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INTRODUCCIÓN
Es notable la preocupación de los diversos centros de formación profesional por establecer los
lineamientos éticos en el ejercicio profesional, protagonizando en este ámbito, la carrera
profesional de Derecho, Universidades de todo el mundo, llevan consigo la cátedra de Ética de la
Abogacía, siendo de trascendental importancia en la formación del Abogado, por ello
consideramos importante abordar este tema, considerando además el impacto que ha causado en
la sociedad la imagen del hombre de Derecho, reflejando así la ética profesional en el ejercicio de
la Abogacía.
I. JUSTIFICACIÓN:
· Es una pena escuchar a cada instante, la mala y repugnable forma de expresión de muchas
personas al momento de referirse a los hombres de Derecho, es que a caso es tan difícil
comprender el comportamiento de algunos Abogados que se ha empeñado en convertir a la
profesión en una cadena de cataclismo hacia el resto de sus colegas, por tal motivo creemos que
es una necesidad el recurrir a las normas Éticas y morales que regulan el comportamiento de un
Abogado, comprendiendo así cuán difícil es afrontar esta realidad que se ha convertido en una
bomba de tiempo para los operadores del Derecho.
· En el afán de contribuir al cambio social, mediante la práctica y el ejercicio de una Abogacía
acorde a los derechos de los ciudadanos, pero no aplicados caprichosamente como el texto lo
dice, sino con una verdadera interpretación, atendiendo al espíritu de la norma, mas no a la letra.
· Apostamos por un innovador cambio, por lo tanto los estudiantes que nos iniciamos en el
ejercicio de la Abogacía, aún estamos a tiempo de cambiar su la imagen, apostamos por la
creación de una nueva generación de Abogados, evocando así al gran Gonzales Prada: “Que venga
árboles nuevos a dar flores nuevas…”
Para comprender la Ética del abogado, consideramos imprescindibles los aportes del profesor de
la Universidad Nacional San Antonio Abad del cusco, Carlos Ferdinand Cuadros Villena, quien en
su obra “ÉTICA DE LA ABOGACÍA Y DEONTOLOGÍA FORENSE”, afirma que:
“La ética profesional no es sino la expresión de la ética general de la sociedad; la que a su vez,
traduce la naturaleza de las relaciones estructurales que crean las normas de conducta, llámense
derecho o moral” (1)
También la Dra. Y Maestra Mexicana, Marina Del Pilar Olmedo García, en su obra “ÉTICA
PROFESIONAL EN EL EJERCICIO DEL DERECHO”, manifiesta que:
“La ética es una guía interior del ser humano que orienta sus intenciones, que sustenta la
conciencia, por eso se ha comparado con un faro que ilumina el camino y da sentido a la vida, así
se puede afirmar que la ética compenetra la conciencia del ser humano, guía su comportamiento y
trasciende su vida”.(2)
Del mismo modo, el político mexicano, Ángel Osorio, en su obra “EL ALMA DE LA
TOGA”, sostiene que:
“Urge reivindicar el concepto de abogado. Tal cual hoy se entiende, los que en verdad lo somos
participamos de honores que no nos corresponden y de vergüenzas que no nos afectan”, es
España todo el mundo es abogado, mientras no pruebe lo contrario” (3)
Igualmente el Dr. Cesar Fernández Arce, ex presidente de la corte suprema de justicia de la
república, en una de sus ponencias se refiere a la ética, afirmando que:
“No es posible vivir como hombres, si al mismo tiempo no se manifiesta esa opción en una
conducta ética.”(4)
1. DEFINICIÓN DE LA ÉTICA:
Según el Diccionario de la Lengua española establece que: la palabra Ética proviene del vocablo
latino ética y este a su vez del griego ethos y la define como parte de la filosofía que trata de la
moral y de las obligaciones del hombre
Por su parte el diccionario de ESPASA, define a la Ética como el conjunto de reglas morales que
regulan las conductas de las personas en general o en un campo específico.
La ética se define como el conjunto de normas y costumbres que regulan las relaciones humanas
de un colectivo, es considerada también, como parte de la filosofía que estudia el bien y el mal
relacionado con el comportamiento humano y con la moral. Así mismo, la ética es una Ciencia que
estudia las acciones humanas en cuanto se relacionan con los fines que determinan su rectitud.
En general toda ética pretende determinar una conducta ideal del hombre. Esta puede
establecerse en virtud de una visión del mundo o de unos principios filosóficos o religiosos, que
llevan a determinar un sistema de normas. Se divide en ética general, que estudia los principios de
la moralidad, y la ética especial o deontología, que trata de los deberes que se imponen al hombre
según los distintos aspectos o campos en que se desarrolla su vida.
“Se denomina Ética a la ciencia que tiene por objeto la naturaleza y el origen de la moralidad.” (5)
Así mismo el maestro Pérez Valera, citando en la misma obra, refiere que:
“la Ética tiene como finalidad establecer unja plataforma valoral que supere lo arbitrario y
caprichoso en las actuaciones humanas, las espontaneidad y el instinto no pueden ser los guías
decisivos en el camino del ser humano…” (6)
De otro lado el Dr. Pedro chaves calderón Manifiesta que:
“La Ética es una ciencia que estudia las costumbres, o sea, las normas, y la ciencia que estudia el
modo de ser de los seres humanos” (7)
“La Ética es una ciencia. Esto significa que propone un paradigma o modelo de los actos humanos,
la conducta humana se debe ajustar a dicho modelo que supuestamente encarna el valor moral. El
estudio de la ética incluye por tanto una incursión en el estudio de los valores en especial, del
valor moral”. (8)
La Ética, fue el centro de la especulación filosófica en la cultura griega y romana, tiene un carácter
científico, porque responde a la necesidad de un tratamiento científico de los problemas morales.
Conforme a ese tratamiento. La Ética tiene como objeto propio el área de la realidad humana que
integra la moral constituida por los actos humanos, como ciencia, la ética analiza estos actos
humanos con el objetivo de descubrir sus principios morales.
Por lo tanto se concluye afirmando que la Ética, pertenece a un área de la filosofía que se encarga
de estudiar los actos humanos, estableciendo la bondad o maldad de los mismos, es de carácter
universal y determina el correcto desarrollo de la humanidad.
2. ÉTICA Y SOCIEDAD
La Ética de la Abogacía todavía con mayor precisión corresponde a la naturaleza de las relaciones
sociales, porque proviene del profesional cuyo instrumento de acción es el Derecho,
necesariamente participa de la sustancia ética que reposa en el fondo de toda norma jurídica y
que, como ninguna otra, exhibe nítidamente la raíz estructural que alimenta y la hace germinar.
No podemos hablar de Derecho si dejamos de lado la relación existente entre este con la Ética, por
lo tanto al ser el Derecho de proyección a la sociedad, la relación entre ética y sociedad al igual
que con el Derecho, existirá de forma indubitable, puesto que las relaciones éticas y jurídicas se
han de realizar en la sociedad.
La sociología fue fundada como una ciencia independiente por el pensador francés Augusto
Comte, creador de positivismo. En un principio, esta ciencia tuvo un enfoque con proyecciones
enciclopédicas y fue considerada como ciencia de la existencia colectiva del hombre.
Sin embargo autores como Luis Recasens Siches, respecto al postulado de Comte, expresa que:
“Comte, quiso que la sociología fuese una ciencia de igual carácter que las demás ciencias,
consideraba que la sociología comprendía dentro de sí de algún modo, los objetos de todas las
demás ciencias, porque el hombre en su realidad colectiva incluye la totalidad de las leyes que
rigen el mundo.” (9)
Así mismo, se ha confirmado la existencia de una corriente teórica llamada SOCIOLOGISMO ÉTICO,
que plantea que la ética es una rama de la sociología, planteado de la tesis de que la sociedad
impone al individuo tanto sus costumbres como sus creencias, el lenguaje, la religión, la moral, el
arte.
Efectivamente, existe una intima relación entre ética y sociología, ambas se complementan y
apoyan, pero también ambas tienen su objeto de estudio, métodos y contenidos definidos que los
identifica y caracteriza, cada una como ciencia del conocimiento.
3. ÉTICA Y ECONOMÍA
Así como casi al finalizar la Segunda Guerra Mundial las conciencias más lúcidas
de la Humanidad la hicieron avanzar con uno de los pasos más trascendentales, creando un marco
ético global, al aprobar la Declaración Universal de Derechos Humanos en 1948, promovida
activamente con aportes específicos y firmada por Cuba. Más adelante, en 1966, la Humanidad dió
otro paso inconmensurable en la creación de eso que llamamos “un marco ético de carácter
universal” con la aparición del Pacto de Derechos Civiles y Políticos y el Pacto de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales, los dos cimientos y columnas de la convivencia humana
contemporánea. Cuba, sin embargo, no ha aceptado ni firmado estos dos pactos internacionales
que tienen un carácter vinculante para quienes lo firmen, es decir, que obligan en derecho y
deben ser reconocidos en las Constituciones políticas de las naciones que lo acepten.
Ese “marco ético internacional” debería ser madurado y aplicado a las ciencias económicas,
sociales y culturales con la misma intensidad, la misma profundidad y urgencia que el Pacto de
Derechos Civiles y Políticos. La comunidad internacional debería monitorear, debatir, sancionar y
contribuir a subsanar los daños provocados por las violaciones de los derechos humanos por
razones económicas, sociales y culturales, tanto como intenta hacerlo con los derechos civiles y
políticos.
La Ética está sin lugar a duda, presente en los problemas derivados de la determinación de precios,
la calidad de los productos, los márgenes de utilidad, el pago de impuestos. En relaciones de
trabajo, tema forzoso y horarios laborales, en la determinación de salarios, responsabilidades del
trabajador, entre otros.
En tal sentido el maestro Manuel Gutiérrez Sáenz, citado por la Dra. Marina Del Pilar Olmedo,
expresa lo siguiente:
“El modelo ético no puede quedar al margen cuando se trata de cumplir un modelo económico, en
más de una o coacción el modelo económico es el relato de una serie de abusos, por ahora solo
queremos derivar una tesis fundamenta, la economía no puede quedar al margen de la Ética.” (10)
4. ÉTICA Y DERECHO:
Par a establecer la relación existente entre ética y derecho, vamos a partir de las afirmaciones que
realiza, el Dr. Miguel Reale, catedrático de la Universidad de Sao Paulo, en su obra INTRODUCCIÓN
AL DERECHO, quien expresa lo siguiente:
“En primer lugar, recordemos la teoría del MINIMO ÉTICO, ya expuesta de alguna manera por el
filósofo inglés Jeremías Bentham y desarrollada, más tarde por varios autores entre los que se
cuenta el gran jurista alemán de fines del siglo pasado y principios de éste, George Jellinek.” (11)
“La teoría del minio ético consiste en afirmar que el Derecho representa el mínimo moral
necesario para que la sociedad pueda sobrevivir. Como no todos pueden ni quieren cumplir de
una manera espontánea las obligaciones morales, se hace indispensable dotar de fuerza ciertos
preceptos éticos para que la sociedad no zozobre.” (12)
La teoría del mínimo ético puede esquematizarse a través de la imagen de dos círculos
concéntricos de los cuales el mayor corresponde a la Moral y el menor al Derecho. De esta suerte
aparecerá un campo de acción común; y ambos, estando el Derecho comprendido dentro de la
Moral. Conforme con este .símil podríamos decir que todo lo que es jurídico es moral, pero no
todo lo que es moral es jurídico.
Sin embargo se tiene que analizar detenidamente el tema, porque si bien, la moral y la ética
guardan una estrecha relación con el Derecho, no nos puede llevar al extremo de creer que todo
lo ético es legal y todo lo legal es ético, por lo que existen actos jurídicamente lícitos que no lo son
des el punto de vista de la moral. Muchas veces el Derecho llega a tutelar materias que no son
morales, Muchas relaciones amorales o inmorales se realizan al amparo de la ley, creciendo y
desenvolviéndose sin que aparezcan obstáculos jurídicos a las mismas.
Por ello, diversos autores como Emanuel Kant, Gregorio Peces Barba, y Eduardo García Máynez,
quien explica al respecto:
“la idea de moralidad constituye un orden interno y derecho una regulación externa del
comportamiento, reaparece, después de las concepciones platónica y aristotélica, en diversos
autores y épocas, pero es la filosofía de Kant donde logra mayor hondura y precisión” (13)
Las diferencias emergen desde diversos puntos, explicados desde la unilateralidad y bilateralidad;
autónoma y heterónoma; incoercibilidad y coercibilidad; de la ética y el derecho respectivamente.
Además consideramos importante el aporte del maestro Carlos Arellano García, quien coincide
con Hans Kelsen al expresar lo siguiente:
“si una norma jurídica encubre una norma ética por incorporarla al sistema jurídico vigente,
estaremos en presencia de una indudable norma de Derecho. Si una norma no reproduce una
norma ética pero lo concede obligatoriedad jurídica, habrá transferido la norma ética en una
norma jurídica” (14)
Se debe establecer las diferencias entre lo legal y lo ético, el respeto de las leyes nos permite vivir
en sociedad con los demás; la ética nos permite vivir con nosotros mismos. El error de creer que
los dos conceptos son idénticos se común y provienen en parte, del hecho que de que algunos
principios éticos han sido convertidos en leyes.
Efectivamente toda reflexión sobre ética profesional en el campo del derecho no puede olvidar la
relación existente entre la ética y el derecho como campos del conocimiento.
Nuevamente aludimos al filósofo brasileño Miguel Reale, quien plantea la teoría tridimensional
del Derecho y su concepción de lo jurídico, que ha sido desarrollado y enriquecida por Recasens
Siches y Eduardo García Máynez entre otros autores, esta teoría ha tenido un resurgimiento a raíz
del reconocimiento de los problemas éticos en lo jurídico.
Al respecto la Dra. Marina del Pilar Olmedo García, en su obra Ética profesional en el ejercicio del
Derecho, cita al Dr. Mario Alvares, que manifiesta que:
“concibe al fenómeno jurídico del de una tercia de manifestaciones: como hecho social, como
norma jurídica y como valor…” (15)
En Roma de los primero tiempos era la persona a quien, por sus conocimientos en materia
jurídica, se la llamaba para asistir a quien tenía problemas de esa índole.
Un abogado (del latín advocatus, "llamado en auxilio") es aquella persona que ejerce
profesionalmente la defensa jurídica de una de las partes enjuicio, así como los procesos
judiciales y administrativos ocasionados por ella. Además, asesora y da consejo en materias
jurídicas. El Abogado es un profesional cuyo objetivo fundamental es colaborar en la defensa del
valor de la justicia. Cuenta con una sólida formación teórica y está altamente capacitado para el
diseño jurídico de los más variados emprendimientos locales, nacionales e internacionales.
Interviene en la resolución de conflictos judiciales y extrajudiciales, la función pública, la
magistratura, la enseñanza y la investigación.
Definitivamente, la obra que ningún estudiante de Derecho y abogado puede dejar de leer, es la
creación maestra de Ángel Osorio, EL ALMA DE LA TOGA, indicando en esta obra el verdadero ser
del abogado, diferenciándolo claramente del licenciado en Derecho, expresándose de la siguiente
manera:
“un catedrático sabrá admirablemente las pandectas y las institutas y el Fuero Real, y será un
jurisconsulto insigne; pero si no conoce las pasiones, más todavía, si no sabe atisbarlas, toda su
ciencia resultará inútil para abogar…” (17)
“En el abogado la rectitud de la conciencia es mil veces más importante que el tesoro d los
conocimientos. Primero es ser bueno; luego ser firmes; después ser prudentes; la ilustración viene
en cuarto lugar; la pericia, en el último” (18)
Expresa ampliamente que en el abogado no se hace al egresar de una universidad con el título de
Licenciado, sino con las disposiciones psicológicas, adquiridas.
Por lo tanto el abogado representa aquel que de forma constante e inquebrantable ejerce la
abogacía, defiende, litiga, resuelve consultas, se apasiona con el Derecho, quien dedica su vida
para abogar por otro, tiene un fuerza interna y superior y debe creer en si mismo para que otros
crean en él, los demás serán licenciados en Derecho, muy estimables, muy respetables, muy
considerables, pero Licenciado en Derecho nada más, sin embargo es menester agregar a esta
expresión la importancia del conocimiento jurídico, claro está que no es preponderante respecto a
la ética o moral que pueda tener un abogado.
Traemos a colación, la mención hecha por el reconocido abogado, Cesar Nakasaki en una
conferencia local, al mencionar textualmente lo siguiente:
“Quién te ha dicho que de la universidad, sales abogado; sales apto para ser abogado…” (19)
Agregamos a ello que la formación estrictamente profesional y sobre todo humana, se realizada
mediante la práctica constante y ejercicio del Derecho en base a principios morales y éticos.
El abogado debe marchar según su conciencia tratando de dejar esta tan limpia como sea posible
dice que la rectitud de la conciencia es más importante que el ingenio del abogado.
A simple vista se puede afirmar que no, porque no podemos ocultar la realidad por la que
atraviesa la profesión, pues la sociedad está llena de abogados mercenarios que venden sus
conocimientos al mejor postor, que parecen sofistas de la justicia, o que son técnicos y no
científicos, sin posibilidad de aportar al mundo avances tecnológicos y propiciar el atraso
académico en cuanto forjan profesionales sin futuro y beneficio para el estado, sin embargo pese
a todo lo malo que se pueda decir respecto a la carrera de Derecho, nadie puede negar la sapiensa
y dotes inigualables que poseen los que por amor y vocación estudian Derecho, pues decía
alguna vez un autor, es tan difícil hablar bien y sobre todo escribir, y esto no quiere decir que el
abogado sea charlatán, sino un artífice de la oratoria, es que en el abogado se reúnen todas las
características necesarias para acrecentar el desarrollo y quizás, no se muestre con creaciones
científicas como ya se expresó, sino con orden y paz, de nada serviría tener ciencia y tecnologías,
si en sus habitantes reina la anarquía y el caos.
por lo tanto el orgullo de ser abogado es totalmente patente, o como decía un docente de nuestra
casa de estudios, el abogado es consultado en política, filosofía, historia, economía, cultura,
actualidad, e incluso en Medica y física, pues el abogado es un ser completo en personalidad y
acervo intelectual.
La Abogacía vista desde el ámbito profesional ha sufrido una serie de variaciones respecto a la
práctica y ejercicio de la misma, existieron estados que consideraron irrisorios la presencia de
intermediarios en los juicios y procesos, sin embargo para otros estado fue imprescindible la
presencia de un abogado, tal es así que el comportamiento ético de las persona que ejercían
dichas profesión ha ido teniendo matices considerables; actualmente nuestro ordenamiento
jurídico, en su libro de mayor jerarquía, la Constitución Política, establece en su artículo 139, inciso
14 y 16 lo siguiente:
Art. 139, I 14. “El principio de no ser privado del derecho de defensa en ningún estado del proceso.
Toda persona será informada inmediatamente y por escrito de la causa o las razones de su
detención. Tiene derecho a comunicarse personalmente con un defensor de su elección y a ser
asesorada por éste desde que es citada o detenida por cualquier autoridad.
Al remontarnos hasta Egipto, descubrimos que en el sistema legal de esta antiquísima cultura no
existió la defensa con abogado. Durante el proceso, las partes se dirigían por escrito al tribunal,
explicando su caso, el que luego de hacer el estudio pertinente, emitía la sentencia. El hecho que
no existiera un defensor en el sistema legal se debió a la idea que tenían los egipcios respecto a los
juicios orales, en donde un intermediario podía asumir la defensa; y es que la jurisprudencia de la
época, encontrada en un antiguo papiro, decía que la presencia de un orador hábil podría influir
sobre las decisiones de los jueces y hacerles perder objetividad. La última instancia consistía en
apelar al Faraón, quien no representaba a la justicia, sino que era la “justicia”.
En los canales judiciales de la China y la India tampoco figura un ejercicio similar al de abogado.
Empero, había notarios e intermediarios que actuaban como fiscales. Muchos tratadistas del
sistema judicial chino sostienen que este pueblo estaba bien informado sobre las leyes escritas y
normas consuetudinarias que les permitía plantear su defensa en función de este
conocimiento. Además, periódicamente las autoridades judiciales chinas publicaban las decisiones
de los tribunales con las leyes que había aplicado para cada caso, lo que permitía una mejor
información. En la India, tanto en el período budista como en el brahmánico, tampoco existió la
figura del defensor.
Fue en Roma donde se desarrolló plenamente y, por primera vez, de manera sistemática y
socialmente organizada, la profesión de abogado, palabra que viene del vocablo latino Advocatus,
que significa llamado, porque entre los romanos se llamaba así a quienes conocían las leyes para
socorro y ayuda.
Como en ninguna sociedad del mundo antiguo, los romanos permitieron que ciertas mujeres, las
de la clase alta, pudieran ejercer la abogacía. La historia nos ha conservado el nombre de tres
grandes abogadas romanas: Amasia, Hortensia y Afrania, llamada también Calpurnia, esposa de
Plinio “El Joven”.
Es en “Las Siete Partidas de Alfonso el Sabio”, donde aparece por primera vez en un texto legal la
definición de abogado, en lengua española. Las Siete Partidas dice que los abogados eran
ciudadanos útiles, porque “ellos aperciben a los juzgadores y les dan luces para el acierto y
sostienen a los litigantes, de manera, que por mengua, o por miedo o por venganza o por no ser
usados de los pleitos no pierden su derecho, y porque la ciencia de las leyes, es la ciencia y la
fuente de justicia, y aprovechándose de ella el mundo más que de otras ciencias”.
Muy diferente fue la situación del abogado en Francia. Su papel fue preponderante en la sociedad,
respetando y acatando las leyes.
La “Ciudad de los Reyes”, el 13 de Septiembre de 1538, tres años después de haberse fundado
Lima, el Cabildo, preocupado por los conflictos entre partes decidió que era indispensable la
intervención de abogados y procuradores en los litigios. En conformidad con este criterio se
procedió a nombrar por pregones en la plaza pública dos defensores, don Alonso de Navarrete y
don Pedro de Avendaño, los primeros abogados que registra nuestra historia oficial. Estos
defensores deberían proteger al ciudadano, al poco tiempo se autorizó que se pudiera ejercer
libremente la abogacía previa licencia del juez que era el alcalde. Cabe destacar que el Colegio de
Abogados de Lima se fundó durante el Virreinato en 1808 por el virrey Abascal. El primer decano
fue Antonio de Oquendo.
Mucho se especula al momento de referirse a los hombres y mujeres que ejercen el Derecho, por
ello se ha creído conveniente realizar una encuesta y recoger las respuestas, a fin de conocer in
situ las verdaderas manifestaciones de la sociedad civil, respecto a la profesión de Abogado,
demostrando así la imagen del abogado en la sociedad.
Para la elaboración de la presente encuesta, se ha tomado como muestra jóvenes y adultos del
medio local, entre estudiantes, profesionales y desocupados, del distrito de José Leonardo Ortiz,
entre 15 y 60 años de edad, de ambos sexos; bajo el manejo de un formato de encuesta personal
y teniendo en cuenta las siguientes interrogantes:
Excelente
(16)
Buena
(58)
Regular (20)
Mala (6)
2. ¿Qué calificación daría Ud. A los abogados, actualmente?
Excelente (4)
Buena (36)
Regular (42)
Mala (18)
3. ¿Qué opina del comportamiento ético de los abogados?
Excelente (0)
Bueno (12)
Regular (32)
Malo (56)
Probablemente (38)
No (6)
Probablemente (22)
No (23)
Según la Comisión de Ética del Ilustre Colegio de Abogados de Lambayeque (ICAL) a la fecha en los
siguientes años, existen:
3 quejas son derivadas de la Policía Nacional del Perú, 12 del Poder Judicial 7 del
Ministerio publico; las restantes corresponden a quejas realizadas por personas naturales.
2 quejas son derivadas de la Policía Nacional del Perú, 4 del Poder Judicial y 5 del Ministerio
Publico; las restante corresponde a personas naturales.
Las quejas más comunes presentadas contra los abogados por personas naturales son por
incumplimiento de contrato, inconducta funcional, colusión con la otra parte, negligencia en el
ejercicio de la profesión, entre otras.
Las que derivan del poder judicial son en la mayoría de los casos es por inconcurrencia a las
audiencias programadas, por mala conducta, temeridad procesal, entre otras.
La palabra Abogado tiene su origen en el latín “advocare” cuyo significado literal es convocar, es
decir el Abogado está llamado a ser, dentro de su ejercicio profesional, alguien que sirva como un
intercesor o un mediador entre quienes en un momento dado pudieran requerir de sus servicios o
asesoría como profesional, como el natural conocedor del ordenamiento jurídico que rige la vida
de una sociedad, no para radicalizar una controversia o conflicto entre quienes tienen
desacuerdos como equivocadamente se cree, sino para procurar superar esa conflictividad,
pudiendo de igual manera prestar asesoramiento a quienes en una determinada circunstancia
necesitan conocer sobre el verdadero sentido de aplicación de una ley.
Para entender mejor la real misión social del Abogado es oportuno recordar la función que se le
asignó en la época de auge del Derecho y/o del Imperio Romano cuando se adoptó la terminología
de Jurisconsulto, que era aquel Abogado destacado dentro de la sociedad que como profundo y
especializado conocedor del Derecho, era a quien se consultaba los más importantes asuntos de
interés de la sociedad de aquel entonces y su versada opinión era considerada como un criterio
irrefutable e inapelable que debía ser respetado por todos, por eso en los textos de la Historia del
Derecho se sostiene que la opinión de un Jurisconsulto en aquella época tenía la fuerza de una
sentencia o cosa juzgada.
Ahora bien de nuestra historia cabe resaltar que ha sido a través del conocimiento del derecho
que se logro una estructuración de la nación y de lo que hoy se conoce como Estado de Derecho.
Nuestra profesión surge de la necesidad de defender nuestros derechos y los de nuestros
semejantes, de vivir en libertad, de que haya justicia e igualdad. Actualmente la sociedad está
pasando por una pérdida de valores y en ocasiones sobre esta actitud prevalecen actos mezquinos
y malévolos.
2. CRISIS DE LA ABOGACÍA:
La abogacía es una de las carreras más emblemáticas desde años remotos, por ello, en su nombre
y honor se han legrado grandes cambios sociales en todo el mundo, además de la revaloración de
las personas y el respecto de su dignidad, sin embargo frente a cada logro ha existido factores que
atentan y bloquean su crecimiento, tales causas son notorias actualmente y no hacen más que
expresar la dura realidad por la que atraviesa esta carrera.
Existen varias causas referentes a la crisis de la ética de la abogacía, tal como lo expresa el Dr.
Carlos Ferdinand Cuadros Villena:
· Causas de índole académica, la persona por naturaleza es un ser cambiante, por lo tanto la
personalidad, varía en forma subjetiva y en cada persona, por ello los conocimientos que pueda
abarcar en un centro de formación pueden ser o no utilizados de indistinta, por ellos es que se
afirma que la formación ética del profesional y con mayor razón del abogado debe practicarse
desde la época formativa, porque no se podrá ser abogado probo cuando se fue estudiante
inmoral, así mismo tiene sus raíces en la formación del hogar, cuya conducta será reflejada en el
constante actuar social.
Sumado a ello la plétora profesional, es sorprendente como en los últimos años en nuestro país y
región se han incrementado las escuelas profesionales de Derecho, generando una competencia
inmensurable, que en el fondo es una de las principales causas de las cris de la ética profesional
del Abogado, puesto que de cada centro de formación profesional, egresaran Abogados
competentes y muchos mediocres que escogerán cualquier camino para subsistir.
· Causas derivadas de las condiciones de ejercicio de la profesión, el ejercicio de la profesión
se relaciona directamente con las causas antes mencionadas, puesto que las condiciones para el
ejercicio profesional se van desligando conforme a las condiciones económicas y laborales que se
alcancen, además la caprichosa o errada interpretación de la norma, causando estragos sociales,
así como la deformación de los procesos.
Además, El ejercicio de la abogacía a pesar de ser una profesión muy solicitada y ser cada vez más
numerosos los estudiantes que se preparan para poder estudiar esta carrera, y en mayor
porcentaje los jóvenes, lo que necesita nuestra sociedad es formar abogados de vocación y no en
busca de un mejor status económico, sino en busca de hacer cumplir el derecho e impulsar la paz
social, ya que es el fin primordial.
Otra de las causas es la que derivada de las condiciones del ejercicio de la profesión; el abogado
debe proteger los derechos de su cliente pero sobre todo debe cumplir lo señalado por la norma
jurídica en armonía con la paz social; dejar pasar la injusticia y ejercer el correcto derecho a la
defensa es otra forma de inmoralidad.
Lo que debe buscar la sociedad es corregir las deficiencias y no hacerlas más grandes, más aun si la
ética del abogado deriva de la ética de la sociedad y es a partir de los valores que esta ha
impartido en sus jóvenes donde se refleja la calidad de profesionales del mañana.
Quien elige estudiar derecho quiere seguir una profesión y busca lograr el respeto de las normas y
la defensa de los derechos de la persona, el fin patrimonial es secundario todos merecen ser
retribuidos por su trabajo aun si le llevo un gran esfuerzo formarse y ejercer como profesional,
pero este no será el principal objetivo.
Es así que iniciar el rumbo de cambio hacia el nuevo concepto del profesional abogado como
ministerio de paz social dependerá de un esfuerzo conjunto entre la sociedad, el estado, las
facultades de derecho y especialmente del joven que decide hacer de esta profesión la suya.
EJERCICIO ILEGAL DE LA ABOGACÍA:
· EL TINTERILLO, RÁBULA
“Es la mentalidad que toma el engaño como instrumento principal de lucha, que crea una ética
social que estima justa la miseria del indio, la pobreza de las grandes mayorías; a la que no
importa los medios que usan con tal de perennizar el atraso social en beneficio de unos cuantos y
en perjuicio de los demás.” (21)
Rábula es un término que pasa del latín "rabŭla" al castellano sin apenas alteraciones. Se trata de
una voz que se usa en sentido peyorativo para denominar al abogado que se tiene por legista
cuando sus conocimientos jurídicos son más bienes escasos y basa su estrategia en sus dotes de
charlatán desvergonzado...
De hecho, el propio DRAE, además de charlatán, lo describe como indocto -falto de instrucción-
y vocinglero -que habla mucho y vanamente
Hoy por hoy abundan los abogados y, la verdad, a muchos les queda muy bien el calificativo de
“rábula”. Hay que cuidarse de contratar uno ya que su negligencia o incapacidad pueden causar
graves pérdidas de tiempo y aún de dinero. En efecto, a pesar de que en muchas ocasiones se
presentan como una alternativa más económica, lo cierto es que, al igual que con los maestros
chasquillas, con los tinterillos, muchas veces, lo barato termina costando muy caro.
Para referirse a la Ética del abogado, el autor peruano, Mario Alzamora Valdés, hace remembranza
al uruguayo Eduardo Couture, quien en su decálogo del abogado expresa lo siguiente:
I. Estudia. El Derecho se transforma constantemente. Si no sigues sus pasos serás cada día un
poco menos Abogado.
IV. Lucha. Tu deber es luchar por el Derecho, pero el día que encuentres en conflicto el Derecho
con la Justicia, lucha por la Justicia.
V. Sé leal. Leal con tu cliente al que no puedes abandonar hasta que comprendas que es indigno
de ti. Leal para con el adversario, aun cuando él sea desleal contigo. Leal para con el Juez que
ignora los hechos, y debe confiar en lo que tú le dices y que, en cuanto al Derecho, alguna que otra
vez debe confiar en el que tú le invocas.
VI. Tolera. Tolera la verdad ajena en la misma medida en que quieres que sea tolerada la tuya.
VII. Ten paciencia. EI tiempo se venga de las cosas que se hacen sin su colaboración.
VIII. Ten fe. Ten fe en el Derecho, como el mejor instrumento para la convivencia humana; en la
Justicia, como destino normal del Derecho; en la Paz como substitutivo bondadoso de la Justicia; y
sobre todo, ten fe en la Libertad, sin la cual no hay Derecho, ni Justicia, ni Paz.
IX. Olvida. La Abogacía es una lucha de pasiones. Si en cada batalla fueras llenando tu alma de
rencor llegaría un día en que la vida sería imposible para ti. Concluido el combate, olvida tan
pronto tu victoria como tu derrota.
X. Ama tu profesión. Trata de considerar la Abogacía de tal manera que el día que tu hijo te pida
consejo sobre su destino, consideres un honor para ti proponerle que sea Abogado.
4.- Piensa siempre que tú eres para tu cliente y no el cliente para ti.
5.- No procures nunca en los Tribunales ser más que los Magistrados,
10.- Busca siempre la justicia por el camino de la sinceridad y sin otras armas que las de tu saber.
De otro lado, destaca también el decálogo del abogado y catedrático español José María Martínez
Val, quien suscribe lo siguiente:
II. VERDAD. Como titulado con formación intelectual está ante todo al servicio de la verdad,
mediante su estudio, investigación, y su aplicación a la vida
III. SERVICIO. Te debes a tú cliente, o a quien emplea tú trabajo, con dedicación y decisiones
adecuadas al encargo o empleo pero sin comprometer la libertad de tus criterios, como
corresponde a la esencia de tú profesión
IV. SOCIEDAD. No olvides como profesional desempeñas siempre una función social. No hagas
nunca dictámenes, proyectos ni decisiones que puedan resultar antisociales
VI. LEALTAD. En el trabajo se siempre leal, ofreciendo cuanto sabes y puedes, aceptando
críticamente las aportaciones de los demás y respetando y aceptando las decisiones del grupo y de
los jefes responsables de asumirlas en definitiva
VII. RESPETO A LAS DEMAS PROFESIONES. En las relaciones o colaboraciones interprofesionales
respeta los principios, metodologías, y decisiones que tienen, como propias y especificas, las
demás profesiones, aunque debe conservar en todo caso la libertad de interpretación y aplicación
de tus propios fines y objetivos
IX. REMUNERACIÓN. Cuando haya normas legal o colegialmente establecidas atente rigurosa y
escrupulosamente a ellas. En caso de discrepancias procura el arbitraje o la regulación colegial,
que cuidad en general de la dignidad y la responsabilidad que las profesiones tituladas merecen
Así mismo, Mario Alzamora Valdés, en su libro Introducción a la Ciencia del Derecho, cita a San
Alfonso María de Ligorio, que en su juventud ejerció la abogacía en Nápoles y considero como
deberes del Abogado los siguientes:
1) Actuar con sujeción a los principios de lealtad, probidad, veracidad, honradez, eficacia
y buena fe; asícomo del honor y dignidad propios de la Profesión.
Por otro lado el artículo 288 del TEXTO ÚNICO ORDENADO DE LA LEY ORGÁNICO DEL PODER
JUDICIAL, respecto a los deberes del Abogado refiere lo siguiente:
2.- Patrocinar con sujeción a los principios de lealtad, probidad, veracidad, honradez y
buena fe.
3.- Defender con sujeción a las leyes, la verdad de los hechos y las normas del Código de
Ética Profesional.
5.- Actuar con moderación y guardar el debido respeto en sus intervenciones y en los
escritos que autorice.
7.- Instruir y exhortar a sus clientes para que acaten las indicaciones de los Magistrados y
guarden el debido respeto a los mismos y a todas las personas que intervengan en el proceso.
9.- Abstenerse de promover la difusión pública de aspectos reservados del proceso aún no
resuelto, en que intervenga.
10.- Consignar en todos los escritos que presenten en un proceso su nombre en caracteres
legibles y el número de su registro en el Colegio de Abogados, y su firma en los originales, sin
cuyos requisitos no se acepta el escrito.
12.- Ejercer obligatoriamente, cuando menos una defensa gratuita al año, según el
reporte que realizase el respectivo Colegio de Abogados, de conformidad con lo dispuesto en el
artículo 289º de esta ley.
Si bien es cierto, el los honorarios que recibe el abogado producto de sus servicios profesionales,
se reduce a la plena voluntad de cada profesional, sin embargo, en contraste con la calidad
profesional prestad, este representa la calificación personal que se le puede dar a un abogado.
Si se estima que la abogacía es un ministerio de paz social y que la función del abogado es evitar el
conflicto antes que provocarlo y multiplicarlo, el honorario será la remuneración del servicio que
sirva para la subsistencia del abogado y de su familia. Si la abogacía es estimada como profesión
lucrativa que sirva para la constitución de la empresa de servicios abogadiles y para el
enriquecimiento del abogado, el honorario será su objetivo principal y el abogado no será un
servidor de la justicia, sino un formador de fortuna que no reparará en los medios para lograrla,
quiere decir que la ética de la abogacía está profundamente ligada al honorario profesional.
Será más ético el ejercicio profesional, en el que el honorario profesional ocupa un lugar exacto y
es la remuneración justa de lo prestado
El salario del abogado, es quizás una de las fuentes de la crisis ética de la abogacía, pues
representa en la mayoría de los casos el enriquecimiento excesivo bajo cualquier mediada,
influenciando así a actuar e incluso de forma ilícita.
En otros países como el Brasil, señala Ruy Azevedo Sodre, citado por Carlos Ferdinand Cuadros
Villena:
“La asociación de abogados de Santos, la orden de Abogados del Brasil y la asociación de abogados
de San Pablo, aprobaron tablas de honorarios máximos y mínimos cuya obligatoriedad se
imponía”. (22)
En otros países como Alemania, Austria y demás países de Europa Central, se aplicaron tablas de
honorarios, pero no pudieron aplicarse en Inglaterra, donde la tradición forense es muy
importante, ni en Francia, donde se repudió el sistema de la tabla de honorarios, ni en España, ni
en Estados Unidos de Norteamérica, donde la profesión de abogado está comercializada.
Es importante señalar que en Argentina, en el año 1944, noviembre se promulgó la ley 11723, en
la que invocando “la diversidad de criterios con que realizan los ajustes de honorarios y la
incertidumbre del litigante”, se fija el honorario máximo, para poner al litigante a cubierto de las
exigencias profesionales incompatibles con lo que debe ser la necesaria distribución de la justicia.
Sin embargo esta aparente forma de poner fin a la competencia desleal no ha dado los resultados
que se esperaba, así lo precisa el Dr. Cuadros Villena, en su obra Ética de la Abogacía y Deontología
Forense, citando a Gonzales Gavira:
“…Será la prudencia la que conduzca al abogado a cobrar la tasa más alta o la tasa más baja, o la
intermedia”. (23)
No ha tenido resultado, porque un abogado puede cobrar el máximo y otro por debajo de este,
claro está que sobre el mínimo, pero de igual manera, se manifiesta una desigualdad de costos
que sería difícil comprenderlo en un precio único.
Veamos el nuevo Código de Ética del Abogado, aprobado hace unos meses:
Los abogados están obligados a emitir comprobantes de pago por los servicios prestados, y a paga
r los tributos que correspondan a dichos servicios.
6. CÓDIGO DE ÉTICA
Por primera vez los profesionales del derecho cuentan con un mismo marco normativo ético. La
Junta de Decanos de los Colegios de Abogados del Perú aprobó por consenso el nuevo Código de
Ética Profesional del Abogado.
De igual modo, aprobó el Reglamento del procedimiento disciplinario de los órganos de control
deontológico de este cuerpo normativo ya vigente para todos los inscritos en los colegios de
abogados de la República. Por consiguiente, la probidad e integridad de la conducta del abogado,
cualquiera fuere el ámbito en el que se desempeñe, es esencial para el adecuado funcionamiento
del sistema de justicia, la vigencia del Estado de derecho y la vida en sociedad.
"El nuevo código de ética compromete a los 30 colegios de abogados del Perú para uniformizar las
sanciones y el régimen disciplinario contra las malas prácticas, ligado a un registro nacional de
abogados sancionados", expresó Raúl Chanamé Orbe, presidente de la Junta de Decanos de los
Colegios de Abogados del Perú.
De esta manera, sostuvo que se busca no ser permisivo con las malas prácticas y sancionar a
aquellos abogados que realicen inconductas profesionales, de tal forma que se devuelva el
prestigio que debe tener la orden.
"El nuevo código garantiza el debido proceso y no dilata los procedimientos sancionadores en caso
de inconductas profesionales", resaltó el también decano del Colegio de Abogados de Lima.
Tal como lo menciona el Preámbulo, que a fin de minimizar y concretizar la información citaremos
un extracto de él:
PREÁMBULO
La Abogacía como profesión liberal, cumple una función social al servicio del Derecho y la
Justicia, siendo su objetivo esencial la convivencia social de los hombres como fuente
fecunda de paz, libertad, progreso y bienestar general ycuya acción no se limita al solo éxito
de la causa que patrocina o de la función que cumple en el órgano jurisdiccional o en una
entidad pública o privada, sino que busca conseguir que la convivencia social sea fuente
fecunda de paz, libertad, progreso ybienestar general, lo que implica cumplir deberes con la
comunidad, con los colegas y consigo mismo, que si bien interesan a lapropia dignidad, pero
influyen de manera indirecta en el prestigio de esta noble profesión.
Así mismo, citaremos los artículos que hacen mayor remembranza respecto a la Ética del
Abogado.
La probidad e integridad de la conducta del abogado, cualquiera fuere el ámbito en el que se dese
mpeñe, esesencial para el adecuado funcionamiento del sistema de justicia, la vigencia del Estado
de Derecho y la vida en sociedad. La transgresión de los principios éticos agravia a la Orden.
El análisis crítico de las decisiones de la autoridad es un medio válido para defender los intereses d
el cliente y el Estado de Derecho.
Falta a la ética profesional el abogado que abusa de los medios procesales para obtener beneficios
indebidos o procura la dilación innecesaria del proceso.
El abogado
debe esforzarse por ser un ejemplo de idoneidad ética para sus colegas, en especial para los futuro
s profesionales del Derecho.
El abogado que en el desempeño de su profesión incumpla alguna obligación de este Código, debe
ponerlo enconocimiento del afectado inmediatamente de haberlo advertido. No es decoroso que
pretenda exculparse de sus errores u omisiones, atribuyéndolos a otras personas.
CAPÍTULO IV. DEBER SER DEL ABOGADO
Esta carencia de Ética, se ha acentuado en los últimos años de forma inconcebible, se ha perdió el
valor de la palabra y se ha comercializado los campos laborales de los mismos, es que a caso ya
estamos viviendo la era de la inmoralidad, devolverle el concepto, sin embargo esta difícil labor
está aun latente, puesto que no basta conocer de ética y moral, sino practicarla.
Es tan difícil caminar Derecho, frase que marcó el Congreso de la República hace unos meses, al
recordar al congresista Omar Chehade, quien se vio involucrado en actos de corrupción.
Leamos una columna del conocido economista Augusto Álvarez Rodrich, publicado en el diario la
República.
Dicen los chinos –y tienen razón– que crisis significa problema pero, también, posibilidad, y eso es
lo que puede implicar el embrollo de la reunión indebida del vicepresidente Omar Chehade, pero
todo dependerá del modo cómo el presidente Ollanta Humala encare la primera gran crisis política
de su gobierno.
Esta se ha ido complicando, en lugar de arreglarse, desde que explotó la semana pasada.
Representa una crisis política relevante porque afecta a los ejes centrales del gobierno.
Primero, mella la credibilidad de la purga y de las movidas policiales pues ahora estas parecen
parte de una cuchipanda. Segundo, pone en duda el compromiso del presidente Humala con la
lucha anticorrupción. Tercero, desvía la atención gubernamental de lo que debieran ser sus
objetivos medulares.
Este problema afecta la credibilidad del gobierno y del presidente. No tiene puesto definido, pero
un vicepresidente fue escogido por el jefe de Estado para la eventualidad de que debiera
reemplazarlo. No es, por tanto, cualquier funcionario. A partir del reconocimiento de que esta es
su primera gran crisis política, antes de los noventa días de empezado el gobierno, este puede
superarla –o enredarse– en función de la respuesta concreta que ofrezca. El presidente Humala, ya
se sabe, ha optado por un esquema de comunicación en el que aparece poco y en el que las crisis
las maneja como el avestruz. Mala decisión si se tiene en cuenta que, al margen de los consejos de
sus asesores, el país demanda señales claras para saber en qué lado de la mesa se pone el jefe de
Estado en este escándalo.
Mientras tanto, apareció en el Twitter el mensaje de la primera dama Nadine Heredia, voz no
oficial pero no por ello menos influyente en Palacio, con el que se pretende tomar distancia frente
a Chehade: “Tan difícil es caminar derecho??!!”.
El mensaje es claro pero no puede ser la excusa para obviar la transmisión de la posición en el
tema, sin intermediarios, del propio presidente Humala. No es fácil, ciertamente, por haber sido
este su abogado en un caso tan complicado como el de Madre Mía, pero no le queda otra.
2. EL ABOGADO IDEAL
Creemos conveniente describir, las características que debe poseer un abogado para ser
considerado ideal, por ello citamos al eminente filósofo José Ingenieros quien en su obra EL
HOMBRE MEDIOCRE, señala a las características más resaltantes que tiene la personas humana,
que puede ser un hombre mediocre propiamente dicho o su opuesto y el que es fuente de nuestra
investigación, el hombre ideal.
“Todo idealista es un hombre cualitativo: posee un sentido de las diferencias que le permite
distinguir entre lo malo que observa, y lo mejor que imagina. Los hombres sin ideales son
cuantitativos; pueden apreciar el más y el menos, pero nunca distinguen los mejor de lo
peor.” (24)
El hombre ideal tal como lo afirma José Ingenieros, es aquel que se somete al cambio, aquel que
se conforma con lo que ha logrado, aquel que usa su imaginación para conseguir algo y sobre todo
en cada etapa de su vida va dejando huellas, aquel que no se rebaja frente al egoísmo y la envidia,
que siempre es empático para con sus semejantes y sobre todo tiene algo nuevo que demostrar.
“Toda ética idealista transmuta los valores y eleva el rango de mérito las virtudes y los vicios
trocan sus matices, en más o en menos, creando equilibrios nuevos…” (25)
"El mediocre no inventa nada, no crea, no empuja, no rompe, no engendra; pero, en cambio,
custodia celosamente la armazón de automatismos y prejuicios y dogmas acumulados durante
siglos, defendiendo ese capital común contra la asechanza de los inadaptables. (26)
El idealista es un hombre capaz de usar su imaginación para concebir ideales legitimados sólo por
la experiencia y se propone seguir quimeras, ideales de perfección muy altos, en los cuales pone
su fe, para cambiar el pasado en favor del porvenir; por eso está en continuo proceso de
transformación, que se ajusta a las variaciones de la realidad. El idealista contribuye con sus
ideales a la evolución social, por ser original y único; se perfila como un ser individualista que no se
somete a dogmas morales ni sociales; consiguientemente, los mediocres se le oponen. El idealista
es soñador, entusiasta, culto, de personalidad diferente, generosa, indisciplinado contra los
dogmáticos. Como un ser afín a lo cualitativo, puede distinguir entre lo mejor y lo peor; no entre el
más y el menos, como lo haría el mediocre.
Por lo tanto, estimamos correcto afirmar que un abogado ideal, debe adoptar las características
de un hombre ideal, apartándolo del comportamiento mediocre de algunos abogados, que se
sumen en el conformismo y la envidia de los logros ajenos.
Por otro lado Miguel ángel Osorio, en su obra el ALMA DE LA TOGA, refiere que:
“En resumen el Abogado tiene que comprobar a cada minuto si se encuentra asistido de aquella
fuerza interior que ha de hacerle al medio ambiente; y en cuanto le asalten dudas en este punto,
debe cambiar de oficio.” (27)
El abogado, debe tener un amplio concepto de responsabilidad frente a sus clientes, quienes en
momentos difíciles de su vida entregan su confianza, en el ejercicio de la profesión del abogado,
para la búsqueda de su libertad o el mejoramiento o aminoramiento de una pena, así como la
defensa de su honor o su fortuna. Es decir, evitar los conflictos de sus clientes. Con un buen
asesoramiento y buen desempeño de sus funciones, el abogado, más que para litigios,
controversias y juicios, sirve para no llegar a ellos, en pocas palabras este sirve para mediar, terciar
o evitar conflictos entre las partes envueltas en algún problema. Además, lograr de manera
incansable, que su cliente salga satisfecho de la labor realizada y reconozca que el fin de la
actividad del abogado es realizar justicia por medio del derecho.
Tratar este tema puede llegar a ser tan complicado como motivador al mismo tiempo, es que muy
pocos libros hablan sobre esto, sin embargo las características de un estudiante que se inicia en la
Carrera Profesional de Derecho, no pueden ser mejor descritas que por los mismo protagonistas
de esta historia; mucho se dicen respecto a qué los jóvenes son el futuro del mañana, cierto o no
lo que importa es sembrar el presente para cosechar un buen futuro, por ello estamos
formándose, por ello estamos aprendiendo y estamos dando los primero albores de la vida
jurídica.
Todos nos mostramos ansiosos de vernos crecer y ejercer el Derecho, pero hasta ahora no nos
hemos planteado, lo siguiente:
¿Podremos los jóvenes, de este siglo 21, cambiar la penosa imagen del abogado? Es una pregunta
que nos puede llenar de responsabilidad, compromiso e inducir a pensar que está en juego el
porvenir de una nueva era. Es tan difícil y cruel la realidad, que consideramos una obligación moral
lograr el cambio que a gritos exige nuestro estado.
Escribió Jorge Basadre: “Un país robusto necesita una juventud entusiasta con capacidad para
sentir un íntimo asco ante toda falsificación de valores, con voluntad de construcción inteligente y
honestamente combatiente, con pudor de lo que hace y lo que dice, inspirado en la dignidad cívica
sin la cual la república no merece ese nombre.”
“Pero, a su vez, -prosigue Basadre- un país sano necesita ofrecer a su propia juventud perspectivas
amplias, posibilidades abiertas, colaboración efectiva en el quehacer común. De modo que el
problema no es sólo el progreso material, de reformas sociales, de organización estatal. Es
también problema de renovación de valores, de fervor espiritual, de capacidad de entusiasmo, de
mística colectiva”.
Agrega el historiador: “Entre las oligarquías aferradas al pasado -en el cual no todo es sacrosanto y
sin cuya rectificación y superación no existiría la historia-, las iras revolucionarias de otro lado y las
concupiscencias inmediatas como tercer término, más lamentable todavía, un progresismo
constructivo con nutricias raíces populares y con la mira puesta en el bienestar común podía evitar
los peligros de la estagnación y del estallido, siempre y cuando reuniera el triple requisito de la
técnica, de un mínimo ético y de la capacidad para planificar con lucidez y coherencia y ejecutar
una decisión”.
Necesariamente, debemos recordar al gran Manuel Gonzales Prada, quien con sus celebres frases
sello el nombrede la juventud en libro de la historia.
Los que pisan el umbral de la vida se juntan hoy para dar una lección a los que se acercan a las
puertas del sepulcro. La fiesta que presenciamos tiene mucho de patriotismo i algo de ironía: el
niño quiere rescatar con el oro lo que el hombre no supo defender con el hierro.
Los viejos deben temblar ante los niños, porque la generación que se levanta es siempre
acusadora y juez de la generación que desciende. De aquí, de estos grupos alegres y bulliciosos,
saldrá el pensador austero y taciturno; de aquí, el poeta que fulmine las estrofas de acero
retemplado; de aquí, el historiador que marque la frente del culpable con un sello de indeleble
ignominia.
Niños, ser hombres, madrugad a la vida, porque ninguna generación recibió herencia más triste,
porque ninguna tuvo deberes más sagrados que cumplir, errores más graves que remediar ni
venganzas más justas que satisfacer.
“Los viejos a la tumba los jóvenes a la obra”, con esta frase uno de los más grandes políticos de la
historia nacional, sentenció la importancia de creer en una nueva era, sin embargo con esto no
queremos radicalizar ni mucho menos decir que los adultos no pueden ingresar en el mundo del
cambio moral y ético, simplemente queremos dar realce a la juventud que es fuente del presente
tema tratado, porque la juventud no es el futuro, es el presente que se prepara para atender las
necesidades del futuro.
CONCLUSIONES
CONCLUSIÓN GENERAL:
CONCLUSIONES ESPECÍFICAS:
· Se ha determinado con exactitud los puntos más relevantes respecto al marco conceptual de
la Ética, haciendo un contraste con las diversas ramas del saber, pero sobre todo su aplicación en
ámbito jurídico, rescatando así la relación que debe existir entre lo jurídico y lo ético.
· Se ha demostrado y señalado la pésima imagen Ética que tienen los actores del Derecho, por
parte de la sociedad civil, comprobándose cada vez más la indiferencia y la mala expresión
respecto a los que ejercen el Derecho.
· Se ha descrito los puntos más resaltantes respecto a los profesionales del Derecho,
caracterizándolos de manera exhaustiva y logrando deducir como su actuar determina la calidad
ética que poseen, indicando además las violaciones éticas que pueden devenir de la ilícita
aplicación del Derecho, destacando así la creación del nuevo Código de Ética del Abogado.
BIBLIOGRAFÍA
2. OLMEDA GARCÍA, Marina Del Pilar, Ética Profesional en el Ejercicio del Derecho, Editorial
Miguel Ángel Porrúa, Universidad de Baja Califormia, segunda edición mayo del 2007, 404 páginas.
3. OSSORIO Y GALLARDO, Ángel, El Alma de la Toga, Editorial MAXTOR, Segunda edición, año
2007, 284 páginas.
4. INGENIEROS, José, El Hombre Mediocre, Editorial Red Ediciones S.L, 214 páginas.
5. REALE, Miguel, Introducción al Derecho, Editorial Pirámide, Quinta edición, año 1982, 286
páginas.
7. CUMPA PIZARRO, Diccionario Jurídico, Universidad Nacional Pedro Ruiz Gallo, Segunda
edición, año 2009, 180 páginas.
MATERIAL DE INTERNET:
1. BLOGS:
· http://abogadosdelaplaza.blogspot.com/2011/10/abogado-rabula-o-tinterillo.html
· http://verdadyjusticia2010.blogspot.com/2010/10/la-etica-del-abogado.html
2. PÁGINAS WEB
· http://sitios.itesm.mx/egap/que_es_egap/inv_pub/EGAP_DER_06_01.pdf
· http://www.monografias.com/trabajos74/espiritu-ser-abogado/espiritu-ser-abogado.shtml
· http://evergreen.loyola.edu/tward/www/gp/libros/paginas/index.html
· http://www.cal.org.pe/fx_codigo_etica.html
· http://grupoevos.com/revistajuridicapanama/articulos200905/la-etica-del-abogado.htm
3. DIARIOS:
· Diario la República
· Diario el Comercio
(1) CUADROS VILLENA, Carlos Ferdinand, Ética de la Abogacía y Deontología Forense, Editora
FECAT, segunda edición 1994, pág. 27.
(2) OLMEDO GARCÍA, Marina Del Pilar, Ética profesional en el ejercicio del Derecho, Editorial
Miguel Ángel Porrúa, Universidad de Baja California, segunda edición mayo del 2007, pág. 16.
(3) OSSORIO Y GALLARDO, Ángel, El Alma de la Toga, Editorial MAXTOR, Segunda edición, año
2007, pág. 13.
(5) (6) (7) (8) OLMEDA GARCÍA, Marina Del Pilar, Ética Profesional en el Ejercicio del Derecho,
Editorial Miguel Ángel Porrúa, Universidad de Baja California, segunda edición mayo del 2007, pág.
15 – 16; 19 -20.
(9) OLMEDA GARCÍA, Marina Del Pilar, Ética Profesional en el Ejercicio del Derecho, Editorial
Miguel Ángel Porrúa, Universidad de Baja California, segunda edición mayo del 2007, pág. 42.
(10) OLMEDA GARCÍA, Marina Del Pilar, Ética Profesional en el Ejercicio del Derecho, Editorial
Miguel Ángel Porrúa, Universidad de Baja California, segunda edición mayo del 2007, pág. 42.
(11) (12) REALE, Miguel, Introducción al Derecho, Editorial Pirámide, Quinta edición, año 1982,
pág. 51 y 52.
(13) (14) OLMEDA GARCÍA, Marina Del Pilar, Ética Profesional en el Ejercicio del Derecho, Editorial
Miguel Ángel Porrúa, Universidad de Baja California, segunda edición mayo del 2007, pág. 51 - 54.
(15) (16) OLMEDA GARCÍA, Marina Del Pilar, Ética Profesional en el Ejercicio del Derecho, Editorial
Miguel Ángel Porrúa, Universidad de Baja California, segunda edición mayo del 2007, pág. 50 - 51.
(17) OSSORIO Y GALLARDO, Ángel, El Alma de la Toga, Editorial MAXTOR, Segunda edición, año
2007, pág. 18 y 19.
(18) OSSORIO Y GALLARDO, Ángel, El Alma de la Toga, Editorial MAXTOR, Segunda edición, año
2007, pág. 20.
(19) SERVIDÓN NAKASAKI, Cesar, ponencia “Los delitos de Lesa Humanidad”, 18 de diciembre del
2011, Gran Hotel Chiclayo.
(20) MANRRIQUE, Jorge, Coplas a la muerte de su Padre, Editorial LIBRESA, pág. 85.
(21) CUADROS VILLENA, Carlos Ferdinand, Ética de la Abogacía y Deontología Forense, Editorial
FECAT, segunda edición, lima 1994, pág. 63.
(22) CUADROS VILLENA, Carlos Ferdinand, Ética de la Abogacía y Deontología Forense, Editorial
FECAT, segunda edición, lima 1994, pág. 115.
(23) CUADROS VILLENA, Carlos Ferdinand, Ética de la Abogacía y Deontología Forense, Editorial
FECAT, segunda edición, lima 1994, pág 255.
(24) INGENIEROS, José, El Hombre Mediocre, Editorial Red Ediciones S.L, pág. 23.
(25) (26) INGENIEROS, José, El Hombre Mediocre, Editorial Red Ediciones S.L, pág. 36.
(27) INGENIEROS, José, El Hombre Mediocre, Editorial Red Ediciones S.L, pág. 25.e