Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
CNT 6
CNT 6
Abstract
This article is a fragment from the book “Convención
Americana de Derechos Humanos, Doctrina y Jurisprudencia
1.980 – 2.005”, it contains general comments about the
Interamerican Committee of Human Rights, within the
parameters of the San Jose de Costa Rica concession about
the right to life. The text is defined in three thematic areas: the
first one, marks the right to life and where it stands in the
1
Abogado Universidad Nacional de Colombia, Candidato a Doctor de la Universidad
Oberta de Cataluña (España); Director de la Línea de Investigación Derecho
Internacional de los Derechos Humanos y Crímenes Internacionales y del
proyecto Aproximaciones al Concepto de Genocidio en Colombia en la
Universidad Autónoma de Colombia, “Grupo de Investigación El Alba del Saber”
(COLCIENCIAS: CvLAC y GrupLAC Código COL0053829, vinculado a la Red
Informática Gernika Gogoratuz; Especialista en Derecho Penal de la Universidad
Nacional de Colombia; Especialista en Pedagogía para el desarrollo del
aprendizaje autónomo de la Universidad Nacional Abierta y a Distancia (UNAD);
Especialista en Derecho Publico de la Universidad Autónoma de Colombia;
Profesor Universitario.
2
Consulte la trayectoria académica al final del artículo.
3
Consulte la trayectoria académica al final del artículo.
4
Consulte la trayectoria académica al final del artículo.
Resumen
Este artículo, que es un fragmento tomado del libro “Convención
Americana de Derechos Humanos, Doctrina y Jurisprudencia
1.980 – 2.005”, contiene comentarios generales sobre la
jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos
Humanos, y acerca de las decisiones de la Comisión y el Comité
Interamericano de Derechos Humanos, en el marco del Pacto
de San José de Costa Rica, en relación con el derecho a la
vida. La estructura del escrito se define en tres ejes temáticos:
el primero, que enmarca el derecho a la vida y su ubicación en
el Sistema Interamericano de Derechos Humanos; el segundo,
que se refiere principalmente a la obligación de los Estados
asociada con el derecho de todos y todas a que sea respetada
la vida (efectúa un particular énfasis en los sujetos de especial
protección, como los menores de edad y los detenidos, entre
otros); y un tercer eje, en donde se señala una de las limitaciones
que invocan algunos Estados frente al derecho a la vida: la pena
de muerte, por ejemplo.
Key words
Right to life. Obligation to respect life. Subjects of special
protection. Death penalty. State. Law.
Palabras clave
Derecho a la vida. Deber de respetar la vida. Sujetos de
especial protección. Pena de muerte. Estado. Ley.
**********
5
HUERTAS DIAZ OMAR, CACERES TOVAR VICTOR MANUEL, CHACON
TRIANA NATHALIA, GOMEZ CARMONA WALDINA. Convención Americana de
Derechos Humanos, Doctrina y Jurisprudencia 1.980 – 2.005, Grupo Editorial
Ibáñez, Bogota D,C., 2.005. (Los autores han autorizado la publicación de las
Paginas 48-63, para la Revista “Elementos de Juicio” ISSN 1900-8376). El
lanzamiento del libro se realizó en la IX Feria Internacional del Libro en Bogotá,
Salón José Eustasio Rivera, el día 26 de Abril de 2.006.
6
CORIDH. Caso de los “Niños de la Calle” (Villagrán Morales y otros) Vs. Guate-
mala. Sentencia de 19 de noviembre de 1999. Serie C No. 63 Párr. 144
7
CORIDH., Caso Neira Alegría y Otros Vs Perú, Sentencia del 19 de enero de
1995, Serie C No 20, Párr. 85.
8
CORIDH., Caso Velásquez Rodríguez Vs Honduras, Sentencia de 29 de julio
de 1988, Serie C No. 4, Párr. 154.
negativa), sino que además requiere que los Estados tomen todas las
medidas apropiadas para proteger y preservar el derecho a la vida (obligación
positiva), bajo su deber de garantizar el pleno y libre ejercicio de los derechos
de todas las personas dentro de su jurisdicción9. Esta protección integral
del derecho a la vida por parte del Estado no sólo involucra a sus legisladores,
sino a toda institución estatal, y a quienes deben resguardar la seguridad,
sean éstas sus fuerzas de policía o sus fuerzas armadas. En razón de lo
anterior, los Estados deben tomar todas las medidas necesarias, no sólo
para prevenir, juzgar y castigar la privación de la vida como consecuencia
de actos criminales, en general, sino también para prevenir las ejecuciones
arbitrarias por parte de sus propios agentes de seguridad10.
9
CORIDH. Caso Myrna Mack Chang Vs. Guatemala. Sentencia de 25 de
noviembre de 2003. Serie C No. 101 Párr. 153,
10
CORIDH. Caso Juan Humberto Sánchez Vs. Honduras. Sentencia de 7 de junio
de 2003. Serie C No. 99. Párr. 110.
11
Voto Disidente de los Jueces Picado Sotela, Aguiar-Aranguren y Cançado
Trindade, CORIDH., Caso Gangaram Panday Vs. Surinam, Sentencia del 21 de
enero de 1994, Serie C No 16, Párr. 2-4
12
CORIDH. Caso de los “Niños de la Calle” (Villagrán Morales y otros) Vs. Guate-
mala. Sentencia de 19 de noviembre de 1999. Serie C No. 63 párr. 146.
13
Comité de los Derechos del Niño de las Naciones Unidas, Observación General
No. 5 de 27 de noviembre de 2003, párrafo 12.
14
Opinión Separada del Juez Héctor Gross Espiell, CORIDH., Exigibilidad del
Derecho de Rectificación o Respuesta (Art. 14.1, 1.1 y 2 de la Convención
Americana Sobre Derechos Humanos), Opinión Consultiva OC-7/86 del 29 de
agosto de 1986, Serie A No. 7, Párr. 6.
15
CORIDH. Caso “Instituto de Reeducación del Menor” Vs. Paraguay. Sentencia
de 2 de septiembre de 2004. Serie C No. 112 parr 205; CORIDH. Caso Cinco
Pensionistas Vs. Perú. Sentencia de 28 de febrero de 2003. Serie C No. 98
Párr 164.
interno han de ser efectivas (principio del effet utile). Esto significa que el
Estado ha de adoptar todas las medidas para que lo establecido en la
Convención sea efectivamente cumplido en su ordenamiento jurídico
interno, tal como lo requiere el artículo 2 de la Convención16.
4.2.3 Protección a la Vida desde el mismo Momento
de la Concepción
La CADH señala que el derecho a la vida “estará protegido por la ley y en
general, a partir del momento de la concepción” tanto el PIDCP como las 2
declaraciones guardan silencio sobre la cuestión a saber cuando hay que
reconocer y proteger la vida humana. Obviamente la expresión “en general”,
en el texto de la convención, otorga a los Estados un margen para adoptar
legislación que permita el aborto en determinadas circunstancias; sin
embargo, hasta la fecha la CIDH no ha publicado ninguna decisión sobre el
alcance de dicho margen. Al respecto la CIDH17 señalo:
“La victima del presenta caso, un niño varón, antes del termino normal
del embarazo, ha sido identificado desde el comienzo por las
autoridades de Massachussets con la denominación de “Baby Boy”.
Los Estados Unidos no hace parte de la CADH, por ello la Comisión concluyo
que el criterio según el cual la vida humana debe ser protegida a partir de
la concepción no esta implícito en la Declaración y por lo tanto vincula
únicamente los estados partes de la convención18.
4.2.4 Nadie puede ser Privado de su Derecho a la Vida
de Forma Arbitraria
La CORIDH sostuvo en los primeros casos de desaparición de personas
que le fueron sometidos que:
La desaparición forzada de seres humanos constituye una violación
múltiple y continuada de numerosos derechos reconocidos en la
16
CORIDH. Caso Bulacio Vs. Argentina. Sentencia de 18 de Septiembre de 2003.
Serie C No. 100 Párr. párr. 142
17
CIDH, caso 2141 (Estados Unidos), informe anual 1980-1981, Pág. 30
18
O´Donnell, Daniel. Derecho Internacional de los Derechos Humanos. Normativa,
jurisprudencia y doctrina de los sistemas universal e interamericano, Oficina en
Colombia del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos
Humanos, Primera edición: Bogotá, abril de 2004, pp. 99
19
CORIDH., Caso Blake Vs. Guatemala, Excepciones Preliminares, Sentencia
de 2 de julio de 1996, Serie C No. 27, Párr. 35.
20
CORIDH., Caso Velásquez Rodríguez Vs. Honduras, Sentencia del 29 de julio
de 1988, Serie C No 4, Párr. 188.
21
Comité de Derechos Humanos de Naciones Unidas, Comentario General 6/
1982, párr. 3 (la traducción es de la Corte) y cfr. también Comentario General
14/1984, párr. 1.
75. Como ya lo ha dicho esta Corte en casos anteriores, “está más allá de
toda duda que el Estado tiene el derecho y el deber de garantizar su propia
seguridad. Tampoco puede discutirse que toda sociedad padece por las
infracciones a su orden jurídico. Pero, por graves que puedan ser ciertas
acciones y por culpables que puedan ser los reos de determinados delitos,
no cabe admitir que el poder pueda ejercerse sin límite alguno o que el
Estado pueda valerse de cualquier procedimiento para alcanzar sus
objetivos, sin sujeción al derecho o a la moral.
76. De las circunstancias que rodearon la debelación del Penal San Juan
Bautista y del hecho de que ocho años después de ocurrida no se tengan
noticias del paradero de las tres personas a que se refiere el presente
caso, del reconocimiento del señor Ministro de Relaciones Exteriores en
el sentido de que las víctimas no aparecieron dentro de los sobrevivientes
y de que “tres de los [cadáveres no identificados] sin duda corresponden a
esas tres personas” y del uso desproporcionado de la fuerza, se desprende
la conclusión razonable de que ellos fueron privados arbitrariamente de su
vida por las fuerzas peruanas en violación del artículo 4.1 de la Convención.
CORIDH. Caso Neira Alegría y Otros Vs. Perú, Sentencia del 19 de enero
de 1995, Serie C No 20, Párr. 74-76.
4.1.4.2 Prohibicion general de privar arbitrariamente
de la vida a un individuo
156. En caso de ejecuciones extrajudiciales es fundamental que los
Estados investiguen efectivamente la privación del derecho a la vida y
castiguen a todos sus responsables, especialmente cuando están
involucrados agentes estatales, ya que de no ser así, se estarían creando,
dentro de un ambiente de impunidad, las condiciones para que este tipo
de hechos vuelva a repetirse, lo que es contrario al deber de respetar y
garantizar el derecho a la vida.
157. En este sentido, la salvaguarda del derecho a la vida requiere que se
realice una investigación oficial efectiva cuando hay personas que pierden
la vida como resultado del uso de la fuerza por parte de agentes del Estado.
Al respecto, la Corte Europea de Derechos Humanos ha indicado que:
158. La prohibición general que tienen los agentes estatales de abstenerse
de privar arbitrariamente de la vida a un individuo [...] sería inefectiva, en la
práctica, si no existiera un procedimiento en el que se revisara la legalidad
22
COREDH., Case of Hugh Jordan v. the United Kingdom judgment of 4 May
2001, para. 105.
23
La Corte Suprema de los Estados Unidos de América estableció que la condena
obligatoria a la pena de muerte constituyó una violación de las garantías del
debido proceso de la Enmienda XIV y del derecho a no ser sometido a un
tratamiento cruel o inusual de la Enmienda VIII, en relación con la Constitución
de Estados Unidos de América. Allí, la Corte también indicó que la imposición
de la pena de muerte generalmente requiere una consideración de los aspectos
relevantes del carácter del acusado y las circunstancias del delito particular.
Woodson v. North Carolina, 428 US 280, 304 (1976).
24
CORIDH. Caso Hilaire, Constantine y Benjamin y otros Vs. Trinidad y Tobago.
Sentencia de 21 de junio de 2002. parr 103-106.
55. Quedan así definidos tres grupos de limitaciones para la pena de muerte
en los países que no han resuelto su abolición. En primer lugar, la
imposición o aplicación de dicha pena está sujeta al cumplimiento de reglas
procesales cuyo respeto debe vigilarse y exigirse de modo estricto. En
segundo lugar, su ámbito de aplicación debe reducirse al de los más graves
delitos comunes y no conexos con delitos políticos. Por último, es preciso
atender a ciertas consideraciones propias de la persona del reo, las cuales
pueden excluir la imposición o aplicación de la pena capital.
56. Es, sin embargo, en otro sentido como aparece más marcada y decisiva
la tendencia limitativa de la aplicación de la pena de muerte, subyacente
en el artículo 4 de la Convención. En efecto, según el artículo 4.2 in fine,
“tampoco se extenderá su aplicación a delitos a los cuales no se la aplique
actualmente” y, según el artículo 4.3, “no se restablecerá la pena de muerte
en los Estados que la han abolido”. No se trata ya de rodear de condiciones
rigurosas la excepcional imposición o aplicación de la pena de muerte,
sino de ponerle un límite definitivo, a través de un proceso progresivo e
irreversible destinado a cumplirse tanto en los países que no han resuelto
aún abolirla, como en aquellos que sí han tomado esa determinación. En
el primer caso, si bien la Convención no llega a la supresión de la pena de
muerte, sí prohíbe que se extienda su uso y que se imponga respecto a
delitos para los cuales no estaba prevista anteriormente. Se impide así
cualquier expansión en la lista de crímenes castigados con esa pena. En
el segundo caso, prohíbe de modo absoluto el restablecimiento de la pena
capital para todo tipo de delito, de tal manera que la decisión de un Estado
Parte en la Convención, cualquiera sea el tiempo en que la haya adoptado,
en el sentido de abolir la pena de muerte se convierte, ipso jure, en una
resolución definitiva e irrevocable.
59. De modo que, al interpretar la parte final del artículo 4.2 “de buena fe
conforme al sentido corriente que haya de atribuirse a los términos del
tratado en el contexto de éstos y teniendo en cuenta su objeto y fin” (artículo
31.1 de la Convención de Viena), no es posible albergar duda alguna
respecto de la prohibición absoluta contenida en esa disposición, según la
cual ninguno de los Estados Partes puede disponer la aplicación de la
pena de muerte respecto de delitos para los cuales no estuviese
contemplada previamente por su legislación interna. Ninguna disposición
de la Convención autoriza para dar un sentido distinto al de por sí claro
texto del artículo 4.2, in fine. El único camino para llegar a una conclusión
diferente sería una reserva formulada oportunamente que excluyera en alguna
medida la aplicación de la mencionada disposición respecto del Estado
reservante, siempre que dicha reserva fuera compatible con el objeto y fin
de la Convención.
67. Con base en las anteriores consideraciones, y en vista de que la primera
pregunta formulada por la Comisión encuentra respuesta directa en el texto
mismo del artículo 4.2 de la Convención, la Corte pasa a examinar la segunda
de las cuestiones que le ha sido sometida: “2. ¿Puede un Gobierno, sobre la
base de una reserva hecha al momento de la ratificación al artículo 4, inciso
4 de la Convención, legislar con posterioridad a la entrada en vigor de la
Convención imponiendo la pena de muerte a delitos que no tenían esa sanción
cuando se efectuó la ratificación?”. En otros términos: ¿puede un Estado
que ha reservado el artículo 4.4 de la Convención, el cual prohíbe aplicar la
pena de muerte a los delitos comunes conexos con los políticos, considerar
que esa reserva se extiende al artículo 4.2 e invocarla para imponer esa
pena a delitos a los que no se aplicaba anteriormente, a pesar de la prohibición
contenida en esta última norma? Las dificultades que podría surgir al intentar
responder esa pregunta en abstracto quedan superadas desde el momento
en que la Comisión trajo a colación la reserva específica formulada por
Guatemala, en función de la cual se hará el análisis siguiente y que será
objeto de algunas consideraciones particulares.
68. Al relacionar el artículo 4.4 con el artículo 4.2, la Corte encuentra que el
significado de ambas disposiciones en su contexto es perfectamente claro
y diferente, en el sentido de que, mientras el artículo 4.2 establece un límite
definitivo a la pena de muerte para toda clase de delitos hacia el futuro, el
artículo 4.4 la proscribe para los delitos políticos y comunes conexos con
ellos, lo que obviamente se refiere a aquellos que estuvieran sancionados
con la pena capital con anterioridad, ya que para el futuro habría bastado
con la prohibición del artículo 4.2. Se trata, pues, de dos normas de propósitos
claramente diferentes: mientras el artículo 4.4 persigue suprimir la pena de
muerte para ciertos delitos, el artículo 4.2 busca prohibir la extensión de su
uso en el futuro. Es decir, sobre la prohibición contenida en el artículo 4.2 de
extender la aplicación de la pena capital, el artículo 4.4 vino a agregar una
prohibición más: la de aplicarla a los delitos políticos y comunes conexos,
aun cuando ya tuvieran prevista dicha pena con anterioridad.
LOS AUTORES
Victor Manuel Caceres Tovar
Abogado de la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de
Colombia (2.005); Ex - Integrante del Equipo Autónomo de Derechos
Humanos de la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de
Colombia (2.004 – 2.005) adscrito a la Línea de Investigación Derecho
Internacional de los Derechos Humanos y Crímenes Internacionales
registrada en COLCIENCIAS CvLac y GrupLAC (El Alba del Saber Código
COL0053829); Ganador del I Concurso Autónomo de Derechos Humanos
2.004; Semifinalista en el III Concurso Nacional Universitario de Derechos
Humanos 2.004; Formador y Capacitador Auxiliar de la Universidad
Autónoma de Colombia en áreas como el Derecho Internacional de los
Derechos Humanos y el Derecho Internacional Humanitario.
Ha realizado cursos en Derechos Humanos tales como la “Iniciación en
Derechos Humanos” ofrecido por la Universidad Alcalá de Henares (España)
2.005 y el Diplomado en Derecho Internacional de los Derechos Humanos
“Formador de Formadores” ofrecido por la Universidad Autónoma de
Colombia en Convenio con el Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA) 2.005.
25
Observación General No. 6, Comentarios generales adoptados por el Comité de
los Derechos Humanos, Artículo 6 - Derecho a la vida, 16º período de sesiones,
U.N. Doc. HRI/GEN/1/Rev.7 at 143 (1982). Parrs. 1-7.