arrullar de las palomas, con la vida en ruinas, me iré sin hacer ruido, campo a través, con "pucheros" de niño triste, camino al olvido.
Cuando las amarras del tiempo
desabrazen mis ilusiones, con la voz ojerosa, llamaré al aroma de la hierbaluisa o al piar de los gorriones, que indiferentes, seguirán refrescando su sonrisa en las cristalinas aguas de la alberca.
¿Cómo es la sonrisa de un pájaro?
¿Cómo llora un rosal cuando cortas la rosa? ¿Cómo se quita ese nudo en la garganta cuando ves que los pesares se amontonan?
No...no me quejo, el llorar no hace camino,
nubla el recuerdo, hiere el sentido. ¡¡Qué puede ser más hermoso, que el hecho de haber vivido!!.