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Módulo 2

Jurisdicción, ley
aplicable y
aspectos
procesales del
derecho
internacional
privado
3. Jurisdicción
internacional

3.1. Aspectos generales


En el presente apartado, analizaremos los aspectos de mayor relevancia de
la jurisdicción internacional, definición, principios y clasificaciones,
conforme la mirada del derecho internacional privado.

3.1.1. Jurisdicción, competencia judicial


internacional y competencia judicial interna
La expresión jurisdicción internacional hace referencia a la potestad que
corresponde a los jueces y tribunales de un Estado para conocer y resolver
los casos de DIPr, es decir, respecto de las relaciones jurídicas de carácter
privado que están vinculadas con dos o más ordenamientos jurídicos.

La competencia internacional indica el ámbito preciso en el que se ejerce


en cada caso la función jurisdiccional de cada Estado.

3.1.2. Definición
La jurisdicción internacional argentina es el poder de los jueces argentinos
para decidir casos jusprivatistas multinacionales.

Cuando hablamos de competencia internacional directa nos referimos a la


facultad de un tribunal de un Estado de declarase competente y juzgar
determinadas controversias con elementos extranjeros. Una vez resuelto el
conflicto de competencias, el tribunal que va a intervenir debe resolver el
conflicto de leyes, es decir, establecer si ha de aplicar derecho propio o
extranjero.

1
La competencia internacional indirecta se refiere al reconocimiento y
ejecución de sentencias extranjeras.

3.1.3. Principios
Los principios que rigen la materia son los siguientes:

Principio de independencia: cada sistema de jurisdicción de los distintos


Estados es autónomo, pues la jurisdicción es expresión de soberanía. Según
este principio, los Estados consideran exclusiva y excluyente su jurisdicción
en causas propias y recíprocamente se declaran incompetentes en causas
que juzgan ajenas (territorialismo jurisdiccional).

Principio de interdependencia: implica que existe un contacto entre los


sistemas jurisdiccionales de los distintos Estados. Según este principio, los
Estados conceden extraterritorialidad a las sentencias extranjeras,
admitiendo el ejercicio de extrañas jurisdicciones en causas relativamente
vinculadas al Estado que reconoce aquellas sentencias, generalmente
vinculadas a los aspectos ejecutivos.

Principio de efectividad: alude a la razonabilidad del acto jurisdiccional, a


fin de que éste pueda ser reconocido y/o ejecutado en el Estado que se
pretende. El Estado argentino coexiste con los demás Estados extranjeros.
Estos también ejercen la jurisdicción. Cada Estado nacional podría declarar
en sus disposiciones internas la pretensión de tener conocimiento de todas
las causas del mundo. Obviamente, ninguno de ellos abriga tan ilusoria
pretensión. El límite de la jurisdicción propia viene impuesto por las
probabilidades de reconocimiento y ejecución de las sentencias nacionales
en países extranjeros. El estudio de dichas posibilidades conducirá a limitar
la jurisdicción propia en casos de muy probable desconocimiento de
sentencias nacionales.

3.1.4. Jurisdicción internacional directa e indirecta


Las normas de jurisdicción internacional se subdividen en dos clases:
directa e indirecta.

 La jurisdicción directa consiste en determinar, frente a un caso


jusprivatista con elementos extranjeros, quién es la autoridad
competente para resolverlo. Ello se realiza a través de normas
unilaterales que le indican al juez cuándo gozan de esta jurisdicción y
le ordenan admitir la demanda y, en su caso, a entrar en el examen
de fondo del juicio.

2
Clasificación de la jurisdicción directa:

Tabla 1
La norma de jurisdicción la confiere
CONCURRENTE de manera alternativa a dos o más
Estados.

Se confiere jurisdicción
ÚNICA internacional a los jueces de un
Estado por razones prácticas.

Un Estado reivindica para sí la


EXCLUSIVA jurisdicción por razones de orden
público internacional.

Fuente: Elaboración propia.

 La jurisdicción indirecta presupone que ya existe una decisión de


algún juez en la esfera internacional. Esta decisión puede consistir
en: una sentencia definitiva, un auto interlocutorio que decide la
traba de una medida cautelar en otro Estado, un Decreto que
ordena una medida de mero trámite en otro Estado, entre otros.

De esta forma, y a través de normas omnilaterales de jurisdicción, se dan


las pautas a los jueces del Estado requerido para que juzguen la jurisdicción
del juez extranjero en la tramitación del reconocimiento y eventual
ejecución de la decisión extranjera.

Las normas omnilaterales tienen una función meramente valorativa de la


jurisdicción extranjera. La jurisdicción indirecta tiende a asegurar la eficacia
de una sentencia firme. Una condición de esta eficacia es la jurisdicción
internacional del juez del Estado en el que inició el juicio.

No se trata aquí de evitar la privación de justicia, sino que, por el contrario,


ya se ha hecho justicia. Su finalidad está en evitar la concesión indebida de
justicia, la cual se daría si el juez de la causa hubiese invadido la jurisdicción
del juez requerido.

La jurisdicción indirecta abarca todos los supuestos de auxilio judicial


internacional, en cualquiera de sus grados.

3
3.2. Normas de competencia judicial
internacional
En el presente apartado, analizaremos las normas de competencia judicial
internacional, principalmente su naturaleza, fundamentos y criterios de
determinación. Siguiendo a Fernández Arroyo (2003), entendemos que las
normas que atribuyen jurisdicción para los casos de DIPr obligan
exclusivamente a los jueces y tribunales del Estado que las elaboran -
cuando se trata de normas que pertenecen a la dimensión autónoma de los
sistemas de DIPr-, o de los Estados que forman parte del sistema
convencional o institucional que las contienen.

3.2.1. Naturaleza
Las normas de jurisdicción varían en su naturaleza, según se trate de
normas de jurisdicción directa o indirecta.

En el primer caso hemos dicho que las normas son de carácter “unilateral”,
pues indican al juez cuándo gozan de esta jurisdicción y le ordenan admitir
la demanda y, en su caso, a entrar en el examen de fondo del juicio. Las
normas de jurisdicción directas tienen por finalidad evitar la efectiva
privación de justicia. Ningún litigio debe quedar sin juez competente. Las
normas unilaterales de jurisdicción tienden a evitar el denegamiento de
justicia.

En el caso de la jurisdicción indirecta, a través de las normas


“omnilaterales” de jurisdicción, se dan las pautas a los jueces del Estado
requerido para que juzguen la jurisdicción del juez extranjero en la
tramitación del reconocimiento y eventual ejecución de la decisión
extranjera.

Las normas omnilaterales tienen una función meramente valorativa de la


jurisdicción extranjera. La jurisdicción indirecta tiende a asegurar la eficacia
de una sentencia firme. Una condición de esta eficacia es la jurisdicción
internacional del juez del Estado en el que inició el juicio.

3.2.2. Fundamentos
Los fundamentos de las normas de jurisdicción se vinculan directamente
con los principios rectores de la materia, esto es: el de independencia,
interdependencia y efectividad.

4
Dichos principios han sido desarrollados en el punto 3.1.3, al cual
remitimos.

3.2.3. Criterios de determinación de la competencia


judicial internacional
La jurisdicción directa se determina por ley o por la autonomía de la
voluntad de las partes. En el primer supuesto existen distintos criterios o
principios atributivos de jurisdicción. Los más usuales e importantes son los
siguientes:

 Principio del paralelismo:

Este criterio determina que son competentes los jueces del Estado cuyo
derecho o ley es aplicable al caso. Presupone que debemos
necesariamente conocer la ley aplicable al caso y que ésta es única.

Este principio posee una ventaja y una desventaja. Como ventaja principal
podemos señalar que los jueces aplicarán su propio derecho, que es el que
mejor conocen. Como desventaja señalamos que se produce lo que se
denomina fórum shopping (literalmente significa comprar la jurisdicción),
puesto que en los casos en que pudiera elegirse la ley aplicable, por vía
indirecta se “compraría” la jurisdicción.

Este criterio está receptado en el art. 56 de los Tratados de Montevideo de


Derecho Civil Internacional.

 Principio del domicilio:

Puede considerarse un principio general en el derecho de la jurisdicción


internacional el que les adjudica a los jueces del país en el que el
demandado tiene su domicilio. Ej.: arts. 2614, 2616, Código Civil y
Comercial de la Nación (CCyC), etc.

 Principio del fuero internacional del patrimonio:

En virtud de este principio se confiere competencia a los jueces del Estado


en el cual se encuentran los bienes del demandado, es decir que la sola
existencia de bienes en un determinado Estado habilita a los jueces de ese
Estado a intervenir en el litigio. Ej.: art. 2 Inc. d de la ley 24.522.

 Prórroga de jurisdicción:

En este supuesto, la jurisdicción no se determina por la ley, sino por la


autonomía de las partes.

5
La prórroga de jurisdicción es un acuerdo de partes en virtud del cual se
asigna jurisdicción a un juez, que, en principio, no la tiene, a fin de resolver
conflictos potenciales o actuales de las partes.

Con relación al momento en que la prórroga se efectiviza, ésta puede ser:


anterior a que se suscite el conflicto (asume la forma de una cláusula
compromisoria), o posterior a la producción del mismo (asume la forma de
compromiso).

En principio, la jurisdicción territorial es improrrogable, pero en


determinados supuestos y bajo ciertas condiciones, la jurisdicción puede
prorrogarse.

El Código Procesal Civil y Comercial de la Nación en su redacción anterior


(Ley 17.454 del año 1967) prohibía la prórroga de jurisdicción. En el año
1976 se modificó el Código de Procedimiento (Ley 21.305 del año 1976) y
en su nueva redacción admite el instituto, siempre y cuando concurran
determinados requisitos.

El artículo 1° del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación


textualmente establece:

La competencia atribuida a los Tribunales nacionales es


improrrogable. Sin perjuicio de lo dispuesto por los Tratados
Internacionales y por el art. 12 inc. 4 de la ley 48,
exceptúese la competencia territorial en asuntos
exclusivamente patrimoniales, que podrá ser prorrogada de
conformidad de partes. Si estos asuntos son de índole
patrimonial, la prórroga podrá admitirse aún a favor de
jueces extranjeros o de árbitros que actúen fuera de la
República, salvo en los casos en que los Tribunales
argentinos tienen jurisdicción exclusiva o cuando la prórroga
está prohibida por ley1.

De lo transcripto se desprende que los requisitos son los siguientes:

1) Que se trate de asuntos de índole patrimonial.

2) Que se trate de una cuestión objetivamente internacional.

3) Que la prórroga no esté prohibida por ley.

1 Art. 1. Ley 17.454 – Código Procesal Civil y Comercial de la Nación.

6
4) Que no exista jurisdicción exclusiva por parte de los tribunales
argentinos.

En el Código Civil y Comercial tiene recepción expresa en el artículo 2607:

La prórroga de jurisdicción es operativa si surge de convenio


escrito mediante el cual los interesados manifiestan su
decisión de someterse a la competencia del juez o árbitro
ante quien acuden. Se admite también todo medio de
comunicación que permita establecer la prueba por un
texto. Asimismo opera la prórroga, para el actor, por el
hecho de entablar la demanda y, con respecto al
demandado, cuando la conteste, deje de hacerlo u oponga
excepciones previas sin articular la declinatoria2.

En la DIPr interno a partir de la sanción del Código Civil y Comercial


incorpora este artículo, que anteriormente no existía en cuerpo del Código
Civil. Se complementa con el artículo 2605, en el cual se autoriza a las
partes a la utilización de la autonomía de la voluntad para la elección de
foro.

En el art. 20673 in fine también se recepta la prórroga tácita.

El Tratado de Montevideo de Derecho Civil Internacional de 1940 agrega a


los requisitos enunciados supra, en el art. 56, 2° párrafo4, que la prórroga
de jurisdicción será admitida luego de promovida la acción (Compromiso
arbitral) y siempre y cuando haya sido aceptada por el demandado
(prohíbe la prórroga ficta).

En cuanto a la ley que rige la validez de la prórroga, existen dos posturas,


según ésta sea anterior a la traba del litigio o posterior. En el primer caso,
se impone la ley que rige el contrato (Lex contractus) y, en el segundo, la
ley del Estado del juez al cual se prorrogó la jurisdicción (lex prorrogatio
foris).

2 Art. 2607. Ley 26.994 - Código Civil y Comercial de la Nación.


3 Art. 2067. Ley 26.994 - Código Civil y Comercial de la Nación.
4 Art. 56. Tratado de Derecho Civil Internacional. Montevideo, 1940.

7
3.3. Alcance de la soberanía del
Estado en la determinación de la
competencia judicial internacional
Durante mucho tiempo fue posible decir que cada Estado, en virtud de su
carácter independiente y soberano, era absolutamente libre de determinar
su competencia.

3.3.1. Ámbito de la competencia exclusiva del Estado


Hemos dicho ya que la jurisdicción es, en principio, improrrogable; empero,
en determinados supuestos y bajo determinadas condiciones (art. 1° del
Código de Procedimiento Civil y Comercial de la Nación), puede
prorrogarse. No obstante, en aquellos casos en los que el Estado posee
jurisdicción exclusiva, la prórroga no tiene lugar.

3.3.2. Jurisdicción exclusiva en el Código Civil y


Comercial de la Nación
El Código Civil y Comercial, dentro del Capítulo “Jurisdicción Internacional”,
incluye de manera específica el artículo 2609, en el cual se establecen
supuestos de jurisdicción exclusiva:

Sin perjuicio de lo dispuesto en leyes especiales, los jueces


argentinos son exclusivamente competentes para conocer
en las siguientes causas:
a) en materia de derechos reales sobre inmuebles
situados en la República;
b) en materia de validez o nulidad de las inscripciones
practicadas en un registro público argentino;
c) en materia de inscripciones o validez de patentes,
marcas, diseños o dibujos y modelos industriales y
demás derechos análogos sometidos a depósito o
registro, cuando el depósito o registro se haya
solicitado o efectuado o tenido por efectuado en
Argentina5.

5 Art. 2609. Ley 26.994 - Código Civil y Comercial de la Nación.

8
La jurisdicción exclusiva se diferencia de la jurisdicción única en que su
fundamento radica en razones de orden público internacional. El Estado
tiene un especial interés en tutelar determinadas materias, con las cuales
tiene una estrecha vinculación. Se trata de una excepción; en tal sentido,
debe estar justificada su elección y su interpretación debe ser realizada
restrictivamente, no pudiendo realizarse aplicaciones extensivas de esta
normativa.

Es importante destacar que este artículo no es taxativo, por lo que permite


que por leyes especiales se agreguen supuestos.

En la sección sexta, “Adopción”, se agrega un supuesto más de jurisdicción


exclusiva en el art. 2635:

En caso de niños con domicilio en la República, los jueces


argentinos son exclusivamente competentes para la
declaración en situación de adoptabilidad, la decisión de la
guarda con fines de adopción y para el otorgamiento de una
adopción. Para la anulación o revocación de una adopción
son competentes los jueces del lugar del otorgamiento o los
del domicilio del adoptado6.

3.3.3. Excepciones a la competencia exclusiva del


Estado: la Inmunidad de jurisdicción y ejecución del
Estado extranjero
La actuación extraterritorial de los Estados estableciendo relaciones
jurídicas con particulares suscita un problema de larga data, que puede
plantearse a través del siguiente interrogante: ¿son competentes los
tribunales nacionales para entender en juicios en que es parte un Estado
extranjero?

La respuesta variará según la postura que asuma cada país,


pues existen sobre el punto dos posiciones bien
diferenciadas: la de Estados que admiten someterse a los
tribunales del país ante cuyos estrados han sido
demandados, y la de aquellos que se enrolan en una
posición totalmente opuesta y, en consecuencia, no aceptan

6 Art. 2635. Ley 26.994 - Código Civil y Comercial de la Nación.

9
quedar sometidos a la competencia de tribunales
extranjeros, oponiendo en estos casos la excepción de
inmunidad de jurisdicción (Fernández Arroyo, 2003, p. 143).

Durante mucho tiempo se consideró que un Estado no podía ser


demandado ante los tribunales de otro país. Recién a partir de fines del
siglo XIX, cuando la evolución se vincula a la tesis de la responsabilidad del
Estado, surge el derecho de traer a juicio a éste con motivo de acciones
entabladas por particulares y la distinción entre actos jure imperii y jure
gestionis. Ello dependerá de la distinción entre actos públicos y privados
que realiza el Estado fuera de su territorio. Si el acto es tal que por su
naturaleza podría llevarse a cabo por una persona privada -por ejemplo, un
contrato o un empréstito-, el acto, cualquiera sea su objeto, es un acto de
carácter privado.

En orden a esta distinción, la doctrina y la jurisprudencia asumieron


diferentes posiciones; aunque la inmunidad de jurisdicción es un principio
universalmente aceptado, se controvierte su extensión. Las posiciones que
se enfrentan son, por un lado, la tesis absoluta o clásica y, por otro, la
teoría restrictiva o moderna.

La primera sostiene la aplicación de la inmunidad soberana con total


independencia de la naturaleza de los actos que el Estado realice; de donde
se deduce que en ningún caso el Estado puede, sin su consentimiento,
verse sometido a la jurisdicción de los tribunales de otro.

La segunda teoría distingue entre las demandas que se basan en actos del
Estado como poder público (iure imperii) de las acciones que se deducen
en cuanto el Estado actúa como particular (iure gestionis). La inmunidad
jurisdiccional sólo existe si la demanda estriba en un acto iure imperii,
mientras que no es posible si la demanda invoca un acto iure gestionis.

En el Derecho Argentino, históricamente la Corte Suprema de Justicia de la


Nación sostuvo la tesis unitaria o clásica.

El Decreto de Ley 1285/58 establecía que: “No se dará curso a nueva


demanda contra un Estado extranjero, sin requerir previamente de su
representante diplomático, por intermedio del Ministerio de Relaciones
Exteriores y Culto la conformidad de aquél país para ser sometido a
juicio”7.

En el año 1963, a raíz del “Caso Gronda”, mediante el Decreto de Ley


9015/63, se introduce un agregado al art. 24 del decreto 1285/58, el que
textualmente establecía:

7 Art. Nº 24 – Decreto de Ley 1285/58.

10
Sin embargo el Poder Ejecutivo puede declarar con respecto
a un país determinado la falta de reciprocidad a los efectos
consignados en esta disposición por decreto debidamente
fundado. En este caso el Estado extranjero, respecto del cual
se ha hecho tal declaración, queda sometido a la jurisdicción
argentina. Si la declaración del Poder Ejecutivo, limita la
falta de reciprocidad a determinados aspectos, la sumisión
del país extranjero a la jurisdicción argentina se limitará
también a los mismos aspectos. El Poder Ejecutivo declarará
el establecimiento de la reciprocidad, cuando el país
extranjero modifique sus normas al efecto8.

Se introduce así la cláusula de reciprocidad.

En el año 1994 la Corte Suprema de Justicia de la Nación, en el caso


“Manauta c/ Embajada Rusa”, se pronuncia por la tesis restringida o
diferencial.

En el año 1995 se sanciona la ley 24.488 sobre Inmunidad Jurisdiccional de


los Estados extranjeros ante los tribunales argentinos. El art. 1° establece:
“Los Estados extranjeros son inmunes a la jurisdicción de los tribunales
argentinos, en los términos y condiciones establecidos en esta ley”9. No
obstante, el art 2° consagra las excepciones a la inmunidad de jurisdicción.
El art. 2° establece:

Los Estados extranjeros no podrán invocar inmunidad de


jurisdicción en los siguientes casos:
a) Cuando consientan expresamente a través de un
tratado internacional, de un contrato escrito o de
una declaración en un caso determinado, que los
ejerzan jurisdicción sobre ellos;
b) Cuando fuesen objeto de una reconvención
directamente ligada a la demanda principal que el
Estado extranjero hubiere iniciado;
c) Cuando la demanda versare sobre una actividad
comercial, industrial llevada a cabo por el Estado
extranjero y la jurisdicción de los tribunales
argentinos surgiere del contrato invocado o del
derecho internacional;

8Art. 24. Decreto de Ley 1285/58.


9 Art.1. Ley 24.488. Inmunidad Jurisdiccional de los Estados Extranjeros ante los Tribunales
Argentinos.

11
d) Cuando fueren demandados por cuestiones
laborales, por nacionales argentinos o residentes en
el país, derivadas de contratos laborales, por
nacionales argentinos o residentes en el país,
derivadas de contratos celebradas en la República
Argentina o en el exterior y que causaren efectos en
el territorio nacional;
e) Cuando fueren demandados por daños y perjuicios
derivados de delitos, cuasidelitos cometidos en el
territorio;
f) Cuando se tratare de acciones sobre bienes
inmuebles que se encuentren en el territorio
nacional;
g) Cuando se tratare de acciones basadas en la calidad
del Estado extranjero como heredero o legatario de
bienes que se encuentren en el territorio nacional;
h) Cuando, habiendo acordado por escrito someter a
arbitraje todo litigio relacionado con una transacción
mercantil, pretendiere invocar la inmunidad de
jurisdicción de los tribunales argentinos en un
procedimiento relativo a la validez o la interpretación
del convenio arbitral, del procedimiento arbitral o
referido a la anulación del laudo, a menos que el
convenio arbitral disponga lo contrario10.

De la norma transcripta se advierte que son tantas las excepciones


consagradas por el art. 2° que la regla parece convertirse en excepción.

3.4. Foros de competencia judicial


internacional
Los foros de competencia judicial internacional adquieren diferentes
clasificaciones, conforme variados criterios que se tienen en cuenta en
doctrina. En este punto analizaremos los que consideramos más relevantes
a los fines de una comprensión sistemática de la materia.

3.4.1. Foros razonables y exorbitantes


10Art. 2. Ley 24.488. Inmunidad Jurisdiccional de los Estados Extranjeros ante los Tribunales
Argentinos.

12
Un foro razonable es aquel que cumple con el principio de proximidad, es
decir, cuando el caso regulado presenta una vinculación suficiente con el
foro (ejemplo: lugar de situación del bien en los casos en que se discuten
derechos reales respecto de ese bien).

En tanto que un foro exorbitante es aquel que no respeta el principio de


proximidad con el caso o se da en menoscabo del equilibrio entre las
partes, favoreciendo a una de ellas, que suele ser la vinculada con el fuero
(ejemplo: el foro de la nacionalidad del demandante o el foro del
patrimonio). (Fernández Arroyo, 2003, p. 154).

3.4.2. Foros exclusivos y concurrentes


Foro concurrente es aquel que confiere jurisdicción de manera alternativa
a dos o más Estados (ejemplo: art. 2650, CCyC).

Debemos recordar que en esta materia la tendencia es hacia la apertura de


la jurisdicción a fin de evitar los supuestos de denegación de justicia.

El foro exclusivo es aquel en el que un Estado por motivos de orden


público reivindica para sí la jurisdicción (ejemplo: art. 2609, CCyC). Estos
foros son de carácter excepcional, pues ya hemos apuntado que la
tendencia es hacia la apertura de la jurisdicción.

3.4.3. Foros generales y especiales


Los foros generales son aquellos que toman como criterio para establecer
la jurisdicción un elemento que existe en todos los supuestos,
independientemente de la configuración del caso (ej.: foro del domicilio del
demandado, la autonomía de la voluntad).

Los foros especiales se determinan en función de la materia. Están


directamente relacionados con las particularidades del caso y es esa
especificidad lo que los hace inhábiles para servir una materia diferente (ej.
el lugar de cumplimiento de un contrato es apropiado para determinar el
juez competente en dicha materia). (Fernández Arroyo, 2003, p. 159).

13
3.4.4. Forum necessitatis y forum non conveniens
El forum necessitatis se da en aquellos supuestos en los que un juez que no
es competente, asume jurisdicción, para evitar una consecuencia no
deseable, como el incumplimiento de la garantía de acceso a la justicia. Es
decir que este juez interviene impidiendo actuar al juez al cual la norma
vigente le atribuye competencia para resolver un caso concreto,
precisamente por la misma finalidad: para evitar una consecuencia no
deseable. Se busca salvar las situaciones de indefensión que privan del
acceso a la justicia.

Este foro tiene recepción expresa en el Código Civil y Comercial, en el


artículo 2602:

Aunque las reglas del presente Código no atribuyan


jurisdicción internacional a los jueces argentinos, éstos
pueden intervenir, excepcionalmente, con la finalidad de
evitar la denegación de justicia, siempre que no sea
razonable exigir la iniciación de la demanda en el extranjero
y en tanto la situación privada presente contacto suficiente
con el país, se garantice el derecho de defensa en juicio y se
atienda a la conveniencia de lograr una sentencia eficaz11.

El legislador se encargó de precisar en este foro que el juez podrá


intervenir excepcionalmente, no pudiendo utilizarse como regla en
materia de jurisdicción esta atribución; al contrario, sólo cuando esté
destinada a cumplir la finalidad de tutela de este artículo. Resulta
fundamental que exista contacto suficiente, no siendo apto cualquier tipo
de contacto; de esta manera, se busca proteger la asunción de foros
exorbitantes.

En el supuesto del forum non conveniens el juez ante el cual la demanda se


presenta y que es competente internacionalmente considera que su
jurisdicción no es conveniente y, en consecuencia, declina su competencia
en favor de otro juez, cuya jurisdicción considera más apropiada y
conveniente por razones de prueba, por ejemplo. (Fernández Arroyo, 2003,
p. 165).

3.5. Cooperación Judicial Internacional

11 Art. 2602. Ley 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación.

14
A continuación analizaremos los principales aspectos de la cooperación
judicial internacional y la importancia que cobra en el mundo actual. Nos
explica Dreyzin de Klor que en tanto cometido esencial del Estado, la
justicia no puede verse trabada por fronteras nacionales que obstaculicen
procesos iniciados en un Estado que requieren actividad procesal en otros;
por ello la necesidad de normas reguladoras del auxilio jurisdiccional
internacional. (Dreyzin de Klor y Saracho Cornet, 2005, p. 11).

3.5.1. Definición. Niveles o grados de cooperación


La cooperación jurisdiccional ocurre cuando el juez de un Estado, con
motivo de un proceso que tiene lugar ante su jurisdicción, se ve precisado a
solicitar la colaboración del juez de otro Estado, a fin de que lleve a cabo
determinados actos procedimentales que, una vez cumplidos, pasarán a
integrar aquél. (Dreyzin de Klor y Saracho Cornet, 2005, p. 72).

En el DIPr de fuente autónoma, se recepta la cooperación jurisdiccional en


el artículo 2611 del Código Civil y Comercial: “Sin perjuicio de las
obligaciones asumidas por convenciones internacionales, los jueces
argentinos deben brindar amplia cooperación jurisdiccional en materia
civil, comercial y laboral” 12.

Esta actividad admite tres niveles diferentes según el grado de


profundización que revista la solicitud cooperante. La distinción tiene su
razón de ser, pues los grados de asistencia se corresponden con los
recaudos para cumplimentar el auxilio. Según sea la incidencia que la
medida solicitada produzca en el territorio del juez requerido, serán los
requisitos exigidos. (Dreyzin de Klor y Saracho Cornet, 2005, p. 72).

 Cooperación de mero trámite o probatoria (citaciones,


notificaciones, información del derecho extranjero, recepción de
pruebas, etc.).

 Medidas cautelares.

 Reconocimiento y ejecución de sentencias extranjeras.

12 Art. 2611. Ley 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación.

15
3.5.2. Cooperación de mero trámite o probatoria
Esta Cooperación jurisdiccional es la denominada de primer grado. El
Código Civil y Comercial la recepta en el artículo 2612:

Sin perjuicio de las obligaciones asumidas por convenciones


internacionales, las comunicaciones dirigidas a autoridades
extranjeras deben hacerse mediante exhorto. Cuando la
situación lo requiera, los jueces argentinos están facultados
para establecer comunicaciones directas con jueces
extranjeros que acepten la práctica, en tanto se respeten las
garantías del debido proceso. Se debe dar cumplimiento a
las medidas de mero trámite y probatorias solicitadas por
autoridades jurisdiccionales extranjeras siempre que la
resolución que las ordena no afecte principios de orden
público del derecho argentino. Los exhortos deben
tramitarse de oficio y sin demora, de acuerdo a las leyes
argentinas, sin perjuicio de disponer lo pertinente con
relación a los gastos que demande la asistencia requerida13.

3.5.3. Cooperación cautelar internacional


La cooperación de segundo grado está destinada a la regulación de las
medidas cautelares. Siguiendo a Dreyzin de Klor (2005), entendemos que
las medidas cautelares son aquellas que tienen por objeto dotar de eficacia
a la sentencia que se dicte en determinado proceso (Dreyzin de Klor y
Saracho Cornet, 2005, p. 163).

En el Código Civil y Comercial se recepta en el artículo 2603. Este artículo


determina los casos en que un juez argentino tiene jurisdicción
internacional para disponer una medida provisional o cautelar, con la
finalidad de prevenir el daño derivado del retardo de una decisión
jurisdiccional definitiva asegurando su eficacia, ya sea que se ordenen con
carácter previo aun proceso o durante éste. (Bueres, 2014, p. 669).

Artículo 2603:

Los jueces argentinos son competentes para disponer


medidas provisionales y cautelares:
a) cuando entienden en el proceso principal, sin
perjuicio de que los bienes o las personas no se
encuentren en la República;

13 Art. 2612. Ley 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación. Poder Ejecutivo.

16
b) a pedido de un juez extranjero competente o en
casos de urgencia, cuando los bienes o las personas
se encuentran o pueden encontrarse en el país,
aunque carezcan de competencia internacional para
entender en el proceso principal;
c) cuando la sentencia dictada por un juez extranjero
debe ser reconocida o ejecutada en la Argentina.
El cumplimiento de una medida cautelar por el juez
argentino no implica el compromiso de reconocimiento o
ejecución de la sentencia definitiva extranjera, pronunciada
en el juicio principal14.

14 Art. 2603. Ley 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación.

17
4. Derecho aplicable
4.1. Aspectos generales
En el siguiente apartado se desarrollarán los aspectos generales del
derecho aplicable o también conocido como conflicto de leyes.
Comenzaremos estudiando los diferentes métodos del sector, y nos
centraremos luego en la regulación directa e indirecta.

4.1.1. El pluralismo de métodos en el sector del


Derecho Aplicable
En el Módulo 1 hemos hecho referencia a que el DIPr participa en la
actualidad de un pluralismo metodológico. Ello significa que esta
disciplina no sólo cuenta con un método de estudio propio, sino que
además utiliza múltiples métodos de estudio.

La concepción Conflictualista de Werner Goldschmidt (2003) identifica al


DIPr sólo con la norma de conflicto y excluye de su órbita de estudio a
la norma material y de policía, confinándolas a otras “ramas” del derecho
como el derecho privado internacional (normas materiales) o el derecho
privado público de extranjería, aunque se reconocía la innegable afinidad
entre todas estas ramas que compartían los llamados casos mixtos.

Con el tiempo se llega a admitir en el DIPr: el pluralismo metodológico y


normativo y a conceder pie de igualdad a las normas de conflicto,
materiales e internacionalmente imperativas.

Ello no importa, dejar de reconocer el rol que, como norma


general de la materia, cabe seguir atribuyendo a la norma de
conflicto, y al carácter especial que junto a ella asumen la
norma material, con funciones complementarias y
suplementarias del sistema y la norma de policía, especial,
exclusiva y excluyente de las otras dos. (Uzal, s.f., p. 8.
Recuperado de http://goo.gl/XoeUNO).

En virtud del pluralismo metodológico, concluimos que los métodos de los


que se vale nuestra disciplina son:

18
 Método indirecto o extraterritorialista (a través de normas de
conflicto).

 Método material o sustantivo (a través de normas materiales).

 Método territorialista, excepcionalmente (sobrevive a través del


orden público internacional).

Siendo que los métodos utilizan para su funcionamiento normas, debemos


correlativamente referirnos a un pluralismo normativo, que
necesariamente contemple las tres categorías de normas del DIPr, esto es:
normas indirectas, directas y normas internacionalmente imperativas.
Todas ellas son objeto de estudio por parte del derecho internacional
privado.

4.1.2. Regulación directa y regulación indirecta


Las normas indirectas o de conflicto son aquellas que en su tipo legal
describen un caso jusprivatista multinacional, pero que en su consecuencia
jurídica no dan la solución al mismo, sino que remiten a otro ordenamiento
(extranjero o propio, según se trate de normas indirectas de importación o
exportación).

En tanto que las normas directas, materiales o sustantivas son aquellas


que en su tipo legal describen un caso jusprivatista multinacional y que en
su consecuencia jurídica brindan la solución sustantiva y material a ese
caso.

4.1.3. Unilateralismo - bilateralismo


El unilateralismo es el método por el cual se autolimita exclusivamente el
ámbito de aplicación del derecho propio, imponiéndolo en el territorio
nacional. Se crean normas unilaterales que son las que imponen la
aplicación del derecho privado del Estado que dictó la ley.

Boggiano (2000) al respecto ejemplifica el unilateralismo diciendo:

He aquí el unilateralismo más absoluto de las normas de


policía… que condicionadas a su vez por las normas de
jurisdicción internacional… delimitaban el ámbito de
aplicación espacial del derecho matrimonial argentino,

19
desinteresándose de la cuestión por falta de jurisdicción
internacional siempre que ese derecho matrimonial no
resulte apriorísticamente aplicable. Cualquier aplicación de
un derecho matrimonial extranjero quedaba abandonada a
los jueces extranjeros. (Boggiano, 2000, p. 142).

Por su parte, el bilateralismo, no prioriza un derecho frente a otro como lo


hace la lex fori. Elías Guastavino hace una reflexión sobre este concepto:

Boggiano propicia una coordinación sistemática del


conflictualismo normológico, basado en el método de
elección justa de un derecho estatal aplicable; del
sustancialismo moderado, que adopta el método de
creación de nuevas normas materiales uniformes
especialmente establecidas para ciertos casos juris-
privatistas multinacionales y, finalmente, de un exclusivismo
que se funda en el método de autolimitar el ámbito de
validez espacial de algunas normas materiales del derecho
privado argentino que se aplica exclusiva y
excepcionalmente.

4.2. Técnicas de reglamentación


indirectas
Estas técnicas se caracterizan porque indican la ley aplicable al caso
concreto a través de un punto de conexión. La ley que indica es la que
resolverá el caso, por tratarse de una norma interna material de algún
Estado. Para ello se vale de la norma indirecta, cuya estructura y elementos
analizaremos a continuación.

4.2.1. Elementos de la norma indirecta


La norma indirecta o de conflicto posee una estructura similar a las
restantes normas jurídicas y ciertas particularidades que la distinguen.

La norma indirecta, al igual que cualquier norma, posee un tipo legal y una
consecuencia jurídica. El tipo legal es el sector jurídico a reglamentar (la
capacidad, los efectos patrimoniales del matrimonio, entre otros), en

20
tanto que la consecuencia jurídica expresa los efectos jurídicos de ese
sector que reclama su definición. La consecuencia jurídica no reglamenta
directamente la situación respectiva, sino que remite a un ordenamiento, a
la ley del domicilio, a la ley del lugar de cumplimiento, ley del lugar de
celebración, entre otros.

Dentro de la consecuencia jurídica se encuentra el llamado punto de


conexión: es la clave que indica el derecho aplicable al caso (ej.: lugar del
domicilio, lugar de situación de los bienes, lugar de celebración o ejecución,
entre otros).

De esta manera, la norma de conflicto actúa como un puente entre dos


riberas que parte del caso jusprivatista y desemboca en el derecho
sustantivo aplicable a esa relación jurídica.

Los puntos de conexión pueden ser:

Reales: Ej.: lugar de situación de los bienes.

Personales: Ej.: nacionalidad, domicilio, residencia habitual, simple


residencia.

Conductistas o voluntarios: Ej.: lugar de celebración o de ejecución de un


contrato.

4.2.2. Clasificación
Las normas indirectas se clasifican:

 Según el tipo legal:

o Normas cuyo tipo legal contiene las condiciones de un


efecto jurídico (la capacidad se rige por la ley del domicilio).

o Normas cuyo tipo legal abarca un efecto jurídico (los efectos


personales del matrimonio se rigen por la ley del domicilio
conyugal).

o Normas cuyo tipo legal abarca tanto el efecto como sus


condiciones (las obligaciones emergentes de un delito se
rigen por la ley del lugar donde el delito ha sido cometido).

 Según la consecuencia jurídica:

21
o Normas de importación y normas de exportación: las
primeras remiten a un derecho privado extranjero; las
segundas declaran aplicable el derecho propio.

 Según el punto de conexión:

o Simple: la norma emplea un único punto de conexión (ej., art.


2625, CCyC).

o Complejo: la norma emplea dos o más puntos de conexión,


pudiendo ser éstos:

Subsidiarios: cada punto de conexión se emplea en defecto o fracaso del


anterior (ej.: art. 5 del Tratado de Derecho Civil Internacional de
Montevideo de 1940).

Alternativo: todos los puntos de conexión empleados en la norma indirecta


poseen igual jerarquía y pueden utilizarse indistintamente (ej.: art. 2645,
CCyC).

Acumulativos: los puntos de conexión requieren coincidencia entre las


leyes señaladas por cada uno de ellos (art. 13 del Tratado de
Montevideo de Derecho Civil Internacional de 1889).

 De hecho: el punto de conexión empleado por la norma indirecta


importa un concepto jurídico que exige ser definido. Ej.: el domicilio.

 De derecho: el punto de conexión empleado por la norma


indirecta importa una situación de hecho, constatable
fácticamente. Ej.: lugar de situación de los bienes.

 Fijos: son de carácter inmutable. Ej.: ley del primer domicilio


conyugal, lugar de situación de los bienes.

 Variables: son de carácter mutable. Ej.: ley del domicilio conyugal.

22
4.3. Técnicas de reglamentación
directas
En la actualidad existe una tendencia a la revalorización de las técnicas de
reglamentación directas. Para Fernández Arroyo (2003), esta tendencia a la
materialización del DIPr no sólo actúa dentro del método de localización (a
través de las llamadas normas de conflicto materialmente orientadas), sino
que también ha llevado al desarrollo de una serie de técnicas de
reglamentación "directas" y a la elevación del número de veces en que la
ley nacional del juez es utilizada, incluso directamente. Sería, en otras
palabras, la superación de la técnica clásica del DIPr de solución "indirecta"
de los conflictos de leyes. (Fernández Arroyo, 2003, p. 301).

4.3.1. Normas materiales: Estructura. Función


Las normas directas, materiales o sustantivas son aquellas que en su tipo
legal describen un caso jusprivatista multinacional y que en su
consecuencia jurídica brindan la solución sustantiva y material a ese caso
(ej.: art. 5 del Tratado de Derecho Civil Internacional de Montevideo de
1940).

Por lo general, este tipo de normas aparecen en la esfera del DIPr


convencional y en cuanto a su estructura, del mismo modo que la norma
de conflicto, poseen un tipo legal y una consecuencia jurídica. La diferencia
con las normas indirectas radica en que las normas materiales carecen de
punto de conexión, pues en su propia consecuencia jurídica contemplan la
solución al caso, sin necesidad de remitir a otro ordenamiento jurídico
como lo hacen las normas indirectas.

4.3.2. Normas internacionalmente imperativas.


Estructura. Función
Las normas internacionalmente imperativas son aquellas que en su tipo
legal captan una relación jusprivatista multinacional y en su consecuencia
jurídica “autoeligen” inflexiblemente el derecho material, delimitando
expresamente su ámbito de aplicación espacial.

23
Estas normas encuentran su fundamentación en la salvaguarda de la
organización política, social, familiar y económica del país (ej.: art. 124 de
la Ley 19.550).

Las normas Internacionalmente imperativas se diferencian claramente del


orden público internacional, pues mientras aquellas descartan desde un
primer momento la aplicación del derecho extranjero, es decir,
apriorísticamente, sin siquiera consultarlo, autoeligiendo a través de su
punto de conexión el derecho material local, el orden público internacional
desecha la aplicación del derecho extranjero, a posteriori, es decir, luego
de consultar el ordenamiento jurídico extranjero y advertir la
incompatibilidad de éste con los principios que inspiran su legislación. Si
bien en ambos casos el resultado es el mismo, esto es, la no aplicación del
derecho extranjero, la diferencia radica en cuanto al momento en que se
produce dicho rechazo.

En el DIPr de fuente autónoma, el Código Civil y Comercial especifica que


este tipo de normas se imponen incluso sobre el ejercicio de la autonomía
de la voluntad, excluyendo la aplicación del derecho extranjero. Según el
artículo 2599:

Las normas internacionalmente imperativas o de aplicación


inmediata del derecho argentino se imponen por sobre el
ejercicio de la autonomía de la voluntad y excluyen la
aplicación del derecho extranjero elegido por las normas de
conflicto o por las partes.
Cuando resulta aplicable un derecho extranjero también son
aplicables sus disposiciones internacionalmente imperativas,
y cuando intereses legítimos lo exigen pueden reconocerse
los efectos de disposiciones internacionalmente imperativas
de terceros Estados que presentan vínculos estrechos y
manifiestamente preponderantes con el caso15.

4.4. Identificación de las normas en


las fuentes jurídicas
Tanto las normas directas e indirectas como las internacionalmente
imperativas pueden encontrarse tanto en el DIPr interno, cuanto en el DIPr
convencional. No obstante, aclaramos que a las normas materiales es más
frecuente encontrarlas en el DIPr convencional; en cambio, las normas
15 Art. 2599. Ley 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación. Poder Ejecutivo.

24
internacionalmente imperativas, por lo general, se encuentran en el DIPr
interno.

A continuación citaremos ejemplos de cada clase de normas:

Ejemplos de normas indirectas:

“La perfección de los contratos celebrados por correspondencia o


mandatario se rige por la ley del lugar del cual partió la oferta aceptada”16.

“La unión convivencial se rige por el derecho del Estado en donde se


pretenda hacer valer”17.

El derecho a alimentos se rige por el derecho del domicilio


del acreedor o del deudor alimentario, el que a juicio de la
autoridad competente resulte más favorable al interés del
acreedor alimentario.
Los acuerdos alimentarios se rigen, a elección de las partes,
por el derecho del domicilio o de la residencia habitual de
cualquiera de ellas al tiempo de la celebración del acuerdo.
En su defecto, se aplica la ley que rige el derecho a
alimentos.
El derecho a alimentos entre cónyuges o convivientes se rige
por el derecho del último domicilio conyugal, de la última
convivencia efectiva o del país cuyo derecho es aplicable a la
disolución o nulidad del vínculo18.

Los requisitos y efectos de la adopción se rigen por el


derecho del domicilio del adoptado al tiempo de otorgarse
la adopción.
La anulación o revocación de la adopción se rige por el
derecho de su otorgamiento o por el derecho del domicilio
del adoptado19.

Ejemplos de normas materiales:

“La presencia de un menor en el territorio de otro Estado parte, será


considerada indebida, cuando se produzca en violación de la tenencia,

16 Art. 42. Tratado de Derecho Civil Internacional. Montevideo, 1940.


17 Art. 2628. Ley 26. 994. Código Civil y Comercial de la Nación.
18 Art. 2630. Ley 26. 994. Código Civil y Comercial de la Nación.
19 Art. 2636. Ley 26. 994. Código Civil y Comercial de la Nación.

25
guarda, o derecho que sobre él o a su respecto, ejerzan lo padres, tutores o
guardadores”20.

En aquellos casos que no se encuentran especialmente


previstos en el presente Tratado, el domicilio civil de una
persona física, en lo que atañe a las relaciones jurídicas
internacionales, será determinado, en su orden, por las
circunstancias que a continuación se enumeran:
a) La residencia habitual en el lugar, con ánimo de
permanecer en él.
b) A falta de tal elemento, la residencia habitual en un
mismo lugar del grupo familiar, o la del cónyuge con
quien haga vida común, o a falta de cónyuge, la de
los hijos menores o incapaces con quien conviva.
c) El lugar del centro principal de sus negocios.
d) En ausencia de todas las circunstancias, se reputará
como domicilio la simple residencia. (Art. 5º Tratado
de Derecho Internacional Civil de Montevideo de
1940.)21

Ejemplos de normas internacionalmente imperativas:

La sociedad constituida en el extranjero que tenga su sede


en la República o su principal objeto esté destinado a
cumplirse en la misma, será considerada como sociedad
local a los efectos del cumplimiento de las formalidades de
constitución o de su reforma y contralor de
funcionamiento22.

Sin perjuicio de lo dispuesto en leyes especiales, los jueces


argentinos son exclusivamente competentes para conocer
en las siguientes causas:
a) en materia de derechos reales sobre inmuebles
situados en la República;
b) en materia de validez o nulidad de las inscripciones
practicadas en un registro público argentino;
c) en materia de inscripciones o validez de patentes,
marcas, diseños o dibujos y modelos industriales y
demás derechos análogos sometidos a depósito o

20 Art. 2, Parte 1. Convenio Argentino-Uruguayo sobre Protección Internacional de Menores.


Montevideo, 1981.
21 Art. 5. Tratado de Derecho Civil Internacional. Montevideo, 1940.
22 Art. 124. Ley 19.550. Ley de Sociedades Comerciales.

26
registro, cuando el depósito o registro se haya
solicitado o efectuado o tenido por efectuado en
Argentina23.

4.5. Dinámica de la norma indirecta


Tanto el tipo legal como la consecuencia jurídica poseen elementos
positivos cuanto negativos. Positivos, toda vez que dichos elementos deben
verificarse para que la norma indirecta entre en funcionamiento y
negativos, pues debe verificarse su inexistencia para que la norma
funcione correctamente.

Los elementos positivos del tipo legal son la calificación y la cuestión


previa” y el elemento negativo es el fraude a la ley.

El elemento positivo de la consecuencia jurídica es el reenvío (el derecho


aplicable al caso) y el elemento negativo es el orden público internacional.

4.5.1. El conflicto de calificaciones: caracterización


La norma indirecta en su faceta dinámica nos enfrenta, en primer término,
al llamado problema de “las calificaciones”. Se trata de un verdadero
problema de lógica jurídica.

Calificar consiste en determinar qué ordenamiento jurídico, en última


instancia, es el que definirá los términos empleados en la norma indirecta.
El problema de las calificaciones comprende tanto los conceptos
contenidos en el tipo legal como la consecuencia jurídica.

Los conflictos de calificaciones se originan por la coexistencia de sistemas


nacionales de DIPr y porque cada ordenamiento jurídico posee un cuadro
de categorías propio.

Bartin, uno de los juristas más importantes de Francia, descubre el


problema de las calificaciones en la jurisprudencia francesa, a partir del
“caso de la viuda maltesa”. El problema consistía en calificar el derecho del
cónyuge supérstite como figura del régimen matrimonial de bienes o figura
sucesoria. Los hechos eran los siguientes: un matrimonio maltés se casó y
vivió en Malta. Luego se trasladó a Argelia (entonces Francia) donde el
marido adquirió bienes y luego falleció. La viuda exigió el usufructo de la
cuarta parte de los bienes de propiedad del marido de acuerdo con el
derecho de Malta. Si éste es un supuesto de régimen matrimonial, la viuda

23 Art. 2609. Ley 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación.

27
gana el pleito, ya que según el DIPr francés el régimen matrimonial se rige
por la ley del primer domicilio conyugal (Malta). En cambio, si la cuestión
es considerada como un supuesto sucesorio, pierde en pleito, toda vez que
el DIPr francés señala como competente en esta materia a la ley del último
domicilio del causante (Francia) y el derecho francés desconocía los
derechos que reclamaba la viuda. Finalmente, se calificó según la ley
aplicable al régimen de bienes en el matrimonio (lex causae) y no según el
derecho del juez francés (lex fori).

Las soluciones propuestas para resolver los problemas de calificaciones


son:

a) Calificar según la lex fori: los términos de la norma indirecta, o bien


la relación jurídico-privada, deben ser calificados de acuerdo con el
cuadro de categorías que ofrece el sistema jurídico del Estado al
cual pertenece el juez que entiende en la causa. Esta solución
distingue entre el derecho que define (necesariamente por la lex
fori) y el derecho que reglamenta (puede ser la lex causae o la lex
fori, según el caso).

b) Calificar según la lex causae: fusiona el derecho que define con el


que reglamenta. La definición de los puntos de conexión se hace
conforme la lex fori, pero los términos del tipo legal se definen, en
última instancia, por la lex causae (la cual no sólo define, sino que
también reglamenta).

c) Calificar en forma autárquica: consiste en definir la relación jurídico


internacional, de manera autónoma y a través de conceptos
universales, con total abstracción de los derechos locales. Estos
conceptos universales surgirán del método comparativo de todas
las legislaciones del mundo. (Kaller de Orchansky, 1995, p. 93).

4.5.2. La cuestión previa: Caracterización


La cuestión previa es llamada también por la doctrina internacionalista
“cuestión preliminar” o “cuestión incidental”. Surge cuando la solución de
una cuestión principal depende de una o más cuestiones que por ese
motivo se denominan previas, preliminares o incidentales. La cuestión
previa se presenta después de la determinación del derecho aplicable a la
cuestión principal, si bien la decisión de la controversia principal depende
de ella (Kaller de Orchansky, 1995).

Así, por ejemplo, en el caso que se discutiera sobre la sucesión del


cónyuge, previamente debemos determinar la validez del matrimonio.

28
El leading case en esta materia es el de “Ponnoucannamalle c/
Nadimoutoupolle”, resuelto en 1931 por la Corte de Casación Francesa.
Con motivo de un juicio sucesorio, se planteó la cuestión previa de la
legitimidad de una adopción. A los bienes inmuebles situados en la
Cochinchina, y que integraban el patrimonio del causante, les era aplicable
la ley francesa. Esta, por su parte, prohibía la adopción cuando el
adoptante tenía hijos legítimos. En cambio, el derecho hindú, conforme al
cual se efectuó la adopción, no contenía una prohibición similar.

Con un criterio estricto, el pleito no fue tratado como un problema de


cuestión previa de Derecho Internacional Privado, pero constituyó el punto
de partida de las elaboraciones teóricas realizadas especialmente por la
doctrina alemana.

En esta materia, se enfrentan dos teorías: la teoría de la jerarquización y de


la equivalencia.

Teoría de la Jerarquización: como su nombre lo indica, jerarquiza las


cuestiones concatenadas y las somete al derecho aplicable a la otra.

En cuanto al criterio de jerarquización, se dan dos posibilidades: el ideal (o


lógico) y el real (o procesal). El criterio ideal considera que cuestión
principal es aquella que es condición de validez de la otra. En el leading
case comentado sería cuestión principal, con este criterio, la validez de la
adopción, pues de ella depende la vocación sucesoria. El criterio real
considera que es cuestión principal aquello que es motivo de la demanda.
Por ejemplo, en el caso planteado: la cuestión sucesoria.

En el DIPr ha primado esta última posición.

Sin embargo, al determinar el derecho aplicable a la cuestión previa, las


teorías de la jerarquización se dividen: una corriente aplica al problema
previo el derecho privado del país cuyo derecho impera sobre la cuestión
principal. Ella recibe el nombre de Teoría de la Jerarquización con imperio
del derecho privado. Esta es la doctrina aplicada al caso Ponnoucannamalle.

La otra corriente entiende que la cuestión previa queda sometida a aquel


derecho privado que el derecho internacional privado de aquél país
considera competente, cuyo derecho rige la cuestión principal. Esta
corriente recibe el nombre Teoría de la jerarquización con el imperio del
derecho internacional privado.

Teoría de la equivalencia: surge como contrapartida a la teoría de la


jerarquización. Propicia que cada cuestión debe regirse por su propia ley,
sin que exista, en cuanto al derecho aplicable, un sometimiento de una
cuestión respecto de la otra. Así, la cuestión principal se regirá por su
propia ley y la cuestión previa se regirá por la suya.

29
4.5.3. El punto de conexión
Estudiaremos a continuación el punto de conexión y sus clasificaciones.
Partimos de la base hasta ahora estudiada de la norma indirecta. Las
normas indirectas contienen en la disposición un elemento específico, que
oficia de clave para determinar el derecho privado nacional aplicable, es
decir que sirve de nexo entre el supuesto planteado y la consecuencia
jurídica. (Fernández Arroyo, 2003, p. 275).

4.5.4. Definición
Boggiano (2000) respecto del "punto de conexión" no explica cuál es el
concepto que, en la consecuencia jurídica de la norma de conflicto, elige y
determina el derecho aplicable al supuesto contemplado en su tipo legal.
Por su parte, el maestro Goldsmichdt (1995) agrega que los puntos de
conexión contienen la indicación del derecho aplicable mediante una
expresión variable, la cual se individualiza en atención a las
particularidades del caso dado.

La elección que realiza el legislador del punto de conexión refleja la política


jurídica del Estado, instaurando cual será el orden jurídico que regulará
determinado instituto, todo en función de los intereses del Estado.

4.5.5. Clasificaciones
Las normas indirectas pueden clasificarse según el punto de conexión que
contienen (Fernández Arroyo, 2003):

 Normas simples son aquellas que tienen un solo punto de


conexión.

 Normas acumulativas contienen más de un punto de conexión.

 Normas complementarias son aquellas en las que hay varios


puntos de conexión necesarios.

 Normas alternativas son aquellas que tienen varios puntos de


conexión que operan alternativamente.

 Normas optativas son aquellas en las que la alternativa queda


librada a la voluntad de las partes.

30
 Normas subsidiarias son aquellas que prevén un orden jerárquico:
la segunda conexión sólo se aplica en defecto a la primera, si la
primera no funciona.

4.5.6. Puntos de conexión mutables: el conflicto


móvil
El conflicto móvil se produce cuando el punto de conexión se caracteriza
por ser de realización variable, no fijo. A modo de ejemplo, podemos
mencionar el domicilio que, a diferencia del lugar de situación de un
inmueble, puede variar.

Las hipótesis que plantea Fernández Arroyo (2003) al respecto son tres:

1) Que la propia norma especifique un momento determinado a ser


tenido en cuenta. Ej.: el domicilio matrimonial al tiempo del
nacimiento del hijo, respecto a la filiación legítima del hijo (art. 21 del
Tratado Derecho Civil Montevideo 1940) o el primer domicilio
matrimonial, respecto al régimen de bienes en el matrimonio (art. 16
del Tratado de Derecho Civil Montevideo 1940).

2) Que la norma aproveche la variabilidad del punto de conexión para


hacer variar con él el derecho aplicable, sobre la base de determinada
política legislativa. Ej.: domicilio conyugal, respecto a las relaciones
personales entre los cónyuges (art. 14 de Tratado de Derecho Civil
Montevideo 1940).

3) Si la norma no dice nada, se recurre a los medios legales generales de


interpretación e integración, aunque respetando la regla general que
establece que, en principio, la norma refiere a la circunstancia actual,
entendiéndose por tal la contemporánea con el hecho o acto que está
en consideración. Ej.: el domicilio al tiempo de celebrar la
compraventa, si se trata de determinar si la persona era o no capaz
para prestar el consentimiento.

4.5.7. Puntos de conexión mutables: el fraude a la


ley. Definición. Condiciones. Recepción en el Código
Civil y Comercial de la Nación
Técnicamente el fraude a la ley es la manipulación del punto de conexión.
También suele caracterizárselo como el intento de los interesados de vivir

31
en un país con la legislación de otro, la cual les permite lo que aquél les
prohíbe.

El fraude a la ley aplicable consiste en que los protagonistas transforman


en la norma indirecta los puntos de conexión que el legislador no concibió
como negocio jurídico.

Un caso clásico en materia de fraude a la ley es el de la duquesa


Beauffemont: la condesa Charaman-Chimay, casada con un oficial francés,
el duque de Beauffemont, consiguió la separación de su marido en el año
1974 por supuestos hábitos perversos de aquél. Para ello, la duquesa se
nacionalizó en Alemania y se divorció allí inmediatamente después. Poco
tiempo después, la duquesa volvió a casarse en Berlín con el príncipe
Bibesco y volvió inmediatamente a Francia como princesa de Bibesco.
Beauffremont pidió ante los tribunales franceses la anulación del segundo
matrimonio. La Corte de Casación Francesa le dio la razón al actor
invocando, entre otras razones, la prohibición del fraude a la ley.

Es importante destacar que el fraude a la ley sólo procede en aquellos


supuestos en que el derecho que se ha pretendido evadir es de carácter
imperativo o coactivo.

El gran problema en materia de fraude consiste en su prueba, pues no se


identifica con el hecho psíquico de la intención fraudulenta, sino con la
conducta exterior indiciaria de aquélla.

No obstante la dificultad apuntada, se ha señalado que existen indicios que


permiten constatar su existencia. Los indicios son: la expansión espacial y
la contracción temporal, pues los protagonistas realizan una serie de actos
que implican traslados innecesarios (de un Estado a otro) en un corto
lapso. (Goldschmidt, 2003).

La sanción al fraude consiste en aplicar el derecho que se pretendió eludir.

Según la relación temporal entre la maniobra fraudulenta y su propósito, el


fraude puede clasificarse de la siguiente manera:

 El fraude retrospectivo se comete para eludir las consecuencias de


un acto que se realizó en el pasado con total sinceridad.

 El fraude simultáneo falsea los hechos en el momento mismo de


llevarlos a cabo, a fin de esquivar consecuencias inmediatas del acto
perpetrado con sinceridad.

 El fraude en expectativa manipula los hechos, no porque el acto


sincero produzca consecuencias inmediatas que se desean
descartar, sino porque se teme que en el futuro puedan darse tales
secuelas. En la época en que en nuestro país no existía el divorcio

32
vincular, muchas parejas iban a casarse a México (país divorcista),
previendo un futuro divorcio. (Goldschmidt, 2003).

El fraude a la ley no estaba expresamente consagrado en el Código Civil


anterior. En el Código Civil y Comercial, se incorpora el artículo 2598
destinado a contemplar esta figura:

Para la determinación del derecho aplicable en materias que


involucran derechos no disponibles para las partes no se
tienen en cuenta los hechos o actos realizados con el solo fin
de eludir la aplicación del derecho designado por las normas
de conflicto24.

24 Art. 2598. Ley 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación.

33
5. Aplicación del
Derecho Extranjero

5.1. Derecho extranjero


Si bien el tema de desentrañar la naturaleza jurídica del derecho extranjero
puede parecer una cuestión puramente teórica, en la práctica, sobre todo
en el ámbito de un proceso, puede traer aparejadas importantes
consecuencias.

5.1.1. Naturaleza
En cuanto a la naturaleza del derecho extranjero, existen las siguientes
posturas:

a) El derecho extranjero es un hecho. Se trata de una cuestión fáctica


y, como tal, quien lo alegue, debe probarlo. Ello implica que el juez
no puede aplicarlo de oficio. Esta teoría proviene de la corriente
anglosajona que lo considera inaplicable por el principio de
soberanía que rige en cada Estado. Este criterio se fundaba en el
derogado art. 13 del Código Civil redactado por Vélez Sarsfield y su
nota. La corriente sajona sólo llega a la aplicación del derecho
extranjero de manera excepcional y por una cuestión de “cortesía
internacional”.

b) El derecho extranjero es un derecho y, como consecuencia de ello,


se aplica de oficio, sin necesidad de ser alegado ni probado por las
partes en un proceso. Al argumento de la soberanía del Estado de la
postura anterior, se lo rebate sosteniendo que cuando un juez
aplica derecho extranjero no se somete a éste, sino que no hace
más que aplicar su propio derecho, que, a través de la norma
indirecta de importación, le indica como aplicable el derecho
extranjero. Esta es la postura seguida por el art. 5 del Protocolo
Adicional de Montevideo de 1940. Critican a la teoría anterior,
entendiendo que es inconstitucional por conculcar el sistema de

34
reparto de competencias establecido en la Constitución Nacional,
toda vez que el dictado de la normativa procesal corresponde a las
provincias.

c) El derecho extranjero es un “hecho notorio” que admite distintos


grados de conocimiento. Se trata de una postura intermedia,
propiciada por Werner Goldschmidt (2003), que puede enunciarse
de la siguiente manera:

Si la ley extranjera constituye un hecho notorio su


conocimiento puede lograrse en todo momento en forma
auténtica; esto no significa que toda ley extranjera se
encuentre en igualdad de condiciones, existe una gradación
variable que va desde la notoriedad inmediata, pasa por la
mediata y la casual, hasta llegar a la remota. (Goldschmidt,
2003, p. 504).

5.1.2. Teoría del uso jurídico: características


Para explicar la teoría del uso jurídico resulta imprescindible tener
presente el pensamiento iusfilosófico de su autor, Werner Goldschmidt
(2003), que se basa en la teoría trialista del mundo jurídico.

Según Goldschmidt (2003), el mundo jurídico posee una estructura


tridimensional: una dimensión sociológica, normológica y otra dikelógica.

La norma de conflicto, en cuanto es norma indirecta de importación,


indica como aplicable el derecho extranjero.

El mundo jurídico extranjero posee una estructura tridimensional, por ello


nos preguntamos: ¿A cuál de las dimensiones (o a todas) se refiere la
consecuencia jurídica de la norma indirecta de importación?

Debe descartarse, en primer término, la dimensión dikelógica extranjera


porque en cuanto a la justicia nos reservamos de una manera irrenunciable
nuestras propias concepciones.

El mundo jurídico extranjero nos parece, entonces, sólo bidimensional y


por ello nos enfocaremos y le daremos importancia exclusivamente a la
dimensión normológica (la norma en sentido estricto) y a la dimensión
sociológica (doctrina, jurisprudencia).

Una vez caracterizado el caso como extranjero, es preciso darle el


tratamiento que en justicia corresponde. Este tratamiento debe basarse en
el respeto por el elemento extranjero y este respeto, a su vez, consiste en
hacer con el caso lo que presumiblemente harían con él en el país al que

35
pertenece. He aquí, pues, la teoría del uso jurídico que puede
formularse del siguiente modo:

Si se declara aplicable a una controversia el derecho


extranjero, hay que darle el mismo tratamiento de fondo
que con el máximo grado asequible de probabilidad le daría
el juez del país cuyo Derecho ha sido declarado aplicable;
como punto de referencia es preciso tomar al juez ante
quien la controversia podría haberse radicado si realmente
se hubiese planteado en aquél país. (Goldschmidt, 2003, p.
506).

De lo transcripto se desprende claramente que es diferente aplicar


derecho propio y aplicar derecho extranjero. Dice Goldschmitdt:

Colaboramos al derecho propio; somos, en cierto modo, sus


arquitectos. El derecho extranjero, al contrario, es
construido por los habitantes espirituales del país
extranjero; con respecto a él somos meros fotógrafos. De
ahí que aplicamos el Derecho propio e imitamos el Derecho
extranjero. (Goldschmidt, 2003, p. 507).

5.1.3. Normativa de aplicación del derecho extranjero


en el Código Civil y Comercial de la Nación
El Código Civil y Comercial de la Nación modifica sustancialmente la
previsión del art. 13 derogado. En efecto, el juez quedaría ahora obligado a
aplicar de oficio el derecho extranjero cuando así lo indicaren las normas
indirectas del foro, adoptando la célebre teoría del uso jurídico de Werner
Goldschmidt (2003).

Según el art. 2595:

Cuando un derecho extranjero resulta aplicable:


a) el juez establece su contenido, y está obligado a
interpretarlo como lo harían los jueces del Estado al
que ese derecho pertenece, sin perjuicio de que las
partes puedan alegar y probar la existencia de la ley

36
invocada. Si el contenido del derecho extranjero no
puede ser establecido se aplica el derecho argentino;
b) si existen varios sistemas jurídicos covigentes con
competencia territorial o personal, o se suceden
diferentes ordenamientos legales, el derecho
aplicable se determina por las reglas en vigor dentro
del Estado al que ese derecho pertenece y, en
defecto de tales reglas, por el sistema jurídico en
disputa que presente los vínculos más estrechos con
la relación jurídica de que se trate;
c) si diversos derechos son aplicables a diferentes
aspectos de una misma situación jurídica o a diversas
relaciones jurídicas comprendidas en un mismo caso,
esos derechos deben ser armonizados, procurando
realizar las adaptaciones necesarias para respetar las
finalidades perseguidas por cada uno de ellos25.

5.2. Problemas procesales de la


aplicación del Derecho extranjero
Algunos de los problemas procesales que pueden suscitarse frente a la
aplicación del derecho extranjero pueden ser los siguientes:

 contenido e interpretación del derecho extranjero;

 la covigencia en el país cuyo derecho resulta aplicable, de varios


sistemas jurídicos en relación a una situación problemática;

 diversos derechos aplicables a diferentes aspectos de una misma


situación jurídica o a las situaciones de un caso.

En el DIPr de fuente autónoma, encontramos en el Código Civil y Comercial


la recepción de estas problemáticas y las soluciones que les otorga:

Aplicación del derecho extranjero. Cuando un derecho


extranjero resulta aplicable:
a) el juez establece su contenido, y está obligado a
interpretarlo como lo harían los jueces del Estado al
que ese derecho pertenece, sin perjuicio de que las

25 Art. 2595 Ley 26.994 – Código Civil y Comercial de la Nación.

37
partes puedan alegar y probar la existencia de la ley
invocada. Si el contenido del derecho extranjero no
puede ser establecido se aplica el derecho argentino;
b) si existen varios sistemas jurídicos covigentes con
competencia territorial o personal, o se suceden
diferentes ordenamientos legales, el derecho
aplicable se determina por las reglas en vigor dentro
del Estado al que ese derecho pertenece y, en
defecto de tales reglas, por el sistema jurídico en
disputa que presente los vínculos más estrechos con
la relación jurídica de que se trate;
c) si diversos derechos son aplicables a diferentes
aspectos de una misma situación jurídica o a diversas
relaciones jurídicas comprendidas en un mismo caso,
esos derechos deben ser armonizados, procurando
realizar las adaptaciones necesarias para respetar las
finalidades perseguidas por cada uno de ellos26.

En el primer supuesto (a), Bueres (2015) explica que el juez quedaría ahora
obligado a aplicar de oficio el derecho extranjero cuando así lo indicaren
las normas indirectas del foro, adoptando la célebre teoría del uso jurídico
de Werner Goldschmidt (Bueres, 2015). Ello no excluye que las partes
puedan alegar y probarlo.

En CIDIP II sobre normas generales, se adhiere a similar criterio:

Artículo 2: Los jueces y autoridades de los Estados parte


estarán obligados a aplicar el derecho extranjero tal como lo
harían los jueces del Estado cuyo derecho resultare
aplicable, sin perjuicio de que las partes puedan alegar y
probar la existencia y contenido de la ley extranjera
invocada27.

Los Protocolos Adicionales de los Tratados de Montevideo de 1889 y 1940


establecen, en la misma línea, lo siguiente en el artículo 2: “Su aplicación
será hecha de oficio por el juez de la causa, sin perjuicio de que las partes
puedan alegar y probar la existencia y contenido de la ley invocada”28.

En el segundo supuesto (b), se regula la situación de la existencia de varios


sistemas jurídicos covigentes, ya sea por competencia territorial o

26 Art. 2595. Ley 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación.


27 Art. 2. Ley N° 22.921. Convención Interamericana sobre Normas Generales de Derecho
Internacional Privado.
28 Art. 2. Protocolo Adicional de los Tratados de Montevideo de 1940. Poder ejecutivo de Uruguay.

38
personal, o sino la situación en que se sucedan diferentes ordenamientos
legales. La solución que otorga en esos casos, con buen criterio legislativo,
es que la misma sea aportada por el sistema jurídico del Estado al cual
pertenece o por el que tenga vínculos más estrechos con la situación.
Aclaramos que se trata siempre de una misma situación jurídica
encuadrada en más de un derecho vigente.

En el tercer supuesto (c), el supuesto fáctico hace referencia a la


armonización necesaria que debe existir entre los derechos que resultan
aplicables a diferentes aspectos de una situación jurídica o conjunto de
relaciones de un caso. El precepto exige que la armonización respete las
finalidades de cada derecho aplicable.

En CIDIP II sobre normas generales, encontramos el artículo 9 que


contempla esta situación:

Las diversas leyes que puedan ser competentes para regular


los diferentes aspectos de una misma relación jurídica, serán
aplicadas armónicamente, procurando realizar las
finalidades perseguidas por cada una de dichas
legislaciones.
Las posibles dificultades causadas por su aplicación
simultánea, se resolverán teniendo en cuenta las exigencias
impuestas por la equidad en el caso concreto29.

5.2.1. Invocación y prueba del Derecho extranjero


Este punto ha sido desarrollado en el apartado 5.2. Debemos destacar,
siguiendo a Dreyzin de Klor (2015), que a lo largo de la historia del DIPr han
sido desarrolladas diversas teorías para determinar la forma de aplicar el
derecho extranjero a un proceso nacional.

El Código Civil y Comercial de la Nación adhiere, en su artículo 2595, a la


teoría del uso jurídico:

El juez establece su contenido, y está obligado a


interpretarlo como lo harían los jueces del Estado al que ese
derecho pertenece, sin perjuicio de que las partes puedan
alegar y probar la existencia de la ley invocada. Si el

29Art. 9. Ley N° 22.921. Convención Interamericana sobre Normas Generales de Derecho


Internacional Privado.

39
contenido del derecho extranjero no puede ser establecido
se aplica el derecho argentino30.

Continúa explicando Dreyzin de Klor que de acuerdo con la teoría del uso
jurídico sostenida por Goldschmidt, el derecho extranjero aplicable al
proceso es un hecho notorio, lo que no significa que todo el mundo lo
conozca, sino que todo el mundo puede informarse de manera fidedigna.
En consecuencia, el juez debe aplicarlo de oficio, sin perjuicio de que las
partes puedan alegarlo o aportar todas las pruebas que consideren
oportunas. (Dreyzin de Klor, 2015, p. 222).

5.2.2. Carga de la prueba


El art. 377 del Código Procesal de la Nación31 impone la carga de la prueba
del derecho extranjero a las partes, pero no enuncian los medios de prueba
idóneos para acreditar su existencia.

En el Código Civil y Comercial, como hemos tratado en el punto 5.2, se


establece el principio de oficialidad, pudiendo además las partes invocar el
derecho que considere aplicable.

5.2.3. Medios de prueba


Como mencionamos anteriormente, en el derecho interno no se enuncian
medios de prueba idóneos. En el ámbito de las CIDIP, nuestro país ha
ratificado la CIDIP II sobre prueba e información acerca del derecho
extranjero. Dicha Convención, en su art. 3, considera como medios idóneos
de prueba a los siguientes:

a) Prueba documental (copia certificada de los textos legales).

b) Prueba pericial (dictámenes de abogados expertos en la materia).

c) Informe del Estado requerido sobre el texto, vigencia, sentido y


alcance legal de su derecho sobre determinados aspectos.

30 Art. 2595. Ley 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación.


31 Art. 377. Ley 17.454. Código Procesal Civil y Comercial de la Nación.

40
5.3. Cantidad de Derecho extranjero
aplicable (reenvío)
Cuando la norma indirecta de DIPr es de importación, surge el interrogante
respecto a qué parte del ordenamiento extranjero debe aplicarse. Se
puede aludir a este problema diciendo que se trata de la cantidad de
derecho extranjero aplicable y de la respuesta puede surgir o no el
fenómeno del reenvío. Es decir que en cuanto a la parte aplicable del
derecho extranjero (su cantidad), la cuestión consiste en saber si la
consecuencia jurídica indica como aplicable el derecho privado extranjero
o si declara aplicable, en primer lugar, el DIPr extranjero y sólo, en segundo
lugar, un derecho privado cualquiera. (Kaller de Orchansky, 1995, p. 113).

En efecto, la consecuencia jurídica de la norma indirecta puede indicar


como aplicable sólo el derecho privado extranjero (teoría de la referencia
mínima), las normas indirectas de exportación (teoría de la referencia
media) o, por último, todo el derecho extranjero (normas indirectas de
exportación e importación) más el derecho indicado como aplicable por
éste (teoría de la referencia máxima). El reenvío sólo tiene cabida en esta
última teoría.

5.3.1. Definición
Para entender el reenvío debemos remitirnos a su leading case, el caso
Forgo.

Forgo era un bávaro, nacido como hijo extramatrimonial. Cuando cumplió


cinco años su madre lo llevó a Francia. Forgo se quedó toda su vida en
Francia. Murió a los sesenta y ocho años sin dejar descendencia ni
testamento alguno. El litigio se entabló entre los colaterales de la madre y
el fisco francés en torno del patrimonio relicto mobiliario sito en Francia.
Los colaterales invocaban derecho bávaro según el cual heredaban
parientes colaterales, mientras que el fisco se basó en el derecho francés,
con arreglo al cual los colaterales de los padres de hijos extramatrimoniales
no heredan. El caso se complicaba aún más por haber tenido Forgo su
domicilio de hecho en Francia, pero su domicilio legal en Baviera. Los
tribunales franceses que se ocupaban varias veces de este caso aplicaban,
en primer lugar, el derecho bávaro como derecho del domicilio de derecho
de Forgo; luego, en segundo término, entendían por derecho bávaro, no el
derecho civil bávaro, sino el DIPr bávaro, que, a su vez, somete la sucesión
al derecho del último domicilio de hecho del causante; por ende, y en
tercer lugar, los jueces franceses se consideraban reenviados al derecho

41
francés, que identificaban con el derecho civil francés. El litigio fue ganado
por el fisco.

El reenvío se produce cuando el juez que entiende en la causa consulta y


aplica las normas indirectas pertenecientes al derecho extranjero,
declarado aplicable por el sistema conflictual del país del foro. El derecho
extranjero declarado competente se dilata; antes que las normas
materiales de derecho privado extranjero, deben consultarse y aplicarse las
normas de derecho internacional privado extranjero.

Las condiciones para que se produzca el reenvío son:

a) La existencia de sistemas de DIPr que contemplen normas


indirectas.

b) Teoría de la referencia máxima, lo cual implica que la consecuencia


jurídica de la norma indirecta que interviene en primer término
remite al ordenamiento extranjero en su totalidad, esto es, a las
normas de derecho internacional privado en primer término y luego
a las normas del derecho privado extranjero. No hay reenvío sin la
intervención de las normas de derecho internacional privado
extranjero y dichas normas no intervienen cuando la referencia es
mínima, que sólo tiene en cuenta las normas materiales
extranjeras.

c) Los puntos de conexión empleados por las respectivas normas


indirectas (las del foro y las extranjeras) deben ser distintos; si
coincidieran, el reenvío no se producirá.

Clases de reenvío:

El reenvío puede ser de primer grado, de segundo o más grados o circular.

a) Reenvío de primer grado: conducen a la aplicación, por parte del


tribunal que lo acepta, de su propio derecho privado.

b) Reenvío de segundo grado: la norma indirecta perteneciente a la ley


del foro declara aplicable a la capacidad la ley del domicilio
(incluidas sus normas de DIPr), declara aplicable la ley de la
nacionalidad y la persona, cuya capacidad se discute, que ostenta
la nacionalidad de un tercer país. El juez que acepta el reenvío
deberá juzgar la capacidad por el derecho privado perteneciente a
ese tercer país.

c) Reenvío circular: se trata de decidir en nuestro país la capacidad de


un inglés, domiciliado en Francia, para adquirir bienes raíces
situados en el territorio argentino. La norma indirecta argentina

42
(art. 7 del Código Civil) envía al derecho francés, éste reenvía al
derecho inglés y, a su vez, el derecho internacional privado inglés
reenvía al derecho argentino, por ser el vigente en el lugar de
situación de los bienes.

5.3.2. Recepción en el Código Civil y Comercial de la


Nación
El Código Civil y Comercial, a diferencia de la normativa derogada, dedica el
artículo 2596 a indicar el criterio frente al fenómeno del reenvío:

Cuando un derecho extranjero resulta aplicable a una


relación jurídica también es aplicable el derecho
internacional privado de ese país. Si el derecho extranjero
aplicable reenvía al derecho argentino resultan aplicables las
normas del derecho interno argentino.
Cuando, en una relación jurídica, las partes eligen el derecho
de un determinado país, se entiende elegido el derecho
interno de ese Estado, excepto referencia expresa en
contrario32.

Bueres (2015), respecto del artículo, nos dice que la normativa aclara que
cuando las partes eligen el derecho aplicable, se entiende que es el
derecho interno de ese país, salvo que expresamente acuerden lo
contrario. La misma regla aparece en la materia contractual (art. 2651, inc.
b), remarcando que se excluyen las normas de conflicto de leyes del
ordenamiento elegido. Es lógico que así ocurra, porque si las partes han
pactado una ley determinada, hacer funcionar el reenvío les puede ubicar
la relación en un derecho diferente, inesperado, ajeno a lo previsto.
(Bueres, 2015).

En el segundo párrafo de la ley se indica que, frente a la autonomía de la


voluntad ejercida por las partes, se rechaza el reenvío. En los artículos
destinados a contratos internacionales, expresamente se establece esta
excepción en el número 2651, inciso b.

5.4. La excepción de orden público


32 Art. 2596. Ley 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación.

43
El orden público internacional es el elemento negativo de la consecuencia
jurídica. Funciona como una excepción a la aplicación del derecho
extranjero indicado como aplicable por una norma indirecta de
importación. El rechazo a la aplicación del derecho extranjero se produce
en virtud de que éste resulta incompatible con los principios que inspiran el
ordenamiento jurídico del juez que entiende en la causa, toda vez que la
extraterritorialidad del derecho privado extranjero está condicionada por
la compatibilidad que existe con nuestro orden público.

5.4.1. Definición
El concepto de orden público supone dos circunstancias: “1) una diversidad
ideológica dentro de la comunidad de aquellos pueblos que aplican
mutuamente sus respectivos derechos, 2) Una obligación jurídica de aplicar
derecho extranjero” (Holguín, 2005, p. 160).

Se trata de un concepto de difícil definición, es más bien un standard


jurídico, consistente en el conjunto de principios inspiradores de la
organización del Estado y la familia que, de acuerdo con el orden moral y
las buenas costumbres, aseguran la realización de los valores humanos
fundamentales (Orchansky, 1995).

En cuanto a su naturaleza, el orden público internacional es un conjunto de


principios (no disposiciones) que inspiran a un determinado ordenamiento
jurídico.

Al ser el orden público internacional un conjunto de principios, no es


posible partir de ellos, por carecer de fuerza operativa. Hay que comenzar
con la búsqueda del derecho aplicable (aplicación de nuestro DIPr), luego
debe buscarse la solución al caso en virtud del derecho extranjero
declarado aplicable y sólo después será posible controlar la
incompatibilidad de aquélla con los principios inalienables.

El orden público internacional se diferencia claramente de las normas


internacionalmente imperativas, pues mientras éstas descartan desde un
primer momento la aplicación del derecho extranjero, es decir, a priori, sin
siquiera consultarlo, autoeligiendo a través de su punto de conexión el
derecho local, el orden público internacional desecha la aplicación del
derecho extranjero, a posteriori, es decir, luego de consultar el
ordenamiento jurídico extranjero y advertir la incompatibilidad de éste con
los principios que inspiran su legislación. Si bien en ambos casos el
resultado es el mismo, es decir, la no aplicación del derecho extranjero, la
diferencia radica en cuanto al momento en que se produce ese rechazo.

44
También se lo diferencia del orden público interno, pues éste se refiere a
normas o disposiciones de carácter imperativo que no pueden ser
derogadas por la autonomía de la voluntad.

5.4.2. Caracteres
El orden público internacional se caracteriza por:

 Ser autónomo pues es independiente y distinto de las normas


jurídicas. Pueden ser de orden público si comprometen los principios
aludidos, pero no deben identificarse las normas con los principios
aludidos. El orden no constituye una calidad adjetiva de ciertas
normas, ni debe confundirse con la coercibilidad o imperatividad
propia de todas las normas jurídicas. De lo dicho se desprende que
no debe hablarse de “leyes de orden público”, ni existe la posibilidad
de su enumeración apriorística; hay en cada ordenamiento jurídico
un conjunto de principios superiores que impregnan las normas y les
otorgan ciertas características que las distinguen de las restantes.

 Ser esencialmente variable o mutable según los países y los tiempos.


En relación a los primeros, puede afirmarse que cada país posee su
propia cultura e idiosincrasia, por ello el orden público es esencial y
exclusivo de cada sociedad, pues no existe un orden público
universal o supranacional, sino que cada Estado posee, además de
su orden público interno, su propio orden público internacional.

5.4.3. Aplicación
La aplicación de la excepción de orden público en los casos que proceda
puede hacerse de acuerdo con dos criterios:

El criterio apriorístico: según este criterio, la aplicación del orden público


en los casos que procesa no supone el examen previo de las normas locales
de DIPr, ni de cualquiera de las normas extranjeras que resultarían
competentes en virtud de las reglas de DIPr. Es decir que en todas las
situaciones en que esté comprendido el orden público, debe aplicarse la ley
del juez ante el cual el proceso pende, sin examinar para nada la
aplicabilidad de cualquier otra norma.

El criterio a posteriori: el juez que debe resolver un caso con elementos


extranjeros debe seguir los siguientes pasos:

45
1) Debe consultar, en primer término, las reglas de DIPr locales, a fin
de encuadrar el caso dentro del supuesto contemplado por la
norma indirecta apropiada.

2) Si la norma indirecta seleccionada es de importación, debe


examinar hipotéticamente la reglamentación que el derecho
extranjero declarado aplicable da al caso controvertido.

3) Comprobada la incompatibilidad del derecho extranjero con las


instituciones locales fundamentales, echar mano del concepto de
orden público (Orchansky, 1995).

5.4.4. Recepción en el Código Civil y Comercial de la


Nación
La normativa derogada (Código Civil) no contenía precepto alguno
referente al orden público. Con la sanción del Código Civil y Comercial, se
incorporó el artículo 2600 que establece que “las disposiciones de derecho
extranjero aplicables deben ser excluidas cuando conducen a soluciones
incompatibles con los principios fundamentales de orden público que
inspiran el ordenamiento jurídico argentino” 33.

5.5. Regulación de los problemas


generales en la Convención
Interamericana sobre Normas
Generales de Derecho Internacional
Privado (CIDIP II), Montevideo 1979

En el ámbito del DIPr convencional destacamos la CIDIP II, ratificada por


nuestro país, sobre Normas Generales de Derecho Internacional Privado.

33 Art. 2600. Ley 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación. Poder Ejecutivo.

46
La Convención ha sido digna de los más variados elogios a nivel
internacional, pues prevé la regulación de una serie de institutos de gran
significancia para nuestra disciplina.

El aporte de esta Convención es muy importante y dentro de sus aspectos


más relevantes destacamos los siguientes:

a) En su art. 1 prevé el orden de prelación de las fuentes,


estableciendo que:

La determinación de la norma jurídica aplicable para regir


situaciones vinculadas con derecho extranjero, se sujetará a
lo establecido en esta Convención y demás convenciones
internacionales suscriptas o que se suscriban en el futuro en
forma bilateral o multilateral por los Estados Partes. En
defecto de norma internacional, los Estados Partes aplicarán
las reglas de conflicto de su derecho interno34.

b) Recepta la teoría del uso jurídico de Werner Golsdchmidt,


establecida en el art. 2 que dispone:

Los jueces y autoridades de los Estados Partes estarán


obligados a aplicar el derecho extranjero tal como lo harían
los jueces del Estado cuyo derecho resultare aplicable, sin
perjuicio de que las partes puedan alegar y probar la
existencia y contenido de la ley extranjera invocada35.

c) El orden público internacional tampoco podía estar ausente en la


Convención, pues en el art. 5 prevé: “La ley declarará aplicable por
una Convención de Derecho Internacional Privado podrá no ser
aplicada en el territorio del Estado parte que la considere
manifiestamente contraria a los principios de su orden público” 36.

34 Art. 1. Ley N° 22.921. Convención Interamericana sobre Normas Generales de Derecho


Internacional Privado.
35 Art. 2. Ley N° 22.921. Convención Interamericana sobre Normas Generales de Derecho

Internacional Privado.
36 Art. 5. Ley N° 22.921. Convención Interamericana sobre Normas Generales de Derecho

Internacional Privado.

47
d) También contempla el fraude a la ley. El art. 6 establece:

No se aplicará como derecho extranjero, el derecho de un


Estado Parte, cuando artificiosamente se hayan evadido los
principios fundamentales de la ley de otro Estado Parte.
Quedará a juicio de las autoridades competentes del Estado
receptor el determinar la intención fraudulenta de las partes
interesadas37.

e) En materia de calificaciones, prevé en su Art 8 que: “Las cuestiones


previas, preliminares o incidentales que puedan surgir con motivo
de una cuestión principal no deben resolverse necesariamente de
acuerdo con la ley que regula esta última”38.

La disposición transcripta ha sido objeto de fuertes críticas


en la doctrina internacionalista, pues de la redacción de la
misma se advierte que la convención no recepta
expresamente la teoría de la equivalencia, dejando la puerta
abierta a los magistrados a que, según el criterio, puedan
aplicar la teoría de la jerarquización, con todas las injusticias
que trae aparejada esta última39.
5.6. Reconocimiento y ejecución de
sentencias y laudos
El Reconocimiento y ejecución de decisiones judiciales extranjeras es un
capítulo propio del derecho procesal internacional y, más concretamente,
es un caso de auxilio judicial internacional de tercer grado.

5.6.1. Condiciones del reconocimiento


Cualquier documento extranjero (no sólo las sentencias), para gozar de
eficacia extraterritorial en otros Estados, debe reunir una serie de

37Art. 6. Ley N° 22.921. Convención Interamericana sobre Normas Generales de Derecho


Internacional Privado.
38Art. 8. Ley N° 22.921. Convención Interamericana sobre Normas Generales de Derecho
Internacional Privado.
39Art. 8. Ley N° 22.921. Convención Interamericana sobre Normas Generales de Derecho
Internacional Privado.

48
requisitos. Estos requisitos son de índole formal, procesal y sustancial. A
continuación serán analizados cada uno de ellos.

5.6.2. Formales: Convención de La Haya de 1961


Dentro de los requisitos formales, encontramos los siguientes:

 Traducción: el documento, en caso de encontrarse en un idioma


distinto al del Estado en cual se pretende el reconocimiento, debe
estar traducido al idioma requerido. La traducción debe realizarla un
traductor público oficial.

 Legalización: consiste en la acreditación del cumplimiento de los


requisitos exigidos por la ley del Estado del cual emana el
documento. En el caso de la sentencia, ésta deberá transitar
distintas etapas hasta llegar al superior tribunal de justicia de la
provincia o hasta el ministerio de justicia, según el caso.

 Autenticación: es la comprobación de la autoría y firma del


documento. Esta fase comprende dos etapas:

1) Primera autenticación: (mal llamada legalización) realizada por los


agentes consulares acreditados en el país de donde el documento
procede. Consiste en la certificación de las firmas de las personas
que han intervenido en el documento.

2) Segunda Autenticación: realizada por el ministerio de relaciones


exteriores del país al cual va dirigido el documento. Consiste en la
certificación de la firma del cónsul interviniente.

Cabe destacar que el Reglamento Consultar (Decreto 7714/63) en su


artículo 225 establece que:

La certificación de firma tiene como único efecto autenticar


la misma y el carácter del otorgante sin entrar a juzgar el
contenido del documento, no obstante lo cual, los
funcionarios consulares se abstendrán de autenticar firmas
en documentos probatorios de actos jurídicos contrarios a la
legislación argentina40.

40 Art. 225. Decreto 7714/63. Convención de la Haya, 1961.

49
Este esquema general de la autenticación de un documento sufre algunas
variaciones según nos encontremos en el ámbito convencional o del
derecho internacional privado interno.

En el ámbito convencional, nuestro país ha ratificado (Ley 23.458/87) la


Convención de la Haya, que suprime la exigencia de legalizar documentos
públicos provenientes de un Estado Contratante. La Convención se aplica a
los documentos públicos que hayan sido expedidos en el territorio de un
Estado contratante y que deban ser presentados en otro Estado
contratante.

Esta Convención se caracteriza por suprimir la etapa de autenticación


llevada a cabo por los agentes diplomáticos o consulares del país en el cual
el documento ha de ser presentado.

La Convención establece como única formalidad exigida para certificar la


firma de las personas intervinientes en el documento el carácter en el que
actuaron y la identidad de los sellos o timbre que lleva el documento, la
inserción de un certificado denominado “acotación” o “apostilla”, que
deberá ser impreso en el mismo documento o en una extensión o
prolongación del mismo, de conformidad con un modelo que la misma
Convención proporciona en un anexo. El título “APOSTILLE” deberá ser
escrito en francés.

Cada Estado contratante designará las autoridades con competencia para


hacer la acotación prevista y deberá notificar esta designación al Ministerio
de Asuntos Extranjeros de los Países Bajos, en el momento de depositar el
instrumento de ratificación. En nuestro país, se ha designado como
autoridad competente al Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto, a
través de la Dirección General de Asuntos Consulares, Departamento de
Legalizaciones.

Desde el año 2003, el Consejo Federal del Notariado Latino suscribió un


Convenio con La Haya, mediante el cual se delegó al Colegio de Escribanos
la facultad de colocar la apostilla a la totalidad de los documentos públicos
(no sólo de carácter notarial).

En el ámbito interno, por Decreto 1629 de fecha 07/12/2001, se modificó


el artículo 229 del Reglamento Consular, eliminando la segunda
autenticación realizada por el Ministerio de Relaciones Exteriores.

5.6.3. Procesales

50
Toda sentencia declarativa, constitutiva o de condena es susceptible de
reconocimiento en un Estado distinto del cual procede. Pero sólo las
sentencias condenatorias son susceptibles de ejecución.

Para el reconocimiento y/o ejecución de una sentencia extranjera es


necesario que se cumplan, además de los requisitos formales supra
explicados, requisitos procesales y sustanciales.

La comprobación de los requisitos que debe reunir toda sentencia de


condena, para ser ejecutada, se realiza en un procedimiento especial
denominado exequátur.

Los requisitos procesales varían según la fuente consultada. Dichas fuentes


son: Los Tratados de Montevideo de Derecho Procesal Internacional de
1889 y 1940, la Convención Interamericana de Derecho Internacional
Privado sobre Eficacia extraterritorial de las sentencias y laudos arbitrales
extranjeros (CIDIP II, Montevideo 1979), ratificada por ley 22.921/83, Los
Código de Procedimientos Civil y Comercial de la Provincia de Córdoba y de
la Nación y el Protocolo de las Leñas de 1992 en el ámbito del Mercosur.

Los requisitos procesales son los siguientes:

a) Que la sentencia que se encuentre firme, es decir, que haya pasado


en autoridad de cosa juzgada, no sólo formal sino material. Esto
implica que la sentencia no sea susceptible de recurrir.

b) Que la sentencia haya sido dictada por un juez competente. La


competencia será juzgada conforme las reglas de jurisdicción del
juez del Estado en el que se pretende el reconocimiento y/o
ejecución de la misma, según el denominado criterio de la
“bilateralización”. Los Tratados de Montevideo sólo establecen que
la sentencia debe emanar de autoridad competente en la esfera
internacional sin dar precisiones conforme a qué reglas se juzgará
dicha competencia.

c) Que se haya respetado el derecho de defensa del demandado y el


debido proceso.

Esto implica, entre otros aspectos esenciales, que la citación al demandado


debe haberse practicado en forma personal, esto es, a su domicilio real,
aún cuando la lex fori del lugar donde se llevó a cabo el proceso admita
otros modos de citaciones (verbigracia: edictos). Este requisito de la
citación personal está expresamente establecido en los Códigos de
Procedimiento de la Provincia, cuanto de la Nación. La CIDIP II establece
una posición intermedia en este punto cuando pregona que la citación

51
debe haber sido hecha de manera sustancialmente equivalente a la forma
prevista por la ley del Estado en el cual se pretende el reconocimiento.

5.6.4. Sustanciales
El requisito sustancial se refiere a que la sentencia cuyo reconocimiento
y/o ejecución se pretende no vulnere los principios del orden público
internacional del Estado en el cual se pretende ese reconocimiento y/o
ejecución.

5.6.5. Dimensión convencional e institucional


En este caso, debemos analizar la CIDIP II y los Tratados de Montevideo.

La CIDIP II sobre Eficacia Extraterritorial de las Sentencias y Laudos


Arbitrales Extranjeros, en su art. 2, manifiesta:

Las Sentencias, laudos arbitrales y resoluciones


jurisdiccionales extranjeras a que se refiere el art. 1, tendrán
eficacia extraterritorial en los Estados Partes si reúnen las
condiciones siguientes:
a) Que vengan revestidos de las formalidades externas
necesarias para que sean considerados auténticos en
el Estado de donde proceden.
b) Que la sentencia, laudo y resolución jurisdiccional, y
los documentos anexos que fuesen necesarios según
la Presente Convención, estén debidamente
traducidos al idioma oficial del Estado donde deban
surtir efecto.
c) Que se presenten debidamente legalizados de
acuerdo con la ley del Estado en donde deban surtir
efecto.
d) Que el juez o tribunal sentenciador tenga
competencia de la esfera internacional para conocer
y juzgar del asunto de acuerdo con la ley del Estado
donde deban surtir efectos.
e) Que el demandado haya sido citado en debida forma
legal de modo sustancialmente equivalente a la
aceptada por la ley del Estado donde la sentencia,
laudo o resolución jurisdiccional deban surtir efectos.
f) Que se haya asegurado la defensa de las partes.

52
g) Que tengan el carácter de ejecutoriados o, en su
caso, fuerza de cosa juzgada en el Estado en que
fueron dictados.
h) Que no contraríen manifiestamente los principios y
las leyes de orden público del Estado en fueron
dictados41.

De lo transcripto se desprende que los incisos a, b y c se refieren a los


requisitos formales; los incisos d a g se refieren a los requisitos procesales;
y el inciso h al requisito sustancial.

El Tratado de Montevideo de Derecho Procesal Internacional de 1940, en


una redacción casi idéntica, en su Art 5, establece:

Las sentencias y los fallos arbitrales dictados en asuntos


civiles y comerciales en uno de los Estados signatarios,
tendrán en los territorios de los demás la misma fuerza que
en el país donde fueron pronunciados, si reúnen los
requisitos siguientes:
a) Que hayan sido dictados por tribunales competentes
en la esfera internacional.
b) Que tengan el carácter de ejecutoriados o pasados en
autoridad de cosa juzgada en el Estado en donde
hayan sido pronunciados.
c) Que la parte contra la cual se hubieran dictado haya
sido legalmente citada y representada o declarada
rebelde, conforme a la ley del país en donde se siguió
el juicio.
d) Que no se opongan al orden público del país de su
cumplimiento42.

5.6.6. Dimensión autónoma: Código Procesal Civil y


Comercial de la Nación. Código de Procedimiento
Civil de la Provincia de Córdoba

41 Art. 2. Tratado de Montevideo de 1940.


42 Art. 5. Tratado de Montevideo de Derecho Procesal Internacional de 1940.

53
El Código de Procedimiento Civil y Comercial de la Provincia de Córdoba, en
una redacción idéntica a la prevista por el Código de Procedimiento de la
Nación, en su art. 825 establece:

Las sentencias de tribunales extranjeros tendrán fuerza


ejecutoria en los términos de los Tratados celebrados con el
país de que provengan.
Cuando no hubiese tratados, serán ejecutables si
concurriesen los siguientes requisitos:
1) Que la sentencia con autoridad de cosa juzgada en el
Estado en que se ha pronunciado, emane de tribunal
competente según las normas argentinas de
jurisdicción internacional y sea consecuencia del
ejercicio de una acción personal o de una acción real
sobre bien mueble, si éste ha sido trasladado a la
República durante o después del juicio tramitado en
el extranjero.
2) Que la parte demandada contra la que se pretende
ejecutar la sentencia hubiese sido personalmente
citada y se haya garantizado su defensa.
3) Que la sentencia reúna los requisitos necesarios para
ser considerada como tal en el lugar en que hubiese
sido dictada y las condiciones de autenticidad
exigidas por la ley nacional.
4) Que la sentencia no afecte los principios de orden
público del derecho argentino.
5) Que la sentencia no sea incompatible con otra
pronunciada, con anterioridad o simultáneamente,
por un tribunal argentino43.

Las dos novedades que introduce el DIPr interno con relación a la fuente
convencional son, a saber: que excluye las sentencias sobre acciones reales
respecto de inmuebles situados en nuestro país y el instituto de la
litispendencia que prevé el inc. 5 a fin de evitar sentencias contradictorias.

43 Art. 825. Ley 8465. Código de Procedimiento Civil y Comercial de la Provincia de Córdoba.

54
Referencias
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