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4.

SISTEMAS SENSORIALES

Elaborado por: MSc. Ángela P. Navas Berdugo

Adaptado de: Guías laboratorio de biología celular, Universidad de los Andes.


Guías laboratorio de biología, Universidad Central.

1- OBJETIVOS

• Comprender qué tipos de células receptoras intervienen en la transducción de


los estímulos sensoriales.
• Entender la manera en cual funcionan los órganos de los sentidos y los
distintos factores que pueden afectar la percepción de los estímulos.

2- MARCO TEÓRICO

Para sobrevivir cada organismo ha creado medios por los cuales puede dar
respuestas apropiadas significativas y adaptativas a cambios específicos en el
medio ambiente. Tradicionalmente se dice que el ser humano tiene cinco
sentidos: tacto, olfato, gusto, vista y oído. Sin embargo, algunos de éstos pueden
dividirse en varios sentidos, por ejemplo el tacto, el dolor, el frío y el calor están
incluidos en el sentido “original” del tacto. El oído contiene un órgano para
percibir el equilibrio y la rotación, y otro órgano para percibir ondas sonoras.
Además de los sistemas sensoriales que permiten a los organismos tener
información acerca del medio externo también existen una serie de sentidos que
les permiten detectar el estado interno del cuerpo. Pueden sentir la tensión en los
músculos, el movimiento de las articulaciones y estado internos como sed,
hambre, náuseas, dolor, etc (Villee 1998).

Los órganos de los sentidos tiene la doble función de distinguir cambios y


transmitir la información relativa a la naturaleza del cambio al sistema nervioso
central. Un órgano sensorial proporcionaría al organismo muy poca información
útil si respondiera indiscriminadamente a todas las clases de cambios en el medio
ambiente. Es por esto que los órganos sensoriales se han vuelto muy específicos
par un tipo de estímulo ambiental: un órgano percibe luz, otro presión mecánica,
un tercero sustancias químicas, etc. Los órganos sensoriales tampoco serían
útiles si sólo respondieran a grandes cambios en el amiente, pero si fueran muy
sensibles a cada molécula, electrón o movimiento, sólo transmitirían ”ruido”.
Cada órgano sensorial ha evolucionado de tal manera que tiene desarrollada una
especificidad y sensibilidad óptima. Adicionalmente los órganos de los sentidos
deben tener la capacidad para distinguir y registrar no sólo “principio” y “fin”,
sino también velocidad, magnitud y dirección del cambio (Villee 1998).

Los órganos sensoriales están compuestos de células receptoras que se encargan


de transducir (convertir) los estímulos en señales que son transmitidas hacia
otras partes del sistema nervioso central para su procesamiento e interpretación.
La mayoría de las células sensoriales son neuronas modificadas, pero algunas son
otros tipos celulares estrechamente asociados con ellas. Al igual que los órganos
sensoriales, las células receptoras son específicas para cada tipo de estímulo
(Purves et al. 2003).

La mayoría de las células poseen una proteína receptora de membrana que


detecta un estímulo y responde alterando el flujo de iones a través de la
membrana plasmática. Debido al cambio en el potencial de membrana (diferencia
de voltaje a lado y lado de la membrana plasmática de la neurona) las células
sensoriales generan potenciales de acción o secretan un neurotransmisor sobre
una neurona que generará el impulso nervioso. La intensidad del estímulo es
codificada como la frecuencia de los potenciales de acción. La capacidad de los
animales para discriminar entre los estímulos continuos y los variables se debe a
que algunas células sensoriales pueden adaptarse, es decir generan menos
impulsos nerviosos cuando el estímulo es mantenido (Purves et al. 2003).

En todo el reino animal, muchas actividades sexuales, reproductoras, sociales y


de la alimentación son iniciadas, reguladas o influenciadas en cierta forma por
aspectos químicos específicos del medio ambiente (Villee 1998). Esta información
es recibida a través de quimiorreceptores. Éstos son responsables del olfato, el
gusto y algunos aspectos del ambiente interno como el nivel de dióxido de
carbono en la sangre. La quimiosensibilidad es universal entre los animales
(Purves et al. 2003).

Los mecanorreceptores son células sensibles a las fuerzas mecánicas. En la


piel, diferentes tipos de mecanorreceptores son responsables de la percepción del
tacto, la presión y el cosquilleo. Los receptores de estiramiento en los músculos,
los tendones y las articulaciones, proporcionan información acerca de la posición
de las partes del cuerpo en el espacio y de las fuerzas que actúan sobre ellas. Los
receptores de estiramiento de las paredes de los vasos sanguíneos señalan los
cambios en la presión arterial. Las células “ciliadas” con extensiones sensibles a
la flexión son incorporadas en los mecanismos para la audición y para señalar la
posición del cuerpo en el espacio (Purves et al. 2003).

La sensibilidad a la luz -fotosensibilidad- confiere a los animales la capacidad de


orientarse respecto al sol y el cielo y brinda a los animales más complejos una
rápida y extremadamente detallada información a cerca de los objetos que se
encuentran en su ambiente. No es sorprendente que tanto los animales simples
como los complejos puedan detectar la luz y responder a ella. Lo notable es que a
través del amplio espectro de las especies animales, la evolución haya
conservado la misma base para la fotosensibilidad: la familia de pigmentos
llamados rodopsinas. Las células fotorreceptoras son aquellas que contienen
estos pigmentos y que permiten que los estímulo lumínicos sean transformados a
potenciales de acción y llevados al sistema nervioso central (Purves et al. 2003).

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3- MATERIALES Y REACTIVOS

Materiales Reactivos
• Reloj • Azúcar
• Regla • Solución de azúcar 0.1%,
• Copitos 0.125%, 0.16%, 0.2%,
• Marcador o esfero 0.25%, 0.5%, 3% y 10%
• Clavos metálicos • NaCl 1%
• Beaker • Vinagre 0.01%
• Compás • Café 1%
• Aguja/Alfiler • Esencia.
• Vela
• Vasos de plástico
• Círculo de 60cm de diámetro.

4- PROCEDIMIENTO

1. Sentido del gusto:

a. Una persona debe sacar su lengua (sin humedecerla con saliva), con el
copito un compañero debe aplicar un poco de las siguientes soluciones en
varias regiones de la lengua (punta, lados, atrás):

Azúcar 3%, NaCl 1%, Vinagre 0.01%, Café 1%.

Determine donde es detectada cada sustancia más fácilmente.

b. Estímulo físico: Para ser detectada, una sustancia debe estar en solución.
Seque su lengua con papel y ponga en ella un pequeño terrón de azúcar
¿Puede usted saborearlo inmediatamente?, ¿Cuándo logra detectar el sabor
y por qué?

c. Agudeza del sentido del gusto: Una persona (no fumadora) debe tomar
una pequeña cantidad de las siguientes soluciones de azúcar en su boca
(empezando con la solución menos concentrada). Después de cada prueba
debe lavar la boca con agua.

0.1%, 0.125%, 0.16%, 0.2%, 0,25% y 0.5%

¿A partir de cuál dilución reconoce el dulce sentido del gusto?

Repita el mismo experimento con una persona fumadora y determine a


partir de cuál dilución se reconoce el dulce.

d. Efecto de la temperatura en el sentido del gusto: Mantenga un cubo de


hielo sobre la lengua durante un minuto. Luego aplique solución de glucosa
al 10% ¿Nota el sabor dulce?

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Mantenga agua a 40-45ºC en la boca por no más de un minuto. Coloque la
solución de glucosa al 10% en la lengua ¿Nota el sabor dulce?

2. Sentido del olfato:

a. Vende los ojos de una persona. Pídale que en una escala del 1 al 5 califique
la intensidad del olor de diversos frascos que le va a ofrecer y que contienen
la misma sustancia a distintas concentraciones. Adviértale que dispone sólo
de un segundo para efectuar una inhalación profunda y que inmediatamente
le va a ofrecer otro y otro sucesivamente. La prueba debe durar menos de
cinco minutos.

3. Sentido del equilibrio:

a. Permanezca de pie con los pies juntos y con los ojos abiertos, levante una
pierna hacia delante. Note su habilidad para mantener esta posición.

b. Descanse y repita las instrucciones de la parte (a), pero cerrando los ojos
¿Por qué al cerrar los ojos hay una marcada diferencia para mantener el
equilibrio?

c. Test de Romberg: Permanezca de pie con los pies juntos y los brazos a los
lados. Note el balanceo de la postura del cuerpo y pídale a sus compañeros
que lo observen también. Ahora cierre sus ojos y repita las observaciones
anteriores ¿Hay algún cambio en la facilidad con la cual esta posición puede
ser mantenida?

d. Pídale a una persona con los ojos vendados y con sus brazos extendidos que
de un solo intento junte una con otra las yemas de los dedos índices a la
altura de su plexo solar. Adviértale que en caso de que no lo logre, no
corrija la posición y pídale que se quede quieto. Posteriormente pida a la
persona que realice la misma maniobra uniendo los dedos por atrás. Repita
cinco veces las pruebas. ¿Qué efecto sobre la eficiencia de la maniobra tiene
la repetición o el cambio de posición de los brazos?

e. Pídale a un compañero que de vueltas hacia la derecha a una revolución por


segundo durante 15 a 20 segundos. La cabeza debe mantenerse en una
posición constante con respecto al cuerpo. Inmediatamente después de que
su compañero pare de dar vueltas observe el movimiento lento de sus ojos a
la izquierda (reflejo) y el movimiento rápido a la derecha (cerebral). Ese
movimiento espasmódico involuntario de los ojos es llamado nistatismo
(nystagmus). Con el movimiento lento de los ojos, la persona intenta
mantener su mirada fija en un objeto externo. Si la rotación continúa el
nistatismo puede cesar. Cuando la rotación está parando observe que el
movimiento lento y rápido están en dirección opuesta a la descrita
anteriormente.

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4. Sentido del oído:

a. Localización: Vendar los ojos a una persona y ponerle un reloj en frente,


atrás, arriba y a los lados. Observe la habilidad de la persona para localizar
el origen del sonido. ¿Cuándo es capaz de hacerlo?

b. Agudeza auditiva: La persona debe cerrar los ojos (el experimento se debe
llevar a cabo en un cuarto silencioso). Cierre el canal auditivo de un oído con
un tapón de algodón, mantenga un reloj en línea con el otro oído y aléjelo
gradualmente. Anote la mayor distancia a la cual el reloj puede ser
escuchado.

Mantenga el reloj 60cm más lejos de la distancia anterior, acerque


lentamente el oído y determine la distancia a la cual puede ser escuchado.

5. Sentido del tacto:

a. Distribución de la percepción cutánea: Dibuje un cuadrado de dos por dos


centímetros en la palma de la mano y otro en la superficie ventral de la
muñeca. Subdivida el cuadrado en secciones de 0.5 centímetros para
realizar una cuadrícula. Pídale a un compañero que puncione sutilmente con
una aguja en cada uno de los vértices de los cuadrados internos y marque
en los cuadrados mostrados en el formato del informe.

b. Ponga clavos metálicos en agua con hielo unos minutos, una vez estén fríos,
sáquelos, séquelos rápidamente y póngalos ligeramente en varios puntos del
área de la piel que ya había marcado con anterioridad y marque en los
diagramas los lugares en los que siente frío. No permita que el clavo
permanezca en contacto con la piel más de unos pocos segundos.

c. Caliente los clavos en agua caliente (40-50ºC) y explore la misma área de la


misma forma anterior buscando puntos sensibles al calor.

d. Haga que su compañero ponga un trozo de corcho cobre la piel en la parte


interior de su antebrazo. Determine cuántos segundos tarda la sensación
inicial de presión en dar paso a una sensación indiferente.

e. La naturaleza del estímulo térmico es la rapidez con la cual la piel gana o


pierde calor. Ponga el dedo índice de una mano en agua fría (5ºC) y el de la
otra en agua caliente (50ºC). Después de 1-2 minutos ponga dos dedos en
agua a 30ºC.

f. Vende los ojos de uno de sus compañeros. Coloque suavemente el compás


en la piel del dorso y de la palma de la mano. Separe un milímetro las dos
puntas del compás. Determine la mínima separación de las puntas del
compás con la cual es posible provocar la sensación de dos estímulos
simultáneos. Pídale a su compañero que diga “uno” o “dos”, según sea la
sensación desencadenada al aplicar el compás.

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6. Sentido de la vista:

a. Coloque el dibujo a una distancia de 50cm, cierre el ojo izquierdo y enfoque


la cruz, la cruz y el círculo son visibles. Acerque muy lentamente la figura,
manteniendo su ojo fijo en la cruz. A cierta distancia el círculo desaparece.
¿Por qué? Continúe acercando el dibujo ¿Qué sucede? ¿En qué lugar de la
retina está la imagen de la cruz?

b. Mientras un compañero observa sus ojos enfoque un punto lejano y luego


uno cercano.

c. Seleccione un ambiente con luz sumamente tenue para este experimento.


Coloque la vela encendida a 25 cm de los ojos del sujeto experimental e
invítelo a observar el techo del laboratorio. Observe cuidadosamente las tres
imágenes de la vela que se forman en el globo ocular del sujeto. Represente
estas imágenes en un esquema del ojo. Luego invite al sujeto a que enfoque
la mirada en el cuerpo de la vela sin mirar la llama. Observe las imágenes
formadas en el globo ocular y haga un esquema de ellas.

d. Perimetría visual: Coloque en la pared el círculo proporcionado con el


centro de éste a la altura de los ojos de su compañero quien debe ubicarse a
20 cm del círculo fijando la mirada de uno de sus ojos en el centro del
círculo, el otro ojo debe permanecer cerrado. Para determinar el campo
visual, otro compañero debe recorrer con la punta de su dedo índice cada
uno de los diámetros desde la periferia del círculo hacia el centro. Pídale al
sujeto que indique el momento en que perciba la punta del dedo y marque
el lugar en el tablero.

5- BIBLIOGRAFÍA

Donnersberger, A. B. & Lesak, A. E. 2003. Libro de laboratorio de anatomía y


fisiología. 1ª edición. S.L. Editorial Paidotribo.
Pérez, M.R., Olmedo, V.M. & Hernández, E. Manual de prácticas de
laboratorio de fisiología I. Benemérita Universidad Autónoma de Puebla.

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Purves, W.K., Sadava, D., Orians, G.H. & Heller, H.C. 2003. Vida: La Ciencia
de la Biología. 6ª edición. Editorial Médica Panamericana. Buenos Aires,
Argentina.
Villee, C.A. 1998. Biología. 8ª Edición. McGraw-Hill Interamericana Editores.
México.

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