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2
SIGLAS Y ABREVIATURAS ESPECIALES
3
INDICE
Dedicatoria 2
Siglas y abreviaturas especiales 3
Introducción 6
Hipótesis 13
Breve reseña histórica sobre la discapacidad 14
Marco conceptual 19
Tramitación de la declaración de discapacidad y beneficios 25
Discapacidad y matrimonio 27
Procreación 39
Discapacidad mental y derecho de alimentos 49
Procedimiento de interdicción 57
Conclusiones 62
ANEXOS
Ley N° 18.600 65
DTO N° 99 Ministerio de Relaciones Exteriores año 2002
Convención Interamericana para la eliminación de todas las
formas de discriminación contra las personas con discapacidad 75
Res. Exenta 2326 Ministerio de Salud, año 2000 83
Declaración de los derechos del retrasado mental (1971) 86
Declaración de los derechos de los impedidos (1975) 89
Principios para la protección de los enfermos mentales y el
mejoramiento de la salud mental (1991) 93
Normas uniformes sobre la igualdad de oportunidades para
las personas con discapacidad (1993) 112
Recomendación de la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos sobre la promoción y protección de los derechos de las
personas con discapacidad mental (2001) 153
Declaración de Montreal sobre la discapacidad intelectual (2004) 159
4
Sentencia causa rol 663-2004 del Tercer Juzgado de Menores de
Santiago (15 de mayo de 2006) 165
Bibliografía 175
Webgrafía 176
5
INTRODUCCIÓN
1
http://www.risolidaria.tdata.cl sitio consultado el día 25 de Septiembre de 2006 a las 00:26 hrs.
6
“1. Que se involucren activamente en la defensa de los derechos
humanos de las personas con discapacidad mental, incluyendo en sus
programas acciones concretas.”2
Quisiéramos con esta tesis, participar de esta recomendación.
El 10% de la población mundial tiene discapacidad.3 El 22% de
quienes tienen discapacidad sufren discapacidad en el área mental o
psíquica.4 Es decir, en Chile, al año 2002 tendrían que haber existido
aproximadamente 332.561 personas con discapacidad mental, sin embargo
según el Censo del año 2002, sólo había 98.149 personas con ese tipo de
discapacidad.5 Esto nos lleva a concluir, necesariamente, que más de dos
tercios de la población nacional que tiene discapacidad mental no lo dice, o
no solicita la declaración de discapacidad. ¿Por qué no hacerlo, si la
declaración de discapacidad tiene como consecuencia jurídica una serie de
beneficios?
Las personas que padecen una enfermedad mental discapacitante,
tienen un doble sufrimiento: por una parte, el provocado por la propia
enfermedad o trastorno, y por otro, el provocado por la sociedad misma. La
sociedad tiende a discriminar y a estigmatizar a las personas que sufren
este tipo de enfermedades, situación que ha sido reconocida por las
Naciones Unidas y que desde hace varios años es motivo de gran
preocupación en el mundo.
Es así como se han aprobado, por la Asamblea General de las
Naciones Unidas, diversos instrumentos de Derecho Internacional referidos
al tema: mediante resolución número 2.856 de 20 de diciembre de 1971, se
2
Recomendación aprobada por la Comisión en su 111° período extraordinario de sesiones, el 4 de
Abril de 2001.
3
Organización Mundial de la Salud – Plan de Acción para la Discapacidad y la Rehabilitación, 2006-
2011, en http://www.who.int/disabilities/publications/dar_action_plan_2006to2011.pdf, sitio
consultado el día 2 de julio de 2006 a las 12:30 hrs.
4
Servicio de Registro Civil en http://www.registrocivil.cl/f1_discapacidad.html, sitio consultado el
día 26 junio de 2006 a las 18:45 hrs.
5
Instituto Nacional de Estadísticas (INE), en http://www.ine.cl/cd2002/sintesiscensal.pdf , sitio
consultado el día 3 Julio de 2006 a las 00:10 hrs.
7
aprobó la “Declaración de Derechos de Personas con Retraso Mental”;
luego el 9 de diciembre de 1975 mediante resolución número 3.447 se
aprobó la “Declaración de los Derechos de Personas Discapacitadas”; el 17
de diciembre de 1991, mediante resolución número 46/119 se aprobaron los
“Principios para la Protección de los Enfermos Mentales y el Mejoramiento
de la Atención de la Salud Mental” y, finalmente, el 20 de diciembre de
1993, mediante resolución 48/96, se aprobaron las “Normas Uniformes
sobre la Igualdad de Oportunidades para las Personas con Discapacidad”.6
Cabe hacer notar que el título original en inglés, de la resolución
número 3.447, señalada en el párrafo anterior, “Principios para la Protección
de los Enfermos Mentales y el Mejoramiento de la Atención de la Salud
Mental”, es “Principles for the protection of persons with mental illness and the
improvement of mental health care” , lo que se traduce como “Principios para
la protección de personas con enfermedad mental (..)” (traducción libre) y no
se habla de “enfermos mentales”. La diferencia entre uno y otro término es
radical, ya que la expresión “enfermo mental” es estigmatizante. No es lo
mismo “tener una enfermedad” que “ser un enfermo”, ya que la enfermedad
no determina a la persona como ser humano, ni la identifica.
La estigmatización en la raíz, o sea, en la denominación del
problema, no carece de relevancia, ya que es la causa de la discriminación.
Cecilia Cruz Villares, de la Universidad Federal de São Paulo, en su
trabajo titulado “¿Es posible disminuir el estigma asociado a la esquizofrenia?” 7,
señala: “(...) Las personas que sufren de trastornos mentales graves enfrentan un
doble desafío: lidiar con los síntomas y las incapacidades resultantes de la
enfermedad, y con los estereotipos y prejuicios generados por conceptos errados
6
En http://www.un.org/ , sitio consultado el día 6 de Julio de 2006 a las 21:00 hrs. y
http://www.ohchr.org/english/law/index.htm , consultado el día 13 de Mayo de 2006 a las 18:15 hrs.
7
En http://espanol.world-schizophrenia.org/alianza/members/cecila.spanish.pdf, sitio consultado el
día 1 de Julio 2006 a las 23:20 hrs.
8
sobre las enfermedades mentales y la falta de información (Corrigan y Watson,
2002).
El estigma asociado a las enfermedades mentales es tan antiguo como la
propia noción del sufrimiento mental. La palabra estigma tiene origen griego y
significa marca o señal infamante aplicada a alguien para distinguir su condición
social inferior o criminal, por ejemplo, un esclavo o traidor. (…)”
Estigma es la idea preconcebida, el prejuicio en relación a la
enfermedad. En un intento por eliminar el estigma en nuestro país, se han
modificado palabras y conceptos por parte de los legisladores, como por
ejemplo mediante la Ley N.º 19.735, en el año 2001, se modificó la Ley N.º
18.600, sobre Deficientes Mentales, cambiando el concepto de “deficiencia
mental” por “discapacidad mental”, como también, el concepto de
“deficientes mentales” por “personas con discapacidad mental”, a fin de
evitar la idea de que la enfermedad defina al ser humano que la sufre. El
ser humano es mucho más que una enfermedad, aún cuando esa
enfermedad gravite en su vida de manera significativa.
La persona que sufre una discapacidad mental no se encuentra en
las mismas condiciones que quien no la tiene; simplemente no tiene la
misma capacidad que la mayoría y es por esa razón, que requiere de ayuda
para poder sobrevivir en una sociedad que, por qué no decirlo, es altamente
competitiva. Si los colegios son evaluados en razón del rendimiento
académico de sus alumnos, evidentemente no tendrán interés alguno en
recibir a un niño que tiene Síndrome de Down: no lo aceptan. Los padres de
niños que sufren ese Síndrome, Autismo u otras enfermedades
discapacitantes por lo tanto, no tienen verdadera libertad para elegir donde
educar a sus hijos, y las posibilidades de acceso a la educación de los
niños con discapacidad mental son tremendamente limitadas.
Lo mismo sucede con la inserción laboral de las personas con
discapacidad. Los empleadores tienden a no contratar a personas que
sufren de esquizofrenia, o trastorno bipolar (antiguamente llamado maníaco
9
depresivo) -por citar algunos ejemplos- ya que los consideran menos
productivos, o incluso, peligrosos.
El Profesor Felipe Viveros, señala: “(…) Cuando las relaciones de
igualdad requeridas por la sociedad no existen o son vulneradas se habla de
discriminación, la que podemos entender en una primera aproximación como una
diferencia arbitraria en el trato, en la que se ha tomado en cuenta una o más
circunstancias que no deberían ser tomadas en consideración por nadie para hacer
tales diferenciaciones. El principio de igualdad, entonces, tiene un correlato
necesario en el derecho a la no discriminación. (…)” 8
En muchos países se han hecho grandes esfuerzos por paliar los
efectos de la discriminación y la estigmatización tanto por parte de los
sistemas de salud, como por parte de los legisladores. Es así como han
surgido conceptos jurídicos nuevos, como el de la “discriminación positiva” a
favor del discapacitado, “integración educacional” y otros términos
similares.
La existencia de discriminación en contra de las personas que sufren
discapacidad mental ha sido reconocida por el Estado Chileno; es así como
se han hecho intentos por reparar o disminuir esa discriminación en las
áreas educacional y laboral. Se puede citar como ejemplo, el Programa de
Intermediación Laboral del Fondo Nacional de la Discapacidad (FONADIS)9
- orientado a la colocación de personas con discapacidad en el mercado
laboral - y la integración educacional de los Discapacitados Mentales,
establecida por la Ley N.º18.600 de 1987.
Sin embargo, pese a los esfuerzos realizados, el estigma asociado a
las enfermedades mentales es cultural, y por lo tanto impregna nuestro
pensamiento. Es evidente que no sólo tienen prejuicios los legos, sino
8
VIVEROS, Felipe, El Derecho a la Igualdad: Una Mirada desde la Teoría Jurídica y los Derechos
Humanos, en http://www.contraladesigualdad.cl/docviveros.pdf , sitio consultado el día 2 de Julio de
2006, a las 18:15 hrs.
9
v. http://www.fonadis.cl/index.php?seccion=76#centro , sitio consultado el día 2 de Julio de 2006, a
las 07:42 hrs.
10
también los abogados, legisladores, jueces y en general las personas que
tienen el deber ético y legal de velar por el correcto ejercicio de los derechos
de las personas. ¿Estamos siendo capaces de sobreponernos a nuestros
prejuicios, y ser, sencillamente, justos? Esta es la pregunta que intentaré
responder a lo largo de esta Tesis.
La discapacidad mental se relaciona con una capacidad limitada en
cuanto a la educación, en lo laboral o la integración social. Es entonces,
justamente en ésas áreas en las que el Estado tiene el deber de proteger al
enfermo y evitar su discriminación.
Dado que respecto de las áreas educacional y laboral existe
reconocimiento de la discriminación y evidentemente, formas de evitarla,
tiene sentido investigar y evaluar si acaso existe el mismo reconocimiento,
preocupación y soluciones legislativas en relación al área social, o si por el
contrario, la estigmatización y discriminación cultural hacia las personas con
discapacidad mental tiene su correlato en nuestra legislación, en su
aplicación e interpretación o incluso, en su silencio.
La discapacidad en el área de integración social, está definida en el
artículo 2° letra c) del Decreto N.º 2505 del Ministerio de Salud, publicado en
el año 1995. Señala lo siguiente:
11
La investigación sobre la existencia o inexistencia de discriminación y
estigmatización respecto del área social, debe tener necesariamente como
punto de partida el Derecho de Familia.
Esta Tesis será entonces, una investigación que pretende responder
a una sola pregunta: ¿Las personas con discapacidad mental son libres e
iguales en dignidad y derechos, en relación al Derecho de Familia?
12
HIPOTESIS
10
http://www.fonadis.cl/index.php?seccion=17&articulo=1286 , sitio consultado el 3 de Enero de
2007 a las 09:30 hrs.
13
BREVE RESEÑA HISTORICA SOBRE LA DISCAPACIDAD
Platón, por su parte, dice: “(…) Pues bien, tomarán, creo yo, a los hijos
de los mejores y los llevarán a la inclusa, poniéndolos al cuidado de unas ayas que
vivirán aparte, en cierto barrio de la ciudad, en cuanto a los de los seres inferiores -
e igualmente si alguno de los otros nace lisiado-, los esconderán, como es debido,
en un lugar secreto y oculto.”12
11
ARISTOTELES, Política · libro cuarto, capítulo XIV en
http://www.filosofia.org/cla/ari/azc03157.htm , sitio consultado el día 5 de Julio de 2006 a las 11:50
hrs.
12
PLATON, La República, capítulo V, en
http://www.bibliotecasvirtuales.com/biblioteca/OtrosAutoresdelaLiteraturaUniversal/Platon/larepubli
ca/V.asp , sitio consultado el día 5 de Julio de 2006 a las 12:10 hrs.
14
Al respecto, el Sr. Víctor Manuel Patiño señala: “(…) Cualquier defecto
congénito condenaba a la muerte al recién nacido. Todos los cronistas encomian la
buena disposición física de la mayoría de los indígenas — independientemente de la
estatura y de la apariencia personal —, y la ausencia casi total de deformaciones
entre ellos. Quizá eso se debió, en gran parte, a dicha práctica de selección
eugénica. (…)”. 13
13
En http://www.lablaa.org/blaavirtual/historia/equinoccial_7_higiene-eros/capitu12.htm , sitio
consultado el día 4 de Julio de 2006 a las 18:00 hrs.
14
En http://bvs.sld.cu/revistas/spu/vol30_4_04/spu06404.htm , sitio consultado el 13 de Mayo de
2006 a las 13:45 hrs.
15
A finales del siglo XVIII y principios del XIX, se inicia la
institucionalización, de modo específico, de quienes tenían una
discapacidad psíquica. Esto se debió a la idea de que había que proteger a
las personas normales de las no-normales. La persona con discapacidad
continuaba siendo discriminada. Aparece la terminología “idiotas” y,
posteriormente, en el ámbito de la medicina se acuña el concepto de la
oligofrenia.
A lo largo del siglo XX, las personas con discapacidad todavía fueron
francamente rechazadas. Es conocido que en la época de la
socialdemocracia nazi, fueron otras de las víctimas del holocausto, por
razones de tipo eugenésico.
15
www.rae.es sitio consultado el 23 de Septiembre de 2006, a las 11:45 hrs.
16
de 2006, quedó prohibida toda práctica eugenésica, salvo la conserjería
genética.16
Sin embargo, como veremos más adelante, hoy en día en Chile está
permitida la esterilización de personas que padezcan una enfermedad
discapacitante que les produzca carencia de discernimiento, a petición de
18
terceras personas, de la manera que se expondrá más adelante.
17
y, finalmente aparece el concepto de discapacidad psíquica y mental o
intelectual.19
19
En http://www.discapnet.es/Discapnet/Castellano/Accesibilidad/Lenguaje/Lenguaje_007.htm , sitio
consultado el 4 de Julio de 2006 a las 17:15 hrs.
18
MARCO CONCEPTUAL
“Artículo 2°.- Para los efectos de la presente ley, se considera persona con
discapacidad mental a toda aquella que, como consecuencia de una o más
limitaciones síquicas, congénitas o adquiridas, previsiblemente de carácter
permanente y con independencia de la causa que las hubiera originado, vea
obstaculizada, en a lo menos un tercio, su capacidad educativa, laboral o de
integración social.
Se entiende disminuida en un tercio la capacidad educativa, laboral o de
integración social de la persona cuando, considerando en conjunto su rendimiento
en las áreas intelectual, emocional, conductual y relacional, se estime que dicha
capacidad es igual o inferior al setenta por ciento de lo esperado para una persona
de igual edad y condición social y cultural, medido por un instrumento validado
por la Organización Mundial de la Salud y administrado individualmente. “
19
3) La Ley N° 19.284 publicada el 14 de Enero de 1994, que establece
normas para la plena integración social de personas con discapacidad,
señala en su artículo 3°, lo siguiente:
“Artículo 3°.- Para los efectos de esta ley se considera persona con
discapacidad a toda aquélla que, como consecuencia de una o más deficiencias
físicas, síquicas o sensoriales, congénitas o adquiridas, previsiblemente de carácter
permanente y con independencia de la causa que las hubiera originado, vea
obstaculizada, en a lo menos un tercio, su capacidad educativa, laboral o de
integración social.
Un reglamento señalará la forma de determinar la existencia de las
deficiencias que constituyen discapacidad, su calificación y cuantificación.”
20
obtener una remuneración equivalente a la que le correspondería a un trabajador
no discapacitado en situación análoga.
c) Discapacidad para la integración social es aquella en la que una persona
por sus deficiencias psíquica o mental, física y/o sensorial presenta un menoscabo
de su capacidad de inserción en las actividades propias de la sociedad humana, de
la familia y/o de los grupos organizados de la sociedad, viendo disminuidas así sus
posibilidades para realizarse material y espiritualmente en relación a una persona
no discapacitada en situación análoga de edad, sexo, formación, capacitación,
condición social y familiar y de igual localidad geográfica.
21
La palabra “psíquico” tiene su origen en la voz griega “psique”, que
20
Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española
21
Op. Cit.
22
www.risolidaria.tdata.cl/ sitio consultado el día 26 de Septiembre de 2006 a las 1:00 hrs.
22
medicina como en la FONADIS (Fondo Nacional de la Discapacidad) se
hace una diferencia entre ambos conceptos. La discapacidad psíquica se
refiere al área del comportamiento, y la mental al área cognitiva, es decir,
una discapacidad intelectual.
Discapacidad mental:
23
En www.fonadis.cl , sitio consultado el día 26 de Junio de 2006 a las 22:00 hrs
23
- Fenilcetonuria
- Alzheimer
Discapacidad psíquica:
- Autismo
- Psicosis orgánica
- Paranoia
- Esquizofrenia
- Trastorno Bipolar
24
TRAMITACION DE LA DECLARACION DE DISCAPACIDAD
MENTAL Y BENEFICIOS.
25
• Financiamiento de proyectos de integración educativa,
accesibilidad, equiparación de oportunidades, etc. a través del Fondo
Concursable de FONADIS.
24
En http://www.inp.cl/inicio/discapacidad.php#uno sitio consultado el día 15 de Octubre de 2006 a
las 02:00 hrs.
26
DISCAPACIDAD Y MATRIMONIO
25
DUCCI Claro, Carlos “Derecho Civil” parte general, Editorial Jurídica, Cuarta Edición actualizada
pág. 280 y ss.
27
Estos impedimentos para contraer matrimonio se encuentran
regulados en el artículo 5° de la Ley N° 19.947 de Matrimonio Civil, que
señala lo siguiente:
“Artículo 5º.- No podrán contraer matrimonio:
1º Los que se hallaren ligados por vínculo matrimonial no disuelto;
2º Los menores de dieciséis años;
3º Los que se hallaren privados del uso de razón; y los que por un trastorno
o anomalía psíquica, fehacientemente diagnosticada, sean incapaces de modo
absoluto para formar la comunidad de vida que implica el matrimonio;
4º Los que carecieren de suficiente juicio o discernimiento para comprender
y comprometerse con los derechos y deberes esenciales del matrimonio, y
5º Los que no pudieren expresar claramente su voluntad por cualquier
medio, ya sea en forma oral, escrita o por medio de lenguaje de señas.”
28
matrimonio, o carecer se suficiente juicio o razón para comprender y
comprometerse con los derechos y deberes esenciales del matrimonio?
Por otra parte, los impedimentos del numerando 3° precedentemente
citado, se relacionan directamente con las personas que sufren
discapacidad mental, ya que todas ellas padecen un trastorno o anomalía
psíquica que causa su discapacidad, y eventualmente algunas de ellas
podrían ser consideradas como privadas del uso de razón, incapaces de
modo absoluto para formar la comunidad de vida que implica el matrimonio.
Conviene entonces, analizar uno a uno estos impedimentos.
26
ORREGO Acuña Juan Andrés, “Análisis de la Nueva Ley de Matrimonio Civil”, Editorial
Metropolitana, 2° Edición Aumentada y Corregida,año 2005, pág. 21 y ss.
27
RAMOS Pazos René, “Derecho de Familia”, Editorial Jurídica de Chile, quinta edición actualizada,
año 2005, Tomo I, pág. 41 y ss.
29
Por su parte, don Carlos López Díaz28 también se refiere al concepto
de demencia, señalando que “(…) su determinación es propia de la ciencia
médica y por consiguiente corresponde a ella precisar qué trastornos la configuran.
De todos modos el cartabón será la incapacidad irresponsable que genera,
haciendo inconveniente, junto a un elemental criterio eugenésico, su realización”.
Coincide con los profesores Orrego y Ramos en que no es necesario el
decreto de interdicción para declarar la nulidad del matrimonio por esta
causal, ya que el demente sigue siéndolo con o sin declaración de
interdicción.
28
LÓPEZ Díaz Carlos, “Manual de Derecho de Familia y Tribunales de Familia”, editorial
Librotecnia, primera edición, año 2005, Tomo I, pág. 169 y ss.
29
http://www.vatican.va/archive/ESL0020/__P3X.HTM , sitio visitado el 19 de mayo de 2006, a las
19:50 hrs.
30
que no requieren de mayor análisis, toda vez que la ley no hace distinción
alguna por lo tanto cualquier trastorno mental o psíquico diagnosticado
puede dar origen a un impedimento o prohibición para contraer matrimonio y
por lo tanto, constituir una causal de nulidad del mismo. Es el tercer
requisito el que ofrece dificultades para su comprensión y aplicación.
Al respecto, don Juan Andrés Orrego30 señala: “Entendemos que no se
trata de personas dementes o privadas totalmente del uso de la razón (pues a ellas
se refiere la causal precedente), pero que al momento de contraer matrimonio,
experimentaban una situación que afectaba su psíquis, como por ejemplo, aquella
persona que se encontraba sumida en una depresión severa, médicamente
comprobable. En general, la causal se aplicaría a todos aquellos que padezcan un
trastorno mental transitorio, que distorsione su percepción de la realidad. (…)
Impedirían también formar esta comunidad de vida, anomalías psico-sexuales que
puedan afectar a los cónyuges al momento de contraer matrimonio, como aquellas
conductas de promiscuidad sexual, que evidencian que uno de los cónyuges es
incapaz de guardar fidelidad conyugal”.
Coincide con este autor, don Carlos López Díaz31 quien
señala que el trastorno o anomalía psíquica debe incapacitar para formar la
comunidad de vida que implica el matrimonio de manera “absoluta”, y que
pueden entenderse incluidos en este impedimento los trastornos de la
identidad sexual, el fetichismo y el travestismo.
El profesor Ramos Pazos32 hace referencia a lo señalado por
el Sr. Carlos López, y agrega “Por nuestra parte, creemos que podrían
encontrarse en este caso las personas que padecen el Síndrome de Down.”.
Por otra parte, los autores Javier Barrientos Grandon y
Aránzazu Novales Alquézar33 señalan que estas dos circunstancias
30
Op. Cit. Pág. 25 y 26
31
Op. Cit, pág. 170
32
Op. Cit. Pág. 42
33
BARRIENTOS Grandon, Javier y NOVALES Alquézar, Aránzazu “Nuevo Derecho Matrimonial
Chileno”, editorial Lexis Nexis, 2006, pág. 200.
31
alternativas – privación del uso de razón y trastorno o anomalía psíquica –
“(…) aparecen como directamente ligadas a la formación del consentimiento
matrimonial, y allí se tratará de ellas, aunque la ley pareciera entenderlas
propiamente como incapacidades ligadas a una circunstancia personal de los
contrayentes que les vuelve ineptos para aportar los elementos esenciales del
matrimonio.”
Tanto por el contenido del texto expreso de la ley de
Matrimonio Civil, como por lo que señala la doctrina al respecto, nos parece
que este impedimento para contraer matrimonio es extremadamente amplio,
pudiendo afectar potencialmente los derechos de muchas personas con
discapacidad mental, ya que todas ellas sufren un trastorno psíquico
fehacientemente diagnosticado, que causa su discapacidad.
El impedimento contenido en el artículo 5° numerando 3° nos parece
también tremendamente arbitrario y discriminatorio, ya que impide el
ejercicio de un derecho civil sin otro fundamento que la creencia subjetiva -
al momento de celebrarse el matrimonio- de que la persona que sufre una
enfermedad mental no podrá en un futuro, formar la comunidad de vida que
implica el matrimonio, o dicho de otra forma, cumplir con las obligaciones
del mismo. Nadie puede adivinar el futuro de un ser humano, ni sus
capacidades, ni su conducta. Si la persona que contrae matrimonio no
cumple sus obligaciones, incurrirá en una causal de divorcio; el efecto
jurídico sería la disolución del matrimonio, y no la declaración de nulidad
que equivale a decir que éste nunca existió. De hecho, la trasgresión grave
y reiterada de las obligaciones que conlleva el matrimonio es una causal de
divorcio, contemplada en el artículo 54 de la Ley de Matrimonio Civil.
Menos aceptable nos resulta, la justificación de esta norma por
razones de tipo eugenésico, como lo señalan los autores Ramos Pazos y
Lopez Díaz. La eugenesia en sí misma, sea por la vía de la esterilización
para impedir la procreación de personas con enfermedades mentales, o por
la vía de restringir o limitar sus derechos esenciales con el fin de desanimar
32
a estas personas en cuanto a tener descendencia, es jurídicamente
aberrante. Por lo demás, el impedimento para contraer matrimonio no
implica un impedimento para procrear, por lo que en definitiva la
consecuencia lógica en la vida de las personas quienes están impedidas de
casarse por padecer un trastorno mental, es que tendrán hijos de filiación no
matrimonial y de este modo, la norma misma -paradojalmente - desfavorece
a la familia, el núcleo fundamental de la sociedad.
Cabe recordar que el 20 de Junio del año 2002, se publicó el DTO 99
del Ministerio de Relaciones Exteriores, que promulga la Convención
Interamericana para la eliminación de todas formas de discriminación contra
las personas con discapacidad. Esta Convención define la discriminación
contra las personas con discapacidad en su artículo 1 numerando 2, como
lo siguiente:
“2. Discriminación contra las personas con discapacidad:
a) El término “discriminación contra las personas con
discapacidad” significa toda distinción, exclusión o restricción
basada en una discapacidad, antecedente de discapacidad,
consecuencia de discapacidad o percepción de una discapacidad
presente o pasada, que tenga el efecto o el propósito de impedir o
anular el reconocimiento, goce o ejercicio por parte de las
personas con discapacidad, de sus derechos humanos y
libertades fundamentales.
b) No constituye discriminación la distinción o
preferencia adoptada por un Estado parte a fin de promover la
integración social o el desarrollo personal de las personas con
discapacidad, siempre que la distinción o preferencia ni limite en
sí misma el derecho a la igualdad de las personas con
discapacidad y que los individuos con discapacidad no se vean
obligados a aceptar tal distinción o preferencia. En los casos en
que la legislación interna prevea la figura de la declaratoria de
33
interdicción, cuando sea necesaria y apropiada para su
bienestar, ésta no constituirá discriminación.”
34
establecimiento de servicios de orientación apropiados. Las personas con
discapacidad deben tener el mismo acceso que las demás a los métodos de
planificación de la familia, así como a información accesible sobre el
funcionamiento sexual de su cuerpo.
3. Los Estados deben promover medidas encaminadas a modificar las
actitudes negativas ante el matrimonio, la sexualidad y la paternidad o maternidad
de las personas con discapacidad, en especial de las jóvenes y las mujeres con
discapacidad, que aún siguen prevaleciendo en la sociedad. Se debe exhortar a los
medios de información a que desempeñen un papel importante en la eliminación de
las mencionadas actitudes negativas.
4. Las personas con discapacidad y sus familias necesitan estar plenamente
informadas acerca de las precauciones que se deben tomar contra el abuso sexual y
otras formas de maltrato. Las personas con discapacidad son particularmente
vulnerables al maltrato en la familia, en la comunidad o en las instituciones y
necesitan que se les eduque sobre la manera de evitarlo para que
puedan reconocer cuándo han sido víctimas de él y notificar dichos casos.”
Una interpretación armónica de las normas de carácter internacional,
nos obliga a concluir que todo individuo que tiene una enfermedad mental y,
con mayor razón, una discapacidad mental tiene derecho a contraer
matrimonio sin que se deba hacer ningún tipo de distinción sobre la
gravedad de su discapacidad, sobre si podrá o no cumplir con las
obligaciones del matrimonio, o sobre sus cualidades personales. El derecho
a contraer matrimonio es un derecho esencial, inherente a la persona
humana –es decir, es uno de los llamados “Derechos Humanos” - lo cual se
encuentra expresamente señalado en el artículo 1° de la Ley de Matrimonio
Civil, y establecido por diversas normas internacionales de carácter
obligatorio y por qué no decirlo, de orden supra Constitucional, conforme a
lo establecido por el artículo 5° de la Constitución Política de la República,
que establece en su inciso 2°:
35
“El ejercicio de la soberanía reconoce como limitación el respeto a los
derechos esenciales que emanan de la naturaleza humana. Es deber de los órganos
del Estado respetar y promover tales derechos, garantizados por esta Constitución,
así como por los tratados internacionales ratificados por Chile y que se encuentren
vigentes”.
Sin embargo, pese a que nuestra ley especial, la Ley de Matrimonio
Civil, reconoce que la facultad de contraer matrimonio es un derecho
humano si se tiene edad para ello, en su artículo 5° numerando 3° le quita
esa facultad a las personas dementes, y a quienes padecen un trastorno
mental que les impide de modo absoluto, formar la comunidad de vida que
implica el matrimonio. Derechamente discrimina a todas las personas
quienes se encuentran o pudieran encontrarse en alguna de esas
situaciones, ya que les impide ejercer un derecho humano que los demás sí
pueden ejercer, cual es exactamente la definición de discriminación que
hace la Convención Interamericana.
A mayor abundamiento, las Normas Uniformes, establecen
expresamente y en forma inequívoca, que el Estado debe (…) “velar por que
la legislación no establezca discriminaciones contra las personas con discapacidad
en lo que se refiere a las relaciones sexuales, el matrimonio y la procreación”.
Nos preguntamos, si se promulgó y publicó en 1997 el “Acuerdo con
Programa de las Naciones Unidas para el desarrollo sobre el proyecto del
Gobierno de Chile, denominado “Difusión de las Normas Uniformes sobre la
Igualdad de Oportunidades para las Personas con Discapacidad en los
principales sectores de opinión de Chile”, y luego en el año 2002 se
promulgó y publicó la “Convención Interamericana para la eliminación de
todas formas de discriminación contra las personas con discapacidad”,
cómo es posible que en el año 2004 se haya aprobado y publicado la Ley N°
19.947 sobre Matrimonio Civil, conteniendo los impedimentos dirimentes ya
analizados, tan evidentemente discriminatorios y contrarios incluso, a
nuestra Constitución.
36
Revisada la historia fidedigna de la Ley N° 19.947, no
encontramos discusión específica sobre la posibilidad de que el numerando
3° del artículo 5° pudiera ser discriminatorio. Sí encontramos, durante el
segundo trámite constitucional, en el Informe 5847 de la Comisión de
Constitución, Legislación, Justicia y Reglamento, mención al hecho que el
impedimento es demasiado amplio para ser aplicado por un juez civil, así
como también la inconveniencia de legislar basándose en el Derecho
Canónico. En efecto, el informe señala que el Honorable Senador señor
Viera-Gallo recordó “(…) que, durante la discusión en la Cámara de Diputados,
varios de sus miembros no fueron partidarios de incorporar estas causales, por
estimar que son demasiado amplias para ser aplicadas por un juez civil.” Luego, el
informe señala lo siguiente: “El Honorable Senador señor Moreno declaró que,
sin perjuicio del respeto que le merece el derecho canónico, tiene dudas sobre la
conveniencia de legislar basándose en él.
El Honorable Senador señor Espina repuso que no se trata de tomar el
derecho canónico como fuente para legislar en Chile, pero que, sin perjuicio del
criterio que se adopte respecto del divorcio, hay un grupo importante de ciudadanos
que, al verse enfrentados a una crisis matrimonial, optarán por la nulidad por
razones de índole religiosa, por lo cual es bueno contemplar también esa salida.”34
A nuestro entender, el legislador quiso equiparar las causales de
nulidad de matrimonio contempladas en el Código de Derecho Canónico de
1983, a la Ley de Matrimonio Civil, a fin de que las personas que no aceptan
el divorcio por razones religiosas, pudieran de todos modos tener una vía
jurídica que les permitiera rehacer sus vidas en caso de ruptura matrimonial
acorde a su religión, sin pensar que el Código de Derecho Canónico no
necesariamente recoge los principios, derechos fundamentales,
resoluciones y recomendaciones de las Naciones Unidas en determinados
34
Primer Informe Comisión de Constitución, Legislación, Justicia y Reglamento N° 5847, recaído en
el Proyecto de Ley, en segundo trámite constitucional, que establece una nueva ley de matrimonio
civil, pág. 45.
37
temas. Esto resulta notorio en cuanto a los derechos de los enfermos y
discapacitados mentales.
38
PROCREACION
39
las personas con enfermedades mentales y los establecimientos que la
proporcionan.”
Esta norma permite la esterilización de personas con enfermedad
discapacitante que produzca carencia de discernimiento, es decir, personas
con discapacidad mental, sin su consentimiento, remitiéndonos al Decreto
N° 570 del año 2000 en cuanto al procedimiento mediante el cual debe
realizarse.
El Decreto N° 570 referido, en sus artículos 20 y siguientes, señala:
“SUBTITULO 1°
DEL CONSENTIMIENTO PARA TRATAMIENTOS.
ARTICULO 20.- Consentimiento para tratamiento es la autorización que
una persona otorga en forma voluntaria, a la propuesta del plan de tratamiento que
le indica el médico a cargo y a sus variaciones.
Esta autorización deberá estar basada en el conocimiento de los
fundamentos que hacen aconsejable tal tratamiento o procedimiento, los propósitos,
riesgos y efectos directos y colaterales, incluyendo las posibilidades de éxito de
otras alternativas terapéuticas existentes y la factibilidad de su realización.
ARTICULO 21.-Toda persona internada, cuya capacidad de decisión no se
encuentre gravemente comprometida por su enfermedad o afección, podrá decidir
por sí misma, aceptando o rechazando en forma libre y voluntaria y con debido
conocimiento de causa, el plan de tratamiento que se le ofrezca.
Corresponderá al médico tratante resolver acerca de la capacidad de
consentir del paciente, así como entregar en su caso, la información que sea
necesaria, para que éste alcance el conocimiento a que se refiere el artículo
precedente, de acuerdo a su capacidad de comprensión.
ARTICULO 22.- Sólo podrá aplicarse un tratamiento, siempre que no sea
irreversible, sin el consentimiento previo e informado del paciente, en los siguientes
casos:
40
a) Si la persona es un menor, caso en el cual el consentimiento deberá
otorgarse por su representante legal y/o la persona que actuará como su apoderado
en la relación con el equipo tratante y el establecimiento que lo acoge.
b) Si la persona, está inconsciente y/o requiere del tratamiento en forma
urgente para preservar su salud o su vida.
c) Si se trata de un paciente internado en conformidad al artículo 15.
d) Si la persona es mayor de edad y ha sido evaluada por su médico tratante
como incapaz de consentir, de la manera prevista en el artículo 21, se solicitará la
anuencia del familiar que actúa como apoderado conforme al artículo 16. Si este no
existe se informará al director del establecimiento, quién deberá consignar su
opinión concordante por escrito en la historia clínica.
ARTICULO 23.- La persona que ha consentido en un tratamiento puede
retractarse de ello, caso en el cual, el médico tratante deberá explicar al paciente o
al familiar o persona que se ha hecho responsable como apoderado, conforme al
artículo 16, las consecuencias que tal interrupción pudiere ocasionarle.
De persistir la negativa, si el médico tratante considera que el paciente ha
perdido su capacidad de consentir o que la interrupción del tratamiento puede
afectar gravemente el curso de la enfermedad, deberá solicitar una segunda opinión
a un médico psiquiatra interconsultor y, además, al director del establecimiento,
consignándose ambas opiniones en la ficha clínica del paciente.
En este caso, si las opiniones a que se refiere el inciso anterior, fueren
concordantes con la suya, el médico tratante podrá continuar el tratamiento en la
forma propuesta, sin contar con el consentimiento del paciente ni de su apoderado,
hasta por un plazo de treinta días, al cabo de los cuales, de persistir la negativa,
será suspendido.
ARTICULO 24.- Los siguientes tratamientos requerirán siempre de un
consentimiento específicamente referido a ellos, otorgado por el paciente o, cuando
corresponda, por la persona con el carácter de apoderado a que se refiere el
artículo 16 o, en su defecto, de una segunda opinión psiquiátrica que ratifique la
indicación clínica, la que deberá estamparse en la ficha correspondiente:
41
a) Terapia electroconvulsivante, cada serie de una o más aplicaciones.
b) Administración de medicamentos que siendo necesarios, produzcan
efectos colaterales previamente experimentados como difícilmente tolerables por el
paciente y/o modificaciones de su comportamiento o rendimiento que le signifiquen
desventajas
c) Tratamientos aversivos destinados a la modificación de conductas.
ARTICULO 25.- Requerirán siempre del consentimiento establecido en el
artículo anterior que ratifique la del médico tratante, lo que deberá estamparse en
la ficha clínica del paciente, los tratamientos o procedimientos irreversibles,
considerándose tales, a aquellos cuyos procesos o resultados signifiquen cambios
físicos o mentales de ese carácter. En estos casos los antecedentes serán remitidos
al conocimiento de la Comisión aludida en el artículo 59, en resguardo de los
derechos del paciente.
Dentro de este grupo, se considerarán los siguientes:
a) Psicocirugía o cirugía aplicada al tejido cerebral, con el fin de suprimir o
modificar funcionamientos o conductas del paciente.
b) Aplicación de mecanismos terapéuticos en el paciente, tales como
hormonas de carácter persistente, con el propósito de reducir o suprimir el impulso
sexual.
c) Aplicación de técnicas de esterilización.
d) Cualquier otra forma de tratamiento irreversible.
La aplicación de las técnicas a que se alude en las letras a), b) y c) del inciso
anterior así como la irreversibilidad de cualquier forma de tratamiento serán
determinadas por resolución del Ministerio de Salud.“
Es decir, la resolución exenta N° 2326 de 9 de Diciembre de 2000,
autoriza la esterilización de personas que sufren una enfermedad mental
discapacitante sin su consentimiento, o contra su voluntad, siempre y
cuando se cumplan los siguientes requisitos, establecidos en el Decreto
Supremo N° 570 del año 2000:
42
1) Que la persona padezca una enfermedad mental
discapacitante, independientemente de si ha sido
declarada como discapacitada mental. Basta con tener la
enfermedad.
2) Que haya sido evaluada como incapaz de
consentir, por su médico tratante.
3) Que se cuente con el consentimiento de la
persona que actúa como apoderado del enfermo, (que
puede o no ser su representante legal) o con una segunda
opinión psiquiátrica.
4) Que se remitan los antecedentes a la Comisión
Nacional de Protección de las Personas Afectadas de
Enfermedades Mentales, del Ministerio de Salud. (artículo
59 DTO 570).
A nuestro entender, tanto la resolución exenta N° 2326 antes referida,
como el Decreto N° 570, son contrarios a derecho, ya que a partir de la
publicación de la Ley N° 20.120, quedó prohibida toda práctica eugenésica,
salvo la conserjería genética, y además vulneran el derecho a la integridad
física, establecido por el artículo 19 N° 1 de la Constitución Política de la
República; el derecho a la igualdad ante la ley, establecido por el artículo 19
N°2 de la Constitución, el que señala que ni la ley ni autoridad alguna
podrán establecer diferencias arbitrarias, el derecho a la igual protección de
la ley en el ejercicio de sus derechos, establecido en el artículo 19 N°3 de la
Constitución Política de la República, y la presunción de capacidad,
establecida por el artículo 1446 del Código Civil.
La esterilización es un procedimiento médico irreversible, mediante el
cual la persona a quien se le practica queda privada por toda su vida, de la
posibilidad de procrear.
La declaración de incapacidad para consentir de una persona,
equivalente jurídico de la interdicción –la que en definitiva le impide ejecutar
43
actos jurídicos- debe ser hecha en un juicio legalmente tramitado sobre
interdicción, por un Tribunal competente, y nunca por un médico. Sin
embargo, aún cuando se tratara de una persona declarada interdicta, ningún
médico ni curador podría jamás autorizar o consentir en la esterilización de
la persona interdicta, a menos que fuera por una necesidad imperiosa para
preservar su salud o su vida.
El hecho que la resolución N° 2326 y el Decreto N° 570 establezcan
un procedimiento especial para declarar incapacidad para consentir
específica para la esterilización, y sólo para personas que sufran
enfermedades mentales discapacitantes, sin que siquiera se haya declarado
la discapacidad mental mediante el procedimiento establecido por la Ley
18.600 y su reglamento, constituye una discriminación totalmente arbitraria,
cuyo fin parece ser el de facilitar la esterilización de personas que sufren
enfermedades mentales.
Entendemos que desde el punto de vista social, y de la familia de la
persona discapacitada, resulta tremendamente complejo el tema de la
procreación, sobre todo cuando la persona con discapacidad no puede
hacerse cargo del cuidado de sus hijos. Sin embargo, no se pueden
sacrificar derechos esenciales, inherentes a toda persona humana, por
compleja o difícil que sea la situación.
A mayor abundamiento, y en relación al derecho internacional, nos
llama profundamente la atención el hecho que en el año 2000 se haya
permitido expresamente la esterilización involuntaria – o forzada- de
personas que padecen enfermedades mentales discapacitantes, en
circunstancias que las Normas Uniformes sobre la Igualdad de
Oportunidades para las Personas con Discapacidad del año 1996 ya
mencionadas, cuyo Programa de Difusión fue acordado por Chile con las
Naciones Unidas mediante DTO N° 854 de 1997, del Ministerio de
Relaciones Exteriores, establecen expresamente en su artículo 9°
numerando 2, lo siguiente :
44
“Las personas con discapacidad no deben ser privadas de la oportunidad de
experimentar su sexualidad, tener relaciones sexuales o tener hijos.”
Nos parece discriminatorio que la resolución exenta establezca un
procedimiento para esterilizar a personas con enfermedad mental
discapacitante, en circunstancias que las Normas Uniformes antes referidas,
se aplican a toda persona con discapacidad, sin ninguna distinción con
respecto a que si se trata de discapacidad física, sensorial o mental. La
persona que sufre discapacidad mental tiene derecho a vivir una vida digna,
a no ser discriminada, a ejercer sus derechos y libertades fundamentales en
igualdad de condiciones con los demás seres humanos.
Por su parte, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos de
las Naciones Unidas, publicado en Chile mediante Decreto N° 778 el 29 de
Abril de 1989, señala en su artículo 7°, lo siguiente:
“Nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o
degradantes. En particular, nadie será sometido sin su libre consentimiento a
experimentos médicos o científicos”.
Al respecto, el Comité de Derechos Humanos en sus observaciones
finales sobre Eslovakia, el 22 de Agosto del año 2003, señala en su
numerando 12, lo siguiente:
“12. Pese a las respuestas verbales y por escrito proporcionadas por la
delegación, el Comité sigue preocupado por los informes sobre esterilización
forzada o efectuada bajo coacción de mujeres romaníes. En especial, el Comité
lamenta que en sus respuestas por escrito presentadas después del examen oral del
informe, el Estado Parte no haya rechazado ni admitido claramente violaciones del
principio del consentimiento pleno y fundamentado, limitándose a afirmar que en
una investigación realizada en las salas de maternidad y en los departamentos de
ginecología de 12 hospitales no se habían encontrado pruebas de infracción de
“indicación médica” de esterilización. La referencia hecha, en la misma
comunicación, a que no se cumplieron todos los actos administrativos en cada uno
45
de los casos parece equivaler a una admisión implícita de violaciones del requisito
del consentimiento pleno y fundamentado (arts. 7, 26).
El Estado Parte deberá adoptar todas las medidas necesarias para
investigar todos los presuntos casos de esterilización forzada o bajo coacción,
publicar los resultados, proporcionar los remedios eficaces a la víctima y prevenir
en el futuro todos los casos de esterilización sin consentimiento pleno y
fundamentado.” 35
Es decir, la Comisión de Derechos Humanos ha establecido que los
casos de esterilización forzada constituyen una violación al derecho
establecido en el artículo 7° antes referido, y al artículo 26, que establece lo
siguiente:
“Todas las personas son iguales ante la ley y tienen derecho sin
discriminación a igual protección de la ley. A este respecto, la ley prohibirá toda
discriminación y garantizará a todas las personas protección igual y efectiva contra
cualquier discriminación por motivos de raza, color, sexo, idioma, religión,
opiniones políticas o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición
económica, nacimiento o cualquier otra condición social”.
A mayor abundamiento, los Principios para la protección de los
enfermos mentales y para el mejoramiento de la salud mental, acordados
en 1991 por la Asamblea General de las Naciones Unidas, señalan en su
Principio N° 9, numerando 12, lo siguiente:
“Nunca podrá aplicarse la esterilización como tratamiento de la enfermedad
mental”.
Sin embargo, de acuerdo al contenido de la resolución exenta N°
2326, la persona que sufre una enfermedad mental discapacitante y que
haya sido evaluada como incapaz de consentir por un psiquiatra, puede
perfectamente bien ser esterilizada, privada de su derecho a procrear y
35
En
http://www.unhchr.ch/tbs/doc.nsf/(Symbol)/f85ab560b3efdb83c1256f42003b7879?Opendocument
sitio consultado el 12 de Octubre de 2006 a las 13:26.
46
vulnerada en su derecho a la integridad física, en contra de su voluntad y
sólo a petición de familiares o terceras personas y cumpliendo con una serie
de requisitos dentro de los cuales no se encuentra contemplada la
participación o defensa de un abogado.
Evidentemente entonces, en Chile no se está respetando el Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos, ni los Principios referidos, que
constituyen a lo menos recomendaciones de las Naciones Unidas y muy
probablemente derecho internacional consuetudinario. Nuestra normativa no
sólo permite la esterilización de personas con enfermedades mentales sin
su consentimiento, sino que lo hace como parte del tratamiento de la
enfermedad mental ya que la decisión en definitiva depende de un médico
psiquiatra.
Por último, debemos decir que la esterilización forzada se efectúa en
Chile conforme a lo señalado, con anuencia del Estado, que ha dado
apariencia de legalidad a un acto completamente ilegal que constituye un
trato inhumano y degradante inferido a un grupo de personas. Y esto se
realiza no sólo con anuencia del Estado sino con participación activa
mediante la Comisión referida en el artículo 59 del decreto 570, y como
parte de las políticas de salud del país. Esta situación nos parece de la
mayor gravedad, ya que estos procedimientos de esterilización forzada
podrían llegar a constituir incluso, el delito internacional de genocidio.
En efecto, la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito
de Genocidio, publicada en el Diario Oficial el 11 de Diciembre de 1953
mediante Decreto N° 316, establece en su artículo II letra d) que se entiende
por genocidio “Medidas destinadas a impedir los nacimientos en el seno del
grupo”.
Esta Convención, como muchas otras normas de carácter
internacional, tiene por objeto impedir que se repitan las atrocidades
cometidas por Adolf Hitler, entre muchas otras, las esterilizaciones forzadas.
Recordemos que el 14 de Julio de 1933, el gobierno nazi aprobó la Ley para
47
la Prevención del Surgimiento de Enfermedades Hereditarias que facilitó la
esterilización forzosa de personas física o mentalmente impedidas. Esta ley
institucionalizó el concepto eugenésico de la “vida que no merece la vida” y
proporcionó las bases para la esterilización involuntaria de 350.000
enfermos mentales reales o potenciales en Alemania, entre 1934 y 1939. 36-
37
36
En http://www.ushmm.org/wlc/article.php?lang=sp&ModuleId=10007179 , sitio consultado el 15
de Octubre de 2006 a las 00:33 hrs.
37
En http://www.txoriherri.com/nazis.htm , sitio consultado el 15 de Octubre de 2006 a las 00:45
hrs.
48
DISCAPACIDAD MENTAL Y DERECHO DE ALIMENTOS
49
Sin embargo, existe una disposición especial en la Ley N° 18.600,
artículo 17, que establece que “En los juicios de alimentos seguidos a favor de
las personas con discapacidad mental, la acción podrá ser deducida, en su
representación, por el Defensor Público o por las personas naturales o jurídicas a
cuyo cuidado o cargo se encuentren, siempre que, tratándose de personas jurídicas,
su finalidad sea la atención, protección, educación, rehabilitación o capacitación
del mentalmente impedido”.
Esto significa que existe una representación legal especial en el caso
de las personas que sufren discapacidad mental declarada por el COMPIN
(Comisión de Medicina Preventiva e Invalidez del Ministerio de Salud).
Cualquier persona natural que se encargue del cuidado del enfermo, puede
demandar de alimentos a su favor, sin necesidad de poder o mandato
especial, ni otra cosa que probar en el transcurso del juicio que
efectivamente se encarga del cuidado de la persona a cuyo favor se
solicitan alimentos. Cabe hacer notar que esta representación no habilita al
cuidador a administrar la pensión alimenticia, sino solo a demandarla. Para
poder administrar la pensión, será necesario que sea curador provisorio,
conforme a las normas especiales contenidas en la Ley N° 18.600, o
curador definitivo para lo cual deberá declararse la interdicción de la
persona con discapacidad, conforme a lo dispuesto por el Código Civil, Ley
N° 18.600 y Ley N° 19.284 sobre Tribunales de Familia.
Lamentablemente la Ley N° 18.600 prácticamente no se utiliza pese
a la enorme cantidad de personas quienes necesitan una pensión
alimenticia para poder sobrevivir y que se encuentran internados en
hogares. Pensemos por ejemplo, en las personas de tercera edad, quienes
sufren de mal de Alzheimer o demencia senil, cuya discapacidad podría ser
declarada sin ninguna dificultad, y la persona jurídica a cuyo cuidado se
encuentren demandar la pensión.
50
QUIÉNES DEBEN PAGAR LA PENSION
51
Es decir, en cuanto a la legitimación pasiva y al orden de prelación
que debe seguirse para obtenerla, se deben aplicar las reglas generales
contenidas en los artículos 321 y siguientes del Código Civil, y las de la Ley
N° 14.908 sobre Abandono de Familia y Pago de Pensiones Alimenticias.
MONTO DE LA PENSIÓN.
Estimamos que tiene especial importancia para la persona que tiene
discapacidad mental, el monto de la pensión que se le otorgue, pues éste le
permitirá o no, sustentarse y especialmente poder pagar sus gastos de
salud.
La regla general en materia de pensiones alimenticias, es que el
monto de la pensión debe permitir al alimentario subsistir modestamente de
un modo correspondiente a su posición social, de acuerdo a lo preceptuado
por el artículo 323 del Código Civil, y se calcula tomando en consideración
la capacidad económica del alimentante, de acuerdo a lo dispuesto por el
artículo 326 del Código Civil ya citado.
Sin embargo, al tratarse de personas con discapacidad mental, las
normas contenidas en los artículos 321 y siguientes del Código Civil y Ley
N° 14.908 sobre Abandono de Familia y Pago de Pensiones Alimenticias,
deben aplicarse conjuntamente con las normas contenidas en la Ley N°
18.600 sobre Discapacidad Mental (llamada ley de Deficientes Mentales) y
la Ley N° 19.284 que Establece Normas para la Plena Integración Social de
Personas con Discapacidad.
La Ley N° 18.600 establece en el primer inciso de su artículo 1° que:
“La prevención, rehabilitación y equiparación de oportunidades constituyen
derechos para la persona con discapacidad mental y deberes para su familia y la
sociedad en su conjunto”. Por su parte, la Ley N° 19.284 en su artículo 2°,
inciso 1° señala: “La prevención de las discapacidades y la rehabilitación
constituyen una obligación del Estado y, asimismo, un derecho y un deber de las
personas con discapacidad, de su familia y de la sociedad en su conjunto”.
52
Siendo la Ley N° 19.284 ley especial referida en general a las
personas con discapacidad (que puede ser física, sensorial o mental), y la
Ley N° 18.600 aún más específica pues se refiere exclusivamente a quienes
sufren discapacidad mental, al interpretar y aplicar la normativa relacionada
con pensiones alimenticias en su conjunto, estas leyes especiales deben
primar por sobre las normas generales. Además, la Ley N° 18.600 fue
publicada en el año 1987, y modificada en cuanto a los derechos y
procedimiento de demandas por pensión alimenticia en el año 2001,
mientras que el texto refundido de la Ley N° 14.908 sobre Abandono de
Familia y Pago de Pensiones Alimenticias, fue publicado en el año 2000. Es
decir, las normas que otorgan el derecho a prevención y rehabilitación
deben aplicarse por sobre la Ley N° 14.908 en el caso de que exista
contradicción entre unas y otra, tanto por ser normas especiales como por
ser posteriores.
De acuerdo al texto expreso tanto de la Ley N° 18.600 como de la
Ley N° 19.284, nos resulta bastante claro que el derecho a prevención y
rehabilitación de la discapacidad mental constituye primordialmente un
deber de la familia que se cumplirá, cuando sea necesario, a través del
pago de una pensión alimenticia a favor de la persona con discapacidad. En
el cálculo del monto, por tanto, el Juez deberá considerar el costo de la
rehabilitación y de la prevención, así como todas las demás necesidades del
alimentario. De lo contrario, el derecho a la rehabilitación y prevención no
podría ejercerse en la realidad.
Dentro del concepto de prevención y rehabilitación, estimamos que
deberán considerarse los costos de educación y de atenciones médicas,
psicológicas, psicopedagógicas, de terapia ocupacional, kinesiología y de
toda otra atención de profesionales afines a la medicina que la persona
enferma requiera según las indicaciones de su médico tratante;
medicamentos, internaciones psiquiátricas, ISAPRE si corresponde, co-
pagos, y en general todos los gastos relacionados con la salud y la
53
necesidad de educación normal, especial y/o rehabilitación social. El
concepto de subsistir modestamente de un modo correspondiente a la
posición social, se aplicará en relación al sistema de salud al que se
encuentre afiliado o al que pertenezca la persona que sufre discapacidad.
Algunos se atenderán en el sistema público, otros a través del plan AUGE
(hasta este momento sólo quienes tienen discapacidad a causa de
esquizofrenia y depresión bipolar), y otros en el sistema privado, sea a
través de ISAPRE o en forma particular.
A nuestro entender, existe una contradicción sustantiva
importantísima entre las leyes especiales y la Ley N° 14.908, relacionada
con el monto máximo de las pensiones alimenticias. En efecto, la Ley N°
14.908 en su artículo 7° inciso 1°, señala:
“El tribunal no podrá fijar como monto de la pensión una suma o porcentaje
que exceda del cincuenta por ciento de las rentas del alimentante”.
Cabe preguntarse, qué ocurriría en el caso que las necesidades de
salud del alimentario superan el cincuenta por ciento de las rentas del
alimentante, situación que no es infrecuente dados los altos costos de la
salud mental privada en Chile. De hecho, puede suceder que siendo
demandados todos los obligados según el artículo 321 del Código Civil, las
pensiones establecidas a favor de la persona con discapacidad no alcancen
para satisfacer sus necesidades.
En virtud de lo anteriormente expresado, estimamos que el monto
máximo de pensiones alimenticias determinado por la norma del artículo 7°
inciso 1° de la Ley N° 14.908 no es aplicable cuando el alimentario tiene una
discapacidad. No sólo por tratarse de leyes especiales y posteriores, sino
porque el bien jurídico que se protege es superior. En estricto rigor, el bien
jurídico que se intenta proteger al otorgar a las personas con discapacidad
mental el derecho a la prevención y rehabilitación, es el derecho a la vida y
a la integridad física y psíquica, que el artículo 19 N° 1 de la Constitución
54
Política de la República asegura a todas las personas. El Profesor Enrique
Evans de la Cuadra, en su libro “Los Derechos Constitucionales”38, señala:
“La vida, por ser el don primario que Dios ha dado al hombre, y por ser la
fuente de sus demás atributos, está cautelada por la institucionalidad constitucional
y legal desde que se inicia la gestación”.
Luego, el mismo autor citando al profesor Manuel Guzman39, señala:
“Entendemos por derecho a la vida la facultad jurídica, o poder, de exigir la
conservación y la protección de la vida humana, o sea, de ese estado de actividad
sustancial propio del hombre.
(…) Por la naturaleza de ese derecho, actúa erga omnes, como pretensión
genérica frente a todos, que aparecen obligados a respetar ese bien. La voluntad del
titular del derecho a la vida tiende a un objeto, que es la vida misma. A ese bien, el
derecho objetivo le dispensa su tutela o protección. La vida humana como bien
jurídico consiste, así, en la existencia física, biológica de ese ser (…) Aparece la
vida humana, como un bien único, primario y fundamental.
El derecho a la vida comprende el derecho a la integridad, a la salud, a la
legítima defensa.”
En consecuencia, siendo el derecho a la prevención y rehabilitación
un derecho primordial, absoluto, que emana directamente del derecho a la
vida consagrado por nuestra Constitución en su artículo 19 N° 1, y en
cambio, el monto máximo de las rentas del alimentante un asunto
relacionado con su propia posición social o económica, estimamos que
también por este fundamento el monto máximo del artículo 7° de la Ley N°
14.908 no es aplicable cuando se trata de pensiones alimenticias a favor de
personas con discapacidad mental. En el fondo, el o los alimentantes –
familiares- tienen el deber de sacrificar su propia calidad de vida si es
necesario, por el bien del alimentario.
38
EVANS de la Cuadra Enrique, “Los Derechos Constitucionales”, Tomo I, tercera edición
actualizada por Eugenio Evans Espiñeira, pág. 113. Editorial Jurídica, año 2004.
39
Op. Cit. , pág. 114.
55
Respecto de alimentos a favor de discapacitado mental, con
aplicación de la Ley N° 18.600, encontramos un solo fallo, del Tercer
Juzgado de Menores de Santiago dictado en la causa rol 663-2004, y
confirmado por la I. Corte de Apelaciones de Santiago con fecha 26 de Julio
del 2006. El alimentante tenía tres hijos alimentarios, uno de los cuales
tenía discapacidad mental de 70%, permanente. Los ingresos del padre
ascendían a la suma de $ 1.853.982 (un millón ochocientos cincuenta y tres
mil novecientos ochenta y dos pesos). Las necesidades del alimentario “(…)
fueron avaluadas por sobre $ 1.000.000 sin considerar una crisis de su estado
general que obligaría a hospitalizarlo y un tratamiento en el sistema privado”. La
sentencia estableció una pensión alimenticia a favor del joven
discapacitado, por la suma equivalente a 6,8 ingresos mínimos
ascendientes a la fecha del fallo a $ 867.000 (ochocientos sesenta y siete
mil pesos), estableciéndose además que “Se hace presente que la pensión de
alimentos establecida será por toda la vida del alimentario en virtud de la
declaración y resolución de la Comisión de Medicina Preventiva e Invalidez del
Ministerio de Salud del Servicio de Salud Oriente”.
Si bien es cierto que la sentencia aludida fija la pensión alimenticia en
casi el 47% de las rentas del alimentante, y por tanto no supera el
porcentaje máximo establecido por la ley, no es menos cierto que éste tenía
dos cargas más, quienes a la fecha de la sentencia no habían demandado
alimentos. Sin señalarlo expresamente, entendemos que la sentencia deja
al alimentante en situación de tener que pagar por sus tres hijos, una suma
superior al cincuenta por ciento de sus rentas, en aplicación de las leyes
especiales señaladas.
56
PROCEDIMIENTO DE INTERDICCIÓN
57
Por lo tanto, el sólo hecho que una persona esté declarada
discapacitada no parece ser suficiente para que se declare la interdicción
por demencia, ya que no todos son dementes.
Sin embargo, la Ley N° 19.954 del 14 de Julio de 2004, modificó la
Ley N° 18.600 sobre Deficientes Mentales estableciendo un procedimiento
especial para la declaración de interdicción por demencia de las personas
cuya discapacidad mental ha sido declarada.
En efecto, el artículo 4° de la Ley N° 18.600 establece en su inciso 2°
que:
“Cuando la discapacidad mental de una persona se haya inscrito en el
Registro Nacional de la Discapacidad, su padre o madre podrá solicitar al juez que,
con el mérito de la certificación vigente de la discapacidad, otorgada de
conformidad al Título II de la ley N° 19.284, y previa audiencia de la persona con
discapacidad, decrete la interdicción definitiva por demencia y nombre curador
definitivo al padre o madre que la tuviera bajo su cuidado permanente. Si el
cuidado permanente lo ejercen los padres de consuno, podrá deferir la curaduría a
ambos. El juez procederá con conocimiento y previa citación personal y audiencia
del discapacitado. En caso de ausencia o impedimento de los padres, los parientes
más cercanos podrán proceder de igual forma, sin perjuicio de lo establecido en el
artículo 18 bis. Se aplicarán a la persona discapacitada interdicta lo que prevén los
artículos 440 y 453 del Código Civil para la guarda del menor adulto y del
disipador, respectivamente. La suma de dinero que se asigne al discapacitado para
sus gastos personales podrá ser fijada prudencialmente por el mismo curador, de
acuerdo con su grado de discapacidad. La persona interdicta podrá celebrar
contratos de trabajo con la autorización del curador”.
La Ley N° 19.968 publicada el 30 de Agosto del 2004 sobre
Tribunales de Familia, otorgó la competencia a estos Tribunales para los
juicios por interdicción, por lo tanto este procedimiento debe hacerse ante
los Tribunales de Familia.
58
La solicitud de declaración de interdicción es un procedimiento no
contencioso, cuya reglamentación se encuentra establecida en el artículo
102 de la Ley N° 19.968, que señala lo siguiente:
“Artículo 102.- Del procedimiento aplicable. Los actos judiciales no
contenciosos cuyo conocimiento corresponda a los jueces de familia se regirán por
las normas de la presente ley y, en lo no previsto en ellas, por el Libro IV del
Código de Procedimiento Civil, a menos que resulten incompatibles con la
naturaleza de los procedimientos que esta ley establece, particularmente en lo
relativo a la exigencia de oralidad.
La solicitud podrá ser presentada por escrito y el juez podrá resolverla de
plano, a menos que considere necesario oír a los interesados. En este último caso,
citará a una audiencia, a la que concurrirán con todos sus antecedentes, a fin de
resolver en ella la cuestión no contenciosa sometida a su conocimiento.”
Existe una contradicción entre ambas normas, en cuanto a que si es
necesaria o no, la audiencia y citación personal del discapacitado. La Ley N°
18.600 establece claramente y en forma imperativa, que el juez procederá
con conocimiento y previa citación y audiencia personal, en cambio la Ley
N° 19.968 faculta al juez para resolver de plano y citar a una audiencia sólo
si lo considera necesario.
Para resolver esta contradicción, es necesario atender al principio de
especialidad, es decir, en este caso el hecho que la Ley N° 18.600 es ley
especial, y a cual de las dos es posterior pues puede haber una derogación
tácita. La Ley N° 19.968 publicada el 30 de Agosto del 2004, es posterior a
la modificación hecha a la Ley N° 18.600, que se publicó el 14 de julio del
2004, por lo tanto en estricto rigor podría existir una derogación tácita de la
exigencia de citación personal y audiencia de la persona discapacitada. Sin
embargo, la distancia en el tiempo entre una y otra es tan corta –un mes y
medio- que resulta evidente que al hacer la modificación de la Ley N°
18.600, el legislador conocía la tramitación del proyecto de la Ley N° 19.968,
que fue ampliamente discutida y por largo tiempo. A nuestro entender, por
59
lo antes señalado y además por protección de los derechos de la persona
discapacitada, debiera aplicarse lo establecido por la Ley N° 18.600, es
decir, se debe citar y escuchar a la persona cuya interdicción se solicita.
Por otra parte, los Principios para la protección de los enfermos
mentales y el mejoramiento de la atención de la salud mental, adoptados
por la Asamblea General de las Naciones Unidas mediante resolución
46/119, el 17 de Diciembre de 1991, establecen en su Principio 1,
numerando 6, lo siguiente:
“6. Toda decisión de que, debido a su enfermedad mental, una persona
carece de capacidad jurídica y toda decisión de que, a consecuencia de dicha
incapacidad, se designe a un representante personal se tomará sólo después de una
audiencia equitativa ante un tribunal independiente e imparcial establecido por la
legislación nacional. La persona de cuya capacidad se trate tendrá derecho a estar
representada por un defensor. Si la persona de cuya capacidad se trata no obtiene
por sí misma dicha representación, se le pondrá ésta a su disposición sin cargo
alguno en la medida de que no disponga de medios suficientes para pagar dichos
servicios. El defensor no podrá representar en las mismas actuaciones a una
institución psiquiátrica ni a su personal, ni tampoco podrá representar a un familiar
de la persona de cuya capacidad se trate, a menos que el tribunal compruebe que no
existe ningún conflicto de intereses. Las decisiones sobre la capacidad y la
necesidad de un representante personal se revisarán en los intervalos razonables
previstos en la legislación nacional. La persona de cuya capacidad se trate, su
representante personal, si lo hubiere, y cualquier otro interesado tendrán derecho a
apelar esa decisión ante un tribunal superior.”
Nos llama profundamente la atención, que trece años después de
acordados y publicados estos Principios por las Naciones Unidas, en Chile
se haya creado un procedimiento de interdicción que no contempla la
defensa obligatoria para la persona con enfermedad mental discapacitante,
quien evidentemente, puede encontrarse en situación de ser incapaz de
defenderse por sí misma. Es cierto que las resoluciones de las Naciones
60
Unidas no constituyen ley ni son de cumplimiento obligatorio, pero no es
menos cierto que estos Principios se derivan de Tratados Internacionales
relativos a derechos humanos que Chile ha ratificado y publicado.
Nos parece que el procedimiento especial establecido por la Ley N°
18.600 es menos engorroso que otros procedimientos de interdicción, y por
tanto puede favorecer a personas que realmente necesitan con urgencia
que se les designe un curador, sin embargo deja también en situación de
indefensión a la persona cuya discapacidad ha sido declarada por el
COMPIN.
61
CONCLUSIONES
62
siquiera un curador. La integridad física es un derecho inherente a la
naturaleza humana que se aplica a todo ser humano, no sólo a los que son
sanos, así como también el derecho a procrear. Cualquier normativa que
permita esterilizar a una persona o a un grupo de personas –enfermos
mentales- sin su consentimiento constituye sencillamente, una forma vil y
disfrazada de practicar la eugenesia, sobre todo considerando que muchos
discapacitados pueden efectivamente, no tener ninguna capacidad de
defenderse ante un procedimiento que –por qué no decirlo- provocará una
mutilación corporal que consiste básicamente en una castración. Existen
muchas formas menos agresivas para el control de la natalidad y la
planificación familiar, que una operación quirúrgica irreversible, y el Estado
tiene la obligación de buscar y de ofrecer estas soluciones, en vez de
vulnerar los derechos de personas especialmente desprotegidas, como lo
son los discapacitados mentales.
En cuanto a la interdicción, nos resulta evidente que el procedimiento
debe ser contencioso, y con defensa obligatoria de un letrado para la
persona cuya interdicción se pide, aún cuando la discapacidad mental se
encuentre declarada ya que como hemos visto, la discapacidad no es
sinónimo de incapacidad para consentir ni para tomar decisiones que
tengan efectos jurídicos. Nuestra normativa debe ajustarse a los estándares
internacionales al respecto, especialmente al Principio 1 numerando 6 de los
Principios para la Protección de los Enfermos Mentales y el Mejoramiento
de la Atención de la Salud Mental, adoptados por la Asamblea General de
las Naciones Unidas en 1991.
En cuanto a los alimentos, estimamos que a fin de poder asegurar el
real ejercicio del derecho a la rehabilitación del enfermo, y a la vez proteger
los derechos del alimentante, se debe aumentar el límite del cincuenta por
ciento de las rentas de éste, establecido por la Ley 14.908.
Es mucha la tarea por hacer en cuanto a modificaciones de nuestra
legislación interna; para ello, resulta imperioso que se ponga el tema de la
63
discapacidad mental sobre la mesa de trabajo de abogados, legisladores, y
jueces, y por supuesto, se considere la opinión de personas discapacitadas,
sea a través de grupos organizados o no.
Cabe mencionar, que dada su condición de discapacidad, resulta
tremendamente difícil para estas personas participar de la vida política a
través de grupos organizados. No pueden ejercer presión política de ningún
tipo, lo que implica que con mayor razón debe prestárseles más atención,
cuidado y dedicación que la que se les ha dado hasta ahora.
Las instituciones están para servir a las personas; a todas. Debemos
humanizar al sistema.
64
ANEXOS
Proyecto de ley
NOTA:
El DTO 48, Trabajo, publicado el 13.09.1993, aprobó
el Reglamento para la Aplicación de la presente norma. El
citado decreto, dispuso su entrada en vigencia el día
primero del mes siguiente al de la fecha de su
publicación.
40
Ley extraída de la página web de la Biblioteca del Congreso Nacional.
65
directos o indirectos, para las personas con D.O. 22.06.2001
discapacidad mental provenientes de familias de menores
recursos o para éstas, con el objeto de hacer efectivos
los derechos y deberes que consagra el inciso primero.
66
Cuando la discapacidad mental de una persona se LEY 19954
haya inscrito en el Registro Nacional de la Art. único
Discapacidad, su padre o madre podrá solicitar al juez D.O. 14.07.2004
que, con el mérito de la certificación vigente de la
discapacidad, otorgada de conformidad al Título II de la
ley Nº 19.284, y previa audiencia de la persona con
discapacidad, decrete la interdicción definitiva por
demencia y nombre curador definitivo al padre o madre
que la tuviera bajo su cuidado permanente. Si el cuidado
permanente lo ejercen los padres de consuno, podrá
deferir la curaduría a ambos. El juez procederá con
conocimiento y previa citación personal y audiencia del
discapacitado. En caso de ausencia o impedimento de los
padres, los parientes más cercanos podrán proceder de
igual forma, sin perjuicio de lo establecido en el
artículo 18 bis. Se aplicará a la persona discapacitada
interdicta lo que prevén los artículos 440 y 453 del
Código Civil para la guarda del menor adulto y del
disipador, respectivamente. La suma de dinero que se
asigne al discapacitado para sus gastos personales podrá
ser fijada prudencialmente por el mismo curador, de
acuerdo con su grado de discapacidad. La persona
interdicta podrá celebrar contratos de trabajo con la
autorización del curador.
67
Artículo 8°.- El Ministerio de Educación Pública
implementará medidas técnico-administrativas, para que
las personas con discapacidad mental discreta sean LEY 19735
integrados a los cursos normales de educación común, Art. único Nº 7
sin perjuicio de poder ser atendidos en la educación D.O. 22.06.2001
especial, cuando ello fuere necesario. Las personas
con discapacidad mental moderada y grave podrán ser
atendidos en el sistema de educación especial, de
acuerdo a los recursos regionales y comunales.
68
lucro que mantuvieren en funcionamiento talleres
protegidos, en los que las personas con discapacidad LEY 19735
mental, principalmente de familias de menores recursos, Art. único Nº 10
desarrollen, con fines esencialmente terapéuticos, D.O. 22.06.2001
actividades laborales, y que por decreto del Presidente
de la República, dictado en conformidad a lo prescrito
en el artículo 40, N° 4° de la Ley sobre Impuesto a la
Renta contenida en el artículo 1° del decreto ley N°
824, de 1974, obtuvieren la exención tributaria que allí
se establece, darán origen a la franquicia tributaria
establecida en el artículo 47 del decreto ley N° 3.063,
de 1979, para quienes les efectúen donaciones en
conformidad a lo dispuesto en dicha norma legal.
69
Se entenderá que todos estos ingresos, al ser usados
en la administración de los establecimientos, serán
aportes que estarán recibiendo los establecimientos
educacionales, por lo que deberán ser declarados como
tales para los efectos de la subvención estatal, lo que
no importará la reducción que establece el artículo 15
del decreto ley N° 3.476, de 1980.
70
que, tratándose de personas jurídicas, su finalidad sea
la atención, protección, educación, rehabilitación o
capacitación del mentalmente impedido.
Será competente para conocer de estos juicios el
Juez de Menores del domicilio del alimentario, quien
conocerá y resolverá en conformidad al procedimiento
establecido en la ley N° 14.908.
71
a) cuando existe dependencia alimentaria, económica
y educacional, diurna y nocturna, y
b) cuando dicha dependencia es parcial, es decir,
por jornada, siempre y cuando ésta haya tenido lugar
de manera continua e ininterrumpida, durante dos años
a lo menos.
72
a lo dispuesto en el decreto con fuerza de
ley N° 1.385, de 1980, del Ministerio de Justicia.
A los menores que sean atendidos bajo la modalidad
de personas con discapacidad mental profunda y que estén LEY 19735
percibiendo la referida subvención, se les extenderá Art. único Nº 18
dicho beneficio hasta el 31 de diciembre del año en que D.O. 22.06.2001
cumplan 24 años de edad.
Los hogares que perciban la subvención mencionada,
que continúen atendiendo las personas con discapacidad LEY 19735
mental, aún después que haya caducado el derecho a Art. único Nº 18
recibir la subvención, podrán impetrar el beneficio de D.O. 22.06.2001
la pensión asistencial, cuando ésta sea otorgada a la
persona con discapacidad mental que tienen a su cargo.
Sin embargo, el goce del beneficio de la pensión
asistencial será incompatible con la subvención otorgada
de acuerdo a lo dispuesto en el decreto con fuerza de
ley N° 1.385, de 1980, del Ministerio de Justicia.
73
Brigadier de Ejército, Subsecretario de Hacienda.
74
Biblioteca del Congreso Nacional41
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------------------------
Identificación de la Norma : DTO-99
Fecha de Publicación : 20.06.2002
Fecha de Promulgación : 25.03.2002
Organismo : MINISTERIO DE RELACIONES EXTERIORES
PROMULGA LA CONVENCION INTERAMERICANA PARA LA
ELIMINACION DE TODAS LAS FORMAS DE DISCRIMINACION CONTRA
LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD
Núm. 99.- Santiago, 25 de marzo de 2002.- Vistos:
El artículo 32, Nº 17, y 50 Nº 1), de la Constitución
Política de la República.
Considerando:
Que con fecha 7 de junio de 1999 se adoptó, durante
el Vigésimo Noveno Período Ordinario de Sesiones de la
Asamblea General de la Organización de los Estados
Americanos, celebrado en Ciudad de Guatemala, Guatemala,
la Convención Interamericana para la Eliminación de
todas las Formas de Discriminación Contra las Personas
con Discapacidad.
Que dicha Convención fue aprobada por el Congreso
Nacional, según consta en el oficio Nº 3.591, de 29 de
noviembre de 2001, de la Honorable Cámara de Diputados.
Que el Instrumento de Ratificación se depositó ante
el Secretario General de la Organización de los Estados
Americanos con fecha 26 de febrero de 2002.
D e c r e t o:
Artículo único: Promúlgase la Convención
Interamericana para la Eliminación de Todas las Formas
de Discriminación Contra las Personas con Discapacidad,
adoptado en Ciudad de Guatemala, Guatemala, el 7 de
junio de 1999 durante el Vigésimo Noveno Período
Ordinario de Sesiones de la Asamblea General de la
Organización de los Estados Americanos; cúmplase y
llévese a efecto como ley y publíquese copia autorizada
de su texto en el Diario Oficial.
Anótese, tómese razón, regístrese y publíquese.-
41
Decreto extraído de la página web de la Biblioteca del Congreso Nacional.
75
RICARDO LAGOS ESCOBAR, Presidente de la República.-
María Soledad Alvear Valenzuela, Ministra de Relaciones
Exteriores.
Lo que transcribo a US, para su conocimiento.-
Alberto Yoacham Soffia, Embajador, Director General
Administrativo.
CONVENCION INTERAMERICANA PARA LA ELIMINACION DE TODAS
LAS FORMAS DE DISCRIMINACION CONTRA LAS PERSONAS CON
DISCAPACIDAD
Los Estados parte en la presente Convención,
Reafirmando que las personas con discapacidad
tienen los mismos derechos humanos y libertades
fundamentales que otras personas; y que estos derechos,
incluido el de no verse sometidos a discriminación
fundamentada en la discapacidad, dimanan de la dignidad
y la igualdad que son inherentes a todo ser humano;
Considerando que la Carta de la Organización de los
Estados Americanos, en su artículo 3, inciso j)
establece como principio que "la justicia y la seguridad
sociales son bases de una paz duradera";
Preocupados por la discriminación de que son objeto
las personas en razón de su discapacidad;
Teniendo presente el Convenio sobre la Readaptación
Profesional y el Empleo de Personas Inválidas de la
Organización Internacional del Trabajo (Convenio 159);
la Declaración de los Derechos del Retrasado Mental
(AG.26/2856, del 20 de diciembre de 1971); la
Declaración de los Derechos de los Impedidos de las
Naciones Unidas (resolución Nº 3447 del 9 de diciembre
de 1975); el Programa de Acción Mundial para las
Personas con Discapacidad, aprobado por la Asamblea
General de las Naciones Unidas (resolución 37/52, del 3
de diciembre de 1982); el Protocolo Adicional de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos en Materia
de Derechos Económicos, Sociales y Culturales "Protocolo
de San Salvador" (1988); los Principios para la
Protección de los Enfermos Mentales y para el
Mejoramiento de la Atención de la Salud Mental
(AG.46/119, del 17 de diciembre de 1991); la Declaración
de Caracas de la Organización Panamericana de la Salud;
la resolución sobre la Situación de las Personas con
Discapacidad en el Continente Americano (AG/Res. 1249
(XXIII-O/93)); las Normas Uniformes sobre Igualdad de
Oportunidades para las Personas con Discapacidad
(AG.48/96, del 20 de diciembre de 1993); la Declaración
76
de Managua, de diciembre de 1993; la Declaración de
Viena y Programa de Acción aprobados por la Conferencia
Mundial de las Naciones Unidas sobre Derechos Humanos
(157/93); la resolución sobre la Situación de los
Discapacitados en el Continente Americano (AG/Res. 1356
(XXV-O/95)); y el Compromiso de Panamá con las Personas
con Discapacidad en el Continente Americano (resolución
AG/Res. 1369 (XXVI-O/96); y
Comprometidos a eliminar la discriminación, en
todas sus formas y manifestaciones, contra las personas
con discapacidad,
Han convenido lo siguiente:
ARTICULO 1
Para los efectos de la presente Convención, se
entiende por:
1. Discapacidad
El término "discapacidad" significa una deficiencia
física, mental o sensorial, ya sea de naturaleza
permanente o temporal, que limita la capacidad de
ejercer una o más actividades esenciales de la vida
diaria, que puede ser causada o agravada por el entorno
económico y social.
2. Discriminación contra las personas con discapacidad
a) El término "discriminación contra las personas con
discapacidad" significa toda distinción, exclusión
o restricción basada en una discapacidad, antecedente
de discapacidad, consecuencia de discapacidad
anterior o percepción de una discapacidad presente
o pasada, que tenga el efecto o propósito de impedir
o anular el reconocimiento, goce o ejercicio por
parte de las personas con discapacidad, de sus
derechos humanos y libertades fundamentales.
b) No constituye discriminación la distinción o
preferencia adoptada por un Estado parte a fin de
promover la integración social o el desarrollo
personal de las personas con discapacidad, siempre
que la distinción o preferencia no limite en sí
misma el derecho a la igualdad de las personas con
discapacidad y que los individuos con discapacidad
no se vean obligados a aceptar tal distinción o
preferencia. En los casos en que la legislación
interna prevea la figura de la declaratoria de
interdicción, cuando sea necesaria y apropiada
para su bienestar, ésta no constituirá
discriminación.
77
ARTICULO II
Los objetivos de la presente Convención son la
prevención y eliminación de todas las formas de
discriminación contra las personas con discapacidad
y propiciar su plena integración en la sociedad.
ARTICULO III
Para lograr los objetivos de esta Convención, los
Estados parte se comprometen a:
1. Adoptar las medidas de carácter legislativo, social,
educativo, laboral o de cualquier otra índole,
necesarias para eliminar la discriminación contra
las personas con discapacidad y propiciar su plena
integración en la sociedad, incluidas las que se
enumeran a continuación, sin que la lista sea
taxativa:
a) Medidas para eliminar progresivamente la
discriminación y promover la integración por parte de
las autoridades gubernamentales y/o entidades privadas
en la prestación o suministro de bienes, servicios,
instalaciones, programas y actividades, tales como el
empleo, el transporte, las comunicaciones, la
vivienda, la recreación, la educación, el deporte,
el acceso a la justicia y los servicios policiales,
y las actividades políticas y de administración;
b) Medidas para que los edificios, vehículos e
instalaciones que se construyan o fabriquen en sus
territorios respectivos faciliten el transporte, la
comunicación y el acceso para las personas con
discapacidad;
c) Medidas para eliminar, en la medida de lo posible,
los obstáculos arquitectónicos, de transporte y
comunicaciones que existan, con la finalidad de
facilitar el acceso y uso para las personas con
discapacidad; y
d) Medidas para asegurar que las personas encargadas
de aplicar la presente Convención y la legislación
interna sobre esta materia, estén capacitadas para
hacerlo.
2. Trabajar prioritariamente en las siguientes áreas:
a) La prevención de todas las formas de discapacidad
prevenibles;
b) La detección temprana e intervención, tratamiento,
rehabilitación, educación, formación ocupacional y
el suministro de servicios globales para asegurar
un nivel óptimo de independencia y de calidad de
78
vida para las personas con discapacidad; y
c) La sensibilización de la población, a través de
campañas de educación encaminadas a eliminar
prejuicios, estereotipos y otras actitudes que
atentan contra el derecho de las personas a ser
iguales, propiciando de esta forma el respeto y
la convivencia con las personas con discapacidad.
ARTICULO IV
Para lograr los objetivos de esta Convención, los
Estados parte se comprometen a:
1. Cooperar entre sí para contribuir a prevenir y
eliminar la discriminación contra las personas con
discapacidad.
2. Colaborar de manera efectiva en:
a) la investigación científica y tecnológica relacionada
con la prevención de las discapacidades, el
tratamiento, la rehabilitación e integración a la
sociedad de las personas con discapacidad; y
b) el desarrollo de medios y recursos diseñados para
facilitar o promover la vida independiente,
autosuficiencia e integración total, en condiciones
de igualdad, a la sociedad de las personas con
discapacidad.
ARTICULO V
1. Los Estados parte promoverán, en la medida en
que sea compatible con sus respectivas legislaciones
nacionales, la participación de representantes de
organizaciones de personas con discapacidad,
organizaciones no gubernamentales que trabajan en este
campo o, si no existieren dichas organizaciones,
personas con discapacidad, en la elaboración, ejecución
y evaluación de medidas y políticas para aplicar la
presente Convención.
2. Los Estados parte crearán canales de
comunicación eficaces que permitan difundir entre las
organizaciones públicas y privadas que trabajan con las
personas con discapacidad los avances normativos y
jurídicos que se logren para la eliminación de la
discriminación contra las personas con discapacidad.
ARTICULO VI
1. Para dar seguimiento a los compromisos
adquiridos en la presente Convención se establecerá un
Comité para la Eliminación de Todas las Formas de
Discriminación Contra las Personas con Discapacidad,
integrado por un representante designado por cada Estado
79
parte.
2. El Comité celebrará su primera reunión dentro de
los 90 días siguientes al depósito del décimo primer
instrumento de ratificación. Esta reunión será convocada
por la Secretaría General de la Organización de los
Estados Americanos y la misma se celebrará en su sede, a
menos que un Estado parte ofrezca la sede.
3. Los Estados parte se comprometen en la primera
reunión a presentar un informe al Secretario General de
la Organización para que lo transmita al Comité para ser
analizado y estudiado. En lo sucesivo, los informes se
presentarán cada cuatro años.
4. Los informes preparados en virtud del párrafo
anterior deberán incluir las medidas que los Estados
miembros hayan adoptado en la aplicación de esta
Convención y cualquier progreso que hayan realizado los
Estados parte en la eliminación de todas las formas de
discriminación contra las personas con discapacidad. Los
informes también contendrán cualquier circunstancia o
dificultad que afecte el grado de cumplimiento derivado
de la presente Convención.
5. El Comité será el foro para examinar el progreso
registrado en la aplicación de la Convención e
intercambiar experiencias entre los Estados parte. Los
informes que elabore el Comité recogerán el debate e
incluirán información sobre las medidas que los Estados
parte hayan adoptado en aplicación de esta Convención,
los progresos que hayan realizado en la eliminación de
todas las formas de discriminación contra las personas
con discapacidad, las circunstancias o dificultades que
hayan tenido con la implementación de la Convención, así
como las conclusiones, observaciones y sugerencias
generales del Comité para el cumplimiento progresivo de
la misma.
6. El Comité elaborará su reglamento interno y lo
aprobará por mayoría absoluta.
7. El Secretario General brindará al Comité el
apoyo que requiera para el cumplimiento de sus
funciones.
ARTICULO VII
No se interpretará que disposición alguna de la
presente Convención restrinja o permita que los Estados
parte limiten el disfrute de los derechos de las
personas con discapacidad reconocidos por el derecho
internacional consuetudinario o los instrumentos
80
internacionales por los cuales un Estado parte está
obligado.
ARTICULO VIII
1. La presente Convención estará abierta a todos
los Estados miembros para su firma, en la ciudad de
Guatemala, Guatemala, el 8 de junio de 1999 y, a partir
de esa fecha, permanecerá abierta a la firma de todos
los Estados en la sede de la Organización de los Estados
Americanos hasta su entrada en vigor.
2. La presente Convención está sujeta a
ratificación.
3. La presente Convención entrará en vigor para los
Estados ratificantes el trigésimo día a partir de la
fecha en que se haya depositado el sexto instrumento de
ratificación de un Estado miembro de la Organización de
los Estados Americanos.
ARTICULO IX
Después de su entrada en vigor, la presente
Convención estará abierta a la adhesión de todos los
Estados que no la hayan firmado.
ARTICULO X
1. Los instrumentos de ratificación y adhesión se
depositarán en la Secretaría General de la Organización
de los Estados Americanos.
2. Para cada Estado que ratifique o adhiera a la
Convención después de que se haya depositado el sexto
instrumento de ratificación, la Convención entrará en
vigor el trigésimo día a partir de la fecha en que tal
Estado haya depositado su instrumento de ratificación o
de adhesión.
ARTICULO XI
1. Cualquier Estado parte podrá formular propuestas
de enmienda a esta Convención. Dichas propuestas serán
presentadas a la Secretaría General de la OEA para su
distribución a los Estados parte.
2. Las enmiendas entrarán en vigor para los Estados
ratificantes de las mismas en la fecha en que dos
tercios de los Estados parte hayan depositado el
respectivo instrumento de ratificación. En cuanto al
resto de los Estados parte, entrarán en vigor en la
fecha en que depositen sus respectivos instrumentos de
ratificación.
ARTICULO XII
Los Estados podrán formular reservas a la presente
Convención al momento de ratificarla o adherirse a ella,
81
siempre que no sean incompatibles con el objeto y
propósito de la Convención y versen sobre una o más
disposiciones específicas.
ARTICULO XIII
La presente Convención permanecerá en vigor
indefinidamente, pero cualquiera de los Estados parte
podrá denunciarla. El instrumento de denuncia será
depositado en la Secretaría General de la Organización
de los Estados Americanos. Transcurrido un año, contado
a partir de la fecha de depósito del instrumento de
denuncia, la Convención cesará en sus efectos para el
Estado denunciante, y permanecerá en vigor para los
demás Estados parte. Dicha denuncia no eximirá al Estado
parte de las obligaciones que le impone la presente
Convención con respecto a toda acción u omisión ocurrida
antes de la fecha en que haya surtido efecto la
denuncia.
ARTICULO XIV
1. El instrumento original de la presente
Convención, cuyos textos en español, francés, inglés y
portugués son igualmente auténticos, será depositado en
la Secretaría General de la Organización de los Estados
Americanos, la que enviará copia auténtica de su texto,
para su registro y publicación, a la Secretaría de las
Naciones Unidas, de conformidad con el artículo 102 de
la Carta de las Naciones Unidas.
2. La Secretaría General de la Organización de los
Estados Americanos notificará a los Estados miembros de
dicha Organización y a los Estados que se hayan adherido
a la Convención, las firmas, los depósitos de
instrumentos de ratificación, adhesión y denuncia, así
como las reservas que hubiesen.
82
Identificación Norma: RES-2326 EXENTA42
Fecha Publicación: 09.12.2000
Fecha Promulgación: 30.11.2000
Organismo: MINISTERIO DE SALUD
Ultima Modificación: RES-23 EXENTA, SALUD
Fecha Ultima Modificacion: 20.02.2001
Estado: ACTUALIZADO
Considerando:
83
dependientes de los Servicios de Salud, basadas en
criterios técnicos actuales, en el respeto de los
derechos reproductivos de las personas y en la igualdad
de acceso a estas prestaciones de los beneficiarios de
estos organismos que el que poseen los pacientes del
sector privado de salud, dicto la siguiente:
R e s o l u c i ó n:
84
archivará con la ficha clínica y copia de él se
entregará al interesado.
5º.- La persona podrá desistirse siempre de la
decisión tomada, hasta antes de iniciado el
procedimiento, bastando para ello su mera declaración en
tal sentido.
6º.- En los casos en que vaya a practicarse la
esterilización durante la realización de una operación
cesárea, los procedimientos de consejería de la persona
y de registro de su decisión, señalados en los números
anteriores, se efectuarán antes de la misma y se
firmarán los documentos señalados.
7º.- La esterilización de personas en edad
reproductiva que padecen de una enfermedad
discapacitante que les produzca carencia de
discernimiento, se efecturá de conformidad a lo
establecido en los artículos 20 y siguientes del decreto
Nº 570 de 2000, del Ministerio de Salud, que reglamenta
la internación de las personas con enfermedades mentales
y los establecimientos que la proporcionan.
8º.- Derógase la resolución exenta Nº 3, de 1975,
del
Ministerio de Salud.
85
English | Français
.
43
Declaración extraída de la página web de las Naciones Unidas.
86
Teniendo presente la necesidad de ayudar a los retrasados
mentales a desarrollar sus aptitudes en las más diversas
esferas de actividad, así como de fomentar en la medida de
lo posible su incorporación a la vida social normal,
87
6. El retrasado mental debe ser protegido contra toda
explotación y todo abuso o trato degradante. En caso de que
sea objeto de una acción judicial, deberá ser sometido a un
proceso justo en que se tenga plenamente en cuenta su
grado de responsabilidad, atendidas sus facultades mentales.
88
English | Français
.
44
Declaración extraída de la página web de las Naciones Unidas.
89
prevención de la incapacitación y la readaptación de los
incapacitados,
90
origen, la naturaleza o la gravedad de sus trastornos y
deficiencias, tiene los mismos derechos fundamentales que
sus conciudadanos de la misma edad, lo que supone, en
primer lugar, el derecho a disfrutar de una vida decorosa, lo
más normal y plena que sea posible.
91
condiciones de vida en él deberán asemejarse lo más posible
a los de la vida normal de las personas de su edad.
92
English | Français
.
45
Principios extraídos de la página web de las Naciones Unidas.
93
e) Por "profesional de salud mental" se entenderá un médico,
un psicólogo clínico, un profesional de enfermería, un
trabajador social u otra persona debidamente capacitada y
calificada en una especialidad relacionada con la atención de
la salud mental;
94
3. Todas las personas que padezcan una enfermedad mental,
o que estén siendo atendidas por esa causa, tienen derecho
a la protección contra la explotación económica, sexual o de
otra índole, el maltrato físico o de otra índole y el trato
degradante.
95
suficientes para pagar dichos servicios. El defensor no podrá
representar en las mismas actuaciones a una institución
psiquiátrica ni a su personal, ni tampoco podrá representar a
un familiar de la persona de cuya capacidad se trate, a
menos que el tribunal compruebe que no existe ningún
conflicto de intereses. Las decisiones sobre la capacidad y la
necesidad de un representante personal se revisarán en los
intervalos razonables previstos en la legislación nacional. La
persona de cuya capacidad se trate, su representante
personal, si lo hubiere, y cualquier otro interesado tendrán
derecho a apelar esa decisión ante un tribunal superior.
Principio 2
Protección de menores
Se tendrá especial cuidado, conforme a los propósitos de los
presentes Principios y en el marco de la ley nacional de
protección de menores, en proteger los derechos de los
menores, disponiéndose, de ser necesario, el nombramiento
de un representante legal que no sea un miembro de la
familia.
Principio 3
La vida en la comunidad
Toda persona que padezca una enfermedad mental tendrá
derecho a vivir y a trabajar, en la medida de lo posible, en la
comunidad.
Principio 4
Determinación de una enfermedad mental
1. La determinación de que una persona padece una
enfermedad mental se formulará con arreglo a normas
médicas aceptadas internacionalmente.
96
o religioso, o en cualquier otra razón que no se refiera
directamente al estado de la salud mental.
Principio 5
Examen médico
Ninguna persona será forzada a someterse a examen médico
con objeto de determinar si padece o no una enfermedad
mental, a no ser que el examen se practique con arreglo a
un procedimiento autorizado por el derecho nacional.
Principio 6
Confidencialidad
Se respetará el derecho que tienen todas las personas a las
cuales son aplicables los presentes Principios a que se trate
confidencialmente la información que les concierne.
Principio 7
Importancia de la comunidad y de la cultura
1. Todo paciente tendrá derecho a ser tratado y atendido, en
la medida de lo posible, en la comunidad en la que vive.
97
3. Todo paciente tendrá derecho a un tratamiento adecuado
a sus antecedentes culturales.
Principio 8
Normas de la atención
1. Todo paciente tendrá derecho a recibir la atención
sanitaria y social que corresponda a sus necesidades de
salud y será atendido y tratado con arreglo a las mismas
normas aplicables a los demás enfermos.
Principio 9
Tratamiento
1. Todo paciente tendrá derecho a ser tratado en un
ambiente lo menos restrictivo posible y a recibir el
tratamiento menos restrictivo y alterador posible que
corresponda a sus necesidades de salud y a la necesidad de
proteger la seguridad física de terceros.
98
Principio 10
Medicación
1. La medicación responderá a las necesidades
fundamentales de salud del paciente y sólo se le
administrará con fines terapéuticos o de diagnóstico y nunca
como castigo o para conveniencia de terceros. Con sujeción
a las disposiciones del párrafo 15 del principio 11 infra, los
profesionales de salud mental sólo administrarán
medicamentos de eficacia conocida o demostrada.
Principio 11
Consentimiento para el tratamiento
1. No se administrará ningún tratamiento a un paciente sin
su consentimiento informado, salvo en los casos previstos en
los párrafos 6, 7, 8, 13 y 15 del presente principio.
a) El diagnóstico y su evaluación;
99
6, 7, 8, 13 y 15 del presente principio. Se deberán explicar al
paciente las consecuencias de su decisión de no recibir o
interrumpir un tratamiento.
100
8. Salvo lo dispuesto en los párrafos 12, 13, 14 y 15 del
presente principio, también se podrá aplicar un tratamiento a
cualquier paciente sin su consentimiento informado si un
profesional de salud mental calificado y autorizado por ley
determina que ese tratamiento es urgente y necesario para
impedir un daño inmediato o inminente al paciente o a otras
personas. Ese tratamiento no se aplicará más allá del
período estrictamente necesario para alcanzar ese propósito.
101
quirúrgica importantes únicamente cuando lo autorice la
legislación nacional, cuando se considere que ello es lo que
más conviene a las necesidades de salud del paciente y
cuando el paciente dé su consentimiento informado, salvo
que, cuando no esté en condiciones de dar ese
consentimiento, sólo se autorizará el procedimiento o la
operación después de practicarse un examen independiente.
Principio 12
Información sobre los derechos
1. Todo paciente recluido en una institución psiquiátrica será
informado, lo más pronto posible después de la admisión y
en una forma y en un lenguaje que comprenda, de todos los
derechos que le corresponden de conformidad con los
presentes Principios y en virtud de la legislación nacional,
102
información que comprenderá una explicación de esos
derechos y de la manera de ejercerlos.
Principio 13
Derechos y condiciones en las instituciones psiquiátricas
b) Vida privada;
103
b) Instalaciones educativas;
Principio 14
Recursos de que deben disponer las instituciones
psiquiátricas
104
b) Equipo de diagnóstico y terapéutico para los pacientes;
Principio 15
Principios de admisión
1. Cuando una persona necesite tratamiento en una
institución psiquiátrica, se hará todo lo posible por evitar una
admisión involuntaria.
Principio 16
Admisión involuntaria
1. Una persona sólo podrá ser admitida como paciente
involuntario en una institución psiquiátrica o ser retenida
como paciente involuntario en una institución psiquiátrica a
la que ya hubiera sido admitida como paciente voluntario
cuando un médico calificado y autorizado por ley a esos
efectos determine, de conformidad con el principio 4 supra,
que esa persona padece una enfermedad mental y
considere:
105
a) Que debido a esa enfermedad mental existe un riesgo
grave de daño inmediato o inminente para esa persona o
para terceros; o
Principio 17
El órgano de revisión
1. El órgano de revisión será un órgano judicial u otro órgano
independiente e imparcial establecido por la legislación
nacional que actuará de conformidad con los procedimientos
establecidos por la legislación nacional. Al formular sus
decisiones contará con la asistencia de uno o más
106
profesionales de salud mental calificados e independientes y
tendrá presente su asesoramiento.
Principio 18
Garantías procesales
1. El paciente tendrá derecho a designar a un defensor para
que lo represente en su calidad de paciente, incluso para que
lo represente en todo procedimiento de queja o apelación. Si
107
el paciente no obtiene esos servicios, se pondrá a su
disposición un defensor sin cargo alguno en la medida en
que el paciente carezca de medios suficientes para pagar.
108
deseos del paciente, la necesidad de respetar su vida privada
y la de otras personas y la necesidad de impedir que se
cause un perjuicio grave a la salud del paciente o de no
poner en peligro la seguridad de terceros.
Principio 19
Acceso a la información
1. El paciente (término que en el presente principio
comprende al ex paciente) tendrá derecho de acceso a la
información relativa a él en el historial médico y expediente
personal que mantenga la institución psiquiátrica. Este
derecho podrá estar sujeto a restricciones para impedir que
se cause un perjuicio grave a la salud del paciente o se
ponga en peligro la seguridad de terceros. Conforme lo
disponga la legislación nacional, toda información de esta
clase que no se proporcione al paciente se proporcionará al
representante personal y al defensor del paciente, siempre
que pueda hacerse con carácter confidencial. Cuando no se
proporcione al paciente cualquier parte de la información, el
paciente o su defensor, si lo hubiere, será informado de la
decisión y de las razones en que se funda, y la decisión
estará sujeta a revisión judicial.
Principio 20
Delincuentes
1. El presente principio se aplicará a las personas que
cumplen penas de prisión por delitos penales o que han sido
109
detenidas en el transcurso de procedimientos o
investigaciones penales efectuados en su contra y que,
según se ha determinado o se sospecha, padecen una
enfermedad mental.
Principio 21
Quejas
Todo paciente o ex paciente tendrá derecho a presentar una
queja conforme a los procedimientos que especifique la
legislación nacional.
Principio 22
Vigilancia y recursos
Los Estados velarán por que existan mecanismos adecuados
para promover el cumplimiento de los presentes Principios,
inspeccionar las instituciones psiquiátricas, presentar,
investigar y resolver quejas y establecer procedimientos
disciplinarios o judiciales apropiados para casos de conducta
profesional indebida o de violación de los derechos de los
pacientes.
Principio 23
Aplicación
1. Los Estados deberán aplicar los presentes Principios
adoptando las medidas pertinentes de carácter legislativo,
110
judicial, administrativo, educativo y de otra índole, que
revisarán periódicamente.
Principio 24
Alcance de los principios relativos a las instituciones
psiquiátricas
Los presentes Principios se aplican a todas las personas que
ingresan en una institución psiquiátrica.
Principio 25
Mantenimiento de los derechos reconocidos
No se impondrá ninguna restricción ni se admitirá ninguna
derogación de los derechos de los pacientes, entre ellos los
derechos reconocidos en el derecho internacional o nacional
aplicable, so pretexto de que los presentes Principios no
reconocen tales derechos o de que sólo los reconocen
parcialmente.
111
Normas Uniformes
Sobre la igualdad
de oportunidades
para las personas
con discapacidad46
46
Normas extraídas de la página web de la Organización Mundial de la Salud.
112
Las Normas Uniformes sobre la igualdad de oportunidades para las
personas con discapacidad fueron aprobadas por la Asamblea General
de las Naciones Unidas en su cuadragésimo octavo período de
sesiones, mediante resolución 48/96, del 20 de diciembre de 1993.
--------------------------------------------------------------------------------
INTRODUCCIÓN
113
III. MEDIDAS DE EJECUCIÓN
114
Introducción
115
relación existente entre las limitaciones que experimentaban esas personas,
el diseño y la estructura de su entorno y la actitud de la población en
general. Al mismo tiempo, se pusieron cada vez más de relieve los
problemas de la discapacidad en los países en desarrollo. Según las
estimaciones, en algunos de ellos el porcentaje de la población que sufría
discapacidades era muy elevado y, en su mayor parte, esas personas eran
sumamente pobres.
116
la conveniencia de tal convención. A juicio de muchos representantes, los
documentos sobre derechos humanos ya existentes parecían garantizar a
las personas con discapacidad los mismos derechos que a las demás.
117
comprende la Declaración Universal de Derechos Humanos, el Pacto
Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, y el Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos, la Convención sobre los
Derechos del Niño y la convención sobre la eliminación de todas las formas
de discriminación contra la mujer, así como el Programa de Acción Mundial
para los Impedidos, constituyen el fundamento político y moral de estas
Normas.
118
16. Los conceptos indicados a continuación se utilizan a lo largo de
todas las Normas. Se basan esencialmente en los conceptos enunciados en
el Programa de Acción Mundial para los Impedidos. En algunos casos,
reflejan la evolución registrada durante el Decenio de las Naciones Unidas
para los Impedidos.
Discapacidad y minusvalía
119
minusvalía que figura en la clasificación puede aún considerarse de carácter
demasiado médico y centrado en la persona, y tal vez no aclare
suficientemente la relación recíproca entre las condiciones o expectativas
sociales y las capacidades de la persona. Esas inquietudes, así como otras
expresadas por los usuarios en los 12 años transcurridos desde la
publicación de la clasificación, se tendrán en cuenta en futuras revisiones.
Prevención
____________________________________________________________________
_________________
Rehabilitación
120
medidas para proporcionar o restablecer funciones o para compensar la
perdida o la falta de una función o una limitación funcional. El proceso de
rehabilitación no supone la prestación de atención médica preliminar.
Abarca una amplia variedad de medidas y actividades, desde la
rehabilitación más básica y general hasta las actividades de orientación
especifica, como por ejemplo la rehabilitación profesional.
121
PREÁMBULO
____________________________________
Los Estados,
122
Teniendo en cuenta también las recomendaciones y los convenios
pertinentes aprobados por la Organización Internacional del Trabajo, en
especial los que se refieren a la participación en el empleo, sin
discriminación alguna, de las personas con discapacidad,
Reconociendo que el objetivo del Decenio de las Naciones Unidas para los
Impedidos (1983-1992) que consistía en ejecutar el Programa de Acción
Mundial, sigue teniendo validez y requiere la adopción de medidas urgentes
y sostenidas, Recordando que el Programa de Acción Mundial se basa en
conceptos que tienen igual validez y urgencia para los países en desarrollo
que para los países industrializados,
123
Los Estados han aprobado las Normas Uniformes sobre la igualdad de
oportunidades para las personas con discapacidad que se enuncian a
continuación, con objeto de:
I. REQUISITOS PARA
LA IGUALDAD DE PARTICIPACIÓN
_______________________________________________
124
Los Estados deben adoptar medidas para hacer que la sociedad
tome mayor conciencia de las personas con discapacidad, sus derechos,
sus necesidades, sus posibilidades y su contribución.
6. Los Estados deben alentar a las empresas del sector privado a que
incluyan en todos los aspectos de sus actividades las cuestiones relativas a
la discapacidad.
125
pueden ayudarse mutuamente a cobrar mayor conciencia participando en
las actividades de sus propias organizaciones.
3. Los Estados deben velar por que las personas con discapacidad,
en particular lactantes y niños, reciban atención médica de igual calidad y
dentro del mismo sistema que los demás miembros de la sociedad.
126
6. Los Estados deben velar por que las personas con discapacidad
reciban regularmente el tratamiento y los medicamentos que necesiten para
mantener o aumentar su capacidad funcional.
Artículo 3. Rehabilitación
127
Artículo 4. Servicios de apoyo
128
Dichos programas aumentarían el grado de participación de las personas
con discapacidad en la vida cotidiana en el hogar, el lugar de trabajo, la
escuela y durante su tiempo libre.
2. Los Estados deben velar por que los arquitectos, los técnicos de la
construcción y otros profesionales que participen en el diseño y la
construcción del entorno físico puedan obtener información adecuada sobre
la política en materia de discapacidad y las medidas encaminadas a
asegurar el acceso.
129
4. Debe consultarse a las organizaciones de personas con discapacidad
cuando se elaboren normas y disposiciones para asegurar el acceso.
Dichas organizaciones deben asimismo participar en el plano local, desde la
etapa de planificación inicial, cuando se diseñen los proyectos de obras
públicas, a fin de garantizar al máximo las posibilidades de acceso.
10. Los Estados deben velar por que los nuevos sistemas de
servicios y de datos informatizados que se ofrezcan al público en general
sean desde un comienzo accesibles a las personas con discapacidad, o se
adapten para hacerlos accesibles a ellas.
130
Artículo 6. Educación
131
(b) Permitir que los planes de estudio sean flexibles y adaptables y que sea
posible añadirle distintos elementos según sea necesario;
Artículo 7. Empleo
132
urbanas debe haber igualdad de oportunidades para obtener un empleo
productivo y remunerado en el mercado de trabajo.
(a) Medidas para diseñar y adaptar los lugares y locales de trabajo de forma
que resulten accesibles a las personas que tengan diversos tipos de
discapacidad;
133
prevenir lesiones y deterioro de la salud, y medidas para la rehabilitación de
los empleados que hayan sufrido lesiones por motivos laborales.
134
3. Los Estados deben velar asimismo por que las personas que se
dediquen a cuidar a una persona con discapacidad tengan un ingreso
asegurado o gocen de la protección de la seguridad social.
135
innecesarios que se opongan a las personas que deseen cuidar o adoptar a
un niño o a un adulto con discapacidad.
136
Artículo 10. Cultura
Los Estados deben velar por que las personas con discapacidad se
integren y puedan participar en las actividades culturales en condiciones de
igualdad.
1. Los Estados deben iniciar medidas para que los lugares donde se
llevan a cabo actividades recreativas y deportivas, los hoteles, las playas,
los estadios deportivos y los gimnasios, entre otros, sean accesibles a las
personas con discapacidad. Esas medidas abarcaran el apoyo al personal
encargado de programas de recreo y deportes, incluso proyectos
encaminados a desarrollar métodos para asegurar el acceso y programas
de participación, información y capacitación.
137
sus servicios a todo el mundo, teniendo en cuenta las necesidades
especiales de las personas con discapacidad. Debe impartirse formación
adecuada para poder contribuir a ese proceso.
138
encaminadas a lograr la participación de esas personas en actividades
religiosas en un pie de igualdad.
139
III. MEDIDAS DE EJECUCIÓN
_____________________________________________
140
realización de esas investigaciones, deben apoyar particularmente la
contratación de personas con discapacidad calificadas.
141
Artículo 15. Legislación
142
4. Los Estados podrían considerar la posibilidad de establecer
mecanismos reglamentarios oficiales para la presentación de demandas, a
fin de proteger los intereses de las personas con discapacidad.
143
2. Para lograr una composición intersectorial y multidisciplinaria es
probable que lo más conveniente sea una combinación de representantes
de organizaciones públicas y privadas. Esos representantes podrían
provenir de los ministerios correspondientes, las organizaciones de
personas con discapacidad y las organizaciones no gubernamentales.
144
para el desarrollo de aptitudes en diversas esferas, el apoyo mutuo entre
sus miembros y el intercambio de información.
145
Artículo 19. Capacitación del personal
1. Los Estados deben velar por que todas las autoridades que
presten servicios en la esfera de la discapacidad proporcionen formación
adecuada a su personal.
146
2. Los Estados deben elaborar y adoptar terminología y criterios
sobre la evaluación de servicios y programas relativos a la discapacidad.
147
(a) El desarrollo de los recursos humanos mediante el perfeccionamiento de
los conocimientos, las aptitudes, y las posibilidades de las personas con
discapacidad y la iniciación de actividades generadoras de empleo para
esas personas.
(b) El desarrollo y la difusión de tecnologías y conocimientos técnicos
apropiados en relación con la discapacidad.
148
(d) Organizaciones de personas con discapacidad; y
149
IV. MECANISMO DE SUPERVISIÓN
_______________________________________________
150
6. El Relator Especial procurará entablar un diálogo directo no sólo
con los estados sino también con las organizaciones no gubernamentales
locales, y recabará sus opiniones y observaciones sobre toda información
que se proyecte incluir en los informes. El Relator Especial prestará
asesoramiento sobre la aplicación y supervisión de las Normas Uniformes, y
ayudará a preparar las respuestas a las listas de preguntas.
151
11. En su 34 período de sesiones, la Comisión de Desarrollo Social
establecerá un grupo de trabajo de composición abierta encargado de
examinar el informe del Relator Especial y de formular recomendaciones
sobre formas de mejorar la aplicación de las Normas Uniformes. Al
examinar el informe del Relator Especial, la Comisión de Desarrollo Social,
por conducto de su grupo de trabajo de composición abierta, celebrará
consultas con las organizaciones internacionales de personas con
discapacidad y con los organismos especializados, de conformidad con los
artículos 71 y 76 del reglamento de las comisiones orgánicas del Consejo
Económico y Social.
152
RECOMENDACIÓN DE LA COMISIÓN INTERAMERICANA DE DERECHOS
HUMANOS SOBRE LA PROMOCIÓN Y PROTECCIÓN DE LOS DERECHOS DE
LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD MENTAL47
47
Recomendación extraída de la página web de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
153
aprobada por el Consejo Directivo de la OPS/OMS el 26 de septiembre
de 1997, en la que este Organismo exhorta a los Estados miembros a
que se esfuercen por mejorar la legislación que protege los derechos
humanos de las personas con discapacidad mental.[3]
De acuerdo a la OPS/OMS,[4] al Centro de Derechos Humanos de
las Naciones Unidas[5] y a la Comisión de Derechos Humanos de las
Naciones Unidas[6] las libertades fundamentales y derechos más
frecuentemente violados en hospitales psiquiátricos incluyen el
derecho a ser tratado con humanidad y respeto, el derecho a una
admisión voluntaria, el derecho a la privacidad, la libertad de
comunicación, derecho a recibir tratamiento en la comunidad,
derecho a proporcionar consentimiento informado antes de recibir
cualquier tratamiento y el derecho a recurrir a un tribunal
independiente e imparcial que determine la legalidad de la detención
en un hospital psiquiátrico.
La Comisión ha verificado que en las Américas, los usuarios, sus
familiares, personal de salud mental, abogados, jueces y demás
personas involucradas en la promoción y protección de la salud
mental tienen un conocimiento limitado de los estándares
internacionales y normas convencionales que protegen los derechos
de las personas con discapacidad mental y además que estos
estándares y normas convencionales no han sido, en la mayoría de
los casos, incorporados en las legislaciones nacionales.
En abril de 1999, la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos aprobó el Informe N° 63/99 con relación a un paciente
mental,[7] en el cual se señala que es pertinente utilizar estándares
especiales para determinar si se ha cumplido con las normas
convencionales en casos que involucran a prisioneros o pacientes
mentales recluídos en hospitales psiquiátricos por ser considerados
un grupo especialmente vulnerable. En este informe, la CIDH
interpretó las normas de la Convención Americana que consagran el
derecho a la integridad personal, el derecho a la vida y el derecho a la
protección judicial a la luz de los Principios de Salud Mental. La CIDH,
en el mismo informe, coincidió con la postura de la Corte Europea de
Derechos Humanos, según la cual el estado de salud de la víctima es
un factor relevante al momento de determinar si se inflingieron penas
o tratamientos inhumanos o degradantes y por lo tanto concluyó que
el encarcelamiento de una persona con discapacidad mental bajo
condiciones deplorables y sin tratamiento médico puede llegar a
constituir tratamiento inhumano o degradante, prohibido por el
154
artículo 5(2) de la Convención Americana sobre Derechos Humanos.
En el informe N° 63/99 la CIDH también concluyó que las
personas que padecen discapacidad mental no se encuentran en
condiciones de manejar su propia persona y consecuentemente
requieren de cuidados, tratamiento y control para su propia
protección.
Por todo lo cual,
LA COMISIÓN INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS,
RECOMIENDA:
A los Estados
1. Ratificar la Convención Interamericana para la Eliminación
de todas las Formas de Discriminación de las Personas con
Discapacidad, adoptada por la Asamblea General de la OEA el 8 de
junio de 1999, cuyos objetivos son la prevención y la eliminación de
todas las formas de discriminación contra las personas con
discapacidad física o mental y propiciar su plena integración en la
sociedad.
2. Tomar medidas de carácter legislativo, judicial,
administrativo, educativo y de otra índole para diseminar por medios
apropiados y dinámicos [entre autoridades gubernamentales, ONGs,
profesionales de salud mental, abogados, jueces y otras personas
involucradas en la promoción de políticas de salud mental] los
estándares internacionales y normas convencionales de derechos
humanos que protegen las libertades fundamentales y derechos
civiles, políticos, económicos, sociales y culturales de las personas
con discapacidad mental.
3. Reformar las leyes existentes en materia de salud mental
o discapacidad en general y, si éstas no existen, crear leyes que
garanticen el respeto de las libertades fundamentales y los derechos
humanos de las personas con discapacidad mental y sus familiares,
incorporando en las mismas los estándares internacionales y las
normas convencionales de derechos humanos que protegen a las
personas con discapacidad mental.
155
organizaciones profesionales, asociaciones de usuarios y familiares,
sus amistades, organizaciones de asistencia social y otros miembros
de la comunidad en la rehabilitación del paciente mental.
5. Promover a nivel de sus Defensorías de los Habitantes u
Ombudsman la creación de iniciativas específicas para la defensa de
los derechos humanos de las personas con discapacidad mental.
6. Adoptar las medidas que sean necesarias para que en
todas las instituciones de salud mental se expongan los derechos del
paciente mental en lugares visibles tales como salas de espera,
servicios de admisión y otros lugares frecuentados por familiares y
pacientes.
156
de octubre, declarado Día Mundial de la Salud Mental por la OMS, y
aprovechen esta ocasión para promocionar los derechos del paciente
mental.
4. Que coordinen acciones con los Ministerios de Salud,
Cajas de Seguridad Social, Centros de Salud, Defensorías de los
Habitantes y demás entidades gubernamentales encargadas de
implementar políticas de salud mental para proteger los derechos de
las personas con discapacidad mental.
A los usuarios y sus familiares:
1. Que estén conscientes de que las personas con
discapacidad mental tienen los mismos derechos y libertades
fundamentales que el resto de los seres humanos y que existen
principios internacionales que protegen a estas personas,
especialmente debido a su particular condición de vulnerabilidad e
impotencia.
Aprobado por la Comisión en su 111º período extraordinario de
sesiones, el 4 de abril de 2001
[1]
En 1990 la Organización Panamericana de la Salud (OPS/OMS)
convocó a distintas organizaciones, asociaciones, profesionales de la salud
mental y juristas a la Conferencia Regional para la Reestructuración de la
Atención Psiquiátrica en América Latina (1990), celebrada en Caracas,
Venezuela. En el marco de esta Conferencia se aprobó la Declaración de
Caracas. Una reproducción completa de la Declaración de Caracas puede ser
consultada en Itzak Levav, Helena Restrepo y Carlyle Guerra de Macedo, The
Restructuring of Psychiatric Care in Latin America: A new policy for Mental
Health services, 15 J. PUBLIC HEALTH & POLICY, p. 71 (1994).
[2]
Principios para la Protección de los Enfermos Mentales y para el
Mejoramiento de la Atención de la Salud Mental, G.A. Res. 119, U.N. GAOR,
46 Sesión, Supp No. 49, Anexo, p. 188-192. U.N. Doc.A/46/49 (1991).
[3]
Ver I. Levav & R. González Uzcátegui, Rights of Persons with mental
illness in Central America, 101 ACTA PSYCHIATRICA SCANDINAVICA, p.84
(2000).
[4]
Diagnóstico sobre el estado de los derechos humanos de las
personas con enfermedad mental en países de Centro América, Informe Final,
Tegucigalpa, Julio 1998, Organización Panamericana de la
Salud/Organización Mundial de la Salud. Este informe diagnosticó la situación
en cinco países: Costa Rica, El Salvador, Honduras, Nicaragua y Panamá.
157
[5]
United Nations, Centre for Human Rights, Study Series Human
Rights and Disabled Persons, 1993, p. 27 (Special Rapporteur Leandro
Despouy).
[6]
United Nations, Economic and social Council, Commission on Human
Rights, Sub-Commission on Prevention of Discrimination and Protection of
Minorities; Principles, Guidelines and Guarantees for the Protection of Persons
Detained on Grounds of Mental Ill-Health or Suffering from Mental Disorder,
U.N. Doc. E/CN.4/Sub.2/1983/17, págs. 24-27 (Special Rapporteur Erica
Irene Daes).
[7]
CIDH, Informe N° 63/99, Caso N° 11.427 (Víctor Rosario Congo),
Ecuador, Informe Anual 1998.
158
LA DECLARACIÓN DE MONTREAL SOBRE LA DISCAPACIDAD
INTELECTUAL48
AFIRMANDO que las personas con discapacidades intelectuales, al igual
que los demás seres humanos, tienen derechos básicos y libertades
fundamentales que están consagradas en diversas convenciones,
declaraciones, normas y estándares internacionales existentes;
EXHORTANDO a los Estados miembros de la Organización de Estados
Americanos (OEA) a que hagan efectivos los contenidos de la Convención
Interamericana para la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación
contra las Personas con Discapacidad;
DESEANDO reconocer las desventajas históricas y obstáculos que las
personas con discapacidades intelectuales han enfrentado y siendo
conscientes de la necesidad de aliviar el impacto negativo de la pobreza en
sus condiciones de vida;
CONSCIENTES de que las personas con discapacidades intelectuales han
sido frecuentemente excluidas de la toma de decisiones sobre sus derechos
humanos, su salud y su bienestar y que las leyes concernientes a la
incapacidad jurídica se han usado históricamente para negar su derecho a
tomar decisiones;
PREOCUPADOS por el hecho de que la libertad de las personas con
discapacidades intelectuales para tomar sus propias decisiones ha sido
frecuentemente negada, ignorada, revocada o sujeta a abusos;
APOYANDO el mandato que tiene el Comité Especial de las Naciones
Unidas encargado de preparar una convención internacional amplia e
integral para proteger y promover los derechos y la dignidad de las personas
con discapacidad;
RECONOCIENDO la importancia que tiene un enfoque basado en los
derechos humanos en áreas tales como la salud, el bienestar y la
discapacidad;
48
Declaración extraída de la página web de la Organización Panamericana de la Salud.
159
RECONOCIENDO ADEMÁS las necesidades de las personas con
discapacidades intelectuales y sus aspiraciones a ser plenamente
consideradas y reconocidas como ciudadanos iguales, tal como es
establecido en la Declaración de Managua (1993); y
CONSCIENTES de la importancia significativa de la cooperación
internacional
como medio de promover las mejores condiciones para el ejercicio y el
disfrute pleno de los derechos humanos y las libertades fundamentales de
las personas con discapacidad intelectual;
NOSOTROS,
Personas con discapacidades intelectuales y otras discapacidades, familias,
representantes de personas con discapacidades intelectuales, especialistas
del campo de la discapacidad intelectual, trabajadores de la salud y otros
especialistas del campo de la discapacidad, representantes de los Estados,
proveedores y administradores de servicios, activistas, legisladores y
abogados reunidos los días 5 y 6 de octubre de 2004 en la Conferencia
internacional OPS/OMS de Montreal sobre la discapacidad intelectual,
juntos
DECLARAMOS QUE
1. Las personas con discapacidades intelectuales, al igual que los otros
seres humanos,
nacen libres e iguales en dignidad y en derechos.
2. Al igual que otras características humanas, la discapacidad intelectual,
constituye una parte integrante de la experiencia y la diversidad humanas.
La discapacidad intelectual es entendida de manera diversa por las distintas
culturas, por lo que la comunidad internacional debe reconocer que sus
valores universales de dignidad, autodeterminación, igualdad y justicia
social para todos se aplican a todas las personas con una discapacidad
intelectual.
3. Los Estados tienen la obligación de proteger, respetar y garantizar que
todos los
derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales, así como las
libertades fundamentales de las personas con discapacidades intelectuales
sean ejercidos de conformidad con las leyes nacionales y con las
convenciones, declaraciones, normas y estándares internacionales de
derechos humanos. Por lo tanto, los Estados tienen la obligación de
proteger a las personas con discapacidades intelectuales contra la
experimentación médica o científica sin su consentimiento libre e
informando, como también contra cualquier forma de violencia, abuso,
discriminación, segregación, estigmatización, explotación, trato o castigo
cruel, inhumano o degradante.
4. Los derechos humanos son indivisibles, universales, interdependientes e
interrelacionados.
Consecuentemente, el derecho al máximo nivel posible de salud y bienestar
físico y mental está ligado a los otros derechos civiles, políticos,
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económicos, sociales y culturales y a las libertades fundamentales. Para las
personas con discapacidades intelectuales, como para las otras personas,
el ejercicio del derecho a la salud debe hacerse asegurando la presencia de
la inclusión social, un nivel de vida adecuado y el acceso a una educación
inclusiva, a un trabajo justamente remunerado y a servicios integrados
dentro de la comunidad.
5. a) Todas las personas con discapacidades intelectuales son ciudadanos
plenos,
iguales ante la ley y habilitados para ejercer sus derechos, en virtud del
respeto a sus diferencias y a sus elecciones individuales;
b) El derecho a la igualdad para las personas con discapacidades
intelectuales no se limita a la igualdad de oportunidades, sino que puede
requerir también, si las personas con discapacidad intelectual así lo eligen,
adaptaciones apropiadas, acciones positivas, acomodaciones y apoyos. Los
Estados deben garantizar la presencia, la disponibilidad, el acceso y el goce
de servicios adecuados basados en las necesidades, así como en el
consentimiento libre e informado de las personas con discapacidad
intelectual;
c) El respeto de los derechos humanos y de las libertades fundamentales de
las personas con discapacidades intelectuales requiere su plena inclusión
en la comunidad.
A tal efecto, todas las personas con discapacidades intelectuales deben
tener acceso a educación, capacitación e información con respecto a sus
derechos y sus deberes.
6. a) Las personas con discapacidades intelectuales tienen el mismo
derecho que las otras personas a tomar decisiones sobre sus propias vidas.
Aún las personas que tienen dificultad para hacer elecciones, tomar
decisiones y comunicar sus preferencias, pueden tomar decisiones
acertadas para mejorar su desarrollo personal, la calidad de sus relaciones
con otros y su participación comunitaria. Conforme con el deber de
adecuación enunciado en el párrafo 5b, las personas con discapacidades
intelectuales deben recibir el apoyo necesario para tomar esas decisiones,
comunicar sus preferencias y que ambas sean respetadas. Las personas
con una discapacidad intelectual que tengan dificultades para realizar
elecciones y tomar decisiones independientes deben poder beneficiarse de
las leyes y políticas que reconozcan y promuevan el apoyo para tomar sus
propias decisiones. Los Estados deben ofrecer los servicios y los apoyos
necesarios a fin de facilitar que las personas con discapacidad intelectual
tomen decisiones sobre cuestiones significativas para sus propias vidas;
b) Bajo ninguna circunstancia las personas con discapacidades intelectuales
serán
consideradas totalmente incompetentes para tomar decisiones en razón de
su discapacidad.
Solamente bajo circunstancias extraordinarias, el derecho de las personas
con discapacidades intelectuales a tomar sus propias decisiones puede ser
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legalmente interrumpido. Una tal suspensión debe ser limitada en el tiempo,
sujeta a revisiones periódicas y aplicada únicamente a las decisiones
específicas para las cuales una autoridad competente e independiente haya
determinado la falta de aptitud;
c) Esta autoridad debe establecer, con evidencias claras y convincentes,
que se han brindado los apoyos apropiados y se han considerado todas las
alternativas menos restrictivas antes de nombrar un representante personal
que ejerza el consentimiento sustitutivo. Ésta autoridad deberá actuar
conforme a la ley, respetando el derecho de una persona con discapacidad
intelectual a ser informada de los procedimientos, a ser oída, a presentar
evidencias, a convocar expertos para testificar en su favor, a ser
representada por uno o más individuos de su confianza y elección, a
confrontar cualquier evidencia en su contra y a apelar cualquier decisión
adversa ante una instancia judicial superior. El representante, tutor o
curador que ejerza el consentimiento sustitutivo debe tomar en cuenta las
preferencias de la persona con discapacidad intelectual y hacer todo lo
posible por tomar la decisión que ésa persona hubiera tomado si hubiera
podido hacerlo por sí misma.
Con este propósito, NOSOTROS, los participantes de la Conferencia
OPS/OMS de Montreal sobre la discapacidad intelectual, en solidaridad con
los esfuerzos ya realizados a nivel nacional e internacional, individual y
conjuntamente,
ACORDAMOS
9. A LOS ESTADOS:
a) Reconocer que las personas con discapacidades intelectuales son
ciudadanos plenos de la sociedad;
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b) Cumplir las obligaciones contenidas en las leyes nacionales e
internacionales, que reconocen y protegen los derechos de las personas
con discapacidades intelectuales.
Asegurar su participación en la elaboración y evaluación de toda ley, política
o plan que les concierne; asignar los recursos económicos y administrativos
necesarios para la implementación efectiva de esas leyes;
c) Desarrollar, establecer y tomar las medidas legislativas, jurídicas,
administrativas
y educativas necesarias con el fin de lograr la plena inclusión social de las
personas con discapacidades intelectuales;
d) Proveer a las comunidades, a las personas con discapacidades
intelectuales y a sus familias el apoyo necesario para el ejercicio de sus
derechos, promoviendo y fortaleciendo sus organizaciones;
e) Elaborar y ofrecer a las personas con discapacidades intelectuales,
cursos de formación, capacitación y programas de información sobre
derechos humanos.
10. A LOS DIVERSOS AGENTES SOCIALES Y CIVILES:
a) Participar de manera activa en el respeto, la promoción y la protección de
los derechos humanos y las libertades fundamentales de las personas con
discapacidades intelectuales;
b) Preservar cuidadosamente la dignidad e integridad física, moral y
psicológica de las personas con discapacidades intelectuales, por medio de
la creación y la conservación de condiciones sociales de apertura y no
estigmatización.
11. A LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD INTELECTUAL
Y SUS FAMILIAS:
a) Estar conscientes de que ellos comparten los mismos derechos y
libertades con todos los seres humanos; que tienen el derecho a igual
protección ante la ley y que tienen, en última instancia, el derecho a un
recurso legal o cualquier otro recurso efectivo ante una corte de justicia o un
tribunal competente, con el fin de ser protegidos contra toda violación de sus
derechos fundamentales reconocidos por leyes nacionales e
internacionales;
b) Asegurarse que participen en la elaboración y la evaluación continua de
todas las leyes, políticas y planes nacionales que les conciernen;
c) Colaborar con las organizaciones nacionales e internacionales,
gubernamentales y no gubernamentales del campo de la discapacidad, con
el fin de consolidarse y fortalecerse mutuamente, a nivel nacional e
internacional, para la promoción activa y la defensa de los derechos
humanos y las libertades fundamentales de las personas con
discapacidades.
12. A LAS ORGANIZACIONES INTERNACIONALES
a) Incluir los términos “discapacidad intelectual” en sus clasificaciones,
programas, áreas de trabajo e iniciativas, en referencia a las “personas con
discapacidades intelectuales” y sus familias, a fin de garantizar el pleno
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ejercicio de sus derechos y de determinar correctamente los principios
directores y las acciones que deben ser
desarrolladas en este campo;
b) Colaborar con los Estados, las personas con discapacidades
intelectuales, sus familias, y las organizaciones no gubernamentales que los
representan, para dedicar recursos y asistencia técnica para promover las
metas de la Declaración de
Montreal sobre la discapacidad intelectual, incluyendo el apoyo para la
plena participación social de las personas con discapacidades intelectuales
y para los modelos de servicios comunitarios integrados.
164
SENTENCIA CAUSA ROL 663-2004, 3er JUZGADO DE MENORES DE
SANTIAGO. 49
49
Copia escaneada del original.
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