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Memorial de Fiscalía

El presente texto tiene como objetivo presentar un resumen de los hechos, una
identificación de los problemas jurídicos existentes y una serie de argumentos que sirvan
como justificación para negar el acceso a la libertad solicitada por el postulado a la ley de
Justicia y Paz JP alias “Rambo”. Con esto en mente, el presente texto tiene como objetivo
presentar una serie de argumentos que llevarán a aclarar que la situación en Justicia
ordinaría de JP no ha sido enteramente consolidada y que por lo tanto sigue teniendo
responsabilidad frente a la misma.

En primer lugar, la reconstrucción de los hechos mediante la versión libre dada por JP y las
investigaciones de la Fiscalía presenta que: 1) JP fue reclutado por las Autodefensas
Campesinas del Magdalena Medio, contando con catorce años de edad, el 23 de abril del
año 1995. 2) 1 de noviembre del mismo año, asesina, junto a otros seis hombres, a un líder
campesino de la zona acusado de tener nexos con la guerrilla; a cuatro personas más y se
llevan consigo dos mujeres a quienes retuvieron durante una semana, sometiéndolas a
constantes abusos. 3) JP adquiere su apodo “Rambo” por ser uno de los más violentos y
eficaces combatientes de la organización. Llegando al punto de cometer delitos que no
recuerda y delitos graves como ser participante en la masacre de La Horqueta. 4) Por sus
acciones las autoridades se concentraron en lograr su captura. Así el día 9 de mayo del año
1998, en Puerto Boyacá, fue detenido haciendo efectiva una orden de captura contra los
delitos Concierto para Delinquir Agravado, Secuestro Simple, Homicidio Agravado, Porte
Ilegal de Armas, Narcotráfico y Hurto. 5) JP es enviado a la Cárcel Modelo de Bogotá,
privado de la libertad como sindicado. 6) El 15 de febrero del año 2000, el Juzgado Penal
14 Especializado, profirió sentencia condenatoria consistente en 440 meses prisión y multa
de 700 salarios mínimos vigentes por los delitos de Homicidio, Concierto para Delinquir y
Secuestro. Y, el Juzgado Penal 10 Especializado, profirió sentencia condenatoria el día 24
de abril del año 2001, por el delito de narcotráfico en modalidad de tráfico y distribución,
consistente en 120 meses de prisión y multa de 350 salarios mínimos legales vigentes.
7) Estando en prisión y tras la promulgación de la Ley 975 de
2005, Rambo decidió acogerse a sus beneficios, desmovilizándose el 5 de diciembre de
2005 y fue postulado por el Gobierno Nacional el 21 de diciembre de 2007.

En segundo lugar, se identifican los siguientes problemas jurídicos: 1) ¿Es la suspensión de


la pena privativa de la libertad del postulado JP alias “Rambo” una acción contradictoria a
lo estipulado en la Ley 975 de 2005? ¿Y respecto a las leyes y decretos que la
complementan como la Ley 1448 de 2011 y el Decreto 3011 de 2013? 2) Teniendo en
cuenta el contexto en que ocurrieron los hechos y que JP primero fue víctima y luego
victimario, ¿es legalmente correcto y justo que recupere su libertad? 3) Los delitos de
hurto y porte ilegal de armas no han tenido sentencia condenatoria lo que implica que JP
debe haber cumplido el máximo punible para poder ser redimido de estos delitos. Por lo
tanto, ¿ha cumplido JP con el tiempo requerido en prisión para pagar por sus acciones
delictivas?

En primera instancia, se tienen los lineamientos establecidos por la Ley de Justicia y Paz, y
sus posteriores aclaraciones y modificaciones regulando el proceso al que se inscribe el
postulado. Se establece que “en caso que el condenado haya cumplido las condiciones
previstas en esta ley, la Sala le impondrá una pena alternativa que consiste en privación de
la libertad por un período mínimo de cinco (5) años y no superior a ocho (8) años, tasación
de acuerdo con la gravedad de los delitos, y su colaboración efectiva en el esclarecimiento
de los mismos” (Art. 29 Ley 975 de 2005). Por un lado, respecto a las condiciones previstas
por esta Ley JP participó, y ha sido condenado por delitos como el narcotráfico y el
concierto para delinquir; los cuales se contemplan como criterio para negar el acceso a la
pena alternativa. Sin embargo existen precedentes jurisprudenciales como la Sentencia de
segunda instancia proferida por la Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia,
fechada el 30 de abril de 2014, contra el exjefe paramilitar Rodrigo Pérez Alzate, alias
‘Julián, que hace una distinción entre narcotráfico puro y narcotráfico como un combustible
de la guerra. Por lo cual, a menos que sea confirmada como la actividad principal del grupo
paramilitar para lograr un enriquecimiento ilícito, JP puede permanecer como postulado.

Por otro lado, de acuerdo la pena que debe ser cumplida respecto a la gravedad de sus
delitos se debe tener claro que JP es responsable por cometer crímenes de guerra
estipulados en el Protocolo I: y en el Estatuto CPI al dirigir ataques a la población civil que
no participa en las hostilidades de la guerra civil directamente. Además, los delitos
cometidos por JP incluyen una grave violación a los Derechos Humanos y al DIH,
tipificados como crímenes internacionales dado que violan los Convenios y Estatutos
ratificados por Colombia (Sentencia C-578/02). Por ello, al ser participante en la Masacre
de la Horqueta, JP, no estaba cometiendo un crimen ordinario, porque comete la
perpetración de un asesinato en masa sobre bases políticas. Adicionalmente, durante la
versión libre JP asegura que su primer asesinato fue inducido por la autoridad paramilitar
para probar su fidelidad, pero no hace referencia a un acto de coacción por parte del mando
del bloque que lo haya llevado a cometer los crímenes siguientes. Por lo cual, la gravedad
de sus delitos; evaluados desde el ámbito Internacional ratificado por Colombia y que se
convierte en vinculante y obligatorio; debe llevar a un aplicación de la pena que pueda ser
responsabilizante para con JP y haga justicia para sus víctimas.

En segunda instancia, teniendo en cuenta su calidad de víctima y victimario, de acuerdo con


el Artículo 3, de la Ley 1448 de 2011:

“Se consideran víctimas,(…) aquellas personas que individual o colectivamente


hayan sufrido un daño por hechos ocurridos a partir del 1º de enero de 1985, como
consecuencia de infracciones al Derecho Internacional Humanitario o de violaciones
graves y manifiestas a las normas internacionales de Derechos Humanos, ocurridas
con ocasión del conflicto armado interno”.

Así, JP, como toda víctima, tiene derecho a la verdad y la justicia, es decir que los
responsables de su reclutamiento deben pagar la pena correspondiente y expresar la verdad
de los hechos; sin embargo, en cuanto a la indemnización económica la legislación
colombiana la limita a que: “Cuando los niños, niñas o adolescentes hubieren sido víctimas
del reclutamiento ilícito, deben haber sido desvinculados del grupo armado organizado al
margen de la ley siendo menores de edad para acceder a la indemnización”. (Art 184. Ley
1448 de 2011). Es decir, que para con JP, como víctima, la Fiscalía tiene el trabajo de hacer
llegar la justicia a quienes cometieron el delito de reclutando siendo un niño.
En cuanto su papel como victimario, por un lado, se encuentran los asesinatos o hechos
delictivos contra víctimas directas que violaron sus derechos fundamentales y que
provocaron un daño y perjuicio a sus familiares (Ley 975 de 2005). Por esta razón JP tiene
una carga responsabilizarte grande en lo que respecta a la violación de la dignidad de sus
víctimas, dado que el proceso de justicia transicional se entiende como “(…) los diferentes
procesos y mecanismos judiciales o extrajudiciales asociados con los intentos de la
sociedad por garantizar que los responsables de las violaciones (…), rindan cuentas de sus
actos, se satisfagan los derechos a la justicia, la verdad y la reparación integral a las
víctimas (…)” (Art. 8. Ley 1448 de 2011). Es decir, como los procesos transicionales
tienden a cerrar un capítulo de conflicto es necesario que los responsables de actos de lesa
humanidad garanticen a sus víctimas su compromiso de aceptar los actos cometidos y de
lograr la paz nacional. Por esta razón, es necesario que JP tome responsabilidad de los
delitos que cometió y tenga la disposición para dar justicia a sus víctimas. Es por esta razón
que, JP sería considerado como víctima y victimario, por lo que merece el reconocimiento
de sus derechos violados e igualmente, debe reparar a sus víctimas. (Sentencia C-203 de
2005).

Sin embargo, los dos argumentos anteriormente mostrados podrían llevar a una situación de
ambigüedad respecto a la permanencia en la institución carcelaria de JP dado que para
Justicia y Paz los “máximos responsables” o los actores esenciales en la comisión de los
hechos delictivos, son quienes tienen la mayor responsabilidad frente al Estado
Colombiano, ya sea por actos propios o por línea de mando. (Sentencia C-579/13) Por esta
razón, JP habría suplido su responsabilidad al llevar 7 años como postulado. Por lo tanto, la
Fiscalía ha tomado en cuenta el antecedente criminal de JP, y a partir de este demostrara
que JP no ha cumplido con el tiempo establecido para pagar por los delitos no incluidos en
el proceso de Justicia y Paz.

Con esto en mente, existen dos delitos por los cuales JP en calidad de sindicado en justicia
ordinaria: posesión ilegal de armas y hurto. Así, JP todavía tiene que responder ante la
justicia ordinaria por delitos que no han sido incluidos en la acumulación de procesos y
penas establecida por la Ley de Justicia y Paz. JP ha permanecido recluido desde su captura
en 1998 y desde 2007 es considerado postulado, por lo tanto ha cumplido,
aproximadamente, 9 años y medio en Justica Ordinaria y 7 años en Justicia y Paz. Sin
embargo, este tiempo privado de la libertad no es suficiente para redimir estos dos hechos
ilegales.

Por un lado, en cuanto al porte ilegal de armas la pena mínima y máxima en prisión ha
cambiado a lo largo los años, el Artículo 365 del Código Penal ha sido modificado por: El
Artículo 1º del Decreto 3664 de 1986 el cual estipula de 1 a 4 años. La Ley 599 de 2000
estableció 16 a 72 meses. Luego, la ley 890 de 2004, artículo 14, aumento en la tercera
parte en el mínimo y en la mitad en el máximo. Después, el artículo 38 de la Ley 1142 de
2007 estableció cuatro (4) a ocho (8) años”, junto con los agravamientos duplicando la
pena. Finalmente, el artículo 19 de la Ley 1453 de 2011estableció de nueve (9) a doce (12)
años. Así, se tiene entendido que JP delinquió desde 1995 hasta 1998, lo que podría
significar que es necesario la aplicación de la ultractividad penal; sin embargo la situación
jurídica de JP no fue consolidada después de la derogación y entrada en vigencia de las
modificaciones en el año 2000, puesto que ningún proceso judicial se estaba llevando a
cabo durante la transición. Esto se traduce en una mera expectativa y no un derecho
adquirido, dado que la pena puede ser modificada por el legislador, puesto que no existía
ninguna garantía procesal.

Por consiguiente, si se aplicará la legislación vigente JP tendría que pagar mínimo 9 años
en prisión para poder pagar por este crimen. Además, debería pagar mínimo 2 años y medio
por el delito de hurto (Artículo 239 del Código Penal), por lo cual su permanencia en
justicia ordinaria no es suficiente para redimir estas conductas. Así, JP debería permanecer
al menos 2 años y medio más en prisión, puesto que desde 1998 a 2007 ha cumplido nueve
años en justicia ordinaria y quedarían restantes los años que corresponden al delito de
hurto. Aunque, la cuantía del hurto tuviera un valor que no excede los diez salarios
mínimos tendría que permanecer un mínimo de 16 meses (Artículo 239 del Código Penal),
1 año y 4 meses. Así, JP tendría que esperar al menos dos años más para logara su libertad
a mediados del año 2016.

Artículo 20. Acumulación de procesos y penas. Para los efectos procesales de la presente
ley, se acumularán los procesos que se hallen en curso por hechos delictivos cometidos
durante y con ocasión de la pertenencia del desmovilizado a un grupo armado organizado al
margen de la ley. En ningún caso procederá la acumulación por conductas punibles
cometidas con anterioridad a la pertenencia del desmovilizado al grupo armado organizado
al margen de la ley.

Cuando el desmovilizado haya sido previamente condenado por hechos delictivos


cometidos durante y con ocasión de su pertenencia a un grupo armado organizado al
margen de la ley, se tendrá en cuenta lo dispuesto en el Código Penal sobre acumulación
jurídica de penas

Bibliografía

Exparamilitares podrán ser juzgados por narcotráfico en Justicia y Paz


http://www.verdadabierta.com/justicia-y-paz/juicios/633-bloque-central-bolivar-bloque-
sur-de-bolivar/5329-exparamilitares-podran-ser-juzgados-por-delitos-de-narcotrafico
Código Penal Colombiano.
http://perso.unifr.ch/derechopenal/assets/files/legislacion/l_20130808_01.pdf
LA EVOLUCIÓN DEL DELITO DEL PORTE ILEGAL DE ARMAS DE FUEGO EN
COLOMBIA. CAMBIOS LEGALES Y JURISPRUDENCIALES ENTORNO A ESTE
DELITO DESDE EL 2000 HASTA EL 2011
https://bibliotecadigital.icesi.edu.co/biblioteca_digital/bitstream/10906/72913/1/evolucion_
delito_porte.pdf 18-23
LEY 1453 DE 2011(junio 24)
http://www.icbf.gov.co/portal/page/portal/PortalICBF/Especiales/SRPA/L-S-C-Ciudadana-
1453de2011.pdf
Sentencia C-763/02 http://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/2002/C-763-02.htm
Sentencia C-579/13 http://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/2013/C-579-13.htm

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