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La ingeniería industrial es la rama de la ingeniería que se encarga de

diseñar, analizar, interpretar y controlar el proceso productivo, sea este en el


sector industrial, servicios, comercial o de gestión. En España concretamente
tiene un carácter bastante técnico, con gran base teórica y cercana a las
ciencias experimentales, por lo que se presenta como un campo de
saber pluridisciplinar. El ingeniero industrial está capacitado para
enfrentarse a los problemas de cualquier sector empresarial; y empresarial o
no, el medio ambiente, su gestión y los problemas asociados al uso que se
hace de él, son hoy un problema de primer orden.
Ingeniería industrial en España
La evolución de esta disciplina ha pasado por diversas regulaciones, siendo
el Decreto de 1935 el que le da consistencia y acota sus competencias
profesionales tras un sentido agradecimiento a su labor en España:
“constituye una de las ramas de la enseñanza oficial que ha respondido
plenamente a la finalidad con que fue concebida; […] El progreso de la
industria española y el de haberla redimido, casi en su totalidad, de la
dirección técnica extranjera, son la mejor prueba de la excelente labor
realizada por los ingenieros industriales”. El decreto define así las funciones
de estos profesionales: “capacidad plena para proyectar, ejecutar y dirigir
toda clase de instalaciones y explotaciones comprendidas en las ramas de la
técnica industrial química, mecánica y eléctrica y de economía industrial”, a
lo que sigue una extensa relación de sectores industriales abiertos al ejercicio
de estos ingenieros (Decreto de 18 de septiembre de 1935, de competencias
profesionales del ingeniero industrial).
Heredando ese espíritu integral, actualmente las competencias del ingeniero
industrial garantizan el ejercicio profesional en cualquier área técnica de todo
tipo de empresas (competencias registradas en la Orden CIN/311/2009). Y
no solo para la resolución de problemas dados, sino también para el diseño e
implantación de nuevas tecnologías y métodos en el proceso productivo. Y
eso hoy implica, por supuesto, mirar a la sostenibilidad.
La responsabilidad de la ingeniería industrial
La cultura ha crecido desde hace milenios en torno a los “ingenios”, pero
más estrictamente hablamos de la ingeniería industrial como el campo del
saber surgido de la explosión de la Revolución Industrial del XIX. Es
entonces cuando la ingeniería industrial cobra, más o menos y con
fluctuaciones, su sentido más reconocible, su marco o límites característicos.
Con el abanico temático que cubre la ingeniería industrial, que va de la
electrónica a la economía y la organización pasando por la química, la
automática o la termotecnia (entre otras muchas), a nadie sorprenderá su
carácter protagonista en el desarrollo de la civilización moderna.
La ingeniería, en general, ha facilitado o contribuido al progreso de la
humanidad. Sin embargo, este mismo progreso ha cabalgado con la “doma”
del medio ambiente y ahora nos encontramos en la paradójica situación en la
que la propia calidad de vida lograda a costa de la naturaleza es al mismo
tiempo la que se pone en peligro a sí misma. La naturaleza domada ahora
muestra una cara peligrosamente frágil al dejar de proporcionar servicios
vitales para nosotros: purificación del agua y del aire, un clima estable y más
o menos predecible, polinización efectiva, biodiversidad, recursos
abundantes…
Ni los productores, ni los desarrolladores ni los destinatarios de ese progreso
fueron conscientes, hasta hace relativamente poco, de las consecuencias
negativas de esa política productiva y de consumo. Ahora sí y a cada
profesional se le exige su parte en la identificación y resolución del
problema. En cada momento la ingeniería industrial responde a su tiempo y
hoy se le requiere una implicación directa en la búsqueda de soluciones
ambientales mirando a la sostenibilidad.

Aportación de la ingeniería industrial al problema medioambiental


Considerando todo lo anterior, es lógico pensar que si hay una disciplina
profesional capacitada para buscar soluciones de sostenibilidad en los
sistemas de gestión y producción, esa sea la ingeniería industrial. Su
amplitud de conocimientos, flexibilidad de ejecución y carácter
integrador así lo permiten.
El ingeniero industrial es el profesional especialista en productividad y
mejora de la calidad. Las necesidades de hoy no hacen más que pedir al
ingeniero industrial lo que se le ha pedido siempre. Solo que ahora con un
objetivo diferente, o más bien, complementario.
Así y además de presentarse en el plan de estudios correspondiente, la
ingeniería de medio ambiente o enfocado a este debe ser no solo un
conocimiento aplicado más, sino una toma de conciencia y afirmación de la
imprescindible transversalidad de lo medioambiental. Se trata de aplicar
principios de sostenibilidad, prevención y resolución medioambiental en
todos y cada uno de los puntos del ejercicio profesional. Así lo exige la
necesidad material, legal y moral.
Sea en la planificación, diseño, desarrollo, fabricación, control de calidad,
gestión, administración, etc. de una idea, proceso, producto o sistema, el
ingeniero industrial puede y debe presentarse como parte imprescindible de
la consecución de objetivos de sostenibilidad. Si hay un profesional que
puede ejercer esta función con ojo integrador es él.
La enorme variedad de ramas de especialización que presenta la ingeniería
industrial provoca la lógica dispersión de los ingenieros y su agrupación
según campos de conocimiento. Para facilitar el contacto entre profesionales
del mismo ramo los distintos Colegios Oficiales de España tienden a la
formación de grupos de trabajo por sectores, como por ejemplo el
"Grupo de trabajo de medio ambiente y sostenibilidad" del
Colegio Oficial de Ingenieros Industriales de la Comunitat Valenciana.
Los grupos de trabajo fomentan la sinergia y el trabajo en equipo de los
ingenieros especializados. En el caso de la ingeniería del medio ambiente,
una rama relativamente reciente, los grupos de trabajo se hacen
especialmente necesarios y su labor ayuda a que los Colegios Oficiales ganen
presencia en el debate, toma de decisiones y divulgación medioambiental. Y
por supuesto facilitan el trabajo de sus miembros poniendo en común
problemas y soluciones.
Campos de trabajo en sostenibilidad
 Energía, eficiencia y cambio climático. Si hay un campo en el que
los ingenieros industriales están preparados es el del uso y
aprovechamiento de la energía. Y si alguien conoce las emisiones de
gases de efecto invernadero de la industria, ese es el ingeniero
industrial. Su aportación en la búsqueda y aplicación de medidas
de eficiencia energética, reducción de emisiones de carbono y
desarrollo de energías renovables es fundamental. Más aun
considerando los objetivos para 2020 que la UE ha impuesto con el
Plan de Acción para la Eficiencia Energética: 20 % más de eficiencia
energética y de uso de renovables y 20 % menos de emisiones de
carbono y de consumo energético. Este conocimiento de la energía y
la búsqueda de la eficiencia energética salpica, como veremos a
continuación, a cualquier otro campo de acción.
 Movilidad y transporte. Emisiones y eficiencia energética también
son parte importante del debate sobre la movilidad y el transporte. En
ese sentido el ingeniero industrial aporta valor al desarrollo
tecnológico de los vehículos, pero por sus conocimientos en logística
también participará en la planificación y gestión de redes de transporte
urbano o interurbano y transporte de mercancías, sea terrestre,
marítimo o aéreo. El aumento de la sostenibilidad en este campo tiene
un gran espacio de crecimiento posible.
 Renovación urbana y edificación. El cómo se desarrolla el territorio
y crecen los municipios no puede sino ser un debate prioritario en este
siglo, en un punto en el que la mitad de la población mundial vive en
ciudades, porcentaje que seguirá creciendo según todas las
estimaciones. Resolver problemas del desarrollo urbanístico
heredados del pasado, errores del presente y planificar las soluciones
para el futuro es un tema en el que los ingenieros industriales tienen
mucho que aportar.
 Más allá del urbanismo, los ingenieros industriales se encargan de
la certificación de eficiencia energética de los inmuebles y la
propuesta de medidas para conseguirla. Volvemos así a la importancia
de estos profesionales en todos los ámbitos de gestión de la energía y
reducción de emisiones: una vivienda energéticamente eficiente gasta
menos recursos energéticos y es más confortable.
 Desarrollo rural. La formación y experiencia de los ingenieros
industriales es vital para el desarrollo de redes de distribución
eléctrica en el medio rural. Están ahí cuando se habla de energía
renovable, plantas eólicas o fotovoltaicas. Asimismo, siendo España
el país de Europa que más gasta en alumbrado público y relacionado
con el punto anterior, el ingeniero es necesario en la renovación
urbanística del parque de alumbrado público en los municipios
pequeños.
 Residuos. El ingeniero ya está presente en la gestión de residuos y
contaminación en la industria y en las redes de recogida selectiva
urbana o industrial de cualquier nivel y formato: SIG, SDDR, puerta
a puerta, etc., así como en la gestión del propio residuo: industria de
reciclado, vertedero, reutilización, combustible, etc.
 Agua: desde la supervisión de maquinaria en las EDAR hasta la
planificación de la red, pasando por el aprovechamiento de los lodos,
el ingeniero está presente en todas las ramas del sistema de
potabilización y explotación del agua. Un bien cada vez más escaso y
cuya sostenibilidad es primordial en un país que camina hacia
la desertización

No cabe duda de que la versatilidad de esta profesión es un aval que garantiza


su permanente contribución a la sociedad.

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