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La decisión de iniciar un determinado tratamiento hipotensor suele ser un

acontecimiento que influye sobre el paciente durante toda su vida. Es imperativo que el
personal de enfermería, como abogado y educador del paciente, responda a fondo sus
preguntas antes de iniciar la terapia. Los temas que pueden ser evaluados por el
personal de enfermería influyen.
1. Edad: Las personas jóvenes tienen niveles de renina más altos que los mayores,
y el gasto cardiaco guarda relaciones inversas con la edad (mayor en los
pacientes más jóvenes). Además, los individuos de más edad pueden sufrir
hipertrofia ventricular izquierda y otras enfermedades concomitantes, como
diabetes mellitus, enfermedad pulmonar y cardiopatía coronaria, capaces de
interactuar en diversas formas con la terapia farmacológica. El personal de
enfermería necesita conocer los efectos secundarios de los medicamentos y
mantenerse constantemente alerta ante su posible aparición.
2. Peso: El exceso de peso es cada vez más frecuente al aumentar la edad. Se ha
demostrado que la pérdida de peso constituye un método no farmacológico
eficaz para disminuir la presión arterial. El personal de enfermería puede prestar
apoyo al paciente y ponerle en contacto con grupos de ayuda,
3. Niveles de presión arterial: La hipertensión leve puede tratarse inicialmente con
medios no farmacológicos o con medicamentos menos potentes; la hipertensión
grave requiere un tratamiento más agresivo. El personal de enfermería
desempeña un papel importante en la enseñanza a los pacientes de métodos no
farmacológicos para reducir la hipertensión.
4. Sexo: Se sabe que la impotencia es un importante efecto secundario de ciertos
diuréticos; así pues, es probable que algunos varones no cumplan el régimen
prescrito. El personal de enfermería debe realizar una valoración sexual y
determinar las razones para la falta de cumplimiento por parte del paciente del
plan terapéutico prescrito.
El personal de enfermería puede iniciar varias intervenciones no farmacológicas,
incluyendo la reducción de la grasa dietética, las calorías, el colesterol, el sodio y el
alcohol, ejercicio para proporcionar una buena forma física; control de estrés, e
interrupción del consumo de tabaco. Para que el paciente pueda tomar decisiones
informadas con respecto a su cuidado, tal vez necesite que el personal de enfermería le
ayude en la consideración de temas relacionados con calidad de vida, economía,
mortalidad, morbilidad y cumplimiento.
La calidad de vida se define como la obtención de los objetivos de una vida normal. Este
concepto es percibido de forma distinta por cada individuo y se ha convertido en muy
significativo para el paciente hipertenso, debido a los efectos adversos originados por
los hipotensores. En caso de la hipertensión, el tratamiento se inicia para prevenir las
complicaciones de una enfermedad asintomática. Sin embargo, ese mismo tratamiento
puede causar efectos adversos sustanciales (depresión, disfunción sexual,
hipocaliemia). Así pues, se puede evaluar la percepción de la calidad de vida por parte
del paciente cuando se valora el cumplimiento y comunicarla al médico para que elija
una medicación en vez de otra y para que decida tratar o no un determinado caso de
hipertensión leve o limite. Las tasas de cumplimiento pueden estar muy relacionadas
con la percepción por parte del paciente de los cambios en su calidad de vida tras iniciar
un determinado régimen terapéutico.
Fidelidad o cumplimiento son términos que valoran la medida en que la conducta real
del individuo coincide con el comportamiento recomendado. Las tasas de cumplimiento
varían, pero la falta de fidelidad es más evidente en el caso de los hipotensores, a cuyos
efectos secundarios se suele atribuir con frecuencia gran parte de los incumplimientos.
Otros factores que pueden afectar el cumplimiento guardan relación con la interacción
cuidador/paciente y con las características psicosociales y demográficas de este último.
Aparte de controlar los efectos secundarios de los fármacos, el personal de enfermería
hará valoraciones directas (análisis de orina, química sanguínea) e indirectas
(autocomunicaciones, recuento de comprimidos, reposición de fármacos, acudir a citas)
del cumplimiento/fidelidad. El personal de enfermería puede potenciar el
cumplimiento/fidelidad mediante recordatorios, contratos, registros de
automonitorizacion, adaptación de las entrevistas a las necesidades del paciente,
refuerzo, uso de sistemas de soporte y visitas a domicilio. La participación activa del
paciente es un requisito esencial para aumentar el cumplimiento.
Las capacidades de enseñanza/aprendizaje son imprescindibles para que el personal
de enfermería puede ayudar el paciente en la obtención de conocimientos, capacidades
y cambios en su estilo de vida, esenciales en cualquier régimen terapéutico. Esta
estrategia de autocuidado proporciona al personal de enfermería una oportunidad para
mejorar sustancialmente el resultado de los regímenes terapéuticos. Además, al
determinar las actitudes y los sentimientos de los pacientes relativos a la hipertensión,
el personal de enfermería obtienes datos sobre el nivel de motivación del paciente para
cumplir el régimen terapéutico.
EVALUACIÓN
La obtención de una presión arterial normal con un mínimo de efectos secundarios, es
el primer objetivo para evitar las complicaciones. Otras medidas de resultado, como la
satisfacción y calidad de vida del paciente, también son importantes, ya que esta
enfermedad se prolonga durante toda la vida. No es suficiente con demostrar
conocimientos sobre la condición propia, los medicamentos y la necesidad de los
cambios en el estilo de vida, ya que el paciente debe introducir los cambios de conducta
necesarios para prevenir o controlar la hipertensión. Así pues, es esencial valorar los
cambios de conducta desde comportamientos destructivos hacia comportamientos
constructivos. El personal de enfermería no evalúa el resultado de las intervenciones
docentes en base al aumento de conocimiento, sino en el número de conductas
protectoras sanas y de comportamientos dirigidos a reducir el riesgo, y en el control de
la presión arterial dentro de límites aceptables.
DOCUMENTACIÓN
La documentación de la atención que se proporciona al hipertenso se basa en un
registro exacto de la presión arterial. Es imperactivo aplicar medidas para evitar los
errores. La documentación del cumplimiento, evidenciado por la cifras de presión
arterial, el cambio de peso, la historia dietética de 24 horas, el nivel de colesterol, el
recuentro de comprimidos y el registro de automonitorizacion, puede proporcionar
evidencia objetiva sobre el nivel de seguimiento. El hecho de que el paciente establezca
objetivos puede ser útil de cara a valorar el progreso hacia resultados específicos, y tal
vez tenga mayores significados que los datos objetivos.
Otra área de documentación es la referida a las necesidades de aprendizaje, los
conocimientos obtenidos por el paciente y, lo que es importante, los cambios en la
conducta del mismo. La documentación de la planificación y la evaluación de la
efectividad de la enseñanza forman parte integral del plan de atención de enfermería.
Es posible monitorizar un registro de autocomunicacion, de manera que el personal de
enfermería pueda ayudar en la identificación de las áreas de dificultad para obtener un
objetivo específico y el cambio real de conducta o del estilo de vida.
ASISTENCIA CONTINUADA
La responsabilidad de mantener un control permanentemente durante el resto de la vida
del hipertensor es compartida por el paciente, el personal de enfermería y el médico. Se
hacen valoraciones mensuales, semestrales o anuales, dependiendo de las dificultades
y las experiencias del paciente. La clasificación de la presión arterial y los criterios de
seguimiento fueron especificados en 1988 por el National Committee on Detection.
Evaluation, and Treatment of Air Blood Pressure (tabla 31-4). Se aconseja dos visitas
de seguimiento. Las intervenciones de enfermería para cada nivel de presión arterial
también se han especificado. La instrucción del paciente es una función asumida por el
personal de enfermería. Esa responsabilidad docente conlleva la frecuente actualización
de los conocimientos del paciente con respecto a los materiales de enseñanza y
recursos de la comunidad. El personal de enfermería promociona la independencia del
paciente y su autocuidado. Se harán evaluaciones para detectar posibles
complicaciones a lo largo de toda la vida del paciente.
GUÍA DE EDUCACIÓN DEL PACIENTE
Hipertensión

Comportamientos para proteger la salud y reducir la hipertensión

Instrucciones: Los comportamientos para proteger la salud son actividades que


pueden disminuir, ayudar a prevenir o controlar la hipertensión. Usted puede acordar
con su cuidador el inicio de al menos uno de esos comportamientos a la semana:
1. Ejercicio (uno de los mejores comportamientos protectores para todas las
enfermedades):
a) Caminar al menos 3 km cuatro veces a la semana, hasta obtener el
75% de la frecuencia cardiaca diaria.
b) También son aceptables la natación; la lucha atlética y los ejercicios
aeróbicos de cualquier tipo (frecuencia cardiaca diaria = 220 – edad *
0,75).
2. Nutrición:
a) Evitar el sodio y mantener calcio, potasio, magnesio; ingerir alimentos
frescos o congelados en vez de enlatados.
b) Limitar la ingesta de sodio a no más de 2 g. diarios.
c) Mantener una ingesta de calcio adecuada, de al menos 1.000 mg
diarios. (p. Ej. Yogur, suplemento de calcio).
d) Mantener una ingesta de magnesio adecuada, de al menos de 375 mg
diarios.
e) Evitar el cerdo (especialmente curado), y las comidas rápidas.
3. Relajación:
a) Aumentar la resistencia al estrés mediante ejercicio, relajación y
nutrición.
b) EAAAC: Evitar el estrés, alterarlo, aceptarlo, acumular resistencia de
estrés, modificar la percepción del mismo.
c) Dormir de 7 a 8 horas cada noche.
d) Desahogar contar con una persona a la que poder expresar los
sentimientos.
4. Hábitos (sustituir conducta no constructiva para constructivas):
a) Reducir el consumo de tabaco o dejar de fumar.
b) No tomar más de 55 ml de whisky, 225 m de vino o 650 ml de cerveza
al día.
c) Mantener peso apropiado para edad, sexo y constitución corporal.

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