Está en la página 1de 96

LIBROS

MATE MAS
I
-NOVEOAOES AL OlA

ECUADOR 138S .
84 -1167 :
1425 - BUENOS AIRES /
os
¡1 iJ 1 2m'

Jacques-Alain Miller

MATE MAS
1
lllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllll
'00028558F'
K.05 M648m

Miller. Jacques-Aiain; lndart. Juan Car

Matemas 1

Manantial
JI Ps;r_j)¡:¡,]pL;~r_(
j

TRADUCCION
Juan Carlos lndart: Des-sentido (decencia) para las psicosis.
Diana S. Rabinouich: Teoría de !alengua, La topología en la enseñanza de
Lacan (texto establecido por la traductora).
Carlos A. de Santos: Acción de la estructura, La máquina panóptica de J.
Bentham, Despertar, No hay clínica sin ética, Suplemento topológico a 1
"De una cuestión preliminar ... ", Enseñanzas de la presentación de en-
fermos, Producir el sujeto.
Julieta Sucre: Otro Lacan. SOBRE LA ESTRUCTURA
Juan V. Torrisi: Mostración en Premontré.

i ..

i.
i ~';f;.,/
,~y~·,·~~.,'

Impreso en Argentina

Queda hecho el depósito que marca la ley 11.723

© De esta edición y de la traducción al castellano,


·' • Ediciones Manantial S.R.L., 1987,
Av. Santa Fe 1385, ser. Piso, Buenos Aires, Argentina

ISBN 950-9515-14-0

Prohibida su reproducción total o parcial


Derechos reservados

EDICIONES MANANTIAL
ACCION DE LA ESTRUCTURA

Advertencia

Este texto requiere, dadas sus circunstancias, una introduc-


ción. El 27 de junio de 1964, Jacques Lacan fundaba la Escuela
Freudiana de París y la abría a los no analistas. Algunos alumnos
de la Escuela Normal, para adherirse, se reunieron, como lo exi-
gían los estatutos, en un "cartel" designado por el objeto de su
interés: Teoría del Discurso. Las páginas que van a leerse esta-
ban destinadas a justificar el título bajo el cual los miembros de
ese grupo esperaban inscribir sus trabajos, tributarios y ubicados
en el mismo campo conceptual. Debían aparecer en el Anuario
de la Escuela .Freudiana, el que en definitiva no fue más que una
lista de nombres, y así se quedaron en el andén.
Si ahora las publico es porque me parece que a pesar del
tiempo transcurrido, de los seminarios de todo tipo en los que se
descifra a Freud, Marx y Lacan, poniendo al alcance de todas las
mentes verdades difíciles hasta hace poco, a pesar de lo que los
Cahiers pour l' Analyse ya han hecho conocer, lo que en este
texto se articula sobre las relaciones de la estructura del sujeto y
de la ciencia no ha sido aún advertido por la mayoría.

Preámbulo
El psicoanálisis, así como el marxismo, proporciona el prin-
cipio de una nueva organización del campo conceptual. Por eso
es que todavía no se lo sabe escuchar y se lo hace callar o, por
una represión interior, se lo acoge pero se lo conjura; se lo reci-
FUENTES ta en lenguajes que le son anteriores, algunos incluso contra los
cuales se elevó -la psicología, la biología, la filosofía del espíri-
Acción de la estructura, Les cahiers por 1'analyse 9; La máquina panóptica tu-, se usurpa su nombre, y se destierra su v~rdad.
de J. Bentham, Ornicar? 3; Teoría de !alengua, Ornicar? 1; La topología Recordarlo es hoy una dernanda siempre intempestiva.
en la enseñanza de Lacan, Quarto II, Bruselas.
8 Jacques-Alain Miller
Acción de la estructura 9
Por nuestra parte entendemos suscribir y hacer el esfuerzo de
tal reorganización. Se querrá creer que no vemos los límites en Estructura
que nuestra ignorancia de la práctica psicoanalítica encierra ne-
cesariamente nuestro discurso. Pero no: nos parece que el haber- Aquí la estructura no ocupa el lugar de ningún más allá del
1

los rec~nocido no deroga la legitimidad que le deseamos, por el discurso científico.


contrario, la funda y la asegura contra la eventual intemperan- La distancia a la experiencia sobre la que triunfan los mode-
l,l los, pero de la que son al mismo tiempo, por incluir lo irreduc-
¡' cia de nuestras presunciones. El discurso cuyo proyecto conce-
bimos sólo podría asumir, dentro del Campo Freudiano una vo- tible en su definición, los guardianes rigurosos, esta distancia
cación crítica, apareciendo la experiencia misma sólo e~ su con- ahora debe desaparecer, y debe operarse una integración exacta
cepto. Nuestra intervención es entonces dependiente de la me- de lo vivido a lo estructural.
diación de ~m d~s~urso que la precede, el de Jacques Lacan, al La estructura no sustrae un contenido "empírico" a un obje-
que hemos Identificado desde el principio, por ser el único que to natural, como tampoco le agrega "lo inteligible". Si nos con-
toma su punto de partida de una idea de la especificidad freu- tentamos con exponer un objeto en la dimensión de una red
diana. para describir la disposición de sus elementos, se aísla el pro-
ducto de su producción, se establece entre ellos una relación
Nuestra primera empresa -no es la menos ambiciosa- era de exterioridad, y con el fin de volvernos indiferentes a la causa
c~mpr~nder}~ Y poner~o a pru,eba, constituyendo una exposi- se termina entendiéndola como el guardián oportuno de su~
cwn sistematiCa del mismo. Aquellas que meditamos intentan efectos: sólo lo autoriza un pensamiento mecanicista.
~xtender sus consecuencias, unirlo con otros discursos que lo Cuando la actividad estructuralista rechaza temporalidad y
mtersectan, elaborar su teoría unitaria a fin de distribuir su po- subjetividad en el espacio neutralizado de la causa, se obliga a
ten_ci~ en espacios v_ariados, algunos de los cuales ya serán aquí garantizar sus objetos ya constituidos refiriéndolos a "la vida so-
dehnutados. El COilJunto de este trabajo tendrá por consigna la cial", a "la cultura", a la antropología, incluso a la biología, al
definición de Georges Canguilhem: " ... trabajar un concepto es espíritu. Sin razón utiliza el estructuralismo lingüístico: éste,
hacer variar su extensión y comprensión, generalizarlo mediante por abrir su campo a partir de la exclusión preliminar de toda
la incorporación de rasgos de excepción, exportarlo fuera de su relación que el sujeto mantiene con su palabra, se prohíbe de-
región de origen, tomarlo como modelo o inversamente brindar- cir algo acerca de él. En tanto que la alteración provocada por
le un modelo, en resumen, darle progresivamente, mediante la exclusión del sujeto hablante no es anulada, las estructuras
_transformaciones reguladas, la función de una furma" 1 • lingüísticas no valen fuera de su región de origen. El estructura-
lismo psicoanalítico, en nuestra opinión, realiza su exportación
La crítica puede aspirar, sin duda, a la libertad de su estable- legítima, dado que sus objetos son experiencias: una subjetivi-
cimiento: ella sólo es convocada al tribunal de su rigor. En este dad ineliminable se sitúa allí, y se desarrollan según su tiempo
caso, sin embargo, recibe la confesión y la sanción de su discur- interior, indiscernibles del progreso de su constitución. Lato-
so-objeto; es rápidamente conducida a tomar de él los medios de pología de la estructura no contradice por lo tanto su dinámica
su progreso, hasta el concepto de su ejercicio, y muy pronto se que escande el desplazamiento de sus elementos. '
da cuenta de que ella no está solamente autorizada sino además Estructura entonces: lo que sitúa una experiencia para el suje-
pensada ya por lo que ella piensa, requerida e incluso iniciada, to que ella incluye.
que ella no le es extraña, que lo desdobla sin excederlo. Este Dos funciones califican nuestro concepto de la estructura: la
descubrimiento deviene poco a poco su tema. La propiedad del estructuración, o acción de la estructura, y la subjetividad, suje-
discurso de Jacques Lacan, de ser preceptor de su crítica, depen- tada.
de primero del concepto, que él se creó y qul'! pone en obra, de Extraer las consecuencias de una hipótesis tal engendra la es-
estructura. tructura.
Está claro, para comenzar., que la primera función impone re-
10
Acción de la estructura 11
Jacques-Alain Miller

partirla entre un plano actual, en el cual se ofrecería a un obser- rev sin la ediac·' de una im na

~E9r~:!~l.:.;re~s~:~~e¡ta;·c~i~~;~¡=;~~d~~;~¡.en¡re3. ~:&Y;o:~c~,~::.P:.~~,J·~~~l~~:_j*
vador, y que constituye su estado y, por otra parte, una dimen-
sión virtual según la cual todos sus estados son susceptibles de da
ser deducidos. Se deberá entonces distinguir una estructura es- ausenGJa .de.Jn....e.at.tu~e y
tructurante y una estructura estructurada. falta.~La estructuración funciona bajo su cubierta, y en ese sen-
Hasta este punto, la primera es como la cláusula inmanente tido, lo imaginario es su medio. Pero al mismo tiempo es su
de la segunda, es decir, el enfoque a tomar por una investiga- efecto: las representaciones son puestas en escena por lo que
ción se desimplica para pasar de una descripción a un conoci- ellas ocultan, que ellas tienen por función ocultar, no existen
miento. Los dos órdenes están en continuidad, su relación es más que para disimular la razón de su existencia. Su propia es-
simple, su división es solamente relativa a un método, no hay re- tructura estructurante es que ellas oculten, pues lo que estructu-
traso, por lo tanto no hay tiempo estructural, y un movimiento ra la realidad las estructura. Su reflexión en la realidad les ase-
establecido en la estructura ' solamente aparente. gura una coherencia, que es otro nombre de su inercia, las cons-
Si ahora se supone eleme que se vuelve sobre la reali- tituye en sistemas, y se ocupa incesantemente en hacerlas inde-
dad y la percibe, la refleja y la significa, un elemento capaz de pendientes de la acción de lo estructurante. Esto implica que la
redoblarla por su propia cuenta, se obtiene una distorsión gene- falta que ellas previenen las convoca interiormente.
ral que af~a al eefijttnte w.da_e~gn!?Il!ML~stru~Jutal y la re- La causa se refleja entre los efectos que ella determina y que
compone según leyes nuevas. Desde el momento que implica el se ignoran como tales. Por eso su subordinación a las transfo -
elemento que hemos mencionado, maciones estructurales es n~ente indirecta. La.acción de_
- ~uaHdad d9viene l:lRa experienci¡t, lo estrncturante, según la ~de las re_Eresentªciones o de
-:- la virtualidad q~jQ....e.s.t.n!~~!l!:!!Hie..¡se convierte en una ausen- los sist~c:l.e..repre~ntaciones, se ejerce en forma desigual so-
cia, bro lo unaginario, por lo tanto sobre lo re.!!L..y diferencia y mul-
- esta jusen.cia se produce en el orden real d,e la estructura: la ~~~ª Jos. niy~les _de lo. e.st~.~t!J:n!c:lP ,_W,.,mJ,J.!Jl~IJ.amáiiiPs .
acción e la estructura asa a estar sostenida pz;;u~w.t~ · Bfl!1redeterminación a la de~rl!!!O-ªciónestructurante, que por
no estar'arrí,-rre-T6-reru 1 S tiene ejercerse por el rodeo de lo imaginario, se hace indirecta, desi-
la discordancia motriz, pues a m ro ucc1on e este elemento re- gual y excéntrica a sus efectos. · ·"··- ·----..,.
flexivo, que basta para instituir la dimensión de lo estructurado- Para reconstituir la totalidad de la estructura es necesario
en-tanto-que-lo-vive como obtenien~ efectos sólo de. sí hacer corresponder, en este espacio permanente de distorsio-
mismo, dispone una ordenación Imaginaria, ~emporánea_y nes y distancias generalizadas, a los efectos con su causa lateral,
diferenk..9.~L-ºL tm. r . , em ar o cóordinaoaa él y 'for- evaluar la medida de su incidencia y relacionarla con la falta
mando, en adelante, in rínsecarnente piúté · ··· · a :·· h lo
real\ secoñstitu~e__ún!__!striícturá' terciar! 'lma'ñarí e erro como a su principio.
La falta nunca es manifiesta, ya que lo estructurado descono-
resulta que la reduplicacloñ~t·"Ststenrae·sf.ruc ur ea! n un ce la acción que la forma y a primera vista ofrece coherencia,
primer mo~~se:enéÜentrá~~ealiz~~f']stá dúplicaciOn .~!~c­ homogeneidad. Debe deducirse de esto que en ese lugar donde
t~ en cambiO~ elem~nto.~~~Pe,~-~g ,rut_~):ª' PJQ-Y.~~a -dado qu~ a la falta de la causa se produce en el espacio de sus efectos, se
mvel de lo est ll~ranwno Iiáy reflex:IVldad-, lo que lo defme interpone un elemento que realiza su suturación.
como un~ reflexivo en lo imaginario, !!<?..J~fulxlvQ...en.Jo
estructuran e. ____. En nuestra opinión, toda estructura comprende por ende un
En-:-i~t,e-·segyog~!J!~§iU_ . uj,etamien lo reduce a p.a..,eer señuelo, que hace las veces de falta, ligado a lo que se percibe:
más 9ue un, SOQQrte~La refaClon , --~0 con1a'estruetura, re- es el eslabón más débil de la secuencia dada, punto vacilante,
laciÓn circular en iañto que cada uno de los términos debe al que no pertenece más que en apariencia al plano actual; el con-
junto del plano virtual (del espacio estructurante) se aplasta en

otro su definición, p_~m. disim~trjca ya que es u;na·"'-···-·inserción,
. se
12 Jacques-Alain Miller Acción de la estructura 13

éL Este elemento, exactamente irracional en la realidad, denun- -en el origen- del recorrido histórico o metódico de una
cia, insertándose allí, el lugar de la falta. conciencia -de sí, su rodeo a la vez preambular y esencial-.
Distinguiremos la función del elemento que no enmarca sino En cambio, si sólo la estructura es originaria, si ningún repliegue
que engaña al ojo, y por el cual toda percepción es desconoci- de la conciencia sobre sí misma le descubre su organización,
miento, llamando a su lugar el punto utópico de la estructura, su entonces lo inmediato no es más último que inicial, no se tra-
punto impropio o su punto al infinito. ta de descubrirlo ni de esperarlo, la realidad no debe ser "de-
Sin duda, una investigación positivista no deja de engañarse senterrada", ni superada, es necesario atravesarla y forzar en su
con él y de eludirlo, pues nada que exceda la cara chata sobre la retiro a lo que la sitúa. Entonces, si implicamos a la subjetividad
cual pasea su vista cae en sus redes. Se impone una conversión contra la filosofía del estructuralismo, no es como regente, sino
de la perspectiva para percibirlo. Ese lugar imposible de ocupar como sujetada. Requerida por la representación, no lo es sin
se anuncia entonces por su aspecto singular, contradictorio de- embargo en la posición de un fundamento, con la función de
s~gual al p~~o; el elemento que lo enmascara señala ahora,' por una causa. Su laguna reparte su ser consciente a cada uno de los
cierta flexwn de su configuración, que su presencia es inducida, niveles que el imaginario induce en la realidad estructurada: en
que no debería estar allí. Pero es sobre ese punto, allí precisa- cuanto a su unidad, depende de su localización, su localización
mente donde se intersectan, se articulan el espacio expuesto de en la estructura estructurante. De esta forma, el sujeto en la es-
lo estructurado y el espacio "trascendental" de lo estructurante, tructura no conserva ninguno de los atributos del sujeto psico-
sobre el cual se deberá regular su mirada y tomar como princi- lógico, escapa a su definición, nunca estabilizada entre la teo-
pio de organización a lo que hace las veces .de. Rápidamente se ría del conocimiento, la moral, la política y el derecho.
verá al espacio pivotear sobre sí y, realizando su división por Esas son las tareas de la teoría del sujeto. Primero debe des-
medio de una rotación completa, descubrir el reino interior de su mentir la tentativa fenomenológica de volver a encontrar el es-
ley y el orden que secretamente ajusta lo que se ofrece a la mira- tado ingenuo o salvaje del mundo por medio de una investiga-
da: la traslación de la estructura la abre a una lectura diagonal. ción arqueológica basada en la percepción. La fenomenología,
La topología que se aplicase a ilustrarla debería ser construida en efecto, esperaba, de una reducción de lo visible a lo invisi-
sobre un espacio unido en su centro a la exterioridad de su cir- ble, la donación del soporte secreto, inalterado, ahistórico, del
cunscripción, en una convergencia puntual: su exterior periféri- conocimiento y de la historia, y lo invisible que volvía a encon-
co es su exterior central. El afuera pasa a lo interior. trar no era más que el revés de un visible en definitiva mila-
Toda actividad que no juega solamente en lo imaginario sino groso. Si, por el contrario, lo invisible habita una estructura que
que transforma un estado de la estructura, parte del punto utó- sistematiza lo visible que la oculta, si lo invisible varía y trans-
pico, puesto estratégico, específico a cada uno de los niveles en forma a lo visible, comienza la arqueología verdaderamente ra-
que lo estructurante falta. Es evidente que el sujeto que concier- dical de una percepción totalmente histórica, absolutamente es-
ta esta práctica eficaz, no está por ello liberado del desconoci- pecificada, estructurada como un discurso, y que devuelve a su
miento correspondiente a su lugar. identidad principal el ver y el decir. La obra de Michel Foucault
da el primer ejemplo de esta arqueología 2 •
Es necesario, también, tratar en detalle los análisis psicológi-
Sujeto cos del sujeto. Estos coinciden en que le asignan en definitiva
una posición estatutariamente idéntica frente a los objetos del
La teoría del sujeto, que considera como adquirida su inser- mundo, y que resumen su función en la de reunirlos dentro de
ción, debe enfocarse a partir de la estructura. Aquí, es esencial un paréntesis para constituir su unidad constante bajo el nombre
preservar el orden que va de la estructura al sujeto: es suficien- de realidad; ésta, retrospectivamente, mide la corrección del fun-
te para arruinar la posibilidad de un discurso que buscase su cionamiento subjetivo. El discurso de la sobredeterminación, por
fundamento en la esfera de una donación inmediata, al final el contrario, nos conduce a reconocer como espontánea la orlen-
14 Jacques-Alain Miller Acción de la estructura 15

tación del sujeto hacia el señuelo. Esencialmente, el sujeto re- (con un obje~~· si no es por una ~orm~ción imagi-
sulta decepcionado, su equivocación es constitutiva. Ella no le naria q~él se r~encuentra en su mtenor.El ~ues­
impide registrar y capitalizar sus experiencias, disponer en la tionamiento del mÓmen~a reciprocidad en las psicolog1as de
realidad de un sistema de orientación por el cual su existencia se la intersubjetividad debe ser correlativo de una refutación de to-
adapta y persevera. Pero nada puede hacer que su adaptación a das las políticas liberales o humanistas, respecto de las cuales se
lo real sea innata. Por lo tanto, no podría ser pensada según puede decir que derivan de la reciprocidad y que están inde-
modelos que valen para el mundo animal; se efectúa por la in- finidamente a la búsqueda de ese objeto que vendría a colmar
tervención secundaria de un sistema corrector. Sin duda, será lo que ellos conciben como la "~nsatisfacción" h_umana (es el
necesario distinguir entre un desconocimiento adecuado, necesa- uneasiness lockeano ), y asegurarla la transparencia de _las rela-
rio a la acción de la estructura, y un desconocimiento inadecua- ciones interhumanas. Cuando se sabe que no es a partir de un
do, perjudicial para la subsistencia del sujeto. En el punto en "tener" que el hombre la tiene, sino a partir de su "ser': o,
que estamos, la percepción y la ideología, al igual que lo que se "sin metáfora", que lo imaginario es el rodeo de la det~rmma­
puede llamar la sensibilidad, se reúnen en el concepto único de ción de una estructura que implica un sujeto, es necesano con-
desconocimiento. siderar una política de la felicidad, id est del ajuste, como el
El desconocimiento no es el revés exacto del conocimiento, y medio más seguro de reforzar la inadecuación del sujeto a la es-
la "toma de conciencia", es decir, la operación que hace pasar lo tructura.
vivido a lo explícito, no lo termina, por el contrario: forma par- Finalmente es necesario reunir estos análisis en una doctrina
te del mismo, y la formación de sistemas conceptuales, cerrados de la alienaciÓn en abierto conflicto con Hegel y el neo-hegelia-
o poco menos, continúa la dimensión de lo imaginario. La es- nismo. Para un~ subjetividad que no alcanza para definir la re-
fera psicológica, la de las voliciones y de los apetitos, es decir, de flexividad la alienación no puede ser tratada como ese infierno
las motivaciones, deriva del desconocimiento funcional de lo del que eÍla debería liberarse para poseerse ella misma y goz~
estructurante, de donde se deduce que los hombres actúan siem- de su actividad, esto no se concibe más que de una esfe~a auto-
pre en función de un fin, es decir, de lo útil que ellos perciben. noma de la conciencia de sí, y no de un sujeto reduplicado y
Ya que los sistemas adecuados que elaboran el desconocimiento por lo tanto lagunar, sujeto-agente imaginario de lo est~ctura­
de la causa forman, para Claude Lévi-Strauss, el objeto de la do sujeto-soporte, elemento de lo estructurante, que solo apa-
etnología, ésta resulta una psicología, y es del psicoanálisis que re~e como elemento en lo real desconociéndose en lo imagina-
es necesario esperar la limitación del campo de la psicología. rio como elemento en lo estructurante.

r
La teoría del sujeto introduce una doctrina de la intersubje- Pero una alienación le es esencial al sujeto, dado que él no se
tividad, que es ya evidente que no puede articularse en térmi- efectúa como agente más que en lo imaginario por tomar a su
nos simplemente recíprocos. La relación que se establece entre cuenta los efectos de lo estructurante, donde ya es contado.
1 un sujeto y otro no es más reversible en la medida en que no de- Actor, él es director en su fantasma.
! pende exclusivamente de uno de los dos: esta alteridad simple,
~J gemela o escisípara habita lo imaginario, y la desesperación de
'*'l deducir su ordenamiento a partir de uno de los términos, hace Ciencia
1 que se lo califique de milagroso. Lo que los une y ordena sus la-
Í zos, y de lo cual sólo vemos los efectos, se anuda y se decide so- Ahora bien, una vez que las empresas del sujete:>, fueron res-
! bre Otra Escena, y los refiere a una alteridad absoluta en ausen- tituidas a su dependencia radical respecto a la accwn de lo es-
¡ cia que podemos llamar exponenciada_ Nunca se da en presente, tructurante, y la alienación definida· como constitutiva del s~je­
'-- y, sin embargo, no hay presencia que no pase por ella y que no to sujetado, ¿cómo es posible un discurso que se dé un obJeto
se constituya ahí. adecuado y desarrolle sus propias normas? Y primero: ¿cómo es
(Ninguna relación de un sujeto con otro sujeto-o de un sujeto posible un discurso de la sobredeterminación? El único hecho que
16 Jacques-Aiain Miller Acción de la estructura 17

se expone a reencontrar, o más bien que suscita necesariamente .1 / palabra y la falta del sujet(}-ag_ente en el lugar del código, que\ · r ,
en su avance, más allá del problema de toda cientificidad en ge- , l'<r' i son correlativoS,abreñen''ef h1t'erioí:-·der leíi'guiije.Ta'fieiiaija del ) ..;,_. · "-
neral, el de su propia posibilidad, manifiesta el circuito singular 11 t incon~ciente. Podemos decir ahora: el sujeto es capaz de un in- )
de una implicación refleja: su status depende de una doctrina de ¡ consclente .
la ciencia en la que se funda su razón, pero del cual, sólo a él le .,___. A esta hendija, el psicoanálisis articula esa Otra escena en la
corresponde asignarle su lugar, obligar al concepto, y dictar los que se decide y se estructura la palabra del sujeto, donde éste
términos categóricos. Es de este problema exactamente final y figura en una función pasiva como un elemento cuya transi-
primero que esperamos hacer el punto de partida temático a tividad está gobernada por una combinatoria cuaternaria, otra
partir del cual ordenar nuestro proceso. Escena que hace llegar al animal humano al lenguaje, y hacia
__ Si se acepta llamar campo del enunciado al campo en que se la cual su palabra liberada retorna como a su dependencia
establece la lógica; campo de la palabra al del psicoanálisis, primordial y generatriz. ~-7
anticipando sobre nuestro saber pronunciaremos la exigencia Pero otros circuitos se conectan sobre esta hendija. Naso- '
de una posición nueva en el espacio del lenguaje, y producire- tras nos ocupamos de esta palabra forzada por el objetivo cons-
mos esta proposición: que un campo, que tiene como perti- ciente de su fin como veracidad, que llamamos discurso. La
nencia cardinal la cientificidad o no, debe constituirse como topología permanece, pero aquí la conexión sólo se establece 1
campo del discurso. por una selección secundaria, a la Otra escena primordial, es \
Cuando la lógica construye un sistema formalizado, expresa decir, según los modos del lenguaje, la conexión se hace coii----~
el alfabeto de sus símbolos, un conjunto inicial de fórmulas y re- otras Otras escenas injertadas en el lugar del código. Ejemplo: la
glas para su formación y su deducción, a pesar de que los enun- Otra escena de la lucha de clases, cuya combinatoria dispone los
ciados que producirá no se duplicarán con ninguna dimensión "intereses de clase". Una especificación de las faltas se anuncia.
virtual; cuando una actividad lógica se dedica a sistemas que ella La articulación fundamental que estructura los discursos co-
misma no engendró, esta dimensión sigue siendo, en rigor, re- mo palabras forzadas prescribe una lectura de los mismos que
ductible. Por el contrario, los enunciados aislados en el campo no es ni un comentario ni una interpretación. No es un comen-
lingüístico se refieren a un código cuya virtualidad es esencial, y tario porque no está en búsqueda de un sentido que se habría,
los define como mensajes. Pero la comunicación misma no cuen- por efecto de una desgracia inseparable del verbo, abstenido del
ta, y tanto la emisión como la recepción más que formar parte texto, pero que éste sin embargo llamaría, implicaría necesaria-
del campo, fijan sus límites. mente, y que se podría restituir y multiplicar indefinidamente
Si ahora ensayamos derivar de la relación lingüística un sujeto recurriendo a un fondo tácito, e inagotable frente a toda ex-
. que sea capaz de sostenerla, no podrá ser el soporte indiviso del p1otación, de la palabra. Tampoco se trata de hacer pasar un
r· mensaje y del código, no mantendrá con uno y otro una idénti- sentido de un texto a otro y, por ejemplo, traducirlo en el voca-
1 ca relación: el código, necesario para la producción de la pala- bulario de una filosofía constituida sin excluir que otra interpre-
bra, pero ausente de la palabra enunciada por el sujeto, no per- tación también pueda tomarla a su cargo; en relación al discurso
tenece al sujeto emisor y no debe situarse en su lugar, la recep- primero, un discurso tal sería como un elemento neutro, y es-
j \ , ción también lo requiere, y es necesario situarlo en la dimensión tablecido sobre él como parásito. Retomar un enunciado por

rr' · _1 exponenciada de la alteridad, que ya indicamos. La distribución


tópica que se delinea divide el plano donde el sujeto se efectúa
J) en primera persona, y el lugar de ese código donde es ubicado,
medio de otros enunciados más próximos del misterio de su sen-
tido supone esa relación a la letra criticada por Espinoza en la

e J pero donde, justamente, en tanto que sujeto-agente, él es elidido,


!;·,_,

"'-../ , y desde donde se origina su palabra, para invertirse al ser pro-


exégesis bíblica. Finalmente, no es suficiente restituir su conti-
nuidad a un texto, su simultaneidad lógica, deletrear su super-
ficie. El "estructuralismo" a nivel del enunciado sólo debe ser
ferida y volver ahí en definitiva, ya que es el lugar que garanti- un momento para una lectura que busca la falta específica que
za su illtele cción y su verdad. La falta del código a nivel de la sostiene la función estructurante a través de lo que hace las ve-
18 Jacques-Alain Miller Acción de la estructura 19

ces ·ae aquélla. Para esJa.Je~_Jrªmgr~~!~~-q.'!,e, __l,ljmy!~s~l bre ella ~isma. Este cierre del discurso científico no podría ser
enunciado hacia la eñunciaciQ~no_s parecio conveniente el confund1do con la sutura del discurso no-científico, porque ella
nom~ªe-ª'!~~~·j ____... _ expulsa verdaderamente la falta, reduce su exterioridad central,
la desconecta de toda otra Escena. Pensamiento del interior del
· La fa~ de que se trata no es una palabra callada que bastaría ca_mpo que ella circunscribe, será llamada: clausura. Pero el lí-
con'"s'acar-·a la luz, no es una impotencia del verbo o una astucia r~ute ~e esta circunscripción tiene un espesor, tiene un exte-
f{
d~l autor, el silencio, ~~~.f~~!,s>~~~..?~~~=~~~Jb~~un-
Clada,_es el ugar oculto que no po 1a a · · ·· ··· Ef't!s a par-
nor; dicho de otra forma, el discurso científico no está afectado
por una falta simple, pero la falta de una falta es también una
ti~1l~~~-J.extQ. er!_E.~~i.l:?kL~ los OíSCurso'sse- falta.
p~fería.:I.l~donde el sujeto eclipsaqg_se sitúa, desde

L d~·pabla, RQh~.cual é~ h,a.9Ja. ta:exterióndad defdrsCürso-es


1
La doble negación confiere una positividad a su campo pero
central, esta disfancfifesi"nterior. Es necesario romper la deter- en la pe~feria de éste, se debe reconocer la estructura que, o
minación recíproca en la que se conciertan los elementos de hace pos1ble, cuyo desarrollo, sin embargo, no es independiente.
un objeto en una red estructurada: buscamos una determinación La falta de la falta deja abierto en todo discurso científico el
unívoca; no solamente lo que eso quiere decir, sino también so- lugar .del, desconocim~ento, la ideología que la acompaña, sin
bre todo lo que eso no dice, en la medida en que eso quiere no serie mtrms~c~: un d1s_curso cie~tífico como tal no implica un
decirlo. Nosotros consideraremos, entonces, el conjunto de un elemento ut~p1co. Sena necesano representar dos espacios s _
texto como las. cercanias ag" ~J:i:llia...-~:Jlmn:nm.r-crn-raaccrl>h perpuestos, sm punto de almohadillado, sin deslizamientos (lap-.. -".

~~l~~~~~!rr~~r:-~-t~~~::::t:i::~:~~
sus) d~ ~no en el otro. El cierre de la ciencia opera entonces una
r~p~lC~on ~ntre un cal?po cerrado, del que no se percibe nin-
cualcü'riverg"eñros··aesórdenes del enunciado de sus contradic- gun hmlte SI se lo cons1dera desde el interior y un espacio for-
ciones, hacer pivotear el plano del enunciado d~~ cluido. La forclusión es el otro aspecto de la 'clausura. Este tér-
discurso del sujeto como el discurso del d~~QOD.Cimienk~ mino será suficiente para indicar que toda ciencia está estructu-
rr~§JiQiídieñte ai:líigai.dónde~:en'"úmto 'éTeíi;~~to~~ SOPQ!!~~s..tá- :ada c.omo una~~~~_:__l_~_fo!cluido retorna bajo la forma de lo
1mpos1ble. ------ -·- -·---· -- · ·
:~j~f~~er1&ar:~!~-;ty;~ ~s:~r~~fc~~! 1:~~~ ~u~a~:~ e~ De hecho, es el corte epistemológico lo que reencontramos
primera persona. Entonces, se explorará el espacio de desplaza-
miento de la determinación. A la vez unívoca, reprimida e inte- pero .al. ab~rdarlo por su vertiente exterior, debemos reconoce~
rior, retirada y declarada, sólo podrá ser calificada como casua- el pnvliegw y el status científico inédito de un discurso de la
lidad meton(!JJica. L~!Jl!lJ¡¡fm:iza en un discurso y en sobred.eter~nación que constituye su campo en el exterior de
general en toda estructura; pues la condición necesaria para el toda c1enc1a en general y cuya conminación tanto teórica como
funcionamiento de la c.::,~u.salidad estrucBlJ;al es ;re el sujeto to- prác~ica (terap~.utica ~ política) está dada por el "Wo es war,
me el ewctQ por 1g '"usa¿,¡·r:ey Túnaamental de a accwn aeTa solll~h we_rde'! . freud1ano, que convoca, según nuestra opinión,
al suJeto C1ent1f1co a reasumirse.
~structura.

¿Cómo es posible, entonces, un discurso que no toma sus ór- Conocemos dos discursos de la sobredeterminación: el discur-
denes más que de sí mismo, un discurso chato, sin inconsciente, so m~rxista y el disc':lrso freudiano. Dado que el primero está
adecuado a su objeto? Está claro que no es el retomo a la reali- hoy h~erado por L?_llls Althusser de la hipoteca que hacía pesar
dad por sobre los discursos, una atención desimplicada y simple- sobre ella concepcwn de la sociedad como sujeto histórico, así
mente positiva los que abren su campo, sino es incluso un esta- com.o e_l ~egundo lo fue por J acques Lacan de la interpretación
do singular de lo estructurante, una posición particular del su- del.md1v1duo como sujeto psicológico, unirlos nos parece ahora
jeto en relación al lugar de la verdad, que cierra a la palabra so- pos1ble. Sostenemos que los discursos de Marx y de Freud son
20 Jacques-A/ain Miller Acción de la estructura 21

susceptibles de comunicarse p<:>r medio ~e. trans~orJ?aciones re- producir en el lenguaje su ausencia dándole cercanías, es una
guladas, y de reflejarse en un discurso teonco umtano. empresa infinita.
Por eso es que Fichte, que quiso lo que yo expongo, es pri-
mero un filósofo que habla, cuyos libros no constituyen más
Septiembre de 1964 que el residuo de la palabra. En cierto sentido, su discurso no
debe conservarse, es proferido con miras a desaparecer, e impli-
ca siempre la cláusula de anulación inscripta por Wittgenstein en
6. 54 del Tractatus: los Principios de la Doctrina de la Ciencia, de
NOTA SOBRE LAS CAUSAS DE LA CIENCIA 1794, son un "manual para sus oyentes", las exposiciones de la
Doctrina retoman conferencias. No dudemos de que la falta de
terminación interior de la Doctrina no es accidental: la disper-
El problema crucial para la Doctrina de la ciencia, el mismo sión es la única forma que le es posible. No hay meta-lenguaje
que la define, recae sobre su propio status. . . de la Doctrina, por eso lo esencial nunca se dice, o se dice a cada
En efecto sólo ella puede proporcionarlo, ya que a diferencia momento, siempre presente pero jamás ahí. Y sus oyentes no
de una ciendia particular, no tiene exterior: los principios que la forman un público, cada uno está delante de ella, confiado a sí
gobiernan caen bajo su propia jurisdicción. La Doctrin_a, enton- mismo y solitario. El discurso no piensa por aquellos que lo es-
ces sólo puede plantearse si ella se cuenta dentro del numero de cuchan, en su lugar, fuera de ellos, sino que cada uno debe efec-
sus' objetos: si no tiene exterior, está en_ el interior des~ misma. tuar, por su propia cuenta, y cada vez como la primera vez, la
La introyección que sufre en cuanto se mstaura, la destma a to- anulación del proceso de la enunciación, pues el proceso sólo se
dos los fenómenos de la auto-reflexividad. · termina en el momento en que se descubre interminable, cuan-
Las consecuencias de esta propiedad son las siguientes: la do el operador entrevé que la doctrina no la construye en sí
Doctrina no tiene sentido o al menos no lo tiene enunciable. mismo, sino que él se construye en ella. Por eso es lo mismo de-
Como tal no puede ser dicha ' porque no puede ser constrUI-. cir que la Doctrina es imposible o que su exposición es infinita o
da. Desde' el principio, exponerla, es decir, explicarla, desarro- que ella precede todo lo que se refiere a ella o que envuelve to-
llarla desplegarla es, en rigor, imposible. Y si no hay nada que dolo que quiere envolverla. Así se ve que a quien vive y se mueve
no p~eda ser dicho, es decir si no hay nada sin nombre (ésta en ella, y que la quiere hablar o la quiere escribir, ella se presen-
es nuestra versión del principio de razón, y hay dos maneras de tará como un esfuerzo, "no una realidad que es, sino que debe
entenderlo según la puntuación: Heidegger lo demuestra para ser producida por nósotros sin poder serlo" (Principios de la
Leibniz), el proyecto de una Doctrina de la ci~ncia e~ i?lposi- Doctrina de la Ciencia, p. 24 ).
ble tiene el nombre de lo innombrable: !aDoctrma Anomma. Lo que aquí se enuncia depende de una ley, ley de la razón
Entonces todo enunciado que le apunte será preambular y a priori, o a posteriori del signo: un objeto auto-reflexivo, por
periférico y' al mismo tiempo ella no es más que preámbulo y lo tanto auto-reproductor, tiene como correlato una construc-
periferia: es aspirada por sus alrededores. El discurso que l~ es ción imposible o una actividad infinita. Por eso se puede decir
adecuado está siempre al lado de ella, porque ella no esta en perfectamente que él no existe o que es indestructible.
ninguna parte, y por eso, está por doquier. Freud tuvo algún saber sobre este objeto, cuya auto-repro-
Esas propiedades maravillosas se deducen de una sola: su ducción no es división sino repetición, ya que no es separable,
auto-reflexividad que, al impedir dividirse a su enunciación, hace para hab.er reconocido al deseo como indestructible 3 y haber
en su campo el meta-lenguaje indiscernible del lenguaje-obje~o. sustraído el inconsciente del principio de contradicción. En
Sería contradictorio, entonces, con el concepto de la Doctrma cuanto al análisis, su terminación no podría tener nada en co-
Anónima que se la pueda aislar en un lugar cualquiera de~ uni- mún con ningún proceso físico, pues su movimiento es perpe-
verso del discurso. Exponerla, es decir, hacerla faltar a fm de tuo.
22 Jacques-Alain Miller Acción de la estructura 23

Agrego, para señalar el lugar donde insertar otros desarrollos, en toda coyuntura, son las relaciones que mantiene con la ins-
que la proposición de Fichte que cito más arriba sitúa el punto tancia de la garantía, con sus enunciados, con su objeto. Si lo-
en que se articula su discurso con el de Spinoza. gramos fijar los modos en los cuales el sujeto correlativo de la
"Necesariamente se debe volver al spinozismo si se supera el ciencia se relaciona con esas tres determinaciones, podremos co-
yo soy" (p .. 24), y atenerse al yo soy como a lo Incondicionado nocer las causas de la ciencia.
equivale a dar-~- Yo absoluto las propiedades de la sustancia,
como lo indica efpritner escrito de Schelling, El Yo como prin-
cipio de la filosofía: "Spin()za caracterizó a lo incondicionado
de una manera perfecta, pueif tod() lo que dijo de la sustancia
puede aplicarse, palabra por palabra, al Yo absoluto". Desta- Notas
quemos sin· embargo esto: debido al hecho de que Dios no es
consciente de sí, la teoría de Spinoza se expone en un texto 1 "Dialectique et philosophie du nom chez Gaston Bachelard", Reuue
Internationnale de Philosophie, 1963.
definitivo. 2 Es el tema explícito de Nacimiento de la Cllnica. Se pensará menos en
Acaso las coordenadas que doy, de pasada, de Fichte -Spino- desacreditar el discurso fenomenológico (el de Maurice Merleau-Ponty
za y Freud- impedirán reír a aquellos que creen haber recono- en particular), positivista en tanto que se ciega a toda mutación de lo
cido, aproximadamente, en la aporía de la Doctrina, ¿qué? invisible estructural, que en retomarlo para fundarlo de otro modo:
¡Una ideología! como discurso riguroso, en lo imaginario, de lo imaginario.
3 La perseueración en el sentido de Spinoza es un efecto idéntico.
Para anunciar que según mi opinión no lo es, diré que es ne-
cesario asumir los cuatro problemas de Fichte del opúsculo del
94: Sobre el concepto de la Doctrina de la ciencia o lo que se
llama la filosofía, y retomarlos, dirigiéndolos hacia mis fines.
¿Cómo la doctrina está segura de agotar la ciencia, incluyen-
do la ciencia futura? Ella debe descubrir sus causas. ¿Cómo se
distingue de las ciencias particulares? Porque ella piensa lo que
éstas no pueden integrar a su campo: las decisiones que institu-
yen sus principios. ¿Cómo se distingue de la lógica? Como
lógica del significante. ¿Cómo se conduce en relación con su ob-
jeto? Le es antinómica, es decir, ella y él son incompatibles, ya
sea que ella lo absorba o que él se desvanezca en ella, no exis-
ten más que en la no relación, como inconmensurables.
Que estas respuestas no pasen por la Doctrina misma: anun-
cio solamente lo que ella debe ser. Pero está claro, desde ahora,
que no hay que entender por ciencia al conjunto indistinto de
todo el conocimiento humano (o sea de aquello que, para Kant,
principiaba pero no derivaba de la experiencia) sino el pensamien-
to que calcula, verifica y experimenta; excluyendo la percep-
ción, la conciencia, y todos los modos del sentimiento, en la
Doctrina hay un lugar reservado para la historia de las ciencias
en tanto que ella enseña qué posición del sujeto hace posible la
ciencia.
Lo que es necesario saber para situar la posición de un sujeto
La máquina panóptica 25

LA MAQUINA PANOPTICA DE JEREMY BENTHAM construcción, que está por completo en la tópica interior. Esta
tópica tiene por función repartir lo visible y lo invisible.
Desde el punto central, el espacio cerrado es visible en todas
partes, sin escondites, la transparencia es perfecta. Desde pun-
tos situados sobre la circunferencia celular, todo se invierte:
imposible mirar afuera, imposible comunicarse con el punto ve-
cino, imposible distinguir el punto central.
Esta configuración instaura entonces una disimetría brutal
de la visibilidad: El espacio cerrado no tiene profundidad, está
El dispositivo expuesto, ofrecido a un ojo único, solitario, central. Está in-
merso en la luz. Nada, nadie, está disimulado allí, sino la mirada
Para comenzar es necesario describir lo esencial del disposi- misma, omnividente, invisible. La vigilancia confisca la mirada en
tivo. El dispositivo es un edificio. El edificio es circular. Sobre su beneficio, se apropia el poder de ver y somete a los reclusos
la circunferencia, en cada piso, las celdas. En el centro, la torre. al mismo.
Entre el centro y la circunferencia, una zona intermedia. En el edificio opaco y circular, es la luz la que aprisiona.
Cada celda tiene hacia afuera una ventana, hecha de tal ma-
nera que deja penetrar el aire y la luz pero impide ver el exte-
rior, y hacia el i!'lterior una puerta, enteramente enrejada, de El semblante de Dios
tal suerte que el arre y la luz van hasta el centro.
Desde la galería de la torre central se puede, entonces, ver Los dos principios fundamentales de la construcción panópti-
las celdas. Por el contrario, visillos impiden ver las galerías des- ca son la posición central de la vigilancia y su invisibilidad. Cada
de las celdas. uno se justifica independientemente del otro.
Una muralla rodea el edificio. Entre los dos, un camino de La vigilancia instalada en el centro de una construcción circu-
ronda. Al entrar y salir del edificio, para atravesar la muralla l8:f, e~ la disposición más económica. Economía de personal: un
una sola vía está disponible. ' solo mspector basta para asegurar la vigilancia de un piso. Eco-
El edificio está cerrado. nomía de desplazamientos. Uniformidad de las celdas. No es
esencial que la forma del edüicio sea circular; sin embargo, "de
todas las figuras ( ... ) es la única que asegura una visión perfecta
y la misma visión, de un número indefinido de habitaciones d~
i~ales dimensiones" ••Lo que hace el valor de la configuración
1
La máquina universal
crrcular es que ella permite, en un campo ya homogeneizado por
El "Panopticon" no es una prisión. Es un principio general de la luz, particiones idénticas. El único punto que ella diferencia
construcción. El dispositivo polivalente de la vigilancia, la má- ll
el único "punto singular", es el centro. Evidencia de una comú~
quina óptica universal de las concentraciones humanas. medida y de una excepción, que, bajo su dominio, somete a ca-
Es así como Bentham lo entiende: sobre la base de arreglos da uno.
~e detalle, la configuración panóptica servirá tanto para las pri- Que el ojo vea sin ser visto, es ésta la más grande astucia del
swnes c~mo para las escuelas, para las fábricas y los asilos, para "~an~pticon"., Si dis~ingo la mirada que me espía, domino la vi-
los hospitales y las workhouses. No tiene un destino único: es • gilancia, la espio a mi turno, aprendo sus intermitencias sus des-
fall~cimientos, est~di~ sus irregularidades, la despisto. Si el Ojo
la casa de los habitantes involuntarios, reticentes u obligados.
La doble muralla, la piedra, la guardia, cierran este espacio y esta oculto, me mrra mcluso cuando no me ve. Ocultándose en
aseguran su hermeticidad. Pero no es éste el mérito original de la la sombra, el Ojo intensifica todos sus poderes y la economía se
26 Jacques-Aiain Miller La máquina panóptica 27

beneficia también, pues el número de aquellos que sostienen la rá?, ¿cómo se paseará?, entre otras, son preguntas objeto de lar-
función de la vigilancia puede ser reducido en la medida de esta gas disertaciones impasibles.
intensificación. Así, "la omnipresencia aparente del inspector Ese realismo escrupuloso engendra, sin duda, un efecto de
( ... ) se combina con la extrema facilidad de su presencia alucinación en el lector. No es necesario, sin embargo, relacionar
real" 2 • la minuciosidad visionaria de Bentham a lo que sería su psicolo-
Se constata la potencia de desmultiplicación que desarrolla la gía individual: ella es consustancial a su proyecto.
máquina benthamiana: para un máximo de vigilados, un míni- El axioma que sostiene el dispositivo panóptico - se puede
mo de vigilantes, una presencia aplastante cubre una realidad reconocer ahí la herencia de Helvetius- es que las circunstan-
parsimoniosa, pues esos poderes llegan hasta crear una instancia cias hacen al hombre. Ya que se trata aquí de transformarlo, es
omnividente, omnipresente', omnisciente, encerrando a los reclu- necesario dominar, desterrar el azar. El "Panopticon" será el
sos en una dependencia a la cual ninguna prisión ordinaria se espacio del control totalitario.
acerca, una instancia en la que es necesario reconocer un Dios Todo será allí, entonces, pesado, comparado, evaluado. Todo
artificial. · será ubicado. Todo será discutido. Todo tendrá un sentido ex-
El "Panopticon" es una máquina destinada a producir un plicitable. El mundo, en ese lugar, será en su totalidad domina-
semblante de Dios. ¿No es eso acaso lo que quiso significar, una do. No hay detalles que el discurso no tome a su cargo.
vez, Bentham, haciendo de un versículo del salmo 139 el exergo Sobre el hombre, toda circunstancia actúa. Nada es, sobre él,
de uno de sus numerosos "resúmenes" que envía a los podero- sin efecto. Todo es, por lo tanto, causa. Quien quiera hacerse
sos a propósito de su proyecto?: dueño de las causas para reinar sobre los efectos, debe entonces
"Camine o me acueste, siempre alrededor tú estás allí: rnis practicar un análisis absoluto. Es por eso que Bentham no ter-
caminos son todos, por ti, espiados. minó jamás con el análisis del "Panopticon": cada elemento,
"Si yo digo: ¡que me cubra la oscuridad!, mi noche en día cada conjunto de elementos, cada hecho, cada gesto, debe ser
será transformada. el objeto de una estipulación expresa.
"Y ahí también tu mano me conducirá, y tu diestra me Consideremos la evacuación de los excrementos. Bentham
asirá" 3 • consagra a esta cuestión una larga nota 4 • Imposible establecer
baños comunes: esta disposición sería contraria a las exigencias
de soledad, de seguridad. Imposible, por las mismas razones, or-
ganizar la evacuación individual, y además eso viciaría el aire de
La minucia las celdas. Por eso debe preverse en cada celda un tubo de eva-
cuación, pero tal que no pueda servir para una evasión. Queda
En los textos que consagra al "Panopticon"- el opúsculo de entonces a inventar, a describir en detalle, el mecanismo, los ma-
1791, los dos posfacios, más amplios, y la correpondencia, de teriales que deberán ser empleados.
la cual no conocemos todavía más que una pequeña parte-, Todo tema, ya se ve, es tema de razonamiento.
Bentham teoriza sobre todos los elementos del edificio, prevé Id
todos los actos, calcula interminablemente ventajas e inconve-
nientes: tiene una doctrina de las lámparas y una doctrina de los El templo de la razón
relojes, una doctrina del agua (sobre el aprovisionamiento), del
aire (sobre la aireación), de la tierra (sobre el terreno a edificar) Lo que da su fundamento a la concepc10n utilitarista del
y del fuego (sobre la calefacción); no hay ninguna altura, longi- mundo, podría decirse que es esta convicción simple: que nada
tud, o profundidad, que no calcule; ningún material que no es sin efecto. Es decir: que toda cosa sirve (o perjudica) a otra.
pruebe; a la teoría de las escaleras, consagra varios capítulos; Lo que significa sostener que toda cosa no existe más que rela-
¿cómo el recluso se vestirá?, ¿cómo se acostará?, ¿cómo se lava- tivamente a otra cosa.
28 Jacques-Alain Miller La máquina panóptica 29

En consecuencia, no hay absoluto, sino que, por el contrario, podrá dar razón, es lo que anuncia Bentham en su "Panopti-
en toda cosa hay más y menos y todo efecto es jerarquizable en con"
relación a un resultado. Delirio, si se quiere, delirio de análisis. A condición de enten-
En este sentido, el "Panopticon" es el modelo del mundo derlo así: delirio propio de la razón que, concibiendo un mundo
utilitarista: todo ahí no es más que artificio, nada natural, nada en que todo sería relativo, se absolutiza ella misma y negando
contingente, nada que tenga como única razón de ser el existir, toda naturaleza, monta sus artificios.
nada indiferente. Todo está aquí exactamente medido, sin exce-
dentes ni faltas. Articulaciones, dispositivos, arreglos. En todas
partes, máquinas.
Todo sirve
Ningún objeto ahí es simplemente lo que es, ninguna activi-
dad tiene su fin en sí misma. La vigilancia ha comenzado mucho Se puede ahora formular la ley que rige el espacio homogéneo
antes de que el inspector ocupe su lugar en la galería que se le de la construcción panóptica: todo debe servir, concurrir a un
destina en el centro de la configuración: ella se inicia desde la resultado. Nada se hace ahí en vano. Todo desperdicio debe ser
escritura del proyecto, desde que es concebido y planificado, reabsorbido. Toda actividad es analizable como un movimiento,
desde su previsión. Nada ahí se "deja estar", ya que todo tiene todo movimiento constituye un gasto, todo gasto debe ser pro-
vocación de funcionar. El "Panopticon" es entonces una vasta ductivo.
máquina, cada uno de cuyos elementos es a su turno máquina,
objeto de un cálculo. Vivir sin tiempos muertos, ¿no es eso lo que podría ser la con-
signa utilitarista? Pues el tiempo vivo es el tiempo que produce.
El utilitarista dice también: ya que nada es sin efecto, todo Tomemos un ejemplo. Todo funciona en el "Panopticon", to-
es calculable. En relación a un resultado, se puede en todos los do trabaja; en particular los reclusos, al mismo título que las
casos discernir lo que lo favorece y lo que lo contraría. Se trata otras piezas de la gran máquina. El rendimiento mismo de su
entonces de amplificar lo uno y de disminuir lo otro, evaluar las trabajo exige que de tiempo en tiempo descansen, se distrai-
causas, balancearlas unas con otras. gan. ¿Distraerse? Es distraer tiempo a la producción. Entonces
Es decir-que en el universo panóptico la razón hace reinar, sin no es suficiente reducir el reposo al mínimo necesario. Este
límites de ningún tipo, su necesidad. La razón calculadora en- "sacrificio" -es el término de Bentham- debe ser, tanto como
cuentra aquí su imperio, y éste es el de la reclusión. se pueda, retomado en un proceso distinto de producción. Todo
Nada más lógico: el prisionero, el pobre, el loco, el alumno, el juego será así convertido en beneficio. Se deberá entonces a la
enfermo, toda esta población a la que Bentham destina su inven- vez alegrar el trabajo y rentabilizar la alegría. "Si se puede hacer
ción, puede ser puesta a disposición del poder. Es ofrecida, que un hombre encuentre incluso diversión en su trabajo, ¿por
librada, atada de pies y manos, a la racionalidad, a los dispositi" qué no? ¿Qué es lo que podría impedirlo?" 5
vos. El "Panopticon" acoge a aquellos que están obligados a re- En definitiva, Bentham plantea que un trabajo distrae de otro
1/
nunciar a toda iniciativa y que por lo tanto son totalmente ins- trabajo, y que el descanso ideal es solamente la variedad. Resta
trumentalizables. el sueño, facticidad irreductible.
El "Panopticon" es por eso el templo de la razón. Templo lu- El ideal panóptico es la sumisión integral de la naturaleza a lo
minoso y transparente, en dos sentidos: primero porque no tie- útil. Se debería llegar a capturar las necesidades más elementa-
ne ni sombra ni rincón y está sometido a la inspección perma- les en el dispositivo del rendimiento. Bentham dice un día a
nente del Ojo invisible; pero también porque el dominio totali- Bowring, su editor, que cuenta la anécdota, "Recuerde usted que
tario del medio ambiente evacua toda irracionalidad: ninguna nosotros no satisfacemos, o al menos no deberíamos satisfacer
opacidad hace obstáculo a la razón. De todo, en adelante, se una necesidad a pura pérdida. Eso debería servir de abono" 6 •
La máquina panóptica 31
30 Jacques-Aiain Miller

Poli eres tia blegados bajo el yugo de la vigilancia. El "Panopticon" no sería


más, en esas condiciones, que el espectáculo del inspector.
El demiurgo utilitarista organiza un universo en el que la uti- Bentham jamás quiso que fuera así. La casa de los cálculos, la
lidad funda la existencia. Todo debe servir, habíamos dicho. Pe- gran máquina eficaz, tiene por el contrario vocación de ser escuela
ro el principio completo se enuncia así: todo debe servir varias de la humanidad. Al espectáculo, el público es convocado.
veces. Tomemos la versión penitenciaria del "Panopticon". Es par-
Cada elemento reúne numerosas utilidades. Cada dispositivo ticularmente necesario que la ejecución de los castigos sea pú-
es multiplicador. Bentham, siempre, busca un máximo; y él es blica, pues el beneficio principal que un legislador racional
quien introduce en la lengua inglesa, y de ahí en la nuestra, los espera de ellos es la disuación por el ejemplo.
verbos "maximizar y minimizar". La apertura de la construcción al público acumula por lo
Así, cada elemento benthamiano es un nudo en que se cru- tanto ya una doble utilidad: por una parte, se disuade a los
zan muchas redes. Toda causa tiene varios efectos. Inversamen- visitantes (que pueden perfectamente ser considerados delin-
te, cada efecto está reforzado por ser producido por varias cau- cuentes en potencia, en tanto que -señala Bentham- son
sas. Cada pieza del montaje es un cruce de utilidades, atravesa- aquellos a quienes esta instrucción es más necesaria los que ven-
da por múltiples cadenas causales. drán a recibirla, por gusto de experiencias fuertes), se moraliza a
Cuando Bentham responde a sus críticos siempre lo hace la población; por la otra, se enseñan virtudes, la economía, la ra-
revelando usos inadvertidos, volviendo a cruzar definitivamen- cionalidad. Así, el proceso de moralización, actuando directa-
te las relaciones. No cesa de mventar "beneficios colaterales" 7 • mente sobre los prisioneros, actúa indirectamente sobre los
En el caso de que existan muchas soluciones elige aquella que visitantes.
es el punto de concurrencia del mayor número de ventajas. Aquí Una tercera utilidad se agrega ahora. Una cuestión crucial en.
también es necesario dividir, clasificar, contar y armonizar. Y es el sistema benthamiano es saber quién vigila a los guardianes. La
por eso que hace continuar los efectos lo más lejos posible, y los respuesta está aquí totalmente lograda: el Ojo público vigilará el
hace entrar en· los campos más diversos. A todo sistema bentha- ojo interior. Al. mismo tiempo que se instruye por el espectácu-
miano puede aplicarse ese término, que él emplea una vez, to- lo, el visitante controla la organización. Es entonces que el espa-
mándolo de Bacon: es un policreste, "un instrumento de múlti- cio benthamiano deviene perfectamente panóptico: la vigilancia
ples usos" 8 • invisible, a su tumo, reintegra la visibilidad, el vigilante cae bajo
El "Panopticon" entero verifica esta definición, ya que pue- la vigilancia. Se puede también agregar a esto que los visitantes
de servir a la vez como prisión, como fábrica, como escuela, vigilan igualmente a los detenidos -ventaja considerable, si es
como asilo. Pero esto también es igualmente verdadero de la verdad que la curiosidad se debilita en un individuo, mientras
celda misma, en la que el recluso trabaja, come y duerme. que tiene la posibilidad de mantenerse viva en un gran número
Bentham ha concebido acá un mundo sin residuos, donde de personas, que no están más que de paso con la finalidad de
todo resto será rápidamente empleado nuevamente, un mundo divertirse.
de sobreutilización.
Se contará entonces, como cuarta utilidad, el reforzamiento
del control que se ejerce sobre los reclusos, la producción de un
sobrecontrol: "para una sola celda, usted tiene inspectores por
El Ojo público miles" 9 •
Así, la prisión, lugar de exclusión, es reinscripta en el espacio
El campo panóptico sólo basa su unidad en su centro. Sin la social: ella deviene el emplazamiento más luminoso de aquél, el
mirada que los reúne no habría allí más que una colección no- más próximo, el más familiar. Verdadero teatro del castigo,
totalizada de átomos, de prisioneros aislados en su soledad, do- ofrece a los espectadores "un drama continuo y continuamente
32 Jacques-Alain Miller La máquina panóptica 33

interesante, en el cual los personajes dañinos están expuestos in dolor por el dolor, admitirlo como absoluto. Si el utilitarista se
specie a una ignonúnia educativa" 10 • dice filántropo es porque a sus ojos el dolor, como toda cosa,
Puede deducirse la localización de las prisiones panópticas: se- debe servir. Se instalará un segundo dispositivo que lo recupera-
rán construidas en la proximidad de la metrópoli y cerca de las rá, dándole un sentido, un valor, en resumen, utilizándolo.
grandes ciudades, para ser de fácil acceso al mayor número. No La primera máquina, como tal, no produce más que un mal:
es sorprendente entonces que Bentham haya polemizado du- "todo castigo en sí mismo es una fechoría" 14 • La utilización
rante mucho tiempo contra la deportación a las colonias. Por subsecuente es la que legitima la fechoría, convirtiendo lo nega-
el contrario, "un management racional multiplicará por todos tivo en su contrario.
los medios posibles el número de los visitantes y espectado- Para razonar correctamente, sería necesario en primer lugar
res"11 . conocer todas las diferentes maneras de hacer sufrir a un hom-
Resumamos. Acabamos de contabilizar cuatro utilidades dis- bre. La redacción de un código penal supone una enciclopedia
tintas producidas por la misma causa: la apertura de la prisión al de los sufrimientos, cuya ausencia deplora Bentham: "La perso-
público (utilidades planteadas por Bentham en momentos di- na que examinase los efectos producidos por (los) diferentes
ferentes, en diversas obras). Hay todavía una quinta: la mirada modos de castigo y mostrase los efectos más o menos dolorosos
pública no puede más que acrecentar la vergüenza de los prisio- resultantes de las contusiones producidas por golpes dados con
neros, acelerando por lo tanto su moralización. ¿Es necesario una cuerda, de las laceraciones producidas por latigazos, etc.,
por lo tanto, pregunta Bentham, convertir en infame para siem- rendiría un servicio apreciable a la sociedad" 15 • Y no son sólo,
pre a aquel que un día recuperará su libertad? Estamos frente las penas físicas, sino que también habría que estudiar las penas
a lo que es, en la moral del utilitarismo, el equivalente a un con- morales con el mayor detalle.
flicto de deberes: un conflicto de utilidades. ¿Cómo no apreciar
la delicadeza con la cual lo resuelve Bentham? "Que al delin- El castigo acumula un capital-dolor ("el dolor producido por
cuente, mientras se lo muestre, se le haga llevar una másca- los castigos es como un capital colocado en la búsqueda de un
ra"l2. beneficio" 16 .) El análisis benthamiano se basa desde entonces
Pero rápidamente Bentham inventa un nuevo medio de con- sobre su rentabilización.
vertir en beneficio lo que se concede de ese modo y de hacer Muchas utilidades se disputan el sufrimiento bruto.
cooperar la disimulación incluso con la exhibición: "las másca- La víctima del delito tiene derecho a beneficiarse de aquél. El
ras podrán ser hechas más o menos trágicas, en proporción a la dolor, en ese caso, será compensatorio. Es justicia, ya que todo
enormidad de los crímenes de quienes las llevan. El aire de mis- delincuente es un ladrón de utilidad, es decir, de placer, y cuan-
terio que semejante artificio proyectará sobre la escena con- do sufre es un deudor que restituye. Pero es un axioma de la psi-
tribuirá ampliamente a fijar la atención, por la curiosidad que cología bentham.iana que el dolor de uno no podría, en el otro,
excitará y el terror que inspirará" 13 . producir un placer equivalente. El sufrimiento extraído al de-
lincuente debe invertirse, entonces, en un trabajo productivo, y
correlativamente, se deben tarifar los delitos.
Ninguna crueldad O es el Estado el que se apropia el dolor y lo pone a producir.
O también: el dolor puede ser desviado contra el delincuente
Ninguna crueldad en Bentham. En ese sentido, es sin duda del cual se lo extrae, con el fin de hacerlo incapaz de repetir su
lo que quería ser: un filántropo. Sucede que la crueldad es gra- fechoría. Hay dos maneras de lograr esta incapacidad: física y
tuita, improductiva. moral. ¿Conviene más hacer del delincuente un inválido o mo-
¿Qué principio unifica la teoría de los castigos? El castigo ralizarlo? "Disablement" o "re{<Jrmation''. Un cálculo decidirá.
es primero un dispositivo montado a los fines de atormentar, es Cada una de las tres utilidades que acabamos de enumerar
decir de extraer dolor de un individuo. Ser cruel es querer el son legítimas y, además, susceptibles de entrar en dispositivos
'
34 Jacques·Alain Miller La máquina panóptica 35

que las combinen, ya que del trabajo-sufrimiento se puede lo- lo que es arbitrario sería suprimido" 17 • Para conjugar esta pri-
grar tanto un beneficio material como una moralización. mera utilidad con una segunda, Bentham prevé además que las
Sin embargo, aunque consideradas en la determinación de los máquinas de azotar podrían ser multiplicadas, de manera que un
castigos, son subsidiarias. La compensación no interesa más que gran número de prisioneros sufrieran el suplicio al mismo tiem-
a algunos individuos. El trabajo en beneficio del Estado no po; "se aumentaría el terror de la escena sin acrecentar el sufri-
expresa la voluntad de "incapacitar" al delincuente. La morali- miento real".
zación modifica solamente a una persona.
Reencontramos en este rodeo la formulación explícita de un
La prevención es lo que realiza la rentabilización máxima del principio que domina siempre el análisis benthamiano: la reali-
capital-dolor, ya que se extiende sobre todos los delincuentes dad sólo vale por la apariencia que produce. No es efectivamen-
posibles, es decir, "poco a poco, toda la humanidad". te más que la apariencia -la faz visible- del castigo lo que in-
fluye en la conducta de los individuos y logra la disuación,
mientras que el delincuente es el único que debe hacer la expe-
riencia de un dolor real. La realidad es aquí la inversión, y la apa-
La máquina de azotar riencia, el beneficio. Por eso la exhortación humanitaria del uti-
litarista: maximizar la apariencia, minimizar la realidad. Si col-
Un código penal se presenta entonces como una economía gar un hombre en efigie produjera la misma impresión saluda-
del sufrimiento. No hay castigos suaves o rigurosos. No hay más ble de terror sobre el espíritu popular, sería locura o crueldad
que castigos caros o baratos, de alto o bajo rendimiento. Es en colgar un hombre en persona" 1 8 •
términos de beneficios y de pérdidas como se calculan las penas,
segú:q. las utilidades. Ya se ve que la legislación no deviene científica sino a condi-
Para ser susceptible de entrar en un cálculo, el castigo debe ción de utilizar los recursos del arte teatral. La frugalidad de
cumplir ciertas propiedades. Se logra así, por eso, un criterio las penas supone la profusión, la atracción del espectáculo. Nue-
para preferir unas puniciones a otras. vo atajo para confirmar los méritos de la escena panóptica.
El sufrimiento sólo puede ser calculado si el dispositivo ator- Frugalidad, estabilidad; la máquina de azotar nos muestra
mentador produce un efecto estable, constante, regular. Aquí además una tercera propiedad necesaria al castigo benthamiano:
la dificultad es la siguiente: el dispositivo es general y los indi- la ajustabilidad. El buen dispositivo debe tener un efecto regu-
viduos, particulares; un castigo idéntico extrae de personas dife- lar pero variable, de tal manera que a la gradación de los delitos
rentes, cantidades variables de dolor: una multa fija saca del rico se adapte rigurosamente la de los dolores. Está claro que el azo-
menos placer que del pobre; o también: privar a un analfa- te mecánico responde a esta exigencia, porque la fuerza, la velo-
beto de papel y lápiz no es sacarle algo, mientras que el letra- cidad y el número de golpes son variables, poniendo así a dispo-
do ve desaparecer así una preciosa consolación. sición del juez una gama muy completa de intensidades.
Que la misma causa produzca efectos diferentes, eso perturba Entre delito y dolor se establece, de allí en más, una correla-
la economía utilitarista. Por eso Bentham aspira a mecanizar los ción exacta. Es necesario que el legislador la codifique. Todo
castigos corporales: los cuerpos se parecen y un verdugo autó- criminal en potencia debe estar en condiciones de comparar el
mata no hace diferencias: "se podría construir una máquina", placer que espera de su crimen con el sufrimiento que le infli-
sugiere Bentham, "que pusiera en movimiento muchas varas girá el castigo. Por eso el cálculo del legislador deberá explici-
elásticas de junco o barba de ballena, cuyo número y talla po- tarse sin equívocos, y siguiendo su ejemplo, el eventual delin-
drían estar determinados por la ley: el cuerpo del delincuente cuente calculará minimizando su delito (es decir, entre dos de-
podría ser sometido a los golpes de esas varas, estando estableci- litos, eligiendo el menor) para minimizar su dolor futuro. La
das por el jl.l.ez La fuerza y velocidad de su aplicación: así, todo proporción es factor de disuasión.
36 Jacques-Alain Miller La máquina panóptica 37

La analogía, perdida y reencontrada a que la preparación del delito evocaba inmediatamente el casti-
go que podía sobrevenir, intensificando el poder disuasivo de la
La función del código penal se deja ahora captar: es una ta- punición. En efecto, "la analogía es esa relación, conexión o
bla de equivalencias, que convierte delitos en dolores, contri- unión entre dos objetos, por la cual estando rresente uno en la
buyendo con eso a asegurar la conmensurabilidad general de to- mente, la idea del otro surge naturalmente" 2 • Del uno al otro
das las actividades a las que se libran los seres humanos en las debe haber, entonces, similitud o contraste, una conexión efec-
comunidades que forman, enseñándoles también las virtudes tuada por un operador, una marca característica.
de la prudencia, del razonamiento, del cálculo de beneficios y Por ejemplo, el instrumento es idéntico, lo que sirvió al delito
pérdidas. Biblia utilitarista. Todo tiene un precio. sirve a su punición: el incendiario es castigado por el fuego, el
Así, el castigo entra en la red de los intercambios. envenenador por el veneno, etc. Así, el criminal que planea su
Ahora se puede resolver esta pregunta: ¿cuál es el castigo que crimen es llevado a representarse en el lugar de su víctima, como
responde mej~r a la función que debe ser la suya, la de moneda si él fuera entonces su propio verdugo: "En cada etapa de su
penal? Es decll', ¿qué es a la vez estable, económico, ajustable? preparación, su imaginación le representará su propia suerte" 21 •
¿Cuál es el castigo ideal, por ser homogéneo, sino la reclusión en La analogía viene aquí, de alguna manera, a suplir la falta de
prisión? identificación con el otro, de simpatía, de las que el crimen ob-
La privación de la libertad es sufrida por todos, se mide por tiene su posibilidad.
la duración y la duración es perfectamente divisible. La prisión O también, el castigo puede golpear al órgano activo en el
es una máquina de sustraer el tiempo. Combinada con los traba- crimen --tú has calumniado, mentido, se te atravesará la lengua;
jos forzados es un castigo de alta rentabilidad. Bentham no tú has falsificado, se te atravesará la mano con una punta de hie-
duda: ése será el castigo del futuro, el castigo de los tiempos rro en forma de pluma-- o al órgano afectado en la víctima: lo
modernos. que no es más que la ley del Talión, cuya comprensión es sin
Sin embargo, lo que se gana ahí en homogeneidad se pierde duda la más fácil, pero que no es por ello la más equitativa.
en ejemplaridad. La universal y monótona equivalencia peni- Bentham concibe un castigo particular para aquellos que hu-
teD:ciaria rompe todas las familiaridades antiguas, todas las re- bieran perpetuado su delito con la ayuda de un disfraz, a fin de
laciOnes naturales, todas las similitudes que ligaban hasta enton- sustraerse al ojo público: la analogía exige que una representa-
ces el castigo al crimen que aquél punía, haciendo sensible y evi- ción de ese disfraz le sea impreso sobre el cuerpo, impresión in-
dente el precio de su rescate. La reclusión en prisión por sí mis- deleble o no, a voluntad.
ma es indiferenciada, no dice nada, es indescifrable sin la media- Esa es la fecunda fuente de invenciones que la pena de pri-
ción del código. Uniforme, igualitaria, muda, la prisión borra la sión, si deviene el castigo universal como lo desea Bentham,
alegre abundancia de los castigos analógicos. agotará. Este efecto de homogeneización, por lo tanto, deberá
A éstos, sin embargo, Bentham consagra un capítulo en sus ser compensado. La arquitectura dará el medio para eso: toda
"Princi~ios de ley penal" 1 9 • Resulta que siempre quiere ser prisión debe exhibir su función, su apariencia debe conformarse
exhaustivo. Una nota de Dumont nos informa que algunos no a su finalidad e incluso, según el axioma utilitarista que ya he
h.an.leído este t~abajo sin "una extrema repugnancia", pero el precisado, exceder la realidad. Los edificios penitenciarios serán
CiruJano debe d1sponer de una multitud de instrumentos. El construidos de manera de "excitar la imaginación y despertar un
tiempo de la analogía ha pasado, pero subsiste en el texto terror saludable", de hacer surgir en los labios del que pasa, es-
benthamiano a título de inspiración eventual, como una reser- tas palabras: "Aquí está la morada del crimen" 22 •
va. O también: las tres clases que Bentham distingue en la pobla-
, El mérito del. ca~t,igo por analogía se debía a que el espec- ción penitenciaria -los insolventes, retenidos por falta de pago;
taculo de su apl1cac10n evocaba en seguida su causa -confirién- los delincuentes, que deben ser moralizados y están destinados a
dole de este modo una legitimidad inmediata- e, inversamente, salir un día; los prisioneros a perpetuidad - serán repartidos en
38 Jacques-Alain Miller La máquina panóptica 39

tres tipos de prisiones. El color señalará la culpabilidad de los dor, que, además de la ciencia propia de su función, deberá pres-
reclusos: las prisiones de los primeros serán blancas; las de los tar una cuidada atención al efecto teatral" 24 •
segundos, grises; las de los últimos, negras. Las primeras no _lle- Bentham critica la práctica del juramento: es hacer de la divi-
varán ningún signo, mientras que las otras serán altamente sim- nidad un funcionario y es especular sobre un motivo débil,
bólicas: en el exterior, se verán "diversas figuras, emblemáticas mantener la palabra, que supone un alto grado de moralidad.
( ... )un mono, un zorro y un tigre, representando la malignidad, Pero, si se quiere emplearla, es necesario ponerla en escena: ele-
la astucia y la rapacidad( ... ). En el interior, que se ubiquen dos gir una fórmula solemne, imponer una dicción, una gesticula-
esqueletos, uno de cada lado de una puerta de hierro ( ... ).Una ción enfática, ornamentar los muros de cuadros, subtitulados de
prisión representará así la residencia de la muerte y ningún jo- manera legible, representando el castigo de los perjuros (cuadros
ven que hubiera visitado, aunque fuera una sola vez, un lugar así que se podrán, para aumentar el efecto, ocultar bajo un telón y
decorado, podrá dejar de recibir de la misma una impresión muy no descubrir más que in extremis), ubicar bien a la vista un mi-
saludable e indeleble 2 3 • Finalmente, las tres prisiones llevarán nistro de la religión (si se quiere subrayar el carácter sagrado del
nombres diferentes: "Casa de Detención", "Casa Penitenciaria", juramento) o un Oficial de Justicia (si es su carácter político el
"Prisión Negra"; la última no tiene otra cualidad predicable que que se quiere resaltar), y así en todo lo que sigue. El tribunal
su color, porque de ella no se puede decir nada más, ya que es, reformado por Bentham se transforma así en una máquina tea-
sobre esta tierra, presencia del más allá. tral.
Más profundamente, se puede percibir que todo dispositivo
utilitarista es necesariamente teatral, debido a que no solamente
La escenificación utilitarista todo sirve a algún fin, sino que todo ahí hace sentido. Toda fun-
ción es un rol.
Se cree fácilmente que el pensamiento utilitarista es hostil
por principio al espectáculo. Porque quiere efectivamente redu-
cir toda cosa a lo mensurable, se imagina que toda estética y to- Prisiones del lenguaje
da ostentación son para él superfluas. Esto significa comprender
mal el principio del menor costo, que prescribe por el contrario, El utilitarista clasifica. Sucede que con el objetivo de organi-
si puede decirse, el "forzar" las causas, a fin de obtener de ellas zar los dispositivos más rentables, no cesa de analizar. Su dis-
el mayor número de efectos. Es en la ingeniosidad multiplica- curso hace levantar en su estela un polvorín de átomos de pensa-
dora donde se reconoce la inteligencia benthamiana. El arte tea- miento que él perdería si no los enumerara incesantemente.
tral, que, a partir de las realidades más pobres, hace surgir fan- A eso se consagra Bentham: sus textos interminables se hin-
tasmagorías superextraordinarias es, desde este punto de vista, chan de listas, contradictorias unas con otras, en las que se es-
un modelo de la ciencia de lo útil; a condición, por supuesto, fuerza con gran gasto por captar, por reunir, por tener a mano
de que esta prodigalidad concurra a una finalidad justificada en los resultados tan agotadores de sus minuciosas divisiones. Y es
otra parte. por eso que muchas de sus obras -"Móviles de la acción huma-
Hay un cálculo de las apariencias, Bentham lo pone en prác- na", "La crestomatía", "La prohibición de la usura", "Los
tica en todos sus escritos. El ojo, que reina sobre el imperio pa- textos sobre la ley de pobres", sin contar el "Panopticon"-
nóptico, es el órgano prevalente de sus astucias, él lo dice con culminan con el establecimiento de un plan, de un gran mapa,
todas las letras. '"Prediquen al ojo, si ustedes quieren predicar de una gran tabla general de materias, de un árbol lógico o de un
con eficacia. Es por este órgano, por el canal de la imaginación, cuadro sinóptico.
que el razonamiento de la mayor parte de la humanidad puede Una expresión vuelve siempre bajo la pluma de Bentham:
ser conducido y modelado a voluntad. Como marionetas en la tanto en materia jurídica como en lógica, es necesario siempre
mano del ti tiritera, así serán los hombres en la mano del legisla- poder ubicarse de nuevo at first lance, "a la primera mirada". Y
La máquina panóptica 41
40 Jacques-Alain Miller
En esta grilla muy simple, todos los pobres encuentran un
también: no debe subsistir no dark spot, "ningún rincón oscuro, lugar, numerado: los sordos tanto como los náufragos, l~s a~­
ninguna oscuridad, ninguna mancha". Justamente, ésas son las cahuetas y los asmáticos, los bastardos y sus madres, los J~rdi­
mismas expresiones que usa Bentham cuando pondera la cons- neros licenciados por causa de niebla prolongada, las muJeres
trucción panóptica. encintas, los domésticos despedidos por un mal patrón (9ue de-
Eso se entiende por sí mismo: las grandes nomenclaturas que ben distinguirse de aquéllos despedidos por un buen p~tron), los
despliegan sus ramificaciones exhaustivas son las prisiones del melancólicos, los mancos, en resumen, toda una formidable P?-
lenguaje. El mismo ideal de dominio inspira la teoría peniten- blación abigarrada, maravillosamente homogeneizada por_ las v~­
ciaria y la teoría lógica de Bentham. Clasificación de hombres, tudes de una taxonomía implacable. Un formulario sera envia-
clasificación de palabras, un ojo idéntico los domina. do a cada parroquia a fin de que el número de pobres que perte-
Los hombres, las palabras, se trata de detener sus fluctua- necen a cada una de esas categorías sea exactamente calculado,
ciones, de enmarcar todos los desplazamientos, dA fijarlos de así como la edad, el sexo, la salud, etc.
una vez por todas a un lugar o, al menos, de no perderlos nunca ·Qué es el "Panapticon" de los pobres, cuyo funcionamiento
de vista en sus movimientos, de congelarlos, Antes de ser liberal, (,
expone Bentham en una segunda obra 26 , sino ese cuad ro mismo,
.
está claro, el utilitarista es despótico. inscripto en la piedra?
Sobre el perímetro del edificio -circular o hexagonal en. s~
defecto- los pisos, los t::tbiques, las celdas, son otras tantas divi-
Tierra de los pobres siones y subdivisiones. Todo es aquí as~nto de sep~ac~ón Y de
reunión. Toda proximidad tiene su razon, todo aleJamiento su
Las tablas benthamianas son pnswnes de palabras; inversa- motivo. Es necesario separar: para prevenir la c?rrupción :-!llo-
mente, todos los edificios benthamianos son clasificaciones ral- y la infección -física-; para lograr ~egundad --la VIgi_lan-
materializadas. cia aquí también será invisible- y salubndad -hacer obstacu-
Para el utilitarista, el discurso y lo real son reversibles, sin lo ~ los ruidos a los malos olores, a las visiones desagradables-;
resto.
para impedir ~obre todo que naz.~an "deseos insa~isfacti~les",
En 1797, estando bloqueada la construcción de la prisión
separar los sexos. Pero hay tambien lugar de r_e~mr: reumr los
panóptica votada por el Parlamento, Bentham se propone
hogares, las familias, acercar el enfermo y el medi~o, asegura~ la
emplear su máquina polivalente para el alojamiento de po-
inspección moral, la educación, permitir el trabaJo e~ comun.
bres. La crisis de 1795 había hecho de la cuestión de los po-
La vida de la institución está constituida por el paso mcesante
bres un problema nacional, y las mejores inteligencias se dedican
a buscar un remedio a eso. de una clasificación a otra, los separados se reúnen, se dividen
La primera obra 2 5 se abre sobre una "Tabla de la indigen- de nuevo según otros criterios para tareas nuevas, se juntan de
cia", que en otra parte Bentham llama "El mapa general de la otra forma encuentran a sus semejantes a la noche ... A la no-
'
che los reclusos son ordenados por clases, dispuestos segun ' un
tierra de los pobres". El concepto de indigencia está aquí divi-
dido según sus causas: personales (internas) o externas. Las arr~glo astuto que los hace complementarios: en la p~~ximi?ad
primeras son: 1) definitivas (se deben a una enfermedad de la de los delirantes y los charlatanes impenitentes, ¿a qmen ubicar
mente o a una enfermedad del cuerpo); 2) durables, pero tem- entonces sino a los sordomudos? Los ciegos no sufrirán con la
porarias (incapacidad para hacer frente a sus necesidades por vecindad de los melancólicos, silenciosos, ni de los enfermos
causa de infancia, "falta deedad");3) intermitentes y tempora- monstruosos. La casa panóptica es el lugar de las coexistencias;
rias (incapacidad para trabajar por causa de enfermedad o ¿acaso no demuestra, en acto, que el ho~bre es compatible con
cuidado de niños). Las segundas son todas temporarias: deso- el hombre no da ella un ser a la humamdad? ¿No es acaso, con
cupación, incapctcidad para obtener un trabajo (malas costum- los medio~ disponibles, el mejor de los mundos posibl:s ~l que
bres, f-alta de relctciones ), ruina. ha compuesto el ingenioso utilitarista con todas las misenas de
42 Jacques-Alain Miller La máquina panóptica 43

la creación? El improvement of management no es más que ticular". En las charity schools, cada uno tiene no solamente un
aprender la lógica de las clases, que pone cada cosa en su lugar. uniforme sino una placa numerada. No hablemos de los solda-
dos. Lo ~ínimo es que los pobres usen uniforme 30 • .
El ideal es conjugar la homogeneidad más completa (el un_Ifor-
La polic(a de las identidades me) y la diferenciación más sistemát~ca Y,más n~utra (el nu~e­
ro ). Pero los prisioneros del "Panopt~co~ gozaran ~e una dife-
Transparencia general, clasificación general, cálculo general, renciación más concreta, que les evitara las tentaciones de _la
utilización general; esos valores exigen que sea borrada toda evasión; para los hombres, mangas de largos desiguales:. la IZ-
incertidumbre en cuanto a las identidades. Toda cosa necesita quierda normal, la derecha no más larga que la de un ve~tldo de
un nombre -y Bentham es gran creador de nombres ante el mujer. Los brazos tomarán así un color diferente, tatuaJe natu-
Eterno-, un lugar, un número. Por eso el utilarista no tiene ral indeleble por mucho tiempo. "Un hombre se escapa. Dar
más que repulsión por las muchedumbres y por los vagabundos. un~ descripción detallada de su persona, un signalemen_t ~omo
El vagabundo es el hombre sin lugar, el nómada que no se dicen los franceses, es casi inútil: un rasgo simple lo distmgue
puede tomar en cuenta, rebelde al cálculo, flotante, que ocupa sin posibilidad de errores" 31 • , .
los rincones sombríos que le ofrece una sociedad que, desdicha- En realidad, es a la nación entera a la que sena necesario ta-
damente, no es en toda su superficie, panóptica. Es necesario re- tuar -Bentham lo escribe en 1804 a Sir Carew- y no sola-
coger a los vagabundos, hacer desaparecer a esos seres vivientes mente a los detenidos o a los desertores 3 2 • N o se haría más,
faltos de lógica. Se los pondrá en las workhouses panópticas 2 7 • por otra parte, que imitar a los marinos, que acostumbran impri-
La muchedumbre es la derrota de las taxonomías, la indeter- mir sus nombres y apellidos sobre sus brazos, en caracteres cla-
minación de las numeraciones. En lugar de relaciones reguladas, ros e indelebles 3 3 • Es necesario lamentar que los "nombres
es la confusión la que domina, excitando la agitación, excluyen- propios" de los . individuos estén dispuestos de manera tan
do la reflexión; ahí se producen cambios incesantes, haciendo irregular 3 0 : el mismo nombre, en efecto, pertenece a muchos.
surgir impresiones tan variadas como fuertes. Toda muchedum- Es una verdadera falta de lógica. Una nueva nomenclatura debe
bre -ausencia de clasificación humana- es ya sediciosa. Es par- escribirse, de tal suerte que, en cada país, "cada indi~lduo"
ticularmente peligrosa cuando reúne individuos de malas cos- tenga un nombre propio que le pertenezca a él solamente ..
tumbres, pues les crea un medio común en el que los unos y los Resumamos. Un nombre propio, verdaderamente propio, pa-
otros se protegen de la censura del Ojo: "La vergüenza es el mie- ra cada uno (el equivalente de u!l número, en resumen), ~at':ado
do a la desaprobación de aquellos con quienes vivimos. ¿Pero en su carne, imborrable: eso sena extender el orden panoptl~o a
cómo se manifestaría la desaprobación del crimen en una mu- la tierra entera, a toda la humanidad, e instaurar una segundad
chedumbre compuesta de crirninales?" 23 • El tribunal de la general ya que se podría siempre conocer la respuesta de la
opinión pública desaparece de sus pensamientos, ellos se forman pregunta fundamental de los contratos. "¿Quién eres t~, aquél
un tribunal a su manera: "una lex loci se forma por consenti- con quien yo trato?" 35 • Queda claro que toda mercancia deJ:>~­
miento tácito" 28 • Cada delincuente es diversamente culpable, ría estar estampillada. Esa etiqueta funcionaría como un certifi-
están los endurecidos y los nuevos, los mansos y los revoltosos; cado que establece sin ninguna duda, el propietario, el destina-
en masa se homogeneízan y es el peor el que domina. ' .
tario la cantidad y la calidad del producto .
36

Al vagabundo, es necesario fijarlo; a la masa, dividirla. Ben- Ae:eguradas las identidades, devendría posible la gran conta-
tham anhela una policía general de las identidades. Es necesa- bilidad de las utilidades.
rio acrecentar, subraya con insistencia, los medios de recono- En todo establecimiento :pan6ptico, repite Bentham, es ne-
cer y de encontrar a los individuos: "En la capital del Japón, cesario llevar libros. Book-heeping es una ciencia cuya práctica,
cada uno está obligado a llevar su nombre sobre su vestido" 29 • dado el caso, está especialmente facilitada por la proximidad de
"En las universidades inglesas, los alumnos usan un vestido par- la vigilancia y la transparencia simultánea del dominio a regis-
44 Jacques-Alain Miller La máquina panóptica 45

trar. Se llevarán registros cronológicos --diarios y otros metódi- modelo, es ejemplar, por lo tanto naturalmente imperialista. Y
cos- por materias, tablas de población, inventarios de stoks, in- como no hay ningún dominio que no sea metodizable ...
formes de salud, informes de conducta moral, registros de recla- En la teoría utilitarista lo que ocupa el lugar de bien sobera-
maciones, de castigos (con tapa negra), de recompensas (con no es el máximum. Evidentemente, este bien soberano no es un
tapa roja) ... Y es a la Nación entera que debería extenderse el objeto definido, la maximización no podría ser definitiva; por el
registro: todo acontecimiento sería rápidamente registrado, divi- contrario, es esencialmente variable, siempre susceptible de
dido en sus partes constitutivas, cada una de ellas anotada en el improvement, de mejoramiento; pero, como función, es cons-
libro correspondiente; la vida incesantemente doblada por su tante. Obstinadamente, sin debilitarse, el utilitarista jerarquiza
inscripción exhaustiva, el Gobierno puede incluso tomar decisio- --hay por todas partes más y menos- y reforma -siempre hay
nes informadas, científicas ... En el horizonte -Bentham no lo algo mejor-.
dice para nada en su obra publicada, pero debe seguramente Está claro ahora que la referencia del utilitarista, cualquiera
existir en alguna parte un manuscrito que lo diga-, en el hori- fuera el punto de partida de su reflexión, muestra siempre, en
zonte, la contabilización planetaria, la comparación de todo con definitiva, no ser más que el gran Todo: el universo, la humani-
todo, el registro de la humanidad. dad. Es en ese sentido que el "Panopticon" no es un tema en-
tre otros en la obra de Bentham: el utilitarista es fundamental-
mente panóptico.
El filántropo totalitario El utilitarismo, que aparece en la esfera política como radica-
lismo, variante del liberalismo, es de hecho una concepción to-
El utilitarista, como tal, está consagrado a lo exhaustivo. talitaria del mundo, aspira a la maximización perpetua y univer-
En primer lugar, el utilitarista no niega su atención a nin- sal. Ese totalitarismo es precisamente lo que le permite presen-
gún objeto: todo lo que es susceptible de ser conocido da lugar tarse como una filantropía: la expansión de su imperio no tiene
a una ciencia, como todo lo que es susceptible de ser hecho da por límite, en efecto, más que la especie humana.
lugar a un arte 3 7 • Ninguna discriminación previa: el utilitarista Bowring publica en el volumen XI de su edición el último
acoge indiferentemente cualquier cosa, es un teórico polivalente diario de Bentham; se encuentra ahí esta nota, donde se conju-
a quien nada le es extraño. gan, con una frescura atrayente, el principio del máximo, la fi-
En segundo lugar, sobre todo objeto, él practica la misma lantropía y el imperialismo.
operación: lo totaliza y lo hace complejo. La totalidad debe "1831, 16 de febrero. El día después de haber alcanzado la
siempre dividirse: el utilitarista encuentra en todo lo separable. edad de 83 años.
Obligándose a un análisis del objeto inicial, lo desnaturaliza, lo "Característica del espíritu de J.B.
transforma en montaje. El utilitarista produce entonces conti- "J.B. El más ambicioso de los ambiciosos. Su imperio -el im-
nuamente síntesis sistemáticas, que es indispensable que sean perio al cual aspira- extendiéndose a, y comprendiendo, el con-
exhaustivas. junto de la especie humana, en todos los lugares, en todos los lu-
El discurso del utilitarista está consagrado, por la misma ne- gares habitables de la tierra en todos los tiempos por venir.
cesidad, a la expansión. Por más restringido que aparezca el ob- "J .B. El más filántropo de los filántropos: la filantropía, ob-
jeto en la primera consideración, reduce a sus fundamentos el jetivo e instrumento de su ambición.
dominio del que se apropia, y lo trata mediante procedimientos "Sus límites: no hay otros que la tierra" 39 •
generales: descomponiéndolo, lo reconstituye maximizado, ge-
neralizado. Bentham crea, para calificar ese proceso, la pala- La fórmula
bra "metodización" 38 • Un montaje es metodizado si es el me-
jor posible. Por supuesto, la solución utilitarista excede siempre El utilitarismo que tiene al Todo como campo, tiene por prin-
el problema particular que le dio origen, tiene sieclpre valor de cipio, se sabe, un enunciado único. Este, según Bentham, guía
46 Jacques-Alain Miller La máquina panóptica 47

toda la teoría,. la expresa, la abarca enteramente: all directing, El máximo


all-comprehenswe. La condensa tan bien que una vez produci-
do, esteriliza por su banalidad todo comentario. No es ésa su El máximo simplemente. Es decir, lo útil por lo útil, ¿no es la
propiedad menos destacable. He aquí el "dicho" de Bentham ley que hemos visto reinar, todo el tiempo, sobre las construc-
q~~ hay que intentar despertar, "dicho" que, por sí sólo, le sig- ciones benthamianas? Todo debe ser útil, referirse a otra cosa
mfiCa a su autor encarnar en los manuales una gran actitud mo- que a sí mismo, servir. Sólo lo que es relativo a otra cosa tiene
ral, en compañía de los estoicos, de los epicúreos y de los es- derecho a la existencia, es deCir, lo que funciona. Y ese
cépticos. funcionamiento no tiene principio de detención. Se extiende ne-
Primero la fórmula: la mayor felicidad del mayor número. cesariamente. Se apodera de todo dato y lo transforma. Engloba
"Priestley fue el primero (a menos que no haya sido Beccaria) a la tierra entera. Y si tiene a la humanidad como "fin", es en el
que enseñó a mi boca a pronunciar esta verdad sagrada" 40 • Igual sentido de límite, de frontera extrínseca, ya que por sí mismo
que en el caso del "Panopticon", Bentham no reivindica la pa- llegaría más allá. La paradoja que socava al discurso utilitarista
ternidad de una idea a la cual consagró su vida. De hecho esta es, muy simplemente, que de lo relativo por esencia -lo útil-
expresión se encuentra bajo la pluma de Priestley, en Essdy on hace su absoluto. Bentham se protege de esa paradoja por la
the first principie of government, de 1768, como bajo la de Fórmula. El fanatismo de la instrumentalización se enuncia co-
Beccaria, en la introducción al tratado Dei delitti e del/e pene, mo filantropía máxima. De un solo golpe, sin distinción, los dis-
de 1764 (la massima felicita divisa nel maggior numero). Pero positivos son ordenados al fin universal: ¡todo lo que sirve, her-
manos humanos, estad seguros de eso, os sirve!
se la puede leer también en una obra anterior en Hutcheson:
'' que esta acc10n
., . que procura la mayor
es la meJor ' felicidad al
La fórmula es, para Bentham, arquimédica: punto de apoyo
mayor número" 41 • que permite pensar todo lo pensable, criterio absoluto que
permite siempre la decisión, de tal manera que en el mundo ben-
Sin embargo, a la fórmula de la mayor felicidad Bentham thamiano no puede haber incertidumbre. Todo enunciado que
prefirió por largo tiempo el principio de utilidad, que sin figura en el discurso utilitarista está de derecho subordinado a la
duda enuncia lo mismo pero de otra forma: se aprobará o desa- Fórmula. Pero la Fórmula misma, principio de toda validación,
probará "toda acción según la propensión que parezca tener es el enunciado autónomo que realiza su propia posición, inde-
para aumentar o disminuir la felicidad de la parte cuyo interés mostrable: "¿es (el principio de utilidad) susceptible de alguna
está en cuestión" 42 • En 1822, Bentham critica la formulación prueba directa? No parece, porque lo que se emplea para pro-
de 1789 por no explicar cuál es la "parte" cuyo interés, en últi- bar todas las otras cosas no puede él mismo ser probado: una ca-
mo análisis, está siempre en juego en toda acción humana en dena de pruebas debe tener su comienzo en alguna parte" 44 •
toda circunstancia: la humanidad, su bienestar. ' Pese a que escapa a toda demostración, tampoco recae sobre
Este axioma justifica la instrumentalización generalizada que él ninguna refutación: porque abarca el Todo, sería necesario
promete el utilitarismo: todo medio propiamente dicho se reco- ubicarse fuera del Todo para combatirlo, es decir, en ningún lu-
noce en tanto concurre a este fin. "Una utilización'', escribe gar pensable: "¿Es posible para un hombre mover la tierra? Sí,
Bentham en su Lógica, "es o bien una modificación del fin pero primero debe encontrar otra tierra donde apoyarse" 45 • En-
universal, es decir el bienestar, o bien un fin subordinado es globante, la Fórmula es como la superficie entera del universo
decir, un . medio susceptible de ser empleado para contribuí~ al del discurso; si se la cuestiona, es también, sin darse cuenta, en
mismo fin universal" 43 • El inmenso discurso de Bentham su nombre. Su imperio no tiene exterior.
creador de innumerables dispositivos, quiere tener entonces sól~ Todos los cuestionamientos de la Fórmula pueden ser reagru-
una referencia definitiva, el máximo de felicidad del máximo de pados bajo dos títulos:
seres humanos. Pero lo que actúa, en realidad en ese discurso -el principio de ascetismo, que no es más que el reverso de la
"'
es una formula ~
mas breve, que se puede derivar ' de la primera. ' Fórmula, y que enseña a preferir lo nefc;c d a lo útil; lo que lo
48 Jacques-Aíain !vliller La máquina panóptica 49

refuta es su inconsistencia: "nunca fue seguido hasta el fin por de la curiosidad", o también "placer del oído" a lo contrario del
ninguna criatura viviente, y nunca podrá serlo" 46 . "esfuerzo del trabajo" ...
- el principio de la simpatía, rúbrica en la que Bentham reúne Poco importa, ya que sus "especies" no diferencian al placer,
mezclados todos los criterios fundados sobre la estimación per- ni tampoco al dolor. Todas las especies son homogéneas, el
sonal del bien y del mal, ya sea en nombre del sentido moral, "placer del olfato" y el de la "reputación", el "placer del senti-
del sentido común, del entendimiento, de la ley de la naturale- do sexual" y el de la "habilidad". Y la homogeneidad se extien-
za, de la justicia natural, etc.; en realidad es hacer principio del de a la diferencia misma del placer y el dolor, porque uno al
capricho, "no es tanto un principio positivo en sí mismo, sino otro son como lo positivo a lo negativo. De ahí, para que un
un término empleado para significar la negación de todo princi- cálculo sea posible, basta plantearse que el placer y el dolor
pio"47. aparecen en unidades discretas, es decir que no corren como flu-
Sólo la Fórmula da una base legítima a la comunidad huma- jos, sino que se articulan como cadenas. La sensibilidad está
na, ya que la constituye como su referencia última, ya que fun- desde el principio dividida; se puede entonces decir un placer,
da el cálculo objetivo de las elecciones racionales. Entre los un dolor, para calificar una cantidad positiva o negativa; es una
hombres no hay querellas sino en nombre de lo útil, y Bentham moneda sensible, cuyos valores se estiman y se comparan.
argumenta explicitando, en todo adversario, una apelación disi- Muy rápidamente, se pueden analizar los seis criterios que in-
mulada al mismo principio que cree destruir. Las divergencias dividualizan un placer o un dolor y que permiten su evaluación:
sólo tienen lugar entre interpretaciones de lo útil, entre cuentas intensidad, duración, certidumbre, proximidad, fecundidad (ten-
justas y cuentas falsas, o entre cuentas parciales y la cuenta uni- dencia a ser seguido por una sensación del mismo tipo), pureza
versal. Bentham es el que toma en cuenta el conjunto de los (tendencia a no ser seguido por una sensación opuesta); si la
seres humanos y calcula por la humanidad. sensación concierne a varias personas a la vez se agregara la ex-
Se deduce evidentemente que la inscripción de "J.B." en su tensión. Se pueden considerar muy rápido debido a que el
sistema no es contingente, que su persona está necesariamente cálculo es solamente regulador: "no debe esperarse que ese
implicada en la teoría, pues es necesario que exista al menos un proceso de evaluación pueda ser aplicado a cada ~juicio moral
hombre cuya utilidad personal se confunda sin resto con la uti- o a cada operación legislativa o jurídica. Sin embargo, debe
lidad universal, excepción análoga, en el sentido de la humani- tenerse siempre presente y, según que el proceso efectivamente
dad, a la de la Fórmula en el conjunto de las demostraciones. seguido en esas ocasiones se le acerque más o menos,
Por eso, puede decirse que Bentham es incomprensible para ese proceso tiene más o menos el carácter de un proceso exac-
sí mismo. to"so.
El cálculo de los placeres, que le valió a Bentham lo más cla-
ro de su celebridad, es el postulado necesario para la racio-
nalización de la política. Es el instrumento del juez, no del
Dos amos psicólogo. Es el símbolo de una justicia perfecta, que sabría
medir Jos daños y las reparaciones. La máquina para calcular el
¿Para qué enumerar aquí, a la manera de Bentham, los place- placer y el dolor, en la cual los comentadores de Bentham se
res y las penas? En la Introducción a los principios de la moral y quisieron interesar por ella misma, si pudiera funcionar, aun de
de la legislación" 48 , distingue catorce especies principales de la forma más imperfecta, sería el medio ideal para el dominio de
Jos primeros y doce de los segundos, a las que se agregan subdi- los individuos y las comunidades. Su secreto lo revela la pri-
visiones y combinaciones. Otras obras presentan listas ligera- mera frase de la "lntroduc ción": "La naturaleza puso a la hu-
mente modificadas, vocablos cambiados, especies reagrupadas. manidad bajo el gobierno de dos amos soberanos, el dolor y el
Por ejemplo, la nomenclatura establecida en "Jos móviles de la placer".
acción" 49 bautiza "placer del catalejd'(spying-glass) al "placer En el hombre benthamiano el sometimiento es originario. El
50 Jacques-Alain Miller La máquina panóptica 51

cálculo de los placeres comenta un enunciado único: el hombre anterior, depositado en el origen por la Naturaleza o por Dios;
es sumiso; es gobernable; es, por naturaleza, desn~~uralizable no puede decirse que ellas se distancien de estos últimos, no se
por medio de la sensibilidad; para manejarlo es suficiente con- las puede reducir a ellos. Las leyes no son más que dispositivos
trolar las palancas que activan sus mecanismos; buscando el de lenguaje, que dominan, en nombre de lo útil, el placer y el
placer, huyendo del sufrimiento, es una máquina elemental•. 1~­ dolor.
brada por la naturaleza al poder de los dispensadores de felici-
dad. •
Si la humanidad es sierva de dos amos, será en consecuencia "Ex nihilo"
sierva de quien se haga amo de esos amos. Y, en el "Panopti-
con", ya lo vimos, es cual perros que Bentham suelta el placer y Imaginar una ley natural, regular la ley positiva en función de
el dolor sobre los reclusos. derechos y deberes que le preexistirían, es suponer enunciados
sin enunciación, salvo que ésta se refiera a un providencial emi-
sor divino. Si no hay naturaleza legislativa, si lo útil es la única
Todo es posible
instancia de legitimación, entonces es de la ley, de su enuncia-
ción efectiva, humana, es decir, de un acto de lenguaje, que
En la teoría utilitarista, la naturaleza no es otra cosa que es-
nacen los derechos y los deberes. La legislación es totalmente
to: lo que pone a disposición de los amos el placer y el dolor, fenómeno de discurso, efecto de discurso.
para enderezar y conducir a los hombres. La naturaleza aquí no ¿Cómo podría el lenguaje no reproducir un modelo, sino
dice nada no da ninguna norma, no instituye ninguna referencia crear entidades que obtendrían su ser sólo de sí mismo. ¿Herbert
ni impon~ ningún límite: engendra una humanidad indefinida- Spencer, por ejemplo, lo declara incomprensible 52 • ¿Quién,
mente plástica. pregunta, puede producir algo a partir de nada? Ese sería un
Al recorrer toda la obra de Bentham no se encuentra a esta efecto que sólo se reconoce a la omnipotencia divina e, incluso,
maleabilidad más que dos reservas. Por una parte, el hombre son numerosos los que se rehúsan a reconocérselo.
no puede sentir hasta el infinito, primero porque la vida es li- Lo "ex nihilo" de la ley constituye sin duda un problema,
mitada; luego, porque un placer muy intenso se cc;m~ertiría en ineludible para el utilitarista desde el momento que forcluye to-
dolor y un dolor muy intenso se acaba en desvanecimiento. Por da garantía natural o divina. Bentham lo asume en su teoría de
otra parte, cada cuerpo y cada mente es~án individualizados po~ las ficciones. No es una obra sino un tema de la obra, demasiado
una diferencia irreductible; hay a radzcal trame of body, as1 perdido en el conjunto para que ni James Mill, ni Stuart Mill, ni
como a radical trame of mind; esta contextura originaria es in- Bowring y Dumont, los compiladores, lo hubieran aislado como
cambiable. Esto no significa encerrar en límites estrechos el tal. C. K. Odgen fue el primero en reunir en un volumen los tex-
campo de las mutaciones. tos esparcidos 53 •
En este sentido, el optimismo benthamiano profesa un "todo Imposible expresarse sin suponer la existencia de ciertos ele-
es posible" que libra el futuro al desencadenamiento de las po- mentos que el discurso vehiculiza. Es decir, no hay discurso que
tencias de lo útil.
no reconozca entidades. No es posible expresarse sin referir a.
El primer libro publicado por Bentham está consagrado a re- De esta función están encargados los sustantivos.
futar punto por punto la introducción de los. "Comen,tarios" La naturaleza de esas entidades que se suponen existentes no
de Blackstone sobre la ley inglesa 51 • En reahdad, esta total- es unívoca. La percepción servirá de primer principio de discri-
mente escrito para plantear esta tesis retomada por Hume: no minación. Hay entidades de las que testimonian los sentidos di-
hay, no podría haber contrato original ni derecho natural. rectamente -son cuerpos- y hay otras de las cuales solamente
Es necesario, en efecto, que la naturaleza se calle para que lo uno se persuade por un razonamiento; las incorporales, el alma
útil reine sin limitaciones. Las leyes no retoman ningún discurso en tanto tal o también Dios, que nadie jamás vio, recuerda
52 Jacques-Alain Miller La máquina panóptica 53

Bentham, según la fórmula del apóstol. Lo perceptible se opone la trabaja, por lo que lo ficticio se confunde incesantemente con
así a lo inferencia!, como aquello cuyo conocimiento es media- lo fabulatorio; hablar engendra una creencia, y casi una supers-
to. Sin embargo, sean sensibles o sean deducibles, yo entiendo tición: que a toda palabra le corresponde una cosa. Se deberá
claramente, nombrando esas entidades, que ellas existen en la entonces despistar las ficciones. Pero ¿cómo considerarlas? Ellas
realidad y que el sustantivo se sostiene en un sustancial. no se dejan definir por el "género y la especie". No son subsu-
Aquí es donde una segunda dicotomía se define: entre lo midas ni subsumen. En consecuencia, la paráfrasis es lo único
real y lo irreal. El lenguaje alberga, en efecto, sustantivos sin que las circunscribe. Se retraducirán las ficciones: "toda proposi-
sustancias. Hay más nombres que cosas. El discurso es excesivo, ción que tiene una ficción por sujeto puede ser traducida en una
pletórico; permite hablar de lo que no existe como si eso exis- proposición que tiene una entidad real por tal" s 7 • Una proposi-
tiera. Esta constatación simple, tradicional en la filosofía ingle- ción que se basa en una ficción es emblemática: presenta una
sa desde Hobbes y Locke, motiva el análisis lingüístico: no to- imagen, parafrasear la es referir la imagen a un ser corporal.
mar las palabras por las cosas, comparar el discurso con la reali- En ese sentido, la ficción benthamiana es lo que la logística de-
dad, reducir la distancia, establecer una aduana del lenguaje, nominará un símbolo vacío o incompleto, lo testimonia el nom-
reprimir los vocablos de contrabando, forcluir lo irreal. bre que forja Bentham para designar la paráfrasis de ficción: "fra-
Solamente, argumenta Bentham, lo irreal no es homogéneo. seopleorisis", relleno de frase.
En su esfera, es necesario también distinguir entre lo fabuloso ¿Es decir que Bentham tiene por ideal el relleno integral
y lo ficticio. Si yo afirmo que en tal casa, de tal calle, de tal del discurso, la reducción de las entidades ficticias? Basta
ciudad, habita un demonio cornudo y la observación me des- recordar que no hay lenguaje sin ficción. El utilitarismo no es
miente, yo no he creado más que una fábula describiendo un nominalismo; no se trata de romper las ficciones sino de
como real una entidad que no existe: una "no-entidad", una dominarlas, porque las ficciones actúan.
nada. Hay otras entidades que tampoco existen, pero que las Ahí es que se descubre el objetivo de "la teoría de las ficcio-
exigencias propias de la forma gramatical del discurso me obli- nes", que no es una investigación lingüística desinteresada: es
gan a nombrar, a evocar, a hacerlas presentes en la expresión, una teoría de la legishición, del lenguaje como poder de legis-
mientras que, en "verdad y realidad" yo no entiendo atribuir- lación. Las entidades ficticias movilizan las entidades reales, las
les la existencia. Si existe la fábula, ella es necesaria. No es de mi distribuyen, las organizan: hablar es legislar, es decir, hacer
invención. Es la afabulación del discurso como tal: no puedo actuar cosas que no existen.
expresarme sin sustantivar, es decir, sin producir entidades Todas las entidades jurídicas son entidades ficticias, derechos,
irreales, pero indispensables, a las que Bentham reserva el nom- deberes, poderes. La ley natural es una fábula; toda ley es ser
bre de ficciones. de lenguaje que pone en juego dos entidades reales: el placer, el
Las ficciones son necesarias al lenguaje: "mientras el lengua- dolor, que son la única referencia del discurso jurídico en su
je esté en uso entre los seres humanos, no se podra prescindir de conjunto. Una ley no es más que un dispositivo del lenguaje
ellas" s 4 • Inversamente, ellas no obtienen su ser más que de la que asocia artificialmente acciones y efectos sensibles, según
enunciación, no tienen existencia separada; suponerles correla- la fórmula: tal accion provocará tal sufrimiento o tal felicidad.
tos reales, es transformarlas en fábulas: "es al lenguaje, sólo
al lenguaje que las entidades ficticias deben su existencia, su
existencia imposible y sin embargo indispensable" 55 • Hay por Pannomion
lo tanto seres de lenguaje, de los cuales el discurso hace toda la
materia. El derecho es "uno de esos objetos cuya existencia es simu-
Sin embargo, como no se puede hablar de una entidad ficti- lada por las necesidades del discurso, por una ficción tan necesa-
cia más que "como si fuera real"s 6 , una deriva interior arrastra ria que sin ella el discurso humano no podría existirs 8 • Ocurre
a la expresión; una potencia maligna, falaz -la de la gramática--, lo mismo con otras entidades puestas en juego en el discurso
54 Jacques-Alain Miller La máquina panóptica 55

jurídico: delito, deber, poder; Esas entidades son, si se quiere, la declaración de una voluntad, arropada por un signo exterior?
simultáneas, exactamente correlativas, recíprocamente traduci- El amo, dice Bentham, hace la ley sobre su valet, el padre sobre
bles, sustituibles. Si se ignora su naturaleza de ficciones, se gira su hijo, el hombre sobre la mujer. Las leyes que forman los códi-
en redondo: un derecho es un poder, o un poder es un derecho; gos no se ?istinguen más que por su emisor, o sea, el soberano,
y así se continúa, desplazando el peso de la definición, hacia que se defme simplemente por ser la instancia en posición de ser
adelante o hacia atrás, de una palabra a la otra" 5 9 • Llevando a obedecida en un Estado. Ocasión nueva para clasificar: esta ins-
su límite la teoría benthamiana, se podría sostener que no hay tancia delega sus poderes o bien los divide o los concentra; la
más que una sola entidad jurídica y que las leyes se refieren a un emisión legislativa sigue recorridos más o menos extensos; cada
objeto único, que ellas comentan, hacen variar, traducen, divi- enunciado de ley es desmontable: ¿quién enuncia? ¿a quién se
den y reparten. Ese objeto único es el sufrimiento. aplica el enunciado? ¿de qué maneras? ¿qué motivos moviliza?
Sufrimiento y placer, pero sufrimiento primero. La ley es ¿cómo se expresa? ... 64 • Aquí, cada palabra cuenta. Es por
promesa de sufrimiento más bien que de recompensa: " ... eso que Bentham redacta la "Nomografía", lingüística y esti-
sólo por la recompensa es seguro que ninguna parte efectiva (del lística legislativa 65 •
trabajo gubernamental) podría jamás proseguirse, ni media ho- El legislador es un lógico, en el sentido benthamiano: la cien-
ra"60. El dolor, en efecto, es más seguro que el placer (menos cia de los medios a emplear para alcanzar fines 66 ·es decir un
dependiente de las circunstancias, susceptible de más duración, mecánico de los egoísmos. La ficción legislativa aj~sta los inte-
sus fuentes son innumerables; el cuerpo se ofrece aquí todo en- reses y los hace concurrir a los mismos fines. Asegura por el ro-
tero, ya se ha visto) y es el miedo el "instrumento necesario, el deo del miedo la conexión del deber y del interés. El legislador
único aplicable a las metas de la sociedad" 61 . En consecuencia, es entonces un psicólogo. En su gran dispositivo convoca todos
de todas las ficciones jurídicas, finalmente el delito es la ficción los saberes y todas las poblaciones, y no las restituye más que
fundamental, porque es la más próxima al castigo. después de haberlos triturado.
Igualmente, los códigos son convertibles: el cijscurso legislati-
vo puede ser recitado tanto en el lenguaje penal como en el len-
guaje civil. Pero si es necesario elegir un orden, es el código pe- Un estilo
nal el que domina al civil. El código civil, en efecto, crea los de-
rechos y los deberes, mientras que el código penal crea los deli- El estilo nomográfico Bentham no lo reserva a la legislación
tos y los castigos, y por eso envuelve implícitamente al primero. sino que lo extiende a toda su obra. Es necesario que en el dis-
El código penal es el código fundamental; en ese discurso "el le- curso todo esté en su lugar, de donde se sigue que la escritura
gislador se manifiesta a cada individuo; él permite, ordena, pro- debe realizar, sin cesar, su propio análisis. Es necesario dividir
híbe; traza a cada uno las reglas de su conducta, usa el lenguaje . -«el proceso de subdivisión nunca será suficientemente desarro-
de un padre y de un maestro" 62 . llado"67- hasta alcanzar los átomos de sentido, las unidades de
Resta decir que el discurso que legisla es uno y que es sola- pensamiento. Es necesario numerar, a fin de no perder ninguna
mente por comodidad que se lo divide en códigos. La "teoría de ~, parte, y es necesario denominar, a fin de individualizar: todo
las ficciones" desemboca entonces sobre un código universal e elemento, todo conjunto de elementos, debe tener un nombre.
integral -todas las leyes reunidas, unidas, unificadas, armoni- Así cada significación, como el prisionero en su celda será cau-
zadas bajo un mismo principio, cada una completa, individuali- tivo de una palabra; adecuación, transparencia del sign'ificante y
zada, numerada, traducidas en un álgebra unívoca- cumpliendo del significado. Escribir es desambiguar, la expresión es deBen-
"la proyección de la esfera de las leyes de tal suerte que todas tham. A los verbos, preferir los sustantivos68 : así se desalojan las
sus partes puedan ser vistas de una vez": el Pannomion, el gran su posiciones existenciales; en lugar de decir que se aplica un re-
código panóptico 63 • glamento, diga que se hace una aplicación del mismo, y usted re-
El legislador panóptico es un lingüista. ¿Qué es una ley sino vela una entidad disimulada por el verbo, una entidad de la cual

56 Jacques-Aiain Miller
La máquina panóptica 57
usted podrá hacer variar la extensión y la comprensión, a la que
usted podrá a su turno dividir en categorías que usted numerará 4 w. 111, pp. 41-42.
5 w. 111, p. 142.
y denominará, clasificará por orden de preferencia, variable se- 6 W. XX, p. 585.
gún los casos; casos que a su vez serán objeto de una numera- 7 W. XVI, p. 397.
ción, de una clasificación, etc. Entonces usted escribirá un dis- 8 W. XVI, p. 428.
curso banal, sin profundidad, sin espesor semántico, la escritu- 9 Panopticon, W. 111, p. 133.
ra de Bentham, que quiere ser "algebraica". Pero observemos so- 10 Panopticon versus New South Wales, W. 111, p. 174.
11 Poor law, W. XVI, p. 389.
lamente los efectos de este ideal de desambiguación absoluta: 12 Principies o{ penallaw, W. 11, p. 431.
queda obligado a retomar indefinidamente sus clasificaciones, 13 !bid.
de abrir sobre ellas otras clasificaciones que cabalgan y se con- 14 Introduction to the principies o{ morals and legislation, cap. XIII, p.
funden, alargar sin medida sus frases, dividiéndolas, detallándo- 281.
15 Principies o{ penallaw, W. 11, p. 414.
las, desplegando toda elipse, . intolerante a la alusión, cada 16 lbid. p. 396.
proposición absorbida por los incisos que cruzan bajo cada pala- 17 lbid. p. 415.
bra, encerrándola, proliferando tan rápido que no tiene más 18 !bid. p. 398.
tiempo para ubicarlas sobre listas nuevas, y abandonando su ma- 19 W. 11, pp. 407-408.
nuscrito, retoma la cuestión desde el inicio, prometiéndose esta 20 w. 11, p. 407.
21 W. 11, p. 408.
vez no dejar nada en la sombra, en el equívoco, pero éste, a me- 22 w. 11, p. 424.
dida que él lo caza se rehace detrás de él; agrega una nota, la no- 23 w. 11, p. 431.
ta deviene capítulo, el capítulo se infla, es un libro, pero toda- 24 "The rationale of evidence", W. XII, p. 321. Y también en los Principies,
vía inacabado, es necesario retomarlo ... Go on, ¡adelante!,con- W. 11, p. 557: "Hablad a los ojos, si queréis tocar el corazón".
25 Situation and relief o{ the poor, W. XVI, p. 361.
tinúe, es la última palabra de un manuscrito sobre las ficciones, 26 Outline o{ a work intitled pauper management improued, W. XVI, p.
abandonado ... 69 • Y es así que Bentham, infatigable, no cesó 369.
de escribir, él, el teórico de la transparencia, promotor del estilo 27 Tracts on poor law, W. XVI, p. 401.
desambiguado, si puede decirse, panóptico, de escribir textos ile- 28 Panopticon, W. 111, p. 138.
gibles, la mayor parte de los cuales sólo aparecieron compilados 29 Principies o f penallaw, W. 11, p. 557.
30 Pauper management, W. XVI, p. 389.
por otros: Dumont, James Mill, John Stuart Mill, Francis Place, 31 Panopticon, W.III, p. 156.
Bowring. Agreguemos que preconizaba las virtudes de la breve- 32 Correspondance, W. XX, p. 414.
dad --"más corta es la frase", leemos en la Nomografía, "mejor 33 The rationale o{ judicial evidence, W. XIII, p. 212.
es"- y teorizaba el arte de las abreviaturas. Panóptico opaco. 34 0{ laws, cap. XIII, p. 312.
35 lbid.
36 Principies o{ penallaw, W. 11, p. 556.
37 Ver, entre otros textos, Logic, W. XV, p. 240.
Febrero de 1973 38 Ver, entre otros textos, Logic, W. XV, p. 261.
39 W. XI, p. 71.
J' 40 W. XIX, p. 142. Esa frase viene del Commonplace Book que Bentham
tenía hacia el año 1784. En 1822, cita solamente a Priestley (W. XIX,
p. 79).
41 Inquiry into the original o{ on ideas o{ beauty and uirtue, p. 177, 2da.
Notas ed.1726.
42 Introduction to the principies o{ morals and legislation, p. 126.
43 W. XV, p. 231.
1 Panopticon, W. 111, carta 5, p. 44. 44 Introduction to the prin ciples o{ morals and legislation, p. 128.
2 W. 111. carta 6, p. 45. 45 Ioid. p. 129.
3 W. XXI, p. 96 (nota) 46 Ioid. p. 136.
47 Ioid. p. 140.
58 Jacques-Alain Miller

48/bid. pp. 155-163 TEORIA DE LALENGUA


49 Table of the Springs of action, W. l. (Rudimentos)
50 Introduction .. ., p. 153. Manuscritos de University College de Londres
caja 14, citado por C.W. Everett, The education o{ J. Bentham. '
51 A fragment on government.
52 The great political superstitions, en The Man versus the State, p. 163.
53 Citamos los escritos referidos a las ficciones según la edición Ogden,
Bentham 's theory of fictions, Londres, 1932. La mayor parte de los
texto~ provienen de los volúmenes 111, IV, IX y XV de la edición
Bowrmg. Ogden igualmente abrevó en esos manuscritos que Elie Halevy
consideraba "largos e inútiles" (La evolución de la doctrina utilitaria p.
357). '
54/bid. p. 17.
55 !bid. p. 15. Quisiera que esta alocución al Congreso de la Escuela Freudia-
56 !bid. p. 13. na fuera romana. Ella lo es en todo caso por el lugar de su com-
57 !bid. p. 86.
58 W. IX, p. 218.
posición, aquí, en estos días. ¿Lo será por la honestas con la cual
59 Panopticon versus New South Wales, W. 111, p. 594. deseo imbuirla? Ustedes me lo dirán.
60 Of laws, p. 135. El congreso, ¿acaso es otra cosa que uno de los marcos socia-
61 Leading principies for a constitutional code, W. VII, p. 208. les de la memoria? ¿Y estamos nosotros reunidos aquí, en
62 View of a complete code of laws, W. IX, p. 161. Roma, solamente para reconfortar una institución que es la
63 !bid. p. 205. El nombre de Pannomiom para designar el código inte- nuestra y que tiene ahora diez años?
. gral es empleado en los Pannomial fragments, W. IX, pp. 211-230.
64 Ese minucioso desmontaje fue el objeto del tratado Of Laws. La reunión periódica de aquellos que ejercen una misma pro-
65 Nomography, W. IX, pp. 231-283. fesión es un hábito que responde a una necesidad de nuestro
66 Ver Logic, W. XV, p. 219. tiempo, entiéndase el tiempo del capitalismo, puesto que el acto
67 Nomography, W. IX, p. 267. es capturado en la forma del oficio y que la segregación hace
68 "Languaje", W. XV, p. 315.
ley.
69 W. IX, p. 295. La obra salida de una nota es Of laws, que se apoyó so-
bre la Introduction to the principies of moral and legislation. El congreso es una práctica oficial de la cual viven oficinas es-
pecializadas, que tiene sus viajes organizados, sus cuotas e inclu-
so sus mundanidades. A intervalos regulares, aquellos que se reco-
nocen solidarios y semejantes, tanto por su forma de ganarse el
pan como por su discurso, renuevan entre ellos una alianza.
Vienen por eso a reavivar ese pacto, a calentarse en tropilla, a
asegurarse que su colectividad existe, a contarse, a calibrar la
bolsa de valores en el dominio de su actividad. Esto es cierto
para los médicos, los panaderos, los militantes políticos, así
como para los universitarios y los psicoanalistas. Sin duda~ ni
maestros ni histéricos, sino miembros de la Escuela Freudiana
de París.
En sesión plenaria, donde ahora hablo, la profesión tiene el
hábito de presentar, un poco desordenadamente, un lote de sus
productos. Popurrí que, sin embargo, nutre nuestra memoria
social.
Esk inscripción que entre nosotros, miembros de la Escuela
60 Jacques-Alain Miller Teoría de [alengua 61

Freudiana, hace quizás vínculo social, no ia desprecio. No me Sí, el amo. ¿Acaso es decir demasiado ante una sociedad tan
burlo de ella. No sueño con su desaparición. Conozco su nece- experimentada? El nuevo amor fue bautizado en Roma en 1953
sidad. Por lo demás, si me burlara, ¿qué otra cosa sería yo aquí y es él quien resuena todavía aquí, ¿quién lo ignora?, en cada uno
sino vuestro payaso? Posición, es cierto, a la cual me destinaba de aquellos que han escuchado, cada uno por su propia cuenta,
-hablo en pasado- mi vocación de filósofo: decir la verdad un Tú eres aquel que me seguirá, y han proferido para confir-
una verdad que no produce consecuencias. ' marse en la posición de discípulo el Tú eres mi amo.
Nerón -es el ejemplo que evocaré, ya que estamos en A veces los ingenuos descubren de golpe que no somos una
Roma-. Nerón, dice Tácito, hacía venir a los filósofos después sociedad científica, porque seguimos a un amo, y un amo que
de las comidas para gozar con sus controversias, y se los incitaba manda. ¡Cómo puede ser! Era así quizás en las sectas a_ntiguas.
a pelear, como a los gladiadores en el circo. Pero, en fin, para ¿Dónde está el escándalo, si no es para aquellos que solo pue-
que esto ocurriera ahora, habría que ser al menos dos. den concebir la función de enseñar capturada en el molde de la
Si participo pues en este ritual, dejando de hacer de desenga- Universidad?
ñado, es que he adoptado aquí, como puedo, el discurso analítico. Lacan es un amo. Decir esto es de entrada decir que no es un
Hay otra memoria que no es la memoria social, aquella que los sabio, filósofo que se adecua al orden del mundo y cambia su
griegoshacúin musa con el nombre de Mnemosina y que invita deseo. No es tampoco el famoso sin-manos. Ninguna modera-
al re-recuerdo de lo esencial. ción, ninguna temperancia, nada de neutralidad. Aquel que cre-
A mi juicio, este congreso está reunido para que conmemo- yera ser siempre analista no lo será jamás. La apatía analítica,
remos -y por lo demás es lo que me han dicho para decidirme fuera de los cuatro muros de la sesión, es la abyección misma.
a venir-- un discurso que se realizó en Roma hace ya veintiún Yo sólo puedo hablar de la ética del psicoanálisis desde el
años, mucho antes de q~e esta Escuela existiera- ¿cuántos que- exterior. Para hacerlo, voy a contarles una historieta que corre,
dan de aquéllos de entonces?- un discurso cuyo eco llegó sufi- según parece, en el medio y que me contaron ayer.
cientemente lejos como para habemos, por razones distintas, lla- Un pequeño analista toma el ascensor todas las mañanas al
mado, comprometido y hoy reunido en esta sala. mismó tiempo que otro tipo; ante los ojos estupefactos del as-
censorista ese tipo todas las mañanas le escupe al pequeño ana-
Por eso, no teniendo por mi parte otro título para dirigirme lista. Una mañana el analista llega solo, el otro tipo no está ahí.
a ustedes que el de haberme propuesto -no puedo decir, ya que El ascensorista aprovecha entonces para preguntarle al pequeño
todo mensaje se invierte, de haber sido elegido- para transcri- analista: "Pero,finalmente, ¿cómo hace usted para soportar que
bir la palabra cuyo auge marcaba el Discurso de Roma; no te-
niendo más título que éste para dirigirme a ustedes, comienzo ese tipo le escupa en la cara todos los días?" Y el pequeño ana-
por un elogio de Lacan. O más bien haré cuatro. lista contesta: "Es su problema".
Ataraxia, ¿no es cierto?, digna del estoico que sacrifica, que
Mi primer elogio es de Lacan el amo 1 • pisotea su dignidad junto con su deseo.
Lacan cita en su Seminario esta Iluminación de Rimbaud, Cuando se extreman un poco las cosas con alguien del medio
A una razón: analítico -y ¿qué puede prestarse mejor para ello que un con-
greso?- se escucha esto que les confío fresquito de anoche:
Un golpe de tu dedo sobre el tambor descarga todos los soni- "Viejo, cuando uno está analizado, uno se dice: ¡Para qué hacer
dos y comienza la nueva armonía. cualquier cosa! Ya no se cree en nada".
Un paso tuyo, es el levantamiento de los hombres nuevos y su Esta convicción está presente en muchos. Lo que hay que de-
puesta en marcha. cir es que si éste es el ideal analítico, entonces,¿para qué sirve el
análisis? Esta moral de cerdo ¿es acaso Ja ética del psicoanálisis?
Tu cabeza se desvía: ¡el nuevo amor! Tu cabeza se vudve: ¡el Pero está Lacan, que t<>dos los días nos demuestra que el
nuevo amor! análisis no es eso, y que esta posición un poco depresiva no es el

1
62 Jacques-Alain Miller Teoría de /alengua 63

alfa y el omega del discurso analítico. Los cerdos, es cierto, tie- Sí, histérica, la palabra de Lacan lo es, al menos por este ras-
nen una respuesta para todo. " ¡ Lacan, veamos, evidentemente, go, que es auténtica. La palabra ha sido, a partir del existencia-
está mal analizado!" Este también es un comentario fresquito lismo, degradada. ¿Pero no se podría reavivar un poco su empa-
del congreso. ñado brillo?
Es por eso que aquí yo celebro primero a Lacan el amo, aquél La verdad, ¿se demuestra? Las pruebas la fatigan, decía Era-
de quien se puede decir que no es tanto su goce lo que lo ocu- que el pintor. Con las mismas palabras de Lacan, sonsacadas a
pa como su deseo lo que no descuida. Y para aquellos que aquí su discurso, robadas, plagiadas, ¿quién ha compuesto alguna vez
creen que yo elucubro, los remito a la página 757 de los Escri- algo que suene verdadero? Todos nosotros somos aquí un poco
tos, así como a las primeras páginas del Seminario sobre los Es- unos arrendajos vestidos con las plumas del pavo real. Pero los
critos técnicos de Freud. arrendajos siguen siendo los arrendajos y el pavo real sigue sien-
¿Es la Escuela Freudiana nuestra puesta-en-marcha? Es un do el pavo real.
término un poco militar y demasiado brillante quizas para nues- Para el oyente, y aun para el lector del Seminario, ¿qué dis-
tro emplazamiento. curso no parece hoy prestado al lado del de Lacan? Se simula
Amo es aquel que no teme al vecino, que siempre exige que que se piensa, que se sabe, se balbucea,. se recita, tan sólo se
uno se conforme a la convención. Amo es aquel a quien no se le vuelve a meter el pie en los caminos trillados; en nombre de la
van los ojos a izquierda y a derecha, ni hacia atrás y a todos la- escritura, se garabatea. La verdad, la verdad lista para sonreír.
dos. Amo es aquel que no cede en su deseo y que de este modo Pues bien, los hay, cuando los escucho, cuando los escucho
es él solo una caravana que pasa. balbucear como escolares o inflar la voz y tronar, lo que me di-
Freud fue un amo. Tener dolor de cabeza, haber hecho mal el go es que ellos son aquello que en la tradición filosófica se lla-
amor anoche, olvidado una palabra, todas las pequeñas cosas de ma sofistas. Lacan decía ayer que ya no se puede saber qué era
la vida, de su vida singular, le importaban. Y así el amo llama a un sofista. En todo caso es una figura de la tradición.
cada uno a lo que tiene de incomparable.
¿Diré por qué el psicoanálisis es hermético quizás para los fi- La sofística, en la tradición, es el arte de simular el pensa-
lósofos? ¿En efecto, por qué abandona,r el concepto por estas miento hablando. ¿Y cómo verificar que un pensamiento no es
necedades? Lo mínimo necesario aquí es una inversión, un tras- un simulacro de pensamiento? ¿Cómo discriminar el pensamien-
tocamiento de los valores. Me doy cuenta de cómo el "maoísmo" to y su simulacro? ¿Cómo distinguir entre Lacan y el primer fal-
fue su agente para algunos. El obrero ante el cual éramos unos sario que aparezca? ¿Es por ello que ciertos filósofos son mi-
necios porque no sabíamos hacer nada con nuestras manos, sal- sántropos? Es teatro nuevamente, pera de otro género. Enton-
vo ... , ese obrero, nuestro sujeto-supuesto-saber en un tiempo, ces, hay que admitir esto: no hay ninguna marca instituida que
nos llevó a entrever la vanidad del idealismo. puntúe en el Q.iscurso el acento de verdad. El acento de verdad
Lacan es un amo, impunemente traicionado, puesto que na- está entrelíneas. "En verdad, ¿quién se haría testigo del acento
die le quita nada. ¿Qué es lo más elevado que da un amo? Es su de verdad?" escribe Lacan en algún lado. El sofista es aquel que
ejemplo. Traicionarlo no es sacarle nada. Es solamente perder su hace como si esto no se viera. Puede hablar de todo, del goce, de
ejemplo. Para algunos, es perderlo todo, sólo queda clavar la ta- la pintura, de la topolog1a. Cree que hay "listo para pensar"
bla. (prét-a-penser), esto se dice ready-made.
El amo está pues quizás en la posición de creerse autorizado Si en Lacan no se ve ni jota, basta con sacar su vaca de no-
a todo. Y es entonces cuando, ciego, cae. La verdad es que al che cuando, se sabe, todas se parecen.
amo nada le está permitido. Está atornillado a un lugar del que Simular saber, hacer simulación del saber, es ésta la impostura
no se sale. Y si acaso olvidara el límite de su poder, el discurso en la que se sostiene el discurso de la Universidad. Y se com-
de la histérica, que lo fastidia, está allí para recordárselo. prende por qué, por eso, el analista más que cualquier otro está
Llego ahora a Lacan el histérico. sujeto a aspirar a él, me atrevo a decirlo, desesperadamente.
64 Jacques-Alain Miller Teoría de /alengua 65

Pero esto no me impedirá iniciar mi tercer elogio, el de L<..uuJ de la histérica. Finalmente he hablado de Lacan el amo y podría
educador. hablar de Lacan el esclavo, entiendo, el nuestro.
Lacan señalaba en su seminario del año pasado que en francés
¿Qué título conviene más al fundador de esta Escuela? Escue- "incauto" sólo se dice en femenino. Completaré esta obser-
la, la palabra es bella. ¿Qué referencia introducía Lacan, hace vación sobre la lengua con esta otra: que en francés, "fatuo"
diez años, para justificarla? Fue a buscar en Fichte. . , . sólo se dice en masculino. ¿Qué es la fatuidad? Es no querer
Pero aquí, quizás porque las cosas me resultan muy d1ficiles hacer nunca sus pruebas. Es tomarse hasta tal punto por la ver-
de decir, leeré un pasaje de Nietzsche, de su texto "Schopen- dad misma que las pruebas los comienzan a cansar. Beatitud,
hauer educador": suficiencia ...
"Si analizo retrospectivamen~e la impresión que me ca';lsó Y sin embargo, ¿quién le pide todavía pruebas a Lacan, sino
Shopenhauer, la encuentro formada por tres elementos: la Im- él mismo? Pero nosotros, nosotros creemos haber hecho bastan-
presión de su probidad, de su alegría y de su constancia. Es pro- te con escucharlo, seguirlo, ser miembros de su Escuela. Hay
bo porque habla y escribe para sí mismo, dirigiéndose a sí mis- que pensar que él, Lacan, "el amo", tiene un amo feroz que lo
mo". (Seguro que diríamos esto de otro modo). "Es alegre por- presiona, que no lo deja respirar, que exige de él aun otras proe-
que logró a través del pensamiento la más difícil de las victorias. zas.
Es constante porque no puede no serlo. Su fuerza asciende recta Pero me detengo aquí. Avergonzar -decía Lacan el año pasa-
y sin esfuerzo como una llama en el aire tranquilo, segura de sí do- era su propio oficio.
misma, sin temblor, sin inquietud. Encuentra infaliblemente su
camino sin que siquiera hayamos notado que lo buscaba. Se
f Intentaré ahora entrar en mi tema, tomo por un punto
eleva firmemente vivamente, por un impulso irresistible, como j cualquiera. Comerender~se Q'15(5lli!) a · er retar, omo el discur-
/ so del amo se opone al dlscurs<níel ana .
movido por una iey de gravedad. Y cualquiera que haya sentido
lo que es, en nuestra época de humanidad híbrida, encontrar un '-- ¿Que es comprender? Para ilustrarlo he recurrido a un texto
carácter íntegro coherente, dotado de sus articulaciones pro- de Cicerón, las "Primeras Analíticas", que lo ilustra vívidamen-
pias, exento de 'indecisiones y de trabas, ése comprenderá mi te. He aquí lo que escribe Cicerón: "Salvo el sabio, nadie sabe
felicidad y mi sorpresa el día en que descubrí a Schopenhauer". cosa alguna; y esto Zenón lo mostraba a través de un gesto. Mos-
Llego a mi cuarto elogio de Lacan, el analista. Y sin duda, traba su mano con los dedos extendidos. Esta es la representa-
para hablar pertinentemente, habría que ser uno de sus anali- ción, visum, decía. Luego replegaba un poco los dedos. Este es
zados. Por eso seré breve. Diré solamente: ¿quién aparece me- el asentimiento, assensus. Luego, cuando había cerrado comple-
tamente la mano y mostraba el puño cerrado, declaraba que eso
jor en su destino de objeto a? Lo que testimonia respecto de su era la comprensión, comprehensio. Por eso le dio el nombre de
función en el discurso analítico es este hecho: quienes lo dejan
catalepsia, que antes de él no había sido utilizado. Luego, ac:r-
enmudecen o cambian de discurso.
caba la mano izquierda a la mano derecha y cerraba su puno
Por eso alabaré en él, más que al analista, al analizante, ya estrechamente, con fuerza; decía que eso era la ciencia, scientia
que todos lo conocemos. Es aquel que celebra su seminario en que nadie posee salvo el sabio".
la plaza de París. Lacan, en su seminario, es el analizante, él lo
ha dicho, a través de su "yo no quiero saber nada de eso". Y su No conozco emblema más bello de la ciencia que ese puño ce-
auditorio lo sostiene con la fascinación de su mirada, lo cual, rrad o. El concepto es el dominio 2 ·sobre lo real, es así como el
ciertamente, hace una diferencia con el estatuto del objeto a en discurso del amo formula el sentido del conocimiento.
Ahora, ¿qué es lo que desbarata esta captura, esta captura del
el análisis propiamente dicho. concepto, sino la lengua misma, la rebelde, la indomable?
Recién he hablado de Lacan el educador. Me sería fácil inver- Leibniz, q-ue jamás concibió la filosofía sino al servicio. de
tir las cosas y hablar de Lacan el escolar. He hablad<> de La can el los amos, si fue lógico, reconocido precursor de la matematlza-
histérico. Podría decir: el amo que no se sustrae al~ solicitación
66 Jacques-Alain Miller Teoría de /alengua 67

ción de la lógica, fue por haberse dedicado a la tarea de dominar La concepción lógica del lenguaje, digamos que tiene com~
la lengua. _, pivote la idea de universo del discurso. \
_ ¿Cómo dice esto Leibniz? Lo dice exactamente como lo d1ra ¿Dónde se origina la noción de universo del discurso? Todo \

'( Fregue: la lengua es imperfecta. Y es un hecho de la lengua el


que ella permita hablar para no de~ir nada, decir lo que no se
discurso evoca, convoca, sitúa objetos. Si uno supone que esos
objetos forman un campo y que ese campo está unificado, he
'

l sabe y más o menos que lo que se sabe.


Este hecho deja abierta la pregunta ante todo enunciado de
allí el universo del discurso. Cada discurso es relativo al universo
del cual toma sus objetos. Este universo puede extenderse o
saber si se trata del pensamiento o de un símil de pensamiento. disminuir, pero existe desde que un discurso comienza.
Este hecho es imputable, podemos comenzar por decirlo así, a· Uno se preguntará si ese discurso crea el universo o si el uni-
la división de la gramática y de la lógica. Si la primera se reduje- verso es primero. Aquí poco importa. Boole escribe en el Ca-
ra a la segunda, no se sabría ya decir lo falso, al menos sin que pítulo 11 de sus Leyes del Pensamiento: "En cada discurso hay
se vea, sin que se escuche. un límite implícito o explícito dentro del cual los sujetos de las
Es el sueño de los filósofos. Es esa lengua que Leibniz ima- operaciones de la mente están confinados".
gina en varios textos, y a la que llama en su pequeño escrito ¿Cuál es entonces la extensión máxima del universo del dis-
Prefacio a la ciencia general, "la lengua que cerraría la boca a los curso? Aquella que lo lleva a coincidir con la extensión supuesta
ignorantes". ¿No es éste el proyecto que retomaba la logística? del todo, aquélla que el otro apuntaba anunciando: "Voy a ha-
Que si se reformulan en esta lengua artificial las propiedades blar de todo".
enunciadas en una lengua natural, lo falso se reconoce como lo Es sobre este universo total, reservorio quizás insondable de
que es y el sinsentido se desvanece, ya ni siquiera formulable. todo aquello que habría para decir, que cada discurso, se cree,
selecciona su universo particular. Cada enunciado constituye

a
Lo que es seguro es que la lengua a;tificial, lejos de impedi~
abiar para no decir nada, no hace mas que eso. Y coloca alh una muestra del universo total del discurso. El discurso más
suelto, dice Boole, sin trabas, unfettered , es "aquél en el cual
u punto de honor. las pruabras que utilizamos son entendidas en la acepción más
El problema es que Leibniz .cree que _:na puede ~er no sola- amplia y por las cuales los límites del discurso son coextensibles
mente escrita -y es verdad- smo tamb1en pronunciada, y ser- con los del universo mismo".
vir para la comunicación, que ella sustituirá a las lenguas natura- He aquí pues lo que supone la noción del universo del disc~.
les. Es esto justamente lo que no está demostrado. so: que existe el conjunto de los objetos del discurso, que este ·
Podemos aquí plantear la pregunta que no estaría mal com? conjunto es unificado, totalizado, y que el decir es razonamien-
tema para concurso de una academia: ¿una lengua cuya grama- to, incluso cálculo. ¿Qué es lo calculado? Clases, es decir selec-
tica se confundiera con la lógica podría ser hablada? ciones. La primera selección es aquella que proporciona la tota-
Lo que comenzó con el descubrimiento de Freud es otr? lidad mayor en sí misma; la penúltima, la que proporciona los
abordaje del lenguaje, otro abordaje de la le~gua,_ cuyo senti- individuos; la última la que nos da el conjunto vacío. Enton-
do sólo surgió al ser retomado por Lacan. Decrr mas que lo que ces puede uno simbolizar la clase máxima del universo, aquélla
se sabe, no saber lo que se dice, decir otra cosa que la que se en la cual se encuentran reunidos todos los individuos, por el ;
dice hablar para no decir nada, no son ya en el campo freu- Uno, y por el Cero aquélla en la cual no se encuentra ninguno. ~-
dian'o los defectos de la lengua, que justifican la creación de las Esta concepción unifica así todas las operaciones del lenguaje
lenguas formales. Son propiedades ineliminables y positivas del bajo las especies de la clasificación. Esta unificación puede
rlicto de hablar. Psicoanálisis y lógica: el uno se funda sobre lo decirse en términos de topología, si se admite que una clase es
( que la otra elimina. El análisis encuentra su bien en los basu- un concepto representable por un camino cerrado, por un
\ reros de la lógica. O también: el análisis libera aquello que la circuito. Y en el universo booleano del discurso, todos los
\..lógica domestica. circuitos son homotópicos, es decir que por deformación todo
68 Jacques-A laín Miller Teoría de lalengua 69

circuito puede coincidir con otro. E incluso: puede ser con- verso nunca, nunca fue pronuciado? El velo cae un instante y es
traído en un punto. el objeto escondido de la comedia el que surge súbitamente en
Tal es la tópica del concepto, la de la representación y la de la escena. Y cuando se lee en el "Sartorius" de Comeille (el verso
comprensión, la tópica de la catalepsia. es circunstancial y agradezco a quien me lo indicó): "¡Ah!
/ Planteo entonces la pregunta: ¿por qué la tópica lógica no por ser romano no se es menos hombre" (es Moliere quien copió
( podría ser la de la lengua, la tópica analítica? a Corneille), "hombre" cambia de sentido. No es el hombre
La idea leibniziana de la lengua nueva está realizada. Son las fálico de la comedia, sino el hombre de la "humanidad", el
lenguas formales, que existen realmente. Pero cada quien sabe hombre patológico. El hombre ha cambiado de una frase a otra.
hoy que ellas no pueden ser habladas y que no son sino escritu- No existe palabra a la que yo no pueda hacer significar lo que
ras. La lengua con la que soñaba Leibniz, "sin equivocación ni sea si mi frase es lo suficientemente larga, decía ayer Lacan
anfibología", la lengua donde todo lo que se dice inteligible- en su nuevo discurso-texto, tan más allá del espíritu de la época
mente es dicho a propósito, la lengua del De Arte Combinatoria, que nos hará falta mucho más tiempo para acercarnos a aquello
es una lengua sin enunciador posible. Es un discurso sin pala- que nos señala, del que fue necesario para que el primer Discur-
bras. so de Roma comenzara a pasar a la doxa. ,
Es por saberlo que la lingüística emprendió con Chomsky ¿Qué es lo que amamos en el teatro? Quizás que cada puesta
matematizarse, formalizar las lenguas naturales. en escena demuestra cómo la misma cadena de significantes es
Esta empresa, cuya audacia y frescura deslumbraban hace so- plegable y que no hay monumento del lenguaje que la equivo-
lamente diez años, encuentra hoy día sus límites y revela sus cación y la anfibología no corroan, no metamorfoseen. Se
impasses en el momento en que su victoria en el discurso de la consuela a los autores elevándoles estatuas, pero el sentido, el
Universidad es mundial. La adjunción interminable de cláusulas primero, está perdido.
suplementarias en cada una de sus transformaciones vuelve el La teoría de la lengua es solamente esta tesis de Saussure
instrumento inmanejable; es lo que mi amigo Jean-Claude Mil- tomada en serio: "En la lengua, sólo hay diferencias".
ner explicó un día en una intervención en el seminario de La- La primera consecuencia, que Saussure mismo saca, es que
can. la lengua no es una sustancia. ¿Pero estas diferencias sin término
De modo que la pregunta es de actualidad. ¿Qué es entonces positivo, qué pueden ser? Es la misma pregunta que ésta: ¿qué
("'en la lengua lo real rebelde a la formalización? La gramática es un significante? La definición lacaniana del significante, "un
1 chomskiana, después de Syntactic Structures, caja negra que re- significante representa al sujeto para otro significante'.', no es
! chaza sin fallar los enunciados agramaticales, no es sino el suje- manifiestamente más que un círculo vicioso. Es que no se
t to-supuesto-saber de la lengua. Pero el mínimo juego de pala- puede definir un significante, sino por lo menos dos. S¡, S2 , es
bras, el mínimo efecto clasificado poético por Jakobson, basta lo mínimo para hacer una diferencia. Esta definición del signifi-
\ para desbaratar esta instancia. No, no hay sujeto-supuesto-saber cante puede entonces decirse, exactamente, aconceptual. Es
\ en la lengua, no hay catalepsia de la lengua, no hay dominio de ':!.na definición d~ un té¡mipo que no ~erwite que hJ wano se
\ la lengua. ¿Por qué? Porque no hay en la lengua dos dichos que cie~~-~~él. Agr~go: en el discurso de Lacan no hay un solo
. sean semejantes. En la dimensión de la lengua se emplea sin re- rermmo quetlo este definido así; y la mano de Zenón permane-
serva el principio leibniziano de los indiscernibles. No existen ce abierta, los dedos apenas doblados.
\ te.r.n la lengua dos sonidos, dos palabras, dos frases, discernibles Es primeramente en este sentido que Lacan ha creado esta pa-
~numero. labra, ha agregado a la lengua esta palabra, "/alengua", en una
Cuando yo digo y cuando yo repito, lo que digo no es lo sola palabra; uniendo así el artículo definido, el singular al vaca- "
mismo. Cuando yo cito a Lacan, yo no dig() lo que Lacan dice. blo mismo. Se dirá como él "las !alengua", "cada !¡lengua'~
Cada vez que Planchan lanza en su último Tartufo "''¡Ah! por porque Cªd.a !alengua 8 8 Íl.HI'iH¡¡pa¡al;¡.}g Cºp Cualquier otra.'(¿ Y
ser devoto, no soy menos hombre", ¿quién no percibe que este no nos da Lacan la prueba en acto, volviéndose incomprensible
70 Jacques-Alain Miller Teoría de /alengua 71

para nuestros amigos italianos, aun para aquellos que mejor co- La inconsistencia de !alengua es aquello que Tarski demues-
nocen nuestra manera de hablar? tra al comienzo de su artículo princeps sobre la función de
Me es necesario llegar ahora a este punto, a esta novedad que la verdad, antes de montar la maquinaria de su lenguaje for-
hará su camino y que Lacan nos explica desde hace por lo me- mal. Pero Cantor mismo quizás vio más lejos en una carta a
nos dos años, sin que nosotros estemos lo suficientemente pre- Dedekind que citaré aquí brevemente.
parados para escucharlo: el lenguaje no es lalen~a. _ El punto de partida es el de una multiplicidad determina-
¿Qué conclusión ha sacado el ~str_ucturahsmo. d_e. }a tesis da. Siguiendo a Cantor, se distinguen dos tipos. El primer tipcr-·¡
saussuriana que yo recordaba? La sigUI~nte: la deflmc10n _rel~­ es tal que permite pensar la totalidad de sus elementos como i
1
cional de los términos implica la solidandad de todos los termi- existiendo simultáneamente. Funciona entonces como un único
nas que entran en tales relacic nes. Si no hay más que, diferen- objeto, una unidad. Es ésta, dice Cantor, una multiplicidad con- f
cias, cada término es definido relativamente a los demas; a par- sistente, es decir, un conjunto. El segundo tipo no permite esta 1
tir de entonces forman sistema; la estructura es un sistema, es
' . reunión. La~!!~EÉJ~~....de.-nna..e:~üsteRGia.~ todos es- !
decir, para los estructuralistas es un to~o. Todo _ob~eto estructu- t~-=}.e!ll~I1tQ~._-cJ~o~.uce..JLJ.ma.contradjcción..,Es ésta, dice Can- \
ralista es elemento de un todo o bien el es en SI mismo un todo tor, una -m._ultlphcidag ahs.oJntameutQ i¡H;iAiill'4 me9twi.stept.e,, 1
formado por partes solidarias. En una palabra, todo es todo. La multiplicidad in~tente. tiene ya pues sus credenciales en \
Es aquí donde el estructuralismo de Lacan se distingue del los linderos de la teoría de los conjuntos, que no podría, sin \
estructuralismo de Jakobson, cuya concepción general del mun- embargo, construirse sino evacuándola. ,
do -esa es la expresión- supone un envolvimiento al infinito de Hay que evaluar el paso aquí realizado por Cantor con la........
las totalidades. se__ distingue~~ de?.!-!.c_e~~-~-e~~ te~I--~~~~-~~ suposición de multiplicidades inconsistentes. Se encontraría así
rea~___J;_g.mm..ruuerio__este.. _ ;¡iue se ~~E.~~~ SJ~J:, y que deshecho un vínculo muy antiguo, necesario para la lógica, en-
puede en esta circunstancia t~rrse por esta proposicwn que tre el Ser y el Uno. De igual modo, Leibniz escribía en una carta
Lacan enuncióJJ.ª-.ce algunos ª-ño~'m;~dav~,!,Q,g~ · · · ····. - .,~~ a Arnaud: "Para zanjarlo brevemente, tengo por axioma esta
Quería hacerles aquí su deducción ra~Ida, pero el,tiempo _me proposición idéntica que no es diversificada más que por el
apura, paso. Digamos simplemente que SI no ha~ mas que d~fe­ acento, saber que aquello que no es verdaderamente un ser no es
rencias si entonces un elemento no se plantea mas que por dife- verdaderamente un ser". El acento de la primera está sobre el
renciar~e de otro, entonces, en cualquier todo, habrá uno de uno y en hi segunda parte sobre la palabra "ser". Es Leibniz
menos. ~«--~-~ mismo quien dice no ver allí sino una diferencia de puntuación.
Todo dominio sobre el si nificante, toda compren_~i,yt~ del Pensar lo inconsistente -abreviémoslo, por qué no, con las
significan en un conjunto A crea una érdi a . tres letras ICS- pensar el ICS como un ser, sin pensarlo como
Ahom""tl'mrr,tla:··máfio jüsta"me!te, "la mano que se cierra, es a un ser, es entonces derogar el axioma leibniziano. Es introducir
'- siempre allí, pues existimos en el discur~o- _del ~o. En ~s­ entre los seres enteros, unitarios, un ser disyunto cuyo compor-
te sentido, el discux:so del amo e~ la condiciOn m1sma del 10: tamiento, moda:Ies, mantenimiento derogan, y que exige del es-
co!!§Ciente. Y el esq~~-!!!-ª--º~L 9J~.9Y~-~L.9~1 ~~-~' aq;tel_ qu,e La- pacio y del tiempo una nueva estética.
can articuló eñ'-éuatro elemen~2sl ql!;_,_!:l,?_[~<;:Qr9w~EiU~ffi!.I; P9-
El ICS es Uno en Dos. Está hecho de partes a la vez incompa-
ana ser el ñlatema mismo a~.!l~~}~.f Por otra_ parte, ¿este
esquema acaso no se encuentra ya esñozado en el hbro Los cua- tibles e inseparables. Es un ser que no puede ser ni dividido ni
tro conceptos fundamentales del psicoanálisis, figurando el fa- reunido, un torbellino o una conmutación.
Tenía la intención -pero he sido demasiado lento como para
ding del sujeto en la cadena significante? . , , _ tener tiemp() de hacerlo hoy- de anudar esto con ciertos te-

G
Me apr..esuro para llegar a esta n_oc1on que querna aisla_r
aquí como fundamental en la teona de lalengua: :a mult:_. mas que me interesaban no hace mucho, cuando una nueva
armonía, durante un tiempo, tapaba para mí la voz de Lacan.
p~~~~~consistent,.
72 Jacques-Alain Miller Teoría de /alengua 73

Hace algunos años yo habla promovido, a partir del discurso decía también "lengua materna" y esto es, seguramente, mucho
mejor.

\
~-·cte Lacan, la lógica del significante. Me habría gustado leerles

/
aquí trozos de una exposición en forma monadológica sobre ese Tarski, que analiza esta lengua, deja caer los brazos diciendo:
· tema. Quizás tendré }a ocasión en otro momento, paso pues. El _re¡ lenguaje natural no es una cosa cerrada, lograda, delimitada
· l\ ·término era también ese. materna S (~), del cual no quie~o ha?er /por límites netos". Y explica muy bien, hacia 1920, que ahí re-
el· alfa y el omega del discurso de Lacan. Este materna mscnbe side el precio del rescate de la universalidad de este lenguaje na.-

l
exactamente el significante de lo inintegrable en el universo del tural, ya que si en él todo puede inscribirse, es necesariamente
discurso, el significante de la heterotopia del supuesto universo inconsistente. Un lenguaje universal es necesariamente un len-
del discurso. De este modo pienso que es posible mostrar có- guaje inconsistente. \
mo por turno estos términos diferentes, el sujeto, el objeto, el Lo maravilloso es que sin esta !alengua, no habría verdad, pe-
Nombre del Padre, el fato, pueden ser inscritos en este lugar, ro qu~r~~gr: en esta !alengua no puede ser definida; ella ahí
como otras tantas -no tengo otra palabra- maneras de ser de la está en .a.Ci§ 1 l bfe 1 desencadenadaiu"o hay amo del significante
falta, y quizás de modalizaciones. ¿Por qué la nada sería unifor- mo quizás irrisorio, el payaso, eiufón de carnaval o también
me? Nada es todq, pero, agrega Lacan, "cada vez de manera.~i­ "el hombre enmascarado", enmascarado quizás tras el rostro de
ferente". Diversidad de la nada; en verdad, es la concepc10n la mujer.
estrictamente dialéctica. Esto puede también decirse así: no hay discurso que no sea
- El Seminario de Lacan, ¿por qué son numerosos aquellos que semblante.
tienen el sentimiento de que, cuanto más cambia más es la mis- Hay aun un nombre, incorrecto, de !alengua que hay que re-
ma cosa? A mí me parece que, cuanto más es la misma cosa, tener: se dice "la lengua nacional". Efectivamente, la lengua
más cambia el Seminario de Lacan. Es desde el vientre fecundo nacional podría pasar por un equivalente de !alengua. Pero, la
de S (~) que este discurso susurra, es decir, desde el punto irre- lengua nacional es una producción histórica -todas las lenguas
ductible, desde un "Y2 no quiero S§Q~Slcdas!e eso". nacionales- del discurso del amo. Habría que hacer aquí la lar-
/--, ¿Por qué todos tenemos a veces dificultadespara aproximar: ga historia de la lucha de los dialectos, de los dialectos contra la
' nos a este discurso? Es porque uno se plantea la pregunta" ¿que lengua nacional; para comenzar, de la lengua nacional contra
es?", "¿qué es lo real, qué es el significante, qué es el falo?" Se ellos, ya que ella apunta a estandarizar la comunicación con fi-
buscan sustancias y su definición. No se encontrará nunca otra nes económic9s, políticos. Y es verdad que esta historia está aún
( cosa más que círculos viciosos, ya que estas categorías entran por escribirse; historia de la opresión por la lengua del amo;
unas en las otras como un acordeón; en un sentido son todas también de la resistencia, ya que allí donde hay opresión hay re-
las mismas, en otro, pueden. diferenciarse, quizás al infinito. sistencia, ¿no es esto cierto? Y, finalmente; es siempre !alengua
Más vale guardar en el bolsillo la navaja de Occam. la que triunfa, ya que ella ..termina uniendo conjuntamente el
Haré notar que no había palabra para !alengua antes de que La- lenguaje bello y el argot. Evocaría aquí, si tuviera tiempo,
can creara la palabra, no había palabra ni en la lógica ni en la a Du Bellay para nuestra lengua y el tan difícil nacimiento de la
lingüística. Se decía "lenguas naturales"; esta "naturaleza" hace lengua italiana, y hablaría de Dante y MaqUiavelo. Habría que
reír y es ya pensarla a través del artificio formal. Se decía "len- hablar también de la lengua inglesa y de las otras.
gua corriente"; !alengua corre, es verdad, tan rápido que no la Una voz: - ..• Y la confusión de lenguas. ¡Supongo que a
alcanzamos, y el Aquiles lingüista pierde el aliento. Se decía Lacan no le importa lo que cuentan sobre él, pero encuentro
también "la lengua de todos los días, la lengua de la conver- que es suicida para los participantes! ~
sación", pero es también la lengua del niño en la cuna, sobre J.-A. Miller: -La Escuela es una empresa de dominio, que
la que se soporta todo el edificio de la lógica matemática, esto apunta a desnatl.lralizar !alengua, en la medida en que se pueda
se puede decir sin recaer en Husserl. Lo matemático -filiación considerar materna a esta !alengua.
de la cual quizás no esté orgulloso- es hijo de lo vernacular. Se La Escuela es una máquina para desmaternizar !alengua, ya
74 Jacques-Alain Miller Teoría de lalengua 75

que el amo siempre quiere hacer hablar a los seres hablantes otra ?::" ~!ª~~.como en el pen~~~üento._ Son éstos más o menos los
len_gua que la que les es propia. ~mmosae Lacan en Televzszon, el ano pasado.
-El lenguaje -digámoslo así en una primera aproximación- es La pregunta que habría que plantear, y desde hace dos años
:- segund~lengu¡t. _¿9ué es entonces el lenguaje? / -quizás Lacan, pero era difícil de seguir,.,respondió ayer-, es la
~vieja pregunta filosófica, renovémosla quizás a partir siguiente: ¿qué quiere decir entonces "el inconsciente está es-
de Lacan. El lenguaje es el resultado de un trabajo sobre !alen- tructurado como un lenguaje"?
gua. Es una construcción de !alengua. Es bajo el ojo del amo, el - En este momento sólo veo una manera de traducir esta fór-
concepto científico, y aquí universitp.rio, de !alengua. Es lama- mula. Ella no es v~!:dade_r~Il}~~.E.l:!~,si"'~e !!a.!a..<i~E;L~Il~()ll~.c:iente
nera científica de encontrarse con !'alengua, de intentar com- en _tanto a<l.lJ,~JlQ. que.el.discurso anah tico intenta. ~¡J._b_~,r.._,gs...decir,
prenderla..]::!igal!!_~s que el lenguaje es diSCl,l.!_SO del amo, y que su intéñ.t~:Sa.ber~de lale~ y e sus efe s. · · i1a entonces que
estructura es la mi~la del dis<;u~~o delaifio:·T------~- decir ..:.::¡(>" -· ,Acoñ.. precaución- que inconsci e justamente
Así tradU<!ffia dé entrada esta proposición de Lacan en la últi- llamad reudia es también una eluc'übñi:cibn de saber acerc¡l
ma lección del Seminario XX: "El lenguaje es una elucubración e a en
de ~a~~r--~obre !alengua". La pregunta acerca de cómo el amo e preparaba para citar aquí, para dar una idea de los inten-
-P?~e_la. ~o .Ioore !alengua l1o es otra que aquélla acerca de tos de dominación del amo sobre las lenguas, el informe de la
como el r'Ono\vielle a capturar !alengua, a resquebrajada, a artí-- Unesco sobre la vida de las lenguas en el mundo, pero lo saltearé
culllfla,'~ ge cQtn9 ~1 áni() se~11cama en ella, asumeaHí para terminar con algunas palabras sobre !alengua.
~-~¿Qué es !alengua? El "Bloch y Wachtburg", tan a menudo
cuerpó d:_ l~!.:~u~je, es decir, l}~!a.:.!-~~c~i~ií:seJA partír de-aquí
se atrtnapóSitiliidad de esas teonas de los el'ementos del len- f citado por Lacan; muestra bastante de qué está hecha !alengua.
guaje que se llaman gramática o matemáticas o lógica, a través Lalengua está hecha con cualquier cosa, con lo que se arrastra
de las cuales el ser parlante talla su camino en !alengua, la con-
ceptualiza, así no sea más que al alfa:betizarla.
! tanto en las sentinas como en los salones. El malentendido está
. L 1 en todas las páginas, ya que todo puede hacer sentido, imagina-
~ . rio, con un poco de buena voluntad ..,Malentendido es una pala-
3
Esta captura del elemento sobre !alengua, la fragmentación, la
dispersión y la articulación que se derivan, el título mismo de la ~ bra justa. ¿Dijo "decir" o "Dios ? ¿Es "croata" o "corba-
4

obra de Euclides las recuerda: Los elementos. A Euclides se le ! ta"? "¿Was ist das?" La homofonía es el motor de !alengua. Y
decía el elementador. Y es también el nombre del alfabeto y : es por eso, me imagino, que Lacan no encontró nada mejor,
todo gramático puede ser llamado con derecho elementador, , para caracterizar una !alengua, que evocar su sistema fonemáti-
elementar. ~o.
Decir "!alengua" en una s~o;a...._¡~<
El elementar es aquel que, en nombre del Uno, significante !alengua del sonido, 1 aq~lla. @t,gr,i9L~ s!gni-
amo, domina !alengua para extraer un concepto del lenguaje. f~te-amdy~"'ll]. que e anális1 · ar y _ge.§_epcade-
No hay sinsabores de la lingüística o de la lógica que no deban pa.,r.\i;Hlitltéra querntCft!V~1Itmta a Peydetm, -f'l:ttest;!'6 ooen
\ referirse al desconocimiento de los efectos de esta operación de Feydeau, y esa pieza que me gusta, que se llama "Un gato en el
''-dominio sobre !alengua. bolsillo", donde se ve sobre la escena durante dos horas a seres
"Hay muchas más cosas en !alengua que aquello que sabe el hablantes comunicarse, desgarrarse, escucharse, y amarse, sin

O
enguaje sobre ella", dice también Lacan. "Lo que se sabe hacer que ninguno sepa de verdad quién es quién. __ _
on !alengua sobrepasa de lejos aquello que uno puede ex:plicar ~- Lqlengua es el depósito, la colección de las huellas de los j
cuenta ~1 lenguaje." Quien lo atestigua es el inconsciente, el otros "su-jetos_", es decir, .aquéllo por l. o cual cada u_ n_o ha .inscri- !
etórico sin igual. to, digamos, su deseo e lalen a, puesto que al §~:t:.parl.a.nte.le 1
El inconscie:r..te está hecho de !alengua, cuyos efectos van más
J .l!~<;ªsiD:t9§ s.aglliJ1~ l!!!~e
s__ n 19 . para dese ro:_ ,.,y ~~é -~1; ~ \
--
Q.._·

lejos que el comunicar, puesto que llegan a perturbar al cuerpo 1' s~.f~J.~wa~, es it~trn'UmTañi'enteé~~~~~~J)P.'Tirré, por- _j
. .
76 Jac:ques-Alain Miller Teoría de /alengua 77

que tiene actualidad, y es evocar algo a lo cual Lacan aludió en e or . Ios.. §~U&i& eltiHB+~ o&e.M\t<ltiJ')li-
.
el seminario de Los cuatro conceptos, que comer escalopes de can por los ~n!Q.~ matem or el contrario, ·puede transmi-
ternera o "saltimbocca alla Romana", como todos saben no es t~)ntegr~~I}.E,~ ~ii'r"Mlfi1 ogía ni equivocación~~a~étO-"
m~rminos de Leil5ñiZ;'p"ore[tréestt1'H!'C'lmltérétnis n si-
en absoluto lo mismo.
ara completar la doctrina de lalengua, habría que llegar a es-
'
ú1fica'cfoij: ·r · ·" ,· - · ·· - -·---~·-~·--··'·~-·,..,
érmino -:Y .é~te será el mí~ porque no iré más lejos-, evocar Lo que es el materna, quizás sea suficiente para representarm-
~gel sigp'f!gaste, el que el provoca, el que constituye ... decir esto: en un libro de lógica, está aquello que se traduce y lo

r -Es aquí donde se puede medir el camino de Lacan; Este cami-


no puede, a veces, cuando uno lo ha hecho con él, dar la impresión
\ de inmovilidad, pero "@ce del signi:Q<;!.!!.Uie" ... La tesis clásica
que no se traduce. Aquello que se traduce es ese lenguaje que
Otto Neurath, el Otto inmortal de las "frases protocolares", lla-
maba el argot, lo que se pone alrededor. Después está aquello
1 d_e ~acan, aquella que como alumno yo había copiado, era la que no tiene necesidad de ser traducido en un libro de lógica de
¡. siguiente: "elgoce est~ ;prohj~i0o a Q,Uien...,····h~bla-:wcpmo tal". ~s~ una lalengua a otra, y eso es el materna. Queda la cuestión del
9e
f frase está en l~s _Escnto,s ~!!!!!-~~J ... ~ Part.Ir .. li..Uf tacan nombre propio.
f ~vocaba q~e qmzB:~ pp pod1a serdJCAQ¡,~Q~Ji~~ Si no hubiera materna del psicoanálisis, entonces el psicoaná-
f t. Y con que nos ahmen Lacan desde hace dos o tres ano~l:on lisis sería una experier1eia inefable. Los analistas no tendrían
-~ algo que por.~G:<?~~~~io sería el o ce. r.Qptq,_;~ -~~ palabri!J nunca-1a:-persi15ilioacrae eritén:derse. Foirñariaii. iu1á cóYrüiniOad
L. ¿Ha~ contrarucc10n?Creerlo ena ser umnó ae Zélffilí'. Hay
en el discurso de Lacan tesis cruciales, y faltos de tener el buen
iníCiátu':a;-eñéei~radi- sobre
'úii"secreto. Ustedes conocen la frase
de Hegel: "Los misterios de los egipcios son misterios para los
extremo de la razón, como decía Rouletabille, sólo se ve el fue- propios egipcios". Pues bien, si no hubiera materna, los miste-
go. J?e una a la otra, de la frase que dice "el goce está prohibido rios de los analistas serían misterios para los analistas mismos.
a quien habla como tal'; al acento puesto hoy sobre el goce de la Cada uno se consolaría con la creencia de que el otro sabe y n
p~bra, el goce del significante, hay un camino que puede se-
pensaría más que en disimular su insuficiencia ante su vecino
guuse a través del Seminario de Lacan. Pero esto no podría ser; evidentemente, e1 caso de la Esct.ielí:t
" Salteo debido a la hora, recordando solamente, para garanti- '!f.!],;ydiana.-En sus estatutos figura expresamente ·q::ue la experien-
zar en Freud el camino de Lacan, que Freud dice claramente en cia analítica no odría ser-Liña-ex:· erienéíáTñe~T -·y:··uariao
Cacañ"aíce"~l'foi~fuí~l:ii~i~~w;. no-ha~~{~-·~;~'l'ue
~d e) r Inhibición, síntoma y angustia que el síntoma es gQC!.: Si no
~~~:~t~~licar ~a así ll~~ad~arcióp terag~u,li~-I.!~~~,J el repetir, de _l!Il: modo quiz¡i_s .rnásRz:eci~lP,<;l!J.«t.g~<:;Ja~--~.a
di.~ -~.9-~----~,--\
~ El sí· om1t"E~s ~· e>'( er bién o ha demostrado
L----~ampliamente, el ' · Estas dos pro- Si hay un materna del psicoanálisis, otros que los analistas
posiciones puestas JUn s m 1can por o menos una dirección a pueden contribuir a los de bates de la comunidad que sostiene la
experiencia analítica. Es porque la teoría del materna es el basa-
~~ # mento de la Escuela Freudiana de París que, desde su origen, hay
e
~ Lalengua sin dud;(jiQ anida en el lugar g~l.Otro clellenilla~
E~ Otro del lenguaje cabalga también tras lalengua, queda sin
algunos no-analistas, entre los cuales estoy, pues "no están
al1ento tratando de atraparla, y el juego de palabras le "gana de comprometidos en el acto analítico", como me lo echaba en ca-
mano". ra uno de aquellos que tienen una tendencia excesiva a tomar el
Querría decir aún una palabra -y la abreviaré ha~ta casi no análisis como una renta de situación, algunos no-analizantes han
decir nada- sobre ese vocablo que divide, me dicen a la Escue- tenido, desde su fundación, su lugar en la Escuela Freudiana. Me
1 reudiana, ese vocablo "materna". ' parece que c()ntinuarán teniéndolo mientras la Escuela Freudia-
.· · e lalen . a es inseparable de la del na sea fiel a su orientación_
Lo que no ll.e podido desarrollar aquí, lo retomaré en el de-
78 Jacques-Alain Miller

partamento llamado del Campo Freudiano en Vincennes y, si LA TOPOLOGIA EN LA ENSEÑANZA DE LACAN


puedo, en la Escuela Freudiana de París.
iré solamente para terminar que sin duda !alengua como tal
tiene referencia. Es por eso que cada discurso fundamental
nventa una. Es su semblante puesto en el lugar del agente.
o no es para cada una más que otro modo de hacerla faltar .
..-El psicoanálisis mismo no es ciertamente ese discurso que no
fuese semblante. El también toma su punto de partida de un
semblante, el objeto a. Como todo discurso, el psicoanálisis es
un artificio. Es un cierto modo de abordar !alengua. Su privile-
gio, el del psicoanálisis, tal como lo define Lacan, es el de ser
ese rodeo que tiene por vocación hacer desfallecer los semblan- Me han propuesto que hable sobre la topología en la enseñan-
tes. Esto supone que no restablezca el suyo, pues después de to- za de Lacan, sobre las razones y el lugar de esta referencia, sobre
o, su semblante, el de él, es abyección. por qué Lacan recurre a ella. Me parece un tema muy acertado.
Es por ello que la virtud de honestas es necesaria para su ejer- Lacan le da importancia a la topología, éste es un hecho. Pero,
cicio, con la cual Lacan, no es cierto, sueña, así pues termina en ¿por qué?
su Televisión acribillando a los canallas. Partamos de lo más sencillo -no dibujaré figuras en el piza-
rrón, salvo una elemental quizás-, intentaré delimitar el lugar y
justificar la importancia de la topología en el conjunto de la en-
Roma, 29 de octubre- 2 de noviembre de 1974. señanza de Lacan.
Soy un lector de Lacan y no vacilo en traer sus Escritos. Qui-
zás este estilo parezca más adecuado para un seminario que para
una conferencia, pero su valor reside, creo, en que nos indica
que no estamos aquí elucubrando, sino intentando descifrar a
Notas Lacan, y creo que debemos hacerlo aún durante largo tiempo.
La topología no puede ser extraída de la enseñanza de Lacan.
l. Maftre(amo) significa también maestro (N. del T.) Esta proposición puede entenderse de dos maneras. En primer
2. Homofonía entre maise-mise (mano puesta) y mainmise (dominio). término, no se puede amputar a la enseñanza de Lacan de su
(N. del T.).
3. Mal entendu quiere decir en francés "malentendido" y "mal escucha- parte topológica, so pretexto de que la misma sería árida, poco
do". (N. del T.). interesante, no relacionada co.n la experiencia analítica. La t~
4. Palabras de sonido parecido: dire y Dieu. (N. del T.). pología de Lacan está presente de modo discreto desde el Dis-
curso de Roma, desde 1953, donde al final,__al referirse a la fun-
+
ción-~dial ___,___;:;::z de .la muelj&, marca su lugar de manera eminen-
te

¿Por qué primordial? En su vocabulario de esa época, cie~
~ucho más dramátic-o, L_acan plan._te_ a_ de. sde el. vamos que
~ _es_tá .vinculada c.on la_emerg.encia_ de\ Q_ni~!l.§1mbólico.
Lo dice de rnanera hegeliana, lo cual tiene ;.oaa-Sl.l importancia:
e _símbolo se manifiesta primero como l · ue te..-:cle la coaa. l
\&ímbol.Q_!!Q-ªCOIDpaiia-a. as,-entre ambos no hay simpatía-y
~decua_<;:ión natu:ra}; por el contrario, hay antinomia y una exiien-
80) Jacques-Alain Miller La topología en la enseñanza de Lacan 81

.cia de anulación de eso que gracias al símbolo figura como la


CQ!ilJ- EJ.s!J::nb~g,eE~!liza la~, le permite perdurar más allá
u~-p~rlto _a la y;z ~SL~~~,
b,¡;¡1: ésta es la paradoja,
te.es.el paso que daL_ª~av.. Muchos filosofas se apróJnmaron a "f
.,. ,
"
de su existenéía y~pOreje'iñpTo, le permite al sujeto humano ser esta paradoja, lo verdaderamente propio de Lacan es er no
~;5s~?u~tt~~;~4~e~turi~~-~~!;~~i~~rii~~:~~~pli"~a, -~-~~-·
9
objeto de referencia más allá de los límites de su existencia. Este.
análisis es muy hegeliano, ya que lo simbólico no es correlativo
Jl.Jlll mundo pleno, sino que opera como vaciamiento de la sus- Incluso en El__Al_q.J.Q!!4rgdic!JQ_ 2 , y aún más adelan~e_, -~!}-~On­
/. tancia y de la materialidad de ese mundo. La materialidad de los tmmo.s, ..tratándose de esta. e~i¡lización•. ese misil1o rJ1()Y.i-
( símbolos es una materialidad suplementaria, de reemplazo. miento: rechazo de la metáfora e implicación de la estructura,
'-- No obstante, ella condiciona la muerte y el deseo freudiano, hastá~ jlegal:. .. a."plantsar-SU--prD.ble.mático estatuto---de..,~.
el deseo como eterno, el deseo que, a diferencia de las necesida- ES"te movimiento es constante en Lacan. Allí donde podría verse
des, no está ligado a tal o cual objeto particular. Lacan evoca tan sólo metáfora, vuelve a in&.tituir Ja estructura que. la .sas-
que el Suj~ anterior ala,~¡ e~)Jl~Cij~~~l?l~, SalVO ~ll Jo~ ti~n~ y, en un tercer tiempo, plantea que dichas estructuras. es-
f~r~"'I!}§_í:l__~~.::mu~_rte, a su 11Jl~~~fic~c10n s1gmf1~a~. El suJe~o_h~­ tán relacio11adas Cilll eLrealmismo enjllegQ.
blante, por ser desplazado~~'f~'desde el1mc1o
del juego una mortificación que hará de él luego, para Lacan, un Retomemos el párrafo de Lacan: "Esa estructura es diferente
rujeto mortificado por el significante, :¡r. de la espacialización de la esfera o de la circunferencia en la que
¿Cómo situar esa muerte que pertenece al símbolo, que le es algunos se complacen en esquematizar los límites del ser vivo y
consustancial -aunque la palabra "sustancia" sea problemáti- de su medio: responde más bien a ese gnJ.p.a..rc.~que la
ca-, respecto a lo que hace la palabra del sujeto? Podemos de- l~~!~a_ sil1)_bólica designa topológieamen:te com.Q. !f:~~T!!!!)'r.
cir, sencillamente, la muerte es lo que viene después de la vida,
es algo puramente exterior al sujeto hablante en la medida en ¿De qué se trata? Si delimitarnos un espacio podemos situar
que éste se sostiene en el ser viviente. Si admitimos empero que en él U:Q..P.Jd.Il~~L~~.te¡ior. El problema, vincl¡@fl~. con la experien:· <
en el sujeto hablante, mortificado por el significante, esa muerte cia~alí_tica y con la construcción de Lacan rñism6 de 1asrela-
no es meramente ese algo que está más allá de la vida, sino que cionesde lo ~IE._bó}!~g__~on.J.ª_Ip.Q~~e, es que tenemos que vol-
'i~s una función instalad,ª_~n.eLnlíd~o.miª"mº--ª'~Ja ~~~rie~e ver a encontrar aT mismo tiempo esa zona exterior en el inte-
la . pala~a/élebemos entonces diferenciarla de la muerte tal co- n·or. En otros términos,.la.. zona exl'eliot débe volver a encon-
mo se presenta para el animal. Para el animal, dice Lacan, la trarse en el interior. Esta muerte, término quizá demasiado
muerte está afectada por el paso de lo inconsistente de la vida a dramático, no es meramente peJi(érica,_taml:>ién es central. ~~ta
la muerte. En cambio, la muerte presente en el sujeto de lo sim- es, sencillamente, e.~a, osición de " · · " que vol-
bólico ocupa un lugar c.;~ªLen la palabra. A artir de ella todo vemos a encontrar en to os os niveles de la experiencia analíti-
lo que concierne a la ~¡i.W;uG:i:liod_~-~JJ.i.et d uiere su sen ca y de la investigación que realiza Lacan de dichos fenómenos a
E-stcf' surge especlafrñente en la pregunta neurótica re erida a la lo largo de toda su enseñanza.
contingencia de la existencia del sujeto. Este sentido mortal es a Así se justifica lo que Lacan propone introducir, y que sólo
la vez exterior al lenguaje y central en el ejercicio de la palabra. desarrollará varios años después, una representación, una forma
En este punto Lacan introduce, por vez primera en un escri- topológica: "De querer dar una representación intuitiva suya, pa-
to, su topología: .... ~'Decü:. te sentiqg mqrtql revela en lapa- rece que más que a la superficialidad de una zona, es a la forma
labra un entr xterior al len ua s más que una metáfora y tridimensional de un toro a lo que habría que recurrir, en vir-
revela una estru ·. tud de que su e:cterioridad periférica y su exterioridad central
TQ'~ósTós probl~as de la topología de Lacan ya están pre- no constituyen sino una única región ' 94 • El toro, precisamente,
sente_!=In... -~~ti "'piimérá fra.~: Qu~_ s~ · trata de una estrucTiff.ª-- es introducido como una figura que permite sostener esa rela-
~Justific¡;t~lo
~--~-~-
•• c. -
por estaren JUego un centr<>
"""'---~·---
eferente a la pala-
-~
ción de exclusión interna tan fundamental.~ ·
Jacques-Alain Miller La topología en la enseñanza de Lacan 83

Queda todavía mucho por comentar de esta primerísima in- ex:teriax. Cuando s.e utiliza el téf'miae fersh,u;i9a, ést9 ~s corx~la­
troducción de la topología a través de su conexión con la muer- tiyo el~ JlJ!Jetoruoen otra dimensión del elemento e:¡¡:cluido o
te. Veremos luego cómo la construcción del deseo en Lacan es sea qu~_lo.~q,n;JuiQp ae l~nSj¡j?b~lco reí;qm~ ·i~f~ '
su consecuencia lógica. El objeto del deseo fue colocado prime- . El té~mo ext1m1cta pernute hacer una sene a partir de
ro como más allá del vector del deseo, como aquello hacia lo cierto numero de estructuras de la clínica. lacaniana. Hay en
cual el deseo se dirige, objeto que por ser metonímico es funda- Lacan un esfuerzo constante por reabsorber lo patemático en lo
mentalmente inalcanzable. Un m_()]l}_gQ!Q~,<;!!JJ,~Ü!.l eqla enseñan- matemático, esfuerzo que no culmina en una reabsorción com-
za de Lacan es el momento en que distin_gl1~_del obj.eto...d..el2:e- pleta y ~que~~ ~!.at~l_o,~l:iradj~t!Q..<;!_qp._sid~ra ~QIDQ ~la..con.Quis-
seb,el o~¡;mt~dehiese-~rque;p(?.fel cont~a,.~L<?.t~-~~-~ás acá ~~~J>~-~<:!oanahsis . As1, por ejemplo, existe 1-ª_fascinación_Q_or
de ese ~éctoP, \TO\Aendo comprensibl~ pQr: q_¡,g:dª_p_rggr~st®:de1 el."mltC.nQ'"'·;-erñombre de esta experiencia en Lacañ-es-efmis-
dese~12_~nca pueae··r_:e_<:~p_e!a:_el objeto~-~ Nuev~~~11te_~Q.~ ticismo; el psicoanálisis hace úri materna allí donde el Il1ísúco
contramo~on _ quf]t!~~~J:>!:~~~-~TI~~Ssion mterna. eñ"_Cueptra. un ~bjeto ~~ fasc:inad~n. ~bviamente, no todo en la
expenenc1a ps1coanalltiCa es matématlzable, pero lo que consti~
En este punto deben compararse el animal y su paso inconsis- tuye Jª_av.anzada. asombrosa de la enseñanza de Laca.n es el es-
tente a la muerte con lo que Lacan todavía llama el ser humano, 1\l~r.zg__constante por obtener materna.§ !le esa E;!Xperiencia que,
quien puede desear morir. No es azaroso que el ejemplo que se efectivamente, 'l!!..~!!J,ElaJs matematizable. Cuando se renunéia a
presenta a la pluma de Lacan en esta primera emergencia de la ~ste ~sfuerz?, la práctica analítica vira hacia una práctica que se
topología sea el del ser para la muerte: Empédocles arrojándose 1magma autonoma y que puede limitarse a no ser más que la fas-
en el Etna y volviéndose a través de este acto el símbolo mismo c~_!la~ión de lo indecible. La topología de Lacan participa pues
de ese ser para la muerte. No es azaroso pues que, en lo que electivamente de este esfuerzo de matematización es decir del
constituirá otra articulación de la topología de Lacan, en la esfuerzo de desprender las relaciones eñ]uego entr~ los términos
~onstrucción que figura en Posición del inconsciente 5 , _donde presentes en la experiencia analítica. La~_!;f~ra_yel plano no
1 son formuladas la ~~--la~n, vuelva a usar-el-- b~stan para representar estas relaciones, siendo ambas utilizadas
/ ejemplo de Empédoc es;trquerer monr. La conexión~n1re en el caso del animal.
._ la ~9~~ Y_la ~e no es un accidente en. La~a!l y _ql.!izás --E!lta es una referencia constante de Lªcan tomada de los etó·
', nos de una mdicacwn acerca del tema de su !)emn),ano '~'La~- l.Qg_qs clásicos. de Iiñes del. siglo XIX y C()mi~nzos del siglo XX.
,_ logía y el tiempo"!· ·· · · Un esquematismo de ese tipo es suficiente en el caso del animal.
Volvemos a encontrar esta estructura de la exclusión interna Puede decirse que el_.@imi!Le..stá.en.posición.ioncéntriea.(m.rela-
cuando Lacan intenta construir la t()_pplpgía del,g.o.ce, incluso in- cil:m,.:·~ su medio ~!?i~p.te, se_ajusta exactamente.a.,él; hay..ade-
ventará un término más impactante _que ~Adusión interna__,e.l cuac.l.Pll entre el animal Y. el Um~elt, em~J¿l.~e.dioambient.~
t~rmino "~II1.is\~, reemplazando el prefijo ImbM (Ie_intimi-
1
elln~e~welt que es el ammalmu>mo. Ahora b1en, el primer des-\
dad por el preríjo e~. Reúne así en una única palabra esa conjun- cu?r1m1~nto de la experiencia analítica es que paraeLsujeto en
ción difícil entreün sustaoiixo y unJ!cti~_iyo que es su opy_~sto. tanto su~ de la ~alWa Ias..cs>sa!i noocu!"fen de est~ tn-.9dO. No
Esta estructura puede ser aprovechada también en el caso de podemos repfés~~r así !a,~ r~iones del sujet~~Cgñ. ·efdeyeo,
la represión, en tanto en la teoría psicoanalítica la represión n~l.Wde~~ntar ..2!!..l.~~~ ña{!~_._gue_ ~!!..esta armonía
.neurótica está vinculada con el retomo de lo reprimido. No bas- ~e..de~afinada, .Q~§Í&..I!.ei1~>1t:r:...§)le.sa.P.~.a~ojª que Freud for-
ta con plantear en el caso <!~.J-ª. X~P!.~i.Ql1 !!ll_J.éJJllJ!JQ exter:,~?_!, muh~J;>ª- como la p:ulij~~ Q.El.m_~x;te..:. -- ···---,.-- ·
/ hay que to)nm_-mf"cuenta también lasmo<;l9lid.Jid§!tLC;le su retorno _En segundo lugar, no se J:mede extraer esta topología de la en-
senanza de, La?an pru:a.h~_(!~rla_tlJl!!- disciplina independjente~ Es-
(___·~~~·:·~~~~;t'.:·~e~sitan una ~~~~.-;:~.
combinatoria diferentes. a forclusión es la exclusión hacia el
ta topolog¡a solo es u til mmersa en Sl.l enseñanza no es una dis-
ciplina sui generis. No puede haber especiali-stas de la topología
84 Jacques-Alain Miller La topología en la enseñanza de Lacan 85


de Lacan que co11sideren, por ejemplo, corno ellnnenwelt del dolo. Critica, e incluso se burla, de los..esqygm,ªª-.d~.Ji!el!QJl!le
Umwelt que sería el conjunto de su enseñanza. Podem()SJ.Qillar no..JL.re.wndían.sexla-cosa.miima, pues Freud siemp:re lgs conªi-
como punto de referencia lo _que .ocuíTi9 ~!l_:_.!.!J._J~ea de~e d~J.:Q.ll\J.!>ttaGJOI!~~- Lacan. critica especialmente el esquema de la
Freud hacía psicoanálisis aplicado. Se. Gr.eyº_q!,I~-~ª-1ªºª'--!!ºI uq segunda tópica en ei:Seminario de Caracas 11, don.de.l<LQPO:fleal
lado, la experiencia analítica y ql.ie, por el ot~c;>, h.ª_pía_qj.f~.tt~n~s ~!!~~· La tópológía, dice Lacan, no es m~táfora, re-
dominios delimitados universitarianiénte .como la etnología, el presenta la estructura, hasta el punto de plantear ---este es el
fólklé:mi, ·la historia del ~e., etc. ·cu~.~:_!i'r~uq::_$e::tefüirea la segundo tiempo- que en ciertó modo es_eireúil.inislllo.enju,~g_~
historia del.ar:te a a la etnología, lo que lo preocupa siempre es en la experiencia. Seranééesario· c\üilifieár ·esta ~~;signac!ón de
una pregunta surgida en la experiencia analítica, y recurre a esas ~at qué se le hace táflto a la estructura como a la topología: ES- ·
referencias para responder a esa pregunta. Tótem y tabú no es i!_~_j>_\l_!}t~_~rític.o para '.quieJl.e.!'l..~~ int~re.~an espe_c!ah1Iel'ltl!·míJa
un trabajo antropológico: es el abordaje que hace Freu~.._<:l~l~ top_QlQID_ª<i~.. .r..a!!_an_ ese 11udo constituidopor "metáfora; estruc-
cuestión del padre en el análisis el que lo obliga, por razones ~~ tura y real". Representamos esta topología, la manejíimoi éspá:
estructu.ra, a recurrir a mía éhibóiáción mítica. En eL~Q_de cialmente; a veces-·Lacan'Tá valonzá hasta el p~nt<)'gª"~I_li'f~!trar
Lacan, no hay p()~~~~!d~~-~~~na ~~ irl:!.~~.lY._q~~-§!J~a.~­ ú!L~rrc:abalgami~~to d~ ~_l!aos y""®crr:·~rEsto es._Ia_cosa mi~ma''.
tomatizar dominios en los que apf1car elpSicoanálisls, -· Para muchos, es_t()_p;:tl'eCia ex.:cesiy9 ...
Sin embargo, :o.Q:hay que autonomizaE las referencias cien- La topología consiste en una serie de matrices, de eombina-
tíficas <i.e Lacan y creár especialistas en la topología de .Lacan, _ ciones significantfis. Sólo secundariamente, a causa. qel naci-
en -lateoría~de los juegos en Lacan, etc. Si esta tendencia se con- miento cie la CQsa, C:Q!l~id~J:!!ffiQ~ .. 9.YE:!".!!~ .tratª....d~ JJ.nA!~i~~
cretase SU resultado serÍa tan vano como el del psicoaf!@_iSiS apli- Fundamentalmente, l~p~gía de ~!!~!?~---:=~H.J»i~JUQjn~
Cª~fó·; fo cual es_ especialiiiiüite cieiio· en el caso de1a t<>polo,g.ía e.n este punto- ~de reducrr~l~.s!imlln.ie.,.AJ!Da co~bmato-
d_e_Lacan, que difícilmente pued~er transformada .en .. UAªJ;ils- nB:~ La r~~ntaw.Qi.y.Ja:.m~mos de Wl modo mas burdo.
Eiis~e...ll:! .X~§~J:!Q,J~!l"ª.J.iistinciQ.n . .enkeJa primeJ,:a. y ..la.&e~ulda,
cip~~=· ~~i~~!tcha esta topología? Primero, hat:~re!i_-rihJita's, Y~_h~.·~-!1.~. de .la tgpoylgfa .de Laclentre la. topología d«;!.Jps .······~..
~ ~ás, COnJJ.WUJJ..!q~~ar_!a_:rp.py';'~gtple: l~n~~!l:~_nl!l.IOS hoy obj~j~ ISA to.ru>J.QKH!...del ~ ~ - No. debe .aºª-tJ'-ª~XS.~. _;>
ten_~~~-~;tl"?!~~i?~~~"~l-ed_
opo10g1a es~.aa.n1ve. _ee. n.ltrr;~o~~edazastr:!C::ra
_a _t:.~.J..-.-r- ·· ,. ·r- -· -
esta topoJggJª _.de .todo .lo qu?it· · · ;. 7ánza de. Lacan es del
oii:le~:~.é la ~Qmbinat.oria. Esto forma parte.det mi!imo-caPftüio
fiGies-.Qe.eata.•d~~q~- á"niaba cí!i~I.camell~e(_Zná~isi~!.ftus. qo:e~·lo concerniente al~ 1:4iil1iUi~l §igpifí~.e. El grafo elemen-\
Se trata de ll(OQ!lda de M<;>e~ d~ la botella d~ XTem y ael tal, el e.~9.'!.~~!l. ~º-~.el esquema de Iasletrasalfa;:he.ta.,.ergmro ·
cross-cap figura un poco maseompleJa, que Lacan mtroduce en c:l~ <Ios .P.i~gs, forman parte de Una misma serie, sin olvidar,Ja \
un mom~nto preciso de su señiíria:ño sobre !aiifeiitiftcacloti. Sé": éombinat.Q!'l~ _d~_ lgª Gt!oiJtro di§~Ut§Q§. To.dQS .estos ejercicios
gundo•. están lg,s,.!W~ y, precisamente, elQ¡,lQ.Q ~¡;¡¡~g. in- pueden ser subsumidos entonces ba]d Un .mi_s_mo térrrÍÚlo·: ·la
troducido-en -et·SémmariO XX, A!.f.!l 6 , qu.e~~..sf~l c·o-fib,m~gria.- Este término perm_U;e per~f!t_~e,de_-queTá-~~:
seminario R.S.l. 7 , en un capitulo de 1~ en~~u­ gfiffló es Zñ:l!lslabl~..:' dentt:Q cie .la enseñanza 0e ¡;¡¡can~ La to-
cho más cortíplejo y reciente, ap(?yaqo ~ el},,..una ..mate.lXlª~~C~ J.l.O pología se !ntrod'uce con el sil,!!ific~e¡ allí dond~ no_ hay.~!gni­
acabada ella misma, a diferencia de la antenor. La topolog¡-ª._d~e ficante, alll donde n:o nay_ ::c;úihlura '. pQ.rJa ~. la topo-
Lacan está· formada entonces .p.or..tt~ioa.dos capítulgs, bastante logía no es neces.~a, poaemos contentarnos con la topología· de
heterogéneos, aunque tengan'"~puntgs de c.ontact.~.yna­ la esfera y del plano4 · · · ··· ....
da más: cada uno de...e.UQ~.JE:!ªJlOnde-~guntas..d.alatean a ana- Podernos retener estas ideas con una correcc1on que Lacan
lítica que no son e;l{actamente las--mi:smast' . . mismo hizo: todo cuerpo vivo tiene una topología, en tanto no
La posición de Lacan respecto a estos esquemas e~ la Sl~~:n­ puede ser reducido a la simple extensión, al partes extra partes
te: "No son una metáfora". Lo dice ya en"l953_y Sigue d1c1en- cartesiano. Esto explica que Lacan haya podido lanzarse en con-
86 Jacques-Alain Miller La topología en la enseñanza de Lacan

figuraciones del cuerpo vivo, humano, como tórico, etc. Son in~­ tal~s del psicoanálisis, Lacan no_i~cluyó entr~e!l<:>~_al_~e_s_~~._in­
piraciones un poco "límites" del mismo modo en que _P?dla cllJYQ=~~Ja.~':;)En los c~a~ro conceplos lo im~ortante es la
señalar que encontramos en la naturaleza formas topologiCas, elección. Por eJemplo, tradiCIOnalmente se reduc1a la transfe-
como por ejemplo las formas topológicas que encontramos en rencia a la repetición, no se las djstj:g&~}ja, y es precisamente su
las membranas cerebrales. Sin embargo, hay que poner un freno
·sti. I···llC.I-(>rlla q.ue .cpnq~<;!!<?Pª-.lí:L.Ulviw.jgi} g@ §!Y@!iQ. ~.W?uesto al

~
a este tipo de comentarios pues, si no, se desemboca en una ~~~ su·eto su uesto al . ~eae ser el resorte trans-
filosofía de la naturaleza. Entonces, incluyendo la corrección erencia a co 1c1on e a er como resorte ..a.Ja repe-
que acabo de hacer, la topología se funda en el significante. Des- iCíón/La pulsión, dice Lacan en oswzón del inconsciente, de-
de este ángulo, ¿qué tienen en común la combinatoria, la topo- p'eñaé" de una. topología y _!l_~_de upa _e~ergética. De todos mo-
logía, incluso la teoría de los conjuntos o la teoría de las clases? dos toaa· energética depende del SlgmfiCante, pues dep~nq~- de
¿Qué tienen en común con lo que se presenta como red, como la i~troduccíón de. cierto número de aparatos-significan~!
axioma, etc.? Lo que todo esto tiene en común es totalmente milndo. Recordemos el ejemplo que a menudo tomaba Lacan:
decisivo para captar el lugar de la topología en la enseñanza de ¿d-Ónde está la energía de una cascada? Hay que -~mpezar C<2~o­
Lacan: tienen en común el que sólo necesitan dos dimensiones
~dole 1ª energía, lo __~~- sue_on~_la i~!roduccwn d.=_un slg-
para funcionar. El luga~ del Otro en ~l sentido de ~acan (que es
el inconsciente y el discurso) no tiene profundidad. En este mficante par~l1~.Jª·---~-l1ergéJI.<2~ pueda_tener~algull__~e_I.ltld_<?.
punto el estilo y la experiencia del análisis gu~ados p~r Lacan se Gicañi:lo-dío una gr!lll }nforml!S~~~-~cer~--d~-~a_t,_~{)-~!-~~~~_j~~s
pulsiones;-p-ero dio laJnf.ormac1on suTlmen~ ar recumr~ .en _par-
oponen a la experiencia de todo el m~ndo: el ~nconsc~ente es un
ser de superficie,no un ser de profundidad. El mconsc1ente no es tí-ªJlar, al aQ@.!~i~ v~~torial, al ~a~~~~n9a~_}os teo:r~tp~s de
Stokes en Posicion del inconsczente , siendo_~-~!~ _\l_H ~apl~\llo
lo-...que uno ti9Re eR SY inte~ior. Es muyJ;!.iH.~~!!~I!l"......@.~~ Y no desarrollado de la topología de Lacan de la mayor importan-
habituarse ~-9.~.i:~l ..~~S9ll.~!~~~ ~<::!- ~-e_na PE?f,ti.q q¡~~t a q~el't~o
e~oouad. Al contrano, es nn amenta men e ex :f! 01' 1 cia.
Tomo la~primera vertiente de la topología, anterior a R.S.I.
al sujeto hasta el p~to de que el.Qrge:q simbólicp novación a
partir ae la cual I:acan repensó la enseñanza de_Freud- es tam-
b~ñ e~ _sqm.ún, tp~_o l<?..Q~.e~ t:rªºicign_,. lo qu~ h~tl?Jª
Por un lado se...tratade la topología del sujeto.y tamhiéu.,-co-
rml~ti:vam.ente).,de.ladel ~Y la de l~Js_!9.n; la topol_?gía
antes de que ~~lja el sujetp. E;I_Q~!o_~!_eso, n? solo el otro con d_el OQl$l2,B...conecta estos d<;>sejes. ¿Quépermífe lato. po_l?_.g. 1ae~
lo tocantea est untos? to olo 1a Lacan n _ a . dl-
min\lsculiC En él á1cance. rpayor ñe su maY!!S.Cula ..elJ)tro.... es
nuestra extepaiidad, exterioridad respecto a todo sujet9. Si leeq do.._~l;>o!~7 ~l.. su· eto m sustanc ... q~~•• !.:::~deQ.9i~ áriálítica
requiere. Se utilza·· .s.s._para eClL~ . ___u ueStcfa. s r; las
el semiriarlO:~t~·: podr~ aprecrarq~e~eJ:íñcol1!~réy~T~9é ~n rñisñ1as--Iniciales pÜe'a~h de~ignar al sujetó s1_n ~!!S~l!l!Cla, El su-
el sujeto y qué' el analista no esta atll-par,a..~selq_!l.~i!~Ir, jeto sin sustancia es también el .§~et_~ cartesiano que b,~can
si~ e el_ íircmTsdent-e·-es--é-xte?9_r, re@~~tt;DU!u.illDs, qu~en~s
p]antea como el sujeto mismo del psicoan~~et:!Q.[~Q.Jl~ no
piderr·la a:p~tf~iiü!_e lo 9~~ aAn.es.-un..~j.o. ~t:l~_c>t_r_()s t~_r_!J?:l~
nos, la-tOpología de las superficies debe conducimos po_~~!l.S!l.: es más que uuntua\~<;E~9siªª·"~~\!~.J2l.2lll~~Q.es y
re_ll_resentas_ign~s. El sujeto en-_arúíiisiS fue generalmente_ tra~do
mino en el que el inc?~.s,iente l}_ftdá ~.de ~umvo:r·· como Uñ--s~y~tan~l, un sujeto que resiste, un suJeto ms-
Debo-corregir un poco107iüe acabo de decrr acerca de que la tintual. Sostenérllña:iscurso que induce una disyunción entre
topología se introduce con el significante. ~st? ~s- ~xacto, pero sujeto y sustancia implica una construcción sumam~nte co~pl~­
no cabe concluir que todo el campo del ps1coanál1S1S se ~gyc;:e ja. Esta disyunción ya está presente en las cate~onas de A~Ist~­
a-·IO-que -~ s~gificante, que todq_~LijláliSis,Ae r~ª!Js!t~__J..e_31~e teles; no hay un doblaje entre sujeto y sustancia, ambos termi-
LacanGeStaéa en su. texto 1nstan(:uz_d~_lale.ir..LJ 10 • L-ª-JllS.tancia nes tienen su .WR.eisftMnieatg particuhn:, y el sujeto no sustan-
de la letra existe. pero debe ser !!l't(c!,!l;:¡<;l.Lc.9~~~g!'i~ de_@.§ ciaL.se sostiene m an en la topología y en la 16 ·ca. v.olve-
pulsiones.. En el seminario XI, Los cuatro ~qnceytos fundamen-
mos a encontrar al s}-ljeto .~---1 1ca~~ore_ Sl~}~.~~~~~ baJo ~~s
88 Jacques-Alain Miller La topología en la enseñanza de Lacan 89

especies del sujeto sin sustancia, que también puede escribirse de un otro lado en relación a sí mismo", "es un ser afectado
con ayuda de lo que La~_.!l_~a la sigla general en laJ!w;lda.4e constantemente por una inconsistencia del ser". Sartre habla así
M.oebm~. el ocbQ m~!'.M2. y CQliÍQJº'_ql!~-~!l.l~Iormulas de la de una falta de ser, de un defecto del ser. Tienen una serie de
sexuacion ...cmna...fu.úco valor el de una variable de la fun- metáforas muy logradas, tienen el término falta, la conexión del
\ 1"'10n fálic ·-·----, deseo y de la falta. Sartre plantea que la realidad humana debe
~---
"..Intenté encontrar una referencia de lo que sería tratar de ser una falta en sí misma porque hace nacer la falta y, por ende,
elaborar un sujeto sin sustancia sin recurrir a los maternas. El para probarlo bastaría con la existencia del deseo como hecho
sujeto de Descartes es sin sustancia de modo muy fugitivo, lo humano. El deseo no es un estado psíquico, es un escape de sí
encuentran en el quinto párrafo de la Segunda meditación, pero mismo, es una falta de ser. Sólo tomo aquí lo que nos permite
inmediatamente recupera su sustancia. Alguien que se apoya en percibir el parentesco de su esfuerzo con el tipo de ser que La-
Descartes intentó elaborar el sujeto sin sustancia, alguien que no can intentó captar en el caso del sujeto. La diferencia mayor es
careció de influencia sobre Lacan, quien intentaba rechazar la que el déficit de identidad del sujeto nunca es pensado en rela-
promoción del psicoanálisis del yo en la experiencia analítica ción al en-sí opaco, y que, en ningún momento, es situado en re-
realizada por los anglosajones. Me refiero a Sartre, que es una lación con el lenguaje.
de las referencias de Lacan al inicio del Seminario II 1 2 , que Tratándose de un sujeto no sustancial, Lacan lo abordó a tra·
contribuye al logro de un estatuto extremo del sujeto, un es- vés del materna, distinguiendo en primer término lo conjetural.
tatuto de total desustancialización que es una intuición de Sar- Encontró en la teoría de los juegos, en la teoría de los conjun-
tre. Opone, por un lado, el en-sí, el ser como lo que es, que es tos, en forma más, amplia en la combinatoria de la topología,
una definición de Lacan en el seminario III, cuando habla de la con qué asegurar la subsistencia del sujeto sin sustancia alguna
psicosis, diciendo que en ella se trata de lo real como lo que es, planteando -planteo que falta en Sartre- el lugar del Otro co-
como el. en-sí sartreano. Por otra parte, hay otro tipo de ser, el mo espacio de combinatorias, condición para plantear un sujeto
ser de la conciencia, que es muy difícil de delimitar, pues está sin sustancia, en el que reside toda la sustancia de la experiencia)
por ser lo que es. Sartre intenta aislarlo mediante la magia del analítica. Lacan evoca una única sustancia como sustancia de la
estilo; así en El ser Y la nada dice: "El ser de la conciencia no, experiencia analítica: el goce. ,
coincide consigo mismo en una adecuación primera" 13 • Toda- Un espacio de combinatorias, un espacio simbólico donde se
vía se refiere al principio de identidad como una síntesis, como articulan los significantes, donde se despliegan sus cadenas, que
una unificación; pero, tratándose de este ser que se resquebraja, nada tiene que ver con ningún espacio de la intuición, con nin-
no hay identidad ni coincidencia consigo mismo. La barra que gún espacio de la estética en el sentÍdo de Kant. Esto puede ver-
golpea al sujeto es la ba_rra que al mismo tiempo lo aleja del pu- se desde el estadio del espejo, primera entrada de un elemento
ro y simple principio de identidad. Sartre percibe correctamente exterior al campo del análisis, pues el estadio del espejo no es
la consecuencia: el sujeto está sujeto a identificarse. Porque hay una experiencia psicoanalítica, sino una experiencia de observa-
un déficit a nivel del principio de identidad, el ser en cuestión se ción. Ya a partir del estadio del espejo el cuerpo está presente
identifica. Hay una relación inmediata entre este déficit a nivel esencialmente como cuerpo imaginario. Será necesario el desa-
del principio de identidad y la tendencia a la identificación, cosa rrollo de toda la enseñanza de Lacan para que formule que el
que Sartre analizó muy bien a nivel de lo imaginario. Conocen, imaginario es el cuerpo. Esto está muy cerca de lo que ya había
creo, el famoso ejemplo del mozo de café que se cree mozo de dicho a propósito de lo que nutre la vida fantasmática, cómo las
café, ejemplo de la identificación con lo imaginario sostenida formaciones imaginarias toman prestado de la fragmentación del
por un sujeto que tiene un déficit de identidad. cuerpo. Lo imaginario surge enteramente de las partes del cuery
Algunas fórmulas: "parecer su propia coincidencia", "escapar po del ser humano. El principio del estadio del espejo es la esci- ·
a su identidad", "el sujeto está separado de sí mismo y lo que lo sión entre_el. CJ!~P.~<rrfEecular y el c"l!~Jl).~-ªL es dec::ir, el esta-
separa de sí mismo no es nada", "el para-sí existe bajo la forma do_~~-madurac10n . ~- f.,Y.el'.PO. Debe adrmtlrse, empero, que es
··"··;"~"--'~"""'-~,....,,,,.,.., """"···-•.-~~~'.""
90 Jacques-Alain Miller 91
La topología en la enseñanza de Lacan

.u un cuerpo experimentado, es el cuerpo tal como se lo supone vi-


/ venciado por el sujeto, enfrentándonos así a dos modos de este-
·a. Es excesivo decir que sólo existe el cuerpo es.p.ecular, pero
e todos modos hay dos cuerpos; uno es visto, el otro es experi-
entado; en este sentido ambos conciernen a ll!_(stesia::.J
decir vaciándola, anulando lo que anteriormente conformaba el
,
texto completo de los análisis, es decir, las formaciones imagina-
rias, al considerar que ninguna de ellas es determinante, sino que
lo que cuenta son sus transformaciones significantes, y que
ninguna recopilación de formaciones imaginarias brinda nada
Si esta topología es esencial para sostener al SUJefo sm sustan- determinante para el sujeto; a partir de este extraordinario vacia-
cia, es necesaria al mismo tiempo en lo que se refiere al objeto miento de la experiencia analítica, sólo queda un vacío. Incluso
que Lacan inventa como el objeto a. Entre esos objetos, Freud esto es lo que es insostenible para muchos analistas en la prác-
sólo descubrió dos: el objeto oral y el objeto anal. Lacan, en tica de Lacan, que éste pueda llegar a alcanzar en la experiencia
cambio, agregó dos -cabe pregtmtarse gracias a qué-: la mirada analítica ese ser por excelencia insustancial que es el corte, que
y la voz, que en apres-coup resultan evidentes en la clínica ana- pueda inventar primero el corte como función de la interpreta-
lítica. Antes de Lacan se sabía que existían el voyeurismo y el ción, como escansión, que pueda reducir la experiencia ~isma
exhibicion-ismo, que los psicóticos escuchaban voces. Una vez progresivamente dentro de cierto modo de conocer. Segun la
que Lacan hizo surgir esos dos términos como objetos, los mis- modalidad agresiva que ha surgido en los últimos tiempos, esto
mos nunca fueron cuestionados. ¿Por qué Freud no los descu- termina en: "desde hace diez años Lacan no hacía más psico-
brió, cuando uno ve que sus textos clínicos se organizan en tor- análisis", o sea, una concepción un poco sumaria de la nada.
no a ellos? Creo que se debió a una ilusión sustancialista; los dos Ella es la consecuencia precisa del símbolo como muerte de la
primeros dan la impresión de ser materiales y, además, dependen cosa. Esto quiere decir que en su conjunto la palabra carece de
de la demanda; el seno es el objeto de la demanda al Otro y las referencias o que la referencia le falta a la lengua, que es una
heces remiten a la demanda del Otro. Finalmente, siempre se ilusión hablar de referencias, y que cualquiera sea el extremo
solicita al Otro de la demanda, es él el que está en juego. por el que atrapemos a la lengua, ésta significa, pero que aclare
' ..../' La mirada es un ser completamente evanescente. Es muy di- es otra cosa. _
fícil admitir que el ojo sea un objeto, incluso un objeto con el El privilegio Q_el nGde~consiste en que es fundamentalmen-
que un novelista pueda escribir una historia. El obstáculo para ~·e-I cero de la referenc~ ¿Qué es lo que Lacan llama discurso?
aceptar a la mirada como objeto residía en que se quería un ob- ¿Como pueae hatmr a cursos si no hay referencias? Esto es
jeto sustancial. Sucede lo mismo con la materialidad ligera de la cierto para cada discurso. Lacan reduce la experiencia analíti-
voz, contentémonos al respecto recordando el automatismo ca a eso, a hacer la experiencia de la falta de referencias; es una
mental. Lacan no coloca a estos dos objetos en función de la de- experiencia insostenible de vaciamiento de la experiencia, y es
manda, sino en función del deseo. No obstante, la clínica los insostenible para quienes deberían ser los agentes de esta expe-
hace objetos pulsionales. La restitución de estos dos últimos ob- riencia, colocarse en el nivel en que se hace la prueba de la falta
jetos pasa por su topología, cosa evidente para la mirada en to- de referencias. Esto no es para nada lo que se constata en la ex-
do caso. Sin la topología de la mirada no se la puede validar periencia analítica a la que se refirió inicialmente, que se presen-
como un objeto auténtico, se necesita un soporte para ese ser taba como las relaciones de los personajes típicos del complejo
~o sustancial, y sólo la topología nos brinda el soporte adecua- de Edipo, por ejemplo. En último término lo que anima este
! ao. Esto determina la gran paradoja del campo de la pulsión es- movimiento es la experiencia de la falta de referencias, no un ser

~
ópica: que el objeto es inmanente a la pulsión. Lacan consagró simple. Hay varios tipos de agujeros, el agujero no es un concep-
na articulación topológica sutil para captarla y, sin ella, este to simple como el que, por ejemplo, intenta captar Sartre a nivel
bjeto sería imposible de sostener. de la mirada como ser simple. El agujero es complejo y la topo-
De modo general, la topología es esencial a toda elaboración logía permite construir agujeros tomando en cuenta su diversi-
de la experiencia analítica, una vez que nos percatamos de que dad, lo cual permite explicar en forma sutil cómo falta la refe-
la misma, tal como Lacan la aborda a partir de lo simbólico, es rencia según las estructuras clínicas.
92 Jacques-Alain Miller La topología en la enseñanza de Lacan 93

Evidentemente, es difícil mantenerse en el nivel en el cual sig- espacio, están correlacionados y son antinómicos al mismo
nificante..!z situaciones y ref ®.J:mttn6micos. ·Esto quie- tiempo. Este es un tipo de relaciones que perturba las relaciones
re decir qu "la únic ·re ere~éSTas1gn1 1cac1 . Lacan· Ia."Ila- espaciales que pueden transcribirse en una zona. ¿Cómo se
mó "si e ao , · a- puede dar cuenta de esta correlación antinómica? En primer
término, se puede decir que es una paradoja; en segundo térmi-
~~ó~~!ri~~-~-~I!~~a~~t~~~~t1r~1~o~- no, se puede introducir una barrera temporal, es decir, situar
tung, término alemán que ofrece una dificultad especial para su este movimiento y decir que es un movimiento de pulsación.
traducción, pues es traducido alternativamente como referencia Cada vez que un término está excluido debe volver y así sucesi-
y como significación. · vamente. Esto es exactamente lo que Lacan planteó como topo-
Ya están familiarizados con la topología verdaderamente ele- logía del inconsciente, la cual entraña pulsaciones, aperturas y
mental del ocho interior. Es la figura mínima para separarse del cierres del inconsciente. El sujeto del inconsciente puede ser
círculo y de la esfera, especialmente del círculo reductible a un transcripto también a partir de la paradoja de Russell. Queda,
punto por homotopía. Lo que Lacan demuestra en la experien- finalmente, en tercer lugar, el ocho interior que lo explica, en el
cia analítica es que la estructura del sujeto no puede ser reduci- que lo exterior-interior se atraviesa, momento en el cual pueden
da a la esfera, al círculo o al punto, que no hay homotopía del situar en la zona crítica ese término que, si no, parecería ser ató-
sujeto. El objeto ad hoc, inventado para marcar esta irreducti- pico. El ocho interior es el modo más simple de representar la
bilidad, esta no hom~ía del SJI~eta, es el objeto ~Esto es autodiferencia que Sartre perseguía. La autodiferenciación del
importante en diferen s niveles. Primero, pÓrque p ede ser significante en tanto que no puede significarse a sí mismo, la
aprehendido a nivel de la discordancia entre el deseo y la de- autodiferenciación del sujeto en tanto quEn~srepresentado por
manda. El deseo es el efecto de la imposible satisfacción de la un significa11t~. en relaCión a otto:··En·ottos.téfminós, el ocho
demanda, el efecto de la imposibilidad del Otro de responder a interior no es uai :OOmplejidad.sllplemen.tari.a c.le la topología
la demanda, y es siguiendo este camino como Lacan llegará a aportada por Lacan, es una simplificación que les evita leer seis-
plantear el objeto a como causa del deseo. cientas páginas de retórica como las de Sartre en El ser y la
_:_· En segundo término, esto se percibe a nivel del análisis de nada.
la palabra tal como ésta es interpretada en el análisis. El hecho Quisiera finalizar hablándoles de topología en un punto en
de que el dispositivo analítico sea un dispositivo de interpreta- que la cuestión no es aparente. Quisiera mostrar hasta qué pun-
ción exige que el sujeto sea pensado en dos lugares topológica- to la topología de la superficie es esencial en un texto donde no
mente definidos. Esto es lo que Lacan explica en su seminario parece tener tanta importancia, a saber, en La instancia de la
sobre la identificación. · 'd s b- letra 14 , texto princeps, y de los más conocidos de Lacan. Está
jetiva, r~fle'ada El presente en la letra, pues la letra es, como dice Lacan, la estruc-
sujeto no puede estar colocado en un único ugar, cosa que La- tura localizada del significante, es decir, que ella exige un espa-
can retoma en Posición del inconsciente, y en forma cada vez cio en el que se localizan los rasgos diferenciales del significante,
más refinada y precisa. Cuando el sujeto aparece en un lugar de los cuales podían ser materializados cuando los impresores dis-
determinada forma, debe desaparecer del otro lugar. Existe ponían de pequeños caracteres, cada uno en su lugar. Tenemos
siempre una duplicidad subjetiva exactamente opuesta a la uni- allí una representación de la estructura localizada del significan-
dad subjetiva. El sujeto, pese a escapar de sí mismo constante- te. Lacan agrega que el significante se compone siempre según
mente, es tan sólo una escapada, siendo la representación más las leyes de un orden cerrado, es decir, que las unidades signifi-
simple de esta duplicidad el ocho interior. Vemos así, en cor- cantes encajan unas en otras --:también hay relaciones de envol-
tocircuito, una relación entre lógica y topología. ¿Conocen la vimiento-, y es necesario un sustrato topológico para todo esto,
paradoja de Russell? En ella dos términos están vinculados y sustrato que es la cadena significante de anillos, cuyo collar se
uno se- percata de que ambos no son compatibles en el mismo engancha con otro collar, etc.
94 Jacques-Alain Miller La topología en la enseñanza de Lacan 95

Saben también que Lacan dice que la linealidad es insuficien- Freud mismo diferenció el pensamiento del sueño y el trabajo
te: hay que desplegar los elementos significantes en un pentagra- del sueño. Existe, sin duda, el pensamiento del sueño y, pox: otra
ma. Se observa claramente que el significante no puede conten- parte, el trabajo del sueño que fabrica esa forma particular del
tarse con la dimensión de la línea, necesita por lo menos una pensamiento del sueño, y lo esencial en el sueño es el trabajo del
superficie. Cuando Lacan habla de punto de almohadillado, po- sueño. En una nota de la Traumdeutung encontramos esta fór-
dría creerse que éste exige el espesor, las tres dimensiones. Sin mula --lo entretenido es que, antes de Lyotard, Lacan no la
embargo, situará al punto de almohadillado en su grafo, es decir, había usado demasiado, pero de aquí en más retoma como un
en lo chato y en lo bidimensional. leit motiv- : "el trabajo del sueño no piensa, se limita a trans-
Estudié los textos anglosajones aparecidos el año pasado y formar". Lyotard destaca el valor de esta fórmula y señala que
éste, en Inglaterra y Estados Unidos, acerca del lenguaje, para el trabajo del sueño, en la medida en que difiere del pensamien-
ver en qué andaban, y si se podía encontrar algo en ellos en lo to del sueño, no hace las interpretaciones, no traduce, no en-
que hace al psicoanálisis. En el libro de Chomsky se lee una pri- mascara; allí donde trabaja el enmascaramiento del sueño no
mera frase que parece traducida, con el agregado de una nega- puede luego ser restituido por una interpretación, es una opera-
ción, del texto de Lacan. Evidentemente, la negación cambia ción sui generis sobre una imagen, sobre la figura, que exige la
todo, pero puedo decir que los argumentos del último Chomsky extensión y la profundidad. Por ejemplo, la condensación es
pueden refutarse a partir del Lacan de 1957, punto por punto. igual a un proceso físico por el cual los objetos que ocupan un
Utilicé simplemente Instancia de la letra para hacer una serie espacio serían comprimidos para alojarse en un volumen más
con estos textos, y discutirlos, y me encontré con una cuestión pequeño. Hay en el sueño un elemento donde el espacio neutro
que me incomodaba desde hace algún tiempo. Saben que Lacan en que se dispone el significante en su estructura localizada se
retomó la cuestión de la metáfora y la metonimia, en particular vuelve opaco, está perturbado, y da allí el ejemplo de la bandera
en Radiofonía 1 5 , en la tercera pregunta. Critica allí a un profe- (que Lacan evoca en Radiofonía), en la que se puede leer, "revo-
sor de filosofía que dijo cosas interesantes, pero al que igual- lución de octubre" [Révolution d'octobre] cuando está bien des-
mente hay que cuestionar. Se trata de Lyotard, que escribió un plegada, y cuando el viento ondula sus pliegues se puede leer en
artículo con el título de "El trabajo del sueño no piensa", texto ella, poco a poco, algo así como "sueño de oro" [Reve d'or].
cuyo mérito reside en que permite ver la topología de Lacan allí Este es el modelo de una condensación freudiana. Si esto es
donde ella es casi invisible. Lyotard cuestiona el eje mismo del ar- cierto, si necesitamos tres dimensiones, se necesitan los pliegues
ticulo de Lacan, los dos mecanismos del sueño que distingue como de la bandera, y lo que le interesa a Lyotard es mostrar que lo
esenciales (condensación_y desplazamiento), por un lado; por otro, que está en juego es un espacio de tres dimensiones materializa-
los dos mecanismos en tanto funcionan en el discurso (metáfora do, siendo el deseo una fuerza que opera en esa tercera dimen-
y metonimia). La tesis de Lacan es que no difieren en nada, sino sión. Lacan no teme responderle y coloca nuevamente a lo figu-
que en el sueño hay una condición suplementaria, una condi- rativo en su lugar. Toma, por un lado, a Laplanche, quien ilus-
ción imaginaria, ya que se trata de imágenes. Hay en el sueño traba el inconsciente mediante dibujos en los que hay objetos
una inercia imaginaria, que se agrega y una puesta en escena, ocultos, cuyos contornos no se ven bien pues están detrás de
en figuras, que en cierto modo hace más pesado el funcio- otros, pero que cuando los miramos de determinada manera lle-
namiento, pero éste sin embargo sigue siendo el mismo. El in- gamos a verlos; por ejemplo, los cabellos de Napoleón. Laplan-
terés del trabajo de Lyotard reside en que dice exactamente lo che había inventado este ejemplo para que se comprendiera bien
contrario, es decir, que hay leyes propias de lo imaginario, que qué era el inconsciente, lo cual no coincide, evidentemente, con
son propias de las figuras del sueño, las cuales son autónomas en el carácter no sust.ancial del inconsciente según Lacan. Por otro,
relación al discurso. Lacan, en cambio, remite el "ordenamiento toma a Lyotard y sus figuraciones. Lacan mantiene que el único
ilustrado", al funcionamiento significante. La prenda es la inci- elemento freudiano que le interesa al análisis no es lo que existe
dencia del significante. Lyotard se apoya en el hecho de que efectivamente, lo que es del orden del trabajo del sueño en el
96 Jacques-Alain Miller La topología en la enseñanza de Lacan 97

espesor de la imagen; lo que le interesa al análisis, lo que es Discusión


freudiano es lo que puede bastarse con el soporte de dos dimen-
siones, pu~a y simplemente lo tipográfico. Pregunta: ¿Lacan es estructuralista, en su concepción del
len_guaje?
Este debate es muy complejo. Jakobson y Lacan nunca se
pusieron de acuerdo sobre la condensación y el desplazamiento
en Freud. Lyotard agrega lo suyo, y hay muchas formas de dar J.A.Miller: Lacan nunca dejó de repetir que no hay que buscar
vueltas alrededor de esta cuestión. Subrayaré de todos modos, el origen del lenguaje, que considera que ya está allí. Lo cons-
siempre en Radiofonía, la posición del corte interpretativo que tante en Lacan es el antievolucionismo y el discontinuismo. El
Lacan construye: introduce y hace jugar a la banda de Moebms único punto en que puede decirse que es infiel a este principio
en relación a la pregunta que se hacía Laplanche acerca de la es precisamente en la cuestión del surgimiento del sujeto a partir
doble inscripción, acerca de cómo era posible una doble inscrip- del significante, en cierto modo asistió al origen del sujeto. Hay
ción, por un lado preconsciente y por c;>tro inconsci~nte. Lacan dos fases. La primera consiste en plantear que, efectivamente, el
dice: "El revelaría entonces la topologla que lo gobJerna en un lenguaje ya está allí, que el significante, el orden simbólico, n.o
cross-cap, es decir, en una banda de Moebius. Pues solamente nos esperó para existir. El lenguaje, como lo dice en La instancw
de la letra, preexiste con su estructura al hecho de que se apren-
desde este corte esta superficie, donde se tiene acceso desde
cualquier punto a su revés, sin que tenga que atravesarse un da a hablar la estructura del lenguaje es independiente del
borde (de una sola cara entonces), se ve posteriormente provista aprendizaje que se pueda hacer de él. Durante toda una ép~c.a
habla en su enseñanza de la inscripción del sujeto en lo simboh-
de un verso y un recto. La doble inscripción freudiana n~ perte-
necería por consiguiente a ninguna barrera saussureana, smo a la co, del modo en que éste se inserta, entra e~ el orden simbólico.
práctica misma que plantea el problema, a saber, el ~orte .que el La dificultad con la que se topa es que el suJeto no es verdadera-
inconsciente al desistirse testimonia de que no conslste smo en mente sujeto hasta no haber entrado en dicho orden; por ende,
·él... " 16. previamente es una x, que por otra parte pueden encontrar en
el grafo de Lacan, donde hay un vector que conduce al ~ luego
r ----.Esto sitúa el {¡;;;~:;;¡;iiiwco~o atraves~ento.d~ H1 de haber atravesado al Otro, y cuyo punto de partida es Uf\
triangulito, Ufi? dfltar a .partir de la.. que na.ce. el yector._,Nada \
1 banda. de Moebius'";'que a abre y. hace de ella una cmta con un
derecho y uh -revés\ Esta-es Una conclusión casi en condiciQ.I~:al; puede decirse sobre él antes de que haya atravesado el orden
~ent.rdecir que .e.l~I,l,sciente sólo surge qe l_11 ir:J.J&r- simbólico y haya sido marcado por el significante; no sabemos
pretacj.Qn_~~Lg~e sólo hay ~go para in~rpretar porque ~u:
qué es el sujeto bruto. Toda una fase de su enseñanza se man-
tiene dentro de estos límites. __ 1
bQ_~ñ. J_iiici"Pr.~tfll!~, y qu.e_la _ In~!'mU:~,tal::lOll;Ct;>nStllll~_Jl\J,!~li.. !
f.
Más adelante, a partir de Posición del inconsciente, plantE; a la 1
su.Jiítlpitr-~. como.se oeduce.de.Ja última parte de la f
cita, "... es decir, que cuamo wás jntexpre.~d.9_!8-el-4isc!lrso, 1 pregunta más radicalmente. Ya no la formula como un ¿como i
mci§..s_g!1flrl1Ja. el ser.Jn,c.cm~gjen.!!: Hasta el punto de qu~ ~olo el ¡ entra el sujeto en el orden simbólico?; dice ¿cómo es producido
p~ClJ].Iili.s.js --a condición· ae interpretarlo- deSf.~E~!~~--g!!_e i
el sujeto por el orden simbólico, por el significante? En este
punto ·encuentran la compleja construcción de la alienación
_!:q.J.m ~V.éV:f?l diSCUJ:§2" 1 7 • -~
y la separación, cuyo objetivo es hacemos asistir a esa paradoja
Ejemplo de una utilización muy útil de un objeto tan simple del engendramiento del suj~to por el significante. Parecería que
como la banda de Moebius. Si, después de todo, logré conven- esta enseñanza se focaliza de manera más precisa sobre estas pa-
cerlos de que la topología de Lacan, lejos de ser el privilegio de radojas. ¿Cómo puede surgir un sujeto de la nada? Son las para-
especialistas, está al alcance de todo el mundo, habré hecllo, es- dojas de la creación ex nihilo.
pero, lo que esperaba Di Ciaccia.
Pregunta: Quisiera pedirle aclaraciones sobre la relación entre la
98 Jacques-Aiain Miller La topología en la enseñanza de Lacan 99

topología y el escapar a las metáforas; ¿en qué medida la topo- es una metáfora para algunos en determinado discurso,y para
logía nos permite ese escape? otros no.
J.A.Miller.- Esta es una cuestión difícil en la medida en que La- J.A.Miller: Conocen el cuadro de Magritte "Esto no es una
can, en uno de los últimos seminarios que consagró al nudo bo- pipa". Representa una pipa; "esto no es una pipa" es totalmen-
rromeo, con muchos silencios, dijo: "Finalmente, el nudo bo- te paradójico porque, en un sentido, es una pipa. En otro senti-
rromeo es una metáfora impropia". Luego de haberlo elaborado do, no es una pipa, pues es una pipa representada y, por ende,
como la cosa misma, la renuncia era catastrófica. Tengo cierta no una verdadera pipa. Además, "esto no es una pipa" forma
idea al respecto, pero me gusta_;ía conocer la -~pinión _de Soury parte del cuadro mismo, no es exterior a él, es decir que hay allí
sobre su carácter o no de metafora. La cuestwn crucial del es- una perturbación espacial. Hay un artículo muy interesante so-
tatuto de la topología se juega entre metáfora, estructura Y bre las paradojas de ese cuadro de Magritte, que son paradojas
real. ¿Con qué idea hace topología Pierre Soury? espaciales.
Podríamos también escribir "esto no es una metáfora" deba-
Pierre Soury: Intentaré dar dos respuestas. Resulta que estoy jo del nudo borromeo, y quizás tendríamos las mismas para-
implicado personalmente en este episodio de la topología como dojas que muestra el cuadro de Magritte, de modo que puede
abuso de metáforas. Digo "personalmente" pues era en la época escribirse "esto no es el nudo borro meo".
en que me encontraba con Jacques Lacan para discutir esos ob- La segunda evocación es que Lacan es quien plantea que en el
jetos topológicos. El diálogo era muy difícil, lleno ?e confu- lenguaje sólo hay metáfora y metonimia, no hay palabras con
siones y malentendidos, la inducción del error proliferaba y, sentido estricto, uno siempre habla de lado en el movimiento de
~~n particular, no puedo asegurarlo, creo haber inducido a Lacan }alengua. A esto se debe, obviamente, lo que impacta en una
al error al darle un diagnóstico negativo sobre la cadena borro- expresión como "esto no es una metáfora", que significa que
mea; fue un error de mi parte. Me tomó dos años comprender esto no está dentro del juego de la metáfora y la metonimia en
que el diagnóstic~ negativo sob:_e la_ cad;n~ borrom~a era un el que toda palabra está presa. Al respecto, el materna es el ter-
error mío. Para mi era un pequeno diagnostico negativo, y La- cer término, luego de metáfora y metonimia.
can lo amplificó a un gran diagnóstico negativo de acuerdo con Se supone, al respecto, que el materna en el lenguaje es real-
el cual la topología es una metáfora. mente límite, que no puede ser capturado en la metáfora y la
Puede constatarse que Lacan, quien creó la escritura del nudo metonimia. Podría verse en la inclinación de los matemáticos de
borromeo, terminó perdiendo todo lo que había localizado gr~­ hoy por nombrar los objetos que descubren con términos usua-
cias a esa escritura, llevó esa escritura hasta el punto en que el les, un esfuerzo de recuperar ese poder metafórico del que se
mismo perdió su uso, y ése es el tiempo de abjuración de la to- han despojado. Por ejemplo, basta con que un matemático hable
pología como metáfora. Creo que puedo_ co~prenderlo ~omo de un objeto matemático como de un filtro, para que eso no sea
un cierto momento de pureza de la expenencia de la escntura, una metáfora, aunque intente hacerla. La topología no es una
una radicalidad de la misma, que hace que describirla haga per- metáfora, sencillamente porque depende de una combinatoria, y
der t,oda certeza, que el autor se desposea de su escritura. Inten- una combinatoria puede ser exacta, útil o no, pero no será una
taré ahora una segunda respuesta. metáfora, es un cálculo erróneo o exacto. Este es el modo míni-
El enunciado, el clivaje, la afirmación: "esto es una metáfora mo en que se puede plantear que no es una metáfora en relación
-esto no es una metáfora", habría que tomarlo modestamente. a las formas que Freud despliega, o al modelo que tal o cual
Lo que no es una metáfora para Lacan sigue siendo UJ?-a ?letáfo- puede inventar. Le daré una tercera respuesta a Pierre Soury.
( ra para otros que lo siguen, y lo escuchan. ~l _meta-chvaJ~ ~ntre
Tiene razón, no se puede dar una respuesta, es como el ejemplo
\_ qué es y qué no es una metáfora no es algo facil ?e transmitir. del caldero, hay que dar muchas respuestas y mala suerte si son
Quisiera plantear que no acepto esta alternativa sobre Lacan, contradictorias. Mi respuesta es muy cercana a la que evocaba
100 Jacques·Alain Miller La topología en la enseñanza de Lacan 101

Soury; eFl sí misma la topología no es una metáfora, podría J.A.Miller: En lo que hace a la cuestión de la reducción de la
volverse una a través de la función que adquiere en la enseñanza topología a una combinatoria distinguí cuidadosamente el La·
de Lacan; allí arriesga, por la pasión que puede suscitar, que la can de los tres objetos y el Lacan del nudo borromeo, siendo vá-
significación se introduzca, y que se diga que, después de todo, lida la combinatoria en el primer caso, es decir, que también
Lacan eligió la topología, que algún otro podría muy bien elegir vale para la elaboración del rasgo unario.
otra cosa. He intentado mostrar que esta elección no es indife- El Lacan del nudo borromeo presenta una paradoja: avanzó
rente, que la topología es esencial a la elaboración de un sujeto en este caso en un dominio donde la matematización aún no
no sustancial. ¿Qué piensa Eric Porge sobre esto? está lograda. La matematización de los tres objetos está realiza-
da desde hace mucho tiempo. Lacan tuvo la audacia de compro·
meterse con los nudos, objetos cuyo materna no está aún dema-
Eric Porge: No sé si puedo responder exactamente a esa pregun- siado elaborado. Hay numerosas propiedades de los nudos que
ta. Vuelvo a lo que me parece el núcleo del debate en tomo a pueden formularse, cuyo algoritmo de transformación no puede
"la topología del psicoanálisis", debate en el cual has asumido darse, no existe el algoritmo para testear tal o cual configura-
una posición muy neta al decir "manejamos espacialmente esa ción.
topología", "podemos reducirla íntegramente a una combina- ¿Qué posición asuVJ.ir entonces? Podemos decir que mientras
toria". Quisiera volver también a la fascinación por lo indecible, el discurso matemático no haya hecho la demostración todo es
a una experiencia que no es enteramente matematizable, al lugar posible .. Por otra parte, se puede responder que al decir eso se
que se le puede dar a ese indecible sin dejarse fascinar por él. ha perdido completamente el rumbo y que ya no estamos en el
Dices que el materna es el tercer término. Sí, el materna en discurso de la ciencia; se debe mantener que aunque eso aún no
relación a la metáfora y a la metonimia, desde cierto ángulo haya sido descubierto, debe serlo. Debemos constatar que cuan-
puede ser reducido a la combinatoria. Pero limita también con do Lacan tomó la teoría de los juegos ésta era ya casi un gadget,
cosas que no están incluidas en la combinatoria. La cuestión de pues había sido formulada y recorrida por von Neumann;
la letra, que mencionaste en un momento dado, cuando mencio- cuando tomó los tres objetos, éstos no presentaban problemas.
naste "la estructura localizada del significante". En ese texto, En 197 4 se comprometió en el manejo de objetos que tenían,
creo recordarlo pero habría que verificarlo, Lacan dice "la es- efectivamente, problemas que no pueden compararse para nada
tructura es~ncialmente localizada del significante", donde "esen- con los tres primeros objetos topológicos elementales, simples,
cialmente" indica que no dijo su última palabra acerca de la letra. que despistaron a su auditorio porque éste no estaba familiari-
Retomará luego la cuestión de la letra en su seminario sobre la zado con ellos y porque estos objetos presentan siempre proble-
identificación, con la cuestión del rasgo unario. En De un dis- mas intuitivos. Debemos preguntamos por qué en ese punto de
curso que no fuese semblante 1 8 , en todo lo que gira en tomo a su progreso, en 1974, enfrentó objetos sobre los que sabía que
la letra china lo retoma; igualmente en su artículo Litura- no tenía seguridad en cuanto a su completa matematización.
terre 1 9 • En lo que se puede llamar su segunda topología sobre De todos modos, impulsó la reducción global de la topología
los nudos, le dedicó un extremo cuidado precisamente al dibu- a una combinatoria, lo hace en El atolondradicho, donde lo
jo y a la presentación. Cuando se dice topología, ¿no hay allí plantea considerando que esta disciplina como tal es combinato-
otra dimensión con la que La can tropezó, más allá de la palabra ria en su definición. No nos enfrentamos con un espacio, sino
metáfora, una dimensión que se puede denominar del dibujo, con una combinatoria, y éste es un texto de 1972.
que se puede llamar la letra, el rasgo, que no puede reducirse a lo
que implica de combinatoria la letra? Me parece que hay allí P.Soury: La ejemplaridad de la cadena borromea es algo no re-
algo en todo lo que desarrolló acerca del rasgo unario, algo sos- conocido en matemáticas, que está siendo reconocido, y que lo
tenido por la topología, en la medida en que ésta no puede re- será dentro de 20 o 30 años. Esto se hará con cierto retraso, y se
ducirse íntegramente a la combinatoria. producirá un desconocimiento retrospectivo del desbroce, a la
Jacques-Alain Miller La topología en la enseñanza de Lacan fU ...

vez matemático y pre-matemático de Lacan. Tengo también un ñanza; un momento en el que bruscamente se querrá hacer reflo-
segundo criterio, es que el hecho mismo de que Lacan haya lle- recer en el desierto los oasis imaginarios. El movimiento ya está
vado el nudo borromeo hasta lo teórico es típico ... en curso, porque no se hará comer a todo el mundo durante m u.
cho tiempo las arenas del desierto. Hay que hacer topología para
J.A.Miller: ¿No era, empero, un acto de fe? dar cuenta de la experiencia analítica; sería una tendencia muy
peligrosa para los lacanianos el consagrarse al significante desut;.
P.Soury: :No y sí. Es verdad que al avanzar sobre una escritura jetivado por sí solo.
que anda, el autor de una apuesta tal, llega a perder la certeza de En lo tocante a la cuestión de la metáfora, hay una respuest.;
su apuesta, llega a perder el uso de su escritura. Es típico de una de Lacan precisa, fechada. "En efecto, el lugar del decir es ei
aventura matemática el que su autor pierda el uso de una escri- análogo en el discurso matemático de ese real que otros discur
tura. sos cercan con el imposible de sus dichos" 21 • El lugar del d:'.
cir matemático -para hacer una aproximación a la enunciació1.
Pregunta: Lacan continuó trabajando aún durante cierto tiempo matemática- es análogo a lo real, al lugar que lo real ocupa e.·:
con el nudo borromeo ... los otros discursos. Los otros discursos se ven llevados a cercr:.·
lo real a partir de lo imposible engendrado por el dicho, mien-
J.A.Miller: Sí, en el Seminario de Caracas.20 , pone frente a fren- tras que en el discurso matemático el lugar del decir es análog1,
te el esquema de la segunda tópica de Freud y su nudo borro- al de lo real.
meo. Lo extraordinario es que como efecto de la enseñanza de
Lacan se puede tender a hablar de topología. Tuve especial cui- Mi topología, dice Lacan, es un decir, y lo mejor que se pue
dado en señalar la relación viviente de esa topología con la expe- de hacer con él es hacerle ocupar el lugar que tiene lo real en f~i
riencia analítica, pero de todos modos es harto extraordinario el símbolo. Lo dice exactamente en la página 4 7 de El atolondra-
desierto de significación al que Lacan conduce al psicoanálisis. dicho: "Entonces sobra ya el comentario en la imaginería d'
Se puede decir que Lacan ya había revalorizado el Edipo como este decir que es mi topología. Un analista verdadero sólo se
estructura simbólica en el momento en que el Edipo ya estaba avendría a hacer que este decir ocupase el lugar de lo real . .. "
olvidado, revalorizó la castración cuando el análisis había depre-
ciado su función, el falo, etc ... Cualesquiera sean las diferencias Hasta que se encuentre algo más compacto que esta topolo-
de énfasis que Lacan aportó, la restitución de la enseñanza de gía, este decir topológico, hagámosle ocupar el lugar de lo real.
Freud que recuperó, todavía se trataba los síntomas analíticos a Está presente allí la idea de "a falta de otro mejor". Un analista
partir de significaciones que podían ser reconocidas; por ejem- verdadero, es decir, el que se enfrenta con la división del sujeto
plo, la acción del padre, que podía dar lugar a sainetes del estilo respecto al sujeto no sustancial. ¿Puede encontrarse un real me
je "es indispensable que la madre hable bien y con respeto del jor que el que constituye el decir topológico? Toda la dificultad
padre". Se constata que Lacan borró progresivamente las tenta- está en el "que este decir ocupase el lugar de lo real", porq w:
ciones imaginarias, en cierto modo borró progresivamente las hay una suerte de "semblante real"; pero, después de todo, u':
formaciones simbólicas, para llegar a una desubjetivación del semblante real que funciona como un real es un real. Creo que
significante. El materna es un significante desubjetivado, un sig- ésta no es una solución. Digo y pienso que en este párrafo qw'
nificante que ya no representa un sujeto para otro significante. está al final de la página 47 de El atolondradicho, Lacan cercó el
Ahora bien, hay una tendencia a sólo hablar del psicoanáli- problema y que allí el acento está más bien en un "hagamos co-
·'ÍS en términos del significante desubjetivado. Rápidamente po-
mo si fuese eso,.. Se trata, finalmente, de lo que hay de meno~
dríamos encontramos ante la pregunta: ¿de qué hablamos? Ha- imaginario, de más cercano a la experiencia, y quizá con eso s,_,
blamos de topología en vez de hablar de psicoanálisis. Este sería hace un psicoanálisis aceptable, es decir, ése que hace que el SlJ
'm momento muy peligroso si el Dr. Lacan no prosigue su ense- jeto tenga la oportunidad de sacarse el peso del objeto a.
OTRO LACAN

En el tiempo que me ha tocado trataré de hablarles de otro


Lacan.
Se habrán dado cuenta, por el interés que nos muestran los
periodistas venezolanos, que el axioma de Lacan, de que el in-
consciente está estructurado como un lenguaje, ha llegado a los
titulares de los diarios.
Esto está bien, muy bien. No podíamos pretender guardár-
noslo para nosotros, sobre todo cuando es algo que salta a la vis-
ta de mil manera~·, en la experiencia analítica y en los textos de
Freud. Tanto que el problema es más bien saber por qué no se
dieron cuenta antes de que lo dijese Lacan.
Entonces, como "el inconsciente está estructurado como un
lenguaje" ya se ha convertido en verdad popular, tal vez sea el
momento de poner otro tipo de acento, de desplazar un poqui-
to la puntuación.
¿Cuál es ese otro Lacan, entonces? ¿Será alguien que dice, por
ejemplo, que el inconsciente no está estructurado como un len-
guaje? Eso sí que sería algo para los grandes titulares de El Na-
cional. Piénsese por un momento en que pudiera decirse: el
Congreso lacaniano de Caracas llega a la conclusión de que el
inconsciente no habla.
No, ese otro Lacan es el mismo que todos conocen desde
hace tiempo, pero que sacó de su célebre hipótesis consecuen-
cias que no siempre se han percibido.
Eso es tanto más lamentable en la medida en que numerosas
dificultades que encontrarnos recientemente en la institución psi
FUENTES
coanalítica se deben a ese desconocimiento, que explica también
Otro Lacan Actas de la Reunión sobre la Enseiianza de Lacan en América el estancamiento que se observa en la teoría.
Latina -E~cuentro de Caracas- (aparece con el título "Cláusula de Esas consecuencias interesan expresamente al fin del análish
da usura de la experiencia analítica); Despertar, Ornicar? 20/21; N o hay y al llamado momento del pase.
clínica sin ética, Actes de la Ecole de la Cause Freudienne V.
108 Jacques-Alain Miller Otro Lacan /09

Voy a darles ciertos puntos de referencia sobre este complejo allá del punto que según Freud constituía el residuo irreducti-
asunto. ble, el ca_Qut mortuum, de la experiencia, más allá del término
El pase, vocablo de Lacan, cobra sentido del "impasse" que, freudiano. Por eso Lacan habla de pase mientras que Freud po-
según Freud, es el término normal de la experiencia analítica nía en evidencia un impasse.
respecto de cualquier sujeto. Ambos concuerdan, empero, sobre la finitud de la experien-
La experiencia analítica tiene un término y ese término es un cia analítica, aunque la cláusula de clausura de Lacan es total-
impasse; ése es el testimonio que nos dejó Freud de su práctica, mente distinta de la de Freud pues supone la transformación
especialmente en su artículo "Análisis terminable e intermina- de1íinalizante en analista, el viraje de una posición a otra.
ble". Para Freud, puede decirse que todo psicoanálisis viene a - Es, pues, un asunto que no--interesa sólo al analista sino que
toparse contra una resistencia irreductible. --- interesa sobre todo al analizante.
La existencia de este tope no depende para nada de la parti- El pase es un vocablo extremadamente plurivalente. Si se to-
cularidad clínica del paciente o de la torpeza del analista. No se ma el diccionario se verá que se puede jugar con todos sus senti-
llega a él porque el sujeto sea demasiado neurótico o el analista dos.
incompetente. Freud lo define, cosa muy singular, comC!.J!~­ ¿Introduce el pase un más allá del complejo de castración?
passe de estructura, válido para todo sujeto. Sería un bonito título, pero no nos precipitemos. Quisiera, en
Y, de hecho, mientras más lejos se lleve la experiencia, mien- cambio, indicar cómo se puede hacer concordar a Lacan con
tras mayor sea la competencia y la conformidad a las propias in- Freud, porque quiero también poner el acento en el Lacan freu-
dicaciones de Freud, más ha de manifestarse, según él, este im- diano, y no simplemente en el Lacan lacaniano.
passe. ¿Cuál es el escollo de la experiencia, según Freud? ¿Qué es lo
Ustedes conocen eLuombre freudiano de este impasse. Es el que hace falta? La cláusula que diga al hombre cómo ser hom-
complejo de castración y, especialmente en la mujer, el Penis- bre para una mujer y a la mujer cómo ser mujer para un hom-
neid, esa "envidia", como lo traducen, y que está, valga la ex- bre. En el fondo, Freud comprueba que esta cláusula que él
presión, atornillada al cuerpo. Este tropiezo no es, para Freud, espera, falta, y por ello postula como irreductible el complejo
contingente; se produce necesariamente. Es un impasse no de de castración.
hecho, sino de derecho. La dirección que toma la cura no puede Pero entonces, ¿qué espera Freud de la experiencia si no es
sino latiguear derechito contra esa roca, que, en verdad, se una fórmula que sea la de la relación sexual? Esa es la cláusula
muestra así como un escollo. que espera y su defecto en el inconsciente lo desespera.
Entonces, la experiencia analítica tiene para Freud una clau- ¿Qué sucedió después de Freud? Los analistas no han dejado
sura, gústele o no a quienes sólo valoran lo abierto de una ex- nunca de construir fórmulas de la relación sexual, con el fin de
periencia. Tanto aquí como en Francia las preguntas abiertas resolver el asunto del final del análisis. El situar el final del aná-
reciben un acento positivo: "Las preguntas deben quedar abier- lisis al nivel de una relación sexual posible los ha conducido ne-
tas". Esta claustrofobia es una herencia de la fenomenología, cesariamente a borrar el complejo de castración ... si se me per-
que no se ve que sea consustancial al psicoanálisis. mite decirlo, de un gomazo genital.
Hay una ironía, una paradoja: la experiencia analítica tiene Lacan, en cambio, es el más fiel a Freud cuando formula que
un final ideal, distinto de toda interrupción accidental o de toda no hay relación sexual. La fórmula preserva la irreductibilidad
interrupción, digamos, por conveniencias personales; y este fin de lo que Freud designaba co:g;10 .castración, pero indica igual-
ideal es el fracaso. La única cláusula de clausura es el complejo mente que la cuestión del final_~~-! an_j,l,isi.s.no se sitúa a .niv.el de
de castración. la :r:elación.~ual, que no La hay. · -
Pues bien, para retomar el debate de Lacan con Freud -ya La cuestión del final del anális.!s.. QQt.iE:!I!~ s.ql_y,gj_ón si ha de ha-
que el doctor Lacan tuvo a bien colocar bajo ese signo esta Reu- bex:Jelación sexual. SólC> puede ser .rg_sueltaa p-ªJj;_irde_su ausencia.
nión- se ve a las claras que Lacan.pi@Rsa-llelra.r.sus__análisis más Es-un hecho qu~ el psicoanálisis no-hace que exista la relación
~---,.-------------------------------------------------------------------r-----------------------------------------=======-=-==-=-~-~~----~---

11 o Jacques-Alain Miller Orro Lacan 111

sexuaL Esto desesperaba a Freud. Los post-freudianos se dedica- ficante, sino también porque se ve lanzado volens nolens a la
ron a remediarlo, elucubrando una cláusula genital. Lacan, por búsqueda del significante de la mujer que haría falta para que
su parte, levanta acta: el fin del proceso analítico no puede de- exista la relación sexual.
pender de la emergencia de la relación sexual. Depende, más El psicoanalista no tiene necesidad de inscribir sobre su
bien, de la emergencia de la no-relación. puerta: "Que no entre nadie aquí si no busca a la mujer", pues
Con esto, el fin del análisis viene a resolverse de una manera si entras, la buscarás, aun si eres geómetra.
impensable hasta entonces, es decir, a un nivel rechazado hasta La ausencia del significante de la mujer da cuenta igualmente
entonces como pre-genital por los post-freudianos: a nivel del de la ilusión de infinito que engendra esta experiencia signada,
objeto. no obstante, por la finitud, pero que es una experiencia de pala-
El objeto no obstaculiza el advenimiento de la relación bra. Ahora bien, la estructura diacrítica del lenguaje que hace
sexual, como puede darlo a pensar un error de perspectiva. El que un significante valga sólo por otro significante, (S¡-+ S2 ),
objeto, por el contrario, obtura la relación que no hay y le da su abre a la palabra como tal a una recurrencia sin fin.
consistencia fantasmática. Evidentemente, si existiese el otro significante, el de la mujer
El final del análisis, entonces, en cuanto supone el adveni- podría suponerse que esto se detendría. Por eso el analizante es
miento de una ausencia, tiene que ver con el atravesamiento del un Diógenes con su linterna, pero que busca a la mujer y no al
fantasma y con la separación del objeto.· hombre. .
Esta problemática ·es-ia del pase. El pase, pese a las dificulta- No es otra la raíz de la pasión por lo simbólico. Si hay la cien-
des para ponerlo en marcha en el grupo analítico, sobre todo cia es porque la mujer no existe. El saber como tal ocupa el lu-
porque en la Escuela Freudiana se empeñaron con constancia en gar del saber sobre el otro sexo. Esta fórmula tiene una aplica-
pervertir el procedimiento, constituye uno de los mayores avan- ción inmediata. Hoy, por ejemplo, todos los periódicos de Ca-
ces de la enseñanza de Lacan. En él se resumen sus adquisiciones racas se preguntan por qué todo el mundo juega a la pirámi-
fundamentales. de 1 • Pues bien, nosotros podemos dar la respuesta científica
En el inconsciente hay un punto de no-saber: del hombre .&P- que se impone: ¡todo el mundo juega a la pirámide porque la
bre la mujer y de la mujer so~re el hombre. Ello puede formu- lllUjer no existe!
lMse así: los dos sexos son extraños uno al otro, exiliados. La relación 8 1 -+ S2 constituye el fundamento racional de la
-Sin embargo, esta formulación simétrica no es la más correc- ilusión del análisis infinito. Precisamente porque no hay rela-
ta. De hecho, el no-saber de qué se trata recae selectivamente so- ción sexual se puede siempre esperar que se manifieste J:!!.LQO-
bre la mujer. Si no se sabe nada del otro sexo es, sobre todo, co rnás adelante.
porque no se sabe nada de la mujer en el inconsciente. De allí 'El que no haya, sin embargo, toma consistencia a medida que
la escritura: el Otro sexo, para decir que es Otro, distinto abso- avanza la experiencia, y Lacan sostiene que el inconsciente lo
lutamente. grita a voz en cuello: que no hay. En cierto sentido, el dispo-
sitivo freudiano representa esta ausencia.
Se posee el significante del hombre, eso es todo lo que se po-
Respecto a esto recuerdo una bonita expresión de Quevedo.
see. Freud lo comprueba: hay un símbolo único de la libido y
Habla de las muchachas vírgenes vestidas de noli me tangere. El
ese símbolo es viril. El significante de la mujer, por su parte, es
analista, ciertamente, se viste de noli me tangere, y por ello, con
un significante perdido. Por lo cual Lacan es enteramente freu-
diano al formular que la mujer no existe. Es Freud, sin duda, demasiada frecuencia, la inclinación del analista, si es mujer es-
pecialmente, es identificarse con la Dama del amor cortés.
quien no es del todo ...
Quisiera llamarles la atención sobre este punto: ¿qué hay
Esto explica por qué el sujeto que se coloca dentro del dispo- de la interpretación en la medida en que se funda en que un sig-
sitivo analítico está sometido a una histeria estructural. No es nificante no cobra su valor sino respecto de otro? De ello se des·
sólo porque se siente hendido de nuevo por los efectos del signi- prende que es infinita. No hay cláusula de r:lausura de la expe-
112 Jacques-¿1[ain Miller Otro Lacan 113

riencia analítica. Es exactamente lo que Freud designó con el El que haya un amo de la verdad puede fundarse en la re-
nombre de "ombligo", de lo que Cosentino nos habló ayer troacción semántica de S 2 sobre S 1 • En este sentido, nótese que
con precisión. Entonces, si la interpretación opera de la retroac- es S 2 el significante amo de la ve_r:dad, Pero el algoritmo de la
ción de S 2 sobre S¡, no hay fin del análisis a nivel de la inter- pareja significante funda igualmente lo contrario: que no"lüty
pretación. Hay análisis unendlich. amo de la verdad como significación, ya que ésta está a merced
No se olviden que es la religión la que nos enseña la inter- deuil significante ulterior. La significación, por esencia, se desli-·
pretación. E igualmente el delirio de interpretación. za a lo largo de la cadena significante. Su metonimia expliéi el
Se observa actualmente en los psicoanalistas, los latinos al "medio-decir" de la verdad.
menos, una valorización de la interpretación como significativa. Ahora bien, ya saben que Lacan, al repartir el Wunsch freu-
Por esta vía, el psicoanálisis cae en el delirio de interpretación. diano entre demanda y deseo, identifica el dese() como efecto
Hay una fe ingenua en el inconsciente que es enteramente para- significante y la metonimia significativa que se despren:ae~·ael
noica. Ya conocen la antigua definición de Lacan del psicoaná- "para-un-otro". De allí la representación vectorial de la funCión
lisis como paranoia dirigida. Después de todo, ¿quién mejor que del deseo, que les es familiar en !a enseñanza de Lacan. --
un paranoico para dirigir una paranoia? A los lectores de Freud les encantó esto en Lacan porque re-
Hay una veta en el psicoanálisis que va en este sentido. Por encontraron el acento de la experiencia freudiana, la de los co-
eso mismo, el doctor Lacan recomienda las entrevistas prelimi- mienzos. Deseo inasible, lábil, anillo que se escabulle por la
nares al entrar en psicoanálisis. El dispositivo analítico, dispo- cuerda, deseo en metamorfosis, siempre en función de otra cosa,
sitivo de interpretación, es muy favorable a la eclosión de la psi- siempre allende, tan indestructible como la cadena que
cos1s:--Eo que en la clínica psiquiátrica se denomina automatis- continúa, y a la vez plástico al significante, dócil e irreventable,
mo mental, ¿qué otra cosa es si no el sujeto supuesto al saber, el sumiso e indomeñable ...
supuesto sujeto que sabe todo lo que pienso? En el hospital
Sainte-Anne, hace algunos años observamos un claro caso de Allí hay que buscar el fundamento de la sublimación, de su
psicosis alucinatoria crónica, conectada a un psicoanalista con- posibilidad si no de su facilidad. Es que el deseo concuerda con
siderado como manipulador de la máquina de influir. No es un toda naturalidad con el significante, lo atañe. Considérese qué
caso raro. variables son en el curso de los siglos las imágenes de la mujer.
Aquí se critica a mucha gente, a Melanie Klein, a los analis- En nuestra época llegan a variar de un mes para otro: no habría
tas norteamericanos, así que se podría tal vez criticar un poqui- moda si el deseo no estuviese así coordinado con el significante,
to a Lacan, y al menos a ciertos efectos de su enseñanza que favo- es decir, articulado al Otro.
recen la exaltación de la función interpretativa. En Lacan está El título de Lacan, "Subversión del sujeto y dialéctica del
enteramente ausente esta exaltación y notarán que, a fin de deseo", les es familiar. Sin embargo hay que recordar que no se
cuentas, es de una asombrosa discreción al respecto. A menudo da por sentado que el deseo en tanto sexual tenga una dialéc-
se ha limitado, a decir que hay que hacerla como se debe, lo que, !r;¡;:·A Jung no se le escapó que el deseo, indestructible, sufre
admitirán, no es forzar las cosas. ansformaciones, e hizo hincapié en su vertiente imaginaria. Lo
-La función de la interpretación, evidentemente, encuentra ~amó metamorfosis de la libido. Se sabe a dónde lo condujo
su rügár en la estructura que hace del lenguaje el lengUaje-del ésto: a desexualizarla. Y es comprensible, por ser la plasticidad
Otro, ya que es el oyente el que decide sobre la sigriillcaéíón del deseo la condición de la sublimación. :
dno que se emite. Cuando Lacan hace hincapié en este punto ¿Pasó otra cosa con Lacan? ¿Por qué creen que los filósofos,
no vacila en decir que el analista es el amo de la verdad. Es una los literatos, que leyeron a Lacan, que aprendieron a descifrar
fórmula de 1953, que no retoma luego, pero que explica que la en él a Freud, exaltaron tanto la metonimia? Seamos claros:
interpretación pueda efectivamente reducirse a Wla puntuación, encontraron a partir de Lacan el medio para desexualizar el
a una si~pl~ escansión. deseo.
- 114 Jacques-Alain Miller Otro Lacan 115

Sí, a Lacan se lo convirtió en el nuevo Jung, un Jung del sig- mia. En esta última, es el abandono a la deriva nómade del su-
nificante. jeto; en la primera se acentúa su fijación.
En todas partes donde se hace sentir la influencia de'4f..acan, Nótese bien S 1 -S2 quiere decir que el sujeto no puede
se reduce su enseñanza a la valorización del juego de los signi- encontrar en el significante una designación propia, un repre-
senta~te absol~to, una identidad cierta. El sujeto del in-
ficantes.
Pues bien, Lacan no es eso para nada. consciente no tiene nombre en el Otro del significante .
Los espejeos del deseo, sus escabullidas de comodín, sus me- . L() Ql1~,ge~j~!1-~-al spjetg, lo que lo fija, es el objeto. La cer-
tu!~_f!lbre subjetiva esta siempre a nivel del objeto.
tamorfosis de Frégoli, sus arlequinadas: ·hay todo eso, desde
El objeto, en oposición a ese significante que a todos encan-
luego, en la experiencia. El análisis dispone, sin duda, un espa-
cio de errancia para el sujeto, aunque sobre los rieles del signifi-
ta, n~ es sustituible, no representa nada para otro, no se desliza.
El objeto regla al d~~~o.Je da su soporte, su consistencia.
cante. Es igualmente lo que hace la felicidad de la interpreta-
Hasta podría decirse, por ello, que el objeto es el fundamento
c_i?~ y, después de todo, ¿acaso no es eso lo que se paga? ¿La
de la unidad ilusoria del sujeto. Si buscan los fundamentos
ntu~alía de goce, el plus de goce que la operación despeja?
básicos del yo, se los encuentra en el fantasma, en la medida en
Con esto, el analista que se cree lacaniano se imagina que la in- que el fantasma es la función que coordina al sujeto nómade del
terpretación es una suerte de "pasión del decir", exalta la deseo al objeto que lo fija.
interpretación como creación poética, confunde al psicoanalis-
~n la palab~~· el sujeto experimenta la desposesión de sL: de
ta y al escritor, vaticina. la f~UB: ~n ser (~),en pa:ticular la falla en ser representadQ_por
Este fervor se apoya en Lacan. No es difícil captar lo que en un sigmficante. En cambio, con el fantasma tiene acceso a lo
su enseñanza autoriza este deslizamiento. que le concede de ser el significante.
Pero la tesis de que el inconsciente está estructurado como De allí, la estructur~ paradójica del fantasma, que coordina
un lenguaje no implica en absoluto la valorización unilateral del dos elementos heterogeneos, y la referencia que toma Lacan de
significante poético y sus consecuencias prácticas. la topología, el ero ss-cap, para dar cuenta de ello (en la medi-
Ahora voy a cambiar la dirección del timón. Ni el analista ni da en que el cross-cap, está compuesto por un trozo de esfera
el analizante deben estar inspirados. La experiencia analítica es y una banda de Moebius). --
un proceso de una extremada regularidati, rutinario, de un estilo El suje~o del _signi~iante está siempre desubicado y carece
"casi burocrático", subraya Lacan. Sin duda, el deseo fulgura y de ser. Solo esta allz en el objeto que viste al fantasma. El
se escabulle. Pero también, como el anillo por la cuerda, da pseudo Dasein del sujeto es el objeto, llamado a.
vueltas en redondo. . Esp~ro habe:los conducido a captar por qué el fin del análi-
Este círculo se llama el fantasma. s~s se juega segun ~-acan a nivel del fantasma y concierne espe-
¡Ay!; la teoría del fantasma es menos divertida que la meto- cialmente a la functon del objeto a.
nimia del deseo. Esta última, sin embargo, no puede pensarse El p_ase es el nombré que da a la disyun_c~~n _del sujeto y
sin la primera, a menos que se lo reduzca a una sosa exaltación o
del obJeto que se opera en la experiencia· analítica,- sea, a
de la deriva escriptuaria. la fractura, o atravesamiento, del fantasma.
El sujeto del deseo es sin duda nómade, pero no por ello La estructura fu.ndamental del fantasma no es .la estruc-
deja de estar engarzado a un punto fijo, a una pica en tomo a tura. de las formaciones del inconsciente. Si el discu;so a~nalíti­
la cual va a la deriva, pero en círculo. Es la cabra de Monsieur co tle_ne s~ soport:e en esta se~nda estructura, también pone
Seguin 2 , con la salvedad de que este sujeto toma su cercado por en evidencia la pnmera, y esta formado por la articulación de
el campo abierto (sí, sería más bien Monsieur Seguin). esos dos pares: 8 1 -82 , y~- a.
Es ésta una dimensión de la experiencia analítica ·cuya fe- Cu_and?. la ll~mada "influencia de Lacan" se traduce por la
nomenología es, con toda certeza, distinta a la de la rnetoni- valor!Zacion umlate:ral de l<ls llamados "juegos del significante",
116 Jacques-Alain Miller

su efecto es una desorientación total en la experiencia analítica. DESPERTAR


Se idealiza la experiencia cuando se calla la función de repe-
tición del fantasma, la inercia que garantiza al deseo, el envis-
camiento que efectúa su metonimia, el estilo remolón, el as-
pecto reiterativo que da a la mayor parte de una experiencia.
Ahora bien, el entusiasmo, debido a un efecto singular, y
hasta el acceso seudo-maníaco, inducido por el propio pro-
cedimiento del pase, ha favorecido a menudo esta idealiza-
ción en los que mejor deberían haber sabido oponerse a
ella.
El "atravesamiento del fantasma" da alas, sin duda, pero
convierte a unos en albatros y a los otros en palomas de Platón. Intento aclararme, explicarme a mí mismo, la práctica actual
de un psicoanalista llamado Lacan. Hay, evidentemente, un in-
conveniente y hasta incluso un obstáculo: sólo tengo conoci-
miento de esa práctica por lo que se dice. Lo que es, no obstan-
Notas te, fundamento suficiente como para estar seguro de que, aun
hoy, ella es inasimilable por la comunidad psicoanalítica, a la
1 La pirámide hace referencia a una "cadena del dólar" que en ese mo- que traumatiza, hasta por sus mutaciones, desde hace ya largo
mento apasionaba a Caracas.
2 Cuento de Alphonse Daudet, en Cartas de mi molino. tiempo.
Si quiero esclarecerme sobre esa práctica es porque supongo
que Lacan sabe lo que hace. No es lo que todo el mundo supo-
ne. Tampo<:_Q_e.~- forzoso que él lo haga. Lo que hacen sus anali-
zantes, y también yo, en virtud de la unicidad del sujeto supuesto
saber, es lo que el psicoanálisis es. Lo que me ayuda es lo qu,e se
dice de esa práctica cu~do se prosigue con el nombre de Semi-
nario, el cual ha avanzado hasta llegar a su tercer período: o sea,
después de la identificación de lo imaginario -primer períodp--,
y la sistematización de lo simbólico --segundo período--, el
encuentro con lo real.
Puesto que es un estilo sumario el elegido para este coloquio,
y hay razones de actualidad para ello, doy, ante todo, este tér-
mino -el despertar-- como un hilo a seguir, tanto en los tex-
tos freudianos como en los escritos y dichos de Lacan. Ese
término de despertar es unq pe los nombres de lo real, en tanto
que imposible.
¿Por qué hace Lacan sesiones tan breves que apenas si mere-
cen el nombre de sesiones? La respuesta que propongo es ésta:
se trata de inspirar a un analizante --quien sólo demanda se-
guir sien.do, un ratito más todavía, el paciente que siempre fue
grato a Los psicoanalistas- algo de impaciencia. Inspirarle el du-
ro des'3_o de despertar, que nada tiene de natural, que es incluso
r- 118 Jacques-Alain Miller.
.~ -
....................... '"............................. ................... _... ~ ·----
...

Despertar 1 1!)

contra natura, y que es cabalmente contrario a la naturaleza de mo Montesquieu que hacía bromas con las leyes para eludir
la práctica del psicoanálisis. (Que no se objete que el deseo no mediante un Witz la solicitación de una mujer, que no era
puede inspirarse, pues la experiencia histérica, al menos, de- cualquier mujer, sino una mujer que se sustentaba en un saber
muestra lo contrario). Se trata de que el sujeto no se satisfaga más real que el elucubrado por él. "Le decía a la señora Cha·
-no tan rápido- con el psicoanálisis, cuya tendencia, si no es telet", escribe Montesquieu sin ruborizarse por su fatuidad, "us-
contrariada, lo conduce directamente al placer. ted se priva de dormir para aprender filosofía; por el contrario,
Plá-cer ael psicormálisis: vacilo en decir este título abyecto sería preciso estudiar filosofía para aprender a dormir."
que no se enuncia, pero se denuncia sin embargo tan claramente Entonces, ¿acaso el análisis está hecho esencialmente para
en todos aquellos ·que se analizaron con un fulano que, hace ya aprender a dormir cuando la filosofía ya no basta para ese fin?
mucho tiempo, confesaba que los consideraba como objetos ¿O para aprender "a despertarse"?
a minúscula ... Admitido que el psicoanálisis conduce al placer, En un primer momento confiaba en oponer acá dos vías, dos
pero conforme con la antigua acepción de este término, la del prácticas del psicoanálisis: una sería la mala, la vía de) dormir,
empleo freudiano que Lacan recuerda, la de sufrir lo menos po- y la buena, sería el psicoanálisis hacia el despertar. Sin du-
sible. da, podría descifrarse la historia del movimiento analítico como
Esto es, precisamente, lo que llevó a los psicoanalistas con- una lucha entre ambas vías. Pero no quiero proceder así, preci-
temporáneos de Freud a identificar su posición con la del ideal , samente porque ellas están demasiado mezcladas. La práctica
del yo, por aquel entonces recientemente producido para teori- analítica entraña, intrínsecamente, un automatorr; contenido en
zar la sugestión, posición que confundieron con la del superyó el dispositivo mismo, en su funcionamiento, en el retorno
y, sin vacilar, le agregaron a este término un parásito: "superyó invariáble de lo que se llama "sesión" y en el placer de la asocia-
parásito", como pudieron decir por aquel entonces. Fue, sin du- ción libre, placer que enmascara, e inclusive parece anular, esa
da, su modo de aspirar a un psicoanálisis que fuera m.á&. -41llá. pura pérdida que angustiaría al paciente utilitarista.
del principio del placer... Pero tal superyó parásito, el que teo- ¿No se debería decir, más bien, que un psicoanálisis por su
riza Strachey por ejemplo, no es la exhortación imposible de go- propio movimiento sólo demanda virar hacia la homoestasis.
zar que formula Lacan: es el superyó del imperativo del amo. cuálquiera sea el nombre con que se le bautice: identificación
Ahora bien, ocurre que el significante uno tiene virtud dormiti- con el analista o coalescencia del a minúscula. con S (1/..)? Por
va. El hecho primario de todo discurso es adormecer, y esto vale cierto que en esto reside el carácter decisivo de la posición del
también para el analista cuando se abandona a la escucha de su análista, según apoye a la repetición o se abandone a la sabidu·
paciente, a la hipnosis al revés. ría, según elija la exigencia del goce o el tapón del placer. La re-
Hay en el análisis, como se sabe desde hace mucho tiempo, nuncia del analista, su facilitación renovada por el camino trilla-
una tendencia que conduce a cada uno de los partícipes del par do de la filosofía, puede, muy bien, revestirse con las trazas del
analític..Q.._a....amodorrarse juntos. Es un efecto que, avec.es+.s.e en- esfuerzo, ya se llame "análisis de las resistencias" o "interpreta-
noblece con los términos de "transferencia" y de "contrao:t.rans- ción del inconsciente". Para acortar, empero, la sesión a su ser
fe:rencia": todo reside en saber si adormecer es un ideal para el de escansión, fue necesaria la tesis, que Lacan hace mucho tiem·
psicoanálisis; en esta ocasión, adormecer el síntQrna. ,, po entrevió en Freud, de que el inconsciente no resiste.
Es preciso confesar que un psicoanálisis satisface, comúnmen- No conozco la práctica de Lacan, pero sí lo que se dice de
te, el deseo de dormir de un sujeto irritado por lo real del sínto- ella, y esto enseña que la sesiéa analítica pueda reducirse~a la
ma. Esto quiere decir que, habitualmente, shve pam restablecer escansión. A mi parecer, esto se debe a que se pone por meta el
la sabiduría supuesta del cuerpo, que asume el relevo de una fi- 1 despertar : no que el síntoma cese, pues no cesa de escribirse, si-
losofía impotente, en gente mal dotada, para conseguir tal efec- \ noTa ~mergencia de lo real, que no cesa de no escribirse., . .
to que cabe en pocas palabras, las mismas que según Montes- .. Por· cierto, una vez pronunciadas estas fórmulas es preciso co-
quieu la sostienen enteramente: me importa un bledo. El mis- rregirlas con rapidez. Es preciso corregirlas rápido puesto que el
120 Jacques-Alain Miller Despertar ( 121

despertar a lo real es imposible. Cuando Lacan recalca que se Quisiera, por último, llamar la atención sobre algunos puntos
rompe la cabeza sin saber por qué, yo pienso, entretanto, que que son más delicados. El sueño no es el fanta~¡ma; allí donde el
en su Seminario él lo sabe y esto se debe a que el despertar a lo fantasma sostiene con su libreto la ficción del lazo sexual, lo
real es imposible, ·Esto no impide considerar aLdespertqr_c..Q.lilo imaginario del;ueiio ofrece a veces, a lo que está forcluido de lo
un fin, pero sin du_da impide buscarle condiciones de poªiJ;>ili- s}mbólico, una ilustración visual patética que se paga con angus-
dad como hacen' aquellos que confunden Freud :y Kant: · tia. Por eso, precisamente, el sueño no es la alucinación el_l .la que
El despertar es imposible si, como Lacan lo formula, el in- lq_.forcluido retorna en lo real, dado el caso, como I!).aLdellazo
consciente implica que no sólo se sueña cuando se duerme. Pero sexual. Schreber da fe de ello en lo tocante al goce del Otro, cu-
el psicoanálisis puede inspirar el deseo de cómo sería esto si fue- ya substancia misma se.confunde con su propia carne.
ra posible, lo que evidentemente es una contradicción in adjecto. Agregaría aún más: ¿si todo el mundo delira, como lo formu-
Propongo lo siguiente: el deseo del analista es el deseo de des- laba Lacan a principios de este año universitario en relación a
pertar, pero sólo en tanto que él lo testimonia con su presencia Vincennes, ¿es preciso concluir de ello que la ausencia de rela-
y, e·:n cambio1 n? se identifica con, el sujeto supuesto sab~ o sea ción sexual constituye una alucinación, además negativa? Si
con lo que solo es efecto de sentido, dado que el sujeto supues- traigo a colación estas fórmulas recientes de Lacan, las que ha-
to saber no es más que el efecto de sentido que implica la posi- cen de la debilidad mental el status constitutivo del hablanteser
bilidad de la interpretación. Formularía esto como la vocación y según las cuales todo el mundo delira o sueña todo el tiempo,
del analista, del analista de la tercera época de Lacan, el que se observa con claridad que no sólo hay que detenerse en los cli-
testimonia, con su presenci~, el en_cuentr<_> con lo r:._~~ Sí, hay vajes entre fantasma, delirio, alucinación y sueño, sino que hay
encuentro, pero no del anahsta, qmen aloJa su funcwrt'en el lu- que preguntarse más bien si se hace o no una excepción con el
gar del semblante, sino encuentro de lo real. saber que se deposita en el discurso científico. Acerca de este
No hay necesidad de que retome aquí el análisis que Lacan asunto Lacan fue variando en períodos de tiempo muy breves. Por
hizo del sueño "Padre, ¿no ves que me abraso?", que Freud ej_emplo, .si sostiene que la topología es una excepción, en cam-
pone de epígrafe al capítulo VII de La interpretación de los sue- biO no dice lo mismo de Euclides. ¿Por qué serían las matemáti-
ños. Allí donde Freud se detiene para formular que se sueña pa- cas una excepción, si se aloja en ellas, según Kreisel, el sujeto
ra seguir durmiendo, Lacan demuestra que el despertar persigue p~a. el cual nada es indecidible, nada es indemostrable, sujeto
el mismo fin. El despertar a la realidad se escucha, o sea a la re- asimismo que no olvida nada, del cual nos hablará mañana Jean-
presentación a la cual da armadura y consistencia una frase fan- Toussaint Desanti?
tasmática. El despertar también sólo es sueño, el despertar de El deseo de despertar a lo real es, sin duda, masoquista,
todas las mañanas en el que el sujeto del sueño vuelve a ser el su- puesto que todo lo que de real nos es dado, es síntoma. Ama a
jeto de los diversos discursos que lo determinan. El despertar a tu stntoma como a ti mismo: apenas me atrevo á enunciar esta
la realidad sólo es una fuga del despertar ante lo real, ese desper- conminación. N o obstante es, a mi parecer, la salida que se pro-
tar que se anuncia en el sueño cuando el sujeto se aproxima, co- pone a un discurso que no fuese semblante.
mo Freud mismo señala, a aquéllo acerca de lo cual nada quiere
saber. ,Unicamente en sueños existe la Wisstrieb y el displacer,, la
angustia dado el caso, despierta al sujeto para que satisfaga el
deseo de dormir y lo precipita en la rutina de su fantasma y en
el bienestar que le aseguran los discursos que lo hipnotizan. Lo
que saco en claro de lo que se dice de la práctica de Lacan, es
que una sesión de psicoanálisis que se respete, cualquiera sea su
d~ración, tiene por función escandir el encuentro, siem~­
lhdo, con lo real, aquel que ocurre entre sueño y despertar:
No hay cl(nica sin ética 123

NO HA Y CLINICA SIN ETICA u._si.g>aní¡lisis. ¿Cómo podría hacerlo si el deseo se define por ser
deseo del Otro? No puedo de ningún modo decir mi deseo,
como digo mi cuerpo; es imposible atribuirme toda su propiedad.
El equívoco es aquí el mismo que el que juega con la fórmula
del analista que no se autoriza más que en él mismo, puesto que
esta proposición sólo vale para el analista, o sea, para un sujeto
para quien, por hipótesis, el sí mismo no es lo primero que se
presenta. A partir de este punto destaco lo que Lacan escribe e~
Kant con Sade, es decir, algo ya no sólo dicho en su seminario,
sino escrito: '_'La felic_idad se rehúsa al que n~ renuncia a la vía _
del deseo" (sm posesivo). Esta frase ya nos mtroduce en una '
"No hay clínica sin ética", lo dije el año pasado y quisiera elección entre felicidad y deseo. .-1
hoy referirme al tema mismo de estas jornadas de estudio: "Clí- Esto hace del analizan te el inocente al que yo me refería, in~~
nica y ética en el psicoanálisis". cente que busca su deseo para encontrar la felicidad allí dondy
( Empezaré por. esto: a quien, por primera vez, entra ~n el con- en cambio, una elección se propone en disyunción.
1 sultorio del anahsta, no hay palabra que le quepa meJor que la ¿Pero esa eleccifu!_ de la felicida_d o del deseo es el alfa y el
\ de inocente. Inocente, sin duda, porque no sabe qué le espera omega de la _ética d~? Podriañi'Os decirlo si defi-
(lo que él espera), aunque lo hubiera aprendido al frecuentar los niéramos la felicid~ci. gqr·ta hbhleostasi_s del ser vivo y le opu-
\ lugares donde los analistas exponen en público su clínica y su sié_rn.mos el aéseo por su Íl:l,S.istenc\,¡1, según el apareamiento que
\ ética. Notemos de paso la grafía doble en la que se juega su tra- hace Lacán en e!Seminézrz"<5~-podríamos entonces hacer de
\ yectoria de equivocación en el análisis: lo que él, el analizante ella la regla' de la ética del psicoanálisis. ¿Pero QJdi.I~§••Ja felici-
\ en esperanza, espera, ¿es lo que espera, en el análisis, por existir dad? :La-tt~tintctón tomaoa de Kant nos dice que es "~l asuerdo
ya en el limbo, es decir, en la inexistencia? Daré más tarde el sinrupturad~C-~ujeto· con su vida".- ¿Por <:¡u:e· no?, a coñ~
rigor que conviene a esos términos de existencia e inexistencia. de ver que eTSíñtoma mismo entra en la composición de este
Inocente, lo es primero porque los verdaderos culpables no acuerdo. Es, efectivamente, lo que Lacan, en un escrito breve
vienen al análisis; el cleptómano viene, no el ladrón; puede ser pero·que responde a su semin~·-sobre-Lii'élicadel jjszcoanáli-
que el asesino casual o el suicida, asesino de sí mismo, sí, pero sis, corrige_de la 4~f:U::üs;:t9.n de-la fe1íddad (buena fortuna) 2 en
no el verdadero asesino, aunque el analista, él, pueda ir a su tanto que ella se impone·a pmrr mrtaexperiencia analítica - la
encuentro. ¿Pues quién sino el inocente entonces podría dar ca- buena fortuna define al sujeto como tal -: él es feliz
bida a lo que en psicoanálisis se convino en denominar el senti- (heureux Y "Toda._forll.llla 3 • dice Lacan, le es buena para lo
miento de culpa; del cual sólo se habla, precisamente, porque que lo mantiene, o seapara que se repita". El viraje a tener en
estamos tratando con un inocente, y para dejar sentado que no cuenta es que, lejos _de oponer la homeostasis deuri Iá.do á. la re-
se trata de un culpable sino de quien se cree tal? Y aun en el petlclon ·aelotro, hace entrar la repetición misma erlll:l: defini-
inconsciente, como Lacan lo decía, el sentí- miente 1 • Por eso, ciofí de esa· feliCidad. La felicidad,· en el ·sentidO analítico, com- 1
como se sabe, la angustia se distingue entre los afectos, por no
.~- ~-'mentir.
prende. el síntoma. N o 'se define solamente por· el placer, por el ¡
acuerdo, síiíó..lambién par el ~.en..tanto que .. éste hace obs- i
· ,"r Aquí se presenta la ocasión de subrayar que Lacan nuncA..!:!!: ~1-~ a~~~ -~laQ_oració:Q. . ~!l.,.~-~ue el inocente -es de~ir el ~
- \ zo de¡ '!2 ceder SQbr~ $.Y.df?§.?.!l ur1 prece,J?..t?; y e~ impor.iante no que se resiste a saoer,ft"tm'fí<J qmere saber nada de eso- se deci<!~..a j
'-~extraét'esfañ'ifutíma-m:srr~-rnrtexto. Lo umco, diCe, de lo que se la pDJ.eba del análisis, implica que su síntoma, que fotmaparte \
- puede ser culpable en eJ análisis ~.de..haber cedido sobre su de- de su felicidad, se transforme en clínico, es decir, se descubra \
seo~No ~- consi~~~ p~~es un .12[_~~~~~!t~Y de la ética .deL impo_sible de soportar y por esta~vía:testuiioñ1e·-r~: El ino~-J
124 Jacques-Alain Mil/er No hay cllnica sin ética 125

/~ente puede entonces comprometerse en el análisis para sopor- sino solamente de la ética del psicoanálisis; lo que señalaba esta
(_ tar lo real. mañana Colette Soler: ética del psicoanálisis · · 'tica
. Digámo-slo de entrada, en-esta_ v_í
lisis, co~s.t~rot.e.en._ estable~&l.:.. ue
.··s.boz~fi-·-·
~ida a!~pá­
i~uj~o
rela iv rso e a ue .. _e e entenderse igual que
-_ · . en ese_od . ., , a e ning~_maeters~Puész con~f~­
con -~_.J_;JB..!,gm_a~ ~~-!!Jane~u--~---~ aéof?o<Iatse mislll:.~!~ re- me e a a ÜJ.l$1Qn_ ... Qli~ñO:liiYJ~-~ª mas que relatwa es
conw;ex:se eC:éi; mcluse- "'-iK~-::.~~-es·"Una:'-s!illéla que decli:es~e'ctaf··at::~urso-·;·'ta ética del Am~~Ja g~[ avaU!íta;
Lacan esbozó e? puntillado- y gue así logre hacer de su sínto- ~ étlca . e1a universidad ~j-ad~JA.li~!b'ica. ¿Podemos des-
ma, su felicida<l( conocer'" éri"" esta "·úmmaq_ue el sujeto, en éi..punto mismo de
pE¡i(>'el éortocircuito sería allí demasiado rápido para no des- máxima virulencia de su síntoma, se plantea, se impone, se
concertar. Es necesario, en los veinte minutos de que dispongo, anuncia, protesta, se agita o sehunde en la dimensión de.laéti-
entrar en lo esencial de la ética del psicoanálisis en su relación ca? En la dimensión de la ética, es decir, en n~m~r~ s!eJ9.~ d~.r_~-
con la clínica. chos del deseo\.. · .,___ ,_ ·----~--··· · ·
Primero para señalar lo inédito de hablar de ética, dado que la "ltñtün<:és;'ifuando decimos ética, no se trata de una ética a la
¡-;;xperiencia misma inaugurada por el acto analítico se caracte- medida del psicoanálisis. Especial, ¡sí!, lo es. Y Lacan, en el mo-
1\ ~riza al contrario por la suspensión, incluso la sospecha, la puesta
entre paréntesis de los valores -allí, toda ética como doctrina
mento de elaborar los primeros lineamientos de la misma (los re-
mito a la cuarta parte de "Observación sobre el informe de Da-
de valores puede parecer superflua o traída, es decir, importada niel Lagache", especialmente a las dos páginas tituladas Para una
del discurso corriente; ése es el fundamento de la crítica que La- ética), lo hizo entrever en estos términos: "Una ética se anun-
can dirige a las morales desarrolladas en el psicoanálisis y a sus cia, convertida al silencio por la avenida no del espanto, sino del
ideales-. deseo" (Escritos, pág. 684). Convertida al silencio ... ¡en efec-
C Si fuera posible conte-at-arse~J~~_peri~ps.!ª_misma to! Si hay ética -por el momento no es más que una hipótesis-,
,-ti~_psicoanál.t~l~ por ~a ~l!Sión-de~~~~Q§if.i!!-?!!':1' ---;-Y la re- no solamente ella no vocifera como aquélla de la que Moisés se
( gla fundamental de ciertili'ii~nfiphca-, ¿por que enton- hizo el mensajero, sino que no pretende prescribir, se calla, no
11 ces no -~~_i§fª-~E:)~_se simple~~~1~__C()J:l_l~-~ue es igtrínsec·a~ da preceptos. Por otra parte, toda máxima como tal es general,
ni traída_ni_importaaá'fEsto sería, por eJemplo, lo que mani- incluso universal, y sabemos hasta dónde Kant llevó la lógica:
fiesta un dicho ae--Jeari-Luc Godard -digo un dicho pues tiene hasta hacer de la universalización posible del acto el criterio mis-
n sello presocrático-: "un. trauelling. es una cue-stión de mo- mo de la ley moral. Ahora bien, no hay análisis más que de lo

U al". No estoy en contra. Creo que en el psicoanálisis una in-


erpretación.!:~~~-~~~ón 1~tk¿~,J,
~cernas un pol!'o:• in
• · · -
que la palabra puesta en fun-
ción en la experiencia analítica o, para decirlo mejor -a fin de
part.ic.vlat;.eSG-~st.~::abrJUmlW:Ai uña lliZit4üZ iS:cQf.tase.
¿Cuál puede ser, en esas condiciones, la ética conforme a una
práctica que no procede más que por las vías de la palabra en el
campo del lenguaje? Sólo cuando tenemos la respuesta, pode-
_!Ilarcar con precisión la desvalorización que soporta aquí la pa-

c
mos formular la pregunta en esos términos. Si hay ética en el
labr_a::-, _~n-qué.Ja:-Yi~_-_fl~ alabrerÍI~ ue adopta e_!_~ico_~n~~sis psicoanálisis, no podría ser más que la .dg1 bi&a df4;jr; Y.A<?..~~ §_o-
poq_~l~ __J!P-..12.lu::&r....__ !I2~_Ll;.~~e~ame~a etl . e es necesano, lamente un término_ casu¡U de Lacan. "Funcwn y campo de la
ante todo, destacar que Lacan -que nos eja esta palabra para -piila$t•¡r·y·det-tenguaje''t"-=~§ciito.inaugur;iLªé su enseñanza- tie-
que nos arreglemos con ella, de lo cual no nos hemos ocupado ne como consecuencia J& ética del bien de~e debería decir-: -·1
demasiado hasta el presente- no dice la ética exactamente "función, campo y étib·a~aéia~páfábra,'~llenguaje y del bienA 1
dec_ ir''. Ciertamente,1'}_~_<}ecjt"_._d._et_ q.u.e. . se trata."'exige_-~-
1
como lo dicen los filósofos, Aristóteles o Spinoza. La ética a
. _ c_isado?J
Nicomaco no deja de ser la de cualquiera, al igual que la ética de prjmero en tanto que "el ~nQ_~Ju~. en el psico-
Spinoza o la de Kant; se trata de la ética para todos. Ahora bien, análisis, ·-es-por-ófrá"tfarte_ ---~~Jlli§ID..Q...u~ que
para Lacan, y para nosotros, no se trata de la ética como tal P~:':}~g§__q; n_i.~~ ye que la ét~c!l clefñ&1~9~apJ:lJ.~!§ •• a p~sar
126 Jacques-Alain Miller No hay clínica sin ética 127

que el analista enuncia, lo que prohíbe, lo que requiere -hemos


de nuestros congresos, ¡nos remita al De oratore! Mientras que
tenido ejemplos de ello en el curso de estas exposiciones-,
1 Lacan, en su enseñanza, no utilizó los recursos de la elocuencia.
Pero el bien decir no tiene nada que ver con la elocuencia por- existe el analista complaciente, recalcitrante, el analista .amable
que el ~e~i~, es la palabra en tanto que ella funda un hecho (es ~,seo, p~ro todos e~~s en~nC.i]l:c!"9~!i9_yªJ~lúuir.J!l,l ÍÍsÍ?.ec_t~ de
una defmicwn de Lacan). O sea, que el bien decir no es el decir enunciacto smo por la enunciacwn e ~Cj¡)Sariamen.te...a ..partir
bell~, sea cual fuere la tentación, siempre renovada, del psico-
[ íi'Q[carse
· e!l§s;--s·e.pó
en esta .s··.ic.1oñ_a_._·_n
•• e·s.JÜ~.l¡¡~~.i~~v.la.ntear.
cu()stió,º e __ ent.·o. nc_ es, c_onvien_e
quetam__ bién, .P...ara
el.de.s.eo..d~l
analista que desfallece en su acto, de hacer literatura. "·Ustedes

=
tienen un bello decir!" quiere decir precisamente qu~ eso no analista no es más q~e _su itij,eW.re.t2!!.· Al ~m~ar las cosas en
funda un hecho. tLaspecto de enunciado nos · cVftf' os de tecmca, pero al~to­
m~~las en ~~ aspecto de enunciación, 11.0s oCU¡>.&n.Q.§ de {Ef:a.
Es~~mos ahora lis_t_os ~~ ~ranscribir esta noció~os
Ina tambien que es la doble faz de todo control; existe una
de _difé6(;~It>~ ~e la ~"" ~tmmr,""en._¡;mmer ly-
gar,~ 1é~_!~-~lli e!Q!_et~:: 4ff0:
'Th por otra parte, sería
sobre ll!yertiEmte técnica y otra so.b.r_gJa VE)rtiente étic~
l deseo del analista es entonces sin duda una cate-goría ética·
áe otra mm·~era, aac o que ella es ,una ética del deseo, y que el
pero se trata tam b~ ien -es el paso qae se debe dar"""' de qqe sea'
deseo es su mterpret:iiGlQR? ¿Podnamos olvidar que Lacan haya
eratorio, .que sea técnjc,o en la cura.,Rs también, sin duda, un
a~iesgado su seminario de La ética a continuación de aquel que
déseo especial, p a punto muy recientemente en la historia
consagró a El deseo y su interpretación, el cual culmina en este
aforismo: "el deseo es su interpretación"? Aquí, Lacan está en de la ética; la . eraciórtl C,!?~~fun afectar~ deseo d.el Otro.
la línea de lo que acaba de enunciar. Con ese apareamiento de Pues en la "actl u e neutralidad benevolent?, se·4r~u;'!e algo
la inte~retación y de la ética -ese apareamiento que da una cla- diferen~ ~~=::sea~e trata IJQ¡ ~l contrario. ~iobrar
ve-, ¿como no ver aclararse las dos páginas con las que concluye e~~~~~·. Tenemos sobre esto indiCa(;cines, si
su escrito de 1958 sobre "La dirección de la cura", que condu- p_uedo ,!lama:Tas asi, f~Ico-étkas" de Lacan, totalmente pre-
cen de la incompatibilidad del aeseo y de la palabra -esbozo del cisas: AQahst~T~gu~~~ e~~-~~o qu~Jleva su
objeto a- a "la virtud alusiva de la interpretación" ilustrada n~~e, h_~~.~~..§.!:lE~m: . §Ye,.• ~W~~~~~~~osici~~"~~ X de tal
tanto por el "dedo levantado de San Juan" como por la invita- m=~I}e_]:'li q.ue".eLdeseo que.. se . . identifJ.Ca....a.e.sa.Tn.o sea ~tifica-
ción a no desconocer "la parte 'literaria' en la obra de Freud"? e''. ~ta vía !!I:J9:~ll:!i.f!~.~-ci21!E.~.~_g-~. val~x. CQ_!no el índice de
Por eso, ¿cómo no captar la congruencia de esta agudeza de dos lo que 1}.2.-~.. Pl!gQ.e. .decir, e!la es alusióp .0. ta:rp.bién e_qyjyQ<::o o
páginas con las dos frases que concluyen Televisión, de 1973 cifñl,j)or . lo _cual solamente opera en el wciframie to, Entre
sobr~ la _interpretación? Dos frases que Jean-Jacques Gorog los--enunciados que produce el anaJ.ista, se ·- · ·· a hablar, por
~.amo_ recientem.~nte como tem~ de una presentación en Lyon: e~?· h~ siínple~~nte de ~~l!_~ados_9.!l~~t1e.n~n una significa-
La mterpretacwn debe estar hsta para satisfacer el entre-prés- ci~1 smo tambien de los que a vec(;)s -~()n_.Qbje.to de burlar.a.
tamo4. De lo que perdura de pérdida pura a lo que sólo apuesta saber, los mmhh. ~--:,- Tós "'jOhT;~Ta·s-~ ~:ah!, los sí que no
del padre a lo peor", lo que es estrictamente equivalente a un fi.E:_J!~n S()l_~_Il:J.ente una función fática sino que, -precisameñte, en
la_forma más económica, PO..!!~!lJ~ió.n.en posiciÓ&·cle
materna preciso:(-~) ¿Cómo no valorizar la continuidad que va Uo1.1 se~ridad, es !_!lás fácilmente desarrollable el jerarquizar
l~t~E.P.Letª<::!9.n~ en tafi.Jc:j'_·que Juega sobre el·"ciistal de la len-
'. de la interpretación definida como tomar el deseo al pie de la le- ~·', corno de e ía Lacan, porque es en e.fe<::tQ. D;l_ily-aiñciTñ:íOstrar
\tra, a la interpretación en j_antu~e a la causa del deseo? J:2s. éxitos obtenidos en unanálisis p()_r,_mJ. ¡¿y por qué no?! bien
' ~ ~so se deb.e qu_e el G;,_;;ffi~.!- encuentre su lugar en u!JICado- digo bien úQlM1lo;-pór ejemplo, ub1c~aaó-an'íríal de
la lógica d~ la. c_ur,a. Creo ~s decir que allí se juega l!.ll~_sesión, de tal manera que en el punto eñ 'que' ~i si.í]etc>' de-
-lo sepa o no, lo quiera o no- et des~o d.cl analista. en la cura, duce claramente larepetición de la que .es sujeto, quedap i:nó.ed-
deseo que no tiene nada que ver con_ la tr~sferen~: Exísfelo s~s, e~e.~_«: ¡ iZ!!..~!qué no?!, su valor exclamativo y suvalor in-
-"~.. ~-...... .,..,_;"·~·~·- ---·· .. . .-
,l 128 Jacques-Alain Miller No hay cllnica sin ética 129
1

terrogativo. Para esto sería necesario contar con los recursos no Aquí nos hace falta, para terminar, ampliar la dimensión .de la
del bá'[del bien decir) sino los de la BD (de la bande dessinée, ~; hay ética_gg_flQ~.h~Y:,~.~e~c;~Q!,l· Y allí donde eso era, querer
de la historieta), que permite escribir a la vez el signo de interro- venir ahT, advenir ahí, incluso renacer ahí, ponerlo en <;!Ja_r~.L~s.,.
gación y el signo de exclamación. Esta es la técnica, relativa a la úlü!,~eeción~ En·. este sentido -y aquí creo tocar los límites de
ética del analista, pues no se trata aquí simplemente de hacer va- la cuestión-, t,oda la clínica, en t!Ll!t.o .e.s..Jilinica.del psicoanáli-t
cilar entre la exclamación y la interrogación, sino de dejar exac- si~~--~~ re~sorbiblé enl.a.. ~tic a. Acuérdens~ del mito de Er, con el
tamente indeciso, indeciso frente a un afirmativo, nada más que que ~e termina La República de Platón; las .almasson pue.stas,
un vacío. En el fondo ese ¡ ¿ ?! podría ser el emblema de la éti- después de la muerte, frente a la elección de renacer en la ética
ca, es una veta que quisiera explotar, pero no aquí porque debo bajo la formá qt\e ella,s. qt\ieran. y o no quisiera sustituir el mito
llegar a mi punto final. . de Er por un mito de Miller pero el psicoanálisis nos lleva, ¡sí!,
L¡:L~~1~ -puesto que es lo que hay que agregar a la al punto ~ qu&, Ll:"l-8. e~.t"~c~ras <:_UnicasyE~C:~!t~r eL!?Ei~to~~- ·
éticadm' psicoanálisis- no es sin embar_go una ética de la libera- U®~ecci~- que no es aqüelra q\le1iace él almaoe su nuevo

~~?c::9ij~~f!~&~~e;~~l ~~~~~~~~iils~~~~~ig~ destino, sino ¡¡.quella de su deseo y de su goce. Es un punto lími-


t~(}ue se sabe füe tocado por Lacan e:n ese escrito ético que. fue
del deseo permite presentado comQ"J¿[l~ ~U?cfóq -::::e~ l!;u¡ue ~ión, a _pr~I?ósit~~[-)9s -~X!:~~2~,.s_~¿_~c:!.<?...!l.e:C!e, c:!~U~ q~pre;.
hace Lacan en su.Propo~ición del pase-, Ulla.e~.llii<;:iQ~l_gQ ~~pec §.ió~'"U!Jª SQ.Ql:ll,". ~a !O.QX;;t • ¿SLn~LÍI,\.YÍ~I~)a. elección, Pü.!_.que
ra de una solución. Daj!):c.!v..sosu.fórmu4: alpha = X. Alpha ..para a~torizar. al. sujeto a vqlver li ..P.oner en jueg.o.~1:;íi.Ji~:e:x:pefiencia
el agalma:·"- · · @atÍtic_ª·•·su posición? Pa,ra mí, el analista no recibe casos clíni- · ·
-- Pero antes de decir cómo lo entiendo, tomaré rápidamente las <;_os; SOIJ1os.nosotro~ los que los transformarpQ~.d?ornuestra ela-,
cosas del lado del analizante. :~!Jlli~.D-.dacir.Yal!;l.para él también. boración de sáber, en casos clínicos; si el psicoaria]ista: I'eciJ)if!
Dado que el d~cir toqg_g_~ J~-:r.~~~-~p~_í!!~~ Jt1n~-am~n.tru::es::rre:.. caso.§.~~.iig__¡¡.Q:(i~mii<L\l~.~QW~tlc~I:(iclíñ"toéVocaoeSáe~sus pri- \
ticio, que no mtrqduce más que a la imposible compatibilidad rugraª-11Qta§._eªc;;":Q!~~ ..~~J?re ese te1Tla,en_PfZ~J!r.uz {tfca~)¡¡ ética to- •
del'!:~~~· intro~uce si~ dudaal.medio:d_ec'ir;pe- c_a~¡:t la eltis.tencia, es. decir, a la.=óxLimpensabledonde se:
r<rram~!~!Lal h1e11 aecrr, es decir al chiste. ¿De qué otra cosa se decide la nn<:;~ la e .' --.......:
~ata, en efecto, en lo que se pone en juegoen el pase, sino d,e
--=-
pod~.r~?u.~~~ !~.P~.?~le~~9.~-~~,!,u ~~teQ.cia .a. nadl,\ .~ue Puesto que se hacen aquí y allá inventarios de términos de
up chiste~ Es lo que valoriza ef senaTamiento qe.L¡:tcan:. "El pase Lacan, propondría hacer uno de la palabra elección en su ense-
mismo tiene estructura g~ ñanza, donde veríamos que no solamente no avala, ciertamen-
,..--La ética del aoalizante está formulada, tanto en Freud como te, la afirmación de Freud "la anatomía es el destino", sino
en tacan, por el Wo Es war soll /eh werdeii; allídoñde.e..sQJis- que dice exactamente lo contrario, puesto que habla de la elec-
t~]:~?.Y."<ú<i~!?.~. ~g_y~pir. Es un imperativo, nótenlo, que--n~ tiene ción de la lógica de la sexuación. Es decir claramente que, des-
' nad.i_~~upery()i~o?el imperativo superyoico, en tanto que for- de el punto de vista de la experiencia analítica, ella no está pres-
~!~ ¡ Qg~gJ., organiza al contrari_9.Jos sfntonias. Na:dá·qu---e·ver cripta por la anatomía. Y cada interpretación, vista bajo el ángu-
con el imperativo de venir como yo''(je) allí donde eso estaba.' lo de la ética, reconduce al sujeto a esa elección. Es el valor que
~lí. dond~ eso hablab~ •. al!.L ci<:md~....e~~--~~i~í:i~~En _vano,· p~~s: doy a "la interpretación debe estar lista para satisfacer el entre-
sena la disputa de la etlca del ana!1Sfa·y !a d'eT analizante, pues préstamo. De lo que perdura de pérdida pura a lo que sólo apues-
~! a~~Ii~E~· por hipótesis; adviene allí donde eso era para él, y, ta del padre a lo peor". Entre-préstamo, sin duda, está allí
ea..ra ef ~J1alizante, el fin prüpiOae~Sti 'tiaye"ctoria és la posición por consonar con interpretación: ¿pero de qué se trata, enton-
analítica; no digo la profesión, sino la posición analític~. ces, si no es del intercambio, del quiasma que hace la estructura
/ Entonces, ¿qué otra cosa más que un deseo sostiene Ul18 misma del pase? Así, cada interpretación lleva, en forma reduci-
<_Sura? ~-~~-~eo, incluso "decidido" dice Lacan en Televisión. da, la estru.ctura del pase. Y es por_ eso que la ética no es sola-
130 Jacques-Alain Miller
No hay clínica sin ética 131
mente una cuestión para el fin sino también para el inicio del
análisis. Notas
Bueno, en la estructura del pase, lo que perdura de pérdida
pura, ¿que otra cosa es, por aliteración, que la castración? ¿En l. Juego de palabras: sentiment (sentimiento), senti-ment (sentí-miente).
tanto que ella se intercambia con. qué? Con lo que no apuesta (N. del T.).
más que del padre a lo peor 5 • N o podemos no reconocer de en- 2. "Felicidad" en francés es bonheur, literalmente "buena fortuna (N.
del T.).
trada el término que Lacan dejó vacante en el título de su semi- 3. Heureux (feliz) contiene heur (suerte, fortuna). (N. del T.).
! 1

nario ... o peor. Padre o peor. Como se dice cara o cruz. Obser- 4. Juego de palabras entre entre-prét (entre-préstamo) e ínterprete(intér-
ven aquí que no es por casualidad que, en la reseña de ese semi- prete). (N. del T.).
nario, las primeras palabras de Lacan, enigmáticas, son las si- 5. Aliteración de pere (padre) y pire (peor). (N. del T.).
guientes: "Título de una elección". Quizás es esa elección for-
zada, sobre la cual reposa toda la estructura de la alienación y
de la separación, elección forzada, a saber, que al apostar por

el padre, uno es llevado a lo peor. Es la lección que da Lacan
a la psicoterapia.
¿Qué es lo que no apuesta del padre a lo peor? Es suficien-
1
te para captarlo ir a ver por qué Lacan perdió tanto tiempo,
l¡ según la opinión de sus oyentes, ocupándose de la Apuesta de
Pascal. Lo que no apuesta más que del padre a lo peor es eso
¡1
1
mismo que hace la puesta en juego de la Apuesta de Pascal, a
1
saber, la prenda que, desde el inicio del juego, como tal, está

perdida: el objeto a. Ese a, dice Lacan, es lo que en el juego nos
permite tener como en nuestra mano nuestra vida, condición
!1 misma para que ella pueda ser puesta en juego. Y no se concibe
1
un análisis, en la dimension de la ética, más que como tal apues-
1


ta, pues lo que ahí está en juego no es solamente el sujeto y su
deseo sino yo (je) --!eh de la fórmula de Freud, que debe dis-
tinguirse del yo (moi) -, la existencia misma de yo (je). Ya se
ha dicho: un psicoanálisis lleva a la zona donde, perfectamente,
no haber nacido es una elección, es decir, donde uno puede de-
cidirse a renacer como aquel que quiere lo que desea. Es por eso
que el atravesamiento del fantasma no es el omega; no lo es más
que al cerrarse sobre su alpha, sobre el alpha del agalma. Es evi-
dente que el análisis como apuesta es riesgo, riesgo en relación
al cual aquel que regla el acto, a diferencia de lo que ocurre en
el mito de Er, no puede ser considerado irresponsable.
Entonces, sobre el fondo de lo que perdura de pérdida pura,
elegir.
¿La elección es forzada? ¿Será analista? ¿O es, corno dice
más débilmente Lacan, solamente asunto de ganas?
Y nosotros podemos escucharlo con más intensidad.
III

ESTRUCTURA Y PSICOSIS
SUPLEMENTO TOPOLOGICO A "DE UNA CUESTION
PRELIMINAR ... "

Que haya estructura en la psicosis y que desde este punto de


vista haya estructura psicótica me parece -me parecía hasta
ayer- obvio para quienes se sitúan en el surco de la enseñanza
de Lacan, en tanto ésta debutó con un retomo a Freud. N o es-
peraba tener que preconizar aquí casi un retomo a Lacan en lo
concerniente a la cuestión de la estructura psicótica. Pero ya
que hay aquí divergencia, y por qué no, puede haber controver-
sia, habrá que acentuar un poco lo que en Lacan depende de un
enfoque estructural de las psicosis.
Aquí me valgo, como dije, de una lectura. Quisiera retor-
nar por un momento a ese término para señalar que Freud, al
tener que verificar su teoría de la psicosis, sólo recurrió a una
lectura: su único recurso fue estudiar el escrito de un psicótico,
a saber, el presidente Schreber 1 • Es importante que tengamos
en cuenta el hecho de que no vio a Schreber, que no lo tocó, ni
lo olió, ni lo percibió. No vio cómo se conducía Schreber, cuál
era su aspecto, ni siquiera sabemos si conocía su rostro, no lo re-
cibió en su consultorio, no le hizo pagar sus sesiones, ni jamás
cobró sesiones de Schreber. Lo leyó. Y Lacan leyó a Schreber y
leyó a FreudZ, y presentó, si no elaboró, lo esencial de lo que
podemos considerar su teoría de las psicosis a partir de esas lec-
turas.
Ninguno de los dos se vio implicado en lo más mínimo, con
FUENTES respecto a Schreber, en ningún contacto vivido con ese psicóti-
co, cuyo caso sin embargo les pareció a ambos eminentemente
Suplemento topológico a "De una cuestión preliminar ... " Actes de la demostrativo.
Eco/e Freudienne de Paris 1979; Enseñanzas de la presentación de enfer-
di~·e·. r.en
m?s, ?rnicar 10; Mostración en Premontr~, Analytica 37; ¿Producir el
S';1Jeto., A e tes ~e la_Ecole de la Cause Freud1enne IV; ¡Des-sentido ( decen-
Cia) para las psJcoSJs, Conferencia inédita dictada en octubre de 1983 en
Aix-en-Provence, Francia. @ .Se
ble, pueden sacar que
y es natural se..~onside~cter
tes con.clusio.n. e.·s·d··..e·e.s..te
abordajes les haya ceitªQ~Q_Ia .
tico~tuy~=!i:~~~~~-de -~~-~~!? a.~~. J(~sC!ll~~~l con-
- ._.,. _ _ _ _ _ _ •
....h.e.ch
. ' mij:~el psh
'
.. o. i·rr···.efu.
mediato

.• '_v,,•>
de-
136 Jacques-Alain Miller Suplemento topológico 137

tacto_ R~!~., . la,.co-paliSMia,.el Mitsein cqn eJ psicótico ni cer, es decir la misma cosa con él que él co~--~,u_q_:J_a_:f&.Qtia la-
.,..-·---" .. d h· . t ... <
tampoc2,$.l~~I!X9, ~-JI4~!~!!,~ caniana retroactiva de Schrébe..lj · · ·
-FC>r1o tanto, esta conclusión me resultaría muy natural. Pero - Es evidente :qite-::\t'-mftr,"en 'EH trabajo de Lacan postedo,r a
¡ es algo menos natural y quizás más sagaz preguntarse inmedia- 1958, no es relevante para esta operación. Me parece que s1 lo
/·tamente por qué el escrito pareció superar, tanto para Freud es, evidentemente: 1) el grafo, que Lacan invita explícitamente
f como para Lacan, a la experi_e. n_ cia. directa, y~-_!l<_>oss.Iintere.só que a correlacionar con el análisis propiamente lingüístico que efec-
no es borrado por el escrito__s!RQ_.Q.Y~~J~ll YD..§~nT"~~o,

l
1 i túa sobre el texto de Schreber; 2) una topología cuyo esbozo da
~t~4~~t~~lf~q~~~~~Jl-y~~:n ~~a l~ ~n~\~~ ~e ~~t~J!~~:
0 en la nota que agrega en 1966, en el momento de la aparición de
los Escritos, y 3) lo que ella implica, a saber, la teoría del objeto
en.,,el,camJloAe.l~~~. a. La teoría del objeto a no estaba aún presente en el momento
Este es pues un corrlentario preliminar: le<fura, y lectura de de la redacción de "De una cuestión preliminar ... "; en caso
lectura, y lectura de lectura de lectura. contrario. no podría pensarse que Lacan no hubiese situado e~
------.Podemos ahora, ya que leemos a Lacan, aprender del modo la misma la función del "dejar plantado" cuya amenaza esta
en que Lacan leía a Freud en este escrito. Hay una distancia que inscripta en numerosas páginas de las Memorias de un neurópa-

r
no puede dejar de ser percibida; Lacan en su escrito "De una ta.
cuestión preliminar ... " es muy freudiano, sitúa a Freud en una Antes de comenzar a comprometemos en esta vía de actuali-
. posición de corte en la historia de la locura y, al mismo tiempo, zación, creo que es necesario, a partir de las cuestiones surgidas
\ Íe- consagra poco espacio, al fin de cuentas, al examen del texto en estas jornadas, asegurar un poco los fundamentos. Esto con-
~ Freud sobre Schreber. siste, en este cpo, ~n,.lleeet una pei!{CWií:a; actttMiBamón..sohre es-
~----_La operación' de lectura de Lacan, de la que podemos esperar te,.~~~sióJl.s;lelnJ~n.t9,,m;-.QeJ-~r~,ue es la pal~bra
clave que re su . -~ 'Oe· tacan a la cuestlon de las psico-
1/ aprender, es .~~~ incorp~~Jos d{!$~~tos..-de sis. ~ - ·· - · - · -- - · .. · · · .
t Freud ~_?ste~res a~ poiteñOres ~la redacc10n por Fre~?
!'- delcaso Scnreñer.~ura de Lacan mterpreta y a veces cnti- El primer señalamiento que quiero hacer es que la valonza-
'ea.al Freud de 1911 mediante el Freud de 1914 o de 1920. ción de la función del padre en la psicosis es un aporte de
Consideren tan sólo ese esquema R, que da por transforma- Freud. Este pone lo que llama el complejo paterno en el centro
, n el esquema I que figura en este escrito, y se percatarán de de su análisis del caso Schreber, incluso si ese hecho pudo ser
e ese esquema, que hace visib-le una conceptualización, supo- ocultado por su promoción del fantasma homosexual en la cau-
evidentemente la teoría del narcisismo, su articulación con la salidad de la psicosis. Es a un analista para nada lacaniano, pre-
lacaniano, un analista internacional, a quien debemos las pnme-
[ ]stración,e inscribe un término como el de ideal del yo que de- ras investigaciones minuciosas sobre el padre de Schreber, me
mpeña allí un papel fundamental.
refiero a Niederland 3 , que Lacan utiliza desde 1958. Nieder-
En cierto sentido, es por esta operación que "De una cuestión land ya había situado la dificultad propia de Schreber en la
preliminar... " de Lacan es un segundo texto de Freud sobre asunción de la paternidad, en un sentido puede decirse que ha-
Schreber. Digo "en cierto sentido" porque evidentemente bía percibido la antinomia de Schreber y de la paternidad. ~-
este aspecto no agota el texto de Lacan. Pero podría decirse an se diferencia en ue im lic uí al adre a título de
por una parte que Lacan escribió aquí un texto de Freud. ·
Yo ya he propuesto llamar a esta op~ación una lectura Y.Jllla si~t::itan [ es~~~:~~ue resuelve la~ con ra-
dU! es gu~.se ~ ~ñ'é:NiMerliiim,

e
.
QiCJ:itu» tei:IO~, que consisten en retomar,~~--l:lli~moA~b$ por ejemplo la de hacet:,,!lg,~i~!!er el fracaso paterno que repre-
~----!!~~·~t~~o~~ii~i~c~~i~;b~~}~-~ .sentaría para Schreber la esteriliaa(faesülñtlj'e-r·~d'rutto"­
talm~üeeTiañiiiClüis'vecéS-tiéne niJi<5!J _li!CI8~ .
me parece que iiós enseña-l&que-.nos.otros.mismos..podem.os Ea~... ~uert~·sr:~.:mimeñ~sr·tr~~a!ío~~í~~(jrti};·a_el acceso éxítóso'ál•
- 4<41 111 l .;¡(
Suplemento topológico 139
138 Jacques-Alain Miller
1 1
Entonces evidentemente es una reducción extraordinaria, ya
~W..~~~~~~WIIIWII!itl5~~~~::_· Por lo tanto, la intro- que lo que Lacan delimita con esta ex resión de regresión tópi-
ducción, ahí el adre como signi 1can a juicio dQ Lacan rs
a al estadio del e· o es de
susc p 1 e de res9~~!L!.~.sc~nr~ ~~~2:8!!~!1.~9.l!~.".~!lS.:.4~!!1ra, por nos, una ulacion e se re a ._ljq~~~-1Ul2-~~.9!P.....!8!.Erimeros
ejemplo~ NJ.ederlaño. I:a noveaaa Iacan1ana, entonces, se~
~apftUros e emonas· U n ya que nosliacen aSlS·
a la introducción del padre como significante, novedad, me per-
mito decirlo, con relación a Lacan mismo, pues hasta el informe nr msurgimie ,' ' ce acan, e~as entidades ~esanexa-
de Roma, es en tanto imago del padre como introduce a la fun- das: y un desfile prodigioso aparece baJo nues~ros OJOS, cuya
ción paterna en su rol constitutivo del sentimiento de realidad. multiplicidad y variedad engloba Lacan por med10 de esta regre-
Es necesario saber en este sentido que imago_ es el término al sión especular. Y efectivamente, esos dos conc~pto~! esas dos
cu~ prime.ro ~~is~ reducir la _s~aá[Ji~idiiic\. ;tnte~ ~e intro- reducciones (forclusión del nombre-d~l-padre, regresu~n e~pecl_l­
ducir el significante, cu;yllll1C!Jc;l~nci'iJíii~a _cuestlOIW'~:la· lar) testimonial!_ l(\_ VÍa anaJ.ítíQJ, tratan_~o-~-?~.~~~- p~lC~-S~~' ~la
diiñerrstórrmtsiña' de lo psíquic<p.
Et- nemepe tlel-padre-"CCOn'ó" significante obedece a la ley del
,~rñ~~·~:Seª~~&~aec!.~evfal1ezfue~te~ea:S~~~~:~~:~t::~~-!
significante, que es la del todo o nada. Me parece entonces que pue'ae seguir cada avatar: el estadio del espeJo, en este sent~do,
tratándose de la forclusión de ese significante, lo más o lo me- como creo que decía Lacan una vez, es una suerte de escobilla,
nos, el grado, lo parcial, lo un poco, lo mucho, están fuera de es una reducción.
cuestión. Agrego que de la manera en que Lacan introduce la Basta tener conciencia de esta solidaridad de la forclusión Y
forclusión no es necesario esperar que ésta sea un fenómeno ob- de la regresión para que el pri~cipio del esque~a llamad~ R se
servable. Eso explica las manifestaciones de las psicosis, ero la aclare. Es sin duda un cuadrangulo, pero esta hecho simple-
forc u o como tal es k!iñsféJlom~al i&!.&.q_~Je e su·e mente de dos triángulos.

:~P,\l~, ntn na sn;m§[ltt!P-~~Jq~~r~· <Pr------ <P~--------------7


sabeff, dad~que'laéiriergendá"Cier u ~ÜestO- es total- 1S
1
mente c,ompatible.~Ja.-mani!e~ -~----·--·---~·-·~~-.(!!~ !~ d~~­ 1
pos.jcjón,.d~l ,sabw:•• f 1
El segundo señaiamiento que quiero hacer es el siguiente: ~' 1
1
forclusión c!.~ln9.lllbm"delop~J~.o E!~ ~11 te_Qti¡tg~,L.a- \ m
cañ_§::zDe yn~~yestión p~~-:!":Etni e~á ligadJUL9tro /
concepto,QUa..,S,'!Irge cte los ~mynq~~~s. Se trata de l't(
rem~~ "tójc al e adio del espéjo La forclusión, reve1aaa
co · ·· a en a es ruc , e_gercute sobre la estruc-
tu i ' ' . ce.-,a la,estni(i~!il~élemen!'ª
Hrunacta d~c;l~g~~respej~~~sepue~"1tmmmr--¿pt"Jr-= Señalo así simplemente· que para formar el cuadrángulo q~~
qué no?- una ' 1 dE!Sé~Macion" Imagmana es totalmente
figura en el texto de Lacan basta un~ trasladó~, median~ la
aparente: es legible. Se puede, por ejemplo, seguir sus etapas en cual ese segundo triángulo viene a ubicarse aq'l!1, y se obtiene
la narración de Schreber, a condición, por supuesto, de conocer la figura completa que se encuentra en los Escntos. Con la sal-
las coordenadas del estadio del espejo. Por lo tanto, creo que es vedad de que esta banda, sobre la ~~~ vol~eremos, felizmen~
~~;:~~~j;ª~~-~~~:~t~~~:;.:~gÍin~tf~
la"~_Sf~~~-c?!!.~i};[l~ Y .meJ'arece que son dos nocwneSifis~-
tiene inscriptas esas letras que perm1tlr~n mas tarde a I:acan asi-
milarla a,_~¡wd¡¡, d'i' M~~ es d~.<?1:!: _qt,l~ h.a_s!~__ pi:)Slble verla
allí.
. __..}'
mfjr~~ en.el- ~1an .
1
140 Jacques-Alain Miller Suplemento topológico 141

/~o tengo tiempo de comentarles el detalle de lo que ustedes logra en su Dick 4 , su "injerto" de nombre-del-padre. Es que
encontrarán en "De una cuestión preliminar... '~ Ustedes tienen nombre-del-padre, agregará .~~~~~.lu~g~~~De una cu~stión\
el principio de la construcción del eSquema a partir de dos prelimi~ar ... ", no h!iy"ffi!U _g'{e .!:!!li"S"é"íJ?<Iri'incl~so decrr qu~
triángulos, se supone que uno resume las funciones principales la metafora patema es iamS1en una metafora delirante, y des-
de lo simbólico y el otro las funciones esenciales de lo imagina- pués de todo, decirlo no está alejado del punto al que Lacan fue
rio. -----·-------- conducido, en tanto que es ella !!t _9.l:!e o ara nosotros el re-
- La-'fiin~ .del nombre-del-p"rlte'n:~~~ond~ .-en el . e:.......a ...., ,.:¡,. corte del campo ue nos es dado como a .
uccl~ifaig,Q¡'~at-Ií~~-~º~~-=~ eso es lo que--, ..
sentido es un punto de almohadilladÓ, es
efpqq~'~mg&¡¡- Freud mostr' . a )
gmado en el orde~~ir.~q,l.t~?· f.~n.-~ii'iW~1raTa metáfora rtrfyoña''" e los primeros estudios sobre las psicosis han co du-
am .- ~,.,.~!~~-2~~...._<J.\!~"'P·~~~Z!Uéfi!g cido a una extraordinaria literatura analítica sobre la mitología
de 1a ~- . , I!.S por eso que pueae ~o1en ser remt!fmfá (en este sentido, Deleuze y Guattari no han hecho más que exal-
la e· a emen del grafo de Lacan. tar, a partir de Jung, los e~s recursos de !s.JUetáfora deli- )
Si se dibuja esta célula elemental, en tanto que significante, rante~~decirsg "Y8 8l~ts bmhjép el qol'ió aue cons-
~se nombre-del-padre ocupa el lugar del punto de almohadilla- tituye 1p·~ Sin embargo, puede oponérselos entanto que,
do, y su retroacción en el orden de la significación, en esa épo- "Si"'lé'"'tJfll~re, mío ~tá re<!~~!<!..~Bi=m};il}l• ,al núcleo prec~- \
ca, para Lacan era la significación fálica. ment~. . ., (?J
lonces la novedad que consagra el escnto "De una cuestwn ,
preliii1.i~~I~.-.,::'._.Y.,""~.to -~.~e ya.. acep.. t~d. o.~ esJa...pr.amoció.n. _r.-\''J
"-_..~1'?·..,.~~~--S1flf . ~P.: .!~~J:>.~!!!o~-~ Esto es lo q ,
conduce aí::aC:~fi'~í'ler en ev~de~~li.~~ ~§W¡~a.l_que ·. / 1
toma sus instrumentos de los hngmstas, que subraya teStruct:u- .
NP ra J.Qgico-gramatical con la cual Freud engendra y ordena las di-
fereñtes formas de la !Manoia, aislar la estructu~a combinato-
tia..d&J.~~~ción del u'et con e r ma mente ~~9.~;~a!i-
~~ú!!atsibt~~~~l1~,?s~?~~~~~~]f~~~~::~~~~tt~!~~
se pue~urraeséorioéiendo el ~epto puestOwSQbte !u,¡¡ G~<f.a
turas,~nJ~U-~~j§""\ ---.J
stá promoción furiosa de la función del significante, en el
único escrito de Lacan consagrado a la psicosis, dejaba aúw
abierta la pregunta de saber si los términos que él creó después
para estructurar la experiencia analítica, podían extender s
área de validez hasta la consideración de las psicosis. Y, en partí
cular, es posible preguntarse a priori si los significantes que s l
el <>bjeto a, el sujeto. barrado, el significante unario, el signif-
cant.e binario, tenían su lugar en la consideración de las psicos· ,
precisamente porque uno quedaba fijado a ese texto que prece
de a la introducción de esos significantes. En el fondo, no fue
una indicación sin importancia para el trabajo que se prosiguió
en la Sección Clínica, que Lacan nos haya asegurado, al menos
142 Jacques-Alain Miller
Suplemento topológico 143

desde su punto de vista, en el momento de la apertura de esa


sección, que esos significantes tenían su lugar en la considera- Rie~a. En el fondo, lo que _Lac~n planteabareci~ntemente-;g-)
ción de las psicosis. En este sentido era, es necesario decirlo, una gue eL.!19.mb.re.·Qfl.::padr~ es el_ mismo suplementario y que res-
\ invitación a tratar de actualizar su lectura de Schreber. p_c:mde a la necesidad, si ~e quiere preborromea, de anudar tres
\'--------' Después de todo, quizás no sea necesario sorprenderse mucho r~d.ondel~~d~~~gado~ . ../
~sario recordai que el momen~o del desencadenami~n­
de esto. Si se admite con Freud y Lacan que, al menos por una
to de la psicosis de Schreber, en el capitulo IV de las Memorzas
de sus vertientes, el psicoanálisis es una paranoia dirigida, a la
de un neurópata, responde bastante bien a la imagen de las tres
inversa se podría encontrar perfectamente un adjetivo que se
agregue a "psicoanálisis" para definir "paranoia". Pero, sería dimensiones separándose, cuando se lo ve, una vez tocad<? P?r el
sin duda demasiado pesimista decir que la paranoia es un psico- símbolo de la presidencia, ocurrírsele la idea de_ que ~na _lm~o
análisis inorientable. Que la teoría analítica tenga estructura de ser una mujer en el momento del coito, cu~? c~~~terii?.~g~~lll'lO

~!-= ~~~~t~~~~ªl~~~1~~~r6~~~~s~~í~~~:c:·ats~ir~; e n°~~


10
delirio no es poco decir, ya que podemos decirlo de su práctica
misma. En este sentido, ¿qué es "De una cuestión preliminar... "?
Es una · ·' ·' e la transferenc· o sea a la ie~ ·goce fáiic~ercúal se despedirá rápidamente. Digamos q~e
pregunta: ¿la trap~ferenGia paranoica pue e ser inai'i~lmlt?- en"""¿ste""C1iPftuJO puede parecer que ta~bién _s,e V~ Sep~ar~e, diS·
. Esta es la concepción que Lacan hereda de Freud; una vez tanciarse la dimensión simbólica, la dimenswn Imagmaria y la
--que el fantasma homosexual es ubicado en su posición subordi- dimensión real. ,
nada. La concepción que Lacan hereda de Freud es que la trans- Entonces, para un trabajo sobre la psicosis, n~ ,es una cues-
ferencia sobre Flechsig de la relación del padre, es el factor que tión sin importancia esta evolución de la concepcwn d~ Lacan,
que hace pasar - - de una pi_~drB;_an-
precipita a :§<:h'!!~~r QR la ~sie~ que es R8881lsrio entone~
~-- _ sur.!ement ~i!::<!~ un
-=~=tftf:a:~l.gtia. Q§l~n~ib-a~¡t,
· ' ·
~~on la misq.uLl · · · . J.u~j¡¡.¡,..m~2 ~~~-para
~ p~ien ocupa el lugar del no.mbre-del-pad~ ,
;La a~ción de la transfere!J:fa exige evidentemente que haya
g~~ i1: lii!2 a~i poíñfire-~pagre t Y se ve bien cómo Octa- Es por eso que una nu cuestión preliminar se abre aqlil,
ve ~mwni pudo refrescar la lectura de Schreber introduciendo ya que s· el psicoanálisis er en elS<J.~bre-q~~si. r.~, e~.!).ece-
la categoría·de sujeto-supuesto-saber. Es que en este punto leyó sario sin u a ner su une mas . ~f~ ~~l<! 9~~J~.!~I1-e!'llos.
a Lacan y realizó una implicación simple: 1) si la transferenci~ PüOOe üeCitse ftrcJüso • ·v··esüñ.
beneficio- que nosotros tene-
sobre Flec . · recipita a Schreber en la psico- mos menos clara su función de lo que se la podía tener en 1958
sis, 2) si l su'eto-supuesto-sabe es.el niyqte del fenómeno de la por ejemplo; uno podía detenerse en la posición de entonces de
transferencia, en onces e sa er y, dice, el sa6er de F'lechsig,Jes Lacan. ,
caus~rife·ra psicosis.t····" · ·-··· · .... ~·~~~-"'-'·"- · · '"" ·~ . Evidentemente me veo llevado a enfrentar epocas para uste-
·.· Esto no nós aclara forzosamente la cuestión si_~ J!!~~ des, épocas de la reflexión de Lacan, y y~ volye!~ brev~me'!te a
de la ttansfer~ncia en la cura ( Lacan, al final de su escnto de la función hiperbólica en la cual Lacan mscnbw la psicosis de
1958, la define como todavía prematura. La cuestión, en estos Schreber. ,.---·--------,._
días de trabajo, se puede quizas plantear: veinte años después, En el fondo, para obtener el~sque~.a J.:apartir _de. est~, cons-
et__erobl~m.a de Ja mani9Q!'.ª ge)~_ tra~!~!l:!r:!<;i_!l.. ~.. m:..Qnó.silil..rle 1 trucción elemental, basta suponer. supnm1da lª cjehmltacu:~I1-~
tgfanii~ntiLpo.sible.rle . lapsicosis, ¿esigualmente prematura? nombre-<fel:pa~re y de l~.¡i¡nifíé~c\óñ fili<:_il. y aceptar aproxi-
· Uno se pregunta sobre la reversión de la forclusión del nom- matfvamente que· se obtienen aqUI dos !meas en e!J!lgar de
bre-del-padre. El pasaje· al plural ("los nombres-del-padre") se- e.sQs.Jriángulos... La tarea no es~onsti~~-ca~ino del_pen.-
ñala en todo caso que- er~e .. pJ.le.de ..~~!'~.ill?l~~ ~mienJp de ~~~can_~()b_!e E:!~~e, ieiJla, sino mtroducir un_a figura
mentado y que, en este sentido, hay más locos de los que se intermedia entre eíesquema R y el esquema 1, una especie de es-
quema provisional.
144 Jacques-Alain Miller Suplemento topológico 145

-~i aceptan esta transformación de esos dos elementos pueden esencial de esa relación que escribiré con este sello tan cómodo
/ / también pensar que tienen dos mmas de una .hipéxbole, a las que
~ueden ~egar l.~.r~~t~_<:Li!:_EZ!ricelt de 1!! ªsíotgta.
i
----
~ porque me parece que_§l_~H!!__ !!a~- más cosas que las que
ese esquema indica en
-"'~·-·--~·'-"'· _______
un primer abordafe.
''"-... ..-_ ..,.. .... · · · · · · - ··· · · · ···

Este es el esquema intermedio. Ustedes obtienen entonces En efecto, Lacan para justificar la representación asintótica
~uy si'?plemente_ el esquema Id~ Lacan su~ü;pjendo, según las de la relación del Dios schreberiano y de su yo, habla de la ac-
,( mdicac10nes que figuran..enelescrito...de-Lacan.--esas.rectas direc- t ización indefinida de la realización del fin. Ahora, me pav------1
/ trices :y haciendo deslizar ligeramente unª hipérbole hacia arriba rece qu uan o se re ee-aBCnrél5er' YifmTsmo
texto de Lacan,
1

¡1 ~ hacia abajo, a lo_Jargo de una.de~las rectas.djr~ctri~ a partir de nociones como las de objeto a y de plus de gozar,
(MmJ:~uy elementalmente.las.coordenadª$.-PJ'i~ aparece al contrario o de manera complementaria, que siendo el
~~~[~~qy~ma.Ji~.-~an, y su construcción, debe decirse, a ... g~~;-árte'rmiñ~se m<mmiénto asintótico, inde-
~.Qhusta-..y-alementalJ --------------·-------- ... · ·- ~- --
finidamente diferido, al mismo tiempo, si puedo decirlo, es vivi-
Lo que nos interesa ahora es especialmente esta recta. Es ne- do en el presente por Schreber.
cesario estar atentos al poner las letras m y M. Diría, para introducir mi desarrollo, que lo que se represeijn
No se trata de un simple juego de construcción, evidentemen- ta sobre este esquema, acá el "deJar plantada a la criatura", ROS
te, ya que e~ta función hiperbó_li~a se justifica con el adjetivo lleva .qui~ás . uí. a Schrebe~:.. como np QC!J~
que Freud mismo emplea a proposlto de Schreber, con un movi- otro lugar que el de e.to . \(
te en e intó · · que_~.§..Y.E~ri!l~-ªQ()_
miento . <:!,~.!llanera
"··'" ___ ,. .. si~JnP.te
- crecien- 'Sin atida~ ·erespr aquél para quien todo significa, y su
entrada en la psicosis se marca en que nada representa más que
cumplimiento de la copulación hierogámica está en efec- para él, al punto que se plantea como el único ser viviente, bajo
to, indefinidamente diferido, a pesar de que continua~ente si- la forma de un cadáver leproso conduciendo a otro cadáver le- ;f"
gue sien?o. prometido y_, en este sentido, es necesario decir que proso; si ahí se puede reconocer la pareja del estadio del espejo,
ese movmuento en sentido opuesto pero sobre la misma asínto- nada impide, me parece, ubicar también ahí la otra pareja de
ta, tanto del pu?to m c?mo del punto M, es adecuado para re- significantes y hacer de Schreber, en este caso, aquél sin el cual
presentar esta divergencia del yo schreberiano y de su Dios tan- todos los otros no representarían nada.
o como la promesa de su convergencia. Esto supone que efectivamente, si se sigue esta lógica que
Lo que querría ahora introducir, porque me parece estar indi- nos proponen esos términos, lo que se dirige a él lo domina y
cado por el texto de Lacan sin estar ahí desarrollado, es el rol ya no representa lo que sería su función subjetiva, sino la de su
--·---- ;---------------------------------------------"""".,......,,....,..,=-=-=---,-::--::--
146 Jacques-A lain Miller Suplemento topológico 147

Dios, que por mi parte no dudaría en sostener en esta esque- sujeto con el goce, la heterogeneidad de estos términos, con una
matización por S. En ese torniquete, veo una huella de Ahrimán insistencia que sostiene todos sus desarrollos.
y Ormuz, ese torniquete incesante que los hace uno tras otro, Si se completa la teoría que Lacan tenía en 1968 con lo
substituirse en el mismo lugar. que pudo surgir después, por ejemplo en 1967, se comprende _
1 Pero me parece que Schreber ocupa también en esos dos va- mejor qué emerge como ese doble cadáver leproso por ejemplo~j
pues la disolución ·' · · a
:~~'18Mfiii~;=:;¡:~
/ lores esenciales, el lugar llamado del objeto a por Lacan. Prime-
/ ro, tal como figura en el inicio de su delirio como desecho y
basurero del mundo, de un mundo que, por otra parte, no es
más el universo. Y este valor se invierte cuando encuentra pro- oojeto a ue hace la iseria del su"eto. Digamos que aquello a
gresivamente su valor de g,tiís'ae-go~~ la diVlñidad._- - o ue as1ste en las primeras páginas del te~to de Schreber es
al levantamiento de ese hábito y a la percepción de ese a des-
-:E~sorpreñ<Ieñtecíú"Eten -ñfie' una cuestión preliminar.. .': de nudo y~ por ende, del sujeto reducido a su miseria. Ese a no es
1958, Lacan sólo introduzca el goce en tanto que goce imagina- una función imaginaria. Es precisamente este punto, me parece,
rio, y exactamente el goce especular de Schreber en mujer. Me el que le falta al Lacan de 1958. Si se admite esto, guiándose
parece que seguir el desarrollo de ese texto es reconocer otro por el Lacan de los años siguientes, se percibe que el tema fun-
status al goce, aquel que se condensa en el plus-de-gozar, y no damental, y en todo caso el más acuciante del texto de Schre-
veo cómo evitar situar ahí a Schreber mismo. Me parece que ber, es la a~enaza de ser cJ&~<!su&antado s .. .al m~m() tiempo,
esta posición da cuenta de esa oscilación que se señala en el tex- sg; J:elJ~I.!ªJE.!~2.,ªe .&9.2-t; esta .2.c:>rre!ac}?n l:l!ltJ.vS>nli<:~ hace que
to de Schreber entre esta posición de deyeccción y este valor ex- Dws na cese de...abru!Q.Qt).arlo y o~ volver a umrsele, penetrarlo
trelllQ-..de goce que contiñiía~r'é'¡}Te'SerttalidO~n forma creciérite Y?, en ese se?tido, P,~-~BU.,~ ~<? •.~§~_rQUlbQ..de.J:elaCiOñ en, S!l pulsa-
en la metáfora delirante. t- -· · -· - ··· -
- , ~- -- ~~""'"" --~ .. Clon en echE_~~. que..xepresenta 12erj~~!!!~,Ilt~Ja pulsación del
Me parece que en el texto de Schreber no hay que estar me- g_o5~~~~ '::~~má!.,ac,;}er~da, d~J.~ ~'l;l-~_1_ ~?.11:~-~er no cesa de tes-
nos atento a esta oposición de funcionamiento entre las voces y fii!!~-~!~ A:s1, ~ifgro g~]!_poo, que Lacán entatt2ata, en-
la voluptuosidad, lo que Schreber mismo llama la voluptuosi- cuentra exactameñ su lugar. Corresponde especialmente al
dad. Como él lo señala, las voces, desde el principio de su deli- momento en que se def!iarra de Schreber aquello que, en el 1 /
rio, fueron incesantes. Por el contrario, surge -y puede decirse tiempo precedente, lo llenaba.Qe goce. He dicho aquí "llenaba", {
que surge cada vez más en todas las páginas- que la voluptuosi- ya que es así, en el üft1mo apéndice que da a sus Memorias, co-
dad tiene otro régimen de funcionamiento. La voluptuosidad mo él mismo se describe e invita a la ciencia a confirmarlo: su
schreberiana se presenta intrínsecamente sometida a eclipses, y pecho sufre pulsaciones, hinchazones alternativas. Está, enton-
a medida que las voces schreberianas cambian de palabra, que se ces, efectivamente persuadido de la objetividad de este goce, e
hacen rutinarias, a medida que las almas desaparecen, la volup· invita en este sentido a la comunidad a asegurarse de ello.
tuosidad se acrecienta. Nada nos impide, para completar nuestra posición, señalru:
Es evidente que, para el Lacan de 1958, tal como él mismo que el Creador, en el esquema de Lacan, ap~aj<;>_las--formas'¡
d~a l~~!LY que e_s l_ a m_ª_dre__~_g;-U.!..!~_-
1

lo dice, e.l~ce transexualista afecta ante todo la restauración de __ r__ mttafreveríaa,deE


1~ estrucrur"!liñagmaría; afecta, digamos.~tl!mmt~1--L(11), la CE", com? el p~-o~otipo ?e.-I l1<?rnbr;:-9er:pª<:iJ;e. Ella ~cumple e_
irii.~~p_g~Téspe]ó. Pero parece que esto no puede considerars-e este.seatid()' su- pmnennimbob.zacwn.po¡-.-8\lausenell!t¡ ·y el vai-
satísfacto!'.io..ile.sde. ..eL.m.9mento que La can desarrolló aq!lello vén que la estructura se vuelve a encontrar en tod_;:lS las páginas
que e o ce_ a~ecta lo re~) el! que di~ting!Ji<}_ eJ.~.!~~e1 del texto mismo de Schreber. · ·
e , ..para.ce marcada..en eT--l>e'"""'iff-":mu;mo No tengo tiempo para leer todas las citas que podría dar de
~ --de~c;_ty:~!:?,er. Y parece que el texto mismo de este ese movimiento, que debe situarse sobre el eje Mm, y que es ver-
délirio desnuda, como nunca, la antinomia de la relación del daderamente como una constante, lo más constante que hay en
f
1'11

148 Jacques-A lain Miller Suplemento topológico 149

las Memorias de un neurópata. Esto hace de Schreber, efectiva- y. se ree~cuentra finalmente en el plano, reencuentra el plano en
mente, la carnada de la divinidad. ese pu~~o: P2 -P 1 -P. En el fondo, este tipo de proyección, que
Me parece que quizás sea demasiado situar todas esas relacio- ptoyect:Hlos a dos los puntos antipódicos de la esfera sobre un
nes solamente en este eje Mm. Ustedes verán, al pie de la página único purito del plano, puede hacerse para todos los puntos de
en que figura ese esquema en los Escritos, el comentario que La- la esfera. Sé puede entonces obtener una proyección dos a dos
can da precisamente de ese pasaje, pasaje que aquí puede deve- de los puntos antip9dicos sobre el plano, a excepción de los
nir más claro. Me parece que es necesario destacar el hecho de puntos que representan sobre la esfera el largo, que forman el
que aquí, las dos letras aparecen en partes opuestas de esta gran círculo ecuatorial de la esfera; dado que si se toma un pun-
línea, que, señalémoslo, va al infinito y que en ese sentido es to de ese gran círculo ecuatorial que forma titi pliüid paralelo
topológicamente equivalente a un círculo. Es un señalamiento al plano de base, si hacen pasar una línea por el punto O, no
que está en la línea de aquel que Lacan hace a su propia relectu· reencuentran el plano en ningún punto.
ra en 1966, a saber, que tal como están fijadas las letras sobre su El plano proyectivo no es dtra cosa más quéJ:olnpletai' el pla·
esquema, se obtiene singularmente una banda de Moehjm;¡ si se no de base con una línea llamada línea al infihito que corres-

mme~·és~· ~a
x.
identifica e~n~ y el~nto i.!., el P~~ ~~. _.eLI?.t!!!~2 m se
a estruétüf'tF'fio tens.<L~.es1aad aca_a¡fe-
ponde a los puntos de ese círculo ecuatoriaL Entonces; se agre-
ga en forma ficticia una línea para que esa proyección se haga
corcrar;'peroP.ore~'1tt'!!!1t~:J:ri:~n:'fú~ci1llli'x~Ql:~smill sin excepciones. (Hay otros modelos del pbmo proyectivo: éste
~·.J>1'~~; se comple~"con sus partes y por esg~equi­ me parece que es el más simple).
vi.Ji.a un .plano<Jl{Q~ec~. En este sentido, este esquema es sufiCiente para aclararles lo
•ntsnecesari(fqúíláfdecir unas palabras sobre la naturaleza del que Lacan entiende por plano proyectivo en esa nota. Agregue·
plano proyectivo. Preparé un esquema muy simple que es sola· mos que eso se llama, específicamente, el plano proyectivo real,
mente el de la proyección central. Ya tra:té otra vez de expli- si decidimos tratar esa recta suplementaria exactamente como las
car ese plano proyectivo a toda velocidad, y concluí que esta fi- otras rectas de este plano. Si no se la trata así, se obtiene enton-
gura es la más clara. ces otra cosa. Paso por alto esto.
Reflexionemos un segundo si no podemos, a partir de este
esquema, obtener otro modelo de plano proyectivo. En el fon·
do, a cada punto del plano corresponden dos puntos de la esfe·
ra. Al punto P corresponden el punto P 1 y el punto P 2 • li.:n con-
secuencia, quizás podamos obtener otro modelo del plano pro·
yectivo dejando de lado ese plano de base y tomando solamente
una semi-esfera. Entonces, si quieren dibujarlo, dibujen sola-
mente un semicaparazón, y verán lo que es necesario agregarle
para que él sea verdaderamente equivalente al plano proyecti·
vo. Es necesario, solamente,suponer que los puntos antipódicos
del círculo ecuatorial de esta semi-esfera están "identificados".
Quiero decir que las dos partes son equivalentes: el único pro·
blema que se plantea siempre es la excepción que constituye ese
círculo. Dado que hacemos corresponder esos dos puntos a un
Es necesario simplemente dibujar un plano y arriba una esfe- solo punto del plano, podemos perfectamente no tomar más
ra. La proyección central consiste, simplemente, a partir de que una mitad de la esfera, y en este sentido tendremos la ex-
cualquier punto de esta bola, en hacer pasar una línea por el cepción que constituye el círculo ecuatorial, salvo al identificar
centro de la esfera, que atraviesa entonces la esfera en otro punto aquí los puntos diametralmente opu~stos del círculo ecuatorial.
150 Jacques-Alain Miller
Suplemento topológico 151

Tal .como está representada esta figura aquí, se puede obtener


~ p~Ir de ella una band~ de Moebius. Es suficiente para eso usos, no es más que una forma de la banda de Moebius, que se
Imagmar que dos planos VIenen a cortar aquí lo que tenemos de obtiene si se admite que se puede deformar el borde de la banda
semi-esfe!a. En ese momento, tendremos una suerte de pedazo de Moebius para hacerlo semejante a un círculo. Mediante lo
de este tipo, cuyo borde forma parte de este círculo ecuatorial. cual sobre ese círculo viene a agregarse el disco que cierra esta
cicatriz y nos da el plano proyectivo, aquel que nosotros hemos
construido por este rodeo.
Quizás tengan, sobre ciertos puntos, algunas dificultades para
seguir estas alusiones. Yo pienso que ustedes tendrán menos di-
ficultades para seguir esta construcción si piensan que Lacan lo
escribió, sin una sola figura, en su texto llamado l'Etourdit 5 • El
hace todas estas construcciones sin hacer un solo esquema. En-
tonces aun cuando es un poco rápido e impreciso, pienso que
esto dará por lo menos una pequeña dirección.
Es necesario tener en cuenta que son curiosidades topológi-
cas, no topología. Son elementos que han interesado al princi-
pio de la topología. Lo que interesó a Lacan, en lo que no fueron
En este sentido, nosotros debemos identificar los puntos como los inicios del psicoanálisis, es que el plano proyectivo constitu-
sobre una banda de Moebius. Es un poco difícil hacer estas de- ye un compuesto heterogéneo; es el adjetivo que reaparece, tan-
mostraciones a toda velocidad, pero pienso que ustedes pueden to en su nota de 1966 como en su texto de l'Etourdit, que es
al menos captar el principio de esta construcción y admitir ya muchos años posterior. En este sentido, es necesario ver que ese
q~e es difícil mostrarlo inmediatamente, que el resto de es~ se· esquema tiene, a los ojos de Lacan, otro status que el esquema R
mi-esfera se recubre de tal manera que no forma más que un que figura en "De una cuestión preliminar ... ". Ese esquema R no
disco. lo introduce más que a título de "visualización conceptual", co-
- En este sentido, el plano proyectivo que evoca Lacan está mo dice. Por el contrario, tratándose precisamente de la figura
efectivamente constituido: 1) por una banda de Moebius· 2) del plano proyectivo real, Lacan, que la bautiza la aesfera, la da
por un simple disco, pedazo de esfera perfectamente ban~ y como la estructura, sin calificación. Es lo que me retuvo cuando
ordinaria. me aventuré en esta dirección en la Sección Clínica.
. Lo que .hace, s~ puedo decirlo, la delicia de esta figura que es,
SI se le quita el disco, el cross-cap, es que ella reúne dos partes Puedo decir en qué dirección, a partir de lo que fue mi punto
que son de estructura ~sencialmente diferente. Se reúne, por un de. partida, pensé que había que complementar "De una cues-
lado, algo. que no es mas que una banda de Moebius y que por tión preliminar... ". Me dije: ya que Lacan parte del esquema R
lo tanto t1ene la famosa propiedad unilátera que ustedes cono- y, para obtener un esquema de estado terminal del delirio de
cen, con un pedazo de superficie perfectamente ordinario, y eso Schreber, transforma ese esquema R, lo distorsiona, ya que, por
en conjunto forma una figura unilátera cerrada. otra parte, nos dice que el esquema Res de hecho un plano pro-
Se puede explicar por otro camino. Si hacen un cilindro tie- yectivo desplegado, por lo tanto es necesario modificar la es-
nen dos curvas que limitan el cilindro. Lo que distingue la han- tructura del plano proyectivo de cierta manera para obtener un
da de Moebius es que no tiene más que un borde que ciertamen- esquema topológico que sea equivalente al esquema l. Este ra-
te se .cierra. Lo que es necesario admitir es la equivalencia to- zonamiento me pareció que se sostenía. Por lo tanto, rápida-
pológ¡ca entre ese borde único cerrado y un círculo. En este mente ~e sentí inclinado a decirme: agregaré, sobre el plano
sentido, el cross-cap, del cual el Dr. Lacan ha hecho numerosos proyectlvo otros cross-caps, voy entonces a modificar la conecti-
vidad del conjunto, voy a modificar cierto número de datos, y
Suplemento topológico 153
152 Jacques-Alain Miller

la voluptuosidad schreberianas me parecen poder situarse sobre


voy a ver si, a tontas y a locas, eso permite estructurar un poco
mejor el texto de Schreber. esta aesfera.

Entonces es necesario admitir, si se quiere disculpar lo que


puede tener mi recorrido de dubitativo, que la forclusión del
nombre-del-padre como significante es correlativa en Schreber
-me parece que eso es lo que él nos demuestra- del acceso al
goce en tanto que interdicto. Si se quiere, en el delirio al menos,
Schreber quiere testimoniar que él puede gozar de la cosa.
Evidentemente, se podrá por el contrario derivar de esta aes-
fera tanto el toro neurótico (eso es lo que hace Lacan en
l'Etourdit), como la figura apropiada para situar el f~al del
análisis en tanto que éste consiste en dejar plantado al objeto a.
Ese "dejar plantado al objeto a" es seguramente aquello contra
lo cual Schreber se resiste, ya que él está en su texto en esta
posición.
ESQUEMA I: "'
Querría para terminar volver sobre ese término de no-estruc-
tura, o sobre esas fórmulas de que no hay estructura de la psico-
Debo decir que después de numerosos esfuerzos renuncié a sis, para tratar de captar lo que puede motivarlas, y me detuve
esta vía. Renuncié porque, finalmente, era el esquema del plano en que hay quizás aquí ocasión de distinguir estructura y dis
proyectivo el que me ha parecido convenir mejor a la estructu- so. La psicosis no es a-estructura por estar fuera del discurso. La
ra de la psicosis y en sus dos compuestos heterogéneos de la psicosis está ciertament uera de discurso, en los términos de
banda de Moebius y del pedazo esférico. En este sentido, lo Lacan, en tanto que o exc u l~!elagi2D sexualcomo_imposi-
que volví a encontrar, me parece, es por qué Lacan llegó, y -~ y en tanto 9ue n<?. xc uy~Eor otra pa,rt~. $:U l.l:U~ . _ ..
frecuentemente en su presentación de enfermos, a sostener que ~La fo~l:!lusi?n del nombre-del-padre se aíiiCulacon la mcl'!-
la psicosis era la normalidad. Me parece que son más bien las siOn de la r~lacion sexya! en tanto que es eso lo ql,!~~l~!!S}laJe
otras estructuras las que deben obtenerse por corte o por su- aporta de impos1tile en los téi'minosci.e -~11~~-
plemento a partir de la aesfera, más que lo contrario; que si La- '} '·
can puede decir "la psicosis es la normalidad", es porque Quizás es lo que Freud llamó· autoerotismo, según la pala-
entiende que la psicosis, me arriesgaría a plantear esta fórmu- bra inventada por Havelock Ellis y Paul Nack y de la cual, por
la, es la estructura. Por otra parte, ¿qué es más seguro, basándose preocupación de las conveniencias, Bleuler ha hecho esa flor del
sobre lo que Lacan formula como la comunicación intersubjeti- autismo. Se querría hacer del autismo el colmo de la imagine-
va que hace al emisor recibir su mensaje del receptor, que admi- ría esférica quizás, en tanto me parece que el autismo debe si-
tir efectivamente la estructura del automatismo mental como tuarse más bien en la aesfera.
normal, y más bien interrogarse sobre lo que viene a obliterar
la emisión del receptor? Esto exige ciertamente que se sitúe, lo Quizás nos podríamos evitar la controversia si aceptáramos
que se llama habitualmente Schreber, sobre el pedazo esférico, separEU estructura y discurso, y si podemos considerar comD
que es, tal como ustedes lo leen enl'Etourdit, reductible al pun- \IDO de los resultados de estas jornadas de trabajo que no hay
to y fijable en cualquier parte, a condición de estar fuera de la estructura más que de discurso, ya que hay estructura de len-
línea. Pero digamos que los dos elementos profundamente he- guaje.
terogéneos en su régimen de funcionamiento que son las voces y
154 Jacques-Alain Miller

Notas
ENSEÑANZAS DE LA PRESENTACION.DE...ENFERMOS
.....
----~·-·" , "'

1 Daniel Paul Schreber: Denkwürdigkeiten eines Nervenkranken nebst


Nachtriigen und einem Anhang uber die Frage: "Unter welchen Vora-
ussetzungen darf eine für geisteskrank erachtete Person gegen ihrem
erklarten Willen in einer Heilanstalt festgehalten werden?". Leipzig:
Oswald Mutze. 1903.
2 Sigmund Freud: Psychoanalytische Bemerkungen über einen au- '1
tobiographisch beschriebenen Fall von Paranoia (Dementia paranoides).
"Jahrbuch der Psychoanalyse: Jahrbuch für Psychoanalytische und Psy-
chopathologische Forschungen". 111. Band. 1911. Leipzig y Viena,
pp. 9-68.
3 William C. Niederland: "Three notes on the Schreber case". Psychoana-
lytic Quaterly, 1951. 20. pp. 579-591.
-"Clinical observations on the Little Man phenomenon". Psyshoana-
Nunca -¡ah! como quisiera que ese "nunca" fuera exacta-
lytic study of the child. 1956. 11 pp. 381-395. mente verdadero, y que la rutina no me hubiese mellado el cora·
-"The miracled-up world of Schreber's child-hood", Psychoanalytic zón-, nunca acudo por la mañana a Henri Rousselle para seguir
study of the child, 1959, 14, pp. 383-413. la presentación de enfermos de Lacan sin temer lo que allí se
-"Schreber: father and son", Psychoanalytic Quaterly, 1959, 28, pp. desarrollará. Me perdonarán por decirlo muy simplemente: un
151-169.
-"Scheber's father". Journal of American Psychoanalytic Association, hombre, el enfermo, un desafortunado, encuenbra allí sin saber-
1960, 8, pp. 492-499. lo un rostro de su destino; durante una, dos horas, será escucha-
-"Schreber and Flechsig: a further contribution to the kernel of truth do";i:>reguritado, sondeado, manejado, finalmente calibrado, y
in Schreber's delusional system", Journal of American Psychoanalytic las pocas palabras que saldrán de la boca de Lacan pesarán mu·
ABBociation, 1968, 16, pp. 740-748.
4 Melanie Klein: "L'importance de la formation du symbole dans le
cho, todos lo sienten, en la balanza de su suerte, más aún cuan-
développement du moi", en Essais de psychanalyse, París, Payot, 1968, do la mayoría de las veces, como es lógico, lo que se le somete
pp. 263-278. [1930] es lo que se llama un caso difícil.
5 Jacques Lacan: "l'Etourdit", en Scilicet NO 4, París, Seuil, 1973, pp. Enseñanza, Lacan no profesa ninguna en ese lugar.~ que~"
5-52, Escansión NO 1, Ed. Paidós, Bs.As., 1984. a~nde, se capta al vuelo, de la boca d_~ ~~~ o de_~,<>_tro, y nun· \.\
c:a s~ está deml.!!!~d9. SE!ID!t2.~Q con"'liUiiaoo, o tt~t<:!_a. 1
Hay,'síñ' eñibaígo, doso tres cosas que me parecen más ciertas
que otras, y son ésas las que me aventuraré a decir. Son impre-
siones qu~qu~i.er.li..tran_sformar en enseñanzas.¡ ______
A menudo la última pregU,nti:Cdé Lacarf a su enfermo es ésta:
"¿Y cómo ve usted el. futu. r. o?" ~joven paranoica reseonde !
que ella está se~,rª.. l!horª·-q~_WML4J.~tta.la págjna, qu ]QQ9 '
iril"éad~Cveimejor, y Lacan asintió. Apenas había ella vuelto la ',
espálda,"él 8,<>}!9=--"~!Jlpez? maf;ñosaldrá de eso"~ ' ~~
¡La asistencia se sinti o conmovida por un giro tan subito!',
Debo decir que no nos habíamos, me parece, inclinado en ese
sentido en el curso de la entrevista, y que habíamos caído en la
' trampa, engañados JlOr la actitud de aguel_que jnteuagaha. al
~gual quepq;4$}l)Jeptt~ · -
La asistencia -formo parte de ella-, diría yo que es tonta
por función, voyeurs, escuchadores, están ahí de sobra, aprendi·
166 Jacques-Alain Miller Enseñanzas de la presentación de enfermos 167

, y Lacan no p.os saca de esa minusvalía, dejando, como per~ fermo nos era enigmático, y esperábamos que fuera descifrad~~
fecto psiquiatra, •crearse esa atmósfera de complicidad que no Pero vemos que el desciframiento es enigmático a su vez, y exi·
exige más q~é esta~s_~~.!I_l~~~~~L!!!~~-~tr<? Y~ 1<>~~-~Yrong~ p~a ge ser descifrado. ¿Y quizás nada pueda hacerlo mejor, si es
quienes aq"Qél tra.paja, y a quienes proteje, ál mismo tieiñjw, verdad que no hay metalenguaje, que el enigma mismo? •
d~l rie~Q. .. ~t~·. ~o_, Ninguna barrera física existe en ta-sálii, y ¿Descifrar las enfermedades mentales es reconocerlas y clasi-
· ,. o pcí riamos igualmente estar detrás de un espejo sin ficarlas? Hay una clasificación que permite hacerlo, que losl
azogue, Rinás bien es como si una cápsula transparente aislara psiquiatras clásicos elaboraron en el siglo último y aun al inicio
a Lac'ffi y ~~-~!!f~rmo, envuelto, sostenido por una tensión inva- del siglo XX. Clasificación que no es absolutamente homogénea ~f.
r!!~e,··~~~<:e_p~!!>le en la inmovilidad casi completa.d~quien pre~ sin duda, el corte de uno no es el del otro, el síntoma puesto en \
gu_nta: P- evidencia aquí no es considerado allá, los nombres propios
La as~tencia está ahí silenciosa, pero se adivina que si habla- enganchan las formas salientes, pero nosotros no miramos tan \
se, hablaría como un coro antiguo. Cuando somos esta asisten- en detalle: el saber de la psiquiatna clásica se presta al manual, '
cia, nosotros :1.-E~ptesentamos la doxa, la opinióm media, la opi- y forma globalmente un corpus simple, sólido, que aún respon-
nión pública, la civilización moderna, y la connivencia se esta- de, en términos generales, a las exigencias de la práctica cotidia-
blece más bien entre el enfermo y nosotros. Cuando evoca los na, y que, agregaría, no será reemplazado si no fuera porque la·-·.~
"fórmula uno", sabemos, nosotros, que se trata de coches de química ya no deja al síntoma seguir su curso de la misma
competición, mientras que Lacan no lo sabe, él no comprende, manera.
se hace repetir, explicar... •) 1 · No hay duda de que ese corpus psiquiátrico es la referenciáÍ

r cc;mWu:,.Q,.IIQb.nt...ll[~tp!llas 2llinion~~1i!!t5!1vJgi,g!J§,•.~qy,e,per­
.. La asist~.~!~~ diagnósticQ gy.~ el se~.no. NpQ en-

mitiúaJlhicar ]iij!~.PmYitia.cicm~~ncJ-ª~\tra. Oliei:U;a,r el


obligada de Henri Rouselle: es la doxa ligada al lugar. Pero no/
me parece, en realidad, menos presente en las instituciones que \
reniegan de ella, ya que es ella la que motiva y enmarca la hospi- 1
~. el "hacerse cargQ,", espera el nombre que caerá de talización. Repudiarla, negarla pura y simplemente, es solamen- \
• los labios del mae"Sm>,y'qqe será el destino mismo. ·LaaSistencia te denegarla y caer aún más bajo su dominio. Es necesario se0
ii''wespei-"itresiilta"'siempredecepcioñaoii:esqiie; en esta pre- más astuto.

U sentación, el que pregunta, el experto, responde más a menudo


de lo esperado con una patada; quiero decir, le gusta el efecto
en.
No es que se escape, que renuncie a pronunciar las palabras
Esta referencia sostiene las preguntas de Lacan, da su sentido
al supuesto diagnóstico que profiere. Pero curiosamente, en el
momento en que ese sentido va a aparecer, va a congelarse, se \
encuentra suspendido, deviene una pregunta, se vuelve sobre

l
ae parafrenia y de debilidad por temor a ''poner etiquetas"' la referencia que lo inspira, la cuestiona, la suspende. No puedo
como se dice ahora en las instituciones, pero están tan comple- dejar de pensar, cuando veo cómo se hace esto, en lo que Ro-
tamente invertidas, anuladas, que hemos aprendido forzosamen- land Barthes escribía hace poco de Brecht: que sabía afirmar y
te que no hay para Lacan sentencia más irremediable que ésta: suspender un sentido con el mismo movimiento, ofrecerlo y de-
l "¡Pero él es normal!" Así, incluso cuando el cuadro clínico se 11\ cepcionar. Todas sus obras, decía, terminaban implícitamente
1 revela sin ambigü~dad, y cua:1do puede formularse un diagnós- con un "busquen el desenlace" dirigido a los espectadores.
1 tico en los términos más clásicos, algo del sentido queda en sus- Pero, al desenlace bree htiano se lo conoce enseguida, la obra
! penso. Es un fenómeno muy curioso por el cual, aun cuando el está hecha para convencer que está ahí, que existe, mientras que~
1 nombre ·llega, la espera del nombre resulta decepcionada. Y na- aquí, en la presentación, ¿quién no se convence de la verdad de /
da lo muestra mejor que el hecho de que desde hace un año al- ese dicho.~._.de q.u8-~-ea9e-- a?· "ka clínica, 1

1
' gunos hemos sentido el deseo de volver a encontrarnos para co- · -~1o re · sible de soportar' . Es eso, la d1- \
i mentar cada una de estas sesiones, 'y recorrer el espacio de las mensi' e, l"Oes-tmnbién ~
l_preguntas abiertas por esta práctica singular. Lo que decía el en- para el o es eso lo que se verifica todos los días;
~:
1

158 Jacques-Alain Miller Enseñanzas de la presentación de enfermos

que ese real es insoportable para los terapeutas, y mucho más l()CO. Aplaudo a aquel que, en la anti-psiquiatría, no cae en eso,\
cuanto más se consagran? "Busquen el desenlace" ... El desen- gradas a la participación, por el rodeo del existencialismo, de \
lace, nosotros somos quienés lo llamamos así; E¿} desenlace, el la fenomenología, más que a la del análisis. Pero veamos con \
s~yo, el llamado enfermo mental ya lo encontró es su enfer- qué tropieza este reconocimiento: se simpatiza tanto con su lo- i
~~~?.: v:-~nosotros tryscam~s Ia_J!Ql\l~i2riJ>g:r~.~1~eñSü--Iugar:----· co que sólo se piensa en identificarse con él, y de buena gana se •
hace,. de la.,psicosis, la norma del psiquiatra. En realidad ' no es
Y ~G~~~~~~~~d=~~~~!~~I:i!~~~::: I~l1:ra:s:i~ci¿n -~:-~~~- una mvers10n sorprendente, pues concuerda con la lógica de lo
imaginario; salvo que "no es loco quien quiere".
an, !e ve perfe<:t~ente que ella no podría ser el objeto de una
nsenanza dogmatica, Y que se la desnaturalizaría volviéndola ex- Se aprende mucho sobre este punto leyendo a Maud

G !usiva, J?Íentras que ella no es más que una entre otras. Es sufi- Mannoni, que se expresa en los siguientes términos acerca de la
~ente, sm embargo, para temperar quizás el activismo espon-
presentación de Lacan:
aneo de aquellos que se dedican a los psicóticos.
· "Pero se dice, ¿ignoran que esta presentación es uno de los "Sobre la práctica de sus resentacion s enfermos en
ejercicios más tradicionales de la medicina; no ven ustedes que Sam e- nne, -. e os Iuaar~r-e_ s.ES_t_
i. iosos_g~Ja, p~iqmatría
se trata de una disección pública de lo mental, que el maestro frances~, .La_c~ no1e. sin1iP~Q_pljg,~go-ª- ~o¡arse. ~e la ma-
demuestra su savoir-faire tan sólo para beneficio de una asisten- nera mas clasiCa, encuentra los eJemplos apropiado para jus-
c_ia cuya complacencia _pstedes ejemplifican, y al precio de obje- tificar su interpretación ae los-casos y para mostrar a los es-
tivar al enfermo; no sienten que ustedes refuerzan el racismo t~1a.P.JJ¡!S, afñrtmTíCrtiéiñp(}," llUft fut'fñ"'ái)ériiñente ae enÍre-
psiq~iátrico; y que la influencia del psicoanálisis se ejerce en un Vl~~~ ...~ .~!lfe:~o -~~~.!~.~tl,,_ evidentemEfñte~et est\imarite-saca
sentido totalment_e contrario: re&.tiiuir.-aLla.co...s.l.l.&tatJJ.& ge...&uje- ei mayoroeneficto, pero _siempre. forzosar:rwnt.~ eíl.~'lrréo
to, e_s~<:J}!\~:.fJtnlo de~ c~~E!~!?-9.~_!~g? ¿Y no, como se.di. dt_tt:l<:J.:JJ<?fi~-p~_iqü~'!f~~..!~~.n~~ Así taCan brind'aba7iq:mBnr·
C~J2!~;
suyo, ~u ava~ a una practica Jl~trica,J.t~l en la que
No defiendo la presentación de enfermos, expongo la de La- el ac1e el ~9) donde se
an. J?~Y fe de lo que. puede tener de penoso. QJ!~. pueda ser lEl.....$.,!!!!1-QY-ª-··que ilustre un punto ~j}us-
beneficiosa para el paciente, tanto por el acceso que le da a la t~~~~·~R..U..§,!!X!!..Q~da a sus I Un Laing o un Winni-
palabra comG··por la apreciación más justa de su caso que fre- cott nunca hubieran po i o aceptarse en este lugar que la
cuentemente surge de ella, el servicio hospitalario que la acoge institución psiquiátrica reserva a sus representantes más emi-
da fe de ello. Que ella depende esencialmente del discurso i.mi- nentes. Laing en su identificación psicótica. . . El efecto de
versitario, es seguro, y Pl"ll~l:>-ª-~:J:'!~Etamente que no bastª con enseñanza se sitúa allí en la posibilidad ofrecida a los estu-
c~:t_Ilar~e }f3sc.l!char p~.entrar.. instan.tánelim~rité_eñ-ercHscurso diantes de identificarse con el paciente ... Esta forma de iden-
ana!Thi~Q. Pero~o la entrevista -cuya discipHñ.a no se fes tificación, de una naturaleza totalmente diferente a la de la
~rré' eliminar, Y, qu~ se cree, con facilidad, terapéutica en sí identificación con el psiquiatra eminente ... ".
misma- no habna slQ.Q_pmfu.nd.amente transformada por la ! ¡
g_ue la oasiQn de. comprender al osicótico ;y de curarlo dé na-
'¡ v~rdad_gye_ ~!!l_ill-º_.Q .~_J!.~_
.•.k.c!.e. Fre:t.td, d_e que el malenteñdido
~~----~- esenc~c!,e.Jª .com®Jcación? Veo claramente qÜe ustedes
cimienta a.Ja ambi~ián de identificarse c~m él, esifQ:eñti.Q~de lo
Q()®al.(IDi.riJ~...gt1~ ..~-~t~~!rll?ición es ge!!&!.~.§.LllQ_fuera tan va-
L estan___ onveneides--de lo contrario, que hablar, es hacerse com-
e.._

¡>r~d_~~~
Me parece bi_e~ 9-llfl sea un progreso que .el psiquiatra acepte
·- @J._§alvo para la hiit~rica. Pero digo en todo caso que
podría autorizarse a partir de la experiencia analítica. La Sra.
ella no

ú~_QnO<:_~r al P~I~~~-'!!l_S~_r _de SUieto, O sea, l.ULQtf..O~igual que Mannoni no se equivoca oponiendo a Lacan con Laing y Winni-
l.___A.dmito, SI qmeren, que)9s _psiq11,iatr~~ <:!lásicos no lo hayan cott: una de las enseñanzas de esta presentación tan criticada
echo para nada, qu~ se. hayan presentado como la norma del es precisamente que ~-~~O~_A.~ la cg¡;g,pr~~ y que
Enseñanzas de la presentación de enfermos 161
Jacques-Alain Miller
---~'---~) '"'
::----.. J"'á .vec~~·locura ocura de la compresió loc.y!~~~la c~/.,.4 no?,si se lo explica a partir de la entrada de Lacan en el psico-
/ mcac10n..1 ara com , comumcarse col!_.~si- análisis. . . , , .
$''( ~:l k
~~~tá."~ ~1.!~"-Y.Q~~§.¡ Lacan no---coffinrende n a, ya_!o / "Clérambault nuestro único maestro en psiqmatna , escn-
be Lacan les re~uerdo (Escritos, p. 65), y agrega: "su automa-
~ Supongo que se espera que la identificación imagin~~aco::; tismo me~tal . .. nos parece ... más cerca~o a_ lo que puede ~o.ns­
~. cótico_2,S~J?. ...~,eJJ\!Xi!!,_~;.!,~~!$;Ieg1' ~1.!.~-~~ ~~-@~~110 a truirse por un análisis estructural que mngun esfue~zo chmco
en,~.gu;¡,¡m,...l.W,, . so que nagaJ'!~~ rtn!riiT. me pa~c~ Cftí~a en la psiquiatría francesa". ¿Diremos que este elogiO en 1966
'"' ···"·c-. '"lít:ZO'SO'et ···· .: ' · :&~~cipita ats.l1i~~..? -en- tiene tanto más peso en la medida en que desmiente sobre este
tiendo a qmen oma a su cargo la locura- hacia Ja reforma so- punto la tesis de 1932? .
~!· Sólo se renuncia ~ adaptar la locura aIa'";~~Íecfact'~pá:ra El automatismo mental es, en efecto, como la navaJa de
sonar con adaptar la sociedad a la locura, sueño a partir del cual Occam de Clérambault, y precisamente porque se tr~ta de un
pueden nacer algunas micro-sociedades, para nada incompati- operador, nunca dio una definición invariable ~el fenomeno Y,
bles con un liberalismo avanzado, y todas ellas ligadas a una al final, lo redujo a la letra inicial de la palabra s.md~om_e. . .
fuerte personalidad. · La introducción de esa S logra una estraordmarm simplifica-
Al mismo tiempo que los problemas de "casos" se borran, ción de la clínica de las psicosis, la toma como de través, desha-
ocupan el primer plano los del "equipo terapéutico", el cual ce las entidades que hasta entonces podían considerarse bien es-
comparte la segregación de aquéllos a quienes cura. ¿Los nue- tablecidas, como la psicosis de Magnan, y hace tabla rasa. ~a
vos Pinel no sirven acaso de "caución", les pregunto? No veo clínica francesa siempre se había destacado por la descnp-
que el Amo tiemble mucho. ción y la nomenclatura de los _d~l~ios. S no es ~e ~ste orden:
Se piensa que todo lo que conmueve la suficiencia del psi- está planteado como la forma IniCial de toda ps~c.osi_s (con ex-
quiatra es excelente, y para él ¿no es acaso devenir más huma- cepción de la paranoia verdadera y del puro delmo mterpreta-
no con su loco el identificarse con éste? Demasiado, diría, ya tivo, tal como fue aislado por Sérieux y Capgras, pero q~e se
que esta caricatura sólo puede comprometerlo cada vez más en presentan por lo común mixt?s, cruzados con aut?matlsmo
una dialéctica imaginaria en la que finalmente suplantará a mental). Como tal, S es a-tematico y neutro, es decrr que los
quien debía movilizar todo su interés, para no apasionarse más contenidos y la coloración afectiva no le vienen más que poste-
que por su propia condición. A estos anti-psiquiatras, que con la riormente, según el "fondo" -paranoico, pervers?, mi~oma­
excusa de cuestionar a la institución no hablan más que de ellos níaco, interpretativo- sobre el cual se p_roduce, segun _este o no
mismos, no los creo menos infatuados que sus antecesores. Y asociado a un proceso pasional. S es autonomo, es decrr, que no
cuando nos hablan de psicotizar la sociedad, ¿quién no ve que depende de esos datos, pero se re_fr~cta sobre ~llos ~se diferen-
{ se prepara de hecho su psiquiatrización? cia produciendo así los cuadros chmcos en su diversidad.

n1
\
~.....--=: ¿Cómo se puede ser psiquiatra? Es un tormento que dejamos

L
quienes lo son. Pero para nosotros, que no lo somos, es la vie-
a pregunta de ¿qué es un loco? la que nos trae la presentación
e Lacan, redoblada por la respuesta qu.e da en._esta ocasión:
"ajgyien...paFfeetaffiQnte..natmal. ". Definición que desvía-segura-
mente el i~e.ntificarse con él, ¿no es cierto?, y que. querría ña:
~~de~_per.~d:urque.noes\H'l&-broma. 't
· "El delirio es una superestructura" plantea Cléramba_ult ?
incluso: "la ideación es secundaria". El S primitivo de la psicosis
se impone, por el contrario, como un h~c?o irreductible de!
pensamiento, un hecho absoluto, a prop_oslto del cw~.l tendre
pocos escrúpulos en evocar el hecho kantiano de la ;azon, o sea
el imperativo categórico; pues tampoco se trata aqui de otra co-
sa más que de fenómenos de la enunciación.
F'ara ello debo pronunciar un nombre que desde hace mucho ·Qué es este "eco del pensamiento'', del que ClérambauD
~o resuena en nuestros coloquios, el de Clérambault, y sacar su ha;e el fenómeno ~ositivo origi~~rio del auto~atismo mental,
( "automatismo mental" del abandono al que lo condena la deca- sino una perturbacion de la relac10n del enunciado con la enun-
'---, dencia de nuestra clínica. U!L!..etomo a Clérambault, ¿por qué ciación, que emancipa una fuente parásita? El sujeto se descubre
----·--··------~---" ~---.,.~- --~-
162 Jacques-Alain Mi/ler Enseñanzas de la presentación de enfermos 163

continuamente doblado por una emisión paralela que lo eman- de toda "mll,niobra del médico", porque preserva en el sujeto
cipa, lo acompaña o lo sigue, y que incluso puede no decirle cnpaCiilaéíeS-ae""c·oii_fianza, sirn¡5atía, tOlerancia y expansión, de
nada: evanescente, muda, vacía, el sujeto en la posición de re- l~era, c~ya psicó'géilesfs admite Clér~mbault
ceptor no por eso deja de estar suspendido a ella. A esta enun- y que convendna diferenciar, por nuestra parte, opomendo la
ciii"ión jndepeqg!~Q,~J:~: ¡zu.t;.l!.t Clérªmba:ult la tacha de ":íeñome- ~rª del ~~~at¡trr·-éüéstinado, t~ de la ell:~ñCfa.C.~óOtr El
~~?~. ,Pl!!.~lJl~~~e."'psiquü;;()'\7 y llama "feQ§m~~I1~~ .Y~l?Jl.l~.s·~ a los "delmo !ntéij)retativo", otra forma Imp~Ifnaffa de--ttiQMge-
JÜE!g_QS....slgOJf!~-~te desordenados que hbera. Los termmos con nismo" se prestaría igualmente a una relectura estructural, que
los que sustituyo alos-ae·Cférambáiilt les 'indican sufiCientemente me contento con evocar, agregando solamente que la disolución
que no podemos fundar el síndrome del automatismo mental en realizada por Clérambault de la psicosis alucinatoria sistemática
alguna oscura "desviación de influjos", sino en el grafo mismo progresiva de Magnan me parece epistemológicamente ejemplar.
de la comunicación "intersubjetiva", aquí revelado: que el emi- Cuando el desfasaje tenue de la enunciación en relación a sí
s2J.:-..Sea ahí el J;~,~ ttr'Tfmm~. l~~tra'ciOñ p"fop1ainen~ misma se amplifica hasta engendrar voces individualizadas y te- \
t~J!Sicóticaea que se e~peritn:é'fit~_mo tal¡ ·· máticas que se desencadenan en lo real, cuando el sujeto se e::c- '1
Esta construcción es lo suficientementtnacaniana como para perimenta atravesado por mensajes en r~faga~, por un len.guaJe )'
que nos atrevamos a hacer del S de Clérambault, la inicial de la que habla sólo, espiado en su fuero mtenor y sometido a
palabra structure. La estructura desnudada -por sus célibes-, conminaciones o inhibiciones, cuya producción no puede
ese es el subtítulo que merece este dogma del automatismo, que anexarse, entonces es la gran "xenopatía", que Lacan ubicó en
fue repudiado en nombre del sentido y de la personalidad por la el campo del lenguaje con su materna del Otro. ¿Es exagerado
psiquiatría francesa. Sin duda Clérambault era mecanicista. Pero plantear que el discurso del Otro ya estaba allí, en la clínica
ese mecanismo .es..m,~fórico (lo que el Lacan de 1932, entrega- psiquiátrica, antes de que Lacan lo inventara y lo soldase al Otro
do de lleno a la psicogenia, no había percibido) . .Clérambault no prehistórico que Freud había señalado en Fechner? Las emer-
elabora para nada esta referencia, que_p~rmanece formal, pero gencias xenopáticas se fundan en la estructura, si la estructura
1 <lli!L!19._deja..de tener su valor decisivo, el de separar de toda psi-
cología el orden de la estructura.
quiere que toda palabra se forme en el Otro. La pregunta ya
no es más "¿qué es un loco?", sino "¿cómo se puede no ser
{ · Eri resumen, si Clérambault hi\zo mecánico a su automatismo, loco?"
fue para conservarlo autónomo, dejando a Lacan descubrir en él ¿Por qué el sujeto llamado normal, que no está menos afec-
lQ..siffi.,Qálico, un simbólico que, p~a no ser el ~g, bu.&::ó tado por la palabra, que no es menos xenópata que el psicótico,
su añíCulación -éñ un mecanismo (no el ae Clérambault cierta- no se da cuenta de eso? La pregunta es más subversiva, creo, que
~nte, ya que-es·eTae··rurrrtgy Wiener). LQ hizo neutro y pti- las identificaciones que se nos proponen. ¿Qué inversión nos
mitiv.o, instituyéndolo, así . como .si~~.a?nttee'y e
y.· e~s!i_iictu~~t y hace desconocer que somos las marionetas de un discurso cuya
cuando lo hace ~mati~o y so.st~ene. ~tree' primero sintaxis preexiste a toda inscripción subjetiva? La normalidad es
"en la fqf_ifla ordi~ pensamiento, es decir, en una forma la xenopatía. Un sujeto para quien el Otro ya no está velado,
indiferenciada y nO en una forma sensorial definida", éste e.s Uf!. evidentemente está fuera del alcance de nuestras artimañas ima-
postulado del cual puede cuestionarse ~jJa: ()bservación lo verifi- ginarias. '-----"'
ca siempre, ..P~!:9..~llQ§~i:Y2f_'!fiarne>s desconociendo su dimen- Este rodeo nos lleva nu.evamente a las presentaciones de en- \
sión lógica;· ~ no quiere decir nada,· eso es lo que implica su fermos. y precisamente a la única que Lacan haya evocado el ·
nombre... de e'co, en es.e sentido se trata 'de úíi-eféet6 puramente año pasado en el seminario, delimitando ese caso muy puro ! J e
signific~ que deviene (tiseñsato' a partir de la significación "automatismo mental'" con el término de "psicosis lacaniana".
imagfuáría Cc;?.I1 étt!.~l.Q..i!lv_is!_é .~1 dese· amiento, Q.eliiante. El sujeto había leído los Escritos, efectivamen0, p~ro _na a
Esta' 'Eoiistnicción permite dist_ingl,!!L__ ·· · c~o.[] como autorizaba a dudar de la autenticidad de su expenenc1a: él..era.......
~-:~:~z:.eta~~i>:':l, gelira~t~ del auto1Tlatismo,,E:~~!~l;· q~~~~i- la sede de lo que él ooisrno llamaba "R¡¡.labras impue,s!!s" o in-
'--""""-·'"·
' ·----·----· . · .
: . ~-~.....-~-.....
164 Jacques-Alain Miller Enseñanzas de la presentación de enférmos 165

a :so emergentes, que hacían intrusión en la esfera de su cogi- ~~rque no fueron convenientemente capturados por lo simbóli-
ción privada y de las cuales n.Q_p.odía.recanocersQ eamo ellun- ~-P.O!~e_guatdao..I.~Ml!!.~.~Q.~L~i~!!!C? 11.n :fl?.~~~-~~1!:~~· una ín-
~r, aunJ;:Henao-eiras~IOasignª.Q_an, mJ:!y a menudo, como su- censiStencia, cuya reabsorc¡on, conJtec:uen!.a!l •. no pue~ l!l'pe-
o de su enunC1aa~--"ca.aa~úiia-fe exigía qÜe~ lá--corriplerrientase rarse: t ·· · · ·- - -
con una frase Cle m o tipo, llamada "reflexiva", cuyo emisor él --·Evocaré esa persona presentada el año pasado, que debe in-
sabía que era en tanto que, a diferencia del tipo precedente, él c~~irse, según Lacan, "en. el número de esos locos no~.que
no figuraba en el enunciado como sujeto. De alguna manera, c~nstituyen nuestro ambiente". "Quieren valorizarme", dice de
asistía al surgimiento del discurso del Otro, pero bajo una forma entrada, y era evidente, ya que la asistencia numerosa le hacía
directa sin este apaciguante desconocimiento de la inversión de público, "siempre tengo problemas con mis empleadores, no
que nos hace creer que hablamos, cuando somos hablados. Por acepto que se me den órdenes cuando hay un trabajo que hacer,
/-eso la transformación que mencioné de la pregunta sobre la lo- que se me impongan horarios, me gusta hacer lo que tengo ga-
cura: "¿cómo no sentimos", pregunta Lacan, "que las palabras nas, rompo mis fichas de pago, no tengo ninguna referencia,
de las que dependemos nos son de alguna manera impuestas, estoy en la búsqueda de un lugar en la sociedad, ya no tengo lu-
/ gar, no soy ni una verdadera ni una falsa enferma, me he identi-
( que la palabra es un enchapado, un parásito, la forma de cáncer
\ de la que el ser humano sufre?" Por lo cual si nos identificamos ficado con muchas personas que no se me parecen, me gustaría
con el psicót~c.2,l.. es ;;:!l.!~l!!,9._9~~~ élte~jgu-ªl quenosotros, es.pre- vivir como un vestido" ... Sin duda se podían notar algunos es-
~ del lenguaJe, mduso mas; guefug~ lg en§~ñaA bozos de creación de lengua, tenía muy fugitivamente la idea de
ta ensefianza de los enfermos en la presentacion de Lacan, es que se la hipnotizaba, y que se quería tirar de sus hilos, pero na-
así como hay que llamarla, va más lejos, como se ve, que los ra- da de todo esto tomaba consistencia. Estaba en un flotamiento
ciocinios sobre: la norma es social, el loco de uno no es el loco perpetuo, como lo traducía muy lúcidamente por una fórmula
de otro, el normal es loco, y el loco, lógico. No hay uso correcto notable: "soy interina de mí misma". Madre, "querría parecer-
de la palabra normal que no sea antinómico, y Lacan la utiliza se a una madre", y la evocación de su hijo, del que estaba aleja-
como sinónimo de su contrario. Preséntenle un débil ligero, un da, la fotografía del mismo, no la enganchaban para nada.
marginal que hizo la campaña de Italia, o quizás que sólo fue Lacan dice de ella lo siguiente, que les restituyo: "Es muy
atropellado en la plaza de Italia, un asocial algo mitómano, o in- difícil pensar los límites de la enfermedad mental. Esta per-
cluso lo que se llamaba no hace mucho un canalla, perezoso, po- sona no tiene la menor idea del cuerpo que tiene que meter bajo
co convincente en sus manifestaciones xenopáticas y sin duda ese vestido, no hay nadie para habitar la vestimenta. Ilustra lo
histérico, ése es alguien que tiene chance de obtener de Lacan que llamo el semblante. Nadie logró hacerla cristalizar. No es
un diagnóstico de normalidad. La personalidad fuerte hará más ésta una enfermedad mental seria, una de esas formas identifica-
·~ lli~n buscar del lado de la paranoia: la psioosis-paFal'tO@:;!~~ bles, que se encuentran a menudo. Lo que dice no tiene peso
ne -."re~' con la personalidad, se corrige Laca e - ni n, v.t:.I.ar
co articulacio
y fútil:'· . '.Luego, por su areadaptació·n·
Kraepelin: .."Se
me puede
parecellamar
utópi·-J
~- ,
,....,,,,....,.,. .

___,_ -~--- ~C~2!J:__ 9~ .. J~s .Jl!~~E::.Il:~~c..ione.s


de enfe.!:ffiQs.-no. está
aludrendo
eso _-¿por qué no?- una parafrenia imaginativa". Y agrega: ·~E~
a

f~rmada, sin duda, por grandes deliraiitesi"tampoco se cQn- et~J.~I!l~~~-eJ~ enfermed~d mental, la..e.x.celenci.a.de.. ~­
fri~~--~1:~~~--C:?IlT dementes seniles, la gra~ esicÓsis es rara, y dad mental". l
Enseñanza enigmática sin duda, pero qu ercibir lo que
finalment ~. · ·en se ve venir~ A per.sórúis qÜ~- jiiese.rit@al-
gynos ~ ºQJTI~DQ~.-~J~~ a propósito de las cuales la es sufrir por tener una mentalidad. Todo ablantes carcomido
.fE.f:!~!!9!lJ.~~~AC!I!3:.,~~- PE?l1?.s~1~ar la evolución del mal, y después pgr._.~J. lelliDJ.a+l¡:!· Jie~g l.WI! !!!~!!~~id!-El Lo que e a llamaba hip-
a_g~l!!.e.._f!gEmal en e1 sentido de La can, pero promotores de dis- notismo, ¿que es SU1Q... ~efe~t2..9~ su estión iRANente a la yala-
~l:l~bi~~· qu~.:!~~ .~_oriüs~Ia~. expide!! al_~silo, y que arriesgan pa· b.!:.a? ¿Un--efectQ d~JW.,tQOOWlÍiP19 es acaso inherente a la hendi-
sar muc.:~os_ <:11as de susyida~ entrando y saliendo del mismo, dYI"l!-__sub~:tiva inducida por el signlficañte? :tcr1¡ue-hrnace--sin
1

1 1

1 .

166 Jacques-Alain Miller Enseñanzas de la presentación de enfermos


1

.
Crnbargo excelente, demostrativa, es que su ser es de puro sem- Cree realmente en su mujer como creería en una aparición del
más allá, cree en ella como en el Otro completo, al que nada le

l
blante; sus id e. ntific.ac.iones.•. po.. r así decir. lo. , n.o se. precipitaron en
un "yo", en ningún eristalizador y, por ende, no hay ninguna falta, no le falta él en todo caso. Y a partir de eso le es conocida
P.etsona El~ la, debilidad consiste en no estar inscrip- su propia verdad. Su certeza de ser una mierda y su creencia en
ta-..e.n-WJ.~. Y estaba allí, hipómana, imaginario extravia- su mujer son una sola y única cosa con el adivinamiento de su
d<? .~in Y-<?.·~-~~J?mQ_~ngª_Ilc);:g~gQ -~Ht()Qt!~P~~~.s.,_P._ero <:~ptll,g_g.mr pensamiento y la intrusión de la voz grosera del Otro que lo in-
nada 1 12ura !!!~.l),É~lige.c:l c:i~.S.Y~rgsm.z.~g¡. No ha.y__~_!gl}ifi~~-l]E~-~l!!o juria. (
Al final, el médico plantea la pregunta que le dictan la ley y
y •....a....l.?. v·~e
I1? hay .. _.,na··.·-~. que veng..aa d. . arle··· .e.l !ast_r~ . fl..e. a. lgu_I1a sustancia,
·et()~'Que llen~ ~u Paréntesis (singular sustancia laca- la humanidad: "¿Es peligroso para su mujer? Y o temo, yo lo
mana, be.. _ _cr:e _f~~J&, pero la falta que se vuelve a encontrar creo ... ". "No", responde Lacan, seguro de la estructura, "lo
constante da 1i'1a ·persona de uri sujeto húlüsíóri de .su síntesis}, es para sí. Mucho me temo que vuelva a intentar suicidarse". 1

yla "valoriza;,: ·· Si. hay una enseñ~za. de la. RE~sentación de enfermos, es


-~Diré'; 'eiu¿Übrando demasiado qmzas sobre las indicaciones justamente és~<l.: ~<buscar la certe?ífl·'·'S~ piensa que Lacan va a
• tan fugitivas de Lacan, que nuestra clínica nos impone distinguir h~J.g:ar saber y ce_!te~:~·:-oescartes _y__ I:I_eg~l, _e,_~ _<~t~E~_() __ por
: entre las ~s de la mentalidaq y la~ del Otrg. Las pri- utg~ __.If!!!J.A.i~-~. mi~ntras que ellos dependen de la experien-
• meras dependen de la emánCiíiacfón -a:e
la relacwn·rmaginaria, de cia roás_ c_oncreta. Si hliY l1na . clínica a hacer, es üsanao estos
t~rl:_!li!!Q~~~----. ~--- . . ··· · ·· · .· · ·
! la reversibilidad de a-a;, extraviada por y ano estar sometida a la
J escan-sión pimbótíca-;-•O:Q las...enfermedades de Jos seres. .Q.l.le._ se rE/fsal:Jmj, el paranoico no conoce más que eso. Su relación con
i ac.e.rcan...-ªl~Q.,.S.e,2!!h)a.ut~-~ Para ~ílustrar a las segundas, evqcaré el"stif)er hi:tce su síntoma. ¿Qué lo persigue, sino un saber que se
i__otro caso, e. e tm grar1 ge}incuerile '(veinte años de prisión) que pasea pgr el mundo, sino un saber que se hace mundo? El suje-
hace tres años se escucha pensar y, pensando, tiene la impre- to,-por lo general, tiene la ~erteza.. del momento en que se incli-
sión de que el mundo lo escucha y que escucha groserías.; nó del otro lado, del momé'rrm(fe'desericadenamiento de la psi-
Lo más notable es que habla el lenguaje más convencional: oo~A · .
, -'-'desde mi más tierna infancia" dice de sí mismo con emoción. ' ¿Dón¡jeJa...flJ.nción de la certeza está más en primer. plano que
De sí mismo -tiene 52 años, no usa el apellido de su padre, a en la<éi~~ Es~ que hace _t!!ILVªl1ª Jg_da psicot.era-
quien no conoció- repite: "soy una especie de pequeño cana- ~ é~?ca. c_on un~.s~1~~c~i~h.~e:,que_e._I]1W!?:9!-ª...§.ll§,pro­
lla". Esa es justamente su convicción, no flota, no vagabundea, mas evidenqas .., Cleram au IZO ere ella una entidad cuya va-

.
él sabe lo que es, que no vale nada, que es "una porquería", ya lidez no fue realmente cuestionada y utilizó para la certeza la
intentó suicidarse. ¿Podríamos nosotros sin esta simple letra A palabra postulaC:W-;::·cuyo acento lÓgico es perfectamente apro-
poner en serie las figuras de su historia, desde la alta personali- piado a strfufi~ión.-' -. .
Es justamente porque la erotómana cree en ~~m?r d~~ Otro

U
dad que lo indultó, el eminente psiquiatra que lo examinó, su
mujer, perfecta, a quien no tiene nada que reprochar. Su mujer q\l:e no sree en nada nten. nadilf, y tampoco inc uso en e Otro
reemplaza a su madre, dice escuetamente. que qíiis.ie. ra··· de. _sengañarla. "Me hablaba en contrarios", dice la
rQ.0m~~~-de Sl! Qtro, "me hablaba por parábolas invertidas".
/~€ri~$~aCi~i-~igat~~~~;1~t~~qi:g!e~tr;;v!fS:~-~~ La erotómana elige como Objeto, en el sentido de Cléram-
/ que su vida no tiene el estilo de tina err.ancía: está 'identifi<::!J;QO bault, una figura canónica del Otro, que no tiene para ella nin-

~ ~~~~i~~~;~~~~~t:~~~j~~~r:t:~-~:~·r!~~a;~~l~~j~;
gún lugar, y ella se SQtl~!ituye en su delirio en su falta apasio-
nadamente busca?a(.Ella -~ así ~o ~ue l~~¡a.~LQtt.,g,..que no
eso comprendemos esas palabras de Lacan al final de la presen- carece de nada, bH~nheélfor; ommsc1ente; y s1 es posible asexua-
tación: "E~)n_sl:l~~rgible". Y agrega: "Cree en su mujer, cree en d<>, el cura~·el pt.-ofesor, el méd.!cO'>
ella a pie junt~Ifas". f · La eñTerñieifiúriñentaí es seria cuando el sujeto tiene una
168 Jacques-A lain Miller

~: t¡r~J~--~~eí;~~rf~~~~~~~~l>:~;~-~¿loqre~~-~Z MOSTRACION EN PREMONTRE 1


tatuto de charla? La. enfermedad de la.mehtálidad, si no es seria, Intervención de clausura en el Coloquio de la Sección Clínica
tain.P.~ toímí la palabra en serio, pprque la dimensTón. miSma
dgi~Ii.~n. ~é~<;it:::~Quién explicará la transferencia del
P~iE2!Lco? l . ~

Lo que aportó la Sección Clínica a propósito de la psicosis,


es la consideración del goce. Es evidente que no hubo que espe-
rar a la enseñanza de Lacan ni a la apertura de la Sección Clínica
para tomar en cuenta la dimensión libidinal en las psicosis, ése
fue precisamente el punto de partida de Freud. En cambio, es
a Lacan a quien se le debe la noción de manejo psicoanalítico
del goce bajo las especies del objeto a. ¿En qué puede esta for-
ma operatoria del goce concernir a las psicosis? Es a esto a lo
que la Sección Clínica consagró muchas reflexiones.
De la exposición de Christian Demoulin extraje una frase que,
a mi parecer, merece debatirse: "No es más que por razones de
enseñanza, dice, que uno puede oponer, en la enseñanza de La-
can, la vertiente del significante y la vertiente del objeto".

Christian Demoulin - La frase prosigue diciendo (no la sé de


memoria, excúsenme) que lo importante es ver cómo ambos se
articulan.

Jacques-AlainMiller - No estoy de acuerdo con esa frase. La


enseñanza no debe ser presentada con un "es únicamente
por... " y la misma frase lo prueba, puesto que ella vuelve a
tomar el término enseñanza una segunda vez como siendo la "de
Lacan". Enseñanza no es pedagogía, y quien no oponga las dos
vertientes - signifiante y objeto - no podrá siquiera plantear
la pregunta sobre su articulación.
Es una pregunta abierta. Hay muchas preguntas que Lacan
dejó abiertas, y yo dirfa, daro está, que lo hizo como corres-
ponde: aportándoles continuamente respuestas. Una pregunta
atraviesa la enseñan~a d~ I..acan: ¿cómo es que en el psicoanáli-
170 Jacques-Alain Miller Mostración en Premontré 171

sis, que opera en el campo del lenguaje a partir de la función de dos en estas jornadas y les propondré algo que permita enfocar-
la palabra, se pueden obtener efectos sobre algo que es rechaza- los.
do de ese campo del lenguaje? Dicho de otro modo: ¿cómo ope-
rar sobre lo real a partir de lo simbólico? Si bien es cierto que
una fase entera de su enseñanza desarrolla "el inconsciente es-
tructurado como un lenguaje" -formulación del descubrimien-

~ D
to de Freud-, lo que el mismo Lacan consideró como su inven- a
ción propia es el objeto a. Ahora bien, precisamente éste se
echa de menos en un tramo de su enseñanza donde se sitúa el ()
escrito que se refiere a la psicosis: "De una cuestión prelimi-
nar ... " El objeto a está ausente allí y el goce está situado sola-
mente como goce de imagen (lo que ocurre solamente dos ve-
ces en el texto). Tan notoria es esta falta que, en ocasión de Precisamente porque el objeto a es extraído del campo de la
aparecer la recopilación de los Escritos, en 1966, dio lugar a la realidad, es que él le da su marco. Si tomo de la superficie del
redacción de una nota, añadida al comentario del esquema R, pizarrón este trozo que represento con un cuadrado sombreado,
que toca ese punto. El prefacio de Lacan a la traducción que obtengo lo que podemos llamar un enmarcado: enmarcado del
nuestro amigo Duquenne hizo de las Memorias de Schreber en agujero y enmarcado, también, del resto de la superficie. Este
los Cahiers pour l'analyse, tiene el mismo sentido, invita a un enmarcado, por otra parte, lo puede materializar una vulgar ven-
aggiornamento de la teoría de las psicosis a partir de la polari- tana. Pues bien, el objeto a es un tal jirón de superficie y es su
dad $-a. Intenté responder a la misma cuando, en ocasión del sustracción de la realidad la que la enmarca. El sujeto, en tan-
estudio de las Memorias llevado a cabo en la Sección Clínica en to sujeto tachado, es ese agujero; quiero decir como falla en ser.
1978-79, propuse como consigna una "lectura retroactiva" de Como ser, no es nada más que el trozo sustraído. De aquí pro-
Lacan, volviendo ante todo a retomar el "dejar plantado" del cede la equivalencia del sujeto y del objeto a. Es cierto que,
delirio schre beriano a partir del objeto a. Y a hice otros desarro- en un sentido, el sujeto no es nada -y se anota así: $-,también
llos en mi curso, pero quisiera recalcar lo que la nota de 1966 es cierto que el sujeto es algo- es el objeto de su fantasma 2 •
aporta a los debates que tuvieron lugar acá estos últimos dos Sólo a condición de que el objeto a sea extraído se constituye
días. la ventana del fantasma. Así es, pues, cómo el fantasma es mar-
En esa nota Lacan afronta la cuestión de la psicosis tomando co. También es pantalla. El término hay que tomarlo con sus
como punto de partida la función de la realidad, con lo cual es dos valores: detiene la luz, estorba la mirada, disimula y, al
freudiano: ¿acaso no encaró Freud a la psicosis tomando como mismo tiempo, tiene una función óptica positiva, permite que se
punto de partida la pérdida de la realidad? Pero Lacan se ocupa forme una imagen. Por eso, en la segunda definición de ese cam-
allí de la constitución del campo de la realidad y no tanto de po de la realidad, Lacan puede decir que éste sólo funciona al
su pérdida. Al respecto, da una fórmula digna de ser meditada: ser obturado por la pantalla del fantasma.
"El campo de la realidad se sostiene únicamente por la extrac- Queda todavía, un tercer valor del fantasma: el fantasma-es-
ción del objeto a". Y, en una articulación difícil de discernir, cena. La realidad cobra su significación para nosotros en el mar-
agrega " ... la extración del objeto a, no obstante, le da su mar- co de esa ventana y sobre esa pantalla. Así es como entiendo la
co". Se comprende que dejar aparte, poner al abrigo, al objeto tercera definición del carnp o de la realidad, según Lacan ("el
en cuanto real, condiciona la estabilización de la realidad como campo de la realidad solo hace ias veces del fantasma") -- lo
"poco-de-realidad". Al no estar el objeto a, ¿cómo es que, sin que, más tarde, lo conducirá a formular que toda la realidad,
embargo, le da su marco a la realidad? Pues bien, captarlo es sólo se sostiene por el fantasma.
necesario para articular correctamente los fenómenos evoca- La muerte del sujEto en la psicosis se produce cuando el ob-
172 Jacques-Alain Miller Mostración en Premontré 173

jeto a no es extraído del campo: agrego también que así se cap- produce el transporte de la mirada a ese punto situado al infi-
ta de qué se trata en esa "muerte del sujeto", cuya indicación nito y esto la vuelve visible.
enigmática en las Memorias recalca Lacan: responde exacta- Por eso la voz, que como tal es áfona, emerge en la psicosis
mente a la no extracción del objeto a. como audible, lo que brinda la oportunidad de percatarse de su
Esto me conduce a agradecer ahora a Demoulin que nos haya estatuto de objeto. Por otra parte, uno tiene tendencia a consi-
aportado el documento que nos faltaba, al que Lacan hace refe- derar al objeto oral como material. Mientras que el verdadero
rencia en el seminario de la angustia (ese documento aparece en objeto oral es el que indica Ruy Blas cuando se enmarca en la
Omicar? NO. 29): se trata de un documento clínico del Prof. puerta de la sala del consejo de ministros y espeta: " ¡Buen pro-
Bobon, de Lieja, y concierne a una paciente italiana quien, vecho, Señores!". En cuanto al objeto anal, está ante todo en
pasados años de mutismo, acaba por hacer cierto número de di- el "hacer cagar" ...
bujos en los que hay ojos, y especialmente el dibujo de un árbol En resumen, la experiencia de la psicosis es fundamental para
con tres ojos, que tiene un letrero que dice: "soy siempre vis- que estemos justificados en añadir, a los objetos freudianos, los
ta" (sono sempre vista).
objetos lacanianos: la mirada y la voz. La psicosis da prueba evi-
"Vista" tiene el doble sentido que Lacan recalca: soy vista y dente de que la no-extracción del objeto es correlativa a su mul-
soy la vista; como cuando se habla de la vista de un paisaje. Así tiplicación: la multiplicación de las voces, de lo que la exposi-
nos concede ella el secreto de su posición de mutismo, que es ción que nos hizo Anny Cordié constituye un hermoso ejemplo;
ocupar el lugar de la apertura obtenida por la extracción del ob- multiplicación· de las miradas, cuyo paradigma son los lobos del
jeto. Al hacerlo, se terminó para ella la dehiscencia subjetiva. Es caso freudiano, como también lo testimonia el documento de
muy importante para un sujeto no ser siempre visto. Nuestro Bobon.
amigo Krajzman nos contó que pudo llegar hasta acá porque el Tal vez haga un empalme con la cuestión del saber, evocada
aduanero le dijo: "Pase, ¡pero que yo no lo vea!" Que el Otro ayer en varias ocasiones a partir de las exposiciones de Jean
pueda no ver todo, es absolutamente esencial. Pierre Gilson y de Serge André. Sin duda, la represión origina-
¿Qué quiere decir esto? Que el campo de la realidad sólo ob- ria es un saber que no se sabrá jamás, lo cual no impide que en
tiene su consistencia por la disimulación de la mirada en la vi- psicoanálisis se sepa que tiene la forma de un saber. Por eso, no
sión. La visión del campo de la realidad oculta la mirada. debemos entablar un debate entre lo inefable y lo verbalizable.
Incluso el saber que no habrá de saberse, sigue siendo un saber.
¿Qué es lo que no se ve en el paisaje? El punto de vista que Diría qu~ el campo de la realidad se sostiene, en primer lugar, en
se tiene de él. Cuando uno agrega una máquina fotográfica den- que el objeto a sea extraído del mismo y, en segundo lugar, en
tro de un paisaje, uno toma, si así puede decirse, un objeto invi- que haya allí un saber supuesto para el sujeto. La psicosis de-
sible, uno materializa el objeto que es el punto de vista, lo que muestra precisamente, y en diversas formas, que la no extrac-
no se veía. Por el contrario, en la psicosis, la mirada se vuelve vi- ción del objeto a se acompaña de la emergencia del saber-todo.
sible, precisamente porque no es extraída del campo de la reali- Nuestras preguntas, como conviene, siguen siendo prelimina-
dad como objeto a. Les ruego que hagan hincapié en que, si el res al tratamiento de la. psicosis. Extraer el objeto,¿será acaso su
campo de la realidad, donde estamos en este momento, nos pro- fórmula? Pero esta extracción, ¿no es acaso equivalente a la in-
cura una confortable seguridad subjetiva, es por estar estructu- clusión, en el objeto, de la función (-¡p)? Vale decir, no es más
rado por la consideración de la perspectiva. Basta detenerse en que otro nombre de la castración.
esa ventana central para darse cuenta del cálculo que presidió a
la erección de esta arquitectura en este lugar del paisaje. Al suje-
to que percibe le corresponde el punto de esa perspectiva situa-
do al infinito. Ahora bien, cuando el objeto a no es extraído se Junio, 1983
174 Jacques-Alain Miller

Notas ¿PRODUCIR EL SUJETO?

l. El título implica un juego intraducible entre montré (mostrado) y Pre-


mc:ntré (nombre del hospital) [N. del T.].
2. ~v1dentemente, la nota de Lacan no implica que la extracción sea prac-
ticada sobre una superficie de pizarrón, sino sobre un plano proyectivo,
de manera tal que el corte equivale al borde moebiano.

¿Existe una clínica psicoanalítica de las psicosis? Este títu:-1


lo tiene su seducción debido a que, en ningún otro lado en el '
campo freudiano, la pregnancia psiquiátrica está más probada
que tratándose de las psicosis. Asimismo el títul_QJ)ajo el cual se
desarrolló nuestro trabajo sólo puede com12renderse como la
expresión de un~hel~: que exista una clínica_psicoanalítica de
las p~~~~ ·····--"· -· ·
Este anhelo es aún más fuerte en la medida en que los resul-·
tactos del tratamiento posible de la psicosis no son probatorios,
casi nadie lo pretendió durante estas Jornadas.
El anhelo de que exista una clínica psicoanalítica de las psico-·
sis es primero el de los sirvientes de la salud mental, cuando el
discurso analítieo -los enfrenta- con los valores que presiden la
i!_lstitucion en la que. trªp.aj?,JJ.. Esta discrepancia, claramente¡·
apreciábie, explica la fuerza del anhelo que se traduce habitual-
mente diciendo: " ¡Este sí es un buen tema para unas jornadas
de estudio!" Pero acoger este anhelo no quiere decir que este-
mos en condiciones de satisfacerlo más que aportando aquí,
cada uno, su grano de arena.

Extender el beneficio, si se lo puede llamar así, del discurso


analítico a casos cuyos trastornos son aprehendidos primera-
mente por un discurso muy diferente, exige de entrada situar
a este último.
. L~ segre~-~ción de estos casos es la herencia d~l ~í~~~- del
'éllJ.ld:t es decn que, como regla, estos casos se dehm~por un
defecto de identificación -podemos incluso precisar diciendo
de identificación sólida-··, ya sea que el d!~_curso del amo asuma
176 Jacques-Alain Miller ¿Producir el sujeto?

la forma de la policía o de la asistencia. El tratamiento propia- tocante al sujeto, eso habla, en el sentido de que eso habla de él.
mente dicho se apareja en el discurso universitario, del cual de-
pende la clínica psiquiátrica.
,, Eso habla de.~éLantes de que éLhable. antes de que él llame. o
aun"añtesde que él grite:v~1-~':1JetQ,. sn todos los casos, esta en
En este punto conviene hacer funcionar el materna de la Uni- la sujeCioil significante del "eso habla de él" antes de estar en la
versidad. La aml::>j~i9_l1 de este discurso es producir, PQ!" interme- d~ád~lls1~...9~~,cut!l~.t.. •n?!ª·:'i . . r:n.t~§_4~.q~-~. ~l,!lli~~g_l:!~IJle
dio de_\1~ ~\c<:>JQ<;ªcl<J--en po~siCíól1 d~j~fuhl~!~. y -~~Piiñir de el, con el cortejo de desconocimiento que esta refl~~.Icm.ª~a-
de de~~~h9s -especialmente desechos de orden social-, upsui~:: 1Teá. - --~·---~"-·~- .............. ".,.,~ ..~............ · ........ ·•· ............. ..
to digno de ese nombre, es decir, lo__que en.nuestro lenguaje.Jla- ---g¡ queremos aquí utilizar el lenguaje del desarrollo en el que
ma~o~. un ~_éto ~~ch!<:!C?· Es el úl!ico_ discurso ~ue tiene. esta Abraham, por ejemplo, extravió a la clínica psicoanalítica de l~s
ambiClOll Veroa<feramenfe extraordmana: pr~~jeto, psicosis, digamos que el sujeto paranoico queda fijado al est~d10
producirlo_a partir de un desecho, por elrodéo de un saber. del "eso habla de él". Saben que, como regla, eso habla de e~ de
Tenemos Üna· experfencía ya historica de r~cé'¡:mca de'lh clí- manera desagradable, y esto llega hasta el "es(J"flá15Ia-~ñ':~l".
nica, que permite responder con toda certeza que ese discurso ¿l'ór ijt'.m Bt5 oponerle de inm.ediato el sujeto de la llamada _
tropieza al producir un sujeto. Se conocen los efectos sobre la esquizofrenia en el cual "eso no habla de él"? Lacan nos· ha- 1
histérica del dominio por el saber. La histérica, confrontada a lo bría precedid~ en esta vía;c'"Wmao pone en causa a la madre del
que podría llamar la epistemofanía, desaloja la verdad del saber esquizofrénico, por haber llevado a su hijo en su vientre sólo
montado como apariencia, esa...y~r.Qru:Lqu.e...es.,.lo. insensata del como un cuerpo, lo que debe entenderse: como un pedazo-de-
amo. Se conoce también el efecto de la epistemofanía sobre el real. A eso se debe la definición, ver eramente límite, de esta
psicótico, efecto en este caso de paranoización: quien se ofrece llamada e~q~ia c~mo lª~1)jetivac~.-w de~!!guro reaL
como soporte de la epistemofanía se transforma en un objeto ._,_ Evident'é'nrente-;-~l suJeto~· 'icío no . ..an-
erotomaníaco. (Es la conclusión de Lacan de su puesta al día
de la cuestión de la psicosis en 1966).
ELJil~l1~~~dJJ,~r, ~cia el cu_I!LH~A~)a,. vía._<!!E!~.H2., de-
t~b~::~~:cli;!j~f&~~~:~t~~oiJf~t~;;~t~~:;.:
dice Lacan. Pero ñay que entenderlo: ~q,_Q!Q....&:UJeto.
mostrOllna eficacia 1Il~Y:.difere11t~. Pero implica que ya tenga- Habría que percatarse, en lo tocante a la cuest10n crucial del
mos enfrefite ·un sujeto y que lo pongamos a trabajar. La clíni- sujeto de la psicosis, lo que implica para nosotros el hecho de
ca de la psicosis nos lleva a los confines de ese discurso -a confi- ser un sujeto: ser u u'et a contradicción en ' i-
nes donde se plantea la pregunta acerca de lJ!_~jón del JtO__§, puesto que es como á!~IJ..§.~ ue.e SUJet.a..qlw"utilizam.os
su~, quier;..Q...Q~f4' !1 s~_J?!()c:l_ucción _C()Il1.9. J~~() t..~~~-~!!9lt~. Esos su e deT · ·
confines son también los del discurso psico · ' · ' en la me- ontinuando en est_a vía, se dirá que la elección ~~eo-
dida en que éste funciona...so.lrun~~nt~-S.2I!~.I§.§"ndi9.o de que sis, no digo quién la hac es la ·' iertamepte ~ble
un sw~tq_!;9.usienta hacer la tareal -..
c!~!U.uie.li9..._qutL --~~tª -~~·- en se ue....ruQ.P...§j;jt"!,!'i.~-~.?-. el
En este punto es preciso avanzar prudentemente. Admitimos len~aitl Es una ele s exactamente una des-eleccwn.
que el lenguaje ya está allí en todos los casos: al respecto, no La amo "iD;)R~n.:;;,i!J;!.lll" porque cq:p,traviena. .la..el-9eetéR ~~zada
hay diferencia entre neurosis, perversión y psicosis. Dado que el de la ali~nactón. ¿Será necesario llegl!r al punj9 de articular
lenguaje ya está allí, el lugar del Otro e~á__!;QDstituido por de-
finición. Pero esto ·m lic automáticamente, que el sujeto,
aquí que, pua.. el.sujeto-~dé la
psicosis, la separació-R antiCipa la
a!!,~~~? Mostré en mi curso que ~~<!~~-gp~J:'.ª~lQll~_s, arti-
él ~~g!~l5Le.sté..; ' e~t~L or nace NQ¡;otros~no lo abordamos
de .Qir.2.....,Il).9!:iP.c~"o p_ mos, qe acuerdo con el discurso
..
·
cuiádas por Lacan en 1964, tienen. una Imp.QXi....aDJ'.J.a.....c:wnp_~a­
ble, incluso superior, a J.~~m¡i,§jj;~.fu:ei.de la. me.táf.ata..y de la
analítico, c~m2: Q d~!~¡nJpé'añle:& f!!et?l1~~~~\ªe trataría aquí de una separaci~n, si me permiten,
. ¿Qué qUiere ecu ef SUJeto corno efecto del significante"? falsa, p~.Q tiene .pr.eJ::il!.amente a la met&~.~ p_ate!.na co~o
Esto precisamente pone en cuestión el "quiere decir". En lo P..r.inc;:ip!O , sino que es, por el contrario, su fracaso. Esto exige
178 Jacques-Alain Miller iProducir el sujeto? 179

que distingamos dos cosas: primero, si[l duda, ~QSQI.!!Q -"t"azón de que después será obligado a decir b. , y ¿adónde lo lle-
~~bf:~~flri~cGnn:~:~:~ou~g~~~:--~~;~fe~l~f:J~~¡.JJ:~ ~--·--·'"--····
( varía todo eso? \ \
-.. Lo serio de este asunto e~ue falla en·~l;l~~,~ el 1
emergg~.il~LJi~.Lyivo,_ que surge de su status primero de b" et . )enguaj.e_jmplica de hecho Óce ~ el teffim'ío de autismo
El sujeto tiene que'émerger d-e la· usa·ae · éseo · -~- a] vuelve a adquirÍr su valor~ e asponer ~uta-erotismo fre~­
menos de la '~lt!rl~" 1 con la gue ese eseols a a hecho.
...............,..,,,~--.·~·~~~.~"-'"~ ~ ... ~ .. , .. · ..• o--"•'· . . ~· - , """""~_,....,....,._...,._,_.,.._,"'?"
diano: asunto de Unlust y no de una homeostasis reguiao'i:ipór
Este es el problema: la,.J?!2.2.:!;!.~iQii.delsiiJei:ñ:a::fiiiitk.JlEi.2.b­ el principio del placer (que es un principio significante). ,
jeto "charla" _del deseo. Los datos clínicos que Lacan toma sin El,_!>l;lj~tp Pt1.1m9ic~ yuelve a comprar esta degradación situan-
áiraa'estafi'Clestmad'osa'indicar la im ortan o •• ' •
do goce en el lu araer r hasta identificar el goce con el
-. specto un restimomo que Lacariaes-
~~.e~.. - .. · tL~--~!e."!.>~!~-~~t_o_q}l~ ~;rá sÚp~o­ ..g.:;a~::aot..ebe pensarse que se ofrece al Otro divino para que éste
Cft'!§.,~g.JLa terapia familiar tambien percioe la func10n deciSiva
dé lo que, en nuestro lenguaje, formulamos como "lo que el goce de su cuerpo: basta que aparezca el "pensar-en-nada" para
sujeto fue para el Otro en su erección de ser vivo", a lo que se que se encuentre de nuevo en esta derelicción donde ya no es
debe, por ejemplo, ll't.~Xl:Q~m.Gi~.i'\.LS.1J.Ü::i~io de los niños no de- sujeto. Su cogito se formularía: "Yo pienso, ergo él goza", eso
sead.s;u;, señalada por Lacan. · · ~--~ ........... ·-·--~--------~-~------•, cuyo contragolpe, por otra parte, recibe. Estas dos posiciones

J.
"'-si tiene que nacer de "lo que fue para el Otro en su erección
ser vivo", el sujeto es un milagro. Uno se dirige a lo real a
~~~~:~sf~:r::=~:~~j--~l~~jobl:. -~~-h-~~ ~e la falla en
La producción del · o im lica la nción de castraciom en

l
partir de lo simbólico, ¡y lo real responde! En este punto hace
alta darle todo su valor a esta definición de Lacan que aún no di ---eR<-4'JUCiHl.l.~ ·~o . . es o :a-GaSa, ce. --:qi.te. . el
unto de fal qu~ inqi<;J~ ~m.et§.u.i~!Q::J
ueex.P_Jo.t_a. 9~...ml,e.~.ri.SJ_i..l!~l!!l_t._~.itó en su intervención de ayer: .....,.h'f=ttlflilf~l"ée con un ejemplo para mí paradigmático para la
'EL~~J:~~R-~).a..f!t~~.ta );!~.)~ ;,~~·=-~ clínica de las psicosis, y que tomo prestado de ese caso llamado
----~odo se desprende del dicho del cual el sujeto se deduce. Hay del niño del lobo, acerca del cual ustedes oyen a menudo hablar
r toda suerte de dichos, podríamos divertirnos haciendo la lista, si a nuestros amigos Lefort. El caso fue presentado por Rosine
puedo decir, de los domingos (dit-manches, dicho-mangos). Hay Lefort en el Seminario de Lacan en los años 50, y me beneficié
primero ese mediodía (mid-dit, medio-dicho), a partir del cual el en un trabajo de cartel con las notas originales de Rosine Le-
neurótico busca el secreto del saber en lo no dicho. ¿Vamos a fort. Quisiera evocar los primeros tiempos de la terapia de este
deducir el perverso de un des-dicho (dé-dit,desdicho), o, por qué niño del lobo, brevemente, aunque sea el detalle lo que le da el
no, de un jueves (jeu-dit, juego-dicho)? Podríamos también po- valor a la cosa; como dice Nabokov en sus Conferencias sobre la
ner en función el lunes (l'un-dit, el-uno-dicho), como lapreten- literatura, "los divinos detalles": la clínica es asunto de "divi-
sión de decir toda la verdad, o sea confundirla con el un-saber nos detalles".
, que el sujeto no tiene otra salida más que la de retomarlo a su Tenemos allí una madre, la del niño del lobo, que es una per-
cuenta, si es paranoico, en un eso me dice ( ~a-me-dit, sábado) seguida, como lo dice el certificado de la historia clínica, que da
1 algo. Y nos quedaría para el esquizofrénico, el martes (marre-
fe en su conducta del martes (marre-dit, harto-dicho): estuvo
1--dit, harto-dicho), donde digo que es hartante. _ 1; harta de eso de entrada. Ahora bien, lo que a mi entender es
~ sicoanalítica de J~s Rsi:~-~ ~~()9:Efo~--~~f-~l ,~§1~~jo '\1 paradigmático son algunas sesiones de observación y las prime-
/de las res u estas de o re . 1entras ql!g__Tqs peurot1cos nos de- ,)- \o
ras sesiones de terapia. De las observaciones resulta que este
'-rffiuestran Ull:_sujeto q.u_. e. ~pnsintió. a la falla en ser, el sujeto de la 1 niño de tres años y ocho meses no vive de ninguna manera en un
1p.sicosis se resiste a ella. :Re~ella .en el sentido en que, por . rnundo indiferenciado. Tiene, por el contrario, un vívido senti-
1ei•m:lPlO, el Barleby de Melville dice "prefiriría no hacerlo", o en 1 miento del otro, de los niños que están con él, y cuando esos ni-
1
el modo en que el niño de Diderot rehúsa decir a por la sencilla ño& gñtan, se precipita sobre ellos y los sacude violentamente
180 ,Jacques-A lain Miller ¿Producir el sujeto?

profiriendo sonidos inarticulados. Hace lo que se llama la poli- Puesta en escena de la castración, donde es el órgano el que sir-
cía, que constituye un comportamiento totalmente diferenciado ye, ~tedo"ttf!t"'SlgniDcanTe: escenografía de la producción
respecto de sus semejantes. Entre ellos diferencia absolutamente
a los adultos, respecto de los cuales usa el significante "Señora".
del..wjeto. c. o

En las neurosis, el fantasma ocupa ese punto de falta. El obJe·


A los adultos, a Rosine Lefort por ejemplo, les muestra qué to a sólo tiene valor por contener la función de la castración.
, tiene en su caja. Desde entonces, desde las primeras observa- En las psicosis, el~QiE:to. a del cual se trat~ .e!(P~_roYe~orque
/ ciones, vemos diferenciarse dos formas de alteridad y está en él no está incluioo·"eíf~) de la castrac10n ~áf\' Y por
claro que reproduce en espejo lo que podemos suponer acerca eñ<fet~)funciona ''naturalme~lte" como pa;g.,s_ª_del_?!'!s~..P· El
del comportamiento de su madre respecto a él, y, por otro lado, paranmco lo compensa inventandose comh-·:cau~-~ un deseo
( el Otro, ya que es capaz de tomarlo por testigo, lugar del Otro
infinito y debo suponer que el ll~rp.ado esqmzofremco __se.e.ntre-
\\suficien~mente constituido y diferenciado de la intolerancia gu_Ja. <i~J:~licción del dese,r1 •
que manifiesta a sus semejantes. Sostengo pues· qtie la psicosis es asunto de s~~eto, pues ella
Las tres primeras sesiones de terapia giran alrededor de un incluso nos conduce a los confines de su producc10n.
objeto, el biberón, introducido en su perímetro por Rosine
Lefort. Basta leer la observación en su detalle para darse cuenta Observación:
de que este objeto es tratado por él de manera absolutamente Vale la pena que dé el materna en el que esta comunicación se sostiene:
diferenciada con relación a los otros objetos del cuarto. El niño
a ~ .
erige ese fetiche, podríamos decir, lo endereza, y luego lo aísla
de todos los otros objetos de ese cuarto. Por el contrario, corre- s
lativamente, amontona objetos en el regazo de Rosine. Después
de tan sólo dos sesiones de esta práctica, se lo encuentra en lo
alto de la escalera haciendo oir un llamado patético, desgarra- Nota
dor --la palabra llamado está ahí bajo la pluma de Rosine, en
1952-: "¡Mamá, mamá!" (hará escuchar nuevamente ese lla- 1. Juego de palabras entre cause (causa) y causette (charla). (N. del T.).
mado en la sesión siguiente).
La conclusión: al término de esas tres sesiones, marcadas por
la erección de este objeto separado y el llamado a la madre, este
niñito trata de cortarse el pene con tijeras de celuloide delante
de un grupo de espectadoras niñitas.
Esta articulación demuestra hasta qué punto los maternas de
Lacan están construidos a ras de la experiencia, donde nada so-
bra (ver la navaja de Occam, que aparece donde debe ... ). 1) Ma-
quinaciones alrededor de un objeto aislado y erigido, en su so-
ledad unaria. 2) Invocación del significante materno frente a
la extensión de un vacío, que no es abusivo caracterizar como
simbolizado por la ausencia de la madre. 3) Intento de auto-
mutilación del pene. ¿Hac~ fal g_ªc.as.a...elucubr.ar {:tema§!ªdn..pa- ,,
r~_ capt_ar_ªq_y__.ü¡ue elHa~¡u;)Q.,lwcb'*~la.~í.cación1íli&a~-Cl\le .
.!;!ntraña la exigencia de <_n menos ung)en.la,. Míaá .ml,que,c~a-
Jo_l!().~s,_m~ts<oqys_!IJ!P.!L~---- __ _ qq_~--~J.n~~u~!..~Pl~s.
se salda ._por~ta··tentativa de realiz es~stracción en l~al?
¡Des-sentido para las psicosis' 183

¡DES-SENTIDO (DECENCIA) PARA LAS PSICOSIS!! No tuve, ayer, la ventaja de escuchar la exposición de José
Guey, pero si me atengo a lo que apareció en la discusión que
cerró la jornada, a la que sí asistí, él ie armó cQll.~sta_ob~~rva­
ci_é~.<f_e Lacan: "~~la..len~y~s;¡ue ha?!L.'. ,.J ~-
-Pienso que aca no tengo necesidad de aportar mi asentimien-
to, sino para destacar que ese hecho es una ventaja del psicótico.
El es quien tiene razón. No~~~li)JD.Q.~_fg_l)«?.C~.~J~I?:g~.~ue
hablamos?..~~J,l,J_ª_:Z:911 ,~;te..que..4\,.¡:,Q.Ul~s. ~: una-ílü]9n. El
sa"t)er de la lengua desborda en mucho el conocimiento que tene-
mos de ella. Sin esto, el psicoanálisis, en tanto freudiano, es im-
pensable. Es la fuente misma de la interpretación.1 ··
Estoy encantado de tomar la palabra luego de un orador que Evocar~~ ga~-¡;-prime-radelas-Entretiens sur la mé-
tuvo la feliz idea de anunciarnos que era buen padre de familia, taphysique Cle Malebranche. Cuando el filósofo conduce a su sa_-
por lo que sus hijos no eran psicóticos. Tomó así partido en la de estudio a aquél a quien enseñará filosofía, cierra las corti-
cuanto a la etiología de las psicosis. nas lo instala en la penumbra (evidentemente no lo acuesta) Y
Puesto que incidentalmente evocó un trabajo emanado del cu~do el aprendiz le confía su esperanza de que la filosofía le
CEREDA -el Centro de Investigación sobre el Niño en el Dis- descubrirá una región extranjera y maravillosa, le replica: "Os
curso Analítico, animado por Robert y Rosine Lefort- también enseñaré, tal vez, que sois extranjero en vuestro propio país".
diré algo sobre el mismo. No es una asociación ni una escuela. Y bien, diría que la invitación analítica es ésta: "Aprenderás,
Es un lugar abierto, no un puro significante, donde de modo tal vez, la lengua que hablas". La interpretación no tendría valor
muy libre, y .sin forzado respeto por no sé qué ortodoxia, gen- si no se apoyase en este dato: la lengua es Otro; escribámoslo
te que trabaJa con niños con una finalidad calificable de tera-
péutica trata de conceptualizar y, a mínima, enunciar lo que ha- con mayúscula.
ce. Esto da lugar a exposiciones que después se publican. Tal Que esa lengua sea Otro no impide que sea permeable a inven-
manera de obrar me parece la más apropiada para preservar la ciones de lenguaje. Es lo que sucedió con Freud, quien, en el
invención en psicoanálisis. Hay más oportunidad de que la in- desbrozo mismo de su descubrimiento, forjó un lenguaje. Eso se
vención en psicoanálisis provenga de esos jóvenes que de aqué- hizo una vez y no se rehace, estamos tras su ruta. Lacan nunca
llos a quienes a veces la rutina de la experiencia adormece. Hay negó la calidad de psicoanalista a aquellos que no lo siguieron en
oportunidad. Hay riesgo. No lo penalicemos. su "retorno a Freud". Por el contrario, a su juicio, el psicoana-
r Uno de esos textos atrajo la atención. Sin duda, tomar par- lista como se debe es freudiano aun cuando lo sea sin saber por
! tido en todo p~:- el ~ill<:~n,sciep,te_.cllo.c.a.._cOJ:lt!.a. ~J.Jlu~n_ ~J?.tido. qué. Es así por el sólo hecho de que respeta la estructura freu-
. Pero:_¿de que s~ trata smo ~e esto, ~.saber,~~~ diana de la ex.periencia. Sería un error reducir las estr~ctura~ ~
¡ un n3!l2...~.~s?~_el p~~tode.Y}.§j;P,_@rultii!Q+~~c.!~Y~~~dad_del de_seo planos teóricos de los que se eligiría uno u otro. El psico~ah­
sis no es compatible con el nominalismo: implica el reahsmo

L
~~adr,:.s? Y m.u. y espe·.·.c.. I.a.lmen. te cuando eT siñtOñíá'1ñriiflfil
aparetce llehi~atab~ J~~1~!ll't ~-~-!.a___ ~~~~· de suerte que el niño
1
(sí, medieval), el realismo de la estructura.
resu1 a o~e.o w(;l _a magre\ El inconsciente ex.istía antes de Freud. La invención de Freud
P~~ferirla sin matices no condena, sin embargo, a esta aproxi- l. es la de l.l.Q.~ü.§iti:Y.c. estructl.u:a&lQ,.ill!~.~.P.P~~-~---!rabajar al su-
macwn. jeto del it}conscien4e. Por ponerlo a trabaJa~ en e~a e-stn:ctura se
Pero voy a la cuestión. Ignoraba, a decir verdad, que este co- -"-d'e-srtrende'f'l.·tiertc:i~fes!_os y s~.Y.~el::~ posibles c1e:ta~ mte:ven-
loquio se ubica bajo el título "¿Estructura psicótica?" y me <;ione,. A este respect<J, la estrucfura ~ht-cle-la-pr.áGtwa misma.
veo reducido a improvisarles esta charla. ' Ptffeso no hay teoría del inconsciente, al que no se contempla,
---------===-=-------
184 Jacques-A lain Miller ¡Des-sentido para las psicosis! 185

porque fulgura. Si hay teoría, no la hay, propiamente hablando, mos confrontados al silencio del paciente: nos da la subjetiva-
sino de la práctica analítica. ción de ese silencio.
La tentativa de Lacan ha sido pues la de decir en qué un psi- - La psicosis tambi~g.,_p.OXl~ en evidenciª que el sujeto, según su
coanalista es freudiano. Construyó al efecto una terminología pr~~e,~timol)i_o(es ha~. Ayer se retomó esta fórm__u_la. q_u_ e
propia para captar lo que a su juicio dice Freud, es decir, lo que ya esta en el Dil;cu~6" d~ oma de Lacan, en 1953. Respon~e,
descubrió, de qué habla. No para captar la significación de ® hecho a la definición más general de sujeto y no sólo a la del
su ·eto-(fe'la-locu -"~··ETsú]ero-esro q~"dtcé-c~aJ:i<i.O:?'fEa.:~~un
~~~~~J:~1;~;~¡~~ &ontextQ,ñ ~~ii~ "~áque~n bueñ~'tema>rl:·-se'reprocfi6 a Lacan conser-
~.rti?-§<?.};~~~jgni!.ü;a~ii>n. ~eAtidA~~­ var-la referencia al sujeto, en la época en que la moda era pres-
tido~ E,íempTo: una fórmula matemática, co .t tiene sentido cindir de la misma. Pero conservar el término afectándolo a una
pero no significación. Lacan, para indicarl egacio ~entra- instancia y~..,.no constituyente sino ~O~§tjt¡¡j¡;l~ .~Q,WQ _e~~:kl ¡;le
?a~~_l ___s_~~~i~~.~n el mo~e.nto mi~~o- en que se p uce.lla~ ~ificante ~es..hacer desparecer con IJ?-li.~.~e~EI<!!!~)~Ill!_~I~J1 ~-
~S-S!(ptJdo . Certc vambien, a .[eSpetar partiClJlar!Jlente ijg).J.a.,que .allí s~ §ostenía. l' -
cuando urío se atreve a blar de psicosis. i ···· - - ~- ·""·'""-'-~-~-- E~.s.~j~~e. ?.~9.llS~sg habla ~Tie~~-_g~e ~urgir ~e u?
AquCiá--decenCiaj:>úede hnpliéai- dist~cia. ¿No es sorpren- on on nmano oe SI IliC es cosa que eVIdencia la psicosis
dente que Lacan sólo haya hecho lugar, en su seminario, a las parano . s a u Ima nos e9I1_~ _e~-s~._Euedo decirlo, a los orí-
psicosis, por el sesgo elegido por Freud, a saber, el escrito de genes del sujeto, a su&"aí:i"sación ~imo~ TeneiiJ-os_~~( ªun
'-~hreber? s~jeto_ que no de_sis~e_q~_.l\r ~Pftri¿jpjj~R~.~<:Lu_,~-R-ªU~.e,n el
m!l_@o,~~~~~:¡blci W..él. Se trata de u_ n discurso maley.ol~Laemos­
/ Lacan fue el primero, en Francia, en retomar la lectura de las trativo de q e se lo tiene entre ojos . ._
Memorias de un neurópata del presidente Schreber, en el mismo - Tal puesta al descubierto también se capta en el testimonio
momento en que veía la luz una edición inglesa. Era un texto de sujetos sometidos al au;uullati§WQ meJJJ¡al, para retomar la ex-
olvidado desde hacía mucho tiempo.
presión de clerainbault .. ~estimonian ~-~~~~a:
- T?do ~u .f.§!~. ~ropósito de ~a psicosis, .g,g,ti~~ QWg~n ,., que toda alabra es erwtida or el Otr :'1\f'osotro"S somos qme-
. '"'" ~Q>!;l~ ••drui:~~JJi. . Jª_J2§11;!.2_S.!~.l!:'?-t~Íl:.ln!o. ~ su¡eto~'5
sentido SI n e · -· · · ''--
. nes nos enganámos con nuestro . o a lo", y es lo que condu-
Esto quiere decir que no se trata de evaluar al15'~ó"'eñ'"tetrmtios jo a Lacan a un inversión que no so o remcluye ªLs.ujeto en la
de~ o de -dj~n de funciones, lo que no cambiará en humanidad, sino que también interroga: ¿CQ.ID!? ....'!9., ~~!'.,RRÍ-GÓti­
nada con la deternñnación molecular de la psicosis que noi-pro- co? No serlo, '·en: eíe'cto; p~ece m~§.J:rumQ~!lª-.iY.ral,Q.l.W. se:rJo.
meten p~a mañana: _el suj~to tieo~Ql.l-El~f.lW~l~ cog ló-')AW icómo es que el discurso deTUtro queda encerrado en 1~ esfera
la ~liltt::tWl&Já....No olvulemos que F!eud situa al delirio como una de la subjetividad? ¿Creen ustedes, acaso, que haya aqui perso-
t~xa.Q.e.s;;ijraciful. No es la enfermedad; por el contrario, es nas que tengan cada una su pensamiento? ¿No sienten que vehi-
eUestimonio.Jle... (Ul~~L~Ej_~to emerge de la catástr()fe por la.sig" . culan un rumor y transmiten tradiciones?
nificación que elucubra. Es en esto donde podemos situar en la Evidentemente, junto a los psicóticos están los obsesivoK,
psíc~~1i:Y.rüii9"":íil~I.if9 de "muerte d~!~eto": püriio-cefóaoñd'e quienes se sitúan e~~g,tlabe-rinto..de..s.u.J)J.:Qpj_Q,.Q~!l_s_a,I!!~~!!~Q~ Es lo
la significación se evacua por conttmt15:-r'
que explican en análisis: CÓ0!9. ~~gJ~~J!!?-2_~<:!~ pensar? cómo fll'
Hay buenas razones para referirse a Schreber, razones freudia- e~~-par-si,@smos .... t ·· ·-·
nas. Freud tenía un diagnóstico muy preciso sobre el caso, el Lacan, en sus presentaciones de enfermos en Sainte-Anrw, 11
~raepeliniano de dementia paranoides. Transpuesto a nuestras menudo daba su diagaóstic~ de psicosis bajo esta forma: ·~1
categorías, ese término ubica a Schreber entre esquizofrenia y ~J!S_Qerfect~men_í.E n_o~?Jal:; _Er~--"~~gr1ificar, precisam«"nt.c•,
paranoia, lo que hace su caso inagotable, válido en una vertiente q__ue el_ sujeto iea¡a lam.tmc1~n de I~ que.hai.IJ,&U.ut.
u otra, y que nos informa sobre esos momentos en que queda- No'-siiñúiei1saoe"riá~ llStedes; cuando t~pgan que vérselas ('Oil (•1
186 Jacques Alain Miller ¡Des-sentido para las psicosis! 187

~ndarse en l i noranc¡;_ct;¡;¡~n a u~ e_tia disc;ie,tiB!l oSUfdmiente- atroz..; ·de desamparo fundamental.


(¿!;~:~I~¡~~ie: la téffiu~~T~gii1~~lj-~~~~r-·~:can. Lo fue para trano,
se confunde con n · Q~!.~~hazad9l. Por el con-
pro ege cuando se fuerza a 'pénsar continua-
fines críticos, pero es cierto que ella misma se ha vuelto opaca mente, y es en el momento de "no pensar en nada", como él se
con el tiempo. Escuchando a aquellos que se remiten a Lacan y expresa, cuando cae en esta posición. Vemos, pues -era mi hi-
a su enseñanza, y que hoy son de obediencias diversas, podría pótesis-, como estallados, los dos términos que Lacan destaca
creerse que algunas palabras clave bastan para abrir todas las especialmente en la estructura del fantasma: de un lado el suje-
puertas. Sobre algunos temas se ha desarrollado una vulgata la- to del significante, del otro el objeto a.
caniana. Por ejemplo, en cuanto a las psicosis, dl!_rant~_mu<;_ho Además, si hay un caso clínico que nos obliga a hablar de
tie~PQ_~~•.E_~- limita,do e! aporte de ~ac~~~-~~nto ~Ü~st~ sobre otra cosa que del placer, si hay una experiencia del cuerpo que
~forclus..I.2~. ae.LIY:c::>~~~-f11~I:.t~are. -y aun asi, ¡como seTona excede todos los límites de la homeostasis, ése es el caso y la
eñtéñdiao! ¡Como aconsejar a la madre que especialmente haga experiencia schreberiana, a la vez, por un lado, en el extremo . ,.,/"'
referencia al padre! del goce que obtiene en sus relaciones con el Otro divino -y;- _.- ....
/ ' Luego de su seminario sobre las Psicosis y de su escrito "De por el otro, en el desamparo y el sufrimiento innombrables en y
f una cuestión preliminar", ya no se encuentra más en la enseñan- los que cae. He llegado hasta comparar el vaivén del goce entre 1 -,.
za de Lacan un gran desarrollo sobre las psicosis. Por consiguien- Schreber y el Otro divino con un Fort-Da divino. Por lo demás,) ( ',~:·: ~
te, he pensado que hay mucho para descifrar por vía de lo que es sorprendente que en el texto mismo de Lacan, el término ·\ --:; ;
llamé una lectura "retro-activa": r ctualizar el abordaje de goce -que aún no había elaborado y matematizado en esa
e la psicosis a artir de los avanc · ·. época- sólo figura dos veces, y como al pasar, a propósito del
¿Cómo no i a a repercutir a iñvencióñ-aefohjeto a sobre la goce transexualista en tanto imaginario.
teoría de l~ psicosis? H~f!siq~ .Q~e,--~~JE..I?Uta e.L~e..!l~,ido • Si hay algo al descubierto en la psicosis es la función del~ . r
fie la E:l!~~n~obre las psicosis si seCieScon<?.9.!da 0
~-nción. del\c;>bjeto ti';).htJtmGióriA~L.Kq,ªeJ Por eso; en'fa Sec- bj,!;~á.qct_~ enseñan~~
error reducir la -de Lacan a la función y ,_.'J
cioñ"Ctíh1'ca··ftef"r>'épartairiento ~ae'Psicoari'álisis, comencé la re- el campo de la palabra y del lenguaje. Precisamente esta posi-
lectura de las Memorias del presidente Schreber, puesto que es a ción permite darse cuenta de que no todo es significante en la dn 'i2i\
lo que todo teórico freudiano de las psicosis debe confrontarse. experiencia, C~chreber .s!e •.somo oWet?ws~ t~a~a de up J.)
Observen que Freud, después de todo, conoció psicóticos en momento de e.lli~Sion~~.~W.iL~~ij;.--~-<
su práctica, aunque no tanto como Lacan, psiquiatra de forma- 'Tncüañto attfttltc::r~resente coloquio, diré esto. - ordar~
ción, o como Jung y Bleuler, médicos hospitalarios. Y es nota- las psicosis por el psicoaná,lisis no es la única manera de hacerlo~__.)
ble que se haya fiado de un escrito de un paciente con el Se puede abordarlas como psicoterapeuta --vemos sus efectos- 1
e jamás se encontró. Algo apropiado para mostrar que para o por la q_,tlimioterapia y también comprobamos efectos, de ta-
eud el lenguaje, y no el "contacto vivido", era una referencia ___ m... iento:_ ~-er]Q .áborJi¡¡rl::~·::Mlló 'f'SÍCOfi:R~a ee AltMSJlo tl
po_n_._.a '
encial. W.!!:ttr<:le)M.~~iaü·tt' 6¡¡¡p;..-. ____ Eu~J.ema~ds ..L.aGan~-1965:
mismo Lacan practicó aquí una lectura retro-activa, pues las e.structuras. f:t:eudJmªs ~nJas psicos¡s, El titulo "¿Estructuras
cuando Freud abordó el caso Schreber no había elaborado, psicóticas?" es insuficiente p~ . PX.Q.blemªt.i~ru"Jª._pr~g\111!.~.: Ya
como lo haría más tarde, el coi:r!IJlejo de castración. Ni la fun- se han ocupado del sentido de las estructuras a fin de los años
ción del narcisismo. ····· '50, cuando se nacían coloquios del tipo "¿Qué quiere decir la
No quiero exponer en detalle esta lectura retroaétiva de La- palabra 'estructttra'?" No vamos a rehacerlo a fines de 1983. De
_M!_n o la que puede hacerse a partir de Lacan sobre Freud. Mi lo que se trata es de sa.ber si hay o no estructuras freudianas de
.· punto de partida fue el "dejar caer" de Schreber. Es el término las psicosis.
por el que denotaelmQ_mento de su sep;:uación del Otro divino, De hecho, el v~o iít:;ulo elegido es el precio a pagar por esta
~ Jacques-Alain Miller ¡Des-sentido para las psicosis!
"---···-.
apertura que hace valiosa la invitación de Gori y Poinso: permi-
jj,nitg., verdaderaruente.Jnédito ~~~~!;}o. Es pre~_iso buscar en ~i" -- /
tir a gente muy diversa, aun cuando todos se refieren a Freud, délírio mismo del psicótTc;"o-ia~'onl'"esiOn del gumo, del anuncio i
encontrarse en una misma tribuna. Por mi parte, es la primera 0

tr~s~~o~E~s_in.u.~~
~.:.i{fr·T·o·-s~.=:e~·.h~a.b~~
~ ~!. ~La:.·.te·s·.·g·o·~ .f.~i· ·i·.·a.-~.~.re;~ J~:J
vez en veinte años que me encuentro en un coloquio, no en 1
compañía de gente con la que no estoy de acuerdo, lo que des- iiiOde una feminización. Por eso, para el, MuJer existe. Es el.
pués de todo me ha ocurrido, sino con practicantes que pertene- . ..
cen al Instituto. Esto merecía destacarse. Aquí he tenido _9ue opo!le~ ~a ,ÍQWY§i(:m del s~nifiéante ~le~ p~­
dre y la fot;.\flUSIOn_~~el slgnificante:fe'"-rá!Wíf:t:""S'Sir ~ntmomi­
,..,-Las estructuras freudianas es lo que de entrada innovó en la
ciis. Es por;,,kg,l4uJer que se estabiliza la :~~;I..._,te de
(~rí~-.9-~..•!.a_,s__gsico§is. La J?._}j~~ra idea de Bleuler, desde 1905-
-, fiJ.~a.Dih~ar los delirios a partir de 1ó qtie ITariiaba los "meé;:a-

~~~~;s ~:s~i~~ti·!l~~~r~~l?t~~~!t:~~~i:rt~r:!;~~-~---
Schreber.' · --·---A~~-
·. En el examen de la psicosis: cherchez la fe m me. Buscad
mujer en el sujeto. Es el estigma clínico ~ás seguro de ~~ forclu-
r:)
sión del Nombre-del-Padre. Todas las variantes del dehno -ho-
turas y categorías desprendidas por Freud de las neurosis. Abor-
mosexualidad, travestismo, transexualidad, etc.- tra~ucen, en ~-
dar directamente la psicosis por el sesgo del mutismo esquizo- el modo de su delirio, la in.fi.n.iti~$1 go~. La formula fa:- \
a
frénico es_la p~erta~aoieita ~odos los delii-l.os, teóricos\peleuze mosa: "Lo que está forclmao éle lo simboliéo reto~a e_n_ lo 1 ,
y Guattari están un poco olvidados hoy en dia, luego ere su im- real", se completa así: lo que está forcluido de_,lu..Simbohco ~·,1
pulso de hace diez años. Pero abordarla como psicoanalista es
hacerlo a partir del Padre revelado en la neurosis. como Nombre-del-Padre retoma en lo re~l como@~ce de~ Otro:; .-4
A este respecto, la homosexualidad ~~:r:rura
La "~táfora paterna" euw.a .solución, élggantE!. que .articula que ver con la ho~d~~~~to, para Phihppe
.f~n~i~n""~tP~~-~~9:1lJ~5l~ ..,!l3: ~~s~':"!,~ió!l Las rep~~ ~ñ las Gutton. ·· ·· __] .
OS" Vertientes Oel Significante y e} SigrnfiCado: el SignifiCante Normalmente, hay en la especie una forclusión del significan-
el p. ad,re. (.No.. m
.. b.· re·-.del-Padre), el significado del falo (o signifi- te de La Mujer. L~]l del N<-!~~e-del-~2~~.J.ie!;e.,JJOr f~
~~_imaginario, -~~g~kivizade en la castración).
n "él"aétíiió'de Schreber, precisamente, Diot.-Jl....el orden del
ndo ?~cen dos. El Otro del q~?~ se trata, el(QJ~~dJv~o, no
1 ..
efec·.·to hacer existitt;'JA MÜf~~ P~~],~~ ri ~I~]J"~.t.~~~g~"~~t.Y-
bíerto. De la pSicosí~w~··aesprenderse a voz en ~anto ooJ~, o
como tal, desapercibido por Freud, o el objeto mirada, tamb1en
dentlfiCa en absolut~-~~RI1J!:L1e)! ~in o, bien Ptff'leréoiü!arw, debido a Lacan.
·~. e}•.g~,gJ??~:"E"est~:r~ ~~7-acañ'·u~trüi ·er Nombre- Habiendo hablado bastante, no evocaré aquí las suplencias
<té1;:p""a:d'r~; es itrilfie ttai
-'é

gnifiCaciOn al " eJar cae,r", que es


el_ dest_ino común_. P_o~ et--~~det.;Padre·e· · ., ca '' se del Nombre-del-Padre ni esta extracción del objeto a que des-
taqué por pñmera vez en junio último y que encuentro, con
remsc:I~~.-~n--~-1 SJ._gJJ,Ifi_C,:l;l_I}J_e __c?.~-~-~a o.. s a ... . 'dejar
Pl.~.fc§º .. ~n _stu defecdto,t_~:uJe. ~~...:- cotns~~~-~-~s_c~l~-~-~tre
1
placer que nuestro amigo Maleval ha utilizado.
nn u o ce sm Imi e y un es I!11!!-é;IJ"l9 _au.so~ · ·· · · · Esp~ro ahora del debate que seguirá el estímulo de UIW ~-
· ~á1ó""'íñocí'etii el ~--·e:··~a·: 't6'!q~e implica que las troversia. ··
;;:::-¡mu~ eStén~~-2~~~-~~-~
hu ~~--sa2_~)a,s_gif!cJIJtªpes
ce.
encontradas por las psicpananstas · parª~J<?.~ELiiz?!__ ~l goce feme-
híno. Las.J~Ilt~tivas hechas para repartirlo entr~ lo vaginal y lo
clitoridi~() ~ólo denot~n el esfuerzo por distmguli- la: párte ,..\.
fáiiCiiQel .í · o.t Notas
~· f-c"''sT ¡;·· · ión ate - · ~:cd~l._soce a{ falo ~a psicosis
,'-{~ ;orf~-ª~4~ion:u(;;?~:!~~~~·~~
1 Dé-sens, des-$!n"tido, es en francés homofónico de décense, decencia.
equívoco cora el que juega el autor. (N. del T.).
2 En francés sujet significa sujeto y tema (N. del T.).
INDICE

I SOBRE LA ESTRUCTURA

Acción de la estructura . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7 ~
La máquina panóptica de Jeremy Bentham . . . . . . . . . 24
Teoría de !alengua . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 59
La topología en la enseñanza de Lacan . . . . . . . . . . . . . 79

II CLINICA Y REAL

Otro Lacan .................................. <i§7'


Despertar . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 117
No hay clínica sin ética . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ®

III ESTRUCTURA Y PSICOSIS

Suplemento topológico a
"De una cuestión preliminar... " ................. 135
Enseñanzas de la {)resentación de enfermos . . . . . . . . . 155
Mostración en Premontré ....................... 169
¿Producir el sujeto? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 175 ,
¡Des-sentido (decencia) para las psicosis! ........... 182

También podría gustarte