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estudios

Evangelizar la ciudad:
líneas pastorales
Rinaldo Paganelli
Sacerdote dehoniano, docente de catequética en Universidad Pontificia Salesiana de Roma

Síntesis del artículo


El autor, experto en catequesis, afirma que todo aquello que se haga en favor de la humanización, en
favor de las personas, nos acercará a Dios y nos ayudará a evangelizar la ciudad actual.

Abstract
The author, expert in catechesis, says that everything that is done in favour of humanization, in favour
of the people, will bring us closer to God and will help us to evangelize the current city.

La renovación que necesitan hoy las parro- que solo sea durante una etapa de la vida. El
quias urbanas no llegará por vía institucional, tema de las periferias, sobre el que tanto hin-
sino por caminos abiertos por el Espíritu. El capié ha hecho el papa Francisco, nos remite
itinerario que ofrecemos no sugiere un méto- al problema pastoral de las grandes ciudades,
do, sino un estilo que hay que asumir. donde se encuentran las verdaderas perife-
rias. Las parroquias de las grandes ciudades
1 Evangelizar están llamadas a afrontar métodos nuevos de
evangelización y de acción pastoral.
Evangelizar la ciudad significa sobre todo
También sigue siendo cada vez más cierto,
concretar una oferta de humanidad para la
aunque no sea una cuestión nueva, que nos
felicidad de cada persona. Concretar todo esto
encontramos con un modo nuevo de hacer
en libertad, dando sentido y modelos de ciu-
iglesia en la ciudad. El tema nos lleva a recordar
dadanía diversas, mediante signos de encuen-
lo que Pablo hacía en la puesta en marcha de
tro entre personas, para volver a Jesús, aun-
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sus comunidades, todas nacidas en las gran- acción de la institución eclesiástica, sino una
des ciudades de su época. En las cartas pauli- manifestación vital y espontánea de la existen-
nas tenemos noticias explícitas de las comuni- cia cristiana habitual. En los países de tradición
dades domésticas de Áquila y Prisca en Éfeso cristiana antigua durante milenio y medio esta
(1Cor 16,19) y en Roma (Rm 16,5), de Estéfanas acción se ha llevado a cabo en el seno familar
(1Cor 1,16) y de Gayo en Corinto (Rm 16,23), de como parte de la educación de las nuevas gene-
Narciso en Roma (Rm 16,11), de Filemón y Ninfa raciones. En las llamadas “misiones extranje-
en Colosas (Flm 2; Col 4,15). En general los hijos ras” fue realizada por “misioneros”, con el man-
y los esclavos domésticos seguían la orien- dato de implantar nuevas iglesias en nuevos
tación religiosa del pater familias, si bien en territorios. Hoy ha vuelto a constituir una exi-
algunos casos excepcionales se les daba per- gencia fundamental que incumbe a todo cris-
miso para frecuentar los cultos que desearan. tiano en cualquier país de la tierra y especial-
La situación familiar y fragmentaria de las mente en lase grandes ciudades.
primeras comunidades cristianas demuestra, Es bien conocido, y forma parte de la expe-
por una parte, que la iglesia no es una cate- riencia de cada uno de nosotros, que el aleja-
goría abstracta, sino concreta y surgida de las miento o el mantenerse a prudente distancia de
relaciones interpersonales de los creyentes, la fe cristiana no proviene de una falta de aper-
y por otra, que los mismos núcleos familia- tura en muchas personas, sino de su concep-
res eclesiales remiten a la «iglesia de Dios», ción infantil, infantilizante, intelectualmente no
como testimonio visible de su elección y de sensata ni sencilla, y frecuentemente no signi-
su presencia. Atención que se concentra en ficativa, irrelevante para la propia vida. La fe,
las grandes ciudades. Hoy son más de cuatro- tal y como muchos se la representan (también
cientos cincuenta las ciudades con más de un personas de Iglesia), no sabe qué hacer con lo
millón de personas. Hay más de treinta mega- humano (y de su propia necesidad de realiza-
ciudades con más de ocho millones de per- ción) y no pocas veces es enemiga de lo huma-
sonas que forman ciudades muy complejas1. no: de la felicidad, por ejemplo, del placer; pero
también de la libertad y de la inteligencia. Ahora
1.1 El sentido de “evangelizar” bien, mostrar que la fe no es una mera cuestión
Con estas líneas recordamos que el concepto referida a la esfera de lo religioso, y menos aún
“Evangelizar” lo usamos en sentido estricto. una adversaria de la felicidad humana, sino una
No se refiere a la misión de la iglesia en todos oferta de humanización para la felicidad de todos
sus aspectos, sino a la directa y explícita comu- (para la alegría, diría el Papa Francisco, aunque
nicación de la fe en Jesús, Resucitado, Señor sea una alegría de precio caro) es algo decisivo
de la vida, esperanza y destino final del mun- para el futuro del cristianismo, y también para
do, con el deseo de que el interlocutor acoja su forma popular, de la que tratamos aquí. El
la fe y se haga cristiano. pueblo, la gente común, busca tener una vida
Es la acción esencial que precede a cualquier realizada, respuesta a los problemas persona-
ingreso en el catecumenado. Es una acción que les cotidianos, ayuda para vivir en este mundo.
no se apoya en un gran aparato en la reflexión Y si no encuentra esta forma de fe en los mol-
teológica tradicional, quizá porque no es una des institucionales y regulados, la busca en mil
manifestaciones de religiosidad popular, o en
otras sabidurías religiosas, o en un sincretis-
1 Lamayor parte de las grandes ciudades está en el sur mo de perspectivas, o simplemente buscando
del mundo. Las previsiones demográficas para el 2020
su propio camino de humanización. La fe no
predicen que nuevas ciudades tendrán más de veinte
millones de habitantes. El distrito federal de Ciudad de se puede reducir, no digamos ya a la inteligen-
México constituirá la mayor ciudad del mundo.
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cia, sino a la dimensión más pobre de la inteli- 11,13s para la familia del centurión Cornelio;
gencia, que es la asimilación de datos sin rela- Hechos 18,8: Crispo, junto a toda su familia;
ción con la vida. Hechos 16,31-33: el carcelero.
A lo largo de la historia se han dado casos de
1.2 Cómo “evangelizar”
pueblos enteros que se convierten tras ser bau-
De estos puntos puestos sobre la mesa nace la tizado su rey, o como las conversiones y bau-
necesidad de una pastoral de la acogida más tismos en masa en la primera evangelización
atenta a las diversas necesidades y situacio- de América. La cultura moderna, sin embar-
nes, para responder de manera adecuada a go, a partir de la idea cristiana de la importan-
las personas en una sociedad en la que crece cia del sujeto y de su libertad, no solo no con-
la descristianización. Es preciso introducir a cibe fenómenos de este tipo, sino que, por el
la persona humana entera en la totalidad del contrario, los teme como atropello de la liber-
misterio de la fe. Se pide una formación inte- tad y de la dignidad de la persona humana.
gral, que recupere las relaciones, porque la fe
El Concilio Vaticano II insiste en la obligación
es una experiencia relacional antes que racio-
moral de buscar la verdad, “pero los hombres
nal, y que dé espacio a lo corporal, a la espiri-
no pueden satisfacer esta obligación de modo
tualidad, a la oración, a la experiencia concreta.
adecuado a su naturaleza, si no gozan de liber-
En este sentido se precisa crear itinerarios tad psicológica y al mismo tiempo que de inmu-
mistagógicos, con una introducción gradual nidad de coacción externa”2.
en la vida cristiana, experiencias espirituales
fuertes, espacios de relaciones inspiradas en 2.1 La atención al sujeto
el evangelio, caminos de formación humana y “Evangelizar la ciudad” significa, por tanto, espe-
cristiana centrados en el kerigma y proporcio- cíficamente evangelizar al hombre y a la mujer
nados a la situación de cada uno, a su propio de la ciudad. Asumir su condición de vida, en
itinerario personal. Va siendo normal la nece- cuanto queda determinada por el vivir en una
sidad de aliarse con todas las agencias educa- ciudad, como factor relevante del interlocutor
tivas, para que todo lo humano sea promo- para la acción de comunicarle la fe.
cionado, en particular la familia, tal como es,
Constatamos todos que el acceso a la fe
porque la familia es la verdadera escuela de fe.
pocas veces pasa por razonamientos sino,
habitualmente, por la mediación de perso-
2 ¿A quién se dirige la nas, por el testimonio de creyentes. Una bue-
evangelización? na relación allana cualquier camino; una rela-
ción apresurada, crítica, con prejuicios, ruda
La evangelización que se pide no es la diri- o simplemente desatenta, aleja. Tal vez fal-
gida a las cosas, a las instituciones, ni a la te humanidad en las personas de iglesia, que
colectividad, sino a las personas. Se puede suele ser más evidente que la falta de fe. Un
decir que va dirigida a la ciudad. En realidad modelo bueno de fe require personas bue-
el destinatario no puede ser otro que la per- nas. Sabemos que a Jesús se le define como
sona y, al menos en la sensibilidad moderna, el buen (“bello, hermoso”) pastor (kalòs).
cada persona concreta. La razón fundamental
es que la fe es un acto de libertad y por tan- Hemos de constatar que la mayoría de nues-
to no puede partir sino de la interioridad de tros agentes pastorales son personas con una
la persona concreta. Es verdad que el Nuevo “bella humanidad”. Lo son no porque sean per-
Testamento nos ofrece testimonios de bau-
tismos colectivos, familiares: Hechos 10,47 y 2 Concilio Vaticano II, Declaración sobre la Dignidad Humana:
sobre la libertad religiosa, n. 2.
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fectos, sino por historia y por instinto, simple- tienen sus raíces en la ciudad y otros, que
mente perque viven, comparten las relaciones las tienen en otro lugar, se sienten desarrai-
familiares en las alegrías y en las penas, expe- gados. La movilidad en aumento y muy difu-
rimentan el bien y el mal, se sitúan responsa- sa hace cada vez más abundante la figura del
blemente en el mundo. Son hombres y muje- “cuasi-nómada” o del ciudadano provisional.
res creyentes en camino.
Ahora bien, el cristiano siempre es, de algu-
2.2 Cómo encontrar al sujeto na manera, un desarraigado: para el Nuevo
Testamento, hay un modelo en el nomadis-
Para evangelizar la ciudad de hoy no sirve el
mo de los patriarcas de Israel. Según la Carta
“anunciador” autorreferencial, que trabaja ais-
a los Hebreos ellos se sentían “extranjeros y
lado y desligado de todos, y aún es menos útil
peregrinos sobre la tierra… en busca de una
la improvisación en las opciones, descuidar la
patria; pues si hubiesen pensado en la tierra
formación, dejarlo todo en manos de uno solo.
de la que habían salido, habrían tenido oca-
Cada vez se siente más la necesidad de agen- sión de retornar a ella”.
tes que acojan a las personas como son, sin
“Más bien aspiran a una mejor, a la celes-
juzgar, capaces de empatía, libres de miradas
tial. Por eso Dios no se avergüenza de ellos,
moralizantes. Existe la necesidad de personas
de ser llamado Dios suyo, pues les tiene pre-
que establezcan relaciones positivas, sean
parada una ciudad” (Heb 11,13-16). En Heb 13,14
capaces de una escucha profunda y narrati-
se aplica el mismo sentimiento a los cristianos:
va por sí mismas. Concretamente se trata de
“Porque no tenemos aquí una ciudad estable,
proponer la fe sin imposiciones, despertar
sino que buscamos la futura”. Es así de mane-
las conciencias sin tratar de manipularlas, dar
ra tal que la propuesta de fe cristiana se inser-
testimonio de sentido sin petender que sea
ta, con atención y amor, en una cultura y en
aceptado por todos, anunciar la fe cristiana
el contexto de una determinada ciudad, pero
en medio de múltiples mensajes. La misión
a la vez se siente libre respecto a los marcos
de la iglesia es hacer una llamada a la libertad
culturales en los que vive y es capaz de hablar
de las personas y a sus conciencias.
a cualquier hombre, al que se siente residente
La pastoral en la ciudad lanza un fuerte reto y al que se siente extranjero.
a la formación de los “anunciadores”, a su for-
mación integral personal, sea espiritual, sea 3.1 Superación del limitarse
metodológica. En el término “anunciadores” a los puros contenidos
entran todas las personas a quienes se con-
El servicio del anuncio no se puede reducir
fía el ministerio de la Palabra. Es deseable,
a la simple trasmisión de contenidos. Es una
por tanto, que haya una formación análoga
misión y un servicio que tiende a la transfor-
a la de los seminaristas y los presbíteros. Es
mación de la existencia y a lograr la pertenen-
preciso hablar de formación humana y de fe.
cia evangélica. Y, precisamente por esto, es
un proceso de interiorización gradual de los
3 Un anuncio para valores evangélicos que sostienen al sujeto
en la gradual conformación con Cristo en la
ciudadanías diversas
comunidad de los creyentes. El carácter plu-
Una diferencia importante es la que se da ricultural y multirreligioso en el que vivimos y
entre ciudades con historia y las metrópolis dentro del que estamos llamados a evangeli-
y megalópolis modernas, ciudades sin his- zar es un contexto donde, tanto la conscien-
toria. Dicha diferencia, paralelamente, afec- cia como la praxis, parecen predispuestas a
ta transversalmente a los ciudadanos: unos contar más con el sentido de ciertas respues-
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tas en vez de con su racionalidad, presunta La opción por los pobres, un lenguaje que no
o real. Es un contexto en el que prevalece la margine a los trabajadores, un nuevo estilo pas-
búsqueda de una compensación de sentido. toral para con los no creyentes, la posibilidad
Si por una parte se ha agudizado el riesgo de de promover una mayor participación en las
un nuevo fundamentalismo religioso, por la comunidades puede llevarse a la práctica con
otra, se nos llama urgentemente a la nece- cuanto ahora dice el papa Francisco: “Salgamos
sidad de respuestas auténticas y concretas. a ofrecer a todos la vida de Jesucristo… Prefiero
una Iglesia accidentada, herida y manchada por
Por eso el anuncio está llamado hoy a hacer
salir a la calle, antes que una Iglesia enferma
propios los modelos formativos integrados,
por el encierro y la comodidad de aferrarse a
que dejan atrás formas de celosos pretendidos
las propias seguridades. No quiero una Iglesia
monopolios. No se responde a la complejidad
preocupada por ser el centro y que termine
imponiendo simplificaciones forzadas, recha-
clausurada en una maraña de obsesiones y
zando todo debate. El papa Francisco impulsa
procedimientos” (EG 49).
la nueva etapa de evangelización con gran rea-
lismo y sentido práctico: “La pastoral en clave
de misión pretende abandonar el cómodo cri- 4 Ofrecer un signo
terio pastoral del siempre se ha hecho así” (EG
La propuesta de la fe en la ciudad se con-
33), y pide a las iglesias diocesanas “entrar en
creta, en su realización elemental, en mostrar
un proceso decidido de discernimiento, puri-
que existe un lugar y existen unas personas
ficación y reforma” (EG 30), y a la parroquia que
donde es posible expresar la pregunta por el
“no se convierta en una prolija estructura sepa-
sentido de la vida y encaminarse hacia la bús-
rada de la gente o en un grupo de selectos que
queda de Dios. Junto a los “signos” gritados,
se miran a sí mismos” (EG 28).
forzados, cuando no obscenos, de la publi-
cidad, que crea falsas necesidades para ven-
3.2 Cómo encontrar las ciudadanías
der, la presencia cristiana en la ciudad debe
Ante estos desafíos y urgencias, es posible de cualquier manera volverse manifiesta, con
constatar una multiplicidad de respuestas una cualidad del signo que dé testimonio de
no todas adecuadas e idóneas para lograr la diferencia, desde la humildad y la gratui-
los objetivos propios de la evangelización. dad propias de la propuesta de Jesucristo.
La invitación a habitar lo humano y los luga-
res en los que lo humano se afirma o se nie- En las ciudades históricas de países de tra-
ga es el verdadero desafío para la evangeliza- dición cristiana la presencia de las iglesias cris-
ción. Tal vez, en vez de reenviar lo humano tianas es grande, pero su función es esqui-
a lo esencial de la vida como ámbito en que zofrénica: hay un tiempo para los turistas y
se revela la radicalidad de la Palabra, se ofre- otro para la liturgia de los creyentes. La litur-
ce el Evangelio como un vestido para tapar- gia puede ser ofrecida a todos, si es introdu-
se, dando la impresión de que la fe sea una cida y presentada de manera adecuada, como
superestructura de la existencia. El evangelio propuesta de una experiencia singular para no
anunciado está llamado, en cambio, a favore- creyentes o personas de otras religiones. La
cer un encuentro con Jesucristo que renueve visita turística, por tanto, debería ser un acto
la vida. “Jesucristo también puede romper los de acogida de la comunidad cristiana que vive
esquemas aburridos en los cuales pretende- en aquel lugar ayudando a saborear la histo-
mos encerrarlo y nos sorprende con su cons- ria y la belleza y al mismo tiempo ofreciendo
tante creatividad divina” (EG 11). explícitamente la propuesta de la fe desde la
cual y por la cual el complejo artístico ha naci-
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do y continua viviendo. La escuela de Jesucristo resulta fundamen-


En las ciudades nuevas, con poca o ninguna tal en este paso. Lo principal que se aprende
historia, la presencia cristiana podría experi- de Jesús en los evangelios no es la doctrina,
mentar la tentación de asumir formas secta- sino un estilo de vida, una manera de estar
rias, con la creación de comunidades exclu- en la vida, una forma de habitar el mundo,
yentes. Pero sigue siendo verdadero que la de interpretarlo y de construirlo, una mane-
forma fundamental de evangelización es la ra de hacer la vida más humana.
del encuentro personal, auqnue también es Su palabra tenía autoridad, a diferencia de
verdad que la iglesia se constituye al servicio la de los fariseos, porque él dice lo que pien-
del mundo y lleva a cabo su presencia en la sa y hace lo que dice. Por eso lo que anuncia
ciudad de forma pública. tiene por sí mismo su credibilidad.
Sabe aprender de los otros. Crea un espa-
4.1 Los signos de las comunidades vivas
cio hospitalario y no establece rígidamente
La tradición de las iglesias con la puerta abier- su identidad: a la vez que la regala, la apren-
ta a la plaza pública manifiesta esta caracte- de de los otros (en el caso de la sirofenicia
rística decisiva de la iglesia: pertenece a la ciu- es evidente).
dad y se ofrece a la ciudad. Es una experiencia
En tercer lugar no se atribuye nunca a sí mis-
con aspectos discutibles, pero que no hay que
mo la fe explícita que el otro profesa: «Hija, tu fe
rechazar a priori. Estas exigencias invitan a la
te ha salvado» (Mc 5,34). Reenvía al Padre lo que
acción pastoral a cuidar, so pena de una total
sucede en las personas a través de su mediación3.
ineficacia, el rostro de la comunidad concreta en
la que se acoge a las personas y se hace expe- Declinar en modo eclesiológico estas tres
rimentar los caminos de fe. En primer lugar el características da este resultado: una iglesia
rostro de nuestras parroquias. Se requiere una auténtica, también cuando es débil; una Iglesia
comunidad humana. Un modelo de fe humani- que hospeda y se hace hospedar, da y reci-
zador, con las personas humanamente buenas be de las mujeres y hombres de hoy, de las
y bellas no basta. La verdad de las palabras de familias, de los jóvenes; una iglesia humilde,
fe y del testimonio de las personas encuentra que reconoce que el Espíritu la precede y que
su confirmación o un desmentido en el mode- ella solo es su sierva. Una iglesia de la santi-
lo de Iglesia. El problema de la esterilidad de la dad hospitalaria y de comunidades eclesiales
evangelización no es catequético sino eclesio- santamente hospitalarias son la garantía del
lógico, y se caracteriza por la capacidad (o fal- carácter humanizador de la fe. La catequesis
ta de ella) de la iglesia de configurarse como tiene aquí una tarea parcial pero específica: la
comunidad real, como verdadera fraternidad, de introducir en comunidades reales y contri-
come cuerpo y no como máquina o empresa. buir a construir comunidades hospitalarias4.
Así que podríamos decir: una comunidad En este sentido hay que suprimir todas las
cristiana humana y humanizadora. La ecle- formas de individualismo espiritual, eclesial,
siología del Vaticano II debe ser cuidada: pastoral y clerical, para dar espacio a estilos
una iglesia discípula toda ella al servicio de la de acogida y diálogo que propicien relacio-
Palabra; corresponsable, con espacio real de
autoridad compatida y de articulación de los
carismas y ministerios; una iglesia extroverti- 3 Cf.
C. Theobald, Il cristianesimo come stile. Un modo di
da y solidaria; una iglesia compañera de viaje fare teologia nella post-modernità, EDB, Bologna 2009,
pp. 167-177.
de las mujeres y de los hombres de hoy, tal
4 Cf.A. Fossion, Il Dio desiderabile. Proposta della fede e
como son, con sus fatigas y con sus límites. iniziazione cristiana, EDB, Bologna 2011, pag. 53.

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nes auténticas y significativas al interior de con los presbíteros (y viceversa), de tejer rela-
la comunidad. Hacer de la paroquia un lugar ciones con otros grupos eclesiales, de parti-
de espiritualidad donde se da primacía al día cipar en la liturgia de la comunidad y de con-
del Señor, a la Palabra, y a los intercambios de tribuir a que sea bella.
experiencias espirituales. Es la hora de resti-
Quizá ha llegado el momento de no dar solo
tuir protagonismo a las familias para introdu-
crédito a las acciones que se realizan dentro
cir en un acompañamiento diversificado a la
de nuestras comunidades para salir fuera del
globalidad de la vida cristiana.
templo, de lo sacro, y acercarse a lo humano
salvando así la Palabra de Dios, precisamente
4.2 Qué signos hacer
aquella que se ha hecho carne, y salvando en el
Todo esto permite crear unas comunida- mundo al ser humano, que está hecho de car-
des que trabajan en colaboración y en red. ne. Es curioso ver cómo Dios se ha comprome-
Comunidades capaces de proyectar itinera- tido durante toda la historia de la salvación en
rios y procesos para todas las edades, crean- hacerse carne y ver cómo frecuentemente nos
do alianzas educativas. Más atentas a la mul- empeñamos en devolverle a los cielos de los
tiplicidad y a la complementariedad de las que Él vino, lejos de los espacios de lo humano
figuras ministeriales, como los equipos de donde ha plantado su tienda; en desencarnar-
catequistas, proyectos diocesanos de cate- lo y hacer que vuelva a ser solo puro espíritu.
quesis que manifiesten la parroquia como
familia de familias, constitución de ministe- Por esto el Papa Francisco nos dice: «La Iglesia
rios específicos dentro de la comunidad, en tendrá que iniciar a sus hermanos -sacerdotes,
especial atentos a las heridas humanas, plu- religiosos y laicos- en este «arte del acompa-
ralidad de itinerarios, en una realidad eclesial ñamiento», para que todos aprendan siempre
más cooperativa y flexible. a quitarse las sandalias ante la tierra sagrada
del otro (cf. Ex 3,5). Tenemos que darle a nues-
Sabemos bien que el obstáculo principal tro caminar el ritmo sanador de projimidad,
a la fe a menudo no es la fe, sino la Iglesia. con una mirada respetuosa y llena de compa-
Esta afirmación, que hasta hace poco tiem- sión pero que al mismo tiempo sane, libere y
po podía parecer irreverente, de un poco de aliente a madurar en la vida cristiana» (EG 169).
tiempo a esta parte es una humilde consta-
tación para todos los que contributen por su La reflexión y los encuentros que se llevan
parte a dar rostro a la Iglesia. La reflexión sobre a cabo o en los que se participa contienen
los agentes pastorales nos empuja a desarro- siempre dentro la esperanza secreta de que
llar un “saber estar con”, que se define como nos ayuden a responder a la pregunta más
capacidad de comunicación y de relaciones banal y seria de todas: ¿qué debemos hacer?
educativas. Pero lo podemos extender a una Pensando en la complejidad de las acciones
dimensión aún más profunda, la de saber per- en las ciudades, a una respuesta hemos llega-
tenecer de modo consciente y fiable a la pro- do: todo aquello que se haga en la dirección
pia comunidad cristiana, sabiendo asumir sus de lo humano, por las personas por encima
límites pero también contribuyendo a hacer- de todo, las comunidades, los colaboradores,
la más bella. Es un punto decisivo no solo de nos acercará a Dios y nos ayudará a anunciar-
la formación de los agentes, sino del mismo lo. Todo aquello que se haga por el Dios que
anuncio: iniciar a una pertenencia adulta y fia- se ha hecho carne, ayudará a ser más huma-
ble. Forma parte de esta dimensión formativa nos y ayudará a las personas a sanar, fortale-
la capacidad de trabajar juntos, de colaborar cerse, salvar la propia humanidad.

… Viene de la página 32
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5 Ofrecer una casa en la ciudad nismo civil). La puesta en juego de tal pers-
pectiva es evidente: ni el rechazo de la cul-
En la vida ciudadana tradicional y religiosa- tura, ni la identificación de la iglesia con la
mente compacta la iglesia se situaba en el cen- sociedad pueden honrar la tarea del anun-
tro, de modo tal que todo lo habitado conver- cio del evangelio. Tenemos aquí el concep-
gía en ella: la iglesia viva de la vida cotidiana to clave de «diferencia cristiana», una dife-
era la ciudad misma, y el edificio sacro cons- rencia a favor y no una diferencia en contra5.
tituía el punto de encuentro para dar culto al
Dios de todos. La recuperación de la espiritualidad (la evan-
gelización como auto-evangelización) no con-
Hoy es obviamente obligado un claro dis- duce a un replegamiento intimista y espiri-
tanciamiento de estos modelos. En la ciudad, tual, sino que ha de interpretarse como diri-
cada vez más “atravesada” que “habitada”, y gido a una reformulación del cristianismo y
cada vez más diversa cultural y religiosamen- del modelo de iglesia dentro de esta cultura.
te, la Iglesia debe ofrecerse como casa para De esta reformulación del modelo de cristia-
habitar, aunque solo sea en una etapa de la nismo y del rostro de iglesia mana la invita-
vida, en la que poder buscar juntos a Dios, ción a la valentía del testimonio, «la audacia»
cultivar el ideal de la fraternidad universal y o la parresía de la propuesta del evangelio en
encontrar en Jesús la fuente de una nueva los espacios de la cultura. Nada queda fuera
esperanza, la de la ciudad celestial. del mundo espiritual que es simbólico y por
Si el planteamiento pasivo y no solo activo ello interior a cada vida.
de la evangelización es importante, el punto
decisivo se sitúa en el modo de entender la pro- b) El trabajo de reinterpretación del mode-
puesta dentro de la cultura actual. La clave de lo de cristianismo y de Iglesia no puede
lectura puede ser el reforzar la capacidad de ser un trabajo hecho unilateralmente por
leer los signos de los tiempos y la convicción la Iglesia misma. De hecho, solo si la fe se
de que la iglesia tiene mucho que dar a la cul- apoya sobre algunos elementos de la pro-
tura actual, pero también mucho que recibir. pia cultura, puede ser repensada, reformu-
lada, hacerse plausible y razonable, cultural-
5.1 La habitabilidad de la ciudad mente vivible. Apoyándose así en la cultura
para dar razón de sí misma, la fe «salva» la
Es necesaria una autocrítica del cristianismo cultura, en el sentido de que la integra en
moderno, que debe volver a aprender a com- el dinamismo de la salvación y se sitúa ella
prenderse a sí mismo a partir de las propias misma como razonable, posible y deseable
raíces. Es preciso que la praxis cristiana guíe en el proprio ambiente.
la reflexión en un lento trabajo de construc-
Diversos son los escenarios que interpelan a la
ción de un nuevo modelo de ser iglesia, que
iglesia y a su tarea de hacer el anuncio en la ciu-
evite los escollos del sectarismo y de la «reli-
dad. Se trata del escenario cultural, connotado
gión civil» y permita continuar manteniendo
por un proceso de secularización; del fenóme-
la forma de cuerpo eucarístico y, por tanto,
no migratorio, que nos lleva a una situación de
de iglesia misionera.
globalización; de la situación económica mun-
a) En la práctica la planifiación de la nueva evan-
gelización requiere proponer un modelo de
cristianismo culturalmente vivible y exige 5 E.Bianchi, La differenza cristiana, Einaudi, Torino 2006.
de la Iglesia un modo nuevo de estar en el Este sabio, a partir de los estímulos ordinarios de los
acontecimientos, quiere ayudar a pensar a lo grande, a
mundo, evitando estar fuera (sería una sec- acoger en el fragmento una parte del todo, a sentir que la
ta) o el identificarse con la sociedad (cristia- diferencia aporta riqueza.
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dial, caracterizada por desequilibrios y crisis; del los métodos de evangelización estén atrasa-
escenario político; de la investigación científica y dos, sino porque las palabras del Evangelio
tecnológica; de la cultura mediática y digital que no hablan ya a la misma Iglesia. La crisis de
se impone como el lugar de la vida pública y de la la comunicación de la fe remite a la Iglesia a
experiencia social; del escenario religioso carac- una renovada escucha. Desde esta perspecti-
terizado por un retorno de la necesidad de espi- va, la crisis de la evangelización y la exigencia
ritualidad. Respecto a este mundo «nuevo», la de que se vuelva “nueva” nos envían decidi-
evangelización se convierte en «nueva» hacién- damente en la dirección de una verificación
dose discernimiento, o sea, capacidad de leer y de la fe de la misma Iglesia. La nueva evan-
descifrar los signos de los tiempos para trasfor- gelización pide una renovación de la Iglesia.
marlos en lugares de anuncio del Evangelio y de Sentimos sinceramente que se deben hacer
experiencia eclesial. No hay otro mundo mirando los anuncios desde el poder de Cristo, pues
desde fuera, aparte del nuestro. En este nuestro es el único capaz de hacer nuevas todas las
mundo el discernimiento tiene dos movimien- cosas. Con humildad toca reconocer que las
tos: asumir y purificar mediante una lectura crí- pobrezas y debilidades de los discípulos de
tica inspirada en el evangelio. Jesús, especialmente de sus ministros, las-
tran la crediblidad de la misión.
5.2 Cómo ofrecer casa
b) La superación de una perspectiva sub-
De estas dos tareas que se desprenden del
jetiva individual: evangelización nueva
punto de vista cultural, derivan algunas conse-
como reforma de la Iglesia
cuencias para la acción de los agentes pastora-
les. Son necesarios agentes que tengan la auda- Podemos correr el riesgo de reducir la con-
cia de evangelizar, a la vez que son capaces de versión a una cuestión individual. La recupe-
leer y descifrar lo que se vive, lo que va emer- ración de la espiritualidad (la evangelización
giendo, saber descifrar y reconocer también como auto-evangelización) no debe llevarnos
en los nuevos “lugares” espacios de posibilidad a un atajo espiritualista. Este es un momen-
del anuncio, por esto están en grado de hacer to en que urge la llamada a la conversión de
discernimiento, abandonando todo prejuicio. los individuos. La necesidad de “reforma” se
simplifica en una respuesta personal de “con-
Mirando lo que se mueve en nuestra realidad, versión”. No se ha de olvidar, sin embargo,
a modo de síntesis, individuamos tres conver- la otra cara de la cuestión, la que recordaba
siones de perspectiva que trazan las condicio- Pablo VI en la Evangelii Nuntiandi: la Iglesia tie-
nes mismas de la novedad de la evangelización. ne una continua necesidad de ser evangeli-
a) La superación de un enfoque funcional: zada y es evangelizadora no solo con lo que
evangelización nueva como retorno al dice, sino también con su modo de vivir, de
Evangelio por parte de la Iglesia organizarse, de ejercer la autoridad, de utili-
zar los propios recursos humanos y econó-
Es decir, pensar que la renovación de la evan-
micos, de valorar en su interior los diferentes
gelización en nuestras ciudades consiste en
carismas y ministerios, de establecer relacio-
el cambio de los métodos o de las estrategias
nes, de juzgar la cultura y de entrar en diá-
o incluso en un simple compromiso renova-
logo con las mujeres y hombres de hoy, de
do por parte de los evangelizadores. Si las
sentirse una “Iglesia en el mundo contem-
palabras de la Iglesia no pasan al interior de
poráneo” y no una Iglesia “frente” al mundo
la vida de las ciudades, no es primeramente
contemporáneo, etc. La “conversión” espiri-
porque las personas no comprendan o sean
tual subjetiva debe también convertirse con
peores que las de otros tiempos, ni porque
52 Misión Joven • N.º 467 • Diciembre 2015

valentía en “reforma estructural”, para que el don del Evangelio pero también lista para
el Evangelio sea comunicado por la Iglesia recibir una palabra de Evangelio que el Señor
de manera coherente, tanto por sus pala- nos reserva en las mujeres y en los hombres
bras como por el modelo que adopta en de hoy, más o menos creyentes. Este senti-
la historia. Lo que supone un obstáculo al do de la reciprocidad se basa en la convicción
evangelio en la gente, creyentes incluidos, de que Dios actúa a través de la iglesia como
no es la fragilidad de las personas individua- vía canónica, pero no deja encerrar su amor
les, de los sacerdotes o de los obispos o de solo en los confines de la iglesia misma. La
los cristianos. El obstáculo mayor viene de Iglesia tiene tanto que dar como que recibir.
las estructuras eclesiales, por sus funciona-
De hecho solo si la fe se apoya sobre algunos
mentos internos.
elementos de la propia cultura puede repen-
En nuestro caso, la renovación de la evan- sarse, reformularse, hacerse plausible y razo-
gelización requiere sobre todo la conversión nable, culturalmente vivible. Apoyándose así
de cada creyente concreto (auto-evangeli- en la cultura para dar razón de sí misma, la fe
zación), y toma cuerpo como reforma del “salva” la cultura (la integra en el dinamismo de
modelo de Iglesia, a fin de que todo en ella la salvación) y se sitúa ella misma como razona-
hable del Evangelio, a fin de que las palabras ble, posible y deseable en el propio contexto.
sean visibles en la forma de vida y el modo
de vivir sea explicado con las palabras. Esto
no es nada distinto de sacar las consecuen- 6 Conclusión
cias para la Iglesia del mismo estilo de Dios: En nuestras ciudades se debe aprender a
«hechos y palabras intrínsecamente conexos vivir el evangelio cambiando. Dejar sin nos-
entre sí, de forma que las obras realizadas por talgia aquello que no abre caminos al reino de
Dios en la historia de la salvación manifies- Dios y estar más atentos a lo nuevo que ger-
tan y confirman la doctrina y los hechos sig- mina. Volver con sencillez a la novedad prin-
nificados por las palabras, y las palabras, por cipal del evangelio, sabiendo que lo nuevo
su parte, proclaman las obras y esclarecen el no es necesariamente diverso, sino todo lo
misterio contenido en ellas» (Dei Verbum 2). que sea más coherente y más fiel a Jesús y
c) La superación de una perspectiva unidi- a su proyecto del Reino. Esta serena valentía
reccional. Evangelización nueva en el sig- sostiene también la mirada a la ciudad con-
no de la reciprocidad temporánea. No nos sintamos atemorizados
Podemos inconscientemente pensar que por las condiciones de los tiempos que vivi-
nosotros tenemos el Evangelio y el problema mos. Nuestras ciudades están llenas de con-
es hacerlo llegar a los otros. Se plantea aquí la tradiciones y de desafíos, pero siguen siendo
delicada cuestión del encuentro con las cul- creación de Dios, heridas, sí, por el mal, pero
turas: la mirada que la Iglesia dirige a la cultu- siempre ciudades puestas en un mundo que
ra y el proceso de inculturación que pone en Dios ama, terreno suyo, en el cual puede reno-
acto. Una de las evoluciones o conversiones varse la semilla de la Palabra para que vuelva
que hay que realizar es esta: el paso de una a dar fruto. No hay lugar para el pesimismo
Iglesia que se asoma a la ventana de la histo- en las mentes y en los corazones de los que
ria, la juzga y establece la terapia, a una Iglesia saben que su Señor ha vencido a la muerte y
que está dentro de la historia como compa- que su Espíritu actúa con poder en la historia.
ñera de viaje, lista para poner a disposición Rinaldo Paganelli

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