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Síndrome de Don Juan

DADME UN DIA PARA ENAMORARLAS, otro para conseguirlas, otro para


abandonarlas, otro para sustituirlas y una hora para olvidarlas... decía el Don
Juan Tenorio de Zorrilla. El mítico personaje se ha puesto de moda a raíz de la
película de Francis Ford Coppola Don Juan DeMarco (inspirada en la versión
de Lord Byron), que se presenta actualmente en el país. En el cine, un siquiatra
se enfrenta al extraño caso de un joven que se pasea con antifaz, florete y capa
por los salones, convencido de ser el mejor amante del mundo y asegurando
haber seducido a más de mil mujeres. Aunque el de la película del director
Jeremy Leven es un caso clínico, el síndrome del donjuán es un mal de
ocurrencia frecuente, sólo que la gran mayoría de los afectados no son tratados
por los siquiatras.
Aunque no lleven antifaz, los donjuanes modernos pueden ser fácilmente
identificados: son encantadores, simpáticos y bien parecidos. Generalmente
ostentan la fama o el poder, lo cual aumenta su atractivo ante las mujeres. Pero,
como los describe la experta en comportamiento humano Neil Chesanow, tienen
otras armas más sutiles: además de ser excelentes conversadores son
extraordinarios escuchas de los dramas femeninos, lo cual los hace irresistibles.
Y son tan detallistas que siempre caen en cuenta de cosas que los otros hombres
no notan, y ese halago o piropo inesperado es un elemento sorpresa que cautiva
a las mujeres. La experta en donjuanismo también explica que, aunque nunca
parecen tomarse a sí mismos muy en serio, siempre están pendientes de la
impresión que causan y la manipulan para lograr lo que quieren: adulación,
admiración y sexo.
Pero los donjuanes no son sexualmente agresivos. En este sentido el acosador
sexual es el primate de los donjuanes. "Ellos nunca hacen encender las alarmas
de las mujeres, quienes piensan en ellos más como amigos que como amantes.
Al menos al principio", dice la socióloga Chesanow, quien asegura que el gran
don de los donjuanes es la paciencia. Si bien su recompensa es llevar a una
mujer a la cama, no es el tipo mujeriego que se lleva a cuestas lo último que se
mueva antes del alba. "El donjuán llega al sexo sólo si la mujer está, dispuesta
y las circunstancias son correctas".
Por eso no todos los mujeriegos pueden ser calificados de donjuanes. Mujeriego
puede ser cualquiera, donjuán es aquel que, como el personaje del cine y la
literatura, interpreta todo el rito de la seducción hasta lograr que las mujeres
caigan rendidas a sus pies.
Desde el punto de vista siquiátrico, el donjuán es un conquistador empedernido.
Es un cazador que practica su afición enmascarado en sutiles galanteos. Y ama
a las mujeres de la misma forma que un zorro ama a las gallinas. Pero es
selectivo. "Las presas favoritas son aquellas mujeres que parecen más difíciles
Y una argolla de matrimonio parece ejercer sobre ellos un irresistible atractivo,
porque generalmente ellos también lo son", dice la socióloga. Como a todo
cazador, le encanta coleccionar trofeos. Su mayor presea es el número de
mujeres conquistadas. Es lo que Gregorio Marañón llamó la "virilidad
cuantitativa". "El varón perfecto resuelve su instinto en muy pocos amores, tal
vez en uno solo, si bien extraordinariamente profundo y rico en matives
sentimentales y pasionales -decía Marañón-. Don Juan es todo lo contrario. Su
instinto resbala de mujer en mujer, sin encontrar jamás a la mujer, y ésta es su
tragedia".
El mito del Don Juan ha inspirado desde siempre a la literatura y al cine. El Don
Juan Tenorio de José Zorrilla, el Don Juan de Lord Byron, el Julián de Stendhal
y el Marqués de Bradomín de Ramón del Valle-Inclán son sólo algunos de los
más famosos. El personaje ha ejercido también una especial fascinación en el
cine. Prácticamente en cada década ha habido un Don Juan, interpretado desde
John Barrymore y Errol Flynn hasta Johnny Depp o Antonio Banderas, quien
será el próximo si se decide a aceptar una propuesta para este papel en un
proyecto de Steven Spielberg. Pero no todos los donjuanes pertenecen a la
fantasía ni son tan románticos.
En opinión de los sicoterapistas, hay otras características, menos encantadoras,
que también forman parte de lo que los expertos consideran el síndrome de
donjuán: son unos maestros del arte del engaño. Y no sólo embaucan a las
mujeres sino a ellos mismos. "Este tipo de hombres tienen a menudo un frágil
ego y la conquista femenina es una manera de reafirmarlo", dijo a SEMANA
un siquiatra consultado, quien explicó: "El mujeriego necesita reafirmar su
hombría ante los otros hombres, el donjuán tiene que reafirmarla ante él mismo.
Lo que tienen en común es que ambos hacen alarde de sus conquistas". En
opinión del siquiatra, la razón de este comportamiento es compleja, sin embargo
parece motivarlos un interno deseo por escapar del control de las mujeres y eso
se traduce en vivir entre el secreto y la mentira. Pero aunque el retrato clínico
de los donjuanes no sea muy atractivo a los ojos de los siquiatras, ante las
mujeres resultan irresistibles. Si no, que lo digan famosos personajes como
Porfirio Rubirosa, John F. y Ted Kennedy, George Hamilton, Warren Beatty o
Julio Iglesias, quienes han cargado orgullosos con este título.
FAMOSOS DONJUANES
* Porfirio Rubirosa
* John F. Kennedy
* Ted Kennedy
* George Hamilton
* Warren Beatty
* Julio Iglesias

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