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EFECTOS SOCIALES Y POLITICOS DEL

PROCESO DE URBANIZACION *

P ATRICIO C HAPARRO **

INTRODUCCIÓN caso que se da especialmente en los países


subdesarrollados, en los cuales la mera con-
Uno de los primeros problemas que encon- centración de población no significa necesa-
tramos al revisar la literatura existente sobre riamente "urbanización" bajo otros criterios.
urbanización es aquel de la falta de una de- Es así como Richard Morse y Kenneth John-
finición precisa del fenómeno mismo. En una son han argumentado que en los países sub-
primera instancia, urbanización aparece como desarrollados algunos de los otros componen-
un proceso de concentración de población, tes del fenómeno urbanización —tales como
que podría ser medido por el porcentaje de industrialización, alfabetismo, expectativas de
cambio en la distribución rural-urbana de la vida— no están claramente asociados con urba-
población de una nación determinada 1 . nización, como fue en los casos de Estados
De este modo, "población urbana" sería de- Unidos y Europa 3.
finida como la proporción de población en De esta manera, pensamos que la sugeren-
localidades que se reportan en el censo de cia propuesta por Francine Ravinowitz en
cada país con 20.000 o más habitantes 2. el sentido de distinguir entre "urbanización"
Si aceptáramos esta definición de Durand y "urbanismo" es una proposición que podría
y Peláez, no podríamos incluir aquellas loca- ser útil en los futuros estudios sobre este te-
lidades con menos de 20.000 habitantes, pero ma. Urbanización correspondería al proceso
que exhiben características urbanas por otros de aglomeración espacial y física de una po-
criterios —tales como un cierto grado de in- blación, mientras que urbanismo podría ser
dustrialización, la composición educacional, definido en términos de un conjunto de ca-
servicios públicos, etc.—. Además, una locali- racterísticas sociales y económicas general-
dad con 20.000 habitantes podría no tener mente asociadas con urbanización 4.
estas otras características de un lugar urbano, En el análisis bibliográfico que sigue no
consideraremos las variables de tipo físico y

*Este artículo fue publicado como Documento de tra- 3 Richard M. Morse, "Recent Research on Latin American
bajo del Instituto de Ciencia Política de la Universidad Ca- Urbanization: a Selective Survey with Commentary", Latín
tólica de Chile. American Research Review, Vol. I, Nº 1, 1965, p. 45;
** Cientista político. Profesor del Instituto de Ciencia Po- Johnson, Kenneth F., Urbanization and Political Change in
lítica de la Universidad Católica de Chile (Santiago, Chile). Latin America, Ph. D. Dissertation, University of California,
1 John D. Durand y César A. Peláez, "Patterns of Urbani- Los Angeles (Ann Arbor, Michigan: University Microfilms,
zation in Latin America", en Clyde V. Kiser, ed., Compo- Inc. 1963), pp. 4-5.
nents of Population Change in Latín America (The Milbank 4 Francine Ravinowitz, "Urban Development and Political
Memorial Found Quaterly, Vol. XLIII, Nº 4, Part 2, octubre Development in Latin America", en Robert T. Daland, ed.,
de 1965), p. 170. Comparative Urban Research (Beverly Hills, California, Sage
2 Ibid., p. 166. Publications Inc., 1967), p. 94.
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ecológico envueltas en el proceso de urbani- Podríamos agregar, por otra parte, algunos
zación. otros factores, tales como una tasa decreciente
I. Causas del proceso de urbanización. La de mortalidad y creciente de natalidad para
mayoría de los autores están de acuerdo en que América latina, como contribuyentes a la ex-
el crecimiento urbano se debe a las migracio- plicación del fenómeno.
nes o al cambio demográfico masivo de la II. Urbanización y modernización. La lite-
población desde el campo a la ciudad. Este ratura sobre modernización y sobre desarrollo
proceso de migración explicaría un medio político postula la relación positiva entre ur-
hasta dos tercios de la urbanización en Amé- banización e industrialización, el nacimiento
rica latina. Sin embargo, un estudio realizado y crecimiento de la clase media, cierto nivel
por A rriaga argum enta que para los casos de desarrollo económico, y gobiernos estables
de México, Venezuela y Chile, el crecimiento democráticos. Lerner, por ejemplo, argumen-
natural de la población explicaría entre un ta que en el proceso de evolución de una
58%- 70% del crecimiento de las ciudades con sociedad de la participación, el fenómeno de
más de 20,000 habitantes durante los años 50, la urbanización aparece en la primera fase,
de acuerdo a los respectivos censos 5. luego alfabetismo y los medios de comunica-
Como factores subyacentes del fenómeno ción de masas 8.
de urbanización ha sido tradicional distinguir
entre aquellos denom inados "im pelentes" Examinaremos estas relaciones más adelan-
("push" factors), o derivados de las dificul- te en este trabajo, pero es interesante anotar
tades en la vida rural, y aquellos denomina- en seguida que algunos autores argumentan
dos "de arrastre" ("pull" factors), o aquellos que en el caso de América latina el proceso
referidos a los atractivos de la vida urbana. urbanización jugaría un rol muy diferente. La
Ambos tipos de factores, combinados, serían entrada acelerada de población en las ciuda-
las causas determinantes del fenómeno mo- des vendría a complicar aún más un escena-
derno de urbanización. Un cierto nivel de in- rio ya complejo e inestable, y una seria ma-
dustrialización, de oportunidades de trabajo la distribución de la riqueza provocaría la
en las ciudades, oportunidades educacionales, alienación de grandes segmentos de la pobla-
junto a las condiciones de explotación del tra- ción y la consecuente inestabilidad política 9 .
bajo en el agro, escasez de tierra cultivable, la Sin embargo, lo que nos interesa enfatizar,
violencia rural, serían factores combinados por ahora, es que algunos indicadores que
para producir un cambio de población masivo generalmente se utilizan para medir niveles
desde el campo a la ciudad 6 . Es así como un de modernización, tales como el sistema de
autor expresa que, en vez de preguntarnos medios de comunicación de masas, niveles de
por qué tanta gente abandona las áreas ru- alfabetismo, niveles de ingreso, etc., parecen
rales y va a las ciudades, debiéramos pre- estar relacionados —de alguna manera— con
guntarnos por qué tanta gente permanece aún el proceso de urbanización.
en las áreas rurales 7. III. La urbanización en América latina. Sin
duda América latina es una de las regiones
5 Richard M. Morse, "Trends and Issues in Latin American del mundo más urbanizadas. Su zona austral
Urban Research", Latin American Research Review, Vol. VI,
(Chile, Argentina, Uruguay) es comparable
Nº 1, 1971, p. 17.
6 Irving L. Florowitz, "Electoral Politics, Urbanization and
a los Estados Unidos o Europa Occidental en
Social Development in Latin America", en Irving L. Horo- términos de su nivel de urbanización —el por-
witz, Josué de Castro y John Gerassi, eds., Latin American centaje de población urbana sobre el total de
Radicalism (New York: Vintage Books, A Division of Random
House, 1969), p. 113; Norman H. Nie, Bingham G. Powell
población— . Estas naciones constituyen un
Jr. y Kenneth Prewitt, "Social Structure and Political Partici- grupo de las más urbanizadas en el mundo:
pation: Developmental Relationships", Part 1, American Po- más del 50% de su población se halla en loca-
litical Science Review, Vol. LX111, Nº 2, junio de 1969,
pp. 362-363, y Parte II, APSR, Vol. LXLII, Nº 3, septiem-
bre 1969.
7 Stefan Robock, The Rural Push for Urbanizatinn in Latin 8 Daniel Lerner, The Passing of Traditional Society — Mo-
America: The case for Northeast Brazil, Occasional Paper Nº dernizing The Middle East (New York: The Free Press,
1, Michigan State University, East Lansing, Michigan, 1968, 1958), pp. 58-61.
p. 7. 9 Kenneth F. Johnson, op. cit., pp. 1-2.
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lidades de 20.000 o más habitantes 1 0 , Otros diferentes grados a sus diferentes países. El
países de América latina —Venezuela y Cuba, fenómeno denominado "urbanismo", sin em-
por ejemplo— son también países altamente bargo, es más difícil de predecir, pero, de he-
urbanizados. Aún más, la tendencia para el cho —y quizás también en el futuro—, los
futuro es la de un incremento constante del fenómenos asociados con urbanismo parecen
proceso de urbanización. Así, alrededor de estar sujetos a un ritmo de crecimiento más
1960, Chile tenía cerca del 55% de su pobla- lento que los de urbanización.
ción urbana, a un nivel que los Estados Uni- IV. Efectos de la urbanización En general
dos no alcanzarán antes del año 2000 11. el proceso de urbanización pone a los hom-
Pero, como hemos dicho anteriormente, no bres en contacto con miles de otros hombres,
es lo mismo urbanización que urbanismo, o estableciendo nuevos grupos referenciales,
los fenómenos que en los Estados Unidos y en creando nuevos problemas, nuevos patrones
Europa acompañaron a este proceso. Así es de conducta, nuevas necesidades y expectati-
como en aquellos países de América latina vas (que renueva y aumenta), establece nue-
considerados generalmente como los más de- vos niveles de conocimiento y conciencia del
sarrollados (Argentina, Chile, Venezuela, Bra- fenómeno político, etc. Así, el medio urbano
sil) el nivel de urbanización es, aproximada- sería un lugar en donde muchas fuerzas afec-
mente, del doble del nivel de industrializa- tan a la sociedad como un todo. Hemos agru-
ción 12 . Por ello, podemos afirmar que no es pado estos efectos en tres grandes grupos:
lo mismo "urbanizar" que "industrializar". efectos económicos, efectos sociosicológicos y
Aunque el primer fenómeno sea necesario pa- efectos políticos.
ra el segundo, a veces altos niveles de urba-
1. Efectos económicos; privación económica
nización son consonantes con niveles relativa-
mente bajos de industrialización 13. 1. 1. Relación positiva. Algunos autores han
Además de lo planteado, creemos que es sugerido que el fenómeno de la urbanización
necesario un cierto refinamiento acerca de crea el dé privación económica entre un seg-
las características de la urbanización en los mento grande de la población, especialmente
países latinoamericanos. En este sentido, Mor- el de migrantes. Los migrantes habrían veni-
se ha propuesto un agrupamiento de los paí- do a la ciudad con grandes expectativas eco-
ses de América latina bajo el criterio esta- nómico-materiales, y el gobierno urbano sería
blecido por los tres casos polares diseñados incapaz de satisfacer sus aspiraciones de me-
por Wingo. De este modo, los países latino- jores condiciones de vida —vivienda, educa-
americanos podrían ser agrupados de acuerdo ción, trabajo bien remunerado, etc.—. Por otra
a los modelos de conducta demográfica: cre- parte, los migrantes serían personas de bajo
cimiento de población y urbanización. Vene- nivel educacional y poca capacitación labo-
zuela (crecimiento de población y urbaniza- ral y, por lo tanto, incapaces de hacer frente
ción rápidos), Uruguay (bajo crecimiento de al desafío de encontrar un trabajo y sobrevivir
población y proceso de urbanización virtual- en la ciudad. Así, el nivel de desigualdad
mente terminado), y Haití (bajo crecimiento económica encontrado en la ciudad sería in-
de población, urbanización incipiente) cons- cluso más grande que aquel existente en el
tituirían los casos polares 14. campo; llevaría a la privación y frustración
En conclusión, podemos decir que el pro- económica, a la alienación y radicalismo polí-
ceso de urbanización en América latina ha tico y la consecuente inestabilidad en la ciu-
sido y será uno de los procesos sociales que dad 15.
afecta a América latina como un todo y en 15 Glaucio Soares y Robert L. Hamblin, "Socio-Economic
Variables and Voting for the Radical Left: Chile, 1952",
American Political Science Review, Vol. LXI, diciembre de
10 John D. Durand y César A. Paláez, op. cit„ pp. 170- 1967, pp. 1055-1056; Irving L. Horowitz, op. cit., p. 145;
171, Tabla 1. Mancur Olson, "Rapid Economic Growth as a Destabilizing
11 Ibid. pp. 184-188. Force", Journal of Economic History, diciembre de 1963, p.
533; Wayne A. Cornelius, "Urbanization as an Agent in
12 Horowitz, Irving L., op. cit., p. 173.
Latin American Political Inestability: Time Case of México",
13 lbid. p. 173. American Political Science Review, Vol. LXIII, Nº 3, sep-
14 Richard M, Morse, op. cit., 1971, p. 18. tiembre de 1969, pp. 833-835.
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Hipótesis 1a: El fenómeno de urbaniza- nelius encontró que 70 por ciento de los mi-
ción está relacionado positivamente con grantes recientemente llegados (menos de 2
los de privación y frustración económica años de residencia urbana) habían alcanzado
(y alienación política) de un gran seg- algún nivel de educación primaria, y que en-
mento de la población migrada a la ciu- tre los migrantes como un todo, un 69 por
dad. ciento había logrado educación primaria com-
1. 2. No existe relación. Otros autores han pleta o, aún más (educación primaria corres-
arribado a una conclusión totalmente diferen- ponde a (3 años de escuela). De allí que los
te: el fenómeno de la urbanización no estaría migrantes mexicanos tendrían la educación
relacionado con privación y frustración eco- básica necesaria para aprender algún oficio
nómica de los migrantes. Por ejemplo, el aná- y entrar en el mercado de trabajo de la ciu-
lisis que Browning hace del censo mexicano dad; los migrantes no sufrían de serias difi-
de 1960 muestra que los migrantes no difie- cultades como para no ser capaces de encon-
ren grandemente, en muchos aspectos, de la trar un trabajo en la ciudad. En términos de
población nacida en las ciudades. En térmi- sus niveles de ingreso, posibilidades de lo-
nos de indicadores de nivel de vida, tales co- gro, y niveles de desempleo, los migrantes no
mo disponibilidad de agua corriente dentro eran diferentes de la población nacida en la
de la casa, alcantarillado, propiedad de ra- urbe 19.
dio y otros aparatos eléctricos de uso domés- En consecuencia, habría poca o ninguna
tico, no existen diferencias entre estos dos evidencia, según estos autores, para apoyar la
grupos de población 1 6 . Otro estudio encon- hipótesis de la urbanización igual privación
tró que los trabajadores brasileños y mexica- económica.
nos de origen migrante tenían un alto nivel Hipótesis 1b No existe relación entre
de satisfacción frente al trabajo y la vida, no urbanización y privación económica de
diferente de aquel de los trabajadores de ori- los migrantes en la ciudad.
gen urbano (capital o provincia) 1 7 . El aná-
lisis de Comelius, hecho sobre los datos que 2. Efectos sociosicológicos: anomia
se coleccionaron originalmente para el libro 2. 1. Relación positiva. Algunos autores ar-
"The Civic Culture" (1963) y que se refie- gumentan que el medio urbano, sus valores
ren a la cultura política urbana en México, y patrones de actitudes, crearían un impor-
sugiere que los migrantes están satisfechos tante desajuste social y sicológico entre los
con su nuevo medio urbano: 41 por ciento ex- migrantes. Así, el proceso de desintegración
presó una intención definitiva de permanecer de la vida, hábitos y costumbres de la vida ru-
en la ciudad y, después de cuatro años de ral previa, crearía entre los migrantes una cri-
residencia, este porcentaje se eleva a 80 por sis de identidad, de valores religiosos, y un
ciento 18. sentimiento general de falta de normas y de
Incluso más; en el estudio de Cornelius ci- seguridad. Los grupos primarios —como la fa-
tado, los migrantes no eran de bajos niveles milia, por ejemplo— se quebrarían bajo la
de educación o bajo nivel de capacitación pa- presión de un nuevo medio 20 . Soares y Ham-
ra el trabajo y, por lo tanto, no eran candida- blin argumentan que hay un "hueco de tiem-
tos seguros en un 100 por ciento para los gru- po" entre el rechazo del sistema de valores
pos de desocupados —el principal índice de tradicional y la aceptación de uno nuevo. Esto
privación económica—. Por el contrario, Cor- significaría que, durante un cierto período de
tiempo, la población afectada —o una porción
16 Harley L. Browning, "Urbanization and Modernization considerable de ella— se vería aquejada de
in Latin America: The Demographic Perspective", en Glenn
L. Beyer, ed. The Urban Explosion in Latin America — A
Continent in Process of Modernization (Ithaca, New York: 19 Ibid., pp. 839-843.
Cornell University Press, 1967), p. 91. 2.0 Glaucio Soares y Robert L. Hamblin, op. cit., p. 1054;
17 Joseph A. Kahl, The Measurement of Modernism — A Torcuato Di Tella, "Populism and Reform in Latin Ame-
Study of Vates in Brazal and Mexico (Austin: The Univer- rica", en Claudio Véliz, ed., Obstacles to Change in Latin
sity of Texas Press, 1968), pp. 96-97. America (New York: Oxford University Press, 1965), p. 53;
18 Wayne A. Cornelius, op. cit., p. 839. Wayne A. Cornelius, op. cit., p. 835.
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una falta de un sistema de orientación de va- en estilo y patrones culturales, a los patrones
lores y creencias, y en cuanto exista una ne- de Tepoztlan, siendo sus sistemas de valores
cesidad sicológica por una tal orientación, el fuertemente similares 25.
período de transición "falto de normas", pro-
Los hallazgos de Cornelius —nos dice este
duciría una masa de gente disponible para
autor— confirman fuertemente los de Lewis al
una ideología coherente, radical o no 21. respecto. Aún más, los datos de Cornelius
Hipótesis 2a. La urbanización crea im- apoyan la hipótesis de una quiebra de nor-
portantes problemas sociosicológicos en- mas sociales, del sistema de valores y del sis-
tre los migrantes, tales como declina- tema de control social. Cornelius no encon-
ción en la participación religiosa, inse- tró una respuesta anómica entre los migrantes
guridad personal, sentimiento de falta y éstos eran sólo ligeramente más anómicos
de normas, pérdida de confianza y sen- que aquéllos nacidos en la ciudad, pero las
tido de cohesión en las relaciones inter- diferencias no eran estadísticamente significa-
personales, alta proporción de divorcios, tivas. Finalmente, el análisis de Comelius in-
quiebre de grupos primarios. dica que la participación religiosa, confianza
2. 2. No existe relación. Otros autores han social, sentido de cohesión social, tendía a in-
sugerido que no existen problemas sociosico- crementar entre los migrantes con una resi-
lógicos entre los migrantes que puedan ser dencia más prolongada en la ciudad 26.
atribuidos al proceso de urbanización. Por el
Hipótesis 2b. No existe relación entre
contrario, nos dice Roberts, los migrantes a la
urbanización y desajustes sociosicológi-
capital de Guatemala no experimentaron nin-
cos entre los inmigrantes. Tampoco decli-
gún problema grave de ajuste a su nuevo me-
nación de la participación religiosa, ni
dio 22 . Otros autores matizan esta posición y
proporción más alta de divorcios, ni pér-
sugieren que el proceso de ajuste a la vida
dida de la confianza social y sentido de
de la ciudad ocurre a través de etapas. Así,
cohesión, ni quiebre de grupos prima-
los migrantes sufrirían de desajustes sociales
rios.
y sicológicos en mayor intensidad cuando de-
jan el campo para ser absorbidos en la vida 3. Urbanización y sus efectos políticos
de una pequeña aldea que cuando dejan esta
Hemos, agrupado los efectos políticos atri-
aldea para irse a la gran ciudad 23.
buidos a la urbanización en cinco grandes
De acuerdo a los estudios realizados por el rubros. En la realidad reconocemos qué estos
antropólogo Oscar Lewis 24 , aquellos que mi- efectos políticos —y también los efectos eco-
gran a la ciudad parecen ser más estables y nómicos y sociosicológicos ya tratados— van
coherentes que sus descendientes. La eviden- juntos y se afectan unos a otros. Sin embargo,
cia antropológica que este autor ha recogido para este trabajo de sistematización hemos
para el caso de México apoya la tesis que los creído necesario agruparlos en conciencia del
lazos de familia y de parentesco son compati- gobierno y de la política, participación políti-
bles con la vida urbana, que la vida familiar ca, radicalización, efectos en relación al siste-
del migrante en la ciudad permanece estable ma de partidos, impacto en la política redis-
y que los lazos familiares crecen más que de- tributiva del gobierno central.
bilitarse. Aún más, su argumento principal es
que la vida en Ciudad de México es similar, 3.1. Conciencia del gobierno y de la política

21 Glaucio Soares y Robert L. Hamblin, op. cit., pp. 844-


3. 1. 1. Relación positiva. El proceso de ur-
855. banización, se argumenta, crea entre los ciu-
22 Richard M. Morse, op. cit., 1971, p. 22. dadanos nuevos lazos con la escena política
23 Ibid., pp. 22-23.
24 Ver entre otras obras: Oscar Lewis, The Children of 2 5 Oscar L e w i s , " U r b a n i z a t i o n W i t h o u t B r e a k d o w n : A
Sánchez — Autobiography of a Mexican Family (New York; Case Study", en Dwight B. Head y Richard N. Adams, eds.,
Random House, 1961); La vida — A Puerto Rican Family Contemporary Cultures and Societies in Latin America (New
in the Culture of Poverty — San Juan and New York (New York: Random House, 1965), p. 435.
York: Random House, 1965). 26 Wayne A. Cornelins, op. cit., pp. 844-845.
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nacional, aumenta el monto de la comunica- dientes (educación, medios de comunicación


ción política, aumenta la competencia entre de masas, experiencia en el trabajo, etc.) en
intereses sociales y económicos, aumenta la seis países en vías de desarrollo (Argentina,
presencia e importancia de las actividades po- Chile, India, Israel, Nigeria, Pakistán del Es-
líticas organizadas. Todo esto llevaría a un te). Para los propósitos de este trabajo nos
mayor conocimiento y conciencia de la exis- interesa la variable urbanización, definida por
tencia del gobierno, y de las actividades po- Inkeless como la cantidad de años viviendo
líticas 27 y, consecuencialmente, a una mayor en la ciudad a partir de los 15 años de edad, y
participación política. En otras palabras, la grado de urbanización de la actual residencia.
urbanización produciría un cam bio en las Sus resultados muestran que "educación",
orientaciones políticas de los ciudadanos, que "medios de comunicación de masas" y "expe-
de "parroquiales" pasarían a ser "participan- riencia en el trabajo" son las variables más
tes" 28 . El ciudadano "participante" es carac- poderosas en la explicación del síndrome del
terizado como aquel que tiene una iden- ciudadano participante, y que la "experiencia
tificación y una obediencia hacia líderes y urbana" —particularmente aquella medida en
organizaciones que trascienden los intereses términos de los años de residencia en la ciu-
"parroquiales" y/o primordiales y se inscriben dad— en un primer análisis aparece relacio-
en un panorama nacional y público. Este in- nada positivamente con dicho síndrome 31 . De
terés y lealtad se validan en la actitud de este modo, el interés político, la conciencia
mantenerse informado de los asuntos públi- del gobierno y de la política, el nivel de
cos, se expresan en la participación en accio- información política, etc., se verían estimula-
nes cívicas, y en una orientación hacia los dos por el medio urbano.
procesos gubernamentales y políticos que re-
conoce y acepta la necesidad y conveniencia Hipótesis 3a. La urbanización está re-
de una estructura nacional de reglas y regu- lacionada positivamente con un alto gra-
laciones generales 29. Esta descripción del sín- do de conciencia del gobierno y de la
drome "ciudadano participante" es muy simi- política entre los migrantes y residentes
lar a aquella del "ciudadano democrático" urbanos.
propuesta por Almond y Verba en The Civic
Culture, pero Inkeless argumenta que su des- 3. 1. 2. No existe relación. Cuando Inkeless
cripción es apropiada también para las cua- controló sus hallazgos acerca de urbanización
lidades que se esperan de un ciudadano de y sus efectos en el síndrome ciudadano par-
una dictadura del partido único, como por ticipante —utilizando las variables educación
ejemplo, la Unión Soviética. Inkeless desarro- y experiencia en el trabajo— el rol de la ur-
lló ocho escalas diseñadas para medir su banización en estimular este síndrome desapa-
variable ciudadano participante: obediencia, reció. Más aún, los más grandes centros cos-
interés en política, información política, parti- mopolitanos —tales como Santiago de Chile—
cipación en asuntos cívicos, racionalidad po- aparecen como contraproductivos a la incul-
lítica, anomia política, evaluación de la efec- cación de la buena ciudadanía. La conclusión
tividad del gobierno, y hostilidad hacia gru- final es, por lo tanto, que, urbanización, exa-
pos 30 , y en seguida usó el índice resultante minada como variable independiente, no está
como la variable dependiente a ser explicada relacionada con el síndrome "ciudadano par-
por una serie de variables sociales indepen- ticipante", e incluso podría estar asociada ne-
gativamente con éste 32.
27 Kenneth F. Johnson, op. cit., pp. 138, 339-340; Glaucio
Soares y Robert L. Hamblin, op. cit., p. 1062; Rex Hopper, Tanto el trabajo de Lewis como el de Cor-
"Research on Latin America in Sociology", en Charles Wag- nelius substancian la proposición de que no
ley, ed., Social Science Research on Latin America (New
York; Columbia University Press, 1964), p. 265. existe relación entre urbanización y altos ni-
28 Aquí seguimos la terminología utilizada en Gabriel A. veles de conciencia política. Al menos para
Almond y Sidney Verba, The Civic Culture (Princeton, New el caso de México, la apatía política, la falta
Jersey: Princeton University Press, 1963).
29 Alex Inkeless, "Participant Citizenship in Six Developing
Countries", American Political Science Review, Vol. LXIII,
diciembre de 1969, pp. 1123 y 1139. 31 Alex Iukeless, op. cit., pp. 1131-1133.
30 Ibid., pp. 1125-1127. 32 Ibid., pp. 1136-1139.
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de compromiso en asociaciones, eran tan co- nación con un alto grado de concentración
munes entre las personas que habían estado urbana, existe un correspondiente alto nivel
en la ciudad por más de 30 años como entre de participación politica 3 8 . Irving Horowitz,
los recientemente llegados a ella 3 3 . Los ha- por su parte, argumenta que la urbanización
llazgos de Cornelius fueron en el sentido de hace posible la clase de participación política
que, tanto entre los migrantes como entre los necesaria a una política democrática 39.
nacidos en la ciudad, menos de 50 por ciento
habían alcanzado niveles mínimos de politiza- Hipótesis 4a. Existe una relación posi-
ción, y que son, respecto a los nueve indica- tiva. Mientras más alto el nivel de urba-
dores de politización utilizados en su estu- nización, más alto el grado de partici-
dio, los migrantes como un todo exhibían más pación política.
bajos niveles de conocimiento político que los 3. 2. 2. No existe relación. Como en los ca-
nacidos en la ciudad 3 4 . C on respecto a la sos anteriores, otro grupo de autores ha arri-
cultura política de los migrantes, la mayoría bado a una conclusión totalmente diferente
de ellos caen bajo la categoría "parroquiales", sobre este tema; no existiría relación, o una
es decir, aquellos ciudadanos que manifiestan influencia independiente importante, de la ur-
poca conciencia e interés en el sistema polí- banización sobre los niveles de participación
tico nacional 3 5 . Aún más, los datos de Cor- política. Nie, Powell y Prewitt encontraron
nelius muestran que los migrantes tienen un una constante falta de relación entre re-
alto nivel en las orientaciones de legitimidad sidencia urbana y su escala de participación
del sistema y, por lo tanto, un nivel alto de política. Sólo en dos casos de las cinco na-
afecto a éste, en casi todos los casos m ás ciones analizadas (USA y México) dicha re-
alto que el exhibido por los nacidos en la lación era significativa al nivel .05, e incluso
ciudad 36. en éstas la relación era débil, explicando me-
Hipótesis 3b. No existe relación entre nos del 1 por ciento de la variación en la
urbanización y conciencia, interés, infor- participación política. Cuando la variable par-
mación y compromiso en política. ticipación política fue mensurada utilizando
una escala que incluía actos de participación
3. 2. Urbanización y participación política política a nivel nacional y local, la variable
urbanización continuó teniendo un efecto in-
3. 2. 1. Relación positiva. Urbanización ha dependiente insignificante 4 0 . Cuando estos
sido estudiada como una variable indepen- mismos autores procedieron a examinar si las
diente en relación a participación política, la variables atitudinales —información política,
dependiente. Así, algunos autores han argu- eficacia política, atención a la política, deber
mentado que la urbanización promueve la de ciudadano, percepción del impacto del go-
participación política y el crecimiento de ins- bierno— explicaban la persistente relación en-
tituciones y procedimientos democráticos. Es- tre rasgos socioeconómicos del ciudadano y
te efecto podría ser visto en medidas agrega- su nivel de participación política, la variable
das de participación política, tales como el urbanización fue suprimida del análisis por-
numero de sufragios emitidos 37 . De acuerdo que estimaron que era suficientemente sabido
al autor González-Casanova, en México, una que esta variable está relacionada significati-
vamente sólo con status social 41 . Cuando in-
33 Oscar Lewis, citado en Wayne A. Cornelins, op. cit., trodujeron esta variable en el análisis del mo-
p. 847.
delo causal, los resultados fueron los mismos:
34 Wayne A. Cornelius, op. cit., pp. 847-848.
los vínculos directos e indirectos del modelo
35 Ibid., p. 847.
36 Ibid., p. 850.
no se vieron alterados por la presencia de la
37 Daniel Lerner, op. cit., pp. 46 y 96; Karl W. Deutsch, variable urbanización. En otras palabras, el
"Social Mobilization and Political Development", American 38 Pablo González-Casanova, La Democracia en México
Political Science Review, Vol. 55, septiembre de 1961; Mar- (Ciudad de M éxico: Ediciones Era, 1965), pp. 239-245.
tín S. Lipset, Political Man — The Social Bases of Politics
( Garden City, N e w Y o r k : D o u b l e d a y a n d C o . , 1 9 6 0 ) , p p . 39 Irving L. Horowitz, op. cit., p. 153 y Tablas III y IV.
55-60; Phillips Cutright, "National Political Developm ent: 40 Norman H. Nie, Bingham G. Powell Jr., and Kenneth
Measurement and Analysis", American Sociological Review, Prewitt, op. cit., junio de 1969, pp. 364-365, 367-368.
Vol. 28, Nº 2, abril 1963. 41 Ibid., septiembre de 1969, pp. 809-811.
108 REVISTA EURE

saber el tamaño de la comunidad en que un al desarrollo de la política de oposición radi-


ciudadano vive no agrega nada a la explica- cal 46.
ción de la participación política. Incluso más, Un problema de esta proposición es que,
estos autores descubrieron una débil relación generalmente, los autores no reconocen que
negativa entre el tamaño de la comunidad y la hipótesis urbanización igual radicalización
los ítem atitudinales y la participación real a tiene dos caras: oposición y radicalización de
nivel local 42. la izquierda y/o de la derecha.
El estudio de Ames, en lo referente a este
aspecto, no encontró una relación entre ur- Hipótesis 5a. La urbanización está re-
banización y participación política en México, lacionada positivamente con radicaliza-
medida esta última variable corno el porcen- ción política, conducta política extre-
taje de electores que votaron efectivamente mista —de derecha o izquierda— e ines-
en cada una de seis elecciones presidenciales tabilidad política.
en México 43.
3. 3. 2. No existe relación. El análisis de
Hipótesis 4b. No existe relación entre Cornelius muestra que los datos para el caso
urbanización y niveles de participación de México no apoyan la hipótesis de la ra-
política. dicalización. Así, el apoyo potencial para los
movimientos de protesta entre los migrantes
3. 3. Urbanización y radicalización política parece ser m uy bajo: sólo 9 por ciento de
los migrantes consideran las demostraciones
3. 3. I. Relación positiva Parte de la litera- de protesta corno el modo más efectivo de in-
tura argumenta que la oposición florece bajo fluenciar las decisiones del gobierno, y alrede-
ciertas condiciones socioeconómicas, tales co- dor de 37 por ciento cree que esta forma de
mo altos niveles de movilización social, de- acción política es el método menos efectivo 47.
sarrollo económico, urbanización. Blanksten,
Además, cuando Ames procedió a un análi-
al referir este argumento al caso de América
sis más sofisticado de sus hallazgos, encontró
latina, dice que los pocos intereses existentes
que el Partido Institucional de la Revolución
en las áreas rurales son incapaces de hacerse
(PIR) mexicano, a pesar del incremento de
oír en política, y que, en cambio, en la ciudad,
los niveles de urbanización en México, había
los grupos de interés se forman fácilmente y
llegado a ser más dominante del panorama po-
plantean las demandas de los sectores urbanos
de la sociedad 4 4 . Otra autor explora esta re- lítico en dicho país. Su análisis de correlación
lación y expresa que la urbanización —mayor final permite concluir a este autor que los
Estados más urbanizados y desarrollados de
concentración de personas, cercanía de los
México incrementaron su porcentaje de votos
centros de decisión política, más altos niveles
para el PIR más que los Estados rurales, que
de educación— genera disturbios, particular-
siempre fueron altos en sus porcentajes de vo-
mente entre los nuevos migrantes. En suma,
tos para dicho partido 4 8 . La paradoja a que
Ridker argumenta que las poblaciones urba-
este autor hace frente es que, mientras él pre-
nas tienden a ser muy sensibles a la propa-
dijo bajo porcentaje de votos para el PIR en
ganda política radical 45. Así, y en general el
los Estados más urbanizados de México, su
argumento de estos autores, dice que las áreas
análisis mostró que los grandes avances del
urbanas presentan condiciones más favorables
PIR eran hechos precisamente en estos Esta-
42 Ibid., septiembre de 1969, pp. 818-819
dos. Ames avanza algunas observaciones para
43 Barry Ames, "Bases of Support for Mexico's Dominant
explicar esta paradoja: el éxito de la gestión
Party", American Political Science Review, Vol. LXIV, Nº económica del gobierno bajo el PIR, gran ca-
1, marzo de 1970, pp. 155, 165-167. pacidad de liderato de los jefes del PIR, des-
44 George I. Blanksten, "The Politics of Latin America", en
Gabriel A. Almond y James A. Coleman, eds., The Politics
of the Developing Areas (Princeton, New Jersey: Princeton 46 Glaucio A. Soares y Robert L. Hamblin, op. cit., p.
University Press, 1960), p. 477. 1062; Rex Hopper, op. cit., p. 265; Wayne A. Cornelius, op.
cit., pp. 835-836.
45 Ronald Eisker, "Discontent and Economic Growth",
Economic Growth and Economic Change, Vol. XI, octubre 47 Wayne A, Cornelius, op. cit., pp. 852-853.
1962, p, 11. 48 Barry Ames, op. cit., p. 165.
EFECTOS SOCIALES YPOLITICOS 109

moralización de la oposición ante la imposibi- reflejaría las más importantes características


lidad de obtener siquiera un mínimo éxito del desarrollo socioeconómico— afectaría la
electoral 49. estructura social de la sociedad, contribuyen-
Horowitz, por su parte, considera que la do a una mayor movilidad social e incremen-
urbanización en países como Brasil, Perú y tando la diferenciación en la vida organiza-
México ha servido para reducir el descontento cional de un país 53 . Estos desarrollos afecta-
revolucionario en dichos países, pero que éste rían el modelo de las divisiones en la arena
no sería el caso general de América latina 50 . política y contribuiría a una mayor heteroge-
En su análisis, la urbanización habría signi- neidad política, incrementando la competen-
ficado el crecimiento de partidos políticos con cia. El sistema de partidos respondería a este
aparato electoral y, por lo tanto, un decreci- panorama complejo y a esta multiplicidad de
miento del ímpetu revolucionario y de las ini- intereses que emergen de la sociedad, trans-
ciativas revolucionarias directas. Por lo tanto, formándose en un sistema de multipartidos
Horowitz argumenta, en Latinoamérica la ciu- políticos.
dad ha pasado a ser el centro de la reforma, y Eulau, siguiendo este enfoque teórico, hipo-
las áreas rurales el centro de la revolución 51. tetizó que las estructuras urbanas conducen
Huntington considera que el lumpen prole- a la existencia de un sistema competitivo de
tariado de las ciudades ha mostrado ser bási- partidos políticos, y que existe una transición
camente conservador, y no un fuerte apoyo de progresiva a sistema de partidos semicompe-
algún movimiento revolucionario. Su explica- titivos y no competitivos (un partido) cuando
ción para esta "cosa golpeadora" es que, en áreas geográficas son ubicadas en un conti-
general, los migrantes habrían mejorado su nuum ecológico urbano-rural. Este autor mide
condición de vida, habrían traído consigo sus la estructura ecológica en términos del grado
valores y actitudes tradicionales a la ciudad, y de urbanización, y describe la estructura del
están siempre, cada día, preocupados con ne- sistema de partidos políticos en términos del
cesidades inmediatas (comida, trabajo, vi- éxito relativo de cada uno de los dos partidos
vienda) y muy urgentes como para dedicar más importantes (de los EE. UU.) en la elec-
tiempo a trabajar en actividades contra el sis- ción de candidatos para la Cámara de Di-
tema político. Agrega este autor que es muy putados Estatal de Ohio. Los datos que pre-
difícil organizar alguna forma de articulación senta y analiza apoyan la hipótesis de que la
de demandas de estos sectores, debido a su urbanización es conducente al desarrollo de
siempre presente desconfianza y antagonismo un sistema de partidos políticos competiti-
interior 52. vo 54.
Phillip Cutright examina esta relación —ur-
Hipótesis 5b. No existe relación entre banización igual sistema de partidos políticos
urbanización y radicalización política. Si competitivo— y aplica medidas estandariza-
existiera alguna, ésta tendería a ser ne- das que él diseñó para el caso de diez Estados
gativa. de EE. UU. Como medida de "competición
política" entre partidos, utiliza el porcentaje
3. 4. Urbanización y sistema multipartidos
de votos que se volcaron a un candidato de
políticos
un determinado partido político. Las eleccio-
3. 4. 1. Relación positiva. Algunos autores nes que utiliza son al nivel de condado, y
argumentan que las comunidades subdesarro- para que un condado sea considerado "com-
lladas se dividen menos, políticamente, que 53 Samuel Eisendstadt, "Social Change, Differentiation and
las más desarrolladas. La urbanización —que Evolution", American Sociological Review, Vol. 29, junio
1964; pp. 375-387; Karl W. Deutsch, op. cit., pp. 493-515;
Daniel Lerner, op. cit.; James R. Elliot, "A Comment on
49 Ibid., pp. 165-166. Inter-Party Competition and Welfare Policies in the Ame-
50 Irving L. Horowitz, op. cit., pp. 143-144, 149. rican States", Journal of Politics, Vol. 27, febrero 1965, pp.
51 Ibid., pp. 150, 162-167. 185-191.
52 Samuel P. Huntington, Political Order in Changing So- 54 Heinz Eulau, "The ecological Bases of Party System:
cieties (New Haven: Yale University Press, 1968), pp. 278- The Case of Ohio", Midwest journal of Political Science, Vol.
283. 1, Nº 2, agosto 1967, pp. 126, 129-135.
110 REVISTA EURE

petitivo" debe dar al candidato no menos de Hipótesis 6a. Existe una relación posi-
37 por ciento de la votación obtenida por los tiva entre urbanización y sistema de
dos partidos políticos. De esta manera, los multipartidos políticos, competitivo.
condados en que se vota desde un 37 hasta competencia política será más baja en
un 63 por ciento por cl Partido Demócrata, las áreas más pequeñas y no urbaniza-
son competitivos; todos los demás son no- das de un país dado.
competitivos. La población urbana de un con-
dado es definida como aquellos lugares en 3. 4. 2. No existe relación. El estudio rea-
que viven 2.500 personas o más y los cordo- lizado por Gold y Schmidhauser fue diseñado
nes densamente poblados alrededor de ciuda- específicamente para testar la hipótesis for-
des de 50.000 o más habitantes. Finalmente, mulada por Eulau —el grado de urbanización
este autor introduce controles de otras dos va- está relacionado positivamente con el grado de
riables: nivel industrial y nivel de conflictos competencia política manifestado en las elec-
religiosos potenciales, ambas variables, con- ciones de condados— para el caso del Estado
sideradas por Cutright como relacionadas con de Iowa. El índice que utilizan para medir la
la presencia o ausencia de competencia entre intensidad de la competencia partidaria es
partidos políticos 55 . Las conclusiones de este más comprensivo que el de Eulau: se refiere
autor son que la probabilidad de ocurrencia a tres niveles de contienda electoral, conda-
de un sistema de partidos políticos en com- dos, representantes estatales y gobernadores.
petencia son más altas en los condados más ur- La clasificación que hacen de los 99 conda-
banizados que en aquellos menos urbaniza- dos de Iowa en cuanto a sus niveles de urba-
dos, y que, además de la urbanización, tanto nización es computado sobre la base de cuatro
los niveles de industrialización como la hete- factores: porcentaje de población empleada
rogeneidad religiosa hacen una contribución en la industria, porcentaje de población ur-
importante de apoyo a una política partida- bana, porcentaje de población en centros de
ria competitiva. Finalmente, para los diez Es- 5.000 o más habitantes, y población de los
tados comparados, una diferencia significati- centros más grandes de cada condado. Estos
va favorece a un medio urbano en nueve de autores llegaron a la conclusión de que al ni-
los diez casos, y cuando se controla por in- vel de elecciones de condado, el monto de
dustrias y conflictos religiosos, la variable ur- competencia partidaria no varía sistemática-
banización continúa explicando fuertemente mente con los niveles de urbanización. Si
la existencia de la competencia entre dos par- algo puede concluirse —ellos dicen— es que la
tidos políticos 56. tendencia a mayor competencia parece estar
asociada con menores niveles de urbanización.
Glaucio Soares y Amedia C. de Norohna Al nivel de elecciones de representantes es-
testaron esta hipótesis para el caso de Brasil. tatales no existe ninguna relación entre urba-
Estos autores usaron el índice elaborado por nización y competencia partidaria, y al nivel
Duncan McRae para medir competencia po- de elecciones gubernatoriales parece existir
lítica entre partidos, y encontraron que para una relación positiva, pero no sistemática, en-
Brasil la variable urbanización afectaba los tre urbanización y competencia partidaria. A
niveles de competencia: los municipios más este último nivel los datos tienden, aunque de
urbanos de 14 Estados brasileños mostraban una manera errática, a apoyar la hipótesis:
un nivel claramente más alto de multiparti- más urbanización, más competencia. Pero a
dismo que aquellos rurales 57. un nivel de elecciones combinadas, esta rela-
ción desaparece por completo. Por lo tanto,
concluyen, en el caso de Iowa, los datos de-
muestran que en los 99 condados del Estado
55 Phillip Cutright, "Urbanization and Competitive Party no existía una relación positiva simple entre
Politics", The Journal of Politics, Vol. 25, Nº 3, agosto de grado de urbanización e intensidad de la com-
1963, pp. 552-553, 555-556. petencia político-partidaria 58.
56 Ibid., pp. 558, 560, 562-563.
57 Glaucio Soares y Amelia María Carvalho de Norohna, 58 David Gold y John R. Schimdhauser, "Urbanization and
"Urbanizacao e Dispersao Eleitoral", Revista de Direito Pu- Party Com petition: The Case of M idwest Journal of
blico e Ciencia Politica, Nº 3, julio-diciembre de 1960, pp. Political Science, Vol. 5, Nº 1, febrero de 1960, pp. 62-63,
258-270. 65, 67-69, 72, 74.
EFECTOS SOCIALES YPOLITICOS 111

Los autores Bonjean y Lineberry testaron los resultados lo llevan a rechazar la hipótesis
esta hipótesis para el caso de los condados de que el sistema de partidos políticos chi-
de todos los Estados de EE. UU. Los 3.101 lenos está relacionado con comunidades de-
condados y equivalentes de condados de los sarrolladas socioeconómicamente. En las elec-
48 Estados norteamericanos fueron seleccio- ciones nacionales, concluye este autor, altos
nados como la unidad de análisis del estudio niveles de competencia entre partidos políticos
y se conceptualiza el fenómeno urbanización se dan tanto en comunas pequeñas y subde-
en términos de cuatro medidas: número de sarrolladas como en las grandes y desarro-
condados en los cuales viven 2.500 personas lladas 60.
o más, el total de población para cada con-
dado, población por milla cuadrada en cada Hipótesis 6b. No existe relación entre
condado, y heterogeneidad (medida por el urbanización y sistema de multipartidos
porcentaje de población nacida en el extran- políticos, competitivos. Los grados de
jero más tres veces el porcentaje de población competencia entre partidos políticos, por
no blanca). La competencia entre partidos es lo tanto, no varían con los niveles de
medida por el porcentaje de votos para aquel urbanización.
partido que recibió el más alto número de
3. 5. Urbanización y la política de distribución
votos en la elección presidencial de 1960
de recursos de. gobierno central
—mientras más pequeño el porcentaje de votos
obtenidos por el partido victorioso, más vigo- Los autores Fry y Winters han propuesto
rosa la competencia—. Para el análisis utili- que ciertas variables —entre ellas, urbaniza-
zan un procedimiento más sofisticado que en ción— explican la distribución de los recursos
los anteriores estudios: análisis factorial y económicos del gobierno. La hipótesis más
correlación Pearson. Los hallazgos son que, no importante que ellos formulan es que son las
importando cuál indicador de urbanización se variables políticas las que tienen una influen-
utilice, no existe relación entre urbanización cia más poderosa en la determinación de la
y competencia entre partidos políticos. La política de distribución de recursos del go-
única correlación más fuerte posible de ob- bierno central, más que las sociales y las eco-
servar fue un muy débil coeficiente (.-116), nómicas. Aunque este estudio está estricta-
entre el número de residentes que votan por mente dirigido al estudio de algunas caracte-
el candidato que ganó la mayoría en dicho rísticas del proceso político norteamericano,
condado 59. pensamos que sería interesante y muy posi-
El análisis de Arturo Valenzuela se con- ble estudiar esta relación para el caso de paí-
centra en el estudio de la relación entre "ur- ses en América latina.
banismo" (como indicador de desarrollo so-
En el análisis de Fry y Winters, la variable
cioeconómico), y su efecto en la variable de-
urbanización, en definitiva, juega un rol muy
pendiente —grado de competencia entre par-
menor —aunque positivo— en la explicación
tidos políticos— para el caso de Chile. La va-
de la variable dependiente y, por lo tanto, se
riable urbanismo se descompone en una serie
confirma la hipótesis central de que las varia-
de variables independientes: asistencia a la
bles políticas y no las sociales o económicas
escuela, instrucción, asistencia médica, pobla-
son las importantes en la determinación de
ción en el sector servicios, población en el
la política fiscal norteamericana en relación
sector industrial, población en el sector mine-
a los Estados de la nación 61.
ro, tamaño de la comuna. Todas éstas se pue-
den agrupar en tres categorías generales: nivel Podríamos hipotetizar entonces que:
de vida, ocupación y educación. El autor pro-
cede entonces a un análisis de correlación sim-
ple y a un análisis de regresión múltiple, y 60 A rturo V alm zuela, "The Scope of the Chilean Party
System — A Synchronic Analysis", Comparative Politics,
59 Charles M. Bonjean y Robert L. Lineberry, "The Ur- Vol. IV, enero de 1972.
banization Party Competition Hypothesis: A Comparison of 61 Brisa R., Fry, y Richard F. Winters, "The Politics of
All United States Counties", The Journal of Politics, Vol. Redistribution", American Political Science Review, Vol.
32, Nº 2, mayo de 1970, pp. 307, 309, 311-313, 318-319. LXIV, Nº 2, junio de 1970, pp. 508, 520.
112 REVISTA EURE

Hipótesis 7. Existe una relación positiva de participación fue explicada por esta sola
entre urbanización y la política del go- variable 63.
bierno central respecto a cargas y be-
neficios de los sectores de provincias. 4. Finalmente, quizás la teoría tradicional
Mientras más alto el grado de urbaniza- acerca de urbanización no es adecuada para
ción, más substancial la política de car- el caso de América latina, en donde urbaniza-
gas y beneficios de dicha política para ción parece estar relacionada tanto con radica-
esa área. lismo como con apatía política. En otras pa-
labras, debemos tener en cuenta que urbani-
V. CONCLUSIONES zación y urbanismo se refieren a variables de
tipo socioeconómico y, a veces, éstas tienen
1. Casi todos los aspectos que se refieren un bajo nivel de poder explicativo de la po-
a urbanización están sujetos a debate y están lítica y, por lo tanto, deberíamos comenzar a
siendo debatidos en análisis diametralmente tratar variables políticas como variables in-
opuestos; hemos resumido la mayoría de las dependientes para explicar patrones atitudi-
proposiciones y contraproposiciones, y pensa- nales y de conducta política.
mos que, a pesar de existir un buen número
Santiago de Chile, abril 1972.
de trabajos empíricos, se necesita más trabajo
en esta misma orientación, especialmente en
el caso de América latina, y a fin de llegar a BIBLIOGRAFIA
una conclusión definitiva; sugeriríamos una
Almond, Gabriel A., y Sidney Verba, The Civic Cul-
orientación teórica y metodológica más pre- ture (Princeton, New Jersey: Princeton University
cisa y posible de comparar. Press, 1963).
2. La orientación teórica de la literatura Ames, Barry, "Bases of Support for Mexico's Domi-
es que la urbanización produce desorientación nant Party", American Political Science Reciew,
personal, desintegración social y disturbios po- Vol. LXIV, Nº 1, marzo de 1970.
líticos, y está siendo desafiada por hallazgos Blankstan, George I., "The Politics of Latin Ameri-
que nos dicen exactamente lo contrario. Ur- ca", Gabriel A. Almond y James A. Coleman, eds.,
The Politics of the Developing Areas (Princeton,
banización no va acompañada de desajustes si- New Jersey: Princeton University Press, 1960).
cológicos, tampoco de desorganización social
Bonjean, Charles M., y Robert L. Lineberry, "The
ni radicalismo política. Sin embargo, creemos Urbanization Party Competition Hypothesis: A
que antes de rechazar el paradigma debemos Comparison of All United States Counties", The Journal
realizar más investigaciones acerca de los fe- of Politics, Vol. 32, Nº 2, mayo de 1970.
nómenos de urbanización y urbanismo. Browning, Harley L., "Urbanization and Moderniza-
tion in Latin America: The Demographic Perspec-
3. Además de estudiar urbanización y urba- tive", en Glenn L. Beyer ed., The Urban Explosion
nismo, creemos que se necesitan estudios acer- in Latin America. A Continent in Process of Mo-
ca de los procesos de socialización y recluta- dernization (Ithaca, New York: Cornell University
Press, 1967).
miento político, particularmente en las aso-
ciaciones de tipo secundario, tales como las Cornelius, Wayne A. "Urbanization as an Agent in
Latin American Political Inestability: The Case of
juntas de vecinos, centros de madres, etc. en México", American Political Science Review, Vol.
Chile, los sectores funcionales del PIR en LXIII, Nº 3, septiembre de 1969.
M éxico 6 2 ; quizás urbanización más organi- Cutright, Phillips, "National Political Development:
zación podría explicar un porcentaje más alto Measurement and Analysis", American Sociological
de la conducta política. Este fue precisamente Review, Vol. 28, Nº 2, abril de 1963.
el caso del estudio de Nie, Powell y Prewitt, Deutsch, Karl W., "Social Mobilization and Political
en la cual la participación en organizaciones Development", American Political Science Review,
Vol. 55, septiembre de 1961.
fue la variable más predictiva de participa-
ción política para todos los países analizados: Di Tella, Torcuato, "Populism and Reform in Latin
un 25 por ciento de la variación en la escala America", en Claudio Véliz ed., Obstacles to

62 Ver, por ejemplo, Goldrich, Daniel, "Political Organiza-


tion and the Politization of the Poblador", Comparative Po- 63 Norman Nie Bingham C. Powell Jr., y Kenneth Prewitt,
litical Studies, julio de 1970. op. cit., junio de 1969, pp. 364-365.
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