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· Licencia de funcionamiento.
Todo menor de edad “emancipado” puede ejercer actos de comercio, pero debe
estar autorizado por el padre o la madre, si los padres no existiesen, entonces
será el juez de primera instancia en lo civil en su domicilio quien lo autorice. El
menor debe cumplir con los siguientes requisitos:
Toda persona que según las leyes comunes tenga capacidad para
contratar y obligarse, es hábil para ejercer el comercio; las que con
arreglo a esas mismas leyes sean incapaces, son inhábiles para ejecutar
actos comerciales.
Son comerciantes los que, teniendo capacidad para contratar, hacen del
comercio su profesión habitual. No es comerciante el que ejecuta
accidentalmente un acto de comercio; pero queda sujeto a las leyes de comercio
en cuanto a los efectos del acto.
Cuando los hijos de familia y los menores que administran su peculio profesional
en virtud de la autorización que les confieren los artículos 246 y 439 del Código
Civil ejecutaren algún acto de comercio, quedarán obligados hasta concurrencia
de su peculio y sometidos a las leyes de comercio. La mujer
casada comerciante se regirá por lo dispuesto en el artículo 150 del Código Civil.
La mujer casada no será considerada como comerciante si no hace un comercio
separado del de su marido. La mujer divorciada y la separada de bienes pueden
comerciar, previo al registro y publicación de la sentencia de divorcio y
separación o de las capitulaciones matrimoniales, en su caso, y sujetándose,
además, si fueren menores de dieciocho años, a las reglas concernientes a los
menores bajo guarda.
La mujer que ejerce el comercio, por cuenta propia, no puede reclamar beneficio
alguno legal de los concedidos a las personas de su sexo, contra el resultado de
los actos y obligaciones comerciales que hubiese contraído.
La mujer no puede ser autorizada por los Jueces para ejecutar actos de
comercio, contra la voluntad de su marido.
Concedida la autorización para comerciar, puede la mujer obligarse por todos los
actos relativos a su giro, sin que le sea necesaria autorización especial.
La autorización del marido para ejercer actos de comercio, sólo comprende los
que sean de ese género.
La mujer casada, aunque haya sido autorizada por su marido para comerciar, no
puede gravar, ni hipotecar los bienes inmuebles propios, del marido ni los que
pertenezcan en común a ambos cónyuges, a no ser que en la escritura de
autorización se le diera expresamente esa facultad.
La revocación de la autorización concedida por el marido a la mujer en los
términos del artículo 18, sólo puede tener efecto si es hecha en escritura pública
que sea debidamente registrada y publicada.
Republica Bolivariana de Venezuela
2010
Integrante:
Ana G.Rangel B.
CI:20.981.797