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Profesional Asalariado – Profesional Liberal

Por Marcos R Taveras

Recuerdo durante mi niñez, en 1945, ver mis tíos médicos Dr.


José Edmundo y Dr. Juan Manuel Taveras Rodríguez, residentes en
la Padre Billini #78, altos, junto a su colega el Dr. Frank Hernández,
que vivía en la primera planta del mismo edificio, embarcados en la
tarea de enderezar las extremidades inferiores de mi hermano menor
José Francisco Taveras Badía, quien había nacido con sus miembros
retorcidos. Lograron su cometido en alrededor de dos años, con lo
cual hicieron posible que tuviera una vida normal hasta hoy, 24 de
abril del 2009, casi 64 años después, a un niño que sin sus entregas
hipocráticas no habría tenido.
Más tarde, en La Vega, en 1950, recuerdo cuando para mi
hermano Hugo Serafín, afiebrado y muy adolorido, fue llamado el
Dr. Gilberto Concepción Lara con la expresión de mi madre de que
la atención era urgente. Dejó en la sala de espera en su consultorio a
los pacientes que esperaban atención e inmediatamente fue a ver a
mi hermano, a quien hubo que llevar a realizar una apendectomía de
inmediato a la Clínica Guadalupe de Moca.
Mientras hacía estudios de pos grado en Austin, Texas, en 1968,
a mi hijo mayor, Nelson Iván, de pronto le surgió una fiebre muy
alta. Llamé a su pediatra, un viejo médico cubano, para solicitar una
cita. Su respuesta me sorprendió: no te preocupes Marcos, por cita,
pues yo salgo en unos minutos a hacer mi ronda diaria y pasaré por
tu casa primero. Y así sucedió. Llegó a mi casa solo unos minutos
después.
El tipo de comportamiento profesional de todos esos médicos es
la propia de un profesional liberal. Del tipo de profesional que se
percibe libre de ejercer su experticio desde cualquier tribuna y
recibir a cambio justos honorarios por su trabajo. Era una ejecutoria
fundada en el juramento hipocrático, que los llevaba a dar su
atención a quien la requería sin siquiera preguntar si a cambio
habrían de recibir un pollo, unos plátanos, dinero o simplemente el
agradecimiento de quien nada tenía para pagar.
Piénsese cuánto ha cambiado la percepción del médico
dominicano cuyas conductas relaté en los primeros tres párrafos a la
que puede inferirse de los gremialistas del Colegio Médico
Dominicano. Según el CMD, entre los objetivos de esta
organización están: “Servir al Estado Dominicano como organismo
consultor en materia de salud, defender el derecho de los médicos,
sus intereses morales, intelectuales y materiales de su profesión;
propugnar porque en regiones lejanas de nuestro país se
implementen incentivos económicos y sociales, crear un código de
ética médica, así como procurar la remuneración de la docencia y la
investigación en salud”.
Interpreto en el lenguaje de las relaciones laborales los fines
expuestos, como, tener de empleador al Estado Dominicano, dar
servicio al médico en sus problemas legales, éticos, intelectuales y
materiales, lograr escalas salariales diferenciales por razones
geográficas y por dedicarse a la enseñanza y la investigación. Esos
son propósitos, objetivos o fines que normalmente persiguen los
sindicatos, no las asociaciones de profesionales liberales.
Las huelgas que ha encabezado el Dr. Waldo Ariel Suero son
fruto de esa concepción sindical de la función del médico. Por eso
persigue que todos los graduandos sean empleados por el Estado y
en sus nóminas permanezcan, y por eso, en contraste con el
compromiso asumido con el juramento hipocrático, no le importa
dejar sin asistencia médica a quienes más necesitan de servicios
médicos con sus llamados a huelgas.
La diferencia entre un profesional asalariado y un profesional
liberal es de fundamental determinación, pues un profesional liberal
no es alguien que va a huelga contra un empleador en procura de
ajustar sus ingresos a su estilo de vida. Muy por contrario, el
profesional liberal es alguien que ajusta él mismo sus honorarios en
concordancia con el estilo de vida de sus clientes.
En la República Dominicana, con la promulgación del Código
de Seguridad Social, se inició el proceso que devuelve al médico su
condición de profesional liberal, puesto que los honorarios médicos
están contemplados por los instrumentos de remuneración del
sistema dominicano de seguridad social. Todos los centros de
atención médica, sean consultorios, subcentros de salud, centros
médicos, centros de medicina especializada, etc. cobran los servicios
que prestan a cada paciente de forma individual, mediante la
presentación de facturas al paciente, a sus seguros médicos, privados
o públicos o, en el caso de los indigentes, al Estado.
También corresponde a los médicos cobrar sus servicios de la
misma forma en que fue descrita para los centros de atención
médica. Reciben paga del Centro donde laboran por los servicios
individuales que prestan a cada paciente y éste le paga, pero si tiene
su propio consultorio, clínica o centro de salud, entonces lo cobra
como se dijo en el párrafo anterior.
Se me hace obvio que el cambio de profesional asalariado a
profesional liberal debería producir regocijo entre los médicos
porque debe producirle mayores ingresos, por lo cual éstos deberían
dar sonora bienvenida al cambio. Pero no es así. Y esa negativa hace
que uno sospeche que el sistema es abusado.
Si yo fuera médico estaría ahora mismo ensamblando un equipo
humano de calidad para primero hacer ver al Dr. Suero de que el
futuro como profesional liberal tiene más sentido y mayores
perspectivas para mejorar el lote de los médicos que la de
permanecer como profesional asalariado. Segundo para conseguir
que ese equipo de calidad entregue a la CMD negociadores que
acuerden con las ARS los honorarios justos que deban recibir los
galenos de todos los niveles y especialidades de la medicina.
Jamás pelearía por perpetuar un mecanismo tan vulnerable, tan
poco transparente y tan pobre de justicia social para todos.
Si lucharía porque la SESPAS dejase de ser propietaria de
establecimientos de atención médica, excepto el manejo de algunos
subsidios focalizados en localidades en donde la atención médica
privada no sea actividad rentable.

Marcos R Taveras es Consultor Privado


marataveras@hotmail.com

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