18 NEGOCIOS ANÁLISIS
INTERNACIONALES
AGROEXPORTACIÓN:
asombroso crecimiento, enorme
Y
a van 51 meses consecutivos de celebración por el
crecimiento de la producción y, en ese sentido, los
agradecimientos debieran dirigirse principalmente a
las exportaciones. Durante los 10 primeros meses del año,
estas han alcanzado los US$ 13,455 millones; es decir, 32%
más que el mismo período de 2004. Si bien la minería se
caracteriza por tener la mayor participación dentro del total
exportado (favorecida por la coyuntura de altos precios de los
metales), las exportaciones de productos agrícolas se están
consolidando como uno los rubros con mayor dinamismo.
Sin embargo, el sector presenta serios problemas y ries-
gos para su desarrollo: no cuenta con una Ley de Aguas,
existen trabas burocráticas enormes y sobrecostos logísticos,
una obsoleta infraestructura de riego y transportes, la proxi-
midad del vencimiento del ATPDEA y beneficios tributarios
que no llegan a quienes debieran beneficiar, entre otros. Si no
optamos por resolverlos, el potencial de crecimiento de nues-
tras agroexportaciones se verá mermado, más aun existien-
do el riesgo -mínimo, pero real- de que no se firme el TLC
con EE.UU.
Entre enero y octubre de este año, las agroexportaciones
crecieron en 23% respecto al mismo período del 2004. Y,
de mantener este ritmo de crecimiento, finalizarían el año
bordeando los US$ 1,375 millones. En el rubro tradicional,
el café sigue siendo el principal producto (17% del total de
agroexportaciones), principalmente dirigido a Alemania (31%)
y EE.UU. (24%). Recordemos que, tras caer desde 1998,
las exportaciones de café recién se recuperaron el año pasa-
do (creciendo 60%), aunque aún no alcanzan el nivel máxi-
mo registrado en 1997 (US$ 397 millones).
Excluyendo al café, los productos exportados más im-
portantes son los no tradicionales. El más destacado de estos
es el espárrago (14% del total), cuya producción se concen-
tra en Ica, La Libertad y Lima. Entre enero y octubre las ex-
portaciones de espárrago alcanzaron los US$ 191 millones
(9.3% más que en 2004). El 50% de estas van a EE.UU. y
otro 20% a España. Otros productos con sorprendente cre-
cimiento son la alcachofa y la páprika. La primera, procedente
de la sierra, acumuló ventas al exterior entre enero y octubre
por casi US$ 30 millones y en los últimos dos años creció a
tasas superiores a 200%. Los principales destinos: EE.UU.
(45%), España (38%) y México (13%). La páprika, cultivada
en la costa, registró exportaciones en los primeros 10 me-
ses del año por US$ 83 millones (64% mayor que en 2004).
El sector agroexportador está diversificando productos y
mercados. La uña de gato (procedente de la selva), por ejem-
plo, registró el año 2004 exportaciones por US$ 850,000
y se espera para este año un resultado similar. Tres cuartas
partes de las exportaciones de este cultivo se dirigen a EE.UU.,
Japón y Francia. Un caso similar es el de la maca, cuyas expor-
taciones superaron los US$ 3 millones en el 2004, siendo
Japón el principal demandante (más de la mitad de estas ex-
portaciones). Lo cierto es que hay una gran variedad de pro-
ductos con potencial de exportación: kiwicha, camu camu,
lúcuma, ajonjolí, chirimoya y guanábana, entre otros.
Este boom en las agroexportaciones está permitiendo un
desarrollo descentralizado, que se evidencia en el aumento
del empleo sobre todo en ciudades como Sullana (plátano),
Ica (espárragos) y Chincha (vid), donde el empleo en empre-
sas de 10 a más trabajadores, en los 9 primeros meses del
año, creció en 22.4%, 21.6% y 12%, respectivamente. Tam-
bién es indiscutible el crecimiento del consumo y los créditos
directos, así como de los ingresos tributarios en los departa-
mentos de La Libertad, Arequipa, Piura, Lambayeque e Ica.
En este contexto, firmar el TLC con EE.UU. es muy im-
portante para el desarrollo y crecimiento del sector agrícola.
Recordemos que según un estudio de Crecer1, el empleo
total (directo e indirecto) asociado a las exportaciones a
EE.UU. bajo los esquemas del ATPA/ATPDEA pasó de 5,678
puestos de trabajo en 1993 a 744,637 puestos de trabajo
en 2003 (60% del empleo directo dirigido al sector
agropecuario). Asimismo, en términos totales, las exporta-
ciones agropecuarias a EE.UU. contribuyeron en cerca del
5% al valor agregado directo de dicho sector.
Así las cosas, no firmar el TLC sería un grave error. No
sólo se perderían puestos de trabajo debido a que no habrá
renovación del ATPDEA, sino que además dejaríamos pasar
la oportunidad de generar mayor inversión, empleo, incre-
mentar nuestras exportaciones, así como ampliar el acceso
de los peruanos a productos de calidad y menor costo. Otra
oportunidad es negociar un TLC con la Unión Europea, dada
la fuerte demanda por nuestros productos agrícolas (princi-
palmente de Alemania, España e Italia) y porque dejaríamos
de depender de la limitación que supone tener que renovar
periódicamente el actual sistema de concesiones unilaterales
denominado Sistema de Preferencias Generalizadas (SPG),
que ese bloque económico nos concede.
Sin embargo, las agroexportaciones enfrentan una larga
lista de problemas que no fueron resueltos por la indecisión
política de esta administración y que, en su mayoría, deberían
formar parte de la agenda de corto plazo. Uno de ellos es la
carencia de una infraestructura de transportes eficiente, que
permita el acceso de los productos de las zonas más alejadas
del interior del país a los mercados internacionales. En esta
línea, el proyecto Costa-Sierra (28 vías de penetración que
conectan los centros de producción de los valles con los
centros de comercialización costeros) y otros para integrar
toda la cadena logística (aeropuertos y puertos) favorecerían
enormemente la integración.
Otro problema es la ineficiencia en la asignación y distribu-
ción del agua, producto de la ausencia de un marco claro que
establezca los derechos de uso sobre este recurso. Además,
la infraestructura es obsoleta, la tecnología de riego está muy
atrasada y la administración del agua es mala. A ello se agrega

potencial y tareas pendientes
la inexistencia de un mercado de aguas, que se traduce en la
falta de correspondencia entre las tarifas y el precio o valoración
del recurso. Recordemos que el sector agrícola nacional utiliza
como insumo productivo el 92% del agua aprovechable.
De esta manera, resultan indispensables una Ley de Aguas,
un marco regulatorio promotor de la inversión privada y tari-
fas en función del aprovechamiento de este recurso. Las
tarifas para fines agrícolas deberían incluir pagos por el dere-
cho de aprovechamiento, el vertimiento de aguas residuales,
el servicio de distribución y el mayor uso de la infraestructura
estatal hidráulica. Y, considerando los favorables resultados
de la Ley de Promoción Agraria sobre las inversiones y el
empleo en el sector (elevó el salario agrícola por encima del
salario industrial urbano), sería oportuno extender su vigen-
cia más allá del 2010.
Ante las desproporcionadas protestas de quienes se opo-
nen al TLC con EE.UU., amparadas en argumentos sin sus-
tento técnico, el Gobierno ha ofrecido compensar la produc-
ción de los únicos tres sectores potencialmente afectados
(maíz, algodón y trigo). Ojalá que tal compensación venga
condicionada a mejoras en la productividad y a la reconversión
IPE
Instituto Peruano de Economía
del sector agrícola hacia productos en los que tenemos ven-
tajas comparativas y competitivas y esté dirigido a los campe-
sinos de menores recursos. La compensación no debe con-
vertirse en otro eterno privilegio para unos pocos, a costa de
la mayoría de pequeños productores y de los consumidores
que pagan más de lo que deben para sostener la ineficiencia.
El potencial de la agroexportación es enorme, no solo
porque contamos con una extensa diversidad de cultivos,
por nuestras ventajas comparativas y por el fuerte crecimien-
to de la demanda en el exterior de estos productos, sino
también porque la firma del TLC con EE.UU. significará el
acceso a un mercado 180 veces mayor al nuestro. Sin em-
bargo, si no resolvemos oportunamente los problemas del
sector, todo esfuerzo por ganar mercados será en vano. El
Gobierno tiene la responsabilidad de la decisión. Es hora de
pensar en el futuro de los peruanos. „
1
Abusada, Roberto y otros. Impactos Sectoriales y Regionales de la Ley de
Preferencias Arancelarias y de Erradicación de Drogas (ATPDEA). Proyecto Crecer
(2004).