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BIBLIOTECA UNIVERSITARIA Pedagogía e historia

Ciencias Sociales y Humanidades


La historicidad de la pedagogía.
La enseñanza, un objeto de saber

Pedagogía Olga Lucía Zuluaga Garcés

Prólogo
Pedro Santana R.

Editorial Universidad de JA¡ ANTHROPO* Siglo d e l H o m b r e Editores


Anlioquia
Zuluaga Carees, Olga Lucía
Pedagogía e historia: la historicidad de la pedagogía, la enseñanza,
Un objeto de saber / Olga Lucía Zuluaga Garcés. - Santaíé de Bogotá :
Siglo del Hombre Editores, Anthropos, Editorial Universidad de
Antioquia, 1999.
212 p. ; 21 c m .
ISBN 958-665-017-0
1 .Pedagogía - Historia - Colombia 2. Prácticas de la enseñanza -
Historia - Colombia I. Tít.
370.9 cd 19 ed.
AGC4859

CEP - Biblioteca Luis-Angel Arango

La presente edición, 1999

© Olga Lucía Zuluaga Carees

© Anthropos Editorial
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XIX en Colombia". Financiado por Colciencias y la Universidad de
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siglohom@openway.com.co nal.
"La práctica pedagógica del siglo XIX". Olga Lucía Zuluaga G. y Je-
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llermo Sánchez M. Universidad del Valle.
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EL TRABAJO HISTÓRICO Y LA RECUPERACIÓN
DE LA PRÁCTICA PEDAGÓGICA*
(Notas metodológicas)

Desde hacía mucho tiempo el concepto de práctica peda-


gógica había sido desterrado del ámbito de la enseñanza por
el alud de las ciencias de la educación. Dos pedagogos nota-
bles, Herbart y Claparéde, hicieron uso de tal concepto indi-
cando el ejercicio de la enseñanza. He recogido esa tradición
para reivindicar la enseñanza como lo sustancial de la Peda-
gogía.
Y para indicar el contexto de la recuperación de la prácti-
ca pedagógica, como su rescate, quiero traer a cuento unas
ideas acerca de la Pedagogía y del maestro, en sus condicio-
nes institucionales de existencia, que han estado presentes
1
en el trabajo que emprendí desde 1975 y que en la actuali-
dad encuentra nuevos desarrollos en el proyecto "La práctica

• E s t e d o c u m e n t o fue p r e s e n t a d o al S e m i n a r i o s o b r e E d u c a c i ó n y P e d a g o g í a orga-
nizado por el Foro Nacional por C o l o m b i a en Medellin y Manizales en agosto y
octubre de 1984: al Seminario Latinoamericano sobre Alternativas para la E n s e -
ñ a n z a de la Historia de las Ciencias y la T e c n o l o g í a . Cali, n o v i e m b r e de 1984.
I m b r i c a d o e n e l Boletín d e l a A s o c i a c i ó n d e P r o f e s o r e s d e l a U n i v e r s i d a d d e
A n t i o q u i a . N o . 1 7 ( d i c i e m b r e d e 1 9 8 4 ) y e n Educación y Cultura, r e v i s t a , d e
Eccode. N o . 3 ( m a r z o de 1985). Finalmente, en el desarrollo del trabajo m e t o d o -
lógico se h a n hecho modilicaciones. ampliaciones y aclaraciones.
1 En el P r o y e c t o Filosofía y Pedagogía. C e n t r o de Investigaciones Educativas,
Facultad de Educación. Universidad de Antioquia.
pedagógica del siglo XIX en Colombia" . El maestro es el de- 2
procesan en objetivos instruccionales, reduciendo la enseñan-
signado en la historia como soporte del saber pedagógico. za de las ciencias a procesos de aprendizaje.
Sin embargo, otros le han hurtado su palabra y las institu- Mientras más inferior sea la situación cultural del maes-
ciones actuales del saber pedagógico no sólo han reducido la tro le es confiado en mayor medida su oficio metodológico.
Pedagogía a un saber instrumental sino que también al des- Entre otros sujetos que de una u otra manera se relacionan
conocer la historicidad de la Pedagogía han atomizado a tal con el discurso de las ciencias o de los conocimientos, hay
punto su discurso que otros sujetos de las ciencias humanas uno de ellos cuya forma de relación designa una opresión
se han repartido, a la manera de un botín, el complejo saber cultural y se establece a través del método: ese es el maestro.
de la Pedagogía. Queda como secuela que el maestro sigue Esta situación del maestro es reforzada por el estatuto de
siendo un peregrino de su saber y que su destino de peregri- saber instrumental que difunden las Facultades de Educa-
no es aprendido paradójicamente en las propias institucio- ción para el saber pedagógico.
nes del saber pedagógico. Como si los conocimientos estuvie- Pero a pesar de esa existencia instrumental de la Pedago-
ran hechos de una sustancia maleable y fuese preciso mode- gía en nuestra sociedad hay que empezar a arriesgarse, en la
larlos, como si el lenguaje de los conocimientos tuviera que investigación y en este largo proceso de diálogo, a una con-
ser mirado y enunciado a través de una rejilla, al maestro se ceptualización aproximada de Pedagogía. Entiendo por Peda-
le provee de un método para transformar el discurso del co- gogía la disciplina que conceptualiza, aplica y experimenta
nocimiento en contenidos para la enseñanza. los conocimientos referentes a la enseñanza de los saberes
La Pedagogía no es sólo un discurso acerca de la ense- específicos, en las diferentes culturas.
ñanza, sino también una práctica cuyo campo de aplicación Esta definición comporta cuatro características:
es el discurso. El médico, por ejemplo, enfrenta los conoci-
mientos médicos a la enfermedad y los instrumentos de in- 1. Es una herramienta para la polémica cuya intención
dagación de la misma se aplican al cuerpo. El maestro en- es criticar la apropiación que reduce la Pedagogía a una con-
frenta sus conocimientos pedagógicos al discurso de las "teo- cepción instrumental del método de enseñanza.
rías" o de las "ciencias" y el instrumento que utiliza para 2. Busca responder, inicialmente, a las acertadas deman-
ellos es el método de enseñanza. das que la historia de las ciencias le hace hoy a la Pedagogía
En nuestra sociedad se ha destinado al maestro la adecua- para plantear pluralidad de métodos de enseñanza de acuer-
ción del discurso de los manuales de ciencias, según la edad do con las particularidades históricas de formación de cada
de los sujetos que aprenden, para hacerlo asequible, graduarlo saber. Está impregnada de un deber ser más que de una
y calificarlo y desde estas formas de trabajo cotidiano en la realidad actual.
enseñanza, se ha instituido para el maestro, una forma de 3. Se ha formulado con base en la historicidad de la Pe-
relación con los discursos de las ciencias o de los saberes. dagogía: en la permanente presencia práctica o conceptual
Esta situación hace que el vínculo de los maestros con los de la enseñanza en las diferentes opciones de Pedagogía o de
conocimientos sea a través de la práctica pedagógica. Hablo de Educación.
adecuación del discurso de los manuales, por parte del maes- 4. Reconoce la adecuación social de los saberes en las
tro, porque en nuestras prácticas pedagógicas los manuales diferentes culturas.
de ciencias son el recurso didáctico más usado. Aun para la
tecnología educativa, los manuales son los contenidos que se Ahora bien, en este contexto amplio de Pedagogía y de su
horizonte conceptual, ¿qué significa rescatar la práctica peda-
2 L o s antecedentes de este proyecto de investigación, que hace parte del pro-
gógica, teniendo presente que partimos de una consideración
y e c t o i n t e r u n i v e r s i t a r i o Hacia una historia cíe la práctica pedagógica en Colom- de la Pedagogía como saber y como disciplina en formación?
bia, s e e n c u e n t r a n e n l o s s i g u i e n t e s d o c u m e n t o s : O l g a L . Z u l u a g a : Filosofía y
Pedagogía, 1976; Didáctica y conocimiento, 1977; Colombia: dos modelos de
su práctica pedagógica durante el siglo XIX, 1978.

10 11
RESCATAR LA PRÁCTICA PEDAGÓGICA
en su proyección social una lucha por rescatar, para el
maestro y a través del trabajo histórico, la práctica pedagógi-
Rescatar la práctica pedagógica significa en su sentido ca. Es historia de un saber en nuestra formación social y
más amplio: recuperar la historicidad de la Pedagogía, tanto como historia de un saber tiene su nexo conceptual y meto-
para analizarla como saber, como para analizar sus procesos dológico con la Pedagogía como saber historizado en su prác-
de formación como disciplina, trabajar con la discursividad tica. Es una investigación histórica acerca de la práctica pe-
de la Pedagogía y analizar la práctica del saber pedagógico en dagógica, pero no está realizada al margen de la Pedagogía,
nuestra sociedad. Entiendo por historicidad de la Pedagogía, ya que ella es su condición fundamental, pues al abordar el
el carácter positivo tanto de las fuentes como de la discursi- análisis de un discurso y de su práctica (práctica pedagógi-
vidad acerca de la enseñanza. Discursividad que registra no ca), en su condición de saber (modalidad del análisis), la
sólo objetos de saber sino también nociones, conceptos y delimitación del sujeto de saber (el maestro) y del saber apro-
modelos que dan cuenta de la búsqueda de sistematicidad piado, no se puede plantear por fuera del saber (¡a Pedago-
de la Pedagogía. gía), porque ella involucra tanto al sujeto de saber como al
Distingo entre el análisis de la Pedagogía como saber y el saber mismo. Esta aprehensión nos permite especificar los
análisis de sus procesos de formación como disciplina, para procesos de institucionalfzación del saber.
indicar que el saber no está referido solamente al pasado Lo anterior indica las particularidades que adquieren el
sino también al presente; en este sentido cubre la cotidiani- sujeto y el saber en las prácticas de saber de las formaciones
dad de la enseñanza, del maestro y de la escuela, en la ac- sociales, en nuestro caso la práctica pedagógica. La discursi-
tualidad. El análisis de la Pedagogía como disciplina designa vidad y su práctica son, pues, dos campos diferentes y a la
el estudio histórico de las modificaciones que han dado lugar vez relacionados, de necesario deslinde al hacer historia de
a los procesos de epistemologización de la Pedagogía. "Así, la los saberes. Para nuestro trabajo de invesügación, estos
consideración histórica es la que rectifica las perspectivas principios se traducen en efectos prácticos, proporcionándo-
restringentes propias de la consideración sistemática abs- nos la advertencia metodológica de que no hay que confun-
tracta; ella libera las formas actuales de la educación del dir Pedagogía con práctica pedagógica, tampoco Pedagogía
aislamiento consistente en la mera toma de datos y las resti- con Educación. En suma, hacemos historia de un saber en
tuye al contexto operante de pasado y futuro" . En los mo- 3
nuestra formación social y como historia de un saber tiene
mentos que vive la Pedagogía, el trabajo histórico de orienta- su nexo conceptual y metodológico con la Pedagogía.
ción epistemológica debe ser parte constitutiva de sus con- Hacer la historia de la práctica pedagógica no es asumir la
ceptualizaciones permitiendo que la vuelta al pasado la colo- práctica como la suma de las disposiciones legales o norma-
que en una apertura hacia nuevas posibilidades. tivas sobre la educación o sobre la enseñanza, ni como la
Definir la Pedagogía como saber y como disciplina la ca- práctica de cualquier sujeto que haya enseñado; hacemos
pacita, la potencia para vivir la crisis en que está imbuida, historia:
porque le da mayor polivalencia y le permite establecer múl-
tiples interdisciplinariedades sin perder mínimos principios a) De un saber que conlleva en su discurso una normati-
de agrupamiento, ni dejar de llevar a cabo, en determinadas vidad propia para su práctica, pero que también está sujeto
regiones, nuevas reconceptualizaciones. a la normatividad que le llega de la política de los saberes.
El proyecto actual de la historia de la práctica pedagógica b) De un saber que posee un sujeto históricamente defi-
que tiene sus raíces en el Proyecto Filosofía y Pedagogía, se nido: el maestro, como portador de un saber, pero que ha
inscribe en esta tarea de rescate, en un sentido más restrin- sido socialmente marginado, como portador y como produc-
gido, pero hace parte de aquel sentido más amplio. Significa tor de saber. Tanto la condición de la Pedagogía entre las
disciplinas como la condición del maestro entre los intelec-
3 F. N i c o l i n . Historia de la Pedagogía, p. 3 5 9 .
tuales, son subalternas.

12 13
Convencidos de que el pensamiento es acción, queremos reduciendo a un asunto de segunda importancia la naturale-
agitar la consigna de recuperar la práctica pedagógica; lo za de los procesos de saber que ocurren en la enseñanza.
cual no es gratuito, ya que la noción de práctica pedagógica Una de las consecuencias que ha tenido en nuestro medio
fue acuñada en el Proyecto Filosofía y Pedagogía, no sólo con la concepción transmisionista (léase instrumental) de la en-
un espíritu metodológico, sino también con una intención señanza, es que bajo el término educación se engloban la
polémica y estratégica.
escuela, la enseñanza y los sujetos que en ella participan,
como objetos de análisis, ya sea de carácter político, social o
histórico. Esas generalizaciones han impedido el análisis de
¿POR QUÉ HISTORIA DE LA PRÁCTICA PEDAGÓGICA? especificidades dentro de procesos complejos, y cuando se
trata de estudios históricos los "hechos educativos" acaban
En el centro del proceso de enseñanza es necesario colo- por ser el recuento cronológico de otras prácticas que, al fin
car al maestro y su saber para reconocer todos los elementos y al cabo, todo lo explican y lo envuelven.
que componen este proceso, de por sí complejo, y para devol- Las historias de la educación producidas en nuestra so-
ver a la enseñanza el estatuto de práctica de saber entre ciedad no son en su enfoque y en su objeto, para no hablar
prácticas. Sabemos que en nuestro medio, la enseñanza se ahora del método, producto o ausencia de una posición fren-
ha asumido como un evento de enseñanza-aprendizaje, pero te a la historia de las ideas o la historia de los saberes, sino
la naturaleza de esta práctica es pedagógica. Por eso en vez principalmente el resultado de concepciones generalizadoras
de invocar para el estudio de la enseñanza la pareja ense- de la enseñanza donde siempre es posible localizar la "evolu-
ñanza-aprendizaje, como el lugar teórico de esta práctica, se ción" como guía de periodizaciones que provienen del orden
rescata la Pedagogía como el discurso que posibilita al maes- jurídico, del orden político o del orden económico, y la pre-
tro ser el soporte de un saber específico circunscrito a las eminencia de la sociología como el marco del análisis y de la
prácticas que tienen lugar en las prácticas de saber, y como definición de los objetos de análisis. Esta operación con mar-
el lugar teórico que conceptualiza tanto acerca de la ense- cos teóricos y objetos de análisis menoscaba la importancia
ñanza como de las múltiples relaciones conceptuales y prác- de la concepción histórica. En suma, cualquier objeto es de-
ticas con las cuales entra en relación la enseñanza. Relacio- clarado suscepüble de historiografiar y, así las cosas, esos
nes escuela-sociedad; enseñanza-ciencia; enseñanza-cultu- objetos resultan como si no tuviesen historia propia dentro
ra; formación del hombre-conocimiento y cultura; formación de otras historias, y como si fuesen carentes de su propia
del hombre-conocimiento-sociedad, etc. La Pedagogía, lugar discursividad. El universal y despóüco discurso de la educa-
teórico o de saber, que tiene su propia historicidad. ción les presta identidad para recorrer los espacios de otros
Los conocimientos, cuyo modo de existencia cultural acontecimientos y de otras prácticas, sumiendo a su paso,
pasa por la prácüca de la enseñanza, encuentran en el en la marginalidad, el saber pedagógico.
maestro su primer depositario. Pero allí en la cotidianidad Al contrario de lo que antecede, la historia de la práctica
de la escuela los conocimientos parecen a simple vista dota- pedagógica se efectúa sobre su propia discursividad, sobre el
dos de un inocente e intrascendental destino, a tal punto propio régimen al cual estuvo sujeta, no necesita interrogar
que el maestro es pensado como el que "transmite" los co- otras prácticas para conferirse identidad porque ella está in-
nocimientos a la manera de un intermediario "neutro" que mersa entre otras prácticas sin que por ello se borre su especi-
opera con su palabra "metódica" en los procesos de ense- ficidad, y tiene así sus límites bien demarcados por el saber
ñanza-aprendizaje. pedagógico y por la práctica de ese saber en nuestra sociedad.
Pero esta concepción transmisionista no es más que un La historia de la práctica pedagógica posibilita el análisis
mecanismo de exclusión que expulsa al maestro y a su saber de las "formas de lo dicho", ya que en las prácticas de saber
de la enseñanza y que permite saltar de las puertas de la en la enseñanza, la Pedagogía produce "formas" de enuncia-
escuela a los "aparatos ideológicos" o al "sistema educativo", ción de los saberes. Esta aproximación permite la apropia-

14 15
un saber específico, delimitan la práctica del mismo saber en
ción de un capítulo de nuestra historia cultural, al convertir
una formación social dada.
en objeto de análisis la memoria del saber institucionalizado
El modelo metodológico en marcha puede nombrarse como
y de los sujetos que mediante él participan de una práctica.
el análisis de los saberes institucionalizados, para nuestro
Tratamos entonces de indagar en su funcionamiento institu-
caso, la Pedagogía en Colombia. Las tres instancias metodo-
cional la interioridad del discurso pedagógico y de su prácti-
lógicas que precisan el objeto histórico de la investigación
ca, lo cual implica considerar la Pedagogía no en sí misma,
son la institución, el sujeto y el saber pedagógico, seguidas
sino en un complejo de relaciones que posee su propia histo-
estas instancias en su proceso de institucionalización; a su
ricidad y que reencontramos en su condición de saber peda-
vez, esta noción se vincula, a nivel de la institución y del dis-
gógico. Sólo un estudio de carácter histórico puede mostrar
curso, a la noción de práctica pedagógica que comprende: los
el lugar que ha ocupado la práctica pedagógica entre las
modelos pedagógicos, tanto teóricos como prácticos, utilizados
prácticas de saber.
en los diferentes niveles de enseñanza; una pluralidad de con-
ceptos pertenecientes a campos heterogéneos de conocimien-
tos retomados y aplicados por la Pedagogía; las formas de fun-
L A METODOLOGÍA D E L A INVESTIGACIÓN cionamiento de los discursos en las instituciones educativas
donde se realizan prácticas pedagógicas; y las características
La recuperación de la práctica pedagógica debe apoyarse sociales adquiridas por la práctica pedagógica, en las institu-
ante todo en trabajos históricos que permitan, por una parte, ciones educativas, de una sociedad dada, que asigna unas
establecer el estatuto epistemológico de la Pedagogía y por funciones a los sujetos de esa práctica . 4

otra, las condiciones en que se le apropia como saber. Para Del sentido tan vago que asigna la educación a la Pedago-
estos fines el trabajo debe apoyarse: gía. Nombrándola de manera indeterminada como "lo peda-
gógico" y refiriéndola de manera exclusiva al método, enten-
a) En la historia de los discursos que nos enseña a recono- dido como meras operaciones, se distancia la noción de
cer en la práctica social espacios de formación o de bloqueo práctica pedagógica, al retomar la Pedagogía en su historici-
epistemológico para una disciplina, asimismo nos permite el dad y dotar lo pedagógico de un nuevo sentido: lo pedagógico
análisis de los procesos de epistemologización de un saber. como saber y como práctica, lo pedagógico como lo que per-
b) En la Pedagogía como un saber que puede ser analiza- mite a los maestros entrar en relación con el conocimiento;
do en su actual ejercicio cotidiano dentro del marco de un lo pedagógico como acontecimiento social susceptible de ser
saber meramente normativo que crea una escisión radical descrito en su especificidad histórica.
entre teoría y práctica. En tina palabra la Pedagogía tiene su historia y no es "lo
c) En la historia epistemológica, no para disponer de una pedagógico" que considera la educación actualmente.
normatividad que permita realizar la recurrencia sino para Entre nuestra intelectualidad existe la tradición equívoca
analizar los actuales problemas señalados por la crítica des- de considerar la educación como la ciencia y como la prácti-
de diferentes disciplinas o teorías. ca que dan cuenta de la relación escuela-sociedad y de los
diferentes aspectos de la enseñanza. Poco se ha pensado so-
La Pedagogía como disciplina y su ejercicio en nuestra bre este extraño significado que agota la Pedagogía en el ins-
sociedad colombiana, forma dos campos obligados en el tra- trumentalismo del aprendizaje. Pero esta posición desconoce
bajo para mantener la exigencia metodológica de que toda
práctica de saber tiene su propia discursividad, y que en ella
4 "Propuesta para orientar la investigación acerca de la Pedagogía en C o l o m b i a
se localiza el registro de los procesos de institucionalización en el s i g l o X I X " , e n : O l g a L. Z u l u a g a , Colombia: dos modelos de su practica pe-
a los cuales estuvo sujeta esa práctica de saber. dagógica durante el siglo XIX, P r o y e c t o F i l o s o f í a y P e d a g o g í a , C e n t r o de I n v e s -
tigaciones Educativas, Facultad de Educación, Universidad de Antioquia. M e -
Entiendo por proceso de institucionalización el conjunto
dcllín, 1978.
de reglas que para la institución, el sujeto y el discurso de

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16
que la Pedagogía ha pensado la enseñanza como práctica de LA INVESTIGACIÓN ACERCA DEL SABER PEDAGÓGICO
conocimientos en una sociedad determinada, y como el con- Y DE LA PEDAGOGÍA. EL TRABAJO PARA LOS PRÓXIMOS AÑOS
cepto integrador entre conocimiento, sociedad y cultura, que
la Pedagogía ha producido, históricamente, en el devenir de Es imprescindible para la recuperación de la práctica pe-
sus procesos de formación como disciplina. No existe, pues, dagógica, convertir las Facultades de Educación en institu-
si nos atenemos a la historicidad de la Pedagogía, la duali- ciones del saber pedagógico, y por ello me permito aquí nom-
dad Educación-Pedagogía, porque la Pedagogía acoge el co- brarlas como un lugar ideal para el trabajo histórico que
nocimiento para la formación del hombre en el contexto de la demanda la recuperación de la práctica pedagógica.
cultura y para la transformación de la sociedad. Y en este En las Facultades de Educación la investigación debe per-
sentido Pedagogía comprende la educación al indicar que si seguir, como objetivo central, la ubicación de las necesida-
el hombre se forma (educación) en la escuela, esa formación 5
des tanto teóricas como experimentales y de observación
tiene lugar a través de la enseñanza de los conocimientos y que demandan los replanteamientos exigidos, hoy, a la Peda-
de la relación maestro-alumno. gogía, desde muy diversos ámbitos. El trabajo para respon-
La noción de práctica pedagógica es una noción estratégica der a tales exigencias debe ser asumido por los intelectuales
en la metodología, no es todavía una definición de prácüca cuya identidad se deriva del saber pedagógico, es decir, los
pedagógica, es lo que caracteriza el objeto de análisis como un maestros.
objeto histórico complejo, para abordar el análisis de la Peda- El avance en los mencionados frentes de trabajo, a largo
gogía, en la perspectiva de la historia de los saberes. plazo, daría cuenta de la complejidad tanto de la práctica
Como historia del saber incluye el discurso de la Pedago- pedagógica como de la Pedagogía en su condición de discipli-
gía con "pretensión teórica"; como historia de un proceso de na que, en la actualidad, tiende a conceptualizar acerca de la
insütucionalización acoge los discursos de la Pedagogía enseñanza en sus más diversas dimensiones. La investiga-
apropiados en nuestra sociedad. No se trata de una estruc- ción acerca del proceso histórico de formación de la Pedago-
tura, se trata de un proceso susceptible de abordar, desde gía como disciplina, es la base, quizás la más firme para
diferentes modalidades, en la perspectiva de la historia de abordar las exigencias y perspectivas que le están plantean-
los saberes. do hoy, las teorías sobre el aprendizaje y el conocimiento, y
Tratándose de un objeto histórico-múltiple, el discurso de la historia de las ciencias. Si las facultades de educación
las prácticas en las cuales ha tenido su existencia es tam- como instituciones del saber pedagógico no asumen, desde
bién múltiple, de ahí la pluralidad de documentos que regis- la interioridad propia de la Pedagogía, tales perspectivas, vol-
tran el acontecer histórico de esa práctica. Una práctica de veremos a caer en el círculo vicioso de reducir la Pedagogía a
saber se encuentra dispersa en los registros que la han nor- los procedimientos, es decir, se abre paso a nuevas teorías de
matizado, en los que la han difundido, en los que la han las cuales sólo circulan los procedimientos y de manera muy
enunciado bajo modalidades justiñcatorias o explicativas, en restringida los conceptos.
los que le han dado existencia operativa, en los que la han Tal ubicación de necesidades exige un acercamiento in-
6
controlado, en los que la han textualizado. tensivo de la institución (Facultad de Educación - políticas
Este enfoque para analizar las prácticas de saber acoge los de investigación y de capacitación de profesores) a las disci-
documentos, no tanto como fuente, sino como Registro de plinas (teorías) que más propicien la identificación, el análi-
prácticas; el documento no es una fuente para hacerla hablar sis y la discusión de tales necesidades o espacios de trabajo
desde otra discursividad, es un registro donde ya se ha habla- por construir, entendiendo que es tarea histórica a que he-
do desde un ejercicio de saber, cruzado por instituciones, dis-
cursos, sujetos y prácticas diferentes; de ahí que se asuma el
5 O e s p a c i o de trabajo p o r construir.
documento, visto desde su discurso, como un tejido relacional
6 Se dice intensivo porque es un trabajo que requiere de muchos recursos
que permite una reescritura metódica de lo dicho. teóricos, documentales c intelectuales.

18 19
mos sido convocados los maestros y las Facultades de Edu- Si la Pedagogía no tuviera un campo práctico que es la
cación. enseñanza, si enseñar y aprender no fuesen los dos concep-
Los cursos de Epistemología y Pedagogía, de Historia de la tos que sirven de base al método de enseñanza, la escuela
Pedagogía, de Investigación Educativa y de Didáctica, deben nueva, por ejemplo, no hubiera conservado para la didáctica
7
ocupar un lugar preferencial, por ser el terreno propicio para el lugar de los procedimientos de enseñanza .
'tal ubicación. Pensadas como bloque de disciplinas pedagó- Todo conocimiento que quiera llegar hasta la Pedagogía
8
gicas deberán incluir, entre otras, como una línea de refle- tiene que pasar su prueba ante la didáctica , es decir, debe
xión plasmada en sus objetivos y contenidos, la apropiación ser capaz de plantear conceptos con eficacia práctica, aun-
por parte del estudiante de una historia de la Pedagogía que esto no quiere decir que ella sólo tolera conceptos prácti-
9
como disciplina y del saber pedagógico, no para invadir de cos. Herbart le confirió el valor de teoría de la instrucción , y
Pedagogía todas las disciplinas necesarias en la formación aunque no se plantee la vuelta a los conceptos de Herbart
del futuro docente, sino para construir herramientas concep- para aplicarlos hoy, sí hay que reivindicar que para él la
tuales y metodológicas que le permitan al maestro articular y didáctica no es un simple procedimiento, sino que ella se
a la vez diferenciar la "teoría pedagógica" (prefiero decir las inserta en los conceptos de la Pedagogía.
conceptualizaciones de la Pedagogía) y la enseñanza de los La reconceptualización puede realizarse desde diferentes
saberes específicos. enfoques, pero no desde cualquier enfoque, pues esta tiene
Hacer esto, es trazar el espacio de las articulaciones tanto sus límites tal como se acaba de señalar. Así Aracelli de Te-
de la Pedagogía con los saberes específicos, como de la Peda- zanos plantea que a través del concepto de trabajo es posible
gogía con los saberes que contribuyen al análisis de la ense- "generar una teoría (acerca) de la educación que atraviesa
ñanza, desde diferentes ángulos, para explicar o plantear su también una lectura critica de la tradición pedagógica con
compleja constitución; es también, y fundamentalmente, referencia a este concepto y a las diferencias entre trabajo
10

mostrar si existe y cuál es el espacio discursivo (conceptos, manual e intelectual" . La recuperación del concepto de tra-
nociones, modelos, métodos) qiie ha permitido al saber peda- bajo conlleva la reconsideración de la didácüca, "[...] ella
gógico realizar reconceptualizaciones en sus propios domi- puede resurgir en los procesos de interpretación de la reali-
nios de saber, considerado en su individualidad y no como dad escolar, cuando abandonemos la concepción metodolo-
un agregado de partes provenientes de otras disciplinas. Al gicista y / o taxonómica de objetivos, y repensemos el queha-
decir que hay saberes específicos que contribuyen al análisis cer de la escuela desde el trabajo, sus condiciones, formas y
de la enseñanza, de ningún modo se quiere significar que la contenidos, y desde allí podemos re-conceptualizar la rela-
11

Pedagogía es una suma de conocimientos. ción entre el enseñar y el aprender..." .


La Pedagogía posee un dominio discursivo (horizonte con- De otro lado, la Pedagogía alemana presenta una recon-
ceptual) para redefinir, especificar y reordenar conceptos, ceptualización antropológ ica. Así, en 1964 J. Derbolav, a la
modelos, justificaciones, aplicaciones e interrogantes que pregunta acerca de qué progreso ha hecho la Pedagogía en
provienen de otros campos del conocimiento o que se elabo- los últimos decenios, contesta, entre otras cosas, aunque
ran en el interior de su saber: en suma, la Pedagogía posee
un dominio capaz de reconceptualizar.
7 Véase E. Claparéde, Psicología del niño y pedagogía experimental.
Entiendo por dominio de reconceptualización la región 8 C u a n d o I l a n s Aebli aplica la psicología de J e a n Piaget a la didáctica e m p i e z a
discursiva, los conceptos, el campo práctico o los métodos de p o r preguntarse " ¿ Q u é es, en realidad, la didáctica? Es una ciencia auxiliar
de la pedagogía en la que ésta delega, para su realización en detalle, tareas
una disciplina o de un saber que se requieren para tomar educativas más generales". Hans Aebli, Una didáctica Jimdada en la psicología
posesión de conceptos, modelos o métodos de otra disciplina de Jean Piaget, p. 7.
o práctica. Este proceso se puede dar de la Pedagogía hacia 9 Véase Herbart, Bosquejo para un curso de Pedagogía.
10 Aracelli de T e z a n o s , "Maestros, Pedagogía, Cultura", e n : Educación, Pedagogía
afuera, y de modo inverso, de otras disciplinas o prácticas y Cultura, F o r o N a c i o n a l p o r C o l o m b i a , 1984, p. 2 7 .
hacia la Pedagogía. 11 7bi<±, p . 2 8 .

20
con toda cautela, que: 'la Pedagogía ha comenzado a meditar especificidad, la diferencia y la articulación entre los sabe-
sobre sus fundamentos antropológicos...' por el hecho de res específicos, las teorías del aprender y la Pedagogía. No
buscar un contrapeso al peligro interno y externo que para la hay que olvidar que estos tres campos de conocimiento se
Pedagogía significaban las interpretaciones biológico-psicoló- conjugan en el acontecimiento cultural y de saber que es la
gicas de la existencia humana..." . 12
enseñanza, Y la lectura, por así decirlo, de ese acontecimien-
En todo este trajinar por la historicidad de la Pedagogía to, la debe hacer la Pedagogía. A este punto debemos llegar,
hasta aquí esbozado, encontraríamos un beneficio inmenso, pues hasta ahora no ha existido tal lectura, sino la instru-
y es el de superar la historia de la Pedagogía como historia mentación de los saberes en el aula mediante procedimien-
de los autores, pues ni una historia del saber pedagógico, ni tos de aprendizaje, celebrados en un contexto que todo pare-
una historia de la Pedagogía como disciplina, podrán tomar ce explicarlo cuando invocamos el universal y despótico tér-
como fundamento, en detrimento de la historia de los con- mino educación.
ceptos, el análisis de los "aportes" de las figuras sobresalien- Y no es que se pretenda sustituir o borrar el término edu-
tes en la historia de la Pedagogía. La historia propuesta posi- cación del campo del saber pedagógico, lo que se plantea es
bilitaría el análisis, a nivel micro, de su condición de discipli- la necesidad de reubicarlo, pues en nuestra sociedad se ha
na y el conocimiento de las condiciones de su posibilidad convertido en principio de exclusión del saber pedagógico y
como saber. En esos análisis deben ser reubicados los auto- en legitimador de la concepción instrumental de la enseñan-
res. En suma, utilizar la recurrencia, no para hacer el re- za. Es también una antigua bisagra que une lo que las Cien-
cuento de lo que dijeron los autores, sino para historiar los cias Humanas pueden decir hoy a propósito de la sociedad y
conceptos, modelos, nociones, obstáculos, reordenamientos la escuela, mas no a propósito de la enseñanza como objeto
discursivos presentes en los procesos de formación de la Pe- del saber pedagógico.
dagogía como saber y como disciplina. Teniendo en cuenta los planteamientos anteriores sobre la
Comprender los procesos de formación del saber pedagó- importancia de los diferentes análisis históricos de la Peda-
gico, analizar los procesos de su formación como disciplina, gogía, la investigación en los próximos años debe abordar
comprender cuál es la naturaleza de la Pedagogía como dis- conceptos, nociones, aplicaciones y experimentos (ensayos)
ciplina y superar la historia de los autores y de las ideas como posibles campos de investigación que requieren el con-
pedagógicas, son trabajos que necesitamos emprender en los curso, no de una única teoría, ni de un único modelo de la
próximos años. Una de sus principales consecuencias para llamada "investigación científica" en nuestro medio, sino que
el maestro será convertir en objeto de análisis su práctica la heterogeneidad metodológica y de enfoque son condiciones
(docencia), gracias a la aprehensión de la naturaleza concep- necesarias, pero que siempre deben fundamentarse en la
tual, aplicada y experimental de la Pedagogía y gracias al historicidad de la Pedagogía.
conocimiento de la historicidad de la Pedagogía. ¿De qué ser- La orientación de la investigación para lograr la articula-
viría a un maestro, dados los retos que en la actualidad se le ción entre conceptualización pedagógica y práctica de la en-
plantean a la Pedagogía, a sus intelectuales y a sus institu- señanza, debería orientarse a la definición de problemas
ciones, conocer un método de enseñanza, un saber específi- acordes con los interrogantes por trabajar acerca de la natu-
co para enseñar (con sus características epistemológicas) y raleza de la Pedagogía como disciplina y como saber. Es de-
13
unas teorías sobre el aprender? cir, de la naturaleza tanto del saber pedagógico como de la
Precisamente, superar ese agregado de disciplinas y abrir Pedagogía y de la enseñanza, se debe derivar la naturaleza
paso a la Pedagogía, es la tarea más urgente para generar la de los objetos de investigación con el fin de colocar la formu-
lación de objetos de investigación, en el trabajo teórico de-
mandado, tanto por sus formas de existencia en la práctica
12 Karl Dienelt, Antropología pedagógica, p. 12.
pedagógica, como por el tipo de análisis que pueden soportar
13 U s o deliberadamente, en v e z del término aprendizaje, el término aprender
acuñado en el saber pedagógico. tales objetos. Esto implica comprender la forma como esos

22 23
problemas se insertan en los interrogantes que he enunciado
y comprender que la formulación de problemas de investiga-
ción no es un trabajo operativo, sino un trabajo conceptual
que debe inscribirse en el horizonte conceptual de la Pedago-
gía asumida como disciplina y como saber. Para que el tra-
bajo de investigación supere la hermenéutica que brindan
los marcos teóricos, externos, a la naturaleza conceptual de
los objetos.
Entiendo por naturaleza conceptual de los objetos, aque-
llas condiciones que debe reunir un objeto de investigación
para inscribirse en un marco de posibilidades, a la vez inter-
nas y a la vez relaciónales, circunscritas al espacio más EL SABER PEDAGÓGICO Y SU ARCHIVO
abierto de un conocimiento (discurso) que es su espacio de
saber. Corresponderá posteriormente analizar, en otra di-
mensión de la investigación, si esas investigaciones se pue-
den inscribir en las búsquedas de ese saber como disciplina,
de acuerdo con las preguntas que trabaje la recurrencia a
partir de problematizar la actualidad del saber pedagógico.
Así, la investigación histórica que demanda la recupera- En toda sociedad el discurso se produce mediante la inte-
ción de la prácüca pedagógica, en los próximos años, acoge- racción de unas reglas que configuran una práctica discursi-
ría la historicidad de la Pedagogía, como norma fundamental va como regularidad ajena a las determinaciones del sujeto
para sus elaboraciones. parlante. Dichas reglas no son dadas a la conciencia de los
Esa norma debería ser representativa de la comunidad hombres, así como tampoco "su historia, su economía, sus
intelectual, "de la cual debe hacer parte el maestro", que prácücas sociales, la lengua que hablan, la mitología de sus
invesüga en cualquiera de los campos internos y relaciónales antepasados, hasta las fábulas que les contaban en su in-
de la enseñanza. fancia, obedecen a unas reglas que no han sido dadas todas
1

En conclusión, el trabajo de los próximos años, no debe ellas a su conciencia..." .


emprenderse con la elaboración de marcos teóricos explica- El discurso como práctica reglada y no como realización
tivos; deberá abordarse desde conceptualizaciones y nocio- de los sujetos, constituye el saber en la sociedad. "Los cono-
nes pedagógicas ancladas en la historicidad de la Pedago- cimientos, las ideas filosóficas, las ideas cotidianas, así como
gía, conceptualizaciones y nociones que lejos de despreciar las instituciones, las prácticas comerciales y policíacas, las
lo concreto, lo operativo y lo aplicado, cumplen una función de costumbres, todo se refiere a un saber implícito propio de
2
construcción y de reconceptualización en el horizonte de la Pe- esta sociedad" .
3
dagogía. El saber se encuentra disperso en los diferentes registros

1 Michel Foucault, La arqueología del saber, p. 354.


2 M i c h e l F o u c a u l t , e n : R a y m o n d B e l l o u r , El libro de los otros, p. 9.
3 " N o es necesario subrayar la importancia antropológica de este saber implíci-
to, i m p o r t a n c i a q u e no es e x a g e r a d o s u p o n e r que e x c e d e en m u c h o a la de la
m i s m a ciencia, y a q u e es, tal c o m o l o caracteriza Foucault, u n a d e s u s c o n d i -
ciones de posibilidad, y también, aunque Foucault no lo destaque, el punto de
r e t o m o p o r el q u e la c i e n c i a (o las e x t r a p o l a c i o n e s de teorías científicas) irra-
d i a y e m b e b e e l c u e r p o s o c i a l : s u f o r m a h a b i t a b l e " , M i g u e l M o r e y , Lectura d e
Foucault, p . 2 0 .

24 25
que su práctica genera y "es diferente de los conocimientos conocimientos en diversos períodos, se localiza gran variedad
que se pueden encontrar en los libros científicos, las teorías de documentos tales como: manuales, ensayos, teorías, re-
filosóficas, las justificaciones religiosas, pero es el que hace glamentos, informes. Así en una historia del saber pedagógi-
posible, en un momento dado, la aparición de una teoría, de co se pueden incluir, y no por capricho —sino por razones
4
una opinión o de una práctica" . Al analizar la práctica de un del método histórico—, el Manual del sistema de enseñanza
saber debe este asumirse "como condición de la posibilidad mutua de Lancaster, compuesto de un cúmulo de prescrip-
5
de conocimientos, de instituciones y de prácticas" . ciones, el Bosquejo para un curso de Pedagogía de Herbart
que buscó la sistematicidad, un reglamento de una escuela
Normal elaborado por una entidad administrativa y un ma-
EL S A B E R P E D A G Ó G I C O nual de enseñanza de lectura. El archivo contiene los discur-
sos de los registros a que da lugar el ejercicio de un saber.
Para hacer historia del saber pedagógico es necesario rea- Con esos registros se efectuará un análisis enunciativo siem-
lizar un análisis enunciativo de los discursos objeto de estu- pre y cuando sea posible determinar para las actuaciones
dio. Decimos saber pedagógico porque hemos asumido la Pe- verbales sus condiciones de existencia.
dagogía como saber. El saber es el espacio más amplio y
abierto de un conocimiento, es un espacio donde se pueden
localizar discursos de muy diferentes niveles: desde los que ENUNCIADO Y FUNCIÓN ENUNCIATIVA
apenas empiezan a tener objetos de discurso y prácticas
para diferenciarse de otros discursos y especificarse, hasta Toda vez que el análisis enunciativo es el soporte de la his-
aquellos que logran una sistematicidad que todavía no obe- toria del discurso, en la Arqueología del saber Foucault se ocu-
dece a criterios formales. Es decir, el saber nos permite ex- pa de delimitar la noción propia de enunciado para la arqueo-
plorar desde las relaciones de la práctica pedagógica hasta logía, al diferenciarlo de otros análisis próximos pero desplaza-
las relaciones de la Pedagogía, así: primero de la práctica dos, por el nuevo estatuto que le asigna como acontecimiento
pedagógica con la educación, la vida cotidiana de la escuela de discurso. La proposición que reconocen los lógicos, la frase
y el entorno sociocultural que la rodea, pasando por las rela- que aceptan los gramáticos y el speech act que definen los
ciones con la práctica política. Segundo de la Pedagogía con analistas anglosajones, no aportan directrices para identificar
la Didáctica, su campo de aplicación y de articulación con los enunciados. "Para el análisis lógico es lo que 'queda cuan-
los saberes enseñados; con las Ciencias de la Educación; do se ha extraído y definido la estructura de la proposición;
con la historia de la educación y de la Pedagogía que los para el análisis gramatical, es la serie de elementos lingüísti-
historiadores de las ideas toman como historia de su "pro- cos en la que se puede reconocer o no la forma de una frase;
greso"; y con las teorías que le han servido de modelo o de para el análisis de los actos del lenguaje aparecen como el
apoyo para su conformación. cuerpo visible en que estos se manifiestan" . 6

Con la adopción del término saber para la Pedagogía, se No es nuestro objetivo seguir el hilo de la exposición de
busca destacar la movilidad que brinda al investigador para Foucault sobre las diferencias del enunciado con la frase, la
desplazarse desde las regiones más sistematizadas hasta los proposición y el speech act Buscamos conformar un marco
espacios más abiertos que están en permanente intercambio de vocabulario que nos aclare las nociones de saber y de
con las ciencias humanas y otras disciplinas y prácticas. archivo. Por encontrarse el enunciado involucrado en frases
Dados los diferentes niveles de los discursos que se en- y en proposiciones, debemos preguntarnos: no siendo una
cuentran en un saber y de acuerdo con el estado de los unidad reducible a la frase o a la proposición, ¿de qué mane-
ra está presente en ellas?
4 Michel Foucault, en: R a y m o n d Bcllour, op. cit. p. 9.
6 M i c h e l F o u c a u l t , La arqueología del saber, p. 140.
5 Ibíd.

26 27
"Si se acepta llamar actuación verbal a todo conjunto de REGLAS DE FORMACIÓN
signos producidos a partir de una lengua natural (o artificial)
se podrá llamar formulación al acto individual (o en rigor, Se habrá realizado un análisis enunciativo del saber pe-
colectivo) que hace aparecer sobre una materia cualquiera y dagógico si se describen las condiciones históricas de for-
de acuerdo con una forma detemiinada ese grupo de sig- mación del discurso que cruza los registros del Archivo Pe-
7
nos" . Para comprender qué es un enunciado debemos ob- dagógico. Pero el archivo no se compone del amontonamien-
servar que el discurso de los registros está construido a par- to de los enunciados en toda su extensión. Aunque se clasi-
tir de un conjunto de signos. "Se llamará frase o proposición ficaran los registros por épocas o por materia, no podríamos
las unidades que la gramática o la lógica pueden reconocer decir por ello que tenemos un criterio histórico de agrupa-
en un conjunto de signos [...] Se llamará enunciado a la mo- ción de los discursos superando así la idea del amontona-
8
dalidad de existencia propia de este conjunto de signos" . miento. El archivo, más allá de la masa de textos que con-
Los discursos producidos y acumulados por una sociedad tiene, se forma mediante reglas que permiten ubicar en él,
conforman un archivo de enunciados que es diferente a la no un discurso general, sino grupos de discurso diferentes y
suma de frases o proposiciones contenidas en los registros y a la vez articulables. Para un trabajo arqueológico se dispo-
que está conformado por grupos de enunciados que son ante ne de "cuatro criterios que permiten reconocer unidades
todo portadores de una función enunciativa. El enunciado es discursivas que no son las unidades tradicionales (ya sea el
9
el "átomo del discurso" y como portador de una función se 'texto', la 'obra', la 'ciencia'...). Estos cuatro criterios no sólo
apoya en frases y proposiciones a las cuales confiere conte- no son incompatibles, sino que se requieren unos a otros: el
10
nidos concretos en el tiempo y en el espacio . primero define la unidad de un discurso por la regla de for-
13
El enunciado está siempre involucrado en frases y propo- mación de todos sus objetos" , el segundo por las reglas de
siciones "o incluso en secuencias de signos que no obede- formación de las enunciaciones, el tercero por las reglas
cen a sus leyes (y que pueden ser listas, series al azar, cua- de formación de los conceptos, el cuarto por las reglas de
11
dros)" . Una lista de enseres para la escuela, los cuadros formación de las elecciones temáticas. Tales reglas son "las
estadísticos de estudiantes por región, no están construidos condiciones a que están sometidos [...] los objetos, las enun-
14
por normas gramaticales y sin embargo son enunciados. El ciaciones, los conceptos y las elecciones temáticas" . Sobre
estar involucrado en frases o proposiciones no quiere decir estos cuatro criterios se tratará en los subtítulos que siguen
que el enunciado cobre identidad a partir de las reglas de al presente.
construcción que la gramática y la lógica prescriben. El Las reglas de formación "son condiciones de existencia
enunciado es una función que se ejerce verticalmente con (pero también de coexistencia, de conservación, de modifica-
relación a tales unidades; "más que un elemento entre otros 15
ción y de desaparición)" . Si se elabora una arqueología de
[...] se trata más bien de una función [...] que permite decir, la Pedagogía Experimental de la Escuela Nueva, la encon-
a propósito de una serie de signos, si están presentes en traremos ligada a las historias de la Psicología del niño, de
12
ella o no" . la Biología y de la Medicina, pero también a las condiciones
de la infancia después de la Primera Guerra Mundial. La
Pedagogía Experimental desplazó el discurso de las faculta-
des como centro de la enseñanza, conservó la Didáctica en-
tre las disciplinas de la educación y mantuvo los elementos
7 Ibid. P- 179.
8 Ibid. P- 1 8 0 .
9 Ibid. P- 1 3 3 . 13 M i c h e l Foucault, "Respuesta al círculo de epistemología", en: P. B u r g e l i n y
10 Ibid. P. 1 4 5 . otros, Análisis de Michel Foucault, pp. 252-253.
11 Ibid. P. 1 8 7 . 14 Michel Foucault, La arqueología del saber, pp. 62-63.
12 Ibid. P- 1 4 4 . 15 Ibid., p . 63.

28 29
del campo práctico de la Pedagogía: el maestro, el niño, la médicos, objetos que se manifiestan en descripciones patoló-
escuela, el conocimiento enseñado y los procedimientos; a gicas, objetos que están como cercados por códigos o recetas
la vez, en este mismo campo introdujo modificaciones; por de medicación, de tratamiento, de cuidados" . 17

ejemplo, en la relación del maestro y del niño con los cono- En la historia de la locura escrita por Foucault la disper-
cimientos. sión mayor se presentó en los objetos. En primer lugar, los
Si se pueden establecer conjuntos de discurso es porque enunciados que se refieren a la locura no presentan "todos el
las reglas de formación constituyen los instrumentos para his- mismo nivel formal (están lejos de responder a los criterios
toriarlos de tal manera que permiten relacionarlos con histori- requeridos para un enunciado científico)" . En segundo lu- 18

cidades diversas de discurso y de prácticas. Las agrupaciones gar, los campos semánticos en que se inscriben son diferen-
del archivo no dependen de criterios encontrados en los mis- tes, "unos dependen de la semántica médica, otros de la se-
mos textos; por el contrario, las reglas de formación, al cruzar mántica jurídica o administrativa; otros utilizan un léxico
los textos, los vuelven susceptibles de pertenecer a un conjun- 19
literario" . Pero todos designan, aunque de diferente mane-
to de discurso. ra, la locura.

LA FORMACIÓN DE LOS OBJETOS LA FORMACIÓN DE LAS MODALIDADES ENUNCIATIVAS

La unidad que un objeto confiere a un discurso, no indivi- Esta vez la agrupación de un discurso no presenta una
dualiza, paradójicamente, un objeto único, sino que describe modalidad única de enunciación; enunciados dispersos y
una dispersión de objetos. Aunque los enunciados se refie- heterogéneos coexisten, sin obedecer a un encadenamiento
ran a un mismo objeto, en los diferentes conjuntos de dis- único y lineal. Tenemos, entonces, una dispersión de for-
cursos o de prácticas que lo nombran, lo utilizan, lo definen mas de enunciación que hacen entrar en relación elementos
o lo excluyen, no se trata de un mismo objeto. Así, la unidad diferentes: unos se refieren al estatuto de los sujetos que
de un discurso es "el espacio común en que diversos objetos enuncian y usan el discurso, otros se refieren a las condi-
16
se perfilan y transforman continuamente" . Pero ese espacio ciones técnicas e institucionales de su aplicación y de su
común es múltiple: está compuesto por prácticas, discursos verificación, otros se refieren a las posiciones que un sujeto
e instituciones en los cuales el objeto emerge en superficies puede tomar en relación con los objetos. Las reglas de for-
heterogéneas hasta recibir un estatuto que lo haga nomina- mación darán cuenta de los nexos del sujeto con el discurso
ble y descriptible; recibe delimitación desde diferentes instan- que enuncia desde reglas que él no determina y a las cuales
cias; recibe especificación en su pluralidad mediante diferen- "está subordinado todo sujeto desde que toma parte en el
tes prácticas y discursos que le imprimen diferencias, rela- discurso" . 20

ciones o exclusiones entre sí. Acerca de la enunciación en la historia de la clínica, Fou-


La unidad de los discursos sobre la locura fue analizada cault anota: "En realidad la unidad del discurso clínico no es
(en su dispersión) en la historia de la locura por Foucault. una forma determinada de enunciados, sino el conjunto de
Tal unidad no se establece sobre la "existencia" del objeto las reglas que hicieron simultánea o sucesivamente posibles
locura, "sería el juego de las reglas que hacen posible duran- descripciones puramente perceptivas, pero también observa-
te un período determinado la aparición de objetos, objetos ciones mediatizadas por instrumentos, protocolos de expe-
recortados por medidas de discriminación y de represión, ob-
jetos que se diferencian en la práctica cotidiana, en la juris-
17 Michel Foucault. La arqueología del saber, p. 53.
prudencia, en la casuística religiosa, en el diagnóstico de los 18 " R e s p u e s t a a l c í r c u l o d e e p i s t e m o l o g í a " , e n : op. c f t , p . 2 4 0 .
19 ¡bid.
20 Annie Guedez, Lo racional y lo irracional. Introducción al pensamiento de Mi-
16 M i c h e l F o u c a u l t . " R e s p u e s t a a l c í r c u l o d e e p i s t e m o l o g í a " , e n : op. cit, p . 2 4 2 . chel Foucault, p. 70.

30 31
riendas de laboratorio, cálculos estadísticos, comprobacio- inversa formulada por los utilitaristas, parten de un mismo
nes epidemiológicas o demográficas, reglamentos institucio- juego de conceptos no muy amplio y aceptado por las posi-
21
nales y decisiones políticas" . ciones en conflicto: se definía la moneda como un signo (re-
presentación del valor), se explicaba el precio por el mecanis-
mo del trueque y por la cantidad de trabajo necesaria para la
LA FORMACIÓN DE LOS CONCEPTOS obtención de la mercancía, se fijaba el precio del trabajo por
el costo del mantenimiento de un obrero y su familia durante
Existe en una formación discursiva un grupo de concep- 25
el tiempo de la obra . Es éste el caso de opciones teóricas
tos dispares cuyas relaciones conforman una "red teórica", la dentro de un mismo discurso.
cual no debe entenderse como "un grupo de conceptos fun- En cuanto a la relación del análisis de las riquezas con las
damentales que reagruparían a todos los demás y permiti- prácticas no discursivas, Foucault anota que desempeñó "un
rían reubicarlos en la unidad de una arquitectura deductiva, papel, no sólo en las decisiones políticas y económicas de los
sino más bien la ley general de su dispersión, de su hetero- gobiernos, sino en las prácticas cotidianas, apenas concep-
geneidad, de su incompatibilidad (ya sea simultánea o suce- tualizadas, apenas teorizadas, del capitalismo naciente, y en
22
siva): la regla de su insuperable pluralidad" . Esta vez, las las luchas sociales y políticas que caracterizaron la época
reglas permitirían "describir la organización del campo de clásica" . 26

23
enunciados en el que aparecen y circulan" los conceptos.
Tal organización se da en un nivel "preconceptual" que no se
pregunta por las estructuras ideales ni por la coherencia de DISCURSO Y FORMACIÓN DISCURSIVA
los conceptos; tal organización se plantea al nivel del discur-
24
so mismo como "lugar de emergencia de los conceptos" . Siendo el saber el espacio más abierto y amplio de un
conocimiento, los discursos producidos no son estrictamente
científicos, por lo tanto no tienen un objeto único alrededor
L A FORMACIÓN D E LAS ESTRATEGIAS del cual se construyen proposiciones, ni tienen un orden de-
ductivo sus conceptos. En el discurso de los saberes encon-
A partir de ciertos grupos de objetos, de ciertas organiza- tramos pluralidad de objetos y heterogeneidad de conceptos.
ciones conceptuales y de ciertos tipos de enunciación, un Se trata entonces de dispersiones que se localizan en regis-
discurso específico puede dar lugar a temas o teorías que tros muy diversos.
convencionalmente Foucault llamó "estrategias". Al interior Cuando el análisis enunciativo describe las condiciones
de un saber existen posibilidades, es decir, opciones de dis- de existencia de una dispersión, el conjunto logrado se deno-
curso que se presentan en el espacio de la misma formación mina formación discursiva, la cual es, en sentido estricto, un
discursiva, en sus nexos con otras formaciones discursivas y 27
grupo de enunciados . Debemos ahora disponer de la defi-
en relaciones con las prácticas no discursivas. Así, en el aná- nición de discurso: "conjunto de enunciados que dependen
lisis de las riquezas se encuentran dos opciones diferentes de un mismo sistema de formación" . Es decir, el discurso 28

para explicar la formación del valor: la una a partir del inter- "es un conjunto de enunciados en tanto que dependan de la
cambio, la otra a partir de la retribución de la jornada de misma formación discursiva" . 29

trabajo. Pero estas dos opciones, la de los fisiócratas y la En la historia de los saberes las unidades que se individua-

25 Michel Foucault, "Respuesta al círculo de epistemología", p. 2 5 1 .


21 Michel Foucault, "Respuesta al círculo de epistemología", p. 245. 26 M i c h e l F o u c a u l t , La arqueología del saber, p. 111.
22 Ibid., p . 2 4 9 . 27 Ibid.. p p . 194-195.
23 Michel Foucault. La arqueología del saber, p. 92. 28 Ibid.. p . 181.
24 Ibid., p . 101. 29 íbíd., p. 198.

32 33
lizan se llaman formaciones discursivas, "evitando así palabras PRÁCTICA DISCURSIVA
demasiado preñadas de condiciones y de consecuencias, in-
adecuadas por lo demás para designar semejante dispersión El concepto de función enunciativa nos sirve de puente
30
como 'ciencia, o 'teoría', o 'dominio de objetividad' " . A propó- para comprender el concepto de práctica discursiva, y con
sito del saber pedagógico, las historias que realicemos darán ello se demuestra que la función enunciativa no es una for-
lugar a descripciones de formaciones discursivas. Así, el archi- ma ideal que viniera a moldear los discursos; ella está gober-
vo pedagógico está escondido por las formaciones discursivas nada por una prácüca: la práctica discursiva, noción que se
que en él sea posible particularizar. define como el "conjunto de reglas anónimas, históricas,
Los elementos de las dispersiones que recogen las forma- siempre determinadas en el tiempo y el espacio que han defi-
ciones discursivas son: los objetos, las enunciaciones, los nido en una época dada, y para un área social económica,
conceptos y las elecciones temáticas. "Este sistema de cuatro geográfica o lingüística dada, las condiciones de ejercicio de
33
niveles que rige una formación discursiva y debe dar cuenta, la función enunciativa" .
no de sus elementos comunes sino del juego de sus separa- Ahora bien, el conjunto de discursos formado a partir del
ciones, de sus intersticios, de sus distancias —en cierto sistema de positividad que actúa a través de la práctica dis-
modo de sus blancos, más que de sus superficies cubier- cursiva, y manifestado en la unidad de una formación discur-
31
tas—, esto es lo que se llama su positividad" . siva es un saber. Una formación discursiva se analiza como
Si el concepto de formación discursiva indica la unidad de un saber cuando se consideran los objetos, las formas de
una dispersión y si las reglas de formación constituyen las enunciación, los conceptos y las elecciones teóricas, "tales
herramientas para describirlas, ¿cómo están ligados entre sí como están Investidos en una ciencia, en una receta técnica,
los registros del archivo? "Las obras diferentes, los libros dis- en una institución, en un relato novelesco, en una práctica ju-
persos, toda esa masa de textos que pertenecen a una mis- rídica o política, etcétera" . 34

ma formación discursiva [...] todas esas figuras y esas indivi-


dualidades diversas no comunican únicamente por el enca-
denamiento lógico de las proposiciones que aventuran, ni ARCHIVO
por la recurrencia de los temas, ni por la terquedad de una
significación transmitida, olvidada, redescubierta; comuni- El discurso no es una producción a voluntad del sujeto
32
can por la forma de positividad de su discurso" . parlante, ni es una expresión de las ideas; es una práctica y
La positividad define para un discurso un espacio limita- en tanto que práctica lo aprehendemos en el archivo porque
do de comunicación puesto que su sistema fija el campo de éste "hace aparecer las reglas de una práctica que permite a
acción de la práctica discursiva. Por esto, analizar positivi- la vez a los enunciados subsistir y modificarse regularmen-
35
dades es establecer de acuerdo con qué reglas una práctica te" . El Archivo "es el sistema general de la formación y de la
36
discursiva puede dar lugar a grupos de objetos, conjuntos transformación de los enunciados" .
de enunciados, juegos de conceptos, series de elecciones De la trama del archivo, la historia de las cosas dichas se
teóricas. reescribe con herramientas de la arqueología. Esta estrategia
de análisis, "designa el tema general de una descripción que
interroga lo ya dicho al nivel de su existencia: de la función
enunciativa que se ejerce en él, de la formación discursiva a

33 Ibid., p . 198.
30 Ibid., p . 6 2 . 34 M i c h e l F o u c a u l t . " R e s p u e s t a a l c í r c u l o d e e p i s t e m o l o g í a " , e n : op. cit, p . 2 5 8 .
31 M i c h e l F o u c a u l t . " R e s p u e s t a a l c i r c u l o d e e p i s t e m o l o g í a " , e n : op. cit. p . 2 5 3 . 35 Michel Foucault. La arqueología del saber, p. 221.
32 Michel Foucault, L a arqueología del saber, p. 215. 36 Ibid.

34 35
que pertenece, del sistema general de archivo de que depen- vas; una que se aprehende en su relación con el discurso de la
de. La arqueología describe los discursos como prácticas es- enseñanza objetiva y la gramática, y otra que se capta en su
37
pecificadas en el elemento del archivo" . nexo con la práctica política. Esto porque las prácticas discur-
Porque el archivo no puede ser una masa inerte que guar- sivas no son ajenas a la práctica políüca y a la práctica econó-
de la memoria de lo dicho, tan pronto como se interroga saca mica. Así, la arqueología describe con relación al discurso no
a luz las reglas de las prácticas discursivas. Es "la ley de lo sólo configuraciones interdiscursivas, sino también las corre-
38
que puede ser dicho" . laciones del discurso con "un campo institucional, un conjun-
Así concebido, el archivo no contiene lo dicho superpuesto to de acontecimientos, de prácticas, de decisiones políticas, un
40
39
a los documentos , ya sabemos que el discurso lo encontra- encadenamiento de procesos económicos..." .
mos en los registros pero lo reconocemos según criterios que
no aparecen en los textos y que son a la vez reglas de pro-
ducción del discurso y de individualización del mismo en las EL SABER PEDAGÓGICO Y SU ARCHIVO
formaciones discursivas.
Ahora bien, una vez reconstruida, una formación discur- El archivo del saber pedagógico está conformado por los
siva no copa la extensión del archivo. Los elementos de diferentes discursos a propósito de la enseñanza entendida
aquella (objetos, enunciaciones, conceptos y elecciones te- en sentido práctico o conceptual. Reúne los temas referentes
máticas) pueden encontrarse en otros discursos y ser posi- a la educación, la instrucción, la Pedagogía y la enseñanza.
bles de reunir en otra formación discursiva. En el archivo del saber pedagógico se distinguen dos re-
Las formaciones discursivas que se describan no son tota- giones, cada una compuesta por múltiples sistemas de rela-
lizaciones del archivo, ni totalizaciones de discursos. En un ciones. Una región está constituida por los diferentes obje-
mismo saber se pueden encontrar varias formaciones dis- tos, conceptos y elecciones temáticas producidos a propósito
cursivas, seguramente algunas de ellas articulables entre sí de la enseñanza; y con el fin de ordenar, proponer o sistema-
o con formaciones discursivas de otros saberes. Así, en la tizar conocimientos, se denomina en general región concep-
enseñanza objetiva (Colombia, segunda mitad del siglo XLX) tual. La otra región consta de los objetos, conceptos, formas
basada en la relación entre las palabras y los objetos como de enunciación y elecciones estratégicas, producidos o deli-
medio de preparar la clase y de ordenar la exposición del mitados a propósito de la institucionalización del saber, se
maestro, una vez descrita su formación discursiva, segura- denomina en general región estratégica.
mente encontraremos que es articulable a la formación dis- La región conceptual y la región estratégica interactúan, a
cursiva de la gramática general: el proceso que va del ense- través de las prácticas discursivas, dando lugar a saberes
ñar al aprender copia el proceso que va del nombre a la históricamente determinables en el tiempo y en el espacio.
proposición. Asimismo no es difícil vislumbrar que el discur- Las formaciones discursivas que se pueden localizar en el
so sobre la instrucción pública y la articulación de éste a la saber pedagógico y que son asequibles a la descripción, son
práctica políüca tendría también su articulación al discurso múltiples, es decir, no existe una única formación discursiva
sobre la escuela y a la concepción del hombre que se plan- descriptible porque la historia del discurso no reconstruye
teaba en la enseñanza objetiva. totalizaciones ni sistemas de relaciones válidos para todas
Tenemos entonces para la segunda mitad del siglo XLX una las culturas.
práctica discursiva que da lugar a varias formaciones discursi- La caracterización del saber pedagógico en una sociedad
41
dada, se efectúa a partir del conjunto de relaciones asequi-
bles a la descripción histórica.
37 Ibid., p. 223.
38 Ibid.. p. 219.
39 "Lo dicho" está incorporado a los registros, pero no es aprehensible sino a
40 M i c h e l F o u c a u l t , La arqueología del saber, p. 2 6 3 .
partir de las reglas q u e rigen la f o r m a c i ó n del discurso.
41 L a s p r á c t i c a s d i s c u r s i v a s e s t á n r e g i d a s p o r "un h a z c o m p l e j o d e r e l a c i o n e s

36 37
Cuando se demarca el saber pedagógico en una sociedad constituido por el conjunto de registros en los cuales toma
específica, a partir de la práctica pedagógica, el saber y la cuerpo la práctica discursiva que rige el saber pedagógico y
práctica se comprometen en los procesos de institucionali- los procesos de institucionalización a los cuales es sometido.
zación . 42
Los registros del archivo son agrupables según conjuntos
La institución, el sujeto y el discurso son las instancias de relaciones que involucran la producción, la apropiación y
43
metodológicas que pueden aprehender, en la práctica pe- el ejercicio del saber pedagógico. Las reglas que rigen estos
dagógica, los procesos de institucionalización del saber peda- procesos permiten reordenar el discurso de los textos a pesar
gógico. de la multiplicidad de las enunciaciones.
El saber de la Pedagogía como práctica pedagógica en Siendo los registros del archivo, producto del ejercicio del
nuestra formación social está regido por el conjunto de re- saber pedagógico, no se establecen diferencias o jerarquías
glas de la práctica discursiva que involucra la institución, el de valor entre los documentos que hacen parte del archivo;
45
sujeto y el discurso de la Pedagogía. Así, la Normal, el maes- lo grandioso y lo marginal, lo original y lo trivial, lo popular
tro y la enseñanza mutua en sus nexos con la práctica políti- y lo aristocrático, lo autorizado y lo ilegal no son nociones
ca, la moral y la religión fueron objeto de una práctica dis- diferenciadoras para trabajar los registros. Este principio po-
cursiva asequible a la descripción histórica . 44
sibilita hacer entrar en el análisis documentos pertenecien-
La práctica pedagógica como prácüca discursiva está cru- tes a la región conceptual y a la región estratégica del archi-
zada por relaciones interdiscursivas y políticas que imprimen vo. En la metodología, tal principio significa que el documen-
al discurso pedagógico y a su ejercicio en las instituciones to, para la historia del discurso, no existe gracias al autor o a
una forma específica de vincularse como saber a las prácti- la verdad que porta o al acto legislativo que lo materializa, su
cas sociales. existencia procede del conjunto de reglas de formación que
La producción y el ejercicio del saber pedagógico están atraviesan tanto unos textos teóricos como aquellos que re-
involucrados en los registros que conservan los archivos y glamentan, difunden, comentan, o aplican el saber.
bibliotecas históricas sobre los estudios, la instrucción, la El discurso del saber pedagógico se encuentra disperso en
enseñanza, la educación y la Pedagogía. El saber pedagógico registros que recogen:
también atraviesa otros textos: literarios, filosóficos, religio-
sos, políticos, etc., de manera directa o indirecta. a) Los conceptos propios de la historicidad de la Pedago-
El archivo pedagógico en nuestra formación social está gía y los que pertenecen a otros dominios del conocimiento
pero que hacen parte de su discursividad. Están presentes
q u e f u n c i o n a n c o m o regla", a l c u a l l l a m ó F o u c a u l t "sistema d e f o r m a c i ó n " ,
en fuentes primarias de la Pedagogía, las obras de Rousseau,
ibid., p. 122. Pestalozzi, Comenio y Herbart, por ejemplo.
42 Se reconoce la institución c o m o u n o de los espacios de la existencia social del b) La difusión llevada a cabo por los organismos del Esta-
discurso. P e r o t a m b i é n las instituciones invisten de p o d e r e s al discurso y a la
v e z ejercen p o d e r e s s o b r e él. "El d e s e o dice: n o q u e r r í a t e n e r q u e e n t r a r [...]
do (la dirección de instrucción pública en el siglo XIX repro-
en este o r d e n a z a r o s o del discurso |..,| Y la institución responde: no h a y p o r ducía en la prensa ciertos autores y no otros); las sociedades
qué tener m i e d o de empezar; todos estamos aquí para mostrarte q u e el dis-
de discurso (la sociedad didascálica cuyo fin era vigilar y
c u r s o e s t á e n e l o r d e n d e las leyes, q u e d e s d e h a c e m u c h o t i e m p o s e v e l a p o r
su aparición; que se le ha preparado un lugar que le honra pero que le difundir las primeras letras, en la primera mitad del siglo
desarma, y que, si consigue algún poder, es de nosotros y ú n i c a m e n t e de XIX); y el saber popular (los padres de familia y los maestros
n o s o t r o s d e q u i e n l o o b t i e n e " , M i c h e l F o u c a u l t , E l orden del discurso, p . 10.
43 En el proyecto interuniversitario Hacia una historia de la práctica pedagógica
e n Colombia e s t a s i n s t a n c i a s , c o n j u n t a m e n t e c o n l a n o c i ó n d e p r á c t i c a p e d a -
gógica, h a n delimitado el objeto de análisis histórico. En el proyecto "La prác- 45 El discurso popular tiene lugar en u n a práctica discursiva y está ligado a un
tica p e d a g ó g i c a del siglo X I X en Colombia", h a n permitido captar las relacio- saber. En el estudio que hizo Foucault del parricidio cometido por Pierre
n e s (internas y externas a la p r á c ü c a p e d a g ó g i c a ) entre la N o r m a l y la E s c u e l a Riviére, en el siglo X I X , anota que el discurso de Riviérc sobre su propio
Primaria, el m a e s t r o c o m o sujeto de saber y el s a b e r p e d a g ó g i c o . c r i m e n se e n c o n t r a b a "profundamente c o m p r o m e t i d o c o n las reglas del saber
44 Véase Olga Lucia Zuluaga, El maestro y el saber pedagógico en Colombia, popular". Véase l a t r a d u c c i ó n d e L u i s A l f o n s o P a l a u de Moi, Pierre Riuiérc,
1821-1848. París. G a l l i m a r d / J u l l i a r d , p p . 2 6 5 - 2 7 5 , s.p.i.

38 39
son autores de hojas volantes donde fijaron sus posiciones cer histórico. Acontecer que inscribe lo dicho en los dominios
frente a planes de enseñanza). de la práctica discursiva y que lo sitúa en el saber al cual
c) La adecuación social a que es sometido el discurso está ligado.
para efectos del poder político o económico (sabido es que la La historia de lo dicho no interpreta el pasado a la luz de
alianza entre el Estado y la Iglesia en la época de la Regene- un pensamiento científico actual. Las prácticas discursivas y
ración acentuó la adopción de discursos sobre la moral y la los saberes que éstas forman üenen su propia contempora-
religión en los manuales de Pedagogía). neidad; es ahí donde se aprehenden los discursos como
d) La producción de saber por los sujetos de saber que práctica regulada por unas reglas. Asumir en este sentido
delimita para las instituciones de la práctica pedagógica el una historia del saber pedagógico implica un trabajo críüco
proceso de institucionalización. (En 1845, José María Triana que consiste en "renovar desde nuestro presente provisional
fue designado para reformar el manual del sistema de ense- de saber, una relación con el pasado que dé a tal pasado su
46
ñanza mutua, adoptado en 1826; el resultado de esta refor- propia configuración" .
ma fue la curiosa inclusión en el manual de enseñanza mu- Concierne a la práctica discursiva que rige el saber peda-
tua, del método de Pestalozzi para enseñar aritmética y gra- gógico, abordado a través de la práctica pedagógica, formar o
mática.) reubicar: los objetos que designa el discurso producido o
e) Las adecuaciones que producen en el saber pedagógico apropiado; las posiciones de los sujetos de saber que lo utili-
otros saberes hegemónicos, a nivel de sus objetos, conceptos, zan en las instituciones de enseñanza; las relaciones que
formas de enunciación o elecciones estratégicas. (Como efecto mantiene con otros saberes y las regiones de discurso que se
del benthamismo, durante la vigencia del Plan Santander, el incorporan a las prácticas de saber; las estrategias de poder
maestro debía "formar" ciudadanos que obedecieran en primer en las cuales se le inscribe mediante el proceso de institucio-
lugar al Estado y en segundo lugar a la Iglesia.) nalización.
f) Los registros propios de las instituciones donde se reali- La descripción de la Pedagogía (su análisis enunciativo) en
zan prácticas pedagógicas con base en las anotaciones que la práctica discursiva que la regula en nuestra sociedad, im-
requiere la utilización de una o varias opciones de enseñanza. plica una reescritura según una transformación metódica de
g) Las normas que provienen del propio saber (procedi- "lo dicho" —de lo que se ha producido, se ha adecuado, de lo
mientos de enseñanza y de disciplina escolar) y las que le que se ha apropiado— en nuestra práctica pedagógica. Como
son asignadas por instituciones estatales (sanciones, disci- "lo dicho" requiere la intervención de un sujeto (autor) que el
plina, requisitos). Un manual de Pedagogía en el siglo XIX y análisis enunciativo no acoge como principio de producción
47

un reglamento contienen, respectivamente, las normas indi- del discurso , la vinculación del sujeto al discurso pedagógi-
cadas.
h) Las posiciones de sujeto de saber que puede asumir 46 Luis Alfonso Palau, "Caldas: autor de un p e q u e ñ o tratado pascaliano de an-
un maestro en nuestra formación social. (Con respecto a la tropo-geografia", en: Revista de Extensión Cultural (Universidad Nacional de
C o l o m b i a ) , N o . 16-17, pp. 27-37.
forma de aprender del alumno, a la enunciación del conoci- 47 A propósito de la arqueología y su posición frente al sujeto, F o u c a u l t plantea:
miento, al reconocimiento del aprendizaje, a la manera de "Si h e s u s p e n d i d o las r e f e r e n c i a s a l s u j e t o p a r l a n t e n o h a s i d o p a r a d e s c u b r i r
"educar" a los alumnos, en fin, lo que debe hacer el maestro unas leyes de construcción o unas formas q u e fueran aplicadas de la m i s m a
m a n e r a por todos los sujetos parlantes, no ha sido para hacer hablar el gran
como sujeto que opera mediante un saber.) discurso universal q u e fuese c o m ú n a t o d o s los h o m b r e s de u n a época. Se
trataba, p o r el contrario, de m o s t r a r en q u é consistían las diferencias, c ó m o
era posible q u e u n o s hombres, en el interior de u n a m i s m a práctica discursi-
Historiar el discurso de la Pedagogía requiere el análisis va, h a b l e n de objetos diferentes, t e n g a n o p i n i o n e s opuestas, h a g a n elecciones
de las actuaciones verbales, efectivamente producidas para contradictorias; se trataba t a m b i é n de m o s t r a r en q u é se distinguían las u n a s
establecer sus condiciones de existencia entre discursos, de las otras prácticas discursivas; en suma, he querido no excluir el p r o b l e m a
del sujeto, he querido definir las posiciones y las funciones q u e el sujeto p o d í a
prácticas e instituciones. Esta labor demanda una descrip- o c u p a r e n l a d i v e r s i d a d d e l o s d i s c u r s o s " , M i c h e l F o u c a u l t , L a arqueología del
ción de "lo dicho" en tanto que ha sido dicho, en un aconte- saber, pp. 335-336.

40 41
co se asume como una subordinación de los sujetos a las discurso. Existen en la práctica discursiva que regula la
reglas que rigen su decir en la institución educativa. Todos prácüca pedagógica otras relaciones aprehensibles. La histo-
los sujetos de saber que tomen parte en el discurso están ria del maestro y el saber pedagógico en Colombia, 1821-
inscritos en las mismas reglas. Desaparece, entonces, el au- 1848, no representa una totalidad que dé cuenta de todos
tor como principio de análisis y es la institución en su régi- los acontecimientos pedagógicos y de los que entraron en
men de producción, utilización y adecuación del discurso pe- relación con ellos. La institución (normal), el sujeto (maestro)
dagógico lo que constituye el objeto de análisis. Es así como y el discurso (la enseñanza mutua y el método de Pestalozzi)
se aprehende el saber y su práctica pedagógica. tienen su nexo con otros discursos y prácticas. Por ejemplo
49
El análisis enunciativo no reescribe "lo dicho" en agrupa- el análisis de la instrucción pública puso al descubierto los
ciones discursivas totalizadoras o ajenas al paso de la histo- enfrentamientos entre el Estado, la Iglesia y sectores de inte-
ria. El análisis establece, entre discursos y prácticas, siste- lectuales que planteaban sus diferentes concepciones del
mas de relaciones que han articulado el campo del discurso hombre en relación con la moral y los saberes. Tales discur-
de la Pedagogía y que han estado sujetos a modificaciones en sos y las estrategias de poder a que pertenecían se articulan
algunos de sus elementos o en el régimen regeneral que re- a las funciones asignadas al maestro en torno a la religión y
gula la práctica pedagógica. a la moral, y se materializan en la inserción de la sociedad
En el Archivo Pedagógico se pueden individualizar siste- civil, a través de las juntas curadoras, en los mecanismos de
mas de relaciones entre los discursos que lo constituyen, vigilancia del Estado para la instrucción primaria.
sistemas y no totalizaciones. Pero también sus propios siste-
mas o redes, en algunos de sus elementos, son articulables a
48
sistemas que pertenecen a otros campos de discurso . Así,
la relaciónPedagogía, gramática, moral que en la segunda
mitad del siglo XIX circuló por nuestra práctica pedagógica,
sería en otro análisis, articulable a las relaciones moral-polí-
tica-gramática que por esa misma época se debatía en diver-
sas corrientes políticas. En algunos de sus puntos un siste-
ma se cruzaría con otro. Sabido es que la forma de conocer
del hombre y los mecanismos pedagógicos basados en ella,
se discutían en la práctica política e implicaban estrategias
de saber comprometidas con planteamientos morales sobre
la formación del hombre.
Una formación discursiva no representa un sistema válido
para todas las relaciones que implica una práctica discursi-
va. Así, la práctica pedagógica que estamos abordando en la
investigación actual no agota todas las posibilidades de aná-
lisis en el juego de las relaciones entre institución, sujeto y

48 "El n ú m e r o d e estas redes n o está, p u e s , d e t e r m i n a d o d e a n t e m a n o ; s ó l o l a


p r u e b a del análisis p u e d e d e m o s t r a r si existen, y cuáles existen (es decir
cuáles son susceptibles de ser descritas). A d e m á s , cada formación discursiva
no pertenece (en todo caso, no pertenece necesariamente) a u n o solo de esos
sistemas, sino que entra simultáneamente en varios c a m p o s de relaciones en
los que no o c u p a el m i s m o lugar ni ejerce la m i s m a función", M i c h e l F o u - 49 Véase J e s ú s Alberto Echeverry S., Proceso de constitución de la Instrucción
c a u l t , La arqueología del saber, p. 2 6 7 . Pública, ¡819-1835.

42 43
prácticas que tales sujetos pueden y deben efectuar median-
te ese saber.
Así entonces, para el análisis con orientación epistemoló-
gica es necesario recurrir a los discursos que representan las
regiones de conocimiento de mayor fecundidad. Se trata de
aquellas regiones donde se observan inicialmente cambios
en uno o varios de los siguientes elementos: conceptos, mé-
todos, modelos de aplicación, formas de aprehensión de los
problemas, y objetos de saber.
Igualmente, ya que la apropiación comporta las limitacio-
nes señaladas, la historia de un saber apropiado no puede
PEDAGOGÍA, PRACTICA PEDAGÓGICA prescindir de una región de conceptos más amplia que la
Y SUJETOS DE LA ENSEÑANZA* puesta en circulación por las instituciones.
Las discusiones actuales sobre la enseñanza demandan,
no tanto una reflexión sobre los problemas prácticos y espe-
cializados de la enseñanza, cuanto un trabajo epistemológico
acerca de la Pedagogía que acoja su historicidad, es decir,
una vuelta a las fuentes. Plantear los modelos pedagógicos
como el espacio de la discusión es plantear una salida falsa.
Debemos diferenciar entre Pedagogía y práctica pedagógica La Pedagogía nombra una disciplina que enfrenta en la
o práctica de la enseñanza para formular preguntas epistemo- actualidad un reto decisivo para reconceptualizar áreas de la
lógicas a la historicidad del saber pedagógico. Así mismo para Didáctica, de tal manera que pueda llegar a plantear méto-
pensar un modelo pedagógico, es decir, la enseñanza en las dos y no un método para la enseñanza. Para ello recurre a la
instituciones, necesitamos conceptos y problematizaciones ex- utilización de modelos y conceptos de otras disciplinas. En
traídos tanto de la Pedagogía como de la práctica pedagógica. ese sentido se habló de "disciplina en formación"; pero para
El espacio que convoca la relación de la Pedagogía y de la evitar ambigüedades, en adelante prescindiremos de tal ex-
práctica pedagógica es un espacio de saber en el cual unas presión y simplemente hablaremos de las reconceptualiza-
regiones de conceptos de una disciplina o teoría tienen una ciones que en ella tengan lugar.
forma de existencia social en las instituciones. Pero el saber Aunque el soporte de la Pedagogía como saber concreto es
apropiado por las instituciones no se puede reconstruir u el método, éste no debe pensarse como un simple procedi-
organizar en corpus de conceptos que representen una disci- miento, pues está sustentado, y las fuentes de la Pedagogía
plina, por lo cual es necesario tomar un campo de conceptos dan cuenta de ello, por una trama de nociones que se refie-
más amplio que el apropiado. ren a la formación del hombre, al conocimiento, al lenguaje,
La apropiación recorta, selecciona, adecúa, excluye y hace a la selección del saber, a la escuela y su función social, a la
efectivos los saberes. Antes de que los sujetos, que represen- concepción del maestro.
tan un saber en una sociedad, lo apliquen, lo piensen y lo Si la didáctica en la actualidad acoge la discusión que cues-
hablen, la institución ha delimitado el espacio del saber y las tiona un método único de enseñanza y se orienta hacia la
diferenciación de métodos para los saberes particulares, es
P a r t e d e e s t e d o c u m e n t o fue p u b l i c a d o e n l a r e v i s t a d e l a A s o c i a c i ó n d e P r o f e - porque ella tiene potencia para hacerlo. En un punto reside, a
s i o n a l e s d e l a E d u c a c i ó n APE, N o . 1 9 ( s e g u n d o s e m e s t r e d e 1 9 8 3 ) , b a j o e l
nuestro juicio, su potencia: en la permanencia, a través de la
titulo " N o t a s p a r a u n a reflexión e p i s t e m o l ó g i c a s o b r e la enseñanza". En el
curso del trabajo metodológico se le h a n h e c h o precisiones, sustituciones y historia, de la enseñanza como problema del saber pedagógi-
acotaciones. co. Permanencia no debe entenderse como invariable, pues las

44 45
soluciones al problema han generado transformaciones en los lógicos, son el producto de diversos factores que involucran,
2
conceptos, métodos y objetos de saber. Pero urge una adver- entre otros, las formas de difusión de la cultura científica ,
tencia, una cosa es la potencia de la Didáctica y otra la capaci- los métodos de enunciación y adecuación de los saberes y la
dad de decisión de las Facultades de Educación para respon- práctica de la enseñanza. Es necesario tener en cuenta que
der a las investigaciones que demandan las actuales discusio- algunos vicios propios de la cultura científica pueden ser in-
nes sobre la Didáctica. Nos hemos convencido de que el pro- corporados a un método de enseñanza. Por eso, cuando Ba-
blema ya rebasó las "reformas" curriculares como medio para chelard relaciona los obstáculos epistemológicos con la prác-
responder a los problemas de la Didáctica. tica de la enseñanza, no sólo queda en el banquillo la ense-
La práctica pedagógica nombra los procesos de institucio- ñanza, sino también las formas de enunciación que la cultu-
nalización del saber Pedagógico, es decir, su funcionamiento ra científica alcanza cuando se adentra en la vida cotidiana,
en las instituciones educativas. Pero también comprende las es decir, cuando se inserta en el saber cotidiano.
formas de enunciación y de circulación de los saberes enseña- 2. Confundir la práctica científica con la práctica de la en-
dos en tales insütuciones. Los procesos de institucionalización señanza. Naturalmente que esto tiene relación con la difusión
normalizan tanto a la Pedagogía como a cualquier otro saber. de la cultura científica, pero es necesario pensar que ambas
En estos procesos la Pedagogía se ejerce en los niveles de sa- prácticas tienen por una parte finalidades sociales diferentes, y
ber enseñados en las Facultades de Educación, pero existen por otra que el estatuto de su discurso es muy diferente. A un
otros niveles en los cuales no incide la Pedagogía de manera estudiante es necesario a veces hablarle mediante metáforas o
directa sino las formas de enunciación que acogen los sujetos comparaciones para buscar que los conceptos se prendan, por
que representan esos saberes, a veces siguiendo el eco de nor- así decirlo, a significados de niveles más sencillos; en cambio,
mas pedagógicas, a veces pedagogizando otros saberes que les entre científicos, ese mismo concepto puede ser hablado en su
sirven de guía para la enseñanza. Debemos hacer esta última sentido más estricto. Otro ejemplo, un científico, cuando em-
distinción para evitar dos errores: prende una investigación acerca de un tema, debe estar al tan-
to del estado actual de las investigaciones sobre el tema en
1. Confundir Pedagogía con algo tan amplio como todas cuestión; en cambio un profesor, usualmente, está enterado de
las prácticas de enseñanza, es decir, confundir docencia con la salida científica que en la actualidad parece más segura y
Pedagogía. Profundizar la distinción entre estos dos térmi- eficaz para garantizar el ingreso, a la práctica social, de un
nos, nos permitirá entender que la Pedagogía va más allá de concepto o de un método, en general del conocimiento. Puede
la manera de enseñar; quienes piensan lo contrario, cometen decirse que la práctica de la enseñanza se nutre de la práctica
un nuevo error que consiste en atribuir a la Pedagogía todos científica y no a la inversa, y que la práctica de la enseñanza es
los males de la enseñanza. Como consecuencia de lo ante- lenta para transformar sus contenidos y las formas de enseñar-
rior, algunos lectores de Bachelard, en nuestros círculos uni- los en relación con los avances de la práctica científica.
versitarios, piensan que la reconceptualización de la Pedago-
gía es imposible porque su función única, según ellos, es la Estas alusiones anteriores se hacen para indicar breve-
producción de "obstáculos epistemológicos". Para afirmar mente unas diferencias entre esas dos prácticas, diferencias
esto se valen de la relación que plantea Bachelard entre los generadas por los procesos de institucionalización de los sa-
obstáculos epistemológicos y la práctica de la enseñanza y 1
beres, pero sobre todo para indicar la diferenciación de por lo
por esto confían el porvenir de la enseñanza a la epistemolo- menos tres discursos (el de la Pedagogía, el de la práctica de
gía. Así las cosas, desconocen que los obstáculos epistemo-

2 "el a d o l e s c e n t e l l e g a a l c u r s o d e f í s i c a c o n c o n o c i m i e n t o s e m p í r i c o s y a c o n s t i -
1 "La noción de obstáculo epistemológico puede ser estudiada en el desarrollo tuidos; n o s e trata, p u e s , d e a d q u i r i r u n a c u l t u r a e x p e r i m e n t a l , s i n o d e c a m -
h i s t ó r i c o y e n l a p r á c t i c a d e l a e d u c a c i ó n . . . " . G . B a c h e l a r d , L a formación del biar u n a cultura experimental, de derribar los obstáculos a m o n t o n a d o s por la
espíritu científico, p. 19. v i d a c o t i d i a n a " , ibid., p . 2 1 .

46 47
la enseñanza y el de la práctica científica), como el lugar de 2. La demanda cultural que están haciendo los maestros
la discusión que debe dar luces a replanteamientos no sólo de Colombia por rescatar un saber que les confiera identidad
para la práctica de la enseñanza sino también para la Peda- intelectual para relacionarse con la ciencia y con los intelec-
gogía. Volveremos a este punto al hablar de Juan Amos Co- tuales de otros saberes.
mento y del horizonte conceptual que abrió a la Pedagogía
con su gran obra Didáctica magna. Debemos, también, hacer una distinción entre los sujetos
Cualquier tipo de discusión sobre la Pedagogía que la con- de la enseñanza. Existen dos sujetos de la enseñanza. Por
funda con la docencia y desconozca su historicidad, es una una parte aquel que se relaciona con las ciencias o con los
discusión estéril; se tiene la costumbre de aplicar en un campo saberes a partir de un método, es decir, el maestro, porque el
de saber para resolver problemas concretos, modelos teóricos ejercicio de su saber está completamente fetichizado desde
de otros campos del saber, sin recurrir a la trama conceptual e una concepción instrumental del método de enseñanza. So-
histórica del saber al que corresponde tal problema concreto; cialmente se reconoce como maestro a quien se supone muy
pero cuando se trata de resolver un problema tan complejo claro, muy sencillo y muy simple para exponer, porque tiene
como el de la enseñanza de las diferentes ciencias, problema como herramienta fundamental el método. Mientras más de-
que involucra a la Pedagogía y que incumbe tanto a los maes- sarraigado del saber está el maestro en una formación social,
tros como a los profesores, no queda otra salida que volver a la y mientras mayor sea su desarraigo cultural, más se enfatiza
Pedagogía, asumiéndola en su historicidad, de lo contrario las en su oficio metodológico; de esto último tenemos una mues-
preguntas y soluciones carecerían de territorialidad. Para los tra muy clara en la forma como existe la Pedagogía, hoy día,
maestros se trata del saber que les confiere identidad intelec- en las Facultades de Educación.
tual, para los profesores se trata de la Pedagogía como una Pero existe por otra parte otro sujeto que también enseña y
disciplina auxiliar en la enseñanza de una ciencia o disciplina. al que se llama docente. Este sujeto de la enseñanza es reco-
Entre los intelectuales dedicados a la docencia se conoce la nocido como tal, no a partir del método de enseñanza, sino del
Pedagogía de manera limitada y confusa; se confunde la Peda- saber que transmite; él puede ser profesor de matemáticas,
gogía con la docencia sin tener en cuenta que desde 1632, con profesor de física, profesor de filosofía, profesor de sociología,
la Didáctica magna de Comento, se individualizó por primera es decir, su estatuto como docente, en la sociedad se le reco-
vez un saber, acerca de la enseñanza, que se llama Didáctica. noce desde otro saber que no es la Pedagogía. Sin embargo,
Posteriormente a esta elaboración de Comento se han dado ela- los dos sujetos enseñan, pero la diferencia entre esos dos suje-
boraciones que han buscado diferentes alternativas para la en- tos es una resultante de la forma de institucionalización y de
señanza. Si no se sitúan los interrogantes aquí mencionados, la adecuación social de los saberes, mas no es una distinción
en la historicidad de la Pedagogía se terminaría por aplicar, a que se derive de la naturaleza de la Pedagogía.
los problemas que actualmente afronta la enseñanza en nues- Quedó precisado en los análisis precedentes que la dife-
tra sociedad, algún modelo teórico de mayor eficacia crítica que rencia entre Pedagogía y práctica de la enseñanza nombra
epistemológica, quedándonos con los ojos cerrados frente al también una relación entre ellas porque la práctica pedagó-
acontecimiento más importante que vivimos en esta época, y es gica se sustenta en el saber pedagógico. Asimismo, la distin-
que los maestros reivindican para ellos, y están reclamando a ción entre el sujeto del saber pedagógico (maestro) y los otros
las Facultades de Educación, un saber que defina su identidad sujetos de la enseñanza (profesores), recién establecida, pasa
intelectual para relacionarse con los saberes enseñados. En- por delimitaciones efectuadas desde el saber pedagógico y
tonces, es una necesidad con una doble fundamentación: desde la apropiación de los saberes. Pero la localización de
una práctica de saber (práctica pedagógica) y de la existencia
1. Intentar resolver esas discusiones como problemas prác- de un sujeto de saber no son suficientes para reconstruir un
ticos que no necesitan acoger la historicidad de la Pedagogía es saber, trátese de una historia de un proceso de instituciona-
situarse en un terreno muy movedizo para la discusión. lización o de una historia arqueológica con orientación epis-

48 49
temológica. En el primer caso se acude a un campo de con- Dilthey afirma que de Comenio a Herbart (siglo XVII - siglo
ceptos más amplio que el de los conceptos apropiados para XIX) se produjo el progreso de una didáctica científica a una
no caer en posiciones ahistóricas. En el segundo caso, se 5
Pedagogía científica . Este análisis de Dilthey queremos reto-
requiere ese campo amplio de conceptos con el fin de funda- marlo para nuestro trabajo pero en un territorio diferente al
mentar los interrogantes epistemológicos y de localizar los de la cientificidad. Proponemos reubicarlo en el campo del
períodos históricos que ofrecen mayores relaciones e hipóte- saber, y entonces asumir el lapso entre Comenio y Herbart
sis para el trabajo arqueológico. como el período de conformación del horizonte conceptual de
Ahora bien, hechas estas distinciones para indicar la necesi- la Pedagogía.
dad de trabajar con base en la historicidad de la Pedagogía, Volvamos al punto de partida propuesto : existen en el 6

preguntémonos cuál es el punto de partida que hemos explora- discurso de Comenio sobre la enseñanza, formulaciones que
do para iniciar la reflexión epistemológica sobre la enseñanza. todavía no han sido resueltas por la Pedagogía para afrontar
Cuando Comenio escribió su Didáctica magna planteó los los problemas didácticos ya nombrados que la definen como
siguientes niveles de escuela: la escuela materna, la escuela tal y cuya solución apoyaría su búsqueda de sistematicidad.
3
de letras o escuela común, la escuela latina y la academia . Comenio plantea varios métodos: método para las diferen-
Para estos niveles habla de un método de enseñanza diferen- tes ciencias, método para la enseñanza de las costumbres,
ciado en orden a la edad y al desarrollo de los alumnos, método para la enseñanza de las lenguas. Pero advierte que
exceptuando este criterio para la enseñanza en la academia; el método de enseñanza no llega hasta la Academia, la cual
el porqué lo veremos más adelante. estaría conformada por los sabios que conocen profunda-
Antes de continuar es preciso hacer una aclaración: esta mente un saber, y porque lo conocen pueden hablar de él.
alusión a Comenio es una alusión epistemológica, no se pre- Pero a ese conjunto de sabios les llama una sociedad didácti-
tende indicar que las posiciones de Comenio frente a la ense- ca que debería entrar en una profunda relación con los otros
ñanza sean rescatadas tal como fueron formuladas. Se trata maestros, llamados por él, maestros y preceptores que ense-
de reivindicar que hay en su obra un horizonte conceptual que ñaban en los otros niveles (la escuela materna, la escuela de
debe ser retomado en la historia arqueológica de la Pedagogía. letras y la escuela latina) . 7

Por horizonte conceptual enüendo en su acepción más Hay en esta advertencia de Comenio algo muy importante
amplia, el conjunto de objetos producidos en el discurso pe- que debe ser reconceptualizado con base en la historicidad
dagógico, cuando éste alcanza un estatuto de saber así deli- de la Pedagogía para que al elaborar nuevas formulaciones,
mitado: un conjunto de objetos a los cuales se refieren sus se haya logrado un juicio epistemológico que permita dirigir
elaboraciones ya teóricas, ya prácticas, alcancen o no un la reconceptualización, no sólo a los conceptos y métodos
estatuto de "cientificidad"; las diversas formas de enuncia-
ción por parte de los sujetos que entran en relación con és-
5 Wilhelm Dilthey, Fundamentos de un sistenut de Pedagogía, pp. 15-16.
tos de manera directa o indirecta; un conjunto de nociones 6 C o m e n i o e s c r i b i ó s u Didáctica Magna p a r a d a r s o l u c i ó n a u n p r o b l e m a d e l a
que también circulan por otros dominios de saberes pero enseñanza. Existía c o m o práctica todo un trabajo sobre la erudición. En esta
que se agrupan o reagrupan a propósito de aquellos objetos é p o c a se e s t u d i a b a n y se repetían los autores, p o r q u e se les c o n s i d e r a b a
c o m o el receptáculo del saber. P a r a e n s e ñ a r a los niños existían los p r e c e p t o -
y de las formas de enunciarlos; los procesos de adecuación y res privados y algunas escuelas d o n d e los maestros e n s e ñ a b a n a g r u p o s de
apropiación social para su existencia y control institucional y niños, sin tener la posibilidad de enseñar s i m u l t á n e a m e n t e a todos debido a
la carencia de un método que permitiera uniformar la enseñanza. Decía Co-
para la selección de sujetos reconocidos socialmente como menio que m á s o menos hacía cien años se estaba buscando una solución
4
sujetos portadores de ese saber . para ese problema. Presentó entonces c o m o solución su didáctica, q u e es un
tratado metódico para enseñar y aprender,
7 D i c e C o m e n i o : " N o llega, en verdad, nuestro m é t o d o hasta este punto; p e r o se
n o s ha de permitir que e x p o n g a m o s aquí nuestra opinión respecto a las mate-
3 Comenio. Didáctica magna, p. 159. rias q u e en él se contienen. Ya dijimos antes que debía reservarse a las A c a -
4 Olga Lucía Zuluaga. El maestro y el saber pedagógico en Colombia, 1821- d e m i a s el m á s elevado c o n o c i m i e n t o y desarrollo de todas las ciencias y todas
1848, p . 1 5 . l a s s u p e r i o r e s e n s e ñ a n z a s " , Didáctica magna p . 1 7 8 .

50 51
directamente implicados, sino también hacia aquellos de na- hasta la adolescencia con elaboraciones que adecuaban el
turaleza antropológica y social que puedan ser afectados. lenguaje de las ciencias a un lenguaje más sencillo, según el
Lo que insinúa Comenio sin formularlo directamente, es estado del desarrollo mental y del lenguaje de los niños y de
que cada saber tendría en la Academia su método propio de los adolescentes. La Tecnología Educativa tiene una respues-
enseñanza y esto sería didáctica, aunque en ese nivel de la ta desde un método que se aplica indiscriminadamente a
Academia, la didáctica por él propuesta no ofrecía un méto- cualquier tipo de saber y a cualquier tipo de discurso; lo
do. Pero atención, la sociedad de sabios para la enseñanza esencial en la enseñanza, según esta alternativa, está defini-
en la Academia es una sociedad didáctica que debía estable- do desde el aprendizaje.
cer relaciones con los otros sujetos de la enseñanza. Estos Hay otra salida que se presenta en esta pregunta sobre el
problemas de la relación entre el método de enseñanza y las método. Es la que buscó John Dewey y consiste en llevar
diferentes ciencias, y del alcance del método de enseñanza, el método científico del modelo positivista, a la enseñanza
basado en normas para aprender, no se han cerrado todavía para convertir sus postulados en formas cotidianas de vida
en las elaboraciones de la Pedagogía. Esos problemas forman (método de observación, experimentación y razonamiento
parte del horizonte conceptual abierto por Comenio, y en la matemático), enseñando minuciosamente al niño a observar,
actualidad se esbozan de nuevo como un reto desde otras a hacer hipótesis, a sacar conclusiones y a tener una actitud
disciplinas y conceptos, en la dirección de diversificar la di- de medición para emprender el análisis de todos los proble-
dáctica, en orden a las ciencias y no en orden al aprendizaje. mas que se le presenten en el conocimiento.
Con todas las diferencias que de una opción pedagógica a Una de las críticas de Dewey a la forma de enseñar la cien-
otra se hayan formulado, puede observarse que hasta co- cia en lo que él llamó la educación tradicional, es el descuido
mienzos de este siglo en lo concerniente al método de ense- del método de observación controlada y de comprobación; así
ñanza, la Pedagogía era una búsqueda de un lenguaje y de la enseñanza de la ciencia "se convierte en un cuerpo de ver-
8 9
un método , adecuados para la enseñanza , ya dirigido a las dades confeccionadas sobre hechos y principios [...] y se divor-
10
diferentes edades hasta llegar a la adolescencia , ya en es- cia de las experiencias cotidianas de las que surge la ciencia y
11
pecial al niño como es el caso de la Escuela Nueva . 12
a las que vuelve" . Según Dewey, las materias científicas ex-
La Tecnología Educativa es el primer intento de unlversa- presaban en la escuela tradicional "los hábitos de una era
lizar un método para todos los diferentes tipos de saberes, es 13
precientífica" , su propuesta es que todas las materias escola-
decir, una respuesta a esa pregunta que deja abierta Come- res deben estar impregnadas por "la ciencia como método" . 14

nio desde 1632 y que la Pedagogía apenas había abarcado Entonces tenemos tres salidas que se ha planteado la Pe-
dagogía para la enseñanza: una elaboración que cubre las
edades y que adecúa los discursos según la edad y la forma
8 " M e he detenido largo rato sobre el lenguaje considerado c o m o m e d i o de
esclarecer gradualmente nuestras ideas. Pero también es el primero de esos
de conocer del hombre; la salida de John Dewey que busca
medios. Mi método de enseñanza se distingue particularmente en que hace trasladar el método científico como una metáfora operativa
del lenguaje un uso m a y o r que el que hasta aquí se ha hecho c o m o m e d i o dentro de la enseñanza; y la salida de la Tecnología Educati-
p a r a e l e v a r al n i ñ o de las instituciones o s c u r a s a las n o c i o n e s claras...", J.E.
P e s t a l o z z i , C ó m o enseña Gertrudis a sus hijos, p. 1 7 2 . va que busca hacer un diseño universal para cualquier tipo
9 "Sea c o m o fuere, mi m é t o d o es i n d e p e n d i e n t e de m i s e j e m p l o s ; se funda en la de saber. Ahí están las tres opciones, pero hay una cuarta
m e d i d a de las facultades del h o m b r e en sus distintas e d a d e s y en la elección
d e l a s o c u p a c i o n e s q u e c o n v i e n e n a e s t a s f a c u l t a d e s " , J . J . R o u s s e a u , Emilio o
que ya no se plantea directamente en el discurso de la Peda-
la educación, p. 2 8 0 . gogía sino que resulta de la adecuación que tiene lugar en
10 "Dividimos estos años de crecimiento en cuatro distintos periodos: Infancia, un saber al ser institucionalizado.
Puericia, A d o l e s c e n c i a y Juventud, Ajando en seis años la duración de cada
p e r i o d o , y a s i g n á n d o l e u n a e s c u e l a p e c u l i a r . . . " , J . A . C o m e n i o , Didáctica mag-
na, p . 1 5 9 .
11 " Q u e la P e d a g o g í a d e b e reposar sobre el estudio del n i ñ o | . . . ] es u n a v e r d a d 12 J o h n D e w e y . La ciencia de la educación, p. 100.
q u e p a r e c e e l e m e n t a l " , E. C l a p a r é d e , Psicología del niño y pedagogía experi- 13 Ibid., p . 101.
mental, p . 1 1 . 14 Ibid.

52 53
En ese proceso pueden resultar pedagogizados métodos o
planteamientos que no son directamente elaboraciones de la
Pedagogía. Tales adecuaciones circulan como un método de
enseñanza; es lo que sucede en las formas de docencia de los
profesores. Esta situación es aún inadvertida. Volver a la
Didáctica magna y a los problemas que plantea, permitirá
pensar si nos dirigimos hacia un replanteamiento de la ense-
ñanza como algo circunscrito a cada saber en particular, o si
estamos realizando pedagogizaciones y por ende confundien-
do docencia con Pedagogía.
Observemos un caso de pedagogización en el siglo XLX.
En 1870, durante la Reforma Instruccionista en Colombia, ¿HISTORIA EPISTEMOLÓGICA DE LA PEDAGOGÍA
fue difundido ampliamente Pestalozzi, al lado de los ideales O HISTORIA DEL SABER PEDAGÓGICO?
de una educación laica y gratuita por la cual lucharon los
liberales radicales.
En esa época se encuentran en universidades, colegios y
escuelas normales, grupos de conceptos referentes a la rela-
ción entre objetos, palabras y proposiciones que circulan de
manera diferenciada:
La pregunta ¿historia epistemológica o historia arqueoló-
a) En la universidad se localizan dichos enunciados con gica?, presenta la posibilidad de elección de un título para
un estatuto teórico, en posesión de la intelectualidad más este análisis; pero una reflexión detenida permite replantear
destacada de la época con toda movilidad para las discusio- el interrogante así: ¿historia epistemológica o historia del sa-
nes teóricas y políticas y con capacidad de utilizarlos en de- ber? Sabemos que para formular preguntas epistemológicas
cisiones políticas y administratívas. a la Pedagogía se requiere la elaboración de un análisis his-
b) En los colegios existen como una síntesis de conoci- tórico con herramientas tomadas de la historia de las cien-
miento, y allí los catedráticos los enuncian como un ideal cias. Sin embargo, las preguntas epistemológicas no necesa-
según el cual debe pensar el hombre; no aparecen en ma- riamente deben responderse con una historia epistemológi-
nuales propiamente de Pedagogía, sino en textos que tienen ca, ya que no es ésta la única modalidad de historia de las
un estatuto un poco más teórico, como es el caso de los ciencias. Y para el caso de la Pedagogía, la historia epistemo-
compendios. Estos últimos tienen algunos preceptos en co- lógica sería una herramienta inadecuada, puesto que el upo
mún con los manuales de Pedagogía. de historia se elige de acuerdo con el nivel alcanzado por un
c) En la escuela normal y en la escuela primaria el maestro discurso. Ahora bien, la sustitución del término arqueología
no tiene acceso a la discusión teórica ni a la discusión política. por el término saber indica que el saber configura un domi-
Sólo le es dado usar estos enunciados como método de ense- nio que se puede historiar con herramientas tanto de la ar-
ñanza y relacionarse con ellos de manera instrumental. queología como de la genealogía, tal como fueron planteadas
por Michel Foucault.
Así pues, un mismo conjunto de enunciados de acuerdo 1
Sin embargo, la historia epistemológica nos alerta acerca
con su circulación en diferentes superficies del saber, recibe de la importancia y de la necesidad del presente de una cien-
delimitaciones para su estatuto (teórico-prácüco, político) y cia para realizar la recurrencia. Aunque no trabajamos con
para los sujetos que pueden enunciarlo y utilizarlo.
1 Planteada por Georgcs Canguilhem.

54 55
el supuesto de que la Pedagogía es una ciencia, sino una IMPOSIBILIDAD DE U N A HISTORIA EPISTEMOLÓGICA
disciplina, se puede tomar la norma de la historia epistemo-
2
lógica para la recurrencia y problematizar el presente de la Sabemos que el objeto de una ciencia no es dado sino
Pedagogía (su estatuto epistemológico, las críticas que le han construido mediante un método, y que en la definición de
sido formuladas y las limitaciones y obstáculos que le impo- una ciencia, objeto y método son dos instancias insepara-
ne la escisión entre la teoría y la práctica) para formular bles. La realidad por sí misma no se constituye en objeto
preguntas que se podrán elaborar en la propia historicidad científico, para ello media un proceso de conceptualización
de la Pedagogía, acudiendo a regiones del pasado. La historia que construye un discurso con pretensión de cientificidad.
arqueológica nos alerta a reconocer la contemporaneidad de "Es la ciencia la que constituye su objeto a partir del mo-
los saberes pero sin olvidar, como el propio Foucault lo ano- mento en que ella inventa un método para formar, con pro-
ta, que existen regiones en el pasado de un saber cuyo análi- posiciones capaces de ser compuestas íntegramente, una
sis puede dar origen a nuevos conocimientos, "reasumida, teoría controlada por la preocupación de tomarla errónea-
4
colocada e interpretada en una nueva constelación, una for- mente" . Con base en este principio de la Epistemología de
mación discursiva determinada puede hacer que aparezcan Georges Canguilhem podemos analizar la conveniencia o no
posibilidades nuevas [...] se trata de una modificación en el de una historia epistemológica para la Pedagogía que las
principio de exclusión y de posibilidad de elecciones; modifi- Ciencias de la Eckicación incorporan al conjunto de las dife-
cación debida a la inserción de una nueva constelación dis- rentes ciencias que las conforman.
3
cursiva" .
La modalidad de historia escogida está sujeta, pues, a las
apreciaciones hechas en el punto de partida sobre el estatu- ¿Por qué no elegir las "Ciencias de la Educación"?
to del saber en cuestión. ¿Se efectuará el análisis en una
ciencia o en una disciplina? Un punto esclarecedor para ha- Las corrientes que defienden las Ciencias de la Educación
ber seleccionado el análisis del saber es la consideración presentan el "hecho educativo" inscrito en un "contexto" lla-
5
acerca de la imposibilidad actual en el discurso pedagógico mado "situación educativa" , como el objeto de estudio de las
6
de un objeto y de un método para la construcción de un Ciencias de la Educación . Pero si los hechos y las situacio-
discurso científico. nes edLicativas son un objeto científico, tales ciencias deben
presentar un método para la construcción de su discurso.
"Si la educación constituyera propiamente hablando un 'ob-
jeto' de ciencia ella deberá pues remitir a un método determi-
nado que le corresponde. Además si ella tratara de constituir
un objeto único, este método debería ser único y la plurali-
2 Conviene advertir q u e el presente sólo lo utilizamos para problematizar la
dad no se justificaría; habría una ciencia de la edticación y
7
Pedagogía y no para extraer un principio de j u z g a m i e n t o del p a s a d o a la luz no varias" .
d e l p r e s e n t e tal c o m o l o h a c e l a r e c u r r e n c i a e p i s t e m o l ó g i c a . L a p r o b l e m a t i z a -
ción del presente n o s abre la posibilidad de r e c o n o c e r en regiones del p a s a d o
y no en un p a s a d o lineal, el planteo de n o c i o n e s q u e n o s sirvan p a r a f o r m u l a r
las p r o b l e m a t i z a c i o n e s u s a n d o el discurso propio de la P e d a g o g í a o q u i z á s
para reconocer elementos que permanecieron invariables a lo largo de varias 4 Georges Canguilhem, El objeto de la ¡listona de las ciencias, p. 11.
formaciones discursivas y que pueden indicar la existencia de un problema; 5 Gastón Mialaret, Ciencias de la educación, pp. 30-31.
particularmente debe i n t e r e s a m o s el h e c h o de que el sujeto de saber que 6 "[...] u n estudio completo del f e n ó m e n o social educación' debe recurrir a to-
t o m a posesión de la práctica de la enseñanza, se delimita por instancias de das las disciplinas susceptibles de captar este f e n ó m e n o en todas sus d i m e n -
saber y de p o d e r que no le confieren a su práctica n i n g u n a palabra ni posibi- siones y bajo todos sus aspectos. Es, pues, en relación con su objetivo que las
lidad de saber. Esto hace que la escuela ya no sea un lugar de elaboración de ciencias de la educación encuentran su principio de rcagrupación en u n a
la Pedagogía. Es como si la escuela m i s m a se encargara de borrar de genera- familia G a s t ó n M i a l a r e t , o p . cit, p . 7 8 .
ción en generación la historicidad de la Pedagogía. 7 Nicolc Mosconi, "Les scicnces de teducation du point de v u e de leur objet, de
3 Michel Foucault, L a arqueología del saber, p . 111. leur unité et de leurs rapports á la pratique", p. 79.

56 57
Anota N. Mosconi que la pluralidad de hechos (sociológi- permita aplicar el método de la historia epistemológica tal
cos, sicológicos, culturales, históricos) que acogen las Cien- como lo plantea Georges Canguilhem: la recurrencia enten-
cias de la Educación ha sido una justificación para requerir dida como "jurisdicción crítica sobre el pretérito de un pre-
un conjunto de "ciencias" que a partir de métodos diferentes sente científico" . 11

conceptualicen, cada una en particular sobre tales hechos. En efecto, este tipo de historia toma como norma la cien-
Se constituyen así, una pluralidad de objetos para esas dife- cia constituida, ya que busca dar cuenta de los obstáculos,
rentes ciencias: economía, psicología, sociología, antropolo- de las rectificaciones, de lo científico y lo no-científico a pro-
gía. Ante diferentes objetos y diferentes métodos, la unidad pósito de los conceptos. En la Epistemología practicada por
de las Ciencias de la Educación queda puesta en tela de Canguilhem el análisis no se practica haciendo "teoría sobre
juicio. las teorías lo cual sólo equivaldría a inventariar cierto núme-
Se podría argumentar, dice N. Mosconi, que en el interior ro de resultados sino que se procederá a una conceptualiza-
de cada una de esas ciencias se producen transformaciones ción sobre los conceptos" . 12

teóricas y metodológicas por la construcción "de un nuevo Bajo esta perspectiva, es de la actualidad de una ciencia
objeto recortado en el campo de la educación [...] pero es en de donde se extrae para un concepto la normatividad que
8
su cuadro donde se efectuará esta evolución" . Y ninguna de requiere la recurrencia, así es como un concepto "encierra
esas disciplinas podría dar cuenta de la totalidad de los fenó- una norma operativa o judicatoria, que no puede variar en
menos que comprende la educación, de suerte que ninguna su extensión sin rectificación de su comprensión" . 13

de ellas, a pesar de que se constituyan por la confluencia de Si para las "Ciencias de la Educación" argumentáramos
hechos comunes con la educación, podría "representar la que es en cada una de las ciencias que las conforman en
disciplina capaz de constituir esta ciencia autónoma que se- donde encontraríamos la normatividad, esta respuesta no
9
ría la ciencia de la educación" . sería precisa, ya que sería en su propia interioridad donde
Para el caso de la Pedagogía que las Ciencias de la Educa- cada ciencia construye su propia verdad; se trataría enton-
ción han incorporado como parte de ellas, planteamos que ces de un principio de juzgamiento extraído de otro campo
presentaría el mismo problema respecto a la definición de su de conocimiento que no permitiría por tanto dar cuenta del
objeto. Así, Mialaret habla de ciencias pedagógicas "para progreso de los conceptos propios de la Educación. No exis-
abordar los problemas concretos de la educación-proceso", y ten criterios universales o exteriores a una ciencia para juz-
entre ellas coloca: la psicología de la educación, la fisiología gar su verdad.
de la educación, la sicosociología de los grupos reducidos, la Ahora bien, sabemos que los conceptos se relacionan en-
ciencia de la comunicación, las Didácticas, la teoría de los tre sí tanto en una misma teoría como entre una teoría y
programas, las ciencias de los métodos y de las técnicas pe- otra. Si la historia epistemológica concede preeminencia al
10
dagógicas y las ciencias de la evaluación . Sería muy difícil concepto, ello "no significa que se limite en el interior de
encontrar la unidad de ciencias tan diferentes en torno a un determinada ciencia. Los conceptos no conocen fronteras
solo objeto. Como en el caso de las "Ciencias de la Educa- epistemológicas. Se pueden situar en diferentes ciencias [...]
ción", habría pluralidad de objetos y de métodos, ya se con- El concepto de regulación es situado por el análisis de Can-
sidere la Pedagogía en el subconjunto educación-proceso, guilhem, primero, como un concepto de mecánica, en segui-
ya se tome en relación con la totalidad de las Ciencias de la
Educación.
Carecemos, entonces, de un discurso científico que nos 11 G e o r g c s C a n g u i l h e m , "El p a p e l de la e p i s t e m o l o g í a en la historiografía científi-
c a contemporánea", en: E C O (Bogotá), N o . 2 4 7 ( m a y o 1982), p . 12.
12 Pierre M a c h e r e y , " L a filosofía d e las c i e n c i a s d e G e o r g e s C a n g u i l h e m " , e n :
E C O ( B o g o t á ) . N o . 106 (febrero 1969), p . 4 0 3 .
8 Ibid., p. 8 1 . 13 G e o r g e s C a n g u i l h e m , "El objeto de la h i s t o r i a de las ciencias", en: Sociología.
9 Ibid. Revista de la Facultad de Sociología de UNAULA (Medellín), No. 1 (octubre
10 Gastón Mialaret. Ciencias de la educación, p. 56. 1978), p. 8.

58 59
da, como un concepto de Biología, tornándose finalmente en ¿Por qué elegir la Pedagogía?
concepto cibernético. El concepto de normal es analizado en
el campo de la fisiología, de la patología, pero también en la La Pedagogía como saber será nuestro frente de trabajo
14
clínica y en la sociología" . porque, si suprimiéramos una a una las otras ciencias de la
Por eso cuando anotamos que no existe un discurso cien- Educación y dejáramos la Pedagogía y la Didácüca podría-
tífico unitario del cual podríamos tomar la normatividad, no mos de todas maneras pensar la enseñanza. La Didácüca se
queremos indicar que las ciencias o teorías no se relacionen conformó como un discurso para enseñar: "Comencemos [...]
entre sí a través de sus conceptos; queremos anotar que en a investigar sobre qué, a modo de roca inmóvil, podemos
la Epistemología, sin contar con el estado actual de una establecer el método de enseñar y aprender" . Y a través de 17

ciencia, no podemos realizar la recurrencia. la historia, la didáctica no ha cesado de abrir su discurso a


Una teoría está conformada por un conjunto coherente de conceptos y métodos sobre la enseñanza.
conceptos, "una ciencia es un discurso normado por su rec- Pestalozzi mantuvo unidos en su trabajo la enseñanza y el
15
tificación crítica" . Para el caso de las Ciencias de la Educa- aprendizaje a través del método, planteando como finalidad
ción o de la Pedagogía que éstas definen ¿será posible seña- de la enseñanza la educación. Así relata sus experiencias:
16
lar cuál es el último lenguaje normado que muestre los "Busqué largo tiempo un principio psicológico común a todos
criterios de cientificidad que posibilitan la recurrencia? ¿Ten- esos procedimientos [...] de enseñanza, convencido de que
drán éstas un cuerpo conceptual cuya verdad se haya esta- era el único medio de descubrir la forma de perfeccionamien-
blecido a través de la formación, deformación y rectificación to asignada al hombre por su propia naturaleza" . Cuando 18

de sus conceptos? La respuesta seguirá siendo negativa Herbart intentó sistematizar la Pedagogía incluyó en ella la
mientras no exista una primera condición: la formación de Didáctica. La Pedagogía general comprende "los tres concep-
un discurso científico unitario en torno a un objeto. tos capitales del gobierno, la instrucción y la disciplina [...] la
Pero es cierto que las "Ciencias de la Educación" y la Pe- teoría de la instrucción" es "la llamada Didáctica" . Poste- 19

dagogía, han estado en contacto con la cientificidad de diver- riormente, cuando se fue conformando un discurso sobre las
sas maneras: ellas han utilizado modelos, conceptos y méto- "Ciencias de la Educación", la Pedagogía permaneció en el
dos de otras "ciencias" para tender hacia la sistemaücidad, seno de la enseñanza.
por tanto es posible, a propósito de su devenir, realizar histo- Para Claparéde la Pedagogía es una "ciencia aplicada que
ria de las ciencias. Nos parece que los análisis por empren- reposa sobre el conocimiento del niño" . La ciencia del niño 20

der serán más fecundos si nos alejamos, en un principio, del comprende para él la paidología o "ciencia pura", y la paido-
bloque de las "Ciencias de la Educación"; cualquier pregunta tecnia, "ciencia aplicada". Entre las subdivisiones de esta úl-
se atomiza y se puede volver estéril ante esa pluralidad de tima coloca la Pedagogía científica y la define como "el cono-
ciencias. cimiento o la investigación de las circunstancias favorables
al desarrollo del niño y de los medios de educarle y de ins-
21
truirle en vista de un fin determinado" . A pesar de asignar
a la Pedagogía un estatuto práctico, reservó para la Didáctica
14 Roberto Machado, Ciencia e saber, p . 2 6 . el papel de llevar a cabo los procedimientos de enseñanza:
15 G e o r g e s C a n g u i l h e m , "El p a p e l d e l a e p i s t e m o l o g í a e n l a historiografía c o n -
temporánea", p. 11.
"Entre los problemas psicotécnicos, existe una categoría que
16 "Pero he aquí u n a diferencia evidente: para el p e n s a m i e n t o científico el pro- desde el punto de vista de la práctica pedagógica tiene una
greso está demostrado, es demostrable, su demostración es incluso un ele-
m e n t o p e d a g ó g i c o indispensable p a r a el desarrollo de la cultura científica.
D i c h o de otro m o d o , el progreso es la d i n á m i c a m i s m a de la cultura científi- 17 Comenio, Didáctica magna, p. 52.
ca, y es esta d i n á m i c a la q u e la historia de las c i e n c i a s d e b e describir. D e b e 18 J . E . P e s t a l o z z i , C ó m o e n s e ñ a G e r t r u d i s a sus lujos, p . 132.
describirla juzgando, valorizando, quitando toda posibilidad de un regreso a
19 J.F. Herbart, Bosquejo para un curso de Pedagogía, pp. 35-36.
nociones erróneas", Gastón Bachelard, La actividad racionalista de la física
20 E. Claparéde, Psicología del niño i; pedagogía experimental, p. 103.
contemporánea, p. 33.
21 Jbíd., p . 1 0 0 .

61
importancia especial: aquellos que conciernen a los procedi- cas sociales pueden llegar a engendrar dominios de saber
mientos de enseñanza y que se han agrupado bajo el nombre que [...] hacen que aparezcan nuevos objetos, conceptos y
22
de Didáctica" . 25
técnicas" . Para el caso del saber pedagógico es de especial
Sean estas alusiones a Comenio, Pestalozzi, Herbart y importancia, por ejemplo, el análisis de las controversias que
Claparéde unos indicadores significativos acerca de la per- suscitó durante el siglo XVIII la diferencia entre educación e
manencia de la enseñanza como campo conceptual u opera- instrucción referidas, primero a la formación del hombre, y
tivo donde se concretan los conceptos prácticos del saber luego a la formación del ciudadano mediante la instrucción
pedagógico. Planteamos entonces que la Pedagogía está más pública. El siglo XIX se caracterizó por dos intensas luchas a
cerca de la enseñanza que cualquiera otra de las llamadas propósito de la instrucción pública; primero, la de "los parti-
"Ciencias de la Educación". dos políticos, conservadores y progresivos, reaccionarios y
liberales por apoderarse de la educación y de la escuela para
26
sus fines" . Segundo, la que tuvo lugar entre la Iglesia y el
HISTORIA DEL SABER PEDAGÓGICO Estado que concluye con el dominio del Estado sobre la edu-
cación y la consiguiente constitución en cada país de la ins-
Proponemos el análisis de la Pedagogía como saber dadas trucción pública nacional.
las dificultades, ya anotadas, para disponer de un discurso En el orden del saber, estas luchas imprimieron particula-
científico en torno a un objeto de ciencia, abordado por un ridades, en el seno del saber pedagógico, a ciertos objetos de
método propio para la construcción de proposiciones cohe- discurso, como el de instrucción que alcanzó connotaciones
rentes que presenten la actualidad de las Ciencias de la suficientes para oponerse al de educación, así: educar signi-
Educación o de la Pedagogía como ciencia. ficaba formar; instruir significaba impartir conocimientos.
Nos situaremos, entonces, en el discurso de la Pedagogía, Antes de posarse sobre la placidez de una opción pedagógi-
advirtiendo como ya se anotó en el capítulo sobre el saber ca, el concepto de instrucción recibió ciertas delimitaciones
pedagógico y su archivo, que un discurso está regido por la en la práctica política.
regularidad de una práctica discursiva. El discurso "es una Con anterioridad a su asentamiento en una práctica cien-
práctica compleja y diferenciada que obedece a unas reglas y tífica, un objeto, un concepto o un método pueden haberse
23
a unas transformaciones analizables" . El hecho de situar- formado en dominios del poder y después figurar "decanta-
nos en la práctica discursiva nos ubica de entrada en el te- dos en el interior de dominios epistemológicos definidos" . 27

rritorio del saber. Esta posibilidad de análisis del saber, en relación con el po-
der, puede arrojar conocimientos epistemológicos a propósito
de las disciplinas.
El saber y las prácticas sociales En Vigilar y castigar, Foucault analiza el proceso de for-
mación del examen como forma de saber apoyada en el pa-
24
El análisis de un saber permite reconocer regiones de nopüsmo. También demuestra la incidencia epistemológi-
saber que se han fonnado ya en el interior de las prácticas ca del examen en la Medicina, la Pedagogía, la Psiquiatría y
sociales, ya dentro de las prácticas discursivas. "Las prácti- la Psicología. Para el caso de la Medicina fue condición esen-

22 Ibid., p . 107.
23 M i c h e l F o u c a u l t , La arqueología del saber, p. 3 5 5 . v e r d a d , alli d o n d e s e d e f i n e n u n c i e r t o n ú m e r o d e r e f o r m a s d e s u b j e t i v i d a d ,
24 La noción de saber nos permite situarnos en el interior y en el exterior de la dominios de objeto, tipos de saber y, p o r consiguiente, p o d e m o s hacer a partir
verdad. "[...] h a y dos tipos d e historia d e la verdad. L a primera es u n a especie d e e l l o u n a h i s t o r i a e x t e m a , e x t e r i o r , d e l a v e r d a d " , M i c h e l F o u c a u l t , L a ver-
de historia interna de la verdad, q u e se corrige partiendo de sus propios dad y ( a s formas jurídicas, p. 17.
p r i n c i p i o s d e r e g u l a c i ó n : e s l a h i s t o r i a d e l a v e r d a d tal c o m o s e h a c e e n o a 25 Jbíd., p . 1 4 .
partir de la historia de las ciencias. P o r otra parte, creo q u e en la s o c i e d a d , o 26 Lorenzo Luzuriaga, Historia de la educación y de la pedagogía, p. 181.
al m e n o s en nuestras sociedades, h a y otros sitios en los q u e se f o r m a la 27 C i t a d o p o r M i g u e l M o r c y e n : Lectura d e Foucault, p . 2 4 7 .

62 63
cial para su "desbloqueo epistemológico" hacia finales del si- 34
tos sicológicos" . Para la historia de la Pedagogía como sa-
glo XVIII, "la organización del hospital como aparato de 'exa- ber, debemos considerar tanto los factores externos como las
28
minar' " . La visita del médico al hospital se tornó más regu- relaciones entre diferentes conocimientos en sus procesos de
lar y rigurosa, los reglamentos incrementaron el tiempo de formación.
duración de su visita y la inspección que antes era eventual Aunque la historia recurrencial debe fundamentarse en la
y rápida se convirtió en situación constante de examen. Este actualidad de una ciencia, el análisis histórico se practica,
proceso acarreó dos consecuencias: por una parte el médico también, tomando en cuenta las prácticas sociales. "La his-
adquirió mayor importancia sobre el personal religioso y le toria que Canguilhem defiende, la historia epistemológica
fue confiado un papel específico aunque subordinado en la que temaüza las relaciones conceptuales, no se limita al in-
técnica del examen; por otra parte el hospital, antes de ca- terior de una ciencia, pero tampoco se agota siguiendo las
29
rácter asistencial, se convierte en "lugar de formación y de filiaciones conceptuales en ciencias diferentes o explicitando
confrontación de conocimientos [...] El hospital bien 'discipli- sus relaciones con saberes no científicos: debe relacionar los
nado' constituirá el lugar adecuado de la 'disciplina' médica; conceptos con las prácticas sociales y políticas" . Cangui- 35

ésta podrá perder su carácter textual, y tomar sus referen- lhem ilustra la relación de la ciencia con la práctica social en
cias menos en la tradición de los autores decisivos que en un el análisis de las condiciones para que la estatura humana y
30
dominio de objetos perpetuamente ofrecidos al examen" . las aptitudes intelectuales se convirtieran en objeto de estu-
Otro tanto ocurre en la Pedagogía del siglo XVIII con la dio de Quetelet y de Binet, respectivamente. "La estatura hu-
aplicación de las técnicas del examen, cambia el papel del mana supone el establecimiento de los ejércitos nacionales,
maestro: "el examen permite al maestro, a la par que trans- del reclutamiento y el interés por las reformas. Las aptitudes
mite su saber, establecer sobre sus discípulos todo un cam- intelectuales [...] suponen la institución de la escolaridad pri-
31
po de conocimientos" . En cambio en la tradición corporati- maria obligatoria y el interés por el problema del retraso. Por
va, el maestro reconocía una aptitud adquirida en la "obra consiguiente, la historia de las ciencias [...] no tiene sola-
maestra" que corroboraba una transmisión de saber ya reali- mente relación con un grupo de ciencia sin cohesión intrín-
32
zada . "Y así como el procedimiento del examen hospitalario seca sino también con la no-ciencia, con la ideología, con la
ha permitido el desbloqueo epistemológico de la medicina, la práctica políüca y social" . 36

época de la escuela 'examinatoria' ha marcado el comienzo Como al analizar un saber no solamente encontramos su
33
de una Pedagogía que funciona como ciencia" . formación vinculada a las prácticas sociales, sino también
No quiere decir esto que el examen haya sido la práctica como habíamos dicho, a las prácticas discursivas, ocupémo-
que siguió definiendo la Pedagogía; sin duda fue decisivo nos ahora de analizar el saber en sus dominios más internos
para transformar la función del maestro en la producción de pero de ninguna manera desligados de la exterioridad social.
un saber sobre los alumnos. Pero es igualmente importante
el papel que jugó el método de enseñanza en la aplicación de
la psicología a la Pedagogía. En busca del conocimiento de El saber y la historia de las ciencias
las leyes que guiaban el desarrollo del hombre para orientar
la enseñanza, Pestalozzi acudió a la psicología, con el propó- En los análisis precedentes quedó indicado que ni las Cien-
sito de "establecer la educación del pueblo sobre fundamen- cias de la Educación ni la Pedagogía que éstas definen será
nuestro objeto de estudio. Se escoge entonces el saber pedagó-
gico como el espacio, ahora, de nuestras aproximaciones his-
28 Michel Foucault, Vigilar y castigar, p . 190.
29 Ibid.
30 Ibid., p . 191.
31 Ibid. 34 J.E. Pestalozzi. Cómo e n s e ñ a Gertrudis a s u s hijos, p. 33.
32 Ibid. 35 Roberto Machado. Ciencia e saber, p p . 2 8 - 2 9 .
33 Ibid. 36 G e o r g e s C a n g u i l h e m , "El o b j e t o d e l a historia d e las ciencias", p . 1 1 .

64 65
toncas y metodológicas a la enseñanza; después, como el es- na el saber es también objeto de la historia de las ciencias.
pacio de un campo de investigaciones por emprender. La historia arqueológica se ocupa de los procesos de forma-
Si en el campo del saber es posible efectuar historia de las ción de los saberes.
ciencias, es porque a partir de las prácticas discursivas se Es entonces el saber el territorio propio de la arqueología,
despliega una modalidad de historia cuyo cometido no es el en el sentido de que la ciencia no es su objeto propio de
análisis de las ciencias. Y no porque el saber amontone los estudio. El centro de atención de la arqueología son las for-
conocimientos que casi llegaron a ser ciencia, "procedentes maciones discursivas en la medida en que en ellas a través
de experiencias, de tradiciones o de descubrimientos hetero- del sistema de positividad se particulariza el saber. Las for-
géneos, y unidos solamente por la identidad del sujeto que maciones discursivas no son "ni ciencias actuales en vía de
37
los guarda" . El saber está formado por la regularidad de gestación, ni ciencias antes reconocidas como tales y luego
una práctica susceptible de historiar. obsoletas y abandonadas [...] Son unidades de una naturale-
Sobre un fondo de saber aparecen los discursos, tanto za y de un nivel diferentes de lo que hoy se llama (o de lo que
aquellos que alcanzan las normas de la cientificidad o su pudo llamarse) una ciencia. Para caracterizarlas no es perti-
paso a la formalización, como aquellos cuya organización nente la distinción entre lo científico y lo no científico, son
conceptual comporta niveles heterogéneos o cuyo objeto de 40
epistemológicamente neutrales" . El sistema de relaciones
saber aún está disperso en pluralidad de objetos. Sin embar- entre los elementos que conforman un saber es "menos es-
go, no todos estos discursos son analizados por la historia 41
tricto" que el de las ciencias pero en todo caso obedecen a
del saber, como veremos luego. una práctica regulada como condición de posibilidad de los
Una práctica discursiva forma saberes que pueden o no discursos, así estos sean o pretendan llegar a ser científicos.
estar desuñados a generar ciencias pero que son necesarios En cambio en una ciencia el sistema que la rige es bien
para su constitución. Un saber acoge una práctica discursi- definido, "para que haya ciencia es necesario que los discursos
va especificada por sus objetos, sus formas de enunciación, obedezcan a detemiinadas leyes de construcción de las propo-
sus conceptos y sus elecciones estratégicas. "Existen saberes siciones, reglas que dan a los discursos el carácter distintivo
que son independientes de las ciencias (que no son ni su de ciencia. La cuestión de la cientificidad del conocimiento
esbozo histórico ni su reverso vivido), pero no existe saber científico es la propia razón de ser de la Epistemología" . 42

sin una práctica discursiva y toda práctica discursiva puede Al no ser la ciencia el objeto de estudio de la arqueología,
38
definirse por el saber que forma" . podría pensarse que son las disciplinas su campo más propi-
En la interioridad del saber las formaciones discursivas cio, toda vez que estas aún no han alcanzado la cienüficidad.
emergen, se transforman y se modifican. Pero el discurso A este supuesto es preciso responder negativamente. Pero
que ellas alojan no es un germen de una verdad creciente dado el interés que representa la relación entre disciplinas y
39
que finalmente se materializa en una ciencia o en una dis- formaciones discursivas para la historia del saber pedagógi-
ciplina. Haya dado o no lugar a una ciencia o a una discipli- co, observemos qué es una disciplina y cuál es su situación
en la historia arqueológica.
37 Michel Foucault, IJX arqueología del saber, p. 3 0 5 .
Las disciplinas son discursos "que copian su organización
38 Ibid., p . 3 0 7 . de unos modelos científicos que tienden a la coherencia y a
39 "Si n o s e r e c o n o c e e n l a ciencia m á s q u e l a a c u m u l a c i ó n lineal d e v e r d a d e s o
la demostraüvidad, que son admitidos, institucionalizados,
la ortogénesis de la razón, si no se reconoce en ella u n a práctica discursiva 43
que tiene sus niveles, sus umbrales, sus rupturas diversas, no se puede transmitidos y a veces enseñados como unas ciencias" . En
describir m á s q u e u n a sola división histórica cuyo m o d e l o se reconduce sin
cesar a lo largo de los tiempos, y para cualquier forma de saber: la división
entre lo q u e no es todavía científico y lo q u e lo es definitivamente. T o d o el es-
p e s o r de los desgajamicntos, toda la dispersión de las rupturas, t o d o el desfa- 40 Michel Foucault. Respuesta al círculo de Epistcnwlogia, p. 257.
se de sus efectos y el j u e g o de su interdependencia se encuentran reducidos 41 Michel Foucault, La arqueología del saber, p. 305.
al acto m o n ó t o n o de u n a fundación que es preciso repetir constantemente", 42 Roberto Machado, Ciencia e saber, p . 172.
ibid., p p . 3 1 6 - 3 1 7 . 43 Michel Foucault. La arqueología del saber, p. 299.

66 67
vez de disponer de un objeto único con su correspondiente En cuanto a los métodos, es también amplio el conjunto
método, una disciplina "se define por un ámbito de objetos, de disciplinas en que se apoyan las Ciencias de la Educación
un conjunto de métodos, un corpus de proposiciones consi- y la Pedagogía; entre las más utilizadas por las diversas co-
deradas como verdaderas, un juego de reglas y de definicio- rrientes están la psicología, la sociología, la biología, la antro-
44
nes, de técnicas y de instrumentos" . pología, la estadística, la lingüística, la cibernética. La plura-
No es difícil distinguir, a propósito de las Ciencias de la lidad de objetos es tan amplia o el objeto definido es tan
Educación y de la Pedagogía, la pluralidad de objetos y de vasto, que en cada articulación de la Pedagogía o de las
45
métodos para conceptualizar. La educación es para unos el Ciencias de la Educación con otra disciplina, aflora un objeto
46
objeto de la Pedagogía ; en cambio para otros la educación al cual se le aplica un método diseñado en tal disciplina para
como fenómeno social complejo es el objeto de las Ciencias llevar a cabo conceptualizaciones y aplicaciones. Será preci-
47
de la Educación ; el aprendizaje es la razón de ser de la so, más adelante, cuando la historia del saber pedagógico
48
enseñanza para no pocas corrientes pedagógicas, y para avance, recoger bajo el término de saberlos discursos acerca
otras lo es el conocimiento. Pero en todo caso entre enseñar de aquellos objetos y métodos, con las implicaciones metodo-
y aprender o enseñar y conocer giran las definiciones. lógicas de tal noción, así: la pluralidad y la heterogeneidad
En un contexto más amplio y en la perspectiva de una de los discursos hacen parte de su campo de análisis. Por
futura historia de la enseñanza, habrá que aprehender ía ahora consideremos la relación de las disciplinas con las po-
enseñanza como objeto de saber y dar cuenta, a través de las sitividades en el campo del saber.
prácticas discursivas que el análisis pueda ubicar, de sus Pero si en un saber no emerge una disciplina, ¿entonces
dispersiones, de sus transformaciones, de sus enrarecimien- de qué hacer historia? A esta pregunta hay que responder en
tos, de sus rupturas. Un análisis previo indica como guía dos sentidos: primero, de todos modos en una práctica dis-
para un punto de partida las siguientes superficies de dis- cursiva se encuentran positividades y formaciones discursi-
curso en las cuales aparece: como un objeto de un discurso vas accesibles a la descripción; segundo, en una formación
(la Didáctica magna de Comenio), como método de enseñan- discursiva y en las transformaciones de su positividad puede
za (Pestalozzi), como un mecanismo disciplinario (la ense- emerger una disciplina.
ñanza mutua de Bell y Lancaster), como estrategia de educa- Una positividad no es un amontonamiento de conoci-
ción (Rousseau), como una teoría de la instrucción (Herbart), mientos de segunda clase que la evolución de las ideas ha
como una práctica (la práctica pedagógica en Claparéde). El ido depositando a su paso. No, una positividad posee una
análisis histórico sacaría a la luz las relaciones, las distan- regularidad para sus objetos, conceptos, enunciaciones y
cias, las exclusiones, las continuidades entre esos diferentes elecciones temáticas. Si una formación discursiva no provie-
objetos de discurso que, con el derecho al riesgo que conce- ne de un saber cuya positividad haya generado una discipli-
den las hipótesis, conforman un objeto de saber. na, proviene de un saber cuya positividad se aloja en una
formación discursiva.
Los comienzos de una práctica discursiva constituyen
44 M i c h e l F o u c a u l t , £1 orden del discurso, p. 2 7 .
45 "El s a b e r técnico sobre la educación es la 'Didáctica', la 'organización escolar' una positividad y se aprehenden en la formación de sus ob-
49
y la T e c n o l o g í a Educativa; el saber científico es la 'Pedagogía' o 'Ciencia de la jetos, fundamentalmente . Pero una positividad no desapa-
e d u c a c i ó n ' " , P a c i a n o F c r m o s o , Teoría de la Educación, p. 2 2 .
46 " E l o b j e t o d e l a P e d a g o g í a e s l a E d u c a c i ó n " . É m i l c P l a n c h a r e ! , Orientaciones
rece cuando sufre una transformación. Siempre que haya
actuales de la Pedagogía, p. 12. saber existe positividad, y esta se individualiza, a pesar de
47 T o d a s estas disciplinas, que a m e n u d o no son m á s que u n a parte de u n a su dispersión, en una formación discursiva.
disciplina m á s g e n e r a ] (historia de la educación, psicología de..., planificación
d e . . . ) , tienen en c o m ú n un objetivo m u y preciso: el estudio de las situaciones Se presentan varios casos en las positividades: en primer
y de l o s h e c h o s e d u c a t i v o s " , G a s t ó n M i a l a r e t , Ciencias de la Educación, p. 7 6 . lugar si existe positividad no necesariamente existe discipli-
48 "Enseñar es d i s p o n e r de cierto m o d o las c o n d i c i o n e s o contingencias de refor-
z a m i e n t o e n q u e l o s e s t u d i a n t e s a p r e n d e n " , B . J . S k i n n e r , Tecnología d e l a
enseñanza, p. 78. 49 M i c h e l F o u c a u l a La arqueología del saber, p. 7 9 .

68 69
na. Así, en el discurso que precedió en los siglos XVII y XVIII conceptualizaciones. Pero ¿cómo reconocer el nivel alcanza-
a la formación de la disciplina psiquiátrica, no existía otra do? A partir de identificar diferentes üpos de emergencias a
disciplina previa. Sin embargo, existía una práctica discursi- propósito de las formaciones discursivas. Esas emergencias
va que actuaba en los objetos, conceptos, formas de enun- marcan diversos umbrales, así: cuando una formación dis-
ciación y estrategias teóricas a propósito de la locura. "En la cursiva surge en una práctica discursiva y alcanza indivi-
época clásica se tiene, pues, una formación discursiva y una dualidad y autonomía, opera en consecuencia un único sis-
positividad absolutamente accesible a la descripción, a las tema de formación de los enunciados. Este momento o el de
cuales no corresponde ninguna disciplina definida que se transformación de tal sistema recibe el nombre de umbral de
50
pueda comparar a la psiquiatría" . No siempre que se tiene positividad. "Cuando en el juego de una formación discursiva
una positividad se tiene también una disciplina. un conjunto de enunciados se recorta, pretende hacer valer
En segundo lugar, en una formación discursiva y en las (incluso sin lograrlo) unas normas de verificación y de cohe-
transformaciones de su positividad puede emerger una disci- rencia y ejerce, con respecto al saber, una función dominan-
plina. La práctica discursiva, en estos casos, no actúa sola- te (de modelo, de crítica o de verificación), se dirá que la
mente en la disciplina, sino también "en textos jurídicos, en formación discursiva franquea un umbral de epistemologiza-
52
expresiones literarias, en reflexiones filosóficas, en decisiones ción" ; en este umbral se ejerce la historia arqueológica,
51
de orden político, en frases cotidianas, en opiniones" . Así, para la cual, "la cientificidad no sirve de norma, lo que se
la formación discursiva en la cual se localiza la disciplina intenta dejar al desnudo son las prácticas discursivas en la
psiquiátrica que apareció a principios del siglo XIX, es más medida en que dan lugar a un saber y en que ese saber toma
amplia que el discurso de la psiquiatría, lo desborda y lo el estatuto y el papel de ciencia [...] Se trata [...] de perfilar la
rodea por todas partes. historia de las ciencias a partir de una descripción de las
53
En este punto del trabajo ya es hora de preguntarnos: si la prácticas discursivas" . El umbral de epistemologización se
arqueología no describe disciplinas sino saberes, y si las posi- ubica en el punto que estraüfica las formaciones discursivas,
tividades son más amplias que las disciplinas, ¿cómo se abor- diferenciando las que se definen por su positividad de las
daría el estudio de la Pedagogía como disciplina? Se trata en que alcanzaron estatuto de figuras epistemológicas, "que no
esta pregunta de los procesos de formación de la Pedagogía todas son forzosamente ciencias (y que, por lo demás, jamás
54
como disciplina. A lo cual es necesario responder: esta historia llegarán quizá a serlo)" .
arqueológica deberá llevarse a cabo mediante el análisis de la Los otros umbrales que se pueden localizar en las forma-
práctica discursiva en la cual se supone que ha emergido una ciones discursivas no son objeto de la historia arqueológica y
formación discursiva en la cual se localiza la Pedagogía cuan- corresponden a discursos que han alcanzado la cientificidad.
do ella alcanza un estatuto de disciplina. La descripción cubri- Cuando la figura epistemológica que había logrado un um-
rá, entonces, la reescritura metódica de la positividad que alo- bral de epistemologización, "obedece a cierto número de cri-
ja dicha disciplina. Todo indica, pues, que el punto de partida terios formales, cuando sus enunciados no responden sola-
se debe situar cronológicamente allí donde se vislumbra que mente a reglas arqueológicas de formación, sino además a
hubo una positividad acerca de la enseñanza, una modifica- ciertas leyes de construcción de las proposiciones, se dirá
55
ción tal que permitió la emergencia de la Pedagogía como un que ha franqueado un umbral de cientificidad' . En este
discurso con pretensión de sistematicidad. umbral se practica la historia epistemológica, la cual, como
Ahora bien, en los territorios del saber y en la interioridad habíamos dicho antes, toma como norma la ciencia consü-
de las formaciones discursivas emergen discursos cuyo esta-
tuto es diferente de acuerdo con el nivel alcanzado por sus
52 Ibid.. p. 314.
53 Ibid., p. 3 2 1 .
50 Ibid., p . 3 0 1 . 54 Ibid.
55 Ibid.. p. 314.
51 Ibid., p . 3 0 0 .

70 71
tuida para juzgar, a partir de su actual verdad, el pasado; la sos y prácticas heterogéneas. Debe servirnos como una se-
historia a este nivel, distingue la verdad y el error, el obstá- ñal* el momento en que la instrucción elemental se va perfi-
culo y el progreso, lo científico y lo no científico; pero este lando como una prácüca que ya no hace parte del sistema de
análisis no necesita situarse en el interior de la misma cien- estudios superiores, en el siglo XVI.
cia para desplegar el análisis. "Se trata, por lo tanto, de se- b) La transformación de la posiüvidad acerca de la ense-
guir la historia desde fuera de la ciencia misma, lo cual es ñanza, sería el momento en que se localizan objetos que por
una forma de expresar que esta historia es de hecho un paso su nuevo nivel de elaboración pueden llamarse objetos de
de vin 'no se sabe' a un 'se sabe'. Debe decirse además que saber. Debe servirnos aquí como señal la aparición de un
es el esfuerzo de pensar la ciencia en su cuerpo real, el con- discurso positivo sobre la Didácüca en el siglo XVII. Sin duda
56
cepto" . De esta historia han dado los modelos Gastón Ba- es el momento más sistemático de la positividad; las trans-
chelard y Georges Canguilhem. formaciones que han tenido lugar permiten ya ubicar un su-
Distinto es el umbral de formalización, franqueado por un jeto de saber, una institución de enseñanza que opera con
discurso científico, cuando este "pueda definir los axiomas que ese saber y una práctica en torno al mismo que le otorga
le son necesarios, los elementos que utilizan, las estructuras mayor complejidad discursiva. A este estado del discurso so-
preposicionales que son para él legítimas y las transformacio- bre la enseñanza propongo llamarlo saber pedagógico. Las
nes que acepta, cuando pueda así desplegar, a partir de sí prácticas, los discursos y los puntos de comparación entre la
mismo, el edificio formal que constituye" . Corresponde a este 57 emergencia de una positividad acerca de la enseñanza y su
transfonnación en saber pedagógico, se presentan en el
umbral del discurso el análisis recurrencial que no puede rea-
aparte denominado "Dominios de investigación histórica".
lizarse sino en el interior de la ciencia constituida.
Ahora bien, para los diferentes tipos de discursos (positi-
vidades, figuras epistemológicas y ciencias), el saber es su Más de una razón existe para denominar a tal transfor-
condición de posibilidad, pero solamente el umbral de episte- mación saber pedagógico. Saber pedagógico es la noción me-
mologización es objeto de la historia arqueológica, a la locali- todológica que más discursos heterogéneos puede agrupar
zación de este umbral y a su descripción histórica debe diri- en torno a la enseñanza. Cuando aparece la didáctica, la
girse la investigación acerca del saber pedagógico. A título de dispersión acerca de la enseñanza adquiere un discurso me-
hipótesis (y sin renunciar al derecho de modificaciones even- tódico, y la enseñanza como objeto de saber es el centro de la
tuales), se propone la realización de trabajos (tal vez dos o didáctica. En los discursos acerca de la educación de Rous-
tres historias y varios trabajos monográficos) que permitan seau y Pestalozzi, la enseñanza es una estrategia para edu-
por comparación entre varias positividades describir el proce- car. La Pedagogía planteada por Herbart agrupa los discur-
so de epistemologización que corresponde a la formación de sos acerca de la educación, la instrucción (didáctica) y la
la Pedagogía como disciplina. Se podría llamar a este trabajo enseñanza. Y considerada entre las Ciencias de la Educa-
una historia del saber pedagógico centrada en la enseñanza. ción, la Pedagogía se encuentra en el grupo de ciencias que
A propósito de la localización del umbral de positividad tratan conceptual u operativamente la enseñanza. En suma,
que servirá de punto de comparación, podrían servir de guía entre Pedagogía y enseñanza existen unos nexos históricos,
las siguientes proposiciones: a nivel de la práctica y de los discursos, que nos autorizan
a formular el saber pedagógico, en sentido metodológico**
a) La emergencia de una positividad acerca de la ense- como el saber que ha tenido por "referencial" la enseñanza.
ñanza es el momento de mayor dispersión de sus objetos y Esta definición no sugiere de ninguna manera una continui-
conceptos que se encuentran muy diseminados entre discur- dad progresiva; por el contrario, delimita una dispersión

so Pierre M a c h c r e y . "La filosofía d e las c i e n c i a s d e G e o r g e s C a n g u i l h e m " , p . 4 1 4 . S e ñ a l pero no clcllnición.


57 M i c h e l F o u c a u l t . L a arqueología del saber, p . 3 1 4 . N o c o m o m é t o d o d e e n s e ñ a n z a sino c o m o guía d e trabajo.

72 73
acerca de la enseñanza como objeto de investigación en el que quiere en sus estudios, sin orden definido" . Por otra 61

cual deben ser localizadas las prácticas discursivas que den parte, emerge un discurso metódico en la Didáctica: "Co-
cuenta de sus modificaciones, enrarecimientos, desniveles o mencemos [...] a investigar sobre qué, a modo de roca inmó-
rupturas. Pero tampoco sugiere una historia totalizadora de vil, podemos establecer el método de enseñar y aprender . 52

lo que fue dicho acerca de la enseñanza a lo largo de los No es difícil observar que durante ese lapso, la enseñanza
siglos; saber pedagógico es una estrategia de análisis que no tenía en sus comienzos un lugar definido, ni un sujeto
nos posibilita historiar las prácticas discursivas que han de- (maestro) que se dedicase a enseñar para ser reconocido como
limitado como sujeto de saber al maestro. tal, ni un discurso unificado de definiciones y procedimientos
de enseñanza. Seguramente en cada una de esas prácticas, la
enseñanza es nombrada de manera diferente; no es igual la
Dominios de investigación histórica justificación para impartirla como parte de la educación de las
élites o como instrucción para los "pobres". Asimismo, "el es-
Se trata de esbozar un dominio para historiar la enseñan- cribir y contar, en los siglos XVI y XVII, no fueron por regla
za. Un sondeo previo de las fuentes delimita como campo de general, cuando menos en el campo, asignaturas obligato-
análisis la enseñanza en el siglo XVI, a partir del proceso por 63
rias" ; en cambio, la enseñanza de la religión era la norma
el cual ella se refiere a la enseñanza de la lectura, la escritu- general, a tal punto que el libro más usado era el catecismo.
ra y la religión. Esto es, el proceso mediante el cual la ins- En el sistema de enseñanza protestante-humanista según
trucción elemental ya no es "Considerada únicamente como la ordenanza escolar para Sajonia, en 1528, "la materia a
preparación para los estudios superiores, sino como fin en enseñar en las escuelas latinas debía consistir únicamente
58
sí" . Encontraremos que esta práctica está precedida y en leer y escribir la lengua latina (ninguna más), y doctrina
acompañada de prácticas de enseñanza heterogéneas: la en- 64
cristiana" . Por el contrario, en la segunda mitad del siglo
señanza impartida por los sacristanes, en el seno de la igle- XVII, los "hermanos" de la orden fundada por Juan Bautista
59
sia ; la enseñanza de los artesanos cuando el maestro era a de la Salle, "no necesitaban saber latín porque se consagra-
la vez un trabajador manual; la enseñanza particular de los ron exclusivamente a la enseñanza gratuita del pueblo" . 65

maestros que iban de casa en casa. Asimismo, en ese punto Sabido es que del siglo XVI al siglo XVII el latín va siendo
de partida debemos incluir los textos metódicos a propósito desplazado hasta llegar a preferirse la lengua materna en la
de la enseñanza. enseñanza.
El punto de comparación lo situaríamos en el siglo XVII Desde una práctica dispersa, la enseñanza se modificó
en el cual emerge, por una parte, una crítica al desorden que hasta convertirse en un discurso metódico que debía contar
60
reinaba en la enseñanza, decía Ratke : "cada uno hace lo con un maestro, procedimientos específicos, un lugar delimi-
tado (la escuela), unos contenidos uniformes y una caracteri-
58 Ernesto Codignola, Historia de la Educación y de la Pedagogía, p. 141. zación de la forma de aprender.
59 La o r d e n a n z a escolar de 1580 dice: ' T o d o s los custodes o sacristanes rurales
d e b e n dar escuela y cuidar de ella diariamente con toda aplicación, y en ella
e n s e ñ a r a los n i ñ o s a leer, escribir y l o s c a n t o s cristianos q u e en la i g l e s i a
d e b e n usarse, a lo cual el párroco d e b e dirigir su celosa atención, y a m o n e s - m e n o s aprenderlas de memoria, sino obtenerlas por sí m i s m o s o de b u e n o s
l a r a l p u e b l o c o n s e r i e d a d s o b r e e l l o " , c i t a d o p o r W . D i l t h c y , e n : Historia d e l a autores. 7. P r i m e r o la cosa m i s m a , d e s p u é s los n o m b r e s de las cosas. 8. T o d o
Pedagogía, p. 166. d e b e aprenderse p o r experiencia e i n d u c c i ó n . 9. El m a e s t r o d e b e sólo instruir;
60 Wolfgang Rattich (Ratichius o Ratke) (1571-1655). Contemporáneo de C o m e - la d i s c i p l i n a e s c o l a r y la d o m é s t i c a " , en: Lorenzo Luzuriaga, Historia d e l a
nio. L a s principales ideas en las cuales se a p o y a b a su m é t o d o eran: " 1 . g u e el educación y de la Pedagogía, p. 141.
m é t o d o ha de seguir a la naturaleza, y e n d o de lo simple y sencillo a lo c o m - 61 Ratichius, Introduction á l'art d'cnscigner, c i t a d o p o r M. D c b e s s e y G. Mialaret
p l i c a d o y s u p e r i o r , y d e l o fácil a l o d i f í c i l . 2 . N o d e b e a p r e n d e r s e m á s q u e en: Historia de la Pedagogía, II, p. 59.
u n a cosa a la v e z y no pasar a otra hasta haberla c o m p r e n d i d o por c o m p l e t o . 62 Comenio, Didáctica magna, p. 52.
3. D e b e repetirse lo aprendido. 4. T o d o debe enseñarse primero en la lengua 63 I l e r m a n n W e i m a r , Historia de la Pedagogía, p. 7 2 . t

m a t e r n a , y d e s p u é s pasar a las l e n g u a s extranjeras. 5. D e b e n a p r e n d e r s e


64 Ibid., p. 57.
gustosamente sin coacción por el maestro. 6. No d e b e n i m p o n e r s e reglas y
65 Ibid.. p. 73.

74 75
Discursos diferentes tendríamos que considerar: como con los conocimientos que enseña: el método, los procedi-
sermones, ordenanzas, catecismos, ensayos, libros metódi- mientos, llámense estos enseñanza objetiva, centros de inte-
cos. Autores como Lutero, Calvino, Melanchton, Erasmo, Vi- rés, tecnología o instrucción. Creemos que para hacer una
ves, Montaigne, Ratke, Comenio, y seguramente otros, ven- crítica a la Pedagogía y a la Didáctica debemos trabajar la
drían a ocupar un lugar en la práctica discursiva que da historia de la enseñanza. No sólo en la práctica discursiva
cuenta de los mencionados procesos de enseñanza. que acabamos de anotar, sino también en otras que nos pro-
En la práctica discursiva donde localizamos el saber me- porcionarían valiosos temas de discusión y de investigación.
tódico de la didáctica encontramos estos autores que segura- igualmente interesante y complejo es el sistema de rela-
mente hablaron de objetos diferentes y a través de conceptos ciones que debemos comparar con la positividad en la cual
de niveles heterogéneos. En todo caso es difícil establecer de emerge el saber pedagógico. Encontraremos en tal sistema,
antemano cómo se agruparían tales autores; pero tendremos como hitos fundamentales, los discursos de Rousseau, Pes-
que observar cuidadosamente los escritos de Vives, Bacon, talozzi y Herbart. La pregunta por la enseñanza continúa en
Montaigne y Ratke, señalados con insistencia por la histo- el centro de esta investigación.
ria de la Pedagogía como hitos fundamentales en la emer- Pero esta vez la dispersión que está investida encuentra
gencia de la didácüca. Asimismo acontecimientos políücos y un sistema institucional más definido. Entre los siglos XVIII
religiosos como la reforma protestante, la contrarreforma, la y XIX se desarrolla la educación estatal llegando a ser la
estrategia de los estados para la educación popular, la for- instrucción pública, objeto del saber y del poder. Se inicia el
mación de las naciones, tuvieron su nexo particular con la laicismo en la enseñanza; la instrucción pública se plantea
práctica de la enseñanza y deberán ser considerados. como unidad orgánica desde la escuela primaria a la univer-
Habría que aplicar las reglas de formación para hacer sidad; la instrucción del pueblo se convierte en un asunto
aflorar los diversos objetos que se referían a la enseñanza (a político. Igualmente la preparación del maestro, que en el
través de las prácticas de doctrina religiosa, de los artesanos, siglo XVII fue objeto de la iniciaüva religiosa (Ch. Démia,
de los preceptores privados y del maestro). Localizaríamos 1624; J.B. de la Salle, 1685), desde el siglo XVIII se incorpo-
una dispersión de conceptos sobre la educación de la noble- ra al ámbito estatal con la creación de las Escuelas Normales
za, la educación de los pobres, el cultivo de las facultades, la para la formación de maestros.
disciplina como estrategia de educación, el entendimiento y En el siglo XIX se crean los sistemas nacionales de educa-
su relación con el aprender, los métodos para lograr la erudi- ción y se promulgan destacadas leyes sobre instrucción pú-
ción, y la Didáctica como un discurso reglado para enseñar y 06
blica . Países como Francia, Inglaterra, Alemania, España,
aprender. Asimismo veríamos una dispersión de "posiciones Estados Unidos y las repúblicas hispanoamericanas (una vez
de sujeto" de parte de los diferentes maestros que enseñaban consolidada su independencia, y en la segunda mitad del
y de acuerdo con la estrategia de educación y de instrucción siglo XIX), difundieron en su territorio la enseñanza primaria
en que ellos se encontraban inscritos: o la disciplina como y buscaron hacerla universal, gratuita y obligatoria; "se pue-
fundamento de la educación y la virtud, o el método para de decir que la educación pública, en su grado elemental,
alcanzar la virtud, el conocimiento y la utilidad. queda firmemente establecida durante este siglo, con la adi-
¿Qué importancia tendría esta historia? Primero que todo,
localizar y describir la positividad acerca de la enseñanza y
66 "La L e y 6 de agosto de 1821, autorizó al Poder Ejecutivo para establecer Escuelas
su transformación a partir de la didáctica, es decir, ensa- N o r m a l e s d e E n s e ñ a n z a M u t u a s e n las principales c i u d a d e s d e C o l o m b i a . E l
yar la hipótesis de que el discurso de la Didáctica, en el si- Decreto 20 de e n e r o de 1822 las sitúa en las c i u d a d e s de 'Bogotá. C a r a c a s y
g ü i l o luego q u e se halle libre' y las r e g l a m e n t a para q u e en ellas 'un j o v e n u otra
glo XVII, es la regularidad que agrupa la dispersión de la en- p e r s o n a de talento q u e bajo las ó r d e n e s del intendente de la capital, y e n s e ñ a n z a
señanza y define un sujeto de saber (el maestro), que hasta del maestro, se instruya en el m é t o d o lancastcriano'. A s í n a c e la escuela n o r m a l

nuestros días, y a pesar de la Pedagogía y de las Ciencias de c o m o u n a institución para difundir el ' m é t o d o de e n s e ñ a n z a m u t u a , el cual
a p l i c a r í a n l o s m a e s t r o s e n l a s e s c u e l a s d e p r i m e r a s letras", O l g a L u c í a Z u l u a g a ,
la Educación, sigue teniendo una misma forma de relación El maestro y el saixr pedagógico en Colombia, 1821-1848, p . 7 6 .

76 77
ción de dos nuevos elementos: las escuelas de párvulos para Herbart hay ya un distanciamiento de las facultades; la edu-
la primera infancia y las escuelas normales para la prepara- cabilidad, dice, "no depende de una relación entre varias fa-
67
ción del magisterio" . cultades del alma originariamente diferentes; sino de una
En el saber pedagógico encontraríamos temas amplia- relación de las masas de representaciones ya adquiridas (en
68
mente tratados, tales como la educación del niño , la educa- parte entre sí mismas, en parte con la organización corporal.
69
ción del pueblo , la instrucción, el método de enseñanza, las Todo alumno ha de ser observado en este doble aspecto)" . 74

formas de conocer (mediante las facultades y las representa- Interesa considerablemente el análisis de los conceptos
70
ciones), la relación entre moral y política , y la relación entre enseñar y aprender, con el fin de distinguir en ellos la pre-
71
disciplina y educación . Temas que atravesaron los discur- sencia de discursos provenientes, ya del saber pedagógico,
sos de Rousseau, Pestalozzi, Herbart y otros pedagogos, pero ya de otros saberes; Pestalozzi, por ejemplo, trató de basar
que también estuvieron presentes, y algunos de ellos emer- en principios psicológicos la enseñanza, y sabido es que Her-
gieron, en la práctica política. bart buscó fundamentarla en la psicología y en la filosofía.
En la positividad que rige los discursos que serían objeto Los conceptos que en cada uno de ellos propician la articula-
de nuestro estudio, encontraremos que la forma de conocer y ción entre enseñanza y psicología, y los procedimientos que
la forma de aprender se corresponden en el saber pedagógi- de éstos se derivaron como aplicaciones para la práctica de
co, y que desde los enunciados acerca de las facultades has- la enseñanza, deben ser distinguidos cuidadosamente en el
ta la representación, se derivan procedimientos de enseñan- análisis, con el fin, en primer lugar, de ir caracterizando el
za y concepciones sobre la educación. Así, Rousseau anota campo de reconceptualización de la Pedagogía, y en segundo
que "el desenvolvimiento interno de nuestros órganos y de lugar, para describir en su positividad la relación educación
nuestras facultades es la educación de la naturaleza; el uso e instrucción, relación que suscitó métodos de enseñanza,
que aprendemos a hacer de este desenvolvimiento o desarro- prácticas disciplinarias, opciones de formación, y políticas de
llo por medio de sus enseñanzas, es la educación humana y difusión de las ciencias. Para estudios posteriores sobre la
la adquirida por nuestra propia experiencia sobre los objetos aparición de las Ciencias de la Educación, los conocimien-
72
que nos afectan, es la educación de las cosas" , pero la bue- tos que arrojaría el análisis de la relación entre educación e
na educación es la que armoniza estas tres clases de educa- instrucción posibilitarían comprender por qué la historia de
ción. Para Pestalozzi, "el hombre puede imprimir a la evo- la educación es, entre otras cosas, una historia política de la
lución de sus facultades la dirección más precisa y más ge- enseñanza de las ciencias, si se reconoce en ella una prácti-
neral y la marcha más rápida, porque la naturaleza sola- ca discursiva.
mente le ha dado para su desarrollo facultades y medios Otro tema clave, que está presente en la práctica discursi-
73
mas no le ha trazado ninguna dirección" . En cambio en va que trataríamos de describir, son las delimitaciones que
recibe el maestro como sujeto de saber pedagógico, delimita-
ciones que provienen de la práctica social a través de las
67 Lorenzo Luzuriaga, Historia de la educación y de la Pedagogía, p. 181.
68 " L a h u m a n i d a d tiene s u p u e s t o e n e l o r d e n d e las c o s a s ; l a infancia p o s e e
políticas para la difusión de los saberes y para la disciplina
también el suyo en el orden de la vida humana; es indispensable considerar escolar, pero que también se derivan de la normatividad del
a l h o m b r e e n e l h o m b r e , y a l n i ñ o e n e l n i ñ o " , J . J . R o u s s e a u , Emilio o l a propio saber pedagógico.
educación, p . 1 2 3 .
69 Pestalozzi trató de "establecer la e d u c a c i ó n del p u e b l o sobre f u n d a m e n t o s
El sujeto de saber que perfiló tal práctica discursiva se
p s i c o l ó g i c o s " , J . E . P e s t a l o z z i , Cómo enseña Gertrudis a sus hijos, p. 3 3 . modificó desde su identidad con base en el método de ense-
70 "Hay que estudiar la sociedad por los h o m b r e s y los h o m b r e s por la sociedad;
ñanza, o en la estrategia de educación hasta su redefinición
los q u e q u i e r a n tratar p o r separado la política y la m o r a l no e n t e n d e r á n
p a l a b r a n i d e u n a n i d e o t r a " , J . J . R o u s s e a u , Emilio o l a educación, p . 3 3 8 . por la posesión, ya no tanto de un método como de una
71 "La instrucción tiene c o n l a disciplina d e c o m ú n q u e a m b a s laboran p o r l a ciencia para él y una ciencia para enseñar. Así, Pestalozzi
e d u c a c i ó n " , I I c r b a r t , Bosquejo para un curso de Pedagogía, p. 4 7 .
72 J . J . R o u s s e a u , Emilio o la educación, p. 6 8 .
73 J.E. Pestalozzi, C ó m o enseña Gertrudis a sus hijos, p. 152. 74 J . F . 1 l e r b a r t . Bosquejo p a r a , un curso de Pedagogía, p. 2 6 .

78 79
consideraba que en la "educación del pueblo" no sería posi- convirtió en una forma de relación política interna de la so-
ble avanzar sin encontrar previamente las "formas de ense- ciedad del siglo XIX; todavía vivimos en ella. Está basada en
ñanza" que hiciesen del maestro, "por lo menos hasta la con- el panopüsmo que "ha sido una invención tecnológica, en el
clusión de los estudios elementales, el simple instrumento orden del poder, como la máquina de vapor en el orden de la
mecánico de un método cuyos resultados deben hacer por la producción. Esta invención tiene esto de particular: que ha
naturaleza de sus formas y no por la habilidad del que lo sido utilizada en un principio en niveles locales: escuelas,
practica. Doy por sentado que un libro de estudio no sea cuarteles, hospitales. En ellos se ha hecho la experimenta-
bueno sino cuando puede ser usado tan bien por un maes- ción de la vigilancia integral. Se ha aprendido a confeccionar
tro sin instrucción como por un maestro instruido" . En 75
historiales, a establecer anotaciones y clasificaciones, a ha-
77
cambio, para Herbart el maestro debe contar con una ciencia cer la contabilidad integral de estos datos individuales" .
para la enseñanza y la ciencia para enseñar, "la Pedagogía es Tal vez sea necesario localizar hacia atrás discursos y
la ciencia que necesita el educador para sí mismo. Pero tam- prácticas disciplinarias en la enseñanza, para aprehender la
bién debe poseer la ciencia para comunicarla. Y debo confe- trayectoria de la disciplina hasta llegar a ser un concepto
sarlo aquí, yo no puedo concebir la educación sin la instruc- que forma parte de la Pedagogía de Herbart.
ción, e, inversamente, no reconozco [...] instrucción alguna He ahí tres dominios de investigación que se relacionan
que no eduque" . 76
entre sí, y no por la continuidad de un germen de verdad que
Sea el caso de la enseñanza mutua a comienzos del siglo poco a poco se va perfeccionando, sino a través de sus ele-
XIX. Al hacer el análisis de sus condiciones históricas de mentos (objetos, conceptos, enunciaciones y estrategias); és-
existencia, encontraríamos que no fue simplemente una mo- tos se modifican cuando sus reglas de formación se modifi-
dalidad de enseñanza donde los niños más avanzados ense- can. Pero a partir de "esas nuevas reglas, se pueden descri-
ñan a los menos avanzados, ni tampoco fue una manera de bir y analizar unos fenómenos de continuidad, de retorno y
78
favorecer a las clases pobres. Seguramente el saber a que da de repetición" . Puede suceder que alguno o varios de estos
lugar esta práctica discursiva, mostraría la presencia de dis- elementos puedan permanecer idénticos pero en fonnaciones
cursos sobre las clases pobres, sobre el trabajo y sobre la discursivas diferentes; unos elementos que aparecen y se
moral; discursos y prácticas sobre la disciplina, la vigilancia modifican en una formación discursiva, se estabilizan al fin
y las facultades. Todos esos discursos y todas esas prácticas en otra; unos elementos que se forman tardíamente ocupan
tomaron cuerpo en los procedimientos de enseñanza (vigi- un primer lugar en una formación discursiva posterior; unos
lancia, repetición, imitación, control y castigo), procedimien- elementos reaparecen después de haber sido abandonados,
tos que se repartían entre el maestro y los niños. invalidados o criticados; y finalmente, elementos interroga-
Lancaster y Bell, la revolución industrial y la situación de dos desde la actualidad pueden generar nuevas posibilida-
las clases pobres, prácticas de vigilancia y de casügo ajenas des de conocimiento.
a la escuela, y ciertas prácticas religiosas, fueron objeto de la Esos dominios de investigación deben ser apoyados con
práctica discursiva que produjo el saber sobre la enseñanza trabajos monográficos que vayan estableciendo por compa-
mutua. Esa práctica discursiva, sin duda, estuvo articulada ración identidades y diferencias entre los elementos presen-
con el surgimiento de la sociedad disciplinada. tes en discursos regionales (por autores o por temas) que al
En lo referente a la sociedad disciplinaria nos apoyaría- final serán incorporados al saber pedagógico como figura
mos en las elaboraciones de M. Foucault, presentes en La compleja de relaciones interdiscursivas, y entre discursos y
verdad y las formas jurídicas y en Vigilar y castigar. La "so- prácticas. Esta labor sólo puede llevarse a cabo a largo plazo
ciedad disciplinaria" inició su formación en el siglo XVIII y se y requiere de mucha paciencia porque se cuenta con pocas

75 J.E. Pestalozzi, Cómo enseña Gertrudis a sus hijos, pp. 64-65. 77 P r e g u n t a s a M i c h e l F o u c a u l t s o b r e la g e o g r a f í a , e n : Microfisica del poder, p. 118.

76 J.F. Herbart, Pedagogía general derivada del fin de la educación, pp. 60-61. 78 Michel Foucault. La arqueología del saber, p. 291.

80 81
fuentes secundarias elaboradas con la orientación propues-
ta, y porque la obra directa de los pedagogos no existe sino
parcialmente en nuestras bibliotecas, o hace muchos años
que no se editan y es preciso localizarlas en bibliotecas de
países extranjeros.
El estudio de la formación de la Pedagogía como disciplina
necesita de todos esos trabajos. Quizás en Herbart hallare-
mos el punto crucial para una nueva pregunta o el territorio
donde empieza la respuesta.
Ante la impaciencia con que la academia demanda res-
puestas acabadas, debemos asumir una actitud filosófica
para permanecer en el ámbito del pensamiento. "Poder pre- PRÁCTICAS Y DISCURSOS
guntar significa poder esperar aunque fuese la vida entera
[...] pero una época para la cual sólo es real lo que pasa
rápidamente y se puede asir con ambas manos, estimará
que el preguntar es ajeno a la realidad, y no lo tendrá en
cuenta. Mas lo esencial no es el número, sino el tiempo jus-
79
to, es decir, el justo instante y la justa duración" .
La pregunta por las formas de existencia del saber en una
sociedad implica la pregunta por las condiciones de existen-
cia del discurso en las instituciones y en otras prácticas que
de una u otra manera delimitan su producción y su uso.
La producción del discurso con base en reglas que definen
las condiciones de ejercicio de la función enunciativa para
los sujetos posibles, y la utilización del discurso como estra-
tegia de poder, hacen que la historia del saber no conciba en
una institución o en una práctica únicas, el movimiento y la
producción del discurso, en una palabra, su materialidad.
Existe un juego complejo entre instituciones, prácticas y es-
trategias que hacen del discurso una práctica entre prácticas
que sitúan el discurso en superficies de saber y de poder.
En un trabajo concreto de investigación sobre la práctica
de un saber, para la aprehensión de las relaciones entre ins-
ütuciones, prácticas y estrategias, se parte del discurso de la
práctica objeto de análisis, es decir, del discurso más interno
producido a propósito del objeto de investigación. Esta ha
sido la experiencia del trabajo en el proyecto "Hacia una his-
toria de la práctica pedagógica en Colombia", para realizar
un seguimiento en los registros discursivos de las relaciones
entre prácücas y discursos.
79 M a r t i n I l c i d e g g e r , c i t a d o p o r G u i l l e r m o C a b r e r a I n f a n t e e n : Arcadia todas las
Reconocemos que con base en un discurso específico (cer-
noches, p . 1 5 5 . cado hipotéticamente, mediante un objeto de investigación), se

82 83
realizan prácticas en las instituciones de saber, es decir, pro- encuentra traducida en los discursos. Y no porque el discur-
cedimientos por parte de los sujetos que un saber implica. A so sea el único elemento analizable. "Un ejemplo muy simple
estos procedimientos que realiza un sujeto con un saber (cómo es que la explotación capitalista se realizó sin que su teoría
lo usa), es a lo que llamamos prácticas de discurso, y por la hubiese sido jamás formulada directamente en un discurso.
razón anotada es la región más prescriptiva de un saber. En efecto, esta teoría se reveló posteriormente por un discur-
Una lectura metodológica de las relaciones entre prácticas 2
so analítico, discurso histórico o económico" .
y discursos, en algunos pasajes de la obra de Michel Fou- Del análisis de Foucault, acerca de la relación entre prác-
cault, y el análisis metodológico de la experiencia investigati- ticas y discursos para posibles estudios de la explotación
va acerca de la práctica pedagógica, en función de la mencio- capitalista, se pueden desprender conclusiones importantísi-
nada relación y de sus implicaciones para el trabajo docu- mas para localizar los registros a propósito de un discurso
mental, han suscitado las notas siguientes que pueden ser- cuyo análisis se emprende a partir de prácticas. Una prácti-
vir para allanar el camino de futuros investigadores interesa- ca se encuentra traducida en tres tipos de discursos:
dos en hacer historia de la práctica de un saber.
a) En sentido amplio. Se encuentra en los registros más
alejados del centro de la práctica: decisiones, reglamentos,
LOS DISCURSOS TRADUCEN LAS PRÁCTICAS Y LAS ESTRATEGIAS informes, relatos, discusiones, etc.;
b) En sentido estricto. En los registros localizados en el
No es posible concebir, desde un punto de vista arqueoló- centro de la práctica, en los cuales o se aplica la normativi-
gico o genealógico, el discurso por una parte, y las prácticas dad que viene del exterior a la práctica, o se realizan los
por otra. No es posible situarse por fuera del discurso para procedimientos propios de una práctica, o se encuentra con-
analizar las prácticas. signado un discurso de tipo analítico;
A través de los discursos se conocen las prácücas, es de- c) En sentido estratégico. En los registros localizados en
cir, se hacen accesibles. Las estrategias a las cuales se en- otras prácücas, cuyo nexo con la práctica objeto del análisis
cuentra vinculado un discurso, se localizan reconociendo es estratégico.
otras prácticas en sus correspondientes registros discursi-
vos, prácticas que están en relación con la práctica objeto del Con estos tipos de discurso nos referimos a trabajos simi-
análisis histórico pero que son de naturaleza diferente. Por lares al que realiza el proyecto "Hacia una historia de la
ejemplo, la práctica pedagógica del siglo XIX, en lo que se práctica pedagógica en Colombia", donde las prácticas se lo-
refiere al método de enseñanza y a la concepción del hombre calizan en relación con una institución de saber y con las
que debía fonnar la escuela, se definió siempre en la práctica prácticas sociales. Esta localización es válida para los pro-
políüca a partir de una toma de posición frente a la religión, yectos sobre el siglo XIX y el siglo XX que analizan las Nor-
la moral y la forma de conocer del hombre; en estos aspectos males y las Facultades de Educación como instituciones del
las Normales no tenían posibilidad de decisión. saber pedagógico. Durante la Colonia, en la que todavía no
Para ilustrar la relación entre discurso y práctica, Fou- han emergido las Escuelas Normales, el proyecto toma la
cault plantea en La verdad y las formas jurídicas que sería práctica de la enseñanza de las primeras leüas como punto
necesario vérselas con el discurso, si se quiere hacer una de referencia. No es, pues, necesario que en rigor exista una
historia del establecimiento y los efectos de la explotación institución, basta la existencia de una prácüca delimitada.
capitalista. Y anota que si bien la explotación se ejerció "so- Pero también, esos üpos de discurso indican que el dis-
bre la vida de las personas, sus cuerpos, sus horarios de curso no está localizado en un solo punto. Tenemos enton-
1
trabajo, su vida y su muerte" , la explotación capitalista se ces dispersiones de discurso en prácücas heterogéneas. No

1 Michel Foucault, La verdad y ¡as formas jurídicas, p. 163. 2 Ibid., p p . 1 6 2 - 1 6 3 .

84
hay un discurso único, él está disperso en los registros. Es Canguilhem plantea que los conceptos pueden nacer en
necesario tener en cuenta que los discursos no son una me- otros territorios teóricos, diferentes de aquel en el que final-
moria de los hechos, ellos son efectivamente acontecimientos mente se alojan haciendo parte de un sistema. En forma
y su materialidad toma cuerpo en diferentes tipos de regis- similar, Foucault analiza prácticas que nacen en prácücas o
tros que se localizan en las instituciones y prácticas donde en discursos diferentes de aquellas prácücas o discursos en
se usa, produce y circula el discurso. los que finalmente se inscriben como elementos de una dis-
Cuando se trate de localizar los registros en los cuales se cursividad.
encuentra disperso un discurso, es preciso distinguir los dis- Los saberes pueden llegar o no a alcanzar un nivel analíti-
cursos que se localizan en instituciones y los que se localizan co para sus discursos. Los primeros objetos de saber en una
en prácücas. Obviamente, el discurso en una institución es sociedad dada se pueden localizar en registros legislativos;
una prácüca, pero aquí la distinción opera para pensar las tal hecho es un modo de ser de la práctica discursiva, es
superficies de los registros. decir, hace parte de las condiciones de existencia de ese sa-
ber. El trabajo histórico del investigador Alberto Martínez B.
1. En una institución dedicada a la práctica de un saber, acerca de la enseñanza de las primeras letras durante la
las prácticas específicas que genera ese saber, no están aleja- Colonia intenta reconstruir un saber cuyas superficies de
das del discurso "positivo" que las nutre. Por ejemplo, en las registro son, en amplia medida, legislativas.
Normales el método de enseñanza no está alejado del discurso Ahora bien, la relación teoría y práctica debe ser, también,
positivo que lo nutre, en este caso el saber pedagógico. pensada en orden a su relación en el tiempo, con el fin de no
2. Pero existen otras prácticas a propósito de un saber caer en el error de concluir que donde se encuentra una
alejadas del discurso positivo, en la medida en que no son práctica se origina una teoría. Precisamente, la noción de
instituciones del saber, pero entran en relación con el saber, saber "permite evitar todo problema de anterioridad de la
a través de otras prácticas. Es el caso, en el proyecto Hacia teoría en relación con la práctica y viceversa. De hecho, trato
una historia de la práctica pedagógica en Colombia, de los en un mismo plano y siguiendo los mismos isomorfismos,
documentos legislaüvos (leyes, decretos, circulares, acuer- las prácücas, las instituciones y las teorías, y busco el saber
dos). El discurso de estas prácticas no tiene estatuto teórico, común que las ha hecho posibles, la base del saber constitu-
son discursos normativos. Puesto que excluyen enunciados tivo e histórico" . 3

teóricos, es necesario como principio metodológico ir del dis- A propósito de la prisión, Foucault anota que en el siglo
curso de la práctica legislativa al discurso de la institución, y XIX aparece la idea de una penalidad cuya función es preve-
del discurso de la institución al discurso con estatuto teóri- nir la peligrosidad potencial de los individuos, corregir su
co. Así, el análisis permanece en el nivel del saber. comportamiento, vigilar sus actitudes y sus disposiciones; la
Los registros normativos en torno a un saber aprehenden función de responder a una infracción ya no está en su mira.
el discurso en los dominios de la ley, transformándolos en A las virtualidades del individuo se dirige esta nueva forma
enunciados para el uso: prohibiciones, procedimientos, san- de penalidad, que procura la corrección por medio de la re-
ciones, contenidos seleccionados. Se puede entonces decir clusión y la internación; esta penalidad "no pertenece en rea-
que la ley es una superficie de producción y registro de las lidad al universo del Derecho, no nace de la teoría jurídica del
prácticas discursivas. crimen ni se deriva de los grandes reformadores como Bec-
3. Existen, además, otras prácticas que no üenen un foco caria. La idea de una penalidad que intenta corregir metien-
de discurso teórico propio, ni cerca de ellas ni distante de do en prisión a la gente es una idea policial, nacida paralela-
ellas. Estas prácticas no se posan en un discurso elaborado mente a la justicia, Juera de ella, en una práctica de los con-
sobre ellas; su discurso está en el mayor grado de dispersión
y sólo con el tiempo se amplía. Es posible que no se llegue a
producir en esa práctica un discurso analítico. 3 M i c h e l F o u c a u l t , e n t r e v i s t a , e n : R a y m o n d D c l l o u r , El libro de los otros, p. 1 0 .

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troles sociales o en un sistema de intercambio entre la de- práctica pedagógica en Colombia que la ley es una superficie
6
manda del grupo y el ejercicio del poder" . 4
de emergencia , esto no quiere decir que la ley sea causa de
La prisión se origina en la práctica parajudicial de la let- los discursos que normatiza; puede ser una superficie de
tre-de-cachet que no era una ley ni un decreto, sino una proveniencia o de apropiación y adecuación.
orden del rey cuya función principal era el castigo consisten- La precaución anotada es de consecuencias epistemológi-
te en el arresto. Si bien era utilizada arbitrariamente por el cas muy importantes: al hacer historia de la práctica de un
rey, también la utilizaba la comunidad como instrumento de saber o de su formación con miras a localizar si se conformó
control para sancionar lo que ella estimaba como falta contra en él una disciplina, no se debe ser inmediatista para forzar,
la moralidad y la religión. "La lettre-de-cachet era por consi- como proveniente de una práctica, el surgimiento de una
guiente una forma de reglamentar la moralidad cotidiana de teoría o de un saber. En amplia medida, las historias de la
la vida social, una manera que tenían los grupos —familia- educación y de la Pedagogía (aun las que tienen una orienta-
res, religiosos, parroquiales, regionales, locales— de asegurar ción epistemológica), se inician desde la educación en Gre-
su propio mecanismo político y su propio orden" . A finales 5
cia; ellas parten del supuesto de que allí donde se localiza
del siglo XVIII, los controles sociales creados por el Estado, la prácüca se localiza teoría.
clase industrial y propietaria, se apoderaron de los controles Los griegos pensaron la educación, ante todo, como una
de origen popular (entre ellos la lettre-de-cachet) y los ade- políüca de la formación. Sólo al precio de homogeneizar edu-
cuaron para el poder estatal. cación y Pedagogía se puede plantear que una historia de la
De la anterior elaboración de Foucault, puede despren- Pedagogía tiene sus "antecedentes" en la filosofía griega. Las
derse la siguiente precaución para el análisis de la relación mismas palabras no son las mismas cosas, ha dicho Can-
entre teoría y práctica, en la historia del saber. guilhem.
Una práctica que en un momento histórico deterniinado se Se pueden proponer unas observaciones iniciales para dife-
corresponde con una teoría, pudo haber nacido por fuera de rentes historias, hasta ahora hatadas de manera indiferencia-
tal teoría, existir paralelamente a ella, y, por un efecto externo da en la historia üadicional de la educación y la Pedagogía.
a la propia práctica, más adelante inscribirse en la teoría. Así, Aunque en varios puntos se podrían articular, es posible plan-
la práctica de la prisión no nace en el siglo XIX, de la teoría tear historias diferenciales de la educación, de la enseñanza,
jurídica sobre el crimen; nace de la práctica de los controles de la Pedagogía, y de la didácüca. Seguramente, la historia de
sociales en los siglos XVII y XVIII, y es el poder político el que la didácüca sería subsumida por la historia de la Pedagogía, y
se apropia de la prisión como forma de castigo. a la vez, como se ha dicho en otra parte, la enseñanza de las
El origen de un discurso no es el mismo de una práctica primeras letías podría servir de punto de comparación para el
que coexista con él en un determinado momento; la existen- análisis de las condiciones de emergencia de la didácüca para
cia simultánea de ambos no implica que la misma práctica enseñar y aprender, en el siglo XVII. Pero una historia de
sea una superficie de proveniencia de la teoría, ni tampoco la la enseñanza es la que puede soportar la mayor dispersión
certeza de volver al pasado de tal práctica para establecer los de objetos (educación, Pedagogía, didácüca). Y si el objeto de
antecedentes de tal teoría. estudio es la educación, es muy probable que sea necesario ir
Por el hecho de que en un saber estén presentes institu- hasta los griegos. El punto de partida se sitúa en orden al
ciones, prácticas y teorías, no todo está sincronizado en un objeto de invesügación que en la historia del saber se üata de
origen común. un "referencial" consütuido por diferentes objetos de saber en
Cuando decimos en el proyecto Hacia una historia de la tanto que están ligados por las mismas reglas de existencia.
No existe, pues, una historia global que dé cuenta de todos los
objetos, cada una de las histerias aquí mencionadas üene su
4 Michel Foucault. La verdad y las formas jurídicas, p. 111 (los s u b r a y a d o s s o n
míos).
5 Ibid., p. 109. 6 Emergencia en sentido de adoración pero no de nacimiento.

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especificidad y sus relaciones con las prácticas y los discursos esa práctica. Ambos pueden ser objeto de estudios monográ-
en los cuales se encuentran inmersos los otros objetos. ficos con orientación arqueológica y genealógica.
b) Los discursos no formulados hacen parte de las estra-
tegias institucionales de funcionamiento, que a su vez hacen
INSTITUCIONES, DISCURSOS Y ESTRATEGIAS parte de un dispositivo de poder-saber, no presente en los
registros institucionales sino más allá de la institución, y es
La historia del saber demanda el establecimiento de un necesario hacer emerger esos discursos que, como lo plantea
campo relacional de prácticas y discursos. Lo mismo requie- Foucault en la arqueología, están en otra parte (no subyacen-
ren los estudios monográficos sobre instituciones. tes), pero se han incorporado al funcionamiento.
Una de las dificultades para realizar historia del saber en c) A propósito de una institución y para hacer un estudio
nuestra sociedad es la escasez de estudios monográficos que monográfico sobre ella, es necesario tener en cuenta: los dis-
liguen discursos, prácticas y estrategias. Por esta razón con- cursos (documentos) que existen acerca del objeto en torno
sideramos importante recoger algunas observaciones de al cual la sociedad ha instituido una práctica; los discursos
Foucault a propósito de las monografías. Si el proyecto "Ha- que produce la práctica en torno a ese objeto en una institu-
cia una historia de la práctica pedagógica en Colombia" hu- ción; las estrategias de funcionamiento de la institución, que
biese contado con estudios monográficos, su campo relacio- son discursos no formulados pero que se encuentran aleja-
nal hubiese sido mayor. Por ejemplo, fue notorio para el pro- dos del foco de su uso, y formulados en otros discursos, pero
yecto "La práctica pedagógica del siglo XIX en Colombia", la como efecto de la capilaridad institucional pueden encon-
carencia de estudios particulares sobre las oposiciones de trarse en otra institución y a propósito de otros objetos; por
las provincias al Plan Santander. eso es necesario hacerlos emerger para evidenciar esos dis-
Sobre la prisión, dice Foucault, existen discursos pronun- cursos en sus conexiones estratégicas. Se entiende que se
ciados sobre ella y discursos que salen de la prisión misma, trata de los disctirsos en la institución.
decisiones, reglamentos; pero también existe el funciona- d) Abandonar la idea de constitución de un discurso to-
8
miento de la prisión "que tiene sus estrategias, sus discursos tal, exhaustivo , al analizar una institución, pero tener siem-
no fonmilados, sus ardides que no son finalmente los de pre presente en la selección del archivo (documentos repre-
nadie, pero que sin embargo, son vividos, aseguran el funcio- sentativos) los documentos sobre el objeto, los documentos
namiento y la permanencia de la institución. Todo eso es lo producidos en la práctica, los documentos que evidencian la
que hay que recoger y hacer aparecer. Y el trabajo, en mi estrategia. En una palabra, trabajar manteniendo la unidad
opinión, consiste más en evidenciar esos discursos en sus entre discurso y estrategia. Foucault plantea, refiriéndose a
conexiones estratégicas, más bien que constituirlos con ex- la historia monográfica de los hospitales, que se debe sacar el
7
clusión de los demás discursos" . Para el análisis de la pri- archivo de esas instituciones "en el movimiento mismo de su
sión, vista en este complejo de relaciones, el campo docu- formación, como un discurso en curso de constitución y
mental no debía limitarse a los discursos sobre la prisión. mezclándose al movimiento mismo del hospital, a las institu-
De estas afirmaciones pueden derivarse algunas observa- ciones, influyendo en ellas, reformándolas. Lo que se trata de
ciones metodológicas para orientar el análisis del discurso en reconstruir sería el enmarañamiento del discurso en el pro-
9
las instituciones: ceso, en la historia" .
e) Observar y asumir que la historia monográfica acoge el
a) Existen discursos formulados sobre un objeto o prácti-
ca, y discursos no formulados a propósito de ese objeto o de
8 N u n c a se logrará constituir el conjunto de los discursos pronunciados acerca
de un (objeto), aun limitándose a u n a época dada y en un país dado, plantea
7 M i c h e l Foucault, "Los j u e g o s del poder", entrevista en: D o m i n i q u e Grisoni. Foucault.
Políticas de laFilosofia, pp. 177-178. 9 M i c h e l Foucault, "Los j u e g o s del poder", op. cft, p. 177.

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discurso en las instituciones como un discurso "en curso de de delimitar "objetos de descripción" particulares en períodos
constitución", es decir, que existe y se mueve entramado al más o menos establecidos.
movimiento de la institución. Se deben considerar en el mis- Los objetos de descripción se sitúan mediante las nocio-
mo objeto de estudio discurso y proceso de institucionaliza- nes metodológicas. Enüe los objetos positivos formulados
ción. Foucault insiste en la "materialidad del discurso", en su efectivamente, existen unos que üenen mayor capacidad de
carácter táctico, para combatir la idea de que el discurso es relacionar elementos que ha ubicado inicialmente un objeto
una memoria. Que se reescriba el discurso, en el curso de su de investigación. Distinguimos las nociones metodológicas
constitución, quiere decir el proceso del discurso, la trama por su capacidad relacional; tales nociones son las que per-
de acontecimientos de la cual él hace parte. miten establecer los objetos descriptibles, los cuales son ya
particularizaciones del objeto de investigación y, a la vez, ob-
jetos específicos de una trama histórica individualizable, en
PRÁCTICAS, OBJETOS HISTÓRICOS Y OBJETOS DE INVESTIGACIÓN una formación discursiva.
Obviamente, los objetos particulares pueden permanecer
En el proyecto "Hacia una historia de la prácüca pedagógica en obro sistema descripüble o permanecer en otias "relacio-
en Colombia", se estudian la prácüca y el discurso del saber nes menores", y en el interior del mismo sistema descripü-
pedagógico en nuesüa sociedad, a tíavés de un objeto de in- ble, a partir de una transformación o de una modificación . 11

vesügación denominado prácüca pedagógica. La amplia cober- Una prácüca particular, en el interior de una macroprácti-
tura del üabajo, que abarca desde la Colonia hasta el siglo XX, ca, en una fomiación discursiva, se puede convertir en una
hace que el objeto de investigación sea un objeto macro. práctica macro, derivada de un objeto macro, si su especifici-
Pero, también, en cada período histórico encontramos ob- dad llega a recorrer amplios dominios. Por ejemplo, examen
jeto macro, es decir, dispersión de objetos puestos en juego lo nombramos en singular cuando él se da como objeto de
por un discurso; se trata de un referencial localizado me- una macropráctica: el examen en la práctica de los estudios.
diante el objeto de invesügación. Se puede decir que el pro- Pero examen se puede volver una macropráctica en la medi-
yecto "La prácüca pedagógica durante la Colonia" localizó, a da en que el objeto examen se convirtiese en una práctica
propósito de la prácüca pedagógica, dos objetos macro: los común, localizada en varios campos de discurso. Así, la prác-
estudios y la enseñanza, y que a propósito de esos objetos tica del examen: en el discurso jurídico, en el discurso sobre
localizó dos prácücas positivas a nivel histórico: la práctica la enseñanza, en el discurso sobre los ejercicios espirituales.
de los estudios y la práctica de la enseñanza. Anoto primero En este caso, se tratará de una formación discursiva que
los objetos, y luego sus prácücas, para indicar que "prácüca" involucra un sistema de relaciones, diferente de aquel, en el
se usa como un concepto general que indica un campo de cual localizamos el examen en la práctica de la enseñanza.
producción de discurso a propósito de un objeto, y en tal En consecuencia con lo anotado, sólo conviene llamar
senüdo es como podemos hablar de práctica; por ejemplo, de práctica a la correspondiente al objeto de invesügación, y la
práctica jurídica, y localizar en ella el examen y el interroga- que designa un objeto macro de carácter posiüvo e histórico.
torio. Por ejemplo, de la práctica de la enseñanza, y localizar Así, prácüca pedagógica es objeto de investigación en la Co-
en ella el examen, el castigo, la repetición. lonia, y prácüca de la enseñanza corresponde al objeto ma-
Así, entonces, un objeto macro puede designar una prác- cro-enseñanza localizado en una posiüvidad específica.
tica que por ser múlüple y heterogénea sea, también, macro; Debemos observar que práctica se usa en dos sentidos; el
lo importante para la metodología es la conveniencia de uno se refiere a la forma de abordar el saber y sus elementos
10
nombrar una prácüca macro por el objeto macro , con el fin internos; el obro remite a las prácticas situadas por fuera de
la institución del saber. Observemos:
10 Este objeto macro es histórico pero no es el único que se localiza en la forma-
ción discursiva. 11 D e b e observarse la diferencia entre transformación y modificación.

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El primero, indica la modalidad de aprehensión de un sa- ción nos permite, en una descripción histórica, indicar el
ber y los elementos internos reconocidos mediante las ins- espacio del análisis construido, como lugar estratégico que
tancias metodológicas. Así, en el proyecto Hacia una historia involucra un conjunto de relaciones, escogido este conjun-
de la práctica pedagógica en Colombia, se trata de una histo- to, de una red muy amplia en la cual se sitúan los aconteci-
ria de la prácüca pedagógica, y no de la Pedagogía, que asu- mientos.
me el proceso de institucionalización del saber pedagógico en Cuando se localiza hipotéticamente una red descripüble,
nuestra sociedad. Los elementos internos que individualizan puede suceder que el objeto de invesügación y el objeto de
la práctica del saber son la institución, el sujeto y el discur- descripción estén más o menos ubicados. Pero el análisis
so, todos ellos, del saber pedagógico. Esta modalidad se re- debe individualizar objetos de descripción que aparentemen-
fiere al objeto de investigación y a la forma de aprehensión te estaban unidos al comenzar la invesügación. Así, en el
del mismo. Una guía para esta delimitación fue en primer proyecto nos preguntamos si la prácüca de la enseñanza o la
lugar la elección de la Pedagogía como objeto principal que prácüca de los estudios üenen articulaciones tales, que per-
de todas maneras tiene su nexo con otros objetos (educa- mitan establecer un solo conjunto descripüble, o si esos dos
ción, instrucción, enseñanza), que a través de la historia co- macro objetos, cada uno, forman un sistema descripüble;
brarían diferentes posiciones en sus correspondientes prácti- definir esto üene numerosas consecuencias; por una parte,
cas discursivas. En segundo lugar, la elección de la manera para la integración de resultados históricos (que debe enten-
de historiar la Pedagogía en nuestra sociedad por la práctica derse como trabajo histórico y como tiabajo metodológico); y
de su saber. por oüa, para un estudio epistemológico de la Pedagogía:
El segundo, indica una red de acontecimientos que confi- ¿dónde se sitúa el lugar primero de discurso del objeto ense-
guran una práctica en tanto que ella discurre a propósito de ñanza?
objetos y sujetos de saber inmersos en prácücas no discursi- La delimitación de la noción "práctica pedagógica" como
vas, y en tanto que existen unas instancias metodológicas un objeto de investigación es a la vez positiva, esüatégica y
para cercar el espacio de análisis (insütución, sujeto y dis- metodológica. Positiva en tanto nombra un objeto de discur-
curso). La enseñanza, por ejemplo, podría localizarse en una so a propósito de una prácüca discursiva, por ejemplo, Peda-
historia de los conüoles sociales de la Colonia, no ya como gogía; estratégica, porque involucra una toma de posición, de
práctica correspondiente a un macro objeto (como sucede en parte del invesügador, acerca de por qué ese objeto y no otro,
el proyecto "Hacia una historia de la prácüca pedagógica en y también, porque involucra una visualización de las conse-
Colombia"), sino como una prácüca específica de otro gran cuencias del análisis histórico, en relación con un discurso y
conjunto histórico. sus insütuciones; metodológica, porque ya en la definición
del objeto, a nivel metodológico, se trazan las direcciones del
Ahora bien, se ha hecho la distinción entie objeto de análisis (qué niveles se combinarán): objeto, conceptos, mo-
investigación (por ejemplo, práctica pedagógica) y objeto de dalidades enunciativas y esüategias, en un proceso de insti-
descripción histórica (por ejemplo, práctica de la enseñan- tucionalización.
za), pero el objeto de invesügación nombra las complejas Al formular como "objeto metodológico" práctica pedagógi-
relaciones de una práctica que se describe. Sin embargo, al ca, el hecho de delimitarlo como "práctica!' nos indica que el
avanzar el trabajo histórico, y por tanto, aparecer o visuali- análisis se situará en los procesos de institucionalización. La
zar la red de relaciones descriptibles, se deben combinar, segunda delimitación coloca ese objeto metodológico en la
para la descripción, el uso de los dos términos: el corres- Pedagogía y no, por ejemplo, en la educación o en la ense-
pondiente al objeto de invesügación, y el correspondiente al ñanza. En suma, la definición de práctica pedagógica cercó
objeto de descripción. El primero porque es el espacio y la los niveles del análisis.
estrategia del análisis, y el segundo porque es en senüdo Hay que entender que los objetos metodológicos no son
histórico el objeto de descripción. Un objeto de investiga- "objetos históricos de discurso" durante un tiempo largo y

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12
continuo ; por ejemplo, a propósito de la práctica pedagógi-
ca, se localizan en la Colonia, en nuestra sociedad, dos "obje-
tos históricos de discurso": el de los estudios y el de la ense-
ñanza; pero en la segunda mitad del siglo XIX se localizan la
Pedagogía y la instrucción, también, como objetos históricos
posiüvos. Los objetos metodológicos posibilitan la localiza-
ción de objetos históricos de discurso.
Una historia del saber no se propone cambiar los nom-
bres posiüvos de los objetos de discurso; en ningún momen-
to Alberto Martínez ha hablado de la Pedagogía de los planes
de escuelas, ni ha dicho que la enseñanza de las primeras
letras es la Pedagogía de las primeras letras. Tampoco Stella SABERES Y ESTRATEGIAS*
Resüepo ha nombrado la Raüo Studiorum como la Pedago-
gía de los estudios. Asimismo, en el proyecto del siglo XIX,
no se ha llamado Pedagogía de la enseñanza mutua al siste-
ma de enseñanza lancasteriano.
Es de consecuencias decisivas para la historia del discur-
so, conservar la posiüvidad de los objetos, no para hacer
inventario de ellos, sino porque en la historia del saber se CONCEPTOS METODOLÓGICOS
tíata de conocer cuándo una misma palabra, usada en lap-
sos diferentes, es un mismo objeto; o cuándo diferentes pala- A lo largo de este tíabajo han quedado consignadas con-
bras hablan o designan lo mismo. ceptualizaciones acerca de la enseñanza, sobre las cuales es
preciso volver, para colocarlas como premisas de la reflexión
que nos ocupa sobre el saber pedagógico y las estrategias de
instrucción:

a) El saber pedagógico es la noción metodológica que más


discursos heterogéneos puede agrupar en torno a la ense-
ñanza, aunque en sentido estricto, Pedagogía como ideal de
una "teoría", sólo se da a partir de Herbart en el siglo XIX.
b) Se denomina saber pedagógico al conjunto de conoci-
mientos sobre la enseñanza que de una u otra manera reco-
gió, reubicó o desplazó la Didácüca en el siglo XVII. La Di-
dácüca y los discursos sobre la educación y la instrucción
que tuvieron lugar en el siglo XVIII, fueron retomados por la
Pedagogía en el siglo XLX, en un proceso que conoce despla-
zamientos, redefiniciones, olvidos, üansformaciones y ruptu-

Este capítulo tiene p o r objetivo el análisis m e t o d o l ó g i c o de los trabajos reali-


z a d o s p o r los i n v e s t i g a d o r e s A l b e r t o M a r t í n e z B . y J e s ú s A l b e r t o E c h e v e r r y S..
d u r a n t e la e j e c u c i ó n d e l p r o y e c t o i n t e r u n i v e r s i t a r i o ¡lacia una historia de la
práctica pedagógica e n Colombia. T a l e s t r a b a j o s s e e n c u e n t r a n c i t a d o s e n l a s
12 Pero p u e d e n llegar a serlo en un lapso de la red de relaciones. siguientes páginas.

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