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PRINCIPIOS GENERALES BÁSICOS DEL DERECHO INTERNACIONAL

HUMANITARIO.

Los Principios generales del Derecho Internacional Humanitario representan el


mínimo de humanidad aplicable en todo tiempo, lugar y circunstancia y sirven,
fundamentalmente, para interpretar las normas aplicables en los conflictos
armados.

PRINCIPIO DE HUMANIDAD.
Se debe tratar con humanidad a todas aquellas personas que no participen en las
hostilidades (incluso miembros de las Fuerzas armadas que hayan depuesto las
armas y las personas que hayan quedado fuera de combate por enfermedad,
herida, detención o cualquier otra causa).

PRINCIPIO DE IGUALDAD ENTRE LOS BELIGERANTES.


La aplicación del DIH no afecta al estatuto de las partes en conflicto, ya que el ius
in bello es independiente del ius ad bellum, de forma que una vez iniciado un
conflicto armado se aplica de forma indiscriminada a todas las partes enfrentadas.

PRINCIPIO DE NECESIDAD MILITAR.

El DIH establece un delicado equilibrio entre las necesidades de la guerra y los


condicionamientos humanitarios, de forma que no se deben causar al adversario
males desproporcionados en relación con el objetivo del conflicto armado, que es
vencer al enemigo. Supone optar por el mal menor para no causar a la parte
adversa mayor violencia que la exigida por el desarrollo de las hostilidades.

PRINCIPIO DE NO DISCRIMINACIÓN.
Se prohíbe toda distinción desfavorable en la aplicación del DIH por razones de
raza, color, sexo, lenguaje, religión o creencias, opiniones políticas o de otro
género, nacionalidad u origen social, fortuna, nacimiento u otra condición o
cualesquiera otros criterios análogos. No obstante, puede haber diferencias de
trato, en beneficio de determinadas personas, con el fin de solucionar las
desigualdades derivadas de su situación, necesidades o desamparo.

PRINCIPIO DEL DERECHO DE GINEBRA.

Las personas fuera de combate y las personas civiles que no participan


directamente en las hostilidades deben ser respetadas, protegidas y tratadas con
humanidad. Se refiere este principio a los heridos, enfermos, náufragos, prisioneros
de guerra y población civil, víctimas de los conflictos armados.

PRINCIPIO DE INMUNIDAD.
Las personas civiles y la población civil gozarán de la protección general contra los
peligros que procedan de las acciones militares. No serán objeto de ataques la
población civil como tal ni las personas civiles que no participen en las hostilidades.
Se prohíben las represalias contra personas y bienes protegidos por el DIH.

PRINCIPIO DE PRIORIDAD HUMANITARIA.


En los supuestos de duda se debe conceder prioridad a los intereses de las
víctimas sobre otras necesidades derivadas del desarrollo del conflicto armado. Las
normas de DIH han sido elaboradas para garantizar la protección de los que sufren
las consecuencias de la guerra y deben ser interpretadas de la forma más favorable
a la defensa de sus intereses.

PRINCIPIO DE DISTINCION.
Las partes en conflicto deben distinguir en todo momento entre la población y los
combatientes. Los ataques deben ser dirigidos únicamente contra los combatientes
y no contra la población civil. Se hará también distinción entre los bienes civiles y
los objetivos militares. Los ataques no pueden ser dirigidos contra los bienes
civiles.

PRINCIPIO DE PROPORCIONALIDAD.

Se prohíben las armas y los métodos que causen a las personas civiles y a
sus bienes daños excesivos con respecto a la ventaja militar concreta y directa
prevista. Así, se prohíbe lanzar ataques cuando sea de prever que causarán
incidentalmente muertos y heridos entra la población civil, o daños a bienes de
carácter civil, o ambas cosas, que serían excesivos en relación con la ventaja
militar prevista.

PRINCIPIO DE LIMITACIÓN DE LA ACCIÓN HOSTIL.


No es ilimitado el derecho de las partes en conflicto a elegir los medios y modos de
combatir contra la aparte adversa. De manera que existen medios (armas) lícitos e
ilícitos y formas de emplearlos (modos) permitidos o contrarios al DIH.

17. LA PARTICIPACIÓN CRIMINAL.

CONCURSO DE PERSONAS EN LA REALIZACIÓN DE LA CONDUCTA PUNIBLE:


EL PROBLEMA DE LA PARTICIPACIÓN CRIMINAL.

En varias oportunidades ha dicho la Corte Suprema de Justicia: “Para ser autor o


partícipe o cómplice de un delito, no es absolutamente indispensable tomar parte en
todos los actos preparativos y de ejecución, sino que basta una determinada actuación
en cualquiera de los aspectos del iter criminis con la intención o propósito de cometer
la infracción, para que se le considere como autor, o partícipe o cómplice de la misma.
Bien puede darse el caso de que uno de los autores del delito no sea exactamente el
ejecutor y sin embargo tenga tanta responsabilidad como este último” (G:J: t. LXXXVII
p. 575).

El fenómeno de la participación hace referencia a la intervención de un número plural


de agentes en el proceso de ejecución de una conducta delictiva, haciendo relación a
todas las hipótesis de ejecución plural de un delito. Tiene su fundamento en la
necesidad de represión de la codelincuencia, frente a conductas que vistas
aisladamente no constituyen infracción, pero que analizadas como unidad son simples
eslabones de una acción delictiva ejecutada por varios sujetos.

Es claro que no siempre que una pluralidad de personas interviene en la ejecución de


una conducta punible, estamos ante una coparticipación, ya que puede suceder que
una de las personas desconozca que se está frente a la realización de un delito o que
el ilícito a realizar corresponda a los tipos penales plurisubjetivos que exigen la
presencia de varios agentes.
El concurso de personas en la realización de la conducta punible es otro de los
dispositivos amplificadores del tipo penal y es entendido como una figura en la cual se
comprende la actividad de diversas personas que, sin realizar por sí mismas el hecho,
generan en el autor o autores la idea criminal, o contribuyen a su ejecución,
debiéndose enmarcar en el contexto de la participación criminal en sentido amplio o
concurso de personas en la conducta punible, incluyendo tanto a los autores como a
los partícipes.

Como ya lo dijimos, el fenómeno de la participación criminal hace referencia a la


intervención de un número plural de agentes en el proce4so de ejecución de una
conducta delictiva, haciendo relación a todas las hipótesis de ejecución plural de un
delito. Tiene su fundamento en la necesidad de represión de la codelincuencia, frente
a conductas que vistas aisladamente no constituyen infracción, pero que analizadas
como unidad son simples eslabones de una acción delictiva ejecutada por varios
sujetos.

La incriminación de tales conductas se justifica de manera genérica en que la acción


delictiva realizada por varios sujetos es más eficaz y por ende más reprochable. La
codelincuencia presenta estadísticamente enorme frecuencia en los delitos más
graves y demuestra temibilidad y profesionalidad en los delincuentes.

La figura se estructura dogmáticamente como un dispositivo amplificador del tipo, pues


extiende la tipicidad a conductas que por sí solas no se subsumen en ninguna
descripción. Recordemos que los tipos penales describen conductas realizadas por
una persona (el que), pero el delito, como cualquier otra actividad humana, presenta
en su gestación y en su ejecución los mismos fenómenos de especialización y división
del trabajo de la vida cotidiana.

El artículo 28 del Código Penal dispone que “concurren en la realización de la


conducta punible los autores y los partícipes”, de donde se desprende que la
coparticipación criminal comprende las figuras de la autoría y la complicidad, la
primera de ellas clasificada por la doctrina en material, intelectual, mediata y coautoría,
y la segunda a su vez, en primaria y secundaria.

Autor es la persona que realiza la conducta típica; aquella que ejecuta la acción u
omisión a que se refiere el verbo rector, ya sea en forma directa, como cuando Pedro
secuestra personalmente a Juan, o en forma indirecta, valiéndose de un instrumento
(medios mecánicos, animales o personas), como cuando el actor deja armada una
trampa mortal para herir a su enemigo, o rompe el vidrio de una ventana empujando
contra ella a una persona que lo mira descuidadamente o está dormida.

Suele hablarse de una autoría inmediata o directa y de una autoría mediata o indirecta,
según que el agente realice el hecho típico material directa o inmediatamente, o lo
haga por intermedio de otra persona a quien utiliza como mero instrumento.

El determinador, también llamado “provocador”, “instigador” o “autor intelectual”, es la


persona que induce a otro a que realice una conducta punible; es esta una forma de
coparticipación que requiere la presencia de dos sujetos: por un lado el “determinador”
que gesta la idea criminosa y la trasmite o fortalece la que apenas nacía en la mente
ajena y, por el otro, el “ejecutor material” que la convierte en comportamiento típico; el
primero es el orientador o el ideador de la conducta punible, el segundo es el único y
verdadero autor.

El determinador puede actuar sobre el ejecutor material valiéndose de orden,


mandato, coacción, consejo o asociación, expliquemos cada una de estas hipótesis:

Orden es la imperativa manifestación de voluntad que un superior jerárquico dirige a


su inferior para que desarrolle determinado comportamiento negativo o positivo. N este
caso, es la obligación que se impone a un subordinado de efectuar comportamiento
descrito en la ley como conducta punible.

Mandato es el acuerdo voluntario entre dos personas en virtud del cual una de ellas –
el mandatario- ejecuta la prestación que otra –el mandante- le ha confiado, en
beneficio exclusivo de éste. Para los efectos que nos interesan, existe mandato
cuando el autor intelectual contrata a otra persona la descripción de una conducta
descrita en la ley como punible y ésta lo hace por una contraprestación económica.

Coacción es la violencia (física o moral) que una persona emplea sobre otra para que
esta realice determinado comportamiento de acción u omisión. El autor intelectual o
instigador emplea coacción cuando domina violentamente la voluntad de otro y logra
que este bajo el peso de una agresión o de una amenaza de daño grave e inminente,
ejecute conducta típica.

Consejo es la instigación dirigida a otro para que tenga determinado comportamiento


que aparentemente le beneficia. Cuando el instigador utiliza este mecanismo, maneja
la voluntad ajena con razones y argumentos convincentes, hasta lograr que el
aconsejado lleve adelante acción u omisión típicos en la creencia de que le convienen,
aun cuando realmente está satisfaciendo la voluntad del acucioso consejero.

Asociación es el acuerdo de voluntades mediante el cual dos o más personas deciden


realizar un comportamiento determinado; en el plano que nos interesa, el acuerdo
consiste en que uno –autor intelectual o determinador- planea, orienta o dirige la
conducta típica, y otro –el autor material- la ejecuta.

Si bien es cierto que nuestro código no precisa las formas que el autor intelectual
puede utilizar para someter la voluntad del autor material, también es cierto que el
artículo 30 se refiere a “quien determine a otro a realizar la conducta antijurídica” y
para lograr ese cometido se debe recurrir a una orden, mandato, coacción, consejo o
convenio.

El artículo 29 trae una definición de autor que no traía el anterior Código Penal,
haciendo una redacción más técnica, sobretodo en lo relacionado con el caso de la
“división del trabajo criminal”. La calificación de autor, como debe ser, queda sujeta a
la importancia del aporte, puesto que de lo contrario se equipararía con la complicidad,
a la cual se refiere el inciso 2º del artículo 30. Es que no es lo mismo “quien contribuya
a la realización de la conducta antijurídica o preste una ayuda posterior, por concierto
previo o concomitante a la misma”, que quienes “mediante un acuerdo común, actúan
con división del trabajo criminal atendiendo la importancia del aporte”, sentando las
bases, la primera de las disposiciones en comento de la complicidad criminal, y la
segunda de la autoría.

Como sucedía en el código anterior, se refunden las figuras de autores y


determinadotes unificando la punibilidad: “quien determine a otro a realizar la conducta
antijurídica incurrirá en la pena para la infracción”, pero se regula la complicidad
sobretodo en lo atinente en la vieja clasificación doctrinaria de antecedente,
concomitante y subsiguiente, según la colaboración se presente antes, en el momento
o después de la consumación de la infracción.

La doctrina distingue entre tres clases de complicidad secundaria: la antecedente, la


concomitante y la subsiguiente. Es antecedente la complicidad cuando el auxilio se
presta antes de que el autor comience a ejecutar la conducta típica, como cuando A
presta a B el automóvil que éste ha de utilizar para perpetrar el delito de hurto. Es
concomitante la complicidad siempre que la colaboración se produzca durante la fase
ejecutiva o consumativa del hecho punible; tal es el caso de la entrega que hace A a B
de un arma con la que éste da muerte a su rival durante una riña presenciada por el
primero. Es subsiguiente la complicidad si la contribución que se presta al autor es
después de que éste ha consumado el hecho punible y como resultado de un convenio
de ayuda verificado antes del desarrollo de los hechos, tal es el caso de quien antes
de hurtar un vehículo solicita a otro que le permita ocultarlo en el garaje de su casa
una vez consumado el delito.

Este requisito de la promesa anterior es necesario porque sirve para diferenciar la


complicidad secundaria subsiguiente de figuras autónomas como la de favorecimiento
(art. 446) o receptación (art. 447), en la que también el sujeto actúa con posterioridad
a la consumación de un delito perpetrado por otro, pero sin concierto previo; tal
actuación en este caso no es de cómplice sino de verdadero autor, porque la actividad
del cómplice subsiguiente suele ser la de ocultar las huellas del delito, asegurar su
producto, proteger a sus autores, facilitar el reparto del botín, ocultarlo, comprarlo o
venderlo.

Entendemos por participación el aporte doloso que se hace al injusto doloso de otro,
bien sea por medio de una instigación o de una complicidad. Por ello, el partícipe se
caracteriza de manera negativa, dado que no ejecuta la acción típica, ya que de
hacerlo sería autor, mientras que las diversas formas de autoría se infieren se cada
tipo penal en concreto, las dos especies de participación señaladas en el artículo 30
quedan por fuera de él, lo que ha obligado al legislador a consagrar la participación
criminal como dispositivo amplificador (con lo cual se amplía la punibilidad de
comportamientos que no tendrían de otra forma ninguna trascendencia para el
derecho penal).

Cómplice es quien presta ayuda al autor u autores de un hecho punible, con


conciencia de que actúa para otro, de que colabora para un delito ajeno. El cómplice
no realiza la conducta típica como autor o coautor, sino que coadyuva a ella
colaborando en forma más o menos eficaz. El verbo que encabeza el predicado es
“contribuya” que sólo se complementa con la advertencia de que tal contribución se
verifica ayudando a realizar el hecho del autor en el momento en que se ejecute, o aún
después de su ejecución y hasta la consumación, siempre y cuando que haya existido
una promesa de tal ayuda, con anterioridad a ser realizado.

Contribuir es, por lo tanto, el verbo rector del tipo amplificador de la participación o
complicidad. Y debe conectarse, lógicamente, con el verbo rector de la figura típica
correspondiente, toda vez que la conjunción de ambas oraciones da a la complicidad
su verdadera órbita jurídica. Será cómplice de homicidio “el que contribuya a la
realización de la muerte de otro” o mejor, “el que contribuya, con el autor, a matar a
otro”, siempre que exista un concierto previo o concomitante ala acción de matar.

Así las cosas, no es lo mismo si A y B matan a C propinándole sendas puñaladas, que


si A presta el cuchillo para que B mate a C, porque en el primer caso nos
encontraríamos en presencia de una coautoría, mientras que en el segundo, de una
complicidad.

Para determinar cuándo se actúa a título de coautor o de cómplice, algunos penalistas


han formulado la denominada “teoría subjetiva”, según la cual “lo que decide la
penalidad como autor o como partícipe en la coproducción de un delito por varias
personas, no es lo objetivamente producido por el aporte al hecho, sino la dirección
subjetiva de la voluntad del partícipe respectivo. Desde este punto de vista, autor será
quien obre con voluntad de autor, independientemente de su aporte exterior al
resultado”.

Para los seguidores de esta teoría lo importante es que el partícipe quiera el hecho
como propio, que tenga ánimo de autor, cualquiera que sea el aporte causal a la
producción del resultado para que sea tenido como autor, en cierta forma se parte de
la imposibilidad de una diferenciación exterior de papel del autor y de los partícipes,
dado que todas las condiciones de resultado tienen idéntica significación con respecto
a la causalidad del mismo.

Otra de las teorías que se han formulado es la denominada del “dominio del hecho”,
según la cual es autor o coautor quien mantiene en sus manos el transcurso del hecho
y que puede, de acuerdo con su voluntad, dejar avanzar o detener el transcurso de los
hechos. Por lo tanto lo decisivo no es la motivación, sino el aporte objetivo que ha
correspondido al individuo en la ejecución del hecho. Si tuvo un papel dominante en el
hecho total, será autor, aún cuando haya obrado en interés por instigación de otro; si
por el contrario, no ha tenido una posición dominante en la comisión del hecho, será
sólo partícipe, a pesar del gran interés que haya tenido en el delito.
Se clasifican SEGÚN LA ESTRUCTURA:

TIPO BÁSICO: se describe conducta independiente; igualmente se aplica de forma


independiente a otros tipos (varios comportamientos en una descripción). Homicidio
simple 103 C.P, violación o hurto. según SANDOVAL FERNÁNDEZ y REYES
ECHANDÍA, los básicos también son autónomos, lo que lo identifica es la definición.

TIPO ESPECIAL: tipos con componente adicional referido a los elementos del tipo
básico. Se aplican de forma independiente también, como por ejemplo esta el
homicidio por piedad del art. 106.

TIPO SUBORDINADO, COMPLEMENTADO O DERIVADO: aquellos tipos que existen


únicamente por el tipo básico al cual van referidas; califican la conducta, el sujeto, o el
objeto del tipo, prevén una sanción menor o mayor según sea el caso, atenuantes o
agravantes de responsabilidad. Como por ejemplo esta el homicidio, hurto, peculado,
falso testimonio y se discute sobre el tipo modificado plural (agravado o atenuado).
(homicidio agravado–calificado), (homicidio por piedad–privilegiado) base, según
SANDOVAL FERNANDEZ, estos no son autónomos son dependientes.

TIPO AUTÓNOMO: traen además de elementos del basicos otros nuevos que lo
modifican. Como por ejemplo el homicidio por piedad, denuncia contra persona
determinada. según SANDOVAL FERNANDEZ los autónomos se deben llamar
especiales.

TIPO ELEMENTAL O SIMPLE: compuesto por un solo modelo de comportamiento,


por un solo verbo rector, como por ejemplo está el hurto, injuria o homicidio.

TIPO COMPUESTO: aquellos tipos que tienen pluralidad de conductas en el, pueden
ser compuestos complejos (dos o más conductas descritas en el que pueden
conformar un tipo autónomo cada uno, pero que con unión se crea una independencia
creando un nuevo tipo, el compuesto) como por ejemplo esta el homicidio por medio
catastrófica o compuestos mixtos (se describen varias conductas, y basta con ejecutar
una de ellas para encuadrar en el tipo) o con la realización de cualquier verbo rector se
conforma para encuadrar en el tipo, por ejemplo esta la concusión que tiene tres y con
una vasta.

TIPO EN BLANCO: el supuesto de hecho del tipo esta descrito en otra norma del
mismo ordenamiento o de carácter extrapenal. Como por ejemplos tenemos los
artículos: 334, 336 o 368 del CP (explotación ilícito de yacimientos, caza ilegal, etc).

Se clasifican SEGÚN EL SUJETO ACTIVO:


TIPO MONO-SUBJETIVO: describen una conducta realizada por una sola persona; lo
cual no excluye que el mismo tipo pueda ser realizado por varias, como por ejemplo
esta el art. 372 del CP, corrupción de alimentos, lesiones al feto, perturbación de
certamen democrático, contaminación de agua, asegura JORGE ENRIQUE
VALENCIA que es un concepto más jurídico (normativo) que físico, como por ejemplo
esta en el hurto cuando sucede que solo puede ser transportado por varias personas
un piano cuando lo quieren hurtar y se considera como de uno a la hora de imputar.

TIPO PLURISUBJETIVO: el tipo exige la realización de conducta por dos o más


sujetos. Puede ser por convergencia, es decir, varios sujetos realizan la misma
conducta unilateral, como por ejemplo esta: la rebelión o asonada, (conducta bilateral)
donde concurren varias personas autónomamente, como por ejemplo esta el art. 122,
405, aborto o cohecho (el que recibe y el que da).

TIPO COMÚN: o con sujeto activo indeterminado, cualquier persona puede realizar la
conducta descrita en el. “El que”, como por ejemplo esta la inducción a prostitución,
art. 213 CP o contaminación ambiental.

TIPO DE SUJETO ACTIVO CUALIFICADO: para que la conducta del agente encaje
en el tipo se requiere que cumpla con una condición específica, tipos de infracción de
deber, como ejemplo tenemos el peculado art 397, que se requiere ser servidor
público, o piénsese en el director de una superintendencia, La cualificación puede ser
natural (edad, sexo, etc), profesional (actividad profesional requerida, como por
ejemplo el comerciante) o jurídica (condición personal con relevancia jurídica ejemplo.
servidor público).

En esta clasificación JORGE ENRIQUE VALENCIA , introduce:

TIPO DE PROPIA MANO (CUALIFICADO O NO CUALIFICADO): que solo pueden ser


cometidos por ellos, como ejemplo esta el prevaricato o el acceso carnal violento
(delicta carnis).

En esta clasificación FERNANDO VELASQUEZ, introduce:

TIPO DE PERTURBACIÓN IMPROPIA (PLURISUBJETIVA APARENTE): varios


sujetos pero resulta impune por ser el titular del bien jurídico, como la pornografía con
menores, acto sexual abusivo con menores de (14) años. (menciona este tipo que
dentro de esta clasificación no esta en lo que detenta REYES ECHANDÍA en su
manual).

Se clasifican SEGÚN SU CONTENIDO O TÉCNICA LEGISLATIVA:

TIPO DE MERA CONDUCTA O PURA ACTIVIDAD: desvalor de la conducta sin exigir


resultado fáctico, se agota en una acción que no hay resultado (es separable espacio y
temporalmente), como por ejemplo esta la injuria del art 220 del CP o la falsa
denuncia.
TIPO DE RESULTADO: para que conducta se adecue al tipo se requiere que haya
resultado. Se describe acción a la cual le sigue un resultado factico. (hay acción y
resultado en el mundo fenoménico) resultado al bien jurídico (lesionado material),
puede haber doble resultado como el aborto preterintencional o el homicidio
preterintencional. Ejemplo: lesiones personales art 111, 112 del CP. JORGE
ENRIQUE VALENCIA expone que esta clase de tipo son según la relación existente.

TIPO DE CONDUCTA INSTANTÁNEA: la acción se agota en un solo momento, como


por ejemplo esta el homicidio el art. 103 o el incendio.

TIPO DE CONDUCTA PERMANENTE: proceso consumativo de la conducta perdura


en el tiempo mientras no se ponga fin a la conducta, es importante esto para la
aplicabilidad de la ley nacional, para adscribir competencia judicial y para conocer la
prescripción del delito, se ocasiona lesión a bien jurídico producido en un momento y
que se prolonga en el tiempo, como por ejemplo esta el secuestro del art. 168, donde
la conducta típica se mantiene mientras el sujeto pasivo siga bajo el poder del actor.

TIPOS DE ACCIÓN: el tipo describe una conducta positiva de comisión, como por
ejemplo esta el hurto del art. 229.

TIPOS DE OMISIÓN: describe un no hacer relevante jurídicamente, se omite el hacer


de un deber al cual se está obligado jurídicamente, se habla de omisión propia, que es
aquella descrita como tal en la ley, y de la impropia, que es cuando se deducen de
tipos comisivos, y no están en el texto legal, un ejemplo de esto sería dejar morir de
inanición al hijo por no cumplir con la obligación alimentaria, sería un homicidio.
JORGE ENRIQUE VALENCIA los llama TIPOS DESCRITOS EN FORMA LIBRE como
tanto para los tipos acción y de omisión

TIPO ABIERTOS: no describen la conducta de manera específica, por lo cual es un


problema para el intérprete pues se pueden encontrar inmersas en el tipo gran
cantidad de conductas, (vagas) que no están descritas específicamente, se viola con
esta clase de tipos el principio de taxatividad. como por ejemplo esta la falsificación de
moneda art 273 CP.

TIPO CERRADO: se precisa cuál es la conducta exacta que describe el tipo y la cual
se adecuara a este; se concretan las circunstancias. como por ejemplo esta el hurto
239.

En esta clasificación JORGE ENRIQUE VALENCIA introduce:

TIPO DESCRITOS EN FORMA CASUÍSTICA: como la estafa que señala su


enunciado funcional (artificio y engaños). Suele hablar también de:
TIPO SEGÚN LA FORMA BÁSICA DE COMPORTAMIENTO: que se dividen en tipos
de comisión y de omisión, lo cual a nuestro juicio sería lo mismo que lo descrito ut
supra (arriba).

Se clasifican SEGÚN EL BIEN JURÍDICO TUTELADO:

TIPO MONO-OFENSIVO: protege a un bien jurídico, un ejemplo de esto sería el hurto


que se protege el patrimonio económico.

TIPO PLURIOFENSIVO: protege a varios bienes jurídicos, un ejemplo de esto seria el


incendio, que protege al patrimonio económico y la seguridad pública o como seria
también el homicidio a persona protegida e incesto.

TIPO DE LESIÓN: resultado del menoscabo del bien jurídico tutelado, homicidio
simple, hurto básico, lesiones etc...(produce mengua, merma o disminución)

TIPO DE AMENAZA O PELIGRO: que se subdividen en tipos de peligro concreto


(amenaza concreta) y peligros abstractos.

TIPO DE PELIGRO CONCRETO: (amenaza concreta), incendio, manejo ilícito de


microorganismos, (se requiere dolo, requiere la puesta en peligro, como la rebelión o
lanzamiento de objetos peligrosos

TIPO DE PELIGRO ABSTRACTO O PRESUNTO: son de mera actividad o resultado,


son rechazados por el legislador, corrupción de alimentos, abandono de menores,
conductas de peligrosas, por el objeto de acción y para el bien jurídico, un ejemplo de
esto podría ser el porte de armas, la calumnia, la difamación, el manejar ebrio. (como
peligro para la sociedad).

ADENDA: Según JORGE ENRIQUE VALENCIA, introduce otras clases de


clasificaciones de tipo, diferentes a los expuestos por REYES ECHANDÍA en su libro,
VELASQUEZ VELASQUEZ en su manual Y SANDOVAL FERNÁNDEZ en sus
reflexiones, que son las siguientes (no comunes):

Se clasifican SEGÚN SU COMPOSICIÓN :

TIPO NORMALES: como el homicidio o lesiones personales

TIPOS ANORMALES: elementos objetivos, normativos y subjetivos. Como el


secuestro extorsivo o la estafa, la cual tiene un ingrediente normativo-subjetivo.

Se clasifican SEGÚN LA RELACIÓN DE LA PARTE OBJETIVA:


TIPO AUTÓNOMOS (AUTOSUFICIENTE): como el abuso de confianza así como
dijimos ut supra.

TIPO EN BLANCO: tal y cual como lo definimos también ut supra, que corresponde
según su estructura, comenta este autor que esta figura la inició BINDING por lo cual
debe ser definida por un reglamento como por ejemplo el art. 368, sobre violación de
de medidas sanitarias.

Se clasifican SEGÚN EL NÚMERO DE ACCIONES:

TIPO DE UN SOLO ACTO: como la injuria con una sola expresión o desprecio

TIPO DE VARIOS ACTOS: falsificadores que imprimen muchos billetes o injurioso que
lanza múltiples expresiones.

Se clasifican SEGÚN LA FORMA PLENA DE LA DESCRIPCIÓN DE LA CONDUCTA:

TIPO COMPLETO: donde hay conducta y sanción (captación masiva de dinero) Art.
347.

TIPO INCOMPLETO: que es la falta conducta o pena (preceptiva) como por ejemplo
esta las lesiones personales que no dice la sanción esta en otro artículo, que es el art.
331.

Se clasifican SEGÚN LOS ELEMENTOS SUBJETIVOS DISTINTOS AL DOLO:

TIPO DE TENDENCIA: ánimo o intención de lucro, o de perjudicar, como ejemplo esta


los delitos sexuales es necesaria la tendencia libidinosa lasciva o lujuriosa del autor.

TIPO DE INTENCIÓN: ánimo o intención (no necesita alcanzarlo), como ejemplo esta
la obligación alimentaria o contaminación de agua.

TIPO DE EXPRESIÓN: ánimo interno y no externo, como el falso testimonio.

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