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Eduardo regresaba por la noche muy cansado y pesando en sus problemas del trabajo, no bajaba

el ascensor demoraba mucho así que se fue por las escaleras, más cuando subió por las escaleras
o sorpresa se topó con ella, Alexandra era su nombre, una amiga que conoció en las clases de
inglés ya hace mucho tiempo. Ellos comenzaron a hablar un largo tiempo hacer del pasado, ella le
conto que llego después de un divorcio con alguien que nunca comentaba, como si quería salir del
tema, mas no ocultaba el interés de volver a ver a Eduardo, continuaron conversando hasta que
sin darse cuenta del tiempo, el celular sonaba mucha veces pero él lo tenía en la mochila así que
caso no le hacía ni por un momento, más cuando escucho que alguien bajaba las escaleras, él
pensaba que sería un vecino no quería problema con las habladurías sobre su encuentro, decidió
dar permiso y por cosas del destino termino muy cerca a Alexandra por si fuera poco era Mónica
quien baja a buscar Eduardo que no aparecía; en ese momento Eduardo se puso de todo los
colores y no pudo decir nada, solo mira la mirada de Mónica que parecía que decía “va valiste” .
Todo preocupado se quedó sin habla más las pesadilla no terminaba Alexandra al tratar de
ayudarlo para salir de esa situación tan confusa decidió presentarse, mas no pensó mucho que la
enfada mujer pensaría decidió presentarse, de manera imaginable Mónica saluda y le dice luego
Eduardo sube cuando termines que hay que hablar.

Eduardo inmediatamente va en busca, despidiéndose que aquella amiga, pensado en cada


escalera lo que se venía y la cara que tendría, más lo recibe con una sonrisa tan enorme que lo
pone muy incómodo, mas Eduardo ya sabía dónde dormiría.

La mañana siguiente él pensaba como sería el desayuno, pero olvido que ella tenía que ir urgente
ese día para el hospital, así llego la noche de ese día y Eduardo pesaba que le dirían, llego a la casa
y empezó a preparar la cena, la comida preferida para su ella, encendió unas velas para dar un
buen ambiente en eso llega Mónica cansa pero al ver a su Eduardo tan galante se olvidó de todo y
lo beso apasionadamente. Ellos conversaron del sucedido y recordaron que es parte de la vida
encontrar a persona del pasado y seguir en tu presente es algo que pasa día a día una amiga
apareció en esta historia, que Eduardo hace mucho no veía, quizás llego en el mejor momento
para enseñarnos ya que destino ayuda a recordar que los sentimientos pro una persona no cambia
aunque conozcamos o nos recentramos con muchas tantas más.

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