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La Previsión Social es el conjunto de medios y acciones dirigidas a atender las necesidades de los

integrantes de una sociedad. Su objetivo es lograr que se mejoren las condiciones sociales,
económicas y humanas de la población mediante la protección de los individuos ante la pobreza,
la enfermedad, el desempleo, la discapacidad o los problemas derivados de la vejez.

La previsión social es una protección que proporciona la propia sociedad, ya que estas medidas se
financian por todos los ciudadanos mediante el pago de impuestos. Se trata de un mecanismo de
protección solidario, donde la población económicamente activa ayuda a mantener a aquellos que
no pueden trabajar.

Se distinguen dos grandes sistemas de Previsión:

Previsión Social Pública (denominada en la mayoría de los países Seguridad Social)

El Estado garantiza a las personas que se encuentren dentro de su ámbito de aplicación el derecho
a la salud, la atención médica, el otorgamiento de una pensión y otras prestaciones sociales
encaminadas a garantizar el bienestar individual.
Al ser un conjunto de medios que proporciona el Estado, la Previsión Social Pública se canaliza
mediante diversas instituciones según cada país. El Instituto Nacional de la Seguridad Social de
España, el Instituto Mexicano del Seguro Social y el Instituto de Previsión Social de Paraguay son
algunos ejemplos de instituciones dedicadas a la previsión.

Previsión Social Complementaria (de carácter privado)

Es un sistema voluntario que se financia a través de aportaciones individuales. En este contexto se


encuadran los planes de pensiones y los seguros de vida entre otros instrumentos financieros
comercializados por entidades privadas y destinados, principalmente, al ahorro.

Teorias: de la Culpa, Responsabilidad Contractual, Responsabilidad Patronal

Teoría de la Culpa:

Culpa es el término jurídico que, según Francesco Carrara, al igual que la negligencia, supone la
"voluntaria omisión de diligencia en calcular las consecuencias posibles y previsibles del propio
hecho".

A esta teoría se le han formulado diversas críticas, lo que no implica que no se reconozca que el
concepto de previsibilidad desempeña un papel de importancia en la culpa, sino tan solo que ese
elemento no puede considerarse como suficiente para servirle de fundamento, dado que en otras
razones, aun siendo previsible el resultado, puede no darse la culpa, si el sujeto ha actuado con la
debida diligencia y prudencia.

Culpa civil y culpa penal

El concepto de culpa penal es semejante al de culpa civil: en ambos casos la culpa se define por
una omisión de la conducta debida para prever y evitar el daño. Se manifiesta por la imprudencia,
negligencia, impericia o inobservancia de reglamentos o deberes. Sin embargo, en la apreciación
de la culpa a los fines del resarcimiento del daño, en un caso, y de la represión del delito, en el
otro, existen pautas diversas: en el primer caso la culpa se aprecia como un criterio muy afinado
para no dejar a la víctima sin reparación; en el segundo, existe mayor rigor para valorar las
circunstancias constitutivas de la culpa con el propósito de no condenar a un inocente. De allí que:
la más leve culpa impone responsabilidad civil al autor de un daño y, por consiguiente, una
absolución penal por falta de culpa no hace cosa juzgada en lo civil. Corolario del mismo principio
es que puede fundarse la responsabilidad civil en una simple culpa en la vigilancia y que aun ésta
se presuma, lo que no se admite, en principio, en materia penal.

Delito culposo

En Derecho se define al delito culposo como el acto u omisión que produce un resultado descrito y
sancionado en la ley penal, a causa de no haber previsto ese resultado siendo previsible, o se
previó confiando en que no se produciría, en virtud de no observar un deber de cuidado que debía
y podía observar según las circunstancias y condiciones personales.

El término "culposo" generalmente se utiliza en materia de siniestros y seguros vehiculares,


aunque también se utilizan acepciones como delitos imprudenciales o no intencionales

Estaremos entonces, frente a un delito culposo cuando se realiza una conducta o una omisión que
produjo un resultado que ya la ley penal establece y sanciona y que por lo general es un resultado
dañoso; por otra parte ese resultado puede ser conocido o desconocido por el ciudadano pero que
la ley nos impone el deber de conocerlo o por lo menos de imaginar sus alcances para luego
entonces poder preverlo y evitar que se produzca, sin embargo aquel ciudadano que no prevea
ese resultado, o si lo prevea y confíe en que no se producirá, y debido a esa confianza o falta de
previsión deje de tomar o ni siquiera tome las medidas necesarias para evitar ese daño será sujeto
a la

Diferencia con el dolo

La culpa en sentido amplio abarca la culpa en sentido estricto, y el dolo. La culpa en sentido
estricto es definida como la falta de intención en el sujeto activo de provocar las consecuencias
que el acto que emprende suscita -por lo que se dice que no se representó mentalmente el
resultado de su accionar-, mientras que el dolo es la intención de cometer el acto en cuestión y
consecuentemente, causar sus consecuencias -por lo que previamente se representó
mentalmente el resultado de su acto-.

La culpa entonces es el actuar imprudente, negligente, en otras palabras la conducta atrevida o


descuidada del sujeto activo. El límite entre culpa y dolo -límite entre el actuar culposo y el doloso-
, está dado por la culpa consciente y el dolo eventual. Así, en la culpa consciente hay
representación mental del resultado que conlleva el acto efectuado, pero se suma a ello el criterio
del sujeto activo de que tal resultado perjudicial, finalmente delictual, no se concretará por una
mala valoración de las circunstancias del hecho -que podría calificarse generalmente como un
exceso de confianza-, no susceptible de ocurrir si se actuara con un criterio estándar de cuidado y
atención.

Por otra parte, en el dolo eventual, como en el directo, hay una representación del resultado
disvalioso, pero difiere de éste, del dolo eventual, en que a ello se le suma el desinterés de si tal
resultado se produce o no.

Un ejemplo de lo expuesto se daría si consideramos a una persona que conduce un automóvil a


gran velocidad por una calle céntrica y atropella a un peatón que cruzaba dicha arteria. Habrá
conducta culposa si lo hizo pensando en que no se produciría el accidente por su habilidad para el
manejo, y habrá conducta dolosa si condujo en tal forma sin importarle el atropellar o no a
alguien. Tal diferencia, a todas luces subjetiva, es de difícil valoración y aún más difícil prueba en la
práctica judicial.

Formas de la culpa

Negligencia.- Descuido en el actuar. Omisión consciente, descuido por impericia o dejar de cumplir
un acto que el deber funcional exige. En materia penal, es punible.

Imprudencia.- Punible e inexcusable negligencia con olvido de las precauciones que la prudencia
vulgar aconseja, la cual conduce a ejecutar hechos que, a mediar malicia en el actor, serían delitos.

Impericia.- Falta de pericia. Pericia.-(Del latín peritia) Sabiduría, práctica, experiencia y habilidad
en una ciencia o arte.

Inobservancia.- Consiste que al desempeñar ciertas actividades o cargos, el sujeto omita cumplir
los deberes impuestos por los reglamentos u ordenanzas.

Clasificación de la culpa por su gravedad

Es muy importante la clasificación de la culpa por su gravedad, dado que en muchas ocasiones los
contratos eximen de responsabilidad para ciertos grados de culpabilidad. Es habitual la distinción
entre:

 Culpa grave o lata.

 Culpa leve.

 Culpa levísima.

En muchos casos la jurisprudencia hace equivaler la culpa grave al dolo. Realmente, no se está
haciendo equivaler ambos conceptos pero, en la práctica, y dado que probar la intención es
sumamente difícil, se entiende que una culpa grave o muy grave se asemeja demasiado a una
actuación intencionada, dado que es difícil comprender que se haya hecho de forma involuntaria.

Responsabilidad contractual
La responsabilidad contractual es aquella que nace del contrato (a diferencia de
la responsabilidad extracontractual) y requiere que la parte (sujeto) que la exige se halle ligada
mediante un nexo contractual a la persona que la debe.

La inejecución de contratos y la responsabilidad contractual

El contrato puede ser mal ejecutado o no ser ejecutado del todo. En estos casos, el acreedor tiene
el derecho de acudir a las instancias judiciales, para obligar al deudor a satisfacer forzosamente el
contrato o a ser indemnizado por daños y perjuicios. Tratándose de obligaciones de hacer, el
cumplimiento forzoso no es posible.

La falta contractual es una conducta antijurídica imputable al deudor. El incumplimiento debe ser
culposo o doloso. Algunos ordenamientos, que siguen la teoría subjetivista de la valoración de la
responsabilidad, toman en cuenta el dolo para agravar la responsabilidad del deudor. En ciertas
obligaciones, ni siquiera la fuerza mayor exime del cumplimiento de la deuda, por ejemplo, en las
obligaciones de entregar una suma de dinero.

Una de las contingencias que más influencia tienen sobre los trabajadores y la cual se materializa
como un flagelo que ha diezmado a la población laboral, lo constituyen precisamente los riesgos o
accidentes del trabajo. El empleador al establecer una empresa, explotación, faena o
establecimiento, asume directamente los riesgos y contingencias de carácter económico, por lo
cual es sumamente importante que cumplan las normas establecidas sobre las Condiciones de
Trabajo y de Higiene y Seguridad. En base a ello, es importante analizar las normas legales
establecidas en nuestro ordenamiento jurídico con respecto a las condiciones de trabajo y normas
de higiene y seguridad industrial, como lo contenido en la Ley Orgánica del Sistema de Seguridad
Social, Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo y en la Ley Orgánica
del Trabajo.

Condiciones de Trabajo

La obligación que pesa sobre todo empleador, de garantizar la vida y salud física y mental de los
trabajadores, tiene rango constitucional y aparece consagrada de manera específica o concreta en
el único aparte el artículo 87 de la Constitución Bolivariana de la República de Venezuela,
publicada en la Gaceta Oficial No. 36.860 de fecha 30-12-1999. Que dice:

Artículo 87:

“(…) Todo patrono o patrona garantizará a sus trabajadores y trabajadoras condiciones de


seguridad, higiene y ambiente de trabajo adecuados. El Estado adoptará medidas y creará
instituciones que permitan el control y la promoción de estas condiciones.” (negrillas nuestras).

Dicha norma se encuentra en estrecha relación con las previsiones de los artículos: 83 (El Estado
debe Responder en Materia de Salud), 84 (Derecho a la Salud), 85 (Financiamiento del Sistema
Público de la Salud), 86 (Seguridad Social), del mismo cuerpo normativo.
Con fundamento en la misma filosofía constitucional, la Ley Orgánica del Sistema de Seguridad
Social, publicada en la Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela No.37.600, de fecha
30-12-2002, establece en su artículo 94 lo siguiente:

“Se crea el Régimen Prestacional de Seguridad y Salud en el Trabajo responsable, en


concordancia con los principios del sistema público nacional de salud, de la promoción del trabajo
seguro y saludable; del control de las condiciones y medio ambiente de trabajo, de la prevención
de los accidentes de trabajo y enfermedades ocupacionales, de la promoción e incentivo del
desarrollo de programas de recreación, utilización del tiempo libre, descanso y turismo social, y el
fomento de la construcción, dotación, mantenimiento y protección de la infraestructura recreativa
de las áreas naturales destinadas a sus efectos y de la atención integral de los trabajadores ante
la ocurrencia de un accidente de trabajo o enfermedad ocupacional y de sus descendientes
cuando por causas relacionadas con el trabajo nacieren con patologías que generen necesidades
especiales; mediante prestaciones dinerarias y no dinerarias, políticas, programas, servicios de
intermediación, asesoría, información y orientación laboral y la capacitación para inserción y
reinserción al mercado de trabajo; desarrollados por este régimen o por aquellos que establezca
esta Ley y la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo. (negrillas
nuestras).

Igualmente la Ley Orgánica del Trabajo (1999) consagra, en la redacción amplia y genérica de los
artículos 185, 236 y 237 respectivamente, la obligación de los patronos de garantizar condiciones
de higiene y seguridad a sus trabajadores y adecuar los centros de trabajo en forma que éstos no
se vean afectados física ni mentalmente.

Las condiciones de trabajo son las diferentes circunstancias de tiempo, lugar, forma y modo en
que debe prestarse el trabajo. Han constituido el objeto primordial, fundamental de la lucha social
y del mismo Derecho del Trabajo, para lograr condiciones de trabajo óptimas y preservar así la
salud del trabajador, y en beneficio del patrono, quien puede lograr una mejor productividad.

El Dr. Rafael Caldera consideraba que las condiciones de trabajo mínimas no han de verse como
accesorias de un contrato de trabajo, sino como requisitos legales aplicables en toda situación en
que surja el hecho social trabajo (Caldera, 1975).

El autor mexicano Mario de la Cueva al respecto dice: “Entendemos por condiciones de trabajo las
normas que fijan los requisitos para la defensa de la salud y la vida de los trabajadores en los
establecimientos y lugares de trabajo y las que determinan las prestaciones que deben percibir los
hombres por su trabajo” (De la Cueva, 1975).

La Ley Orgánica del Trabajo no define las Condiciones de Trabajo, sino establece que el trabajo
deberá prestarse, de acuerdo con la Ley, en condiciones que:

1. Permitan a los trabajadores su desarrollo físico y síquico normal;

2. Les dejen tiempo libre suficiente para el descanso y cultivo intelectual, y para la recreación y
expansión lícita;
3. Presten suficiente protección a la salud y a la vida contra enfermedades y accidentes; y

4. Mantengan el ambiente en condiciones satisfactorias.

Las condiciones de trabajo pueden fijarse mutuamente por las partes, pero no podrán ser
inferiores a las señaladas por la LOT o por la convención colectiva. Prohíbe la Ley establecerse
entre trabajadores que ejecuten igual labor diferencias no previstas por la Ley. Se considera bajo
protección del Estado el aprovechamiento del tiempo libre para la cultura, para el deporte y para
la recreación. Se mantiene la obligación del patrono de fijar anuncios relativos a la concesión de
días y horas de descanso, en letras grandes, puestos en lugares visibles en el respectivo
establecimiento o en cualquiera otra forma aprobada por la Inspectoría del Trabajo.

En concordancia con lo anteriormente descrito, es necesario hacer referencia sobre los deberes
que deben cumplir las empresas, establecidos en la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y
Medio Ambiente de Trabajo en sus artículos 56 y 59, los cuales dicen:

Artículo 56:

“Son deberes de los empleadores y empleadoras, adoptar las medidas necesarias


para garantizar a los trabajadores y trabajadoras condiciones de salud, higiene, seguridad y
bienestar del tiempo libre, descanso y turismo social e infraestructura para su desarrolloen los
términos previstos en la presente Ley y en los tratados internacionales suscritos por la República,
en las disposiciones legales y reglamentarias que se establecieren, así como en los contratos
individuales de trabajo y en las convenciones colectivas. A tales efectos deberán:

1. Organizar el trabajo de conformidad con los avances tecnológicos que permitan su ejecución en
condiciones adecuadas a la capacidad física y mental de los trabajadores y trabajadoras, a sus
hábitos y creencias culturales y a su dignidad como personas humanas.

2. Consultar a los trabajadores y trabajadoras y a sus organizaciones, y al Comité de Seguridad y


Salud Laboral, antes de que se ejecuten, las medidas que prevean cambios en la organización del
trabajo que puedan afectar a un grupo o a la totalidad de los trabajadores y trabajadoras o
decisiones importantes de seguridad e higiene y medio ambiente de trabajo.

3. Informar por escrito a los trabajadores y trabajadoras de los principios de la prevención de las
condiciones inseguras o insalubres, tanto al ingresar al trabajo como al producir un cambio en el
proceso laboral o una modificación del puesto de trabajo e instruirlos y capacitarlos respecto a la
promoción de la salud y la seguridad, la prevención de accidentes y enfermedades profesionales
así como también en lo que se refiere a uso de dispositivos personales de seguridad y protección.

4. Informar por escrito a los trabajadores y trabajadoras y al Comité de Seguridad y Salud


Laboral de las condiciones inseguras a las que están expuestos los primeros, por la acción de
agentes físicos, químicos, biológicos, meteorológicos o a condiciones disergonómicas o
psicosociales que puedan causar daños a la salud, de acuerdo a los criterios establecidos por el
Instituto Nacional de Prevención, Salud y Seguridad Laborales.
5. Abstenerse de realizar, por sí o por sus representantes, toda conducta ofensiva maliciosa,
intimidatoria y de cualquier acto que perjudique psicológica o moralmente a los trabajadores y
trabajadoras, prevenir toda situación de acoso por medio de la degradación de las condiciones y
ambiente de trabajo, violencia física o psicológica, aislamiento o por no proveer una ocupación
razonable al trabajador o la trabajadora de acuerdo a sus capacidades y antecedentes y evitar la
aplicación de sanciones no claramente justificadas o desproporcionadas y una sistemática e
injustificada crítica contra el trabajador o la trabajadora, o su labor.

6. Informar por escrito al Instituto Nacional de Prevención, Salud y Seguridad Laborales y al


Instituto Nacional de Capacitación y Recreación de los Trabajadores de los programas
desarrollados para la recreación, utilización de tiempo libre, descanso y turismo social, del estado
de la infraestructura para la ejecución de los mismos, del impacto en calidad de vida, salud y
productividad, así como las dificultades en la incorporación y participación activa de los
trabajadores y trabajadoras en ellos.

7. Elaborar, con la participación de los trabajadores y trabajadoras, el Programa de Seguridad y


Salud en el Trabajo de la empresa, las políticas y compromisos y los reglamentos internos
relacionados con la materia, así como planificar y organizar la producción de acuerdo a esos
programas, políticas, compromisos y reglamentos.

8. Tomar las medidas adecuadas para evitar cualquier forma de acoso sexual y establecer una
política destinada a erradicar el mismo de los lugares de trabajo.

9. Abstenerse de toda discriminación contra los aspirantes a obtener trabajo o contra los
trabajadores y trabajadoras y, dentro de los requerimientos de la actividad productiva, respetar la
libertad de conciencia y expresión de los trabajadores y trabajadoras.

10. Tomar todas las medidas adecuadas para asegurar la privacidad de la correspondencia y
comunicaciones de los trabajadores y trabajadoras y el libre acceso a todos los datos e
informaciones referidos a su persona.

11. Notificar al Instituto Nacional de Prevención, Salud y Seguridad Laborales, con carácter
obligatorio, las enfermedades ocupacionales, los accidentes de trabajo y cualquier otra condición
patológica que ocurriere dentro del ámbito laboral previsto por esta Ley y su Reglamento y llevar
un registro de los mismos.

12. Llevar un registro actualizado de las condiciones de prevención, seguridad y salud laborales, así
como de recreación, utilización del tiempo libre, descanso y turismo social de acuerdo a los
criterios establecidos por los sistemas de información del Instituto Nacional de Prevención, Salud y
Seguridad Laborales.

13. En caso de actividades que por su peligrosidad sean consideradas por el Reglamento como
susceptibles de controles especiales por los daños que pudiera causar a los trabajadores y
trabajadoras o al ambiente, informar por escrito al Instituto Nacional de Prevención, Salud y
Seguridad Laborales las condiciones inseguras y las medidas desarrolladas para controlarlas de
acuerdo a los criterios que éste establezca.

14. Documentar las políticas y principios adoptados en materia de seguridad y salud en el trabajo
de acuerdo con lo establecido en la presente Ley en la normativa que lo desarrolle.

15. Organizar y mantener los Servicios de Seguridad y Salud en el Trabajo previsto en esta Ley.

Artículo 59:

“A los efectos de la protección de las trabajadoras y trabajadores, el trabajo deberá desarrollarse


en un ambiente y condiciones adecuadas de manera que:

1. Asegure a los trabajadores y trabajadoras el más alto grado posible de salud física y mental, así
como la protección adecuada a los niños, niñas y adolescentes y a las personas con discapacidad o
con necesidades especiales.

2. Adapte los aspectos organizativos y funcionales, y los métodos, sistemas o procedimientos,


utilizados en la ejecución de las tareas, así como las maquinarias, equipos, herramientas y útiles de
trabajo, a las características de los trabajadores y trabajadoras, y cumplan con los requisitos
establecidos en las normas de salud, higiene, seguridad y ergonomía.

3. Preste protección a la salud y a la vida de los trabajadores y trabajadoras contra todas las
condiciones peligrosas en el trabajo.

4. Facilite la disponibilidad de tiempo y las comodidades necesarias para la recreación, utilización


del tiempo libre, descanso, turismo social, consumo de alimentos, actividades culturales,
deportivas; así como para la capacitación técnica y profesional.

5. Impida cualquier tipo de discriminación.

6. Garantice el auxilio inmediato al trabajador o la trabajadora lesionado o enfermo.

7. Garantice todos los elementos del saneamiento básico en los puestos de trabajo, en las
empresas, establecimientos, explotaciones o faenas, y en las áreas adyacentes a los mismos”
(República Bolivariana de Venezuela, 2005).

Asimismo las normas sobre Higiene y Seguridad en el Trabajo, contenidas en los artículos 236 al
246 de la Ley Orgánica del Trabajo, contemplan una serie de normas de carácter constitucional
que tienden a preservar las condiciones de higiene y seguridad, que garanticen a los trabajadores
la salud física y mental de los mismos, en un medio ambiente de trabajo adecuado y propicio.

Señala la LOT (artículo 237) que ningún trabajador podrá ser expuesto a la acción de agentes
físicos, condiciones ergonómicas, riesgos sicosociales, agentes químicos, biológicos o de cualquier
otra índole, sin ser advertido acerca de la naturaleza de los mismos, de los daños que pudieren
causar a la salud, y aleccionado en los principios de su prevención.
Igualmente se establece la prohibición de hacer los trabajadores sus comidas en el propio sitio de
trabajo, salvo cuando se trate de casos que no permitan separación del mismo, igualmente no se
permite que duerman en el sitio de trabajo, salvo aquellos que por razones del servicio o de fuerza
mayor, deban permanecer allí. La obligación de suministrar sillas a los trabajadores para utilizarlas
en determinados momentos.

Es necesario destacar que ha sido y sigue siendo todavía difícil lograr concientizar a los
empleadores y a los propios trabajadores sobre la imperiosa necesidad de mantener los sitios y
lugares de trabajo en condiciones de higiene y seguridad que permitan una doble orientación
efectiva, es decir, por un lado lograr garantizar a los trabajadores una higiene y seguridad que los
ponga a salvo de los riesgos y contingencias del trabajo, especialmente de los accidentes y
enfermedades profesionales, y por el otro es sorprendente ver como cada día se desarrollan
procesos tecnológicos mejores, y avances metodológicos para producir más y menos costo; se
gastan millonarias sumas en la investigación y aplicación de la nueva tecnología, pero
lamentablemente no hay igual preocupación para preservar al hombre y a la mujer trabajadora de
los efectos de las consecuencias que estas nuevas tecnologías han causado y siguen causando en
la salud física y mental de los trabajadores.

La medicina del trabajo constituye en Venezuela una de las cenicientas de toda la infraestructura
de la protección del trabajador; no existe conciencia para preservar y mejorar el hábitat laboral,
desgraciadamente, muchas veces los trabajadores tienen que enfrentarse a diario con riesgos
producto de contaminaciones con elementos que se utilizan en la preparación, manufactura de
distintos procesos industriales, que afectan y degradan su integridad física, laborar en condiciones
de trabajos inapropiadas no respetando las normas establecidas en la higiene y seguridad del
trabajo, esto puede dar origen a accidentes o enfermedades laborales, donde la empresa tendrá
que responder frente a los trabajadores que hayan sufrido tales hechos.

Definición de Responsabilidad Contractual

Cuando firmamos un contrato adquirimos un compromiso, es decir, una responsabilidad de


obligado cumplimiento. Este tipo de responsabilidad hace referencia a aquellas situaciones en las
que se produce algún tipo de vínculo entre dos partes, por ejemplo un empleador y un empleado
que firman un contrato laboral o dos socios que tienen una sociedad en común.

Conceptos claves que forman parte de la responsabilidad contractual en el marco del Derecho civil
La idea de responsabilidad tiene que ver con las consecuencias jurídicas que se asumen en relación
con un hecho ilícito cometido por alguien o bien cuando un deudor incumple su obligación frente
a un acreedor.

Existe dolo cuando se incumple un contrato a sabiendas, es decir, conociendo que se incumplen
ciertas obligaciones recogidas en un contrato.

Existe culpa cuando se produce un acto de manera inconsciente y sin voluntad de incumplir una
responsabilidad asumida en un contrato (por ejemplo, si un trabajador se duerme durante su
jornada laboral, su acción es culposa pero no dolosa). Como es lógico, en la esfera del derecho se
contemplan distintos niveles de culpa dependiendo de las consecuencias negativas que se
produzcan.

La responsabilidad por custodia (praestare custodiam en el derecho romano) es un concepto


polémico, pues se refiere a hechos independientes de la voluntad (por ejemplo, el hurto en un
establecimiento y la consiguiente responsabilidad del dependiente).

En algunos casos, la responsabilidad contractual desaparece, pues se considera que hay una causa
de fuerza mayor que lo justifica (por ejemplo, un dependiente que se enfrenta a un robo a mano
armada no tiene que asumir ninguna responsabilidad).

El factum debitoris o hecho del deudor, un criterio según el cual el cumplimiento de una
responsabilidad debe valorarse de manera estricta y no según las posibles consecuencias (por
ejemplo, si cumplo de buena fe con la venta de un animal, pero con posterioridad el animal
adquirido por el comprador fallece).

Responsabilidad civil extracontractual


Como criterio general, aquella persona que por dolo o culpa causa un daño a otro, está obligado a
indemnizarlo. Este tipo de responsabilidad es extracontractual porque entre las dos personas
implicadas no hay ningún tipo de contrato o de relación jurídica que les vincule.

... via Definicion ABC https://www.definicionabc.com/derecho/responsabilidad-contractual.php

La responsabilidad contractual es una forma de responsabilidad civil que consiste en hacerse cargo
de las consecuencias que surgen para el deudor por haberse obligado voluntariamente, con
respecto a su acreedor en virtud de un contrato, que genera obligaciones recíprocas en caso de
los contratos bilaterales o sinalagmáticos, o para una sola de las partes en el caso de los contratos
unilaterales. Debe diferenciarse de la responsabilidad extracontractual, otra forma de
responsabilidad civil, nacida de la comisión de delitos (que también originan responsabilidad
penal) o cuasidelitos, o por imperio de la ley.

La primera obligación que debe asumir el deudor de una obligación contractual, es el


cumplimiento de la prestación pactada, y si no lo hace incurrirá en mora, salvo que pruebe que no
cumplió por caso fortuito o por fuerza mayor.
El contrato genera una atadura legal entre las partes, de tal modo que si una de ellas no cumple, la
otra que cumplió u ofreció cumplirla puede demandar su cumplimiento o los daños y
perjuiciosocasionados por el incumplimiento.

Por ejemplo, si una persona incumple la obligación de pagar el precio convenido por una compra,
y esto le ocasiona al acreedor el perjuicio de no poder contar con ese dinero, para a su vez pagar
una deuda que él tenía por la que le cobrarán intereses, pueden ser alegados estos perjuicios para
que sean abonados por el deudor que no ha pagado.

En los contratos donde no se ofrecen resultados concretos, como por ejemplo en el caso del
abogado que se compromete a defender a un cliente, no surgirá su responsabilidad por perder el
juicio, sino por no poner toda su diligencia y cuidado en la defensa del cliente. Esto origina los
juicios de mala praxis.

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