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Cariruro I EL PODER CONSTITUYENTE SUMARIO L-Debate acerca del concepto de soberanta. 2-Origen histérico det on- ‘epto de soberania: la exterior y Ia toterior. $~Titular de Ta soberania en fl sistema europeo. 4Su titular en el sistema americano, SE! poder ‘constiuyente y lon poderes contituidos 1a Constitucién sigida y cvcrita Supremacia de Ia Constitucidn y mulided de los actos contration a Ta ‘Consitucién, G—Las anteriores “nociones en Ta Constituelén mexicana. TeConcepio de Constucién. La Constituciin en sentido material y en sentido formal, Parier de nuestra, Consttucion. 1, Gomencemos por asediar el concepto de Constitucién que la stra acoge. Para ello hemos de tener en cuenta, previamente, el concepto de soberan(a, pero en su elucidacién y manejo debemos de ser cautos. En efecto, la doctrina de la soberanfa pertenece por su naturalera a Ia teorla general del Estado, Si hemos de acudir a ella, serd en la medida indispensable para interpretar nuestras propias instituciones.’ Ciertamente el concepto de la soberania ha sido, desde el siglo xv hasta nuestros dias, uno de los temas mas debatidos del derecho pii- blico. Gon el tiempo, y 2 lo largo de tan empefiadas discusiones, la palabra soberania ha legado a comprender dentro de su Ambito los mds distmiles y contradictorios significados: de aqu{ que al abordar ‘el tema desde diferentes aspectos, sea imposible localizar la polémica en torno de un objeto tinico. Sin embargo, fieles a nuestro propésito antes expresado, trataremos de atrapar entre los dispersos conceptos el que hace suyo nuestra Constitucién, Dice Cart de Malberg: “Solamente cuando se trata de rewlver ti dificultades Inherentes al foncionamiente del Estado @ tambien de ertudiar ef deurrollo de a de: Neto en ef porvenin, ee cando ae puede y se debe recurcin a Ta tera. general det Eula comos una bare de raronamiento y 2 un principio inicial de wlucioner o de Induescioner Utilen pero, enelendase bien, chao en ene cao er neceurio. busear iow Clemente de eta, Worla geeral cn Iau inati¢ucsones consttucionatcs o en log reylas de ‘tec pbicocoouerada poe orden jaro vicae” Feels genera del sed; Nésio, 1948; pagina 4 DERECHO CONSTITUCIONAL MEXICANO Acaso la anarqula ideolégica a que se ha llegado en este punto in fluya en Ia actitud de muchos para negar de raiz Ja existencia misma de Ia soberanfa.* Tal parece que el mal de la confusa discusién, al contaminar la idea de la soberania, no puede esperar otro término que la muerte de Ia institucién, Los nombres de quienes sostienen tesis tan radical y el vigor de su dialéctica, autorizan a considerar a sus secuaces sin tacha, por lo menos grave, de herejia juridica, Otros, entre los mds recientes, han guardado neutralidad o manifestado des. dén, al pasar por alto e} punto de a soberania> que de este modo, combatido por aquéllos y olvidado por éstos, parece ya un tema en: vejecido. En el empefio de estudiar nuestra Constitucién, unos podrin admitirlo y otros impugnarlo, pero nadie podra ignorarlo, porque so bre el concepto de soberania se erige nuestra organizacién constitu. cional y aun la palabra misma de soberania y sus derivados se emplea varias veces en el texto de la ley suprema.t 2, Para alcanzar la meta propuesta comencemos por evocar suma riamente el origen, la evolucién y los cauces actuales de la idea de soberania, La soberania ¢s un producto histérico y, como afirma Jelinek, un concepto polémico# No fue conocida de la antigitedad, porque no s¢ dio entonces “la oposicién del poder del Estado a otros pederes"® La 3 Eo cl enayo “Pluralitc Theories and the attack upon state sovereignty” (pu ‘Sicao en “A history of polit theorie”: New Yorks The Macalan Comapeen okey FW. Coker seals La afuients stracioncs como ejemplos pices de tr tad or rari la soberana del Esta “Si contemplam ‘los hechos, cx bastante cato gue In teria de ta whennla se ‘levers en thinay™(A” D. Lindsey, “The State in Decent Poleal Thor, Poked ‘Quareety oly pags 126145) Ringo lugar oman ba sido més drido y exérl que Ia docttina de Ia saberania So gaa” (Eine Baer, ihe tuperion f the Wau Landon Tics Weng pplement, uly 1916 pa PEER noida Ye sbeakia “Tig ner en of the State" pig 35) 8 Se absisnen Je abordar ict problemas de la soberania tos comentaritas norte smericanot prineipalmente, que. por mi (adiconal empirsimo juries cuter Ma Seats shih Ot pliner cs “an ili, del gue no se puede rescind en inva peliice ncual por erence 1 formula ia cual pat, sgn expres en i FasamblesComnaynate ae ed ‘l deapuds presidente de aquel paih, Einaudi (Calamandeel ¢ Levy Coneeriae an nt Sao tn! a 10) f Anteuln 39, 40, 417 108, fae: HCuamias veces en et curso de ta obra se cit Un artcut sin menctonar a Tey, debe entenderse Gue ey del Consisuctn nacre oe Meni sent de a0, f Feorla general de Estado, por ©. Jelinek: Buenos Ales, 108: igh. 5%9 y a 4B gad Is anterior airason i finch porque ee, BaP S78 Antigoedad ningun poder ajeno at Fatado due see optsers” Dose ado eee it fargo ane ls Flaclones de sobcrania de fs comunidades allay entre Wire a sonia de Koma certo aspect que se wemejan tn aaa s Ts gue eaten So octinas acualen em punto 4 soberanla enteron, 4 contedeacion keene ev ‘Teodoro Momieen, Derecho Publice Romano Benoa Altea THE" ples BF tas fe scr bormda de la doctrina politica” (1. Krabbe, EL PODER CONSTITUYENTE 5 idea se gesté en los finales de la Edad Media para justificar ideol6gi- camente Ia victoria que alcanz6 el rey, como encarnacién del Estado, sobre las tres potestades que Ie habian mermado autoridad: el Papa- do, el Imperio y los sefiores feudales. Del primero reivindicé la inte- gridad del poder temporal; al segundo le negé el vasallaje que como reminiscencia del Imperio Romano le debfan los principes al empe- rador; de los sefiores feudales recuperé la potestad pttblica, que en todo 0 en parte habia pasado a su patrimonio, La lucha fue larga y variados sus episodios, pero el resultado fue casi idémtico en las dos grandes monarquias, unificadas y fuertes, donde culminé la victoria’ Francia y Espafia. La doctrina se puso al servicio de los acontecimientos y Bodino definié por primera vez al Estado en funciones de su soberania: “E] Estado es un recto gobierno, de varias agrupaciones y de lo que les ¢s comin, con potestad soberana (summa potestas).” * De la soberania ast entendida nacié con el tiempo y sin esfuerzo 1 absolutismo, localizado en la persona del monarca, portador de las reivindicaciones del Estado frente a los poderes rivales. Si en la doc- trina de Bodino se admitia que el soberano estaba obligado por las leyes divinas y por las naturales, pronto el pensamiento de Hobbes justificé 1a dilatacién sin limites del poder soberano. El Estado sobe- ano se identified con su titular y el rey pudo decir que el Estado era i, “EL Estado ~asienta Laski— se encarna, entonees, en el_ principe. Todo cuanto quicre ¢s justo, porque expresa sui voluntad, El derecho no significa, como en la Edad Media, un aspecto particular de la jus ticia universal; el derecho es la emanacién de un centro tinico de auto ridad en el orden politico.” ¥ ‘Al sustituir la soberania del rey por el del pueblo, los doctrinarios que intluyeron en la Revolucién Francesa no hicieron sino trasladar al nucvo titular de la soberania las notas de exclusividad, de indepen- dencia, de indivisibilidad y de ilimitacién que habian caracterzado al poder soberano# por Haid J Lacy Batelona, 198; «1, pl. 40 2 Re a ait eke a ta a drut Sats haute “iy Son et ula aetna Pee SES atria tpt tia: a” Ll ee setts nite pine et one eid "ehh i at ed ugh n'y eno puck’ cg Cou Sel CAS SA me, Ei Gi Pie ane ae ee wits did tbat! atc fake ieee Dek Seeing eae Po eae (Fd Ey 2 See eter Sn int Dae elie cat (eainde Ses 6 DERECHO CONSTITUCIONAL MEXICANO A partir de entonces, y hasta nuestros dias, se agravé la confusién que desde la cuna de la soberania presidié el debate en torno de su naturaleza y de sus atributos. La palabra que la designa es susceptible ella misma de varios significados.!? Para nuestro objeto es bastante con fijar, por lo pronto, el concepto predominante de soberania en Ja doctrina europea, en cuyo ambito se ha planteado la discusion Del proceso histérico que a grandes rasgos hemos resefiado, la doc. trina europea ha recogido los siguientes datos: la soberania significa “la megacién de toda subordinacién o limitacién del Estado por cual- quier otro poder”," concepto negativo que se traduce en la nocién positiva de “una potestad piiblica que se ejerce autoritariamente por €1 Estado sobre todos los individuos que forman parte del grupo na cional”.!? Esas dos nociones, que en realidad no son sino aspectos de una sola idea, engendran las dos caracterfsticas del poder soberano: es in. dependiente y es supremo. La independencia mira principalmente a las relaciones internacio- nales; desde este punto de vista, el poder soberano de un Estado exis te sobre bases de igualdad con relacion a los dems Estados soberanos. En la medida en que un Estado se halla subordinado a otro, su sobe. Tan{a se amengua o desvanece. La independencia es, pues, cualidad de la soberania exterior. La nocién de supremacia, en cambio, se refiere exclusivamente a Ja soberania interior, por cuanto a que la potestad del Estado se ejerce sobre los individuos y las colectividades que estén dentro de la drbita del Estado, La soberania interior es, por lo tanto, un superlativo, mientras que la soberanfa exterior es un comparativo de igualdad. “Ninguna potestad superior a la suya en el exterior, ninguna potestad igual a la suya en el interior”; ® he allt, en otros términos expresadas, las caracteristicas de los dos aspectos de la soberania, Las diferencias apuntadas no implican en modo alguno Ia disto- cacién de las dos soberanias. El mismo poder de mando que el Estado ¢jerce en el interior, es lo que le permite tratar con autoridad (asi 40 Para Carté de Malberg el términa “seherania tiene en francés (y 16 propia oct ke en espaol) tes denotaciones distintas, que ev slemin’ se Tepreseatur por ees anus palabra el eardcter supe wndlente de la potestad estatal, Los poderer ‘naretamente comprendidos cn etm. potestad y, por timo, la posicgn que deskro del Estado ocups el Grgano supremo de Ye posted estatal (Op. ch, 5) Pass SaniicRomano, dot on Ins accpeiones dela palabra se ttere tad ot ancl eget de no depeneeia det ordenamiento suprems 7 Ix otra al sspete pss de nee ee ondenamients uns fuera y cliacia superotes 2 los erdcnarioites due sve on oe bito'y ue te estan subordinados (Princip ut Divito. Costiuiondte generale, 2" Mist ‘Toto, pg. 69) outta; op. et pi, 27 12 Gant oy Matnche 8p lt, pig, 2. 13 Gent oe Maan of city pig 88 EL PODER CONSTITUYENTE, 7 sea en términos de igualdad) con los demés Estados. De este modo aparece la soberanfa como la cualidad de una sola potestad publica, que manda sobre los suyos y que en nombre de los suyos trata con os demés. 3. De los muchos problemas que suscita el concepto de soberanfa, dos son los que interesan particularmente a nuestro estudio: el rela- tivo al titular de la soberania y el del ejercicio juridico del poder soberano. Ambos estin intimamente ligados entre’ sf. La evolucidn histérica de la soberania culmin6 al localizar al Es- tado como titular del poder soberano, con el fin de esquivar de este modo la peligtosa consecuencia a que Hegé la doctrina revolucionaria cuando trasladé al pueblo el absolutismo del principe. El Estado, como personificacién juridica de Ja nacién, es susceptible de organi zarse juridicamente. Mas como el Estado es una ficcion, cabe pregum tarse quién ejerce de hecho Ia soberania. Toda la doctrina europea moderna insiste en que el sujeto de la soberania ¢s el Estado, pero fatalmente lega a la consecuencia de que tal poder tiene que ser ¢jer cido por los érganos. Dice Esmein: “E} Estado, sujeto y titular de la soberania, por no ser sino una persona moral, una ficcién juridica; ¢s preciso que Ia soberania sea ejercida en su nombre por personas fisicas, una o varias, que quieran y obren por él. Es natural y nece: sario que Ta soberania, al lado de su titular perpetuo y ficticio, tenga ‘otro titular actual y activo, en quien residird necesariamente el libre ejercicio de esta soberania.” Este titular es el érgano u drganos en quienes se deposita el ejercicio actual y permanente del poder supre: mo, es decir, los gobernantes, como lo dice Carré de Malberg: “Es la nacién la que da vida al Estado al hacer delegacién de su soberania fen los gobernantes que instituye en su Gonstitucién,” ™ Asi lo enten- did Duguit cuando identificé soberania y autoridad politica: “Sobe- ania, poder piblico, poder del Estado, autoridad politica, todas esas expresiones son para mi sinénimas, y empleo la palabra soberania por que ¢s la mds corta y la mas cmoda.” Ge Bourne, Elemente du droit comstitutionnel frangais ei compards ® el; Paris 927. pag. 4 ‘eof. its: pg. 30, La misma tes, aunque mis explicta, aparece en Jean Dabin: ei Estado ‘mismo, aunque perwna, no esth dodo de voluntad; pero tiene a am ser vicio gobernantes que efrcen a soberania y que tomarda en aus manos el mando, no Como Sextonarios de cst sberania que cf € suyo itallenable, sino como Srganos repre ‘SEntativos del Estado soberano,.. De este modo, en cuanto al goce, 1a soberania, corres onde al Estado mismo como una de sus cualidades, y, en cuanto al ejercci, corres Ponde los gobernantes kxitimos:” (Dacirina general det Estado; México, 1950; pig a 139) ‘Lav Srgance en a0 conjunto y con sus funciones estructural y funcional: Sete componcn cgi (id) Poms Tiolado de Deecho Pain! «1, pa a 50) We vcore; Saberania y Libertad; trad. Aewha; Madd, 1924: pig. 191 8 DERECHO CONSTITUCIONAL, MEXICANO De este modo la realidad se ha impuesto sobre la ficcién, ¥ ta rea: lidad consiste en que son personas fisicas, en reducido miimero, las detentadoras de ese poder sin rival llamado soberano, ejercide sobre una inmensa mayoria. Ante esta realidad, al {in y al cabo result este Til el esfuerzo de Jellinek en contra de la identificacion de le sche, ania del Estado y la soberanla del drgano," con el que trat6 de sal. 13¥ 2 Ia teoria del Estado soberano del riesgo inminente de Megara {2 dictadura organizada del gobernante, después de que aquella teorla habla cumplido su misién de salvar el clerecho de la dictadura andr, quica del pueblo. {Como limitar, eficar y juridicamente, semejante poder que para Jellinek puede, por su calidad de soberano, mandar de una manera absoluta y estar en situacién de conccionar por la fuerza la ejecucion de las drdenes dadas? He alli el problema con el que se ha encarado, hasta ahora sin éxito bastante, la docttina curopea. Todos sefialan como mévil justificativo de la actividad soberana algun ideal enalte cedor: el bien comtin, la solidaridad social, la justicia, etc. Mas la re. fla ideal no ata juridicamente al Estado: “Al decir que el poder so berano no tiene limites, se quiere indicar con ello que ningiin otro Poder puede impedir juridicamente el modificar su propio orden ju Pidico." "| “Esto no significa —afirma Carré de Malberg- que toda decisin legislativa sea irreprochable por el solo hecho de provenis de una autoridad competente, pero si significa que el derecho no podria, for sus propios medios, impedir de una manera absoluta que se pro. duzcan a veces divergencias e inéluso oposiciones més o menox viclen: tas enue la regla ideal y la ley positiva.” * A lo que podrlamos agre. Sar que Ja regla ideal, a su vex, no es acogida uninimamente, por lo aue la discusién trasladada al campo del ideal tendria que ser cortada Por Poder piblico mediante la expedicién de la ley positiva que acogiera alguna de las tesis en conflicto, Es verdad que en la préctica el poder soberano tiene que medirse si quiere consolidarse y ser respetado; pero tambicn es cierto que este Fequerimiento de cardcter practico no encuentra en la teoria del on Bano soberano una adecuada y suficiente expresién jurldica; asl lo gmeendié Laski: “La soberania aparece condicionada constantemente, En Su aspecto histérico, por las circunstancias de cada edad. Sdlo so afirma en Ia practica cuando se ejerce con responsabilidad, Pere. al Sefinir Ia soberanta se dice que es ilimitada e irresponsable; en cays HT Peutinen; op. cit, pig. 408. 18 Jruniwes; op. cit” pig, 998 1 Canah oe MaLbtac} op. city pig, 208 EL PODER ConstrtureNTE 9 pontcian fica de esta hipdtesis se convierte asi, directamente, en una Posicién divergente con la experiencia de su actunciaa nce J Ret cuanto deposita et poder soberano ficticiamente en el Es tado y realmente en los érganos 0 en los gobernantes, la doctrina euro. Fea ba fracasado, Veamos ahora la gran experience norteamericana (clue sin faltar a la precisién de los términos podermos lamar “ame- nentay ” Por haberla acogido Ios principales pases de nue Conti- Salvo algunas discrepancias secundariss, hemos de admin con Las. Ki due en el sistema americano no tiene enbida la sobennt. del orga I hoe pag Sobermantes 0 del Estado, porque ni lew porleres fede ales, ni tos poderes de los Estados, ni, en sums. ningwout Persona fisica 0 entidad moral que de gobierno puede enten. derse, en este sistema, c cidn, la capacidad para determinarse de un camente; que para la doctrina europea co ssencial de Ia sobcrania, no puede ubicarse nunca en fos podcres del SAE ob cit pg 4 aloe que ocuparen con ma aio. thoids Roses Sins legit legitimidad a cbakjuier acto que manne eae 2s guide que no ne pueden stomoadat tot nat ad Unido de Amtrka. Bi Comp us aaa rs tyarern,Cuidadontmentc, deine easy, ty eR nfl natTon de Ia Consign: hasta Se ani te Muiona dandy se consis exetpclin ie tt reopio conentmicnua de un suapes Sak, or’ lo tenon. Tor Eaendan nee eos Jet Tribunal’ rmienia cotltvconal, repreenian iia La experiencia particule Esaio en cond mente, de un Srgane. repr cient ‘Wiados a un Estat coo, Me cardcter limita, ex 10 DERECHO CONSTITUCIONAL MEXICANO Estado dentro del sistema americano, porque esos poderes obran en ejercicio de facultades recibidas, expresas y, por todo ello, limitadas. Fste principio serd la base de todo nuestro estudio en el campo del derecho constitucional mexicano. Dentro del sistema americano, el nico titular de Ia soberania es el pueblo o la nacién Este titular originario de a soberania hizo uso de tal poder cuiando se constituyé en Estado juridicamente orga nizado. Para ese fin el pueblo soberano expidié su ley fundamental, ilamada Constitucién, en Ia que —como materia estrictamente conv titucional— consignd la forma de gobierno, cred los poderes publicos con sus respectivas facultades y resetvé para los individuos cierta zona inmune a la invasién de las autoridades (los derechos puiblicos de ta persona que nuestra Gonstitucién lama “garantias individuales") El acto de emitir la Constitucién significa para el pueblo que la emi: te un acto de autodeterminacién plena y auténtica, que no esta deter minado por determinantes juridicos, extrinsecos a la voluntad del pro- pio pueblo. En los regimenes que, como el nuestro, no toleran la ape lacion directa al pueblo, el acto de autodcterminacion representa la Ainica oportunidad de que el titular de la soberania la ejerza en toda su pureza € integridad. De esta suerte los poderes publicos creados por la Constitucién, no son soberanos. No lo son en su mecanismo interno, porque la auto- ridad esti fragmentada (por virtud de Ja divisién de poderes) entre los diversos drganos, cada uno de lps cuales no tiene sino la dosis y la clase de autoridad que le atribuyé la Constitucién; ni lo son tam- poco en relacin con los individuos, en cuyo beneficio 1a Gonstitw Gién erige un valladar que no puede salvar arbitrariamente el poder piiblico. A tales érganos no les es aplicable, por lo tanto, el atributo Ge poder soberano que Ia doctrina europea coloca en el érgano a tra: vés de la ficcién del Estado. Ni siquieta es propio hablar de una dele- gacién parcial y limitada de la soberania, repartida entre los érganos, porque en este sistema, y hasta ahora, soberania y limite juridico son términos incompatibles, asi ideoldgica como gramaticalmente.™ Now abvtenemos de tocar la cistineiin entre soberania popular y soberanta mach val, que tanto presetpa a Ta teota (rancess, porgue carece de incercs para nuestro objeto Ap una obra recente, publicads pe primera ver en Estados Unidos en 1003 y cen Meaics "eu raducion ‘expanola, en 1966, consideramos, que se halla Ia contivmaciOo GENES Stpustas que hemoe venido: reteranda en teins téeminos aos actual Me Rs Uuicokte antcliorer ath petente, Dew ast "ghonde, pues, rere Ja sobe Gia tn clantema nosteameriane? Lx respuesta es que, en el scatito austiane, no exis O82 Euuder Unidos ninguna. perwona.@ corporacion ‘de perwnas en. posesibn dela ern frig" Que hu pane ae an, Foal Gk seni tek tania en sentido austiano, ev fo por el principio bisien de que s6lo es wn gubiemo ‘Un gobierns. gue solo. puede ejerctar los porteres_otorgados fortuna Consttueton, ex de autoridad fi Podenes det gobiemay México. 1906: 4. T. pA EL PODER CONsTITUYENTE. n EI pueblo, a su vez, titular originario de la soberania, subsumié en ta Gonstiuicién su propio poder soberano, Mientras le Come eign opis, ella vineula juridicamente, no silo a los érganos, sino tantbion poder, due les cre6. La potestad misma de alterar ln Congieyse {lacultad latente de la soberania), s6lo cabe ejercerla por cauces Juridicos. La ruptura del orden constitucional es lo nice que, en ciertos casos y bajo determinadas condiciones, permite que. aflore Slo inten: Griginario Ia soberania; mas se tata de un hecho que slo interesa a) derecho en esos casos y condiciones, agin ve weed en su oportunidad, Je expuesto nos lleva a la conclusién de que Ja soberania, una vez ius et Pueblo ia ejercid, reside exclusivamente en Ia Constitueran y 20 Gh fos Srganos ni en los individuos que gobiernan. Advertitlo vay & el hallargo de Kelsen. “Slo un orden normative dice puede 7 soberano, es decir, autoridad suprema, o ultima tain de las ste Jas normas que un individuo esti autorhiado a expeiliy eon he Pic de mandatos y que otros individuos estin obliges a ohedecn Fi oder flsico, que es un fenémeno natural, nunct puede see en rano en el sentido propio det términy.” # Asi ¢s como Ia supremacta de la Constituciin responde, no sélo sedk aii ct [a expresin de te soberania, sino también a. que por 1a ofa bor encima de todas las leycs y de todas las autoridedest og Ja Jey que rige las leyes y que autoriza a las autoridades, Par acs pre- Cada det eiblee de tas palabras, diremos que supremacia dick In calidad de suprema, que por ser emanaciin de la tts alee teens ae Desde la etispide de la Constitucidn, que estd eh el vertice oe Ia Firaeai@e Juridica, ol principio de Ia legatidad fluye a los puderes pt blicos y se transmite a ios agentes de la autoridad, impregnindolo forio de seguridad juridica, que no es otra cosa sino corsirionat Hatz Si hemos de acudir a palabras autorizadas, nos servivie le te Kelsen para describir el principio de legalidad: "Un indiciar que be funciona como drgano del Estado puede hacer todo aquello que no Eo pronibido por el orden juridico, en tanto que el Esiadd, ene Fi 21 individuo que obra como éngano estaual, solamente puede here lo que el orden jutidico le aworiza a realist. Desde el pinto de ceca EY zur a auicn acatames de mencioar onions de Ia sguknte munca a sips pe nots "Si carey tera aoe anes pa "ye de I “aloe ales Contribs ha ede Ba ea eat ting ea pasta. toad puri see metas, ¥ games au 6 man peso Pat fev ls Consitueién®” Op. eth, pe 46 “= RUSE "Teork general de "Bethe y de Kv; Mx. 1% py ton Ig DERECHO GUNSTITUGIONAL, MEXICANO de la técnica juridica es superfiuo prohibir cualquier cosa a un ér- gano del Estado, pues basta con no autorizarlo a hacerla.” En los paises de rudimentaria educacién cfvica, donde las teorfas de la omnipotente voluntad popular se resuelven al cabo en la préc- tica de la voluntad arbitraria de los gobernantes, es preciso esclarecer y vivificar el principio de legalidad, el cual informa al Estado de derecho. En esa tarea hemos utilizado por contraste la decrépita dis- cusién de la soberania, que nos ha sctvido para afitmar que entre nosotros ningtin poder ni gobernante alguno es soberano, pues todos encuentran sus fronteras en la Constitucién. Insistir en este tema nun- ‘ca est por demés, y todo nuestro estudio lo consideraré como punto de partida y de legada. 5. La supremacia de la Gonstitucién presupone dos condiciones: el poder constituyente es distinto de los poderes constituidos, Ia Cons: titucién es rigida y escrita. _ En efecto, si como hemos visto, los érganos de poder reciben su investidura y sus facultades de una fuente superior a ellos mismos, como es la Gonstitucién, eso quiere decir que el autor de la Consti- tucién debe de ser distinto y estar por encima de la voluntad particu- lar de los érganos. La doctrina designa al primero con el nombre de “poder constituyente” y a los segundos los llama “poderes. consti- tuidos”. EI origen de la distincién entre las dos clases de poderes se en- cuenta en la organizacién constitucional norteamericana* La teorfa de la separacién de los tres poderes de Montesquieu (que también tuvo su primera aplicacién prictica en el suclo de Norteamérica), ademds de plantear ya de por s la division del poder publico, presu- Kerarsi op. cit, pig, 277. No debe entenderse ei térmivos absolutos ta tain tamsrlia, smo telcrida ‘ala exitencia expresa de is facaltad como consieon dein fctuaeldn’ del drgano estatal; en ese sentido exacto que cl no otorgamicato de Ia ta fhltad eguitale 4 ua prokibleén, Pero en cuanto al sjerccio de una faculad va com fdida, Ia promibicion expres se necesita si Se quiere Wiitar ese eerccio, Bn otto ter ‘mings, mientras wo se chntlere la feultad nada puede hacer et Coaera Wo puede hacer todo en su ejeciclo, mew Smplda We ca suri i no comataran expresmeute Ia gt idader podeian desplogar sin eortapisa en fa eilera del individu las foculades Toe ida, Ds Sieyés decia en Ia Convencién: “Una idea ana “divaén ehtze el poder constitmyente y Tor poser eo ‘cubrimientos que hacen adelaniar la Cenciat debe 2 face el siguiente comentarios "Al invoear cata fecha de 17H8, que era Ja de la compar Sleion de fu obra sobre el Tercer Estado, Sieyés daba 3 entender claramente que el mis: tao cra el frances a qulen se debla ci descubrimiento. A patti de Latajeti, que ret Uilieb a Sieyes, ya nadie admite el orien fraucés de la insituciéa, que por oa parte po alcannd en Francia el desarrollo y Ia diccciém que la earacteraan en fa organizaion onsutuclonal de Estados Unidos” Vid, Cavee de Malberg, op. eit, pigs 1188, y Je fnek, op it, pigs 414 y 427 Stile extablesi6 en 1788: tion, Figurara entre lon dee rancese” Carte de Maller EL. PODER CONSTITUYENTE 18 ponia légicamente la necesidad de un poder més alto que matcara a cada uno de los tres érganos su respectiva competencia, Esto no lo al- canz6 a advertir Montesquieu, ni se dio cuenta tampoco de que la unidad del Estado, quebrantada por la divisién de los poderes, se re: construia en la obra del constituyente. La separacién y supremacta del poder constituyente respecto a los poderes constituides, que como acabamos de ver responde a una ne- cesidad légica, acttia por otra parte con diferencias de tiempo y de funciones. Cronolégicamente el constituyente precede a los poderes constitui: dos; cuando aquél ha elaborado su obra, formulando y emitiendo la Constitucién, desaparece del escenario juridico del Estado, para ser sustituido por los 6rganos creados. Desde el punto de vista de las fun: ciones, la diferencia también es neta: el poder constituyente no go- bierna, sino s6lo expide la ley en virund de Ia cual gobiernan los pode- res comstituidos; éstos, a su_vez, no hacen otra cosa que gobernar en los términos y limites sefialados por la ley emanada del constitu- yente, sin que puedan en su cardcter de poderes constituidos alterar en forma alguna la ley que los cre6 y los doté de competencia. La intangibilidad de la Constitucién en relacién con los poderes constituidos significa que la Constitucién es rigida. En ninggin siste- ‘ma constitucional se admite ciertamente que cualquier érgano cons. tituido pueda poner la mano en la Constitucién, pues tal cosa impli- caria la destruccién del orden constitucional, Pero en Inglaterra el Parlamento, cuyas funciones propias son las del poder legislativo ordi- nario, gora eventualmente de las facultades de poder constituyente, lo que se traduce en que por encima del organo legislative no existe tedricamente ninguna ley intocable; por ello la Constitucién inglesa ‘cs flexible. La rigider de una Constitucién proviene, por Io tanto, de que ningiin poder constituido —especialmente legislativo— puede to- car la Constitucién: la flexibilidad consiste en que la Constitucién puede ser modificada por ef poder legislativo. Esto ultimo, que en Inglaterra ¢s producto de una prictica tradicional, hallé en Rousseau su teorizante, al sostener que, por radicar la soberania en el cuerpo legislativo, para éste no hay limitaciones. La rigidez de la Constitucién encuentra su complemento en ta forma escrita, Aunque no indispensable, si ¢s conveniente, por moti- vos de seguridad y de claridad, que la voluntad del constituyente se externe por escrito en un documento tnico y solemne, La Constitucién de los-Estados Unidos de América es rigida y es crita, Por serlo, es superior a los poderes constituidos, todos ellos, Los autores de El Federalista, cuyos comentarios en favor del proyecto de “4 DERECHO CONSTITUCIONAL MEXICANO Constitucién elaborado por la asamblea de Filadelfia reflejan la inter- pretacién més proxima y cldsica de aquella ley suprema, tuvieron cui- dado de acentuar el hecho de que también el poder legislative que- daba subordinado a la Constitucidn, Del siguiente modo habla Ha- milton, “el genio colosal” del sistema norteamericano, segin expre- sién de Beard: ** “No hay proposicidn que se apoye sobre principios mas claros que ta que afirma que todo acto de una autoridad delega- da, contrario a los términos del mandato con arreglo al cual se ejerce, 3 nulo, Por lo tanto, ningtin acto legislative contiario a la Constitu. cion puede ser vilido, Negar esto equivaldria a alirmar que el man. datario es superior al mandante, que el servidor ¢s mas que su amo, que los representantes del pueblo son superiores al pueblo mismo y que los hombres que obran en virtud de determinados poderes pue- den hacer, no slo lo que éstos no permiten, sino incluso Io que prohiben.”" # Las ideas de Hamilton expuestas en El Federalista, se incorpora- ron definitivamente al derecho piiblico norteamericano como su ele- mento mis caracteristico y sustancial, cuando en la célebre ejecutoria Marbury vs. Madison las hizo suyas John Marshall, presidente de la Suprema Corte de Justicia! ™ Gitado por Gustavo R Veluco en et prélog, pig. XV, x su traducién de Federalntas Mico, 1918 Wl Federals; tend. cit. pig. 999 31 EL vinculo enue et Aedyelisia y la obra jucnprudencial de Marsbal, Wo sefala en on tguients te Ss poceres) funciona (lel govieme naZionl)El rionumcate mown de Shall Hos ha stguido bata sus" altimes restados y conscevencis, co flacad que st acerca en cuanto Ce pile « tim demectacion mate ‘omen lario abreviado de le Uonstauctin federal de ts Estados Unidos de Amen; ade tis Mateo, 167; relat, pig UL Tot a imporianca de voto Mavbury vs. Madigon, que pronuncé Marsal cn, 108 oimon Laporte en que su ao tent shape ef seme de aa Cay ris 4 cael oe i Baro: Que ol pac ke denn ‘ela para cablecer para vu fatno gobierno, ko principio uefen su opsnion mejor lopren st propia teisded cla base bre in ‘cat no Cl siemens hae ‘tgido, EV cjeciclo de ese devecho original, requiete un fran euerto, que no, puede mi debe ser cetueriementerepeudo. Em conseasne, los" princpies asl sublet, Se ‘sian fandameotates.¥ emo la autoridad elon caaiee rune, cs supreme ho pe Ae olnar com tecnica, 12 tntencion al exableerios es de que sean pevmancnter "Esta votuntad vsigival y suprema, onganian al Cobieraa y asials sus diver de- Partamentes su poueres respectivon Pact narearse un alto ahi» bien esablecene ‘erion lites ue no pueden act propassds por miguno de hos departamestes “EI gobiccus de ly Faas Ustdor cuca dene de la thus ceeapee, Lon posers del Legislative quedan definite y limados: y pura que exes lime fo. pueda BY equisocanc ni winidane, foe exerita te Consttueibns goon que objeto se cokegaas {ales limites por esto, st eum lites pudiersn em cualquier hempo soinepacre” fis penonas ‘a quienes se guise estrogie? La distinein cre goblerion ae poalcvcs Jimitados y tos prdetes ilimitados, queda abotida st to lates por comicnea se poy sonas, lak cual les han sido itpueator y a lo probivide 7 lo pervutido ac quipalan, ‘Exe 6 un raconamicnto demasiado obvio para dejar Ingar & dudae y lleva a If ceucla EL PODER CONSTITUYENTE. 15 La nulidad de los actos no autorizados por la Constitucién, sefiae ladamente los del poder legislativo, es la consecuencia final a que conduce dentro det sistema americano Ia separacin del poder consti- tuyente y de los poderes constituidos, conforme al pensamiento de Hamilton y de Marshall. Slo faltaba designar al drgano competente para declarar la nulidad de un acto de autoridad por ser contrario a Ja ley fundamental. Como se expondrd més adelante, en el sistema americano se otorgé al poder judicial federal, en ultima instancia a la Suprema Corte de Justicia, aquella competencia, De este modo la Suprema Corte, segin expresién de Bryce, ¢s "la voz viva de la Cons sida de que 2 Consttuckin contcia » canlguier atto egslatvo que Je sea repugnant; ‘ues de no ser ah el Legitativo podtia alear la Connituciea for medio Ge iee Ley Eman "Si el primer extremo de 1 altemativa es Ia seria, entonces um acto leitativo ontario ala Gonsttucio, no es una ley, tel sgundo extromo.de ia altcrretes verdadero, cotones las consituciones tacitsn som inenios aun. por parts eel Pucbo, para linitar um poder que. por Wu propia naturacis cy iimitsbhe Clecamente ‘ue tots aquelion que han elabuanio conttactones crits lat constant Come’ ley fundamental y suprema de la nacin , em comecucncia, fa teonia de tase gobiee ou raturaera ‘tee gue ver que una ty del Congreso que tepugaara «i Conse. on, debe consklerare inexistenie, Ext tbr, por tu eaencaitua, va imbfbla ea tna ‘constituién ercrita y. en consecuenla, este tibunal tiene que conderatis cos tno de ton prineipion fundamentals de nuestra sociedad, Nov pute, puch perder de vista‘al seguir coiderando el problema gue ie et ‘31 una ley del Legisativo, contrarta 4 la Consitacién, © mula, a pesar de dicha futidad cpnede obligat’a fos Wibunakr a cbedceera 0's ponctla th Niged 0, teins palabras postr de-que no es ley iconntuye une regia ue tens lor mismos lees {que a fuera ley? Exo equiva s doveehaf de hetho lo" que yu bso ertableode Gh icorlay-4 primera vista parcceria una cola tan abiurda, que Mi siguits se press aigcusia. Sin embargo. meccers nql ser extatinds com inser meneion indudablemente, ts de ia competencia ¥ Gel deber del poder fuiical, ef deearat dl gla ley. Quienes aplican ta sep + caon‘partcslnes, Recencomene ase nae tstableer © Jatxpretar ca vegla, Sides Teyes ein en conto una con ous oe ie bounales tienen ae delist sobre cull ex te aplicabe Aut, sf un ley be ena ik Consitucién si tamto- la Ley como la Conaitaion, peden apliarss 2 deroniaads ‘0, en forma que ef tbundl teene gue decidir ete ano, yu ser conform ah ie 9 sin tomar en cuenta ts Gonstitucén, 0 conforme & la Constlucion haciendo 2 en 0S In'tey ef tural tiene que detcrminar cal Je estas seglas ei eontiaa sige ot cee Euo ‘de Ia verdaders coondin det deber judical i pues Yon tribunaies deben tomar en'caenia 2a Consiucién y la Coutitucién et superior a toda ley ondioara del Ley'siatve,entoncts ly Conmitucién y no tal ley ora nati, ene que rogir en quclos caos enue amas sevianspiterbee ‘Ast puc,aauelion qge detechan cl principio de que la ConuitieOn dene que set guider por los trburales conn fn Ley Supreme, Hucdan reducdos ie ncheaded {ie sstener Ge lon tribunales debon Tray dniameme a it ey osdionra ia Eiri dat er te cn ol fandamento mismo de tun Coniacién ita. Fotableceria que unt ley gue de acuctda on tov prince y Ie ort de see sohlerne completamente nul sin embargo, I pricacd cp Lomplestaense sie feria. Elablceria que cl Legislative hickes squite que ie cel omar ei ido, este acto pray‘ Ia prohibicén express om Us atadad elas conse pains lect Seria dare ol Legilativa una smnipotcness picts y res al mitwne tales agement pes du te fia cinco pate Sale ‘Mies y dcarar af mimo tempo que seo Vices puch ace tangs 4 ae: Cred, des Revita Mesioma de Dereeho Pablico: ty Ni Spiga Hes at Tor ojon con refoeion ata Comstitueiea 16 DERFCHO CONSTTTUCIONAI. MEXICANO titucién” 3 cuando interpretando la ley mixima declara si un acto de autoridad esta 0 no de acuerdo con la misma En ‘una sintesis del sistema descrito, podemos decir que la sobe ania popular se expresa y personifica en la Constitucién, que por es0 ¥ por ser la fuente de los poderes que crea y onganiza, esti por encima de ellos como Jey suprema. La defensa de la Constitucién consiste en 'a nulificacion de Jos actos que fa contrarian, la cual incumbe prin. cipalmente a la Suprema Corte de Justicia en instancia final.’ Los actos de la Suprema Corte, realizados en interpretacién constitucio. nal, son los timicos actos de un poder constituide que escapan de la sancién de nulidad, lo que se explica si se tiene en cuenta que la Corte obra siempre, no sobre la Constitucién, sino en su nombre, El cambio de rumbo en la jurisprudencia de la Corte por motivos politicos o sociales, como ha acontecido algunas veces en Estados Uni dos, plantea la posibilidad de que la Corte asuma de hecho en tales cecasiones la funcién de poder constituyente; lo que ella hizo decit a Ja Constitucién en determinada época se modifica al cabo del tiempo, hasta el grado de hacerla decir lo contrario, a pesar de que el texto constitucional permanece incélume. Reservamos el estudio de esta cuestién para otro lugar; por ahora bastenos con advertir que en la Giispide de todo orden juridico la sltima palabra, la decisién inape lable que reclama la seguridad juridica, corresponde decirla a quien juridicamente tiene que ser irresponsable; la definitiva instancia es tard siempre en Ia tiltima linde de lo juridico y mis alld s6lo queda In responsabilidad social, polftica y personal del titular de tal instan. cia. La logica del experimento americano consiste en que la ivespon- sabilidad juridica de In Constitucién se confunde con la de su intér- rete; la suprema palabra de la una cs la ultima palabra en el otro, con lo que queda a salvo el lugar que los principios han reservade para la Constitucién. 3% Tie aqui las elocuentes palabrat que Lord Bryce, conocedor profunce de las ine tituciones notesmericinas,conmgra la Suprema Gitte de Justicia Le sopieeae Gane 1,3 or de ta Conntticdn, eno ex de lt voluntad del pueblo, deguiee te cog son a su vex la ley furntamental que ¢l ba votado. Hs por ello le Conte, fe cone det peebla, Resueli 2 prescrvarte 2 s! mismo de tralo 240 injunto ¢ inelicsve al pac blo ha colocado por excima de sus mandatatios una ley permanente, que co de J minoria. £3 ea ley a que Ia minora puede invest tunnde ead amensencs eee 4a taayoria, y es en la Corte colocada mis alld de Toe alien de Le Gane Poe ‘encuentra su inlérprete y su defensor. Para estar a la aliura Ue tan impatene (eee fs, Corte debe ser tan firme couno Ia. Consitucion. Su episiaa y were eee Jor del pueblo en sus momentos mas fli Ex precio que Tenuta & tan imag te Storie y con mayor firmeaa st aumentan en vigor. Amtallada deteis de Seieea sxpueMables, debe’ al eixmo Gempo esatiar lor ataques auicron Us los ounee Dene el gobiema y las seduccione, mas peigrosis por impalpables, det sealinicnts pecs La sripublique ‘amdriceine (ead. tanta de The’ American Commuanmeakhe,” pore 1800; C1, pags, 338 9 869, EL PODER CONStITUYENTE n For lo demés, el papel de la Suprema Corte dentro del sistema americano de Constitucién rigida y escrita consiste en atenuar el de- fecto que la experiencia ha seffalado a tal sistema y que Jellinek ha expresado con estas palabras: "Una cosa es indudable: que las Cons. tituciones escritas rigidas no pueden evitar que se desenvuelva junto a elas y contra ellas un Derecho Constitucional no escrito: de suerte que, aun en estos Esiados, junto a los principios constitucionales pu- Tamente formales, nacen otros de indole material.” ® El abismo entre el derecho vivo, que tiene su fuente en necesidades y costummbres nue. vas, y Ta letra envejecida de una Constitucién secular, lo salva el in. térprete idéneo de la Constitucién al legitimar constitucionalmente tun derecho consuetuciinario que de otra manera no seria derecho. No se trata, pues, de dos derechos frente a frente —el escrito y el consue. tudinario—, como parece indicarlo Jellinek, sino de una modifies, cin que en el significado del texto inmutable imprime, bajo el inn. Perio de la costumbre, quien constitucionalmente puede hacerlo. Aun en este caso, en que la Constitucién rigida adquicre cierta ductili dad en manos de la Suprema Corte, se confirma la supremacla de la Constitucién, en esta hipdtesis sobre el derecho consuetudinario, Al terminar el estudio del sistema americano con la alusién al ér gano que puede pronunciar la nulidad de los actos de autoridad con. Barlos a Ta ley suprema, nos hallamos en condiciones de precisar la honda diferencia que separa aquel sistema del europeo. En 1908 ase. suraba Duguit, en las conferencias que mas tarde se publicaron bajo 41 titulo de La transformacién del Estados que no era posible ones, nizar pricticamente ninguna represin eficaz de las intrusiones del Estado soberano en los derechos del individuo. Al enconado adversa rio de Ia soberania asistia Ia razén por lo que toca a los regimenes eurepeos, pero afios més tarde rectificd su criterio cuando conoid el ensayo constitucional de Norteamérica. Durante su permanencia en Estados Unidos en 1912, Duguit pronuncié las siguientes palabras, después de hablar extensamente con el Presidente de la Corte Supre ma: “Estas garantias (en favor del individuo en sus relaciones con el Estado) no pueden residir mis que en una alta jurisdiecién de recono- cida competencia, cuyo saber ¢ imparcialidad estén a cubierto de toda sospecha y ante cuyas decisiones se incline todo el mundo, gober- nantes y gobernados, y hasta el mismo legislador. .. Corresponde a tos Estados Unidos el honor de haber constituido un sistema que casi asegura la realizacin de este ideal 33 Jeune: op. ct, pig, 498. 4 Dueurr; La wansformactin del Estado, 88 Ducure: Soberania ylierted; Maui iq. 207 18 DERECHO CONSTITUCIONAL MEXICANO 6, Relacionemos ahora las ideas que presiden la organizacién cons titucional de Estados Unidos con las que informan a la Constitucién mexicana en el punto que estudiamos. Nuestra Constituci6n actual es obra de una asamblea constituyente ‘ad hoc, como fue la que se reunié en la ciudad de Querétaro en el aiio de 1917, y la cual cred y organiz6, en la Constitucién por ella expedida, a los poderes constituidos, dotados de facultades expresas y por ende limitadas, e instituyé frente al poder de las autoridades ciertos derechos de la persona. Una vex que el Constituyente de Que- rétaro cumplié stt cometido al dar la Constitucién, desaparecié como tal y en su lugar empezaron a actuar los poderes constituides, dentro de sus facultades. Hay pues, en nuestro régimen una distincién exacta entre el poder que confiere las facultades de mando y los poderes que ejercitan esas facultades, lo que significa que nuestra Constitucién adopté en este punto el sistema norteamericano. Por mis que la supremacla de la Constitucién cs consecuencia ne- cesaria y natural del sistema acogido, la nuestra quiso expresar el ptin- cipio en varios de sus textos La supremacia de la Constitucién federal sobre las leyes del Con- greso de la Unidn y sobre los tratados consta en cl articulo 198, cuya primera parte dispone: “Esta Constitucién, las leyes del Congreso de Ta Unién que enuinen de etla y todos los tratados que estin de acuer- do con la misma, celebrados y que se celebren por el Presidente de Ja Repiiblica, con aprobacién del Senado, serin la Ley Suprema de toda Ta Unidbn.” Aunque la expresidn literal del texto autoriza a pensar a primera vista que no es solo la Constitucién Ia ley suprema, sino tam- ign las leyes del Congreso de a Unién y los tratados, despréndese sin embargo del propio texto que 1a Constitucién es superior a las leyes federales, porque éstas para formar parte de la ley suprema de- ben “emanar” de aquélla, esto es, deben tener su fuente en la Cons- titucién; Io mismo en cuanto a los tratados, que necesitan “estar de acuerdo” con Ia Constitucién. Se alude asi al principio de subordina- cin (caracteristico del sistema norteamericano) de los actos legisla- cto a la norma fundamental. la obligacién de los funcionarios puiblicos de respetar la supremacia de la Constitucién se infiere del articulo 128, segin el cual “todo funcionario piblico, sin excepcién alguna, antes de tomar posesion de su encargo prestaré Ja protesta de guardar la Constitu cién y las leyes que de ella emanen”, Se faltaris a clicha protesta si se Mevara a cabo un acto contrario a la Constitucién, No cabe duda, por lo visto, que nuestro sistema constitucional es imitacién fiel del norteamericano en cuanto a la primacia del Cons. EL. PODER CONSTITUYENTE 19 Gituyente y de su obra sobre los poderes constituidos y su actividad Mas a pesar de ello, hay en nuestra Constitucién tres articulos que no figuran en su modelo y que parecen introducir en el sistema adop- tado algunas variantes del europeo. Guando nuestra Constitucién dice en el primer parrafo del ar- ticulo 39 que “la soberania nacional reside esencial y originalmente en el pueblo”, asienta una verdad parcial, que el glosador debe com- pletar diciendo que esa soberania se ejercié mediante el Congreso Constituyente que dio la Constitucién, la cual es desde entonces ex: presién inica de la soberania, Cuando ¢l articulo 40 habla de Ia Federacién, “compuesta de Es tades libres y soberanos en todo 10 concerniente a su régimen inte- rior”, esté empleando el vocablo “soberanos” en una acepcién que no cs Ia propia. Eximolégicamente, “soberania” significa lo que esta por encima de todo (de “super”, sobre, se formé “superania”, “soberania", palabra que segiin otros deriva de “super omnia”, sobre todas las cosas). A dicha acepcién etimolégica debe corresponder un contenido ideold- gico congruente, respetuoso de la filiacién lingtifstica del vocablo. Fste contenido es el que hemos dado a la palabra soberania: el poder que esta por encima de todos es precisamente el que no admite limi- taciones © determinaciones juridicas extrinsecas. Por ello la compe- tencia de los Estados miembros de la Federacién, para gobernarse por si mismo dentro de las limitaciones impuestas por la Constitucién federal, no es soberania. Los Fstados no ticnen sino una potestad re- lativa, por acotada, de autodeterminacién, A conceptos distintos de- ‘ben corresponder voces diferentes, a menos de empobrecer el idioma y oscurecer las ideas con el empleo de un solo término para dos o mas conceptos#*# Llamemos, pues, soberania a la facultad absoluta de auto determinarse, mediante la expedicién de la ley suprema, que tiene tuna nacién, y autonomfa a la facultad restringida de darse su propia ley que pose cada uno de los Estados de la Federacion®? Ge Cane de Malbag ha sctalado «1 equisoco de la palabra “soberanta” en el io: ima (rancte, ED peligio de los térinioos de doble sentida ex introduce Ia. costunién en lus ideas. Dergraciadaryente, el Idioma tranués cs on esto bastante eyeaso de medion EI Socabulario juridicn alemin ofvece mis recuriot permite mis claridades em lay terlas Alot derecho public. Lor slemanes tienen a su sevielo Ler terainos cortespondien.en 4 las ict nociones distintas que le IMerstura ances, confunde bajo ta expresién uni Ue soberantac” Op. et pig 9, ‘7 Otra ver hemos de acudir x Bernard Schwar ratifiacifa de Yo que n0 he: sos dejado de exponer en ena. obrar "En verdad ~asienln dicho. autor—-el wo de a palabra soberamia en relacin con los estadoe que conattuyen la Unién Norteameri- fia, ex y ha silo siempre efréned.. vm estado. que esth resringido por las Timitacio- thes que Vinculan a ls saiembres de 1a Union. Norteamericana, no ey verdaderamente ‘erin (pot mat que sc le aplique [a palabra roberane)” OP. cit, ty ag. 47. 20 DERECHO CONSTITUCIONAL. MEXICANO Si en el articulo 89 esta expresada silo parcialmente la verdad y si en el articulo 40 asoma ya un error, debido a imprecision de len guaje, en cambio en el articulo 41 debe denunciarse un yerro de fon. do, cuando dice que el pueblo ejerce su soberanta por medio de los poderes de la Unién, en los casos de la competencia de éstos, y por los de los Estados, en lo que toca a sus regimenes interiores, en los términos establecidos por la Constitucién federal y las particulares de los Estados, El error estriba en atribuir el ejercicio de la soberan{a a los érganos constituidos de la Unién y de los Estados, asi se trate de atenuar Ja inexactitud con la expresién final (“en los téminos establecidos por la Constitucién Federal y las particulares de los Es- tados”), que ciertamente es contradictoria del parrafo precedente, Es en es6s articulos 40 y 41 donde se introduce en nuestra Cons- titucién un léxico espurio, bajo el influjo de doctrinas incompatibles con la organizacién de los poderes, que sobre la base de facultades estrictas establece 1a técnica total de la Constitucién. En el derecho constitucional brasilefio (al que hemos de acudir con frecuencia, al igual que al argentino, porque ambos realizan como el ‘nuestro una adaptacién del modelo norteamericano) se planted una si- tuacién en todo semejante a la que descubrimos en e] derecho mexicano. La Constitucién de 1934 proclamaba en su articulo 2° que todos los poderes emanan del pueblo y en el articulo 3° insistia en el viejo tema de que los tres poderes constituidos son érganos de la soberania nacional. ‘Parecian en desarmonta los dos articulos —dice el comen- tarista Calmén—, porque una cosa es el poder puiblico, originario del pueblo y ejercido en su nombre, y otra es cl ser el Srgano de la so: beranfa de la nacién... Combindbanse asi dos doctrinas, hasta enton- es distintas en la clasificacién cientifica del derecho politico, y em- piricamente se asociaban dos valores diferentes, para significar, con redoblada energia, el estilo democritico del régimen, La Constitu- cidn de 1946 abandoné el viejo énfasis, prefiriendo un lenguaje mis convenient... ¢Por qué en la Constitucin no se habla de soberania, como las precedentes que declaraban drganos de soberania a los po. deres del Estado? La palabra no aparece en el texto constitucional .-.” A continuacién se pregunta el autor que venimos citando si la supre- sign se debié a las ideas de Duguit o a las de la escuela de Viens, y en respuesta afirma: “El Constituyente no tuvo esta preocupacién tas cendente: abandon simplemente la palabra, por no hacerle falta." *# ‘Ya no hace falta, en efecto, reiterar en los textos constitucionales ‘modernos las ideas relativas a la soberania, cuyo destino historico ha ‘4 Provo Catan; Cuno de Diteto Consttucinal Brauero; 3 ed 1981, pig EL PODER CONSTITUYENTE a1 quedado cumplido. Conceptos polémicos en otro tiempo, y aun béli- cos como hemos visto, hoy nadie pone en tela de juicio que el origen del poder publica esté en ct pueblo y que su monopolio corresponde al Estado. Fn cuanto al origen del poder, hasta Jos regimenes de dic- tadura, lo mismo los nazifascistas que los comunistas, han necesitado invocar siempre la voluntad popular como fuente y justificacién de su existencia, Por lo que hace al monopolio del poder, a pesar de ji a la zaga en.la evolucién politica y juridica del mundo occidental, ef Fstado mexicano reivindicé desde la Reforma consumada por Judrez la totalidad del poder piblico de mando, algunas de cuyas funiciones habfan conservado desde Ia Colouia ciertos organismos extraestatales; a partir de entonces el Estado mexicano se integré. definitivamente como Estado y ningun poder rival le disputa ya la exclusividad del poder piiblico. Peligroso, en cambio, como lo hemos advertido, empavesar las ruciones con esta palabra combativa, a cuyo amparo han me- drado varias veces por igual la demagogia y las dictaduras. Todavia menos se justifica su empleo en las constituciones del hemisferio ame- Ficano, nacidas bajo el signo de un derecho piiblico que si acogié las altas conquistas logradas por los pueblos de Europa, también tuvo el acierto de purificarlas de los sedimientos perturbadores que habtan dejado largos siglos de lucha. Si hemos de borrar algin dia de nuestra Constitucién la palabra soberania, no por ello podemos descuidar el estudio de la organiza: cién constitucional a qne condujo al fin el manejo de los conceptos le encubre aquel vocablo, El origen popular de toda antoridad pi Dlica (soberanfa popular) y el monopotio de esa autoridad por el Ex tado (soberania del Estado), nos han permitido Hegar a la sustancia de nuestra organizacién politica, que consiste en la superioridad so- bre todos y cada uno de los érganos de poder, de la ley que los crea y los dota de competencia, A la inversa se produce lo que tanto im- porta levar al conocimiento de un pueblo que esta ensayando su con- Ciencia civica: la sumisién de todas las autoridades y del propio pue blo a una ley de esencia juridica superior, fuera de Ia cual resultan invalidos los actos que se realicen. ¥ asi hemos legado al concepto de Ia ley suprema y final llamada Constitucién, en que remata Ja, actuacién del Constituyente. 7. El concepto de Constitucién, como el correlativo de soberania, puede ser configurado desde muy diversos puntos de vista: de aqui @ Schmitt sefiala neve sigificades distintos 2 fa expresiin “ley fundamental”, de los cuales vation cotresponden a "Constituclbn", a perar de que cl autor blo wong sta connotacion at whtlmo Oe elles. Teoria de ta Conatitucion, pigs fy 48 2 DERECHO CONSTITUCIONAL MEXICANO cl peligro de confundir y oscurecer ideas que, separadas con rigor 1é- ico, son claras y accesibles. Reducirnos a sacar a luz el concepto de Constitucién que la nuestra realiza, sera por ahora nuestra tarea. Razén tenfa la Comisién redactora del Acta de la Federacién ale. mana cuando asenté que el concepto de ley fundamental es “uno de 508 concepts sencillos que antes se oscurecen que aclaran y fijan con las definiciones*. Trataremos, pues, de describir lo que es una Constitucién del tipo de la nuestra, mas bien que de definirla. Distingamos ante todo la Constitucién en sentido material de la Constitucién en sentido formal, “La Gonstitucién en sentido material —ha dicho Kelsen— esti constituida por los preceptos que regulan la creacién de normas juri- dicas generales y, especialmente, la creacién de leyes. Pero més ade lante el autor citado reconoce que el concepto de Constitucién, tal como Io entiende la teorla del derecho, no es enteramente igual al correspondiente concepto de la teorfa politica, “El primero es lo que previamente hemos amado Constitucién en el sentido material del término, que abarca las normas que regulan el proceso de la legisla cién, Tal como se usa en la teoria politica, el concepto ha sido forja do con la mira de abarcar también aquellas normas que regulan la crea- cién y la competencia de los érganos ejecutivos y judiciales supremos.”*' Este dltimo concepto es €l que ha prevalecido en el campo del Derecho Constitucional, expresado del siguiente modo por Jellinek: “La Constitucién abarca los principios juridicos que designan a los ‘rganos supremos del Estado, los modos de su creacién, sus relaciones mutuas, fijan el cfrculo de su accién, y, por ultimo, ta situacién de cada uno de ellos respecto del poder del Estado." Crear y organizar a los poderes piiblicos supremos, dotindolos de competencia, ¢s, por lo tanto, el contenido minimo y esencial de toda Constitucién. Desde este punto de vista material, las constituciones del mundo occidentales, inspiradas en Ja norteamericana y en las francesas, han organizado el poder puiblico con la mira de impedir el abuso del poder. De aqui que Ia estructura de nuestra Constitucién, como la de todas las de su tipo, se sustente en dos principios capitales: 1#, la Ui bertad del Estado para restringirla es limitada en principio; 2, como complemento indispensable del postulado anterior, es preciso que el Wr Ration op. et, pig, 19. kena py are © Jaana ap ct Bigs ats. EL PODER CONSTITUYENTE, 28 poder del Estado se circunscriba y se encierre en un sistema de com petencias. El primer principio obliga a enumerar en la Constitucién ciertos derechos del individuo, Hamados fundamentales, que expresa y con- cretamente se sustracn de la invasién del Estado. Tales derechos se lasifican tedricamente en dos categorias: derechos del individuo ais lado y derechos del individuo relacionado con otros individuos. To- dos son derechos de la persona frente al Estado, pero la primera cate- gorla comprende derechos absolutos, como la libertad de conciencia, la libertad personal protegida contra las detenciones arbitrarias, etc.; en tanto que la segunda clase contiene derechos individuales que no quedan en Ia esfera del particular, sino que al traducirse en manifes taciones sociales requieren Ia intervencién ordenadora y limitadora del Estado, como Ia libertad de cultos, la de asociacién, la de pren- sa, etc. La tendencia actual ¢s a permitir la intervencién reguladora del Estado en toda clase de derechos individuales, inclusive en el de Propiedad, que antes se consideraba absoluto, La parte de la Gonsti- tucién que trata de los derechos fundamentales del hombre, recibe el nombre de dogmidtica.* Nuestra Constitucién designa tales dere chos con el nombre de garantias individuales, denominacién impro- pia, segin lo advirtié Montiel y Duarte, puesto que una cosa son los ‘derechos individuales” que la Constitucién enumera, y otra la "ga rantia™ de esos derechos, que en México reside en el juicio de am- aro. El capitulo primero de la Constitucién, que comprende 29 ar- culos, se refiere a los derechos fundamentales, por més que existan dispersos en 10s restantes articulos de la Constitucién algunos otros de es0s derechos. De acuerdo con las tendencias de Ia épuca, nuestra ley suprema limita varios de los derechos fundamentales, en beneli- cio de la comunidad, lo que se traduce précticamente en una amplia cién de la drbita del Estado, EL segundo principio a que antes hicimos referencia, es comple mento del primero. Para realizar el desiderdtum de Ja libertad indi vidual, no basta con ‘limitar en el exterior cl poder del Estado me- diante Ja garantfa de los derechos fundamentales del individuo, sino "La denominacion de auibuirse al proferr a Tratado' se. Dercc re dogmitica y parte orginica de ta Consivucon suete ‘AdoltoPowads quien ant ian Hama y las expica en oa tic Mad, 1985, pags. 20 420 “La Gonstiueiin.- tontiene B4 derechos expecficadon en lon aciculos desde el 2» hasta ef 28, in_qUe. por 0 pueda Gece que Conligne stra aatas garsntan, a Helacionando cada derecho com tes arcu 1 161" 108 de is nima Constacon Itidro “Montiel y Duarce, Derecho Publics Mexicano! Mexico, 187k: Tatoucsion, p {ina I Ene! inno sent, Emillo Rabstx: ET ico. consttuconals Mexico, 100; Digna 186 y 187, En contraro, Joxt Maria Lovancr Estudio de Derecho Conltuce, fal Pairio en lo reiatioo a tos Derechos det Hombre; Mexico, 1816; pgs 92" y 538 24 DERECHO CONSTATUCIONAL MEXICANO que es preciso circunscribirlo en el interior por medio de un sistema de competencias. La garantia orginica contra el abuso del poder, est principalmente en la divisién de poceres. La parte de la Constitucién que tiene por objeto organizar al poder publico, es la parte orgdnica, En nuestra Constitucién todo el titulo tercero, desde cl articulo 49 hasta el 107, trata de la organizacién y competencia de los poderes fe- derales, en tanto que el titulo cuarto, relacionado también con la par te orgénica, establece las responsabilidades de los funcionarios ptibli: cos. Es la parte orgénica la que propiamente regula la formacién de la voluntad estatal; al insuflar en los érganos facultades de hacer, a dife- rencia de la parte dogmitica, que generalmente solo crige prohibiciones. Ademés de la parte cogmatiea y Ia orginica, pertenccen a la Cons. titucién en sentido material tos preceptos relatives a ta. superestruc- tura constitucional, la cual cubre por igual a los detechos del indivi- duo, a los poderes de la Federacién y a los poderes de los Rstados.*# Son dichos preceptos en nuestra Con los articulos 99, 40, 41, 183, 135 y 136, que aluden a la soberania popular, a la forma de go. bierno, a la supremacia de Ia Constitucién y a su inviolabilidad. ‘Tal es la Constitucién en sentido material. “La Constitucién en sentido formal —dice Kelsen— es cierto documento solemne, un con. junto de normas juridicas que s6lo pueden ser modificadas mediante la observancia de prescripciones especiales, cuyo objeto es dificultar Ia modificacién de tales normas... La Constitucién en sentido for ‘mal, el documento solemne que leva este nombre, a menudo encie- tra también otros normas que no forman parte de la Gonstitucién en sentido material.” * Tales preceptos, que por su propio indole de berfan estar en las leyes ordinarias, se inscriben en la Constitucién para darles un rango superior al de las leyes comunes y excluirlos en lo posible de la opinién mudable det Parlamento, dificultando s re- forma mediante el procedimiento estricto que suele acompafiar a las enmiendas constitucionales, La presencia en la Constitucién de estos agregados constitucionales obedece al interés de un partido en colocar sus conquistas dentro de la ley superior, © bien responde a la impor: 46 *Superesructura constituciona, aunque inepirada en tu expvesién dle Hauriow ‘Sraperiegatiad constiecional”, tiene Uenotacion distin 9 tata Ls cuyerigunidad ain la exintencia de una lgislacin espa, ini solemne ion ecrita 0. Hgida, lz cual ne chnvidera como nor ‘a superior a la leyes urdinarias (Principor de Derecho Publica, y Conuiecionay, Re dias Toer: pig. 200). Expresa, pues ts dud de a Constitucion feme a eyes comune. Bara wowotton It sapere tet yeu En candi, Tor precepts ue anon la Conntaeid, etin a tos ton indvsduos y a todas Tae atvidades det pa xganisan a Tos perderes fedetacs, aunque tambien hip Aaticdos expecialaiente u diches” pode WO Kus op ct, pg. 12. FL. PODER CONSTIUYENTE 2 tancia nacional de determinadas prescripciones, Realizan el primero de dichos propésitos los articulos 27, 128 y 130 y el segundo los capi- tulos IT, IIT y JV del titulo primero, que se relieren a la macionalidad y.a la cludadania, asi como numerosos preceptos comptementarios del sistema federal, algunos de los cuales, contenidos principalmente en ¢l titulo quinto, sefialan prohibiciones u obligaciones. positivas para los Estados, mientras que otros, como son a los que se refiere el ca pitulo TI del titulo segundo, regulan ef aspecto relativo al territorio nacional «* sich oa Meme Cat el suse cep gue encima, i "ada en. mayor 0 men grata, por wish inlay lot Constithloees ae ee #8 Gonforme a toy programas cle Studhy lee Boeular de Leyes de layen det Derecho Gomstinicionl iumersss mateiay que- sane oaeatan tucién, negra ratman expecisiaiie(garaatias y ampa sdewche Laker Aerecho'inteniacional privauin y. publieny derecho Teal ete) seri aluidin en 1a presente o ‘ente"eensituconal ‘gratis Dichas maces so eano tengan relaciin mediuta eon Ie esuels Capiruro IT LIMITACIONES AL PODER CONSTITUYENTE SUMARIO S.-Limitadén iomaneete: intgrar un od iat: el reeoiocimiento de ls personalidad individual, la separacién de po dderes. 9.-Limitaciques de cardcter politica; los factores neater se pc 10.—Limitaciones de tudole inteenaclonal: su inkiackin durante ta. primera Porguerra, 11—Trudencia actual 9 intesnacionatirar Ing derechos del hom. bre y ef jus beilé. 12—Sus repercusiones en las todemnss covstituciones La escuela espaftols. 13.—Nuestro derecho postive. 8. Lo expuesto en el capitulo precedente nos conduce a la conse cuencia de que e! autor de la Constitucién carece en su tarca de lim taciones juridicas. Deberos, no obstante, precisar esta“conclusién, a fin de que no se entienda en térmninos absolutos. Si el fin de toda Constitucisn consiste en implantar un orden ju. ridico, su primera y fudamental limitacién la tiene en la determi nacién de establecer, no Ta anarquia ni el absolutismo, sino precisa. mente un orden juridico, De otra modo la Constitucién se negarla a si misma y seria suicida. “Puede, ciertamente, clegir el Estado Ja Constitucién que ha de tener, pero habri de tener necesariamente alguna", dice Jellinek, y mis adelante asienta: "No se encuentra e} estado sobre cl Derecho, de suerte que puede librarse del Derecho mismo, Lo que depende de su poder, no es el saber si el orden juri: dico debe existir, sino séto el cémo ha de organizarse.”! Es este un Iimite inmanente del poder organizador. 1 Jeatiax; op. cit, pg. $90, Ws ideas en este respecto se han inconporado al de. Fecho piiblien maemo, 21 prado de que ja no se inion’ al annor citer eeu se eilerah sus principion como cn cl siguiente patralo de, Ranelleh “Pere wast Mec soos que el derecho iio pure’ ser limite de It posesiad del Estado, enccadenes atte fe cada norma juries eu un determinado erdemnients posi, no del Dereenore fal Dulewamiento juritico eo su totalldad. El Bad pucde wempre. modiieer sbeogse ma de Las norma juridicas vigentes, sustituir dn onlen Jurioieo mucte al exer Peto oo puede nunca suprimir el Derecho, hacer eet el oden jrldicn, pone ee Sto se negarla a sf mismo: Istintiont i Dirite Publtico: pane te dikes Ua pagina 36. 28 DERECHO CONSIITUGIONAL, MEXICANO Mas en cl modo de constituirse el Estado, ¢5 decir, en la fija Y modificacién de sus competencias. también topa el Constituyente con un limite, de indole hisiérica y sociolégica. “La ampliaciém de la competencia det Estado encuentra siempre su limite en el recono. cimiento de la personalidad individual”; asi resume Jellinek Io que ¢s todavia hoy la esencia del constitucionalismo en cl mundo xceiden: tal# Acaso pudiera agregarse que sigue en pie en nuestros dias como otro elemento esencial de toda Constitucidn, el principio de la sepa- tacién de podercs, por mis que en este punto, como en el relative a Ta personalidad humana, lis ideas y su expresion positiva han va- riado profundamente con posterioridad a la Declaracién de los Dere chos del Hombre y del ciudadano de 1789, en la que se inscribid « faticamente el principio: “Toda sociedad ‘en que la garantia de los derechos no esté asignada ni determinada la separacion de poderes, carece de Gonstitucidn.” 9. Aparte de las limitaciones anteriores, el Constituyente no debe prescindir de numerosos factores politicas, que condicionan el éxito de su obra. Esos factores, que en si mismos son extrajuridicos, intro ducen con frecuencia en la obra det Constituyente elementos auten ticamente juridicos y que ya existian con anterioridad; de este modo la Asamblea de Filadelfia tuvo que incorporar en la Constitucién de. ‘[esunen: of Wea, de tiiacién massa, a Io que et vl Seimite considera. que el ideal todavts hoy Wet Estado, aca at tnpira paris neat, udadano contra et abuso del poder dct Exalo™ (eon eta Constitcién, pig, 49) Stata come unas exeqpioes In Runs beldvac oie ead fascia etd itima’ ya desaparecia). Em elect, y ow objets te acemey Yoga, Hite extrtieeo del poder et nes Ue Ia cultura le Occidente gon ene ewlancer el pepe! ae ica a ton techn dept ona. “Aunque algun de ston derecho ea netinaliente eon lon del Eslado thera gus, opt ad sutdo hart difereate sin que ne fs" enttaesaates No eatin cones rites 2 persia mana con gra, ay tuo, sivo sue, 9 Senor del texte Intereves de fos ttabsjadines es dect’ son ofe meh eis won insteumenton para cates sbthcn ae, Fe eclos se eoacelen cinforine a lox ites dens tbey tecer Io pent que moda en Yes pace Woeraics takes etechos evan en su so fy enibidad We eee iso frente a iy forma de Estado ¥ al reximen pli, 7 en Yona tin eee a) eae ae considerindore tal pstbilidad chins excita x lls y sin enn de fede eee amie aa "ienen std slamente et et ate lhe Eaege e a Uacas del eigimen. "No son derechos fuera en eons del tines, Hey oe at ‘eglnen y del tala decry como intuit au cone eeegas hay thee Same gue se desplieguc sina de attrmacion at roginen, er yn ke mona) eae ferentes al réghnen. at es semtige ie he 9125. que. por To dems, 14 de acuerdo com ta esidenca We a Side pe id." Banucl Carte Poor Derecho Consiesctonat Comparados Sadie, 10s pg ok esto constitueionl ores ya fi de fora LIMITACIONES AL PODER CONSTITUYENTE 29 terminados status preexistentes de las colonias, y nuestra primera Constitucién no pudo menos que recoger ciertos principios impues tos por la época, entre ellos la intolerancia religiosa, Se trata de los factores reales de poder, que tigen en el seno de toda sociedad y que funcionan seguin Ta fSrmula expresiva de Lasalle: “Se toman esos fac tores reales de poder, se extienden en una hoja de papel, se les da expresion escrita y, a partir de este momento, incorporados a un. pa: pel (la Constitucién), ya no son simples factores reales de poder, sino que se han erigido en derecho, en instituciones juridicas, y quien. atente contra ellos atenta contra la ley, y es castigado."= Tener en cuenta los factores reales de poder, que hincan su ratz en la conciencia social, constituye un limite politico a la tarea del Constituyente. “Desde el punto de vista politico ~dice Ranelleti—, esto es, de las exigencias del interés publico tal como se siente y se manifiesta en Ta conciencia popular, y por ello mismo desde el punto de vista de la imposibilidad préctica, la potestad del Estado encuén- trase también condicionada y limitada. Toda manifestacién del poder del Estado que choca con las exigencias de la vida de un pueblo y con los principios y el grado de su dignidad civica, no puede durar ¥ ni siquiera es posible.” « Herman Heller ha puesto de relieve, con singular claridad y pe netracién, la relacién entre In normalidad y la normatividad en la Constituci6n de Estado, Empleando una expresin feliz, considera que todo derecho vigente es una “realidad conforme a la regia”; se da entonces la ecuiacién entre lo previsto por la norma y lo practicado por la vida, lo que significa en otros términos “una normalidad de la conducts, normada juridicamente”. Pero cuando la ecuacién se rompe y nace la incongruencia entre Ia realidad y la regla, entre lo normal y lo normado, entonces 1a Constitucién deja de merecer el calificativo de vigente en los preceptos que no estin incorporados a una condueta real y efectiva y que por cllo no pasan de ser mero conjunto de proposiciones, “La creacién de normas por el Estado, como ya lo observé Bulow, no crea, desde luego, un Derecho vilido, sino sélo el plan de un Derecho que se desea para el futuro. Esta oferta que el legislador hace a los destinatarios de la norma slo produce derecho vigente en la medida en que las normas salen de su existen- cia en el papel para confirmarse en la vida humana como poder. Pue- de faltar esta confirmacién por muy diversos motivos, ya porque la vida no precise de tales normas, ya porque las rechace, y en tales ca: {Qué es la Consttucidnt, por F. Lasalle; Editorial Siglo XX: Bucwos Alix; pt: Ee ORANELLEN; op. city pig. 96. 30. DERECHO CONSTITUCIONAL MEXICANO sos Ia normatividad pierde su fuerza normalizadora... En tltima ins tancia, siempre veremos confirmarse la regla de que la Constitucién real consiste en las relaciones reales de poder.” ® Este desiderstum de conciliar lo real y lo legal, a que debe aspirar el érgano que pretende organizar politicamente a un pucblo, es sin duda una limitacién para el propio érgano, que aunque en si misma no es de orden juridice, Produce, sin embargo, serias repercusiones en ese orden, como acaba. mos de observarlo, por cuanto deja juridicamente estériles las normas inaplicables. 10, Hemos de referirnos ahora a otre género de limitaciones, como son las impuestas a Ia voluntad constituyente por el Derecho Internacional. 3 HieeMan tirnisn: Teoria def Bxiado; México, 1942; pigs. 260, 280 y 287. Pane sida eas susentan el concepto de susttuciin que posta’ Heusion (op, Lee righ as ¥ siguiente) © prcblema fundamental de Méxke, desde et punto de vista pollticoconstn ‘consive en ef divoreio fecuente ent Ia normalitad y Ia normathidad, ke he hotorio que tuxsteas Coustacones han tenido ‘essa Tigersinplictcn, per oe sido denorninadas “licrrias" ero llama Ta ateucon sue et nccaniems Me gobicn {utes insta, alend. xv bastante en ‘otron pay Guraie et mniaws Soke ee rg un eva ge por gul ee aio acu fn, Pequina que eoteesponde conestar 3 Ia hiseria yale wovlloge Mexteuee eede in embargo taeanistio dle'que Hatlanas y2 no es ehcae (pat ly misao ya sqoserva Is misma cfiacis) en los pales que cow tanto Logih ks Medio hata die Ia Primera Gera Mundial. Nos halle, pues, en uns sitnaede deem Poe smoy so dserumienal politico ue tno wos sivid et el pads, cuslo Give machen aprovecharon abil y elicaumente: y Jo seguinves cutusrvando. ahs, cased ce ee Phebies empicts a ace ae eect, Esto dinim tras Ye va siendo santo y sea de muestra épocus el ‘sgostitucioualsme, cow sus principios Tundamentales, esti ‘en esis, Los Concierto, ‘en Europa y en Estados Unidos cl programa dels thon Punto menos que Inseribles cuando la Unguesta es desplatad Horia por Ta irupcién de lis matas, sas Consituciees que delicado sistema de petos y contrapeant ¢pocas de par de lage sms nermes anie tn estalo de permanente ingetad $a Seflorearon con su Tine ura so sguceras ecu 14 euestion patpitante de It antinomla entre la vealided y ba Comsttucién ha te fade a scr teima Iaerio ‘del Derecho Piblico on lor tities sf Hl enigaieny Juriico que presidis a plena madurer del consiiuconstisa eas ound ee, file, Face, Gone sus caunaabients ea el netimaiviome aguostke Je Keven ean setiuismo woluntarita de Cail Seat: pero Tramente farmalista el priser” nce fandamente demoledor et segundo, ninguno de lon des pide: sealant idee He rromaliactn vtec to normattoy fo wcal. Tal er pr ew rene a el ne Penssdores de ‘alla, que por caminos com freciencke opucstos ve cna Sa, upcura del mecaninio democritkebungucy: Harold Last en hagisterts anion sie fem Alemania, Maurice Hawiow eit Francia, Santl Ronaro en et Teale to expuesio nes eonduce 2 pensar que Ia incongrucitta entre 10. normative obo tcticn es wn fenémene que, presenta dente del Dercehe Conuiveriona mena dos aspecton, M1 primers es poeullarmente ‘ican, nes acompang Gene en te ilento como naciba independiente sighitcd una trcepeion ee sent ye palsy deméeraias del siglo ain. hn "ef Seg ap Yow dems policy, en ta comin exists actual del consttuchonalions LIMEFAGIONES AL PODER CONSTITUYENTE 31 La soberania exterior, que habla sido hasta hace poco un princi- pio absoluto en la doctrina del Estado, ha empezado a ser enjuiciada a la luz de necesidades nucvas, de realidades que se imponen y de una conciencia social y politica preparada por la primera Gran Guerra y vigorizada por la segunda. Toda limitacién a In soberania exterior tiene que repercutir inevitablemente en la autodeterminacién interna. Hay quienes consideran que en la técnica constitucional de la Re- volucién Francesa aparecieron por primera ver ciertas tendencias a tener en cuenta el derecho internacional; ? mas se trataba por lo ge- neral de organizar en el derecho interno, para uso simplemente de os érganos de poder, las relaciones de todo punto imprescindibles con los demas Estados soberanos. Salvo las garant{as constitucionales de los derechos de los extranjeros, no apunta en las constituciones del siglo x1x, inspiradas en la Revolucién Francesa, ninguna preocups 6 igit principios ce derecho internacional y subordinarse Fue Ia primera posguer (a partir del triunfo de las naciones alia- das en 1918) ta que propicié un clima favorable para cl derecho in- ternacional. El desconocimiento arbitratio de los tratados, fa facitidad con que los gobiernos podian envolver en conflictos a sus pucblos, toda la dolorosa experiencia de la guerra mundial, hicieron. pensar ‘en la necesidad de que el derecho de gentes atajara la soberanta hasta centonces sin limites de las naciones. En las nuevas nacionalidades y ‘en Ios paises vencidos fue donde por primera vez se hizo aplicacion de las ideas nacientes, sin duda por presién exterior mds bien que por voluntad espontanea y libre de los Srganos constituyentes. En la Constitucién de Estonia (articulo 48) y Austria (articulo {%) se reco: nocié que las reglas del derecho de gentes, generalnente admitidas, forman parte integrante del derecho interno. La proteccién internacional de Jas minorlas nacionales, que fue motivo de preocupacion para las potencias aliadas, suministré la opor- tunidad de evar a la prictica los anteriores principios. Polonia, que merced a la voluntad de los vencedores reingresaba al concierto inter- nacional, firmé con las potencias aliadas y asociadas un tratado en 1919, en el que se obligaba a proteger a las minorlas nacionales, Lo mas importante para nuestro estudio es sefialar que los articulos re- lativos a dichas minorias fueron aceptados como leyes fundamentales, 7 MitkineGuevzsiteh menciona al respect custo pblica de Ta Revolucion Francesa; las formas comtitucionales de les trata Elonales y" de lat nepoelacones aiplométleas; el proceduaento coustitucioal de Ia de Claracién de pura; las gerantias consivuckmales’ de tow derecios de low extranjerea: ¢1 principio dela senuneiaa Ta guerra, Modernat tendenciat del Derecho Constfuciondl; ‘Madrid, 1984; pag. 55. 32, DERECHO CONSTITUCIONAL MEXICANO de manera que “ninguna ley, reglamento ni acto gubernativo pudie Tan estar en contradiccién con ellos”, con lo que se otorgd al tratade Ja misma jerarquia de la Constitucién, Esas primeras penetraciones del derecho internacional en el inter Ro, son Valiosas en cuanto aparecen como sintomas de una futurs re novacién, Impuestas, sin embargo, por las citcunstancias de la derrota mil tar y de Ia creacién internacional de las nuevas nacionalidades, ellas dcjaban incslume para los vencedores el principio de Ia soberanta ex. terior, que slo se quebrantaba pata quienes en aquellas circunstan cias no podian invocarlo. Cuando Alemania vecuperd su poderio. » ct soviet surgid como gran potencia militar; cuando las dictaduras menospreciando 10s tratados, los derechos de la persona y los prinel pios mas elememtales del derecho de gentes, se lanzaron a una nueva aventura bélica, parecié que el fracaso de las tendencias apenas ini. Giadas iba a asegurar para siempre ck antiguo principio de que en Rombre de la soberania pueden hacer los gobiernos todo lo que ma terialmente esté a su alcance. Sin embargo, la simiente habia caido {2 terreno fecundo, que roturaban las miquinas de guerra y abona. ba la sangre. De Ia segunda Gran Guerra salié fortalecida Ie convie cin de que es preciso supeditar la soberanta a normas internacions Tes, Pero esto se ha venido erigiendo sobre bases nuevas. scgiin. se verd a continuacién, II. El dogma de ta soberania del Estado conduce a la separacién entre el derecho internacional y el derecho interno, ya que aquél no gonoce ni regula sino las relaciones entre los Estados, sin que pueda intervenir en las de cada Estado con sus subditos, materia esta Ultima reservada al derecho interno, La Sociedad de las Naciones, constituida a rafz de la primera Gran Guerra, pretendié organizar la paz sobre la base del principio cldsice de la soberania, esto es, mediante compromisos exteriores de los Fe tados, El régimen interno permanecié inmune @ toda ingerencla in. fernacional, como una zona intangible que los Estados no podian com. Prometer ni siquicra en ejercicio de esa misma soberania, cuya ilimi, tacion se prociamaba. Fuera de las condiciones impuestas a lay nuevas nacionalidades y a los paises vencidos, en el pacto de la Sociedad de las Naciones no se instituyd, en relacién con el derecho interno, sino €l compromiso, desprovisto de sancién, de respetar las creenciay relt giosas, Mas a pesar de que el Presidente Wilson debilité hasta el méxi. mum tas obligaciones contraidas y dejé a salvo cl derecho interno, el Senado de Estados Unidos se negé a ratificar el pacto por estimar que disminuia la soberania de la nacién, LIMITAGIONES AL PODER CONSTITUVENTE 38 Pronto, sin embargo, Ia opinién publica y la doctrina empezaron a reaccionar contra un concepto tan absoluto del derecho de los Es. tados. Distinguidos juristas adelantaron la tesis de que el derecho internacional se preocupaba de las relaciones de los Estados entre ¥ descuidaba la proteccién, dentro de los Estados, del titular dltimo y realmente tinico de todo derecho, como es el hombre.* En 1921 maba Lapradelle en el Instituto de Derecho Internacional que el ob- Jeto social del derecho de gentes debe ser Ia defensa de los derechos del hombre, Diez afios mis tarde, Mirkine-Guetzévitch acentuaba la misma tesis: “El verdadero ideal humanitario, que tiende a hacer del hombre un verdadero ciudadano del mundo, consiste en colocar 10s derechos del hombre y det ciudadano bajo la garantia del derecho internacional y en establecer la proteccién internacional de los dere. chos del hombre.""* Pero los tiempos no estaban maduros todavia para acoger esta corriente de opinién, como lo revelé el hecho de que la Liga de las Naciones rechazé en 1983 la proposicin de extender = todos los hombres las garantias reservadas por los tratados a clertas minorlas, La segunda Gran Guerra revelé que la paz es incompatible con el antiguo principio de la soberania absoluta y, sobre todo, dio la rason @ quienes sostenian que la conservacién de la tranquilidad interna. cional depende, suis bien que de la palabra de los gobiernos, de una atmdsfera social donde imperen la libertad, la cultura y el bienestar general. Ta tesis se fue abriendo paso en las conciencias, a medida que eb contlicto armado se desarrollaba. Cuando 2 mediados de 1940 les ale- ‘manes iniciaron la guerra total, exterminando a la poblacién civil = Mulo de que clla sostenia a los ejércitos, el ministro inglés del “Tra bajo declard: “Si ésta es una guerra de los pueblos, tendré que ser tuna paz de los pueblos: las cosas no volvcrdn a ser jamds lo que han sido: a edad antigua ha pasado y una nueva edad habré de levan- tarse.” Pocos meses después, en enero de 41, el Presidente Roosevelt envié al Congreso un mensaje, en el que proponia como meta de la victoria la consolidacién para el mundo de cuatro libertades: libertad de palabra y de expresidn, libertad de creencias, libertad econémica y liberacién de! miedo mediante la reduccién de los armamentos. En agosto del mismo afio Roosevelt y Churchill lanzaron al mundo la Proclama conocitla por Carta del Atlamtico, donde entre otros propé. sitos expresaron el de “asignar a todas las naciones el mejoramien de la condicién obrera, e! progreso econdmico y la seguridad social Pourne: Les nowweles tendences du droit internationale: Pals, 7; pg. 49. © Modernas tendencies del derecho constitucional: Madvid, 1994 pig. Yea, 34 DERECHO CONSTITUCIONAL MEXICANO En enero de 42, la Declaracién de las Naciones Unidas hacla suya la Carta del Atlintico, Para Mevar a la prictica el programa esbosado, era necesaria una organizacién mundial de los Estados, Nadie pensé en la decrépita $o- ciedad de las Naciones, cuyo fracaso para evitar la guerra habla sido notorio, En octubre de 44 se reunieron en Dumbarton Oaks los ex. Pertos designados por los Cuatro Grandes (Estados Unidos, Gran Bre tafia, U.RSS. y China), con objeto de elaborar un plan de organi zacién mundial. Entre otros muchos proyectos, tuvieron en cuenta el formulado por mas de 200 juristas norteamericanos y canadienses, que «staba presidido por este principio renovador: “La soberania est s0- jnetida a las limitaciones del derecho internacional.” Aungue acogié Ja estructura general del proyecto, el Plan de Dumbarton Oaks exclu. 36 el principio que lo sefioreaba, porque los representantes estaban ligados por instrumentos diplomiticos que les imponian la obligacién de proponer la organizacién sobre la base de la soberania por igual de los Estados grandes y pequefios, La igualdad soberana entre Esta dos poderosos y débiles era sin duda tan utdpiea como la igualdad politica de ricos y miserables, que habia postulado la escucla liberal; 4a soberanta erigida sobre base tan quimérica, era un concepto incom patible con cualquiera organizacion duradera y eficaz, Sin embargo, cl Plan de Dumbarton Oaks representa un progreso, por cuanto pro pone a Ia colectividad de los paises “facilitar la solucién de los pro- Blemas humanitarios internacionales de orden ecomémico y social y Promover el respeto de los derechos del hombre y de las libertades fundamentales”, El Plan fue sometido a la consideracién de la Conferencia de San Francisco, reunida en abril de 45, de donde surgié Ia Organizacion de las Naciones Unidas. La Carta de las Naciones Unidas se funda en la idea primordial de que la paz no podré consolidarse permanentemente en el mundo, mientras prevalezcan dentro de los paises la opresion, la injusticia y {a miseria, No basta con levantar barreras juridicas contra la guetta ni erigir un mecanismo que prevea o arregle los conflictos. Es preciso que 1a paz internacional sea emanacién de la paz interior, fiendas esta dltima en el respeto a la dignidad humana y mantenida mediante un nivel de vida conveniente, La consagracién del anterior principio signilica que lo ocurtido dentro de cada Estado mu es ya cose ajena para los demés Estados, sino que Ia solidaricad internacional compre mete a cada wun con respect a los demas, obliga a quebrantar. las murallas de Ia antigua y hermética soberania y permite que se con viertan en temas de derecho internacional algunos de los que ante LIMITACIONES AL PODER CONSTITUYENTE 35 tiormente pertenecian al ambito exclusive del derecho interno, Es Gierto que esta tesis ha sido aceptada por cada signatario en ejercicio de su soberania, mediante recepciin en el derecho interno del com. Promiso internacional. Pero el solo hecho de que los integrantes de cién maundial hubieran abandonado undnime y simult& neamente una posicién clave, parece indicar que el concepto de so- beranfa se halla, mis que en crisis, en plena decadencia. Por Jo demis, es tan slo aparente ese resto de soberania por vir ud del cual un Estado se adhiere voluntariamente a un compromiso imernacional de esta indole. En un simulacro de soberania acepta lo irremediable, porque no hay gobierno que se atreva a excluir a sn pucblo, por una negativa en forma, de las finalidades de redencién Social @ que aspiran los recientes concicrtos internacionales. No son los gobiernos, que por razén natural jamés admitiran de buen grado la limitacién de sus facultades, quienes han encaberado este movimiento. Arrastrados por la opinion publica, que se ha im. Puesto vigorosamente, han tenido que ceder en puntos en que la doc. {rina ¢lasica no transigia. Como ejemplo de la fuerza de la opinion piiblica puede citarse la cliciente energia que desplegaron cerca de la Conferencia de San Francisco numerosis asociaciones privadas dde Estados Unidos, representantes de todas las tendencias religiosas y politicas, que coordinadas en un solo frente obtuvicron que se inche yera en la Carta a la Comision de los Derechos Humanos.” En pos de ta Carta de San Francisco, In Asamblea General de las Naciones Unidas proclamd en Paris, el 10 de diciembre de 1948, Ia Declaracién Universal de tos Derechos del Hombre, cn. 30 articulos, 1a Comision de los Derechos Humanos esta preparanco los. pactos internacionales relativos a la misma materia, pero con anticipacton al pacto mundial se han concertado dos regionales: el de la Conferencia de Bogots (1948), que formulé para los paises de América la Dele racién Americana de los Derechos y Deberes del Hombre, y el de la Gonvencién Europea de Salvaguardia de los Derechos del Hombre, suscrito en Roma por 15 pafses de Europa (1950) . 9 ha tenido el honor de aportar a csta internacionalizacién rechos de Lt persona la vinica institucién juridica que es ge nuinamente saya: el juicio de amparo, Aceptado integramente en la 19 Chnventa y the. enaniracnnes privaday shsievow 4 ta aleloavida ut innit ha ie Tos derechos sel vane le Hes 2 cat el Ginseje Petal de lk Committe, dine bing sasttine e pb le Padoverarnt Is Foshan Bley’ Aad basa prowntar cnmiendat af Mel acy Stettinitn alanine ie tee 36 DEREGHO CONSTITUCIONAL MEXICANO Conferencia de Bogota (articulo XVIII de la Declaracién), el ampa 21, bts ardua batalia en In Conferencia de Paris y su ideologia que. 6 consagrada al fin en el articulo 8 de la Declaracién Univeral Posteriormente a Comisién de los Derechos Humanos ha admitide En sus proyectos otras elementos de nuestra institucién y lo mismo acontecié con la Convencién de Roma. La palabra "amparo” ha pe. Retrado sin traduccién a los idiomas oficiales de las Naciones Unidas, Prueba de fuego es ésta para la nacionalidad de origen en toda clase de inventos, pues tal parece que el idioma propio slo hospeda a la Palabra extrafia cuando el invento es auténticamente oriundo del h gar que le dio et nombre.** Tales compromisos internacionales, que lejos de ser impuestos por un Estado a otro Estado se colocan por encima de la voluntad de los Estados, parecen Hamados a sustraerse con el tiempo a la soberania del Srgano constituyente. Aunque en teoria permanece incélume el Principio de la soberania interior, se le limita de hecho cuando en ejercicio de Ia soberania exterior el Estado asuine determinadas ob gaciones para su régimen interno. El aparente juego de las dos sobe. tanias (por cuanto refluye en la interna el compromiso internacio. Fal), no es en el fondo sino el triunfo de la opinién nacional que, fortalecida al solidarizarse con la de todos los demis paises, se impone a los érganos de gobierno y aun al propio constituyente, De este modo se robustece por caminos insospechados la soberanfa popular. Desde la Revolucién Francesa, la democracia ha erigido el dogma de la autodeterminacién de los pueblos. Pero los gobiernos han traicionado el principio cuando han hablado falsamente en nome bre del pueblo o cuando han corrompido al pueblo para hacerlo ha blar a su antojo. De lo que se trata actualmente es de crear y organi zar la conciencia mundial de la dignidad de la persona, con todas sus consecuencias, a fin de que, a través de los pactos internacionales, se derrame en la actuacién interior del Estado, Dentro de la estructars constitucional de cada pa(s, y con el mayor respeto para las ideas de nacién y de patria, se procura convertir en pattimonio juridico de to. dos los pueblos lo que previamente tiene que ser patrimonio comin de moral y de cultura, Ademds de la internacionalizacién de los derechos del hombre, que trasunta sin duda una filtracion del derecho de gentcs en el dere, cho interno, se pude observar como otra manifestacion de la mistna Avocats (28 de abril de 1954). Mexico ‘ante dence: Mexico, 1955, pags. 129 4 176. LIMITACIONES AL PODER CONSTITUYENTE 37 tendencia la consistente en la mutilacién de una facultad que, como {a de hacer ta guerra, era antes atributo indiscutible e ilimitado de la soberania, ‘También en este punto la Sociedad de las Naciones pretendié in- tervenir, aunque sin eficacia. La cruel experiencia del segundo con. flicto maduré un poco més la conciencia de todos, en el sentido de trasladar a un organismo internacional el peligroso poder de usar de la fuerza en las relaciones internacionales. Fiel al espiritu de tran- sacci6n que la anima, la Carta de las Naciones Unidas sustenta el Principio de que ninguna de sus disposiciones autoriza la interven: cin en los asuntas que son esencialmente de la competencia interna de los Estados (articulo 2, parrafo 7), pero a continuacién establece que dicho principio no se opone a la aplicacién de las medidas coerci. {vas instituidas en el capitulo VII, las cuales puede emplear el Com. seo de Seguridad para la conservacién de la paz y de la seguridad in. fernacional y que van desde las medidas simplemente diplométicas hhasta las econdmicas y militares (articulos 39 a 51 de la Carta) En presencia de las anteriores disposiciones de la Carta, el pro- fesor espafiol Pérez Serrano ha expresado: “El ius belli, caracterisica fundamental, aunque trdgica, de la soberania estatal, sulre minora. cién tan considerable que, de hecho, cambia en forma radical de fiso. nomia al desplazarse su titularidad. Y contza ello no podrd ir ni quiera el més originario y vigoroso de los Poderes de'un Estado: su Poder Constituyente.” Los hechos han demostrado que la conclusién precedente ¢s por ahora exagerada. El nico caso (la guerra de Corea) en que bajo la pandera de las Naciones Unidas actuaron tropas de diversos paises, los gobiernos participantes procedieton soberanamemte al responder a lo que se estimé mera recomendacién del Consejo de Seguridad. 12, ¥ es que por lo que mira a la facultad de hacer la guerra, ast como en lo tocante a los derechos humanos, las mermas a la soberania siguen siendo débiles y punto menos que ilusorias, no obstante que ‘a doctrina se ha organizado vigorosamente a fin de sustraer tales tna, terias del derecho constitucional ¢ incorporarlas al internacional, y & pesar también de que en el derecho positivo ha habido algunas re. ondituyente: Madrid, 1047; pig. 82 ‘ gna e! compromiso de pone? fre arm posicién del Consejo de’ Seguridad, termins, con le expresbr de eee ta ‘Yeniog ‘relatives “estarin sujetos a ratifieacién por los Estados? nignatarion ‘de acuerdo om a especie prousimienios consctonair, o_que ud eh gs ae Ge 2% gue el deze conttayete (i siquera on poders fonaiudeyaieae capes Yuna decbign adopida em tuateria de guerts fore! Con oe desea 38 DERECHO CONSTITUCIONAL MEXICANO Percusiones significativas, Es preciso reconocer que asistimos a algo dine shasta estos momentos camino y no meta, Los quebrantos que cl derecho internacional ha producido en el concepto de soberania, ¥ a los Fstados inclusive en su poder constituyente, ¢stin lejos todavia de extirpar a una doctrina de tan hondas raices ¥ aunque fa partida ser ganada, a lo que parece, por el derecho in. ternacional, podemos asegurat que hasta estos momentos el derecho Positive no ha acogido norma alguna internacional como limite fur dico del érgano constitayente. En efecto, los sistemas més modernos y avanzados lo que hacen a lo sumo es colocar los compromisos internacionales por encima de las {eyes ordinarias. La Constitucién espaiiola de 1931, anticipandose a todas las demas, erigié en su articulo 7? el principio de que el Estado espaiiol acatard las reglas universales del derecho internacional y las incorporard a su derecho positivo: en el articulo 63 establecié que todos los convenios internacionales ratificados por Espatia y registra. ddos en Ta Sociedad de las Naciones y que tengan cardcter de ley in. ternacional, se considerard parte constitutiva de la legislacién espa ola, la cual deberd conformarse a sus disposiciones; dispuso, como consecuencia, que no podré ser hecha ninguna ley que contravenga a dichas convenciones sino han sido previamente denunciadas con forme al procedimiento establecido en ellas. La Constitucion france. $C 1946 otonga fuerza de ley a los tratados, “aun en el caso de que fueren contrarios a las leyes internas francests™ (articulo 26), pero a continuacién dispone que los tratados que moditican las leyes inter ‘as no son definitivos sino hasta después de haber sido ratificados en virtud de una ley (articulo 27). Aunque menos explicita que las an. teriores, la Constitucion italiana de 1947 adopta parecidos principios al instituir, por una parte, que el orden juridico italiano se ajusta a {as normas del derecho internacional generalmente reconocidas (ar. tfeulo 10) y, por la otra, que Htalia consiente, en coudiciones de pas Tidad con los demds Estados, las limitaciones a la soberania necesaving para asegurar la paz y la justicia entre las naciones (articulo II) Finalmente, la Constitucién de la Republica Federal Alemana de 1949 (Constitucién de Bonn), consagra en su articulo 24 el princl, pio mas adelantado hasta ahora del derecho positivo, como es el de ue la Federacién podrs, mediante acto legistativo, transferir poderes soberanos a instituciones internacionales; y en el articulo 26, acope otro principio no menos importante, seytin es el de que las reglas geo nerales del derecho internacional formariin parte del derecho federal tendrin preferencia sobre las leyes y crearin derechos y deberes direc. tamente para los habitantes del tetritorio federal. LIMITACIONES AL PODER CONSTITUYENTE 39 Salvo la abolida Constitucién republicana espafiola y la en cierto modo impuesta Constitucién de Bonn, las demés Constituciones que hemos mencionados respetan en realidad la prioridad de la legislacisn ‘ordinaria, no obstante sus frases de homenaje al derecho internacio- nal. La exigencia del articulo 27 de la Constitucién francesa ene! sentido de que se necesita una ley para que sean definitivos los tra: tados que modifican el derecho interno, lejos de afectar la soberania de la Asamblea Nacional, es, en concepto de Vedel, la organizacion de una conquista nueva del poder legislativo,* puesto que fa prima ela que 1a Constitucién otorga al tratado no podri nacer mientras éte no sea ratificado por una ley; se trata, por lo tanto, de simple jerarquia entre dos actos convalidados por Ia voluntad del mismo 6r- gano legislative, ‘Tocante a la Constitucién itatiana, se ha opinado que es inconsti tucional y puede ser reclamada ante la Gorte Goustitucional, una ley interna que contrarie las “normas internacionales generalmente reco nocidas", a las que debe ajustarse el ordenamiento juridico interno, seguin el articulo 10. Mas esta opinién parece poco fundada, si se tiene en cuenta que Ia subcomisién respectiva rechazé el proyecto que proponia el sistema adoptado por la Constitucién espafiola de prohi- bir los actos de autoridad contrarios al derecho internacional o a los tratados, por considerar “temible el efecto de tal prohibicién, que im- plicaria la inconstitucionalidad de las leyes ordinarias expedidas con violaci6n de los compromisos internacionales”. Nos hallamos en presencia, por lo tanto, de una revisién crltica del concepto de soberanfa, que en el fondo no significa otra cosa que un nuevo intento de Ia Humanidad para rescatar de la érbita del po- der puiblico la dignidad y la paz de la persona, Segin la certera obser. vacin de Lauterpacht, en ese mismo propésito que ahora se trata de alcanzar a través del derecho internacional habia intervenido antes, aunque sin éxito, el derecho natural. “Los derechos del hombre ~agrega— no podrin ser a la larga asegurados efectivamente sino por 34 Geowts VEDEL: Manuel dlémentaire de droit comititutionnel; Pars, 1940; ple ina 28 Sm 8 Commenario sistenatco ala Costtuione iallane, disetio da Piero Calamandre: ¢ Alcsandro Levi: Firense, 1950: 1. 1, pig. 9% Ver opinion aiainta en, Biaret a atta Dito Costitasinates Napoi 1; tT. pg 108. 48'Loy diversor crterior en tomno ale ele del derecho internacional so- bre el derecho interno siguen divide Ia doctrinn promulzads fa Consitucton que en aque! pals antinomta entre ambos Aevechos, todo To cust tevela que el proBlema eats todavia Iejor de tu aslucion. Entre fos comentaritan recenten del texto faliano que postulan la priacla del’ dereche in. {tron cabe clee_a Feruclo Perle (Diriio! Conasionaley [Bt ed 1958 pop ¥en sentido contrario, a G. Balladore Pallieri (Divite Cositustonaler 3° "ol 105, Pagina’ 379) 40 DERECHO CONSTITUCIONAL MEXICANO cl derecho natural y el derecho de gentes, entendidos como un poder superior al poder supremo del Estado.” Al lado de la tendencia jusnaturalista y de la internacionalista, que por caminos diversos tratan de llegar al mismo fin, conviene recordar a la escuela espaitola de Sudrez y de Vitoria, que tanto influjo alcansd gn huestras concepciones juridicas y que ahora renace con luz propia. en un mundo desorientado. “Lo que en el derecho natural tacionslis. (2 ~expone Sinchez Agesta— se definen como limitaciones de un po- dler definido como ilimitado, son en esta escuela el fin propio pata que cl poder se instituya, en cuanto estas libertades son condiciones para cl desenvolvimiento de ta persona humana; o esferas de la vida indivi- dual, al margen del fin del Estado y, por consiguiente, fuera del orden de su soberania." Y por lo que toca a la guerra, la escuela espafiola ofrece una solucidn del todo semejante a la anterior: “Hoy hemos de Feconocer que el Estado es slo una comunidad relativamnente supre: ‘ma, aungue no en el sentido en que lo entiende Kelsen, sino et el suis preciso de que ¢s suprema slo en el Ambito de su competencia yen la medida de su fin "Y, claro estd, que el derecho internacional slo mediatamente Puede considerarse incluido en e! ambito de esa competencia, Sudver ast lo entendia al trazar los supuestos de una comunidad y un orden internacional como una esfera y un orden determinados por un [in especifico: el bonum universi; y en consecuencia el derecho de gue. "ta, como institucién del derecho internacional, puede ser moditica do en razén de su fin: reparar las injusticias y conservar la paz y la justicia internacional. (De legibus, I, XIX, 8 y 9; IIT, II, 6)" 18. Para concluir, nos queda por referir a nuestro derecho posi: tivo las ideas expuestas. El Constituyente de 1917 reprodujo fielmente en cl articulo 143 el texto de Ia Constitucién anterior, que en su primera parte decia: 4 Intemational ill of the Rights of man; Columbia Univ. Pee, Wht: pg. 2% fog demir inneccario seria aikertit que, si la tendcici. slada, tiene seat Epes fplones en el derecho contuconal,'no_aom racncte as dl deren eC, fundado hasta ahors en ta soberanla exterior de Tos Estadon mas cig een sn ponds mest sn, it Etcciones de derecho politica, por Luis Sincher Agesta: 4* ei; Granada, 1911; pfsinas SIL YS, Dru parte Alivido Vardvowy alta Mortal near st EL gampo, del Derecho Intsinacional Public, profewor de ta Unter te ane aC clea copala de derecho de genus ct siguieue tribute ana a aes deci rstiana. de derecho! de yeuues:desaroliada® por Sante Pome de ea Nera a au. pleno florecimients en el siglo 401 en la esacis pao ah ex: enien que 0 abla detenvuclve el coneepto. del mero dere eet de SxPuetto, ino que to uasciende, al perl mv de cere la Vice detected {Eiglonal universal y ‘del Derécho Intemacional urivenal-que en ela

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