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Por donde se le mire, la Cumbre de las Américas que inicia mañana en Lima, no tiene visos de
normalidad. La agenda no deja de ser una ironía. Corrupción y gobernabilidad es el tema que
van a discutir los presidentes de países cuyos ex -presidentes en su mayoría y muchos de sus
congresistas han sido acusados de corrupción. Incluso algunos presidentes en ejercicio tienen
la misma acusación. ¿Qué van a hacer?. ¿Se van a mirar al espejo y hablar del tema de la
agenda?.
El presidente anfitrión de la Cumbre, PPK, renunció antes ser vacado acusado por corrupción.
¿Y quienes querían vacarlo?. El Congreso cuya mayoría encubre corruptos, mafiosos, socios
de narcotraficantes, lavadores de activos, congresistas financiados por Odrebecht (según
confesión de Barata y de Kenji Fujimori). Con el pretexto de descubrir la compra de
congresistas para evitar la vacancia, los líderes de esa mayoría fujimorista organizaron el
operativo mafioso Mamani, avalado luego por el mismo Presidente del Congreso.
Más aún: el actual Presidente de la Republica y el Presidente del Consejo de Ministros ocupan
esos cargos gracias al aval real de esa mayoría parlamentaria. Esa es su fuente de poder y su
base política de apoyo. Es probable que la mayoría de los integrantes del Ejecutivo sean
gente limpia y honrada, pero, ¿qué autoridad moral tienen para hablar de corrupción y
gobernabilidad si buscaron y lograron el aval (y son aliados) de una mayoría parlamentaria
que encubre y protege a toda laya de delitos de muchos de sus congresistas?.
Si Lula es culpable que sea condenado por una justicia justa (igual para todos) que no se
someta a la interesada presión mediática ni, mucho menos, a las amenazas de una cúpula
militar. Lo mismo debe decirse de Humala en el Perú y de otros casos parecidos de AL, sean
de izquierda o de derecha. Humala sufre una abusiva presión preventiva debido a la presión
de los medios de derecha y por temor de algunos organismos de control a la mayoría
parlamentaria encubridora de corruptos. Pero otros políticos corruptos o que tienen el mismo
tipo de acusación se pasean orondos por Madrid o Nueva York.
La Cumbre corre el riesgo de ser deslucida y aburrida. Ni Trump ni Maduro, las estrellas del
evento por razones distintas, vienen. A Trump no le interesa políticamente América Latina.
Maduro, acusado de ser un dictador, fue desinvitado por PPK y ha dicho que no viene porque
pierde tiempo. Los presidentes del Alba, que no son muchos, han amenazado con no venir en
solidaridad con Maduro. Veremos