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LOS TEMPERAMENTOS

Existe una clasificación básica en cuanto al TEMPERAMENTO. Éste guarda relación con el
carácter de la persona, carácter que viene dado desde la concepción. Cuántas veces hemos
escuchado a las mamás decir "Es que mi hijo ya nació con personalidad", y es que
comportamientos que ya mostramos desde pequeños determinan la forma de ser cuando somos
adultos.

Temperamento Sanguíneo:

Los sanguineos son gente vivaz, alegre, de esos que les encanta ser los reyes de la fiesta. Tienen un
sistema nervioso rápido que se caracteriza por la alta sensibilidad, y suelen ser personas muy
extrovertidas.

Temperamento Colérico:

La persona de temperamento colérico tiene un sistema nervioso rápido y desequilibrado. Es


rápido, y muy activo en sus decisiones. Este tipo de gente se caracteriza por ser muy
independiente. Es extrovertido aunque no tanto como las personas con temperamento
sanguíneo.

Temperamento Melancólico:

El melancólico tiene un sistema nervioso débil y una muy alta sensibilidad. Es muy sensible
emocionalmente y es introvertido (aunque puede comportarse de manera extrovertida). Se dice
que es el temperamento más rico de todos, y generalmente suele tener un nivel de inteligencia
más alto que los demás temperamentos. Nadie más disfruta del arte que el melancólico y
además es muy perfeccionista.

Temperamento Flemático:

El flemático tiene un sistema nervioso lento y equilibrado. Es tranquilo, nunca pierde la


compostura y nunca se enfada; por lo cual suele ser el temperamento más agradable de todos.
Suele ser una persona muy apática, sin muchas dotes de liderazgo (áunque eso no significa que
no lo pueda ser).
Al realizar esta investigación me identifico mucho con el temperamento sanguíneo.

Es importante recordar que el temperamento de cada cual es simplemente una guía práctica
para reconocer nuestro carácter básico y saber qué estímulos o formas de resolver conflictos son
más apropiados en cada caso, pero podemos simultanear rasgos de dos, o incluso tres,
temperamentos, y también podemos, a lo largo de nuestra vida, poner más énfasis sobre unos
rasgos que sobre otros. Cuanto más trabajemos y desarrollemos nuestra vida emocional, menos
estáticos seremos y más conscientes de que nuestras necesidades, y las de nuestro entorno, están
en continua evolución.

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