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14/4/2018 SINDROME NEUROLEPTICO MALIGNO

SÍNDROME NEUROLÉPTICO MALIGNO [ICD-10: G21.20]

DESCRIPCIÓN

El síndrome neuroléptico maligno es el más raro de todos los trastornos del movimiento inducidos por
fármacos, siendo el más grave y representando casi siempre una emergencia neurológica. Si no se trata
adecuadamente, puede ser fatal.

Se caracteriza por fiebre, rigidez extrapiramidal, deterioro cognitivo y disfunción autonómica. Aunque puede
ser desencadenado por todos los fármacos antipsicóticos (clozapina, risperidona, prometazina, etc), son los
neurolépticos más potentes como el haloperidol o la flufenazina los que lo producen con mayor frecuencia. El
síndrome neuroléptico maligno también ha estado asociado a fármacos no neurolépticos que actúan sobre las
vías dopaminérgicas (como por ejemplo la metoclopramida o el litio)

Se estima que este síndrome se desarrolla en el 0.5-1% de todos los pacientes expuestos a los neurolépticos.
Usualmente, este desorden se produce al comenzar un tratamiento, pero puede también ocurrir en las dos
primeras semanas.

El síndrome neuroléptico maligno se caracteriza por la tríada hipertermia, rigidez muscular de origen
extrapiramidal y deterioro del estado mental. En el 75% de los casos, se observan leucocitosis y elevación de
la creatino fosfokinasa, siendo el 95% de los pacientes deficientes de hierro. Otros síntomas son taquiapnea
(78%), diaforesis (60%) y oscilaciones de la presión arterial. Los síntomas extrapiramidales más frecuentes
son la rigidez (90%) y el tremor (56%), aunque también se han reportado coreas y distonías.

El síndrome comienza con mareos y confusión, progresando hasta estupor y coma. El EEG muestra unos
cambios difusos. Una vez que se manifiestan los primeros síntomas, la progresión es rápida alcanzando el
punto máximo a las 72 horas. La duración de esta enfermedad oscila ampliamente, desde unas pocas horas
hasta dos o más meses. Algunas veces se resuelve sin ningún tipo de tratamiento sin dejar secuelas, otras
veces queda un parkinsonismo residual y, en el 5% de los casos, aún cuando se diagnostique y trate con
rapidez, es fatal.

ETIOLOGIA

Se cree que el síndrome neuroléptico maligno se debe a un antagonismo sobre los receptores dopaminérgicos
D2 en el hipotálamo, vías nigroestriadas y ganglios basales de la médula espinal. El resultado es la rigidez
muscular y los temblores extrapiramidales. El bloqueo de los receptores hipotalámicos es la causa de la
hipertermia.

Además de estos efectos directos, el bloqueo de los receptores D2 puede producir el síndrome neuroléptico al
eliminar la inhibición tónica del sistema nervioso simpático, con la correspondiente hiperactividad
simpaticoadrenal. Por este motivo, los sujetos que muestren unos niveles basales de actividad
simpaticoadrenal tienen un mayor riesgo de experimentar este síndrome.

DIAGNOSTICO

El diagnóstico precoz y la rápida adopción de medidas terapéuticas son esenciales para el pronóstico del
síndrome neurológico maligno. Numerosas enfermedades y condiciones pueden ocasionar síntomas parecidos
a los de este síndrome (*). La Asociación Americana de Psiquiatría ha desarrollado unos criterios de
diagnóstico (*)

TRATAMIENTO

La administración de neurolépticos se debe suspender inmediatamente. Además, deben administrarse fluidos


intravenosos en forma rápida con el fin de expandir rápidamente el volumen intravascular que se encuentra
deplecionado por la deshidratación y la fiebre. Una de las complicaciones más frecuentes es la insuficiencia
renal debida a la deshidratación y a los depósitos de mioglobina en los túbulos renales. Es importante la
aplicación de medidas de enfriamiento para controlar la hipertermia.

Cuando hay hipertonía se deben administrar relajantes musculares. El dantroleno sódico, un fármaco que
inhibe la salida del calcio del retículo sarcomérico y se utiliza en la hipertermia maligna, ha sido utilizado con
cierto éxito. Se administra una dosis de 1 mg/kg en forma de un bolo intravenoso y después se repite cada 1
a 3 minutos hasta obtener relajación muscular (la dosis total no debe exceder los 10 mg/kg). Algunos casos
pueden requerir la parálisis muscular (con pancuronium).

Los agonistas de la dopamina como la bromocriptina, restauran las vías dopaminérgicas. Se suelen
administrar por vía oral o por sonda nasogástrica a dosis de 2.5 a 10 mg, 2 a 6 veces por día (dosis total de 5
a 30 mg/día).

Los antagonistas del calcio como la nifedipina, han sido utilizados para revertir la hipertensión, fiebre,
taquicardia, incontinencia urinaria, rigidez y estupor. El mecanismo de acción de estos fármacos no está
aclarado.

Una forma especial de tratamiento es la terapia electroconvulsiva. Su mecanismo no es conocido, pero parece
ser bastante eficaz no solo en el tratamiento del síndrome neurológico maligno sino también en todos los tipos
de catatonías

REFERENCIAS

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http://www.iqb.es/neurologia/enfermedades/s_neuroleptico.htm 1/2
14/4/2018 SINDROME NEUROLEPTICO MALIGNO
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Mª José Puche García, Verge González, Enrique López Torres, Mª Isabel Lucena González. Síndrome neuroléptico
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Anglin RE, Rosebush PI, Mazurek MF. Neuroleptic malignant syndrome: a neuroimmunologic hypothesis. CMAJ. 2010
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Monografía revisada: 13 de Junio de 2011. Equipo de Redacción de IQB

http://www.iqb.es/neurologia/enfermedades/s_neuroleptico.htm 2/2

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