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“A lo largo de mi vida he podido demostrar que nada es imposible”

Por: Walter Piazza de La Jara


Lima-Perú, 17/08/2015 a las 10:08am.
Entrevista a Walter Piazza de la Jara, Presidente ejecutivo de Cosapi
Por Renzo Giner Vásquez
(El Comercio, 15 de agosto de 2015)

Si alguien quiere saber sobre el sector construcción en el Perú, debe conversar con él. Si alguien busca salir adelante
a pesar de los obstáculos, tiene que escucharlo. Y si alguien quiere aprender a llevar su vida con una sonrisa, debe
contagiarse de su energía. Walter Piazza nos brinda una gran lección de vida y anuncia la presentación de un libro
que trae la fórmula para hacer una mejor ciudad y, sobre todo, para ser mejores ciudadanos.
El libro que Piazza y su equipo desarrollaron busca aportar en la construcción de una mejor ciudad. Para ello, detalla, se
necesita educar a los ciudadanos, guiar a los futuros gobernantes y ser una referencia para los nuevos empresarios.
Su discurso de despedida de Capeco tuvo como frase central “Nada es imposible”. ¿Eso es algo que aplica
regularmente en su vida?
Sí. En mi vida he tenido muchos retos físicos que he logrado superar y siempre me he propuesto metas muy difíciles de
alcanzar. A lo largo de mi vida he podido demostrar que nada es imposible. Me ha servido apoyarme en un equipo de gente
talentosa. Yo solo no habría podido hacer mucho. Siempre he considerado fundamental estar rodeado de gente muy
inteligente que ayude a lograr las metas con sus propuestas.
Sin embargo, esos retos físicos no le impidieron practicar deportes como el ciclismo o el squash, por ejemplo.
Sí, a los 12 años tuve un accidente en el que perdí una pierna. Pese a ello llegué a hacer 80 kilómetros en bicicleta a una
velocidad de 30 kilómetros por hora. Practiqué muchos deportes durante toda mi vida. Hace tres años tuve otro accidente que
me dejó paralizado de los hombros para abajo. Aun así, sigo haciendo bicicleta tres veces por semana gracias a unos
electrodos que estimulan mis piernas. Ya he alcanzado una velocidad de 12 kilómetros por hora. Eso me ha permitido mejorar
sustancialmente mi capacidad física y mi capacidad para trabajar más horas.
A Ud. lo he conocido por fotos y siempre aparece sonriendo. ¿Cómo ha logrado mantenerse tan fuerte ante estas
adversidades?
Todos los días son un reto, todos los días hay dificultades y todos los días hay que levantarse con una sonrisa para salir
adelante. Creo que en la vida hay que estar viendo siempre el lado positivo, estar rodeado de gente alegre. Tener una familia
muy unida es fundamental para la realización de cualquier persona. Mi esposa ha sido la gran impulsora de mi recuperación,
es mi gran sostén. Mis hijos también. Además, he tenido la fortuna de conocer grandes amigos, dos de ellos me salvaron la
vida. Son médicos brillantes que me pudieron asistir en los momentos más críticos.
¿Tiene algún lema o filosofía que lo ayude a motivarse a diario?
No, pero he tenido la fortuna de tener un gran padre que me enseñó mucho y me formó muy bien. Eso lo he tratado de
transmitir a mis hijos. Trabajar muy duro es lo más importante para lograr los resultados. Mucho esfuerzo y algo de inspiración.
¿Qué fue lo más valioso que aprendió de él?
Su capacidad analítica, su habilidad para preguntar bien y lograr contribuir a la solución de los problemas más difíciles.
Soluciones como las que busca aportar con su libro. ¿Cómo surgió esta idea?
En el 2011 nos dimos cuenta de que no podíamos resolver el problema de la vivienda si no resolvíamos el problema de la
ciudad. Ahí se originó el movimiento Una Mejor Ciudad es Posible, que fue el esfuerzo de un equipo de más de 40
profesionales reunidos a diario para debatir. Sin embargo, cuando íbamos a hablar con los ministros nos percibían como un
grupo que quería aumentar el lucro. Los alcaldes creían que queríamos llenar la ciudad de concreto. En realidad, teníamos
múltiples ejemplos de desarrollo urbano que contribuyeron a una mejora de la ciudad. Hablamos de parques, buenos colegios,
un sistema de transporte eficiente, entre otras cosas. Por ello plasmamos todas esas ideas en este libro.
El libro se rige bajo cinco pilares. ¿Por cuál de ellos se debería empezar?
Bueno, como somos ingenieros hemos creado una fórmula [risas]. Si sumamos a la gente, infraestructura, vivienda,
equipamiento humano y gestión, obtenemos una mejor ciudad. El primer componente es la gente.
¿Por qué?
Porque consideramos que lo más importante para que una ciudad mejore es que la gente que vive ahí se identifique con ella,
la quiera, participe más en su cuidado y en su gestión. Que se involucre. Si no tenemos gente educada y con una idea de lo
que se requiere para mejorar, nunca van a elegir a los alcaldes que compartan esa visión de una ciudad formal y sostenible.
Las ciudades que más éxito han tenido en el mundo son las que han creado un lema de la ciudad.
¿Cómo lograr que las personas se comiencen a conectar si en calles donde antes vivían dos familias ahora viven 40
por los nuevos edificios?
En el libro ponemos un ejemplo que demuestra que el aumento de la densidad ayuda a tener más parques. Eso está
demostrado en muchas ciudades del mundo y lo mostramos con ejemplos matemáticos muy simples. Pero, claro, deben ser
desarrollos arquitectónicos bien planificados, muchas ciudades del Perú “han crecido por invasión no por inversión”, esa es
una frase de mi querido amigo [Miguel] Romero Sotelo. Felizmente el Gobierno ha adoptado una de nuestras iniciativas, que
consiste en otorgar un bono para reforzar las viviendas. Ha empezado tímidamente pero ya ha empezado.
El gremio de construcción ha aportado al desarrollo del país. ¿Considera que los ciudadanos comprenden el aporte
de este sector?
Las cifras son elocuentes, el impacto en el empleo es enorme y la gente ve el progreso urbano de Lima. Pero, por supuesto,
hay un precio a pagar que es una incomodidad temporal, el tráfico a causa de las obras, mucho malestar que es natural. Falta
comunicar mejor eso. Sin embargo, este año la construcción está cayendo en 13% y una de las razones es la falta de suelo
urbano para construir. Si no administramos mejor el territorio, no podremos hacer viviendas sociales.

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