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INCIDENCIA DEL DERECHO ADMINISTRATIVO EN MATERIA

AMBIENTAL

ALVAREZ ROJAS VALERIA LUCIA


HERNANDEZ LATORRE WILLIAM DAVID

UNIVERSIDAD COOPERATIVA DE COLOMBIA SEDE IBAGUÉ


FACULTAD DE DERECHO
DERECHO ADMINISTRATIVO GENERAL
IBAGUÉ – TOLIMA
2017
Tabla de contenido

Resumen
Introducción
1. Generalidades del derecho administrativo y el derecho ambiental
1.1. ¿Qué es el derecho administrativo?
1.2. ¿Qué es el derecho ambiental?
1.3. Interacción del derecho administrativo y el derecho ambiental
1.4. Principio de precaución
1.5. Jurisprudencia administrativa colombiana sobre el principio de precaución

2. El papel de la administración pública en el manejo y control de los riegos


ambientales
2.1. Ley 1333 de 2009
2.2. Presunción de dolo o culpa en materia ambiental
2.3. Medidas de preventivas en el régimen sancionatorio ambiental
2.4. La conexión entre la normatividad de protección ambiental penal con el derecho
administrativo sancionatorio

3. Conclusiones
4. Bibliografía
RESUMEN
El objetivo de este ensayo es enmarcar la relación e incidencia que tiene el derecho
administrativo en aras de la protección del medio ambiente, trabajando conjuntamente con
las normas del derecho ambiental. En primer lugar es necesario establecer las
generalidades de cada de las ramas del derecho ya mencionadas para luego poder
determinar aquella interacción que existe entre las mimas. De igual modo a través de un
análisis jurisprudencial se constituye qué papel juega la administración pública en materia
del principio de precaución característico del derecho ambiental y cuál es la dinámica de
la administración en el manejo y control de los riegos ambientales con la promulgación
de la ley 1333 de 2009.

Palabras clave: Derecho administrativo, principio de precaución, régimen sancionatorio


ambiental.

INTRODUCCIÓN
La forma de organización del Estado social de derecho acogida en Colombia a partir de la
Constitución de 1991, implicó un cambio trascendental en la concepción del papel del
Estado. Tal como se evidencia en la carta nacional con los fines esenciales que tiene el
Estado para garantizar la convivencia y el interés general dentro de los términos de justicia
y equidad. Del mismo modo, el desarrollo en todas las dimensiones del país se ve ligado
recíprocamente a las políticas encaminadas a proteger el ecosistema y gozar de un medio
ambiente sano tal como lo disponen los mandatos constitucionales.

El derecho ambiental ha sido en los últimos años una herramienta útil para adoptar
medidas y también impartir una doctrina en aras de proteger los recursos naturales y por
tanto la vida. No obstante, la legislación ambiental necesita de otras ciencias auxiliares
para tener un fundamento, no solamente científico para analizar el impacto ambiental sino
también jurídico de otras ramas del derecho que participan en su regulación. De este modo
el derecho administrativo se relaciona e incide con la protección al medio ambiente,
reconociendo que los diferentes órganos del Estado tienen funciones separadas pero
colaboran armónicamente en la realización de sus fines y que se rigen por actuaciones de
la administración. Por consiguiente es característica esa responsabilidad conjunta de todo
el ordenamiento para mitigar o y solucionar la problemática latente que hoy se evidencia,
lo que no es particular de Colombia sino que es un fenómeno universal que surte efectos
para toda la población y va destruyendo los recursos naturales vitales para conservar la
vida; es por ello que en vista de crisis un sin número de países han tomado conciencia
frente al cambio climático y han generado políticas para luchar contra el mismo, las cuales
deben ser acatadas y respetadas por todos los habitante del territorio colombiano pues la
norma jurídica ambiental tiene la doble significación de la norma administrativa: también
es norma de comportamiento en cuanto a la actuación o conducta de los sujetos en la
protección del medio ambiente y es norma de organización al establecer las jerarquías o
niveles de acciones y las relaciones entre dichos niveles, junto al papel del Estado y del
gobierno del país en el cumplimiento de los fines del Derecho Ambiental.

INCIDENCIA DEL DERECHO ADMINISTRATIVO EN MATERIA


AMBIENTAL

1. GENERALIDADES DEL DERECHO ADMINISTRATIVO Y DERECHO


AMBIENTAL

1.1 ¿Qué es el Derecho administrativo?


La jurisdicción administrativa colombiana se ha consolidado como una institución
indispensable para la conformación y el buen funcionamiento del poder público. Se
considera que el punto de partida del derecho administrativo es la Revolución Francesa
de 1789; como bien se sabe este acontecimiento es un hito universal motivado por los
pensadores de la ilustración, donde se establece a grandes rasgos que el Estado no puede
estar en cabeza de una sola persona y por consecuencia debe existir una división de los
poderes, la cual fue determinada como una división tripartida que se constituye por una
rama ejecutiva, legislativa y judicial, las cuales a su vez conforman el poder público y por
consiguiente se determina que la rama ejecutiva o administrativa es aquella que representa
a los gobiernos a través de sus instituciones gubernamentales. La misión del nuevo Estado
conformado luego de las revoluciones burguesas radico en defender los derechos del
hombre, garantizar su libertad, su seguridad y su propiedad, todo esto a partir del mayor
acontecimiento que surgió de la revolución, la declaración de los derechos del hombre y
del ciudadano, instaurando los derechos naturales inalienables y asentando las bases del
Estado de derecho, democrático y nacional.

El papel del Estado al momento de garantizar estas libertades públicas, se limitó a


obligaciones de no hacer, es decir sin ningún tipo de intervención por parte del mismo.
Esta dinámica corresponde particularmente en Colombia al Estado de derecho que adopta
la responsabilidad de prevenir y sancionar delitos como una única labor. No obstante, este
modelo de Estado que prevaleció desde la revolución francesa y se siguió en Colombia
con la independencia del territorio, termina su legado con la implementación del Estado
social de derecho con la constituyente de 1991, donde prima el interés general sobre el
particular y el Estado se compromete con sus habitantes no solo a hacer la labor de
vigilancia sino interviniendo para garantizar sus derechos. Tales disposiciones son
acatadas en el artículo primero constitucional, que pertenece a los principios
fundamentales que se respaldan en el título I y corresponde a lo siguiente:

Colombia es un Estado social de derecho, organizado en forma de república unitaria,


descentralizada, con autonomía en sus entidades territoriales, democrática,
participativa y pluralista, fundada en el respeto a la dignidad humana, en el trabajo y
la solidaridad de las personas que la integran y en prevalencia del interés general.

Este artículo constitucional condiciona el nuevo esquema de organización política de tal


manera que las autoridades deben facilitar y promover aquellas disposiciones que allí se
dictan. Por otra parte, se puede evidenciar a groso modo la dinámica cambiante del Estado,
por esta razón es inadmisible la participación de la administración en materia de los
servicios, estructura y funcionamiento que deben prestar a todo el territorio Nacional, tales
labores se encuentran reguladas dentro del derecho administrativo, el cual Jorge
Fernández Ruiz define como: "El Derecho Administrativo es el conjunto de normas y
principios del derecho público que rigen la estructura, organización, y funcionamientos
de las diversas áreas de la administración pública de las relaciones de éstas entre sí, así
como de sus relaciones con las demás instituciones del Estado y con los particulares". De
igual modo se debe reconocer que el derecho administrativo por ser regulador de la
administración pública guarda relación e incidencia no solo todas ramas del poder público,
del derecho sino también aspectos de orden económico, social, cultural y ambiental.

1.2 ¿Qué es el Derecho Ambiental?


El Derecho Ambiental es una herramienta de gran connotación para el desarrollo
superativo de un país y cabe resaltar la necesidad social que este mismo le genera a la
administración pública. El Derecho Ambiental tiene sus inicios desde la época del
nacimiento del hombre en el cual surge un razonamiento frente a la necesidad de un medio
ambiente sano, equilibrado y con un entorno ecológico estable. Siguiendo en una línea de
tiempo, aún examinando los inicios del derecho ambiental nos encontramos con un
periodo antiguo y un periodo moderno; el periodo antiguo dio origen con la
implementación del Código de Hammurabi en la cual se daba una prohibición a la
explotación de los animales y el salvaguardo de los cultivos, luego nos encontramos con
Grecia en la cual se tuvo que dar una reforestación de montañas para lograr un equilibrio
ambiental, seguidamente se presenta Roma con la ley de las XII Tablas que implementaba
una ley frente al manejo e incineración de cadáveres en vía pública, y finalmente antes de
la Segunda Guerra Mundial se toman Códigos de guerra con el fin de generar pactos y
compromisos de preservar en lo posible el medio ambiente, la flora y fauna silvestre.

Seguidamente, adentrando al periodo moderno observamos algo trascendental como son


los 26 Principios de la Declaración de Estocolmo en 1972, en la cual se reunieron 113
Países a debatir, refutar ideas, pero sobre todo a generar una conciencia de la
contaminación del medio ambiente en cuestión de la preservación de los recursos
naturales, esta fue la primer y gran conferencia organizada por la ONU para tratar temas
de derechos ambientales con diferentes Países y políticas públicas, todo centrado a un
medio ambiente progresivo. Luego, en el año 1991 nos encontramos con la Constitución
Verde o como todos la conocemos, con la Constitución Política de 1991, la cual se encarga
de brindar unas garantías Constitucionales en materia ambiental bastante notables, que
brindan una estabilidad jurídica en materia ambiental y recae en cabeza del Estado varios
deberes de saneamiento ambiental. Por último, se observa que en el año 1992 se llevó a
cabo la Cumbre de Rio en la cual se dictaron 27 principios en materia ambiental y de
desarrollo, con un fin estratégico de procurar una serie de normas o acuerdos
Internacionales en los cuales se dé una prevención y protección de la integridad al sistema
ambiental.

Por lo anterior es claro demarcar la importancia del Derecho Ambiental en el desarrollo


de cualquier País y la necesidad exhaustiva que posee la Administración frente a esta
misma, ya que se puede tomar como una herramienta sujeta a principios, normas y
deberes, que generan una regulación efectiva a una serie de conductas tanto individuales
como colectivas que tienen incidencia en el medio ambiente, buscando siempre una
solución de problemas de justicia ambiental, dando a su vez una mitigación frente a un
daño debidamente causado, pero también generando una precaución frente a determinado
problema que podría afectar el medio ambiente.

1.3 Interacción del derecho administrativo y derecho ambiental


Día a día es evidente la preocupación que tienen los gobiernos en materia ambiental, dada
la pronunciada alerta en la que se encuentra el planeta durante los últimos años en
consecuencia del cambio climático. Reciproco es también el esfuerzo por mitigar dichas
afectaciones al ecosistema, adoptando medidas para reducir principalmente la emisión de
gases invernadero. Por lo tanto, es necesaria una regulación en derecho para no atentar
contra las fuentes de vida.

La rama del derecho referente al conjunto de normas jurídicas dirigidas al comportamiento


humano que incide sobre los componentes del medio ambiente es el Derecho Ambiental;
Como disciplina jurídica no se puede determinar al derecho ambiental con total autonomía
con respecto de otras ramas del derecho y mucho más en lo referido a sanciones
ambientales. Por ello es imprescindible establecer una relación del derecho ambiental con
el derecho administrativo.

En primer lugar, la estructura normativa entre el derecho ambiental y administrativo,


guarda un expreso vinculo, ya que el Derecho Administrativo establece los principios y
normas que regulan las funciones, atribuciones y actividades que se confieren a los
órganos y organismos estatales, correspondiendo a la distribución de sus competencias
administrativas. De ahí que su acción determine, mediante la aplicación de los principios
organizativos de la administración del Estado, que adoptan formulaciones propias para el
Derecho Ambiental, los distintos sistemas para la estructuración, gestión y protección
ambiental. En el ámbito administrativo, para mejorar la cumplir con el mandato
constitucional del derecho a vivir en un ambiente sano “Todas las personas tienen derecho
a gozar de un ambiente sano. La ley garantizará la participación de la comunidad en las
decisiones que puedan afectarlo. Es deber del Estado proteger la diversidad e integridad
del ambiente, conservar las áreas de especial importancia ecológica y fomentar la
educación para el logro de estos fines”, por lo tanto la responsabilidad recae en órganos
dependientes de la rama ejecutiva para hacer cumplir sus determinaciones en materia
ambiental, estos organismos pueden recurrir a diversas sanciones administrativas, las
cuales pueden consistir desde una multa, hasta la suspensión de actividades,
autorizaciones, concesiones o permisos correspondientes. Asimismo, en este rubro, el
Estado se obliga a entablar políticas públicas que se basen en la prevención, conservación,
aprovechamiento y restauración del medio ambiente.

Por consiguiente, se puede decir que el derecho administrativo constituye un elemento


indispensable en el proceso de mitigar y resolver la problemática ambiental, cumpliendo
con los mandatos constitucionales y respondiendo a las dinámicas del mundo. Entre tanto,
la legislación ambiental es una legislación preferentemente administrativa, ya que este es
entendida como aquella que tiene la responsabilidad de regular la actividad del Estado que
se realiza a través de sus instituciones gubernamentales, que en materia ambiental se
refiere a los ministerios, corporaciones autónomas regionales, a quienes compete esta
labor y que se expresa, en lo que se refiere a la protección del medio ambiente, en
mandatos a la administración para la realización de un conjunto de actos materiales
encaminados a prevenir y controlar el deterioro ambiental, así como en mandatos que
implican deberes de todas las personas que velan por la protección del medio ambiente y
por cuyo cumplimiento debe velar la propia Administración. En definitiva, las normas y
principios de Derecho Ambiental no pueden ponerse en práctica si no es por el canal del
Derecho Administrativo.
En síntesis, el Derecho Administrativo, como ordenamiento regulador del régimen de
los poderes públicos, tiene como espina dorsal la contemplación jurídica del poder
para las libertades y garantizar el ejercicio de un derecho fundamental implica una
disposición activa de los poderes públicos a facilitar la libertad. 1

1
Rodríguez Adriana, Derecho ambiental, Derecho administrativo y Derecho internacional, p.2
1.4 Principio de precaución
Colombia es un país extremadamente rico en su diversidad, cuenta con cualquier cantidad
de especies endémicas que habitan en los lugares más hermosos y exóticos del territorio,
cada una de estas cualidades particulares le permite a Colombia de una flora y fauna
inigualable; por ello el papel que desarrolla el derecho ambiental es protagónico en la
lucha por la conservación del ecosistema y por ende de la vida.

El derecho ambiental en Colombia goza de un carácter preventivo, es decir que es


consciente que los efectos nocivos para el medio ambiente a raíz de las actividades
contaminantes no serán instantáneos, sino que surtirán consecuencias a futuro cuando ya
se han producido daños graves e irreparables. Con la finalidad de reforzar dicho carácter
preventivo surgió el principio de precaución, donde se sugiere que para impedir la
ocurrencia de daños graves que se encuentran en incertidumbre todavía, es necesario
aplicar medidas para evitar o prevenir un perjuicio grave e irreversible y no debe esperarse
hasta que se disponga de evidencia científica concluyente, ya que para entonces podría ser
demasiado tarde lo que constituye una importante herramienta para la protección y
conservación de los recursos naturales y el ambiente, y que en consecuencia contribuye a
la protección de derechos como el de gozar de un ambiente sano y la salud. Este principio
se encuentra consagrado en los instrumentos internacionales más relevantes en materia
ambiental. Así, la Conferencia de Estocolmo de 1972 dio las primeras luces en la proclama
6, que señaló:

Debemos orientar nuestros actos en todo el mundo atendiendo con mayor cuidado a
las consecuencias que puedan tener para el medio. Por ignorancia o indiferencia
podemos causar daños inmensos e irreparables al medio terráqueo del que depende
nuestra vida y nuestro bienestar. Por el contrario, con un conocimiento más profundo
y una acción más prudente, podemos conseguir para nosotros y para nuestra posteridad
unas condiciones de vida mejores en un medio más en consonancia con las
necesidades y aspiraciones del hombre.

En el ordenamiento colombiano fue la Ley 99 de 1993 la que recogió las tendencias


mundiales y le dio carácter vinculante al principio de precaución desde el primer artículo:
Numeral 6:

La formulación de las políticas ambientales tendrá en cuenta el resultado del proceso


de investigación científica. No obstante, las autoridades ambientales y los particulares
darán aplicación al principio de precaución conforme al cual, cuando exista el peligro
de daño grave e irreversible, la falta de certeza científica absoluta no deberá utilizarse
como razón para postergar la adopción de medidas eficaces para impedir la
degradación del medio ambiente.
Ante el aseguramiento de las disposiciones de la ley 99 del 93 y para corresponder de
igual modo con el principio de precaución, en materia administrativa se establece la ley
1333 de 2009 por la cual se establece el régimen sancionatorio ambiental, la cual establece
de manera más relevante la presunción de dolo o culpa y la carga de la prueba en cabeza
del infractor, esta ley, está llamada a constituirse en un instrumento fundamental para la
conservación y protección del ambiente, pues está dirigida no sólo a establecer el accionar
de las autoridades ante la ocurrencia de infracciones ambientales sino que pone de
presente la responsabilidad social y ambiental de las empresas y de todos los asociados.

Es positivo observar que el Principio de Precaución ha sido acogido por el Estado


colombiano y que las autoridades administrativas y judiciales ya han procedido a
su consideración con el fin de proteger el medio ambiente. El Principio de
Precaución compromete la responsabilidad del agente que ha puesto en riesgo de
daño al medio ambiente y a la autoridad pública que no aplica dicho Principio de
manera acertada. Esto contribuye a la consumación del daño o a la prolongación
del riesgo de daño, por lo que se debe comenzar a trabajar en el tema de la
responsabilidad por los daños causados al medio ambiente no sólo por el agente
sino por las autoridades públicas cuando, por ejemplo, en algún fallo o decisión
no se adopten verdaderas medidas cautelares o precautorias como la de cierre
inmediato o cesación inmediata de la actividad. De todas formas, se espera la
evolución de la jurisprudencia en este tema y la participación activa de los
particulares en casos que ameriten la aplicación del Principio en estudio, con el
fin de construir una tesis jurisprudencial más a tono con la protección al medio
ambiente que busca el Principio de Precaución.2

1.5 Jurisprudencia Administrativa Colombiana sobre el principio de Precaución


En Colombia, la jurisprudencia administrativa en materia ambiental ha buscado por objeto
la protección de los derechos colectivos al medio ambiente sano y a la salud pública,
valiéndose y poniendo en práctica principalmente el principio de Precaución, generando
un orden a las cuestiones ambientales en el país. A lo largo de la historia, Colombia ha
enmarcado diferentes precedentes jurisprudenciales haciendo prevalecer la importancia
ecológica y ambiental para la sociedad.

Primeramente, iniciamos la observancia de la Resolución 1035 de 2002, que nos enmarco


una problemática social, ecológica y de salud pública, frente a la cuestión de llevar a cabo
una importación de 50.000 kg de semillas transgénicas, las cuales serían plantadas en
2.000 hectáreas de suelo colombiano, sin exigirle a la empresa Monsanto Colombiana
Inc., una licencia ambiental. Esta situación se vio impedida de acuerdo a una acción
popular ya que el Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial, no exigió
dicha licencia ambiental para la importación de estas semillas, sino que realizo una

2
Lora Karem Ivette, El principio de precaución en la legislación ambiental colombiana, p. 28
resolución autorizando a esta empresa la importación de las mismas, por tanto, en el
trabajo de la demanda se solicitó suspender dicha autorización para que no se llevara a
cabo esta importación de transgénicos. El día 17 de octubre de 2003, el Tribunal
Administrativo de Cundinamarca emitió un fallo haciendo prevalecer el principio de
precaución, por lo cual ordenó proteger los derechos colectivos al medio ambiente sano y
a la salud pública, y a su paso ordenar la suspensión de los efectos jurídicos de la
resolución.

Otro de los precedentes jurisprudenciales en la jurisdicción contencioso administrativa en


los que ese presento el principio de precaución, se inició con el objeto de prohibir la
fabricación, importación y uso de armas químicas y biológicas, dentro del despliegue
aéreo con glifosato a los cultivos ilícitos que se encontraban en zonas rurales. En esta
demanda se buscó la protección jurídica del derecho colectivo al uso y goce de un medio
ambiente sano, a un equilibrio ecológico, al manejo y aprovechamiento racional de los
recursos naturales, a su restauración, conservación y a la conservación de las especies
animales y vegetales en terrenos rurales. Cuando se analizó el principio de precaución
dentro de estos hechos, se llegó a la conclusión que el grado de toxicidad resultante del
despliegue aéreo con glifosato era demasiado alto, ya que la anterior sustancia generaba
un impacto ecológico en el medio ambiente trayendo consigo una contaminación y
deterioro del suelo y ambiente ecológico.

Para concluir, otro precedente donde se dio la aplicación del principio de precaución fue
de acuerdo a la Resolución No. 024 del Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo
Territorial, en el cual el Consejo de Estado, retiro una licencia ambiental otorgada
mediante la resolución 781 del 30 de julio de 1997 a la sociedad santandereana de
desechos sólidos. Esta decisión se ve plasmada de acuerdo al principio de precaución, de
acuerdo a la necesidad de tomar las medidas de seguridad necesarias para prevenir e
impedir la creación de situaciones de riesgo en contra de la salubridad pública, ya que la
maquinaria presentada no daba suplemento a las obligaciones que este mismo presentaba
en materia de desechos sólidos.

2. EL PAPEL DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA EN EL MANEJO Y


CONTROL DE RIEGOS AMBIENTALES

2.1. Ley 1333 DE 2009


La ley 1333 del 21 de julio de 2009, es la ley que establece el régimen sancionatorio
ambiental, la cual brinda una serie de procedimientos con herramientas necesarias para
sancionar de manera efectiva a toda aquella acción u omisión, que de forma directa o
indirecta atenten contra la regulación efectiva del medio ambiente, los recursos naturales,
y la salud humana. Esta ley surgió para dar una garantía efectiva de los principios y fines
establecidos en la Constitución Política Colombiana, pero además de esto brindar una
efectividad a los tratados internacionales aprobados y ratificados por Colombia en materia
ambiental, para esto prevé una serie de sanciones administrativas y medidas preventivas
para evitar un daño irreversible en el medio ambiente.

Es de resaltar, que esta ley, así como brinda una regulación efectiva a una serie de
comportamientos que atenten contra el medio ambiente, los recursos naturales, y la salud
humana, también posee una serie de causales de atenuación de responsabilidad en materia
ambiental, ya que sí el presunto infractor da una confesión a la autoridad ambiental de la
infracción antes de haber iniciado una etapa de investigación para el procedimiento
sancionatorio, podrá disminuir su responsabilidad ante los hechos. Otra causal de
atenuación de responsabilidad en materia ambiental que nos trae está presente ley se trata
de reparar o mitigar por iniciativa propia del infractor el daño debidamente causado,
mediante compensaciones o reparaciones equitativas al perjuicio, siempre y cuando no
haya iniciado la etapa de investigación para el procedimiento ambiental.

Ya analizando anteriormente los beneficios que posee esta ley con el infractor, prosigue
las circunstancias de agravación de la responsabilidad en materia ambiental, que se
encargan potencialmente de aumentar la sanción por una actuación mal ejecutada en el
medio ambiente, como lo son:

1. Reincidencia. En todos los casos la autoridad deberá consultar el RUIA y cualquier


otro medio que provea información sobre el comportamiento pasado del infractor.
2. Que la infracción genere daño grave al medio ambiente, a los recursos naturales,
al paisaje o a la salud humana.
3. Cometer la infracción para ocultar otra.
4. Rehuir la responsabilidad o atribuirla a otros.
5. Infringir varias disposiciones legales con la misma conducta.
6. Atentar contra recursos naturales ubicados en áreas protegidas o declarados en
alguna categoría de amenaza o en peligro de extinción o sobre los cuales existe
veda, restricción o prohibición.
7. Realizar la acción u omisión en áreas de especial importancia ecológica.
8. Obtener provecho económico para sí o un tercero.
9. Obstaculizar la acción de las autoridades ambientales.
10. El incumplimiento total o parcial de las medidas preventivas.
11. Que la infracción sea grave en relación con el valor de la especie afectada, el cual
se determina por sus funciones en el ecosistema, por sus características particulares
y por el grado de amenaza a que esté sometida.
12. Las infracciones que involucren residuos peligrosos.
Como se observa anteriormente esta ley posee unas circunstancias de atenuación que
brindan al infractor una posibilidad de mitigar su sanción, posee unas circunstancias de
agravación que aumentan la sanción predispuesta al infractor, y además de esto posee unas
circunstancias o modalidades de eximir la responsabilidad ambiental. Estas circunstancias
o modalidades de eximir la responsabilidad ambiental, brindan al sujeto que mantiene
relaciones constantes con el medio ambiente, unas garantías que lo protegen en situaciones
de caso fortuito o de fuerza mayor, en situaciones de sabotaje por un tercero, y por
actuaciones terroristas.

En materia ambiental, el tiempo en que se ejecuten los actos y la responsabilidad de


motivar un proceso en busca de una sanción, depende la caducidad de la acción y la
pérdida de fuerza ejecutoriada. Se puede observar que la caducidad de la acción es limitada
e ilimitada, es limitada cuando se posee un término de 20 años de haber sucedido la acción
u la omisión en el medio ambiente y el daño que se causó consumo una sola vez, y se
presenta una caducidad de acción ilimitada cuando el hecho generador de la infracción
persista en el tiempo y genere consigo daños en una línea de tiempo. Cuando analizamos
la pérdida de fuerza ejecutoriada se trata de las sanciones ambientales impuestas y no
ejecutadas, para lo cual el artículo 66 de Código Contencioso Administrativo, nos expresa
lo siguiente, "(Perderán su fuerza ejecutoria en los siguientes casos: 1. Por suspensión
provisional. 2. Cuando desaparezcan sus fundamentos de hecho o de derecho. 3. Cuando
al cabo de cinco (5) años de estar en firme, la administración no ha realizado los actos que
le correspondan para ejecutarlos. 4. Cuando se cumpla la condición resolutoria a que se
encuentre sometido el acto. 5. Cuando pierdan su vigencia)".

En sentido a las medidas preventivas, esta ley tiene por interés la prevención de un hecho
futuro que pueda atentar contra la buena regulación del medio ambiente, los recursos
naturales, el paisaje, o la salud humana, para esto, las autoridades ambientales una vez
conocen el hecho ya sea por oficio, o a petición de parte, deben de realizar una
investigación en la cual se decidirá si este comportamiento puede generar riesgos y de tal
manera imponer medidas preventivas las cuales serán interpuestas mediante un acto
administrativo motivado.
Cuando se analiza el procedimiento sancionatorio de la presente ley, se observa que se
divide en una serie de etapas las cuales buscan dar un debido procedimiento.
Primeramente, encontramos la etapa de la indagación preliminar, la cual tiene un tiempo
estimado de 6 meses, posee como finalidad verificar la conducta ejercida por el presunto
infractor y constatar mediante estudios si es merecedora de la sanción pertinente, pero en
adición de esto, examinar si se presenta alguna de las posibles circunstancias de
atenuación, agravación, y posible modalidad de eximir responsabilidad ambiental.
Seguidamente, se da inicio a la etapa que se enmarca como la iniciación del procedimiento
sancionatorio, esta etapa es considerada como un impulso que tiene el trámite por lo tanto
no es susceptible del recurso de reposición, se inicia el procedimiento examinando si se
presentaron medidas preventivas y la magnitud del daño causado. Luego de esto se
presenta la formulación de cargos, en esta etapa se examina si los hechos son merecedores
de seguir con la investigación, se formularán cargos al presunto infractor expresando
conjuntamente la acción u omisión que se realizó y las normas que regulan estas
actuaciones, luego de esto el presunto infractor presentara descargos a su favor explicando
las situaciones por las cuales ocurrieron los hechos. A continuación, una vez se venza el
término para realizar descargos, la autoridad ambiental realizara una práctica de pruebas
con el fin de esclarecer hechos confusos y brindar una seguridad jurídica a este
procedimiento. Por último, se presenta la etapa de decretar la sanción correspondiente, la
cual se realizará por medio de un acto administrativo a la responsabilidad de los hechos
presentados por los cuales debe afrontar el infractor.

2.2. Presunción de dolo y culpa en materia ambiental


Actualmente, la legislación colombiana en materia de procedimiento sancionatorio
ambiental presume el dolo o la culpa en cabeza del presunto infractor, disponiéndole la
carga de la prueba en cabeza del mismo, por lo cual, el mismo sujeto estará en el deber de
desmentir estas acusaciones en descargos mediante todos los medios materiales
probatorios legales que lo ampare de estas acusaciones y comprueben que el sujeto
emprendió siempre una conducta eficiente, diligente y prudente, y que aparte de esto
demuestre que realizo los hechos con responsabilidad, evaluando las circunstancias de
tiempo, modo, y lugar en donde sucedieron las actuaciones de maltrato ambiental, debido
a que en la normatividad se consagra la responsabilidad subjetiva con presunción de
culpabilidad en los casos de daño consumado al medio ambiente.
La disputa que se ha generado frente a este aspecto ha sido de enmarcar, debido a que la
presunción de dolo o culpa entra en colisión con la presunción de inocencia y la carga de
la prueba en cabeza del infractor entra en colisión con el debido proceso, es tanto el
conflicto por inconstitucionalidad que la Corte Constitucional enmarco un precedente
trascendental en la Sentencia C-595/2010, haciendo énfasis en el principio de precaución,
señalando que esté se encuentra constitucionalizado, pues se desprende de la
internacionalización de las relaciones ecológicas (artículo 266) y de los deberes de
protección y prevención (artículos 78, 79 y 80) , trayendo a colación otra serie de
pronunciamientos de esa misma corporación, en los que se ha observado la importancia
de este principio para contrarrestar el deterioro del ambiente, y de esta manera concluir
que el principio de precaución constituye una herramienta constitucional y de retórica ya
que tienen consecuencias jurídicas de talla, pues implican que ciertos conceptos jurídicos
y procesos sociales, que anteriormente se consideraban aceptables, pierden su legitimidad
al desconocer los mandatos ecológicos superiores. La Corte precisó lo anterior en los
siguientes términos: ´Es indudable que la dimensión ecológica de la Constitución, como
norma de normas que es (CP, art. 4º), confiere un sentido totalmente diverso a todo un
conjunto de conceptos jurídicos y económicos. Estos ya no pueden ser entendidos de
manera reduccionista o economicista, o con criterios cortoplacistas, como se hacía antaño,
sino que deben ser interpretados conforme a los principios, derechos y obligaciones
estatales que en materia ecológica ha establecido la Constitución, y en particular conforme
a los principios del desarrollo sostenible. Por todo lo anterior, considera la Corte que hoy
no tienen ningún respaldo constitucional ciertos procesos y conceptos que anteriormente
pudieron ser considerados legítimos, cuando los valores ecológicos no habían adquirido
el reconocimiento nacional e internacional que se les ha conferido en la actualidad. Y eso
sucede en particular con el concepto de que la colonización puede ser predatoria, puesto
que, por las razones empíricas y normativas señaladas anteriormente, estos procesos son
inaceptables ya que se efectúan en contradicción con los principios ecológicos
establecidos por la Constitución. Hoy en Colombia no es legítima una colonización
incompatible con la preservación del medio ambiente y el desarrollo sostenible de orden
internacional de suma relevancia a efectos de determinar la necesidad de intervención de
las autoridades frente a peligros potenciales que se ciernen sobre el medio ambiente y la
salud pública. La precaución no sólo atiende en su ejercicio a las consecuencias de los
actos, sino que principalmente exige una postura activa de anticipación, con un objetivo
de previsión de la futura situación medioambiental a efectos de optimizar el entorno de
vida natural. Para concluir que la presunción de inocencia es aplicable procedimiento
sancionatorio administrativo, pero no con la misma rigurosidad que en el Derecho penal,
en atención a sus naturales diferencias. Que la presunción de culpa o dolo en el
procedimiento sancionatorio ambiental es legal, de tal forma que admite prueba en
contrario y que se mantiene una responsabilidad subjetiva, pues la presunción es de
culpabilidad y no de responsabilidad, que a pesar de la inversión de la carga de la prueba,
le permite al presunto infractor utilizar todos los medios probatorios para demostrar que
no actuó con dolo o culpa, como presupuestos de la responsabilidad ambiental. Señala que
las disposiciones demandadas son constitucionales porque atienden a circunstancias
acreditadas y a posibilidades fundadas en la experiencia que resultan razonables, dado el
bien jurídico constitucional que se protege -medio ambiente sano- para la preservación de
las generaciones presentes y futuras.

2.3. Medidas preventivas en el régimen sancionatorio ambiental


Las medidas preventivas en el régimen sancionatorio ambiental, tiene que ver con las
disposiciones contenidas en el artículo 4º de la Ley 1333 de 2009, las cuales tienen como
finalidad impedir la continuación de la ocurrencia de un hecho determinado, la realización
de una actividad hoy en día puede evidenciarse con mucha facilidad, no solo por la
actividad en particular que se realiza y que pone en peligro el medio ambiente y por ende
la salud, también es notable el daño generado en el entorno, cuando su surten cambios
bruscos en el clima y cuando las nubes se encuentran envueltas en gases contaminantes.
Bien así, cuando se detecta un daño inminente y se impone la medida preventiva, la
autoridad ambiental competente tiene el deber de evaluar si existe o no mérito suficiente
para iniciar el proceso sancionatorio ambiental respectivo. De esta manera la autoridad
ambiental tiene dos alternativas, decretar que existe merito suficiente o no para iniciar un
proceso sancionatorio ambiental; siendo insuficiente lo tanto la autoridad ambiental
deberá levantar dicha medida preventiva, o en caso contrario, si resulta comprobado el
mérito suficiente para iniciar el procedimiento, entonces la medida preventiva continuará
y esta únicamente podrá ser levantada cuando se compruebe que desaparecieron las causas
que dieron origen a dicha imposición.

Para validar lo anterior, en la Sentencia C-703 de 20106 De esta manera, respecto a las
medidas preventivas dentro del proceso sancionatorio ambiental de la Ley 1333 de 2009,
también es dable

Reconocer que estas no deben considerarse similares a las sanciones, ya que las
finalidades de estas dos son diferentes, unas buscan la prevención de causación de
un daño ambiental y la otra se insinúa como consecuencia jurídica de un daño
ambiental ya comprobado, al culminar un proceso sancionatorio. Ahora bien,
también es necesario que esta potestad que posee la autoridad ambiental frente a
la imposición de medidas preventivas, debe ser conforme a ciertos límites que se
dirijan a evitar arbitrariedades en su aplicación, como por ejemplo la la Corte
Constitucional declaró exequibles las medidas preventivas dispuestas en la Ley
1333 de 2009, ello, toda vez que es necesario que las acciones de protección
ambiental se dirijan a la prevención de los riesgos frente a las situaciones de
incertidumbre respecto a la causación del daño ambiental.3

Por ende, las medidas preventivas son aplicables en razón de las presunciones, como
aquellos instrumentos con que cuenta el Estado para actuar, sin que ello implique el
desconocimiento del debido proceso. En consecuencia de ello la Ley 1333 de 2009 no
tiene otra finalidad que la de crear herramientas jurídicas para desarrollar toda la actividad
sancionatoria en materia ambiental. Por lo tanto es completamente viable la aplicación
inmediata del proceso sancionatorio ambiental contemplado en la Ley 1333 de 2009 para
las situaciones jurídicas aún no consolidadas.

3
Agudelo Luz Elena, El principio de precaución ambiental en la sentencia 505/2010 de la corte
constitucional
2.4. La conexión entre la normatividad de protección ambiental penal con el derecho
administrativo sancionatorio
En materia ambiental no solo se establecen infracciones sino que también existe una
cantidad de conductas punibles que se tipifican en el derecho penal, sin embargo este
aparato represivo no puede con toda la responsabilidad de mitigar o erradicar la crisis
ecológica que se evidencia, ya que su modalidad es de castigar conductas reprochables y
por ende no tiene una repuesta positiva ante la problemática del dolo social, que tiene a
una cultura arraigada hacia un descuido del ecosistema. Por consiguiente el derecho penal
resulta siendo ineficiente frente a nuevos desafíos tales como el principio de precaución
que ha sido un pilar en toda la temática medioambiental. Entonces resulta necesario el
tratamiento penal con otro tipo de mecanismos contenidos en el derecho administrativo.
No obstante, la lucha para conservar un medio ambiente sano es casi inútil cuando las
actividades que más daño generan al ecosistema son completamente licitas y cada día
recíprocamente crean alternativas para hacer crecer la economía a costa de los recursos
naturales, como el fraking, la minería a cielo abierto y la extracción de petróleo que ya no
se considera como algo rentable pero que sigue contaminando el agua que da vida.

Entre tanto, es importante que todos los sectores de la población entiendan que es
momento de cambiar las economías y que el poder público tome medidas serias ante las
grandes industrias y corporaciones que manipulan los recursos como se venga en gana,
mientras en materia penal se castiga al ciudadano de a píe por sus actividades
contaminantes, destructivas pero que en realidad no tienen repercusiones grandes, como
tampoco las tienen las medidas de prevención cuando la administración pública faculta a
cualquiera para una extracción a gran escala de minerales, de hidrocarburos, gases, entre
otros, donde los daños ocasionados son abismales e irreparables y tristemente nadie
responde, solo los ciudadanos más vulnerables que deben consumir agua contaminada y
vivir en una tierra ahora improductiva sin recibir un solo peso por las regalías obtenidas y
sin las amonestaciones que tanto habla la 99 del 93. Todo para hacer crecer
minúsculamente la economía, pero a costas del desarrollo, de la salud y la vida.
3. CONCLUSIÓN
En conclusión, tal como se hizo énfasis al comienzo de este escrito el derecho
administrativo se relaciona de una manera importante con el derecho ambiental, en busca
de proteger los recursos naturales, mitigar los daños causados, evitar aquellos que se
puedan causar a futuro que sean inciertos y Cuando nos referimos a esta actividad
administrativa debemos tener en cuenta que ella se desarrolla en dos órdenes: la protección
y prevención ambiental. Cabe resaltar que la protección del ambiente tiene por fin
inmediato no sólo el cuidado de la naturaleza en sí misma, sino el cuidado del hombre y
de su calidad de vida, por medio de la satisfacción de sus necesidades vitales.

Lo verdaderamente importante es que dichas medidas deben encaminarse en una


doble dirección: incentivar comportamientos que se esfuercen por proteger el
ambiente, y costear gastos que ocasiona su degradación y que la Administración y
los ciudadanos deben afrontar. La falta de coordinación normativa o los errados
análisis del eje de discusión suscitado en cada caso concreto no deben tener como
consecuencia o justificar ni la voracidad recaudatoria de las distinta
administraciones ni una especie de parálisis de los órganos con competencia
regulatoria, sino que debe dar lugar a un activo, entusiasta y responsable debate
sobre los distintos institutos y valores jurídicos involucrados, a cuyo fin
pronunciamientos como el aquí analizado constituyen un valioso eslabón.4

En tanto el manejo y control de la administración frente a los riesgos ambientales, debe ir


encaminada a una ampliación en su espectro, ya que en el país se ha evidenciado como a
partir del licenciamiento ambiental, se han puesto en detrimento muchos terrenos
quedando improductivos y como se desmejorado la calidad del agua a partir de esto. Es
por ello que debe modificarse de fondo el modelo económico del país para que estas
actividades de protección y sanción tanto penal como administrativas tengan una finalidad
y perduren en el tiempo.

4
Rodríguez Adriana, Derecho ambiental, Derecho administrativo y Derecho internacional, p.6
BIBLIOGRAFÍA

1. Constitución política de Colombia


2. Ley 99 de 1993
3. Ley 1333 de 2009
4. Sentencia C-596 de 2010
5. Derecho ambiental, Derecho administrativo y Derecho internacional, Adriana
Rodríguez de López, recuperado de: http://www.limaa.org.mx/pdf-
argentina/RLMA-%20Comentario%20a%20Fallo%20AUREA.PDF
6. Nuevos riesgos ambientales y derecho administrativo, Castro Cuenca Guillermo,
2010, recuperado de:
http://repository.urosario.edu.co/bitstream/handle/10336/2212/1085250144.pdf
7. El principio de precaución y su aplicación judicial, Beatriz Arcila Salazar, 2009,
recuperado de: file:///D:/Users/Cardozo/Downloads/Dialnet-
ElPrincipioDePrecaucionYSuAplicacionJudicial-3193827.pdf
8. El principio de precaución en la legislación ambiental colombiana, Karem Ivette
Lora, recuperado de:
https://www.uninorte.edu.co/documents/4368250/4488389/El+principio+de+pre
cauci%C3%B3n+en+la+legislaci%C3%B3n+ambiental+colombiana/c7e464c7-
f69c-43e3-967d-f9d63ce1ca6f?version=1.0

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