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El presente reporte de lectura se refiere al texto La Docta Ignorancia1 del autor

Nicolás de Cusa.
Comienza, pues el autor a exponer su tema, explicando cómo es que ignorar
es el principio de todo saber. La razón, en su apetito de conocimiento, encuentra en
la naturaleza que las cosas están siempre en comparación con otras, estás otras
exceden o son excedidas. La comparación se hace más fácil o más difícil según la
aproximación a las proposiciones más evidentes, como en las matemáticas. Estás
proporciones que caen en comparaciones, se dan en proporción a lo infinito. Lo
infinito está fuera del entendimiento humano y por lo tanto es desconocido2. Así pues
desde el comienzo se puede notar la importancia de las matemáticas en el discurso
de Nicolás de Cusa.
De esta manera, el autor nos dice que la verdad exacta no puede llevarse a
término con la razón humana, pues hay conocimiento más allá de este
entendimiento, está es la docta ignorancia. Entre más se acepte esto como principio,
más cerca se estará de conocer la verdad divina.
Así, Dios es el máximo absoluto, nada hay por encima ni por debajo de él, es
el máximo y el mínimo, es la unidad y entidad. Como es el máximo absoluto no tiene
contradicción. “Está en todas las cosas […] todas las cosas son por él”.3
Puesto que las cosas del mundo son finitas y el máximo es infinito, no se
puede llegar a una comprensión exacta de él. Sino que el entendimiento se debe
conformar con aproximaciones. “El máximo absoluto es inteligible
incomprensiblemente”.4
La pluralidad de los entes existe gracias al número. Pero para que el número
sea, debe existir la unidad, en donde coinciden el mínimo y el máximo absoluto. Así,
la unidad no es número. Sin embargo, es “el principio de todo número, en cuanto
mínimo; y el fin de todo número, en cuanto máximo”.5 Y este mínimo y máximo
absoluto es Dios.

1 De Cusa, Nicolás, La Docta Ignorancia, [Trad. del latín de Manuel Fuentes Benot], Eudaimov, 2011, sin país,
pp.5-35.
2 Ibid., p.15
3
Ibid., p.17
4 Ibid., p.20
5 Ibid., p.21
Ahora bien, las cosas finitas no pueden tener una sucesión infinita en acto,
pues esta naturaleza sólo es del máximo. De esta forma se da la necesidad de que el
máximo en acto sea el “principio y fin de todas las cosas finitas”.6
Lo inmutable es eterno y precede a la alteridad, pues la alteridad es lo
mutable. Si hay alteridad, existirá del mismo modo la desigualdad. Su contrario, la
igualdad, es eterna. La conexión que existe entre la unidad y la igualdad, también es
eterna. De aquí se desprende que estas tres (unidad, igualdad y conexión) sean lo
mismo, la llamada trinidad.7
Continuando con la explicación de la trinidad, la unidad es Dios; la generación
de la unidad es reproducción de la misma naturaleza, es decir igualdad, la cual
corresponde al hijo. Esta generación, no es como en las cosas perecederas, sino que
al ser generación del máximo es eterna. Así pues, la unidad se extiende a la igualdad
y existe entre estos una cierta conexión. Esta conexión se refiere al Espíritu Santo.8
Siendo el máximo aquel que está por encima de toda figura corporal, para
llegar a su entendimiento, es imprescindible que se haga una abstracción de todas
las cosas hasta formar una sola, donde no hay contradicción, pues todas las cosas
son una. Esto es trascender a los signos. De igual forma la trinidad es la unidad
máxima.
Ahora, el autor explica la forma en cómo la matemática es una herramienta
utilísima para llegar a la compresión de las cosas divinas. Se puede llegar, en cierto
modo, al conocimiento del máximo gracias a los objetos sensibles, pues estos, nos
dice el texto, actúan como un espejo. Por esto mismo, las cosas invisibles o
intangibles pueden estudiarse a través de los símbolos.9
Para hacer una investigación de este tipo, se debe comenzar con una imagen
que no sea dudosa. Pues, ya que se quiere llegar al conocimiento de lo desconocido,
el punto de partida debe ser algo cierto. Las cosas materiales son corruptibles y
están en continuo cambio. Sin embargo al hacer abstracción de éstas se puede

6 Ibid., p.22
7 Ibid., p.24
8 Ibid., p.26
9
Ibid., p.29
llegar al número que es firme. Así el máximo dio como camino a la luz de la verdad,
las matemáticas.10
Después de esta explicación, Nicolás de Cusa se propone demostrar a través
de figuras geométricas cómo éstas son a la vez la misma. Es decir, una línea recta,
es también un círculo y un triángulo. Probando con esto que todas las cosas, si se
hace la abstracción y se trasciende lo suficiente, son una.

BIBLIOGRAFIA.

De Cusa, Nicolás, La Docta Ignorancia, [Trad. del latín de Manuel Fuentes Benot],
Eudaimov, 2011, sin país, pp.5-35.

10 Ibid., p.30

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