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Cuándo Podemos Decir Que Una Zapata Es Rígida o Flexible
Cuándo Podemos Decir Que Una Zapata Es Rígida o Flexible
Muchos, al leer la pregunta del título de este post, habréis pensando inmediatamente en la regla
de que si el vuelo de la zapata es menor que dos veces el canto, la cimentación es rígida, y en
caso contrario, flexible. Pues bien, eso no es del todo cierto.
En este post os contamos donde está la “trampa” en esta pregunta, que por otra parte, no es un
tema despreciable y tiene sus implicaciones como os vamos a comentar.
Ya hace unos cuantos años, justo cuando empezaba esta crisis que lo ha frenado todo, me dirigí
a Madrid a defender ante el asesor geotécnico de la obra, unos cálculos de un puente que había
realizado para un tramo del AVE. En cierto aspecto estaba contento de conocer a dicho asesor,
una de las grandes personalidades de la geotécnia de la historia reciente de España. Para mí
era todo un premio, un honor, el llegar a conocer a esta persona y poder trabajar con él en ese
proyecto.
Lo que me encontré fue a un asesor prepotente, de trato difícil, alimentado de su gloria ya pasada
y parapetado en su capacidad de paralizar la obra cuando le gustase para así no dejar de invadir
decisiones sobre la estructura fuera del ámbito geotécnico. Mi sorpresa fue mayúscula aunque
ahora, visto con perspectiva, el encontrar a una persona así en su posición no dejaba de ser una
posibilidad con quizás más probabilidades que otras.
Os cuento todo este rollo porque en una de las discusiones con él, en una reunión con varias
personas con relevancia en la obra, y después de invitarle a que nos centráramos en los aspectos
geotécnicos de la obra (y de la manera más cordial y respetuosa posible, fuera a molestarse) me
asaltó con la pregunta con la que empiezo este post: “¿Cuándo una zapata es rígida y cuando
es flexible?”.
Como os decía, cualquier manual o norma de hormigón define el límite entre zapata rígida y
zapata flexible con la relación entre el vuelo (Vmax) y el canto (h) de la misma. Concretamente:
Sin embargo, esta clasificación atiende únicamente a los aspectos estructurales y no
presupone comportamiento específico alguno sobre la distribución de tensiones en el
terreno. Es decir, que solo vale para saber cómo tengo que calcular la estructura: si tengo que
considerar un modelo de bielas y tirantes, caso de zapata rígida, o considero los vuelos
como voladizos , el caso de zapata flexible. Como podéis apreciar se trata de una expresión
que solo tiene en cuenta la geometría de la cimentación.
Es decir, esta clasificación no te dice nada sobre cómo se comporta la ley de presiones del
terreno bajo la zapata. De hecho, existe otra clasificación de zapata rígida o flexible en
función del comportamiento de la ley de presiones del terreno dada por la siguiente
expresión:
Siendo:
De esta manera, una zapata rígida será aquella que debajo de ella deja una ley de presiones
triangular y por tanto, para su cálculo (el de la ley de presiones, no el de la zapata), no es
necesario recurrir a un método de interacción suelo-estructura. En el caso de que la zapata sea
flexible, entonces si será necesario recurrir a métodos de interacción suelo-estructura.
Como podéis apreciar en este caso, esta clasificación no solo depende de la geometría de
la zapata sino también de las propiedades elásticas tanto del material de la zapata como
del terreno sobre la que se apoya.
Por tanto, se podría tener el caso que una zapata fuera rígida para su cálculo estructural pero
flexible para el cálculo de presiones o viceversa, flexible para su cálculo estructural pero rígida
en su cálculo de presiones, o, por último, coincidir en clasificación desde los dos puntos de vista.
Volviendo a la pregunta trampa que me hizo el asesor… ¿Qué pensáis que contesté? Pues
viniendo la cuestión de, se “suponía”, una eminencia en geotécnia, opté por responder que
“dependía de la relación geométrica entre el vuelo, el canto de la zapata y las propiedades
elásticas del terreno y del propio material de la cimentación”, es decir, opté por una respuesta
desde el punto de vista geotécnico. Craso error.
Tampoco me sirvió de nada mis intentos de explicar mi respuesta. El asesor, gozando del
privilegio del que pega primero, pega dos veces, no me dejó explicar nada y salió reforzado en
su juego de poder en las decisiones de la obra.
Durante un tiempo pensé que, seguramente, si hubiera contestado la otra opción, la meramente
estructural, el asesor hubiera aprovechado para corregirme con la visión geotécnia, de la que se
suponía experto, consiguiendo de igual manera su objetivo. Y la posibilidad de haber explicado
las dos versiones se me antoja una respuesta demasiado larga como para que me la aceptara
sin interrumpirme. Como veis, toda una pregunta trampa.
Durante un tiempo pensé que había pecado de ingenuo con este tipo. Parecía que se había
cumplido la máxima de “sabe más el diablo por viejo que por diablo”.
Pero, durante el desarrollo de aquel proyecto y en algunos otros posteriores, me di cuenta, tras
detectarle numerosos fallos de concepto (algunos totalmente garrafales y dentro de su propia
materia), que aquel personaje había conseguido fama y poder, no por sus conocimientos (muy
en tela de juicio a mi parecer) sino por sus juegos sucios de poder. Ahora sospecho que aquella
pregunta trampa no era sino un globo sonda del que solo sabía la clásica respuesta y al que si
no le hubiera conseguido su propósito, le hubieran seguido otros hasta conseguirlo.
Espero que, por lo menos, esta anécdota haya servido para entreteneros con esta curiosidad
sobre la clasificación en la rigidez de una zapata.
Fuentes: