Está en la página 1de 2

El cerebro emocional

La emoción es un impulso que mueve a la persona a actuar, la raíz etimológica de la palabra viene
de el latín “e-movere”, es decir, “ir hasta” que al final se resumen en: ataca, escapa o lucha.
Una emoción no es más que una reacción química de nuestro cerebro que nos mueve a actuar con la única
finalidad de garantizar nuestra supervivencia.
Cada uno de nosotros viene equipado con unos programas de reacción automática o una serie de
predisposiciones biológicas a la acción, sin embargo, nuestras experiencias vitales irán modelando con los
años ese equipaje para definir nuestras respuestas ante los estímulos emocionales.

RESPUESTA CORTA – RESPUESTA LARGA

Una vez que percibimos un estímulo del mundo exterior, la información pasa por un filtro que
evalúa si el estímulo puede constituir un peligro, es inofensivo o si es desconocido, ya que para nuestro
cerebro lo desconocido siempre puede constituir un peligro. Si la información es relevante, es decir cumple
con alguna de las tres anteriores, se dirige hacia el tálamo.
En el tálamo es donde se integran los estímulos percibidos por los distintos sentidos, una vez
integrada, la información se bifurca en dos vías, la primera vía que es más corta y rápida se dirige hacia
nuestro sistema amigdalino, lo que se denomina el camino corto y por otro lado hacia la corteza cerebral,
lo que denominó el camino largo.
Por el camino corto, el 5% de la información recibida se dirige hacia la amígdala, centro de nuestra
memoria emocional, que reconoce y evalúa el estímulo como: peligroso, beneficioso o intrascendente, es
decir, si el estímulo puede producirnos placer, si es beneficioso para nuestra supervivencia o, por el
contrario, si puede producirnos dolor y por lo tanto es perjudicial
El banco de memoria amigdalino registra todos los estímulos recibidos y los evalúa como placer o
dolor, los relaciona con una emoción y los guarda para saber cómo actuar en el futuro de forma inmediata
ante estímulos similares. Este banco de memoria es básico y sólo responde de las siguientes maneras:
Si interpreta que el estímulo nos puede aportar algo agradable deja que la información se dirija al
Núcleo Accumbens, conocido como el centro de anticipación de recompensas, donde generará emociones
que provocarán conductas de acercamiento, especialmente con la liberación de un neurotransmisor llamado
dopamina que nos generará un deseo irrefrenable de conseguir dicha recompensa. Por otra parte, si
reconoce o interpreta el estímulo como peligroso (dolor), generará emociones que nos provocarán
conductas de alejamiento, con sólo dos respuestas posibles: ataque o huida (la parálisis la consideramos
como otra forma de huida). En este caso se activa el hipotálamo, quien se encarga de preparar al cuerpo
para el ataque o la huida, regulando nuestro ritmo cardíaco, tensión arterial y provocando que la sangre se
concentre en los distintos músculos que nos permitirán correr o luchar.
Como puedes ver, hasta aquí la emoción es un sistema de defensa del organismo para garantizar
nuestra supervivencia, donde se generan reacciones químicas que nos mueven a actuar de forma inmediata
e inconsciente en un sentido o en otro, dependiendo de si se trata de un estímulo que puede generarnos
placer o dolor. Desde el ingreso de la información a través de los sentidos, su evaluación, respuesta
emocional en el cerebro y cambios en el cuerpo, solo pasan unos125 milisegundos, la mitad de un parpadeo.
La segunda vía dirige el resto de la información hacia distintas zonas de la corteza cerebral, a este
recorrido Joseph LeDoux lo denominó el Camino Largo. Por este camino, la información recogida por
nuestros sentidos tarda en llegar unos 375 milisegundos, es decir, tres veces más lo que la misma
información ha llegado a la amígdala. Por esta razón, nuestras reacciones emocionales, al ser mucho más
rápidas e inconscientes, son muy difíciles de controlar. Una vez pasados esos 375 milisegundos, la
información llega por fin a la parte más evolucionada de nuestro cerebro, los Lóbulos Pre-Frontales. Allí la
información es evaluada de forma racional, somos consiente de la situación y juzga si la respuesta del
Camino Corto es correcta o no, y si es necesario poner freno a la respuesta o seguir adelante con ella.

También podría gustarte