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COLABORACIÓN

Las capitulaciones matrimoniales


Por MANUEL DE TORRES Y FRANCOS
Licenciado en Derecho

I. La Ley 14/1975, de 2 de mayo, ha venido a modificar sustan-


cialmente uno de los principios en los que se asentaba la regulación
del régimen económico' matrimonial: en la actualidad, las capitula-
ciones son mutables, así como el mismo régimen económico, en cual-
quier tiempo y mediante el acuerdo de los esposos.
La Exposición de Motivos de la nueva Ley rechaza los argumentos
que se esgrimían para defender la inmutabilidad del régimen econó-
mico una vez celebrado el matrimonio:
a) Frente al argumento de que la posible modificación no garan-
tiza suficientemente la libertad del consentimiento de los cónyuges, da
dos razones favorables a dicha modificación:
lfi Una razón histórica: las legislaciones forales, admitiendo la
modificación, lejos de provocar problemas han venido a solucionar-
los pacíficamente.
2fi La libertad de la voluntad está suficientemente garantizada
con acudir a las reglas generales de los contratos, que salvaguardan
dicha libertad.
b) Los intereses generales y de los terceros, quedan suficiente-
mente protegidos mediante una publicidad registral y notarial, y la
aplicación de los principios de irretroactividad y relatividad de las
capitulaciones modificatorias del régimen económico, en caso de per-
judicar los intereses ya adquiridos de terceros.
II. El nuevo artículo 1.315 establece tres posibilidades:
a) Que se otorguen capitulaciones antes de celebrar el matrimo-
nio, estipulando «las condiciones de la sociedad conyugal relativamen-
te a los bienes presentes y futuros».
b) Que no haya contrato sobre los bienes: en este caso, «se en-
tenderá el matrimonio contraído bajo el régimen de la sociedad legal
de gananciales».
ú) Que se otorguen capitulaciones después de celebrar el matri-
monio. Aquí, a su vez, caben dos posibles situaciones, a las que hace
referencia el artículo 1.320:
lfi Que dichas capitulaciones modifiquen el régimen económico
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establecido con anterioridad convencionalmente en otras capitulaciones.
2fi Que modifiquen el régimen económico legal.
Sin embargo, a pesar de la sencillez del esquema, se plantean des-
pués de la modificación aludida una pluralidad de problemas.
III. Si se han otorgado capitulaciones con anterioridad al ma-
trimonio, no hay duda de que podrán, modificarse en su régimen eco-
nómico al amparo del artículo 1.320. Pero, ¿qué sucederá si en capi-
tulaciones posteriores se deja sin efecto, simplemente, el anterior ré-
gimen, sin establecerse en ellas ningún otro en su sustitución? Caben
varias soluciones:
a) Considerar que, aun existiendo las capitulaciones, al no esta-
blecerse en ellas ningún régimen económico, no pacten «las condicio-
nes de la sociedad conyugal» y, por tanto, nos encontraríamosa ante un
supuesto de los comprendidos en el artículo 1.315, párrafo 2. . Se apli-
caría, pues, el régimen legal de gananciales. Pero el artículo 1.393
establece que «la sociedad de gananciales empezará precisamente en
el día de la celebración del matrimonio». Y añade que cualquier pacto
en contrario será nulo. ¿La aplicación del régimen legal de ganancia-
les se retrotraerá a la fecha de la celebración del matrimonio? Parece
que ésta sería la única solución. Pero se plantearían multitud de pro-
blemas de índole práctico: habría que fijar el alcance de dicha retro-
acción dejando siempre a salvo los derechos ya adquiridos de terceros.
Por ello, habría que ver casuísticamente qué bienes serían ganan-
ciales; qué alcance tendrían los actos de cada cónyuge con respecto a
bienes que antes no tenían el carácter de gananciales y ahora sí; cómo
habrían de liquidarse las deudas de las que responda la sociedad, pa-
gadas con anterioridad por uno de los cónyuges con sus bienes priva-
tivos, etc. Los problemas son innumerables.
b) Considerar que dichas capitulaciones no «modifican» el ante-
rior régimen matrimonial, sino que simplemente lo dejan sin efector
y que al no fijar «las condiciones de la sociedad conyugal relativamen-
te a los bienes presentes y futuros», no pueden considerarse como vá-
lidas, sino como inexistentes y que seguirá teniendo plena eficacia,
el régimen pactado anteriormente.
ü) También se podría acudir a la solución dada por el Derecho
Foral: la Compilación Navarra afirma que «en defecto de otro régi-
men establecido en capitulaciones matrimoniales, se observará el de
conquistas» (Ley 82), que es el legal subsidiario de dicha legislación;
y la Aragonesa, en el número 2'.2 del artículo 23, dice que «en defecto
de tales capitulaciones y pactos, o para completarlos», se estará a lo.
establecido para el régimen legal (1).
d) Como última respuesta cabría la aplicación del régimen del
artículo 1.364; pues podría pensarse que si otorgaron capitulaciones
(1) Y, curiosamente, esas mismas Legislaciones (la Aragonesa en el ar-
tículo 26 de su Compilación, y la Navarra en su Ley 78) admiten la posibilidad
de dar efecto retroactivo a lo estipulado en capitulaciones matrimoniales1, siem-
pre que protejan los derechos adquiridos de terceros. Con ello la semejanza con
la primera de las soluciones enumeradas ;es mayor aún.
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antes del matrimonio, excluyeron ya desde el principio la sociedad de
gananciales y al quedar sin régimen expreso pactado, se habría de
acudir al citado artículo.
Hasta aquí hemos visto las posibles soluciones al problema. Tan-
to la segunda planteada como la última, tienen para su aplicación
grandes dificultades: no se puede considerar inexistentes o nulas unas
capitulaciones que no se oponen a ninguna norma imperativa ni pro-
hibitiva; y la aplicación del régimen dotal, se basaría en una presun-
ción muy discutible, y en ningún caso' admitida en nuestro Derecho.
Parece, pues, que la única solución lícita sería la aplicación en
este supuesto del régimen de gananciales, con todas las dificultades
que esto implicaría.
IV. Si no se han otorgado capitulaciones con anterioridad al ma-
trimonio, entra en juego el párrafo 2.2 del artículo 1.315, entendién-
dose entonces contraído el matrimonio «bajo el régimen de la socie-
dad legal de gananciales». El artículo' 1.393 establece que «la socie-
dad de gananciales empezará precisamente en el día de la celebra-
ción del matrimonio». Finalmente, el artículo 1.394 dice que «la re-
nuncia a ésta sociedad no puede hacerse durante el matrimonio sino
en el caso de separación judicial». Pues bien, ¿cómo' podrá modifi-
carse el régimen legal, conforme al artículo 1.320, si la sociedad de
gananciales comienza desde el momento mismo de la celebración del
matrimonio y sólo podrá renunciarse a ella en el caso de separación
judicial? Como en el problema visto en el número anterior, aquí caben
también varias soluciones:
<M) Considerar que la regla establecida en el artículo 1.320 es más
especial que la del artículo 1.394, por lo que estaríamos ante una ex-
cepción de la regla general.
b) Pensar que la renuncia a la que se refiere el artículo 1.394 es
a la unilateral, estando permitida la renuncia bilateral, al amparo del
artículo 1.320.
Las dos soluciones anteriores pueden convencer en un primer mo-
mento, pero se hacen de difícil mantenimiento, como después veremos
al hablar de las causas de liquidación de la sociedad de gananciales.
Cabe aún una tercera solución, que es la que vamos a ver a con-
tinuación.
V. Podemos considerar como última posibilidad que en la actúa*
lidad, a pesar del tenor litera! del artículo 1.320, sólo está permitida
una «modificación» del régimen legal de gananciales, no una «susti-
tución» o «cambio» del régimen ganancial por otro. Estaría permitida
una «sustitución» del régimen excepcional total del artículo 1.364,
pero no del supletorio general. Podemos citar como justificaciones del
anterior principio:
A) Como ya hemos adelantado más arriba, la Ley habla de «mo-
dificar el régimen económico conyugal», no de «sustituirlo» o «cam-
biarlo».
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B) El artículo 1.394 dice que la renuncia es admisible en el caso


de separación judicial de bienes. Así también lo establece el artículo
1.434: «Acordada la separación de bienes... quedará disuelta la so-
ciedad de gananciales...». Finalmente, el artículo 1.439 admite que,
cuando hayan desaparecido las causas que motivaron la separación,
o medie reconciliación, se pacte en capitulaciones matrimoniales un
régimen distinto que el de la separación de bienes.
Por tanto, podría llegarse a la conclusión que salvo en este caso,
no podrían otorgarse capitulaciones cambiando el régimen económico
matrimonial.
C) El artículo 1.417 establece las causas por las que la sociedad
de gananciales concluye: éstas son sólo:
a) Disolución del matrimonio.
b) Declaración de nulidad del mismo.
o) Casos enumerados en el artículo 1.433,
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esto es: I.2 Cuando
medie sentencia de separación personal. 2. Cuando hubiese sido uno
de los cónyuges declarado ausente. 3.B Cuando^ uno de los cónyuges
hubiese sido condenado a una pena que lleve consigo la intardicción
civil.
Y el artículo 1.418 sostiene que sólo se procederá a la liquida-
ción cuando se haya disuelto la sociedad.
Si consideramos, como se hacía hasta ahora tanto por la Doctrina
como por la Jurisprudencia, que las causas de disolución de la socie-
dad de gananciales están enumeradas taxativamente en el artículo nú-
mero 1.417, se hace de todo punto imposible la liquidación de la misma.
Sin embargo, ésta solución no impediría el otorgar capitulaciones
a los cónyuges. Estas, sin cambiar el régimen ganancial por otro,
pueden pactar: que la administración la tenga la mujer (arts. 1.412
y 59; la administración por la mujer plantea problemas, de los que
no vamos a ocuparnos aquí); hacer una donación de bienes futuros
para el caso de muerte (art. 1.331); establecer mejoras y promesas de
mejoras (arts. 826 y 827), etc.
De cualquier forma, de acuerdo con la Exposición de Motivos, esto
nó es lo que se habría propuesto el Legislador al hacer la modificación.

VI. Si consideramos que no son aplicables .al supuesto de liqui-


dación de la sociedad de gananciales las normas de los artículos 1.417
y siguientes, entonces, ¿qué disposiciones aplicar? Las legislaciones
forales no nos dan aquí ninguna solución, pues consideran causa de
disolución de la sociedad conyugal la voluntad de ambos cónyuges ex-
presada en capítulos matrimoniales (Compilación Aragonesa, art. 52;
Compilación Navarra, Ley 87) y se le aplican las reglas generales para
la liquidación. ,
A) Si los cónyuges en las capitulaciones han establecido reglas
para la liquidación de la sociedad, se han de aplicar éstas. No hay
ninguna raaón para considerar inadmisible esta solución, ya que los
intereses de terceros están siempre protegidos en base al último pá-
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rrafo del artículo 1.320; y ^os cónyuges pueden acudir a los artículos
1.265 y siguientes.
B) Si los cónyuges no han establecido reglas y consideramos ina-
plicables los artículos 1.417 y siguientes, por no estar contemplado en
ellos el supuesto que estamos viendo, nos encontraremos ante un va-
cío legal, y entonces sería de aplicación el artículo 1.395, que remite a
las reglas del contrato de sociedad. En este caso sería posible la di-
solución de la sociedad en base al número 4.s del artículo 1.700; y,
también, la liquidación mediante las reglas de los artículos 1.061 a
1.067, a los que remite el artículo 1.7.08.
Resumiendo lo anteriormente expuesto, se podría disolver la so-
ciedad de gananciales conforme a las reglas de la sociedad civil or-
dinaria; y liquidarse conforme a las reglas de la herencia.
VII. Para terminar nuestro estudio vamos a hacer referencia a
un último problema. El planteamiento es el siguiente: El artículo 50
establece que las personas que contraigan matrimonio, a pesar de la'
prohibición del artículo 45, lo contraerán con absoluta separación de
bienes. Y el artículo^ 1.320 afirma que «los cónyuges mayores de edad
podrán, en todo momento, actuando de común acuerdo, modificar el
régimen económico legal del matrimonio». El régimen de separación
forzosa del artículo 50 es un régimen legal: luego, ¿podrá modificarse?
La Ley no ha previsto directamente esta posibilidad: el otorgar ca-
pitulaciones modificando dicho régimen no está, comprendido en el
supuesto de ser contrario a la Ley del párrafo primero del artículo
1.316, pues no hay ninguna norma que lo prohiba; luego no serán
nulas dichas capitulaciones.
La única solución posible es acudir al fraude de Ley del artícu-
lo 6, número 4.a: con las capitulaciones se.está persiguiendo un re-
sultado contrario al ordenamiento jurídico, ya que la separación ab-
soluta de bienes se establece en el Código como una pena civil para
quienes violan la prohibición del artículo 45.
VTü. Con esto vamos a dar por terminado este breve estudio, en
el que no se pretende solucionar de una forma definitiva los proble-
mas que suscita la lectura de la última reforma de nuestro Código, ni
siquiera plantear todas (2): con este estudio sólo pretendemos llamar
la atención sobre ellas.

(2) En la actualidad, han surgido especialmente problemas regístrales muy


graves, cuyo planteamiento y solución se ha planteado ya el Colegio de Re-
gistradores de la Propiedad.
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