APROPIACIÓN EN LA GESTIÓN DEL TERRITORIO 1 de junio de 2016
1. Comentarios al documento Comunidad de Práctica de Gestión
Territorial de la CAREDD+PY: Tres Estudios de Caso sobre Ordenamiento Territorial Comunitario Estructura. El documento contiene los antecedentes, la metodología y los resultados de cada caso, pero falta una valoración de conjunto de la implementación y apropiación de los OTC, en el que se muestre y explique el comportamiento (semejanzas y diferencias) de los principales indicadores en los tres casos abordados. De igual manera faltan las conclusiones generales de la evaluación realizada. En el taller se hizo una presentación que incluye la valoración de conjunto, que con las debidas adecuaciones bien puede incluirse como una primera parte del documento; la segunda parte serían los tres casos estudiados. Y con las conclusiones generales queda completo el documento. Forma. Hay demasiados errores ortográficos, principalmente por la falta de acentos, pero también es mejorable la redacción. En la bibliografía falta la referencia de Bray y Merino (2004). ¿Evaluación o estudios de caso? El objetivo explicitado en el documento es muy claro en el sentido de que lo que se pretendió fue la evaluación del “proceso de implementación y apropiación de los OTC en comunidades y ejidos de la Península de Yucatán”. Pero el título del documento no indica que se trate de una evaluación, sino de tres estudios de caso. La ONU concluyó en 2005, después de intensa consulta, un concepto que es referente en los trabajos de evaluación: “Es una valoración, lo más sistemática e imparcial posible, de una actividad, proyecto, programa, estrategia, política, tópico, tema, sector, área operativa, desempeño institucional, etc. “Incide principalmente sobre los logros esperados y alcanzados, examinando los resultados, los procesos, los factores contextuales y la causalidad, a fin de entender los logros o la ausencia de éstos. “Su objetivo es determinar la relevancia, el impacto, la efectividad, la eficiencia y la sostenibilidad de las intervenciones y contribuciones”. Acorde a ese concepto hay una metodología general de evaluación que, por lo escrito y presentado, no se siguió en el estudio realizado. Dos textos básicos dan cuenta de formas de aplicación de esa metodología general: Manual para la evaluación de programas de desarrollo rural (Santoyo, Ramírez y Suvedi, 2000) y Evaluación socioeconómica de programas de desarrollo (Quispe, 2004). Hay una forma de evaluación que sigue una metodología distinta: la que realizan los participantes en los proyectos. Se trata de la sistematización de experiencias, de la que Rodríguez, Ek y Cauich (2010) elaboraron una guía básica. Metodología. Se refiere que al inicio del trabajo se realizó un foro regional con técnicos, representantes gubernamentales y autoridades ejidales, en el que se estableció la línea base y se definió la metodología a seguir en la evaluación. Pero no se menciona lo esencial de la línea base ni se anexa la relatoría del foro, lo que indudablemente le daría contexto y riqueza al documento. Como única herramienta metodológica se optó por el cuestionario- encuesta. ¿Se consideró el uso del maya para que los encuestados se expresaran en su propio idioma? ¿Se tomó en cuenta que la evaluación podía usarse como una excelente herramienta para incentivar y fortalecer la participación?
El cuestionario-encuesta corresponde a una consulta, porque alguien
externo al grupo pregunta y la gente de la comunidad a la que se le pregunta se limita a contestar. En una conocida escalera de la participación la participación por consulta es el primer escalón de la participación, el nivel más bajo.
En un trabajo reciente, Las consultas de la Conafor a comunidades
indígenas para la Estrategia Nacional de Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación (ENAREDD+), de Aldo González Rojas (2016), incluido en el libro La nueva servidumbre agraria y la resistencia indígena y campesina (Centro de Estudios para el Cambio en el Campo Mexicano, 2016) se plantea que una de las orientaciones de la estrategia REDD+ es precisamente el ordenamiento del territorio, que se ha convertido en la llave de entrada para acceder a programas gubernamentales y de organismos internacionales.
Selección de ejidos. Aún cuando se listan los criterios de selección
utilizados no se muestran los resultados del ejercicio de aplicación de los mismos. Sin embargo, se reconoce que ante conflictos de interés (evaluadores que participaron en la elaboración de los ordenamientos territoriales comunitarios de ciertos ejidos) se siguieron las recomendaciones de diferentes actores, lo que en la práctica invalida los criterios definidos. Selección de encuestados. La selección de la muestra del total de la población resultó en que se eligieran a ejidatarios y a otros sectores de la población. Esa decisión impactó en los resultados, toda vez que quienes tuvieron participación en los ordenamientos territoriales fueron principalmente ejidatarios; muchas respuestas fueron en el sentido de que no sabían de lo realizado. Sin embargo, esta situación puede convertirse en positiva si se incorpora como factor de análisis las diferencias en las opiniones de ejidatarios y de los otros sectores de población. Los OTC (lo que se hizo o se escribió que se hizo) y lo que la gente dice que se hizo. En los OTC se incluye la metodología seguida en su elaboración y se precisa la participación que tuvieron las autoridades ejidales y los ejidatarios. En la evaluación realizada no se hace referencia a los OTC, que por sí mismos son objetos de evaluación, ni se confronta lo dicho por los encuestados con lo asentado en los OTC.
2. Las condiciones internas (el tejido social) en los OTC
Del estudio se deriva una primera contradicción entre el ejido y la comunidad, pues aunque se trata de un mismo territorio en el que viven todos solamente los ejidatarios tienen capacidad para tomar decisiones en cuanto a las tierras ejidales. Esta contradicción se ha presentado en otras comunidades en donde el ejido se ha convertido en instrumento de acaparadores de terrenos urbanos o para grandes obras de generación de energía, y han terminado por vender prácticamente todas sus tierras, con lo que impiden que los pobladores tengan siquiera espacio para la construcción de sus casas o para la práctica a pequeña escala de alguna actividad productiva agropecuaria. Los no ejidatarios han acudido al recurso que ofrece la norma internacional, particularmente el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo, que establece el derecho de las comunidades indígenas a decidir sobre asuntos relacionados con el territorio de los pueblos originarios. No se consigna en el estudio, pero la migración es un fenómeno generalizado en las comunidades rurales de la Península de Yucatán. Migran ejidatarios e hijos de ejidatarios, y algunas migraciones suelen ser duraderas, pero los primeros mantienen a salvo sus derechos ejidales; sin embargo, dejan de cumplir con sus obligaciones ejidales y por tanto no intervienen en los procesos de toma y ejecución de decisiones sobre asuntos que atañen al ejido y a veces a toda la comunidad. El padrón ejidal, en consecuencia, no está actualizado. Existen distintas formas y diferentes niveles de participación de los ejidatarios, pero predomina la delegación de responsabilidades en las autoridades ejidales. Así resultó en el estudio, pues las autoridades son los custodios del OTC y son los responsables de ejecutarlo y de darle seguimiento. Es escaso el involucramiento del conjunto de ejidatarios y es amplia la distancia entre la base ejidal y las autoridades ejidales. Formas intermedias de organización y participación, como comisiones a cargo del diseño, o de la ejecución, o del seguimiento o de la evaluación de los OTC podrían ser estrategias para el fortalecimiento de la participación, de la apropiación de los procesos de gestión del territorio y del desarrollo de capacidades. Las normas definidas desde el ejido. Independientemente de su inclusión en un reglamento interno los ejidos se han dado un conjunto de normas que regulan su funcionamiento y el uso y conservación de sus recursos naturales. Así quedó patente en el caso de Petulillo, en el que los encuestados reconocieron que lo asentado en el OTC corresponde a normas que el ejido había definido con anterioridad. 3. Preguntas para orientar la discusión 1. Participación de la comunidad en los OTC. ¿Quiénes y de que maneras participan en la toma y ejecución de decisiones de asuntos que atañen al ejido y al conjunto de la comunidad, como los OTC? ¿Cómo motivar la participación de los distintos actores de la comunidad en la elaboración, ejecución y seguimiento y evaluación de los OTC: ejidatarios, hijos de ejidatarios, avecindados, posesionarios (o comuneros), mujeres, niños? 2. Obstáculos a la participación. ¿Qué factores o circunstancias limitan la participación, tanto de ejidatarios como de otros actores de la comunidad en los OTC y en otros asuntos que atañen al conjunto de la comunidad? 3. Normas locales vs OTC. ¿Cómo se toman acuerdos y cómo se establecen las normas locales relativas al uso y conservación de los recursos naturales? ¿Es posible que se logren acuerdos que en la práctica sean verdaderos OTC, a tal grado que sean prescindibles los ordenamientos territoriales comunitarios promovidos desde el gobierno?