Consumación de la catedra “Desarrollo social Contemporáneo”, reflexión del
aprendizaje. La asignatura de desarrollo social contemporáneo, desde un principio me supuso un temario atractivo, interesante y con una insoslayable importancia, que, dentro de la formación profesional y humanística que ofrece Uniminuto, fue el complemento idóneo para las características del programa que curso (psicología), pues aunque directamente no se tratan los aspectos psicológicos con los términos técnicos, propios de esta ciencia, aborda las coyunturas históricas y sociales que llevaron al desarrollo de la sociedad tal como hoy la conocemos y que constituye una de las causas, sino es que la más importante, del comportamiento humano; Esto, a su vez, fortalece un aspecto en mi vida que va más allá del profesional, y es el de ciudadano.
Como ciudadano he sido formado en mi ética y en mi criterio, gracias a mis padres y al
colegio donde curse mi formación básica. En el primer ámbito (mi ética), siento haber aprendido lo suficiente como para actuar de un modo que permitiese mi convivencia amena con las demás personas de nuestra sociedad, no obstante, las buenas intenciones que caracterizan a la mencionada ética, que considero poseo, quedarían ciegas si clases de este tipo no fuesen impartidas, ya que, aunque con muy buenas intenciones sustentadas en valores aparentemente correctos, para lograr que mi comportamiento, incluyendo mis opiniones sobre temas de importancia social, sea el correcto, debo conocer la complejidad de nuestra época para objetivar lo mayor posible mi criterio. Temas como la influencia de la guerra fría en américa latina, modelos de desarrollo económico, globalización y consumo y discusiones sobre el concepto de desarrollo, han permitido que una mirada crítica crezca en mí, siendo positivo ya que un análisis reflexivo de mi actuar y de los momentos por los que atraviese la comunidad en que me halle, logrará que los aportes que pueda realizar a estos sean significativamente más útiles en términos bienestar social.