hacen a la exactitud del pago, el mismo es
igualmente exigible en la consignación. Por lo demás, esta exigencia esta implícitamente
contenida en el Art. 765, relativo a la consignación de deuda de cuerpos ciertos, en la cual
se establece que “si la cosa se hallase en otro lugar que aquel en que deba ser entregada,
es a cargo del deudor transportarla a donde deba ser entregada”.
III. Que existan dificultades que obsten al pago directo: para la procedencia de la
consignación es necesario que el D acredite la existencia de obstáculos que hayan
dificultado el pago directo en manos del A, es decir que se trate de alguno de los casos del
Art. 757.
Casos en que el deudor esta obligado a consignar:
Art. 757: “la consignación puede tener lugar:
1º Cuando el acreedor no quisiera recibir el pago ofrecido por el deudor;
2º Cuando el acreedor fuese incapaz de recibir el pago al tiempo que el deudor quisiere
hacerlo;
3º Cuando el acreedor estuviese ausente;
4º Cuando fuese dudoso el derecho del acreedor a recibir el pago, y concurrieren otras
personas a exigirlo del deudor, o cuando el acreedor fuese desconocido;
5º Cuando la deuda fuese embargada o retenida en poder del deudor, y este quisiere
exonerarse del depósito;
6º Cuando se hubiese perdido el titulo de la deuda;
7º Cuando el deudor del precio de inmuebles adquiridos por el, quiera redimir las
hipotecas con que se hallasen gravados.”
1º- Negativa del acreedor a recibir el pago: se trata del caso mas típico, y se funda
en que el deseo del D de liberarse mediante el cumplimiento no podía quedar librado al
mero arbitrio del A.
119
Para que exista una negativa del A a recibir el pago, previamente debe haber mediado
una efectiva oferta real en tal sentido por parte del D, o sea que se debe haber puesto a
disposición de aquel la prestación debida, de forma que el mismo no tuviese mas que
tomarla. La carga de la prueba de que existió una oferta real y seria de pago, recae sobre
el D, y lo puede hacer por cualquier medio de prueba. En cuanto a la negativa del A, debe
ser injustificada e ilegitima, pues si la oferta no cumpliera con alguno de los requisitos
exigidos para la exactitud del pago, el rechazo del A es fundado y la consignación no
podría prosperar. Es negativa infundada cualquier proceder del A que implique reclamos o
exigencias que estén al margen de lo debido, o que puedan perturbar la correspondiente
liberación del D, así como también se considera equivalente a la negativa del A a la que
emane de personas autorizadas para recibir el pago.
2º- Incapacidad del acreedor: se funda en la circunstancia de que los incapaces no
pueden recibir pagos, y de que no resultan liberatorios los que se hicieren a los mismos,
por lo que resulta indicado el procedimiento de la consignación. La incapacidad debe
existir al tiempo del cumplimiento, y solo es valida, cuando el A incapaz es carente de
representante legal, pues de lo contrario el pago deberá realizarse a este ultimo. En el
caso de que el D estuviese concursado o quebrado, el pago debe hacerse al representante
legal de la masa que sustituye a aquel en apoderamiento y disposición de los bienes.
3º- Ausencia del acreedor: este precepto se aplica a la simple ausencia del A, que no se
encuentra presente en el lugar donde debía efectuarse el pago, desconociéndose cual es
su paradero actual. No rige en cambio en las hipótesis de “ausencia declarada”, en cuyo
supuesto se debe declarar un “curador” con facultades para percibir los créditos del
ausente, ni tampoco cuando se trata de ausencia con presunción de fallecimiento, caso en
el cual se abre la sucesión del A, y el D pasara a serlo de los sucesores del mismo.
En el caso de la ausencia del A, no es necesaria la oferta previa por el D, ya que de hecho
resulta imposible.
4º- Incertidumbre sobre el derecho del acreedor: la razón de la existencia de este
precepto es una duda razonable sobre la titularidad del crédito, ya que quien paga mal
puede verse obligado a pagar dos veces y para descartar este riesgo, el D puede valerse
del pago por consignación. Pero la razonabilidad es una cuestión de hecho, cuya
apreciación queda diferida al órgano judicial competente. El texto legal exige además de
la duda, la concurrencia de varios pretendientes al cobro, pero nuestra doctrina ha
interpretado que no se requiere la acumulación de ambos requisitos y que basta la duda
para justificar el pago por consignación. Uno de los supuestos más comunes, es el de la
existencia de una o mas personas que pretenden la calidad de A y reclaman el mismo
pago.
5º- Desconocimiento del acreedor: en este supuesto el D no sabe quien es el A, pero
descuenta su existencia, pues de lo contrario se desintegraría el vinculo por falta de sujeto
activo o titular. En general se considera que queda comprendido en este inciso el caso de
fallecimiento del A, cuando el D ignora quienes son sus herederos.
6º- Embargo o retención del crédito: el embargo es una orden judicial, librada para
que el deudor no efectúe el pago al A, la cual de ser desobedecida por aquel, lo obligaría a
pagar de nuevo al o los A embargantes de su propio acreedor. En este inciso no se
contempla en cambio el caso de prenda del crédito, que también se menciona en el
Art. 736, junto al embargo como circunstancias ambas determinantes de que el crédito no
este expedito y no puede por ende ser pagado con eficacia liberatoria frente al a y erga
omnes. Pero nuestra doctrina de manera uniforme extiende la posibilidad del pago por
consignación también a la hipótesis del crédito pignorado. No existe en cambio
coincidencia en cuanto al sentido de la expresión “deuda retenida en poder del deudor”
que no resulta del todo clara. Busso, Lambías y Rezzonico, consideran que esta retención
de la deuda se produce cuando sin cumplirse las formalidades del embargo, el D se ve en
la necesidad de suspender el pago, por haber recibido una oposición de un 3º y otra razón
120
similar, lo cual tiene como consecuencia la necesidad de dar cabida a este precepto, al
mayor numero de los casos posibles, en que exista para el D el peligro de efectuar un
pago que no sea valido.
7º- Perdida del titulo de crédito: esta disposición refiere a los títulos que deben ser
entregados por el A en el momento de recibo del pago, pues sucede corrientemente que
los derechos del A estén en buena medida vinculados al titulo que sirve de instrumento y
prueba al crédito, tanto mas en los supuestos de los llamados “titulo al portador”. Por ello
es lógico que el D pueda consignar, si el A no le presenta y restituye el titulo del crédito,
ya que si el día de mañana apareciera otro tenedor del titulo, podría verse obligado a
tener que pagar de nuevo. A pesar de que el inciso solo menciona la perdida del titulo,
comprende todo supuesto en que el A no pueda exhibir el documento representativo de su
crédito, sea efectivamente por perdida o por desposesión ilícita, o destrucción, etc.
8º- Redención de hipoteca: la ley se ha colocado aquí en la hipótesis de un tercer
adquirente de un inmueble gravado con hipoteca; el tercer adquirente puede o bien recibir
el inmueble en el cual esta, reteniendo en su poder la parte de precio necesaria para
cancelar la hipoteca, o bien hacer la consignación de su importe u pedir su cancelación, es
por ello que se considera que esta norma no es aplicable si se trata de un segundo A
hipotecario que pretende redimir la primera hipoteca.
Vale destacar que la enumeración del Art. 757 es puramente enunciativa y no taxativa, de
ahí que se hayan admitido otros supuestos similares, como ser cuando el A no manda
recibir la cosa en el lugar convenido o en las condiciones estipuladas, o si el domicilio del
mismo es incierto o de acceso peligroso o difícil, etc.
Efectos de la consignación: por ser una de las formas posibles de pago produce los
mismos efectos que produce el pago, es decir tiene fuerza de pago.
El Art. 759 los determina:
1. Si el acreedor acepta: es decir, si no la impugna o guarda silencio, la
consignación hecha por el depósito judicial surte todos los efectos extintivos
y liberatorios del verdadero pago desde el día del depósito.
2. Si el acreedor la impugna: por no tener todas las condiciones debidas, queda
planteado el pleito y la consignación surtirá los efectos del pago desde el día
de la sentencia que la declare legal. De ahí surgen las siguientes
consecuencias:
121
Retiro del deposito (Art. 761): mientras el A no haya aceptado la consignación o haya
sido declarada por sentencia firma, el D (si el deposito no ha sido embargado por el
mismo A o por otras personas) puede retirar la cantidad consignada.
Esto se justifica porque el solo deposito o consignación no hace salir la cosa del
patrimonio del D, mientras aquel no haya sido aceptado por el A o declarado valido por
sentencia firme la consignación es una simple oferta de pago, un acto unilateral revocable
mientras no haya sido aceptado.
El derecho de retirar el crédito es una facultad personas, no puede ser ejercida por otro a
consignantes por vía de la acción subrogatoria u oblicua.
El mismo Art. establece que después del retiro “la obligación renacerá con todos sus
accesorios”. Esta expresión ha sido criticada pues debió decir “subsistirá”, por cuanto el
depósito judicial por si solo no extingue la deuda de modo que mal puede renacer algo
que no ha muerto sino que subsiste.
Gastos y costas: Es un tema de gran importancia practica para determinar quien habrá
de soportar los gastos de la consignación, que es un medio oneroso de satisfacer la
deuda, por las erogaciones que implica el procedimiento judicial. Así el Art. 760 establece
una solución razonable, pues impone que los gastos del deposito y costas judiciales a
quien provoco injustificadamente el juicio de consignación: el A (que acepta la
consignación) que es vencido por la sentencia que declara aceptada la consignación, o al
D que retira el deposito cuando el A no la ha impugnado, o su acción resulta rechazada
por un sentencia, es decir es declarada ilegal, improcedente.
Las costas (gastos y honorarios del juicio de consignación) y los gastos de consignación,
es decir los que han debido ocasionarse por el procedimiento de la misma (por Ej.: el
depósito de la cosa consignada en el lugar donde debe pagarse alguna suma por el
depósito) son diferentes de los gastos del pago que son los que tendría que haber
realizado el D por el cumplimiento de la prestación a su cargo, independientemente de la
consignación que corresponderá al A o al D según el caso.
122
Deposito en las obligaciones de dar sumas de dinero, es donde propiamente el pago por
consignación se efectúa mediante el deposito judicial. Dicho deposito tiene lugar en el
curso del un juicio, debe realizarse en el Banco autorizado para recibir los depósitos
judiciales y a la orden del juez y secretaria que han de conocer en el respectivo juicio. El
deposito judicial supone el ofrecimiento del pago del D y la negativa del A.
Iniciativa del deudor: para que el pago mediante depósito judicial llegue a configurar
consignación, es necesario que sea el D por su propia iniciativa y en procura de su
liberación, quien haya requerido a ese procedimiento para superar las dificultades que se
oponían al pago directo. No son consignaciones los depósitos que no son por iniciativa del
D. Por Ej.: los que se efectúan cuando ha mediado un requerimiento judicial y el
demandado se allana y deposita judicialmente lo que se le reclama, caso en que habría
allanamiento y no consignación, o el depósito del precio por el comprador en un remate
judicial, etc.
Animus solvendi: si mediante la consignación lo que procura el D es la extinción de la
obligación y su consecuente liberación, por lo tanto su actuar presupone asimismo que
conoce y admite que existe el debito y aparece determinado por la finalidad de
satisfacerlo. Por eso el depósito para constituir consignación debe ir acompañado del
ánimo e intención de pagar. Es por lo tanto el animus solvendi lo que distingue la
consignación del depósito en calidad de embargo o a los resueltos del juicio en donde no
existe intención de reconocer la deuda ni de pagarla.
123
entrega, la ley exige un paso previo a la intimación: el traslado de la cosa por cuenta del
D al lugar del pago. Así lo dispone el Art. 765 “si la cosa se hallase en otro lugar que aquel
en que deba ser entregada, es a cargo del D transportarla a donde debe ser entregada y
hacer entonces la intimación al A para que la reciba”. Los gastos del traslado son de
cuenta del D, por cuanto son gastos de pago y no de la consignación.
Buena parte de la doctrina considera que este Art. no es absoluto y que el juez puede
adoptar otras soluciones cuando así lo aconsejen las circunstancias ya que en muchos
casos no será conveniente el traslado de la cosa por la incertidumbre de si el A recibirá o
no las cosas, ya por los gastos que implique el trasporte o por las dificultades para la
conservación de la cosa en el lugar de la entrega. El Art. 131 puede también extenderse
análogamente aunque el requerimiento debe ajustarse a las condiciones de la
transferencia de que se trate. Si por ej. se trata de transmitir la propiedad debe intimarse
al A a recibir la cosa y a concurrir al otorgamiento de la escritura traslativa del dominio.
Obligaciones de dar cosas inciertas: Art. 766. Cuando se trata de cosas
indeterminadas, correspondiendo la elección al A, el código prevé un sistema de doble
intimación:
La primera intimación para que el A haga la elección, si el A no la hace debe hacerla el D
con autorización judicial.
La segunda intimación, es para que el A proceda a recibir la cosa elegida procediendo
como en la consignación de dar cosas ciertas. El C.C no prevé el supuesto en que la
elección corresponda al D, pero la doctrina considera que el D debe primero individualizar
la cosa que piensa pagar, practicada la elección la obligación pasa a ser de cosa cierta,
rigiéndose por las normas correspondientes.
124
Para este caso, rigen los principios generales y comunes en materia probatoria y la
prueba puede hacerse por todos los medios legales posibles. La apreciación de lo que
debe entenderse por “modesta subsistencia según su clase” es una cuestión de hecho que
el juez deberá apreciar en cada caso, teniendo en cuenta la naturaleza e importancia de la
deuda, la categoría del D, las necesidades que debe atender este, etc.
El beneficio puede otorgarlo únicamente el juez a pedido de parte, y no de oficio. Pero si
estuviesen reunidos todos los requisitos legales, el juez puede concederlo aun contra la
voluntad de los A e incluso en caso de concurso civil o quiebra, contra la voluntad del
sindico.
Efectos:
Para la obligación del D dentro de los limites de lo que buenamente pueda pagar, y
recíprocamente circunscriben también el derecho del A a cobrar solo esa parte. Como no
existen normas para la declaración de los bienes que el obligado puede retener, el juez
determinara la cuantía de la porción, de acuerdo a las circunstancias del caso. En cuando
al saldo impago, el D no queda liberado sino que únicamente se difiere su exigibilidad
hasta la mejoría de su fortuna.
Algunos autores han considerado que se trata de una obligación bajo condición
suspensiva, para otros es un plazo suspensivo incierto, acordado de una manera personal,
que caducara con la mejoría de la fortuna del D, o con su fallecimiento ya que no se
transmite a sus herederos, quienes se verían compelidos al pago.
125
Punto 1: Ejecución forzada directa.
126
3-Obligación de no hacer: Es necesario distinguir si la persona del obligado era
esencial para el cumplimiento de la abstención, no podrá ejercer violencia sobre la
persona del D y tendrá que recurrirse a otros medios de cumplimiento
(indemnización); Sino es indispensable la persona del D puede pedirse el empleo de la
fuerza publica para el cumplimiento de la abstención.
El Art. 505 inc.2º, dice que el A tiene derecho de “hacerse procurar por otro a costa del
D el objeto de la obligación”. Es decir que, el A puede recurrir a 3º para que satisfagan
su interés. Se presentan las siguientes variantes:
127
cliente y como se negaba se le aplicaron astreintes hasta que entregara la
documentación.
Caracteres:
1-Judiciales: es decir, que solo las pueden imponer los tribunales de justicia. Cuando
las partes fijan una multa para el caso de incumplimiento, no estamos frente a
astreintes sino ante una cláusula penal.
2-Conminatorias: en el sentido de que importan una presión sobre la voluntad del
obligado.
3-Arbitrarias: el juez puede en cualquier momento aumentarlas o disminuirlas de
acuerdo a la conducta que observe en el D y así mismo porque su monto no tiene
porque guardar proporción con la prestación. Es el carácter que las torna más eficaces.
4-Previsorias: ya que el juez puede prolongarlas o hacerlas cesar y aun dejarlas sin
efecto de acuerdo a las exigencias de cada caso. Las astreintes solo pueden convidarse
definitivas una vez que se tenga el panorama claro de lo que hará el D, o sea que se
sepa que cumplirá la prestación o no ha de hacerlo.
5-Pecuniarias: vale decir que consisten en el pago de una suma de dinero.
6-Subsidiarias: o sea que solamente se pueden aplicar cuando no hay otros medios
previos para obtener el cumplimiento de la prestación.
Naturaleza jurídica: se confunde este instituto con los daños y perjuicios, pero entre
estos existen diferencias esenciales, a saber:
a- Los daños y perjuicios tiene por objetivo reemplazar el cumplimiento in natura de la
prestación, las astreintes tienden por el contrato, a conseguir dicho cumplimiento.
b- Los daños y perjuicios son definitivos y se limitan solamente a la perdida y a la
ganancia dejada de percibir por el A. Las astreintes son provisorias y arbitrarias, en el
sentido de que pueden ser dejadas sin efecto y no tienen por que guardar relación con
el daño causado.
Otros han considerado a las astreintes como una vía de ejecución o una medida de
coerción patrimonial.
En realidad constituyen una medida personal de ejecución (según autores modernos
como Trigo Represas)
Ámbito de aplicación: puede usarse tanto en las obligaciones de dar, como en las de
hacer, y en las de no hacer. Trascendiendo el derecho civil, se aplican en las relaciones
de vecindad y en el derecho de familia. Se han aplicado asimismo eficazmente ante el
incumplimiento de órdenes para el caso de ruidos molestos, ante la negativa de
acatamiento del régimen de visitas y de tenencia de hijos dispuesto por la justicia, etc.
128
Las astreintes en la reforma del CC por ley 17.711(Art. 666):
La reforma ha incluido en el Art. 666 bis, la facultad de aplicar astreintes: “los jueces
podrán imponer en beneficio del titular del derecho, condenaciones conminatorias de
carácter pecuniario a quienes no cumplieron deberes jurídicos impuestos en una
resolución judicial. Las condenas se graduaran en proporción al caudal económico de
quien deba satisfacerlas y podrán ser dejadas sin efecto o reajustadas si aquel desiste
de su resistencia y justifica total o parcialmente su proceder”
De esto surgen las siguientes directivas: Las astreintes deben ser impuestas en
beneficio del titular del derecho, perjudicado por el incumplimiento; Son de carácter
pecuniario y se aplicaran a quienes no cumplieron deberes jurídicos, impuestos por una
resolución judicial; Las condenas se graduaran en proporción al caudal económico de
quien debe satisfacerlas; son provisorias y pueden ser dejadas sin efecto o
reajustadas, si el D desiste de su resistencia y justifica su proceder.
129
En la redacción anterior del Art. 1204, se reconocía que cuando las partes habían
pactado expresamente una cláusula resolutoria o pacto comisorio, si mediaba
incumplimiento del D el afectado podía reclamar directamente el resarcimiento de los
daños y perjuicios. Por el contrario si no había mediado pacto expreso, el A debía pedir
ante todo el cumplimiento. En la actualidad y debido a la reforma de dicho Art. Por la
ley 17.711, en los contratos bilaterales, aun cuando no exista cláusula resolutoria
expresa, se entiende implícita la facultad de resolver las obligaciones emergentes de
ellos, en caso de que uno de los contratantes no cumpla su compromiso, con lo que el
A ante el incumplimiento tiene derecho a reclamar el cumplimiento o resolución del
contrato, según el siguiente régimen:
a- Casos en que no hay cláusula resolutoria expresa: la parte que no haya incurrido en
incumplimiento puede optar por exigir el cumplimiento de la obligación con daños y
perjuicios moratorios, o puede demandar la resolución del contrato y la indemnización
de los daños y perjuicios correspondientes. Esta resolución puede pedirse aunque no
hubiera demandado antes la ejecución de la prestación, pero en cambio no podrá
solicitar el cumplimiento del contrato después de haberse optado por el reclamo de la
resolución. Para que la parte cumplidora, pueda demandar la resolución del contrato
deberá requerir previamente al obligado la ejecución de la prestación, en un plazo no
inferior a 15 días con daños y perjuicios derivados de la demora, y si trascurre el plazo
sin que sea cumplida la prestación las obligación quedan resueltas, y el A podrá pedir
el resarcimiento por los daños y perjuicios compensatorios y moratorios.
b- Casos en que hay cláusula resolutoria expresa: cuando las partes hubieran pactado
expresamente que la resolución se opere en caso de que alguna de las partes no
cumpliera, no será necesario el requerimiento previo y la resolución se producirá desde
el momento en que la parte interesada comunique a la incumplidora su voluntad de
resolver, de pleno derecho.
En las obligaciones de dar cosas inciertas no fungibles y de dar cantidades de cosas
aun antes de la reforma, se autorizaba al A, para que pudiera demandar directamente
la resolución del contrato y los daños y perjuicios correspondientes.
Requisitos:
Los requisitos para que proceda esta clase de ejecución son los siguientes:
130
1- Inejecución absoluta o relativa de la prestación
2- Mora para el caso de inejecución relativa
3- Imputabilidad, o sea que el incumplimiento se debe a culpa o dolo del obligado
4- Daño causado
3. A- Incumplimiento o inejecución:
Puede ser:
Absoluta: cuando el incumpliendo es total y definitivo (según el Art. 506 y 511)
Ej. Juan ha vendido una casa a Pedro, pero en vez de escriturarla y entregarla, se la
escritura y entrega a Santiago. (Puede ser por dolo o por culpa
Relativa: en la que se dan tres situaciones, 1- la obligación se cumple pero se lo hace
tardíamente, es el caso de la mora. 2- la prestación se ejecuta pero se ejecuta mal de
forma imperfecta o defectuosa. 3- la prestación se cumple solamente en parte.
Mora del Deudor: Art. 508 “el D es igualmente responsable por los daños e intereses
que su morosidad causare al A en el cumplimiento de la obligación”
Doctrinariamente, ha sido definida como el retraso contrario a derecho o como el
retardo en el cumplimiento de la obligación cuando se incurre en el en las condiciones
que la ley determina para asignarle consecuencias jurídicas.
ELEMENTOS:
1- Retardo (elemento objetivo): para que este elemento existe es necesario que medie
una obligación exigible y que no se la haya cumplido acabadamente en el tiempo
propio. Si la obligación es a plazo, este debe hallarse vencido (Art. 570). Si no hay
plazo, o si el plazo es incierto o indeterminado, ha de pedirse previamente su fijación
judicial y solo después de vencido el mismo se podrá hablar de retardo. Si la obligación
esta sometida a condición suspensiva, hay que esperar que la misma se cumpla para
que produzca la mora en el caso de que no se ejecute la prestación (Art. 545 y 547).
Cuando la obligación es de objeto indeterminado, es necesario primero concretar la
prestación que debe cumplirse, mediante la individualización correspondiente.
2- Imputabilidad (elemento subjetivo): es decir que la mora tiene que ser inexcusable,
o sea producto del dolo o de la culpa del obligado. Este requisito no estaba
expresamente reconocido por la ley pero en la doctrina se consideraba indispensable.
Algunos autores no lo reconocen como elemento de la mora como tal, sino que se
relaciona con la responsabilidad. Así lo hace ver el Art. 509: “para eximirse de las
responsabilidades de la mora, el D debe probar que no le es imputable”. Sin embargo
en una u otra afirmación, la culpa del D en el retarde se presume y queda a su cargo
demostrar que tal situación se ha debido a caso fortuito o fuerza mayor.
131
requerimiento, una exigencia concreta del A al D para que este cumpla con la
prestación. Sobre este requisito de interpelación, en el Derecho Romano, se
consideraba que era necesario dicho requisito cuando las obligaciones no tenían plazo
fijado, de otro modo no era aplicable a dicho principio.
En el derecho moderno, unos sostienen que no es necesaria la interpelación en las
obligaciones de plazo fijo y que el D debe tenerse por constituido en mora sin
necesidad de tramites extras; para quienes así piensan “la hoja del calendario que
cuelga de la pared, hace el requerimiento al D”.
Otros sostienen que para considerar constituido en mora al D es necesario el
requerimiento previo: primero porque el solo hecho del vencimiento del plazo no
permite considerar que el D deba ejecutar la prestación si no media una intimación del
A, además la mora produce efectos tan rigurosos que es necesario darle al D la
posibilidad de que tome conciencia de ello.
Una posición intermedia exige en principio la constitución en mora por escrito, salvo en
las obligaciones de plazo vencido que deben pagarse en el domicilio del A, en cuyo
caso no se necesita del requerimiento.
En nuestro C.C es necesario distinguir entre la situación antes del régimen establecido
por la reforma de la ley 17.711 y después de ella:
132
6- El requerimiento debe adecuarse a la prestación que es objeto de la
obligación. Si el A exige algo distinto a lo que es debido, su reclamación no
surte efecto interpelativo.
7- La interpelación debe ser hecha por el A o por un mandatario suyo.
3- Mora legal: tiene lugar en las hipótesis previstas por el ordenamiento jurídico. Así
por ej: el poseedor de mala fe que responde por la perdida de la cosa, aun en caso
fortuito (Art. 2435 y 2439) las obligaciones impositivas, la falta de pago de dicha
obligación colocan a los contribuyentes en mora en caso de incumplimiento, el socio
que no hace el aporte prometido a la sociedad debe intereses desde el día indicado, sin
necesidad de interpelación, el mandato esta en mora sin necesidad de intimación y le
corren los intereses por los gastos que el mandatario anticipare (Art. 1950), el
usufructuario que continué en el uso y goce de la cosa, acabado el usufructo, queda en
mora de pleno derecho.
133
1- Obligaciones con plazo expreso: en estas la mora se produce por el solo
vencimiento del plazo. Cuando habla de plazo es necesario distinguir a que plazo se
refiere, pues existen varias clases:
a) Plazo cierto: se sabe inicialmente cuando ocurrirá el vencimiento. Ej.: la obligación
de pagar a Juan $100.000 el 30 de diciembre
b) Plazo incierto determinado: en el cual es necesario realizar algunos tramites para
que se sepa en que momento se producirá el vencimiento Ej.: pagara la deuda cuando
mejore su fortuna.
Se entiende que en la mora de pleno derecho solo quedan comprendidas las
obligaciones de plazo cierto. No puede referirse al plazo incierto porque:
A- en el plazo incierto determinado el D puede desconocer que ha acontecido el hecho
del cual depende la exigibilidad de la prestación. Aun puede ocurrir que sabiéndolo no
tenga el tiempo suficiente para ejecutar el cumplimiento de la prestación.
B- en las obligaciones de plazo incierto indeterminado es necesario primero que se
determine jurídicamente el momento en que debe pagarse la prestación y recién a
partir de allí se podrá considerar si el D incurre o no en mora.
Por lo tanto es en las obligaciones a plazo cierto que el D incurre en mora por el solo
vencimiento del mismo, si la prestación no se cumple. Sin embargo esta regla admite
tres excepciones:
I- Cuando las partes hubieran convenido expresamente la necesidad del
requerimiento previo, esto es posible gracias a libertad que tienen los individuos
para establecer sus propias pautas (Art. 1197)
II- Los casos en que la ley misma disponga la necesidad de interpelación previa.
Como ocurre en el pacto comisorio, en el cual el A tiene derecho a reclamar la
resolución del contrato pero antes tiene que intimar al D para que este cumpla
con la prestación
III- En los casos en que la ejecución de la prestación requiera el cumplimiento previo
y asimilación de ciertos actos de cooperación del A.
2-Obligaciones con plazo tácito: con respecto a ellas el Art. 509 2º parte establece: “si
el plazo no estuviese expresamente convenido, pero resultare tácitamente de la
naturaleza y circunstancias de la obligación, el A deberá interpelar al D para
constituirlo en mora”. Esta hipótesis prevista por el Art. Nuevo, es distinta a la que
contempla la redacción anterior, que comprendía a las obligaciones del plazo esencial
en el que la obligación debía ejecutarse en la oportunidad señalada porque de lo
contrario lo que se opera es un verdadero incumplimiento y no un retardo en la
obligación y se refiere a las obligaciones sometidas a plazo tácito. Este se define como
el que no esta fijado por las partes, pero se deduce de la misma naturaleza del
compromiso. Es decir que la propia naturaleza del acto nos esta indicando el tiempo
adecuado para realizarla. Así encontramos los siguientes ejemplos: si se cobran
intereses de un préstamo vencido, queda implícito que el plazo para la devolución del
capital se ha extendido por el lapso de dichos intereses, cuando se tanga que pagar
algo en un lugar distinto a aquel donde se ha constituido la obligación, se estipula
tácitamente el termino razonable para trasladarse al lugar del pago, cuando una
persona se obliga en invierno a ejecutar un trabajo que solo cumplirse en verano, etc.
Estas obligaciones de plazo tácito el nuevo Art. 509 impone el requisito de la
interpelación para que se configure la mora.
134
requerimiento por parte del A. Ej.: la obligación del D de entregar la cosa cuando el A
lo requiera, o la del comodatario de devolverle al comodante cuando así lo quisiera,
etc. Para que se establezca la mora en este tipo de obligaciones se requiere la
interpelación previa al D por parte del A.
Efectos de la mora:
1-Indemnización: obliga al D a indemnizar los daños y perjuicios causados al A por el
retardo incurrido (Art. 508). Si la obligación es de dar sumas de dinero, comprende el
curso de los intereses (Art. 622)
2-Riesgos del contrato a cargo del D: pone a cargo del D los riesgos del contrato, de
tal manera que aun cuando la prestación se torne imposible por caso fortuito o fuerza
mayor el D no queda liberado de la responsabilidad.
Hay sin embargo una excepción a este principio y esta establecido por el Art. 892 que
dice “El D cuando no es responsable de los casos fortuitos sino constituyéndose en
mora, queda exonerado de pagar daños e intereses, si la cosa que esta en la
imposibilidad de entregar a consecuencia de un caso fortuito, hubiese igualmente
perecido en poder del A”
3- El deudor carga con las costas: en caso de que se proceda acción judicial el D carga
con las costas.
4-impide que el D invoque los beneficios de la teoría de la imprevisión.
5- En el derecho laboral la mora del patrón en el pago de los salarios o sueldos da
derecho al empleado a considerarse despedido.
6- en materia de sociedades anónimas, la mora en la integración de las acciones
suscritas suspende el ejercicio de los derechos inherentes a las acciones en mora.
7- Es uno de los hechos que revela el estado de cesación de pago que puede motivar a
la declaración de la quiebra o el concurso civil del D.
135
Cesación de la mora: se da en las siguientes hipótesis:
1- Cuando el D cumple la prestación, cesa su estado de mora, pero debe pagar los
daños e intereses moratorios hasta ese momento.
2- En el supuesto de que sobrevenga la imposibilidad del cumplimiento de la
prestación cesan los efectos de la mora, pero el obligado debe pagar daños e intereses
moratorios hasta el día de ocurrir la imposibilidad y además los daños e intereses
compensatorios (Art. 523 y 889)
3- En el caso de que el A renuncie a los derechos que le asisten por la mora incurrida
(Art. 1197 y 872) tal renuncia puede ser total o parcial, entonces la cesación de la
mora estará supeditada a los alcances de la renuncia.
4- Cuando el estado de mora se ha constituido a raíz de una demanda judicial del A, si
se opera la perención de la instancia, por inactividad de las partes, se extinguen los
efectos de la mora.
Efectos:
1- Impone al A el deber de resarcir los daños y perjuicios ocasionados al D
2- El D queda liberado del riesgo del contrato que se traslada al A
136
3- Tratándose de obligaciones dinerarias cesa el curso de los intereses
4- Impide que se constituya en mora el D.
Pero el hecho de que el A no coopere no deja liberado al D, lo cual para hacer el
cumplimiento tendría que recurrir al pago por consignación
El Art. 520 nos dice que el resarcimiento de los daños e intereses, será por las
consecuencias inmediatas y necesarias de un hecho, es decir de aquellas
consecuencias que acostumbra suceder según el curso natural y ordinario de las cosas.
Ej.: cuando un caballo vendido no se entrega al comprador, el vendedor deberá la
diferencia del precio entre el pago para reemplazarlo y el convenido, esta es una
consecuencia inmediata de la no entrega.
Se excluyen de la responsabilidad del D, las consecuencias que no sucedan
normalmente, es decir las mediatas y remotas. La interpretación de lo que son las
consecuencias inmediatas y necesarias, es una cuestión de hecho que debe dejarse a
la apreciación del juez, según las circunstancias especiales de cada caso concreto.
Excepción: Art. 521: “si la inejecución fuese maliciosa se responderá también por las
consecuencias mediatas”
Daños e intereses. Definición: para que proceda la ejecución indirecta no solo basta el
incumplimiento ni la imputabilidad del mismo, ni que el D se encuentre en mora sino
que es preciso además, la existencia de un daño.
El daño ha sido definido por el Art. 519, en concordancia con los Art. 1068 y 1069: “se
llaman daños o intereses el valor de la perdida que haya sufrido, y el de la utilidad que
haya dejado de percibir el A de la obligación, por la inejecución de esta a debido
tiempo”. Aunque la ultima parte de este Art., da la impresión de estarse refiriendo a la
mora, en realidad comprende tanto la inejecución relativa como la absoluta. El daño
por lo tanto abarca dos aspectos, los daños propiamente dichos, o sea la perdida, el
menoscabo, el detrimento que hubiera experimentado el A, que es lo que se llama
137
“daño emergente”, y los intereses o sea las ganancias, la utilidad, la ventaja, el
provecho dejado de percibir denominado “lucro cesante”.
El ejemplo clásico es el del concierto de piano preparado por un empresario en el que
ocurre que el pianista no se presenta el día señalado. El daño emergente estaría
constituido por los gastos de la locución de la sala, los sueldos del personal, los gastos
de publicidad, etc. Y el lucro cesante comprendería la diferencia que el empresario
hubiera obtenido en su provecho, entre el monto de los gastos del concierto y el
importe de las entradas vendidas.
El carácter de la indemnización por daños y perjuicios es subsidiario, pues a él solo
puede acudirse cuando es imposible obtenerse el cumplimiento de la prestación in
natura por el D o por un 3º. La indemnización tiene asimismo carácter resarcitorio
pues mediante ella se persigue la finalidad de reparar el perjuicio ocasionado y no la
de sancionar o castigar al obligado. Lo que se persigue con la indemnización es
restablecer el equilibrio que el incumplimiento de la prestación o el daño han alterado,
es decir, que se procura mediante ella, colocar al A en igual situación a la que hubiera
tenido de no haberse producido el hecho. (Reparación integral)
Para obtener este resultado de equivalencia existen dos sistemas:
1- La reparación en dinero.
2- Restablecimiento al estado anterior: el C.C argentino, en la primitiva
redacción
Se inclinaba en el sentido de que la reparación debía ser hecha en dinero. Luego de la
reforma de la ley 17.711 se dispone que el resarcimiento de daños consistirá en la
reposición de las cosas a su estado anterior, excepto si fuera imposible en cuyo caso la
indemnización se fijara en dinero. También podrá el damnificado optar por la
indemnización en dinero, por lo tanto para nuestro régimen, después de la reforma, el
objetivo primordial parecería ser el restablecimiento del estado de las cosas a su
situación anterior al incumplimiento, salvo que ello no fuera posible, en cuyo caso
deberá resarcirse la reparación dineraria. Sin embargo el perjudicado puede exigir
directamente una indemnización dineraria.
Clases de daños:
1- Daño material: es el que afecta a los bienes del A susceptibles de apreciación
pecuniaria. Por E.: en una compraventa, los daños que se causan al comprador por
falta de entrega de la mercadería adquirida; la rotura de un vidrio.
Daño moral: a diferencia del anterior, es el que hiere o menoscaba los sentimientos,
la integridad física y psíquica, las afecciones legítimas de una persona. Ej.: en la
muerte de un hijo en un accidente de transito, el daño moral estaría constituido por
la lesión a las afecciones legítimas de los padres.
Hay dos clases de daño moral, el que afecta a la parte social del patrimonio o moral de
una persona y que por lo general repercute en su patrimonio material. Se lo llama
daño moral objetivable, y se lo considera apreciable en dinero. Ej.: la reputación de un
medico que se ve menoscabada porque en un epitafio se lee “aquí yace Juan Pérez a
quien los remedios mal recetados por el Dr. Fulano le causaron la muerte”
El puramente afectivo (afecciones, creencias, sentimientos, etc.) como ser el dolor por
la muerte de un padre.
Se discute que esta clase de daño pueda ser subsanable en dinero, sin embargo la
mayor parte de la doctrina argentina considera que si lo es, por cuanto dejar sin
reparación esta clase de daños seria inmoral, aunque si bien se reconoce la dificultad
para fijar un valor al daño puramente moral, no hay que olvidar la triple función de la
indemnización en dinero, entre las que se encuentra la función satisfactoria que es
justamente la que permite reparar los daños que no estrictamente valorativos
pecuniariamente.
138
Antes de la reforma, solo dos normas contemplaban expresamente la indemnización
del daño moral. El Art. 1078, que se refiere a los delitos civiles que son también delitos
del derecho criminal, y el Art. 109, de la ley de matrimonio civil, que se refiere a la
hipótesis del cónyuge que se casa conociendo la existencia de algún impedimento.
Luego de la reforma, se ha contemplado el problema tanto en la inejecución de las
obligaciones de fuente contractual como en lo que atañe a la inejecución de las
obligaciones que nacen de los actos ilícitos de la siguiente manera:
a) El daño moral en la inejecución contractual: en los casos de responsabilidad
por responsabilidad contractual, el juez podrá condenar al responsable a la
reparación del agravio moral que hubiere causado, de acuerdo a la índole del
hecho generador de la responsabilidad y circunstacias del caso. Es decir que
en materia de daño moral contractual queda a criterio del juez acceder o
rechazar la reparación de cuerdo a las particularidades que presente cada
situación en concreto.
b) El daño moral en los actos ilícitos: la obligación de resarcir el daño causado
por los actos ilícitos comprende además la indemnización de pérdidas e
intereses, la reparación del agravio moral ocasionado a la victima. La acción
de indemnización del daño moral solo comprenderá al damnificado directo, si
del hecho hubiera resultado la muerte de la victima, únicamente tendrán
acción los herederos forzosos, según el Art. 1078.
Con esta reforma la indemnización del daño moral no se limita al ocasionado por
delitos del derecho criminal sino que comprende el daño moral inferido a consecuencia
de los delitos civiles y los cuasi delitos.
En suma, podemos decir, que a partir del decreto ley 17.711, nuestro código queda a
la vanguardia en materia de daño moral, cuya indemnización reconocida con gran
amplitud, tanto en las obligaciones contractuales como en las que surgen de los actos
ilícitos, sin distinguir lo que respecta a los delitos del derecho criminal o del civil o los
cuasi delitos. En toda relación obligacional, pues, existe la perspectiva del
resarcimiento del daño moral causado.
Prueba del daño moral: tratándose de las afecciones legítimas vinculadas al
parentesco, la existencia del daño moral se presume y no necesita ser probado por el
damnificado. El padre que reclama la indemnización del daño moral causado por la
muerte de un hijo, o el esposo por la muerte de su mujer, no tienen que probar su
dolor. Por el contrario, el demandando que niegue la existencia de ese agravio, seria
quien tiene que probarlo.
Daño moral en las personas jurídicas:
Las personas jurídicas o colectivas no pueden ser pasibles de daño moral en su aspecto
puramente afectivo. Pero puede ser si el damnificado en la parte social de su
patrimonio, vale decir, que podrían ser pasibles de daño moral objetivable o sea el que
repercute en el patrimonio del sujeto y puede ser apreciable en dinero.
2- Daño contractual: en el que se alcanza con motivo de la violación del contrato. Ej.:
daño que surge como consecuencia del incumplimiento de la locación.
Daño extracontractual: es el que resulta de la conducta ilegitima del agente,
independientemente de toda relación jurídica previa entre las partes. Ej.: las lesiones
ocasionadas a la victima de un accidente de tránsito.
139
a Pedro comprendería la devolución del precio que se le hubiere pagado y el mayor
valor que hubiera tenido que afrontar Pedro por la compra de un caballo similar.
8- Daño común: es el que puede afectar al A, cualquiera sea la persona que revista tal
carácter, es decir, que lesiona a cualquier persona por igual. Ej.: si Pedro ha vendido
un automóvil a Pablo y no le cumple el contrato, el daño común seria la diferencia del
mayor precio que tuviera que pagar este por otro automóvil semejante.
Daño particular: es el que perjudica al A por sus condiciones especiales o por su
situación particular. Ej.: en el ejemplo anterior, si Pablo fuera taxista, el daño
particular constituiría las pérdidas que hubiera experimentado este en su profesión,
hasta conseguir otro auto.
9- Daño actual: es el que ya ha producido todas sus consecuencias bien definidas y
perfiladas al momento del reclamarse la indemnización.
Daño futuro: hay que distinguir dos situaciones y según ellas procederá o no la
indemnización:
a) Cuando se trata de un hecho ocurrido pero cuyas consecuencias dañosas aun no se
han ocasionado y se sabe de acuerdo al curso natural de los acontecimientos que en el
futuro aumentaran las repercusiones perjudiciales, estas consecuencias futuras de este
hecho ya ocurrido son indemnizables. Ej.: una persona ha sido embestida por un
automovilista imprudente que le ha quebrado la pierna, constituiría daño futuro en
este caso los gastos de la intervención quirúrgica que hubiere de hacerse transcurrido
140
uno o dos años, para el completo restablecimiento o los aparatos ortopédicos que
necesitare.
b) cuando se trata en cambio del llamado daño hipotético o eventual, en el cual al
momento de reclamarse la indemnización aun no ha ocurrido el hecho dañoso y solo
se prevé la posibilidad de padecerlo, no hay derecho para reclamar la indemnización.
Ej.: se niega al vecino derecho a reclamar garantías por la amenaza de ruina de una
propiedad contigua.
2- Personal del Accionante: el daño debe ser personal del accionante, quiere decir que
nadie puede pretender sino la reparación de un daño que le es propio, no pudiéndose
incluir daños sufridos por un 3º. Ello tiene aparentemente una excepción cuando el
perjuicio de los 3º se constituye a la vez en un perjuicio del accionante, en razón de
una obligación legal o convencional preexistente. Puede ocurrir también que alguien
sufra un daño como resultado del perjuicio sufrido directamente por otro. Son los
casos de los damnificados indirectos. Ej.: el marido u los padres pueden reclamar
pérdidas e intereses por las injurias hechas a la mujer y a sus hijos, que por su
condición de jefe de familia se considera que también sufren un agravio personal.
Avaluación:
1- Convencional: es aquella que las partes pueden concretar, sea en el
momento de formarse la obligación estipulando una cláusula penal para el
caso de incumplimiento o con posterioridad al evento dañoso, poniéndose de
acuerdo para fijar el costo del resarcimiento.
2- Judicial: se realiza con la intervención de los tribunales de justicia; los jueces
hacen la fijación respectiva teniendo en cuenta las circunstancias del hecho y
la prueba rendida.
3- Legal: aquí es la ley misma la que fija directamente el quantum resarcible.
Ej. Accidentes de trabajo.
141
Extensión del resarcimiento (para determinar la medida de la reparación):
Se tienen en cuenta dos criterios:
1- Subjetivo: Toma como dato básico para medir la extensión del resarcimiento,
el comportamiento del obligado. Se distinguen en el:
a) el daño causado por la inejecución de una obligación contractual y el
derivado de un acto ilícito.
b) el incumplimiento doloso y el culposo, asegurando en los actos ilícitos o
cuando media dolo una mayor reparación.
2- Objetivo: Aquí se tiene en cuenta la situación en que ha quedado el
damnificado a raíz del daño. No se distingue en este criterio las obligaciones
contractuales de las derivadas de los actos ilícitos, pues en cualquier caso el
obligado debe indemnizar todas las consecuencias del evento dañoso
( principio de reparación integral)
Limites de la reparación:
142
que a nuestro derecho respecta ha sido citado por Vélez como fuente de algunos de los
Arts. Que se refieren al tema.
Distingue nítidamente, entre los casos de culpa y dolo en la inejecución de la
obligación, partiendo de la base de que “es necesario no someter al D a indemnizar al
A todas las perdidas, indistintamente, que le haya podido ocasionar el incumplimiento”.
Según este autor el régimen de responsabilidad es el siguiente:
1- Cuando la inejecución de la obligación se debe a culpa del D, este responde
únicamente por los daños previsto o que haya podido prever. No responde el D por los
daños imprevisto. Por lo común, solo se consideran previstos los ocurridos en la cosa
objeto de la obligación (por causa de los cuales la cosa no es entregada)
Ej.: a una persona no le ha sido entregado el caballo vendido, se le debe indemnizar el
daño previsible y ocurrido en el bien objeto de la obligación, o sea el mayor precio de
otro caballo que hubiera tenido que comprar la persona. Pero si a causa de este
incumplimiento la persona no pudo trasladarse a cobrar sus frutos a un lugar distante,
el D no debe responder por este otro perjuicio que le es extraño a la prestación y por
tanto imprevisible salvo que en el contrato se hubiera advertido acerca de la finalidad a
que se destinaba el caballo.
2- Cuando la inejecución es atribuible a dolo del D, este debe no solo los daños
causados en el bien objeto de la obligación, sino los que se hubieren ocasionado en sus
otros bienes, siempre que sean consecuencia directa y necesaria de la inejecución. Ej.:
un tratante ha vendido una vaca conociendo y disimulando que la misma tenia una
enfermedad contagiosa. El tratante es responsable de los daños que resulten en el
animal vendido y también los sufridos en el resto del ganado del comprador por la
propagación del contagio de la vaca enferma. Pero si, a raíz de la enfermedad de su
ganado, el comprador no ha podido cultivar sus tierras y por consiguiente, no ha
podido pagar a sus acreedores y estos lo persiguen judicialmente y sus bienes se
venden a precio vil, es evidente que estas consecuencias no solamente son remotas,
sino que no son necesarias ni directas del incumplimiento.
En el caso de dolo, pues el obligado debe los daños intrínsecos y extrínsecos que sen
resultado necesario y directo de la inejecución, pero no os que sean una consecuencia
remota de la misma. La reparación, cuando media dolo, es pues mas amplia que la
correspondiente al caso de culpa, pero aun así, debe dejarse a la prudencia del juez
usar alguna indulgencia, en la tasación de los daños y perjuicios.
143
de la obligación, con una consecuencia normal de las cosas. No se debe
indemnización por los daños sufridos en los mas bienes del A, salvo
estipulación expresa. Algunos autores disienten en este punto afirmando que
el Art. Se refiere tanto a los daños intrínsecos como extrínsecos.
b- Inejecución Dolosa: en el primitivo texto del Art. 521 el código se ocupó de
este tipo de inejecución, pero ocurría que no existía acuerdo acerca de cual
era su verdadero texto, pues se podían encontrar dos versiones diferentes. A
raíz de este inconveniente, se plantearon numerosas discusiones
doctrinarias. Pero resumiendo y concordando con la opinión de Trigo
Represas podemos decir que en la hipótesis del incumplimiento doloso, el
obligado debe indemnizar los daños intrínsecos y extrínsecos, tanto los que
sean consecuencia inmediata como los que sean consecuencia mediata
previsible. No se deben los daños causales. Todas esas discusiones
suscitadas a raíz de las versiones del texto del Art. 521, han quedado
eliminadas mediante el nuevo texto introducido por la ley 17.711, quedando
su redacción de la siguiente manera: “si la inejecución de la obligación fuese
maliciosa los daños e intereses comprenderán también las consecuencias
mediatas. En este caso, no sea aplicable el tope porcentual previsto en el
ultimo párrafo del Art. 505”. Con esta reforma, se contempla la inejecución
dolosa, entendida en el sentido de incumplimiento deliberado o intencionado,
aunque no sea con el ánimo de causar un daño.
144
Pueden utilizarse para probarlos todos los medios de prueba, incluso testigos e indicios
porque se trata de probar hechos. Demostrada la existencia del daño, en los casos en
que sea difícil fijar el monto, el juez puede deferir la fijación del monto a lo que estime
el acreedor, en los casos en que el juez no fije directamente el monto de la
indemnización.
3. C- Imputabilidad de la inejecución:
La inejecución sea absoluta o relativa, debe ser imputable al obligado, es decir tiene
que ser consecuencia de la culpa o del dolo del D.
Dolo:
En un sentido amplio implica una idea de mala fe, de conducta deliberada contraria a
derecho. Sin embargo existen distintas acepciones del vocablo. A saber:
● Dolo como vicio de la voluntad: Es todo ardid, astucia, maquinación, artificio por
medio del cual alguien se propone sorprender, defraudar, engañar a otro, según el Art.
931.
● Dolo como elemento del acto ilícito denominado delito: Es el acto ejecutado a
sabiendas y con la intención de dañar los derechos o la persona de otro. Art. 1072
● Dolo en la inejecución de las obligaciones: significa el incumplimiento deliberado de
la obligación (Art. 506). Así considerando el dolo, implica que el D se representa
voluntariamente la conducta que va a observar y sus resultados, aceptándolos.
Dolo y malicia:
El nuevo Art. 521 dice: “si la inejecución de la obligación fuera maliciosa, los daños e
intereses comprenderán también las consecuencias mediatas”, sustituyéndose así la
alusión al dolo que contenía la primitiva redacción del Art.
145
Alcance y sanción del Art. 507: el Art. 507 prohíbe expresamente la dispensa del dolo:
“el dolo del deudor no podrá ser dispensado al contratarse la obligación” las razones
son iguales a la de la dispensa de la culpa, se concediera contraria a la moral y a las
buenas costumbres y es sancionada con nulidad.
La ley se refiere a la dispensa anterior al incumplimiento, pues después de este las
partes podrán pactar lo que quieran.
Dolo de representantes:
Aunque no se establece en nuestro código una norma referente a este tipo doloso, se
coincide en la procedencia de la responsabilidad indirecta del principal por el dolo de su
representante, pues, actuando este en lugar de aquel, se aplica el principio de
identidad que jurídicamente se reconocen entre representantes y representados, de lo
que fluye la conclusión de que el dolo del representante repercute sobre el
representado.
Culpa:
En un sentido lato puede significar el quebrantamiento de un deber jurídico,
comprendiendo tanto la violación dolosa como la culposa. Hay sin embargo un
concepto mucho más estricto y que se refiere a la negligencia, impericia, descuido,
imprudencia, desidia, falta de precaución, cometidos sin intención. No se cumple
simplemente por imprevisión, por no haber tenido el cuidado de adoptar las medidas
necesarias para ejecutar la prestación. Se ubica a la culpa en la mitad del camino entre
el dolo y el caso fortuito.
A través de la legislación comparada se han establecido distintos grados de culpa. En
nuestro código Vélez hace notar su oposición a la división de la culpa y se inclina
simplemente en considerarla como la omisión de las diligencias que exigiera la
naturaleza de la obligación, y que correspondieren a las circunstancias de personas,
tiempo y lugar.
146
cuanto al régimen legal que se aplica según se trate de culpa contractual, es decir de
la que surge con motivo del incumplimiento de un contrato por negligencia,
imprudencia, impericia, etc. O de la culpa extracontractual, que consiste en la violación
de un derecho ajeno, fuera de toda relación contractual.
Dispensa de la culpa:
Es la cláusula por la cual se libera al D de responsabilidad en caso de incumplimiento
culposo. Puede ser total o parcial:
Total: (cláusula que exime la responsabilidad) en general no esta admitida pues se
considera que ella fomenta a la desidia del D que actuara sin cuidados. Esta dispensa
se considera contraria a la mora y buenas costumbres y es sancionada con nulidad.
Obviamente, hablamos de la dispensa anterior al incumplimiento, porque después del
incumplimiento nada impide que el A perdone al D.
Parcial: es una cláusula en la cual la responsabilidad del D se limita solo a ciertos
casos, o se limita hasta cierta suma de dinero. En general se admite la validez de estas
cláusulas siempre que ellas no eliminen la totalidad de la responsabilidad del D por el
incumplimiento.
La dispensa de una conducta negligente del obligado aseguraría al D desde el
comienzo que no se hará responsable de los daños ocasionados; esto seria un ataque
al principio de buena fe que es indispensable para el cumplimiento de la prestación. Es
decir la dispensa de la culpa solo podría tener efectos validos cuando la falta fuera
leve, siempre teniendo en cuenta las circunstancias que rodean a cada caso concreto.
Culpa concurrente:
Tanto en las obligaciones contractuales como en las extracontractuales, la violación del
deber de cumplir puede corresponder a culpa de ambas partes. A y D, si se trata de
obligaciones de fuente contractual, autor y victima si se trata de obligaciones
extracontractuales.
Se le debe atribuir a cada uno, proporcionalmente, la parte que le corresponde en la
consecuencia dañosa respectiva, es decir de acuerdo al grado de culpabilidad.
Culpa de subordinados:
El Art. 1113 dice: “la obligación del que ha causado un daño se extiende a los daños
que causaren los que están bajo su dependencia.” Aquí existe una responsabilidad
indirecta pues debe considerarse como que el principal hace asunción de la garantía de
los hechos de su dependiente y como hay un interés personal en lo realizado por el
dependiente, es lógico que se responda por los hechos por él cometidos. Después de la
reforma de la ley 17.711 se admite la responsabilidad del principal más cuando el
hecho dañoso se produzca “en ocasión o con motivo de sus funciones”
Culpa in contrahendo:
Existen situaciones en las que los sujetos comenten imprudencias cuando todavía no
existe un contrato celebrado y se esta en los preparativos del mismo. Las partes en
147
este caso estarían unidas por un “contrato tácito” en el cual se han comprometido a
prestarse la diligencia in contrahendo para evitar los daños. En estos casos la
indemnización debida repara el daño ocasionado por haber perdido la oportunidad de
celebrar un contrato valido. Son ejemplos de culpa in contrahendo: la venta de cosa
ajena que no se ratifica por el propietario; la promesa hecha por un 3º y no aceptada
por este, etc.
Culpa precontractual:
Es la que entra en juego antes de que se hayan concretado las ofertas. La existencia
de oferta es pues el limite que separa la culpa precontractual de la culpa in
contrahendo.
En esta culpa las partes no están ligadas por ningún vínculo y en principio pueden dar
por terminadas estas preliminares sin responsabilidad, salvo que la interrupción se
haya hecho sin ninguna razón. El limite de la indemnización esta dado por los gastos
invertidos en las tratativas, por la parte no culpable.
Culpa postcontractual:
Es la que puede cometerse después del contrato celebrado. A esta responsabilidad la
consideran extracontractual, salvo que en el contrato hubiera una cláusula que
obligara a observar el comportamiento de que se trate.
148
reparar el daño se comprende por si misma, es decir que para que nazca la obligación
es necesario que haya una relación de causalidad entre el incumplimiento y el hecho
dañoso lo que significaría que el daño debe ser como consecuencia del incumplimiento.
Requisitos:
1- Imprevisibilidad: Debe tratarse de un hecho que un hombre de mediana
prudencia no tenga porque suponer que ocurrirá, es decir lo que tiene que
prevenir es lo razonable. La naturaleza de la obligación, el medio en la que
se desarrolla, las personas que intervienen, nos indicaran la medida de lo
previsible y de lo imprevisible.
2- Debe ser Inevitable: es decir debe tratarse de un evento en el que el D por
mas prevenido que sea no puede contrarrestar. Debe tratarse por lo tanto de
una imposibilidad y no de una dificultad, que no llegaría a constituir una
causal excusatoria salvo que se tratase de una dificultad muy grave en la que
se extenderá el concepto de caso fortuito o fuerza mayor. Debe comprender
una imposibilidad absoluta, o sea que lo sea para todos y no solamente para
el D. La imposibilidad parcial no impide el cumplimiento de la parte de
prestación posible cuando el A se allana a recibir el cumplimiento de esa
manera y siempre que no se desnaturalice la prestación para el otro
contratante. Solo la imposibilidad definitiva excusa el incumplimiento.
3- Es necesario que se trate de un hecho actual y no de una simple amenaza o
de una imposibilidad eventual.
4- Debe tratarse de un hecho inimputable, es decir debe ser ajeno a la conducta
del D. Si al producirse el caso fortuito o fuerza mayor el D había incurrido en
mora imputable, o si el evento se debe a su culpa o a su dolo, no puede
invocar esta causa.
Casos particulares:
Se clasifican las situaciones de caso fortuito o fuerza mayor, en:
1- Hechos de la naturaleza: que son los derivados de una acción ajena a toda
intervención humana, tales como los terremotos, lluvias, tempestades,
inundaciones, sequías, pestes, etc.
2- Hechos del hombre: en los que se incluyen:
a- Órdenes o prohibiciones de las autoridades: en virtud de que son irresistibles
para el D y este no tiene más remedio que acatarlas. Si bien estas órdenes
no pueden ser opuestas arbitrariamente y existe un recurso de amparo para
tales casos, solo constituirá caso fortuito en el caso de que haya hecho uso
del remedio legal y el mismo no hubiera sido eficaz. Ej.: expropiación de un
bien.
b- Resoluciones judiciales: pueden constituir caso fortuito cuando impiden el
cumplimiento de la prestación, siempre que el D no fuera responsable de la
situación jurídica que ha motivado la correspondiente resolución judicial.
149
c- Guerra: Que si bien por si sola no constituye caso fortuito, puede llegar a
serlo, si a consecuencia de la misma se ha hecho imposible la prestación, lo
mismo ocurre en los casos de las revoluciones, levantamientos armados, etc.
d- Hechos de terceros: Siempre y cuando el D no fuera responsable de su
comportamiento como puede ocurrir por razones de dependencia.
2- Culpa del Deudor: cuando el caso fortuito se debe a culpa del obligado y con mayor
razón, si se debió a dolo del mismo, no funcionara la causal de excusabilidad, pues el
caso fortuito solo exime de responsabilidad cuando se trata de un hecho que ha sido
ajeno a la voluntad del D.
3- Mora del D: dice al respecto el Art. 513 “… o hubiese ya sido aquel constituido en
mora, que no fuese motivada por caso fortuito, o fuerza mayor.” Se trata entonces del
caso en que la mora le fuere imputable al D, pues si el D no hubiera incurrido en el
retardo imputable el evento causal no habría afectado a la obligación. Asimismo
cuando el D no es responsable de los casos fortuitos si no constituyéndose en mora,
queda liberado de pagar daños e intereses si la cosa que esta en la imposibilidad de
entregar a consecuencia del caso fortuito, hubiera perecido igualmente en poder del A.
EJ.: se han vendido a Juan 100 vacas que se le debían entregar el 30 de diciembre.
Su D Pedro, pasado ese día no se las entrega, por lo tanto queda constituido en mora.
Las vacas han perecido una inundación, para eximirse de la responsabilidad, deberá
probar que las mimas hubieran perecido igual estando en poder del A. La solución es
justa, pues no habiendo nexo de causalidad entre la mora y el hecho de haber perdido
la cosa, carecería de fundamento atribuirle las consecuencias al D.
4- Disposición de la ley: no rige tampoco la excusa del caso fortuito cuando la ley, por
razones especiales, impone al D la responsabilidad de pagar los daños y perjuicios
causados por el incumplimiento. Por Ej.: el que de mala fe recibe el pago; el autor de
un robo, el gestor que ha hecho operaciones arriesgadas; el poseedor de mala fe, etc.
Cláusulas de irresponsabilidad:
150
Es posible que las partes convengan este tipo de cláusulas por caso fortuito o fuerza
mayor. Tal convención significaría que las partes entienden que el obligado queda
exonerado de responsabilidad por todo tipo de situaciones, incluso por causas de
guerras, huelgas, etc.
Clases:
Hay dos clases de cláusulas penales:
1- Compensatoria: que es la que es estipulada en caso de inejecución absoluta.
El A, una vez que se ha producido el incumplimiento, debe optar, entre
reclamar la pena o exigir el cumplimiento de la prestación, salvo que hueste
convención en contrario, según el Art. 659.
2- Moratoria: que es la que se pacta previniendo únicamente la indemnización
del retardo en el cumplimiento. En esta hipótesis, el A puede reformar la
prestación y además el pago de la pena moratoria. Art. 659.
Forma y tiempo:
La ley no indica una forma especial para convenir la cláusula penal, pero se requiere
preferentemente, que se lo haga por escrito para así no tener dificultades en cuanto a
la prueba. Sin embargo, las cláusulas accesorias de actos que tienen señalada una
determinada forma, deben observar la misma formalidad exigida para el acto principal.
No se requieren términos sacramentales pero es necesario que surja explícitamente
que se ha estipulado una penalidad para el caso de inejecución absoluta o relativa.
La pena puede convenirse en el momento de formalizar la obligación y aun después,
pero en este último supuesto, se exige que medie conformidad de todos los
interesados.
151
Caracteres:
1- Accesoria: (excepciones al principio de la accesoriedad) la cláusula penal es una
obligación accesoria de una obligación principal. Ella accede siempre a otra obligación,
de cuya existencia depende. No se concibe una cláusula penal aislada. Las
consecuencias de este carácter accesorio son:
* La nulidad de la obligación principal, causa la nulidad de la cláusula penal (Art. 663),
pero la nulidad de la cláusula penal no afecta a la obligación principal (Art. 663 2º
parte)
* La extinción de la obligación principal causa la extinción de la cláusula penal, pero la
extinción de esta no ejerce influencia algún sobre aquella. (Art. 665)
Deben reconocerse sin embargo, algunas excepciones referentes a estos principios:
a) la cláusula penal que garantiza la estipulación hecha por un 3º es exigible, si el 3º
no acepta convalidar lo que por el se ha prometido. Ej.: Pedro promete que Pablo
venderá su auto a Juan, y conviene que en el supuesto que así no fuera, pagara $100
mil a Juan en carácter de cláusula penal. Si Pablo no acepta vender su auto a Juan, la
obligación convenida a su nombre queda sin efecto, sin embargo subsistirá la cláusula
penal.
La cláusula penal que garantiza una obligación que no es exigible, es valida siempre
que se trate de una obligación lícita.
b) Según el Art. 526, las cláusulas accesorias, que bajo apariencia de condiciones
suspensivas, son cláusulas imposibles o condiciones prohibidas por la ley, causan la
nulidad de la obligación principal. Ej.: Pedo se ha comprometido a pintar un cuadro,
con la cláusula penal de que si no lo hace no volverá a pintar por el resto de su vida.
Dicha penalidad es una cláusula ilícita por afectar el fundamental derecho a trabajar
libremente.
4) Constituido a favor de tercero o por un tercero: este tipo de cláusulas pueden ser
constituidas a favor del A o de un tercero (Art. 653). Puede asimismo, ser constituida
por el D o por un 3º (Art. 538)
Excepciones:
152
1) Cumplimiento parcial o irregular: en este caso si el A acepta dichas condiciones, la
pena debe disminuirse proporcionalmente y el juez puede arbitrarla si las partes no se
pusieran de acuerdo (Art. 660)
153
prestación o a exigir el pago de la cláusula penal.
3) Imputabilidad de la inejecución: es necesario que medie dolo o culpa del D para que
la cláusula penal entre en vigencia. Si el incumplimiento se debe a caso fortuito o
fuerza mayor, la pena no será exigible.
154
La razón de ser de este principio estaría en la presunción de que quien
se obliga o contrata lo hace sobre la base de que el patrimonio del
obligado responderá por las deudas por él contraídas. Este principio se
refiere a las obligaciones de fuente contractual, únicamente. Pero las de
fuente extracontractual necesitan, también para la fuerza obligatoria de
vinculo, sustentarse en algo que les permita, llegado el caso, hacerse
efectivas. Tal sustento no podría ser otro que el patrimonio del D. Como
ya hemos visto, en el vinculo obligatorio, se paso de un vinculo
eminentemente personalísimo, en el cual las deudas se respondían con
la persona del D, a un vinculo objetivo, en donde la atención esta sobre
los bienes del D, es decir sobre su patrimonio.
155
dejándoles lo indispensable para una modesta subsistencia según su
clase y circunstancias y con cargo de devolución cuando mejoren su
fortuna.
156
impedir la extinción del privilegio o hipoteca del antiguo crédito que
entonces pasan a la nueva obligación.
3- Son excepcionales: ya que importan la derogación del principio
general de la igualdad de todos los A respecto del patrimonio del D,
creando una situación especial de prioridad para el cobro de sus créditos
respecto de ciertos A.
4- Son taxativos: Están taxativamente determinados por la ley y no
existe privilegio allí donde la ley no lo establezca en forma expresa y
precisa.
5- Son indivisibles: la doctrina ha admitido que la indivisibilidad es una
nota típica de los privilegios, por derivarse de su propio concepto, pues
siendo el privilegio una calidad de crédito, este mientras existe y en la
medida que exista sigue actuando sobre la cosa o bien gravado, o una
parte de ella, con esa calidad preferencial.
6- Acuerdan una preferencia: engendra una prioridad para el cobro del
crédito garantido.
7- Son indiferentes en cuanto a la cronología temporal: no importa la
antigüedad de su origen ya que la prelación se determina por la calidad
de los mismos, sea por el mayor o menor favor que merecen por su
naturaleza y por razones determinantes de su creación.
Clases de privilegios:
El código dispone 2 clasificaciones:
1- Según la naturaleza de los bienes afectados: los privilegios pueden
ser:
Mobiliarios: recaen sobre cosas muebles
Inmobiliarios: recaen sobre bienes inmuebles.
Esta categoría carece de trascendencia y de rigor científico pues no
traduce una diversidad de régimen entre las dos categorías de
privilegios.
Sobre todo el
patrimonio
(generalidad
de muebles e
Generales inmuebles
Art. 3879)
Sobre la
generalidad solo de
2- Según la extensión del privilegio: los muebles y
subsidiariamente
De los
inmuebles (Art. 3878)
Sobre
determinados muebles
Especiales
Sobre
determinados inmuebles
157
Privilegios Generales: comprenden un conjunto de los bienes del D y solo
pueden hacerse valer en los juicios universales de concurso o quiebra del
D.
A su vez, los privilegios generales comprenden dos categorías:
1- Generales sobre todo el patrimonio o generalidad de los bienes
muebles e inmuebles del D, pues bien se ha señalado que en la primera
parte del Art. 3879 hay un error de terminología al expresar que los
privilegios generales se ejercen sobre los muebles y los inmuebles. En
realidad el alcance de este privilegio es más amplio, porque no solo
comprende a los muebles y los inmuebles o sea las cosas, sino la
generalidad de los bienes del D.
2- Generales sobre la totalidad solamente de los bienes muebles (Art.
3880. no hay en cambio en principio privilegios generales sobre la
totalidad exclusivamente de los inmuebles, pero ello es solo en principio
como queda dicho, por cuanto los privilegios generales sobre la totalidad
de los muebles, también afectan a la generalidad de los inmuebles una
vez agotados aquellos sin llegarse a cubrir los créditos privilegiados,
según resulta del Art. 3878 in fine, a no ser que los privilegios generales
sobre los muebles alcancen a cubrir los créditos privilegiados. Cuando el
valor de los inmuebles no hubiese sido absorbido por los A privilegiados
o hipotecarios, la porción del precio que quede debida, es afectada con
preferencia al pago de los créditos designados en el articulo anterior
(Art. 3881). Y si los muebles del D, en razón de los privilegios especiales
que los afecten, no bastaren para el pago de las deudas que son
privilegiadas sobre la generalidad de los muebles, lo que falte se tomara
de los bienes inmuebles del D (Art. 3915).
158
Aplicaciones del principio del patrimonio como prenda común de
los acreedores:
Las aplicaciones practicas de este principio son las acciones que la ley le
acuerda al A para hacer efectivo el cobro de su crédito, cuyo fundamento
esta precisamente en dicho principio y en especial en el Art. 505, que es
una de sus aplicaciones mas importantes.
Acciones:
a) Medidas conservatorias: son aquellas que tienden a mantener el
patrimonio del D en su estado actual impidiendo que este realice actos
jurídicos que lo disminuyan o actos que lo perjudiquen. Pertenecen a
esta medida:
1- EMBARGO: es una mediada procesal que el A puede solicitar al juez,
que tiene por fin individualizar determinados bienes muebles o
inmuebles del D e impedir que este disponga de los mismos. Es pues
una interdicción judicial de vender o gravar determinado bien o bienes.
Si se trata de muebles, se coloca a los mismos en mano de un
depositario y cuando existen registros de domino de los bienes muebles,
como ocurre con los automotores, también se anota el embargo en el
registro respectivo. El efecto del embargo consiste en dejar en situación
de indisponibilidad el bien de que se trate. Si el D transmite el bien
embargado, este pasa con ese gravamen al adquirente salvo que sea de
buena fe. El embargo acuerda también al A que lo obtiene, un derecho
de preferencia sobre el valor del bien, para el cobro de su crédito.
2- INHIBICION: es una medida judicial de indisponibilidad que afecta
únicamente a los bienes inmuebles del obligado gravándolos en su
generalidad. La misma se inscribe en el Registro de la Propiedad y no
confiere derecho de preferencia para el cobro del crédito al A que la
obtiene.
3- ANOTACIONES PREVENTINAS DE LA LITIS: esta es una medida que
se ordena en un juicio con la finalidad de poner en conocimiento de
terceros, que se ha promovido una demanda judicial reclamando la
constitución, declaración, modificación o extinción de un derecho real
sobre determinado inmueble. Esta medida cautelar no causa la
indisponibilidad del bien, sino que tiene por objeto dar publicidad sobre
la existencia de esa clase de pretensiones, y a tal efecto se la anota en
el Registro de la Propiedad de manera que los terceros puedan enterarse
de la existencia del litigio y si a pesar de ello celebran actos jurídicos
referentes a los inmuebles comprendidos en el mismo, ya no podrán
aducir la buena fe que en esta materia de concurrencia ha sido
reconocida.
4- PROHIBICION DE INNOVAR: es una medida de seguridad que trate de
impedir que mientras este pendiente un litigio, las partes introduzcan
modificaciones en el objeto del mismo, de manera que el día en que se
haga efectiva la sentencia este se encuentre en el estado que tenia al
comienzo del pleito. Es común esta medida en las acciones reales y
posesorias, en los interdictos, en las acciones de desalojo, en las
demandas de escrituración, etc. Se reconoce la posibilidad de su
aplicación en toda clase de juicios siempre que, el derecho sea verosímil,
que exista peligro de que si se mantuviera o alterara, en su caso, la
situación de hecho o de derecho, la modificación pudiera influir en la
sentencia o convirtiera su ejecución en ineficaz o imposible, o que estas
159
finalidades no pudieran obtenerse por medio de otro procedimiento
precautorio.
5- PROHIBICION DE CONTRATAR: este es un medio cautelar novísimo
por el cual el juez individualiza lo que sea objeto de la prohibición,
disponiendo que se inscriba en los registros correspondientes y se
notifique a los interesados y a los terceros. Así por ejemplo en un juicio
en que se discute la propiedad de un inmueble, la parte que tiene la
posesión del bien, ante el temor de perder el pleito, puede sentirse
tentada por darlo en locación a largo plazo y percibiendo por adelantado
el importe de su precio. La prohibición de contratar puede impedir,
eficazmente, esta clase de menoscabos del objeto del pleito.
6- INTERVENCION JUDICIAL: es un procedimiento mediante el cual se
reemplazo por orden judicial, a los administradores de una comunidad
de bienes por un interventor judicial, mientras dure el litigio que afecta a
esas entidades a fin de asegurar una administración imparcial y correcta
de los bienes comunes a las partes.
7- SECUESTRO DE BIENES: consiste en la incautación de un bien mueble
a fin de proceder a su venta o a su oportuna entrega a una de las partes
del pleito. También puede decretárselo en un juicio ejecutivo o en un
embargo preventivo.
8- DERECHO DE RETENCIÓN: es la facultad que corresponde al tenedor
de una cosa ajena, para rehusarse a devolverla al propietario hasta
tanto se le pague lo que se le debe por razón de la misma cosa. Se
requiere para que proceda este derecho: 1) estar en la tenencia de la
cosa de otro, 2) ser acreedor del propietario por razón de la misma cosa.
9- SEPARACIÓN DE PATRIMONIOS: es el derecho que los A de la
sucesión y los legatarios tienen para pedir, contra los A del heredero que
se separen los bienes de la herencia de los bienes de los herederos, a fin
de ser pagados con el patrimonio del difunto con preferencia a los A de
los herederos. A la muerte del causante sus bienes se confunden con de
los de los herederos, y los A del causante y los herederos concurren en
pie de igualdad, salvo las situaciones de privilegio, en el cobro de sus
créditos, ante la masa patrimonial formada por los bienes del causante y
los de los herederos. Como esta situación puede ser realmente injusta
para los A del causante, sobre todo en el caso en que los herederos
tengan pocos bienes y muchas deudas, el instituto jurídico de la
separación de patrimonios ha venido a poner remedio a tan injusto
supuesto.
160
posesión de la misma en forma inmediata, pudiendo incluso recurrir a la
fuerza publica y si no fuese posible por haberse destruido o deteriorado
la cosa el D deberá pagar una indemnización por daños y perjuicios. Si la
obligación es de hacer, una vez dictada la sentencia, el D deberá realizar
lo que prometió y en caso de negarse, el A puede pedir que lo realice un
tercero a costa del obligado o reclamar los daños y perjuicios.
b) ACCIÓN SUMARIA: el trámite de este tipo de acción ha sido abreviado
y agilizado con relación al juicio ordinario. Una vez dictada la sentencia
definitiva, se aplican las mimas soluciones que para la acción ordinaria.
c) ACCIÓN COLECTIVA: las acciones colectivas, son las que permiten
ejercitar los derechos de todos los A del D. hay tres clases de ellas:
I- CONCURSO COMERCIAL O QUIEBRA: este concurso comprende:
i) Concurso preventivo, que tiende a evitar la quiebra del D. Si en este
procedimiento los A aceptan el acuerdo propuesto por el obligado y si el
mismo es homologado y cumplido, queda solucionada la situación del D
con sus A. En los supuestos de no aceptarse el acuerdo, de no
homologarse por la justicia el acuerdo aceptado por los A, o de no
cumplirse por el D el acuerdo aceptado y homologado, corresponde
declarar la quiebra del D. asimismo y durante el tramite del concurso
preventivo, cabe la declaración de la quiebra del D por incumplimiento
de deberes que la ley le impone.
ii) Quiebra del comerciante: puede llegarse directamente a la quiebra del
comerciante, a su propio pedido o a solicitud de uno o varios de sus A. el
requisito que se necesita para esta declaración, es el de haber incurrido
en cesación de pagos, aunque sea de una sola obligación. En el juicio de
quiebra se desapodera al D de sus bienes, se cita a sus A por edictos
para una audiencia, y se designa un sindico que debe ser un contador
publico. El síndico es el encargado de presentar, en la audiencia, el
estado patrimonial del obligado, determinando sus bienes y sus deudas y
la graduación de los créditos, y una vez considerado este informe en
dicha audiencia y resueltas las cuestiones que se refieren al mismo, se
pasa al periodo de liquidación del patrimonio del D y a la distribución
entre los A, de lo que de esa liquidación resulte.
iii) Concurso civil: en líneas generales el mismo régimen del concurso
comercial, con las particularidades que se señalan en los trece incisos
contenidos en el Art. 310 del decreto-ley 19.551/72. En los casos en que
el concursado no ejerza su actividad en forma de empresa económica, la
sindicatura del concurso es desempeñada exclusivamente por abogados
de la matricula.
Punto 2:
Medidas reparadoras: el A tiene también a su favor las acciones
reparadoras:
161
en insolvencia o que se encuentra ya en tal estado, entonces enajena
algunos de sus bienes para sacarlos de la acción de sus A. en tal caso la
ley reconoce a los A ejecutar el bien cuya propiedad se ha transmitido a
terceros, revocando el acto realizado por el D.
La acción revocatoria tiene su origen en el Derecho Romano, que
tenía por fin evitar la burla dolosa del D para con los A. esta institución
paso al derecho medieval y a los códigos modernos. Vélez se sirvió como
fuente no solo de los textos del mismo Digesto, sino también de las
leyes de las Partidas, del Código Francés y sus comentaristas. El código
trata de la acción revocatoria en el Titulo referente a los actos jurídicos
(Art. 961 y sig.) lo que evidentemente es un acierto, puesto que es un
vicio de los actos jurídicos. En cambio se le critica que alude
nuevamente a la acción revocatoria al tratar de las sucesiones, pues
hubiera bastado con la aplicación de las reglas generales.
La acción revocatoria se funda en una razón de orden moral, el derecho
no puede permanecer apacible ante los actos del D consumados para
defraudar a los A. El D puede disponer libremente de su patrimonio en
tanto proceda de buena fe y obre en defensa legitima de su interés,
excediendo esos limites sus A pueden impedir que se disponga lo que
constituye su garantía común.
Con respecto a su naturaleza hay quienes sostienen que se trata de una
acción real porque permite perseguir los bienes que han salido del
patrimonio del D. Esta postura ha sido abandonada, porque no deriva de
un derecho de propiedad ni de ningún otro derecho real, tampoco hay un
derecho de persecución porque la acción queda paralizada ante los
terceros subadquirentes de buena fe. Otra postura dice que es una
acción personal de nulidad pues la restitución de la cosa o bien sobre el
cual se ejerce la acción se explica como una de las consecuencias
propias de la acción de nulidad. La reciente doctrina ha establecido que
es una acción de nulidad porque el acto fraudulento mantiene toda su
validez entre el D y 3º adquirente de la cosa, el bien no reingresa al
patrimonio del D como debiera ocurrir en la acción de nulidad y es por
ello que los A no se benefician con la acción. No hay por lo tanto
nulidad, sino mas bien inoponibilidad. La consecuencia de la acción de
fraude es que el acto impugnado es inoponible al A que la intenta por
esto es como si el acto no se hubiese celebrado, como si la transferencia
de derechos o de bienes no se hubiera operado.
162
origen posterior al acto del D, no podrían invocar fraude en su perjuicio
pues cuando ellos llegaron a constituirse en A de los bienes, estos ya
habían salido del patrimonio del D, y mal podrían sostener que el acto
estaba encaminado a perjudicarlos. Pero este requisito, aceptado como
regla general, no es aplicable al caso de que el acto impugnado, aunque
posterior al titulo del crédito, haya sido realizado en previsión de la
obligación que naciera mas tarde. El propio código en el Art. 963
exceptúa de la condición del inciso 3 del Art. anterior, al caso de las
enajenaciones hechas por el que ha cometido un crimen, aunque
consumadas antes del delito, si fuesen ejecutadas para salvar la
responsabilidad del acto, las cuales pueden ser revocadas por los que
tengan derecho a ser indemnizados de los daños y perjuicios que les
irrogue el crimen. Ej.: una persona movida por sentimiento de
venganza, se propone matar a otra, pero antes de consumar el cifren, en
previsión de que será obligado a pagar los daños y perjuicios vende sus
bienes y oculta el dinero. Realizado el hecho, la victima o sus herederos,
si aquella ha fallecido, tiene abierta la acción revocatoria, siempre que se
cumplan las restantes condiciones legales.
163
oneroso, seria necesario además que el subadquirente sea cómplice del
fraude.
Efectos:
El acto realizado en fraude del A debe dejarse sin efecto en la medida del
perjuicio que se le ha ocasionado. La revocación no implica una nulidad,
simplemente el acto impugnado es inoponible a los A. De ahí que la ley
limite los efectos de la acción al importe del crédito del que la hubiera
intentado; pero una vez satisfechas las deudas, tiene sus efectos entre las
partes que lo han celebrado. Del tal modo, si se tratare de un acto que por
naturaleza es susceptible de anulación parcial, como seria la donación de
una suma de dinero, la revocación se referiría a aquella porción necesaria
para pagar el crédito. Si no fuera posible la anulación parcial, como en el
caso de la venta de un inmueble, revocado el acto, ejecutado el bien y
pagados todos los créditos, si quedara todavía algún sobrante, este
pertenecerá al que adquirió mediante el acto fraudulento el inmueble.
RESPECTO DE LOS ACREEDORES: la revocación de los actos del D será
solo producida en interés de los A que la hubiesen pedido y hasta el
importe de sus créditos (Art. 965). El tercero a quien hubiesen pasado los
bienes del D, puede hacer cesar la acción de los a satisfaciendo el crédito
de los que hubiesen presentado, o dando fianzas suficientes sobre el pago
integro de los créditos, si los bienes del D no alcanzaran a satisfacerlos
(Art. 966)
RESPECTP DEL DEUDOR Y EL TERCERO ADQUIRENTE: el acto es
inoponible para los a pero es valido para las partes (para el autor
enajenante y par el 3º adquirente), conforme a esto ejecutados los bienes
por el A, cobrado el importe del crédito de este, si quedase un excedente
correspondería al tercero adquirente. El tercero adquirente despojará de
los bienes que adquirió al D; tiene derecho a exigir a este la
indemnización por la privación sufrida.
164
Una vez declarada la quiebra del D (o concurso civil) se determina un
periodo que se denomina de “sospecha” anterior a esa declaración y que
arranca con la fecha de iniciación de la cesación de pagos, hasta la
declaración de la quiebra. Los actos de disposición de sus bienes que el D
haya hecho en ese periodo pueden ser revocados y en consecuencia ser
“inoponibles” a la masa de acreedores
Esta revocación puede declararse por dos medios:
1) Actos ineficaces de pleno derecho: como por ej. Actos a titulo gratuito,
pago anticipado de deudas, pago por entrega de bienes, constitución de
hipotecas, prendas, etc. Pero esta declaración de ineficacia no requiere el
ejercicio de ninguna acción y la declara el juez de pleno derecho.
2) Actos ineficaces por conocimiento de la cesación de pagos: se trata de
los demás actos de disposición en los que se pruebe que el tercero tenía
conocimiento de la cesación de pagos del deudor. La revocación de este
caso debe ser obtenida por la vía de acción que pude ser ejercida por el
síndico o por los propios A del concurso. Es la propiamente denominada
“acción revocatoria concursal”
3) Revocatoria ordinaria (Art. 961 a 972 del Código Civil): es posible ser
deducida por los A luego de intimar al sindico para que lo haga.
Clases de simulación:
a) Absolutas: (Art. 956 1º parte) La simulación es absoluta cuando se
celebra un acto jurídico que nada tiene de real. Ej.: tengo muchos A y
165
para evitar que ellos ejecuten mi casa simulo vendérsela a un amigo
(nótese que detrás del acto simulado no hay ningún otro acto oculto, no
hay nada real, por ello la simulación es absoluta)
b) Relativas: (Art. 956 2º parte) es simulación relativa cuando se emplea
para dar a un acto jurídico una apariencia que oculta su verdadero
carácter. Es decir que se simula un acto, pero en realidad se esta
celebrando otro; por lo cual tenemos dos actos: uno falso, aparente o
simulado, y otro real, pero que permanece oculto. Ej.: quiero donar mi
estancia a un amigo, pero para evitar una posible revocación simulo
vendérsela, el acto simulado es la venta y el real la donación.
La simulación relativa puede recaer sobre la naturaleza del contrato, así
por ejemplo una persona que desea favorecer a uno de sus hijos mas allá
de lo que le permite la porción disponible, simula venderle una propiedad
que en realidad le dona; sobre el contenido del contrato, así por ej. Se
simula un precio menor del que en realidad se ha pagado para evitar el
impuesto a las ganancias eventuales; o sobre la persona de los
contratantes, muy frecuentemente utilizado en el caso del testaferro,
prestanombre y hombre de paja. Ej. El código de comercio exige un
mínimo de diez socios para formar una sociedad anónima, en la practica
suele ocurrir que esta pertenece a una sola persona que distribuye
algunas acciones entre varios amigos que le “prestan nombre” para poder
cumplir aparentemente con los requisitos legales.
c) Licita: La simulación es licita cuando no esta reprobada por la ley y no
perjudica a un tercero. Así el Art. 957 expreso “la simulación no es
reprobada por la ley cuando a nadie perjudica ni tiene un fin ilícito” Ej. En
vez de dar un mandato para el cobro de un cheque, se lo endosa, lo cual
supone una transmisión de propiedad.
d) Ilícita: si la simulación perjudica a un tercero o si por otros motivos es
contraria a la ley, se convierte en ilícita. El Art. 957 expresa que la
simulación es ilícita cuando es contraria a la ley o tiene fines ilícitos.
La acción se acuerda a las partes en el caso de simulación lícita, y aun en
ciertos casos de simulación ilícita. Se acuerda también a terceros
perjudicados por la simulación, los cuales pueden ser, los herederos del
enajenante aparente que ha querido despojarlos de la herencia forzosa
que por ley les corresponde, o bien los A del enajenante que ha querido
sustraerse al pago de sus deudas. Cualquier A puede ejercer la acción,
tenga o no crédito exigible, sea bajo término o condición. Si es ejercida
por una de las partes, debe dirigirse contra la otra o sus herederos
universales. Si es ejercida por un tercero, debe dirigirse contra los dos
responsables del acto simulado tanto contra el enajenante como contra el
adquirente del derecho.
166
Las partes entre si o sus herederos gozan de la acción de simulación solo
si ella ha sido ilícita y pueden ejercerla cuando tengan por objeto dejar sin
efecto la simulación y ninguna de las partes se beneficia con la anulación,
o sea que el único fin que persiguen es el de rectificar su conducta.
Cuando la simulación es licita, cada una de las partes tiene siempre
abierta la posibilidad de obtener la declaración de inexistencia del acto
simulado contra la otra.
De conformidad a lo dispuesto en el Art. 959, como regla general, las
partes carecen de acción si se trata de simulación ilícita, solo
excepcionalmente la tienen si ellas no se proponen consumar el acto ilícito
realizado mediante la simulación, ni aprovecharse de el, sino repararlo,
destruyendo las apariencias lesivas de los derechos ajenos. Los jueces
(según el Art. 960) pueden tomar conocimiento de la acción de simulación
cuando hubiese sobre la misma un contradocumento, para dejar sin efecto
el acto simulado, sea este lícito o no. O sea que conforme a tal Art. si la
simulación es ilícita procede la acción si hay contradocumento para dejarla
sin efecto. Este criterio fue incorporado por la ley 17.711 en virtud del
agregado al Art. 959 “los que hubiesen simulado un acto con el fin de
violar las leyes o de perjudicar a un tercero, no pueden ejercer acción
alguna el uno contra el otro, sobre la simulación, salvo que la acción tenga
por objeto dejar sin efecto el acto, y las partes no puedan obtener ningún
beneficio de la anulación”
167
El tercero debe intentar la acción dirigiéndola contra las partes que
intervinieron en el acto simulado, es decir vendedor, enajenante o
adquirente aparente.
Efecto:
Por ser una medida conservatoria, esta acción permitirá que un bien
aparentemente enajenado, regrese al patrimonio del D.
REVOCATORIA SIMULACION
Tiende a revocar un acto real. Tiende a demostrar que un acto es
simulado y a dejar descubierta la
existencia de un acto real oculto,
anulando el acto aparente.
No produce el reintegro de los Las transmisiones de bienes
bienes al patrimonio del D sino que hechas por el acto simulado
se limita a remover los obstáculos quedan sin efecto y aquellas se
para que el A pueda cobrar su reintegran al patrimonio del
crédito haciendo ejecución de esos enajenante
bienes.
Quien la intenta debe probar que el Esa prueba no es requerida
acto atacado causo la insolvencia
del D o la agravo
El A que la intenta debe tener un Puede intentarla un A con crédito
crédito con fecha anterior al acto de fecha posterior o anterior al
atacado acto simulado
Si el acto atacado fuese a titulo Esa prueba no es requerida
oneroso, quien intenta la acción
debe probar el fraude del D y la
complicidad del adquirente
Solo puede ser intenta por los A Puede intentarla las partes y sus
perjudicados sucesores, también los A y 3º en
gral.
Solo favorece al A que la ejercita. Favorece a todos los A ejerciten la
acción o no.
d) Prueba de simulación:
Entre partes: la prueba por excelencia es el contradocumento, este es un
documento hecho por las partes por escrito y en secreto con el objeto de
dejar constancia, y hacer probar que el acto que figura en otro documento
es simulado. El contradocumento puede ser hecho antes, en el momento o
después del acto celebrado. Puede ser realizado en instrumento público o
privado, pero si el acto simulado consta en un instrumento público, el
contradocumento debe ser hecho en instrumento público. El
168
contradocumento debe expresar la verdadera voluntad de las partes al
momento de otorgarse el acto aparente. Debe emanar de la parte a quien
se le opone, o de su representante, no es necesario el doble ejemplar.
La doctrina plantea la cuestión acerca de saber si es necesario o no para
probar el acto simulado.
Casos en que no se exige:
1- Cuando existe principio de prueba por escrito
2- Cuando haya confesión judicial del demandado
3- Si existe imposibilidad de procurarse el contradocumento, como
ocurriría en el caso de los contratantes analfabetos
4- Si aquel se ha extraviado por caso fortuito o fuerza mayor, como
podría ser un incendio o naufragio.
5- Si el contradocumento le fue sustraído al interesado o si fue privado de
el con dolo o violencia
6- Si una de las partes ha cumplido con la prestación a que se obligo
7- Cuando la simulación ha sido en fraude de la ley.
Prueba de terceros: distinto a lo que sucede entre las partes, con los
terceros cuando se trata de efectuar la prueba de la existencia del acto
simulado, se admite todo tipo de medios de prueba, empleándose aun las
presunciones. El fundamento es que las partes al simular el acto, lo hacen
en secreto y sin testigos y además i hacen un contradocumento nunca lo
entregarían a terceros. Debido a esta dificultad del tercero para obtener el
contradocumento es que se admiten todo tipo de pruebas. Algunos
indicios o presunciones utilizados y admitidos como prueba de la
simulación son:
1- La baja disposición económica del falso adquirente cuando el precio de
venta es elevado
2- El parentesco o amistad entre las partes del acto simulado
3- El hecho de que el D continué en posesión y administración de los
bienes enajenados simuladamente.
4- El pago del precio de venta o de alquiler hecho con anticipación
5- El momento y demás circunstancias en que el acto fue realizado
6- La naturaleza y cuantía de los bienes que aparecen enajenados, es
sospechoso que el vendedor transfiera precisamente aquellos bienes
que por razones económicas o por motivos sentimentales, son los que
mas procuraría conservar en su patrimonio.
7- Falta de ejecución material del contrato
Plazos de la prescripción:
169
La ley distingue según la acción sea interpuesta por un tercero, o por las
partes del acto simulado:
POR TERCEROS: por tratarse de una acción de nulidad, esta prescribe a
los 10 años
POR LAS PARTES: para dejar sin efecto el acto simulado, absoluto o
relativo, la acción prescribe a los 2 años (Art. 4030). El plazo se computa
desde que el aparente titular de un derecho hubiere intentado desconocer
la simulación.
170
vía indirecta que se incorporen bienes al patrimonio mismo, y así poder
cobrar sus créditos.
Se ha definido a la acción subrogatoria, como la facultad que la ley
concede a los A para que sustituyéndose a su deudor ejerciten los
derechos y acciones de este cuando tales derechos y acción, por la
negligencia o mala fe de dicho D, estuvieres expuestos a perderse para la
prenda general con perjuicio para sus A.
El fundamento de esta acción esta en el principio de que el patrimonio es
la garantía común de los A. integrándose el patrimonio no solo con los
bienes físicos sino también con los derechos susceptibles de valuación
pecuniaria, es evidente que estando estos derechos incluidos en la
garantía común, cuando están a punto de correr riesgo por la inacción de
su titular, los A deben tener la facultad de ejercerlos en nombre del D, de
la misma manera que tienen el derecho de embargar ejecutar y vender los
bienes físicos.
Naturaleza:
1) Para algunos autores el A ejercita las acciones de su D como si fuera su
mandatario y por lo tanto debe comprender en la acción la totalidad de los
derechos del mismo, beneficiando con el resultado, a todos los A por igual.
2) Otros opinan que el A no actúa como mandatario sino ejercitando el
derecho del D como ejercitaría un derecho propio.
3) Por otra parte otros autores, hablan de la existencia de una cesión
legal pero ello parece insostenible desde que si así fuera se transferiría al
A la ritualidad del derecho del D y eso no ocurre.
4) Los procesalistas, con quienes acuerda Cazeaux Trigo Represas,
consideran que el a actúa como sustituto procesal del D. La sustitución
procesal es una figura según la cual “un tercero actúa en el proceso
ejercitando en beneficio propio derechos ajenos”
5) Lambías y Alterini, opinan que la acción subrogatoria es un estatuto
complejo que participa de las características de otras instituciones afines
sin identificarse con ellas. La conciben como una representación legal en
interés del representante.
171
privilegiados. Las obligaciones naturales, por principio, no acuerdan acción
a su titular, por lo tanto la calidad de A de una obligación natural no
permite el ejercicio de esta acción.
b) Crédito cierto: se entiende que no reúne este requisito el crédito que
estuviera sometido a litigio o que hubiera sido desconocido por el obligado
o si por cualquier razón se hubiera dejado de ser A. esto no quiere decir
que para tenerse por cierto al crédito, deba estar reconocido por
sentencia.
c) Liquidez del crédito: Algunos autores consideran este como un requisito
sustancial, otros no.
d) Exigibilidad del crédito: es muy discutido el punto referido a si puede
ejercitar esta acción un A que no tenga su crédito en situación de
exigibilidad. Y la postura dependerá del carácter que se le de a la acción:
Quienes creen que es una acción conservatoria, admiten la posibilidad
de que un A condicional o a plazo pueda ejercitarla basándose en el Art.
546, que acuerda a los A condicionales el derecho de ejercer acciones
conservatorias. Para los autores que consideran la acción con carácter
ejecutivo, niegan a los A condicionales o a plazo el derecho a ejercerla. Y
por ultimo, el sector que la considera de carácter mixto, dicen que para
pronunciarse sobre el tema es preciso determinar previamente con que
finalidad la intenta el A, si pretende hacerlo con carácter únicamente
conservatorio, el A condicional o a plazo podrá promoverla, pero si la
deduce con carácter de ejecución, entonces no cabe acordarle el derecho
de ejercitarla.
e) Intención del deudor: esta acción solo se justifica si media inactividad
del D en el ejercicio de sus derechos. De toro modo no se concibe esta
invasión de un extraño en la esfera de los intereses de un sujeto de
derecho. Por lo tanto, el A solamente puede intentar esta acción si media
negligencia, descuido, inercia, inacción, poca diligencia, abandono,
inactividad, negativa a ejercer sus derechos, etc. por parte del obligado
como lo ha dicho reiteradamente la jurisprudencia. No mediando este tipo
de situación no corresponde la sustitución del D por el A en el ejercicio de
los derechos de aquél.
f) Interés legitimo: no basta la inacción del D, es preciso que su pasividad
le cause un perjuicio al A. Si el obligado presenta un estado de manifiesta
solvencia no es admisible el ejercicio de la acción subrogatoria, porque
evidentemente faltaría el interés legitimo de los A para inmiscuirse en el
manejo de las defensas patrimoniales del D
g) Derecho susceptible de subrogación: en principio el A puede ejercitar
todos los derechos y deberes de su D, salvo los inherentes a la persona.
172
determino que la autorización judicial previa no era un requisito necesario
para el ejercicio de la acción. También en algunos se exige que el A intime
al D para que haga valer por si mismo sus derechos y solo ante la inacción
de este, admiten a posibilidad de que actué el A. En realidad tampoco es
un requisito indispensable como se dijo, el único recomendable es el de la
citación del D, por las siguientes razones: citándolo se tiene la
oportunidad de oírlo y resolver todas las cuestiones referentes a la acción
subrogatoria. Se ventilan de una sola vez los problemas entre el A, el D y
el tercero. El fallo que se dicte hace cosa juzgada no solo entre el A
subrogante y el 3º demandado, sino contra el D y los demás A del D
evitándose así nuevos pleitos. Tampoco exige como requisito formal la
constitución en mora.
173
una donación, salvo que sean intuito personae. En el contrato de sociedad
los A no pueden inmiscuirse en el gobierno de la sociedad, pero si
demandar en nombre del obligado la entrega de las asignaciones o
beneficios que en la misma le correspondan, solicitar la exhibición de
libros y rendiciones de cuentas, pedir la disolución de la sociedad cuando
haya causa para ello, etc. en el mandato, contrato en el que prevalece el
carácter personal, la orbita de esta acción se halla limitada pero el A del
mandatario puede acción para que se paguen los gastos y honorarios que
corresponden a su D, y a su vez el A del mandante puede demandar la
rendición de cuentas al mandatario y por cobro de lo que hubiera
producido el negocio encomendado. Similares son las normas para la
gestión de negocios. En cuanto al mutuo, al comodato y al deposito
concierne, los A pueden reclamar por medio de la acción subrogatoria la
restitución del préstamo hecho (mutuo y comodato) o la devolución del
objeto depositado (deposito).
Derechos reales: aquí el A puede demandar la división del condominio a
fin de que se adjudique al D su parte, puede ejercer las acciones reales
que le corresponden al D, puede reclamar el pago del crédito hipotecario
que tenga a favor del obligado, puede hacer valer la prescripción
adquisitiva y ejercer iguales derechos en materia prendaria.
Derechos de familia: en este ámbito es reducida la aplicación de la acción
subrogatoria. Solo cabria aplicarla en algunos casos como ser pedir
rendición de cuentas al tutor del D, impugnar una disolución de la
sociedad conyugal que tuviera causales de nulidad, en materia de
alimentos, solamente podrá ejercerse para relimar el pago de las
mensualidades atrasadas que se adeudaran al obligado. En lo que
respecta a las acciones de filiación, la acción debe ser descartada a pesar
de las consideraciones económicas que pudieran presentarse.
Derecho de sucesiones: el A puede promover la sucesión en que esta
interesado su D, trascurrido el tiempo de inactividad que las leyes
procesales fijan, pueden continuar el tramite de una sucesión iniciada pero
no activada por el obligado, puede aceptar la herencia en nombre del D y
pedir la nulidad de la aceptación que este hubiera hecho, pedir la nulidad
de testamentos que afecten al D, por inobservancia de formas legales,
aceptar legados hechos al D, etc.
174
Derecho de sucesiones: esta fuera de la orbita de este remedio legal la
acción de exclusión hereditaria por causa de indignidad.
Las meras facultades: se enuncia en doctrina el principio de que no son
susceptibles de ejercerse por vía de la acción subrogatoria las meras
facultades del D, que serian aquellas que aun no se han constituido como
una relación jurídica y se trata nada mas de una simple perspectiva de
constituirla. Ej.: la posibilidad de que el D contrate o no, es decir que son
simples facultades que están en potencia. De tal manera que cuando lo
que el D tiene son meras facultades en potencia, los A no pueden ejercitar
esas perspectivas de derechos, Ej.: no podrían subrogándose en los
derechos de su D, comparar para el un bien, por mas ventajosa que fuera
la compra.
Efectos:
1- CON RESPECTO AL ACREEDOR SUBRANTE: el alcance de estos efectos
difieren según se conciba esta acción como conservatoria o como de
ejecución. Si la acción se concibe como conservatoria, el A subrogante
no se beneficia especialmente con el resultado que se obtenga por
intermedio de ella y todos los bienes que a raíz de la misma se consignan
incorporar al patrimonio del D, es en beneficio de todos los A. El A deberá
ejercitar una segunda acción, esta vez directamente contra el obligado y
en ella obtener el embargo y venta de los bienes incorporados al
patrimonio del D. En cambio quienes sostienen que la acción es de
naturaleza ejecutiva afirman que el A se beneficia con el resultado
obtenido por medio de la misma y puede cobrar su crédito dentro del
mismo juicio de la acción subrogatoria, antes que cualquier otro A.
2- CON RELACIÓN AL D SUBROGADO: el resultado de la acción intentada
por el A subrogante, afecta al D y la sentencia que en la misma se dicte
tiene para el efectos de cosa juzgada solo si ha sido citado en el juicio.
Si el D comparece dentro del término de la citación, puede asumir
directamente la calidad de parte actora, en cuyo caso el A podrá seguir
solo con el carácter de accesorio y subordinado. Si el D citado no
comparece dentro del término, puede intervenir como litisconsorte de la
parte principal. El hecho de que se haya deducido la acción subrogatoria,
no quiere decir que el D pierda la facultad de ejercitar actos de disposición
respecto a los derechos objeto de la acción. Puede recibir el pago del
crédito, transigir sobre el mismo, compensarlo, novarlo, etc.
3- CON RESPECTO AL TERCERO DEMANDADO: los efectos de la acción
ejercitada con referencia al tercero demandado, son los mismos que si la
acción en vez de ser ejercida por el a subrogante, fuera interpuesta por el
titular directo del derecho. El tercero demandado tiene el derecho de
desinteresar al A subrogante, pagándole el importe del crédito que tiene
contra el D subrogado, con lo que la acción se extingue.
4- CON RESPECTO A LOS DEMÁS ACREEDORES DEL OBLIGADO: los que
consideran a la acción subrogatoria de naturaleza conservatoria
reconocen que todos los A se benefician con la acción intentada por uno
solo de ellos. Distinto de lo que sostienen los que la consideran de
carácter ejecutivo pues la acción ejercida por uno de los A no beneficia a
los demás, de manera que tendrán que accionar ellos por su cuenta de la
misma manera que lo hizo el A demandante.
175
Coinciden estas acciones en el objetivo de asegurar la integridad del
patrimonio del obligado. Reconocen sin embargo las siguientes
diferencias:
1. La acción revocatoria, y la de simulación son acciones directas y en
ellas se hace valer únicamente derechos propios. La demanda se entabla
en ellas contra el D y el 3º que ha intervenido en el acto jurídico que se
intenta revocar por fraude o invalidar por simulación. No ocurre lo mismo
en la acción subrogatoria en la cual se ejercitan derechos del D con
respecto a 3º por lo cual la demanda se promueve únicamente contra el
3º.
2. En la acción de simulación y en la revocatoria, se persigue la anulación
de actos positivos del obligado. En la acción subrogatoria se intenta evitar
las circunstancias de la omisión del D.
3. Hay diferencias también en los requisitos exigidos en ambas acciones.
En la subrogatoria no se exige que el crédito sea de fecha anterior, ni la
insolvencia del D, ni la connivencia entre el D y el 3º.
176
los demás.
2- En la acción directa el A ejercita la acción en la medida de su crédito
distinto a lo que ocurre en la acción subrogatoria.
3- En la acción directa el demandado puede oponer al A accionando todas
las defensas que tenga directamente contra el, en la subrogatoria el
demandado no solo puede articular las defensas que tenga en contra el D
subrogado, A suyo.
Efectos:
1- La notificación de la demanda opera el embargo del crédito a favor del
accionante y por lo tanto importa una oposición formal a que el 3º pague
a su propio A.
2- El pago que el tercero demando realice a favor del demandante lo
libera frente a su propio A, D a su vez del accionante, aunque este último
hubiese sido citado en juicio.
3- En la acción directa el reclamo solo puede prosperar hasta el menor
monto de las dos obligaciones en juego.
4- El tercero demando puede hacer valer tanto las defensas que tenia
contra su A directo, como las que pudiera tener a titulo personal frente al
accionante.
5- La acción directa no modifica la relación jurídica sustancial entre el a y
su D.
Cosa juzgada: de acuerdo al reformado Art. 715, la cosa juzgada no es
oponible contra el A que no fue parte en el juicio.
Prescripción: como el D del titular de la acción directa nace de su
relación jurídica con su propio D y no se concibe sin ella, es necesario que
este crédito suyo no este prescripto para que aquella sea procedente. Pero
como asimismo se requiere la subsistencia de la acción del D directo
contra el subdeudor, es igualmente necesario que tampoco este prescripta
esta al tiempo de la iniciación de la acción directa. Es decir que en este
caso juegan dos prescripciones distintas, y una sola de ellas que se
hubiese operado será causal suficiente para el rechazo de la demanda
instaurado por la vía de la acción directa.
Punto 1: Noción
Hay transmisión de la obligación, toda vez que la misma cambie de sujetos, sin alterarse. La
transmisión de la obligación es, por consiguiente, el acto por el cual se la transfiere a otra
persona sea en su aspecto activo (cesión de crédito, pago con subrogación), sea en su
aspecto pasivo (asunción de deuda). Se opera entonces una sucesión en la persona del A o
del D. el nuevo A o el nuevo D, según el caso ocupa el lugar del anterior, sin que se produzca
177
cambio alguno en los demás elementos de la obligación. La prestación y la causa continúan
siendo las mismas.
El cambio de sujeto no significa que se constituya una obligación nueva. En esto se diferencia
de la novacion subjetiva donde lo único que se cambia son los sujetos, pero se agrega la
voluntad de las partes de constituir una obligación nueva, que sustituye la anterior. Sin
embargo, hay casos en que la persona de los referidos sujetos es esencial en la relación
obligacional, sea por que se trata de derechos u obligaciones que le son inherentes, o porque
las partes han celebrado la contratación teniendo en cuenta especialmente las cualidades o
aptitudes del obligado. En estos casos la transmisión de la obligación, no podría hacerse sin
efectuarse en su integridad.
178
Naturaleza y caracteres: en nuestro código se ha entendido que la cesión de créditos es un
contrato y se lo trata en el sector dedicado a esta fuente obligacional. Así lo considera,
también, buena parte de la doctrina.
Otros autores rechazan este carácter contractual de la cesión de créditos, pues su objetivo no
es crear obligaciones, sino que se refiere a obligaciones preexistencias y su finalidad es
transmitirlas.
Los autores que consideran a esta figura como un contrato, le asignan los siguientes
caracteres:
1. Es un contrato consensual: es decir que se perfecciona con relación a las
partes (cendente y cesionario), por el simple consentimiento
2. Es un contrato formal: que debe ser hecho por escrito bajo pena de nulidad,
cualquiera sea el valor del derecho cedido “y aunque él no conste en
instrumento público o privado.
3. Cuando la cesión es a titulo oneroso, el contrato es bilateral (Art. 1138), y es
unilateral si es a titulo gratuito.
Clases de cesión: la cesión puede presentarse en varias formas distintas, como venta, como
permuta y como donación (Art. 1435, 1436, 1437), según que el crédito sea cedido por un
precio, o permutado por una cosa, o por otro crédito o transmitido gratuitamente, en cuyos
casos se aplican las disposiciones relativas a dichos contratos.
En todos estos casos se opera una transmisión del crédito al cesionario.
Hay otras formas de cesión en que esa transmisión no se opera en realidad. Así ocurre en la
cesión de garantía, usufructo de créditos y en la cesión de los derechos a los efectos del
cobro de crédito, llamadas cesiones impropias.
179
2- CESIÓN DONACIÓN:
No pueden ser cedentes a titulo gratuito: los esposos el uno al otro, durante el
matrimonio, ni uno de ellos a los hijos del otro, los padres de los créditos de sus hijos que
están bajo su potestad, ni los tutores ni los curadores, de los bienes de sus pupilos, los
mandatarios de los bienes de sus mandantes, sin poder especial.
No pueden ser cesionarios a titulo gratuito: tutores y curadores, en nombre de sus
pupilos sin autorización judicial, los mandatarios en nombre de sus mandantes.
Objeto
Principio general (Art. 1444): Nuestro código contiene una amplia norma general acerca
de los derechos que pueden ser objeto de ese contrato, en el Art. 1444: “todo objeto
incorporal, todo derecho y toda acción sobre una cosa que se encuentra en el comercio,
pueden ser cedidos, a menos que la causa no sea contraída a alguna prohibición expresa o
implícita de la ley o al titulo mismo del crédito”.
a) Casos expresamente contemplados:
1- Créditos exigibles, lo mismo que los condicionales o eventuales, aleatorios, a plazo o
litigiosos, pueden ser objeto de una cesión (Art. 1446). Lo que se refiere a los créditos
exigibles, no presenta ninguna dificultad.
Créditos condicionales: prevalece en la doctrina nacional el concepto de que no se4
trata de meros derechos en expectativa, existe en los mismo un vinculo jurídico, con la
particularidad de que esta expuesto a no a subir (condición resolutoria) o a no adquirir
eficacia (condición suspensiva).Por lo tanto pueden ser cedidos como tales, es decir como
derechos condicionales. Los créditos eventuales se diferencian de los condicionales, en que
en tanto en estos últimos están reunidos todos los elementos de la obligación y son
estructuralmente perfectos, con la salvedad de que el vinculo esta expuesto en cuanto a su
existencia, en los derechos eventuales, en cambio, si bien se hallan provistos de un núcleo
fundamental, carecen de uno o mas elementos constitutivos que deben realizarse en el
futuro. A pesar de que se trata tan solo de derechos en perspectiva el código permite que
estos derechos eventuales sean cesibles. Ç
Créditos a plazo: según el Art. 1446 y el 573, estos son cesibles. Con mas razón que
en los créditos condicionales y los derechos eventuales cabe la transmisión de los que están
solamente sometidos a plazo, pues esta figura jurídica no afecta para nada la existencia de la
obligación y únicamente difiere (plazo suspensivo) o resuelve (plazo resolutorio) el derecho a
exigirla.
Créditos litigiosos: son los sometidos a proceso y con respecto a los cuales se
controvierte su existencia, su subsistencia, su alcance o su monto. Según una tendencia que
prevalece en la jurisprudencia para calificar de litigioso un derecho no basta la circunstancia
de que el mismo este relacionado con un juicio, sino que es menester que medie
contradicción en cuanto a él. Un derecho que se haga valer en un juicio de jurisdicción
voluntaria, por ej. una sucesión o una convocatoria de A, en tanto no este discutido en
alguno de sus aspectos, no es un crédito litigioso. A pesar de ser litigioso un derecho, es un
elemento del patrimonio y como tal su transmisión ha sido autorizada.
Derechos sobre cosas futuras: como los frutos naturales o civiles de un inmueble,
pueden igualmente ser cedidos con anticipación (Art. 1447). Se trata de derechos que ni
siquiera están en germen, ej. la cesión de derechos sobre mercaderías sin fabricar, o de
alquileres o intereses aun no devengados.
Créditos que podrían resultar de convenciones aun no concluidas: también pueden
cederse, como igualmente los que resultan de convenciones ya concluidas (Art. 1448).
Excepciones:
El código se refiere a algunos derechos que no pueden ser transferidos y son los siguientes:
180
1- Los derechos inherentes a la persona (Art. 1445)
2- Los derechos cuya causa es contraria a alguna prohibición expresa o implícita
de la ley o del titulo del crédito (Art. 1444 in fine). Se trata de créditos que
están fuera del comercio.
Prohibición legal:
Concepto y enumeración de casos: toda vez que la ley prohíba expresa o implícitamente
contratar sobre un determinado bien, debe entenderse prohibida la cesión de los derechos
que recaen sobre el mismo. El código se ha referido a los siguientes casos especiales:
1- Es prohibida toda cesión de los derechos de uso y habitación: se esta
exceptuando de esta regla el uso del os frutos de una cosa, constituido a
titulo oneroso.
2- Las esperanzas de sucesión: se trata de los derechos a la sucesión
hereditaria de una persona viva.
3- Los montepíos (mutualidades), pensiones militares o civiles, o los que
resulten de reformas civiles o militares, con la sola excepción de aquella
parte que por disposición de la ley puede ser embargada para satisfacer
obligaciones (Art. 1449). La razón de ser de este Art. está en el carácter
alimentario de la parte inembargable de esas jubilaciones o pensiones.
4- El derecho a alimentos futuros (Art. 1453). Se sigue a este respecto la
misma directiva general. Los alimentos tienen como finalidad proveer a las
necesidades esenciales de la subsistencia y por lo tanto son inembargables,
no susceptibles de compensación, ni de transacción, ni de renuncia, ni de
transferencia, ni de constitución de derecho alguno a favor de 3º. El Art.
1453 se refiere a alimentos futuros y la doctrina y la jurisprudencia así lo han
entendido. Las cuotas alimentarias ya vencidas pueden ser cedidas, pues
respecto a ellas la ratio legis de atender a la subsistencia del beneficiario,
desaparece.
5- El derecho adquirido por un pacto de preferencia es la compraventa, es
intransmisible. Se trata de un derecho eminentemente personal.
6- Existen varios casos mas en que la cesión de derechos esta prohibida.
Tenemos así todos los que se refieren a bienes inembargables, entre ellos
indemnización por accidentes de trabajo (ley 9688), inembargabilidad de los
bienes privados y públicos de la nación, provincias y municipios (ley 3952
Art. 2337 y 2340)
Prohibición convencional: las partes pueden convenir, en el titulo, que el derecho aquel
mismo se refiere, no puede ser cedido. Se trata del paco de non cedendo. Este pacto, sin
embargo, debe subordinarse a las siguientes limitaciones:
a) No es valida la cláusula de no ceder a persona alguna. Es valida en cambio la
prohibición de ceder a una persona determinada (Art. 1364)
b) En materia de cesión de locución, en el régimen del código civil, en el caso de
haberse convenido una prohibición absoluta de ceder el arrendamiento, el
locador tiene derecho a optar entre exigir el cumplimiento de esta
prohibición, con indemnización del daño causado, demandar la rescisión del
contrato con la indemnización de pérdidas e intereses. Si la prohibición es
relativa, es decir, de no ceder sin previo consentimiento del loador, el
181
locatario puede transmitir la locución siempre que el cesionario sea persona
solvente y de buen crédito. No cumpliéndose con esta exigencia referente a
la calidad del cesionario, la transmisión de la locución no seria valida. En los
supuestos de locaciones prorrogadas por la ley. La transmisión del contrato
trae aparejada la caducidad de los derechos otorgados por la prorroga legal.
La insensibilidad convencional, no acarreo en principio la nulidad de la cesión.
Además en algunos casos, la parte afectada por la violación del pacto de non
cedento, goza del derecho de pedir la invalidez de la transmisión efectuada,
en tanto que en otros casos se le acuerda un derecho de opción, entre
reclamar dicha invalidez o solicitar la resolución del contrato en que se
impuso la prohibición de cederlo.
Prohibición por testamento: la prohibición para tramitar un derecho puede imponerse por
testamento, en cuyo caso tan restricción además de la limitación aludida en el inc. a
procedente, esta supeditada al plazo fijado por el Art. 2613 (por 10 años).
Formas:
Principio general: uno de los caracteres de la cesión de créditos es que la misma sea formal
y debe ser hecha por escrito bajo pena de nulidad, cualquiera sea el valor del derecho cedido
y aunque no conste en instrumento publico o privado, según el Art. 1454. Esta norma exige
algunas presiones:
1- La forma escrita es exigida ad probationem, no ad solemnitatem. Es decir que si la cesión
se celebra sin observar este requisito de la forma escrita, el cesionario tendrá acción para
reclamar el cumplimiento de dicha formalidad (Art. 1185).
2- Cuando el crédito esta instrumentado en escritura publica la cesión debe observar esa
forma (Art. 1184 inc. 9). Pero el cesionario a quien se le hubiera otorgado la escritura pública
tendrá acción para reclamar el cumplimiento de esta formalidad.
Excepciones: el código ha consagrado algunas situaciones excepcionales:
a) Derecho litigioso: según el Art. 1455, se exige bajo pena de nulidad, escritura pública o
acta judicial, otorgada en el expediente donde se convierte el derecho cedido. Si se emplea la
primera de esas formalidades, la cesión queda formalizada entre las partes desde el
momento en que se otorga la escritura pública. En el supuesto de utilizarse la forma de acta
judicial, las partes deben concurrir al juzgado y se labra el acta en presencia del secretario.
b) Títulos al portador: la última parte del Art. 1455, dispone que los títulos al portador
pueden ser cedidos por la tradición de ellos. Se trata de derechos que están excluidos del
régimen civil y sometidos a la legislación comercial. En el caso de los títulos al portador basta
la entrega que el transmitente haga al adquirente para que se opere la transferencia del
derecho respectivo.
c) Titulo a la orden: también están excluidos del régimen de la legislación civil, y sometidos a
las normas del derecho comercial. Los pagares letras de cambio, y cheques a la orden, se
182
traspasan por endoso. Así resulta del Art. 1456 del código civil, que no hace otra cosa que
reconocer el régimen que sobre la materia consagra el código de comercio.
Requisito de no estar inhibido: no es necesario dicho requisito pues aun cuando el cedente
este inhibido puede transmitir validamente los créditos de que sea titular, en virtud de que la
inhibición es una medida cautelar que no se refiere únicamente a los derechos inmobiliarios,
por lo tanto no es necesario que el transmitente acredite hallarse libre de inhibición.
Efectos principales: los principales efectos entre las partes pueden discriminarse así:
1) El cesionario debe pagar al cedente el precio en dinero (cesión venta), si se trata de una
cesión de entregar el bien estipulado, en cambio si se trata de una cesión permuta (Art. 1435
y 1436) y una vez notificada la cesión al D o aceptada por este, cesa el derecho del cedente
para solicitar las medidas cautelares con relación al crédito cedido y tal facultad incumbe
desde entonces, únicamente al cesionario (Art. 1473).
2) Garantía de la cesión: el cedente debe al cesionario la garantía del crédito cedido, pero
para comprenderlo mejor conviene distinguir la garantía de derecho de la garantía de hecho,
y asimismo el caso de la cesión a titulo gratuito de la cesión a titulo oneroso:
Garantía de derecho: es la que se refiere a la existencia y legitimidad del derecho a
crédito transmitido,
Garantía de hecho: Art. 184 “si la cesión fuera gratuita el cedente no será responsable
para el cesionario ni por la existencia de un crédito cedido ni por la solvencia del deudor” (ni
de hecho ni de derecho).
Cesión a titulo oneroso:
Garantía de derecho, en la cesión venta y en la cesión permuta, el cedente debe al
cesionario, la garantía de derecho o sea que se hace responsable por la existencia y
legitimidad del crédito, al tiempo de la cesión. Excepcionalmente el cedente esta liberado de
esta garantía de derecho, si ha cedido el crédito como dudoso. Asimismo, el cedente puede
liberarse total o parcialmente de la garantía de derecho, por convenio expreso entre las
partes salvo que el cedente fuera de mala fe, en cuyo supuesto la garantía que estamos
examinando, se debería a pesar del pacto en contrario celebrado entre los contratantes. La
garantía de derecho responsabilidad al cedente con distintitos alcances según se haya
actuado con buena o mala fe. Cuando el transmitente es de buena fe, si el crédito no existía
al tiempo de la cesión, el cesionario tendrá derecho a ala restitución del precio pagado con
183
indemnización de perdidas e intereses, mas no tendrá derecho para exigir la diferencia entre
el valor del crédito y el precio de la cesión, esto es virtud del Art. 1447. si el cedente es de
mala fe el Art. 1478, dispone que el cesionario podrá exigir al cedente la diferencia del valor
nominal del crédito cedido y el precio de la cesión, es decir que tal supuesto se debe
plenamente a la indemnización de los daños y perjuicios ocasionados. La buena fe se
presume y el cesionario que sostenga lo contrario tiene sobre el la carga de la prueba.
Garantía de hecho. El tratamiento en principio general, no promete la solvencia del D.
esta pauta reconoce, sin embargo las siguientes excepciones:
* Si hubiera garantizado expresa y claramente la solvencia del D cedido
* cuando la insolvencia del D fuese anterior y publica.
Esta responsabilidad excepcionad del cedente, en cuanto a la solvencia del D, esta sometida
a las siguientes pautas:
* Si el cedente es de buena fe, lo que puede ocurrir cuando se garantiaza la solvencia,
creyendo erróneamente la misma, el Art. 1479, determina que “la responsabilidad de aquel
se limita a la restitución del pago recibido y al pago de los gastos hechos con motivo del
contrato.
*Si el cedente es de mala fe, o sea el que transmite el crédito a pesar de conocer la
insolvencia de anterior y publica del D, es responsable por todos los perjuicios que hubiera
ocasionado al cesionario. La indemnización debida aquí, al igual que en la hipótesis del Art.
1478, es plena.
“El cesionario pierde todo derecho a la garantía de la solvencia actual o futura del deudor,
cuando por falta de las medidas conservatorias o por culpa suya hubiese perecido el crédito,
o las seguridades que lo garantizan”. La simple prorroga del término de la obligación
acordada por el cesionario, según el Art. 1483, no le priva de sus derechos contra el cedente,
a menos que conste que el era solvente al tiempo de la exigibilidad del crédito.
En materia de cesión la sola ampliación del plazo de la obligación no basta para hacer
caducar la garantía debida. Es menester, además probar que a raíz de esa prorroga el crédito
se ha hecho incobrable.
La ley impone un requisito previo para que el cesionario pueda dirigir su acción contra el
cedente, a fin de hacer efectiva la responsabilidad que este tiene a su cargo. “el cesionario
puede recurrir contra el cedente en los casos expresados, sino después de haber excutido los
bienes del deudor, las fianzas o hipotecas establecidas para seguridad del crédito. (Art.
1481). Esta norma es literalmente aplicable, solo en los casos en que se pretenda hacer valer
la garantía de hecho, en los casos en que la misma corresponda; el cesionario debe perseguir
primero los bienes del D y las fianzas, prendas, hipotecas, etc. otorgadas para seguridad del
crédito, que recién después de que esa gestión fracase total o parcialmente, podrá accionar
contra el cedente en demanda de la garantía de derecho, en la medida que la ley lo
determine. Entendemos que no seria necesaria la excusión de los bienes del D cuando este
hubiera quebrado o se hubiera concursado civilmente.
Este mismo Art. no puede ser aplicado literalmente en el caso de la garantía de derecho pues
en esta clase de responsabilidad el cedente, se trata de la validez y existencia del crédito de
modo que lo único que se le puede exigir como requisito previo al cesionario es que demande
primero al D reclamándole el pago del crédito y que se dicte sentencia definitiva rechazando
la acción por hallarse extinguida la obligación al tiempo de la cesión, o por ser invalido el
crédito por causas anteriores o contemporáneas a la transmisión del mismo.
184
Revisten ese carácter, pues, el D cedido, en cierta medida, los A del cedente y los
cesionarios sucesivos del mismo crédito que pueda existir.
La notificación de la cesión al D constituye una exigencia esencial para que la cesión sea
oponible a terceros. Esta notificación puede ser sustituida por la aceptación que de la cesión
haga el D.
Recaudos formales: Notificación y aceptación.
Finalidad de la notificación y aceptación: Alsina Atienza piensa que la notificación o
aceptación, cumple una doble función: a) es un medio de publicidad frente al D, porque no
puede oponérsele la cesión mientras no se la haya notificado y sirve con respecto a los
cesionarios. b) como medida de seguridad a la que deben recurrir para adquirir prelación con
respecto a sus derechos. Si bien en nuestro derecho no puede discutirse la notificación o
aceptación, han sido adoptada por Vélez como una medida de publicidad, nada obsta para
que se considere que con ella se cumple el objetivo de informar al D cedido el cambio de
titular del crédito, impidiendo que haga un pago a quien ha dejado de ser el verdadero A.
Personas que pueden realizar la notificación y a quien debe ser hecha: la notificación puede
ser hecha tanto por el cedente como por el cesionario. Igualmente podrá hacerlo el A del
cesionario, en ejercicio de la acción subrogatoria. La notificación debe hacerse a la persona
del D o de su representante legal y en el domicilio real correspondiente. En el supuesto de
existir varios D, la notificación ha de hacerse a cada uno de ellos, aun cuando la obligación
fuera solidaria. No basta el conocimiento indirecto que de la cesión pueda tener el obligado,
porque no suple la notificación o aceptación en virtud del Art. 1461.
185
sus efectos” (Art. 1462) –colusión: convenio o trato entre varios con intención de perjudicar
a otros –
se refiere dicho precepto, a la hipótesis en que media lisa y llanamente connivencia
fraudulenta entre el D cedido y el cedente, con el fin de que aquel aprovechándose que no le
ha sido notificada formalmente la transferencia, no obstante constar su existencia, pague al
cedente con perjuicio para el cesionario. El Art. se refiere o mejor dicho, asimila la
imprudencia grave del D cedido a la colusión dolosa. Por ejemplo, el caso de que sin mediar
concierto fraudulento, entre el cedente y el D cedido, este, a pesar de haber sido advertido
de la cesión, paga al cedente.
La misma solución contiene la ley en caso de mala fe imprudente o grave de un segundo
cesionario. Se trata del caso en que el cedente, después de haber hecho la primera cesión del
crédito a una persona, lo cede por segunda vez a otra. Se esta, pues, frente a dos
cesionarios, y como el código acuerda preferencia al primero que notifica la cesión al D y
obtiene de este la aceptación autentica, si el cesionario posterior notifica en forma autentica
u obtiene la aceptación antes que el primero, la cesión hecha a su favor es la que prevalece.
Pero si este segundo cesionario que se ha anticipado al primero en el cumplimiento de los
requisitos formales, hubiera actuado de mala fe, o hubiera cometido una imprudencia grave,
celebrando con el cedente la cesión no obstante conocer que con anterioridad se había
realizado otra, la primera cesión prevalece sobre la segunda según el Art. 1463-
Excepcionalmente se considera que no seria de mala fe el segundo cesionario, aunque
conociera la cesión anterior, si tenia fundados motivos para suponerla simulada o si bien
siendo A del cedente por otra causa, la cesión hubiese sido hecha en pago de su propio
crédito.
Notificación en caso de quiebra o concurso civil de cedente: “en caso de quiebra del cedente,
la notificación de la cesión o la aceptación de ella puede hacerlo después de la cesión de
pagos, pero seria sin efecto respecto de los acreedores de la masa fallida si se hiciese
después del juicio de declaración de quiebra” es decir que en tanto no se declare
judicialmente la quiebra del cedente, la notificación o aceptación de la cesión es valida con
respecto a los A del cedente fallido. Después de esta declaración tales medidas carecen de
efecto con respecto a dichos A.
186
acepte la cesión, si se tratara en cambio de notificación, aun cuando el D no haga la reserva
expresa a que dicho Art. se refiere, no perderá el derecho de oponer como defensa la
compensación que se hubiese operado entre el y el cedente.
Efectos con respecto a los acreedores del cedente: alguno o algunos de los acreedores del
cedente pueden haber obtenido la traba de un embargo del crédito objeto de la cesión. Se
debe distinguir el caso de los embargos anteriores a la notificación o aceptación de la cesión,
de los embargos trabados con posterioridad a dichas formalidades:
a) Cuando los A del cedente obtienen la traba de un embargo sobre el crédito con
anterioridad a la notificación o aceptación de la cesión, el Art. 1465 determina que la
notificación o aceptación no tendrán efecto con respecto al acreedor o acreedores
embargantes, pero la tendrán, con respecto a los demás acreedores o de otros cesionarios.
Esta solución legal parecería clara si no fuera porque el Art. 1471 contiene un principio
aparentemente opuesto cuando en su última parte expresa “pero una notificación o
aceptación después del embargo importa oposición al que ha pedido el embargo”. La doctrina
ha buscado aplicar la coexistencia de ambas normas sin haber logrado uniformidad. Entre las
distintas corrientes doctrinarias nos inclinamos por la que ha tratado de armonizar ambos
preceptos, de la siguiente manera: “El embargo anterior a la notificación de la cesión impide
que el crédito se transmita del cedente al cesionario en la medida del embargo”, según el Art.
1465, pero la notificación o aceptación posterior al embargo, si bien no producen, en cuanto
al A embargante, su efecto normal, tiene por lo menos el alcance de significar que el
cesionario se opone a que el embargante aproveche exclusivamente el embargo. El
cesionario que es también un A del cedente, en cuanto al cumplimiento de la cesión
concierne, hace valer, pues, su derecho de concurrir con el acreedor embargante y cobrar a
prorrata en lo que se obtenga del crédito cedido. Es que según explica esta doctrina, el
cesionario, al hacerse imposible el cumplimiento de la cesión a causa del embargo, viene a
convertirse a su vez, en A del cedente, por el precio pagado en el contrato de cesión, y en
esa calidad, tiene derecho a concurrir con los A que hayan obtenido la medida de seguridad
contra el crédito.
187
La notificación o aceptación posterior al embargo viene a tener el carácter de un embargo
que el cesionario traba sobre el crédito (Art. 1467), medida de seguridad que se agrega por
disposición del Art. 1471 a la obtenida por el otro A en la misma línea para concurrir en
proporción a los respectivos créditos, con el acreedor o acreedores que embargaron con
anterioridad.
b) En cuanto a la hipótesis en que el embargo sea posterior a la notificación o aceptación de
la cesión no se discute que tal notificación surte pleno efecto contra terceros y en
consecuencia ningún A puede embargar validamente el crédito.
Caracteres:
La novacion subjetiva, es decir, aquella que cambia el A o D, es una institución semejante a
la cesión de créditos y ala de deudas. Se diferencia de ellas porque la novacion extingue la
obligación primitiva y todas sus garantías mientras que en la cesión todo sigue igual.
A su vez la cesión de deudas difiere de la de créditos, en que mientras la primera requiere el
consentimiento del A, para la segunda basta con la notificación al D.
En los demás requisitos generales de la cesión de dudas, son los mismos que en la cesión de
créditos y como es consensual se perfecciona con el consentimiento.
Sistema argentino: a pesar de que nuestro código no legisla expresamente esta institución,
la doctrina la declara lícita, considerando que su práctica es consecuencia del principio de la
autonomía de la voluntad. Por otra parte se apoyan en el principio de que lo que no esta
expresa o implícitamente prohibido, esta permitido (Art. 19 Constitución Nacional y el 53 del
C.C). Por eso es prohibido a los jueces fallar so pretexto de oscuridad o insuficiencia de las
leyes, pues en tales casos precisa acudir a los principios análogos y a las normas generales
del derecho (Art. 16)
En nuestro código se presentan casos en que se practica una verdadera cesión de deudas, así
el Art. 1498, obliga al adquirente de una finca, a tolerar la locución constituida por su
enajenante, también se consagra que la cesión de arrendamiento con las obligaciones
correlativas; la sucesión es la transferencia de todos los derechos activos y pasivos que
componen la herencia de la persona muerte, en materia de hipotecas habilitan la transmisión
de esas cargas.
188
Clases de transmisión de deudas: en la doctrina y en la legislación se conocen tres clases
de transmisión o asunción de deudas:
1- Asunción privativa o liberatoria del D: es la verdadera transmisión de deudas, para que la
misma se configure se requieren los siguientes requisitos esenciales:
a) El D originario tiene que quedar liberado.
b) Debe operar la sucesión a titulo particular de la deuda, al nuevo D.
c) Estos efectos han de producirse por la sola convención entre el antiguo y el nuevo D con la
conformidad del A o por el convenio entre el A y el nuevo D del cual resulte la liberación del
anterior obligado.
Esta asunción liberativa de deudas, se puede realizar de dos maneras:
a) Mediante pacto del nuevo D con el A en el que aquel asume la deuda liberando al D
anterior.
b) Por contrato entre el nuevo D y el antiguo, que para ser eficaz exige ser aprobado por el a,
hasta que no ocurra esto las partes pueden revocar o modificar el contrato. Rehusada la
aprobación por el A, la asunción de deudas se juzga como inexistente.
2- Accesión de deuda, asunción acumulativa, confirmatoria, de refuerzo o coasunción: en
esta especie de asunción el D originario no queda liberado. Lo que ocurre en la accesión de
deuda, asunción acumulativa o coasunción, es que el tercero no reemplaza al D originario,
sino que se incorpora a la obligación junto a este. El A viene a tener así dos D, pudiéndose
dirigir contra uno u otro. En este caso, entonces, no se opera en realidad una transmisión de
la obligación.
2- La asunción de cumplimiento, asunción interna, o promesa de liberación: consiste en que
un tercero se comprometa con el D, en el sentido de asumir la deuda y por consiguiente a
liberarlo de la misma en su oportunidad. Es una relación interna, entre el D originario y el
tercero que se comprometa a la obligación. El A permanece ajeno ante esta relación jurídica
y por lo tanto no puede serle opuesta, ni se confiere a el ninguna acción directa inmediata
contra el tercero promitente. Se diferencia de la asunción privativa en que como no se recaba
ni obtiene la conformidad del A, el D primitivo continua obligado y se distingue de la cesión
de deuda, en que el tercero no entra como codeudor en la obligación, el tercero queda
obligado ente el D solamente y es este únicamente quien tiene acción contra aquel, para
obligarlo a cumplir su promesa de liberación y en defecto de ello reclamarle la restitución de
la contraprestación que hubiere entregado con ese fin, mas los daños y perjuicios en caso de
que ese incumplimiento fuere imputable.
Esta asunción de cumplimiento, interna o promesa de liberación, puede convertirse en una
verdadera asunción de deuda si se da intervención al A y ese la aprueba liberando al anterior
D.
Forma: no se impone una forma determina para su celebración pero es menester hacerlo por
escrito, cuando el monto de la deuda transferida exceda el límite permitido para la prueba de
contrato por testigos.
Efectos:
1- Asunción privada o liberatoria: esta clase de asunción exige la conformidad del A, de
manera que el tercero entre en el lugar del precedente deudor y este quede liberado de la
obligación. Una vez que tal aceptación ha sido otorgada se operan los siguientes efectos:
a) El nuevo D o transmisionario queda obligado en la misma medida y modalidades que su
antecesor, por lo tanto el contenido de la deuda permanece invariable. En consecuencia quien
asume la deuda de la manera que estamos considerando, es D de los intereses vencidos, en
189
caso de estar impagos, de los intereses futuros, de las cláusulas penales y del resarcimiento
de los daños y perjuicios. Puede oponer al A todas las defensas y excepciones que derivan de
la relación de derecho existente entre el A y el D primitivo, con excepción de la compensación
con un crédito perteneciente al antiguo D, pero tal defensa tendría lugar si la compensación
con un crédito del antiguo D ya se hubiera producido al momento de efectuarse el traspaso.
Las defensas emergentes de las convenciones entre el transmisionario y el D primitivo, no
pueden oponerse contra el A.
Las fianzas y las garantías reales solo subsisten si el fiador o la persona a quien pertenece el
bien gravado, otorgan su consentimiento. En caso contrario, se extinguen.
b) El A en caso de dar conformidad con la asunción de la deuda por el tercero, no puede
accionar en adelante contra este ultimo aun cuando el tercero transmisionario caiga en
insolvencia.
c) Si de acuerdo con convenio celebrado entre las partes se otorga al tercero que ha asumido
la deuda derecho a que el D le reembolse lo que en su lugar pague, la situación se regirá por
las disposiciones del pago con subrogación.
2- Asunción acumulativa o de refuerzo o coasunción: en esta clase de asunción el D originario
no queda liberado y el tercero entra en la obligación, como codeudor solidario. El A viene a
tener ante si dos D y puede acción contra ambos, reclamando el pago de la deuda.
3- Asunción interna de deuda o asunción de cumplimiento: esta figura se caracteriza porque
se trata de un acuerdo entre el D y el 3º, en el sentido de que este lo liberará de la deuda. El
A permanece así ajeno a esta asunción y por lo tanto no puede serle opuesta ni tiene derecho
a accionar directamente contra el 3º, salvo que el acuerdo le sea propuesto para su
aprobación y la otorgue. El D tiene acción contra el 3º para exigirle garantías de
cumplimiento y si llegada la oportunidad tuviera el D primitivo que pagar la obligación por no
haberlo hecho el tercero, dicho D tiene acción para reclamarle a este el reembolso de lo que
haya tenido que pagar por tal concepto, con mas el resarcimiento de los daños causados en
el caso de mediar incumplimiento imputable a la promesa de liberación.
Nulidad de la asunción: cuando ocurre la nulidad de la asunción primitiva, por vicios que
puedan afectarla, susceptibles de traer apareada esa sanción, renace la antigua deuda con
todos sus accesorios, pero con la reserva de los derechos que puedan haber adquirido los
terceros de buena fe. El A puede hacerse indemnizar por quien asumió la deuda, del perjuicio
que hubiere sufrido, salvo que este pueda demostrar que la anulación no le es imputable. En
las otras formas de asunción de deuda, la deuda originario subsiste, de manera que la
nulidad de la relación jurídica contraída entre el D originario y el 3º no afectan en principio
para nada la obligación primitiva ni los derechos del A.
190
categóricamente en forma afirmativa, después de dictarse la ley 11.867.
La ley 11.867: esta ley vino a llenar el vacío que había en la materia. En la misma se
impone el régimen que debe ser cumplido en la enajenación de fondos de comercio, son
pena de que se constituyan en responsables solidarios, por las deudas relacionadas con el
mismo, el vendedor, el comprador y el martillero o escribano que intervenga en la operación
(Art. 11 de la ley 11.867). Aunque la profundización del tema corresponde al derecho
comercial, esbozaremos someramente cuales son las exigencias que deben observarse:
1- El vendedor debe entregar al adquirente una lista de los A del fondo de comercio.
2- Debe efectuarse publicación por cinco días en el Boletín Oficial y en un diario de la
localidad, anunciando la enajenación del fondo de comercio, el nombre del escribano o
martillero interviniente y el domicilio a donde deberá hacerse llegar las oposiciones.
3- El precio de la venta no puede ser inferior al de las deudas del fondo de comercio, salvo
que el adquirente se haga cargo del pasivo o que la venta se haga en remate publico.
4- Los A del fondo de comercio que se enajena, tanto los que figuren en la lista mencionada
en el inc. 1 como los omitidos en ella, tienen derecho a formular su oposición a la venta
dentro del termino de 10 días de vencidos los edictos enunciadores de la venta. Esta
oposición tiene que hacerse llegar al D y al martillero o escribano que interviene en la
transmisión y en defecto de estos últimos al comprador.
5- Los profesionales intervinientes en la operación y a la falta de ellos, el comprador, deben
retener el importe de los créditos que han formulado oposición y efectuarles oportunamente
el pago. Si el vendedor manifiesta disconformidad con alguno de esos créditos presentados,
el importe del mismo tiene que ser depositado en un banco oficial, por el término de 20 días
a fin de que el A tenga tiempo de obtener una orden de embargo.
191
pago de tercero, pues en el primer caso el D paga con dinero proporcionado por el tercero
para este preciso objeto y en el segundo se trata de un codeudor que al pagar el excede la
cuota parte a su cargo y se subroga en cuanto a esa demasía.
Naturaleza jurídica: existen varios sistemas para determinar la naturaleza jurídica de este
instituto:
1) Extinción del crédito y transmisión de sus accesorios: para este sistema el crédito
quedaba en definitiva extinguido mediante el pago y no se transmitía en consecuencia al 3º
pero pasan a este los accesorios de dicho crédito, como ser prendas o hipotecas.
2) La subrogación es una cesión: para esta postura el pago con subrogación y la cesión de
créditos serian en el fondo dos operaciones idénticas.
3) Sistema de la ficción: la subrogación encierra una ficción, hay una operación doble, un
pago en las relaciones del 3º con el A, y una cesión ficticia en las relaciones del 3º con el D, y
en cuya virtud el crédito mismo no obstante estar extinguido respecto del A, se transmite al
pagador con todos sus accesorios.
4) Supuesto de la transmisión a titulo singular: la doctrina más reciente considera al
pago por subrogación pura y simplemente un caso particular de sucesión a titulo singular de
derechos.
192
en los derechos del A tanto contra el mismo, como contra el D principal.
2- Deudor solidario, en cuyo caso la acción del prestamista subrogado se extenderá a todos
los D e inclusive al propio D a quien hizo el préstamo y de quien recibió la subrogación.
3- El aceptante de una letra de cambio que subroga al prestamista en los derechos de
tenedor de la letra, no solo contra si mismo sino también contra todos los endosantes.
SUBROGACION LEGAL: la ley en ciertos casos subroga de pleno al 3º que paga la deuda de
otro y la subrogación se produce sin que sea necesaria la conformidad del A a quien se paga
o la voluntad contraria del D.
193
dinero para la adquisición de un inmueble, goza del privilegio sobre el inmueble para el
reembolso del dinero dado, con tal que por la escritura de la adquisición conste que el
inmueble ha sido pagado con el dinero prestado, aunque no haya subrogación expresa.
8- Subrogación del mutuante que suministra dinero para pagar a arquitectos, empresarios y
obreros que trabajaron en la construcción o reparación de un edificio: las personas que ha
prestado dinero para pagar a los arquitectos, empresarios u obreros, gozan del mismo
privilegio que estos, siempre que conste el empleo del dinero prestado por el cato del
empréstito y por los recibos de los A primitivos.
Efectos de la subrogación: regido por el Art. 771 que dispone “La subrogación legal o
convencional traspasa al nuevo acreedor todos los derechos, acción y garantías del antiguo
acreedor, tanto contra el deudor principal y codeudores como contra los fiadores”. Por
aplicación de esta norma el solvens ocupa el lugar del A pagado y se transmiten a el todos
los derechos, acciones y garantías de las que gozaba este ultimo. Por ocupar el 3º la misma
situación jurídica que el A primitivo, también se le pueden oponer las mimas defensas que
contra este ultimo tenia el D.
194
Diferencias con la cesión de créditos:
Punto 1: Concepto
La extinción es una etapa necesaria de la vida de las obligaciones, pues estas desde su
nacimiento están llamadas a disolverse.
La extinción de la obligación tiene importantísimos efectos jurídicos. Respecto del sujeto
pasivo o D, importa la recuperación de su libertad jurídica, restringida en pro del A en la
limitada esfera del acto comprometido, es pues, un reconstituirse de la libertad, allí donde
existía una sujeción. Con relación al A la extinción del crédito implica la pérdida de un
derecho patrimonial: el crédito que figuraba en el activo de su patrimonio, sea con o sin
recepción de un valor que pueda resultar más o menos equivalente, según la causal que
opere la causal de la obligación.
Enunciado legal (Art. 724): El C.C trata los medios de extinción de las obligaciones, en la
parte II de la sección 1º del libro 2º, que se inicia con el Art. 724, con una enumeración de 8
medios extintivos: pago, novacion, compensación, transacción, confusión, renuncia, remisión
de deuda, e imposibilidad de pago.
Pero dicha enumeración no es taxativa, sino meramente enunciativa, ya que en la misma
nota al propio Art. 724 se alude a otros 4 medios extintivos incluidos en la enumeración de
otros códigos, de los que trata en otra parte del C.C: el cumplimiento de la condición
resolutoria, el vencimiento del plazo final o extintivo que se denomina “resarcitorio”, la
anulación de los actos jurídicos y la prescripción liberatoria.
195
En cuanto al plazo extintivo es indudable que el mismo extingue la obligación cuyo termino
de vigencia o duración en el tiempo fijara ab- initio; a su vencimiento se opera entonces la
caducidad del derecho del A, aunque dejando intactos todos los efectos hasta entonces
producidos.
La condición resolutoria, pareciera prima facie, por el efecto retroactivo que le es
consubstancial, que constituye algo m as que un mero medio de extinción, algo así como un
factor supresito de la causa misma de la obligación, que quedara para ambas partes como no
sucedida.
Distinto es lo que sucede con la anulación que presupone una obligación emergente de un
acto jurídico invalido, viciado o una falla que lo tornaba inepto para dar nacimiento a
obligaciones, pues mal se puede extinguir una obligación que de jure no existía por falta de
causa. La anulación no libera al D, sino que evidencia que el mismo no se encontraba
verdaderamente obligado.
En cuanto a la prescripción cabe destacar que la misma afecta a la “acción” del A para exigir
el cumplimiento, mas no influye respecto de la obligación que subsiste como “natural”, o sea
que queda debilitada por estar desprovista de exigibilidad pero todavía con un minimun de
eficacia jurídica ya que su cumplimiento voluntario por parte del D configura un pago
irrevocable y no una mera liberalidad.
Otros medios de extinción: fuera de los medios enumerados en el Art. 724, también la
“dación en pago”, que pese a estar contemplada en el código con un mero capitulo, bajo la
denominación de “pago por entrega de bienes”, tiene sin embargo autonomía conceptual con
relación a aquel, como medio extintivo de las obligaciones.
Además existen otros medios. El decreto ley 19557/72 ha instituido nuevos modos de
extinción: el acuerdo por cesión de bienes y la rehabilitación. La muerte e incapacidad del D,
viene a funcionar como causal de extinción en aquellos supuestos de obligaciones intuito
personae, en las que se ha tenido especialmente en cuenta las aptitudes o condiciones de la
persona y que por ello no son transmisibles a sus herederos.
El mutuo disenso o contrario consensus de las partes, también puede extinguir las
obligaciones creadas de común acuerdo, conforme lo establece el Art. 1200 “las partes
pueden por mutuo consentimiento extinguir las obligaciones creadas por los contratos… y
pueden también por mutuo consentimiento revocar los contratos, por las causas que la ley
autoriza”
En otros casos puede ser la rescisión o renuncia unilateral de una de las partes, la que
provoque la extinción de las obligaciones, impidiendo así para el futuro el nacimiento de
nuevas obligaciones.
También puede producirse la extinción por el concurso de 2 causas lucrativas, como sucede
en el caso previsto por el Art. 3754 en que la obligación a cargo del heredero de adquirir una
cosa que no era propiedad del testador y este ordeno se adquiriera para su entrega al
legatario, se extingue si este hubiera obtenido dicha cosa a titulo gratuito antes del
testamento.
Existen otras causales de extinción peculiares solo de determinadas obligaciones o de un
restringido grupo de vínculos. En materia de obligaciones contractuales tenemos igualmente
la resolución, que importa el aniquilamiento del contrato en virtud de una causa
sobreviniente y la revocación ruptura o extinción de ciertos contratos unilaterales por la
voluntad de su autor o de una sola de las partes que se retrae, dejando sine efectividad el
contenido del acto o transmisión de derechos.
En ciertos casos particulares el abandono resulta liberatorio para el D.
196
alguna cosa que no sea dinero en sustitución de lo que se le debía entrega, o del hecho que
se le debía prestar”.
Elementos: son los siguientes:
1- Existencia de una obligación valida: es necesaria la preexistencia de una
obligación valida a cuya satisfacción se aplique la dación en pago.
2- Que se cumpla una prestación distinta: nuestro C.C alude indefinidamente a la
recepción de alguna cosa en sustitución de lo que se le debía entregar, o del hecho que se le
debía prestar como pago de la deuda. Ello quiere decir que la obligación originaria puede ser
de cualquier clase, de dar, de hacer o de no hacer. No resulta tan acertada la norma legal
cuando alude a las posibilidades de reemplazo de dicha obligación primigenia, pues entonces
circunscribe la orbita de la acción a “alguna cosa que no sea dinero en sustitución de lo que
se debía entregar, etc.”
3- Acuerdo de voluntades entre el A y el D: de una parte el A no puede ser
obligado a recibir una prestación por otra, conforme con lo dispuesto por el Art. 740, pero de
otra, a la reciproca, tampoco puede el A compeler al D, a la falta de ese acuerdo, a que
cumpla una prestación distinta.
4- Intención de pagar: debe mediar animus de cancelar la deuda, pues de lo
contrario no habría dación en pago. Por ello, cuando se da alguna cosa en lugar de la
prestación primitiva, la entrega debe hacerse en calidad de pago, es decir, transmitiendo el
domino de la misma. Pero esto no sucede cuando la entrega hecha al A lo es para que el
mismo proceda a liquidar los bienes recibidos y a cobrarse su crédito del precio obtenido de
la venta.
5- Capacidad: la dación en pago importa en definitiva una convención liberatoria
por la cual se requiere en ambas partes capacidad para contratar.
Naturaleza jurídica:
1- Mera variedad o modalidad del pago: tradicionalmente se considero a la dación en pago
como una simple variedad o forma peculiar del pago, en la cual el A consiente en recibir una
prestación distinta de la que se le adeudaba.
2- Asimilación a la compraventa: por otra corriente, la dación en pago se asimila a la
compraventa, atento que el D vendería su A un bien por un precio igual al monto de su
deuda, extinguiéndose inmediatamente por compensación la obligación, que por el precio
nace para el A y aquella ala que a su vez estaba primitivamente sujeto a su respectivo D.
3- Contrato oneroso de transmisión: se ha sostenido que la dación consiste en un contrato o
acuerdo de partes que se añade a la primitiva relación poniéndose en su sitio y lugar y cuya
finalidad se dirige exclusivamente a sustituir el pago o sea cambiar el pago por la dación:
para lograr la sustitución del pago por otra cosa distinta de la debida es por lo que se realiza
y para lo que se realiza la transmisión de la cosa que se entrega.
4- Notación por cambio de objeto: se considera que la dación en pago constituye una
novacion por cambio de objeto debido, seguida del inmediato cumplimiento y extinción de la
nueva prestación.
5- Convención liberatoria: la doctrina moderna caracteriza a la dación en pago como un
contrato extintivo o solutorio, o como un contrato atípico.
Efectos: el pago por entrega de bienes constituye una figura compleja, pues por un lado
trae apareados los efectos ordinarios del pago, extinguiendo la obligación preexistente y
liberando al D y por otro produce algunos efectos especiales propios de la particular
naturaleza de dicha figura jurídica.
Así el Art. 780 del C.C establece que: “si la cosa recibida por el acreedor fuese un crédito a
favor del deudor, se juzgara por las reglas de la cesión de derechos”, o sea que en tal caso
resultaran aplicables los principios formales establecidos para la cesión de créditos, y en caso
de insolvencia del D cedido, la responsabilidad de quien dio el crédito en pago se regulara por
197
lo dispuesto en los Art. 1476 y 1483 del C.C. El cedente de buena fe, responde por la
garantía de derecho del crédito no por la de hecho, salvo que la insolvencia sea anterior y
públicamente conocida.
A su vez el Art. 781 contempla la hipótesis de que se de en pago una cosa, disponiendo “si se
determinase el precio por el cual el acreedor recibe la cosa en pago, sus relaciones con el
deudor serán juzgadas por las reglas del contrato de compraventa”
Evicción de la cosa dada en pago: El Art. 783 del C.C dispone que “si el acreedor (que recibe
una cosa en pago de su crédito) fuese vencido en juicio sobre la propiedad de la cosa dada
en pago tendrá derecho para ser indemnizado como comprador, pero no podrá hacer revivir
la obligación primitiva”
En esta norma es donde se advierte que nuestro codificador se parto de las tendencias que
consideraban a la dación en pago como una simple variante del pago, puesto que de lo
contrario una vez privado el A de la cosa recibida en pago, la lógica consecuencia habría sido
el renacimiento de la obligación primigenia.
Sin embargo, en el régimen de nuestro código ello no es así: la evicción de la cosa dada en
pago no altera la extinción operada que tiene carácter definitivo y solo puede dar nacimiento
a las consiguientes indemnizaciones.
El Art. 2050 establece idéntica solución en el caso de que la obligación extinguida mediante
dación en pago hubiese estado afianzada, al decir que “si el acreedor acepta en pago de la
deuda otra cosa que la que era debida aunque después la pierda por evicción, queda libre el
deudor”
Impugnabilidad del titulo: si se trata de bienes inmuebles, el titulo derivado de una dación en
pago siempre esta expuesto al peligro de una reivindicación y resulta por lo tanto imperfecto.
En efecto, si la dación en pago se realizo en virtud de un error de hecho o de derecho, quien
entrego la cosa podrá siempre repetirla del que la recibió, con arreglo al Art. 784, pero
además cuando se trata de una cosa raíz, los efectos alcanzan aun a terceros adquirentes de
buena fe a titulo oneroso, por cuanto conforme al Art. 787 del C.C “si el que de buena fe
recibió en pago una cosa raíz, la hubiese enajenado por titulo oneroso o por titulo lucrativo,
el que hizo el pago puede reivindicarla de quien la tuviese”
198
Elementos: existe en general coincidencia en que los elementos esenciales de la novación
son cuatro:
1- Existencia de una obligación anterior: si la novación es el reemplazo de una obligación por
otra, va de suyo que el primer requisito fundamental es la existencia de una primer
obligación, que habrá de resultar extinguida al procederse a su sustitución, ya que no se
puede novar lo que no existe. Por ello el Art. 802 en su 1º parte expresa “la novación supone
una obligación anterior que le sirve de causa” aludiéndose a la causa eficiente, a la fuente de
la nueva relación obligatoria que la sustituirá.
No obstante se generan dudas cuando la obligación primitiva estaba viciada de nulidad o era
sub-condición o natural:
OBLIGACIONES VICIADAS DE NULIDAD: el Art. 802 contempla este supuesto al decir que “si
la obligación anterior fuese nula, o se hallaba ya extinguida el día que la posterior fue
contraída, no habrá novación”, y en la nota a ese Art. Vélez nos dice que nada se opone a
que una obligación anulable, susceptible de confirmación, pueda ser transformada en una
obligación valida. Aquí el codificador perdió de vista que en nuestro derecho, existen dos
clasificaciones independientes de nulidades, con fundamento y forma de funcionar distintos:
la de los actos nulos y anulables de una parte y de las nulidades absolutas y relativas de otra,
y que la confirmación se relaciona con esta ultima clasificación y no con la otra. Así buena
parte de nuestra doctrina, ha considerado que solo se comprende dentro de los dictados del
Art. 802, al caso de las obligaciones nacidas en actos viciados de nulidad absoluta y no a las
que emanen de uno afectado de nulidad relativa; lo cual es así, dado que el vicio en estos
últimos supuestos puede purgarse por medio de la confirmación, y precisamente si la
novación se consiente con conocimiento de la existencia de tal vicio, ella de por si lleva
implícita la intención de sanear la obligación viciado, de forma tal que esta al extinguirse
alcance una existencia plena y pueda por tanto servir eficazmente de causa a la nueva
obligación naciente.
Pero tratándose de un texto legal supletorio a la voluntad de las partes, el Art. 808, deja de
ser aplicable si ellas hubiesen querido precisamente sustituir en forma definitiva una
obligación condicional por otra nueva pura y simple, convención esta que será perfectamente
valida conforme al principio de la autonomía de la voluntad.
OBLIGACIÓN NATURAL: sobre lo manifestado por Vélez en las notas a los Art. 515 y 802 en
donde admite que una obligación natural puede ser convertida en civil mediante novación, la
mayoría de nuestra doctrina sostiene la posibilidad de que una obligación natural sea novada,
con la sola excepción de la deuda de juego, que conforme al Art. 2057 no puede ser
convertida por novación en una obligación civilmente eficaz. Por nuestra parte ya hemos
expuesto que ello no es así. En efecto la única consecuencia reconocida legalmente a las
obligaciones naturales es la irrepetibilidad de su pago efectuado voluntariamente, lo que vale
decir que las mismas adquirirán el carácter de obligación civil, en el mismo momento en que
son cumplidas y por ende se extinguen en cuanto a obligaciones. Y esta extinción ha de ser
total, ya que el cumplimiento parcial de una obligación natural producirá los efectos de la
solutio rententio en cuanto a la parte pagada, mas no da al saldo pendiente de la obligación
199
el carácter de civil, ni consecuentemente derecho alguno al A para reclamar el pago de lo
restante. Ahora bien una nueva obligación creada por la novación tiene por principal efecto
e4xtinguir una precedente relación obligatoria, pero si la obligación primitiva era carente de
toda fuerza jurídica, salvo el derecho de retener lo pagado en su virtud, ¿como puede
extinguírsela?, nadie resultaría liberado por una novación, desde que nadie estaba civilmente
obligado. Además para que exista novación la nueva obligación debe diferir de la antigua en
cierto punto, y en el supuesto de las obligaciones naturales no habría en la nueva obligación
nada de distinto en cuanto a los sujetos, objeto o modalidades y la causa todo lo cual
subsistiría invariable.
200
novar. Tal intención debe ser calara, no dudosa, por cuanto desde el punto de vista del A la
novación importa la renuncia a la obligación primitiva y la voluntad de renunciar no solo no
se presume, sino que además la interpretación de los hecho tendientes a establecerla debe
ser restrictiva. Y con relación al D, tampoco cabe presumir la voluntad de contraer una nueva
obligación. De acuerdo con estas ideas, nuestro código en su Art. 812 establece “la novación
no se presume. Es preciso que la voluntad de las partes se manifieste claramente en la nueva
convención, o que la existencia de la anterior obligación sea incompatible con la nueva”
La novación nunca se presume y que en caso de duda debe concluirse que no existió
novación. Lo único exigido es que haya intención y que esta sea clara, lo cual puede lograrse
con cualquier modo de manifestación de voluntad, ya sea expresa o tácitamente.
Expresamente, cuando las partes hacen constar directa y positivamente su propósito de
cancelar la primer obligación y coetáneamente dar nacimiento a una nueva en su reemplazo,
aunque no se emplee el vocablo novación.
Tácitamente, cuando en ausencia de una clara voluntad de novar, resulta sin embargo que
las dos obligaciones, se excluyen mutuamente por resultar incompatibles entre si (hay
incompatibilidad siempre que sea patente que la nueva obligación es creada en reemplazo de
la anterior, que con ella se quiere extinguir, resultando imposible la coexistencia temporal de
ambas).
Clases de novación:
1- NOVACIÓN OBJETIVA: es aquella en la cual el cambio recae sobre alguno de los
elementos objetivos esenciales de la obligación, sea la prestación, la causa fuente, o el propio
vínculo obligatorio, en tanto experimente el mismo alguna modificación sustancial, que
permita configurar una relación obligacional jurídicamente distinta de la anterior que se
sustituye.
a) Novación objetiva por cambio de prestación: el cambio de la prestación debida patentiza la
existencia de una nueva obligación. Tal es lo que sucede cuando una obligación de dar se
sustituye por una de hacer o de no hacer, o cuando una obligación de dar sumas de dinero se
convierte en una de dar cosas ciertas, etc. En todos estos casos hay una verdadera extinción
de la primitiva obligación y el nacimiento de otra que la reemplaza.
b) Novación objetiva por cambio de causa fuente: el Art. 812, permite establecer a contrario
sensu que existe novación cuando se cambia la causa eficiente o fuente o hecho generador
que diera nacimiento a la obligación. Por ejemplo si se transforma una suma que se adeuda
por indemnización por un hecho ilícito cometido, se acuerda que se deba a titulo de
préstamo.
c) Novación por altercaciones sustanciales en el vínculo obligacional: la tercera parte del Art.
812 dispone que las estipulaciones que no hagan al objeto principal o a su causa, como
respecto al tiempo, lugar o modo de cumplimiento serán consideradas como que solo
modifican la obligación, pero no que la extinguen, aunque quede en buena parte en manos
de la jurisprudencia y la doctrina, el precisar en que casos concretos se produce una variante
fundamental o solo una modificación accesoria que no implica novación.
201
manifestación en contrario de los interesados, conforme a lo dispuesto en el Art. 775 del
código de comercio, que dice “la admisión en cuenta corriente, de valores precedentemente
debidos por uno de los contratantes al otro, produce novación. La produce también, en todo
crédito del uno contra el otro, por cualquier titulo y época que sea, si el crédito pasa a la
cuenta corriente. Para impedir la novación, se requiere especial reserva de los interesados o
de uno de ellos. En defecto de reserva expresa, la admisión de un valor en cuenta corriente
se presume hecha pura y simplemente.” Ej. Depósitos en cuenta corriente, si yo deposito
$100 en el banco hoy, mañana ·300 y pasado $500 y yo no tengo 3 despositos sino 1 de
$900 y antes de depositar el de $500 tenia 1 de $400.
202
figura conocida con el nombre de “delegación” y por iniciativa del nuevo D que ofrece al A
tomar a su cargo la obligación del primitivo deudor, que es lo que se conoce como
“expromisión”.
DELEGACIÓN PASIVA: la delegación es una orden o prescripción dada por una persona a
otra, para que se comprometa o constituya como obligado respecto de una tercera. Esta
figura en consecuencia requiere el concurso de 3 partes, el D originario o delegante, cuya
iniciativa habrá de determinar la modificación subjetiva de la relación obligacional, el nuevo D
o delegado, destinatario inmediato de tal actividad que pasa a ocupar el lugar del delegante,
y el A delegatario, destinatario mediato, quien prosigue en la misma situación jurídica. La
actividad del delegante se despliega pues en dos direcciones, hacia el delegado, para
prescribirle se constituya en D frente a su A, y hacia el delegatario con el fin de requerir su
consentimiento a efectos de que la delegación se consume. La delegación puede tener por
objetivo, diferentes finalidades como puede ser por ejemplo tender a la realización de un
mutuo, de una donación o una transacción, etc.
Lo que generalmente origina la delegación es la existencia de una doble relación de deuda,
entre delegante y delegado de una parte, y entre delegante y delegatario de otra. En efecto
si por ej. Pedro es deudor de Pablo y al mismo tiempo A de Juan, bien puede delegar a ese
para así cumplir con Pablo, es decir que podrá como delegante ordenar a su D Juan
(delegado) que pague a su propio A Pablo (delegatario).
RÉGIMEN DEL C.C ARGENTINO: nuestro C.C trata de la delegación pasiva, como una de las
formas de la novación subjetiva, en el Art. 814 que dice “la delegación por la que un deudor
da a otro que se obliga hacia el acreedor, no produce novación, si el acreedor no ha
declarado expresamente su voluntad de exonerar al deudor primitivo”
Nuestro C.C mantiene la estructura del acto trilateral de la delegación y la iniciativa del
deudor primitivo. Además teniendo en cuenta sus efectos, se han previsto las dos
modalidades que puede sumir la delegación: perfecta o novatoria, si el A libera expresamente
al deudor originario; e imperfecta, simple o acumulativa, si no se produce esa expresa
exoneración.
Para que se produzca la delegación pasiva novatoria, el C.C exige en el Art. 814 que el A
declare expresamente “su voluntar de exonerar al deudor primitivo”.
Los efectos de la delegación en general, pueden sintetizarse de la siguiente manera:
203
Entre acreedor delegatario y deudor delegado, se crea un vinculo de derecho, en cuya virtud,
este ultimo, queda directamente obligado frente a aquel. Entre delegante (Deudor primitivo)
y delegado (deudor nuevo), no puede establecerse un criterio general, sino que habrá que
estar a la propia naturaleza de las relaciones que mediaron o preexistieron entre ambos, para
determinar si el delegado que satisface la prestación tiene o no algún recurso contra el
delegante y entre delegante y delegatario es precisamente donde aparece la diferencia entre
la delegación perfecta o novatoria, que opera la liberación del primero frente al delegatario
poniendo fin al originario nexo obligatorio y la imperfecta o acumulativa que deja subsistente
la relación entre delegante y delegatario y solo atribuye a este otro deudor mas para la
misma obligación: el delegado.
El sistema del C.C prevé la figura en el Art. 815 que dice “puede hacerse la novación por otro
deudor que sustituya al primero, ignorándolo este, si el acreedor declara expresamente que
desobliga al deudor precedente y siempre que el segundo deudor no adquiera subrogación
legal en el crédito”. Tres son pues las condiciones legales para que se opere la novación:
1. Prescindencia del concurso de la voluntad del deudor primitivo: este requisito es el que
confiere su individualidad a la figura de la expromisión y la diferencia de la delegación, pues
precisamente existirá uno u otro instituto según que no concurra o si deba computarse la
manifestación de la voluntad del deudor primitivo.
2. Expresa liberación por el acreedor de su primitivo deudor: si el acreedor no declara
expresamente que desobliga al primer D, no se produce novación sino yuxtaposición de la
obligación de este con la que contrae el nuevo D, la expromisión no seria entonces perfecta o
novatoria , sino imperfecta o acumulativa.
3. Que el nuevo deudor no se subrogue en el crédito: el expromiente no debe subrogarse en
el crédito cuyo cumplimiento asume, lo cual resulta de difícil admisión. Esta es una exigencia
que no puede tener aplicación practica, por cuanto la subrogación funciona con el pago al A,
y la novación por expropiación si bien extingue la obligación precedente, no lo es por pago
sino por sustitución del D, de forma tal que en ningún supuesto de expromisión se podían
traspasar al nuevo deudor los derechos del acreedor, que es precisamente lo que configura la
subrogación.
204
Nuestro C.C contempla esta figura en el Art. 817: “habrá novación por sustitución de
acreedor en el único caso de haberse hecho con consentimiento del deudor el contrato entre
el acreedor precedente y el que lo sustituye. Si el contrato fuese hecho sin consentimiento
del deudor, no habrá novación, sino cesión de derechos”- de dicho texto resulta que se
requieren dos condiciones: la sustitución de acreedor y el consentimiento del deudor a tal
cambio.
La sustitución de un A por otro debe además producir un efecto exintorio de la primer
obligación y dar nacimiento a otra nueva.
En cuanto al segundo requisito, ineludible y fundamental, es el consentimiento del D ya que
en definitiva a su respecto la novación importara crearla una nueva obligación aunque
simultáneamente se desligue de la anterior y este nuevo debito, lógicamente no puede serle
impuesto contra su voluntad.
205
Limitación de los alcances extintivos de la obligación principal: nuestro C.C prevé en forma de
excepción al principio general de los efectos extintivos totales de la novación, al establecer en
la 2º parte del Art. 803 que “el acreedor sin embargo puede, por una reserva expresa,
impedir la extinción de los privilegios e hipotecas del antiguo crédito, que entonces pasan a la
nueva”
No deja de sorprender que la sola voluntad del A pueda contraria los principios que rigen en
materia de privilegios, que nacen exclusivamente de la ley y se fundan en la calidad del
crédito. En cuanto a la reserva de que la ley autorizaba la misma debe llenar 2 requisitos, ser
expresa y formularse con anterioridad o en el acto mismo de la novación.
La ultima parte del Art. 803 aclara que “esta reserva no exige la intervención de la persona
respecto de cual es hecha”. Con lo cual se alude al supuesto de que el constituyente de la
hipoteca o prenda que garantiza al crédito originario sea su propio deudor.
c) Transacción. Concepto: el Art. 832 establece “la transacción es un acto jurídico bilateral
por el cual las partes, haciéndose concesiones reciprocas, extinguen obligaciones litigiosas o
dudosas”. Lo que persigue la transacción es transformar un status jurídico inseguro, por otro
seguro, mediante el cambio de prestaciones equivalentes.
Elementos: son dos los elementos necesarios para que se configure la transacción: la
existencia de incertidumbre y que medien concesiones reciprocas de ambas partes.
Pero además pueden agregarse dos requisitos, que exista consentimiento o acuerdo de las
partes, y que ellas sean capaces:
1. Consentimiento o acuerdo de voluntades: el Art. 832 califica expresamente a la
transacción de acto jurídico bilateral, utilizando pues una expresión mas amplia que la de
contrato, y que estrictu sensu debe ser reservada para loas acuerdos de voluntades que dan
nacimiento a derechos creditorios, o sea para los que provocan precisamente un efecto
opuesto al propio de la transacción que es extintivo y no creador de derecho. Para su
formación se requiere consentimiento unánime de dos o más personas, por cuanto en esta
categoría de actos jurídicos la exteriorización de la voluntad asume la forma de
consentimiento o acuerdo, y consiste en la concurrencia de dos o más voluntades autónomas
y movidas por intereses contrapuestos.
2. Capacidad: la validez de todo acto jurídico supone capacidad en el agente del acto:
capacidad de hecho si actúa ejercitando un derecho propio, o si obra por otros, los requisitos
que específicamente corresponden al tipo de representación que invista y a la clase de acto
que realice. Ya en el Art. 833 el C.C prevé la aplicabilidad supletoria en materia de
transacciones, de todas las disposiciones sobre los contratos respecto a la capacidad para
contratar, etc.
a) INCAPACES DE HECHO (falta aptitud para ejercer por si mismo los derechos de los que es
titular): no pueden transar los incapaces absolutos de hecho, o sea, menores impúberes,
206
dementes, y sordomudos declarados tales en juicio. Tratándose de menores adultos el
principio es su incapacidad, pero a partir de los 18 años, si celebran contrato de trabajo o
aun antes de esa edad si hubiesen obtenido titulo habilitante, y ejercieran su profesión, ya
pueden administrar y disponer libremente los bienes que adquieran con el producto de su
trabajo, y estar en juicio civil, por causas que se origen en el trabajo. Los inhabilitados
judicialmente del Art. 512, como no pueden disponer de sus bienes por actos entre vivos sin
la conformidad de su curador, encuadran dentro de la incapacidad prevista en el Art. 840 y
en consecuencia deben contar con el visto bueno de su curador para poder celebrar una
transacción. Una situación especial se plantea con relación al menor emancipado, atento que
por el Art. 841 inc. 7, se niega a los mismos aptitud para realizar transacciones.
b) INCAPACIDAD DE DERECHO: conforme al Art. 841 inc. 5 tampoco pueden hacer
transacciones los tutores con los pupilos que se emanciparen en cuanto a las cuentas de la
tutela, aunque fuesen autorizados por el juez.
c) CAPACIDAD DEL ESTADO: nación, provincias, municipios: el Art. 841 en sus inc. 1 y 2
establece que “no pueden hacer transacciones: 1º- los agentes del ministerio publico, tanto
nacionales como provinciales ni los procuradores de las municipalidades: 2º- los colectores o
empleados fiscales de cualquier denominación en todo lo que respecta a las rentas publicas.
d) REPRESENTACION VOLUNTARIA: para poder transar en nombre de otra persona, se
requiere un poder especial al efecto, según lo que resulta del Art. 839 que dice “no se puede
transigir en nombre de otra persona sino con su poder especial, con indicación de los
derechos u obligaciones sobre que debe versar la transacción, o cuando el poder facultase
expresamente para todos los actos que el poderdante pudiera celebrar, incluso el de transar”
e) REPRESENTACION LEGAL: también se requiere un facultamiento especial para transigir en
los casos de representaciones legales o judiciales. Así en el inc. 3 del Art. 841 se establece
que no pueden celebrarlas “los representantes o agentes de personas jurídicas, en cuanto a
los derechos y obligaciones de esas personas, si para la transacción no fuesen legalmente
autorizados”. Las personas jurídicas, como las de existencia visible, tienen en principio plena
capacidad para adquirir derechos y contraer obligaciones que el código regla en los casos y
por el modo y en la forma que el determina. El inc. 3 del Art. 841 exige que los
representantes de las personas jurídicas tengan poder suficiente, o dicho en otros terminas
“estén legalmente autorizados” para transigir, tampoco pueden transigir los albaceas, en
cuanto a los derechos y obligaciones de la testamentaria, sin autorización del juez
competente, con previa audiencia de los interesados. Conforme al inc. 6 del Art. 841, no
pueden transigir “los tutores y curadores, en cuanto a los derechos de los menores e
incapaces, si no fuesen autorizados por el juez, con audiencia del Ministerio de Menores”
3. Concesiones reciprocas: el Art. 832 exige también que ambas partes se hagan concesiones
reciprocas con relación a los derechos cuestionados, o sea, que cada una de ellas sacrifique o
abdique parte de sus derechos o pretensiones o se obligue a dar o hacer algo a cambio de
prestaciones equivalentes.
4. Finalidad de extinguir obligaciones litigiosas o dudosas: el Art. 832 exige además que con
la transacción se procuren extinguir obligaciones litigiosas o dudosas, o sea poner fin a un
status jurídico inseguro derivado de la traba de litis judicial, o simplemente del hecho de
mediar una controversia o desacuerdo entre las partes en cuanto a la existencia,
acreditación, modalidades o medida y alcances de algún derecho. Obligación litigiosa es la
que esta sometida a juicio, o sea que para verificar su existencia basta con constatar la
materialidad del pleito en el cual sea objeto de controversia. En cambio resulta muy difícil
precisar el concepto de obligación o derecho dudoso, aunque basta con una duda subjetiva
de las partes, no siendo necesaria la incertidumbre objetiva.
Naturaleza jurídica: el Art. 832 nos dice expresamente que la transacción es un “acto
jurídico bilateral”, o sea un acto voluntario, lícito y que persigue la finalidad jurídica
207
inmediata de extinguir obligaciones, que requiere para su perfeccionamiento el concurso de
dos voluntades.
El Art. 833 resuelve que “son aplicables a las transacciones todas las disposiciones sobre los
contratos respecto a la capacidad de contratar, al objeto, modo, forma, prueba y nulidad de
los contratos, con las excepciones y modificaciones contenidas en ese titulo”. Otros autores
dicen que la transacción es una convención liberatoria y no un contrato; por cuanto su efecto
propio, su finalidad inmediata, es la de extinguir obligaciones y no dar nacimiento a las
mismas cual es la función de los contratos.
Clases: con arreglo a la definición del Art. 832, la transacción puede ser “judicial”, si se
produce en juicio y versa sobre derechos litigiosos, o “extrajudicial” si recae sobre derechos
“dudosos” y se efectúa privadamente entre las partes. Sus efectos son los mismos, aunque
existen diferencias entre ambas figuras, en lo que hace a las formalidades necesarias para su
perfeccionamiento.
208
Objeto: la transacción debe ser posible física y jurídicamente y licito. Si versa sobre “cosas”,
están deben estar en el comercio. Y si se tratase de hechos deben ser lícitos o sea no
prohibidos por las leyes, y no contrarios a las buenas costumbres.
El objeto de las transacciones es mucho más amplio de lo que prima facie resulta del
concepto del Art. 832, ya que no solo comprende obligaciones litigiosas o dudosas, sino todo
tipo de derechos patrimoniales, o mas precisamente, todas las relaciones de derecho privado
en las cuales no aparezca comprometido el interés publico.
En síntesis, puede decirse que tratándose de derechos patrimoniales la regla es que todos
pueden ser objeto de transacción, sean personales, reales o intelectuales. Pero por
excepción, no puede haber transacción sobre los derechos eventuales de una sucesión, ni
sobre la sucesión de una persona viva. Ni puede ser objeto de la transacción la obligación de
prestar alimentos, según dispone el Art. 374.
En cambio, respecto de los derechos extramatrimoniales, y en particular los referentes a las
relaciones de familia, la regla general es que los mismos no pueden ser materia de
transacción. Así el Art. 845 dice “no se puede transigir sobre contestaciones relativas a la
patria potestad, o a la autoridad del marido, ni sobre el propio estado de familia, ni sobre el
derecho a reclamar el estado que corresponda a las personas, sea por filiación natural, sea
por filiación legitima” y dentro del mismo orden dispone el Art. 843 que “no se puede
transigir sobre cuestiones de validez o nulidad del matrimonio”. Tampoco se admite la
transacción sobre acciones penales emergentes de un delito, según resulta de lo dispuesto en
la segunda parte del Art. 842, en el sentido de que no puede ser objeto de transacción la
acción para acusar y pedir el castigo de los delitos, sea por la parte ofendida, sea por el
Ministerio Publico”. Por cuanto las acciones penales, teniendo por finalidad la represión de los
delitos, interesan al orden publico.
Transacción sobre derechos dudosos: el Art. 837 dice “la validez de las transacciones no
esta sujeta a la observancia de formalidades extrínsecas, pero las pruebas de ellas están
subordinadas a las disposiciones sobre las pruebas de los contratos”.
La ley no exige en consecuencia, para la validez de las transacciones sobre derechos
dudosos, ninguna formalidad, o sea que rige entonces el principio de la libertad de formas.
Transacción sobre derechos litigiosos: el Art. 838 dice “si la transacción versare sobre
derechos ya litigiosos, no se podrá hacer validamente sino presentándola al juez de la causa,
firmada por los interesados. Antes de que las partes se presenten al juez exponiendo la
transacción que hubiesen hecho, o antes que acompañen escritura en que ella conste, la
transacción no se tendrá por concluida y los interesados no podrán desistir de ella”.
De este precepto resulta que la transacción sobre derechos litigiosos es un verdadero acto
formal y solemne, que recién se perfecciona mediante su presentación ante el juez de la
causa, al punto que antes de cumplimentado este requisito la transacción no se tendrá por
concluida, y los interesados podrán desistir de ella.
El C.C establece dos procedimientos distintos para realizar la transacción sobre derechos
litigiosos según resulta del Art. 838:
1) La mera presentación de un escrito ante el juez exponiendo en el la transacción que las
partes hubiesen hecho.
209
2) la concertación de la misma mediante escritura, que puede ser pública o un simple
instrumento privado, la cual deberá ser después acompañada al juicio.
En cuanto a las transacciones sobre derechos litigiosos, su prueba se confunde con la forma
exigida por la ley: la presentación ante el juez del escrito en el que se expone la transacción,
o con el que se acompaña la escritura mediante la cual se celebrara anteriormente la misma,
constituye la forma y la prueba de este acto jurídico.
210
Efectos de la transacción: se resume con acierto, los efectos principales de la transacción,
expresando que la misma “obliga, extingue y envuelve un titulo declarativo”
1) Fuerza obligatoria: los efectos de la transacción serán los mismos de cualquier contrato;
obligar a las partes a su cumplimiento en las condiciones pactadas y con las
responsabilidades consiguientes en los casos de incumplimiento o cumplimiento defectuoso;
consecuencias estas que alcanzan no solo a las partes, sino también a sus sucesores
universales, pero que en cambio no se extienden a 3º. Se ha resuelto que como la
transacción extrajudicial reviste características contractuales, se rige por el principio de
buena fe y las partes deben obrar con lealtad.
2) Efecto extintivo: el efecto extintivo de la transacción aparece establecido en el Art. 850, en
los siguientes términos “la transacción extingue los derechos y obligaciones que las partes
hubiesen renunciado, y tiene para con ellos la autoridad de la cosa juzgada”. Esto significa
que el efecto primordial de la transacción es la extinción definitiva de los derechos y
obligaciones que fueran objeto de ella, los que ya nunca más podrán volver a plantearse
entre las mismas partes.
Requisitos para la defensa de transacción: para que se pueda oponer eficazmente la defensa
de transacción, se exige la concurrencia de los mismos requisitos necesarios para la
procedencia de la excepción de cosa juzgada, o sea las 3 identidades clásicas de objeto,
personas y causa.
a) La identidad del objeto: resulta por aplicación de uno de los caracteres típicos de la
transacción; el de ser de hermenéutica restrictiva. Por ello dice el Art. 835 que las
transacciones “no reglan sino las diferencias respecto de las cuales los contratantes han
tenido en realidad intención de transigir, sea que esta intención resulte explícitamente de los
términos de que se han servido, sea que se reconozca como una consecuencia necesaria de
lo que se halle expreso”.
b) En cuanto a la identidad de personas rige el principio del Art. 851 de que la transacción
por regla general solo es obligatoria para las que la celebraron y sus sucesores, pero que no
perjudica ni aprovecha a terceros ni a los demás interesados.
c) Se exige identidad de causa o titulo en que se funda la pretensión entendiéndose por
causa al hecho jurídico que dio nacimiento al derecho de la parte y a su consecuente
pretensión accionable en justicia. Respecto de este requisito nuestro C.C contempla un
supuesto particular en el Art. 856 que dice “si una de las partes en la transacción adquiere un
nuevo derecho sobre la cosa renunciada o transferida a la otra que se juzgaba con derecho a
ella, la transacción no impedirá el ejercicio del nuevo derecho adquirido” Ej. Una cesión
efectuada a su favor por un 3º.
3) Efecto declarativo: el Art. 854 dice “el que renuncia , aunque sea por un precio a sus
pretensiones sobre el objeto litigioso que formaba la materia de la transacción, no cede ese
objeto mismo, sino que lo deja simplemente a la otra parte con los derechos que esta
pretendía tener en el”. Por eso es que puede afirmarse como principio que la titular del
derecho litigioso o dudoso conserva después de concluida la transacción el mismo derecho
que ya tenia con anterioridad y solo ha obtenido una confesión o reconocimiento del mismo
por parte de su oponente.
a) Consecuencia: Evicción. En la segunda parte del Art. 836 dice “la declaración o
reconocimiento de esos derechos no obliga al que la hace a garantirlos, ni le impone
responsabilidad alguna en caso de evicción”, y en el Art. 854 agrega que “la evicción de la
cosa renunciada por una de las partes en transacción o transferida a la otra que se juzgaba
con derecho a ella, no invalida la transacción, ni da lugar a restitución de lo que por ella se
hubiese recibido”. Y la razón es que no mediando una transmisión de derechos no puede
haber una garantía de evicción, ni por lo tanto ninguna de las responsabilidades inherentes a
esta.
b) Consecuencias: Titulo para prescribir. En la parte final del Art. 836 agrega que la
transacción no constituye un “titulo propio para fundar la prescripción”. Y esta es otra
211
derivación lógica del carácter declarativo de la transacción, puesto que si el reconocimiento
contenido en la misma no importa de por un titulo nuevo y el derecho sigue siendo el mismo
que antes, va de suyo que tampoco puede servir de base a una prescripción adquisitiva corta
de 10 años.
Efectos: en su parte final el Art. 868 dice “hecha y aceptada la renuncia la obligación queda
extinguida”. Puede pues decirse que el efecto propio de la renuncia es la extinción del
derecho abdicado y como consecuencia también de todos sus accesorios, fianzas, hipotecas,
etc.
Retractación: el Art. 875 dispone “la renuncia puede ser retractada mientras no hubiese
sido aceptada por la persona a cuyo favor se hace, salvo los derechos adquiridos por
terceros, a consecuencia de la renuncia, desde el momento en que ella ha tenido lugar hasta
el de su retractación”.
La aceptación importa pues dejar fijados de forma irrevocable los efectos de la renuncia, que
hasta entonces pudo ser retractada por el renunciante. Por ello se ha resuelto que es
212
procedente la retractación hecha antes de ser aceptada la renuncia o de que hubiera sido
expedida, o enviada tal aceptación al renunciante, pero que en cambio es ineficaz si la
aceptación se había consumado con anterioridad.
La retractación solo es posible en la renuncia gratuita por actos entre vivos. En efecto hecha
a titulo oneroso implica una convención que es ley para las partes y no puede ser dejada sin
efecto por la sola voluntad de una de ellas. Y en cuanto a la renuncia realizada por
testamento, si bien la misma es revocable, como toda disposición de última voluntad, hasta
la muerte del testador. La renuncia hecha en dispones de última voluntad, es un legado y se
regirá por las leyes de los mismos.
Si se renuncian derechos litigiosos o dudosos, la renuncia se regirá por las disposiciones de
las transacciones.
Remisión de deuda: Concepto: puede ser definida como el acto por el cual el acreedor
renuncia a sus derechos creditorios y de tal manera, con eso solo, libera a su deudor. El Art.
876 establece que “lo dispuesto en los cuatro Art. primeros del titulo anterior (de la
renuncia), es aplicable a la remisión de la deuda hecha por el acreedor”
Formas:
a) Remisión expresa y tacita: en un todo de acuerdo con los principios generales sobre
exteriorización de la voluntad, la remisión es un acto no formal que puede realizarse en
forma expresa o tacita, rige por lo tanto a su respecto el principio general de la libertad de
formas. La remisión expresa existe cuando el A manifiesta positivamente su voluntad o por
escrito. La remisión tacita es la que puede inducirse de ciertos actos que no dejan lugar a
dudas sobre la existencia cierta de una voluntad en tal sentido.
b) Remisión por entrega del documento original: esta hipótesis la contempla el Art. 877 que
dice “habrá remisión de la deuda cuando el acreedor entregue voluntariamente al deudor el
documento original en que constare la deuda, si el deudor no alegare que la ha pagado”. La
aplicabilidad de esta norma requiere pues la concurrencia de tres requisitos:
1- Documento original: al decir esto la ley ha querido aludir al propio instrumento único que
sirve de titulo a la obligación, sea el mismo privado o publico. Esta solución es razonable, por
cuanto quien recibo dicho documento original pasa a tener en sus manos la prueba exclusiva
de su obligación, por lo que cabe pensar que el A que se lo entrego ya no podrá pretender
cobrar la misma.
2- Que la entrega por el acreedor al deudor, haya sido voluntaria: la entrega debe ser
efectuada por el propio A o un representante suyo con poderes suficientes, pues si la hubiese
hecho un 3º o un mandatario sin facultades, de ese hecho no podría inducirse, ni mucho
menos, una renuncia valida y eficaz del derecho de crédito. La dación debe realizarse
también al propio D, pues efectuada en manos de un 3º podría tener una significación muy
distinta a la presunción de liberación. La entrega debe haber sido voluntaria o sea
cumplimentándose en tal acto los 3 requisitos del Art. 900 del C.C: discernimiento, intención
y libertad, puesto que si alguno de estos faltara, al estar vencida la voluntad desaparecería el
fundamento de la norma legal.
3- Que el deudor no alegue haber pagado: la parte final del Art. 877, en cuanto agregara que
la remisión por entrega de titulo solo será tal “si el deudor no alegare que la haya pagado”
c) Entrega de copia o testimonio de un documento protocolizado: el Art. 879 dispone “si el
documento de la deuda fuera un documento protocolizado y su copia legalizada se hallare en
poder del deudor sin anotación del pago o remisión del crédito, y el original se hallase
también sin anotación de pago o remisión firmada por el acreedor, será a cargo del deudor
probar que el acreedor se lo entrego por remisión de la deuda.” En realidad este precepto es
comprensivo tanto del supuesto expresamente contemplado de instrumento bajo firma
privada mandado a protocolizar por juez competente, que adviene en instrumento publico
desde el día en que el magistrado ordeno tal protocolización, como de los que ab initio son
213
instrumentos públicos. Para que el Art. 879 resulte de aplicación el código exige la
concurrencia de dos requisitos: que la copia o testimonio se halle en poder del deudor “sin
anotación del pago o remisión”; y que el original o escritura matriz tampoco contenga una
atestación de similar tenor hecha por el A, o mejor aun, por el escribano interviniente.
1) Compensación. Concepto:
La compensación es un modo de extinción simultaneo, hasta la cuantía de las
obligaciones de aquellas personas que por derecho propio son recíprocamente
acreedoras y deudoras entre si. El Art. 818 del C.C dice “la compensación de las
obligaciones tiene lugar cuando dos personas por derecho propio reúnen la calidad de
acreedor y deudor recíprocamente, cualesquiera que sean las causas de una y otra
deuda hasta donde alcanza la menor”. Compensación significa, contrapesar, balancear
una deuda con otra, para tenerlas por extinguidas en la medida en que el importe de la
una este comprendido en el de la otra. La compensación supone la existencia de dos
obligaciones diferentes entre las mismas personas, cada uno de los sujetos será
acreedor de una obligación y deudor en la otra. Su efecto es la extinción de las dos
obligaciones hasta el punto de concurrencia de ambas. Ej.: Juan debe a Luis $10 y Luis
214
debe a Juan $5, procedida la compensación, Juan debe a Luis $5.
215
pertenezcan a titulo personal. Por ejemplo el padre no podría oponer en compensación a
su acreedor, una deuda que se tuviera para con el hijo de aquel.
En los casos de sociedades nuestro C.C niega a los deudores de la sociedad derecho a
compensar lo que debiesen con su crédito particular contra alguno de los socios. (Art.
1712). En materia de sucesiones, se descarta la compensación de créditos que tuviesen
contra la sucesión los D personales del heredero aceptante con beneficio de inventario
(Art. 3376).
216
obligaciones sean de plazo vencido, pero si es resolutorio el plazo como la obligación es
exigible hasta el termino del tiempo fijado, durante ese lapso no seria compensable.
b) Obligación condicional: la obligación tampoco es exigible si esta supeditada al previo
cumplimiento de una condición suspensiva, si la condición es resolutoria la obligación es
plenamente eficaz y produce todas las consecuencias, por ello es compensable. Si la
condición se cumple se extingue la obligación y la compensación quedara
retroactivamente sin efecto, y la otra obligación recobra el derecho de exigir el pago de
ella.
v) Obligación que no subsiste civilmente: alude a las obligaciones naturales (como
deudas de juego) y a las originadas de un acto nulo o anulable después de declarada tal
nulidad en juicio, ambas no son compensables.
5- LIBRE DISPONIBILIDAD: que los créditos estén expeditos, expeditos son los que
se encuentran libres de toda traba legal y que pueden disponerse libremente o se
efectuados sin que afecten los derechos de 3º. No son compensables por no estar
expeditos:
a) créditos embargados; b) dados en prenda, ya que la consecuencia de ambas medidas
es la indisponibilidad del bien.
6- QUE LOS CRÉDITOS SEAN SUSCEPTIBLES DE EMBARGO (aplicación del principio
general de que los créditos no embargables están fuera de la prenda común de los A):
es decir que no son compensables todos los supuestos de créditos inembargables de
cualquier naturaleza, Ej.: deudas de alimento. Si se trata de una inembargabilidad
parcial, la imposibilidad de compensar existiría entonces en la medida de aquella.
217
d) Obligación de pagar alimentos: No son compensables porque responden a
necesidades primeras y son inembargables. Considerado en el Art. 825 1º parte del C.C
pero el mismo no diferencia si se trata de cuotas vencidas o de actuales y futuras. La
doctrina entiende que la compensación de alimentos futuros no es posible, por ausencia
de exigibilidad, por lo que debe entenderse que se prohíbe la compensación de tales
créditos.
e) Obligación de hacer: la parte final de Art. 825 declara que no son compensables las
obligaciones de ejecutar algún hecho, por faltar el requisito de fungibilidad indispensable
para que la compensación pueda operarse.
218
Supuesto de existir fianza: los efectos de la compensación cuando existe una fianza
están previstos por el Art. 829: “el fiador no solo puede compensar la obligación que le
nace de la fianza con lo que el acreedor le deba, sino que también puede invocar y
probar lo que el acreedor deba al deudor principal, para causar la compensación o el
pago de la obligación. Pero el deudor principal no puede invocar como compensable su
obligación, con la deuda del acreedor al fiador.” En cuanto a la situación del fiador,
resulta pues de la norma que el mismo puede oponer como compensación, tanto “lo que
el acreedor deba el deudor principal” como lo que adeude al propio fiador. Lo primero es
lógico, por cuanto la compensación producida entre el D principal y el A extingue
también la fianza, conforme al Art. 2042 “la fianza se extingue por la extinción de la
obligación principal “ y a mayor abundamiento, el fiador se halla facultado para invocar
“todas las excepciones… podría oponerle (al A) el deudor principal”. Aun en contra de la
voluntad de este. En cuanto a la posibilidad de alegar la obligación que le nace de la
fianza con lo que el A le deba, faltaría el requisito señalado en el Art. 818 de que
quienes compensan, sean titulares por derecho propio, de la calidad reciproca de A y D.
Por nuestra parte pensamos en cambio que tal atribución esta en consonancia con lo
expuesto en el Art. 2020 que permite al fiador oponer al A todas las excepciones
propias, y que además no es exacto que el A y fiador no revistan por derecho propio las
calidades de crédito y debitor, por cuanto si bien el fiador se obliga accesoriamente por
el D principal, no obstante su calidad de sujeto pasivo accesorio, su obligación para con
el A lo es de todas maneras propia.
Compensación por imperio de la ley: se produce por la sola fuerza de la ley sobre los
requisitos exigidos para la compensación legal. No se exige la comprobación del monto
de las dos deudas que se compensan, o sea ambas deudas se extinguen íntegramente.
Sin entrar en juego si eran de igual valor. Por ejemplo Art. 2430, se tienen por
compensados los gastos hechos por el poseedor de buena fe para la simple conservación
de una cosa en buen estado con los frutos percibidos.
219
Efectos: los efectos de la compensación facultativa son los mismos que los de la legal,
pero en cambio es distinto el tiempo a partir del cual se producen aquellos.
En la compensación facultativa sus consecuencias operan recién desde el instante en
que es opuesta o invocada la misma, ya que es desde entonces y no antes que
desaparece el obstáculo que se oponía a la compensación y ambos créditos comienzan
por ende a coexistir en condiciones de compensabilidad.
Punto 2: Confusión.
Concepto: conforme al Art. 862 “la confusión sucede cuando se reúne en una misma
persona, sea por sucesión universal o por cualquier otra causa, la calidad de acreedor y
deudor, o cuando una tercera persona sea heredera del acreedor y deudor. En ambos
casos la confusión extingue la deuda con todos sus accesorios”. En tal situación se
produce una imposibilidad de cumplimiento, ya que una persona no puede exigirse a si
misma la realización de la prestación debida, y es mas, aunque el sujeto diera salida a
los valores adeudados y luego, como acreedor, los reincorporara a su patrimonio, lo
cierto es que este siempre quedaría en idéntico estado, ya que ambos asientos se
neutralizarían y destruirían recíprocamente.
220
ambos.
Alcance: la confusión puede ser total o parcial, según lo señala la 1º parte del Art. 864
“la confusión puede tener efecto, o respecto a toda la deuda, o respecto solo a una parte
de ella”. Esto significa que los efectos de la confusión se circunscriben a la cuota parte
del D o A en cuya cabeza llegan a coexistir las dos calidades, siendo ello por lo demás
una mera consecuencia del principio general establecido en los Art. 674, 675, 691, para
las obligaciones simplemente mancomunadas de objeto divisible, y en las que en
definitiva las partes de los diversos A o D se consideran como que constituyen otros
tantos créditos o deudas distintos los unos de los otros. Solución lógica además, por
cuanto es únicamente en la medida de esa cuotaparte a cuyo respecto se produce la
confusión, que surge de la imposibilidad material de auto- exigirse a uno mismo el
cumplimiento de la obligación
Tratándose de obligaciones indivisibles, sucede lo mismo, aunque el resultado obedezca
a otra motivación jurídica: la confusión entre uno de los D y el A común crea la
imposibilidad de la subsistencia de la deuda con respecto a ese deudor, pero no con
relación a los demás que continúan obligados en los mismos términos originarios, y
precisados a satisfacer la prestación debida en su integridad, ya que no puedan pagar de
otra manera un objeto compacto, que no es susceptible de cumplimiento parcial. (Limita
efectos)
Efectos:
Principio general: la consecuencia primordial de la confusión es la extinción de la
obligación con todos sus accesorios, como lo explica la parte final de Art. 862, o sea en
una palabra, produce el efecto propio de todo medio extintivo. Aunque conviene
recordar que en este supuesto el vocablo “extinción” no debe ser tomado en sentido
estricto, pues en verdad se trata mas bien de una paralización del derecho creditorio y
acciones emergentes del mismo, motivadas por la imposibilidad de obrar en que se
encuentra quien llega a acumular en su propia persona las dos calidades opuestas de A
y D del mismo crédito.
CONFUSIÓN FRENTE A LA MASA HEREDITARIA: el crédito que el heredero tiene en
contra o a favor de la sucesión se extingue por confusión en la proporción de su haber
hereditario, de todas formas debe ser computado a fin de establecer el acervo partible,
ya que el Art. 3469 manda ingresar en la masa hereditaria la deuda que los herederos
tuvieren con el causante. Ello esta demostrando entonces, que en realidad no se
produce verdaderamente la extinción del crédito salvo en la parte que corresponde al
heredero A o D del causante. Por similares razones, la confusión tampoco puede obstar
a que compute el crédito o la deuda en la determinación de la legítima de los herederos
forzosos, la cual aumentara proporcionalmente si el causante era A o disminuirá en igual
medida si era D.
221
CONFUSION EN CASO DE FIANZA: el Art. 865 dispone “la confusión del derecho del
acreedor con la obligación del deudor, extingue la obligación accesoria del fiador, mas la
confusión del derecho del acreedor con la obligación del fiador, no extingue la obligación
del deudor principal”. La primera parte del Art. contempla el supuesto de extinción por
confusión de la obligación principal y extiende sus efectos a la obligación accesoria del
fiador, es decir se aplica el principio del Art. 862. La segunda parte del Art. se refiere al
supuesto inverso de confusión del derecho del A con la obligación accesoria de la fianza,
el cual como es lógico no envuelve la extinción de la obligación principal. Las situaciones
del A y D se mantienen intactas, pero desaparece la garantía y la obligación queda como
pura y simple ya que frente al A resta un único responsable: el propio deudor.
CONFUSIÓN EN EL CASO DE OBLIGACIONES SOLIDARIAS: el Art. 866 establece que “la
confusión entre uno de los acreedores solidarios y el deudor, o entre uno de los
codeudores solidarios y el acreedor, solo extingue la obligación correspondiente a ese
deudor o acreedor, y no las partes que pertenecen a otros coacreedores o codeudores”.
Extinción de la confusión: “Si la confusión viene a cesar por un acontecimiento
posterior que restablezca la separación de las calidades de acreedor y deudor reunidos
en una misma persona, las partes interesadas serán restituidas a los derechos
temporalmente extinguidos y a todos los accesorios de la obligación” Art. 687.
En definitiva lo que esta norma establece es que cesando la confusión, renace el status
jurídico o vínculo obligacional anterior. Reivindicando la postura de quienes sostienen
que la confusión no extingue la obligación sino que paraliza el derecho creditorio y sus
acciones.
En las sucesiones mortis causa se pueden encontrar los supuestos más corrientes de
desaparición ulterior de la confusión: tal como sucede si a posteriori se anula el
testamento base de la transmisión del derecho, o si el heredero es declarado indigno y
pierde su vocación hereditaria, o si se decreta la nulidad del acto de aceptación de la
herencia por inobservancia de las formas prescriptas, o incapacidad de quien la hizo, o
por dolo de un tercero, o por intimidación ejercida sobre el aceptante, etc.
Pero la confusión también puede cesar por un acto voluntario de la persona en cuya
cabeza se opero, como ocurre por ejemplo si el A que hereda a su D luego cede su
crédito , o a la inversa su obligación hereditaria a un tercero; en tales casos, al
separarse nuevamente las calidades de A y D, podrá el cesionario en el primer caso
exigir el cumplimiento de su cedente en cuanto a sucesor del obligado, y en el segundo,
el cedente reclamar el crédito del cesionario que asumió las deudas de la herencia que
fueran cedidas.
VALIDEZ: la validez de tales efectos entre las partes no podría desconocerse por el
principio de la libertar contractual. Pero en cambio la confusión desaparecida por
convención de partes, no puede perjudicar a terceros, y por ello es que resultara ineficaz
respecto de estos.
222
perdieron, o destruyeron, o cuando la obligación de hacer (intuito personae) y el hecho
resulta a posteriori imposible. Por ejemplo el pintor que pierde la vista, lo mismo ocurre
en las obligaciones de no hacer si la omisión se convierte en un hecho necesario.
La imposibilidad legal es la que se produce cuando aparece un obstáculo legal que se
opone a la realización de la prestación debida, aunque pueda ser cumplida
materialmente. Por ejemplo: si la cosa es puesta fuera del comercio.
2- Que la imposibilidad se haya producido sin culpa o dolo del D: la
imposibilidad debe ser a causa de caso fortuito o fuerza mayor, y no imputable
al deudor. Se transforma en una obligación de daños y perjuicios de no ser así.
3- Que el D no responda del caso fortuito: el D puede haber asumido o
tomado a su cargo el caso fortuito, y entonces conforme a lo dispuesto por el
Art. 513, el mismo ya no exonerará su responsabilidad. E igual sucede cuando
al tiempo de producirse el caso fortuito el D se hallaba en mora en el
cumplimiento.
Imposibilidad imputable: el Art. 889 dispone “si la prestación se hace imposible por
culpa del deudor o si este se hubiese hecho responsable de los casos fortuitos o fuerza
mayor, sea en virtud de una cláusula que lo cargue con los peligros que por ellos
vengan, o sea por haberse constituido en mora, la obligación primitiva, sea de dar o de
hacer, se convierte en la de pagar daños e intereses”. En todos los casos la imposibilidad
no resulta liberatoria para el D, sino que se transforma en una indemnización.
Aplicaciones:
OBLIGACIÓN DE DAR COSAS CIERTAS: el Art. 890 dispone “Cuando la prestación
consista en la entrega de una cosa cierta, la obligación se extingue por la perdida de ella
y solo se convierte en la de satisfacer daños e intereses en los casos del Art. 889”. Se
considera que hay pérdida cuando la cosa que debía darse se ha destruido
completamente, se ha puesto fuera de comercio, o ha desaparecido sin saber de su
existencia.
OBLIGACIONES DE DAR COSAS INCIERTAS: el Art. 894 establece que “Si la obligación
fuese de entregar cosas inciertas no fungibles, determinadas solo pro su especio, el
pago nunca se juzgara imposible y la obligación se resolverá siempre en indemnización”.
Cuando se trata de obligaciones de género limitado (incierto dentro de lo cierto), rige el
Art. 893 que dice “cuando la obligación tenga por objeto la entrega de una cosa incierta
determinada entre un numero de cosas ciertas de la misma especie, queda extinguido si
se perdiesen todas las cosas comprendidas en ella en un caso fortuito o fuerza mayor.
Ej.: si mi obligación es de dar un caballo la misma no se extingue por caso fortuito o
fuerza mayor, pero si la obligación es de género limitado, por ejemplo dar un caballo
dentro de los que están en un determinado stud la obligación puede extinguirse por
imposibilidad inculpable sobreviniente, si se pierden todos los objetos, es decir todos los
caballos del stud.
Efectos: en los casos en que las obligaciones se extinguen por imposibilidad de pago, se
extingue para el D y también para el A a quien el D debe volver todo lo que hubiese
percibido por motivo de una obligación extinguida. Se trata de una reiteración del
principio ya sentado en el Art. 578, una aplicación concreta de la cual aparece en el Art.
14113 referido a la compraventa, que dice “Si el vendedor se hallare imposibilitado para
entregar la cosa, el comprador puede exigir que inmediatamente se le devuelva el precio
que hubiese dado, sin estar obligado a esperar que cese la imposibilidad del vendedor”.
Como bien señala Busso, los riesgos de la cosa los soporta pues el D en su calidad de
propietario de la misma hasta el momento de la tradición: la cosa perece para su dueño.
Pero los riegos de la obligación contractual ser reparten: pues el D de la cosa se exime
223
de su entrega sin responsabilidad alguna, más a su turno se extingue igualmente toda
contraprestación que pudiera corresponder a cargo del cocontratante.
Punto 4: Prescripción.
La influencia que ejerce el tiempo en las relaciones de derecho es grande y variada, así
por ejemplo hay derechos que no pueden surgir sino en determinadas circunstancias de
tiempo, como el de los herederos de los bienes del fallecido presuntamente; hay otros
que no pueden tener mas que una duración preestablecida, como el del usufructo;
derechos que se adquieren por transcurso del tiempo, como la propiedad por medio de
la usucapión, o que se pierden por el no uso durante cierto lapso, como la servidumbre,
y otros en los que el plazo no incide sobre el nacimiento o extinción de los derechos sino
que fija su contenido, como ocurre cuando el monto de la indemnización por despido
injustificado del trabajador se establece en atención ala antigüedad en el empleo, etc.
Pero indiscutiblemente, en donde se advierte mayor importancia de la influencia
temporal, es en aquel conjunto de normas que se refieren a la adquisición y perdida de
los derechos por el transcurso del tiempo, de la sección 3º del libo IV del C.C.( de la
adquisición y perdida de derechos reales y personales por el transcurso del tiempo),
dicha sección ha dedicado dos títulos 1) de la prescripción de las cosas y acciones en
general, 2) de la prescripción de las acciones particulares. El Art. 724 no incluye a la
prescripción entre los medios de extinción de las obligaciones y ello es lógico pues
aquella no extingue la obligación sino la acción del A para perseguir el cobro de su
crédito.
a) Concepto:
El C.C en la segunda parte del Art. 3947 nos da el siguiente concepto general “La
prescripción es un medio de adquirir un derecho o de liberarse de una obligación por el
transcurso del tiempo”.
Clases:
Prescripción adquisitiva: es un medio de adquirir derechos reales, por ejemplo, es el
derecho por el cual el poseedor de un inmueble, adquiere su propiedad por la
continuación de la posesión durante el tiempo fijado por la ley, y ante la inacción de su
verdadero propietario. Este tipo de prescripción supone actos de domino sobre una cosa
y se funda en la posesión y buena fe del poseedor.
b) Prescripción liberatoria: esta estipulada en el Art. 3949 que dice “La prescripción
liberatoria es una excepción para repeler una acción por el solo hecho de que el que la
entabla, ha dejado durante un lapso de tiempo de intentarla, o de ejercer el derecho al
cual ella se refiere”. Concordantemente establece luego el Art. 4017 1º parte que “Por
solo el silencio o inacción del acreedor, por el tiempo designado por la ley queda el
deudor libre de toda obligación”.
224
Fundamento: si bien entre sus fundamentos se menciono otrora la presunción de una
renuncia por parte del titular del derecho que permanece inactivo y también de una
sanción a su negligencia, el verdadero fundamento es otro muy distinto: la seguridad en
las relaciones jurídicas. Al derecho le interesa liquidar las situaciones inestables y
asegurar el orden y la paz social, y ello se logra impidiendo que determinadas
situaciones de hecho puedan ser objeto de revisión después de pasado cierto tiempo:
imposibilitando la utilización de la acción prescriptita, se da certeza a los derechos y se
aclara la situación de los patrimonios que se ven descargados en su pasivo de las
obligaciones prescriptas.
Es una de las hipótesis en que la norma jurídica se aparta del contenido moral, ya que
puede no ser bueno en muchos supuestos la perdida de un derecho o de la posibilidad
de ejercitarlo en justicia, por la sola circunstancia de que el A se haya mantenido en
inacción un cierto tiempo; pero de todas formas esta es la solución , porque acá el
derecho atiende prevalentemente a los factores orden y seguridad jurídicos, ya que
mucho mas podría comprometerse la justicia en el conjunto de los casos, si se admitiera
lo contrario: que el titular del derecho puede hacer valer cuando ya se han borrado de la
memoria de los interesados las circunstancias del acto, y cuando es probable la
destrucción de los documentos comprobatorios de la extinción del derecho, o incluso ya
ha fallecido el D y sus herederos desconocen todo lo relativo a la obligación, etc.
Por todas estas razones, es que nuestros autores sostienen de manera uniforme que se
trata de una institución de orden publico.
Caracteres:
1- Es irrenunciable: no puede renunciarse cuando es futuro, pero una vez operada
puede renunciarse a ella.
225
2- Tienen derecho a invocarla, tanto los particulares como las personas jurídicas
públicas, siempre que las beneficie o bien con la carga de soportar sus consecuencias
perjudiciales (Art. 3951)
3- No pueden ampliarse sus plazos: porque importaría una renuncia parcial, pero si
pueden reducirse aunque no al extremo de renuncia anticipada. Por ejemplo el plazo de
20 años no puede reducirse a 10 días, pues no seria valido.
4- Es extintivo y no presuntivo de pago: basta el transcurso del tiempo para que quede
cumplida la prescripción.
5- No requiere buena fe, no influye en la prescripción liberatoria.
6- Mientras no se invoque no hay prescripción, en caso de duda del cumplimiento de la
prescripción, hay que inclinarse por la subsistencia de la acción.
c) Quienes pueden prescribir: el Art. 3950 dispone “Todos los que pueden adquirir
pueden prescribir”. Y el Art. 3051 agrega: “El Estado General o Provincial, y todas las
personas jurídicas visibles están sometidas a las mismas prescripciones que los
particulares, en cuanto a sus bienes o derechos susceptibles de ser propiedad privada; y
pueden igualmente oponer la prescripción”. Toda persona capaz o incapaz, de existencia
visible o jurídica publica o privada, puede prescribir y sus derechos y bienes son
prescriptibles.
Con respecto a las personas que pueden alegar la prescripción son:
1) el D o su mandatario, 2) herederos, 3) codeudores solidarios, 4) fiadores, 5) A del
deudor, 6) 3º interesados, 7) poseedor de inmueble hipotecado, 8) el sindico de la
quiebra o concurso civil del D.
226
1- La acción relativa a la reclamación del estado, ejercida por el hijo mismo. Esta norma
es coincidente con lo dispuesto en los Art. 259 y 262, los cuales mantienen la
imprescriptibilidad de las acciones sobre contestación de legitimidad, lo cual se funda en
que la situación de familia de las personas no solo interesa dentro de la esfera privada,
sino también al propio Estado: se trata de un vinculo irrenunciable, pues en el se basa el
orden jurídico y su extinción por prescripción crearía un vacío que un Estado organizado
no puede tolerar.
2- La acción de separación de patrimonios, mientras que los muebles de la sucesión se
encuentran en poder del heredero, si bien solo se menciona a los muebles, la doctrina
ha interpretado que también comprende a los inmuebles, ya que el Art. 3443 sin hacer
distinciones autoriza la separación de patrimonios mientras los bienes estén en poder del
heredero o del heredero de éste.
c) Otros supuestos mencionados por la doctrina y la jurisprudencia:
1- Acción del fallecido presunto que reaparece, para reclamar de sus herederos “la
entrega de los bienes que existiesen y en el estado en que se hallasen”
2- Acción para aducir la nulidad absoluta de un acto jurídico. Al respecto la reforma de la
ley 17.711, pareció introducir un régimen contrario al sentir de la doctrina y
jurisprudencia, al establecer en la 2º parte del Art. 4023 que el mismo plazo de 10 años
regiría para la prescripción de la acción de nulidad, sea absoluta o relativa, si no
estuviese previsto otro plazo. La ley “aclaratoria” 17.940/68 pretendió soslayar la
incongruencia reflejada en la critica de los doctrinarios, sustituyendo la expresión “sea
absoluta o relativa” por “tratase de actos nulos o anulables”, de modo que la redacción
del vigente 2º Párr. del Art. 4023 ha quedado de la siguiente manera “igual plazo regirá
para interponer la acción de nulidad, tratase de actos nulos o anulables, si no estuviese
previsto un plazo menor”. Ahora puede sostenerse que la prescriptibilidad de la acción
de nulidad alcanza exclusivamente a los actos nulos y anulables de nulidad relativa, mas
no a los viciados de nulidad absoluta.
227
En este Art. se comprenden tres supuestos distintos: el del crédito a plazo cierto (en el
cual la prescripción no empieza a correr sino desde el vencimiento del termino), el de la
obligación condicional (en que se supedita la iniciación del computo al cumplimiento de
la condición) y el de la acción de garantía o saneamiento (cuya prescripción no principia
sino desde el día de la evicción). Pero en los tres casos el curso de la prescripción recién
comienza desde que el derecho se torna exigible, o lo que es lo mismo, desde que nace
la acción, pues pendientes la condición o el plazo suspensivos, el A no puede promover
medidas de ejecución y mientras la evicción no se produzca no existe, ni puede
ejercitarse, el derecho del A para acción por tal garantía y saneamiento.
4- Obligaciones de plazo suspensivo: sea este cierto como lo dice el Art. 3957, o
incierto, el ejercicio del derecho, su exigibilidad, aparece subordinado o diferido hasta el
vencimiento del termino, y por lo tanto recién a partir de entonces podrá comenzar a
prescribirse la respectiva acción de cumplimiento. Se trata de un cumplimiento
cuotizado, que responda a un fraccionamiento consentido para facilitar el pago de una
prestación única como sucede por ejemplo en las ventas por mensualidades, la
prescripción de la obligación de pagar el precio se cuenta solo a partir del vencimiento
de la ultima cuota, pero si en cambio hubiera tantas obligaciones con vida propia e
independiente como cuotas distintas, tal como ocurre con los periodos de alquileres en
la locución de cosas, la prescripción corre entonces individual y separadamente para
cada una de ellas, a contar de cada vencimiento de los respectivos periodos.
5- Acción de garantía o saneamiento por evicción: la mayoría de la doctrina considera
que esta recién se opera con la sentencia que priva al adquirente eviccionado de los
derechos que ostentaba, y por lo tanto seria recién a partir de ese acto judicial que
nacería la acción de garantía contra el enajenante de la cosa y que empezaría a correr el
curso de la prescripción de la misma.
6- Obligaciones de rendir cuenta y pagar saldo: empieza a correr desde el día en que los
obligados cesaron en sus respectivos cargos. Esto es así porque hasta la cesación en el
cargo no puede haber cuentas definitivas ya que la rendición de cuentas es la obligación
final de tal desempeño.
7- Derechos eventuales: estos son los derechos susceptibles de nacer de una
circunstancia determinada, pero sin que la producción de esta entrañe con entera
necesidad la atribución de la ventaja patrimonial contemplada, como sucede por ejemplo
con los derechos que se reconocen a los presuntos herederos de una persona siempre
que la sobrevivan y puedan recoger su herencia. Los derechos que no pueden
reclamarse sino en calidad de heredero o donatario de bienes futuros, como también
aquellos cuyo ejercicio esta subordinado a una opción que no puede tener lugar sino
después de la muerte de una persona que los ha conferido, no son prescriptibles, sino
desde la apertura de la sucesión sobre la cual deben ejercerse (Art. 3953). Ej. La
elección de un legado de genero, o alternativo. La prescripción de la acción hereditaria
de los herederos instituidos, o de los herederos presuntivos del ausente, no principia
para estos últimos, sino desde el día en que se les hubiese dado la posesión definitiva de
los bienes del ausente, y para los herederos, desde que la sucesión se abrió.
228
posterior a la suspensión, se suman y computan conjuntamente para integrar el
transcurso total del pertinente termino de la prescripción. Así lo establece el Art. 3983
“El efecto de la suspensión es inutilizar para la prescripción, el tiempo por el cual ella ha
durado; pero aprovecha para la prescripción no solo el tiempo posterior a la cesación de
la suspensión, sino también el tiempo anterior en que ella se produjo”
Causales de suspensión:
1- En nuestro C.C la suspensión de la prescripción solo podía tener lugar en cuatro
supuestos:
a) A favor de los incapaces de hecho (Art. 3966)
b) Entre marido y mujer (Art. 3969)
c) Respecto del heredero beneficiario, en cuanto al crédito que el mismo tuviera contra
la sucesión (Art. 3972)
d) Entre los tutores y curadores y sus respectivos pupilos o curados (Art. 3973)
2-La reforma de las leyes 17.711 y 17.940/68 suprimió la primera causal de suspensión
(a favor de los incapaces de hecho), transformándola en un caso de “dispensa de la
prescripción corrida”, solo con relación a los incapaces carentes de representante legal.
E introdujo otras dos nuevas causales:
a) La deducción de querella criminal, que suspende el termino de prescripción de la
correspondiente acción civil indemnizatoria (Art. 3982 bis.)
b) La constitución en mora del D en forma autentica, que suspende por una sola vez y
por un termino no mayor de 1 año, el curso de la prescripción liberatoria (Art. 3986 in
fine.)
1- Suspensión respecto de los incapaces de hecho: el antiguo Art. 3966 del C.C
establecía: “la prescripción no corre contra los menores de edad, estén o no
emancipados, ni contra los que se hallen bajo una curatela, aunque la prescripción
hubiere comenzado en la persona de un mayor a quien haya sucedido con excepción de
los casos en que las leyes hubieren establecido lo contrario”
Esta norma ha sido muy criticada por cuando la suspensión de la prescripción a favor de
los incapaces de hecho, conspiraba contra la finalidad de seguridad jurídica perseguida
por este instituto, pudiendo llegarse a prolongar de tal manera las situaciones de
incerteza, que a postre nadie podría tener la tranquilidad de saber que su derecho nunca
iba a poder ser atacado por otro: una serie sucesiva de suspensiones por minoridad,
como por ejemplo que se podía alargar la prescripción por cualquier tiempo
insospechado.
La reforma de la ley 17.711/68, modifico sustancialmente este status, así el Art. 3966
ahora dice: “La prescripción corre contra los incapaces que tuvieren representantes
legales. Si carecieren de representación, se aplicara lo dispuesto en el Art. 3980”. La
nueva ley ha contemplado entonces dos situaciones diferentes: la de los incapaces con
representante legal (que se encuentran en igual situación que las personas capaces y
contra los cuales corre la prescripción) y la de los que carecen de representación (contra
quienes tampoco se detiene el curso de la prescripción, pero que pueden solicitar y
obtener del juez la dispensa de la prescripción corrida en los términos del Art. 3980). Se
ha resuelto sin embargo, por aplicación analógica de loa Art. 3966 y 3980 y su doctrina
del C.C, que la prescripción no corre contra los menores de edad, cuando su
representante legal es el D de la obligación de la que aquellos son A.
2- Suspensión por matrimonio: el matrimonio crea entre los esposos una situación de
unidad material y moral, que ha motivado la existencia de dos causales de suspensión
de la prescripción:
229
Una para las acciones concretamente existentes entre marido y mujer (Art. 3969): “La
prescripción no corre entre marido y mujer aunque estén separados de bienes y aunque
estén divorciados por autoridad competente”. Aquí se prevé el caso de que uno de los
cónyuges fuera A o tuviera un derecho contra el otro, y para evitar la enojosa y difícil
situación en que se encantaría el que tuviera que accionar contra su consorte para evitar
el curso de la prescripción, se ha dispuesto la paralización de esta mientras subsiste el
vínculo matrimonial. Pero el Art. 3969 ha establecido expresamente que tal suspensión
se mantiene “aunque los esposos estén separados de bienes y aunque estén
divorciados”, “cada uno de los cónyuges tiene la libre administración y disposición de sus
bienes propios y de los gananciales adquiridos con su trabajo personal o por cualquier
otro titulo legitimo”, “uno de los cónyuges no podrá administrar los bienes propios o
gananciales cuya administración le esta reservada al otro, sin mandato expreso o tácito
conferido por este”. Lo importante es señalar que esa forma de separación judicial de
bienes no afecta al vinculo matrimonial, el que subsiste indemne, razón por la cual se
mantienen en su plenitud los motivos tenidos en cuenta para resolver la suspensión de
la prescripción entre cónyuges. En cuanto a la hipótesis de divorcio también
explícitamente contemplada por el Art. 3969, el fundamento que encuentra nuestra
doctrina es que entre nosotros el divorcio en ese momento solo entraña la simple
separación de cuerpos de los esposos, pero sin que se disuelva el vínculo matrimonial.
Tratándose en consecuencia de una situación susceptible de cesar en cualquier momento
por reconciliación, por lo cual la suspensión de la prescripción tiende a evitar el
ahondamiento de esa separación.
Otra en cuanto a acciones de esta ultima contra terceros extraños pero que pueden
repercutir contra el marido (Art. 3970). La suspensión de la prescripción alcanza acá no
ya a las acciones entre esposos, sino también a aquellas de la mujer contra extraños,
pero que indirectamente o en forma inmediata puedan comprometer la responsabilidad
del marido, como sucedería por Ej.: con la acción de la esposa, si el marido diera en
arrendamiento fraudulenta o simuladamente, un inmueble de la sociedad conyugal a un
tercero.
230
puede invocar a su favor la prescripción que se hubiese cumplido en perjuicio de la
sucesión que administra”
Efectos: los efectos de la suspensión están establecidos en el Art. 3983 que dice” el
efecto de la suspensión es inutilizar para la prescripción, el tiempo por el cual ella ha
durado; pero aprovecha para el tiempo anterior en que ella se produjo”.
Cabe sin embargo formular una distinción según que la causal de la suspensión
preexistiera al comienzo de la prescripción o sobreviniese durante su transcurso.
Suspensión que preexiste al comienzo de la prescripción: la prescripción no se inicia
hasta el día en que cesa la causal de la suspensión, y empieza recién a computarse a
partir del día siguiente a ese evento.
Suspensión que deviene hallándose corriendo ya la prescripción: la prescripción se
paraliza y cuando su curso se reanuda, todo el tiempo transcurrido con anterioridad a la
suspensión se une al que empieza a correr después de cesada la misma, hasta
completar sumados ambos periodos el plazo legal de la prescripción.
Contra quienes se opera la suspensión: los efectos de la suspensión de la
prescripción son “personalísimos” y solo aprovechan o perjudican a las personas a favor
o en contra de las cuales ha sido establecido, no extendiéndose en los casos de
obligaciones con sujeto plural, sean simplemente mancomunadas o solidarias, a los
demás cointeresados. Así lo dispone el Art. 3981 que reza “El beneficio de la suspensión
de la prescripción no puede ser invocado sino por las personas, o contra las personas,
en perjuicio o a beneficio de las cuales ella esta establecido, y no por sus cointeresados
o contra sus cointeresados”. De esta forma en la mancomunación activa solo el A
beneficiado podrá prevalerse de la suspensión de la prescripción por la parte que le
corresponda en el crédito, pero para los demás coacreedores la prescripción seguirá
corriendo. Y en la mancomunación pasiva, la suspensión que afecte a un D por su
particular vinculación con el A, como sucede por ejemplo si el A contrae matrimonio con
231
una mujer que era su D con otros coobligados, no alcanzara a estos últimos, quienes se
verán liberados por el transcurso del plazo de la prescripción. (Limita efectos)
Pero por excepción, los efectos de la suspensión se propagan respecto de los
cointeresados, cuando la obligación es de objeto indivisible, según lo prevé el Art. 3982
“La disposición del artículo anterior no comprende a las obligaciones o cosas reales
indivisibles”. La razón de ser de esta excepción esta en que hay unidad de acción para
exigir el cumplimiento en las obligaciones indivisibles: como la acción es única y abarca
la prestación integra, el mantenimiento de su vigencia o la afectación hasta su caducidad
benefician y perjudican en su totalidad, sin posibilidad e hacerlo en forma parcial.
(Limita efectos)
Como una mera aplicación de estos principios y por ende en forma sobreabundante, el
C.C establece además con relación concreta al caso de varios herederos beneficiarios,
deudores a su vez de la sucesión que “la prescripción corres respecto a la parte de los
créditos de los coherederos que no la han interrumpido, a no ser que el derecho fuere
indivisible” (Art. 3975)
Causas de la interrupción:
1-Interrupción por demanda del acreedor: en su redacción primitiva del Art. 3986,
que contempla este supuesto, decía que “La prescripción se interrumpe por demanda
contra el poseedor…etc.”; y de ello podía inferirse que se había legislado exclusivamente
para la prescripción adquisitiva. Sin embargo nunca se puso en tela de juicio la
aplicabilidad de este precepto en la prescripción liberatoria.
La reforma de la ley 17711/68 ha venido a consagrar positivamente esa postura, y
establece en nuevo Art. 3986: “La prescripción se interrumpe por demanda del acreedor
contra el poseedor o deudor, aunque sea interpuesta ante juez incompetente o fuere
defectuosa y aunque el demandante no haya tenido capacidad legal para presentarse en
juicio”
232
Termino “demanda”: En general nuestra doctrina y jurisprudencia se inclinaron a
extender el concepto de demanda a toda pretensión deducida judicialmente, a todo acto
que evidencie que el A no ha abandonado su crédito y que su propósito no es dejarlo
perder; lo cual de por si constituye una manifestación de voluntad idónea suficiente para
interrumpir la prescripción. Dentro de este criterio se ha considerado que constituyen,
entre otros, actos judiciales útiles e interruptivos de la prescripción liberatoria, los
siguientes: el embargo y la inhibición general de bienes del D, el pedido de carta de
pobreza para promover la demanda contra el obligado, el pedido de concurso o quiebra
del D o la verificación del crédito respectivo, la solicitud de apertura de la sucesión del D
a instancia del A, o de reconocimiento de legitimo abono de un crédito contra el
causante en la misma secesión de este, etc. También se ha considerado interruptiva de
la prescripción la presentación en el juicio penal de victima asumiendo el rol de
“particular damnificado”, aunque no peticione allí la indemnización de los daños y
perjuicios, y sin duda es interruptivo de la prescripción una demanda que persigue un
objeto distinto al de poner en movimiento la acción. No se consideran interruptivos los
simples reclamos privados, como lo seria el envío de un telegrama requiriendo el pago, o
notas postales. Debemos agregar que la reforma del año 1968 insistió en el empleo de
la expresión demanda, sin aportar ningún nuevo elemento que permitiera contribuir a la
determinación de su alcance y sentido, con lo cual han quedado en pie todas las
construcciones doctrinarias y jurisprudenciales forjadas en torno a la interpretación del
término.
Defectos de la demanda que no la privan de su eficacia interruptiva: en su redacción
original el Art. 3986 establecía al efecto interruptivo de la demanda “aunque sea
interpuesta ante juez incompetente u aunque sea nula por defecto de forma, o porque el
demandante no haya tenido capacidad legal para presentarse en juicio”. Después de su
reforma por ley 17711/68 el precepto ha variado algo, pues dice que la interrupción se
produce “aunque sea interpuesta ante juez incompetente o fuere defectuosa y aunque el
demandante no haya tenido capacidad legal para presentarse en juicio”. Se ha
remplazado la frase “nula por defectos de forma” por “fuere defectuosa” lo que es mas
comprensivo y a la vez mas preciso, según Borda.
Demanda ante juez incompetente: es interruptiva porque de todas maneras
constituye una forma de exteriorización de la voluntad del A de mantener vivo su
derecho. En estos supuestos la interrupción perdurara hasta que la incompetencia sea
declarada por sentencia firme; pero sucede con frecuencia que el actor se anticipa al
pronunciamiento judicial sobre la incompetencia, desistiendo de la instancia para
promover una nueva acción ante juez que verdaderamente corresponda, lo cual no
suprime la eficacia interruptiva.
Vicios de forma: también es interruptiva por razones similares a la anterior, la
demanda “defectuosa” pues como lo explica Vélez en la nota al Art. 3986 aunque la
demanda sea nula, prueba la diligencia del que la interpone.
Incapacidad del actor: la última hipótesis prevista en el Art. 3986 es la de la
incapacidad del demandante, siendo obvio que se alude a la incapacidad de hecho o de
ejercicio de titular del derecho. Para precisar que incapaces de hecho son los que
pueden interrumpir la prescripción por este medio, decimos que como la ley no
discrimina entre incapaces absolutos y relativos, la norma del Art. 3986 se aplica a todos
ellos.
Necesidad de la notificación de la demanda interruptiva: el C.C en el Art. 3986
establece que la prescripción se interrumpe por demanda, pero sin aludir expresamente
a la notificación de la misma. Nuestra doctrina predominante interpreta que la sola
interposición de la demanda basta para interrumpir la prescripción, sin que resulte
necesaria su notificación, pues en definitiva se necesita que el A exteriorice su voluntar y
esto ya se logra a través de la demanda.
233
Demanda presentada en las dos primeras horas del primer día hábil siguiente al
vencimiento del termino de la prescripción: El Art. 124 3º Párr. de los nuevos códigos
procesales en lo civil y comercial de la Nación establece que “el escrito no presentado
dentro del horario judicial del día en que venciere un plazo, solo podrá ser entregado
validamente en la secretaria que corresponda el día hábil inmediato y dentro de las dos
primeras horas del despacho”. Ahora cabe preguntarse si tiene eficacia interruptiva una
acción iniciada vencido el término legal de prescripción, pero en la oportunidad prevista
en la norma citada. Algunos tribunales, se han pronunciado en el sentido de que la
demanda interruptiva debe deducirse antes de que se cumpla el tiempo de la
prescripción de la acción, y que no habiendo existido imposibilidad de hecho, resulta
inaplicable el plazo de gracia del Art. 124 del Código Procesal Civil y Comercial, por ser
evidente que una ley local no puede modificar las del código de fondo. En sentido
opuesto se han expedido en cambio otros, entendiendo que la presentación de la
demanda en secretaria, dentro de las dos primeras horas de despacho es valida y
eficiente, retrotrayendo las cosas al status del día inmediato anterior al hábil. Adherimos
a este último criterio, por estimar que el Art. 124 del código procesal civil complementa
en este aspecto al sistema del C.C y no lo contraria. Posibilitando así que una demanda
o escrito surta efectos en función del factor tiempo previsto en los plazos legales y
judiciales, si es presentado el primer día hábil subsiguiente y dentro de las dos primeras
horas de atención al público en los tribunales.
Quien debe promover la demanda: La demanda debe ser entablada por el titular del
derecho o por su representante legal o voluntario con poder suficiente.
Contra quien debe dirigirse la demanda: indiscutiblemente la acción debe ser dirigida
contra el verdadero obligado, debiendo precisarse concretamente en la misma la
persona contra quien se entable, aunque en otro sentido se ha resuelto que es
igualmente interruptiva la demanda instaurada contra quien resulte ser propietario de
un determinado vehiculo, con relación a quien después resulta individualizado como tal.
Por el contrario no es interruptiva contra el verdadero D, la acción dirigida a un tercero.
Causas que dejan sin efecto la interrupción: el Art. 3987 trata este tema disponiendo
que “La interrupción de la prescripción causada por la demanda, se tendrá por no
sucedida, si el demandante desiste de ella, o si ha tenido lugar la deserción de la
instancia, según las disposiciones del Código de Procedimiento, o si el demandado es
absuelto definitivamente”
234
derecho sustancial, por lo que se puede intentar de nuevo la acción, mientras no hubiese
transcurrido el plazo de prescripción de la misma.
235
probatorio, aunque algunos afirman que rigen en el caso las limitaciones probatorias del
Art. 1193.
3- Interrupción por compromiso arbitral: según el Art. 3988 “El compromiso hecho
en escritura publica, sujetando la cuestión de la posesión o propiedad a juicio de
árbitros, interrumpe la prescripción”.
Como se advierte en este texto también alude exclusivamente a la prescripción
adquisitiva, no obstante lo cual nuestra doctrina ha extendido su aplicación a la
liberatoria.
Dentro de la mención de los árbitros deben considerarse comprendidos no solo los
árbitros juris, sino también los arbitradores o amigables componedores, porque de todas
maneras el valor del compromiso es siempre el mismo, en cuanto combina algo de los
otros dos medios interruptivos: se asimila ala demanda, no judicial pero si arbitral, y al
mismo tiempo importa un reconocimiento eventual para el caso de que el laudo resulte
favorable al adversario.
En cuanto a la forma, algunos autores se atienen al Art. 3988 y exigen con carácter de
necesidad la escritura pública. Nosotros pensamos que el instrumento privado constituye
por si solo un acto interruptivo, por cuanto atañe al derecho ritual establecer si el
compromiso puede o no constar en instrumento privado, y por que además de acuerdo
con los Art. 1185 y 1197, de todas formas el compromiso realizado en instrumento
privado vale al menos como obligación de elevar el mismo a escritura publica.
Efectos: el Art. 3998 se ocupa de este punto “Interrumpida la prescripción, queda como
no sucedida la posesión que le ha precedido, y la prescripción no puede adquirirse sino
en virtud de una nueva posesión”. Esta norma también se refiere exclusivamente a la
prescripción adquisitiva, pese a lo cual se extiende su aplicabilidad a la liberatoria.
Conforme con el Art. 3998 son dos los efectos primordiales de la interrupción:
1- Uno mira hacia el pasado y consiste en tener por no sucedido el tiempo de
prescripción anteriormente transcurrido, pues se aniquila o reduce a la nada la
prescripción hasta entonces en curso.
2- Otro se dirige al futuro, por constituir el acto interruptivo punto de partida para un
nuevo e integral periodo de prescripción, en virtud de una inacción del titular del
derecho, si no se hubiera modificado la situación jurídica del D, siendo esta nueva
prescripción en principio de la misma naturaleza y duración de la precedente
interrumpida. Esto ultimo tiene una importante excepción: dictada una sentencia firme
reconociendo el derecho del A, la acción para exigir su cumplimiento “actio judicati”,
queda sometida al termino ordinario de prescripción del Art. 4023, aunque el derecho
reclamado hubiese estado sujeto a una prescripción de plazo menor. Y ello es así, por
cuanto en lo sucesivo el A ya no procurara el cumplimiento de la obligación originaria,
sino de la sentencia favorable obtenida.
236
a sentencia judicial y desde entonces empieza a correr la prescripción de la nueva acción
para exigir el cumplimiento de dicho laudo arbitral, salvo que la instancia ante los
árbitros caduque por algún motivo legal, en cuya hipótesis la interrupción se tendrá por
no sucedida.
3- Interrupción por reconocimiento: sus efectos son instantáneos, y por ello se admite
sin discusión que la prescripción comienza a correr otra vez, desde el momento mimos
en que ese acto tuvo lugar. Pero si en vez de reconocimiento hubiera habido una
verdadera novación, el régimen de la prescripción subsistente será entonces el que
corresponda a la nueva obligación constituida en reemplazo de la primitiva.
A favor y contra quien procede la interrupción: el principio general que rige en esta
materia cuando hay pluralidad de A o D, es el de la relatividad de los actos interruptivos,
consagrado por el Art. 3991 que dice “La interrupción de la prescripción, causada por
demanda judicial, no aprovecha sino al que la ha entablado y a los que de el tengan su
derecho”. Como un mero corolario el Art. 3993 donde que “La demanda entablada
contra uno de los coherederos, no interrumpe la prescripción respecto de los otros, aun
cuando se tratare de una deuda hipotecaria, si la demanda no se ha dirigido contra el
tenedor del inmueble hipotecado”
Cuando se trata de obligaciones solidarias el Art. 3994 dispone en cambio que “La
interrupción de la prescripción emanada de uno de los acreedores solidarias, aprovecha
a los coacreedores y recíprocamente la que se ha causado contra uno de los deudores
solidarios puede oponerse a los otros”. Pero como la muerte de uno de los A o D
solidarios extingue la solidaridad en relación a sus herederos, aplicando ese principio el
Art. 3995 establece que “La demanda entablada por uno de los herederos de uno de los
acreedores solidarios, no interrumpe la prescripción a beneficio de sus coherederos, y no
la interrumpe a beneficio de los otros acreedores, sino por la parte que el heredero
demandante tenia en el crédito, y recíprocamente, la demanda interpuesta contra uno
de los herederos del codeudor solidario, no interrumpe la prescripción respecto de sus
coherederos, y no la interrumpe respecto a los otros deudores, sino en la parte que el
heredero demandado tenia en la deuda solidaria”. Esto es así porque los herederos del A
o del D fallecido, quedan como A o D del crédito u obligación de su causante, en forma
simplemente mancomunada.
“Siendo indivisible la obligación, o el objeto de la prescripción, la interrupción de esta,
hecha por uno solo de los interesados aprovecha y puede oponerse a los otros” según el
Art. 3996, cabe recordar aquí que tratándose de obligaciones indivisibles no tiene
influencia el fallecimiento del A o D que a su vez dejan mas de un sucesor, lo cual
fundamenta el Art. 3996.
Por ultimo el Art. 3997, haciendo estricta aplicación de lo dispuesto con respecto a las
obligaciones principales y accesorias resuelve que “La demanda interpuesta contra el
deudor principal, o el reconocimiento de su obligación, interrumpe la prescripción contra
el fiador, pero la demanda interpuesta contra el fiador, o su reconocimiento de la deuda,
no interrumpe la prescripción de la obligación principal”. Esto es así, dado que la
obligación del garante, siendo accesoria, sigue la suerte de la principal, quedando el
mismo obligado mientras lo este el propio deudor, en tanto que por el contrario no es así
a la inversa, en razón de que las circunstancias que de una u otra manera influyen sobre
la obligación accesoria, no repercuten sobre la principal que tiene una vida
independiente y separada de aquella.
e) Plazos de la prescripción:
Los términos de la prescripción sonde los mas variados, según las diferentes acciones,
pudiendo afirmarse, después de la reforma de la ley 17711/68 que los mismos se
escalonan entre un termino máximo de 20 años y uno mínimo de 2 meses.
237
Modos de computarlos:
Título II Del modo de contar los intervalos del derecho
Art. 23. “Los días, meses y años se contarán para todos los efectos legales por el
Calendario Gregoriano”
Art. 24. “El día es el intervalo entero que corre de media noche a media noche; y los
plazos de días no se contarán de momento a momento, ni por horas, sino desde la media
noche en que termina el día de su fecha.”
Art. 25. “Los plazos de mes o meses, de año o años, terminarán el día que los respectivos
meses tengan el mismo número de días de su fecha. Así, un plazo que principie el 15 de
un mes, terminará el 15 del mes correspondiente, cualquiera que sea el número de días
que tengan los meses o el año.”
Art. 26. “Si el mes en que ha de principiar un plazo de meses o años, constare de más
días que el mes en que ha de terminar el plazo, y si el plazo corriese desde alguno de los
días en que el primero de dichos meses excede al segundo, el último día del plazo será el
último día de este segundo mes.”
Art. 27. “Todos los plazos serán continuos y completos, debiendo siempre terminar en la
media noche del último día; y así, los actos que deben ejecutarse en o dentro de cierto
plazo, valen si se ejecutan antes de la media noche, en que termina el último día del
plazo.”
Art. 28. “En los plazos que señalasen las leyes o los tribunales, o los decretos del
gobierno, se comprenderán los días feriados, a menos que el plazo señalado sea de días
útiles, expresándose así.”
Art. 29. “Las disposiciones de los artículos anteriores, serán aplicables a todos los plazos
señalados por las leyes, por los jueces, o por las partes en los actos jurídicos, siempre que
en las leyes o en esos actos no se disponga de otro modo.”
1) Plazo ordinario: en los derechos creditorios que no tengan otro lapso especial
establecido, rige el termino ordinario o común de prescripción establecido por la primera
parte del Art. 4023 que dice “Toda acción personas por deuda exigible se prescribe por
diez años, salvo disposición especial”
Pese a que el código se refiere concretamente a las acciones personas por deudas
exigibles, se ha tenido uniformemente que la prescripción decenal del Art. 4023, es
aplicable a toda clase de acciones prescriptibles, que no están sujetas a otro plazo
diverso. Es mas, siendo este el principio general, la aplicación de las prescripciones
especiales debe ser de interpretación restrictiva.
Así se ha considerado que rige la prescripción decenal ordinaria para las siguientes
acciones:
1) cumplimiento de contrato en general;
2) la de los mandatarios por reembolso de anticipos efectuados de su peculio, para el
cumplimiento del mandato,
3) indemnización de daños y perjuicios por incumplimiento contractual,
4) repetición de pagos realizados sin causa, comprendiendo también la repetición de
impuestos inconstitucionales;
5) enriquecimiento sin causa,
6) cumplimiento de una sentencia firma, que es distinta de la que correspondía a las
obligaciones que dieran lugar al juicio y a la condena,
7) cobro de la medianería y contribución al cerramiento forzoso del Art. 2726,
8) del condómino que realizó construcciones en el bien común, por cobro contra los
restantes copropietarios de sus respectivas contribuciones,
9) la del propietario contra el poseedor de mala fe por reintegro de los frutos percibidos
por este último,
238
10) del escribano por cobro de sus honorarios, siempre que se trate de un asesoramiento
profesional no ligado a la función notarial, y del ingeniero civil por confección de planos y
cálculos de hormigón,
11) los honorarios de los abogados regulados judicialmente por sentencia firme, como así
por sus trabajos extrajudiciales, etc. Después de la reforma de la ley 17711/68 también
esta prescripción es la ordinaria o común de toda la acción de nulidad que no tenga un
plazo menor.
f) Renuncia de la prescripción:
Concepto: el Art. 3965 establece que “Todo el que puede enajenar, puede remitir la
prescripción ya ganada, pero no el derecho de prescribir para lo sucesivo”. Se trata pues
de un acto abdicativo y no de la creación de un nuevo derecho y por ello puede decirse
que la renuncia es en este caso el acto por cual el renunciante se despoja del poder
jurídico de invocar la prescripción, dejando subsistente toda su plenitud y eficacia, la
obligación a cuyo respecto había corrido el termino de aquella. La ley autoriza a renunciar
a una prescripción ya cumplida o ganada, pues esta constituye ya un derecho adquirido e
incorporado en el patrimonio del D, o sea que no hace más que aplicar
circunstancialmente el principio general del Art. 872, que autoriza la renuncia de todo
derecho conferido en miras exclusivamente del interés individual. Porque es obvio que el
239
no querer prevalerse de una prescripción operada, solo compromete el interés personal
del renunciante.
Derecho de los A del renunciante: el Art. 3963 establece que: “Los acreedores y todos
los interesados en hacer valer la prescripción puede oponerla a pesar de la renuncia
expresa o tacita del deudor…”
Lo que este precepto prevé expresamente, es la atribución de la acción revocatoria del
Art. 964, con relación a un acto o titulo gratuito del D, en cuya virtud ha renunciado
facultades, por cuyo ejercicio hubiera podido mejorar el estado de su fortuna. Pero
evidentemente, debe reconocerse a los A el derecho para oponer por vía de acción
subrogatoria, la prescripción de otra obligación de su D simplemente omitida como
defensa, aunque no renunciada expresamente por este.
240
atentando contra la finalidad de la certeza en las relaciones jurídicas que constituye la
télesis y objetivo del instituto de la prescripción.
Caducidad: al lado de la prescripción, hay otro instituto que no se confunde con ella: el
de la caducidad, la doctrina prevaleciente afirma que hay plazo de caducidad cuando la
ley, por razones particulares vinculadas al carácter de la acción y a la naturaleza de los
hechos o relaciones jurídicas que le dan nacimiento, acuerda la misma pero supeditando
su ejercicio a un periodo prefijado de tiempo, generalmente breve. Nosotros preferimos la
tesis que considera que el plazo de caducidad es aquel dentro del cual se debe realizar un
hecho (positivo o negativo) o un acto, que dará nacimiento o consolidara un derecho o
una acción, vale decir que dentro del plazo de caducidad deberá necesariamente
cumplirse el cato de que se trate, para que surta sus efectos jurídicos y que no realizado
el mismo en el tiempo propio quedara definitivamente cerrada la posibilidad de practicarlo
ya eficientemente.
241
Casos de caducidad en el C.C: en nuestro entender siguiendo el criterio defendido de
que los plazos de caducidad son aquellos durante los cuales debe imperativamente
realizarse una actividad para que sea fructuosa jurídicamente, en el sentido de dar
nacimiento o consolidar un derecho, pensamos que pueden mencionarse dentro de
nuestro C.C los siguientes términos de caducidad:
a) El plazo de 3 años para ejercer el derecho de recuperar para ejercer el derecho de
recuperar la cosa inmueble vendida con pacto de retroventa (Art. 1381 y 1382)
b) 3 meses para hacer valer el pacto de mejor comprador den la compraventa de cosas
muebles (Art. 1400)
c) el termino de 3 meses para ejercitar el derecho a cuyo respecto se cumplió la
prescripción después de cesada la imposibilidad de obrar que obsto la acción (Art. 3980)
d) El de 3 años otorgado al A que ha sido desposeído de la prenda contra su voluntad,
para acción por reivindicación (Art. 3980)
(Mas casos tomo 2 Cazeux- Trigo Represas Pág. 290-292)
Punto 1:
a) Pago de lo que no se debe
Pago indebido es el que no habilita al accipiens para retener lo percibido, sino
que por el contrario faculta al solvens para promover una acción de repetición
tendiente a la restitución de lo dado en pago. Se comprenden dentro pago varios
supuestos distintos, el pago por error; los de pago sin causa; los de pago por
causa ilícita o contraria a las buenas costumbres; y los de pago obtenido por
medios ilícitos.
242
c) la condictio indebiti empleada para repetir toda prestación hecha
indebidamente y por error, d) la condictio ob turpem injustam causa, la cual se
acordaba para repetir las prestaciones realizadas por una causa ilícita o inmoral,
e) la condictio furtiva, en los supuestos de hurto o robo.
En el Bajo Imperio las condictios asumen nuevas funciones, como la de
sancionar todas las obligaciones creadas por ley y desprovistas de acción
(condictio ex lege). Y por ultimo la condictio sine causa, admitida por Justiniano,
Viena a acordar acción toda vez que exista un enriquecimiento sin causa y no
resulten invocables otras condictios especiales, siendo esta la que alcanzo mayor
desenvolvimiento y llego a involucrar a todas las otras.
En lo que respecta al derecho comparado se pueden señalar tres corrientes
distintas en cuanto a técnica legislativa: hay códigos que tratan este tema como
uno de los supuestos de “cuasicontratos”, la posición del código civil francés, y
en general de los que siguieran sus lineamientos. Otros que lo consideran un
capitulo integrante del titulo del “pago, como lo hacen nuestro código civil, el de
brasil, el peruano, etc. y finalmente, los códigos mas recientes se inclinan a
englobar esta materia en el régimen mas general del enriquecimiento sin causa,
como el código alemán, suizo, italiano de 1942, venezolano, etc.
243
para la acción de repetición es el del solvens, según resulta del Art. 784 y 790,
mientras que el error de quien recibe el pago puede interesar para determinar su
buena o mala fe y precisar así las consecuencias accesorias de la repetición, pero
no incide en la procedencia de esta. Esta exigencia por lo demás es razonable,
por cuando esta en juego la certeza y seguridad de las relaciones jurídicas, que a
no dudar resultarían afectadas, creándose un status de inestabilidad y casos, si
el solvens pudiera en cualquier circunstancia volver sobre los hechos ya pasados
y pretender sin mas ni mas la repetición del pago.
Requisitos del error: el error idóneo para fundar una acción de repetición
puede ser de hecho o de derecho pero debe ser esencial.
1- Error de hecho o de derecho: el Art. 784 expresamente prevé que el error que
da lugar a la repetición puede ser tanto de hecho como de derecho. Ello significa
que en esta materia el código se aparta de los principios generales, dado que
conforme al Art. 923 “La ignorancia de las leyes, o el error de derecho en ningún
caso impedirá los efectos legales de los actos lícitos, ni excusará la
responsabilidad por los actos ilícitos.” La excepción se justifica fácilmente, por
cuanto cualquiera fuese la naturaleza del error sufrido, lo cierto es que de no
permitirse la repetición se estaría consolidando un enriquecimiento sin causa del
accipiens, contrario a las reglas de equidad.
2- Error esencial: el error debe ser esencial, según lo exige el Art. 790 para
acordar la repetición y lo descarta el Art. 791 para negarla. Pero lo cierto es que
el código no precisa acá que se entiende por error esencial, sino que se limita a
dar en el primero de esos preceptos una enumeración de casos, respecto de los
cuales no cabe pues ninguna posibilidad de controversia, sobre si concurren o no
todas las notas configurativas de la esencialidad (Art. 924-927 C.C). Analizando
los distintos supuestos se advierte que todos ellos se refieren a situaciones que
se suscitan entre quienes revisten efectivamente entre si las calidades de A y D:
Art. 790
Inc. 1: Hay error esencial con lugar a repetición si la obligación fuese
condicional y el deudor pagase antes del cumplimiento de la condición. Esta
norma se refiere al caso de una obligación bajo condición suspensiva, y se
aprecia que en esta hipótesis el pago se efectúa entre el A y el D, solo que
estando la obligación subordinada al cumplimiento de la condición suspensiva, su
eficacia estaba paralizada e incluso amenazada por la posibilidad de perderse
totalmente hasta el advenimiento del hecho condicionante. Y por lo tanto
pendiente tal condición, el D no tenía realmente la obligación de pagar, por lo
que si lo hubiese hecho por error, puede repetir.
Inc. 2: Error sobre el objeto. Si la obligación fuese de dar una cosa cierta y el D
pagase al A entregándole una cosa por otra. Acá también existe una obligación
entre el accipiens y el solvens, pero que cumple con una prestación distinta de la
debida, media pues un error en cuanto al objeto de la obligación.
Inc. 3: existe igualmente un error en cuanto al objeto, pues siendo la obligación
de dar una cosa incierta y solo determinada por la especie, o si fuese obligación
alternativa, el D paga en la suposición de estar sujeto a una obligación de dar
una cosa cierta, o entregando al A todas las cosas comprendidas en la
alternativa. En el caso de la obligación de dar una cosa incierta, solo
determinada por su especie, si la cosa entregada corresponde al género
prometido, el pago no será repetible. Y en la hipótesis de la obligación
alternativa, el D que cumplió con todas las prestaciones puede repetir pero con
244
exclusión de aquella que elija para el cumplimiento, respecto de la cual el pago
no será indebido.
Inc. 4: en el supuesto de que la obligación fuese alternativa compitiendo al D la
elección y el hiciese el pago en la suposición de corresponder la elección al A. Se
puede repetir, por cuanto el ejercicio por el A de la facultad de elección que no le
correspondía, puede agravar injustificadamente la situación del D.
Inc. 5: otro caso de error en cuanto al objeto, Si la obligación fuese de hacer o
de no hacer, y el D pagase prestando un hecho por otro, o absteniéndose de un
hecho por otro. Bueno es señalar que en estos casos no puede hablarse en rigor
de repetición. Si se cumplió un hecho distinto del prometido, el D únicamente
podrá reclamar a titulo de indemnización un valor equivalente a lo que costaba
ese servicio cuando el mismo fue prestado. Y en cuanto a la obligación de no
hacer, la hipótesis es impracticable, y la norma legal carece de sentido.
Inc. 6: Error sobre la naturaleza del acto. Se refiere al caso de una obligación
simplemente mancomunada de objeto divisible, que el D pagase en su totalidad
como si fuese solidaria. En este tipo de obligaciones de sujeto plural, se
considera que existen tantas obligaciones como A y D haya, lo cual puede inducir
a pensar que quien paga el total lo hace como tercero, ya que tiene ese carácter
con relación a las cuotas a cargo de los demás codeudores de la obligación
divisible. Sin embargo lo cierto es que entre el solvens y el accipiens existía una
relación obligacional, aunque por un error sobre la naturaleza de ese vínculo se
provoque otro error y lo pagado cumplido entre personas que revestían
efectivamente las calidades de A y D, y por ello el supuesto es de pago por error,
tal como esta legislado y no de pago sin causa.
Por ultimo hay que destacar que esta no es una enumeración taxativa, sino
meramente ejemplificativa y que por lo tanto se pueden aceptar por analogía
otros casos que presenten similitud con los expuestos.
245
acreditación de la mala fe de aquel estará a cargo del pagador que insista en la
acción de repetición, dado que siempre la buena fe se presume.
Ejercicio de la acción:
Legitimación activa. Titularidad de la acción:
Por el deudor: Se trata acá de estudiar quien puede ejercitar la acción de
repetición, y la respuesta es obvia: el solvens, o sea quien realizo el pago, sin
que importe si esta calidad corresponde en el caso al D que cumplió una
prestación distinta o con variantes sustanciales en cuanto a ciertas modalidades
del cumplimiento, o si fue un tercero que pago la deuda de otro, aunque en este
caso se trata propiamente de repetición de un pago sin causa y no de un pago
por error.
Por un tercero: Por excepción la acción no corresponderá a quien
materialmente efectuó el pago, si lo hizo como mandatario o representante, pues
entonces se considera que tal pago fue realizado personalmente por el mandante
o representado. Pero aun en estos casos se admite en general que el propio
mandatario o representante esta legitimado para intentar la repetición, cuando
lo realizo con bienes suyos propios para evitar una doble serie de acciones del
mandatario contra el mandante y de este contra el accipiens, y cuando el
mandatario queda como personalmente responsable del pago, por mal empleo
de los fondos de su mandante, ya que si debe reintegrar a este ultimo el importe
indebidamente pagado, parece lógico acordarle asimismo la acción de repetición
contra el accipiens.
Si el pago lo hubiese practicado un tercero sin mandato del deudor, hay que
formular un distingo, si el obligado ratifica a posteriori tal pago expresa o
tácitamente, esta ratificación equivaldrá al mandato, y por lo tanto resultara de
aplicación todo lo expuesto precedentemente, pero si el D desconoce tal pago, la
acción de repetición debe corresponder directamente al tercero pagador.
246
También deberá demostrar el demandante que el pago fue indebido, o por
haberse cumplido de modo distinto. En el caso de pago sin causa, el solvens
tendrá que demostrar que el no era en verdad D de la obligación satisfecha. Y
así llega la condición fundamental y decisiva: la prueba del error en el pago. Se
trata de una prueba difícil, aunque no impracticable, que además es dable rendir
por todos los medios probatorios posibles, inclusive el de testigos y
presunciones, ya que no se trata de acreditar un contrato sino simples hechos y
no rige por tanto la limitación el Art. 1193. En este sentido resulta fundamental
la actitud del accipiens, pues su negativa inicial de haber recibido el pago que
después resulta probado, constituye un indicio suficientemente revelador de que
el mismo fue efectuado por error. Además como se ha sostenido, la prueba del
error es innecesaria en los casos de pago sin causa que en nuestro entender son
todos aquellos realizados entre sujetos que no estaban ligados por un vínculo
obligacional.
247
789)
4- Enajenación de un tercero de la cosa recibida en pago: cuando el accipiens
enajena a su vez la cosa recibida en pago a un tercero, el solvens tiene a su
elección dos acciones diferentes, una indemnizatoria contra el propio accipiens, y
otra re reivindicación contra el tercero adquirente, salvo que fuera de buena fe y
a titulo oneroso.
5- Prestaciones de hacer y de no hacer: si se cumplió un hecho diferente al
debido, el D solo podrá reclamar una indemnización proporcional al valor del
servicio prestado. En las obligaciones de no hacer esto resulta impracticable.
c) Pago sin causa: en el Art. 792 prevé que el pago efectuado sin causa, puede
ser repetido, haya sido o no por error, y a continuación el Art. 793 establece que
“el pago debe ser considerado hecho sin causa, cuando ha tenido lugar en
consideración de una causa futura, o que fuese en consideración de una causa
existente pero que hubiese cesado de existir”
Pago por causa ilícita o inmoral: el código considera asimismo sin causa el
pago efectuado en razón de una causa ilícita o inmoral según lo previene el Art.
792.
El primer supuesto de causa ilícita esta contemplado en el Art. 794 que dice “Es
también hecho sin causa, el pago efectuado en virtud de una obligación, cuya
causa fuese contraria a las leyes o al orden publico, a no ser que fuese hecho en
ejecución de una convención que debiera procurar a cada una de las partes una
ventaja ilícita, en cuyo caso no podrá repetirse”
El segundo supuesto de causa inmoral lo prevé el Art. 795 que dice “El pago
hecho por una causa contraria a las buenas costumbres, puede repetirse cuando
solo hay torpeza por parte del que lo recibe, aunque el hecho o la omisión en
virtud del cual el pago ha sido efectuado, hubiese sido cumplido. Si hay torpeza
por ambas partes, la repetición no tiene lugar aunque el hecho no se hubiese
realizado”. Ej. Dado en la nota al Art. 794, el caso de que una sociedad se
248
formase para operaciones de contrabando y una de las partes quisiera repetir
contra la otra las sumas pagadas, en ejecución de la convenida a titulo de
beneficios o perdidas. La causa contraria a la mora y las buenas costumbres
entra dentro de la prohibición genérica del Art. 953, en cuanto al objeto de los
actos jurídicos, tales serian por ejemplo los contratos sobre la trata de blancas,
cesión de clientela profesional, concubinato, cadenas de prosperidad, etc. y
cualquier pago fundando en un contrato de este tipo seria entonces repetible por
ser causa inmoral.
Pago obtenido por medios ilícitos: la parte final del Art. 792 incluye dentro
del concepto de pago sin causa, al logrado por medios ilícitos, autorizando
igualmente en consecuencia su repetición: el pago “que se hubiese obtenido por
medios ilícitos, puede ser repetido, haya sido o no hecho por error”.
La fuente de este precepto se encuentra en Aubry y Rau, quienes indirectamente
lo explican al mencionar por vía de ejemplo el caso de que un A, a un legítimo,
hubiese obtenido con ayuda del dolo o de la violencia, el pago de su crédito de
un tercero que no era su D. Pero evidentemente, dentro del concepto lato del
Art. 792, no cabe referirse únicamente a los medios ilícitos utilizados contra el
tercero sino también el caso más habitual de tales procedimientos empleados
contra el propio D. Y en esta hipótesis, el pago tiene causa, por cuanto el
accipiens poseía el titulo para imputar el recibo a la satisfacción de su crédito y
el solvens revestía efectivamente la calidad de obligado. Siendo ello así, es obvio
que falta todo interés jurídico – base de las acciones en derecho – para la
repetición, al punto de que el A demandado por repetición podría reconvenir por
cumplimiento y legitimar así el pago precedente, y si la repetición triunfa,
automáticamente renacería la obligación del solvens, son lo cual deberían
sucederse dos desplazamientos de los mismos bienes del D, de salida y regreso,
al patrimonio del accipiens, obviamente carentes en todo sentido y justificación.
Por ello es que en principio, corresponde admitir que en estos casos el pago es
irrepetible, sin perjuicio de que el accipiens pueda quedar obligado frente al
solvens por los daños ocasionados al mismo con su delito civil, e incluso de la
responsabilidad penal que pudiera haber incurrido. Con este entendimiento, la
repetición de lo pagado como consecuencia del empleo de medios ilícitos por
parte del accipiens queda circunscripta al pago realizado por un tercero, en cuyo
supuesto por no existir un vinculo obligacional entre ambos el pago es en
realidad “sin causa” y al cumplimiento forzado obtenido del propio D de una
obligación natural, ya que su irrepetibilidad solo esta impuesta cuando el pago es
espontáneo y este evidentemente no lo es si se ha logrado por el empleo de dolo
o violencia.
249
el respectivo instrumento del crédito, y a darle liberación por otro instrumento
de la misma naturaleza”. Sin embargo no es necesaria la existencia de error en
ambas partes bastando con el de quien se constituye como D para la
aplicabilidad de esta norma.
250
Ya desde el tiempo de la legis actionem existieron remedios para combatir el
enriquecimiento: tales el sacramentum y la iudictis postulatio. Luego en época
no establecida, pero que se pretende fijar entre los años 510 y 605 de roma, se
sancionaron las leyes Silia y Calpurnia, creando las condictio certa pecunia y
certa res, tendientes a lograr en justicia respectivamente la restitución de una
suma de dinero o de una cosa cierta retenidas sin derecho, o sea para todos los
casos en que antes se podía obrar por sacramentum o iudictis postulatio, pero
muniendo a los A de mayores ventajas y acciones, así nacen las condictio a las
que ya nos hemos referido. Finalmente, no obstante este instituto (las condictio)
se reconocieron otros medios para combatir el enriquecimiento sin causa. Entre
los que se pueden mencionar a) la in integrum restituo: acordada al menor de
25 años y al ausente por cuenta del Estado, a fin de borrar los efectos de una
usucapión operada en su contra; b) La acción rerum amotarum, que se daba
contra la mujer culpable de haber malversado los bienes de su esposo; c) La
reivindicación por formula petitoria, que tenia ventaja de posibilitar al juez el
examen de todas las relaciones existentes entre las partes, entre otras. En la
Edad Media, najo la influencia moralizante del derecho canónica, el deber de
restituir aparece como mucho mas riguroso, siempre que faltase el antecedente
necesario para dar una causa licita al enriquecimiento. Para ello Napoleón y las
legislaciones que en el se inspiran, no llegaron a sancionar expresamente esta
institución, no obstante contener numerosos preceptos dispersos en relación a
ella. La doctrina, sin embargo, especialmente la francesa, hizo girar el sistema
en torna de la versio in rem, a la cual se llega a atribuir una latitud por cierto
mucho mayor a la que tuviera originalmente.
251
4- Concepción objetiva del provecho creado: Ripert y Teisseire sostuvieron que
así como en punto a responsabilidad civil provoca un riesgo debe soportar sus
consecuencias dañosas a al inversa el que ha creado un provecho debe
beneficiarse con el mismo. Así según esta teoría toda persona tendrá derecho a
reclamar o exigir para si, las consecuencias útiles o ventajosas de su obra.
5- Equilibrio patrimonial automático: para algunos autores el principio prohibitivo
del enriquecimiento sin causa, solo seria una norma destinada a restablecer el
equilibrio entre dos patrimonios, cuando el mismo ha sido alterado sin causa en
perjuicio de uno de ellos y en beneficio de otros.
6- Obligación legal: entre notros Lafaille ha sostenido que a la luz de
disposiciones de nuestro C.C debemos admitir que nos hallamos en presencia de
un acto involuntario, que si en principio no determina obligaciones (Art. 900), las
crea precisamente en esta hipótesis. El deber a cargo de quien hubiere
acrecentado sus bienes no emana entre nosotros del contrato, ni siquiera de
ningún acto voluntario, producido por dolo o culpa. Por todo lo cual concluye,
siguiendo a otros autores, que el enriquecimiento sin causa debe comprenderse
dentro de la categoría de las obligaciones legales.
7- Nuestro C.C: no contiene ningún Art. que consagre expresamente el principio
del enriquecimiento sin causa, pero esta implícitamente receptado. Vélez
manifiesta que el principio de equidad que siempre es principio en nuestro
derecho civil, no permite enriquecerse con lo ajeno y que un supuesto acreedor
se quede con una suma o una cosa que no se le debía, o que no se la debía el
que se la entrega, y que el código ha querido y ha sabido ser justo. Ha dicho que
nadie debe jamás enriquecerse a costa de otro hombre aunque este sea un
hombre de mala fe. A pesar de esto, nuestro C.C contiene en sus Art. numerosas
aplicaciones al principio del enriquecimiento sin causa:
1- el régimen de la repetición del pago indebido (Art. 784 y sigs), obedece a
este principio y ha sido tratado como un capitulo de el por algunos de nuestro
autores.
2- En el pago realizado por un tercero contra la voluntad del D “el que así lo
hubiese verificado tendrá solo derecho a cobrar del D aquello en que le hubiese
sido útil el pago” (Art. 728)
3- En los hechos involuntarios, solo se responde del daño causado si con el daño
se enriqueció el autor del hecho, y en tanto en cuanto se hubiere enriquecido”
(Art. 907), etc.
252
fundamento de la acción.
b) Formas de producirse el enriquecimiento: el patrimonio del demandado puede
enriquecerse de diferentes modos:
I- Enriquecimiento provocado por obra del empobrecido: es el caso mas
corriente, un ejemplo lo proporciona el empleo útil contemplado en el Art. 2306
que alude al supuesto de quien sin ser gestor de negocios ni mandatario hiciese
gastos en utilidad de otra persona, y puede por lo tanto demandarlos a aquellos
en cuya utilidad se convirtieron, o en la edificación, siempre o plantación con
semillas o materiales propios en terreno ajeno, en el supuesto que el dueño de
este tiene derecho para hacer suya la obra siempre o plantación, pero con las
indemnizaciones correspondientes a favor de aquel.
II- Enriquecimiento por un hecho del propio enriquecido: contemplado por el Art.
907 1º parte, cuando dispone que quien por un hecho suyo causare a otro algún
daño en su persona y bienes, solo responderá con la indemnización
correspondiente si con el daño se enriqueció, y en tanto y en cuanto se hubiere
enriquecido. Ej. la siembra plantación o edificación en inmueble propio con
semillas plantas materiales ajenos, que hace adquirir la propiedad de estos (Art.
2587 y 2591)
III- Enriquecimiento de uno y correlativo empobrecimiento de otro, puede ser
también producido por un tercero: como sucedería por ejemplo si un insano, con
semillas no pagadas efectuara una siempre en terreno ajeno que había tomado
en arriendo, enriqueciendo así sin causa al propietario del funda que luego lo
recupera por ser nulo el contrato, en perjuicio del proveedor impago.
IV- Enriquecimiento sin causa puede operarse por hechos naturales o
accidentales: que comporten ventajas o provechos para un patrimonio en
desmedro de otro. Así en los casos de adjunción y de mezcla o confusión de dos
o mas cosas de distintos dueños, que pueden resultar de un hecho causal, el
propietario de la cosa considerada principal adquiera la accesoria, pero debe
indemnizar al dueño de esta lo que la misma valiere.
2- Empobrecimiento del actor: es necesario un empobrecimiento sin causa.
En efecto, la acción in rem verso no procede cuando se provoca el
enriquecimiento de alguien, pero sin detrimento alguno correlativo. Ej. Si el
propietario de un campo para evitar inundaciones periódicas, realiza obras de
desagüe que favorecen por igual a tierras vecinas. La mera existencia del
enriquecimiento de una persona procurado por otra, no resulta suficiente para
fundar una pretensión accionable por enriquecimiento sin causa, sino que es
imprescindible el empobrecimiento. El empobrecimiento siempre debe consistir
en una disminución del patrimonio del acciónate, que puede configurarse por un
daño positivo o efectivo menoscabo (daño emergente) o por la privación o
frustración de un lucro esperado (lucro cesante).
3- Relación causal entre enriquecimiento y empobrecimiento: debe haber
relación de causalidad entre uno y otro, en el sentido de que el enriquecimiento
debe ser efecto del empobrecimiento. Sin embargo, no resulta indispensable que
el traspaso de los valores sea directo del patrimonio empobrecido al enriquecido
y que la acción procede aunque el valor perdido haya pasado previamente por el
patrimonio de un tercero intermediario. Basta en consecuencia con que aparezca
claro e indudable que el enriquecimiento se ha producido exclusivamente por el
empobrecimiento del actor.
4- Ausencia de causa: la palabra causa debe tomarse en sentido de causa
fuente, de manera que el enriquecimiento será sin causa cuando no medie entre
las partes una relación contractual, un hecho ilícito u otra fuente de las
obligaciones que legitime el traspaso patrimonial de valores. La acción de
253
restitución corresponderá si el hecho económico, no tiene causa, y si la tiene la
pretensión de rectificar tal fenómeno económico será improcedente.
5- Carencia de toda otra acción (carácter subsidiario): el demandante no
debe tener a su disposición ninguna otra acción o vía de derecho, por medio de
la cual pueda obtener la reparación del perjuicio sufrido. Es decir que el principio
del enriquecimiento sin causa funciona solo subsidiariamente, cuando no existe
ninguna otra disposición que proteja un interés legítimo y obste a la
consumación de un daño injustificado, mas no como un medio de rectificar
casos que la ley ha contemplado y reglamentado en la forma que el legislador
considero justa y conveniente para los intereses sociales pues en estos supuesto
no es posible utilizar otra vía que altere la regulación legal.
254
camino ampliamente abierto a la mala fe y al fraude, es necesario que el
derecho permanezca siendo la ciencia de la probidad y de la equidad, por todo lo
cual cada derecho tiene su espíritu y su fin su finalidad, quienquiera intente
desviarlo de su misión social, comete una falta delictual o cuasi delictual, un
abuso de derecho susceptible de comprometer en la ocasión respectiva su
responsabilidad (Definición dada en Roma por el jurisconsulto Celso)
Legislación argentina:
1- ANTES DE LA REFORMA DE LA LEY 17711/68: en nuestro país, en general se
considero que el texto primigenio del Art. 1071 del C.C, que decía “El ejercicio de
un derecho propio o el cumplimiento de una obligación legal no puede constituir
como ilícito ningún acto”, implicaba un obstáculo para la admisión de la teoría
del abuso del derecho.
No obstante las opiniones fueron cambiando, y diferentes doctrinarios se
opusieron a la redacción de este Art., algunos como Salvat, sostuvieron que en
principio la idea que sirve de base a la teoría del abuso del derecho, no puede
considerarse absolutamente extraño a las disposiciones de nuestro C.C y a las
fuentes oficiales de ellas; otros como Ival Rocca sostuvieron que las citas de la
nota al Art. 1071, en lugar de significar el reconocimiento del derecho de
abusar… solo están destinadas a lo contrario: a dar una idea de interdependencia
de las facultades reconocidas por la ley y de los limites del ejercicio normal
permitido. Paralelamente nuestra jurisprudencia fue receptando el principio del
abuso del derecho, a titulo meramente ejemplificativo mencionamos que se ha
considerado que constituye abuso del derecho la renuncia del padre a la acción
indemnizatoria por la muerte de un hijo, si la hizo para perjudicar a su esposa de
quien se hallaba separado; la elección por el A ejecutante de inmueble donde se
domicilian esposa e hijos del deudor, estando pendiente el juicio de divorcio y
habiendo denunciado la cónyuge otros bienes suficientes para la satisfacción del
crédito. Por lo demás también existen en nuestro derecho positivo antecedentes
vinculados con la teoría del abuso del derecho. El más importante es el Art. 35
de la derogada constitución nacional de 1949 que establecía: “los derechos y
garantías reconocidos por esta Constitución no pudran ser alterados por las leyes
que reglamenten su ejercicio, pero tampoco amparan a ningún habitante de la
Nación en perjuicio, detrimento o menoscabo de otro. Los abusos de esos
derechos que perjudiquen a la comunidad o que lleven a cualquier forma de
explotación del hombre por el hombre, configuran delitos que serán castigados
por las leyes”.
255
b) considerar ejercicio irregular del derecho, al que sobreviene de practicarlo
excediendo los limites impuestos por la buena fe, la mora y las buenas
costumbres, todo lo cual patentiza la subordinación del orden jurídico a la moral.
Le juez tiene así un mayor margen de valoración aunque la inclusión de este
principio no comporta ninguna novedad ya que la regla moral estaba incorporada
en el Art. 953. La solución mas acertada habrá de ser pues la de dar siempre
prevalencia en caso de duda a esta ultima directiva mas amplia y trascendente y
considerar que existe abuso del derecho cuando resulten vulneradas las reglas
de la buena fe, la moral y las buenas costumbres, valores generales de conducta
que en definitiva comprenden todo lo demás.
Efectos: la conducta abusiva es ilícita y habrá de producir los efectos propios de
todo acto ilícito, el juez habrá de negar la protección a quien pretenda ejercer
abusivamente un derecho, rechazando su acción: si la conducta abusiva se
hubiese manifestado extrajudicialmente, la justicia deberá intimar su cesación y
el culpable de una conducta tal deberá responder de los daños y perjuicios
ocasionados de la misma manera que el autor de cualquier hecho ilícito.
Examen Crítico
En la doctrina jurídica se estudia bajo el título único de “responsabilidad civil”,
comprensiva de la responsabilidad moral, penal y de la contractual, la materia
que nuestro código legisla bajo el título de “actos ilícitos”. La razón de ello es
que, en lo sustancial, son comunes los principios que rigen la responsabilidad
emergente de los delitos y de los cuasidelitos (por ejemplo en cuanto a la
obligación de indemnizar el daño causado).
Asimismo se ha criticado la metodología seguida por Vélez, porque la materia
de los actos ilícitos no es propia de una parte general del derecho civil, sino del
256
derecho de las obligaciones, ya que configura una fuente indiscutida de
relaciones obligacionales.
La ubicación lógica de esta materia de los actos ilícitos no debió ser la que el
codificador le asignó dentro del cuadro de los hechos jurídicos, como una
especie de ellos, sino en el marco del derecho de las obligaciones, puesto que
todo lo referente al acto ilícito está dominado por el régimen resarcitorio propio
de este sector del derecho civil.
a) Noción y caracteres.
Los hechos ilícitos constituyen acciones y omisiones voluntarias de una acción
prohibida por las leyes, decretos, reglamentos dictados por autoridad
competente, que provocan un daño a un tercero que es imputable a su autor
en razón de su dolo o culpa. Así lo dispone el Art. 1066 cuando expresa:
“Ningún acto voluntario tendrá el carácter de ilícito, si no fuere expresamente
prohibido por las leyes ordinarias, municipales o reglamentos de policía; y a
ningún acto ilícito se le podrá aplicar pena o sanción de este código, si no
hubiere una disposición de la ley que la hubiese impuesto”.
De la definición surgen los siguientes caracteres esenciales de los actos ilícitos:
257
4- Relación de causalidad: es decir, la relación existente entre el daño
causado y el hecho que lo produjo. Nuestro código acepta la doctrina de la
causalidad adecuada y parte de la base de la previsibilidad del resultado.
Efectos
Todo hecho ilícito hace nacer la obligación de reparar el perjuicio sufrido. Para
que este efecto propio de los actos ilícitos que configuran una causa legitima de
la obligación de reparar el perjuicio que ha sufrido el damnificado, proceda es
necesario que concurran todos los elementos (daño, imputabilidad, infracción al
orden jurídico y relación de causalidad) para su configuración.
258
que el delito criminal puede consistir en culpa o imprudencia, es decir
ejecutado sin intención de causar un daño, pues existen los delitos culposos
como el homicidio preterintencional.
6- Si ocurre la muerte del autor del acto ilícito civil, la obligación de indemnizar
pasa a sus herederos.
La muerte del delincuente penal, extingue la acción penal ya que la condena
tiene carácter personal, y no podría hacerse efectiva en la persona de sus
herederos.
7- Mientras que las personas de existencia visible son posibles de
responsabilidad civil y penal, las personas jurídicas carecen de responsabilidad
penal y solo son responsables civilmente por los actos ilícitos que cometieren
sus agentes o subordinaros.
En realidad podemos decir que la ilicitud es única, desde que supone siempre
un acto que contraviene el ordenamiento jurídico, aunque reconociéndose que
cuando ella es recogida por los ordenamientos jurídicos parciales adquiere
nuevas notas que permiten individualizarla dentro de cada orden particular. La
diferencia es extrínseca o de tipificación y pertenecer a la actividad prejurídica;
es el criterio político el que preside la formación de las leyes lo que determina y
que es delito penal y que es delito civil.
259
recursoria a quien a efectuado el pago de la indemnización por daños y
perjuicios, a diferencia de los delitos en los que se otorga dicha acción
recursoria. En los delitos no se puede repetir la indemnización, en cambio en
los cuasidelitos si.
c) Los jueces tienen la facultad de morigerar el monto de las indemnizaciones
teniendo en cuenta la situación del obligado a satisfacerlas (en los
cuasidelitos), lo que no ocurre cuando el hecho dañoso ha sido ejecutado con
dolo, es decir cuando es un delito.
260
material de un daño, sino que asimismo debe ser tenido como culpable del
mismo. Y para que esto sea posible, es necesario que la autoría material del
hecho se cumpla por una persona que en razón de gozar discernimiento,
intención y libertad al tiempo de su ejecución hubiese estado en condiciones de
prever y evitar sus resultados (Art. 900). Hay imputabilidad cuando el acto
procede de la libre voluntad”, de un obrar inteligente y libre, ya que no se
podría reprochar una conducta como éticamente desvaliosa si el agente obro
involuntariamente. El Art. 1076 dice que los delitos deben ser el resultado de
una libre determinación por parte de su autor. Para que nazca la
responsabilidad civil, tal determinación voluntaria debe ser con arreglo a la ley:
dolosa o meramente culpable (Art. 1067); en lo delictual la experiencia volitiva
estará siempre asociada a una actitud deliberada, intencional, de perjudicar
que es lo que configura el dolo (Art. 1072), en tanto que la culpa o negligencia,
como elemento de los cuasidelitos, puede consistir: en la omisión de las
diligencias necesarias para la realización de los propios actos, en la insuficiente
vigilancia de las personas dependientes o de las cosas que están bajo su
cuidado, o son propiedad de una persona (culpa in vipa in eligendo). La
existencia del acto ilícito no se concibe sin la existencia de uno de esos
elementos (sin dolo no hay delito, sin culpa no hay cuasidelito).
Responsabilizar a una persona sin dolo o culpa seria lo mismo que condenar en
materia penal a un inocente. La imputabilidad es la propiedad de un acto en
virtud del cual es dable atribuirlo a la persona de quien emana. Imputar es
poner lo obrado en la cuenta del agente para exigirle la consiguiente
responsabilidad. La regla es que los actos ilícitos, son siempre imputables
porque se consideran actos voluntarios, y en tal virtud dan nacimiento a la
responsabilidad por los perjuicios derivados de su ejecución.
Pero excepcionalmente hay casos en los cuales los actos ilícitos no son
imputables a sus autores, y no dan por lo tanto a la responsabilidad civil:
261
responsabilidad tendrá que probar su estado de demencia al tiempo de la
comisión del hecho ilícito conforme al Art. 140: “ninguna persona será habida
por demente, para los efectos que en este código se determinan, sin que la
demencia sea previamente verificada y declarada por juez competente”. En
tanto que en el caso del demente declarado, será el que reclame la
indemnización quien deberá probar que el interdicto se encontraba en un
intervalo lucido en el momento de cometer el ilícito.
b- La alineación debe ser total: ha de importar una alteración de las facultades
mentales que prive al sujeto por completo de discernimiento. De ahí que la
exención de responsabilidad no alcance a los semialienados, que no estaban
contemplados en el código pero su situación fue prevista luego de la reforma
de la ley 17711/68 en el Art.152 Inc. 1º bis y 2: “Podrá inhabilitarse
judicialmente: 1º) a quienes por embriaguez habitual o uso de estupefacientes
estén expuestos a otorgar actos jurídicos perjudiciales a su persona o
patrimonio. 2º) A los disminuidos de sus facultades cuando sin llegar al
supuesto previsto en el Art. 141, el juez estime que el ejercicio de su plena
capacidad pues resultar presumiblemente daño a su persona o a su
patrimonio”. Se trata de aquellos estados mentales intermedios, que sin llegar
a constituir enfermedades mentales propiamente dichas, colocan a quienes las
padecen en una situación de notoria inferioridad. En estos casos en general
subsiste la responsabilidad civil por hechos ilícitos, ya que los individuos cuyas
facultades mentales están alteradas, clasificados como semialienados o
semirresponsables, serán en principio civilmente responsables de sus actos
puesto que a pesar de sus deficiencias o alteración psíquicas el proceso volitivo
no esta en ellos alterados: son conscientes de lo que hacen y lo realizan
voluntariamente. La incapacidad de estos lo es solo de otorgamiento de actos
jurídicos, con respecto a los curadores se limitan a una mera función de
asistencia, el curador no lo sustituye en el otorgamiento de los actos jurídicos,
como en el caso de la responsabilidad de los incapaces, sino que su voluntad
viene a completar la del inhabilitado.
c- La enfermedad mental no debe ser consecuencia de hábitos viciosos del
propio insano: porque de lo contrario existiría un acto voluntario y culpable del
mismo, que seria suficiente para hacerlo responsable del hecho ilícito.
3) Perturbaciones accidentales: la demencia accidental, que se produce por
ejemplo por fiebre elevado en ciertas enfermedades, puede dar lugar a
situaciones de privación total de la razón, en cuyo supuesto los actos realizados
durante tal estado, deben considerarse involuntarios. Según la parte final del
Art. 921 que reputa como hechos sin discernimiento, los practicados por los
que por cualquier accidente, están sin uso de razón. Como las personas que
ocasionan daño en una crisis epiléptica, de histeria, en caso de sonambulismo,
o en un estado hipnótico no provocado voluntariamente, pues en todos estos
supuestos el sujeto se encuentra privado de razón, por lo que el daño no puede
serle imputado.
4) Ebriedad y toxicomanía: el Art. 1070 dice “No se reputan involuntarios los
actos ilícitos practicados en estado de embriaguez, si no se probare que esta
fue involuntaria”. En consecuencia el principio general es el de la
responsabilidad, el hecho ilícito es imputable ya que el daño estaría perecido
por culpa del sujeto en haber bebido más allá de su grado de tolerancia
alcohólica. Pero como excepción se admite que la embriaguez pueda ser
causal de inimputabilidad, cuando esta haya sido involuntaria, es decir que no
haya habido culpa por parte de la persona que bebió, como sucedería por
ejemplo en el caso de haber sido provocada por maniobras de un 3º. Y que
262
haya dado lugar a un estado de inconsciencia tal que el discernimiento haya
desaparecido. La carga de la prueba corresponderá a quien invoque la
ebriedad como causal exculpatoria. Por analogía, aunque no estén
contemplados expresamente, deben ser resueltos los casos en que el acto
ilícito se comete en un estado de perturbación mental producido por el uso de
estupefacientes y otros tóxicos.
5) Sordomudos que no saben darse a entender por escrito: los hechos
ilícitos de los sordomudos se consideran con discernimiento, por eso son
plenamente responsables. Salvo que la sordomudez obedezca a una tara
mental que los torne inimputables, en cuyo supuesto la causal de
inimputabilidad no seria ya la sordomudez, sino en realidad la demencia.
Sinopsis:
263
Antes de la reforma:
Texto originario: Art. 1078: solo delitos civiles que son también delitos
criminales
Doctrina:
1) Salvat, Llambías: reparar solo en delitos civiles que fueran delitos de un
derecho criminal
2) Reparar en todos los delitos criminales sean delitos o cuasidelitos civiles.
3) Resarcimiento pleno: en toda clase de hechos ilícitos incluyendo la
inejecución de las obligaciones contractuales
Después de la reforma:
1) Daño moral en la inejecución contractual (Art. 522) modificado faculta al
juez para acordar o no el resarcimiento teniendo en cuenta las circunstancias
del caso porque generalmente no hay aquí agravio moral.
2) Daño moral en actos ilícitos: nuevo Art. 1078.
c) Relación de causalidad
Para que proceda la indemnización es necesario que exista un vínculo de
conexión o nexo causal entre el hecho ilícito de una persona y el daño causado
a otra, o sea que es necesario que el daño sea consecuencia del acto.
Nuestro código estructuró un sistema que concuerda con la teoría de la
causalidad adecuada y partiendo de la base de la previsibilidad del resultado
distingue entre:
*Las consecuencias inmediatas, que son las que suceden de acuerdo al curso
natural de los acontecimientos, se responde siempre por ellas;
*Las mediatas que resultan de la conexión del hecho dañoso con un
acontecimiento distinto, por estas se responde cuando son previsibles;
*Las causales que son las mediatas que no pudieron preverse, que no son
imputables sino eran atribuibles.
Algunos autores efectuaban un distingo entre la causalidad que funcionaba en
los delitos y en los cuasidelitos, pues en estos últimos el nexo causal
comprendía a los daños que fuesen consecuencia inmediata o mediata,
quedando excluidas las consecuencias casuales, en cambio en el delito civil, la
responsabilidad se extendía hasta estas últimas. Mientras que para otros, en
materia de actos ilícitos la reparación sería la misma se trate de delitos civiles
o cuasidelitos pudiendo responder siempre el autor del hecho hasta de los
daños y perjuicios que sean resultados casuales. Estas disidencias vinieron a
cesar con la reforma de la 17.711, que introdujo, un nuevo texto al 906: “En
ningún caso son imputables las consecuencias remotas, que no tienen con el
hecho ilícito nexo adecuado de causalidad”.
Es decir que ahora no se responderá nunca por las consecuencias - casuales -
remotas que no tienen la mas mínima conexión con el hecho, ya que aquellas
se hallan de tal modo alejadas de este último, a su vez debilitados en su
eficiencia casual por la interacción de otros acontecimientos distintos, que ya
no puede razonablemente sostenerse que el hecho considerado sea
determinante de esos apartados efectos.
Nota: teoría de la causa adecuada: según esta teoría la causa será
únicamente la condición que según el curso natural y ordinario de las cosas era
idónea para producir de por si el resultado; condiciones simplemente son los
demás antecedentes o factores irrelevantes de ese resultado. Para determinar
pues la cusa de un daño se debe hacer expost facto , un juicio o calculo de
probabilidades, prescindiendo de la realidad del suceso ya acontecido, habrá
que preguntarse si la acción u omisión del presunto agente era por si misma
264
apta para ocasionar un daño según el curso ordinario de las cosas, si la
respuesta es afirmativa, se declarara que la acción u omisión era adecuada
para producir el daño, que será entonces objetivamente imputable al agente; si
la respuesta era negativa, faltara la relación de causalidad , aunque
considerando el caso concreto tenga que admitirse que dicha conducta fue
también una condición sine quanon del daño, pues de haber falto este ultimo
no se habría producido o al menos no de esa manera. Esta teoría concluye que
la medida del resarcimiento se extiende a todo daño que guarde conexión
causal adecuada con el hecho generador de la responsabilidad civil.
2- El hecho de la víctima:
265
capaz de discernimiento. De ahí que si el damnificado es un inimputable y su
hecho objetivamente imprudente aparece como la única causa del daño, el
presunto responsable no se exonera por esa sola circunstancia, sino que debe
demostrar que dicho suceso a su respecto se debió a caso fortuito o fuerza
mayor.
266
causalidad (por ejemplo si una persona a quien le fue suministrado veneno
fallece inmediatamente pero no por el efecto del veneno sino por un síncope
cardíaco).
267
b) Influencia de la previsibilidad del agente: se determina el resarcimiento de
acuerdo a las consecuencias que se le imputan; así en los hechos ilícitos, se
imputan tanto las consecuencias inmediatas, como las mediatas previsibles.
268
sucede en materia de cuasidelitos, después de la reforma de la ley 17711/68,
con al diferencia de que en este supuesto el coparticipe que paga la totalidad
de la indemnización tiene acción de reintegro contra sus corresponsables (Art.
1109), lo que esta vedado en los delitos (Art. 1082).
La obligación de indemnizar para a los sucesores universales. Así lo dispone el
Art. 1098 cuando establece que: “la acción por las perdidas e intereses que
nace de un delito, puede deducirse contra los sucesores universales de los
autores y cómplices, observándose sin embargo, lo que las leyes disponen
sobre la aceptación de las herencias con beneficio de inventario.” Los sucesores
singulares, en cambio como el legatario, no son responsables de las
consecuencias de los actos ilícitos realizados por su causante.
De los Delitos.
269
Punto 1: Noción y Elementos.
Los hechos ilícitos pueden ser de dos clases, según la forma en que opera la
“voluntariedad” del agente en la infracción del deber jurídico: delitos y
cuasidelitos.
El art. 1072 establece que el delito es “el acto ejecutado a sabiendas y con
intención de dañar la persona o los derechos de otro”. Es decir que es la
intención de ocasionar un daño, llamado también dolo, que es lo que
caracteriza al delito. El delito puede consistir en un hecho positivo (cuando
se hace lo que la ley prohíbe) o un hecho negativo o de omisión (cuando no
se hace lo que la ley manda), conforme al art. 1073. Y el art. 1074 aclara
que no toda omisión es punible, pues dicha omisión sólo dará lugar a la
responsabilidad del autor, habiéndose ocasionado a otro un daño, cuando
“una disposición de la ley... impusiere la obligación de cumplir el hecho
omitido”. Es decir que ninguna omisión responsabilizará a su autor, sino en
tanto la ley o un contrato hayan impuesto la obligación de cumplir el hecho
omitido, pues si ese deber no existe, conforme al principio de la libertad
individual (nadie está obligado a hacer lo que la ley no manda, art. 19 de la
C.N.), cada uno tiene derecho a “no hacer” y nadie puede ser constreñido a
salir de su inacción. Pero para que el acto se repute delito es necesario que
sea resultado de una libre determinación de parte del autor; y así, el
demente y el menor de 10 años no son responsables de los perjuicios que
causaren.
De todo lo dicho se desprende que los elementos del delito son:
1- Voluntariedad de obrar: dolo delictual, intención maligna del agente de
producir el daño causado. El obrar delictivo debe ser resultado de una libre
determinación por parte del autor. Es un acto ejecutado a sabiendas, con
conocimiento y deliberación. Con intensión de dañar igual, por ese propósito
maligno.
2- Violación de la ley: el acto delictivo, implica la violación a la ley, a un
deber jurídico preexistente establecido por una norma o regla de derecho
integrativa del derecho positivo.
3- Daño causado al titular de un derecho: sin daño causado, no hay acto
ilícito punible. Es el elemento esencial de al responsabilidad civil
extracontractual. Se lo define como el detrimento o menoscabo sufrido en la
persona o derechos de alguien. Puede ser material (daño emergente o lucro
cesante) o moral.
4- Nexo causal, entre la conducta del agente y el daño sufrido por la
victima.
Obligación de indemnizar
270
Fundamento: el autor del delito ha obrado consciente del daño ajeno. Con
intención de causarlo ha infringido la ley, las normas de convivencia y por
ello debe afrontar las consecuencias de esa inconducta.
La obligación de resarcir el daño se rige por el principio de la reparación
integral. Es la más amplia que en el derecho se conoce. No puede
convertirse en fuente de lucro, pero si perseguir el objetivo de volver las
cosas al estado anterior al hecho ilícito lo mas exactamente posible. Abarca
los daños que fueron consecuencia mediata e inmediata hasta las
consecuencias causales si debieron resultar según la intención del agente, y
se integra con los daños y perdidas materiales y con el agravio moral
sufrido por la victima.
A partir de la reforma de la ley 17711 tenemos vigente el sistema de la
indemnización optativa, es especie o en dinero a elección del damnificado:
Art. 1083: “el resarcimiento de los daños consistirá en la reposición a las
cosas a su estado anterior, excepto si fuera imposible, en cuyo caso la
indemnización se fijara en dinero. También podrá el damnificado optar por
la indemnización en dinero”
La obligación de reparar derechos y perdidas se vuelve en este caso:
Alternativa: prestación de hacer, o prestación pecuniaria.
Irregular: la elección le corresponde al acreedor.
El principio general es la reparación en especie y en la elección corresponde
la reparación pecuniaria mas interés y accesorios. La elección la realiza el
acreedor, por el sistema de la manifestación de la voluntad comunicada al
deudor en forma fehaciente, una vez realizada se agota la facultad de elegir
quedando como único objeto de la obligación el que fue elegido, sin que
proceda el arrepentimiento, porque esa elección es irrevocable.
A pesar de esto, en algunas hipótesis queda excluida la indemnización
optativa y se impone la pecuniaria:
Cuando hay imposibilidad de hecho o de derecho de recomponer las cosas
al estado anterior.
Cuando la reparación en especie es de costo desproporcionado con el daño
patrimonial efectivamente sufrido por la victima.
Los agravios morales se reparan siempre pecuniariamente.
271
Solidaridad de los coautores del delito
Cuando un delito es obra común de varias personas,
todos responden solidariamente por los daños que han
contribuido a causar. El Art. 1081 dispone: “la
obligación de reparar el daño causado por delito pesa
solidariamente sobre todos los que han participado en
el como autores, cómplices o consejeros, aunque se
trate de un hecho que no sea penado por el derecho
criminal”
Fundamento: el concierto doloso de los responsables,
y la confabulación maliciosa que ella implica. La ley
pone en un pie de igualdad a todos los participes: autor
(quien cometió materialmente el delito, o quien
coopero necesariamente a su realización); consejero
(quien incita o induce a la ejecución del delito);
cómplice (quien presta una cooperación indirecta, no
necesaria, que facilita la comisión del delito)
El Art. 1082 incluye lo que se denomina ausencia de
acción de regreso. “indemnizando uno de ellos todo el
daño no tendrá derecho para demandar a los otros, las
partes que les correspondiere”. No tiene acción
resarcitoria (de reintegro o repetición)
272
Delitos contra las personas:
Método: Libro II, sección 2º, titulo VIII, capitulo 2.
1- Homicidio:
resarcimiento.
Daño resarcible:
273
responsabilidad civil, no ha tenido incidencia económica en el patrimonio de
los parientes de la víctima.
Ahora bien, la presunción legal sobre la existencia de un daño cierto, no
significa que deba indemnizarse el valor de la vida humana
independientemente de lo que produzca, pues ella no tiene por sí un valor
económico, por lo que su pérdida no puede indemnizarse como daño
patrimonial sino cuando y en la medida que represente un detrimento de
esa clase para quien reclama la reparación.
Para la determinación del resarcimiento deben tomarse en cuenta las
circunstancias particulares de cada caso, tales como la profesión, educación,
edad, salud, aptitudes para el trabajo, condición social, número de
miembros de la familia, etc.
Pero como el perjuicio no consiste en todo lo que el muerto producía sino en
todo lo que destinaba a la atención de su familia, deberá deducirse del
monto indemnizatorio lo que aquel gastaba en sus propias necesidades y
bienestar personal, como tampoco se incluye en el monto del resarcimiento
algunas entradas que no desaparecen con la vida del causante, como ser la
“jubilación” del extinto, que se transforma en “pensión”, a favor de la viuda
y/o hijos incapacitados, o lo percibido en virtud de leyes laborales, etc.
Con respecto al modo de satisfacerse la condenación, deberá traducirse en
un capital que colocado al interés compuesto, produzca una renta igual a los
ingresos esperados por los beneficiarios y extinguible al cabo del tiempo en
que cesasen tales ingresos por llegarse al límite de la duración probable de
la vida de la víctima. En cuanto a los titulares de la indemnización el Art.
1085 dispone que el derecho a exigir los gastos de última enfermedad y del
funeral (daño emergente) competa a cualquiera que los hubiese hecho. Y la
indemnización por la subsistencia de la viuda e hijos sólo podrá ser exigida
por el cónyuge sobreviviente y por los herederos necesarios.
El daño moral no requiere prueba, es siempre indemnizable, pero en virtud
de una presunción legal que corre exclusivamente a favor de los herederos
forzosos, pues son los únicos que tienen interés jurídicamente protegido. El
demandado puede tirar abajo esta presunción demostrando que, debido a
las relaciones o a la situación del muerto con alguno de sus herederos, no
hubo posibilidad de que tal agravio se haya sufrido.
274
Sin embargo el art. 1086, sólo ha contemplado la hipótesis del completo
restablecimiento de la víctima de lesiones, sin advertir que hay otros casos
en que hay una incapacidad definitiva para ciertos trabajos, mas o menos
graves, según afecte o no las tareas habituales de la víctima. Por
ejemplo: la pérdida de una pierna sería gravísimo para un futbolista; pero
no lo sería tanto para un profesional, como ser un médico o un abogado.
Según que dejen o no abierta la posibilidad de readaptación a
nuevas actividades. Por ejemplo un operario que al perder un pierna, es
destinado a tareas administrativas, en las que llega a sobresalir en mayor
medida de lo que hubiera podido hacerlo en su tarea primitiva. Y algunas
veces una incapacidad absoluta para todo tipo de trabajo, que convierte en
un peso muerto para la sociedad y su familia por el resto de sus días. Si
bien estos supuestos no son contemplados por el art. son también
indemnizables, en virtud del principio de reparación integral. La cuantía de
la indemnización habrá de variar, según la duración de la incapacidad
provocada y las ganancias que el lesionado deje de percibir.
Así, toda lesión deformante importa un daño patrimonial que debe
indemnizarse, si la belleza y armonía física tienen importancia para el
comportamiento de la víctima o su actividad social; afirmándose que toda
lesión en el rostro importa un daño material, aunque el lesionado sea de
sexo masculino y la lesión no afecte en si su profesión o actividad. Además
el daño estético puede también configurar un daño moral, siendo reparable
como tal.
275
deshonestos), violación de mujer honesta (cópula carnal por medio de
violencia o amenaza), y seducción de mujer honesta menor de 18 años.
Con respecto a este último, tiene una forma delictual específica del código
civil, pues según el código penal esto no configura estupro (que ocurre
cuando la víctima fuese mujer honesta mayor de doce y menor de quince y
no mediaren algunas de las circunstancias que tipifican la violación), por lo
tanto el C. Penal no prevé el caso de seducción de mujer honesta mayor de
quince años y menor de dieciocho, por lo que no configura delito penal pero
si delito civil.
La reparación del daño cometido puede consistir, ante todo, en el
casamiento de la víctima con el delincuente (Art. 1088); la otra forma
consiste en el pago de una suma de dinero, cuando la víctima rechace la
propuesta de matrimonio o el delincuente no quiera o no pueda celebrarlo
por mediar algún impedimento (por ejemplo que el autor del delito sea el
padre de la víctima).
define los delitos sino que parte de las tipificaciones hechas por el código
Retractación:
1) los jueces pueden ordenar a título de reparación, la retractación pública
del ofensor. Así en el ámbito civil, el juez además de fijar una indemnización
pecuniaria del daño material y moral, puede ordenar si se lo pidiese el
ofendido, que se publique, a costa del culpable, la retractación a cargo del
condenado.
2) En el fuero penal, quien comete un delito de calumnias e injuria puede
eximirse de la pena retractándose pero ello no impide que en sede civil
proceda la indemnización de los daños causados por el delito.
Con respecto a lo que comprende la reparación del daño: “si el delito fuere
de calumnias o injurias de cualquier especie, el ofendido sólo tendrá
276
derecho a exigir una indemnización pecuniaria, si probase que por
calumnias e injurias le resultó algún daño efectivo o cesación de ganancia
apreciable en dinero, siempre que el delincuente no probare la verdad de la
imputación”. El artículo es muy restrictivo en cuanto a lo indemnizable,
comprendiendo solo la reparación del daño material, en el que se incluye el
daño emergente “le resulto algún daño efectivo” y el lucro cesante
“...cesación de ganancia apreciable en dinero”. Pero como no hay
referencias con relación al daño moral, ergo que es indemnizable y con mas
razón en estos delitos en los cuales se atenta contra el honor de una
persona. En cuanto a la acusación calumniosa, es decir falsa imputación
de un delito formulada judicialmente por vía de querella o de simple
denuncia y siempre que se halla declarado culpable al acusado del
delito en sede penal, el autor deberá indemnizar al ofendido, de todo lo
que hubiese gastado en su defensa, de las ganancias que dejó de tener por
motivo de la acusación y del daño moral.
Al respecto dispone el 1090 “si el delito fuera de acusación calumniosa, el
delincuente además de la indemnización del art. anterior pagará al ofendido
todo lo que hubiese gastado en su defensa, y todas las ganancias que dejó
de tener por motivo de la acusación calumniosa, sin perjuicio de las multas
o penas que el derecho criminal estableciere, tanto sobre el delito de este
art. como los demás de este capítulo”.
1- Delito de hurto:
Es el apoderamiento ilegítimo de una cosa mueble total o parcialmente
ajena, comprende también el robo, que consiste asimismo en ese
apoderamiento ilegítimo, pero logrado con fuerza en las cosas o con
intimidación o violencia en las personas.
El código contempla los siguientes supuestos:
a) La cosa hurtada debe ser restituida con todos sus accesorios sin
deterioro de ninguna especie. En este caso no se daría una indemnización
propiamente dicha, pues la víctima del delito conserva siempre su derecho a
reclamar la cosa mediante el ejercicio de la acción reivindicatoria, aún
frente a terceros de buena fe y mientras el derecho no se extinga, la cosa
estará en su patrimonio y no podrá considerarse como pérdida sufrida.
b) Si la cosa existe pero estuviese deteriorada o dañada parcialmente,
deberá restituírsela a su dueño y procederá así la indemnización de los
deterioros que tuviere, aunque sean causados por caso fortuito o fuera
mayor. Es decir que la víctima estaría obligada a recibir la cosa en el estado
en que se halle, circunscribiéndose su derecho a indemnización a exigir el
pago de la diferencia entre su valor actual y el primitivo. También es
indemnizable el lucro cesante, así el poseedor vicioso deberá entregar o
pagar los frutos de la cosa que hubiese percibido y los que por su culpa
hubiera dejado de percibir la víctima; como así también tiene la obligación
de indemnizar por todos los frutos civiles que habría podido producir una
cosa fructífera, si el propietario hubiese podido sacar beneficio de ella.
c) Si no fuere posible la restitución de la cosa hurtada, la indemnización
consistirá en el pago de la cosa destruida. La imposibilidad de la restitución
se da tanto en los casos de pérdida de la cosa, cuando ésta se haya
277
destruido completamente o desaparecido de un modo que no se sepa de su
existencia.
Punto 4: Cuasidelitos.
Noción y elementos.
Elementos: siendo una especie del género acto ilícito, todos los elementos
de su género tienen que estar presentes en dicha especie y ellos son:
a) Violación de la ley.
b) Imputabilidad del acto al responsable, es decir que la responsabilidad se
278
deba por culpa o negligencia del autor del hecho ilícito.
c) Daño causado por el hecho.
d) Relación de causalidad entre el hecho y el daño.
El elemento no tipificante de esta especie, es la culpa (Art. 512). “el obrar
culposo es un obrar con imprudencia, negligencia, impericia, desden en el
cumplimiento de nuestras obligaciones impuestas por normas generales o
particulares, o de la inobservancia de uno de los deberes producto de
nuestra profesión arte u oficio”.
Tiene dos elementos, ambos negativos:
Hay una carencia de diligencia debida al incumplimiento de la obligación.
Hay carencia de malicia, es decir que no se obra con intención.
279
intrínseca, es decir, que la esencia o sustancia de la culpa contractual es la
misma que de la culpa delictual o cuasidelictual, ya que se trata siempre de
una conducta reprochable, porque se han omitido diligencias y precisiones
necesarias, pero no hay malicia en el infractor. Nuestro código está
inspirado en el concepto unitario de la culpa. Ha repudiado el doble régimen
de responsabilidad culposa, ya que el concepto que campea en todo el
derecho es el mismo pero difiere con respecto a la prescripción; la acción de
daños y perjuicios derivados del incumplimiento contractual, salvo casos
especiales, se rige por la prescripción ordinaria de 10 años, mientras que la
responsabilidad extracontractual prescribe por dos años. También difiere en
cuanto a la prueba, en cuanto a los intereses, en cuanto a la competencia
judicial, etc.
280
Solidaridad
Antes de le reforma, la responsabilidad que alcanzaba a los coautores de un
cuasidelito no era solidaria, sino que cada uno de ellos debía reparar el
daño causado en la medida que había contribuido a su producción. Ahora,
dicha responsabilidad pesa sobre todos los coautores sin consideración del
grado de culpabilidad de cada uno de ellos, pudiendo ser indistintamente
demandados por la totalidad de la deuda, aunque sin perjuicio de la
pertinente acción de reintegro, a diferencia de los delitos.
Excepciones
La solidaridad no procede en los casos del 1121 que, establece que
responderán en proporción a su parte, dos o mas dueños de hotel, o
capitanes de un buque, por los daños causados por sus empleados en los
efectos introducidos por los viajeros; dos o mas padres de familia o
inquilinos por las cosas suspendidas o puestas peligrosamente de manera
que lleguen a caer, y por las cosas arrojadas a la calle, a terreno ajeno o a
terreno propio sujeto a servidumbre de tránsito. El 1135, dispone que la
indemnización debe hacerla cada uno de los condóminos proporcionalmente
por el daño causado en la ruina de edificios.
Culpa de la víctima
Cuando el daño se origina en la culpa del propio damnificado no puede éste
descargar sobre otros, la pérdida sufrida según el 1111. Ahora si la persona
es quien se expone voluntariamente a un peligro, para alejar a otra persona
de un riesgo inminente, no incurre en culpa, ni impide, el resarcimiento del
daño.
281
Se discute si son válidas las cláusulas de irresponsabilidad aunque hayan
sido aceptadas expresa o tácitamente por las personas que después
resultaren damnificadas, por ejemplo, la estipulación de una cláusula
expresa en el contrato de alquiler de un departamento, anticipando que el
propietario no se responsabiliza de los accidentes que pueda causar el uso
del ascensor; es decir se trata de establecer si son válidas las cláusulas por
las cuales se acuerda anticipadamente la no reparación del daño que una de
las partes pudiera sufrir. Con respecto a esto, no tenemos en el código civil
ninguna norma que nos oriente, pero los autores cuestionan que sean
válidas este tipo de cláusulas, pues una renuncia anticipada de
responsabilidad implicaría una dispensa al dolo o a la culpa.
El C. de Comercio establece “En caso de muerte o lesión de un viajero
acaecida durante el transporte en ferrocarril, la empresa estará obligada al
pleno resarcimiento de los daños y perjuicios, no obstante cualquier pacto
en contrario a menos que pruebe que el accidente provino de fuerza mayor
o que sucedió por culpa de la víctima o de un tercero por quien la empresa
no sea civilmente responsable”. La ley de accidentes de trabajo preceptúa:
“Es absolutamente nula toda cláusula que exima al patrón de
responsabilidad por los accidentes que se produzcan, o que en cualquier
concepto resultase derogatoria de la presente ley”. En nuestro código civil,
algunas disposiciones especiales desconocen validez a las cláusulas
excluyentes de responsabilidad en determinadas materias:
- Será de ningún valor cualquier pacto que el posadero hiciere con los
viajeros para limitar su responsabilidad por los efectos que éstos introducen
en el hotel o posada;
- En materia de vicios redhibitorios, se declaran sin valor las cláusulas que
restringen, o excluyen las responsabilidades del que transmite el dominio,
uso o goce de la cosa, si hubo dolo de su parte. Por ejemplo vendo una cosa
que impide a una persona poner un geriátrico porque se cae el techo, por la
humedad, etc.
Cuasidelito
282
1- La de los patrones o comitentes por las personas dependientes
propiamente dichas.
2- La de los padres por los hechos de sus hijos.
3- La de los tutores y curadores, por los hechos de sus pupilos.
4- La de los directores del colegio y maestros artesanos, por los hechos de
sus alumnos.
5- La de los dueños de hoteles, establecimientos de igual género, por los
daños causados por sus agentes y empleados en los efectos introducidos
por los huéspedes.
6- La de los capitanes y dueños de embarcaciones, por los perjuicios
ocasionados por los hombres de la tripulación en los efectos embarcados y
la de los agentes del transporte terrestre en los que recibieren para
conducir.
7- La de los padres de familia e inquilinos que habiten total o parcialmente
en una misma casa, por los objetos arrojados a la vía pública o en terreno
ajeno, o en terreno propio sujeto a servidumbre de transito, o colocados o
suspendidos peligrosamente y que llegaren a caer.
Fundamento
La responsabilidad por el hecho ajeno es de carácter excepcional, por
cuanto lo normal es que cada uno responda de las consecuencias de su
propia conducta y por ser de carácter excepcional, es de interpretación
restrictiva y en virtud de ello se ha tratado de buscar un fundamento a este
tipo de responsabilidad indirecta. Tradicionalmente se la funda en la culpa
in vigilando (en la vigilancia), que seña la falta de cuidado o vigilancia, y en
la culpa in eligendo (en la elección que constituye un defecto, ligereza o
negligencia en la elección de una persona para desempeñar la tarea o
función en que después se causa un daño). Entonces la persona que no
eligió o que no vigiló como debía, no es del todo inocente en el perjuicio que
en esta forma haya podido producirse y la ley establece una responsabilidad
completa frente al lesionado, sin perjuicio de la repetición que contra los
dependientes o domésticos puede ejercitar el que pagó
Distintas clases
El régimen de responsabilidades reflejas no es idéntico, sino que las mismas
pueden agruparse en dos categorías distintas:
a) Las que se asientan en una presunción Iuris et de Iure contra el
principal, que por tanto no admiten prueba en contrario y crean una
responsabilidad inexcusable, como ser la del patrono o comitente, los
dueños de hoteles y otros establecimientos semejantes, los capitanes y
patrones de embarcaciones, así como los empresarios de transporte
terrestre, los amos de casa o inquilinos por las cosas arrojadas o
suspendidas sobre la vía pública.
b) Las que sólo se asientan en una presunción Iuris tantum, que permiten al
responsable probar que le ha sido imposible impedir el hecho dañoso, como
sucede con los padres, tutores y curadores y directores de colegio.
283
1- La designación o elección de la persona para un cierto cometido que se le
ha indicado expresa o tácitamente;
2- La subordinación en que se encuentra el dependiente respecto de la
persona que le da sus instrucciones para la realización del cometido
encomendado.
La prueba de la relación de dependencia le incumbe al damnificado que
pretende hacer valer la responsabilidad del principal.
No es necesario que la relación de dependencia derive de un contrato que
vincule al principal con su subordinado. En ciertas situaciones de hecho
alguien se encuentra colocado bajo la dependencia ocasional de otro sin
haber celebrado un contrato de trabajo que le imponga tal subordinación.
Así por ejemplo, la jurisprudencia ha considerado que quien conduce un
automóvil ajeno, es dependiente ocasional el propietario, mientras no se
pruebe cual es el título que tiene el tenedor del vehículo para servirse de él.
El art. 1113, establece la responsabilidad de las personas por los daños que
causen los que están bajo su dependencia, pero no determina quienes son
esas personas.
La doctrina entiende que el principio es aplicable, no sólo a los hijos
menores de edad, sino también a los empleados y a los servidores
domésticos, es decir, a las personas que en el momento de cometer el
hecho ilícito se encuentran en una relación de dependencia con respecto al
tercero civilmente responsable. Han surgido diversas teorías para indagar la
responsabilidad del comitente por los actos de sus subordinados.
284
obligación legal de garantía impuesta por consideraciones de justicia e
interés social, y como medio de brindar a la víctima una protección mas
eficaz, ante la posible insolvencia del autor directo del daño.
g) Teoría de la presunción legal de culpa: esta no sería sino una variante de
la anterior teoría y aquí, la responsabilidad del patrón se justifica por una
presunción legal de culpa en su contra, que se asienta en los dos elementos
de elección y vigilancia.
Condiciones de la responsabilidad
1- Hecho ilícito imputable al dependiente: sin que interese que se trate
de un delito o cuasidelito.
2- Relación de dependencia entre el autor del hecho y el tercero
civilmente responsable: se requiere de dos personas, consistentes en que
tenga el civilmente responsable el derecho de dar al autor material órdenes
e instrucciones en cuanto a la manera de cumplir las funciones que le ha
confiado, aunque en el caso concreto no haya dado ninguna orden o
instrucción, resultando indiferente que los servicios sean gratuitos, o el
empleo temporario u ocasional.
3- Daño sufrido por un tercero: que el daño sufrido lo sea por un tercero
y no por el propio dependiente, ya que esto último no tiene cabida en el
1113 pues si quien resulta lesionado es el propio dependiente, puede tener
derecho a indemnización pero por aplicación de los principios de la
responsabilidad contractual.
4- Vinculación entre las tareas y el hecho de el dependiente: para
que proceda la responsabilidad del principal se ha exigido siempre que el
dependiente haya obrado, al tiempo de cometer el hecho ilícito, dentro de
las funciones que le habían sido encomendadas.
La doctrina y jurisprudencia se dividen en la interpretación del sentido y
alcance de este último requisito. Unos establecen que era necesario que el
285
sido diligente en advertir que detrás de la apariencia se ocultaba el
desconocimiento de la orden otorgada.
El criterio que sostiene el acto con ocasión de las funciones, comprende no
sólo aquellos actos que responden por su naturaleza a la función
encomendada, sino también los ajenos o extraños a ésta, pero que sólo han
podido ser llevados a cabo por el dependiente en tal carácter y con motivo
de sus funciones. En esta corriente algunos dicen que el principal es
responsable aunque el vínculo entre el delito y la función se circunscribiese
solamente a facilitar su ejecución. Trigo Represas opina que aquí es
responsable el principal por aquellos actos ajenos a la función, pero que
únicamente han podido ser llevados a cabo por el dependiente, en tal
calidad y con motivo de sus funciones, es decir, no existirá tal
responsabilidad del comitente, si la función del dependiente sólo a facilitado
el delito pero no resultare indispensable para su comisión.
286
a- Mayoría de edad: (21 años). Si existe minoridad al tiempo de cometerse
el hecho ilícito, no tiene importancia que alcance la mayoría de edad
durante el proceso.
b- Emancipación por matrimonio: Si el matrimonio fuese declarado nulo, no
hay responsabilidad del padre por los daños causados por el menor, con
anterioridad al día en que la sentencia respectiva haya pasado en autoridad
de cosa juzgada, pues hasta ese momento subsistía la emancipación, como
tampoco con respecto a los perjuicios ocasionados con posterioridad al fallo
que decretó la nulidad, si el menor era cónyuge de buena fe. Por el
contrario el padre volvería a responder con los términos del 1114 después
de anulado el matrimonio de su hijo menor de edad, si este lo contrajo de
mala fe, conociendo o debiendo conocer el impedimento que acarrearía la
nulidad.
c- Emancipación por habilitación de edad: es el caso de los menores de 18
años emancipados por habilitación de edad, es el fin de la patria potestad,
por lo tanto concluye la responsabilidad de los padres. Se diferencia de la
emancipación por matrimonio porque esta es irrevocable y la emancipación
por habilitación de edad, no.
d- Autorización para ejercer el comercio: según el código de comercio, los
padres pueden autorizar a sus hijos menores, mayores de 18 años, para
ejercer el comercio.
Hijos comprendidos: El art. 1114 dice que la presunción de culpa está
establecida contra el padre por los hechos dañosos de los hijos legítimos y
naturales. Esto llevó a la doctrina a sostener que estaban excluidos los hijos
287
hechos de los hijos menores que tuviera la tenencia o guarda del hijo.
288
Responsabilidad de lo tutores
El art. 1117 dispone que lo establecido sobre los padres rige respecto de los
tutores y curadores, por los hechos de las personas que están a su cargo.
Es decir que los tutores ejercen derechos análogos a los que derivan de la
patria potestad, ya que tienen el derecho de gobernar la persona del menor,
y el deber de educarlo y vigilarlo con los cuidados de un padre. Condiciones:
289
de hecho absoluto y por lo tanto, el curador que se les nombra no puede
hacerse responsable por los daños causados por el ausente.
e) Curadores a los inhabilitados judicialmente: en los casos de los curadores
de los disminuidos en sus facultades mentales sin llegar a ser dementes,
sea por deficiencia física o psíquica, sea por embriaguez o uso de
estupefacientes y el caso del pródigo, no puede responsabilizarse al curador
de estos inhabilitados pues ellos son todos personas con discernimiento y
deben responder a título personal por sus actos ilícitos.
Requisitos de la responsabilidad:
a) Que los directores y maestros ejerzan una autoridad sobre los alumnos o
aprendices.
b) Que el perjuicio se halla ocasionado durante el tiempo que el alumno
estaba bajo la vigilancia del director, sea hora de clase, recreo, o paseo
organizado por la escuela. Por eso no existe responsabilidad si los daños
fueron causados en un día de asueto, en el que el menor habría concurrido
290
al colegio por su cuenta para practicar un deporte, por ejemplo, porque
entonces el alumno no estaba bajo la vigilancia y autoridad del director.
c) El daño debe haber sido causado por el alumno a un tercero, que puede
ser un extraño u otro alumno.
d) El acto que originó el perjuicio debe ser ilícito en sentido subjetivo,
exigiéndose la culpa o el dolo del autor material.
Condiciones de responsabilidad:
a) que el damnificado se aloje en el hotel, pues si solo se encuentra
accidentalmente en él, sea para comer, visitar a un amigo, etc. esta norma
no sería aplicable.
b) que se trate de perjuicios ocasionados a los efectos introducidos en el
establecimiento, ya que si se tratase de daños causados a la persona del
propio pasajero, la responsabilidad, si el culpable resulta ser un empleado
se regirá por el 1113.
291
c) cuando el daño o pérdida provengan de culpa del viajero, o de fuerza
mayor, dentro de cuyo supuesto cabe incluir la introducción de ladrones con
armas, o por escalamiento, que no pudiese resistir el posadero u hotelero,
etc.
292
b) Responsabilidad de todos los jefes de familia que habiten en el inmueble,
si se desconoce de que habitación procedió la cosa dañosa; aunque no
solidariamente sino simplemente mancomunada. (Art. 1121).
293
Personas responsables: La responsabilidad por los daños causados por
animales puede pesar sobre tres sujetos diferentes:
1- El propietario: (art. 1124), expresa que el propietario de un animal
doméstico o feroz es responsable del daño que causare. Ello es así, pues lo
corriente es que sea el dueño la persona que tenga bajo su cuidado y
vigilancia, a los animales de su propiedad. Si no esta indudablemente
acreditada la propiedad de un animal evadido que causa un daño, basta con
que esté acreditado con que al menos estaba al cuidado del demandado
para que éste resulta responsable.
2- El guardián: (art. 1124 segunda parte) “La misma responsabilidad pesa
sobre la persona a la cual se hubiese mandado el animal para servirse de él,
salvo su recurso contra el propietario”. El concepto de guardián tiene aquí
un sentido especial, referido a la circunstancia de que el individuo que lo
tenga consigo, haya recibido el animal para servirse de él. Pero, puede ser
que el animal haya sido entregado a otra persona no para que se sirva de él
sino para cualquier otro fin diferente, por ejemplo el animal que se entrega
al veterinario para su curación, un caballo que se lleva al herrero para
hacerlo herrar, en los supuestos mencionados, algunos consideran que la
responsabilidad es del propietario, salvo prueba de la culpa directa del
individuo que tiene consigo al animal. Otros entienden que la palabra
“servirse” puede ser interpretada en un sentido más amplio: que se sirve
quien valiéndose del animal puede llegar a realizar, por cuenta propia, un
beneficio patrimonial. En caso, de que una persona se sirva del animal sin
consentimiento del dueño, debe responder aquél por los daños que cause el
animal a terceros. Acción recursoria: el tercero responsable porque se
servía del animal, tiene a su vez una acción recursoria contra el dueño, que
sólo procederá contra él cuando le sea imputable culpa o negligencia y
cuando como consecuencia de ello se haya causado el daño por el animal;
como sucede cuando se ha entregado un animal con malas cualidades o
hábitos mañosos o perjudiciales, sin prevenir de estas circunstancias a
quien lo recibe. Con respecto a si la responsabilidad del guardián se
acumula con la del propietario o ambas se excluyen entre sí, la doctrina ha
entendido que no se trata de una responsabilidad conjunta, sino que las
autorías son excluyentes pues cuando el propietario ha transferido la
guardia del animal a otra persona, que se va a servir de él, la
responsabilidad se traslada del primero a éste último. Se puede decir
entonces que son dos responsabilidades distintas e independientes entre si,
aunque basadas ambas en la misma idea de omisión de cuidados o
vigilancia del animal, que sólo puede darse con relación a una persona que
lo tenga bajo su poder inmediato. El art. 1126, primera parte establece que
la responsabilidad del dueño del animal tiene lugar aunque el animal, en el
momento que ha causado el daño, hubiere estado bajo la guarda de los
dependientes de aquel.
3- El tercero que excitó al animal: el art. 1125 dispone que si el animal que
hubiere causado el daño, fue excitado por un tercero, la responsabilidad es
de éste y no del dueño del animal. Esta norma no es más que una simple
aplicación del principio de la responsabilidad por el hecho personal, ya que
en el caso contemplado el daño ya no es consecuencia de la culpa o
negligencia del propietario o guardián del animal, sino del hecho doloso o
culposo del tercero que excitó al animal.
Animales comprendidos
294
Doméstico: es el que se cría en una casa y se adapta a la vida y costumbres
del hombre.
Feroz: es el que puede resultar peligroso para el hombre, por tener instintos
salvajes, a pesar de cualquier domesticación accidental.
La discusión entre animales domésticos y feroces tiene razón de ser, pues
cuando el daño ha sido ocasionado por los primeros, la ley establece una
presunción de culpa contra el dueño o guardián, susceptible de prueba en
contrario; mientras que en el caso de los daños causados por animales
feroces que no reporten ninguna utilidad para la guarda o servicio de un
predio, se imputa siempre la responsabilidad al que lo tenga aunque el
animal se hubiera soltado sin culpa de quien lo guardaba; es decir la
responsabilidad se funda en una circunstancia objetiva de tener consigo, el
dueño, semejante animal, que por si envuelve una gran imprudencia.
En el caso de daño causado por un animal a otro el art. 1130 establece que
“El daño causado por un animal a otro será indemnizado por el dueño del
animal ofensor si éste provocó al animal ofendido. Si el animal ofendido
provocó al ofensor, el dueño de aquél no tendrá derecho a indemnización
alguna”.
Cesación de responsabilidad
La responsabilidad del dueño o guardián de un animal reposa en una
presunción de culpa in vigilando; pero esta presunción pese a ser iuris
tantum no desaparece por la mera acreditación de haber puesto todos los
cuidados y diligencia del caso, sino solamente cuando se invoca alguna de
las causales de excepción establecidas por la ley.
a) Soltura o extravío del animal sin culpa del guardián: (art. 1127), en este
caso será necesario que el propietario acredite que se habían puesto en
práctica y existían los medios necesarios para que el animal no pudiera
soltarse o extraviarse.
b) Daño causado por fuerza mayor: (art. 1128). Para que exista es
necesario que se trate de un acontecimiento imprevisible, o previsible pero
inevitable, extraño al animal y no una mera consecuencia de una reacción
natural. No habría responsabilidad del dueño, en caso de daño causado por
un animal espantado por un trueno por ejemplo; por ello es que no exime
de responsabilidad el hecho de que el animal se hubiere excitado como
consecuencia de un hecho común de la vida moderna.
c) Culpa de la propia víctima: (art. 1128). Si la víctima es el único
responsable, no existirán inconvenientes; mientras que si aquella falta es
sólo co-causa del daño, el dueño o guardián será responsable, pero a los
fines indemnizatorios su obligación de resarcir se verá atenuada en
proporción con la culpa concurrente de la víctima.
d) Supuesto de daño causado por un animal feroz: en estos casos existe
una presunción iuris et de iure contra el responsable (art. 1129). Para que
ello se aplique es necesario que el daño haya sido causado por un animal
feroz y que no soporte ninguna utilidad para la guarda o servicio del predio
donde se encuentre. Es decir que si el animal feroz presta utilidad para la
guarda o servicio de un predio, deja de aplicarse el 1129, como en el caso
de animales feroces útiles como son las bestias de un zoológico o de un
circo.
295
propietario de un animal no puede sustraerse a la obligación de reparar el
daño, ofreciendo abandonar la propiedad del animal”. Ello es así, pues con
el abandono del animal a favor de la víctima no se repara, ni mucho menos,
el daño sufrido, el que puede ser muy superior al precio en plaza obtenido
por la venta de la bestia.
c) Ruina de edificios
El caso de ruina de edificios pasa a ser un simple supuesto dentro de la
responsabilidad por el daño causado por “riesgo o vicio de la cosa” o sea
que la responsabilidad del propietario del edificio arruinado que causó un
296
daño a terceros, sólo podrá excusarse probándose la culpa de la víctima o
de un tercero.
297
proceder el damnificado.
1- Legitimación activa: en principio toda persona que sufre un daño
puede pedir su reparación pero este enunciado ha sufrido limitaciones ya
que se ha restringido el círculo de sujetos que pueden accionar en
demanda de la reparación de los daños y perjuicios. El demandante debe
acreditar la existencia de una lesión jurídica, o sea de una lesión a un
derecho subjetivo, lo que implica que no cualquiera puede pretender la
calidad jurídica de damnificado a los fines indemnizatorios.
Es por ello que las personas con derecho a la reparación del daño causado
por un hecho ilícito son:
1- Damnificado directo: en primer lugar, la acción indemnizatoria es
acordada a quien el delito ha damnificado directamente (Art. 1079 1º
parte), o sea a la victima del delito o cuasidelito.
Cuando se trata de hechos ilícitos contra las personas, su libertad, su honor,
será el individuo herido o privado de su libertad o atacado en su honor, etc.
en los delitos contra la propiedad será el propietario el damnificado directo,
aunque eventualmente pueden ser también el poseedor usufructuario,
tenedor, etc. si sus derechos han sido inmediatamente violados por el acto
ilícito.
2- Damnificado indirecto: Art. 1079 2º parte, también acuerda acción
resarcitoria a toda persona que por el delito hubiese sufrido, aunque sea de
una manera indirecta; lo que corrobora con el Art. 29 del código penal que
dispone: “la sentencia condenatoria podrá ordenar: 1) la indemnización del
daño material y moral causado a la victima, a su familia o a un tercero”.
Atendiendo al sentido literal de estos textos legales, todas las personas que
hubiesen sufrido indirectamente, por reflejo, un daño, por causa del acto
ilícito, tendrán derecho a la indemnización. Lógicamente que los
damnificados serian elevadísimos y correlativamente sobre el responsable
pesaría una obligación que resultaría enormemente desproporcionada a las
posibilidades de cualquier persona. Es por ello que se ha tratado de limitar
el número de damnificados indirectos circunscribiéndose a los cónyuges,
hijos, padres, herederos necesarios, de la victima, siempre que acrediten un
daño indubitable.
a) Damnificado indirecto y el daño moral: siempre que el acto ilícito
configure un agravio moral el damnificado podrá pretender la reparación de
ese daño. Pero en materia de agravio moral, solo tienen acción para
pretender la reparación pertinente los damnificados directos, lo que se
explica porque no hay ofensa por repercusión, es decir que la ofensa contra
una persona no puede afectar de reflejo, a otras personas.
Sin embargo, si del hecho hubiere resultado la muerte de la victima
únicamente tendrán la acción los herederos forzosos, ello es así pues en el
homicidio, el damnificado directo es el muerto, quien ya no puede sufrir
ningún daño económico y por ello, la acción por agravio moral se acuerda a
titulo de excepción y teniendo en cuenta esa ausencia del damnificado
directo, a los damnificados indirectos mas inmediatos: los herederos
forzosos.
b) Damnificados indirectos en el delito de homicidio: es necesario
determinar si la acción de indemnización que se promueve por el cónyuge
supérstite, hijos y otros parientes, se ejerce a titulo personal o a titulo de
herederos del muerto. Es decir que se trata de determinar en quien nace
originariamente la acción de indemnización, si nace propiamente en la
misma victima del homicidio y por su muerte se traspasa a sus herederos, o
298
si nace desde el principio en cabeza de los accionantes, como damnificados
personalmente por el homicidio de otra persona.
Siguiendo la jurisprudencia francesa, en nuestra legislación, muchos han
aceptado la existencia de estas dos acciones distintas e independientes,
pero en los últimos tiempos se ha venido gestando una tendencia opuesta a
la admisión de la doble acción, que sostiene la existencia de una acción
única de carácter personal y no hereditaria. Esta postura, no discute que si
la victima del homicidio sufrió personalmente algún daño económico antes
de su muerte, el derecho de reclamar la reparación del mismo pase a sus
herederos, pero lo que no admite es que éstos puedan recibir como bien
hereditario, una acción resarcitoria aun por su propia muerte.
Para determinar quienes tienen acción en caso de muerte de la victima, hay
que confrontar tres Art.: el Art. 1079, que reconoce el derecho de reclamar
la indemnización no solo al damnificado directo sino a toda persona que por
el delito hubiera sufrido, aunque sea de manera indirecta; el Art. 1084 que
dispone que el delincuente tiene la obligación de pagar todos los gastos
hechos en la asistencia del muerto y en su funeral, además lo que fuere
necesario para la subsistencia de la viuda e hijos del muerto, quedando a la
prudencia de los jueces fijar el monto de la indemnización y el modo de
satisfacerla; y el Art. 1085 que establece que el derecho a la indemnización
le compete, en relación a la 1º parte del Art. anterior, a cualquiera que
hubiere hecho los gastos que allí se trata, y la indemnización de la 2º parte
solo podrá ser exigible por el cónyuge sobreviviente y por los herederos
necesarios del muerto, si no fueren culpables del delito como autores o
cómplices, o si no lo impidieron pudiendo hacerlo.
La confrontación de dichos Art. crea una gran discusión doctrinaria, debido
a sus contradicciones, pero en general, se puede decir que los Art. 1084 y
1085, solo crean un régimen de excepción a favor de las personas a quienes
acuerda la acción de indemnización lo que se justifica debido al estrecho
vinculo que las une a la victima directa del hecho ilícito. Y de esta manera,
mientras en los casos comunes (Art. 1079), quien invoca un daño, debe
probarlo, tratándose de la esposa y herederos forzosos del muerto, ello no
es necesario para que tengan derecho a la indemnización, pues la ley
presume la existencia del perjuicio quedando a la prudencia de los jueces
fijar el monto del resarcimiento.
En un sentido amplio, considerando que los mencionados Art. no se
excluyen, se reconoce, la facultad de acordar al viudo/a, e hijos
matrimoniales y extramatrimoniales, padres legítimos y naturales,
hermanos y todo tercero perjudicado por la muerte, siempre que resulte
lesionado el interés legitimo suyo jurídicamente protegido.
299
Damnificados en el delito de daño:
De los Art. 1095 y 1110, surge que los que tienen acción para reclamar
los daños causado a las cosas son:
1- Propietario: pues el detrimento que una cosa experimente a
consecuencia de un hecho ilícito, debe darle al dueño derecho para exigir
la pertinente indemnización. Para que pueda accionar, basta con que se
haya estado usando la cosa en el momento en que resulto dañada.
2- Poseedor: quien tiene una cosa con intención de someterla al ejercicio
de un derecho de propiedad, provoca una serie de consecuencias
jurídicas y se hace acreedor a la protección de su derecho de poseedor.
3- Tenedor: la acción se acuerda al locatario, comodatario, depositario,
usufructuario, usuario, en tanto haya daño que afecte a sus respectivos
derechos, o sea que deben acreditar haber sufrido, directamente o
indirectamente, un daño propio.
4- Acreedor hipotecario: el que cause un daño debe responder por los
perjuicios que afecten al A hipotecario, aunque aquel sea propio del
dueño de la cosa hipotecada. Ello es así, pues si bien el D hipotecario
conserva el ejercicio de todas las facultades inherentes al dominio, le
esta prohibido realizar actos de disposición que tengan por fin disminuir
el valor del inmueble hipotecado.
5- El que tiene la cosa con obligación de responder de ella, pero solo en
ausencia del dueño: se trata de un supuesto especial, en el cual se
acuerda al tenedor de la cosa una autorización para la realización de una
medida conservatoria a titulo de gestor de negocios, del daño, ya que si
este estuviera presente y se hubiera producido el daño a la cosa, seria el
a quien correspondería iniciar la demanda.
300
indemnizatoria por daño moral es incesible, como consecuencia de la
intransmisibilidad de los derechos inherentes a la personalidad. Cuando
sea perjuicio moral, se encuentra fuera del comercio, los créditos que
pueden surgir de ello permanecen indisolublemente, a la persona de la
victima, continuada por sus herederos, las acciones que sancionan esos
créditos no pueden ser ejercitados ya ni por un cesionario ni por un A.
2- Legitimación pasiva:
1- El autor del hecho: como se trata de determinar contra quien
procede la acción indemnizatoria, se establece que el primero que debe
sufrir las consecuencias de tal acción es el autor del hecho ilícito que
violo el derecho ajeno.
2- Consejeros y cómplices: el Art. 1081 hace pesar solidariamente la
obligación de indemnizar, sobre todos los que participaron en la comisión
del delito como autores, consejeros o cómplices.
3- El encubridor: para responder a la cuestión de si el encubridor esta
igualmente obligado frente a la victima surgen distintas opiniones. Para
algunos, el encubridor comote un delito distinto que no guarda relación
de tiempo y lugar con el encubierto, y por lo tanto no emanan daños y
perjuicios que obliguen al autor a una indemnización respecto de la
victima del hecho encubierto. Para otros, el encubridor queda en el
concepto lato de autores, consejeros y cómplices, declarándolo así
solidariamente responsable con el autor, siempre que exista nexo de
causalidad entre el hecho calificado de encubierto y el daño sufrido.
Finalmente, hay quienes piensan que si el encubrimiento resulta algún
perjuicio, el encubridor debe responder por los daños ocasionados por su
delito, independientemente de la obligación del autor del daño.
4- Pluralidad de responsables: cuando el delito ha sido cometido por
más de una persona pesa solidariamente sobre todos ellos la obligación
de reparar el daño (Art. 1081). Lo mismo sucede en materia de
cuasidelitos, con la diferencia que en este supuesto el que paga la
totalidad de la indemnizaron o una parte mayor de la que le corresponde
tiene acción de reintegro contra sus corresponsables (Art. 1109), lo que
no sucede cuando se trata de un delito (Art. 1082). Pero no todos los
que han participado de un cuasidelito, pueden ser considerados autores
o participes del mismo, por no haber mediado de su parte culpa o
negligencia. Ej.: si un vehiculo detenido es atropellado por otro de atrás
y al desplazarse embiste o hiere a un peatón, en este caso la
responsabilidad debe recaer sobre el o los participes realmente
responsables. Pero la jurisprudencia tiene resulto que la victima no tiene
porque andar averiguando la mecánica del accidente, y por lo tanto,
puede dirigirse contra cualquiera de ellos o contra ambos, a los efectos
de obtener la indemnización, sin perjuicio de la acción que pudiera
corresponderle al demandado para dirigirse contra el verdadero
responsable del hecho. Cuando el daño es causado por un sujeto no
individualizado de un grupo determinado, el Art. 1119 dispone que
respondan todos por el daño causado, pero no solidariamente sino en
proporción a la parte que se tuviere, a no ser que probare que el hecho
fue ocasionado por culpa de uno de ellos exclusivamente.
5- El que se beneficio con los efectos del delito: también seria
procedente la acción resarcitoria contra quien, a titulo gratuito, se
beneficio con los efectos del delito (Art. 32 código penal). En este caso,
301
la reparación no ha de ser plena, sino que estará limitado por el
quantum del enriquecimiento experimentado por el tercero.
6- Tercero civilmente responsable por el hecho de toro, o por las
cosas: estos son los casos de responsabilidad refleja y en ellos los
damnificados pueden dirigir su acción resarcitoria contra el autor
material de daño o contra el civilmente responsable, o contra ambos
conjuntamente o sucesivamente, de tal forma que dicha responsabilidad
resulta ser para cada uno de ellos in solidum o plena. Pero dirigida la
acción contra uno de ellos y en trámite la misma, no es admisible iniciar
la acción contra otro de los obligados.
7- Sucesores universales: según el Art. 1098, la acción de pérdidas e
intereses que nace del delito, puede deducirse contra los sucesores
universales de los autores y cómplices, observándose sin embargo, lo
que las leyes disponen sobre la aceptación de las herencias con beneficio
de inventario. En cambio los sucesores a titulo singular, como el
legatario, no son responsables de las consecuencias de los actos ilícitos
realizados por el causante.
8- El asegurador del responsable: la ley de seguros 17.418 establece
que la acción contra el asegurador queda en forma de citación de
garantía, con exclusión d toda acción directa. El régimen se establecen
en lo siguiente: 1) Privilegio absoluto del damnificado sobre la suma
asegurada, aun en caso de quiebra o concurso civil; b) citación en
garantía del asegurador, debiéndose interponer la demanda ante el juez
del lugar del hecho o del domicilio del asegurador, en cuyo caso la
sentencia hará cosa juzgada contra este; c) En el juicio y en la ejecución
de la sentencia el asegurador no podrá oponer las defensas nacidas
después del siniestro.
No es una acción directa del damnificado por el hecho ilícito, contra el
asegurador responsable, sino que es una seguridad o garantía de cobrar
el crédito al asegurador y nadie que por privilegiado que sea crédito
podrá desplazarlo del primer lugar en que la ley lo ha colocado, respecto
del crédito.
En cuanto al asegurador, una vez citado en el proceso que se tramite
entre damnificado y asegurado, comparezca o no el mismo, la sentencia
que se dicte lo afectara como a los litigantes principales, ya que hará
cosa juzgada a su respecto y será ejecutable contra el. En caso de
comparecer, las defensas oponibles por el asegurador serian solo dos: 1)
la ausencia o inexistencia del seguro a la fecha del siniestro. Ej.: nulidad
o rescisión del contrato, suspensión de la tutela asegurativa, omisión en
el pago de la prima, etc. 2) Insuficiencia del seguro, si la suma
asegurada es inferior a la cantidad que reclama el actor. Si el
damnificado (sea por desconocimiento de la existencia del seguro, o
porque no quiere recurrir a los jueces que le indica la ley) omite citar en
garantía al asegurador, ello no le hace perder el privilegio de ser
satisfecho su crédito contra el asegurado, por parte del asegurador, pero
en este caso la sentencia no puede ejecutarla directamente contra el
asegurador que no fue parte en la litis, sino que será necesaria la
promoción y tramite de otro juicio en contra de este. Pero ello, no
significa que existe una acción directa, contra el asegurador del
responsable, pues la posibilidad de demandarlo en juicio separado,
invocando el crédito nacido en una sentencia firme de condena del
asegurado al pago de los daños y perjuicios ocasionados por sus hecho
302
ilícito, es una vía que presupone la existencia previa de una litis entre el
damnificado y el responsable.
303
considerarse que si, pues argumentan que la pena es incompleta si no
lleva la reparación debida por el delincuente a la victima, y se deja que
esta se ventile como un asunto privado en la jurisdicción civil. Pero se ha
llegado a la conclusión de la necesidad de deslinde de la acción civil y
penal, salvo cuando las particularidades del caso permiten
excepcionalmente un tratamiento unitario. Actualmente ambas normas
subsisten vigentes, sin que exista contradicción entre ellas, acordando el
Art. 29 solo una facultad al damnificado para que en determinados
supuestos pueda optar por ejercitar su acción resarcitoria ante el fuero
penal. Entonces a lo sumo, se ha operado una derogación parcial del Art.
1096, el que perdió su carácter absoluto después de la sanción de 1922.
c) Cosa juzgada.
Influencia de la acción criminal sobre la civil
La acción civil puede ejercerse independientemente en sede civil,
reclamando la indemnización de daños y perjuicios pero también puede
ejercerse en sede penal, que se hace mediante la constitución de la
parte civil damnificada en el proceso penal.
a) Ejercicio de la acción civil indemnizatoria en el fuero penal:
Actualmente prevalece en doctrina y en jurisprudencia la tendencia de
que los tribunales carecen de potestad para fijar de oficio la reparación
del daño. Esto es acertado ya que si el reclamo de la indemnización
constituye un derecho de la parte damnificada que puede ejercitar en la
jurisdicción criminal o civil, o renunciarlo, entonces no puede el tribunal
disponer el pago de una reparación que no fue solicitada, o no querida, o
sin conocer la pretensión de la victima respecto del quantum
indemnizatorio, etc.
Se coincide en que el juez en lo penal no solo puede fijar la
indemnización de los daños y perjuicios en el caso de sentencia
condenatoria del acusado, pero no puede fijarla si ha sido absuelto o
sobreseído, o si se extingue la acción por muerte del imputado durante
el proceso, o se produce la prescripción de la acción penal o se
declara una amnistía. Pero la absolución del imputado en lo penal, no
impide que la acción civil, distinta de la iniciada en la sede criminal,
pueda ser entablada nuevamente ante el fuero perteneciente. Pero lo
que no se puede hacer si se opto por ejercer la acción en la sede penal,
es recurrir a la justicia civil, hasta después de recaída resolución firme
en lo penal, que deje abierta la nueva vía exclusivamente
indemnizatoria.
La acción resarcitoria en el fuero penal puede dirigirse contra el
procesado mismo y esa acción puede ser ejercida por la victima del
delito ya que esta tiene la facultad para formular ambas acciones ante el
fuero represivo y también puede ejercerla por los damnificados
indirectos. En cuanto a la acción contra el tercero civilmente
responsable, se considera que no es acumulable a la represiva, por lo
que subsiste la independencia a su respecto.
Una vez fijada la indemnización en el proceso penal, a pedido del
interesado, dicha decisión hace cosa juzgada y el damnificado no podrá
ya reclamar otra indemnización en el fuero civil por la misma causa,
salvo que se denuncie que los daños no pudieron ser considerados en la
sentencia criminal por ser sobrevinientes a esta, o por tratarse de un
daño futuro. Inversamente si se intento primero la acción civil, no podría
304
luego ejercitarse nuevamente la misma pretensión en el fuero penal.
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defensor de ausentes.
306
etapa siguiente del proceso criminal. Es por ello que el sobreseimiento
fundado en la inexistencia de culpa del inculpado, haga cosa juzgada en
sede civil, es decir que no se puede reclamar la indemnización,
impidiendo entrar a considerar nuevamente la responsabilidad personal
del mismo o la indirecta de otro, derivada de su culpa.
Sin embargo se considera que no hace cosa juzgada el sobreseimiento
definitivo dictado como consecuencia del fallecimiento del imputado, en
cuyo caso el juez civil puede calificar el hecho en la orbita del derecho
criminal, al solo efecto de ordenar la reparación del daño, igualmente
puede hacerlo cuando el sobreseimiento definitivo se dicto por haberse
extinguido por prescripción la acción pena, o en caso de multa o
amnistía. (Art. 1103)
307
Punto 2: Responsabilidad de carácter especial:
a) Responsabilidad del Estado y de las personas jurídicas (Art.
42-43 y notas)
Antes de la reforma de la ley 17711 las personas jurídicas y el Estado,
no eran responsables por los delitos cometidos por sus miembros, ya
que al ser estos entes, personas de existencia ideal, no podían por si
cometer delitos y mas un realizar cualquier cato, sino que lo hacían por
medio de las personas físicas que desempeñaban funciones en las
entidades.
Con la reforma, el nuevo Art. 43 establece que las personas jurídicas
sean publicas o privadas, incluyendo al Estado, responden por los daños
que causen quienes las dirigen o administren en ejercicio o con ocasión
de sus funciones y por los daños que causen sus dependientes.
Todas las personas jurídicas, deben tener como finalidad el bien común,
y responderán por las personas sean dependientes, administradores,
representantes, agentes, empleados, directivos, etc. que en concurrencia
a la realización de los fines de la entidad hayan causado un daño a otro.
Caso de las sociedades: al producirse la reforma, el Art. 43 habla de
forma genérica de las personas jurídicas, lo que sucede es que las
simples asociaciones, son entidades que no tienen existencia legal,
entonces se plantea el interrogante de si estas están o no incluidas en
este Art. La respuesta será: lo estarán cuando se constituyan como
sujetos de derecho a través de la celebración del acto constitutivo y la
designación de autoridades acreditadas por escritura pública o privada
de autenticidad certificada (Art. 46). Las sociedades civiles, comerciales
y las simples asociaciones, que cumplan los requisitos nombrados, son
personas jurídicas de carácter privado y se rigen por las disposiciones
sobre responsabilidad refleja de las personas jurídicas.
Responsabilidad por el hecho de sus directores o
administradores: las personas jurídicas son responsables por los daños
que causen quienes las dirigen o administren, en ejercicio o con ocasión
de sus funciones. De haber una vinculación entre la tarea y el hecho del
dirigente, es decir, es necesario que haya obrado al tiempo de cometer
el hecho ilícito dentro de sus funciones. O sea que el hecho ilícito no
hubiera podido realizarse de no mediar dicha función. De esta manera la
responsabilidad de la persona jurídica nunca quedara comprometida por
cualquier hecho ilícito que carezca de toda vinculación con las tareas de
la misma, aunque se haya realizado en el lugar y/o durante el tiempo de
las mismas, sino solamente por aquellos hechos que, de no mediar tal
relación de dependencia, no se habrían podido ejecutar.
Responsabilidad por el hecho de sus dependientes: para realizar su
vida las personas jurídicas se sirven de representantes y agentes, que
obran en nombre de aquellas y rezan su voluntad. La persona jurídica
esta obligada a soportar los actos realizados en el circulo de las
funciones que se les asigna y por ello debe responder de los actos ilícitos
de sus gerentes o administradores, representantes, agentes, empleados,
etc.
b) Responsabilidad de los funcionarios públicos:
Los funcionarios y empleados públicos tienen en general el derecho de
obrar conforme a las leyes y reglamentos que establecen las formas y
limites del ejercicio de sus funciones y si obran dentro de ello su
308
responsabilidad esta cubierta; si por el contrario prescinde de esas
formas y limites es posible que su responsabilidad resulte comprometida.
Dicha responsabilidad puede ser de tres clases:
1- Administrativa: la que cae bajo medidas disciplinarias.
2- Penal: En los casos en que el acto irregular del funcionario constituye
un delito previsto y penado por el C.P en el capito de “abuso de
autoridad y violación de los deberes de los funcionarios públicos”.
3- Civil: en el caso de que el acto irregular haya causado un daño a la
administración pública o a los particulares.
Responsabilidad civil: el Art. 1112 dispone que los funcionarios
públicos son responsables de los hechos y omisiones irregulares en el
ejercicio de sus funciones.
LEGITIMACION ACTIVA: se planeta el problema de si esta
responsabilidad lo es frente a cualquier sujeto de derecho que pueda
resultar dañado por acto de los servidores públicos desde su función o
empleo o se excluyen a determinados damnificados.
La 1º restricción: sostiene que la responsabilidad existe a favor del
Estado pero no de los particulares.
La 2º restricción: dice que la responsabilidad no se aplica con relación a
los funcionarios o empleados entre si, sino con relación a terceros.
Finalmente, se sostiene que la responsabilidad de los daños causados
por el funcionario al estado, es contractual, salvo cuando el
incumplimiento de sus obligaciones propias degenere en delito del
derecho criminal.
Requisitos:
1-El hecho debe ser realizado por un funcionario público, es decir por un
individuo que desempeñe la función pública, cualquiera sea su jerarquía.
El acto debe ser
2- El acto debe ser realizado en ejercicio de sus funciones, como órgano
del estado.
3- La responsabilidad solo existe por el hecho u omisión realizados de
una manera irregular, es decir contrarios a las leyes y reglamentos que
determinen sus funciones y que violen la constitución.
4- El hecho dañoso debe haber sido cometido con culpa, de lo contrario
no habría cuasidelito ni responsabilidad civil, y el funcionario para
liberarse de la responsabilidad deberá probar que no existió culpa de su
parte.
En esta responsabilidad civil están obligados civilmente, tanto el Estado
como el superior jerárquico del funcionario que cometió el hecho ilícito, y
el tercero damnificado puede accionar in solidum indistintamente contra
el funcionario (responsable directo), o contra el estado (responsable
indirecto).
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personas que han requerido la actividad del profesional culpable
(responsabilidad contractual), o puede también ocasionar daños a
terceros, con los cuales no mantenían tales profesionales relación
jurídica alguna (responsabilidad extracontractual).
Principios generales y aplicaciones: rige la norma del Art. 1109
“Todo el que ejecuta un hecho que por su culpa o negligencia ocasiona
un daño, esta obligado a la reparación del perjuicio”. Este principio se
complementa con el Art. 902 que dispone “Cuanto mayor sea el deber
de obrar con prudencia y pleno conocimiento de las cosas, mayor será la
obligación que resulte de las consecuencias posibles de los hechos”.
Además con arreglo a la norma genérica del Art. 512 que impone al D la
obligación de obrar sin omitir las diligencias que exigiera la naturaleza de
la obligación, so pena de incurrir en culpa. Y las personas que ejercen
profesiones liberales son deudores de quienes contratan sus servicios,
deudoras del servicio reclamado en razón de su titulo o profesión. A
parte de estos principios comunes a todas las responsabilidades
profesionales, existen particularidades con relación a determinadas
profesiones:
310
Civil: Si con su actuación ocasionan daños y perjuicios a las partes
intervinientes o a los terceros por incumplimiento de sus deberes.
Si la acción del escribano frente a las partes configura un delito penal, el
damnificado podrá optar por hacer valer la responsabilidad
extracontractual de acuerdo con la opción del Art. 1107 “los hechos u
omisiones en el cumplimiento de las obligaciones convencionales, no
están comprendidos en los Art. de este titulo si no degeneran en delitos
del derecho criminal”.
Médicos: incurren en responsabilidad si no advierten al enfermo de los
riesgos que pueden derivar de una operación es por ello que no deben
instituir ningún tratamiento, ni efectuar intervención alguna sin
consentimiento del enfermo. También hay responsabilidad medica por
error grosero de diagnostico, pero el simple diagnostico no trae
aparejada la responsabilidad del medico.
Una cuestión muy delicada de la responsabilidad medica, es el
transplante de órganos, que no puede efectuarse sin el consentimiento
del dador y del receptor, quedando vedada esta operación cuando pueda
producir la muerte del 1º.
Los médicos en su relación con el paciente, tienen una serie de
obligaciones como ser: advertir al paciente sobre riegos del tratamiento
u operaciones; obtener su consentimiento para someterlo a tratamientos
u operaciones, salvo urgencias; dar un diagnostico acertado, no tienen
obligación de acertar la enfermedad, pero si la de hacer todo lo
necesario para no equivocarse (en caos de duda consultar colegas, etc.);
dar tratamiento adecuado, la obligación del medico no es de resultado
sino de medios, por tanto el no promete curar, pero si emplear
tratamientos adecuados para lograr la curación. Los médicos tiene
responsabilidad contractual, salvo en los siguientes casos:
1) servicios médicos requeridos por un tercero.
2) Que hayan sido prestados espontáneamente, sin consentimiento del
enfermo.
3) Servicios prestados contra voluntad del enfermo.
Estos principios se aplican por analogía a: dentistas, parteros,
enfermeros, etc. y por extensión a los veterinarios, respecto de los
animales que curan.
En cuanto a los farmacéuticos hay que distinguir: si su actuación es
como profesional, responden por falta de cuidado o impericia en la
preparación de recetas o medicamentos que les hubiesen encargado, si
actúan como comerciantes, responden por incumplimiento al deber de
seguridad que como vendedor de un medicamento deben tener (Ej.:
cuando entregan un medicamento en mal estado o peligroso sin receta,
etc.). Por otra parte si el defecto del medicamento es de origen, el
damnificado puede también hacer valer la responsabilidad del fabricante
o productor.
e) Responsabilidad de prensa:
Es necesario destacar que aquel concepto de prensa del Art. 1853,
limitado a la prensa escrita como periódicos afiches, panfletos, y oral,
pregoneros y el teatro, exige una interpretación actual extensiva a todos
los medios de comunicación que han alcanzado un gran avance.
Hoy los medios de comunicación, conformados por una tecnología, cuyos
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límites desconocemos, han producido tal impacto en la sociedad
moderna, modificando pautas culturales y de conducta.
Sin duda la opinión publica cuyo poder es decisivo en la vida
democrática, esta moldeada por los medios de comunicación.
Debemos distinguir entre la libertad de expresión, que es
necesariamente limitada, t el derecho a la información, que ha sido
reconocido como derecho invaluable e inalienable del hombre modero y
que responde a su naturaleza social. La colectividad tiene derecho a ser
informada sobre los acontecimientos de interés público y esa información
debe ser actual, exacta, veraz y objetiva. Mas no se exige infalibilidad,
sino que se trata de buscar leal y honradamente la verdad en forma tal
de no merecer juicio de reproche civil o penal.
Ahora bien, ¿cuando surge responsabilidad para los medios de
comunicación?:
Siguiendo a M. Iturraspe, es posible sostener que la responsabilidad se
configura cuando el error de la noticia sea inexcusable o cuando se hable
de un abuso en la facultad de informar, generando daño a la honra o
crédito ajena.
El derecho a al información, como ningún derecho, es absoluto, puede
chocar con otros derechos, los derechos personalísimos, debiendo ser
razonablemente sopesados. Hasta fines de 1996, el conflicto reseñado
ha sido resuelto en el ámbito de la responsabilidad subjetiva, la
posibilidad de relacionar el hecho e imputarlo a titulo de dolo (noticias
falsas) a titulo de culpa (noticias erróneas o inexactas). Pero ¿Qué
sucede con los factores objetivos de la atribución? Junto con autores
como Rivera, se puede sostener que el honor, la intimidad, la reputación
del individuo puede verse afectado por un ejercicio abusivo del derecho
de informar.
A fines de 1996, dos pronunciamiento de la CSJN “Morales Solá S/
injurias” y “Dora Gesualdi c/Coop. Periodistas independientes limitada s/
cumplimiento ley 23.073”, han intentado sumar un nuevo factor de
atribución: la real malicia, tomado de la jurisprudencia norteamericana.
El factor sub. Examen se apoya en dos pilares fundamentales a) la
materia o naturaleza de la información y b) el carácter del sujeto
receptor del comentario lesivo.
Así debemos señalar que según la teoría citada existe a favor del
derecho de crónica una presunción de objetividad y veracidad cuando se
trata de funcionarios públicos, figuras publicas, o particulares
involucrados en cuestiones de interés publico, que debe ser desvirtuada
por la figura publica demostrando la objetiva falsedad de la información
y que la misma fue difundida con absoluta despreocupación por verificar
si era falsa o no.
De lo expuesto surgen dos preguntas: ¿pueden los jueces crear o
introducir a través de una sentencia un factor de atribución autónomo no
previsto en el código de fondo? Entendemos que la respuesta negativa
se impone y por otro lado ¿es posible admitir un sistema de
responsabilidad dual? Es decir 1) figura publica asunto de interés público
(real malicia) 2) figura pública asunto de interés privado (principios
generales de la responsabilidad civil). No existe en nuestro ordenamiento
legal un sistema excepcional para aplicar a la actuación riesgosa de la
prensa.
312
En otras palabras, nuestro sistema de responsabilidad civil uno y único
con indiferencia del carácter del afectado. Finalmente la actividad
periodística genera riesgos y quien crea un riego logra utilidades tiene el
deber de indemnizar los daños ocasionados.
El gran alcance social de los medios y el carácter riesgoso de la actividad
periodística ha sido admitido por nuestra corte en “Ekmekdjian MA vs.
Sofovich G. y otros 07/07/92 “
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lado a imponer cierta prudencia a los participes a fin de evitar daños,
tales normas reglamentarias resuelven la cuestión que nos ocupa en el
ámbito de la responsabilidad subjetiva (dolo o culpa). Si los jugadores se
han ajustado a la práctica normal del deporte no incurren en
responsabilidad
Respecto a espectadores: aquellos que han adquirido una entrada para
presenciar un espectáculo y respecto a quienes la entidad organizadora
tiene que asegurar indemnidad personal en virtud a la obligación legal
de seguridad (factor de atribución objetiva en el marco contractual). El
organizador solo se libera acreditando caso fortuito, culpa de la victima o
un tercero por quien no debe responder.
Ahora bien, en el caso de que el espectador se encuentre en un lugar no
habilitado para el público, o respecto del cual existe una indicación
clara, de prohibición de permanencia, la responsabilidad de la entidad
organizadora desaparece.
Respecto de terceros: la entidad organizadora deberá responder si
omitió poner la diligencia necesaria para evitar daños a terceros (es
decir no participes de la justa deportiva ni espectadores)
El daño causado por grupos (como barras por ejemplo), es el caso de la
responsabilidad colectiva, en el cual la muchedumbre actúa como
unidad, con características propias. El daño causado por estas barras,
hace una responsabilidad compartida por la entidad del evento
deportivo, ye l autor del daño si es posible identificarlo.
El empresario organizador, responde extracontractualmente en forma
refleja por los hechos ilícitos de los jugadores que perjudiquen a
espectadores o terceros, como consecuencia de una obligación de
seguridad asumida por el empresario.
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