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un enemigo silencioso que se acumula en el cuerpo y genera enfermedades como

cirrosis y cáncer.

La presencia de arsénico en el agua es un enemigo silencioso y de alto peligro para la


salud. Este químico se encuentra naturalmente en los suelos, pero en algunos lugares
alcanza concentraciones nocivas, especialmente en las provincias de La Pampa, Buenos
Aires, Santa Fe, San Luis, Córdoba, San Juan, La Rioja, Santiago del Estero, Chaco,
Salta, Tucumán. Afecta a unos dos millones y medio de argentinos, casi un 7 por ciento
de la población. De hecho, Argentina es el segundo país en el planeta con mayor
concentración de este metal en los suelos.

Las causas por las cuales contamina las napas son en su mayoría geológicas y se
atribuyen a la presencia de cenizas volcánicas de la era terciaria que se depositaron en el
suelo y que, a través del agua y los vientos, se dispersaron. También influye el accionar
del hombre con la minería, la industria y el uso de herbicidas y plaguicidas que
contienen arsénico.

La ingestión de arsénico en alta concentración provoca náuseas, vómitos y diarrea en


forma brusca. En menores cantidades pero en forma continua y prolongada, genera la
enfermedad llamada hidroarsenicismo crónico regional endémico (HACRE), que tiene
síntomas progresivos y que suelen confundirse con los de otras dolencias. Son comunes
los cólicos abdominales, diarreas leves, engrosamiento de palmas y plantas
(queratodermia), pigmentación aumentada del tronco, hasta llegar a lesiones
degenerativas del hígado, repercusiones en el aparato respiratorio, lesiones en la piel,
tumores cutáneos malignos, cáncer en órganos internos, problemas cardíacos y
vasculares, alteraciones neurológicas, trastornos de la personalidad e infertilidad.

Una vez que el arsénico ingresa al cuerpo no se puede eliminar, se acumula y genera
enfermedad crónica. En cambio, no representa peligro bañarse con agua contaminada
con el químico.

Si bien los efectos tóxicos del arsénico afectan a personas de todas las edades, se han
identificado como grupos más susceptibles los niños, las mujeres embarazadas y en
lactancia, y las personas con estado nutricional deficitario o con enfermedades
preexistentes (sobre todo renales y hepáticas).

Los niveles aceptables

El Código Alimentario Argentino (CAA) establece en 0,05 miligramos por litro la


concentración máxima permitida de arsénico en el agua. En tanto, el nivel considerado
recomendable por la Organización Mundial de la Salud (OMS) es entre 0,01 y 0,02
miligramos por litro.

El 80 por ciento de la provincia de Buenos Aires (especialmente las localidades de


Ameghino, 9 de Julio, Junín, Suipacha, Baradero, Mercedes, Bragado, San Vicente,
Brandsen, Tornquist, Chascomús, Maipú, Tapalqué, Lamadrid, Adolfo Alsina, Puán y
Carmen de Patagones) tiene presencia del químico en cantidades altamente superiores a
las permitidas.

En 2007, por recomendación de la OMS, el CAA estipuló un plazo máximo de cinco


años -que vence en mayo de 2012- para que las provincias reduzcan a 0,01 miligramos
por litro la concentración de arsénico en el agua potable.

La presencia de arsénico en el agua:

* genera enfermedades graves como cáncer y cirrosis.

* no se detecta por el sabor u olor.

* no se elimina al hervir el agua (la ducha no representa peligro).

Las soluciones posibles

La presencia de arsénico en el agua no se detecta por el sabor o el olor; sólo puede


conocerse a través de análisis de laboratorio. Hervir el agua no es una solución para
eliminar la toxicidad.

Un camino apropiado es la instalación de plantas eliminadoras, que tratan el agua con


un sistema de ósmosis inversa con filtros. Requieren una gran inversión. Actualmente
existen algunos proyectos de construcción de este tipo de plantas, por ejemplo en la
localidad de Puán, provincia de Buenos Aires.

La Universidad Nacional de La Plata y el CONICET, por su parte, diseñaron eficientes


sistemas purificadores de bajo costo. Con ese método, que utiliza arcilla como
absorbente del arsénico, se pueden tratar hasta cinco mil litros de agua en cuatro horas a
un bajo costo de energía eléctrica. El equipo consta de un tanque de cinco mil litros para
contener el agua contaminada con arsénico, y un motor que pone en funcionamiento un
agitador: el agua se agita con la arcilla en su interior; después de un tiempo se lo detiene
y se lo deja decantar para que la arcilla vuelva al fondo con el arsénico absorbido.

Estos equipos comenzaron a ser instalados

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