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INTRODUCCIÓN:

Buenas tarde estimada maestra y compañeros presentes; soy Anthony Haro de Ing.
Empresarial. Hoy les hablaré de una anécdota impactante y extraña que probablemente a
algunos de ustedes también les haya sucedido.

DESARROLLO:

Desde niño, como todos, solía cuestionarme dudas existenciales, el por qué de las cosas;
y en especial, me interesaban los temas sobrenaturales; paranormales y aparentes cosas sin
explicaciones lógicas o científicas.

Es así como me atrajo investigar, leer y conocer todo lo concerniente en temas como la
criptozoología, ufología, demonología, teosofía, esoterismo, entre otros temas ocultos.

Dentro de estos temas había uno en particular, llamado el “desdoblamiento astral”, el


cual consiste en estar consciente mientras se está dormido; y en este estado, supuestamente el
cuerpo astral (uno de los 7 cuerpos que tenemos según el esoterismo) puede visitar lugares y
dimensiones de difícil acceso o nuevos; además de poder visualizar seres o criaturas propias de
estos planos.

Al principio aceptaba las distintas posturas que tenían estas ramas de lo paranormal; ya
cuando fui creciendo y tomando conciencia y mayor conocimiento de los temas; descartaba
cosas creíbles y no creíbles apoyándome en la ciencia, y en particular, en mi experiencia.

Pero cierta noche, hace aproximadamente 2 años, en una noche común y corriente, fui
a dormirme como de costumbre. Estaba sobrio; sin fármacos ni sustancias alucinógenas. En
medio del sueño, en cierto momento, estuve consciente de que estaba dormido. Fue entonces
que recordé muchas historias que había leído y escuchado, acerca del desdoblamiento astral.
Fue grande mi curiosidad que quise “salir de mi cuerpo”, así lo hice, y vi claramente cómo me
partía desde mi abdomen, levanté la frazada y volteé a ver mi cuerpo durmiendo, el ”yo” que se
movía se dirigí con total interés a querer contemplar lo que había, abrí la puerta de la habitación
y miré de frente, cuando de pronto siento que alguien me jala bruscamente del brazo derecho.
Giré a ver quién era y grande fue mi sorpresa y mi espanto cuando vi a una mujer con piel blanca
como los albinos y cabello largo que le cubría el rostro, sentada a un costado. Sentí un miedo
extraño y decidí “regresar” a mi cuerpo físico, volví y al verlo me metí sin pensarlo. En ese
entonces desperté. Con algo de temor fui a comprobar si era verdad aquello, obviamente no
había nada.

CONCLUSIÓN:

Creo que el mundo está lleno de cosas inexplicables, o al menos por el momento. Pero
no dejan de ser intrigantes y apasionantes las miles de cosas aparentemente sin explicación de
muchos temas y acontecimientos. El tema de creer o no, está en cada uno. Siempre tratando de
ser los más objetivos posibles.

HARO REYMUNDO, ANTHONY MAX

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