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24 HORAS EN LA VIDA DEL URUGUAY 31 DE MARZO DE 1933 Cuadernos de MARCHA es una publicacion urvguays mensual, editada por MARCHA en’Tall Grat. 99°80 Director: Carles Quijano Bartolomé Mitre 1414 - Telét.: 8 56 69, 91 33.25 y 90 51 9 Casilla de Correo NO 1702 Montevideo = Uruguay ® Cuadernos de MARCHA de los articulos originales ¥ de las traducciones en castellano, DEPOSITO LEGAL N? 31.265 Impreso en Uruguay - Printed in Uruguay Cuadernos de MARCHA NUMERO 76 EEE sctor Gabriel Terra asumis la presidencia de ts Repibiiea af 18 de marzo de 1931, Era una presidencia la de entonces, que tet: 2 fuerza; pero no gobernaba. Ademés de ejercer la representacién dal pidé Yen el interior y el exterior” s6lo dependian de ella —y era bastante como se vio y el constitu yente debié haber previsto— el ejército y la policia. El gobierno, estaba en ma- nos del Consejo Nacional. “Corresponde al Consejo de Administracién —decfa el articulo 97 de la Constitucién— todos los cometidos de administracién que expresamente no s@ hayan reservado para el Presidente de la Repiblica 0 para otro poder.” Tan pronto legé a la presidencia, el sefior Terra inicié una campafia pro reforma de la constitucién. En realidad, se trataba ademas de reformar ante todo el procedimiento de reforma establecido por la misma constitucién. Esta exigia dos tercios de votos del total de componentes de cada cimara en una primera legislatura e igual mimero de votes en la siguiente. El sefior Terra, proponia que la reforma constitucional se hiciera directamente por la via #ip an, plebiscito. O sea postulaba inicialmente la violacién de la constituciém ito” fue la consigna de los gestores del golpe EI 30 de marzo de 1933, el sefior Terra recurrié a las “medidas de segurie dad”, (Ver el mensaje en la pagina cuatro de este Cuaderno). La Asamblea General se reunié el mismo 30 de marzo a las ocho de la noche. En la madrugada del 31 —“a las 6 horas y $2 minutos del dia 31” es- blece con precisién la constancia oficial— la Asamblea dejé sin efecto las medidas. La respuesta fue el golpe. Este Cuaderno se limita a mostrar, a través de documentos bisicos, la marcha de esas veinticuatro horas en la vida del Uruguay. Entre dichos docu- mentos damos uno, hoy poco conocido y ademis prdcticamente inencontrable: Ja versién integra de esa iiltima sesién de la Asamblea General. Es una radiografia muy completa del Uruguay politico de hace cuarenta afios. Un préximo Cuaderno aportar otros documentos que mostrarin las caus sas del golpe. Las consecuencias del mismo legan hasta nuestros diay EL PARLAMENTO FRENTE AL GOLPE Versién completa de la reunion de la Asamblea General en la noche del 30 al 31 de Marzo de 1933 1 En Montevideo, a los treinta dias del mes We marzo del afio mil novecientos treinta y tres, fiendo las veinte horas, entran a la Sala de Besiones de Ia Asamblea, los sefiores senadores: Macedo, Larreta, Ponce de Leén, i, Pérez Aquino, Rospide, Patrén, Batlle Pacheco (don Lorenzo), Andreoli, Brum, Bonnet, Viera (don Claudio A.), Cabrera, Benavides, Sosa, Camacho y Vazquez (don Manuel 1.); Vy los sefiores Representantes: Aldama, Algorta, Alonso Montafio, Alzamora, Antia Errandonea, Arena, Arrillaga, Arrieta, Astiazarin, Astorga, Bado, Batlle Berres, Batlle Pacheco (don Ra- facl), Benia Rovira, Brause, Buquet, Bustillo, Carbajal Victorica, Carballo, Carbonell y Mi- gal, Castro Onetti, Coronel, Cosio, Charlone, Gerdeiras, De Castro, De Dovitiis, De Mula, Dominguez Cimpora, Dufour, Echeverri, Espal- ter, Etchepare, Fasciolo Siri, Ferndndez Crespo, Ferreria, Ferla, Fontana, Fusco, Galli, Gamba, Gomensoro Ruano, Gémez, Gonzilez Vidart, Grauert, Grucci, Guichén, Guimaraens, Haedo \(don Eduardo Victor), Haedo (don Jorge Ma- nuel), Hughes, Lanza, Lapetra, Lazarraga, Lla- 46, Maccié, Martinez, Massiotti Silveira, Melo, ‘Minelli (don Agustin), Moroy, Navarro, Nunes Ribeiro, Olivera Ortuz, Oller, Otamendi, Pa- seyro, Pedragosa Sierra, Pérez Moré, Pérez \(don’ Saviniano), Pintos Curbelo, Puig, Regu- es, Rodriguez Fabregat, Romero, Rossi (don ‘César I.), Rossi (don Mario), Sanchez Varela, Santos, Schinea, Seco Ila, Semino, Solares, Stewart Varwac Sudrer Terin. Troitifio, Va- jiio_y Sueiro, Vasconcellos, Vazquez, Viera (don ‘Atanasio'G.), Viera (don Rivera S.), Vie fia, Ximénes, Zavala Muniz y Zubiria, Total: 115. Faltan: Con licencia, los seffores senadores: Vianna y Ponce de Leén, ‘Total: 2. Con aviso, los sefiores Representantes: Mas nini Rios, Odizzio y Urioste Olivera. Total: 3. Sin aviso, los sefiores Representantes: Ami- ghetti, Anfuso, Arrarte Corbo, Bonino, Bura- nelli, Camps, Casas Aratjo, De Leén, Echeni- que, Gonzilez (don Lisardo R.), Gonzdlez Ola- za, Gutiérrez, Inciarte, Mac Coll, Menéndez, Prando, Quesada, Ruggia, Salguero, Seoane y Tarabal. ‘Total: 21. 2 ‘ior Presidente. — Se da cuenta de haberse xecibido un pedido de citacién firmado por el néimero reglamentario de legisladores. ‘Léase. (Se lee): “Montevideo, 30 de marzo de 1933. Setior presidente de la Asamblea General, doctor don Salvador Estradé: Sefior presidente: De acuerdo con las disposiciones del articus Jo 3° del reglamento de la Asamblea General, solicitamos al sefior presidente se sirva citar a la misma, para celebrar sesién extraordinaria y CUADERNOS DE MARCHA urgente en el dia de hoy, a la hora 22, a fin de considerar las medidas extraordinarias de se- guridad tomadas por la Presidencia de la Re- piiblica. Saludamos al sefior presidente con nuestra mayor consideracién. — L. Enrique Andreoli — Rogelio Sosa — E. Rodriguez Larreta — Bdi- son Camacho — Lorenzo Batlle Pacheco — Jorge Carbonell y Migal — Antonio Gustavo Fusco — Luis A. Brause — Mario A. Fonta- na — Luis Batlle Berres — Jorge Manuel Hae- do — O. Pedragosa Sierra — Daoiz R. Cerdei- ras — Liber Troitifio — Vicente Grueci_ — Francisco Bustillo — Claudio A. Viera — Ra- fael Batlle Pacheco.” —Se ha recibido también un mensaje de la Presidencia de la Repiblica, al cual se dard lectura. —Léase. (Se lee). “Presidencia de la Repiblica. Montevideo, 30 de marzo de 1933. A la Asamblea General: El presidente de la repiblica no quiere, no desea, no busca Ia. dictadura. Por el contrario la repudia como procedi- miento para fundar sobre su base el predominio personal de un hombre o de un circulo. Lo ‘inico que el Poder Ejecutivo desea pa- tridtica y ardientemente es la consulta popular, para que el pueblo soberano pueda decidir sus propios destinos, resolviendo la tremenda crisis politica que se ha desatado sobre la reptiblica. En su mensaje del 15 de marzo calificé ya la situacién creada reclamando de Ia Asam- blea la sancién del plebiscito, en su cardcter inaplazable de ley, de tranquilidad social. Esto no obstante algunos miembros de los Poderes piblicos (legisladores ¢ integrantes del Consejo Nacional) le atribuyen a la Presiden- cia de la Repiblica propésitos subversivos co- mo sc comprueba en el manifiesto que dirigen a los ciudadanos en el diario del Ministerio del Interior, que funcionar& CITANFRNOS DF MARCH® en determinada tecna.~ De manera que 10s es- critos de los periodistas, la palabra de los hom- bres de pensamiento que tienen fueros de legis- Jador, debe pasar por las antesalas del Ministerio del Interior para que cualquier mequetrefe ofi- cializado le ponga el “Visto bueno”! (jMuy bien! Aplausos en la Asamblea y en Ja Barra.) —Yo, sefior presidente, he atravesado mo- mentos muy amargos en mi vida politica, por- que he estado siempre, invariablemente, en la oposicién; porque he luchado denodadamente contra todos los gobiernos; porque he estado con- tra batllistas, contra riveristas y contra todo el Partido Colorado: porque he tenido el honor de que el grupo nacionalista en masa me reeligiera muchas veces para representarlo en las épo- as en que estaba unido, y ahora tengo también ese honor del sector a que pertenezco. He hecho periodismo durante veinte afios; he pasado épo- as oscuras, he luchado contra la tiranfa, y de- claro que nunca habia recibido un documento de esta clase! De tal manera hemos retrocedido, que debemos Hegar probablemente a las épocas de Santos @ de Latorre para encontrar un epi- sodio semejatet (j Muy %e23 — Murmullos en la Barra.) Sefior Viera (don Claudio A.) — El que preside el gran comité, es ahijado de Latorre. Sefior Rodrfguez Larreta. — Uno de los or- ganismos que mas orgullo arrojan para el pafs, que yo creo que ni los mas enconados enemigos de los entes auténomos se atreven a desbaratar y acusar, la Usina Eléctrica del Estado, que es una de nuestras grandes riquezas —espero que no seré vendida al extranjero, como se dice—, la Usina Eléctriea del Estado, sefior presidente, acaba de recibir una afrenta no menor que la que ha recibido un periodista independiente: Han entrado al local de las deliberaciones de ese organismo —dirigido por un niicleo de hom- bres que ha tenido el honor, hace poses dias, de inaugurar una usina termoeléctrica, que es un honor para el pais, como signo de prorpeti- dad y de riqueza—, diez 0 veinte hombres ar- mados de méuser. Esta es la tarea a que dedica el presidente de a repiblica el ejéreito que pu- simos en sus manos para defender las institu- ciones; ésta es la tarea que encarga a ese ejér- cito que ha constituido el culto de nuestra de- mocracia y el honor hasta ahora, y que espero, a pesar de cualquier momento sombrio y de cualquier encrucijada de la que quisiera mez- clarse, ha de salir todavia con honor de ella, porque espero que el llamado a su conciencia que tal vez no encuentre ya eco en el presi- dente de Ia reptiblica, demasiado engolfado en sus oaios y en sus amorawms poreress—, pero que fo encuentre en alguno de lot hom bres que sean Ilamados a participar en esta tw rea verdaderamente. .. (Murmullos. No se oye.) —En realidad, el mensaje que se acaba de leer, no puede siquiera ser discutido, porque al presidente de la repiblica ha tomado medidns que no intenta ni siquiera fundar: ha destruids la libertad de reunién, ha destruido la Ubertad de imprenta y ha realizado varios ataqer 1 mane no armada contra organismos completamente pacificos y apoliticos del pafs, y no intenta si- quiera explicar por qué ha tomado estas me- didas —porque la expresién de la libertad de pensamiento, realizada en una forma enérgica, Valiente, si se quiere, pero jams injuriosa, por- que debo declarar que de mi pluma no ha sur- sido nunca una injuria para el presidente de la repiiblica, sino simplemente Ia critica sincera de sus errores, como antes surgié el elogio de algunos de sus actos acertados—, el ataque a la libertad de la prensa, repito, realizado en el dia de hoy, es un ataque que ni siquiera se intenta justificar, ya que no se dice una palabra. De tal manera parece quemar las manos un atro- pelo semejante que no hay una Kinea que 9 refiera a la medida que, como dije, hace cua« renta afios el pais no eonocia. El ataque a Ja libertad de reunién tampoco ha sido justificado, ni menos el atentado contra Ja Usina Eléctrica de Montevideo, ya que ni siquiera leemos en el curso del mensaje una sola referencia por qué fue posible arraricar del sal6n. de sus sesiones al directorio que preside, con perfectas aptitudes legates, y eolocar en él’a un capitan del ejército, con sats euantos méuseres a su alrededor, para, t9l-siza, hacer creer que fe dirije ast mejor los intereses piblioos y, pre bablemente, para preparae quién sabe qué epl- sodio trascendental en Ia vida del pais. Somot 1a pals pequefio, un pais no rico, de escasos nequiiaas sustefiales que, entre los colo- sos de Améics, qie ‘nos rodean, contébamos con una éeim virtad: tenfamos el orgullo, si se quiere Iz, yanitiad de ser superiores ellos en cultura polftica y en civilizaciéa. Ese orgullo constitufa la parte que yo Ilamaré sustancial de nuestro temperamento y de nuestra idiosincrasia, Nos sentiamos realmente superiores en el pensas miento y en la comprensién de la evolucién de los pueblos. Y bien: ese Ginico orgullo, esa tinica satisfaccién que nos permitia mediar en el cone cierto de las grandes potencias con alguna va- nidad y con alguna satisfaccién, ha sido ene terrado en el dia de hoy. Nuestro nombre irk @ aumentarse al de otras tantas pobres repu- Dnquerss ee sucamerica manejaaas 2 golpes de sable y a bocinazos de cuartel por los audaces que se encaraman en los puestos y por otros que, & su ver, los desalojan de ellos. ‘Yo, por m{, confieso que casi tengo una “detente”, como dicen los franceses, ante un episodio semejante. Estaba de tal modo ago- tado, de tal modo relajado el espiritu civico, al ver el especticulo que con la complicidad de los altos magistrados estibamos dando mes @ mes, semana tras semana, que ya poder ver todo Io que hay detras de ese engranaje, casi ¢s una tentacién: para ver si hay hombres ca- paces de corromper y deshonrar al pais; para ver si es cierto que el ejército es realmente un instrumento servil que, puede ser empleado al servicio de cualquize vislaz, de cualquier atre- vido, de cualquies: suBvertidor de las normas, de cualquiera que esgriina los poderes que se le dan para destruir, desviar la misién de esa rama de la actividad nacional; pero si_para mf se presenta ese estado de espfritu, y si siento real- mente que era necesario que esta crisis se pro- dujera, para que supiéramos de una vez donde stdin los hombres que estin dispuestos a defen- der en todos los momentos las instituciones v el honor del pais y aquellos que se han servido de estas palabras, mientras les sirvieron de pel- dafios para escalar las altas posiciones, pero que no tienen inconveniente en arrojarlas a un ca- nasto cuando son un estorbo para proseguir en sus planes; en cambio, digo que por el pais ¥ por esos hombres que estin realizando esos actos experimento una gran listima. Me da \stima verlos, porque sé que su triunfo sera efimero, tan efimero como no Io suefian porque confio en las fuerzas morales de la nacién (Aplausos en Ia Asamblea y en Ia Barra.) «porque tengo la seguridad de que, si hoy nos espera detras de alguna columna algtin militarote envalentonado para mandarnos al des- tierro o a la cércel, no pasar tiempo en que el ciclo del motin haga sus victimas a los que hoy Jo engendran. Se sabe cémo se entra en estas aventuras siniestras; pero no se sabe nunca eémo se sale y yo sé que yo saldré con la conciencia mi honor Hipion y sé también que ells el jin con su honor manchado y deshonrados para siempre. (jMuy bien! Aplausos en la Asamblea y en la Barra.) —Sefior presidente: sin el deseo de precipi- tar los acontecimientos, con Ia conciencia serena, el grupo nacionalista independiente ha presen- tado la mocién que ha creido indispensable pre- sentar. Consideramos que no estn absolutamen- te fundados los motivos de las actitudes asu 16 por el Poder sjecutve, y que sncnos Jo estan cuando, precisamente, lo que quiere contener € impedir es lo que tiende a mantener el orden y la legalidad, y lo que quiere excitar y fo- mentar es lo que tiende a subvertir y a destruir. Esas medidas, si el presidente tiene un mo- mento de razén y de lucidez —y me parece di- ficil ya que lo tenga, refugiado como esta en un cuartel y rodeado de tropas sintiendo ese humo de gran mariscal fascista—, si tiene un momento de serenidad y lucidez, si recuerda lo que fue y lo que proclamé, lo que dijo y to que Juré, los ideales por los que repetidas veces afirmé hacer su vida politica, aceptard el man- dato de la Asamblea, porque no hay bien mayor en un pais democritico, que someterse ante ma- yor autoridad, que es el parlamento de la na- cién, y si no lo hace, all @ con sus tropas, su cuerpo de bomberos y sus méuseres. Pero esa vanagloria effmera muy poco le habri de durar: dentro de algunos meses lo veremos enfrascado y envuelto en el eco de un nuevo motin que se sumara al que en estos momentos est pre- parando desde las antesalas de un cuartel, ni siquiera desde su casa de gobierno. Poco le durars ese honor y esa vanagloria y, nosotros, arrojados por los vientos de Ia politica a eual- quier parte que nos Ileve el destino, iremos con Ia conciencia tranquila de haber cumplido con nuestro deber. He terminado. (Aplausos en Ia Asamblea y en la Barra.} Sefior Grauert. — Pito ia patzbra. Sefior presidente. — ‘Tiene Iz palabra at se- fior diputado Seior Grauert. — He de ger muy breve. Como algunos de los seiares legistadoree que me han precedido antes en el usa de la palabra, creo que éste es el moments ds la acelin: eres que lo que urge es adoptar ung resolucioy gus mantenga la dignidad de este ali enespa Creo, sefiores miembros de la Asamblea Ge neral, que debemos hablar con absoluta sere dad, y, por lo tanto, es mi deber decir que. (in mi leal entendimiento, vivimos ya en la il galidad, en pleno gobierno de fuerza, de la di tadura. “ Ha Ilegado, como decia el sefior senador Ro- driguez Larreta, el momento de que se conoz- can, de que se definan todas las actitudes, y yo, que por una circunstancia eventual no soy de los firmantes del manifiesto a que alude el sefior presidente de Ia repiblica, me veo en la imperiosa necesidad de decir que me solida- tizo con él y si alguna objecién le encuentro, es tal vez la de que debié ser mis enérgico, mis categérico, porque los actos se prevelan ya y CUADERNOS DF MARCHA en el momento en que vivimos eran racuimente presumibles por nosotros. Sefior Cerdeiras. — una_mocién de orden, lo la palabra para Sefior presidente. — Tiene la palabra el se- ior diputado, Sefior Cerdeiras. — De acuerdo con ei re- glamento, las sesiones de la Asamblea General duran tres horas a menos que éstas sean pro- rrogadas por ella misma, En consecuencia, formule mocién para que se prorrogue la sesién hasta terminar con este asunto, (Apoyados.) Sefior presidente. — Se va a votar si se pro- rroga la sesién hasta terminar con el asunto. (Se vota: afirmativa.) Puede continuar el sefior diputado Grauert. Sefior Grauert. — Hace apenas un mes acompaiié a Ia delegacién socialista en su pro- posicién de juicio politico al presidente de la re~ iiblica. Greo, hoy mas que nunca, que aquél debié haber sido el camino. Pero hoy mi sorpresa fue asin mayor cuando lef el propio mensaje de la Presidencia de la Repiblica, porque, realmente, no tiene explicacién posible que en él no se diga ni una sola palabra de la prohibicién de reunirse la Convencién Nacional de su partido, de un partido al que él dice pertenecer, pero que ya no est en nosotros el poderlo creer asi. iCémo es posible admitir que se prohiba una reunién donde é1 puede coneurrir, porque es convencional, donde pueden concurrir sus ami- g05 a aclarar su posicién, a decir: “Yo me man- tendré en Ia legalidad”! Evidentemente se ha cometido una ignomi- nia; se ha cometido un acto verdaderamente censurable y yo, como convencional batllista y como ciudadano en este momento, expreso mi mis enérgica protesta. Y es més: hay un hecho también que la mayoria de la Asamblea no conoce. Yo me veo impulsado a decir que —eran las dos y me- dia o tres de la tarde—, cuando se tuvo noti- cias de estas cosas algunos miembros de la Agru- pacién Colorada de Gobierno Nacional se pro- pusieron convocarla y esa citacién fue entrezada a las cajas de “El Dia” para que se hiciera Ia publicacién correspondiente —pues bien—, ad- mirense los sefiores legisladores, esa publicacién fue censurada, esa publicacién no se admitié, esa publicacién se prohibié, Qué significa eso, sefiores? La Agrupacién Colorada de Gobierno —y lo sabe bien el presi- dente Terra—, no es de ninguna manera una agrupacién para delinquir. La Aerupacién Co- ‘WOMERO 70 Jorada de Gobierno no tiene una Targa traqiciow a ese respecto. Pues bien: ese acto oprobioso para nuestra democracia, debe merecer Ia mayor censura. Pe- ro si seguimos escalonando los hechos de que da cuenta el mensaje del Consejo Nacional que yo no voy a repetir, porque han sido ya analizados brillantemente por el diputado Pa- seyro y por el senador Rodriguez Larreta—, tiene que surgir en todos nosotros un ansia enor- me de terminar con ese estado de cosas y decirle al pueblo que debe levantarse, que no debe ad= muitir semejante oprobio sobre nuestra democra- cia, que tras el ataque a la constitucién, lo tinico ‘que se ataca, y eso exclusivamente, son los de+ rechos que han obtenido los obreros con nuestra legislacién social. Yo entiendo, y lo declaro, sefior presidente, que mereceré bien de a patria, como ya lo ex- presé hace algunos afios el doctor Ghigliani, el que mate al tirano, el que mate al dictador, Y digo mis: en el coravén de cada uno de nosotros debe estar ese anhelo, porque 3 la ‘inica manera de cumplir con nuestro deber. (Apoyados.) Sefior presidente. — Tiene Ja patebra el se- ior ministro de Hacienda. Sefior ministro de Hacienda. — Sefior pre= sidente: si yo fuera diputado como hasta ha un afio, hablaria en estos momentos con el mis- mo calor, el mismo entusiasmo y la misma ener- gia de todos mis antiguos compafieros. Pero en Jas circunstancias actuales, como representante del Consejo Nacional, prefiero tocar otro tema que, aunque menos emotive, puede ser y ser& fuerte, y es demostrar Ia injusta campaia que hha seguido Ia Presidencia de la Repiblica, cone tra_los poderes piblicos, especialmente eontra el Consejo Nacional de Administracién. Yo recuerdo que el presidente de fa repd- blica comenzé a atacar la obra del Consejo Na+ cional de Administracién ea el mes de seticme bre del afio 31, en una gira politica que realiz6 por el interior del pais, y en zquelios momentos, seiior presidente, el Consejo Nacionat y el pare Iamento estaban realizando fa geaz obra de reas Juste econémico y financiero. Rus primero la Tey de 29 de mayo del afio 81 que establecié el contralor de los cambios, poniendo las di- visas en manos absolutas del Banco de la Reptie blica. Fue después ta ley de 20 de agosto del mismo afio —y fijenre los sefiores legisladores que los discursos 42! presidente de la repiblica fen que se atacaba la obra del Consejo Nacional, fueron de setiembre en adelante y el 20 de agosto—, que por iniciativa del Consejo Nacional de Administracién, el parlamento dieté wna ” gran ley de aleance econémico para evitar que vinieran al pafs una cantidad enorme de cosas suntuarias que impedian el desenvolvimiento de nuestras fuerzas vivas) Después la ley de 10 de ‘cctubre del. mismo afio que establecié el pago de un porcentaje de derechos de aduanas a oro, y Ia ley que permitié diferir las obligaciones atrasadas pendientes de pago, la ley de 7 de setiembre y la de 10 de octubre del afio 31 que determinaron un “impasse” para los cam- bios diferidos que no habfan sido satisiscios hasta entonces, y Ia de moratoria de exes: del aio 32, y finalmente la obra realizada poz tos piblicos —que el mismo presidente de la repiblica ha reconocido que es una gran ‘obra— la ereacién de la Caja de Amortizacio- nes. Eso en el orden econémico. sefior presiden- te, porque quiero ser breve y no deseo exten- derme mds en consideraciones que me seria fa- il para mf hacer. En el orden financiero debo sefialar todo el esfuerzo inmenso que ha hecho el Consejo Na- ional de Administracién con la ayuda del par- Tamento desde agosto del afio 31. Primero el rea- juste de 6 de agosto de ese afio, credndose, en- tre economfas y algunos impuestos, por cinco millones para poder nivelar el presupuesto ge- neral. Fue después la ley de 20 de agosto pa- ralela a la ley econémica, porque si por un Jado ponfamos un freno fuerte a las importa- eiones initiles, por otro le dabamos a la teso- reria del estado el medio suficiente, también on economfas y con impuestos, como para que no existiera desequilibrio en la hacienda. Fue Ia ley de 20 de enero del afio pasado que esta- Blecié el reajuste de la deuda externa y que permitié a la tesorerfa del estado poder alron- tar una pérdida de cambios que alcanzaba a echo millones. Y finalmente —porque todos los acontecimientos imprevistos obligaban a tomar nuevas medidas casi sobre el momento en que empezaban a dar resultados las tomadas antes— fue preciso también, por ley de 1? de noviem- bre suspender las amortizaciones de la deuda interna. ‘Viene por iltimo la gran cise del_parla- mento que ha tenido el gran apoyo cel Consejo Nacional, que es el presupuesto general de ae 5 de enero. Todas las bancadas po- Iitdeas del parlamento apoyaron esa gran ley. Poulan colocune en‘plasa Esl propio press dente de la repiblica que hace pocos dias vino en queja al Consejo Nacional porque no se pagaban ciertos adeudos de la intendencia mi- litar, cuando esos adeudos de fa intendencia es- taban comprendidos en los déficit acuinutados; y bien si ese déficit de doce millones no se pudo colmar totalmente, zen gran parte no era debido esa propaganda del presidente de la repiblica que anunciaba que los titulos de ese empréstito no Ilegarian a negociarse en plaza? Yo comprendo que la Asamblea General de- sea en estos momentos discursos de otro corte; pero quiero, antes de dejar la palabra narrar, de una manera precisa, un acontecimiento de hoy, del cual fui un testigo de visu. Estaba reu- nido el Consejo Nacional en la tarde de hoy ce- lebrando el acuerdo ordinario, cuando llegaron ciertos rumores acerca de algunas de las medi- das adoptadas por el Poder Ejecutivo, especial- mente en la cércel penitenciaria y en la Usina Eléctrica. Inmediatamente me constitui en la Usina Eléctrica. Pasé a la sala del director. si bien con alguna dificultad opuesta por funcio- narios de la policfa. Encontré al directorio reu- nido y me expresaron los hechos a que hace referencia el mensaje pasado por el Consejo Na- ciona! en la nota enviada al ministerio por la Usina. Conversando sobre estos antecedentes. en esos momentos entra. sin anunciarse, de una ma- nera violenta, el gerente de las Usinas Eléce tricas ingeniero Kayel. Un sefior legislador. ~~ Hix-gerente. Sefior ministro de Hacienda, — Tiene rae 26n, el sefior Iegistador; con muy buen aciezto y con una energia que lo honra, el directorio lo habia destituido en una sesi6n anterior. Entra el ingeniero Kayel redeado de un cov misatio, dos oficiales y unos cuantos salaidig ar- mados a miucer, y dice: “En nombre, sel presi- dente de la repiblica vengo a tome poiesién de la Usina Eléctrica y el directorio debe reti- rarse del local”. Como el directorio no se mo- viera, como siguiera conversando, se dirigié en- tonces a los funcionarios de la policia y los con- miné para que hicieran efectiva la orden que levaban del presidente de la reptblica. El Consejo Nacional, sefior presidente, no ha podido ser mis sereno y més tranquilo frente a los ataques injustos que siempre le hizo la pre- sidencia, Una actitud tan serena y tan ejemplar, que deberia haber hecho comprender al presi- dente de la repéblica, que no podfa, que no debfa seguir por ese camino. Pero si el Consejo Nacional se callaba mu- chas veces 0 suavizaba los rozamientos de los casos corrientes, frente a este atentado de hoy, no podia hacerlo y el mensaje pasado, con la nota de la Usina, representa en este momento CUADERNOS DE MARCHA el punto edspitle de los atentados cometidos por la Presidencia de la Republica. He terminado, (jMuy_ bien!) Sefior Cerdciras. —- Pido la palabra, seior presidente. Sefior presidente. — Tiene Ia palabra el se~ 1 diputado. Sefior Cerdeiras. — El sofior presidente de Ja repiblica, en el mensaje dirigido a la Asam- lea, procura explicar las medidas extraordina- rias ‘en ef dia de hoy, cuya gravedad se ha se- Balado ya por varios oradores. Se ha_sometido Ia prensa a la censura previa, incurriéndose en In iniquidad de referirse solamente a determin: da prensa, cuando la realidad es que si el pre: dente de la repiiblica consideraba necesario fi calizar las opiniones que se entrezahan a la opinién piblica por medio de la prensa, debié haber adoptado igual temperamento con toda a prensa del pais; medida gravisima como es Ia de la ocupacién de uno de los organismos del estado “manu militari”. desalojando de los pues- tos que legalmente ejercen, a los directores de ‘esa institucién; medidas de gravedad como es la de ir “manu miflitari” a las cérceles de Monte- video, a echar a la calle a los directores de esas circeles para poner alli funcionarios dependien- tes del Poder Ejecutivo, cuando por ley son funcionarios det Consejo Nacional de Admi- nistracién, {Cémo justifica el Poder Ejecutivo estas me- didas extraordinarias? Sorprende, sefior presi- dente, la argumentacién de la Presidencia de la Reptiblica. Dice que amordaza a la prensa, porque en el dia de hoy ha aparecido un ma- nifiesto suscrito por lenisladores y consejeras bat- Hlistas, en cuyo manifiesto se le atribuyen in- tenciones dictatoriales al presidente de la repi- blica y hace el presidente de la repiiblica este razonamiento: “O esos legisladores y consejeros batllistas delinquen, porque me injurian, o la Presidencia es Ia que delinque, y en este caso los legisladores han debido promover el juicio jPero, sefior! Si el presidente se consideraba calumniado por ese manifiesto de los legisladores ¥ consejeros batlistas, el tinico medio legal que tiene es el de acusarlos criminalmente ante Ia justicia del pafs! ;Qué tiene que ver ese mani- Fiesto de los diputados batllistas con las libe tades fundamentales del pais, con la libertad de prensa, que es el vehiculo mis precioso de ta libertad de pensamiento, que es la base de la democracia y de la civilizacién? ;Cémo paede seriamente establecerse un nexo de cansalidad entre un manifiesto fismado por un grupo de legisiadores y una medida que importa echar por tierra todas las libertades piblicas, como es cl amordazamiento de la prensa del pais? Pero ademés, con qué derecho un presidente de la reptblica se queja hasta el punto de pro- vocar estas medidas extraordinarias, de que en un manifiesto publicado en la prensa por un grupo de legisladores v consejeros, se le atribu- yan intenciones motineras, con qué derecho ha: ce esa imputacién la Presidencia de la Repibli ca, cuando el presidente se ha permitido salir por las asambleas del pais a acusar al parla- mento, a volcar hasta injurias contra el parlae mento, y luego cuando se le interpela en el Se~ nado de la Repiblica va a decir alli que esos son actos privados, que son actos que ejerce co= mo ciudadano, que el parlamento nada tiene que ver con ellos? ;Con qué derecho se funda ahora en un manifiesto publicado en la prensa por un grupo de legisladores para erigirse en censor de esas manifestaciones y deducir de cllas la consecuencia de que debe suprimir la libertad de la prensa independiente del pats? Se queja el presidente de la repiblica de que se le atribuyen intenciones motineras y afirma reiteradamente en que no las tiene; pero la verdad es que habia el mas perfecto derecho a suponer, no solamente la sucesién d& propa gandas en el fondo realmente subversivas qua venia realizando el presidente de la wwpiblica ¥ que ha detallado el doctor Rodriguez Larreta. Hay un hecho que esti documentado; hay un hecho irrefragable que nadie puede discutir: el presidente de la repiblica forma parte de un comité politico, preside un comité politico que todos los dias desde el diario presidencial esti exhortando al pueblo a que concurza a una sa _| nifestacién a celebrarse el 8 de abril. Un bues. dia el presidente del comité organizador de.ets manifestacién, e} doctor Navarro, hace un re- portaje, publica wriz serie de opiniones en ef diario “EI Debate”, y en ellas dice claramente que cree interpretar el sentir de sus compaiieros, al decir que el objeto y las consecuencias de la manifestacién del 8 de abril serfan las de que al dia siguiente caducarian todos los poderes constituidos, con excepeién de la Presidencia de la Repiblica. Que inmediatamente el presi« dente de la reptiblica, asi dotado de todas las potestades, convecaria a un plebiscito, en el cual se erigiria una Asamblea Constituyente, Se produce un desorden en la Barra pro- movido por un coneurrente a la misma.) Sefior Zavala Muniz, — {Haga respetar Ja Asamblea, sefior presidente! Sefior Gamba, — Haga respetar Ja Asam- blea! | Que se retire ese hombre de ahi! Sefior Guimaraens. — Esti perfectamente fdentificado y es necesario sacarlo. (La policia saca de la Barra a una persona. Suena la campana de orden.) Sefior Cerdeiras. — Decia, seiior presidente, el doctor Navarro en su reportaje, que el presi- dente de la repiblica, una vez caducados los demas poderes, convocarfa a una Asamblea Constituyente que tendria también funciones le- gislativas y que duraria lo que durara el man- dato del doctor Terra. Las manifestaciones del doctor Navarro, si bien en cierto momento de- cia que las hacia en cardcter personal, en otros pasajes del reportaje decia que creia interpretar Jos sentimientos de sus compaiieros organizado- ses de la manifestacién, al afirmar que el ob- jeto y la consecuencia de la misma era la ca- ducidad de todos los poderes constituidos, del parlamento, de la_justicia, de todos los orza- nismos administratives sin’ distinguir en abso- Tuto, con excepcién de la Presidencia de Ia Re- piiblica, Y bien, sefior presidente jain cuando estas manifestaciones fueran de cardcter exclu- sivamente personal, el doctor Navarro —que las, hacia, y no las rectifieé— era el presidente del comité organizador de la manifestacién. Si el doctor Terra tuviera realmente el propésito hon- rado de defender la legalidad del pais... Sefior Fusco. — Por ahi debié haber em- pezado. Sefior Cerdeiras. — .. tenia que haber em- pezado por dirigirse al comité organizador de Ja manifestacién desautorizando las manifesta- ciones del doctor Navarro y no continuar un solo dia mas exhortando como lo hizo, a los ciu- dadanos a concurrir a la manifestacién del 8 de abril. ¢Cémo se concilian sus propésitos de respeto ala soberania y a la constituc manifestaciones de que no desca la dictadura. ccon esa télerancia implicita. pero categérica con Jas palabras del doctor Navarro que significaban Ja proclama de la ignominia revolucionaria? (Una persona de Ja Tarra hace manifesta ciones.) Esa es la fioica srgumentacién que hace en su mensaje el presidente de la repiiblicd. Ha amordazado a la prensa; ha hecho irrupeidn en un organismo del estado. (Manifestaciones en Ia Barra.) Sefior presidente. — La mesa lama la aten- cién.del sefioe sismisario de policfa que esté en Ja Barra a Sitodes de la presidencia, para que individualice ‘a is personas que interrumpen la sesién y las saque de la Barra. (Muy bien.) —La mesa ya-ha advertido lo mismo al sefior comisario por intermedi de los empleados de Ja presidencia, (Murmullos.) Sefior Fusco. — Pido la palabra para una cuestién de orden. Sefior presidente. — diputado Fusco. Sefior Fusco. — En honor a la verdad debo decir, sefior presidente, ante la advertencia que formula, que he podido ver desde aqui que en dos oportunidades en que han sido indi dualizados los que venian a la Barra con el fin de perturbar la sesién, han sido sacados por la polict Sefior presidente. — Me alegfit:. ‘defor diputado, que pueda interpretar en pzste #f:sen- timiento de la Presidencia; pero la Presidencia habia visto desde su lugar a varias personas por tepetidas veces interrumpir a sesién, y a pesar de haber_mandado por los empleados de la Presidencia advertir a la policia, no ha conse- guido que se les sacara de la Barra. Puede continuar el sefior diputado Cerdeiras. Sefior Cerdeiras, — Pues bien, sefior presi- dente. Que un grupo de legisladores publica un manifiesto: que a ese grupo se le atribuian pro- pisitos subversives. iene la palabra el sefior Sefior Fusco. — Ni siquiera es exacto eso. Seiior Cerdeiras. — .. .Eso, sefior presidente, que la Presidencia atribuye a este manifiesto, es la tinica razén que se establece en este papel para justifiear ef atentado de amordazar la pren- sac invadiy “manu militari” las éficinas del es- tado. Se dice algo més, se dice que con ese manifiesto se pretende algo asi como disminuir siclal Iuumano de la manifestacién del 8 de abel ke manifestacién le preocupa tanto al se- fier qaresidente —a ese presidente que hemos ele~ gido para ser el frbitro imparcial y sereno de nuestras huchas politieas— le preocupa a tal ex- tremo que cree que un manifiesto politico que se publica en la prensa, bastard para restarle niimero a esa manifestacién y sostiene la enor- midad de que eso basta para justificar ¢l-amor- dazamiento de la prensa y toda esta serie de medidas que a estas horas ya estarin enlodando al pais en la opinién de los pueblos civilizados Muy bien.) Sefior Batlle Berres. — ¢Me pemnite? Y ademis, sefior diputado, debe respetar por igual la propaganda de los que quieren evar gente y de los que pretenden retacear la mani- festacién; debe por igual sostener el derecho de unos y de otros, y cuando da el golpe de estado como pretende darlo para sostener el derecho de unos y olvidar el de otros, eso demuestra que CUADERNOS DE MARCHA se Gispone a ir mucho mas Iejos todavia, si la Asamblea no sabe detenerlo. Sefior Bado. — No apoyado. Sefior Cerdeiras. — Por otra parte, sefior pre~ sidente, hay en los actos del presidente de la repiblica una parcialidad que indigna. La me- dida de la censura previa, no la establece para toda ta prensa del pais: la establece para una categoria de prensa para aquella a la que. segin él. le atribuye propésitos subversivos Quiere decir que el presidente de la-repit dlica se constituye en arbitra de lo que debe decit 9 no la prensa del pais Si este diario dice que el presidente de la renitblies tiene pro- pésitos subversivos: “Ah! Yo Io censuro, y lo que me conviene no To censuro.” ; Porque, es curioso!: se ha establecido la censura vrevia pa- ra los diaries “F1 Dia" v “El Teal”, para el diario “El Pais” v para “Diario del Plata” De los diarios nacionalistas, vo puedo decir que su prédica, en Io que se refiere a Tas’aci tudes del presidente de la repshlica. ha sido se- rena, tranguila y culta. “Diario del Plata” “E] Pais” han venido, deliberadamente, asnmien- do una actitud critica, desde Ineo. pero de critica serena culta, tranquila. Solamente en estos (iltimos dias cn que aparecen los sucesos sorprendiendo a toda la opinién sana de! pais es que naturalmente se levanta la indienacién & través de los propios diarios nacionalistas y descubren, como han debido deseubrir ante la opinién, los propésitos subversivos del presidente de Ia reptibtica, | Pero. es curioso! es solamente a ellos, hasta ahora. seatin tengo noticias. que se les ha impuesto Ia censura previa, Nada ha hecho el presidente de la repitblica con lox dia- rios riveristas, en cuanto a censura previa, con los diarios riveristas que hace ya dos aiios daban cabida a articulos donde se proclamaha ahier- tamente la revolucién! (Interrupciones). (Suena Ja campana de or- den.) —Tampoco, sefior presidente, se ha estable- cido —a lo menos no tengo noticia de ello— la censura previa para el diario herrerista. res- pecto del cual yo tengo la seguridad —y creo que no seré desmentido—, de que ha venido haciendo de un tiempo a esta parte una pré claramente revolucionaria: que ha venido in tando casi dia a dia al presidente de Ia repi- blica a asumir, precisamente, Ins potestades ab- solutas, echando abajo la constitucién. ;Se lo ha venido diciendo dia 2 dia! Cuando el presidente daba marcha atris, se le increpaba. y Ia prédica revolucionaria, fran- camente revolucionaria, jactanciosamente revo- lucionaria, se venia haciendo dia a dia en el womens 78 diario "Ei Debate”. {Lomo es que et prestaente de la repiblica adopta el sistema de censura previa para todos los diarios que han venido adoptando una actitud serena hasta ahora, por que descubren. para censurarlos y estigmatizar= Jos, sus actos subversivos, y. en cambio, tolera ampliamente, y no toma, que yo sepa, ninguna medida de censura previa respecto, precisamen- te, de los diarios que han venido incitindolo at motin y a la subversiém? Sefior presidente: nuestra bancada ha pre> sentado una proposicién para que se dejen sin efecto las medidas adoptadas hoy por el. presi dente de la repiiblica. Yo tengo la confianza de que la Asamblea votard esa proposicién, por- que las medidas del presidente de la repablica, como acabo de demostrarlo, no estin justifica- clas, ni remotamente, por este mensaje, que es un conjunto de pretextos para justificar atro- pellos. -. (Murmullos.) —Yo tengo Ia seguridad de que la Asamblea va a dejar sin efecto estas medidas. eCuilles serin las consecuencias de esa acti- tud del parlamento del pais? No me preocupa mucho, sefior presidente, porque no debe preo~ cupar a nadie Ia consecuencia de los actos cuan- do al realizarlos creemos cumplir honradamenta con nuestro deber. i el presidente de Ia repiiblica tiene el rese peto de su propia palabra, el presidente de la repiiblica no podré hacer otra cosa que acatar Ia resolucién de Ia Asamblea, porque en este mismo mensaje que dirige a la Asamblea dine dole cuenta de esas medidas, invocando ua Aisposicién constitucional que dice que de las medidas extraordinarias se dari cuenta a la Asamblea General y se estard a lo que ella re- suelva, si el presidente de ta repiiblica, después de haber firmado este mensaje, desconociera las medidas que adoptara Ia Asamblea General sobre las medidas extraordinarias, habria incu rrido en algo mis que el delito del motin 0, mejor dicho, en el atentado contra las institucio- nes piblicas: habria incurrido en una deslealtad realmente repugnante, porque no en vano se le dice a una Asamblea que se le da cuenta de una serie de medidas, de acuerdo con el artfculo 80 de la constitucién para después, si la Asam= blea revoca esas medidas, desconocerla ignomi- niosamente, Pero, si hace eso, como acaba de decirse, all 61. Felizmente ha de tener la sen- sacién el pafs de que los hombres tan a menudo calumniados que han venido defendiendo el con- cepto de orden y de constitueién, son capaces de afrontar con toda entereza cualquier conse- cuencia y cualquier sacrificio. (jMuy bien!) —No nos preocupan tas consecuencias po- aibles de un desconocimiento de estas medidas, Y yo tengo, lo confieso, una intima esperanza, alli en el fondo de mi espfritu, de que han de ser respetuosainente acatadas por el presi- dente de la repiiblica, recordando, siquiera en un instante, el juramento de honor que. presté ante esta misma Asamblea cuando ocupé la pre- sidencia de la repiblica. Y Ios hechos dirén. No hay por qué entr mucho a predecir lo que ocurriré 0 no ocu- rriré; pero si algo hay que prever, y debemos preverlo todos, es que no en vano se intentaria mancillar a un pueblo libre echando abajo sus instituciones: que no en vano, asi no mis, se puede destruir en un instante lo que no es exac- tamente la obra de ningin partido politico y que es Ia obra de todo el pais. desde los albo- res azarosos de la independencia. Este sentimien- to de la democracia que estaba consustanciado con la misma idea de Ia independencia nacional, este sentimiento de la democracia, este respeto de las normas constituidas que estaba, por asi decirlo, en Ia bandera misma de la revolucién de la independencia, Sefior presidente: yo tengo fe en ini pueblos tengo fe en este pueblo donde he nacido y, so- bre todo, en las fuerzas vivas de la. juventud ‘Tengo fe en que este mismo acto que se celebra esta noche aqui, donde cada uno puede expresat libremente su opinién, donde est cl pueblo es- euchndonos, ha de sonar en la conciencia de Jos que intenten perturbar el orden institucional, como un toque de campana, como un ‘iltimo Hamado a respetar la soberania popular v los derechos consagrados en la Constitucién de la Repiblica. He terminado. (jMuy bien!) Sefior Dominguez Cémpora. — Pido la pa- Tabra. Sefior presidente. fior diputado. Sefior Dominguez Campora. — Por temy ramento, sefior presidente. y por una decisi perfectamente deliberada, voy a ser sintético, breve, y mi palabra ser absolutamente serena; quizas un poco fria porque voy a hacer un ra ciocinio y muy sencillo. No voy a insistir ni re- calear, nia poner de relieve la importancia de- las medidas adoptadas por la Presidencia de Ja Repiblica: son realmente, medidas extraor~ dinarias. Bien, sefior presidente: después del conoci- miento de esas medidas existia una verdadera curiosidad por saber cudles eran los fundamen- jene Ia palabra el sc= a tos que podian snvocarse para Justiticarias: esos fundamentos estén expuestos en el mensaje di- rigido por la Presidencia de la Repdblica a la Asamblea General. En ese mensaje se invoca, como razén esencial y tnica, un documento apa- recido en un diario de hoy y firmado por varios consejeros de estado y un grupo de lezisladores y ministros de mi partido, En el mensaje se dice textualmente asi: “Esto no obstante, algu- nos miembros de Jos poderes piiblicos, legislado- res e integrantes del Consejo Nacional, le atri- buyen a la Presidencia de la Repiiblica propé- sitos subversivos como se comprueba con el mar nifiesto que dirigen a los ciudadanos en el dia- io «El Dia» del 30 de marzo del corriente afio”. Y bien, sefior presidente: en ese documento se comprueba, precisamente, todo lo contrario. (Apoyados.) —En ese documento no se habla, ni se ex- presa, ni implicitamente, del Poder Bjecutivo, del presidente de la repiblica o del doctor Ga- briel Terra. Es un documento absolutamente impersonal que en ninguna de sus partes se refiere a la persona que ha prejuagado arbitra: riamente respecto de las intenciones de los que pusieron su firma al pie del mismo. (Apoyados.) Mis atin: se quiso que fuera ast, absolu- tamente impersonal. cualquiera fuese el criterie de respeto a la actuacién del presidente de Ia repiblica. que podria tener personalmente cada uno © todos los firmantes de este documento, ‘Destruida asi la base esencial y Gnica invo- cada por el presidente de la repiblica para adoptar las medidas gravisimas que adopté, so- bre esa base se afirma la actitud de los legis- ladores y de los integrantes del Consejo Nacional de Administracién que se viene comentando. Es ademas francamente delictuoso acusar al Poder Ejecutivo de mantener en la sombra la maquina de la dictadura. Acabo de decir y debo repetirlo, que en el documento referido no se menciona absclutaménte, de ninguna manera, al Poder Ejectitive. Lueg’, no se comprende como 9 posible que se afirme aqui todo lo contrario. ‘Gnternupciones.det sefior representante Mi- ell.) =e ~~Pero.se fia referido y ha querido referirse y ha tenido nitesidad de referirse a cosas que nde todds abzolutamente conocidas, a cosas que'von absolueamente notorias. Se est4 prepa- caida un acto popalar al que se ha querido re- veutir-de waa gran Wascendencia, y esa gran trascendeti¢ia déeste acto popular esti siendo organizado y preparado por un comité presidido por una persona que sin ambages ha dicho que Ta consecuencia necesaria inmediata de ese acto CUADERNOS DE MARCHA popular debia ser Asie'@hdysasian todos los po- deres del estado, exctpio i Presidencia de la Repiblica. Cualquiera sea la impresién de esa persona, noble como elevada, Io cierto es que, para no- sotros, lo menos que debe ser considerada es como una manifestacién en la que se expres ban propésitos subversivos de una manera ine- quivoca. El documento suscrito por los conseje- ros y por los diputados, tenia como finalidad decirle a los efudadanos del pais: “Sefiores: ob- serven ustedes, cudl es la finalidad de este do- cumento en un pafs en que las libertades piibli- cas estin absolutamente consagradas, en un pais que ofrece como ejemplo una verdadera pureza electoral, vale decir, en un pais que ostenta las més grandes credenciales democriticas”. (Muy bien!) =Y bien: Cuél ha sido nuestro delito? Nuestro delito ha sido sefialar a nuestros con- ciudadanos que se abrigaba, en una forma ine- quivoca, ese propésito subversivo, sin referirnos absolicuivgnte para nada ni al presidente de la repibites, ni al doctor Gabriel Terra, ni al Po- der Ejeoutivo. Nuestro delito, pues, ha sido ése, y si el doctor Gabriel Terra, presidente de la repiblica, ha invocado, como ciudadano, el de- recho de dedicarse a actos de prepaganda para sus ideas politicas y constitucienies” nosotros también hemos ejercido ese sagaie’ derecho ciudadano y como ciudadanos fweirios dado un grito de alarma al pals. :Para qué? Para ver si podiamos evitar un retroceso de muchos aiios atris, Queria decir también —porque Io siento y porque es un sentimiento perfectamente since- To—, que tengo la conviccién absoluta de que sila Asamblea General adopta una actitud de- terminada respecto de las medidas adoptadas por la Presidencia de la Repiblica, el presidente de la reptblica respetard la decisi6n de la Asam- lea. Tengo la absoluta conviecién. He terminado. Sefior presidente. — Tiene la palabra el se- fior representante Batlle Berres. Sefior Batlle Berres. — Ya en otras oportu- nidades la Cémara ha tenido que considerar pe- didos de diputados respecto de la necesidad de iniciar el juicio politico al presidente de la re- piiblica por actos de este ciudadano. La banca- da batllista se opuso a una medida de este ca- récter, porque considerd que la actitud del pre- sidente de la repiblica no habia dado pie para adpptact ona sedida tan trascendental como era 4a

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