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PRELIMINARES
NOTAS HISTÓRICAS
"La matemática partió de verdades evidentes y
prosiguió a través de razonamientos cuidadosos para
descubrir verdades ocultas"

La matemática siempre representó una actividad


humana y, en todas las épocas, incluso en las más
remotas, la idea de contar siempre. Un clásico ejemplo
de la noción intuitiva de recuento era la
correspondencia entre ovejas de un rebaño y piedritas
contenidas en pequeñas bolsas, o marcas en pedazo
de hueso o de madera, o aún a través de nosotros en
cordones, utilizados por los incas.
Muchos años aún se pasaron hasta que se iniciara el
desarrollo teórico del concepto de número que,
aunque hoy nos parezca natural, fue lento y complejo,
involucrando diversas civilizaciones.
Los registros históricos nos muestran la utilización de
varios sistemas de numeración, por ejemplo, los pueblos
babilonios de 2000 a. C., que desarrollaron el sistema de
numeración sexagesimal y emplearon el principio
posicional; los egipcios, que ya usaban sistema decimal
(no posicional); los romanos, que hicieron historia a
través del uso simultáneo del principio de la adición y
del raro empleo del principio de la sustracción; y los
griegos antiguos, pueblos que utilizaban diversos
sistemas de numeración.
Casi cuatro mil años separan las primeras
manifestaciones de numeración escrita de la
construcción del sistema de numeración posicional
decimal que utilizamos, provisto del símbolo
denominado cero. Este símbolo fue creado por los
hindús en los primeros siglos de la era cristiana. La
concepción del cero fue ignorada, durante milenios,
por civilizaciones matemáticamente importantes como
la de los griegos y de los egipcios.
La invención del cero fue un paso decisivo pata la
consolidación del sistema de numeración indo-arábigo,
debido a su eficiencia y funcionalidad en relación a los
demás sistemas de numeración. ¿Cómo efectuaríamos,
por ejemplo, la multiplicación 385 x 9.807 usando
números romanos?
La heterogeneidad de técnicas utilizadas en las
representaciones numéricas no impidió, sin embargo,
que los científicos de la antigüedad pensar en
cuestiones profundas y esenciales de las matemáticas.
Un marco importante en la historia de los números y de
las matemáticas se dio en el siglo VI a. C., en la Escuela
Pitagórica. En sus estudios, los pitagóricos se envolvían
de un cierto misticismo, pues creí que existía una
armonía interna en el mundo, gobernada por los
números naturales.
Desde Pitágoras, se pensaba que, dados dos segmentos
de recta cualquiera, AB y CD, siempre sería posible
encontrar un tercer segmento E F, contenido un número
entero de veces en AB y un número entero de veces en
CD. Expresamos esta situación diciendo que EF es un
submúltiplo común de AB y CD o que AB y CD son
conmensurables.
Esta idea nos permite comparar dos segmentos de
registros de la siguiente manera: datos dos segmentos,
AB y CD, decir que la razón AB / CD es el número
racional m / n, significa que existe un tercer segmento
EF, submúltiplo común de estos dos, satisfaciendo: AB es
a menudo EF y CD es n veces EF.
Es natural imaginar que para dos segmentos AB y CD
datos, siempre es posible tomar EF suficientemente
pequeño para caber un número entero de veces
simultáneamente en AB y en CD. En otras palabras, que
dos segmentos de recta son siempre conmensurables,
como pensaban los pitagóricos, siendo, por lo tanto, los
números naturales suficientes para expresar la razón
entre ellos y, de modo más general, la relación entre
magnitudes de la misma naturaleza.
El reinado de los números naturales, en la concepción
pitagórica, fue profundamente sacudido por un
descubrimiento originado en el seno de la propia
comunidad pitagórica y que se dio, en particular, en
una figura geométrica común y de propiedades
apasivamente simples, el cuadrado. Se trata de la
inconmensurabilidad entre la diagonal y el lado de un
cuadrado.
De hecho, al considerar la diagonal y el lado de un
cuadrado conmensurable, tendremos, digamos, la
diagonal con medida nt y el lado con medida mt. Se
sigue, por el Teorema de Pitágoras, que:
Que es absurdo, pues en n2 hay una cantidad par de
factores primos y, en 2m2, una cantidad impar de
factores primos, en contradicción con la unicidad de la
descomposición de un número natural en factores
primos, como muestra el Teorema Fundamental, de la
Aritmética. (Este teorema, que usamos desde la
enseñanza básica de matemáticas, se expone
rigurosamente en varios elementos de la bibliografía,
por ejemplo, en [4], [12], [16], [22] y [28].
Esta situación sólo se ha evadido a través del
matemático y astrónomo ligado a la Escuela de Platón,
Eudoxo de Cnidos (408 aC - 355 aC), que creó la Teoría
de las Proporciones para tratar las magnitudes
inconmensurables a través de la geometría (ver [l]), que,
aunque genial, contribuyó a la desaceleración del
desarrollo de la aritmética y la álgebra por muchos
siglos.
El coronamiento de la fundamentación matemática del
concepto de número ocurrió solamente a finales del
siglo XIX, principalmente a través de los trabajos
propuestos por Richard Dedekind (1831-1916), Georg
Cantor (1845-1918) y Giuseppe Peano (1858-1932). Estos
estudios fueron motivados por las demandas teóricas
que surgieron a partir del volumen de conocimiento
matemático adquirido a partir del cálculo diferencial e
integral de Isaac Newton (1643-1727) y Gottfried Leibrüz
(1646-1716), en el siglo XVII.
Es interesante notar cómo el proceso histórico de la
concepción de número se las semilla a nuestra propia
formación de ese concepto. Desde niños, admitimos los
números naturales como fruto del proceso de recuento,
de la misma forma que la humanidad los admitió hasta
el siglo XIX. Por otra parte, entre los griegos de la época
de Euclides, números eran los que hoy escribimos como
2, 3, 4, 5, etc., o sea, los naturales mayores que 1. El
propio 1 era concebido como la unidad básica a partir
de la cual, los números, las cantidades, se formaron. El
cero, como vimos, fue una concepción ya de los
primeros siglos de la era cristiana, creada por los
hindúes, para la numeración escrita. Para un niño
aprendiendo a contar, este acto sólo tiene sentido a
partir de la cantidad 2, sino, contar qué? Sólo admite el
cero después de tener pasado algunos años
experimentando los números "de verdad", es decir,
contando y adquiriendo experiencia, lo que se da al
inicio de su aprendizaje de la numeración escrita:
Las fracciones eran admitidas por los griegos no como
números, pero corno razón entre números (2, 3, 4, etc.).
De la misma forma, los números negativos, inicialmente
utilizados para expresar deudas, débitos y magnitud que
son pasibles de ser medidas en sentidos opuestos, sólo
recibieron el status de números siglos después de ser
utilizados en las matemáticas y en sus aplicaciones. De
nuevo podemos observar la semejanza con nuestra
experiencia personal en matemáticas.
La existencia de magnitudes inconmensurables y la
ausencia de un tratamiento eficiente para expresarlas,
es decir, el desconocimiento de una fundamentación
teórica para el concepto de número real, no impidió el
progreso de ramas de las matemáticas del siglo XVI al
siglo XIX. Sin embargo, la complejidad de estas
matemáticas conllevó problemas para cuya
comprensión y solución el entendimiento intuitivo no era
suficiente. Es más o menos así que formamos nuestro
concepto de número real: a pesar de oír hablar de
números reales desde la Enseñanza Fundamental,
concretamente sólo trabajamos con números
racionales en aquella fase o, como máximo,
manipulamos números que aprendemos a llamar
"reales”. Esto ocurre incluso en la En campana Superior
y, más grave, en no raras facultades de matemáticas,
los alumnos terminan su curso con la misma idea de
número real con que en él ingresó.
Los números complejos aparecieron en el estudio de
ecuaciones, en el siglo XVI, con el matemático italiano
Girolamo Cardano (1501-1576), pero también sólo
adquirieron el status de número a partir de sus
representaciones geométricas, dadas en el siglo XVIII
(por KF Gauss (1777 -1855) y JR Argand (1768-1822), y de
su álgebra, presentada por W. R. Hamilton en 1833, en la
que se definen como pares ordenados de números
reales. Estos, a su vez, fueron construidos rigurosamente
a partir de los racionales, décadas después, por R.
Dedekind y G. Cantor. Aquí hay un paralelo con nuestra
educación escolar: suponiendo los reales, no es tan
complicado concebir los complejos. Sin embargo, el
concepto riguroso de número real sólo se aborda en un
primer curso de análisis matemático en la universidad. El
conjunto de los números reales es admitido por axioma
como un cuerpo ordenado completo, y en el construido
a partir de los racionales, como haremos en este libro,
adaptando el trabajo de este tipo, Dedekind.
Por último, los números racionales pueden ser
construidos rigurosamente a partir de los números
enteros y los de los naturales. Pero, y los números
naturales, los primeros que son admitidos por nuestra
intuición? Así se preguntaron algunos matemáticos del
siglo XIX, en la búsqueda de completar el concepto
matemáticamente riguroso de número. Si se construye a
partir de la Teoría de los Conjuntos (ver [15], [27]) lo
pueden ser presentados a través de axiomas, como
bien G. Peano, en 1889, como haremos aquí, con las
debidas adaptaciones. Obsérvese que aquí también
continúa el paralelo con nuestra formación matemática
escolar, ya que el cuestionamiento sobre la naturaleza
de los números naturales es inexistente para la casi
totalidad de las personas que no están directamente
involucradas con las matemáticas.
Por lo tanto, la presentación que haremos en los
capítulos siguientes es aquella que los matemáticos del
siglo XLX y XX dejaron lista para nosotros, nos permite
presentar los conjuntos numéricos en un orden
lógicamente coherente, rápido y elegante naturales,
enteros, racionales, reales y complejos pasando a limpio
el conflictivo orden histórico delineado arriba.
La siguiente cita ilustra bien el movimiento por los
fundamentos de las matemáticas que acabamos de
comentar:
Además de la liberación de la geometría y de la
liberación del álgebra, un tercer movimiento
matemático propiamente significante tuvo lugar en el
siglo X IX. Este tercer movimiento, que se materializó
lentamente, se tomó conocido como aritmético del
análisis.
RELACIONES DE EQUIVALENCIA
El concepto de relación de equivalencia impregna gran
parte de este libro. Por lo tanto, trataremos esta cuestión
a partir de ahora.
Admitiremos la noción intuitiva de conjuntos y, en
particular en esta sección, de los conjuntos numéricos y
de las propiedades básicas de sus operaciones. No
olvidemos que nuestro objetivo en los siguientes
capítulos es estudiar el concepto riguroso de número,
por lo tanto de estos conjuntos numéricos.
Utilizaremos la notación usual para los conjuntos
numéricos:
N = {O, 1,2,... que es el conjunto de los números
naturales, Z (conjunto de números enteros), Q (conjunto
de números racionales), R (conjunto de los números
reales) y C (conjunto de los números complejos). Si A es
subconjunto de R A + denota el conjunto de los
elementos no negativos de A y A_ o de los elementos no
positivos. Si B es un conjunto de números que contiene el
cero, entonces B * denota B \ {O}. (0 símbolo "\" denota
aquí la diferencia de conjuntos.)

Definición 1.2.1. Sea A un conjunto. El conjunto de las


partes de A, o conjunto potencia de A, denotado por P
(A), es el conjunto cuyos elementos son los subconjuntos
de A.
Ejemplo 1.2.1.

Ejercicio 1. Describa P (A) en los siguientes casos:

Esta definición tiene por objetivo hacer necesario


matemáticamente el concepto de par ordenado que,
desde la Enseñanza Fundamental, admitimos
intuitivamente como "un par de objetos donde el orden
tiene importancia".
Con la definición anterior, mostramos, en el teorema
siguiente, que par ordenado es lo que concebíamos
intuitivamente.
Demostración. Si a = c y b = d, entonces es claro que
(a, b) = (c, d). Recíprocamente supongamos que
(a, b) = (c, d), es decir, que {{a}, {a, b}} = {{c}, {c, d}}.
Consideremos dos casos:

1 ° caso: a = b.
En esta situación, (a, b) = (a, a) = {{a}, {a, a}} = {{a}, {a}} =
{{a}}. Así, nuestra hipótesis queda {{a}} = {{c}, {c, d}}.
Entonces el conjunto {c, d} es un elemento de {{a}},
luego sólo puede ser igual a {a}, lo que lleva a c = d = a.
Como a = b, obtenemos a =c y b = d (todos igual a a).

2 ° caso: a no es igual a b
Analizamos entonces la igualdad {{a}, {a, b}} = {{c}, {c,
d}}:
Si fuese {a, b} = {c}, tendríamos a = b = c,
contradiciendo la hipótesis a no es igual a b. Luego {a,
b} = {c, d}, de donde se puede concluir que c no es
igual a d. Por lo tanto, el elemento {a} no puede ser {c,
d}, luego {a} = {c}, de donde obtenemos que a = c. De
{a, b} = {c, d}, como b no es igual a a = c = no es igual a
d, se sigue que b = d.

Definición 1.2.3. Dado un conjunto A, el producto


cartesiano de A por A, denotado por A x A, es el
conjunto de todos los pares ordenados compuestos por
elementos de A, es decir, A x A = {(x, y) / x, y, pertenece
a A}.
Ejemplo 1.2.2.
1. Si A = {1,2}, entonces A x A = {(1, 1), (1, 2), (2, 1), (2, 2)}.
2. Si A = vacío, entonces A x A = vacío.

Ejercicio 2. Si A = {1,2, 3}, cuántos elementos tiene A x A?


Generalizar.

Observe que A x B está contenido en P (P (UB))


(asegúrese de que este hecho).

Ejercicio 3. A x B es igual a B x A? Justificar.

Ejercicio 4. Muestre que si A o B es el conjunto vacío,


entonces A x B = vacío.

Ejercicio 5. Dados tres elementos a, b y c,


pertenecientes, respectivamente, a los con juntos A, B y
C, definimos la terna ordenada (a, b, c) como el par
ordenado ((a, b), c) perteneciente a (a x B) x C.
1. Demuestre que (a, b, c) = (x, y, z) si, y sólo si, a = x, b
= y y c = z.
2. ¿Cuál es el valor del producto cartesiano de tres
conjuntos A, B y C?
3. Cómo definir una cuádruple ordenada de
elementos de un conjunto A? ¿Y el producto
cartesiano de cuatro conjuntos?
4. Generalice.

Ejercicio 6. Una operación en un conjunto no vacío A es


una función
: * A x A -> A. La imagen * (x, y) de un par ordenado (x,
y) por la función * es usualmente denotada por x * y.
Considerando nuestro concepto intuitivo de conjuntos
numéricos y de sus "operaciones aritméticas", pregunta-
y cuáles de las cuatro "operaciones aritméticas
fundamentales" son de hecho operaciones, en el
sentido de la definición en el conjunto de los números
naturales? Y en el conjunto de los enteros? La misma
pregunta para los racionales, reales y complejos.

Definición 1.2.5. Una relación binaria R en un conjunto A


es cualquier subconjunto del producto cartesiano
Notación: Si R es una relación binaria en A y si (a, b)
pertenece a R, escribimos aRb, es decir, (a, b)
pertenece a R <---> aRb. Se lee: a está relacionada con
b (vía R).
Una relación binaria en A será llamada simplemente de
relación en A, pues no trataremos de relaciones que no
sean binarias.

Definición 1.2.6. Una relación R en A. se dice relación de


equivalencia si posee las siguientes propiedades:

1. reflexiva: aRa, para toda a que pertenece a A;


2. simétrica: si a, b pertenece a A y aRb, entonces
bRa;
3. transitiva: a a, b, c pertenece a A, si aRb y bRc,
entonces aRc.

Ejemplo 1.2.4. Consideremos el conjunto A = {a, b, c}.


Verifiquemos si las relaciones siguientes son relaciones
de equivalencia en el conjunto A:
1. R = {(a, a), (a, b), (b, c), (a, Ç), (b, Â)};
2. S = {(a, a), (b, b), (c, c), (a, b), (b, a)}.

Tenemos:
1. R no es una relación de equivalencia, pues no es
reflexiva: (b, b) en el pertenece a R. Observe que
(c, c) tampoco está en R y que R tampoco es
simétrica ni transitiva (verifique! ).
2. S es una relación de equivalencia (compruebe!).

Al principio de esta sección, dijimos que admitir en ella


la noción intuitiva de los conjuntos numéricos y de sus
propiedades aritméticas básicas. Se necesitará en el
siguiente ejemplo y en algunas otras situaciones de esta
sección. El lector no tiene que molestarse con esa
utilización, porque sólo se dará a aclarar el concepto
de relación de equivalencia, éste, rigurosamente
tratado en la presente sección. Además, nada de lo
que decimos sobre estos conjuntos aquí servirá de base
para las construcciones rigurosas de ellos, que son
objeto de los capítulos siguientes.

Ejemplo 1.2.5. Si a, b pertenece a Z, decimos que la


división b (o b es múltiplo de a, o a es divisor de b) si
existe c pertenece a Z tal que b = ac. Escribimos a / b
para simbolizar que la divide b. Esta relación de
divisibilidad en Z no es una relación de equivalencia,
porque no es simétrica, a pesar de ser reflexiva y
transitiva (ver!).
Si R es una relación de equivalencia y aRb, decimos que
a es R-equivalente a b o, simplemente, a es equivalente
a b, cuando R está sub entendida en el contexto.

Ejercicio 7. Sea A un conjunto. Muestre que:


1. A x A es una relación de equivalencia en A.
2.

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