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La energía existe en la naturaleza, pero para aprovecharla y así mejorar nuestra calidad de
vida hace falta transformarla.
Para obtener energía se tiene que partir de cuerpos o materia que los tengan almacenados,
(como el Sol, el viento o el carbón) que se denominan fuentes de energía.
Las cantidades disponibles de estas fuentes de energía son lo que conocemos por recursos
energéticos.
Energías renovables. Son aquellas que son inagotables, ya que se producen de forma
continua, fomentando así el desarrollo sostenible. Están causadas por fenómenos físicos
de gran envergadura. Son así la energía solar, hidráulica, eólica, biomasa, geotérmica y
oceánica.
Energías no renovables. Son aquellas que existen de forma limitada en la naturaleza y se
agotan cuando se van utilizando. Las más comunes son el carbón, petróleo, el gas natural
y el uranio.
Energía solar: La energía solar es una de las fuentes de la vida y el origen de la mayoría de las
demás formas de energía conocidas.
Mediante el empleo de colectores solares la energía solar puede transformarse en energía
térmica. A su vez, con el empleo de paneles fotovoltaicos la energía luminosa puede
transformarse en energía eléctrica.
Es una energía insonora y que no precisa de costosos mantenimientos. Una de las principales
ventajas de la energía solar es que es una energía renovable.
La energía solar es también una energía totalmente limpia. No se precisan de elementos
químicos para convertirla en calor o electricidad y no emite sustancias contaminantes a la
atmósfera.
Energía geotérmica: La energía geotérmica es aquella energía que puede ser obtenida por el
hombre mediante el aprovechamiento del calor del interior de la Tierra. Parte del calor interno de
la Tierra (5.000 °C) llega a la corteza terrestre.
Biomasa: La formación de biomasa a partir de la energía solar se lleva a cabo por el proceso
denominado fotosíntesis vegetal que a su vez es desencadenante de la cadena biológica.
La energía almacenada en el proceso fotosintético puede ser posteriormente transformada en
energía térmica, eléctrica o carburantes de origen vegetal, liberando de nuevo el dióxido de
carbono almacenado.
Neutral respecto a las emisiones de carbono: Esta tal vez sea la mayor y más importante
ventaja de la energía procedente de la biomasa. La biomasa entra de lleno en el ciclo del
carbono. El carbono de la atmósfera es captado por las plantas durante la fotosíntesis y pasa
a formar parte de sus estructuras. Cuando la planta muere o es quemada, ese carbono retorna
a la atmósfera. Puesto que es un ciclo, los siguientes cultivos absorben el carbono una y otra
vez, por lo que se mantiene un equilibrio entre la cantidad de carbono que el combustible de
la biomasa libera a la atmósfera y la cantidad que las plantas extraen de ella. Por este motivo,
los combustibles procedentes de la biomasa no contribuyen al calentamiento global, y tienen
la consideración de combustibles limpios
La energía geotérmica puede ser muy nociva si se arrastran a la superficie metales pesados y
gases de efecto invernadero; la eólica produce impacto visual en el paisaje, ruido de baja
frecuencia y puede ser una trampa para aves. La hidráulica menos agresiva es la minihidráulica,
ya que las grandes presas provocan pérdida de biodiversidad, generan metano por la materia
vegetal no retirada, provocan pandemias como fiebre amarilla, dengue, equistosomiasis en
particular en climas templados y climas cálidos, inundan zonas con patrimonio cultural o
paisajístico, generan el movimiento de poblaciones completas y aumentan la salinidad de los
cauces fluviales. La energía solar se encuentra entre las menos agresivas, salvo el debate
generado por la electricidad fotovoltaica en tanto utiliza gran cantidad de energía para producir
los paneles fotovoltaicos y tarda bastante tiempo en amortizarse. La mareomotriz se ha
discontinuado por sus altísimos costos iniciales y el impacto ambiental que suponen. La energía
de las olas junto con la energía de las corrientes marinas habitualmente tiene bajo impacto
ambiental, ya que usualmente se ubican en costas agrestes. La energía de la biomasa produce
contaminación durante la combustión por emisión de CO2 pero que es reabsorbida por el
crecimiento de las plantas cultivadas y necesita tierras cultivables para su desarrollo,
disminuyendo las tierras cultivables disponibles para el consumo humano y la ganadería, con un
peligro de aumento del coste de los alimentos y aumentando el monocultivo.