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ANÁLISIS MULTIDISCIPLINAR DEL GÉNERO

En esta asignatura tratamos diversos temas a lo largo de los días, en los cuales de
especial incapié en dos muy importantes, el lenguaje sexista y la cultura árabe. Dos
temas de especial interés y con necesidad de ser reflexionados.
Al hablar de lenguaje sexista no siempre es visto con buenos ojos, muchas personas lo
ven incómodo o como algo sin importáncia, simplemente porqué no ven el trasfondo
que hay detrás. No son conscientes de lo que es el lenguaje, ni de el papel que tiene en
el ser humano ni en su socialización. Es por eso que primeramente remarco la definición
de lenguaje como: “constituye un sistema de símbolos o de signos de los objetos de la
realidad, de sus propiedades y nexos, que representa un instrumento imprescindible del
pensamiento humano”.(Colectivo de Autores: Lecciones de FML, pág. 233, Editorial
Félix Varela, La Habana, 2003).
El lenguaje, a parte de conformar nuestra manera de ver el mundo, es el vehículo a
través del que interpretamos la realidad, ya que indica cuál es el mundo que debemos
ver y nos guia en el momento de interactuar y de relacionarnos con otras personas.
Para Wittgenstein (1921) los límites de éste son los límites del pensamiento; eso
significa que el sistema lingüístico condiciona de alguna manera la mentalidad colectiva
y la conducta individual y social. A través del lenguaje nombramos la realidad, la
interpretamos y la creamos simbólicamente cuando hacemos abstracciones. El lenguaje
juega un papel muy importante en la construcción del imaginario social y en la
modelación de la personalidad.

Aquí hemos podido observar como el lenguaje tiene mucha más importáncia de lo que
mucha gente cree, ya que está intercidiendo en muchos más aspectos de los que
pensamos a primera vista, el lenguaje es el vehículo de información, de transmisión de
conocimientos, principal mecanismo de comunicación y vehículo del pensamiento. Es
un instrumento que permite definir las ideas y lo que te rodea. Es por eso que el
lenguaje sexista consigue implantar en la sociedad una manera androcentrista de
construirnos el mundo y de formar nuestras relaciones.

Es uno de los agentes más importantes de socialización y de transmisión de los


estereotipos de género. Éste, al igual que el género, es una construcción social que
además de reflejar la desvalorización de lo femenino, contribuye a reforzarla.
Además como dice Victoria Sau “El aspecto más conocido y reconocido del lenguaje es
el del uso del masculino como genérico en las lenguas de origen latino, lo cual abarca a
centenares de millones de hablantes en el mundo. (...) En el caso que nos ocupa los
sustantivos, artículos y adjetivos en masculino subsumen el femenino siempre que
conviene. De hecho, lo fagocitan. De este procedimiento se derivan los fenómenos
siguientes:
1. Invisibilización de las mujeres: simplemente, ellas no constan.
2. Exclusión: se las omite abierta y deliberadamente.
3. Subordinación: aparecen en posición de objeto pasivo, objeto del habla.
4. Desvalorización: se las menciona como inferiores o como ejemplo de inferioridad
cuando se trata de una comparación.”
(SAU, VICTORIA. 2001. Diccionario Ideológico Feminista, Volumen II. Barcelona:
Icaria. Págs. 158 y 159).

En filosofía sólo lo que se nombra es/existe, por eso, como hemos podido ver en el
primer factor, en la utilización del masculino como genérico, no nombrar a las
mujeres, la falta de referencia de éstas lleva a su inexistencia, a no ser, a la
invisivilización.

Nos enseñaron que la lengua es neutra, y el masculino sirve para el genérico y


universal. Al utilizar el masculino como universal se le está otorgando al hombre
categoría de sujeto social, a la vez que se niega la existencia a las mujeres. El género
masculino es el referente, y el femenino se diluye en él. El femenino se forma a través
del masculino, que tiene existencia propia.

Siguiendo estos criterios socialmente aceptados sin darnos mucha cuenta de sus
consecuencias, sin pensar lo discriminatorio que resulta incluir a la mujer dentro del
genérico masculino, porque la hace desaparecer, la invisibiliza. Son todos estos
factores de los que mucha gente no es consciente, ni nadie nos enseña a darnos cuenta,
ni a saber identificarlos, con lo que conlleva el hecho de nombrar una realidad. Un
ejemplo es el acoso sexual y la doble jornada, son situaciones que vienen de lejos, sin
embargo, nadie las ha tomado en cuenta hasta que se les ha dado nombre, el propio
hecho de nombrar estas realidades con un concepto ha hecho que salgan a la luz, y
sean analizadas.
Esta sociedad donde las mujeres seguimos estando discriminadas está informada por
valores, creencias y estereotipos que emanan de una visión androcéntrica del mundo, es
decir, una mirada proyectada por los ojos de una mitad de la humanidad, los varones,
que son quienes ostentan el poder de decir y nombrar, y por tanto tienen el poder al
disponer de la palabra.
el uso que hacemos de ella y la posibilidad de que el lenguaje sea o no sexista.

Por otro lado en esta asignatura también se trató el tema de la cultura árabe. Aquí vimos
las diferencias entre árabe, musulman y islámico, en dónde vimos que árabe se refiere a
paises de habla árabe (norte de áfrica y oriente), musulman se reifere a persona en que
su religión es el islam y islám que se refiere a la religión en sí.
Vimos por encima los paises árabes y los paises islámicos y nos hizo algunas
reflexiones sobre el islam y la cultura musulmana que generó un debate muy
enriquecedor a cerca de los mitos que tenemos de ellos. Se trataron temas como el
machismo, la violéncia de género, la mujer en la sociedad... en dónde nos quería
transmitir que muchas veces esos machismos no estan o estaban tan alejados de nuestra
cultura como nos pensamos.

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