Está en la página 1de 13
Conn i DIMENSION BiBLIca DE LA ESPERANZA Y DE LA UTOPIA Porta eparnza, ol amor mide ls psbilidades qe a bir ba abieto. Pore amor, la esperanza encaming ‘ode hacia las promaat de Dir (-Matemann) Enel primer capftulo, vefamos los signos del facaso de las stopfas. Estos ‘ignos van mis lejos. No s6lo sefialan la crisis yIa decrepitud de las uto- pias, sino que llevan la esperanza al banquillo de los acusaos. £! impetio del raconalismo, que acentia el aspecto programético, es- ‘ructural, repetitive, reproductivo y previsible-planeable, a costa de lo afectivo-imaginativo, espontineo, personal-relacional, creativo, original ¢ imprevsible, genera cierto desinimo, decaimientoy hasta desesperana, El desarrollo de la estadistca con sus célculos de probabilidad con mér- {genes de error cada vez menores aun respecto de acciones que dependen de Ia libertad humana, tiende a sefalar expacios cada vez menores a la lega a su negacién total y se le esperanza. Al final de este proces cenvia al mundo de la mitologia griega\ 1B. Skinner, 0 mito da lero, El Bloch, Rio de Jancro, 1972 155 1M BLBLICA DE LA ESPERANZA Y DE tA UTOPIA ide resolver todos los problem: ireunstancias, el futuro aparece como creacién del hombre y cada vez més como resultado ‘matemiticos, realizados por aparatos cada vez més sofsticados?. el psicoandlissy la soctolagta del conocimiento intima del hombre, su modo de pensar, sas, son determinados por sus estructuras internas 0 por condiciones socioculturales. De este modo prescinden del resorte de la esperanza, la fuerza libre y creadora del hombre. a biogenééea pone todo su esfuerzo en descifrar el cédigo genético. Con esa descodificacién pretende descubrir el tim ‘mano, para dar al hombre la posibilidad de mani tucién psico-orginica futura probeta, programado en un EI desarrollo tecnolégico ha producido una amenazadora paradoja. Por tun lado, los primores de una programacién esmerada parecen ofrecer al hombre el méximo de seguridad. Para cada aparato dé control, se erea ‘otro que lo controle, y se produce asf una fila ilimitada de controles. Ahora bien, cuando este control llega al extremo y las informaciones se han centralizado y ordenado por comy ide tales ins- tancias pone a toda la humanidad en la més completa inseguridad. No tenemos idea de cusntas veces hemos estado al borde dé una guerra rtémica por fllas en los sistemas de control, por alain error de lectura de alguna computadora, Sin le insania del hom bre que, al apoderarse de armas dotadas de un inmenso poder destructi- instante desencadenar una catstrofe. Ultimamente ful vo, puede en ‘mos sorprendidos por obra y gracia de rusos y norteamericanos, por lo 2, J. adie, Or def da rao, O defo do etc eda acai 2 cute ‘ead. bras, Ed. Ves, Petépolis, 1979. 3. AL Hudey, Admin mundo no trad. esp., Un mando fle, Portia, is Mundos, Livros do Bra, Lisboa, #8; co, 1988, Hay una vedadera falta de control del hombre sobre os obetos. No hay pro- porcién entre su madurez individual y 0% ble poder destructivo, Aumenta la delincuen- ia infantil ju ido tanto a las precarias condiciones humanas de ceducacién, como al facil acceso alos instrumentos de muerte. No solamente los objetos mortiferos generan inseguridad y desespera- i; proce mismo elo el prt de milter coms, qu scan consumismo desenfrenado; crece el desperdicio productivo, aimentado ‘por la mistica del progreso, que devora y destruye los recursos no renova- bles de la tera, y contamina inmensas regiones, en ocasiones de manera précticamente irreversible, El gran excindalo que actualmente se hace en la Amazonia refleja, en parte, esta situacién. En ‘un nivel mis profundo, el ser humano no logra dar sentido a este proceso, de gigantescairracionalidad. ¥ ese sin sentido le devora el corazén, le apaga las lamas de la esperanza y le corroe el aliento existencal utopfs, En el universo liberal. nidad y libertad ha producido sistemas marcados por abismo entre pobres y ricos, con vergonzosa desigualdad. Los caracteriza elviolento conflicto de clases, que acaba con cualquier forma de fraterni- dad y somete a los pobres a crucles y sutiles aparatos de represién, en flagrante oposicién a la tan cacareada libertad. Incluso cuando la situa- ‘ién econémica logra una mayor igual cin y creacién de condiciones para una més ampli libertad, como acon- tee en ls pate cnr dl dices del nivel de insatisfacién son alarmantes; de ello es una expresién preocupante el sumento de los suicidios *. Otros signos de os decade y de la falta "Antgosc novos toes em matéea de suicilo", en Cnciom, 1985, n 199, p.25 137 uroria Y ESPERANZA CRISTIANA de esperanza son las huelgas, los movimientos de contracultura, el uso de 4as drogas. Agrava la situaciGn el hecho de que el crstianismo'en su forma histrica aparece demasiado comprometido con el Occidente capitalists, lo que extingue su poder esperanzador y le desacredita a causa de su impotencia para transformar con urgencia la realidad. 1 mundo sail, atando al pueblo en partidos manipulados, tampo- 0 ha logrado realizar su deal de democracia popular. Muchos sintomas del capitalism, ya sefalados, aparecen también en los paises socialists, de modo que la falta de esperanza se extiende como una mancha de aceite. {La crisis de los dos bloques, sin horizonte de superacién préxima, a no ser en un nivel de bienestar meramente material en algunos patses centrales (mundo capitalista) o en un movimiento de liberacién de desen. lace inseguro, como la perestroika rusa, ha cerrado atin mis el horizonte de la esperanza. Por eso, los pensadores van mis lejos y hablan de una cis del huma- ‘imo ocidental, que esté dando lugar al nacimiento de ant-bumanismos* El ujeto es substituido por el impersonal “se”. La atencién se concentra en el estudio de estructuras impersonales de textos, en exanto relecién de signos entre si,yse pone entre paréntesi el sujeto que habla oa quien se abla. Con frecuencia se entrega el mensaje ala frialdad de low aniisie structurale. El pensamiento técnico causa estragos en el pensar a tots, lidady en la idea que el hombre moderno tenfa de sf mismo. Este gasta lo fas ena produccién y en el consumo de bienes mate- 1 le falta “tiempo para esperar”. Campea la industaliaciGn de la ‘mentira, bajo el nombre de propaganda, En este comercio, la verdad se convierte en una mercanciaraa, de mode que elescepticismo fro subs. Btaye a la cde esperanca. Con ironfa triste, un autor escibe que “la esperanza no pasa de ser un charlatin que nos engafa sin cose” (Chamfort). En la misma linea, otro escvitor aiade que la esperanca es “engafiadora y solamente sirve para llevarnos al fin de la vida por tm camino agradable” (La Rochefoucauld). Por eso, un teloge francés 5: HG: Lime Vas, Humane «on-himasin em ft do entnanen sold ee, mimeo, Ibrades, Rio de neva, 1971 158 DIMENSIOW BIBLICA DE LA ESPERANZA Y DE LA uroria pudo escribir que “hace mucho frio en un mundo en el que Dios ya ha rmuerto"®, ‘América Latina ~frecuentemente llamada el continente de la esperan- 23, del faturo~ también ha sido sacudida por ondas de dsaiento. Los movi- 'mientos vigorosos de liberacién de la década de los 60 fueron aplastados por violentos golpes militares, seguidos de fuertes dictaduras. En algunos después de éta, la sitacién no se ha vuelto més esperanzadora ttuclinarias manifestaciones de jébilo y esperanza que hubo cuan- régimen represivo militar brasilefio, concen- tuadas de modo especial en la exigencia de “elecciones directas ya", termi- naron en la melancilica instauracién de un gobierno sin credibilidad ni autoridad moral, que cre6 el actual marasino desesperanzado, paises Nos surge la pregunta de si el desencanto y el scepticism, la tenta- cién de la desesperaci6n son solamente circunstancias acentuadas por el ‘momento actual o tienen una rafz més profunda en el mismo ser hurma- no. 2¥ qué nos dice la religién y de modo especial larevelaciGn cristiana sobre este hombre, tan amenazado por la angustiay la desesperacin? 1. La religin y su relacién con Ia utopia El ferdémeno religioso es demasiado complejo como para despachar- Jo en un pirrafo, Pero, como no se puede hablar de utopia sin al menos zmencionarlo, a guisa de provocacién de reflexiones posteriores, sefala- ‘remos dos puntos acerca de la relacin entre la religiny la utopia. {a reign es una fuente inspradora de utopias, El fendmeno religioso se vive, en muchos casos, como verdadera nostalgia de lo Sagrado, de Dios. Al volverse hacia el futuro, el ser humano aspira a un encuentro con la realidad sagrada, con un Ser personal plenficante, no presente pero pro- fandamente deseado. Se hace la experiencia de la ausencia de una realidad querida y est- ‘mada, Se sientesu falta, nace el deseo. Surge la nostalgia. La nostalgia de 6 Laurentn, Nowell dimension dePepance, Du Cerf, Pals, 1972, pp 7-19. 159 UTOPIA Y ESPERANZA CRISTIANA DIMENSION BIBLICA DE LA ESPERANZA ¥ DE LA UTOPIA Dios alimenta un sinniimero de gestos religiosos que tienen una profun~ da afinidad con la utopfa. En la medida en que a religidn habla al hombre dde su meta final, de una plenitud lta, le hace imaginar tal realidad. En algunos casos, los hombres la han pensado dentro de la historia. Y estas creaciones se aproximan mucho a las utopfas. Otras veces, sin dejar de creer que se trata de una realidad trascendente, han imaginado situacio- nes terrenales intermedias, anticipadoras de la plenitud final. Asi, en ambos casos, la religin ha sido inspiradora de utopias’ Pero la religin también puede inibir las utopias, Esto sucede sobre todo cuando se presenta como posesién actual de Dios realizada mediante los, titos, Estos no mtran hecia el futuro, sino responden al deseo humano de poscer ya lo divino y disponer de él, En este momento, la religin fija al hombre en ef presente, como ya poseedor de Dios, y le bloquea toda posibilidad ut6pica. Le trae una felicidad presente 0, por lo menos, la certeza de que ya posee el futuro y por eso no necesita erear nada en la historia. En una palabra, la religién se vuelve enajenante, porque desvia las aspiraciones humanas a un futuro absolutamente sobrenatural, trascen- dente, que se ha de conquistar en la vida eterna, hacia un presente ya poseido por medio de los ritos y gestos religiosos. Por lo tanto, ya no hay lugar para ninguna construccién humana en la historia ala que se oriente Ia utopia, 2, Experiencia teologal de la esperanza en el Antiguo Testamento 4) Experienciafundant del pueblo El pueblo de Israel hizo una lectura teolégica de su historia, que nos ha sido transmitida en los libros de la Eseritura, Los exegetase historia- dores procuran, a su vez, reconstruir, de la manera més aproximada al 1. R. Alves, Da operons, trad. bras. Papyrs Campinas, 1987, pp, 103-151 160 acontecimiento, la historia, que es la trama subyacente de la autocon- ciencia teolégica de Isracl. El pueblo de Israel se constituye con sus diversas tribus en una unidad sis consistente con una tradicin ya, en cierto modo, unificada, mucho iis tarde respecto de los relatos abrahimicos o, incluso, del Exodo. En la Asamblea de Siquem (Jos 24), realiada al rededor del afio 931 aC, donde las tradiciones de as tribus manifiestan ya cierta unificacién alrededor de un solo grupo y de una sola historia, todavia percibimos ‘grupos distintos cuando Josué claramente 10 quieren servir a Yavé, digan hoy mismo a quignes servirén, sia los dioses que sus padres mn en Mesopotamia, 0 alos dioses de los amorreos, que ocupaban lpn en que ahora vven ustedes Por mi prt, yoy los miosservremos a Yavé” (Jos 24,15). Y todo el pueblo proclama que quiere servir a Yavé. Y entonces as tribus que no hicieron la experiencia de la liberacién de Egipto se agregaron ala alianza, Laalianza celebrada en Siquem no tenfa una finalidad politica inme- diata, Una comunidad sagrada unfa a las tribus en la adoracién del Dios Yavé y en el cuidado de un santuario comitin, En el plano politico, las tri- ‘bus gozaban todavia de plena autonomfayvigilaban su propio terttorio Solo més tarde, durante el reinado de David, se entablaron nuevos con- tactos entre ls tribus. Y, Finalmente, la unin de ls “doce” tribus slo se realizaré realmente al rededor del templo de Jerusalén, después de Salomén, con la reforma de Jostas?. 1) Lectura teolégca del pueblo de Israel Nos interesa sobre todo Ia Lectura teolégiea que el pueblo hizo de sus dlversas tradiciones, cuando ls unificé para formar un solo rlato-histo- fia, que arranca etiolégicamente desde Abraham. Y la experiencia que 8, °G. von Rad, Teli do Antigua Testaments, vy trad bra Aste, So Paulo, 1973, ‘pp. 334; ead. esp, Sigueme, Slamance, 1990 [Noszo pais not contarim. Nova leluura da histria sagrada, ‘Vous, Ptrépais, 1984, 161 wroria ESPERANZA CRISTIANA Ja columna vertebral de la historia de propia existencia, como un don promet prometida siempre aparece como més plena que la realmente vivid: pueblo slo puede vivir en la verdad de la esperanza, pasando por el regreso de Babilonia hasta la creacién del nuevo pueblo ‘con el cristianismo, Israel experimenta el presente, esperando un futuro mis promisorio. Abram es el simbolo del comicnzo de esa historia. Al cambiarle el nombre a Abraham, se convierte en la encamacién de la esperanza del pueblo (Gén 12,1-3), Dios no le revela doctrinas sobre la divinidad. No se trata de ninguna comunicacién de secretos divinos. No se crea una religién de la naturaleza con sus rtos y misterios sagrados, tan comin en los patses circunyecinos. Dios simplemente promete. Desvi la mirada

También podría gustarte