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Psicothema, 1994. Vol 6.1." 3, pp. 421-446 ISSN 0214 - 9915 CODEN PSOTEG INTRODUCCION DEL CONCEPTO DE ‘CONFLICTO DE NORMAS IRRESUELTO PERSONALMENTE’ COMO FIGURA ANTROPOLOGICA (ESPECIFICA) DEL CAMPO PSICOLOGICO Juan B. Fuentes Ortega Universidad Complutense de Madrid Se pretende mostrar la figura histérico-cultural que permita entender la génesis y la formacién del campo psicolégico (antropolégicamente espectfico) y de la disciplina psicolégica, asf como apuntar las virtudes histérico-interpretativas de dieha figura esbozando la principales modulaciones hist6rico-conceptuales adoptadas por aquella disciplina. Entendemos dicha figura como «conflicto de normas irresuelto personalmente», lo que nos exige contar con una tcoria (histrico-antropol6gica) de la persona que nos permita entender, cotio una posibilidad inherente a la formacion y el decurso histéricos de ta misma, la situacion del «conflicto de normas irresuelto personalmente». Introduction to the «personally unresolved conflict between norms» concept as the (specific) anthropological figure of psychological field. This work aims to show the historical- cultural figure which can explain the genesis and formation of the psychological field (as an cally anthropological field) and psychological discipline, and tries to point out the historical-interpretative capacities of this figure by showing the main conceptual-historical modulations adopted by that discipline. We understand this figure in terms of «personally unt resolved conflict between norms», so we need to count with an (historical-anthropological) theory of person which permits us to explain that figure as a inherent possibility of the historical formation and course of the person. 0. Introduccién general 0.1. El objetivo del presente trabajo es ensayar la idea de que es posible entender Ia génesis y la formacién de la psicologia moderna como resul- tado de una determinada configuracién histérico- cultural que caracterizaremos como conflicto de normas irresuelto personalmente. Esta idea es solidaria de la concepeién del campo psicolégico como un campo eminente- mente récnico (no cientifico, ni tampoco tecnol gico -en cuanto que suponemos a las tecnologi as como aplicaciones de resultados cientificos preexistentes-), lo que quiere decir que se trata de un campo cuyos contenidos semanticos serdn ba- Correspondencia: Juan B. Fuentes Ortega Seccién Departamental de Psicologia Basica l, Facultad de Filosofia de la Universidad Compiutense de Madrid. Ciudad Universitaria. 28040 Madrid. Spain sicamente continuos respecto de las demandas y operaciones practicas en funcidn de las cuales di- cho campo se organiza (a diferencia de las cien- cias, cuyos campos seménticos se muestran dis: continuos respecto de las demandas précticas que satisfacfan las técnicas de las que provienen por efecto del cierre operatorio generado en el interior de dichos campos (1) ). ‘Nuestro enfoque asume, pues, que el campo de la psicologia moderna se genera en funcién de unas muy determinadas demandas practicas asi- mismo generadas histérico-culturalmente, de modo que la propia contextura u organizacion (seménticas) de dicho campo se resuelve basi mente en su integridad en su propia génesis fun- ional (pragmitica) consistente en el cumplimien- to de aquellas demandas pricticas. Para entender, nn © contextura de campo psi- col6gico sera preciso entonces perfilar la configu- tacion de dichas demandas practicas, y es dicha 421 J.B, FUENTES ORTEGA configuracién la que pretendemos apresar me- diante la idea de! «conflicto de normas irresuelto personalmente>. 0.2. Nos apresuramos a sefialar que la figura del «conilicto de normas irresuelto personalmen- te» la entendemos, antes que como una mera con- figuracién sociolégica, o incluso hist6rico-socio- Idgica, mas bien como una figura de tipo antropoldgico, es decit, como una figura cultural que puede brotar de diversos contextos histérico- sociolégicos sin reducirse no obstante por esto a ninguno de ellos en particular, Se trata, podria- mos decir, de una configuracién cultural genéri- ca por respecto a los diversos contextos hist6rico- sociolégicos de los que puede brotar, a la vez que posterior a dichos contextos, es decir. generdndo- se siempre a través de dichos contextos y no al margen 0 con anterioridad a ellos. Se trata por tanto de una figura en cierto modo més amplia que la que les corresponde a las configuraciones sociolégicas historicamente determinadas, pero a la vez (antropoldgi- camente) mas precisa por lo que toca precisamente a los propésitos que con ella buscamos, es decir, a efectos de discernir la génesis y organizacién del campo psicolégico, No seri de extrailar por ello que, aun cuando sea so- bre todo sin duda en el horizonte hist6rico de la modernidad occidental donde la veamos brotar con los perfiles mas nitidos y acusados (dirfamos, con sus perfiles por antonomasia) ~y a partir de ella,a la formacidn académica de la disciplina psi- colégica moderna. pudiéramos reconocerla asi- mismo brotando -y con ella a formas mas © me- nos nitidas de psicologfa (mundana) eercitada—en otros contextos histérico-sociolégicos distintos, como podrfan ser, por ejemplo, caracteristicamen- te, la fase helenistica de la evolucién hist6rica de la Grecia cldsica, o la fase imperial de la historia de la Roma clasica (posibilidades éstas que en cualquier caso deberian ser verificadas mediante minuciosos estudios hist6ricos) (2). L. El concepto de ‘norma’ 1.1. Para construir el concepto apropiado a la figura que buscamos, es preciso comenzar por di- bujar el concepto de norma. Deducimos basica- mente el concepto de «norma» del cardcter esen- cialmente co-operative de las operaciones humanas, cuando en dichas co-operaciones vemos abrise paso alguna estructura sintéctica tal que permite que los distintos individuos (corpéreos) operatorios resulten en principio reciprocamente intercambiales respecto de las diversas posiciones operatorias contempladas por la estructura sintie- 422 tica de la norma en cuestién. Las normas son, pues, basicamente, reglas co-operativas (co-ope- ratorias, sintacticas) de construccién, que por ello mismo (por su caricter formalmente sintéctico-co- operatorio, no fisico-natural) pueden sin duda de- jar de cumplirse («infringirse»), mas de suerte que a su vez pueda especificarse (desde la propia re- gla) el sentido en el que no han sido cumplidas. Se entiende, desde luego, que estas normas han de surgir —digamos, «filogenéticamente»— del en- frentamiento entre rutinay etolégicas diversas, pe- ro la resoluciGn de dichos enfrentamientos ad- quiere formalmente la figura de una norma en el punto en que veamos abrirse paso la estructura co- operatoria sintactica que hemos seftalado. Y estas reglas de construccién pueden aplicar- se, sin duda, no s6lo a las entidades y procesos fi- sicalistas, deviniendo asf reglas de produccién de tos objetos que constituyen el ambito de lo que muchos antropélogos denominan «cultura mate- rial», es decir, de la cultura dada en el eje de los «medios de produccién» ~por ejemplo. la cultura de la fabricacién de un hacha paleolitica, de una cabafia neolitica, de un canal de regadio, de un templo, 0 de un aeroplano-, sino también a las re- laciones mismas sociales entre los hombres, es de- cir, a las relaciones inter-operatorias de los sujetos operatorios dadas en el eje de las «relaciones so- ciales de produccién», deviniendo asi una cultura (por cierto, no menos material. y siempre conju- gada 0 entretejida con la anterior) asentada en el imbito de lo que podriamos Hamar la reproduc cidn social de los medios de produccién -por ejemplo, ta cultura de las reglas de parentesco de una aldea neolitica, de las reglas (ya politicas, e: critas) de organizacién econénica de una ciudad- estado, de las reglas que rigen la administracin de una empresa multinacional, o de las reglas lin- mas del idioma hablado por una de- terminada sociedad Se ha precisar asimismo que la sintaxis que racteriza a las operaciones normadas s6lo se de- senvuelve, desde luego, entre medias de los mate~ riales especificos a los cuales en cada caso dichas operaciones se aplican, y por tanto siempre ya a la escala de las unidades morfoldgicas televantes en cada caso, sean éstas las unidades de los objetos ‘calistas pertenecientes al eje de los medios de produccidn (por ejemplo, las unidades 0 «partes» fisicas pertinentes para la fabricacién de un hacha paleolitica, o de un edificio, o de un automévil), © bien las unidades sociales de las configuraciones pertenecientes al eje de las relaciones sociales ~por ejemplo, las unidades morfoldgicas caracte- Picothema, 1994 INTRODUGCION DEL CONCEPTO COMO FIGURA ANTROPOLOGICA DEL CAMPO PSICOLOGICO risticas de determinadas relaciones sociales de pa- rentesco (pongamos, las unidades constituidas por camaridon/aesposa», «madre»/ahijos». «padrer/ahi- jos»,

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