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LOS MAYAS

Introducción.

Respecto de las sociedades mesoamericanas, hay un gran número de civilizaciones


que se asentaron en el centro del continente americano, sin embargo hay que destacar que,
entre ellas, resaltan unas pocas debido a la complejidad de su estructura social – cultural –
política – religiosa. En estos componentes se basa la estructuración de su cosmovisión como
civilización que perduró por muchos años.

Se sabe muy poco de la primera fase de la cultura maya, la época arcaica, aunque
consta que en el segundo milenio anterior a la era cristiana la gente ya residía en aldeas, como
consecuencia de la agricultura y de los comienzos del cultivo del maíz. […] los arqueólogos
califican del precásico el periodo en que fue desarrollándose lentamente la cultura maya y lo
subdividen en temprano, medio y tardío (2000 a.C. – 250 d.C.).1

El auge representativo de los mayas como cultura desconocida se da a partir de la


conquista, cuando los españoles, mediante la evangelización, buscan conocer la cosmovisión
de la cultura y cristianizarla. De aquí surge que documentos como el Popol Vuh sea
considerado como un documento de desconocida procedencia, es decir, se pone en duda su
veracidad como documento realmente maya.

La estructura de la cosmología de los mayas se da en la concepción del universo


conformado por tres grandes ámbitos alineados en sentido vertical: el cielo, dividido en trece
estratos; la tierra; imaginada como una plancha cuadrangular, y el inframundo, de nueve
niveles. En el décimo tercer cielo residía el Canhel, principio vital del cosmos, identificado
con el dios creador, cuyo símbolo era una serpiente emplumada, y en el noveno estrato del
inframundo habitaban los dioses de la muerte2.

Respecto de la concepción del hombre, se entiende a partir del documento traducido


por fray Francisco Ximénez Popol Vuh, que el hombre ha sido una creación de tres

1
Nikolai Grübe. Los mayas. Una civilización milenaria. Ed, Könemann. Italia. 2001. P. 15.
2
Mercedes de la Garza y Martha Nájera. Religión Maya. Ed, Trotta. Enciclopedia iberoamericana de religiones.
Madrid. 2002. P. 68.
divinidades llamadas Tepeu, Gucumatz y la composición tripartita de Caculhá Huracán,
Chipi–Caculhá y Raxa–Caculhá y que estos tres son el Corazón del cielo.

De estas divinidades surge entonces la creación del universo, a partir de la nada,


entendiendo a Tepeu como el principio de la creación, el que causa la creación y por lo tanto
antes de la nada ya existía. Estos dioses crean la realidad tal y como la conocemos, dando
existencia a la tierra dividiéndola del mar, las vegetaciones, los animales y finalmente
creando al hombre, la creatura que puede comunicar el nombre de las divinidades.

De este modo su cosmovisión gira en torno al politeísmo de acuerdo a sus actividades


de producción y medio de subsistencia como comunidad. Surgen entonces diversos dioses a
los cuales se reza para la prosperidad en la agricultura, y las diversas actividades de
intercambio y producción económica.

Desarrollo.

Las diferentes civilizaciones prehispánicas tienen muchas cosas en común, en


particular, el asentamiento en una zona específica gracias a la agricultura, la arquitectura de
los centros ceremoniales, el arte rupestre, la escritura y el lenguaje.

Sin embargo hay que destacar que la civilización maya intelectualmente se encuentra
por arriba de otras culturas, por ejemplo el uso de las matemáticas y la astronomía, al grado
de tener tanto sus observatorios como calendarios especializados y con avanzada exactitud,
diversas lenguas para la comunicación específicamente 29 distintas.

El desarrollo de la civilización maya en un principio postcolonial se vio opacada por


la imposición de la cultura española–cristiana. Sin embargo, hasta hace poco esta opresión
se siguió viendo debido al conflicto ideológico de la nueva cultura con los llamados
indígenas. Esta lucha en contra de las civilizaciones se vio todavía hasta el siglo XX. Debido
a la inhabilitación política de los mayas, estos se replegaron en aldeas. Durante mucho
tiempo, este autoencierro les protegió de un mundo exterior hostil, pero también impidió el
surgimiento de iniciativas y la defensa de sus intereses a escala suprarregional y con eficacia
política. En Guatemala, esta situación cambió durante la segunda mitad de la década de 1970,
cuando principalmente la Iglesia católica inició acciones en las zonas rurales y fomentó la
fundación de cooperativas indígenas […] en 1976, el país sufrió un gran terremoto que afectó
a extensas regiones del altiplano y motivó la llegada de organizaciones humanitarias
extranjeras que apoyaron la formación de grupos de autoayuda.3

El primer paso para darse a conocer la civilización maya en su esplendor


contemporáneo se da a partir de estos sucesos ocurridos en la década de los 70’s y
consecuentemente los grupos indígenas tuvieron la alianza con organizaciones que se
interesaron por la cosmovisión de la cultura. En 1992 con el Premio Nobel de la Paz otorgado
a la maya k’iche’ Rigoberta Menchú Tum comienza la lucha por la autenticidad de la cultura
maya, fortaleciéndola desde el regreso a los nombres mayas, abandonando los del bautismo
cristiano hasta la explotación de la gastronomía y la región como zona turística que genera
ingresos la conservación de la cultura.

Respecto de la cosmovisión maya actual, se tienen dos versiones establecidas a saber:

1. La parte maya: para los yucatecos la humanidad originaria estuvo constituida por enanos
y fue destruida por un diluvio. En esa primera época vivían los sayan-uinic’ob, hombres
hechiceros o magos. Estos hombres enanos, que fueron la raza más antigua de Yucatán,
construyeron grandes ciudades, pirámides y templos, que son las actuales «ruinas mayas»; al
término de su edad, se volvieron de piedra y son estas imágenes de piedra las que hoy se
encuentran en los restos arruinados de lo que fueron sus casas y templos. Otra versión
recogida en Pustunich (1990) refiere a que la primera humanidad fue la de los aluxes,
constructores de ciudades de piedra, hoy en ruinas; la segunda fue la de los indios, «mala
gente, mala raza», acabada en la guerra con los españoles; la tercera, la de hoy, está formada
por hombres obedientes, educados, civilizados que esperan su próximo final por las órdenes
de Dios.4

2. La parte cristiana: en uno de los más famosos textos proféticos mayas –recogido por
Lizana, y citado luego por López de Cogolludo- se destaca extraoridaniamente el carácter
que tiene la cruz como emblema de nuestra fe: en el fin de la décimotercia edad, estando en

3
Nikolai Grübe. Op. Cit. P. 419.
4
Mercedes de la Garza y Martha Nájera. Op. Cit. P. 366 – 367. La variada información etnográfica e histórica
sintetizada por Thompson, 1975.
su pujanza Ytzá y la ciudad nombrada Tancah, vendrá la señal de un Dios, que está en las
alturas, y la Cruz se manifestará ya al mundo, con lo cual fue alumbrado el Orbe. Habrá
división entre las voluntades, cuando esta señal sea traída en tiempo venidero. Los hombres
sacerdotes antes de llegar una legua, y a un cuarto de legua no más, veréis la Cruz, que se os
aparecerá y os amanecerá de Polo a Polo.5

Actualmente entonces la civilización maya gira entorno a dos polos totalmente


opuestos, por un lado se tiene la concepción casi fantástica de una creación que no es
demostrable, pero que, como creencia y fundamento de vida para los mayenses
tradicionalistas arraigados es totalmente cierto; esta concepción no es sincrética con la
civilización actual que predomina en los asentamientos mayas, sin embargo, no hay una lucha
por imponer la ideología respecto de otra, y por otro lado, se encuentra la segunda idea que
ha sido tomada por muchas, en donde la cosmovisión es totalmente sincrética, ya desde los
códices proféticos se alcanza la conciliación de dos culturas paradójicamente similares y
distintas.

Hay que destacar que a pesar de esta división respecto de la cosmovisión maya, hay
una estrecha unidad que consiste en dar a conocer la cultura maya que es su tiempo de
esplendor fue de las civilizaciones más avanzadas.

Conclusión.

Dentro de los avances tecnológicos actuales, hay que decir que muchos de estos se
dan por la invención de objetos que nos permiten acceder directamente al conocimiento
científico, sin embargo, en la época maya estos objetos no se encontraban y por lo tanto era
complicado dar una explicación de la realidad.

Como mencionaba anteriormente la civilización maya estaba intelectualmente


avanzada a su época ya que descubrió muchas cosas que actualmente se usan y dio
aportaciones aproximadas de lo que actualmente se usa.

Hay que destacar que para la época maya ya tenían conocimiento de los ciclos de
venus y la predicción de eclipses, tenían además, la idea del número cero, la construcción

5
Ibídem, p. 374.
sofisticada de los centros ceremoniales y los observatorios con los que accedían al
conocimiento del cielo y todo lo que en él observaban, las esculturas talladas sobre barro o
cerámica, la escritura y la cosmovisión que se tienen en códices como el Popol Vuh o el
Rabinal Achi y sobre todo el calendario más preciso en la historia de la humanidad,

La cosmovisión maya actualmente gira en su asentamiento más importante, ubicado en


Yucatán, México, sobre una serie de principios significativos, a saber, todo es sagrado, el
maíz es la base de la vida, todo tiene Rajawal, madre y padre, todo es parte de cada ser que
existe, todo tiene un lenguaje6; esto destacado dentro de la primera concepción actual de
cosmovisión, es decir, la parte maya. Sin embargo, esta parte de la cosmovisión actual es
muy débil y se ha ido perdiendo conforme el avance de la inculturación de la cosmovisión
occidental, es decir, el cristianismo.

Hay que destacar por lo tanto que es casi la totalidad de la región maya la que se encuentra
convertida al cristianismo, dando lugar, consecuentemente a esa cosmovisión, únicamente
los ancianos y personas más radicales son los que conservan esta cosmovisión como su forma
de vida, al grado que ni siquiera el español dominan.

Finalmente como menciona el antropólogo guatemalteco Álvaro Pop, integrante del Foro
permanente de las Naciones Unidas sobre Cuestiones Indígenas, aunque hoy subyugada,
discriminada, arrinconada en la miseria y despreciada en su valor, la cultura maya continúa,
sin embargo, haciendo un aporte valiosísimo a la sociedad mesoamericana y universal: “la
enseñanza de que la paz es la mejor forma de convivencia humana”. Esta actitud pacífica y
de respeto a la naturaleza es esencia a la espiritualidad de los mayas, que no se compara con
la de ninguna otra cultura prehispánica de América.7

Bibliografía

6
García, A. P., Curruchiche, G. & Taquirá, S. Ruxe’el Mayab’ K’aslemäl: Raíz y espíritu del conocimiento
maya. Guatemala: Dirección General de Educación Bilingüe Intercultural, instituto de Lingüística y Educación
de la Universidad Rafael Landívar, Consejo Nacional de Estudios Mayas. P. 155.
7
Periódico La Jornada. “Discriminada”, la cultura maya sigue beneficiando al mundo. (18 de diciembre de
2012) p. 4. Consultado el 10 de mayo de 2017. Online disponible en:
www.jornada.unam.mx/2012/12/18/cultura/a04n1cul
Anónimo. Popol Vuh. Las antiguas historias del Quiché de Guatemala. Ed, Panamericana.
Bogotá. 1999.

García, A. P., Curruchiche, G. & Taquirá, S. Ruxe’el Mayab’ K’aslemäl: Raíz y espíritu del
conocimiento maya. Guatemala: Dirección General de Educación Bilingüe Intercultural,
instituto de Lingüística y Educación de la Universidad Rafael Landívar, Consejo Nacional
de Estudios Mayas.

Mercedes de la Garza y Martha Nájera. Religión Maya. Ed, Trotta. Enciclopedia


iberoamericana de religiones. Madrid. 2002.

Nikolai Grübe. Los mayas. Una civilización milenaria. Ed, Könemann. Italia. 2001.

Periódico La Jornada. “Discriminada”, la cultura maya sigue beneficiando al mundo. (18


de diciembre de 2012) p. 4.

Universidad de San Carlos. Rabinal Achi o danza del tun. Colección tierra adentro 20.
Guatemala. 1996.

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