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Actos Jurídicos y Hechos Jurídicos
Actos Jurídicos y Hechos Jurídicos
El acto jurídico es cuando una persona comete una acción con alevosía y ventaja.
Mientras que el hecho jurídico es cuando, por ejemplo: una persona de la cruz roja está
poniendo al herido en la camilla, cuando de repente se muere el herido, entonces fue un
hecho ya que transcurrió en un lapso de tiempo y aunque no fue a propósito, de todos
modos se hace un juicio, es por eso que se llama hecho jurídico.
Hechos Jurídicos: Acciones con consecuencias jurídicas. Se denominan Naturales, ya
que se generan espontáneamente, no por la voluntad humana.Ej: Muerte (testamento y
la herencia).
Actos Jurídicos: Acciones con consecuencias jurídicas por la voluntad humana.
Los Supuestos de Hecho pueden consistir en acciones u omisiones. Nos pueden penar tanto
por una acción (positivo) o una omisión (negativo) [Ej: obligación de ayudar].
Se denomina hecho jurídico a un acontecimiento que tiene trascendencia en el ámbito del
Derecho.
Una norma jurídica parte siempre de un presupuesto de hecho, para posteriormente
regular las consecuencias que ello tiene en el área del derecho. El presupuesto de hecho de
la norma es un hecho jurídico.
Es importante distinguir, dentro de los hechos jurídicos, los llamados actos jurídicos. Un
hecho jurídico no tiene por qué ser voluntario ni controlable por la persona, mientras que
en un acto jurídico, la voluntad de la persona es esencial. Por lo tanto, todos los actos
jurídicos son hechos jurídicos, pero no todos los hechos jurídicos son actos jurídicos.
Es habitual que en derecho procesal se establezca que una sentencia judicial explique dos
aspectos: hechos jurídicos que se entienden probados, y fundamentos de derecho a aplicar a
tales hechos. Así, el fallo o sentencia vendrá fundamentado por estas dos categorías.
Ejemplos de hechos jurídicos:
La muerte
La promulgación de una Ley.
Una declaración de guerra.
Una catástrofe natural.
Ejemplos de hechos jurídicos que además son actos jurídicos:
La comisión de un delito.
La firma de un contrato
El otorgamiento del consentimiento matrimonial
HECHO JURÍDICO
Se denomina hecho jurídico en sentido amplio a un acontecimiento que tiene trascendencia
en el ámbito del derecho, es decir, se modifican ciertos estados jurídicos iniciales desde el
punto de vista legal.
Una norma jurídica parte siempre de un presupuesto de hecho, para posteriormente
regular las consecuencias que ello tiene en el área del derecho. El presupuesto de hecho de
la norma es un hecho jurídico. Es importante distinguir, dentro de los hechos jurídicos en
sentido amplio, los llamados actos jurídicos y los hechos jurídicos en sentido estricto. Un
hecho jurídico en sentido estricto no tiene por qué ser voluntario ni controlable por la
persona, mientras que en un acto jurídico, la voluntad de la persona es esencial. Por lo
tanto, todos los actos jurídicos son hechos jurídicos, pero no todos los hechos jurídicos son
actos jurídicos
Es habitual que en derecho procesal se establezca que una sentencia judicial explique dos
aspectos: hechos jurídicos que se entienden probados, y fundamentos de derecho a aplicar a
tales hechos. Así, el fallo o sentencia vendrá fundamentado por estas dos categorías.
Ejemplos de hechos jurídicos:
La muerte
La promulgación de una Ley.
El Nacimiento de una persona.
Una declaración de guerra.
Una catástrofe natural.
Una catástrofe humana (genocidios, golpes de estado etc)
Ejemplos de hechos jurídicos que además son actos jurídicos:
Nota: todos los actos jurídicos son además hechos jurídicos pero no a la inversa.
Por ejemplo:
La firma de un contrato.
El otorgamiento del consentimiento matrimonial.
Otorgar testamento
Las inscripciones registrales
Todo suceso o acontecimiento, ya sea producido por la naturaleza o por el hombre son
hechos. En el primer caso serán hechos naturales (la lluvia, el terremoto, el eclipse), en el
segundo, serán hechos humanos (pintar una casa, tomar un medio de transporte, conducir
un automóvil).
Dentro de los hechos humanos, hay que distinguir los voluntarios (realizados con
discernimiento, intención y libertad) de los involuntarios en los que se carece de alguno de
esos elementos.
Libertad: Alguien actúa libremente cuando lo hace sin coacción. La violencia física
o moral, transforma al acto en involuntario.
Otras consecuencias son mediatas, pues requieren otro hecho que se sume al hecho
primitivo para producir la consecuencia. Por ejemplo, una persona está obligada a cuidar
una casa, y deja la ventana abierta para que se ventile mientras hace un mandado. En ese
lapso, un ladrón ingresa al domicilio y comete un hurto. En este caso también deberá
responder por su negligencia, según las circunstancias. Las consecuencias mediatas hay
que evaluarlas en cada caso particular, observando si se tuvo en cuenta el deber de
prudencia. Es imaginable que si en el caso planteado uno deja la ventana abierta en forma
considerable, es probable que alguien pueda por allí ingresar, pero no sería tan evidente si
uno la deja abierta unos pocos centímetros y valiéndose de esta pequeña abertura, el
delincuente utiliza algún elemento para forzar la entrada. En este caso no generaría
responsabilidad al cuidador. Las consecuencias casuales o remotas no son imputables.
Por ejemplo si me dejan una mascota a mi cuidado, y se muere por una enfermedad
natural, contraída por haberla llevado al parque con todos los cuidados del caso.
Todos los hechos humanos voluntarios, se llaman actos. Además, los hechos voluntarios
(actos) pueden ser lícitos o ilícitos, según sean o no realizados de acuerdo a la ley. Un
contrato de locación con fines de poner un comercio de venta de ropas es un hecho
humano voluntario lícito. Un contrato celebrado con el fin de cometer un robo es un hecho
humano voluntario ilícito.
Cuando una persona realiza un hecho voluntario lícito, que tiene por finalidad crear,
modificar, conservar, transferir o extinguir algún derecho, como finalidad inmediata,
decimos que se trata de un acto jurídico, o un negocio jurídico, siguiendo la interpretación
romanística.
Los actos jurídicos son hechos voluntarios que tienen la intención de producir
efectos jurídicos. puede considerarse al acto jurídico como una manifestación de
voluntad que lleva la intención de crear, modificar o extinguir derechos y que
produce los efectos que desea el actor o las partes involucradas porque el derecho
reconoce esa manifestación de voluntad como valida para producir efectos
jurídicos.
En los actos jurídicos puede intervenir mas de un sujeto, Cuando en el acto jurídico
existe un solo individuo, se le denomina autor, las partes dentro del acto jurídico
pueden estar formadas por más de una persona. Para que el acto jurídico se
perfeccione no solo hace falta la voluntad de las partes si no que es necesario que
la autoridad lo reconozca.
ETIMOLOGIA DE
ACTOS JURIDICOS
Publicado en abril 22, 2013
En nuestro código civil sabemos que se define a los actos jurídicos como todo acto
voluntario, licito, que tiene como fin inmediato producir efectos jurídicos, esto es la
adquisición, modificación, traslación, o extinción de derechos y obligaciones.-
Deriva del término “Actus” que fue un término empleado en Roma para designar
todo acto productor de efectos legales. En el derecho romano designa un ius in re
aliena (derecho real sobre una cosa ajena), consistente en una servidumbre real
rustica de paso, que es definida por Justiniano en las Instituciones y en el Digesto,
tomándolo de Ulpiano: ius agendi vel iumentum vel vehiculum, (derecho de
conducir ganado o vehículos) por una propiedad ajena al predio dominante. Actus
juridicialis: Acto jurídico. Para que se dé el acto jurídico no basta con que haya un
sujeto y un objeto con bastante capacidad, se necesita algo que los ponga en
relación, estableciendo un lazo o un vínculo que los una, haciendo pasar la
relación jurídica del estado de posibilidad al estado de existencia. Este tercer
elemento es un hecho, que por ser productor de efectos jurídicos se denomina
hecho jurídico. Cuando este procede de la voluntad humana recibe el nombre de
acto jurídico. No es lo mismo acto jurídico que hecho jurídico. El acto jurídico
puede definirse como “el hecho dependiente de la voluntad humana que ejerce
algún influjo en el nacimiento, modificación o extinción de las relaciones jurídicas”.
Acto jurídico, para los alemanes, “es una expresión o manifestación de la voluntad
dirigida a producir un efecto jurídico (origen, cambio, defensa o extinción de alguna
relación de derecho) y apropiada para ello según el derecho objetivo”. Los actos
jurídicos: lícitos o ilícitos, justos o injustos, legales o ilegales, unilaterales o
bilaterales, inter vivos (entre vivos) y mortis causa (por causa de muerte), gratuitos
y onerosos, solemnes y no solemnes. Los actos conformes con el derecho objetivo
se dividían antiguamente en stricti iuris y bonae fidei (de derecho estricto y de
buena fe)
HECHOS EN GENERAL
UNIDAD DE APRENDIZAJE I
DE LOS HECHOS EN GENERAL
1. Importancia de su estudio
El hecho es la base de todos los derechos. Los vínculos establecidos para constituir
relaciones jurídicas se originan siempre en hechos. No existe un derecho sin un hecho que
le sirva de origen, sustento o fin.
Estudiar y comprender, pues, los conceptos de hechos y actos jurídicos resultan esenciales
para proyectarse al entendimiento de todo el derecho, en su generalidad y en sus
particularidades. Se trata de conceptos fundamentales para la adecuada comprensión del
fenómeno jurídico.
Manuel Ossorio: En un concepto amplio está representado por toda acción material de las
personas, y por sucesos independientes de ellas, generalmente los fenómenos de la
naturaleza.
HECHO JURÍDICO: Todo acontecimiento, natural o humano, cuya verificación haya sido
enlazada por el ordenamiento jurídico con un efecto jurídico determinado, constitutivo,
modificativo o extintivo de relaciones jurídicas.
Hechos Jurídicos son, por tanto, los hechos a los que el derecho atribuye trascendencia
jurídica para cambiar las situaciones preexistentes a ellos y configurar situaciones nuevas.
Como Fuente del Derechos: Es lo que nos interesa en esta asignatura. Vamos a estudiar el
hecho como fuente generadora de derechos, aquellos que lo hacen nacer, modificar o
extinguir.
Toda vinculación sujeto – objeto tiene su origen, su fuente, en un hecho o acto jurídico.
Existe entonces, siempre, un hecho que antecede a un derecho, que es la causa particular
de la relación jurídica. Y ese hecho es el hecho jurídico, entendido como fuente de derechos.
Como Objeto de Derechos: Una concepción tradicional dentro del derecho que estudia las
“obligaciones en particular”, considera que ciertos hechos son objeto de derechos. Su
estudio y normativa caen dentro de la órbita del Derecho de las obligaciones pero no
obstante haremos una breve referencia al tema:
Cuando en una relación jurídica intervienen mas de un sujeto, entre los cuales media una
obligación, estamos ante un derecho personal u obligacional.
Esa obligación consistirá, para el sujeto obligado, en efectuar una prestación: dar, hacer o
no hacer.
Efectuar una prestación (dar, hacer o no hacer) no es sino ejecutar un hecho, o abstenerse
de ello. Y al aludirse a ese hecho – prestación en las obligaciones – es cuando la doctrina
clásica de refiere a los “hechos como objeto de derechos”.
El hecho del nacimiento, de la muerte, o los contratos, los testamentos, los reconocimientos
de filiación, el matrimonio… en fin, toda la vida civil de una persona es una sucesión de
hechos a actos que tienen trascendencia jurídica. Ello de por sí ilustra la importancia de la
materia.
Metodología: Nuestro Código Civil regula los Hechos y Actos Jurídicos en el Libro 2º bajo el
título de “DE LOS HECHOS Y ACTOS JURÍDICOS Y DE LAS OBLIGACIONES”….
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El día de hoy analizaremos las definiciones y diferencias entre los conceptos de hechos, actos y
negocios jurídicos.
Entendemos por hecho jurídico toda situación ajena a la voluntad de un individuo que ocurren en la
vida diaria y que generan efectos, por su parte, los actos jurídicos son situaciones donde la voluntad
de las partes es la que determina sus efectos, y por último, el negocio jurídico nace con la voluntad
declarada de las partes.
Los hechos jurídicos son esas situaciones que ocurren en la vida diaria pero de las cuales la persona
no puede controlar.
¿QUÉ ES UN ACTO JURÍDICO?
Para Carnelutti son “el concepto de acto jurídico es, naturalmente, en comparación con el de hecho,
un concepto de especie; cuando se dice acto jurídico, lo mismo que hecho jurídico, se alude a una
cualidad que el acto o el hecho puede poseer; el acto es jurídico sólo en cuanto la posee. Esta
cualidad se suele indicar como eficacia jurídica, o sea como idoneidad para producir efectos
jurídicos. Esta fórmula, según el autor citado, debe ser aclarada con el fin de fijar en qué consiste la
producción de estos efectos.”
(Carnelutti. Lecciones Sobre Derecho Penal. Buenos Aires. 1941. T. III. Página 7).
Por su parte, para Ennecerus considera al acto jurídico como “la realización querida, o al menos,
previsible, de un resultado exterior.”
(Ennecerus. Tratado de Derecho Civil. T. I, Vol. 2°, página 1).
Sin embargo, la definición más clara de lo que es un acto jurídico es la que señala Messineo, al
considerar que el acto jurídico es “un acto humano, realizado consciente y voluntariamente por
un sujeto (por lo general, capaz de obrar), del cual nacen efectos jurídicos, porque el sujeto, al
realizarlo, quiere determinar un resultado, y tal resultado se toma en consideración por el hecho.”
INTERPRETACION DEL NEGOCIO JURÍDICO
Es sabido que los romanos fueron maestros en la interpretación, en determinar cuál era la
lex specdialis del caso concreto, el ius. Esa interpretación se dio tanto respecto de la ley y
del edicto, que quizá sea la más importante, pero también respecto de los actos jurídicos,
porque muchas veces fue necesario precisar se sentido y alcance. El problema no existía
respecto de los negocios formales en los que la declaración de voluntad debía hacerse
observando determinada solemnidad, puesto que lo único que cabía era verificar la
observancia ritual de la forma. La forma presuponía la voluntad y como ésta sólo podía
emitirse mediante aquélla, no cabía la posibilidad de averiguar qué quiso decirse, menos
aún por qué. Piénsese en una mancipatio, donde el que va a adquirir la propiedad, en
presencia de quien transmite, de cinco testigos y de una persona que sostiene una balanza,
toma un trozo de cobre y toca la balanza, luego de pronunciar las palabras rituales: "Afirmo
que este esclavo es mío de acuerdo con el derecho de los Quirites y que lo he comprado con
este cobre y esta balanza de bronce". O en una estipulación: ¿Prometes solemnemente
darme el esclavo Stico? Prometo. Aquí no puede haber ningún problema de interpretación
y, en todo caso, no cabe sino estar a las palabras pronunciadas.
Pero con la aparición y desarrollo de los negocios no formales, se incrementó la necesidad
de interpretar el negocio para encontrar el verdadero sentido de la voluntad declarada.
Sobre esto no existieron reglas fijas y la labor interpretativa osciló entre dar prioridad a las
palabras (verba) o a la intención (voluntas), haciendo una interpretación literal o subjetiva,
respectivamente. Sin embargo, es posible dar algunas pautas más o menos generales. Así,
en los actos Inter. Vivos parece dominar la interpretación objetiva, la que tiene en cuenta
las palabras en su sentido propio según el negocio de que se trata; en los negocios mortis
causa, como todo depende de la voluntad unilateral del disponente, la interpretación debe
tratar de establecer con precisión esa voluntad. Por tanto, serán importantes las palabras
empleadas, pero el elemento decisivo será la voluntad; la interpretación objetiva deberá ser
complementada decisivamente por la subjetiva.
En el derecho justinianeo parece predominar la valoración sobre la voluntad de las partes
en todo tipo de negocio , aplicándose preferentemente una interpretación subjetiva o
individual.
EL HECHO Y EL ACTO JURÍDICO, SU RELACION CON EL NEGOCIO
JURÍDICO
Si se concibe el derecho privado como un sistema de derechos subjetivos, surge la cuestión
primordial de estudiar de qué manera nacen éstos a la vida y cuáles son los hechos que
tienen la virtualidad de crearlos. Tal estudio exige la consideración de los llamados hechos y
negocios jurídicos.
Los jurisconsultos romanos, con su proverbial espíritu práctico y su característica
hostilidad hacia la abstracción, no construyeron una teoría general de los hechos y negocios
jurídicos, sino que fueron considerando, en los casos concretos que se les presentaban, qué
situaciones merecían ser protegidas por medio de acciones y en qué circunstancias debía
reconocerse a una determinada persona una facultad para actuar respecto de una cosa o de
otra persona también determinada. La dogmática moderna, recogiendo los principios
básicos suministrados por la jurisprudencia romana, elaboró la teoría del negocio jurídico,
cuya paternidad se atribuye al jurista alemán Gustavo Hugo. Con los antecedentes
romanos, que son los que particularmente nos interesan, y con los resultados de las
construcciones doctrinarias actuales, abordaremos el tema de los hechos y negocios
jurídicos.
Hecho es toda acción u obra del hombre o de la naturaleza que cae bajo la percepción de
nuestros sentidos. Los hay capaces de producir innumeras consecuencias pero que, sin
embargo, no tienen fuerza gravitante en el área de lo jurídico. Estos son denominados
genéricamente hechos o hechos simples. Otros hechos, positivos o negativos, por el
contrario, cumplen una función eficiente. Porque si los derechos nacen, si se modifican, si
se transfieren de una persona a otra, es siempre a causa o como consecuencia de un hecho.
No hay derecho que no provenga de un hecho y, como bien señala Ortolan, es precisamente
de la variedad de los hechos de donde procede la variedad de los derechos.
Estos acontecimientos o circunstancias de hecho a los que derecho objetivo atribuye el
efecto de producir la adquisición, modificación, transformación o extinción de los derechos,
son los llamados hechos jurídicos. A de manera de ejemplo de tales hechos, que pueden ser
de infinita variedad, citaremos el nacimiento o la muerte de un individuo, la tormenta que
destruye una cosecha, la sequía que agosta los sembradíos, los acrecentamientos naturales
de las cosas producidos por aluvión o avulsión de tránsito, la producción de frutos, etcétera.
Considerando que los hechos jurídicos son acontecimientos de orden natural, los efectos
jurídicos que pueden acarrear se reconocen inmediatamente al verificarse la condición
objetiva.
La norma jurídica, pues, considera como relevante y digno de valoración exclusivamente su
carácter de ser fenómenos naturales, lo cual significa que sus efectos jurídicos se producen
por imperio de la ley (ope legis, ipso jure). Ahora bien, cuando el hecho jurídico no es
producido por factores naturales, sino por el actuar del hombre, por un acto de voluntad del
sujeto, estamos en presencia del acto jurídico, que podemos definir diciendo que es el acto
voluntario susceptible de producir el nacimiento, la modificación, la transformación o la
extinción de los derechos.
EL NEGOCIO JURIDICO: CONCEPTO Y CLASIFICACIÓN.
El acto jurídico, según el resultado operado en relación con el comportamiento de la
voluntad dirigida a producirlo, puede ser licito o ilícito. El acto jurídico lícito es lo que
modernamente recibe el nombre de negocio jurídico; el acto jurídico ilícito constituye
el delito. Negocio jurídico es el acto del hombre encaminado a lograr fines lícitos y por ello
encuentra la tutela de la ley.
Contrariamente, delito es el acto voluntario que lesiona un interés o derecho ajeno y por tal
razón la ley castiga a su autor con una pena. Objeto de estudio en esta parte será el negocio
jurídico, pues de los delitos hablaremos al tratar de las obligaciones, porque, como
veremos, constituyen una de sus fuentes, ya que acarrean para el autor la obligación de
reparar el daño que el acto ilícito ocasiona a la persona de la víctima.
Para el negocio jurídico los autores han ensayado distintas definiciones que en el fondo
coinciden en su formulación. Así, para el prestigioso romanista italiano Carlo Longo,
"negocio jurídico es una manifestación de voluntad privada dirigida a un fin práctico
aprobado por el derecho y, como tal, capaz de producir efectos armonizantez con el fin
querido en las condiciones y en los límites determinados por el mismo derecho". Para
Ursicino Álvarez Suárez. "es el acto de autonomía privada mediante el cual los particulares
regulan por sí mismos sus propios intereses, en relación con los intereses de otras personas,
y a cuyo acto el derecho objetivo atribuye unos efectos jurídicos precisos, de conformidad
con la función económico-social característica del tipo de negocio realizado". Entendemos,
por nuestra parte, que el negocio jurídico puede definirse como la manifestación libre y
consciente de la voluntad dirigida a lograr fines determinados reconocidos y protegidos por
el ordenamiento jurídico.
Dijimos que los romanos no elaboraron una teoría general del negocio jurídico, sino que fue
ella obra de la doctrina moderna. Tampoco formularon una clasificación que agrupara a las
distintas clases de negocios en forma ordenada. La gran variedad de figuras que pueden
presentarse en el libre juego de la voluntad de los particulares, impone la necesidad de
ensayar algunas clasificaciones, atendiendo a las características comunes de los distintos
tipos de negocios.
Según el número de declaraciones de voluntad que contiene el negocio y
su proceso formativo, se distinguen los negocios unilaterales, cuya formación depende de la
voluntad de un solo individuo —como el testamento—, de los negocios bilaterales, en los
que intervienen dos partes. por lo menos, cada una de las cuales formula una declaración de
voluntad, como los contratos. Hay negocios onerosos y gratuitos o lucrativos. Los primeros
son aquellos en que la parte que adquiere un derecho suministra a su vez a la otra una
contraprestación, como ocurre en la venta, en tanto que en los segundos la adquisición se
produce sin que exista contraprestación, por lo cual hay enriquecimiento de una persona
por el acto de otra, como acaece en la donación.
Atendiendo a si los efectos del negocio se van a producir en vida de los otorgantes o si
dependen del fallecimiento del autor, se clasifican en inter vivos, como el contrato, y en
mortis causa como el testamento. Otra clasificación distingue los negocios formales de los
no formales. Los primeros son aquellos respecto de los cuales la ley prescribe a las partes el
cumplimiento de ciertas formalidades para expresar su voluntad, de tal manera su
inobservancia hace que el negocio no exista. La forma tiene en esta clase de
negocios valor constitutivo. Negocios no formales son aquellos en los que las partes pueden
expresar su voluntudad de cualquier manera, siempre que resulte clara y manifiesta.
Según cuál sea el objeto o contenido sobre el que versan, los negocios pueden clasificarse
en: negocios relativos al derecho de personas, por ejemplo: matrimonio, divorcio, adopción;
negocios relativos al derecho patrimonial, entre los que cabe distinguir los de disposición,
que entrañan una alteración económica en el patrimonio de una persona, como la
transmisión de la propiedad o la constitución de servidumbres o hipotecas, de los negocios
obligacionales, que tienen el efecto de engendrar derechos personales de un individuo
frente a otro, como un contrato de compraventa y negocios relativos al derecho sucesorio,
por ejemplo, el testamento.
PRESUPUESTOS DE VALIDEZ Y ELEMENTOS DEL NEGOCIO JURÍDICO
Atañen a la estructura del negocio jurídico, lo que la dogmática moderna ha calificado
como presupuestos de validez y elementos del negocio jurídico. Los sujetos de una relación
negocial gozan de libertad para integrar su contenido de la manera mas conveniente a sus
intereses, pero el derecho objetivo acepta esa regulación privada si el negocio va
acompañado de ciertas circunstancias o requisitos extrínsecos necesarios para que tenga
eficacia jurídica. Son los presupuestos de validez sin los cuales el ordenamiento legal no
otorga sanción jurídica al acto de autonomía privada, ni reconoce siquiera que el negocio
jurídico adquiera existencia.
Según la opinión de Emilio Betti, destacado romanista italiano que trata en profundidad el
tema en cuestión, los presupuestos de validez pueden agruparse en tres categorías: según
que se refieran al sujeto del negocio en lo que respecta a su "capacidad de obrar"
(presupuesto subjetivo) conforme se relacionen a un vínculo particular entre el sujeto y
objeto de la relación que se califica de "legitimación de las partes" (presupuesto subjetivo-
objetivo) y, por fin, según conciernan a "idoneidad del objeto" del negocio (presupuesto
objetivo).
El primer presupuesto —capacidad del sujeto- a la capacidad de obrar, esto es, a la aptitud
legal o jurídica que deben tener los sujetos de una relación negocial para ejercer por si
mismos sus derechos. Así, las personas incapacitadas de obrar, como el infante o el
demente, no pueden celebrar un negocio jurídico válido.
El segundo presupuesto —legitimación de las partes— entraña la específica competencia de
los sujetos para realizar el negocio de que se trate, competencia que descansa en la relación
en que las partes se encuentren respecto de los intereses que van a constituir el objeto del
negocio. Comprende dentro de sí dos aspectos. Uno, el poder de proceder a la regulación de
esos intereses concretos, lo que supone normalmente la exigencia de que esos intereses
sean propios. Así, para realizar un determinado negocio de disposición sobre una cosa
determinada se exige, no sólo que se posea la genérica capacidad de disposición, sino
también un específico poder para disponer de esa cosa concreta, el cual faltará cuando la
cosa no pertenezca en propiedad a la parte que realiza el negocio. Este específico poder de
disposición, es precisamente la legitimación, que significa, por tanto, un título más en la
capacidad de obrar que los sujetos deben poseer. El segundo aspecto se refiere a la
idoneidad de las partes que celebran un determinado negocio para convertirse en
sujetos activos o pasivos de la relación, lo cual viene a entrañar un grado más en la
capacidad de derecho de las mencionadas partes. Así, el impedimento legal que prohíbe al
tutor adquirir los bienes de su pupilo o al gobernador de provincia los fundos situados en
terrenos de su jurisdicción, son supuestos de falta de idoneidad de las partes. que les
imposibilita realizar el negocio jurídico de compraventa.
El tercer presupuesto de validez del negocio (idoneidad del Objeto) supone que los bienes o
cosas sobre los que versa el negocio o que constituyen la materia de el, sean susceptibles dc
experimentar la regulación que de ellos hagan las partes Así. en los negocios patrimoniales,
serán objetos idóneos las denomidas res in commercio, es decir, las cosas que entran en el
tráfic
Hecho es toda acción del hombre o la naturaleza captada por los sentidos. Existen
dos clases de hechos: