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ASTROLOGÍA CIENTÍFICA

Por José Alvarez López

Las vidas de astrólogos y cabalistas constituyen un conjunto de


biografías realmente interesantes que, curiosamente, no han motivado el
interés de historiadores ni novelistas.
Tal vez ello se deba a que para hacer las biografías de estos notables
personajes hay que conocer algo de sus ocupaciones astrológicas y
cabalísticas., quiero decir, conocer algo de astrología y cabalismo y ello, por
lo escondido de estos conocimientos, reduce las posibilidades de una
biografía.
Sin lugar a dudas la astrología fue una materia que ocupó a los
primitivos astrónomos a partir de Caldea y tanto es así, que los materiales y
herramientas de los astrólogos de hoy –horóscopos, zodíacos, cuadraturas,
conjunciones, etc– son todos conocimientos de origen caldeo que llegaron
hasta nosotros por la tradición greco-romana.
Con esto estamos diciendo que la Antigüedad no distinguía entre
astrónomos, astrólogos, matemáticos, etc. y tanto es así que el decreto contra
los astrólogos de Roma fue nominado la “expulsión de los matemáticos...”, y
su profesión –conjuntamente con la alquimia– se convirtió en un delito que
planeó sobre toda la cultura medioeval.
Y hablando de astrólogos, tenemos al famoso astrónomo Herschel –
descubridor del planeta Urano– quien, al mismo tiempo, ejercía la profesión
de astrólogo. Como en la Edad Media ya había “racionalistas” le increparon
a Herschel su actividad como astrólogo a lo cual contestó simplemente: “Es
natural que la hija deba alimentar a la madre...”
Más adelante –1600– apareció Kepler quien desarrolló un conjunto de
reglas astrológicas para el comportamiento de los planetas del Sistema Solar
que constituyeron las famosas “Leyes de Kepler” que todavía se enseñan en
las universidades pero que fueron suplantadas por la única Ley de la
Gravitación Universal de Newton, que fue el comienzo propiamente dicho de
la astronomía pues la “Mecánica Celeste” de Newton se ajustaba a los
lineamientos de una astronomía constituída como un mecanismo de relojería
que la única diferencia que tenía con los relojes de aquel tiempo es que no
necesitaba relojeros...
Pero las leyes de Kepler no tenían nada que ver con la mecánica y
tenían todavía el perfume “Creacionista” de la Astrología.
Esto se puede ver claramente contrastando el aburrimiento que
acompaña a todo estudio de astronomía con el entusiasmo explosivo y
delirante de Kepler cuando logró enunciar las Tres Leyes con que Dios,
según Kepler, había estructurado el Universo...
Creo que el pasaje de Kepler en que muestra su estado de ánimo
exaltado por el descubrimiento de las tres leyes merece ser recordado y por
ello lo incluyo:

“Nada me detendrá; aún así disimularé mi furia sagrada; estoy seguro


de imponerme a la humanidad con simplemente confesar que he
robado los vasos sagrados de los egipcios para edificar con ellos un
tabernáculo para mi Dios, más allá de las fronteras de Egipto...” Si me
desprecian, yo me río; si me ofenden los perdonaré; el libro está
escrito para que lo lean ahora o en la posteridad; no me importa por
quién... Puedo esperar cien años para un lector como Dios ha esperado
seis mil para un Observador...”

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