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Abordaje Psicoterapéutico a Sobrevivientes de Violencia Sexual

Introducción General a la Violencia Sexual

La violencia sexual es una consecuencia más de la sociedad en la que vivimos, por eso es necesario

realizar un marco teórico de términos que nos facilite la comprensión de los mecanismos que rigen este

tipo de violencia que a diferencia de otros tipos por varias características que están enraizadas en la

sociedad.

Sobreviviente de violencia sexual podemos ser todos y todas, el alto porcentaje de casos que se

conocen son de mujeres lo cual no quiere decir que no se den casos en los hombres sino que ellos no

buscan ayuda por diferentes motivos.

Lo que esta detrás de todo acto de violencia es una relación de poder, una relación de dominancia de un

individuo hacia otro individuo.

Por la característica de los códigos de la sociedad en los que nos regimos las relaciones dominantes son

las existentes entre el dominador hombre y la dominada mujer, esto está enraizado en la cultura del

patriarcado en la que se rige la mayoría de las sociedades.

El patriarcado es un sistema de organización social, donde el poder y la autoridad está representada y

sustentada en el patriarca; ya sea a nivel público y/o privado. Es decir, ostenta el poder y la autoridad,

que no es otra cosa, que el controlar la producción y distribución de los alimentos y de la riqueza que

originan sus excedentes.

La cultura del patriarcado posee desarrollos míticos y religiosos que excluyeron a la mujer del espacio

público, la condenaron a ser prisionera del hogar del varón y la redujeron a la condición de un ser

humano de de segunda categoría.


Este sistema se ha mantenido desde la prehistoria aunque debemos de tener en cuenta que no ha sido

así siempre, durante muchos milenios la mujer, no solo ha sido un elemento fundamental en su

comunidad, sino que se constituyeron en la base socioeconómica, que hizo posible la supervivencia de

los grupos humanos y, de paso, fueron el motor de importantes cambios evolutivos que nos llevaron

hasta la civilización que hoy conocemos, es decir, en las primeras organizaciones humanas el sistema

que existía era el matriarcado; el poder tanto público como privado era sustentado por la matriarca, ya

que eran ellas las que se ocupaban de criar y cuidar a los/as hijos/as y de recolectar vegetales,

tubérculos y semillas para su alimentación común, eso es estando inmersas en una vida social notable.

El paso desde las sociedades recolectoras del Paleolítico Superior a las horticultoras y agricultoras del

Neolítico conllevo tremendos cambios estructurales, la recogida de comida dio lugar a la producción de

la misma y la caza a un modo de vida sedentario.

La agricultura supuso un adelanto que permitió controlar e incrementar las posibilidades de

supervivencia de cada comunidad al lograr fuentes estables de alimento. Otra consecuencia lógica fue

que propicio el nacimiento de una forma de vida sedentaria cerca de las tierras que podían explotarse,

se gano en comodidad y en recursos alimentarios disponibles, y ello provoco el aumento progresivo del

número de individuos capaces de sobrevivir en cada asentamiento, el esfuerzo necesario para poder

alimentar a una comunidad creciente exigió mas cultivos y mayor producción, así que los varones, tal

como dijimos, debieron ir dejando atrás la cómoda existencia que llevaron en la fase de horticultora y

tuvieron que ponerse a ayudar las mujeres en las labores de cultivo aunque finalmente, forzados por las

nuevas condiciones sociales y laborales a las que llegaría, las reemplazaron por completo tras unos

cuatro milenios de vida agrícola.

En el V milenio a. C., en todo el Próximo Oriente se había consolidado ya la aldea agrícola como la

formula socioeconómica más eficaz. Con el cultivo controlado de vegetales silvestre y la doma de

especies animales salvajes se obtuvo una vía de forma sedentaria, obligo a construir viviendas mejores y
permanentes, impulso innovaciones en las tecnologías orientadas a la explotación, almacenamiento-

función básica de los utensilios de cerámica, el descubrimiento- y la elaboración de los productos

agropecuarios, en suma, mejoro la calidad de vida grupal y los pequeños asentamientos originales

aumentaron su población. Las nuevas técnicas, como ya indicamos, obligaron a los varones a ocupar la

posición productiva que fue tradicional de las mujeres y estas comenzaron a perder su posición dentro

del grupo; al asumir la mujer un rol no productivo, se incremento el dominio social ejercido por el varón y

ello repercutió modificando la estructura familiar- que disminuyo y se hizo patriarcal y forzando la

aparición de las primeras elaboraciones míticas acerca de la inferioridad natural de las mujeres.

La producción de excedentes agropecuarios dejo de ser una forma de asegurarse la supervivencia y

paso a ser un fin en sí mismo, generando la dinámica del comercio al producirlos con intencionalidad de

intercambio. Con el beneficio de esos excedentes se pudo comenzar a mantener especialistas a tiempo

completo, eso es sujetos encargados de manufacturar utensilios cada vez más sofisticados y valiosos

para la comunidad. El incremento de la complejidad social preciso de nuevas formas de organización y

de alianzas, tanto internas como externas (con otras comunidades). La necesidad de estructuras de

control social más eficaces conduciría hacia la centralización política y el nacimiento de los estados.

Por otra parte, la actividad agropecuaria, desde su inicio, también comenzó destruir el equilibrio

ecológico natural y fue acabando progresivamente en las culturas cazadoras y recolectoras que

quedaban en su área de dejarlas sin posibilidad de recursos.

La estructura androcéntrica y los valores patriarcales han hecho que el papel de la mujer en general

haya sido ignorado e infravalorado, y que todas las decisiones tomadas en torno a su vida este en

función de autoridad del hombre, por lo cual en la mayoría de las ocasiones ni siquiera se ha

considerado, y en pocas que se ha hecho ha sido interpretadas y justificada desde la perspectiva del

hombre.

El comienzo de la historia trajo consigo una significativa transformación en las deidades griegas,

concretamente se sustituyeron las diosas nucas por varios dioses. Las propias diosas fueron
transformadas en el sentido de sustituir las cualidades que daban poder a su imagen, por cualidades que

las hacían aptas para su sumisión. De ser una diosa guerrera, portadora de justicia y saber, pasa a ser

maternal, sumisa y dependiente. La mitología griega muestra, también, como se utiliza la violación de

una diosa como estrategia para que un dios pueda entrar en el Olimpo.

A pesar de la imagen romántica y novelesca que nos han trasmitido de la edad media, en las que las

relaciones entre hombres y mujeres parecían venir marcadas por modelos de caballeros y princesas,

apuestos y valerosos vasallos y dulces y sumisas doncellas, la realidad era mucho mas dura, sobre todo

para la mujer. En muchas ocasiones eran consideradas como un objeto de mercancías que como una

persona. El matrimonio en realidad suponía una transmisión a otra familia con una serie de productos

que se intercambiaban, como ocurría con las arras y la dote. El hombre adquiría la condición de amo y

señor amparado en el principio de la fragilitas sexus, es decir, la fragilidad propia de la mujer que

abarcaba tanto lo físico, como a lo psíquico y moral. La autoridad del marido era tal que podía llegar a

asesinar a su esposa en determinadas circunstancias; como por ejemplo el adulterio, situación que

incluso se contemplo jurídicamente mediante la figura del uxoricidio y se ha mantenido en nuestra

legislación con una valoración independiente hasta 1963. Esta posibilidad al contrario de ir limitándose

se amplió poco a poco, otorgando el derecho de matar a la mujer en casos de adulterio al padre y

hermanos de la mujer, todo lo cual resalta la consideración de la mujer más como un bien que como una

persona.

La posibilidad de actuar de esa forma iba aparejada a la desconsideración más absoluta. Así, por

ejemplo, en el siglo XIII, Santo Tomas de Aquino afirma: “la mujer está sujeta a leyes de la naturaleza, y

es esclava por las leyes de la circunstancia... la mujer está sujeta al hombre por su debilidad física y

mental”. Esta concepción favorecía la agresión hacia ella, bien porque no se la consideraba o bien

porque se la responsabilizaba o se justificaba la agresión en su propia conducta, como por ejemplo

ocurría en las leyes de Cuenca, en las que se recogía que una mujer desvergonzada podía ser

golpeada, violada e incluso asesinada.


Esta situación era especialmente grave en las ciudades, a las que muchas mujeres acudían a trabajar, lo

cual ya era un elemento para considerarlas “desvergonzada” y donde los propios gremiales decían que

la hora de toque de queda era peligrosa para una mujer.

La mujer casada tampoco gozaba de una situación mucho más favorable. El marido no consideraba a la

mujer en una situación de igualdad. La mujer era considerada como destinada solo al matrimonio y con

una serie de funciones que quedaban limitadas a él, entre las que destacaban la de criar a los hijos –

probablemente la educación en el sentido de transmisión de valores y de pautas de comportamiento

fueran supervisadas por el marido, aunque lo hicieran a través de la madre- la de procurar la “salvación

del alma” de los miembros de la familia y la de buscar la “comodidad del marido”.

Todos estos hechos tienen reflejo en la sociedad y en la familia, influyendo en la predilección y selección

de los hijos varones, que eran más favorecidos, frente a las hijas.

Parecía que la sociedad evolucionaba solo en determinados sentidos, puesto que en otros, como en la

consideración de la mujer y las consecuencias en forma de agresión, continuaban igual: los sucesos que

ocurrían y la respuesta de la sociedad se podían trasladar en el tiempo varios cientos de años y no

habría forma de distinguir si estamos en un periodo histórico o en otro.

Al comienzo de la edad moderna nos encontramos situaciones similares, pero nuevas justificaciones; a

pesar de la situación general, en este periodo histórico fue cuando se produjo un cambio significativo en

el papel de la mujer. A principios del siglo XVI comenzaron a producirse una serie de movimientos

aislados que permitieron a la mujer recibir una formación académica, y después del concilio de Trento

(1545 y1563) las hijas de mercaderes y artesanos empezaron a ir a las escuelas parroquiales, aunque

para recibir una educación apropiada para mujeres. En este siglo, como Wittemberg en Alemania y

Ginebra en Suiza, exigían una educación primaria para las niñas, situación que fue extendiéndose con el

tiempo, pero de forma lenta, a otros países. Sin embargo, de poco sirvió en la consideración de la mujer,

y ella misma veía o le hacían ver que su función principal era el matrimonio, y dentro de este la
comodidad del marido, el cuidado de los hijos y las tareas de la casa; actividades estas que para muchos

escritores religiosos tenían preferencia sobre lo académico.

En la edad contemporánea (XIX) el papel de la mujer seguía pensando para la familia, y en esta su

situación era claramente la sumisión al hombre. Estas circunstancias hacían que su consideración al

margen de la familia fuera aun peor, sobre todo si no estaba en condiciones de contraer matrimonio. Si

no se casa se convierte en una mujer solitaria, jurídica y civilmente incapaz para realizar cualquier

actividad pública y socialmente marginada. Aunque hubo alguna excepción brillante y rara en medios

artísticos e intelectuales, en la mayoría de los países se mantenía la tutela permanente de la mujer.

Esta tutela la tenía el padre primero y el marido después, ella era considerada como si fuera una menor

de edad amparándose en el concepto del derecho romano de la fragilidad del sexo femenino.

Definición de Conceptos Claves

El termino sexo hace referencia a las diferencias biológicas entre masculino y femenino.

El termino género hace referencia a las diferencias sociales entre hombre y mujer; roles, estatus y poder

en una sociedad o cultura.

La gente nace hombre o mujer, aprenden como ser niño o niña, y luego cómo ser mujer o hombre. El

género hace referencia a que significa ser niña y niño, mujer y hombre, dentro de una sociedad.

Las sociedades enseñan las actitudes que son aceptables y las apropiadas, las conductas, los papeles

que desempañamos y las actividades que nos corresponden a cada uno. A estas conductas aprendidas

se les conoce como Identidad de Género.

El género es un constructo social y por lo tanto está construido por nuestra sociedad y no se identifican

con las diferencias biológicas. Los roles de género varían y cambian dependiendo de los periodos

sociales, culturales e históricos. Ambos hombre y mujer son responsables de reproducir los estereotipos

de género-
Los roles de género producen limitaciones en las aspiraciones de las mujeres y en las emociones de los

hombres. Los diferentes valores que asignamos a los roles de género y las responsabilidades en una

sociedad están ligados a relaciones desiguales de poder entre hombres y mujeres.

El concepto de género es una construcción social por medio de la cual se define que es lo apropiado

para el sexo femenino y masculino. Comprende imaginarios, que simbolizan y dan sentido a la diferencia

sexual, a la manera como se explican, valoran y establecen normas a cerca de la masculinidad o la

feminidad. Los imaginarios en torno a las relaciones de género inscriben a los individuos en unas

características culturales específicas a partir de las diferencias biológicas, incidiendo en la formación de

las identidades de varones y mujeres desde que nacen y en sus comportamientos en el curso de la vida.

El proceso de socialización y la formación de la identidad genérica produce una identificación con los

valores, normas y comportamientos; por tanto, los seres humanos se convierten en hombres y mujeres

que responden a las características femeninas y masculinas establecidas por la cultura.

De esta manera el concepto de género plantea el desafió de particularizar, de explorar en las realidades

más que en asumirlas como dadas. En este sentido se contrapone a la idea universal mujer u hombre y

de la fijeza de su identidad, posición y condición. Precisamente, este término permite no solo conocer los

cambios en las relaciones entre hombres y mujeres sino que abre la posibilidad de las trasformaciones

de esas relaciones (es decir, no se queda en la inmutabilidad de la subordinación universal de la mujer).

Desde nuestra infancia nuestros padres se han encargado de enseñarnos las normas y conductas que

deben seguir un “niño” y una “niña”. Detrás de cada grito y llanto que salía de un niño que experimentaba

algún tipo de dolor, lo seguía el muy popular regaño: “los niños no son los que lloran”. En el caso de las

niñas, los padres se encargaban de comprarle aquellos juguetes que eran “adecuados” para ellas, como

los famosos equipos de cocina, las escobas con su recogedor, e incluso los muy solicitados equipos de

maquillaje para que no descuiden su apariencia.


La realidad de esta situación es que a la misma vez que nuestros padres y nuestras madres desean

educar a sus hijos e hijas, no son ellos quienes deciden el comportamiento adecuado que deben exhibir

los futuros hombres y las futuras mujeres de la sociedad; más bien, es la misma sociedad la que decide

cuales deben ser las cualidades y los deberes que deben poseer y ejercer tanto los hombres y las

mujeres dentro de la sociedad. La causa fundamental de la agresión a la mujer, el origen del problema,

radica en las normas, valores, principios y creencias de nuestra sociedad, en ese contexto socio-cultural

androcéntrico que sitúa a la mujer en una posición de inferioridad respecto al hombre, y otorga papeles

diferentes a uno y a otra, entre ellos el del control de la mujer al hombre y el del sometimiento a él a la

mujer, todo lo cual determina, facilita y permite la adopción de determinados mecanismos de control que

pueden llegar, y llegan, hasta la violencia. Pero ese contexto no está diseñado para actuar sobre el

hombre o sobre la mujer por separado, sino que lo hace sobre la sociedad en su conjunto, con lo cual se

crean una serie de mitos y actitudes ante el problema que lo van minimizando y justificando1.

"Violencia contra la mujer" se entiende todo acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino

que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer,

así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se

producen en la vida pública como en la vida privada.

Se entenderá que la violencia contra la mujer abarca los siguientes actos, aunque sin limitarse a ellos:

a).La violencia física, sexual y psicológica que se produzca en la familia, incluidos los malos tratos, el

abuso sexual de las niñas en el hogar, la violencia relacionada con la dote, la violación por el marido, la

mutilación genital femenina y otras prácticas tradicionales nocivas para la mujer, los actos de violencia

perpetrados por otros miembros de la familia y la violencia relacionada con la explotación;

1
Miguel Lorente
b). La violencia física, sexual y psicológica perpetrada dentro de la comunidad en general, inclusive la

violación, el abuso sexual, el acoso y la intimidación sexuales en el trabajo, en instituciones

educacionales y en otros lugares, la trata de mujeres y la prostitución forzada;

c). La violencia física, sexual y psicológica perpetrada o tolerada por el Estado,donde quiera que ocurra.2

La violencia sexual es un tipo de violencia contra la mujer y puede ser definida como:

Todo acto sexual, la tentativa de consumar un acto sexual, los comentarios o insinuaciones sexuales no

deseados, o las acciones para comercializar o utilizar de cualquier otro modo la sexualidad de una

persona mediante coacción por otra persona, independientemente de la relación de esta con la víctima,

en cualquier ámbito, incluidos el hogar y el lugar de trabajo.

La coacción puede abarcar una amplia gama de grados de uso de la fuerza. Además de la fuerza física,

puede entrañar la intimidación psíquica, la extorsión u otras amenazas, como la de daño físico, la de

despedir a la víctima del trabajo o de impedirle obtener el trabajo que busca. También puede ocurrir

cuando la persona agredida no está en condiciones de dar su consentimiento, por ejemplo, porque está

ebria, bajo los efectos de un estupefaciente o dormida o es mentalmente incapaz de comprender la

situación.

La violencia sexual incluye la violación, definida como la penetración forzada físicamente o empleando

otros medios de coacción, por más leves que sean, de la vulva o el ano, usando un pene, otras partes

corporales o un objeto. El intento de realizar algunas de las acciones mencionadas se conoce como

intento de violación. La violación de una persona llevada a cabo por dos o más agresores se denomina

violación múltiple.

2
Articulo 1 y 2 de la declaración de las naciones unidas contra la violencia hacia las mujeres, 1993
La violencia sexual puede incluir otras formas de agresión que afecten a un órgano sexual, con inclusión

del contacto forzado entre la boca y el pene, la vulva o el ano.

Formas y contextos de la violencia sexual

Los actos de violencia sexual pueden ser muy variados y producirse en circunstancias y ámbitos muy

distintos. Entre ellos, cabe señalar:

– La violación en el matrimonio o en las citas amorosas; la violación por parte de desconocidos;

– La violación sistemática durante los conflictos armados;

– Las insinuaciones o el acoso no deseados de carácter sexual, con inclusión de la exigencia de

mantener relaciones sexuales a cambio de favores;

– El abuso sexual de personas física o mentalmente discapacitadas;

– El abuso sexual de menores;

– El matrimonio o la cohabitación forzados, incluido el matrimonio de menores;

– La denegación del derecho a hacer uso de la anticoncepción o a adoptar otras medidas de

protección contra las enfermedades de transmisión sexual;

– El aborto forzado;

– Los actos de violencia que afecten a la integridad sexual de las mujeres, incluida la mutilación

genital femenina y las inspecciones obligatorias para comprobar la virginidad;

– La prostitución forzada y la trata de personas con fines de explotación sexual.

No existe ninguna definición universalmente aceptada de trata con fines de explotación sexual. El

término abarca el movimiento organizado de personas, por lo general mujeres, entre países y en los

países, para obligarlas a ejercer la prostitución.

Este tipo de tráfico también incluye el acto de obligar a un inmigrante a realizar un acto sexual como

condición para permitir o tramitar su inmigración.


Para el tráfico sexual se emplea la coacción física, el engaño y el sometimiento logrado mediante una

deuda forzada. En la trata de mujeres y niños, por ejemplo, muchas veces se les promete un empleo en

el servicio doméstico u otro tipo de servicios, pero en cambio generalmente se los lleva a burdeles donde

se los despoja de su pasaporte u otros documentos de identidad. Puede ocurrir que se los golpee o

encierre, y se les prometa la libertad solo después de que ganen, mediante la prostitución, el precio

pagado por su compra, así como los costos de viaje y de visado.

Toda víctima de una violación, debe ser referida a cuidados médicos lo antes posible. Lo ideal es que

una víctima debe pedir asistencia el día de la agresión con el objetivo de obtener unos cuidados

preventivos lo más efectivo.

La población más vulnerable.

• Mujeres solas/ mujeres que cabezas de familia.

• Niños y niñas solas

• Niños y niñas en orfanatos.

• Niños y niñas cabezas de familia.

• Niños y niñas que viven solo con el padre o con la madre.

• Personas con discapacidad física y/o mental.


Programa de Intervención Breve a Víctimas de Abuso Sexual

El estrés extremo y la desorganización conductual que caracteriza los primeros 2 o 3 meses después de

la violación, hacen difícil la realización de cualquier tipo de tratamiento que requiera una participación

sustancial de la víctima. Por esta razón se debe de realizar una intervención que proporcione información

y habilidades de enfrentamiento, para que se apoye a la victima a tratar los problemas relacionados con

el abuso.

Centrada en los siguientes principios:

a) La experiencia de violación de la victima debe comprenderse más que cuestionarse;

b) Las victimas carecen de información sobre las reacciones normales a la experiencia de la

violación.

c) La influencia de los mitos o las falsas creencias sobre la violación hace que las victimas se sienta

responsable de la agresión.

d) Las victimas carecen de habilidades para enfrentarse con los problemas relacionados con la

violación.

El Programa de Intervención
Intervención Breve (BBIP) Programa de tratamiento de 4 a 6 horas de duración para las

victimas recientes.

Primera parte.

El primer componente es una entrevista que induce afecto.


A las víctimas se les instruye en técnicas de relajación muscular profunda y en técnicas de respiración

profunda. Después de conseguir un nivel adecuado de relajación moderado, se le pregunta a las victimas

acerca del acontecimiento de la violación.

En función de las respuestas de las mismas, se reconstruye:

a) la situación inmediatamente anterior a la violación;

b) el primer momento en que la victima sintió que estaba en peligro;

c) la violación en sí misma, y

d) la situación inmediatamente después de la violación.

En cada una de estas cuatro secuencias se le instruye a la victima que sienta de nuevo todo lo que sintió

en ese momento, a que se exprese sobre esta sensación y a que permita experimentar a su cuerpo lo

que sintió en cada momento.

Este procedimiento de entrevista tiene como consecuencia, a menudo, una descarga de emociones; la

victima llora frecuentemente, el ritmo de la respiración se acelera y se puede apreciar una tensión

muscular.

Este procedimiento parece beneficiar a las victimas porque les permite una descarga emocional y una

clarificación de las sensaciones experimentadas durante la agresión. La víctima es capaz de evocar

detalles y las sensaciones de la agresión que se han bloqueado u olvidado. Esto es muy diferente a otros

cuestionarios que solo recogen datos sobre los hechos del incidente.

Segunda parte
Las reacciones de la víctima se explican como esperadas, predecibles y comprensibles dado que la

violación es un acontecimiento que amenaza la vida, y se le señala que las situaciones, las personas y

los acontecimientos similares a la violación pueden evocar sensaciones similares.

Además, se le enseña que el miedo, la ansiedad u otras situaciones ocurren en fases o grados y que ella

no necesariamente va a sentirse abrumada o incapacitada por las sensaciones, y que sus sensaciones

pueden estar expresadas por tres vías:

a). Físicamente, mediante trastornos de estomago, tension muscular o por un aumento de la vigilia y de

agitación;

b). Conductualmente, mediante el distanciamiento de los objetos temidos,

c).Cognitivamente, mediante el distanciamiento, imágenes o flashbacks desagradables.

Tercera parte

El/la profesional y la victima examinan las vías por las que la víctima se siente responsable o culpable

por haber sido violada.

Es un examen profundo del mito de la víctima-culpable e incluye las vías en que la mujer:

a) aprende a sentirse responsable de la violación;

b) figura reflejada como responsable en los medios de comunicación, y

c)está condicionada a sentirse responsable por la carga biológica del posible embarazo como resultado

del coito.

Las implicaciones de la autoinculpación a los sentimientos de responsabilidad también se examinan. Por

ejemplo, si una mujer se siente responsable, ella puede limitar o restringir su vida para asegurarse de

que una situación similar no pueda originarse.


Para disminuir los sentimientos de culpa y de responsabilidad de la víctima, la profesional anima a la

victima a reconocer que algunas fuerzas sociales son responsables de la violación, tales como la

socialización del hombre para la agresividad en el sexo y la representación de la mujer por parte de los

medios de comunicación disfrutando cuando se le fuerza sexualmente, etc.

Última sesión.

Incluye el aprendizaje de estrategias de enfrentamiento y de procedimientos para tratar las sensaciones

y los cambios conductuales que se han producido desde la agresión. A las víctimas se les estimula para

que sean más asertivas para llevar a cabo cambios en las actividades relacionadas con la agresión, tales

como llamar a la policía, decidir con quien hablar y adquirir un control mayor sobre las situaciones de la

vida. Las victimas también aprenden habilidades de enfrentamiento especificas, tales como la respiración

profunda, la relajación muscular, la parada de pensamiento, y también se les sugiere que caminos tomar

para iniciar o continuar actividades que han evitado a causa del miedo. Echeburua, E (1996)

Tratamiento Psicológico de las Agresiones Sexuales

Por una parte la violación es el delito más frecuente del que son victimas las mujeres y además, el

incremento en esta modalidad coercitiva se ha incrementado en mayor grado en comparación con los

demás delitos con violencia (Corral et al., 1989; Kilpatrick et al. 1987). Por otra parte el estrés

postraumático por violación está relacionado con la ansiedad y las fobias, la depresión y alteraciones en

el funcionamiento sexual y social (Veronen y Kilpatrick, 1983; Echeburua et al., 1988; elis et al., 1981)

una tercera razón, estriba en que los trastornos psicopatológicos propios del caso no remiten

espontáneamente con el paso del tiempo, al menos 4 años de haberse producido el trauma, según se

desprende de un estudio de seguimiento (Kilpatrick et al., 1983).


La respuesta psicológica a la agresión sexual no es fácil de predecir, puesto que existen muchas

variables (historial previo de victimización, tratamiento psiquiátrico anterior, eventos vitales estresantes,

apoyo familiar, etc.,) que influirán notablemente en el resultado que la agresión sexual tenga sobre una

persona en particular (Steketee y Foa, 1987). En líneas generales, la respuesta a la violación

corresponde bastante claramente a los criterios diagnósticos del DSM IV para el TPEP.

El estrés postraumático se produce subsiguiente a un trauma físico o psíquico que reviste una gravedad

excepcional. De dicho evento traumatizante se colige su evocación repetitiva, un decremento

generalizado del nivel de respuesta a los estímulos ordinarios así como de la capacidad personal de

experimentar las emociones.

En relación con esto, de los estudios longitudinales realizados, podemos concluir que la mayor parte de

la sintomatología comienza a producirse al primer mes y continúa en el segundo y tercero pos trauma. El

impacto psicológico de las agresiones sexuales varia a lo largo de una serie de dimensiones. De esta

suerte, dicho impacto va a estar en función de un conjunto de variables definido, entre las que cabe

destacar el equilibrio psicológico del sujeto previamente al trauma, su historial de victimización,

acontecimientos vitales recientes de carácter estresante o de impacto negativo en el plano psicológico y,

además el apoyo social que, en cada caso, exista (Steketee y Foa, 1987). Por otra parte, se ha

apreciado la adecuación de los trastornos psíquicos consecuentes a una agresión sexual a los criterios

diagnósticos por estrés postraumático.

Los objetivos a alcanzar mediante un programa terapéutico, merecen especial atención:

1. Motivar a la victima para que se someta a tratamiento, en caso de que sea necesario.
2. Afrontar el estrés e incrementar la autoestima y la seguridad en sí misma, para que con ello el

sujeto pueda conseguir un control adecuado sobre su vida.

Nuestra experiencia clínica y de investigación nos induce a pensar que existen diferencias sustanciales

entre las victimas recientes y las victimas a largo plazo. Puesto que el estrés subjetivo disminuye

considerablemente a los tres meses después de la violación, esto es útil para definir a las victimas

recientes como aquellas en que han transcurrido menos de 3 meses después de la violación. Las

victimas recientes y a largo plazo difieren en el tipo de problemas que experimentan, en su habilidad

para participar en un tratamiento sistemático y en el tipo de tratamiento que tiene mayor probabilidad de

ser efectivo.

Las respuestas postraumáticas siguen una serie de fases:

Fase de expresión emocional. La persona expresa de forma clara y rotunda su miedo, ira,

tristeza… se trata de una reacción de alarma que interrumpe las actividades diarias.

Fase de negación: el individuo ignora las consecuencias de la pérdida o la experiencia

traumática, olvida problemas importantes en su vida, esta emocionalmente sensible y la vida

pierde valor.

Fase de intrusión: se caracteriza por la aparición y repetición constante de ideas, imágenes y

sentimientos no deseados relacionados con el acontecimiento traumático.

Fase de adaptación: proceso de asimilación y acomodación de nuestros pensamientos y

emociones que incluyen la comunicación y la relación con nuestros familiares y amigos.

Fase de resolución: la persona ha restaurado su equilibrio y su coherencia para poder volver

a su vida y sus actividades habituales.


Como se puede apreciar en la descripción de las fases, la resolución y la superación del trauma requiere

por parte de la victima que se activen dos procesos. Uno, de naturaleza intrapsiquica que supone la

integración gradual del trauma en nuestra memoria y, otro, de carácter interpersonal. Este último facilita

que se produzca el primero y consiste, primordialmente, en hablar con los demás sobre lo que nos

ocurrió. El hecho de hablar con personas que nos apoyan y que empatizan con nosotros nos permite dar

sentido a la experiencia traumática, aprender estrategias de afrontamiento y ganar control sobre

emociones.

Contenido de la Terapia

1. Reconocer la situación de abuso y manejo de mitos.

2. Redefinir quien es el responsable y quien la víctima, factores que definen la víctima.

3. Reconocer características de la agresión.

4. Reconocer y aceptar diferentes formas de vinculación afectiva entre el agresor y la victima.

5. Validar sentimientos propios de la víctima.

6. Educar sobre efectos psicológicos comunes

7. Dinámica familiar, sentimientos de la victima hacia su familia antes y después de la revelación.

8. Manejo de la sexualidad.

9. Educar para evitar re victimización.

10. Autoimagen, autoestima, autonomía, asertividad e identidad.

11. Proyecto de vida y metas hacia el futuro.

12. Proceso legal.

13. Relaciones interpersonales.

14. Mecanismos de defensa “mal adaptativos”


15. Percepción del contexto psicosocial ante la denuncia del abuso.

Técnicas terapéuticas

1. Técnica de silla vacía,

2. Revisión de roles,

3. Conciencia corporal,

4. Modificación de creencias erróneas o destructivas,

5. Técnicas de autocontrol.

6. Técnica de imaginaría guiada.

7. Terapia artística y expresiva.

8. Educación sexual.

La Silla Vacía

Pasos para desarrollar esta técnica:

1. inicio de la sesión

Se inicia de la misma forma como iniciamos comúnmente cualquier otra sesión.

2. Observaciones iniciales

Se observa el estado general del paciente, como asiste a sesión, su apariencia, gestos, tono

muscular, estado emocional, etc.

3. Se identifica una Figura


Se observa de que habla o que le presta mayor atención. El dato mas significativo lo es por su

frecuencia o por su intensidad emotiva con que se reporta. En Gestalt esto se refiere a aquel

aspecto al cual el paciente le presta toda su atención.

4. Observación Fenomenológica

El terapeuta presta mayor atención al “como” que al “que” es lo que dice el paciente. Esto es, cual es

el sentimiento, emoción, voz, tono muscular, postura corporal, etc. Que acompaña la narración.

5. Reflejo Básico

Se refleja contenido, sentimiento y dato fenomenológico para empalizar con la experiencia expuesta

y hacer evidente la figura. El terapeuta nunca debe considerar que la figura ya esta clara para el

paciente tan solo porque la este hablando. Este reflejo básico permite la toma de conciencia de la

figura en cuestión. Si la figura no esta clara, se corre el riesgo de disolverse una vez colocada en la

silla vacía.

6. Se propone el experimento

Se invita al paciente para el desarrollo de este procedimiento. Por lo general esta técnica se utiliza

una vez que el paciente ha sido preparado previamente para este tipo de manejo. La preparación

consiste en previsualizaciones de imagen, ensayos de imagineria mental, fantasía guiada,

proyecciones de tipo pantalla, desinhibiciones , teatralizacion,etc.).

7. Se coloca la silla vacía

Se pone físicamente frente al paciente una silla en la cual se desarrollara este procedimiento. Se

pide concentrar toda su atención en la silla e imaginar ahí la figura previamente identificada.

8. Dando forma a la figura

Se le pide que describa la forma que tiene la figura.

• Si es una persona, se describe a la persona en su estado físico: ropa, apariencia, edad,

gestos, lugar, lo que esta haciendo, etc.


• Si es una situación, la silla actúa a manera de pantalla sobre la cual el paciente ira

narrando y recapitulando lo sucedido en tal acontecimiento y su reacción ante el mismo.

El terapeuta pone atención en el impacto emocional y el significado que el paciente le a

asignada a tal situación. Muestra al paciente la imposibilidad de modificar lo sucedido, y

a la vez, la importancia de generar un significado nuevo desde el cual se pueda vivir

recordando lo mismo y sintiendo diferente al respecto.

• Si se proyecta algún aspecto de la personalidad, se le pide al paciente de igual manera

darle forma, con la intención de hacer mas comprensible y manejar algo tan subjetivo

como una necesidad, o una incapacidad, actitud, sentimiento, rasgo, etc. Lo importante

es hacer una forma-imagen tan clara como posible, para no correr el riesgo de disolverse

durante el trabajo de tal proyección.

9. Iniciando el dialogo

Se le da expresión a la proyección pidiéndole al paciente que cambie de silla físicamente y que

represente su propia proyección. Es decir, le tiene que dar voz y expresar todo lo que se le ocurra.

Si se detiene, probablemente se debe a su resistencia. El terapeuta lo alienta a continuar su relato,

sin preocuparse demasiado y expresando lo primero que le venga a la mente. Esta es una manera

de lograr que la proyección aparezca en su forma mas pura, prescindiendo de todo juicio.

Formulando lo primero que se ocurra y absteniéndose de cualquier valoración, por absurdo o ilógico

que parezca. Se verifica que efectivamente este hablando la proyección. Muchas veces el paciente

comienza a hablar desde si mismo, no logra despersonalizarse ni tampoco hablar desde su

proyección. Se le ayuda a concentrarse en su proyección y se le alienta a representarla y hablar por

ella. Se verifica que esta parte se exprese sin inhibiciones. En ocasiones el paciente recurre al

acercadeismo para evitar sensaciones de extrañeza, ridículo o vergüenza. El terapeuta debe

verificar que se este representando vivencialmente y no solo hablando acerca de …… después de


considerar un buen espacio para lograr su expresión, se le pide al paciente que regrese a su silla

inicial.

10. Intercambio de silla

Una vez que a regresado a su silla, las preguntas mas frecuentes son:

¿Cómo escuchas lo que te dice?

¿Qué te parece?

¿Cómo te sientes al respecto?.......

Es importante formular las preguntas en tiempo presente, cortas, claras y directas, para evitar

distracciones y racionalizaciones. La intención es conectarlo con su propio dialogo interno, hasta

este momento interrumpido, y observar cual es su reacción. También se le pregunta qué es lo que

quiere responderle y se asigna un buen tiempo para que continué expresándose.

11. Varios intercambios de silla

El terapeuta debe ponderar el número de cambios convenientes entre silla y silla. Esto es, cuanta

cantidad de dialogo se necesita para que la persona tome conciencia de sus partes disociadas, en

ocasiones bastara con un solo cambio, mientras que en otras se necesitara de varios intercambios

para facilitar la expresión. Un exceso de cambios produce distracción y ayuda al paciente a evitar el

contacto. La decisión sobre el numero de cambios ente silla y silla dependerá de la experiencia,

sensibilidad, intuición y ojo clínico del terapeuta.

12. Cierre de la experiencia

Una vez de regreso en la silla origina, se le pide al paciente que cierre sus ojos (para aumentar la

fuerza de la imagen proyectada, pasando del contacto ambiental al contacto interno), que imagine

esa parte suya proyectada en la silla vacía, que la acerque hacia si mismo y la deposite en algún

lugar de su cuerpo que no sea la cabeza (para evitar mas racionalizaciones), y la deposite en el

cuerpo (para promover la sensibilidad). El terapeuta observa en que región corporal la deposita, pues

sabe que cada parte guarda un sentido simbólico con las necesidades afectivas del paciente.
Observa el ritmo del paciente en el manejo de la imagen, confiere el tiempo que requiere para

recuperar su proyección. Este tiempo varía considerablemente entre un paciente y otro.

Posteriormente recuperada la proyección, le pide que borre todas las imágenes creadas hasta el

momento y que lentamente vaya regresando a este espacio y momento. Pide que abra los ojos, le da

suficiente tiempo para que se recupere de la experiencia. Identifica su estado afectivo y da por

concluida la sesión.

Es importante no permitir que la persona intente volver a abrir la situación, como comúnmente suele

suceder, para no restarle fuerza al impacto generado por la utilización de esta técnica.

Se puede agregar un poco de información respecto a la manera como alguien puede sentirse

después de un procedimiento similar. Sobre todo para no generar ansiedad innecesaria en la

persona. Estas sensaciones son frecuentes en las personas después de un trabajo con esta técnica

de la silla vacía. De esta forma podrá comprender las reacciones emocionales secundarias al

procedimiento, sin mayor ansiedad.

Esta técnica se utiliza de manera intermitente, es decir, no se aplica en todas las sesiones

consecutivamente, sino solo cuando, según la experiencia, sensibilidad e intuición del terapeuta,

puede ser útil para explorar la figura, incrementar la conciencia y facilitar el contacto emocional.

• Auto instrucción

Mediante esta técnica se enseña a la persona a hacerse a sí misma ciertas verbalizaciones que le

ayudarán a cambiar su conducta. El entrenamiento en autoinstrucción se superpone en cierta forma a la

terapia racional emotiva, si bien se centra menos en el sistema de creencias e ideas irracionales del

sujeto, y más en la capacidad de dirigir la propia conducta mediante las autoverbalizaciones.


• Técnicas de relajación

La relajación es un concepto ampliamente utilizado en el mundo occidental y practicado en el oriental

desde tiempos inmemorables. Implica la distensión muscular y psíquica con un descenso de la tensión

generada por el trabajo y el esfuerzo muscular, que facilita la recuperación de la calma, equilibrio mental

y la paz interior. Es el descenso paulatino de la acción muscular y la tranquilidad psíquica que genera un

estado de bienestar, de salud. Somos nosotros mismos nuestros principales detractores. El cuerpo, en

su constante trabajo por mantenernos equilibrados, reacciona contrarrestando los excesos de actividad

física continuada y la fatiga mental. Nos mantiene inmersos entonces es un pre-estado de tensión

interna, que provoca numerosos cambios en nuestras funciones vitales y genera un estado general de

alteración físico-psicológico, del que apenas somos conscientes hasta no encontrarnos en situaciones

límites.

Técnicas de Relajación

Implica la distensión muscular y psíquica con un descenso de la tensión generada por el trabajo y el

esfuerzo muscular, que facilita la recuperación de la calma, equilibrio mental y la paz interior. Es el

descenso paulatino de la acción muscular y la tranquilidad psíquica que genera un estado de bienestar,

de salud.

Técnicas de Respiración

La respiración completa es la mejor herramienta a nuestro alcance para normalizar los estados de

nerviosismo, irritabilidad y ansiedad provocados por factores exógenos (como el trabajo, los estudios,

malos hábitos, etc.), y disminuir la tensión muscular y la fatiga. Identificar estas situaciones nos permitirá

actuar sobre ellas de la manera más natural que existe: respirando. Los estados de nerviosismo o

ansiedad, frecuentemente se asocian a respiración superficial y dolores musculares. Al no oxigenarnos


suficiente, nuestro cuerpo demanda aire, y podemos sorprendernos suspirando o bostezando varias

veces al día. Para invertir este síntoma y beneficiarnos de modo terapéutico, tomaremos conciencia de

nuestro medio interno a través de suspiros voluntarios, que liberan nuestra tensión interior, provocando

una espiración forzada que nos aporta sensación de bienestar y relajación.

La práctica diaria de la relajación nos aporta múltiples beneficios: Aumento del nivel de conciencia,

mayor nivel de reposo. Descanso más profundo. Más salud. Más resistencia frente a las enfermedades.

Equilibrio en la tensión arterial, mejor oxigenación. Aumento del nivel de energía, vitalidad. Superior nivel

de recuperación tras los esfuerzos. Predominio de los pensamientos positivos. Resistencia frente a

hábitos erróneos: fumar, alcohol, comidas excesivas, etc. Disminución del estrés. Mayor capacidad de

aprendizaje. Mejor capacidad de recordar datos.

• Técnicas de imaginación guiada

La imaginación guiada consiste en el uso de “imaginaciones” para llegar a conocer más de uno mismo.

Esta imaginación o ejercicios pueden ser creados personalmente pero generalmente se usan ejercicios

pregrabados, de libros o alguien guía a la persona. Ejemplo:

1- Siéntate recta o acuéstate cómoda

2- Cierra los ojos

3- Respira profundo

4- Imagínate que estas caminando por un sendero en el bosque.

5- Imagínate el aroma, los colores, las texturas, haz la imaginación real. Identifica como te sientes. Es

importante identificar tus sentimientos.

Luego el sendero se abre y encuentras un rio de agua termal y una cascada, la arena es fina y deliciosa

para caminar sobre ella. La brisa es perfecta, todo en este lugar es perfecto y bello.

6- Te acercas al rio y poco a poco entras en el. Te limpias cuidadosamente con las aguas termales, si

quieres puedes ir a la cascada y limpiarte más. Juegas con el agua y sientes como te despoja de cada
preocupación o emoción negativa.

7- En esta agua limpias tus sentimientos de culpas, emociones dañinas y toda situación que no te

agrada. Cuando sales estas seca y radiante.

8- Respira profundo y abre los ojos poco a poco

Bibliografía.

Fernández, p.; Alcalde, R.; Ramos, N., articulo; evaluación cognitiva de las víctimas de violación.

Manual de Capacitación Realizado por Carmen Rodríguez Psicóloga-Sexóloga, Médicos Sin fronteras.

Tegucigalpa

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