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RESUMEN
Se trata de cuatro breves ensayos sobre cuatro diferentes instrumentistas de free-jazz, tres saxofonistas negros (Archie
Shepp, Sam Rivers, Pharoah Sanders) y un pianista blanco (Joachim Kühn). El análisis de su forma de tocar se hace parale-
lo al fondo ideológico sobre el que su praxis artística se construye. A la vez se construye ese análisis sobre o con textos lite-
rarios, ya sean de Julio Cortázar ya de Hermann Hesse ya de Albert Camus. Se da asimismo una discografía de los cuatro
músicos (en cuanto leaders) con perfecto registro hasta 1980.
SUMMARY
The work consists of four brief essays about four different free-jazz instrumentalists, three black saxophone players (Ar-
chie Shepp, Sam Rivers, Pharoah Sanders) anda white pianist (Joachim Kühn). The analysis of the way they play is parallel
to the ideological background upan which their artistic practice is built up.
At the sama time, this analysis is constructed upan or with literary texts either by Julio Cortázar, or by Hermann Hesse,
or by Albert Camus. A phonography of the four musicians (as leaders) can be found as well, with perfect register up to
1980.
LABURPENA
Free-jazz jotzen duten soinulari desberdin, hiru saxofonista beltz (Archie Shepp, Sam Rivers, Pharoah Sanders) eta pia-
nolari (Joachim Kühn) zuri bati buruzko lau said labur dira hemen agertzen zaizkigunak.
Bere jotzeko moduaren azterketa eta bere mami ideologikoa non bere praxi artistikoa eratzen den, bat datoz Honekin ba-
tera, analisi han literaturazko textoekin edo literaturazko textoetan eratzen da, hauek Julio Cortazarrenak zein Hernan Hes-
senak zein zein Albert Camusenak direlarik.
218 ESTANISLAO M. DE AGUIRRE
Cecil Taylor.
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saxo puede permitirse todas las audacias, penetrar todos más que en la política o en el misticismo religioso. Su grito
los espacios, requerir todas las expresiones (que diría Julio se engarza en el universo sonoro y no queda al margen del
Cortázar). modelo del universo revolucionario. Por ello es también
Poliinstrumentista improvisador de grandes reservas político: en tanto en cuanto que en su discurso musical
melódicas, no hay distinción en Rivers entre intérprete y hay una interacción del otro discurso, intervención expre-
autor. Toca el tenor, el soprano, la flauta, el piano, canta, sionista de lo social.
en solo, en dúo, en trío o en bigband. En el piano con Parafraseando a José Angel Valente en Las palabras
barroquismo clásico, en la flauta una música melodiosa y de la tribu, podemos decir que Sam Rivers nos revela un
contemplativa, elegida, dedicada al placer, a Africa, sin la aspecto de la realidad para el cual no hay más vía de
afectación de los blancos underground, en el saxo el acceso que el conocimiento de la audición musical. Este
tráfico; en el Conservatorio de Boston, el primer violín de conocimiento se produce a través del lenguaje musical y
la orquesta. tiene su realización, no en una pieza u otra, sino en el
De su trabajo en solitario -su revelación no es a nivel concierto entero. Es éste, no una frase, un ritmo o un
de leader- a su rigor y austeridad como motor musical en compás, por excelente que pueda parecer, ni su procedi-
Nueva York, su capacidad de invención es imposible eva- miento expresivo, sino el concierto entero como estructura
luar. En Rivers hay vitalidad, energía e ideas, pero también -tal como Rivers concibe sus performances, conciertos
un exceso -que se agradece- de elegancia y una intros- unitarios y no exposición de piezas- donde todos esos
pección restrictiva. La amplitud de su discurso nos mues- elementos coexisten en fluida dependencia, corrigiéndose
tra un universo propio, una música viva con una estabili- ajustándose para formar un tipo de unidad superior. El
dad serena, que quiere transformar lo que le rodea. concierto entero en la sola unidad de conocimiento musi-
Rivers toca como respira, sin interrupción y a todos los cal, y de acto de goce y de comunicación.
vientos, avanzando en ralentí hacia un punto álgido. Re- En palabras exactas de Valente ateniéndose a lo poéti-
clama una atención sostenida, no como la de Pharoah
Sanders, a pesar de que en ambos la duración del tempo
musical es una de las condiciones de la creación. Pero
Rivers proyecta su sonido contra el clima religioso y la Sam Rivers, Mannheim.
desesperación: el frío escepticismo de una masa sonora
fuerte, segura de su poder y de su fuerza, un flujo saxofo-
nístico interrumpido de intervenciones vocales que anun-
cian o reproducen segmentos de su discurso.
Rivers deviene pues en un creador de formas, asentan-
do fundamentalmente su trabajo en el terreno musical,
co: "por existir sólo a través de su expresión y residir DISCOGRAFIA DE SAM RIVERS (como leader)
sustancialmente en ella, el conocimiento poético conlleva,
no ya la posibilidad, sino el hecho de su comunicación. El Fuchsia Swing Son (Blue Note 84184).
poeta no escribe en principio para nadie y escribe de hecho Contours (Blue Note 84206)
para una inmensa mayoría, de la cual es el primero en lnvolution (Blue Note 453 H 2).
formar parte. Porque a quien en primer lugar tal conoci- 7-3-1966 New York.
miento se comunica es al poeta en el acto mismo de la as. James Spaulding
creación". El poeta poetiza para sí, como el músico de jazz tp. Donald Byrd
toca para sí, en primer lugar; como lo hace Rivers, como tb. Julián Priester
lo hizo Coltrane. b. Cecil McBee
Sam Rivers no pertenece a la saga de Coltrane, pero es dm. Steve Ellington
parte considerable de la verdadera herencia de Coltrane: p. Andrew Hill
sin pose, ni falta de medida, sin modas, sin epatación: sólo b. Walter Booker
en la música se afirma su espíritu. dm. J. Moses.
Sam Rivers, con su mujer Bea en SamBea, Nueva York, 1975. New Conception (Blue Note 84249)
Hues (Impulse Asd 9352).
27-10-72 y 10-11-73 y 2-71.
Boston, Míchigan, Connecticut y Molde (Noruega).
b. Cecil McBee - R. Davis
dm. B. Altschul - W. Smith.
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Pharoah Sanders, Rowell Rudd en Munich, 1972.
obra con un estilo y un son profundo, fértil, con un apro- Gathering". El saxo en Sanders es como el río de Vasude-
vechamiento de los anches único, desplazando fases y va "todas las voces de la creación están en él" (2). No es
haciendo incursiones en el dominio de un campo repetiti- además el obstinato del que parte siempre Sanders esa
vo, con coros salidos de su saxo como manantiales, to- "profunda meditación en la que existe la posibilidad de
rrentes de notas y un remolino ascendente-descendente anular el tiempo?" (3).
melódico, en un movimiento incesante que da la impresión Sanders, el hijo del Brahmán, ha seguido su estilo
de ser eterno, perfecto pulimento de una masa sonora que propio, cuando todos pensaban que iba a seguir puramen-
a veces parece interminable. Si en Sam Rivers se siente la te a Coltrane. Su saxo, bien temperado cuando quiere, no
ciudad, en Sanders se siente la tierra. ha seguido el curso del río coltraniano, se ha ido por los
Por ejemplo el Elevation de 1974. Grabado en The Ash splits, los gorgoritos hirientes y los suspiros amorosos, la
Grave de Los Angeles (local que ha ardido ya tres veces) fuerza bruta y el ritmo suave: "no posee la voz de un rey,
encontramos de nuevo sus esoterismos clásicos: utiliza- de un guerrero, la de un toro y la de un pájaro nocturno, la
ción de canciones populares de otras latitudes -ahora es de una pantera y la de un hombre que suspira, y otras
la nigeriana "Ore-se-Rere" como antes fue "Japan" en voces más?" (4).
Tahuid- y las esquirlas de sonido, los agudos metálicos y La música de Sanders, por ello, no puede quedar bien
el desgarro en el obstinato que se va desafinando en "The grabada; como todo misticismo y toda plegaria colectiva
necesita una comuna, un público que rece con él. Y sus
fieles están en la Seven Avenue South de Mike Brecker en
(2) p. 126. Nueva York -donde Sanders encontró en febrero de 1979
(3) p. 167. a Hilton Ruiz como sustituto de Dave Burrell- y sobre
(4) p. 126. todo en el calor de California.
CUATRO ENSAYOS SOBRE JAZZ 227
Joachim Kühn.