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UNIVERSIDAD INCCA DE COLOMBIA

FACULTAD DE CIENCIAS PEDAGÓGICAS, HUMANAS Y SOCIALES


PROGRAMA DE MÚSICA
LUIS DAVID GONZÁLEZ RÍOS
NOVIEMBRE 17 DE 2017

BROADWAY: DONDE LA MÚSICA NO SE INTERPRETA, SE ACTÚA.


Anteproyecto

Introducción

El teatro musical tipo Broadway es uno de los fenómenos artísticos más interesantes del siglo
XX. Su importancia en la cultura occidental es innegable: antes de la aparición del Rock and
Roll a principios de la década de los 60 los grandes éxitos radiales provenían de los musicales,
hasta el punto en el que era más fácil preguntar a que obra pertenecía una canción y no quién la
cantaba; y hoy podemos ver su influencia en series de televisión como Glee o en un sinfín de
películas de Hollywood. Es en Broadway donde han nacido producciones tan importantes como
Hairspray, Chicago y Sweeny Todd, que han sido llevadas al cine luego de tener infinito éxito
entre la crítica y el público; pero también es allí donde, debido a la importancia de ese mercado,
grandes producciones del cine como The Producers, Titanic y The Lion King han sido llevadas a
las tablas con excelentes y galardonados resultados.

Si bien el musical americano puede trazar sus raíces hasta las operetas europeas (De hecho, los
primeras obras de teatro musical que se presentaron en Broadway fueron operetas), al día de hoy
este ha desarrollado un estilo propio y que le caracteriza. Definir los rasgos de este estilo puede
ser complicado, como pasa con cualquier otro género, pues la música es en sí misma un lenguaje
no verbal. Lo que si podemos definir fácilmente son las sensaciones que nos produce este estilo:
sentimos que se nos está contando algo. Entender cómo es que se nos está transmitiendo esta
información es, entonces, prioritario para poder lograr una apropiación del género y una correcta
escritura e interpretación del mismo.

Al enfrentamos con el teatro musical nos encontramos ante un arte colaborativo en el que
distintas partes contribuyen al resultado final guiadas por el hilo conductor que es el libreto.
Esto quiere decir que cualquier aporte creativo del vestuarista, el arreglista, el compositor o los
actores se evalúa a la luz de la utilidad del mismo frente a la historia que se quiere contar. Si la
música es, como se ha dicho, un lenguaje, entonces es válido decir que el teatro musical es la
combinación de este lenguaje con el lenguaje actoral y el lenguaje teatral. Dicho de otra forma,
en el teatro musical la historia se nos cuenta no sólo mediante el texto sino también mediante la
música, la interpretación actoral y los elementos teatrales.

De manera que, al entender al estilo Broadway como uno que genera la sensación de que se nos
está contando algo, estamos definiendo a este estilo como la combinación de 3 elementos: el
proceso creativo colaborativo, la interpretación vocal y la narrativa musical.

Antecedentes

Con el propósito de identificar los avances y el estado investigativo en el campo de lo que para
este trabajo se entiende como “Estilo Broadway” (el género musical del musical americano) se
estudiaron ocho documentos entre los que se encuentran trabajos de grado, libros de texto y
guías prácticas de uso canónico que brindaron una aproximación multidisciplinaria al universo
del musical americano.
Esta investigación parte de ciertos presupuestos que es necesario corroborar para así poder
asumir la validez de la misma. La primera de ellas es que existe un estilo Broadway. Para ello
hay que tomar una perspectiva histórica y hacerse algunas preguntas. ¿Por qué Broadway? ¿Qué
es lo que hace que al hablar del musical americano pensemos de inmediato en esa pequeña calle
de la isla de Manhattan? La contextualización histórica, necesaria para entender todo proceso
artístico y social provino del libro “Musical Theatre: A History”, escrito por John Kenrick, un
historiador de teatro de origen Americano, quien explica que la localización geográfica de esta
calle la convirtió, desde principios del siglo XIX, en el eje comercial de la isla, La importancia
de cualquier negocio dependía de su cercanía con Broadway y eso, evidentemente, convirtió a la
zona en una visitada por gente con alto poder adquisitivo, lo que, a su vez, contribuyó a que el
entretenimiento destinado a publico culto y adinerado (opera y teatro) se alojara en el área.
Si bien en cada ciudad de América existían calles de este tipo, Broadway se encontraba en la
capital financiera y puerto de llegada del país, lo que enriqueció monetaria y artísticamente a las
diferentes compañías de teatro de la ciudad e hicieron que las producciones de Broadway fueran
más propensas a ser exitosas a nivel nacional. Aún así no fue sino hasta después de las guerras
mundiales, más específicamente en la década de los 50 cuando el desarrollo artístico de casi
siglo y medio llevó a la aparición de lo que hoy se conoce como musical. Esta fue una época
conocida como la era dorada de Broadway, en la que los principales números musicales de las
más exitosas obras se convertían de inmediato en hits radiales, hasta el punto en que no se
preguntaba quien cantaba qué sino de qué obra provino.
Es evidente, entonces que es en esta era dorada cuando aparece de manera bien definida el estilo
Broadway. Surgió una estandarización gracias al éxito del musical Oklahoma!. Estas
convenciones genéricas giraban en torno a la unidad de estilo, tono y contenido, así como a la
conversión de la narrativa en el eje central del teatro musical. Esta estructuración y unificación
es el tema de estudio del documento Theorizing the Golden Age Musical: Genre, Structure,
Syntax, que es una traducción de uno de los capítulos del libro Musical: Das unterhaltende
Genre del musicólogo alemán Christian Martin Schmidt.
Fue durante esta época, expone Schmidt, en la que empiezan a surgir los elementos que
caracterizan a las producciones de teatro musical como la caracterización de los personajes a
través del lenguaje musical, el Pizzazz (mezcla entre vitalidad y glamour), convenciones
organizativas de las obras y, por sobre todo, la elaboración de un “libro” como resultado del
proceso creativo colaborativo. Dicho libro es similar a lo que en otras formas de teatro se conoce
como libreto, pero incluye anotaciones acerca de la interpretación musical, las letras de las
canciones y sus partituras.
Llegamos entonces a un punto clave: el proceso creativo colaborativo se posiciona como un
elemento crucial en el desarrollo de un estilo característico de Broadway. Muchos autores
aseguran que este estilo murió junto con la era dorada, puesto que a partir de entonces empieza
una asimilación larga de las nuevas tendencias musicales, especialmente el rock y el pop y la
aparición de los Jukebox Musicals, que son musicales que usan canciones populares que no
fueron compuestas para teatro, o, dicho de otra forma, hits radiales de bandas populares. Aún así
el trabajo colaborativo sigue siendo parte escencial de la creación artística de un musical. En
From Pencil To Performance: The creative nexus of arranging, orchestration and music
direction in works of contemporary pop/rock musical theatre el director y escritor de musicales
sudafricano Bryan Schimmel plantea que el orquestador y el director musical juegan un papel
fundamental en la elaboración de un musical, y usa dos Jukebox Musicals como ejemplo, pues
la conversión de canciones no compuestas para teatro a un formato de musical requiere de un
trabajo dramatúrgico desde la re-musicalización de los mismos.
Existen varias características de la música de Broadway que le separan de cualquier otro tipo de
música popular, todas resultado de la subyugación de la música a la dramaturgia. El proceso
creativo colaborativo supone que los musicales no se escriban sino que se re-escriban: Esto
quiere decir que debido al proceso creativo colaborativo, los arreglos (y el libro) vivan un
proceso constante de transformación: Hay una lectura general que involucra al compositor, al
guionista, al productor y en general a todos los jefes creativos del proyecto sin involucrar
actores. La música es acompañada a duras penas por un piano o un MIDI. Allí se hacen cambios
al script. Después de estos cambios se hace una segunda lectura grupal que involucra actores
leyendo e incluso cantando fragmentos, etapa en la que se pueden añadir indicaciones de los
arreglos vocales e instrumentales. Después hay un ensayo leído pero con canciones aprendidas,
que sirven apara acomodar las canciones a las características del elenco. Estos ensayos se
acompañan de una base muy sencilla de músicos profesionales que improvisan
acompañamientos que luego se pueden escribir y usar en el arreglo final debido a su surgimiento
tan natural y orgánico. Luego empiezan los ensayos aprendidos, etapa en la que el coreógrafo se
une. Finalmente hay una presentación para los inversores, productores y diseñadores y luego
entra el orquestador. Por supuesto, esta no es regla general, pero describe muy bien cómo es el
proceso general.
Esta naturaleza plural del trabajo puede ser bastante problemática y se hace necesaria una
organización jerárquica para intentar lograr el éxito comercial, pues no hay que olvidar que esta
industria es un negocio millonario que depende del éxito de las obras. Alexandra Grill Childers
sostiene en su tesis, Collaborative Writing For Commercial Musical Theatre, que esta
organización es diferente en cada musical, pues cada uno es un universo diferente, pero que esta
estructuración es vital para un flujo de trabajo orgánico y eficiente. Esto se demuestra al estudiar
los procesos de creación de Oklahoma! Y de The Lion King.
La idea original debe atravesar un proceso de desarrollo donde se nutre de otras ideas y aún así
debe surgir como un todo para llegar a un escenario. Las historias deben ser definidas, las
canciones deben escribirse, pero, ante todo, las partes del proceso creativo deben aprender a
trabajar juntas y a tener una visión unificada. Este es el núcleo de una colaboración exitosa:
todos deben agregar algo propio a la idea, pero la idea no debe perder unidad.
Ahora bien, ¿Cómo se logra esta unidad? Una canción en un musical debe funcionar por sí
misma, pero aún así conectarse de manera profunda con las demás canciones del mismo
musical. Dicho de otra forma, si el arreglista y el compositor saben lo que hacen, cada canción
va a presentar algo sorprendentemente nuevo y aún así ser coherente y poseer elementos
comunes con todo lo que pasó hasta ese punto. Este es el objeto de estudio del documento What
Gives Musical Theatre Musical Integrity? An Analysis of the opening Scene of South Pacific.
La caracterización de los personajes mediante el uso de leimotifs así como el uso de lo que el
autor, el compositor para teatro Edward Green, llama “variación desarrollada” hace que las
canciones desarrollen una unidad mediante el uso de una idea nuclear. Esto implica que el oído
es tan bueno como el ojo en discernir patrones abstractos y en la comprensión de las atmósferas
emocionales de la obra.
En este punto de la revisión de la literatura es evidente que la definición de lo que llamo “estilo
Broadway” está centrada en la creación y, que si bien Schimmel dedica parte de su trabajo a la
representación, no se le entrega crédito a los intérpretes como parte creativa del proceso. Se
reivindica el trabajo de arreglistas, coreógrafos y directores de las distintas áreas pero se
minimiza o se pasa por alto el trabajo de quienes finalmente representan la obra.
Quien haya visto interpretaciones diferentes de actores distintos de un mismo número musical
entiende cuánto influyen los actores en el resultado final del proceso creativo. Debido a la
minimización generalizada de este aporte existe poco o nulo material académico relacionado
con la interpretación vocal como parte creativa de un musical, por lo que se hizo necesario
acudir a dos guías prácticas de carácter canónico que ayuden a entender cómo el actor / cantante
aporta al estilo Broadway. Acting in Musical Theatre y Excavating The Song poseen ejes
comunes de aproximación a la música: la interpretación gira en torno a la dramaturgia.
Mediante lo que en Acting in Musical Theatre llaman “intensificadores” y en Excavating The
Song llaman “interpretación subjetiva” se pretende una apropiación del personaje pero, ante
todo, un entendimiento del momento y las emociones del mismo así como del significado de las
palabras, lo que lleva a distintos tipos de énfasis mediante la técnica vocal que, evidentemente,
variarán de actor en actor, pero, que además, les diferencian de los cantantes populares. Dicho
de otra forma, en el teatro musical se cuenta una historia a través de la interpretación.
Al principio de este apartado se indicó que hay algunos presupuestos que deben confirmarse
para que la tesis del trabajo funcione. Una de ellas era que existía un estilo Broadway. La otra es
que se puede narrar mediante la música, lo que implica que la música es un lenguaje. Este punto
fue tocado brevemente al abordar la integridad musical de los musicales, pero nos lleva
obligatoriamente a estudiar la semiología a partir de la música.
En Music’s Meanings: a Modern musicology for non-musos, Philip Tagg nos introduce a este
campo. Tomando en cuenta que el análisis musical clásico se reduce a estilos sintáxicos y no
semánticos (es decir, que se centran en la forma y no en el mensaje), aborda la música desde la
semiosis (el proceso mediante el que el significado es producido y entendido). Esto implica la
existencia de un signo, un significante y un significador, conceptos prestados de la teoría
semiótica de Pierce.
Para llegar a una comprensión del signo (el mensaje), debemos entonces comprender las
convenciones del significador (quien da el mensaje) y esto se logra mediante el análisis del
timbre, las dinámicas, las tonalidades y todo lo que emplee el autor. Ahora bien, no existe un
método universal de aproximación al significado de la música pues cada autor tiene un código
de significación diferente que depende de su contexto social, del mismo mensaje y de lo
elaborado de su discurso.
Es mediante esta aproximación multidisciplinaria que se ha logrado, entonces, confirmar la
viabilidad de la investigación mediante la verificación de la existencia de un problema de
investigación, pues si bien existen investigaciones y métodos que abordan al estilo Broadway
desde cada uno de los tres elementos que se sostiene que le conforman, no se tiende a
relacionarlos y se les ve como elementos separados.
Contextualización
Esta investigación surge de una simple pregunta: ¿Qué es lo que hace que una canción de
cualquier musical de Broadway “suene a Broadway”? Al ser el teatro musical un arte
colaborativo es lógico que la respuesta a esta pregunta debe ser resultado de un estudio
multimodal que aborde la interrogante con una visión global, esto es, que no se centre solamente
en la música, en el teatro o en la actuación. Después de una revisión de la literatura existente es
evidente que no existe una aproximación al estilo Broadway que cumpla con estos requisitos. Es
más, comúnmente se tiende a subestimar alguna de las partes en detrimento de las otras,
desconociendo de esta manera que todos son elementos subyugados a la narrativa y que
contribuyen equitativamente a la misma.
El propósito de esta investigación, por lo tanto, es demostrar que el estilo Broadway es resultado
de la combinación de tres factores: el proceso creativo colaborativo, la interpretación vocal y la
narrativa musical. Esto requiere, entonces, comprobar que estos tres elementos forman parte del
lenguaje musical de cualquier musical sin importar su género específico o la época en la que fue
escrito, como también analizar la manera en la que estas partes se relacionan entre sí para formar
un todo. Así mismo, intenta reivindicar a la interpretación vocal como parte vital del proceso
creativo, puesto que comúnmente es vista como una herramienta y parte de la orquestación,
pasando por alto el hecho de que es el actor quien finalmente sirve como vehículo entre las
partes creativas y el público. Como ejercicio académico, también se propone adaptar una
canción popular al estilo Broadway, siendo ésta específicamente Somebody To Love del grupo
Queen.

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