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Paraúsa da las Escuelas Católicas

INTRODUCCION.

P. ¿Qué es liberalismo?
R. Es la doctrina que prescinde de
Dios en todas las manifestaciones
de la actividad humana.
P. ¿De qué m odo se podría aclarar
esta definición?
R. Diciendo así: El liberalismo es
una doctrina religiosa, social y po­
lítica, que tiende á separar de Dios
al individuo, a la familia y a las na
ciones.
P. De m anera que son tres dbctrinas?
R . No es sino una misma, pero qne
se desenvuelve en esas tres esferas
de acción.
P. Se podrá profesar el liberalismo
político sin profesar el liberalismo
religioso?
R. No, porque el liberalismo religio­
so y el político son una misma doc­
trina, aunque aplicada á diversos

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objetos. Lo misoio debe decirse del
liberalismo social.
P ’ ¿Cómo se explica más esto?
R. H aciendo ver que el libera'i«mo
religioso funda los principio?, y que
el libfralism o político no es Otra co
sa que la aplicación de esos mismos
principios.
P. ¿Pues cómo hay liberales que pre­
tenden serlo en política y no en Re-
Vigión?
R. Porque quieren engañarse á si
mismos, ó porque intentan engañar
á los*demás. En muchos casos por­
que han m editado suficientem en­
te acerca de las doctrinas que di
cen profesar.
P. ¿En qué consiste principalm en­
te el liberalism o religioso?
R. Én negar el órden sobrenatural.
P. Y el liberalism o moderado?
R. En no ocuparse de ese órden.
P. ¿Cual de ellos hace más d a ñ o /
5
R, El segundo, por la injuria que se
hace á la conciencia.
P. ¿Es lícito negar el órden sobrena­
tural, ó por lo ménos no ocuparse
de él?
R. No, por muchas razones; entre ellas,
porque eso sería ir contra la volun­
tad de Dios, lo cual nunca es lícito.
P. ¿En qué consiste principalmente
el liberalismo social?
R. En retrogradar diez y nueve si­
glos, suprimiéndola civilización cris­
tiana. para volver á la civilización
del paganismo.
P. ¿De qué medios se vale?
P. De negar el poder social de Je ­
sucristo.
P. ¿En qué consiste principalmente
el liberalismo político?
R. En la deducción lógica de las
consecuencias que entrañan las an­
teriores doctrinas, y en aplicarlas
prácticamente á las naciones.
7

§ I.

D el L ib e r a l is m o R e l ig io s o .

P. ¿Podríais aducir alguna prueba


evidente de que el liberalismo es an­
te todo una doctrina religiosa?
R. Muchas; pero bastará ver aque­
llos países donde ha dominado y do­
mina el liberalismo, para no poder
dudar de que sobre todo y ante to­
do se ocupa de las cosas de la Re­
ligión.
P. ¿Qué hace el liberalismo luegoque
logra dom inar en una nación?
R. Sus principales leyes, sus teorías,
sus periódicos, tienden á destruir el
Catolicismo.
P. ¿Y sus pro-hom bres toman con
empeño la cuestión religiosa?
R. Como ninguna otra; pues si sus
demás leyes se violan, llaman poco
8
la atención; pero la . menor in o b s e r ­
vancia de las leyes de p e rse c u c ió n .
los hacen poner el grito en el c ie lo ,
P. H ay algún distintivo, en el ó r d e n
religioso, que haga conocer d e s d e
luego á los liberales?
R. No podía dejar de haberlo.
P . ¿Cual es?
R. E! odio que tienen, la rep u g n a n ­
cia que sienten hacia todo Jo q u e
de algún modo pertenece á Dios, á
Nuestro Señor Jesucristo y á su
Santa Iglesia.
P . Podríais poner algunos ejem plos?
R . Todo acto del culto los pone fue­
ra de sí.— Odian al sacerdote.— S e
gozan en la profanación de las co­
sas santas.— Desprecian las leyes
eclesiásticas. En fin, tienen h o rro r
hasta al sonido de las cam panas y
á la vista de las sotanas.
P. ¿De qué son signo estos hechos?
R . De que, sépanlo ó no lo sepan,
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tienen en su corazón verdadero odio
á Dios, y á Jesucristo Nuestro S al­
vador.
P. ¿Cómo así?
R. Porque odian todo aquello que se
los recuerda.
P. ¿Cómo manifiestan los liberales
prácticamente, que siguen una doc­
trina religiosa, que respecto al Cato­
licismo debe llamarse anti-religiosa?
R. Por cuantos modos pueden; pero
en especial, por la exclaustración de
religiososy religiosas; por el empe­
ño de empobrecer á la Iglesia, para
quitarle así muchos medios de ac­
ción; por la igualdad del culto ver­
dadero y de los falsos, por medio de
la tolerancia; finalmente, por decla­
rar al Estado sin Dios, diciendojla
blasfemia de que la ley debe ser
atea.
P. ¿Y qué, la ley no debe ser atea?
R. Solamente que el legislador tu-
10
viera obligación de ser ateo, lo c u a l
es absurdo.
P. ¿Por qué dec/s que para que la lej-
pueda ser atea, es preciso que el le ­
gislador sea ateo?
R. Porque la ley expresa la voluntad
del legislador.
P. ¿De m o d o /ju eel liberalismo n o
puede ser inocente?
R. T anto como el ateísmo que es su
última consecuencia;ya sea el ateís­
mo teórico, ya el ateísmo práctico.
P, ¿Pero no podrán ser disculpados
los liberales, por no haber pensado
en esto?
R. De ninguna manera; porque la
Iglesia, que ha pensado por ellos
ha condenado al liberalismo.
II

§ II.

D el L ib e r a l is m o P o l ít ic o .

P. ¿Cuáles son los principales prin­


cipios de la doctrina liberal reli­
giosa que son las bases de la doc­
trina política?
R . Son tres.

i° Establecer que el ultimo fin


del hombre se cumple en la tierra.
2o Negar la Iglesia ó por lo m e­
nos no ocuparse de ella.
3 o Afirmar que las leyes civiles
son superiores á todo Derecho, aun
al natural y Divino positivo. O lo
que es la mismo, sujetar la moral á
la ley civil.
P. ¿Y no será licito sostener la pri­
mera?
JR. De ningún modo, pues equivale á
negar todo el cristianismo, especial -
mente el dogma de la Redención.
P. Y será lícito negar ó por lo m é -
nos no ocuparse de la Iglesia?
R. Eso equivaldría á negar todo e l
cristianismo, especialmente e ld o g --
ma de la Encarnación.
P. ¿Qué decís de la tercera?
R. Que las naciones, y las leyes, l o
mismo que los individuos, si no o b e ­
decen á Dios, obedecen al dem o­
nio, pues no hay medio entre uno y
otro. Las leyes, para que lo sean ,
deben sujetarse á la moral. N o e s
ley, y solo usurpa este nombre, la.
que se opone á la ley de Dios.
P. ¿Cuál es la fórmula más p re c is a
de la pretensión liberal?
R. Establecer que la autoridad civi 1
es, en todo caso, superior á la a u to ­
ridad religiosa.
P. ¿Pues cuál es la verdad?
R. Que ambas autoridades giran e n -
órbitas independientes;pero que se
tocan en algunos puntos.
' P. ¿Luego hay casos en que la auto­
ridad civil en lugar de mandar debe
obedecer?
R. Sin duda alguna. Siempre que se
trate de principios relativos al dog­
ma, ó á las costumbres, ó á la disci­
plina Eclesiástica, los gobiernos, lo
mismo que los individuos deben
someterse á las decisiones de la
Iglesia.
P. ¿Y esto por qué?
R. Porque la misión de la Iglesia es
precisamente legislar sobre esos
puntos. De otro modo vendría á
ser inútil la Iglesia Católica.
P. En general ¿Cuál es el fin del li­
beralismo?
R. Colocar al hombre en el lugar
que en la sociedad siempre ha ocu-
padoy siempre debiera ocupar Dios.

UNIYBS1MIBE W JM lfO N
BlílWíci Vitvefie y Teliez
P r in c ip io s l ib e r a l e s .

P. ¿Qué cosa es libertad?


R. Es la facultad por la cual somos
responsables de nuestras acciones,
lo mismo ante Dios que ante la
sociedad y ante las leyes.
P. ¿Y el liberalismo define y entien­
de bien la libertad?
R. De ninguna manera, pues según
él, es la facultad de hacer irrespon­
sablemente el bien y el mal.
P. Y en caso de que tuviéramos esta
facultad de que habla el liberalismo,
seda buena?
R. Nada ménos que eso, pues nunca
puede ser bueno hacer el mal.
P. ¿Pues cuál es el fin de la libertad,
de la verdadera libertad?
R. Hacer el bien. Así como equi-
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vocarse es defecto del entendim ien­
to, así también, hacer el mal, e s
defecto de la libertad.
P. En consecuencia, cuál es el m e ­
jor sistema de gobierno?
R. El que conceda más libertad p a ra
el bien, y que mejor reprima lo s
abusos de libertad para el mal.
P. ¿En qué consiste la verdadera
igualdad social?
R. La igualdad social no es otra co­
sa que la virtud que se llama ju s ti­
cia distributiva.
P. ¿En qué consiste la justicia distri
butiva?
R En considerar á los hombres se­
gún sus méritos y circunstancias
guardando por lo mismo una igual­
dad geométrica
P. ¿Que otro nombre tiene esta vir­
tud?
R. Se llama equidad, del latín aequi-
tas, que quiere c’ecir igualdad.
l7
P. ¿Y por qué socialmente no ha de
atenderse á la igualdad aritmética?
R. Porque es un hecho que los hom ­
bres no son iguales y que difieren
entre sí. Es decir, que los hay to n ­
tos y los hay de talento; que los hay
virtuosos y que los hay viciosos;,
que los hay perezosos y que los hay
trabajadores etc. etc. Por lo cual,,
sería una injusticia tratar igualm en­
te á los que son desiguales.
P. ¿Pues como deben ser tratados?
R . Proporcionalmente (que en eso
consiste la igualdad geométrica). Es
decir, dando á cada uno lo que es
suyo.
Y ya se vé que dando á cada uno
lo que es suyo, queda establecida la
igualdad.
P. ¿Y esta es la igualdad que procla­
ma el liberalismo?
R. Muy lejos de eso; pues al decir
P° 2o
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sin restricción que los hombres son
iguales, dice una m entira que está
á la vista de todos, piy;s ni física ni
moral, ni intelectualm ente lo son.
P. ¿Pero no tendrán todos los hom ­
bres iguales derechos?
R. Aritm éticam ente, ó con absolu­
ta igualdad, no; geométricamente,
ó con igualdad de proporción, si los
tienen.
P. ¿Podr/ais explicarm e esto?
R. M uy fácilmente, El inocente tie­
ne derecho de estar libre, de entrar
y salir de la ciudad, etc.; pero el que
ha cometido un crimen no tiene ese
derecho, y se le pone en la cárcél.
P. ¿Qué se infiere de esto?
R. Que no tienen iguales derechos el
inocente y e! culpable, porque el
culpable y el inocente no son igua­
les.
P. ¿Podr/ais poner otro ejemplo?
R. V otros mil, v. g., un ignorante,
I 19
no comprenda siquiera la mar-
I cha administrativa, y que ignore lo
grave que es elegir á los m agistra­
dos y la responsabilidad que este
paso trae consigo, no tiene, no pue­
de tener derecho de mezclarse en
L las elecciones,
r Él que no tiene la suficiente ins­
trucción para saber quien será buen
gobernante y quien no ¿cómo pue­
d e tener derecho para designar al
gobernante?
Estos de que hablamos, al con-
trario, tienen el deber de no elegir,
porque cada uno está obligado á no
mezclarse en lo que no entiende y
más si de su cooperación pueden re­
sultar males de gran trascendencia,
JP. Continuad; aunque ya lo estoy
viendo muy claro.
. El malvado que vota en las elec­
ciones por psga, ó por consigna ó
por cualquier motivo reprobado, im ­
20
portándole poco las cualidades.de
la persona elegida, debe ser privado
del derecho de votar en las eleccio­
nes.
P. ¿Podríais poner ejemplos de otros
derechos?
R. Con mucho gusto. El perezuso
que no trabaja y que por lo mismo
nada posee, no tiene derecho de
. propiedad; por el contrario, el que
por su trabajo, ó el de su padre tie­
ne una propiedad, en ella tiene de­
recho.
El ignorante ó el desmoralizado,
no tienen derecho de enseñar, y
tampoco tienen derecho de escribir
en los periódicos.
Ni el malvado ni el ignorante tie­
nen derecho á ser elegidos goberna­
dores, diputados etc.
P. Según lo dicho ¿qué debe juz­
garse del sufragio universal.
l V*
?•*
21
R. Que es la mentira universal’ co­
mo la llamó el gran Pió IX.
P. Volviendo á la igualdad ¿cuáles
son las aplicaciones que de su prin­
cipio hace el liberalismo?
R. Tres principales.
P. ¿Cuáles son?
R. Primeio, igualdad entre la verdad
y 1* mentira (v. g. tolerancia de cul­
tos.)
Segunda—igualdad entre el tra­
bajo y la holgazanería (v. g. sufra­
gio universal, liquidíción social etc.)
Tercera—igualdad entre los clé­
rigos y los legos (v. g. la ley cos.tra
los fueros etc.)
P. ¿Qué decis de ellas?
R. Quedestruyen totalmente los prin­
cipios cristianos,
P. ¿Qué cosa es fraternidad?
R Amar al prójimo como á sí mis-
• ¿no, per amor de Dios,
22
P. l Por qué añadís diciendo: p o r
amor de Dios?
R. Porque no puede haber fra tern i­
dad si no hay hermanos, ni- p u e d e
haber hermanos si no hay un p a d re
común á todos eílos. j
P. ¿Y esta es la fraternidad que p r o ^
clama el liberalismo? i
R No, pues el íiberalismo tiende e n [ t
todo á separarse del verdadero D io s . ¡'
P. ¿Pues en <jué consiste k fra te rn i- \
dad liberal?
R. Difícil sería decirlo porque el l i ­
beralismo, donde quiera que e x i s t e
trae consigo persecuciones, m a ta n - ■
zas, y aun comoen Francia la g u illo ti­
n a; y á veces incendios como en P a ­
rís durante la comuna y en C arta -
gena durante el cantonalismo, y á
veces destrucciones de fábricas co­
mo en Bélgica etc. etc.
Además de las persecuciones á
sus contrarios, el liberalismo es esen~

■rsm.
, 23.
cialmente anárquico, como dijo el
eminente liberal D. Melchor Ocam-
po que lo conocía muy bien, y en
efcto, nunca los liberales han deja­
do de destruirse mutuamente, como
los Jacobinos y Girondinos en Fran­
cia, y para no ir muy léjos, como
losjuaristas, los Lerdistas y los Por-
firistas en México, que se fusilaban
entre sí.
P. Pero algo han de querer significar
con su principio de fraternidad.
R. Pensando mucho sobre esto, pue­
de creerse que su fraternidad con­
siste en unir en un interés común á
todas las sectas, á los partidos todos
contra la Iglesia.
P. Entonces ¿cómo se pudiera for­
mular la fraternidad liberal?
R. De este mcdo: Fraternidad con
todos, ménos con el Catolicismo,
fraternidad de todos contra el Cato­
licismo.
24
P. Y prácticamente cumple con es­
te programa?
S. Ya lo estamos viendo en México:
aunque el protestantismo, porloque
tiene de religión revelada es contra­
rio al liberalismo, este sin embargo
lo llama, lo sostiene y lo protege,
sólo porque es contratio á la Iglesia
de Dios.
P. ¿En qué consiste el Progreso?
R. Habiendo hecho Dios al hombre
perfectible, y siendo el mismo Dios
su último fin, el progreso consiste
en perfeccionar al hombre, acercán­
dolo más y más á Dios.
P. ¿Cómo pudiera definirse el pro­
greso?
R. De este modo: Los adelantos tan­
to en el órden moral como en el in­
telectual y en el material, subordi­
nados unos á otros según lo exige
la naturaleza humana.
25
P. ¿Cómo es esa subordinación?
R. Subordinando los intereses m ate­
riales ó los intelectuales, y unos y
otros á los morales.
P. Y el progreso liberal en qué con­
siste?
R. En olvidar el fin sobre natural del
hombre: en aum entar los goces m a­
teriales, y en hacer creer al hombre
que la tierra es su patria.
P. ¿Pues qué la tierra no es la patria
dsl hombre?
R. ¡Pobres de nosotros si tal fuera!
¿Cómo ha de ser nuestra patria si
por ella pasamos como un soplo?
¿es decir que los niños que mueren
pequeñitos no tendrían patria?
No! nuestra patria es el ciMo por
que allá está nuestro Padre, y por
que solo allá podemos ser felices.
P. ¿Pues cómo estamos en la tierra?
R. Estam os en este mundo como
desterrados.
2(5
P. ¿Pues qué, no es nuestra Patria
aquel país en el cual nacimos?
R. Eso es otra cosa. Así como d e ­
cimos, y decimos verdad, que D ios
es nuestro Padre, y no por eso de­
jam os de honrar á nuestro padre
terreno que nos dió el ser, del mis-¡
mo modo, sabemos que el cielo &
nuestra verdadera Patria, y no poí
eso dejamos de amar á la nación
donde vimos la luz, y aun de sacrifi­
carnos por ella, como lo han hech o 1
tantos héroes cistianos.
P. Pudieráis explicar más esto? ■
R. Sí ciertamente. Decimos que la
tierra no es nuestra patria, para sig­
nificar que en ella estamos solo de
paso, y que todas nuestras acciones
en este mundo, han de tender á la
consecución de nuestro último fin el
cual está en el cielo; pero no deci­
mos que en la tierra no tengam os
una Patria, que es aquella nación en
27
la cual nacimos, y á la cual por vo­
luntad de Dios, debemos amar y de­
fender.
P ¿De modo que el patriotism o es
una virtud cristiana?
R. Si lo es, y así se explica lo que
venimos diciendo: pues cumpliendo
con los deberes que Dios nos impo­
ne para con la Patria que él mismo
quiere que tengamos en la tierra,
practicamos una virtud, es decir ha­
cemos méritos para llegar á nuestra
Patria eterna.
P. Decid algo más sobre esto.
R. Que los deberes hácia nuesta Pa­
tria terrenal, son un medio, y el fin
e¿ censeguir nuestra Patria celestial.
Por esto no se dice que el cielo es
nuestra única Patria, sino que es
nuestra verdadera Patria.
P. Volviendo á aquello de que está­
bamos tratando ¿qué deberemos de­
cir del progreso en las ciencias, en
23 29
las artes y en la cultura? so en las ciencias negar y procurar
R; Que el progreso en lascipnoias destruir las ciencias.
un don de Dios; pero hay que c u i ­ P.- f¿A sí lo hacen los positivistas?
dar mucho que no i-e llame con e l R . No lo ocultan niegan y procuran
usurpado nombre de ciencias á a - destruir la ideología, la estética, la
quellas doctrinas ó teorías que nos a - teodicea, la ética, la teología, etc.
partan de Dios ó de su revelación. I en una palabra, todas aquellas cien-
El progreso en las artes es un d o n ^ cías que de algún modo pudieran
de Dios, y debe estar regido por l a dar armas para probar la falsedad
del liberalismo.
caridad cristiana.
El progreso en la cultura es u n P . ¿Y á esto llaman progreso?
R . Como llaman libertad á la tiranía,
don de Dios y debe basarse en l a s
virtudes. O de otro modo; el p r o ­ como llaman soberano al pueblo pa­
greso en la tierra no es otra c o s a ra explotarlo y esclavizarlo.
que el desarrollo de las v irtu d e s > P . ¿A qué llama el liberalismo pro­
cristianas. greso en el arte?
P. A qué llama el liberalismo p ro ­ R , Sería muy larga la lista. El libe­
greso en las ciencias? ralismo ha creado un género de li­
R. A la invención délas más ab su r­ teratura que se llama realista, que
das hipótesis contal deq u eellas se además de ser obcenoé inmoral, es
opongan á Dios ó á su Iglesia. la perversión del buen gusto y ar­
Han llegado á mas con el positi­ rastra á la literatura por el lodo. ( 1 )
vismo, pues también llaman p ro g re­ (1) U ltim am ente han aparecido ¿o* decadentes lo*
30
A su imitación, la pintura y la es­
cultura están haciéndose también
realistas, destruyendo el ideal, sien­
do asi que el ideal es lo que eleva á
Has belles artes.
Por lo demás, un gobierno Cató­
lico prohibiría la zarzuela y la ópe­
ra bufa, que pervierten la música y
el arte dramático, que propagan el
mal gusto, que tienden á apartar de.
lo bello y de lo grande etc. etc.
además de desm oralizarlas costum­
bres. y el liberalismo no sólo no las
prohíbe, sino las protege. Y no po­
día ser de otro moda, pues abundan
las zarzuelas cuyas tendencias son
m arcadam ente liberales.

cuales como lo dice Francisco López, que es el de


más talento en tre ellos, prescinden eu ¡vista de
las ideas, del pensam iento y del sentim iento y so­
lo pretenden en sus versos, sensaciones, músicas y
•ut&os. ¡Tan cierto es que lejos de nios, política,
arte, literatu ra todo vá á dar al absurdo,!
. ¿Y á qué llama progreso en la cul­
tura el liberalismo?
[, A todo lo quese opone á Dios, á
Jesucristo y ásu Iglesi;’..
¿Cuál es el progreso realizado por
el liberalismo?
L a desmoralización; la falta de
respeto de los hijos á los padres y
*n general de los inferiores á los su-
ieriores; el olvido de las buenas co -
:umbres y de las prácticas cristianas,
/ en general el desarrollo del orgu-
lo en todos los órdenes.
¿'}e todos los superiores cuál es
:1 más aborrecido por el liberalis­
mo?
El Romano Pontífice, que es el
/icariode Nuestro Señor Jesucristo.
En qué se distingue el verdadero
progreso del progeso liberal?
En que el primero tiene á Dios
)or fin, y el segundo tiene por úl-
irno fin al hombre.
32
P. ¿Cuáles son las últimas consecuen­
cias del liberalismo?
R. Ya lo estamos viendo, el nihilis­
mo y el anarquism o que tienen por
lem a n i Dios ni at/io, y las bom bas
y el asesinato como medios.
P. ¿Y en otros órdenes?
R. Las Doctrinas de Lom broso y
de M arx N ordau, que son la des­
trucción de toda arte, de toda lite ­
ratura, y de toda belleza; todo va
dar á lo absurdo.
31
§ IV.

O tros p r in c ip io s .

P. Según lo dicho ¿deberemos conde'”


Dar todos los principios proclama*
dos por los liberales, solamente pof
ser proclamados por ellos?
R . De ninguna manera; y los que as\
lo hacen, se olvidan de que el buen
padre de familia debe sacar de su
tesoro lo viejo y lo nuevo. (1)
P. Pues qué ¿no iodos los principifcs
que proclaman los liberales son fal»
sos?
R . Ciertamente que no.
1—Algunos son falsos y hasta a&■
surdos.
2—Otros son una mezcla confusa
de verdadero y de falso.

(1) Matth. XIII:—52


p. 3°
3 — F in alm en te, h a y otros que son
verdaderos.
A d v iérta se que tam bién p r o c la ­
m an algu nos principios cuya a d m i­
sión es libre, es decir que unos c a ­
tólico s los tienen por verdaderos y
otros por falsos, porque versan s o ­
bre m ateria d iscutible.
P. E n vista de esto ¿Q ué deberem os
hacer?
R. Instruirnos bien para no in cu rrir
en error.
d eb erem os hacer resp eto á
l o s prim eros d e que habéis h ab lad o?
R . R ech azarlo s abso lu tam en te y sin
m iram iento.
P. ¿ Y cóm o los conocerem os?
R . N o hay nin gú n principio de eso s
que no h a ya sid o condenado por la
Ig lesia , de m od o que no es difícil
conocerlos.
P . Y respecto á los segu nd es ¿qué
d eberem os hacer?
R , Separar lo que tienen de fa lscd e
lo que tienen de verdadero.
P. ¿ Y respecto de los terceros?
R. Puesto que son ciertos, debem os
profesarlos; pero debem oster er m u ­
ch o cuidado en su enunciación, p a­
ra que no se nos crea liberales.
P. ¿Cóm o deberá ser eso?
R . So lam en te la prudencia puede
aconsejar en cada caso; pero para
poner a lg u n o s ejem plos; algu nos
acostum bran v. g . al hablar de pro­
greso, decir: el verdadero progreso.
A l hablar del pueblo añadir: en el
buen sentido de la palabra, y a sí en
o tro s casos, señalando m u y m arca ­
d a linea divisoria entre nuestros
principios y las declam acion es lib e­
rales.
P. ¿Q ué d ecís respecto de los ú lti­
m os?
R. H a y principios puram ente p o líti­
cos, que no atañen ni al d o g m a ni
3<5
á la moral, los cuales un católico
puede profesarlos ó negarlos según
su educación, sus estudios especiales,
sus sim patías etc. etc. A s i por ejem ­
plo h a y católicos que son rep u b lica­
nos y otros que son m o n arq u ista s,y
entre los primeros, m uy bien pu ed e
haber quienes crean que la co n v e­
niente form a de gobierno es la R e ­
pública unitaria, al paso que otros
ju zg e n que es la R ep ú b lica F ed era l.
A s i hay otros varios principios.
L o que debem os h acer resp ecto
de ellos, si por nuestras co n viccion es
sostenem os un principio que á fuer-,
za de ser repetido por los liberales
huele á liberalism o es, co m o en la
respuesta anterior, m arcar de algú n
m odo, cuando hablem os ó escriba­
m os, que no pertenecem os á esa
secta.
f\ S e gú n lo que acabais d e d e cir
37
¿son indiferentes todas las formas
de gobierno?
R. N o ciertam ente, y hay tres que
difícilm ente se convienen con el
cristianism o.
P. ¿C uáles san
R . I o L a dem agogia.
2 0 E l Ccsarism o.
3 ° E l absolutism o, (i)
. ¿Q ué es d em agogia?
R . L a degeneración de la d em o cra ­
cia, ó el gobiern o revolucionario que
h alagan d o los instintos feroces y
brutales del pueblo, es sólo la m a s ­
cara de ía anarquía.
P. Q u é es C esarism o .
R. E l gobiern o de un sólo h om b re
de hecho, pero cu bierto h ipócrita­
m ente bajo ap arien cia de form as

(1) El absolutismo monárquico. dice M gr. Se­


gur, es el poder sin freno íii intervención alguna,
y yo creo verdaderamente que este es todavía más
fatal que la peor de las Repúblicas—La Revolu­
ción.—X V -a l fin.
38
más ó m-inos populares; el cual ba­
jo el protesto del d erech o de tuición
ó de protección á la Iglesia, en rea­
lidad la veja y la oprim e; pero siem ­
pre protestando su respeto.
P. Q u é es absolutism o
R . L a degeneración d e la m onarquía
ó el gobierno de uno sólo que a d ­
m inistra á su caprich o.
P. ¿Pues que h a y que pensar sobre
las diferentes form as de go b iern o ?
R . D eja n d o á un lado las form as a b u ­
sivas de que acabam o s de h ablar,
todas las form as de gobiern o pue­
den ser buenas, si ante tod o respe­
tan los derechos de D ios y de su
Iglesia, y todas pueden ser m alas si
se hacen revolucionarias ó lib erales
que es lo m ism o.
P. C uálesson las form as de gobierno?
R . i p M onarquía.
2 * A ristocracia.
3 * D em ocracia.
39
P. ¿ A cuál de ellas deben adherirse
los católicos?
R . L o s católicos som os libres para
adherirnos á cualquiera de ellas.
P. ¿Pues qué la dem ocracia no’ es
mala?
R . Estam os tan acostum brados á
aborrecer las palabras fa vo rita s del
liberalism o, que esa pregun ta tiene
razón de ser; pero debe contestarse
q u e no. Hay democracia y democra­
cia dice el m ism o Mgr. S e g u r: (i)
¿a una verdadera y légítima............ la
cual respeta la soberanía (de la Igle­
sia,) que estriba sobre ella y sobre
Dios ; la otra falsa y revoluciona-.
ria .............insubordinada y que nada
produce sino desóráen y ruina. Esta
es la democracia del 89, la. democracia
que desconoce á la Iglesia y que en el
fondo no es más que la revolución.

[1] Idem X IV al fin.


41

§ V..

P rin cipio s m e d io f a l s o s m e d i o
VERDADEROS.

P. D ijisteis que entre lo s principios


liberales h a y algunos que son una
m ezcla de verd ades y falsedades?
/?. C iertam ente, y no es éste el m é-
nos poderoso de los m edios por los
cu a les el liberalism o se ha abierto
paso aún en hom bres de buen co ra ­
zón, pero de po ca inteligen cia (ó por
lo m énos superficiales.)
P. ¿Será útil analizarlos y conocerlos?
R. Si, y á veces necesario, puesto que
debem os precavernos de las falseda­
des que encierran.
P . ¿Pues cuáles son les principales de
ellos
R . Q u izás el principal consista en la
ro ció n liberal de soberanía.
4 2-
P. ¿Qué cosa es soberanía?
R. E l poder de g o b e rn ar y regir, sin
dependencia ninguna á una nación.
P. ¿En quién reside la soberanía esen ­
cialm ente?
R. En D io s únicam ente.
¿ ¿Porqué decis qu e reside en D ios
R. Porqué solo el que no cree en
D io s podrá n e ga r que el tiene p o ­
der para go b ern ar k las naciones y
regir á las socied ades á quienes ha
creado.
P. ¿Porqué añadís únicamente?
R. Porque si adem ás de residir la so ­
beranía en D ios residiera en o tro ,
y a fuera R ey, y a pueblo, la nación
tendría dos c a b e z a s ,y el d ía q u e uno
de estos dos poderes fueran o p u es­
tos uno á otro, la idea de soberanía,
que es de unidad y fuerza se co n ­
vertiría en la ¡dea de destrucción.
P. ¿H a y otras razones?
R. H a y otras m uchas: si adem ás de
43
residir la soberanía en Dios, residie­
ra en cualquiera otro, ó se dice que
esos dos poderes eran iguales (lo
que es absurdo y blasfem o) ó que
ese otro era superior á Dios, (lo que
es más blafem o y más absurdo to ­
d av ía) ó bien que el otro soberano
era inferior á Dios, es decir,que de-
b e iía obedecerlo, y esto le quitaría
su cualidad de soberano, pues á la
idea de soberanía es inherente la
idea de independencia.
P. ¿Pues entonces cóm o al R e y ó al
E m perador se le llam a S o b era n o ,y
en las R ep úb licas se dice: el S o b e ­
rano Congreso?
R . C o m o Dios no ha querido gob er­
n ar por sí m ispio á ningún pueblo
(á no ser en otro tiem po a l pueblo
H ebreo,) y com o Dios es autor de
las sociedades, y com o no podrían
ex istir naciones sin o hubiera quien
las gobernara y d irigiera , el m ism o
44
D ios dá, ó d elega la soberanía, so­
bre determ inado país, en aquel ó en
aquellos que han de gobernarlo.
P . ¿Qué son pues el R e y er» la m o ­
narquía y el C on greso en la R e p ú ­
blica?
R . Son soberanos por delegación , pe-^
ro nunca esencialm ente. E s decir,"
que tienen el poder del S o b eran o .
P. ¿Pues qué cosa es poder?
R . L a facultad que algu n o d a á o tro
p a ra que, en lu g a r de su persona y
rep resen tán d o lo, p u ed a ejecu tar a l ­
g u n a cosa.
P. Sien d o esto a sí ¿qué debe d ecirse
d e los que tienen el poder?
R . Q u e son apoderados de Dios, esto
es, que si son soberanos es porque
.•son apod erados d el Soberano.
P. ¿ Y á quién y co m o trasm ite Dios
a sí la soberanía?
R . D ejan d o al P ueblo H ebreo, cu a n ­
d o Dios sin interm ediario é inme-
45
chatam ente nom braba á M oisés, á
Josué, á los ju e crs etc. para que t u ­
vieran la soberanía en la tierra y so­
bre aquel pueblo, en las dem ás n a ­
ciones lo da m ediatam ete, es decir
m ediante algú n órden dispuesto por
su providen cia,
p. ¿C u ál es este órden?
L a elección que hace el pueblo en
I la persona ó personas que han de
| m an dar..
I P*. Y cóm o se hace la delegación?
I R . L o s teólogos no están de acuerdo
1 y se dividen en dos escuelas: los
1 u n o s sostienen que D io s da al p u e -
' f" b lo la soberanía y este á su v e z la
d a al elegido. L o s otros afirm an
q u e Dios da inm ediatam ente el po­
d er, ó sea la soberanía, al elegid o
t por el pueblo, sin q u e este llegu e á
ser Soberano ni por un instante.
P . ¿Cuál de ellas debem os seguir?
R . Siendo lib re la cuestión, no h a y
46
deber de seguir una m ejor que otra.
C ada uno crea y sosten ga aquella
para la cual su razón encuentre má?
pruebas.
P. L u e g o según lo dicho, todos los
gobiernos, hasta los republicanos son
de D erech o divino?
R . Si por esta expresión quiere sig­
nificarse que por Dios reinan los Re­
yes ( i) esto es, que reinan en lu g a r
de él, ó que todo poder viene de Dios
(2) y q u e el que resiste á las autori­
dades legítimas (en lo q u e no se o p o ­
ne á la ley de Dios,) resiste al mis­
mo Dios , (3) no ca b e duda que sí.
P . ¿Pues acaso á la frase “ D erecho
Divino.i le han qu erido dar o tra sig*
nificación?
R. Si ciertam ente. E l liberalism o m o­
nárquico llam ado tam bién regalis-
tno, exp lo ta n d o las teorías del abso-

(l) ProY. Cap. 8. [2] Rom. Cap, X H I. [3] x,j_


47
lutism o de que hablam os antes, in ­
ventó que los R eyes eran de Dere­
cho Divino , queriendo significar que
d e nadie dependían, que ante nadie
en el m undo eran responsables,que
solo á D ios tenían que dar cuenta
de sus acciones etc. etc,
P ¿Q ué pretendía con esto el libera­
lism o m onárquico?
R . C o m o en la tierra no h a y m ás
que un poder de Derecho Divino en­
tend ido tan latam ente, y es el del
Soberano Pontífice, pretendían que
tod o poder real fuese igual al d e l
Papa.
P ¿Pues qué, los soberanos tem pora­
les son responsables ante alguna
autoridad de la tierra?
ít. In du d ab lem en te:
E n prim er lu gar y en los casos
m arcados por el d erech o C a n ó n ico ,
lo son ante la Iglesia.
Segundo. E n casos raros y g ra ­
4?
vísim os el soberano tem poral es r e s ­
ponsable ante la N ación m ism a qu e
le confirió la Soberanía (v. g. cu an *-
do por cu lp a del Soberano el p u e­
blo se viese ex p u esto á p erd er la
verdadera fé, ó en el caso de que su
habitual tiranía trastornase to d o el
órden pú blico etc.) (f;) pero á fin
de evitar to d a interpretación r e v o ­
lucionaria, añadirem os que, en el
estado a ctu a l de la civiliza ció n , y á
causa precisam ente del lib eralism o,
sólo la Ig le s ia es su ficientem ente im ­
parcial en estos tan graves ca so s d e
concien cia, y sólo ella pu ed e le g it i­
m ar un h ech o de ta n ta g ra v e d a d .
P. ¿Q ué o tro s principios h a y e q u ív o ­
c o ' en el liberalism o?
R . Todos a q u ello s en los cu ales e n ­
tra la noción de.- Pueblo.

(1) Vease k Santo Tomá» de AquinoDí Reginien


Principuum
49
P. ¿Por qu é esto es así?
R. Porque la misma noción de Pue­
blo en el liberalism o está eq u ivo ­
cada.
í\ ¿Pues qué entiende el liberalism o
por pueblo?
R . Por pueblo .n tiende todos a q u e­
llos que siguen á los corifeos lib era ­
les y se dejan seducir por ellos; pues
á los otros les llam a: L o s fanáticos,
y tam bién algunas veces: L a C a­
nalla.
P. Pues en realidad ¿qué e s el p u e­
blo?
R . P ueblo es la r.un ión d e todos los
ciu dad an os de un país, considera-
c o s según su valor social.
¿P odéis explicaros?
R. E l pueblo es nn sér m oral; d e
m anera que si sólo se considera á
los habitantes de una nación por lo
que sum an, no se obtendría lo que
r 4.
50
se llam a: el Pueblo; porque se h a­
bía obtenido un número, y el nú­
mero concreto es un sér físico. Para
que la reunión de personas m erezca
llam arse pueblo, no debe co n side­
rárseles bajo su aspecto de ciudada­
nos ó de hombres, pues así so lo
hallaríam os individuos. C o m o se
trata de llegar á una noción so cia l,
es necesario considerar á cada uno
según lo que representa en la so cie ­
dad, esto es, según su v a lo r social.

P. ¿P odríais e x p lica r m ás estos con ­


ceptos?

R. Ciertam ente. E l p u eb lo no está


form ado de hom bres igu a le s en tre
sí, sino al contrario, de ign oran tes y
de sabios; d e hom bres buenos y de
crim in ales etc.; pues bien, p a ra for­
m ar el pu eblo es necesario q u e los
individuos influ yan según su valor
5i
real, |ó según lo que cada uno vale
para formar sociedad
P. ¿Pudierais continuar hablando de
esto?
R. E n el pueblo deben encontrarse
las fuerzas vivas de aquellos que lo
form an, y en la m ism a proporción
que están en ellos. A s í es que los
buen os y los sabiosdeben pesar más
que los m alos y los ignorantes, los
p atriotas m ás q u e los egoístas, etc.,
si el Pueblo ha d e ser lo que debe
ser.
P. ¿ Q u é otro prin cipio liberal h ay en
que se confunda lo verdadero y lo
falso?
R . L a toleran cia de cultos. P orque
h a y casos ex cep cio n ales en que de­
ban ser perm itidos dos ó m ás cultos,
en u na nación, hacen de ellos regla
g e n e r a l,y laso stie n en co m o a xio m a
P. ¿C u á les son esas excep cion es?
R. P o r ejem plo, 1° E l P a p a en sus
52
E sta d o s, quiso tolerar á los Judíos,
con altos fines políticos y religiosos.
2o A l formarse una N ación nueva
(como los E stados U nidos) iba á
form arse de individuos y fam ilias
que profesaban diversas religiones.
N atural era que todas se toleraran
m utuam ente. Y así h a y otras.
P. ¿ H a y otros principios eq u ívo co só
m ezclados de bueno y m alo?
R . Y a está d icho que en lib era lis­
m o abundan. U n o m uy im p ortan te
es el siguiente: Porque en d eterm i­
nados países y d adas ciertas circu n s­
tancias, es conveniente, para que se
form en m uchos propietarios, que la
prop iedad no esté estancada ó com o
ellos dicen, am ortizada, quieren de­
d ucir qu e es lícito apoderarse por
fuerza d e los bienes d e la Iglesia.
P. ¿Én qu é consiste su error?
& Son d os errores; uno de hecho y
o tro dé derecho. E l prim ero con­
53
siste en no querer consultar la e x ­
periencia, pues precisam ente se iban
form ando m uchos pequeños cap ita­
les, á causa de los bienes de la Ig le ­
sia. Segundo. A u n suponiendo que
tuvieran ignorancia invencible de
este hecho, y de todos los dem ás b e­
neficios que resultaban de los bienes
eclesiásticos, y suponiendo aun más,
que la am ortización dañara al país
esto no es m otive para autorizar el
robo que consiste en tom ar lo age-
no contra la volun tad de su dueño.
P. Pues suponiendo que la am o rti­
zación causara m ales ¿qué debería
hacerse?
R . A cu d ir al Papa. N o puede su po­
nerse que la Iglesia y su Jefe visible
no atiendan á rem ediar un m al, y en
la historia consta que llevan su be
nignidad y prudencia, hasta á d is­
poner que cese un estado de cosas
que los gobiernos ju zg a n un m al,
54
aún cuando en realidad ese mal no
exista, ( i)
P. ¿P o d u as citarm e otro de esos
principios?
R. Si, y es este: C laro es que la I g le ­
sia es y debe ser independiente d el
poder civil, y que el E stado, en su
esfera, es independiente de la I g le ­
sia, puesto que ni la Iglesia pu ed e
d ar leyes en el órden civil, ni el E s ­
tad o pu ed e nada en el órden r e li­
gio so ; peroel liberalism o no e n tie n ­
d e así su principio. "In d ep en d en cia
en tre la Ig le sia y el E sta d o " sin o

í l ' En México, ménos que en ninguna parte,


tnvo razón de ser la ley de desamortización. “ La
eran acumulación de capita’ es” de que los libera­
les hablan, iba k c*»»r, el mismo clero iba ¡í desa­
mortizar p u s -propiedades. Sabido es que la re­
volución impidió la ejecución de un proyecto para
que la Iglesia mexicana vendiera todos g'is bienes
raíces, con objeto de establecer una r?d ferrocarri­
lera en el País. El I Sr. Labastida; Obispo de
Puebla, estaba á la cabeza de tal proyecto.
qu e valiéndose de palabras equ ívo ­
cas, convierte en un absurdo una
proposición que entendida en cierto
sentido es verdadera.
P. ¿ Pues como debe entenderse esta
independencia?
R. A n te s de tod o nótese que e l m is­
m o autor de la sociedad, el m ism o
a u to r del poder civil, es tam bién el
a u to r de la Iglesia y en consecuen­
cia la Iglesia y el E sta d o no pueden
s e r opuestos, ni m enos contrarios.
S on independientes, porque giran
en órbitas m orales distintas, pero
están y deben estar unidas, porqus
los m ism os hom bres que son fieles,
so n tam bién ciudadanos. E s decir,
q u e la órbita física en que giran
a m b os poderes es la m ism a. E l sa­
b io autor dé ellos lo dispuso d e tal
m anera, que puedan m archar d e un
me do arm ónico, pero sin chocarse

002778
56
y sin que sus a trib u cio n es se co n ­
fundan.
P. ¿En q u é en g a ñ a el liberalism o?
R. E n usar la p a la b ra independencia.
P. ¿En q u é está su error?
R . E n tom arla c o m o sin ón im o d e
destmión.
P. ¿Puede darse una regla p ráctica ?
R. Q u e los fieles o b ed ezca n , p o r fin
sobrenatural, á la s a u to rid a d es c iv i­
les, en tod o a q u ello qu e sea d e su
reso rte; y que los ciu d a d an o s (que
son los m ism o s)o b e d ezca n fielm en te
á la Ig le sia en su esfera de acción.
P. ¿Q u é resu ltad o daría esto?
R. L a Paz, el órden y la felicid ad d e
la N ación , com o N ación.
57

V I,

L O S L IB ER A LE S MODERADOS.

P, ¿Q ué dec/s de estos liberales?


R L o m ism o que de los otros.
P ¿Pues qué es el liberalism o m ode­
rado?
R . U n lib eralism o que se queda en
los pirncipios y no deduce las co n ­
secuencias.
P. ¿Por qué no las deduce?
R. Porque se asu sta de ellas.
P ¿Y es p o sib le profesar los p rin ­
cipios y no profesar las consecuen­
cias?
R. E l que así lo hace se en gaña á si
m ism o ó m ás bien pretende e n g a ­
ñarse,
P. ¿Por qué?
R Porque qu iérase ó no se quiera
58
las consecuencias están im bíbitas
en los principios.
P. ¿Y an te Dios serán m enos cu lp a ­
bles los liberales m oderados?
R. D e ninguna m anera, y a n te s bien
en cierto m odo son m ás cu lpables,
P . ¿Por qué esto?
R , P o r tres m otivos: i ° Porque c o ­
nocien do lo m alo d e las consecuen­
cias q u e se deducen d e sus princi­
pios, sin em bargo profesan estos.
A lg u n o s liberales con secu en tes, ó
puros, ó radicales, ó d em ag og o s, tie
nen á su favor que, a u n q u e cu lp ab le­
m ente, creen bueno to d o el sistem a.
2 o S i el lib eralism o se p resen ta
ra tal co m o es en realid ad , inspira*
ria repu gn an cia; pero estos m odera*
dos hacen que al p rin cip io solo se
vea u n a parte de él, c u y a m aldad
no esté á la vista, y así es com o h ay
m uehos adeptos. D esp u és poco á po­
co, y y a d esm o ralizado s los pu eblos
59
no se ssu stan de las consecuencias
que tarde ó tem prano se deducen.
3 ° S o n tam bién culpables ante
la razón, pues deberían exa m in ar
sus creencias, y la prueba de que no
lo hacen es que se quedan á m edias.
S i las exam in aran , com o están o b li­
gados, ó dejarían de ser liberales ó
lo sérian por com pleto,
P . ¿Podrías definir el liberalism o m o­
derado?
R , E s un liberalism o que avergo n ­
zándose de si m ism o, no se atreve á
m anifestarse tal cual es, y sostiene
ciertos principios, negando em pero,
ó no fijándose en las consecuencias.
P. ¿Y por qu é en ú ltim o resultado
es igual al franco ó descarado?
R. Porque la lógica, y el tiem po, d e­
ducirán necesariam ente las conse­
cuencias.
P. ¿E ste lib eralism o es el más co n ­
tagioso?
6o
R. Sí, y por eso es e) más culpable,
pues com o dijimos, la desm oraliza*
ción descargada repugna, y la hipo­
cresía acaba por corrom per co m p le­
tam en te el corazón,
P. ¿Qué decis de los que son lib e ra ­
les ño m as por conveniencia; por
obtener un em pleo, por figurar, etc?
R , Q u e com eten un pecado co n tra
el E spíritu Santo, y que si cu an to
antes no procuran reparar el e s c á n ­
d alo y salir de su m Kerable estad o,
está en un peligro ex tra o rd in a rio
su salvación .
P. ¿Pues qué no será lícito ser em ­
pleado de un gobierno liberal?
R N o se dice eso. L o m alo es ha­
cerse pasar por liberal.
M an ifestand o abiertam ente que
se es C atólico, siem pre que se haga
a lg o , siem pre que se hable, siem pre
que se ofrezca, nada hay de m alo
en servir un em pleo.
6i

V II

D e l L ib e r a lism o Ca t ó l ic o .

P. ¿Cóm o pudiera definirse al ca tó ­


lico liberal?
R . U n católico que creé com o im p ío
y viv e com o pagano.
P. ¿Por qué se dice que cree co m o
impío?
R- Porque no cree todo lo que cree
la Iglesia, porque no confiesa to d o
lo que la Ig lsia confiesa* y no c o n ­
dena todo lo que la Iglesia co n d e­
na.
P. ¿Y el que así se porta m erece el
títu lo de católico?
R . D e nin guna m anera, pues ba*>ta
disentir en un punto para dejar d e
serlo.
P. ¿Y esto por que?
R . P orqu e todo9 los principios d e la
62
R eligión tienen un m ism o fun da­
mento y así, negar uno de ellos, es
negar el fundam ento de todos.
P. ¿En qué yerran principalm en te
los católicos liberales?
R. £n que siendo la M aestra la S a n ­
ta Iglesia pretenden ellos ser M aes­
tros de ella.
P, ¿Pues qué alguna vez los fieles no
pueden corregir á la Iglesia?
R . N unca. Pretender hacerlo es se­
pararse de ella.
P . ¿Por qué?
R. P orque solo á los A p o sto le s y á
sus sucesores d ijo Jesucristo: Vosa*
tros sois la luz del mundo. Y ta m ­
bién les dijo: Id y enseñad á todas
las gentes.
P. ¿Por qué se añade que los lib era­
les ca tó lico s viven com o paganos?
R . Porque no se h allará un so lo c a -
„ tó lico que frecuentando los S a c r a ­
m entos, estan d o asiduo en la ora-
6S
ción, y finalm ente siendo buen ca­
tólico y viviendo como talt profese
los principios liberales.
P. ¿C uántas clases de católicos libe­
rales hay?
R. D os. U nos que abiertam ente se
confiesan com o tales, y otros que
sin con fesarlo, favorecen directa ó
indirectam ente, con sus ideas ó con
su m anera de obrar, á los liberales
dascarados.
P. ¿Son inofensivos los liberales ca­
tólicos?
R . A l con trario hacen m ás m ales
que los liberales puros. D e ellos d i­
jo el g ra n P ío I X que son una peste
perniciosísima.
P. ¿C uál es uno de los caracteres de
los lib erales católicos?
R. Q u e su conducta com o hom bres
p ú b lico s está en oposición con sus
cre e n cia s y con su cond u cta privada.
P. ¿ H a y o tro rasgo característico?
64
R. S in d u d a alguna. S i alg u n a v e z t
com o pu ed e suceder en to d a con.
tienda (dice M gr. Segur) los d efen ­
sores de la orto d o xia y de la S a n ta
Sede no m iden con m atem ática
o rto d o x ia al alcaoce de sus tiros, si
se colocan en una falsa posición,
sobre tod o si tienen que d esca g ar
golp es contundentes, por m ás que
en ello h a ya un mal, los ca tó lico s
liberales persiguen esta e x a gera ció n
de celo, en los herm anos, con m u ­
cho m ás rigor que la h o stilid ad
m anifiesta d el com ún en em ig o u )
P. Y sólo los C atólicos lib erales se
portan así?
R . N o por desgracia. M uchos que
no se creen tales se portan de esa
m anera, haciéndose ca tó lico s lib e­
les sin saberlo.

*1"! Ofrenda de los Jóvenes Católicos liberales


XII.
65
P. ¿H a y en esto mal de escándalo?
R. Ciertam ente, y hace notar el m is­
mo autor que unos católicos, d es­
pués de orar en el mismo tem plo y
tal vez de practicar el m ism o Pan
celestial, al salir de la Ig lesia se
lanzan inventivas mucho más acervas,
injustas y apasionadas que las que
guardan para los herejes y ateos.
¿Hay en eso mala intención? aña­
de : Nada de eso, ellos se engañan de
hiena fé. E l culpable es el liberalis­
mo católico. (i)
P. ¿Q ué debem os hacer para no ca e r
en el peligro del liberalism o c a tó ­
lico?
R . D esconfiar m ucho de todos aqu e-
llo sq u e.co n cualquier p retexto , a t a ­
quen las obras católicas ó á la pren sa
cató lica, ó á los círculos ca tó lico s.
Y sobre todo ser nosotros ca tó lico s

(1 ’ Idem.
66
en todo: "católicos de p ié sá cabeza
en nuestras ideas, en nuestros ju i­
cios, católicos en nuestras sim patías,
católicos en nuestras palabras, cató­
licos en todo y por todo, en n u es­
tros actos p ú b lico s y privados.n
P. ¿Tenem os deber de confesarnos
católicos?
R. Siem pre y en todas partes. C u i­
dando mucho, m uchísimo, de no
decir: Y o soy católico p e ro ........ E s
necesario que no haya pero?.
R. ¿Qué otro m edio hay?
R. Uno m uy im portante. L a m ayor
parte de los contagiados del libera­
lismo lo deben á no haber tenid o
cuidado en sus lecturas, en sus es­
tudios y hasta en las am istades que
frecuentan. Pues nosotros ponga­
mos en esto sum o cuidado. Sobre
todo, jam á s debem os leer periódicos
liberales.
§ ULTIMO .
Los I n d ifer e n te s.

I\ ¿Quiénes son los que han hecho


triunfar al liberalismo?
R . L o s indiferentes..
P. ¿Podréis explicaros?
R. A q u ello ? que siendo católicos en
el fondo, se contentan con afligirse
por los m ales de la Iglesia y de la
sociedad, pero sin querer em plear
sus fuerzas, m influjo, su caudal, en
el triunfo del bien. En una palabra,
los que llam ándose católicos m ás
bien debieran llevar el nom bre de
eg o ísta s, siendo así que nada es tan
opuesto á nuestra R eligión com o el
egoísm o.
P. ¿En qu é faltan castos?
R. En no tom ar parte a ctiva en Vas
obras cat 'licas. E n no fom entar la
68
prensa, en no formar círculos ó no
pertenecer á Jos formados, en no
hacer hasta sacrificios por las escue­
las católicas; en perm anecer indife­
rentes ante los ataques que los en e­
m igos hacen á la Iglesia; en una
palabra, en preferir su bien estar á
la salvación de la Patria.
P. ¿ Y son culpables éstos?
R. T a n to que sin ellos no. se hubiera
establecido el liberalism o en nin gu ­
na nación, y gracias á ellos está
haciendo progresos, y debido á ellos
que son la m ayoría, continúa en p a ­
cífica posesión.
N O T A .— S o lo con el valor de lo s
prim eros siglos podem os conservar­
nos cristianos en los últimos.

F IN .
-ÍNDÍCE-
Pag.
In tro d u cció n ....................... ............... 3.
§ I o E l L iberalism o R eligio so ... 7.
§ II. E l L ib eralism o político ........ 11.
§ III. P rin cipios liberales............. I5.
§ IV . P rin cipios C a tó lico s............. 33,
§ V . P rin cip io s m edio falsos, m e­
d io verd aderos...................... 4T.
§ V I . E l L ib era lism o m oderno... 57.
§ V I I . D e l L ib era lism o católico. 61.
§ U ltim o . L o s Indiferentes......... 67.
h s t e C a te c is m o v a l e d o ­
ce cen tavo s. P o r m ayor,
NUEVE.
fki
P u e d e p ed irse e n v ia n d o
el p re cio en esta m p illas del
C orrer;, á la casa d e co m e r­
cio d e V ic e n te F . G ó m e z,
calle d e L a g o s , letra A . en
:i I León. í- ------

V e r d a y e s ImjL

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