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Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra

Campus Santo Tomás de Aquino

NOMBRE
EDWIN TOMÁS CASTILLO

MATRÍCULA
2015-0089

CARRERA
FILOSOFÍA

ASIGNATURA
HISTORIA DOMINICANA

MAESTRO
FREDDY CRUZ

TEMA
COLONIZACIÓN DE LA PARTE OESTE DE LA ISLA DE STO.DGO

AÑO
1

PERÍODO
3

FECHA
07/06/2016
La Ocupación Francesa De La Parte Occidental De La Isla De Santo Domingo

Las devastaciones de Osorio (1606), despoblaron las zonas norte y oeste de la isla. Los
aventureros franceses e ingleses, instalados en la isla de la Tortuga, aprovecharon la
situación para incursionar en la zona despoblada en busca de ganado cimarrón que allí
abundaba. Esos “bucaneros” poco a poco, se fueron estableciendo en esas tierras que
asumieron como propias.
La isla de la Tortuga era asiento de contrabandistas, corsarios, piratas y bucaneros, pero no
pertenecía a ninguna potencia europea.

En 1664, la Corona francesa nombro como gobernador de la isla de la tortuga a D'oregon,


el cual extendió sus dominios a los territorios de la parte oeste de la isla de Santo Domingo.
Los aventureros establecidos en esa Zona eran, en su mayoría franceses, reconocieron con
entusiasmo la soberanía de Francia, pues así estarían protegidos de posibles desalojos por
parte de España.

El enfrentamiento entre España y Francia se producía en el escenario internacional. Ambas


naciones europeas aspiraban a imponerse una sobre la otra, en el plano colonial, comercial,
militar y político.

¿Cómo se legalizó la ocupación del Santo Domingo Francés?


Entre 1648 y 1678 (siglo XVII), Francia y España se enfrentaron en una larga guerra que
concluyó con la firma de la paz de Nimega. Con este tratado de paz (1678), Francisco
Sandoval y Castillo, gobernador de la española, reconoció y acepto la presencia de Francia
en el oeste de la isla.

Povencay, gobernador de la Tortuga, y Sandoval, gobernador de la española, fijaron los


límites fronterizos de manera provisional; el rio Rebouc (Guayubin) sirvió de frontera en el
Norte y el Rio Neiba en el Sur.

El despojo de la parte occidental de la española se fue consolidando “legalmente”, con


distintos tratados y convenios a favor de la presencia francesa. En 1697 se firmó el Tratado
de Ryswick, mediante el cual, España acepto la ocupación francesa de la zona occidental de
la isla y se consolidó la colonia francesa.

Creación de nuevas ciudades

Las tripulaciones, tras casi tres meses metidos en los barcos, desembarcaron con visible
alivio y descargaron todos los pertrechos para comenzar con la construcción de la nueva
ciudad, primer asentamiento oficial español en América y cabeza de puente para la
colonización del continente. Aunque Colón no pensaba quedarse ahí, su obsesión seguía
siendo encontrar señales y pruebas de que se encontraba en Asia, si bien cada vez era más
evidente que no era así.

Una vez en tierra, el Almirante repartió solares entre todos, tiró líneas y trazó
calles. Empezaron con la construcción de un templo, un hospital, un almacén de
provisiones y una casa para el genovés, todas estas de piedra. El resto de viviendas serían
construidas con maderas y otros materiales. En total se llegaron a construir unas doscientas
casas en apenas cuatro días. Toda una proeza.

La ilusión y las esperanzas dieron fuerzas a todos, pero pronto muchos de los
habitantes comenzaron a enfermar, no sólo por la falta de adaptación al medio sino
también por el debilitamiento físico derivado del tremendo viaje realizado desde España,
sobre todo para gente no acostumbrada a surcar los mares. Además la alimentación era
muy mala y no ayudaba a recuperarse. Se ha investigado mucho la epidemia ocurrido y se
he llegado a la conclusión de que una piara de 8 cerdos subidos a bordo de una de las naves
en la isla de Gomera fue la posible causante de una epidemia de influenza porcina que
enfermó a cientos de españoles y terminó extendiéndose por toda la isla afectando a los
nativos.

El 6 de enero fue oficialmente fundada la villa de la Isabela, nombre en honor de la reina


Isabel, con una misa oficiada por fray Bernardo Buil y sus frailes. Fue nombrado alcalde el
capitán de la nao Marigalante, Antonio de Torres, persona de confianza de Colón. Pocos
meses después fue creado el primer cabildo de América presidido por Diego Colón,
hermano del Almirante, y con Fray Bernardo Buil y otros como vocales.

Lo que no sabían era que la existencia de este primer centro urbano iba a tener una vida
muy efímera. En menos de cinco años habría sido abandonada y convertida en una
auténtica ciudad fantasma.

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